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Rosario Misterios Luminosos
Rosario Misterios Luminosos
Padre Nuestro…
Dios te salve, María…
Santa María, Madre de Dios….
Gloria al Padre….
María, Madre de Gracia….
Segundo Misterio
Jesús en las bodas de Caná
Santa Madre de Dios, dulce Virgen María, sabemos que siempre vigilas
nuestras necesidades y te adelantas a abogar por nuestras carencias. Y
Tu Señor, nos dejas ver claramente en este Evangelio el amor tan
grande que sientes por tu Madre y que eres débil a sus peticiones. Así
como Tu Señor, deseamos amar a María, y complacerla como Tu lo
haces, porque Ella tan solo quiere que hagamos, lo que Tu nos digas.
Amen
Padre Nuestro…
Dios te salve, María…
Santa María, Madre de Dios….
Gloria al Padre….
María, Madre de Gracia….
Tercer Misterio
La predicación del Reino
“Jesús se marchó a Galilea a proclamar el Evangelio de
Dios. Decía: Se ha cumplido el plazo, está cerca el reino
de Dios: convertíos y creed en el Evangelio”
Jesús tomo a tres de sus discípulos, Pedro, Santiago y Juan. Pedro, quien lo
negaría tres veces, pecador arrepentido y perdonado por Cristo, encomendado
para recibir la llave de la Iglesia. Pedro quien iría a Roma a testimoniar el amor y
las enseñanzas de Jesús.
Santiago quien se traslado a España, seria el primer mártir de los discípulos y
fue a su vez a quien la Virgen María le apareciese aun en vida y le animara a
construir una Iglesia para su Hijo. Según la tradición, antes de su muerte,
Santiago fue a Jerusalén para despedirse de María y del apóstol Juan, allí la
Virgen le profetizo su martirio.
El Apóstol Juan, el discípulo amado de Jesús, fue el único de los apóstoles que
permaneció a los pies de la Cruz y por orden de Jesús tomo a María para
llevarla a su casa y cuidar de ella. Estos tres apóstoles vieron a Jesús
transfigurarse, fueron testigos de la gloria divina del Señor y recibieron la gracia
de ver el Cielo. Eran tanta la felicidad que sentían que los tres deseaban
quedarse allí.
En este Evangelio Jesús nos enseña que existe un lugar mucho mejor que
este lugar donde vivimos; donde muchas veces el sufrimiento nos
confunde, las desaveniencias nos llenan de desesperanza y nuestros
pobres sentimientos de envidia y egoísmo nos hacen débiles a las malas
tentaciones. Las tribulaciones y el ruido humano disturba nuestros
sentidos. Y muchas veces las necesidades materiales vacían nuestro
espíritu y endurecen nuestro corazón.
Así como los apóstoles, Jesús desea que nos apartemos y en el silencio
encontremos al Padre porque así lo hacia El. Nos invita a valorar la
oración y a vivir el mandamiento que nos dejó: “Ámense los unos a los otros
como Yo los he amado”, para que? Para que cuando nos encontremos cara
a cara con el Padre podamos decirle cuanto hemos amado a nuestros
hermanos.
Señor, el ruido de este mundo nos atrapa y nos aleja de Ti, deseamos buscarte
en el silencio y encontrarnos allí contigo. Sabemos que el camino al Cielo lo
vamos construyendo diariamente con nuestras acciones. Te pedimos que
podamos transfigurar nuestros sentimientos en los tuyos para amar a
nuestros hermanos de la misma manera que tu nos amas. Amen
Padre Nuestro…
Dios te salve, María…
Santa María, Madre de Dios….
Gloria al Padre….
María, Madre de Gracia….
Quinto Misterio
La Eucaristía
“Jesús, en la noche en que iba a ser
entregado, tomó pan y pronunciando la Acción
de Gracias, lo partió y dijo: Esto es mi cuerpo,
que se entrega por vosotros. Lo mismo hizo
con la copa, diciendo: Este es el cáliz de la
nueva alianza sellada con mi sangre”
Pedimos al Señor santidad para nuestros sacerdotes, fortaleza para todos los
seminaristas y religiosos que se encuentran en momentos de discernimiento. Le
pedimos también por abundancia de vocaciones en el mundo que puedan
apoyar a Jesús en la misión de su Iglesia. Amen
Padre Nuestro…
Dios te salve, María…
Santa María, Madre de Dios….
Gloria al Padre….
María, Madre de Gracia….
Padre Nuestro…