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Hora Santa: 17 Abril del 2021.

Canto

Exposición del Santísimo.

Celebrante: En los Cielos y en la tierra, sea para siempre Bendito y Alabado.


Todos: El corazón amoroso de Jesús Sacramentado
Sacerdote: ¡Viva Jesús Sacramentado, Bendito y Alabado seas por siempre
Señor! ¡Nos sentimos alegres a tu lado! ¡Nos sentimos felices de saber que en ti
está el Dios mismo! ¡Gracias, Señor, por tu humildad, por haberte hecho nuestro
igual y haber dado la vida en la Cruz por nuestra salvación! ¡Gracias, Señor,
porque en este pequeño trozo de Pan radica el misterio inmenso del don de tu
persona, que hiciste hermosamente perenne en la última cena!
Padre Nuestro, Ave María y Gloria al Padre……..

Canto

Celebrante: En los Cielos y en la tierra, sea para siempre Bendito y Alabado.


Todos: El corazón amoroso de Jesús Sacramentado.
Sacerdote: ¡Viva Jesús Sacramentado, Bendito y Alabado seas por siempre
Señor! ¡Queremos Señor, Adorarte porque eres el Amor de los Amores, porque tu
presencia en la custodia todo lo llena, todo lo bendice, todo lo ilumina, todo lo
renueva, todo lo transforma, todo lo cambia¡ Porque contemplándote en este
pequeño trozo de Pan nuestro corazón se abre de par en par y sale lo mejor de
nosotros mismos!
Padre Nuestro, Ave María y Gloria al Padre……..

Canto

Celebrante: En los Cielos y en la tierra, sea para siempre Bendito y Alabado.


Todos: El corazón amoroso de Jesús Sacramentado
Sacerdote: ¡Viva Jesús Sacramentado, Bendito y Alabado seas por siempre
Señor! ¡Gracias Jesús Sacramentado porque tu presencia viva y real hace
verdad, vivifica mi fe, agranda mi esperanza, intensifica mi amor por ti, por la
verdad de tu palabra!
¡Contemplándote, Jesús Sacramentado en esta humilde Hostia te pido la gracia
de la fidelidad a tu evangelio y a la firmeza de mi corazón para ser cada día más
como tú quieres que sea! ¡Y a ti, María Virgen Sanísima Madre de Jesús y Madre
nuestra, te pido que me enseñes a descubrir en la Eucaristía el valor del sacrificio
de Jesús que nos redimió del pecado y nos haga crecer en la verdad y nos
impulse a aprovechar los frutos de su redención!
Padre Nuestro, Ave María y Gloria al Padre……..
Canto
ORACIÓN A JESÚS SACRAMENTADO

Señor, Padre Santo que en Jesucristo tu Hijo, presente realmente en la


Eucaristía, nos das el testimonio más grande de la fidelidad de tu amor te
pedimos que nos concedas en ésta Cuaresma por la Oración, el Ayuno y la
Limosna que la escucha atenta de tu palabra, ilumine nuestras vidas par que no
tengamos miedo de abrir las puertas de nuestro corazón a Cristo y así; sepamos
sobrellevar los difíciles momentos marcados por el dolor y sufrimiento, y podamos
perseverar como hijos tuyos dando testimonio de tu amor.

Dios misericordioso, fuente inagotable de bondad, que nos has propuesto


como remedio del pecado el ayuno, la oración y las obras de misericordia, mira
con piedad a quienes reconocemos nuestras miserias y estamos agobiados por la
violencia reconfortamos con tu amor, para que podamos asumir nuestro
compromiso de ser por nuestro Bautismo ciudadanos responsables en la
promoción de la esperanza, la justicia y la paz.
Ayúdanos a desprendernos de nuestro egoísmo, de pensar sólo en nosotros
mismos orar y pedir por todos nuestros hermanos que en estos momentos están
sin empleo o enfermos por ésta Pandemia, ten misericordia por todos nosotros.
Amén.

Proclamación de la Palabra de Dios:

Lectura del Santo Evangelio (San Juan 5, 31-47)


Gloria a Ti Señor.

