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SEMILLAS DE REFLEXIÓN

Lunes 29 de mayo
Iniciamos la mañana poniéndonos en presencia del Señor y hacemos la señal que nos identifica como
cristiano, diciendo:
“En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén”
Lectura del santo Evangelio según san Juan
T: (Gloria a ti Señor)
Junto a la cruz de Jesús estaban su madre, la hermana de su madre, María, la de Cleofás, y María,
la Magdalena. Jesús, al ver a su madre y junto a ella al discípulo al que amaba, dijo a su madre:
«Mujer, ahí tienes a tu hijo».
Luego, dijo al discípulo: «Ahí tienes a tu madre».
Y desde aquella hora, el discípulo la recibió como algo propio.
Después de esto, sabiendo Jesús que ya todo estaba cumplido, para que se cumpliera la Escritura,
dijo: «Tengo sed».
Había allí un jarro lleno de vinagre. Y, sujetando una esponja empapada en vinagre a una caña de
hisopo, se la acercaron a la boca.
Jesús, cuando tomó el vinagre, dijo: «Está cumplido». E, inclinando la cabeza, entregó el espíritu.
Los judíos entonces, como era el día de la Preparación, para que no se quedaran los cuerpos en la
cruz el sábado, porque aquel sábado era un día grande, pidieron a Pilato que les quebraran las
piernas y que los quitaran. Fueron los soldados, le quebraron las piernas al primero y luego al otro
que habían crucificado con él; pero al llegar a Jesús, viendo que ya había muerto, no le quebraron las
piernas, sino que uno de los soldados, con la lanza, le traspasó el costado, y al punto salió sangre y
agua.
Palabra del Señor
T (Gloria a ti Señor Jesús)
Reflexión
Entre las diversas escenas en las que aparece María a lo largo de los evangelios, la liturgia de hoy,
en su fiesta de Madre de la Iglesia, nos presenta dos, bien significativas.
Desde lo alto de la cruz, a punto de morir, Jesús entrega a su madre como madre del discípulo a
quien amaba. Siempre se ha visto en este pasaje la entrega de María como Madre de todos los
seguidores de Jesús, como Madre de la Iglesia.
Pero no es un título solo honorífico. María ejerce realmente como Madre de la Iglesia, como Madre
de todos nosotros, estando siempre dispuesta a escucharnos, a escuchar todas nuestras palabras
donde le podemos expresar las diversas situaciones y los diversos momentos por lo que atraviesa
nuestra vida. Y ella, que es medianera de todas las gracias, está dispuesta a concedernos aquello
que más necesitamos en nuestro caminar siguiendo a su hijo.
Sabemos que María, como buena Madre, siempre nos recordará la mejor actitud que podemos
adoptar. Señalándonos a Jesús, como en las bodas de Caná, nos dirá “haced lo que él os diga”. Y con
su presencia continua, siempre maternal, nos dará la fuerza para seguirle.
Cuando Jesús, después de muerto y resucitado, asciende a los cielos delante de sus apóstoles, estos
vuelven a la casa donde habían estado y “perseveraban unánimes en la oración”. Y allí, con ellos, con
la inicial iglesia, estaba también María la Madre de Jesús. Esta va a ser la actitud de María con
todos nosotros, con los que formamos la iglesia. Siempre estará a nuestro lado, como buena Madre.
Elevemos las gracias a nuestro creador:
Agradecemos a Dios por elegir a Maria como nuestra madre que está siempre para nosotros, nos
escucha y atiende nuestras suplicas.
Agradecemos a Dios por permitirnos estar nuevamente reunidos en nuestra institución gozando
de buena salud y con muchas ganas de aprender.
Gracias Señor
Pidamos la intersección de nuestro Padre.
Para que Dios nos ayude siempre a mantener un corazón puro y lleno de bondad. Roguemos al
Señor.
Para seguir siendo siempre ejemplo de virtud ayúdanos señor a no perder nunca la fe. Roguemos
al Señor.
Nos unimos todos en oración en este tiempo ordinario diciendo:
Padre nuestro…
Del mismo modo pediremos a nuestra madre María que nos proteja con su manto protector diciendo.
Dios te Salve María…
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén

Martes 30 de mayo
Iniciamos la mañana poniéndonos en presencia del Señor y hacemos la señal que nos identifica como
cristiano, diciendo:
“En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén”
Lectura del santo evangelio según san Marcos
T (Gloria a ti Señor)
En aquel tiempo, Pedro se puso a decir a Jesús:
«Ya ves que nosotros lo hemos dejado todo y te hemos seguido».
Jesús dijo:
«En verdad os digo que no hay nadie que haya dejado casa, o hermanos o hermanas, o madre o
padre, o hijos o tierras, por mí y por el Evangelio, que no reciba ahora, en este tiempo, cien veces
más - casas y hermanos y hermanas y madres e hijos y tierras, con persecuciones -, y en la edad
futura, vida eterna. Muchos primeros serán últimos, y muchos últimos primeros».Palabra del Señor
T (Gloria a ti Señor Jesús)
Reflexión:
Veíamos como un joven se iba triste por no poder seguir a Jesús a causa de su apego a las riquezas,
hoy el Señor nos hace una promesa al respecto, nos anuncia que el que deje todo, no sólo los bienes
materiales, sino también los afectos, como la familia, etc…, no quedará defraudado, sino que
recibirá cien veces más y lo más importante, recibirá la Vida Eterna, pero con persecuciones. Cristo
no nos lleva a engaños, es cierto que seguirle a Él es ya disfrutar de la Vida Eterna aquí en la tierra,
pero con sufrimientos.
Hoy Jesús nos invita a confiar en Él, sabemos que para Dios nada hay imposible y Él nos dará su
gracia para dejarlo todo y seguirle, y, sobre todo, Él nos dará su gracia para soportar las
persecuciones, el camino no es fácil, pero la fe nos dice que encontraremos la felicidad plena, como
dice Pedro en otro lugar: “A dónde vamos a ir, tú solo, Señor, tienes palabras de Vida Eterna”
Hoy, Dios nos sigue buscando, nos sigue invitando a cambiar de rumbo, a que hagamos las cosas
diferentes, a descubrir cuál es la voluntad de Dios en nuestra vida. Es bueno plantearse si nosotros
podemos decir como Pedro: “Lo hemos dejado todo y te hemos seguido” Cada uno examínese y vea si
realmente lo ha dejado todo o todavía tiene el corazón apegado a algo que le impide seguir al Señor
con plena libertad interior. Optar por Cristo siempre será la mejor opción de nuestra vida, porque
Él es el que da sentido a ella.
Elevemos las gracias a nuestro creador:Agradecemos a Dios por darnos la oportunidad de
levantarnos después de cada caída o tras pie y volver nuevamente al camino del bien.
Agradecemos a Dios por seguirnos invitando a seguirte a pesar de nuestros pecados.
Gracias Señor
Pidamos la intersección de nuestro Padre.
Para que señor nos dé fe, esperanza, valor y perseverancia para seguir su camino sin mirar atrás.
Roguemos al Señor.
Nos unimos todos en oración diciendo:
Padre nuestro…
Del mismo modo pediremos a nuestra madre María que nos proteja con su manto protector diciendo.
Dios te Salve María…
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén

Miércoles 31 de mayo
Iniciamos la mañana poniéndonos en presencia del Señor y hacemos la señal que nos identifica como
cristiano, diciendo:
“En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén”
Lectura del santo evangelio según san Lucas
T: Gloria ti señor
En aquellos días, María se levantó y se puso en camino de prisa hacia la montaña, a una ciudad de
Judá; entró en casa de Zacarías y saludó a Isabel.
Aconteció que, en cuanto Isabel oyó el saludo de María, saltó la criatura en su vientre. Se llenó
Isabel del Espíritu Santo y levantando la voz, exclamo:
«¡Bendita tú entre las mujeres, y bendito el fruto de tu Vientre!
¿Quién soy yo para que me visite la madre de mi Señor? Pues en cuanto tu saludo llegó a mis oídos,
la criatura saltó de alegría en mi vientre. Bienaventurada la que ha creído, porque lo que te ha dicho
el Señor se cumplirá».
María dijo:
«Proclama mi alma la grandeza del Señor, se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador; porque ha
mirado la humillación de su esclava.
Desde ahora me felicitarán todas las generaciones, porque el Poderoso ha hecho obras grandes por
mi: “su nombre es santo, y su misericordia llega a sus fieles de generación en generación.
Él hace proezas con su brazo: dispersa a los soberbios de corazón, “derriba del trono a los
poderosos y enaltece a los humildes, a los hambrientos los colma de bienes y a los ricos los despide
vacíos.
Auxilia a Israel, su siervo, acordándose de la misericordia - como lo había prometido a nuestros
padres - en favor de Abrahán y su descendencia por siempre».
María se quedó con Isabel unos tres meses y después volvió a su casa.
Palabra del Señor
T (Gloria a ti Señor Jesús)
Reflexión
María es llamada también bienaventurada, dichosa por ser creyente. Ella ha creído como Abraham.
La fe le da la palabra y la movilidad. María es discípula y se pone al servicio de su Hijo; su voz, su
saludo transforma a Isabel y suscita la alegría de los últimos tiempos. Y es en este momento cuando
María proclama su Magníficat.
El cántico está ambientado en la casa de Zacarías y constituye la respuesta de María a las palabras
de Isabel. Los protagonistas son respectivamente María y el Señor.
El canto de María es ahora el canto de los pequeños y de los pobres. Es Dios el que ha hecho
proezas, ha dispersado a los soberbios, ha derribado a los poderosos, ha exaltado a los humildes, ha
colmado de bienes a los hambrientos, ha despedido a los ricos y ha auxiliado a Israel. En el
Magníficat se da una relación temporal de pasado, presente y futuro. La intervención divina
celebrada por María cumple aquello que Dios había anunciado a nuestros Padres. Aquello que Dios ha
cumplido en el pasado, aquello que él cumplirá en el futuro y aquello que ha comenzó a obrar en
María. Lucas presenta a los pobres como aquellos que dependen en todo de Yahvé y gritan a El en su
aflicción. María proclama por anticipado el Evangelio. Ella queda inserta entre los “abatidos del
país”, entre los pobres. Todo lo que ha sucedido en la humilde esclava de Dios, se torna canto,
alegría, se convierte en felicitación por todas las generaciones y es a su vez motivo de esperanza
para el pobre, el que sufre, el que se lamenta.
Elevemos las gracias a nuestro creador:
Agradecemos a Dios por darnos a María como madre de Jesús y madre nuestra
Gracias Señor
Pidamos también a nuestro Padre.
Por nosotros, para que siempre tengamos en cuenta a María como nuestra madre y recurramos a
ella ante cualquier vicisitud de la vida. Roguemos al Señor.
Nos unimos todos en oración en esta cuarta semana de cuaresma diciendo:
Padre nuestro…
Del mismo modo pediremos a nuestra madre María que nos proteja con su manto protector diciendo.
Dios te Salve María…
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén

Jueves 01 de junio
Iniciamos la mañana poniéndonos en presencia del Señor y hacemos la señal que nos identifica como
cristiano, diciendo:
“En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén”
Lectura del santo Evangelio según san Mateo
T (Gloria a ti Señor)
Palabra del señor
Jesús fue con ellos a un huerto, llamado Getsemaní, y dijo a los discípulos:
«Sentaos aquí, mientras voy allá a orar».
Y llevándose a Pedro y a los dos hijos de Zebedeo, empezó a sentir tristeza y angustia.
Entonces les dijo:
«Mi alma está triste hasta la muerte; quedaos aquí y velad conmigo».
Y adelantándose un poco cayó rostro en tierra y oraba diciendo:
«Padre mío, si es posible, que pase de mí este cáliz. Pero no se haga como yo quiero, sino como
quieres tú».
Y volvió a los discípulos y los encontró dormidos. Dijo a Pedro:
« ¿No habéis podido velar una hora conmigo? Velad y orad para no caer en la tentación, pues el
espíritu está pronto, pero la carne es débil».
De nuevo se apartó por segunda vez y oraba diciendo:
«Padre mío, si este cáliz no puede pasar sin que yo lo beba, hágase tu voluntad».

T (Gloria a ti Señor Jesús)


Reflexión
Ambiente de intimidad en el huerto de los olivos. Jesús, como en tantas ocasiones se retira para
abandonarse en las manos del Padre. Lleva consigo al grupo de los íntimos, en un momento de
trascendental importancia, se debate entre la vida y la muerte: «Mi alma está triste hasta la
muerte». Necesita experimentar la compañía de los suyos en ese momento: «Velad conmigo». Estad
despiertos a las necesidades de los que te necesitan, de los sufrientes.

Getsemaní como lugar de encuentro con la voluntad del Padre. Getsemaní, lugar en el que lo humano
se revela en contra de la cruz, del dolor, del sin sentido: «Padre mío, si es posible, que pase de mí
este cáliz». Getsemaní lucha interna, donde parece que todo es oscuridad y tiniebla. Los amigos, los
próximos: «¡Dormidos!» Qué vacío tan grande: ¿No habéis podido velar una hora conmigo? El silencio
de Dios en la oscuridad de la prueba. Todo parece que ha caído bajo el peso del «cordero llevado al
matadero». No hay salida posible.

La batalla interna de Getsemaní sigue adelante. Cuesta mucho hacer todo el proceso de entrega
total. De poner toda tu vida en las manos de Dios: «Padre mío, si es posible…»; «Padre mío, si este
cáliz…» Hasta la aceptación total de la cruz. De la misión. Beber el trago amargo: «Hágase tu
voluntad». Por amor, pongo mi vida en tus manos. El Sumo Sacerdote ha comprendido el proceso de
su vida de servicio: «Yo he venido para que tengan vida y la tengan abundante. Yo soy el Buen
Pastor. El buen pastor da su vida por las ovejas» (Jn 10,10-11). El cordero del sacrificio, que acaba
con la tiniebla del pecado y da la vida para que otros se beneficien de una vida en el Amor.
Elevemos las gracias a nuestro creador:
Agradecemos Jesús por aceptar sacrificar su vida por nosotros a pesar de todo.
Gracias Señor
Pidamos también a nuestro Padre.
Por todos aquellos que aún no comprender el significado del sacrificio de Jesús por nosotros.
Roguemos al Señor.
Por nosotros para ser reales colaboradores dentro y fuera de nuestra institución educativa.
Roguemos al Señor.
Nos unimos todos en oración diciendo:
Padre nuestro…
Del mismo modo pediremos a nuestra madre María que nos proteja con su manto protector diciendo.
Dios te Salve María…
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén

Viernes o2 de junio
Iniciamos la mañana poniéndonos en presencia del Señor y hacemos la señal que nos identifica como
cristiano, diciendo:
“En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén”
Lectura del santo evangelio según san Marcos
T (Gloria a ti Señor)
Después que la muchedumbre lo hubo aclamado, entró Jesús en Jerusalén, derecho hasta el templo,
lo estuvo observando todo y, como era ya tarde, se marchó a Betania con los Doce.
Al día siguiente, cuando salió de Betania, sintió hambre. Vio de lejos una higuera con hojas y se
acercó para ver si encontraba algo; al llegar no encontró más que hojas, porque no era tiempo de
higos. Entonces le dijo:
«Nunca jamás coma nadie de ti.»
Los discípulos lo oyeron.
Llegaron a Jerusalén, entró en el templo y se puso a echar a los que traficaban allí, volcando las
mesas de los cambistas y los puestos de los que vendían palomas. Y no consentía a nadie transportar
objetos por el templo.
Y los instruía, diciendo:
«¿No está escrito: “Mi casa se llamará casa de oración para todos los pueblos” Vosotros, en cambio,
la habéis convertido en cueva de bandidos».
Se enteraron los sumos sacerdotes y los escribas y, como le tenían miedo, porque todo el mundo
estaba asombrado de su doctrina, buscaban una manera de acabar con él.
Cuando atardeció, salieron de la ciudad.
A la mañana siguiente, al pasar, vieron la higuera seca de raíz. Pedro cayó en la cuenta y dijo a
Jesús:
«Maestro, mira, la higuera que maldijiste se ha secado».
Jesús contestó:
«Tened fe en Dios. Os aseguro que si uno dice a este monte: “Quítate de ahí y tirate al mar”, no con
dudas, sino con fe en que sucederá lo que dice, lo obtendrá.
Por eso os digo: Cualquier cosa que pidáis en la oración, creed que os la han concedido, y la
obtendréis.
Y cuando os pongáis a orar, perdonad lo que tengáis contra otros, para que también vuestro Padre
del cielo os perdone vuestras culpas».
Palabra del Señor
T (Gloria a ti Señor Jesús)
Reflexión
Mi casa es casa de oración para todos los pueblos
Esa es la forma en que Jesús se enfrenta a las corruptelas que el clero del templo ha ido
introduciendo en el mismo, con la excusa de la pureza del sacrificio o la limosna. Ciertamente las
leyes del Templo exigen que el animal sacrificado a Dios, sea un animal perfecto, sin taras, sin
defecto y posiblemente un animal así, apto para el sacrificio en el altar no era fácil de traer desde
lejos. Por esto se habían ido introduciendo en el Templo, los cambistas, que cambiaban el dinero
impuro por monedas oficialmente puras. No se podían usar como ofrenda, por ejemplo, monedas del
Imperio que llevaran la imagen del emperador. Estas eran monedas idolátricas e impuras. Sin
embargo los peregrinos que llegaban al Templo solo disponían de la moneda de uso corriente en sus
lugares de origen. Era necesario dotarse de dinero legalmente puro para poder ofrecerlo a los
sacerdotes. Lo mismo pasaba, seguramente, con los animales destinados al sacrificio.

Es posible que levitas y sacerdotes, hubieran establecido un mercadillo de intercambios de impuro


por puro, seguramente con alguna ganancia para ellos. Y esto ha hecho enfurecer a Jesús pues está
viendo la corruptela que conllevan estas transacciones, y así, echando fuera a los abusadores,
celosos de una pureza ritual, quiere hacer del templo un lugar apropiado para la oración y la caridad.
La frase, sin duda de origen divino, “no quiero sacrificios, sino misericordia”, está en el fondo de la
acción de Jesús.

El hermoso versículo final pone un cierre de oro al fragmento que hemos leído hoy: “Cuando os
pongáis a orar, perdonad lo que tengáis contra otros, para que vuestro Padre del Cielo perdone
vuestras culpas”.
Elevemos las gracias a nuestro creador:
Agradecemos a Dios por seguir siendo cristianos creyentes en ti y en tu palabra.
Gracias Señor
Pidamos la intersección de nuestro Padre.
Por los que saben perdonar y por aquellos que aun no lo consiguen ayúdalos a reflexionar y a
descubrir que el perdón ennoblece nuestros corazones nos llena de paz. Roguemos al Señor.
Por aquellos que se esfuerzan constantemente por mantener viva tu presencia entre nosotros
los cristianos Roguemos al Señor.
Nos unimos todos en oración en esta cuarta semana de cuaresma diciendo:
Padre nuestro…
Del mismo modo pediremos a nuestra madre María que nos proteja con su manto protector
diciendo. Dios te Salve María…
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén

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