En aquel tiempo, Jesús les dijo a los judíos: “Si yo diera testimonio de mí,
mi testimonio no tendría valor; otro es el que da testimonio de mí y yo bien
sé que ese testimonio que da de mí, es válido.
Ustedes enviaron mensajeros a Juan el Bautista y él dio testimonio de la
verdad. No es que yo quiera apoyarme en el testimonio de un hombre. Si
digo esto, es para que ustedes se salven. Juan era la lámpara que ardía y
brillaba, y ustedes quisieron alegrarse un instante con su luz. Pero yo tengo
un testimonio mejor que el de Juan: las obras que en el Padre me ha
concedido realizar y que son las que yo hago, dan testimonio de mí y me
acreditan como enviado del Padre.

El Padre, que me envió, ha dado testimonio de mí. Ustedes nunca han


escuchado su voz ni han visto su rostro, y su palabra no habita en ustedes,
porque no le creen al que él ha enviado.

Ustedes estudian las Escrituras pensando encontrar en ellas vida eterna;


pues bien, ellas son las que dan testimonio de mí. ¡Y ustedes no quieren
venir a mí para tener vida! Yo no busco la gloria que viene de los hombres;
es que los conozco y sé que la palabra de Dios no está en ellos. Yo he
venido en nombre de mi Padre y ustedes no me han recibido. Si otro viniera
en nombre propio, a ése si lo recibirían. ¡Cómo va a ser posible que crean
ustedes, que aspiran a recibir gloria los unos de los otros y no buscan la
gloria que solo viene de Dios!

No piensen que yo los voy a acusar ante el Padre; ya hay alguien que los
acusa: Moisés, en quien ustedes tienen su esperanza. Si creyeran en
Moisés, me creerían a mí, porque él escribió acerca de mí. Pero, sí no dan fe
a sus escritos, ¿cómo darán fe a mis palabras?”.
Palabra del Señor.
Gloria a ti Señor.

Canto

UN MOMENTO DE SILENCIO

MEDITACIÓN DEL PAPA FRANCISCO:


Creer no es añadir una opinión a otras. Y la convicción, la fe en que Dios
existe, no es una información como otras. Muchas informaciones no nos importa
si son verdaderas o falsas, pues no cambian nuestra vida. Pero, si Dios no existe,
la vida es vacía, el futuro es vacío. En cambio, si Dios existe, todo cambia, la vida
es luz, nuestro futuro es luz y tenemos una orientación
para saber cómo vivir.

Por eso, creer constituye la orientación fundamental de nuestra vida. Creer,


decir: “Sí, creo que tú eres Dios, creo que en el Hijo encarnado estás presente
entre nosotros”, orienta mi vida, me impulsa a adherirme a Dios, a unirme a Dios
y a encontrar así el lugar donde vivir, y el modo como debo vivir. Y creer no es
sólo una forma de pensamiento, una idea; como he dicho, es una acción, una
forma de vivir. Creer quiere decir seguir la senda señalada por la palabra de Dios.

UN MOMENTO DE SILENCIO

REFLEXIÓN:

Creer no es añadir una opinión a otras. Nosotros tenemos muchas opiniones


de Dios en nuestras vidas. Pasa con mucha frecuencia que pensamos que Dios
es un juez, el omnipotente dictador de los cielos que gobierna con suprema
autoridad. Algo muy diferente de lo que es realmente Dios. Por eso, nos cuesta
aceptar, creer y hacer Su voluntad. ¡Dios no es así! Dios es misericordia, perdón,
amor. Dios no se porta como dictador, sino, más bien, como un Padre que corrige
para señalar el camino correcto, porque ama y quiere lo mejor para su hijo. Actúa
sabiendo que va a doler, pero es para que todo salga adelante.
En esta verdadera orientación, encontramos a Dios, y surge natural la
confianza de que creemos en Dios, porque hemos hecho la experiencia del
verdadero Dios, aquel que comprende, entiende y ayuda. Y es lógico que,
después de esta experiencia tan fuerte y viva, nuestro creer se transforme en
acción. Un creer que va más allá de lo que es aceptar el amor de Dios de forma
pasiva; un creer que se compromete a entregarse totalmente a Él, en lo que me
pida.

Jesús en este evangelio nos dirige un reproche. Cristo intenta defender su


nombre, no porque le interesara en sí, sino para que mayor número de personas
creyeran en Él. Hace un esfuerzo por presentarse ante los judíos, siguiendo su
mentalidad de confiar en el testimonio de otros.

Hace y dice todo cuanto puede. Sin embargo, parece que sus palabras chocan
y resbalan, ante la incredulidad de los corazones soberbios.

Jesús apela al testimonio mismo del Padre, manifestado en los escritos de


Moisés y en Juan Bautista. Al primero, Dios lo había elegido para liberar y guiar a
su pueblo a través del desierto hacia la tierra prometida. ¿No es Jesús mismo
que nos guía en medio del desierto de nuestra vida hasta la patria eterna? El
segundo, Juan, proclamó la llegada del Mesías y propuso un bautismo de
penitencia. Jesús, en otro pasaje afirma, que era Elías, señalado como su
predecesor, que allanaría montes y rellenaría valles para el paso del Señor. ¿No
es Jesús la voz que sigue gritando en el desierto de las conciencias de tantos
hombres, llamándoles a la conversión, atrayéndolos a su amor? Pero los judíos
no le entendieron. ¿Le entenderemos hoy nosotros?

Es triste, pero es verdad. En este evangelio Jesús nos reprocha no haber


comprendido su mensaje. Vamos en busca de la gloria que da el mundo a
quienes obran según el slogan del momento. Corremos tras la vanidad del tener
más y más; sin compartir lo que Él mismo nos ha dado: amor, cariño y
comprensión. Esto es leer las escrituras y no entender el mensaje de Cristo: ir a
misa y después no vivir el evangelio; llamarse cristiano y apenas conocer a
Jesús. Pero Jesús es paciente. Nos espera. Y si nos reprocha algo en nuestra
conciencia, es porque nos ama y nos quiere cerca de su amantísimo Corazón.
Podemos corresponderle, acercándonos a la parroquia, viviendo y compartiendo
nuestra fe. Regalando al mundo sonrisa que da la alegría de la esperanza y la
confianza en Jesús.

Canto
ORACIÓN POR EL PUEBLO DE TABASCO
Salmo 32 (31)
En cada versículo repetiremos:
“Dichoso el que es absuelto de su pecado”
Dichoso el que es absuelto e pecado
y cuya culpa le ha sido borrada.
Todos: “Dichoso el que es absuelto de su pecado”
Dichoso el hombre aquel
a quien Dios no le nota culpa alguna
y en cuyo espíritu no se halla engaño.
Todos: “Dichoso el que es absuelto de su pecado”
Hasta que no lo confesaba,
se consumían mis huesos,
gimiendo todo el día.
Todos: “Dichoso el que es absuelto de su pecado”
Tu mano día y noche pesaba sobre mí,
mi corazón se transformó en rastrojo
en pleno calor de verano.
Todos: “Dichoso el que es absuelto de su pecado”
Te confesé mi pecado,
no te escondí mi culpa.
Yo te dije: “Ante el Señor confesaré mi falta”.
Y tú, tu perdonaste mi pecado,
condenaste mi deuda.
Todos: “Dichoso el que es absuelto de su pecado”
Por eso el varón santo te suplica
en la hora de la angustia.
Aunque las granes aguas se desbordasen,
no lo podrán alcanzar.
Todos: “Dichoso el que es absuelto de su pecado”
Tú eres un refugio para mí,
me guardas en la prueba
y me envuelves con tu salvación.
Todos: “Dichoso el que es absuelto de su pecado”
“Yo te voy a instruir,
te enseñaré el camino,
te cuidaré, seré tu consejero.
Todos: “Dichoso el que es absuelto de su pecado”
No sean como el caballo o como el burro
faltos de inteligencia, cuyo ímpetu dominas
con la rienda y el freno.”
Todos: “Dichoso el que es absuelto de su pecado”
Muchos son los dolores del impío,
pero al que confía en el Señor
lo envolverá la gracia.
Todos: “Dichoso el que es absuelto de su pecado”
Buenos, estén contentos en el Señor,
y ríanse de gusto;
todos los de recto corazón, canten alegres
Todos: “Dichoso el que es absuelto de su pecado”

Todos: Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo.

Canto

Con María en el camino de la Cuaresma


¡Oh Virgen Inmaculada, Madre del verdadero Dios y Madre de la Iglesia! Tú, que
desde este lugar manifiestas tu clemencia y tu compasión a todos los que
solicitan tu amparo, escucha la oración que con filial confianza te dirigimos y
preséntalas ante tu hijo, único redentor nuestro.

Madre de Misericordia, maestra del sacrificio escondido y silencioso, a ti que


sales al encuentro de nosotros, los pecadores, te consagramos en este día todo
nuestro ser y todo nuestro amor. Te consagramos también nuestra vida, nuestro
trabajo, nuestras alegrías, nuestras enfermedades y nuestros dolores.

Da la paz, la justicia y la prosperidad a nuestros pueblos: ya que todo lo que


teneos y somos lo ponemos bajo tu cuidado, Señora y Madre nuestra, queremos
ser totalmente tuyos y recorrer contigo el camino de una plena fidelidad a
Jesucristo en su Iglesia: no nos sueltes de tu mano amorosa.

Virgen de Guadalupe, Madre de las Américas, te pedimos por todos los Obispos,
Sacerdotes, Diáconos y Religiosos, para que conduzcan a los fieles por senderos
de intensa vida cristiana, de amor y de humildad, servicio a Dios y a las almas.
Contempla a esta inmensa mies, e intercede para que el Señor infunda hambre
de Santidad en todo el pueblo de Dios, y otorgue abundantes vocaciones de
Sacerdotes y Religiosos, fuertes en la fe y celosos dispensadores de los
ministerios de Dios.

Concede a nuestros hogares la gracia de amor y de respetar la vida que


comienza, con el mismo amor con el que concebiste en tu seno la vida del Hijo de
Dios. Virgen Santa María, Madre del amor hermoso, protege a nuestras familias
para que estén siempre unidas y bendice la educación de nuestros hijos. Amén.

Canto
NOS PONEMOS DE RODILLAS)

RESERVA AL SANTÍSIMO

Celebrante: Les diste el pan del cielo


Asamblea: Que encierra en sí todo deleite
Oración:
Oh Dios que en este admirable Sacramento nos dejaste en memorial de tu
pasión, te pedimos nos concedas venerar de tal modo los sagrados ministerios
de tu cuerpo y de tu sangre, que experimentemos constantemente el fruto de tu
redención. Tú que vives y reinas en unión del espíritu santo y eres Dios por los
siglos de los siglos. Amén
 
BENDICION CON EL SANTISIMO
Canto: Sagrado corazón de Jesús,…...
 
Bendito sea Dios.
Bendito sea su santo Nombre.
Bendito sea Jesucristo, Dios y Hombre verdadero.
Bendito sea el Nombre de Jesús.
Bendito sea su Sacratísimo Corazón.
Bendita sea su Preciosísima Sangre.
Bendito sea Jesús en el Santísimo Sacramento del Altar.
Bendito sea el Espíritu Santo Paráclito.
Bendita sea la excelsa Madre de Dios, María Santísima.
Bendita sea su Santa e Inmaculada Concepción. 
Bendita sea su gloriosa Asunción.
Bendito sea el nombre de María Virgen y Madre. 
Bendito sea San José, su castísimo esposo. 
Bendito sea Dios en sus Ángeles y en sus Santos

CANTO:
Oh divino prisionero
de la cárcel del amor
quiero ser tu carcelero
sea mi pecho
sea mi pecho
tu prisión.
 

CANTO DE SALIDA…….
 

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