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ADORACION EMPROISTA

 CANTO DE ENTRADA (Cantemos al Señor de los amores)


 ORACION INICIAL

Señor Jesús, buenas noches:


Nos presentamos ante ti sabiendo que nos llamas y que nos amas tal como somos.
“Tú tienes palabras de vida eterna y nosotros hemos creído y conocido que tú eres el Hijo de
Dios”
Tu presencia en la Eucaristía ha comenzado con el sacrificio de la última cena y continúa como
comunión y donación de todo lo que eres.
Gracias por entregarte por mí, por nosotros tus hijos, ahora estamos aquí junto a ti, a tus pies
mi Señor, y con amor podemos contemplarte y amarte, aumenta nuestra fe mi Señor, aumenta
nuestra fe en tu amor.

Hemos venido a alabarte y adorarte, gracias Señor por permitirlo …

POR LA SEÑAL DE LA SANTA CRUZ…


CREDO... PADRE NUESTRO…
3 AVE MARIAS… GLORIA

1. PRIMER MISTERIO: EL BAUTISMO DE JESÚS EN EL RÍO JORDÁN

En este primer misterio estaremos renovando nuestro bautismo y nuestra fe, buscando vivir
nuestro cuarto día como hijos de la Luz.

Nos preguntamos: ¿cómo está nuestra fe en Cristo? ¿cómo hemos vivido nuestra fe desde
nuestro bautismo?
A veces nos volvemos ciegos o confiamos en pequeñas luces y empezamos a vivir en
oscuridad.
¿qué implica comportarnos como hijos de la Luz?
Exige un cambio radical de mentalidad, una capacidad de juzgar en otra escala de valores que
vienen de Dios. Debemos transformar nuestros corazones y la vida de nuestros familiares y
demás hermanos en Cristo. A su vez, tener nuestro corazón dispuesto para aceptar la luz de
Dios.
Abandonemos las luces frías y falsas que incluso nos lleva a tener prejuicios contra otros, que
muchas veces nos lleva hablar mal de los demás.
Dejemos de lado la luz del interés personal, cuando evaluamos a los demás según nuestra
conveniencia y satisfacción.

Petición:
Que nuestra Madre la Virgen María, que fue la primera en acoger a Jesús, la luz del mundo,
nos de la gracia de acoger la luz de la fe redescubriendo el don del bautismo que todos hemos
recibido. Y que esta nueva iluminación nos transforme las actitudes y acciones para que
nosotros a partir de nuestra pobreza, de nuestras pequeñeces y miserias, podamos ser
portadores de la luz de Cristo.

1 Ave Maria…
Canción: (Dios está aquí, tan cierto como el aire que respiro.)
2. SEGUNDO MISTERIO: LA AUTO REVELACIÓN DE JESÚS EN LAS BODAS DE CANÁ.

“Este es uno de los signos de Jesús y lo hizo en Caná”, manifestó su gloria y sus discípulos
creyeron en él.
El agua es necesaria para vivir, pero el vino expresa la abundancia del banquete y la alegría de
la fiesta. El vino es necesario para la fiesta.
Para cada uno de nosotros sacar las tinajas equivale a confiar en la palabra de Dios para
experimentar su eficacia en la vida.
También hoy la Virgen nos dice “hagan lo que él les diga”, servir al Señor significa escuchar y
poner en práctica su palabra, es el programa de vida del cristiano.
En Caná los discípulos de Jesús se convierten en su familia y en Caná nace la fe de la Iglesia. A
estas bodas todos nosotros estamos invitados, porque el vino nuevo no faltará más.

Petición:
Maria, Madre mía intercede por nuestras vidas para que en el día a día, no nos falte el vino
que llene de alegría nuestros corazones.

1 Ave Maria…
Canción: (Rey de Reyes, Señor de señores)

3. TERCER MISTERIO: EL ANUNCIO DEL REINO DE DIOS.

En este misterio de luz, Cristo anuncia la buena nueva y nos invita a nosotros los pecadores al
banquete del reino porque él nos dice, que no ha venido a llamar a los justos sino a los
pecadores, nos llama a la conversión para una vida nueva, una vida en el Espíritu, y nos
demuestra con palabras y con hechos la misericordia sin límites del Padre y la inmensa alegría
en el cielo por un solo pecador que se convierta. La prueba más grande de este amor será el
sacrificio de su propia vida para el perdón de todos nuestros pecados.

Jesús es misericordioso, es amor por eso acerquémonos a Él con humilde Fe a través del
sacramento de la reconciliación, y seamos parte de ese reino que el tanto añora que
pertenezcamos, porque lo que Él anuncia es luz, salvación, paz, es un reino que no tenemos
que esperar, menos para después de la muerte, porque el Reino comienza hoy.

Petición:
Mamita María, ayúdanos a poder convertirnos para vivir según el Evangelio como hijos fieles
de Dios, Confiamos en tu presencia maternal para orientarnos, para descubrir aquello en lo
que debemos cambiar, para reavivar nuestro amor a Cristo.

1 Ave Maria…
Canción: (Te necesito)

4. CUARTO MISTERIO: LA TRANSFIGURACIÓN DE JESÚS

La transfiguración nos invita abrir los ojos del corazón al misterio de la luz de Dios.
Pedir, buscar y llamar son tres ingredientes que nos ayudan a ponernos en contacto con Dios
cuando somos tentados. Jesús nos mostraba que el único camino que nos conduce a Dios es la
fidelidad y la coherencia de vida… A mayor grado de fidelidad y coherencia, el pecado más se
acerca a nosotros. Por eso, una buena dosis de confianza y de oración es lo que nos ayuda en
esos momentos de flaquezas resistir firmes en la fe.
Que nuestro cuarto día sea de preparación constante como lo tuvo nuestro Señor Jesucristo y
que luego padeció antes de su entrega de amor hacia nosotros. Que no solamente digamos
como Pedro: ¡Qué bien se está aquí! Cuando todo nos va bien en la vida, sino que sepamos
aceptar nuestra cruz y cargar con ella cada día, porque será luego que de superar muchas
cosas que nos encontraremos con Cristo. Pues sabemos que, cuando se nos manifieste,
transformará nuestros cuerpos mortales, eliminando de ellos todas las miserias, y
configurándolos con su cuerpo glorioso e inmortal...

Que la Transfiguración de Jesús nos lleve a la reflexión de ese cambio radical que debemos dar
en nuestras vidas, de despojarnos de nuestros hombres y mujeres viejos; sentir hoy lo mismo
cuando te sentiste con muchas ganas de cambiar, ser mejor y hacer mejor las cosas ese
domingo al terminar tu encuentro.

Nos preguntamos entonces: Jesús nos está preparando para cosas buenas de verdad. ¿El caso
es saber, si hoy nos lo merecemos?

Petición:
Pidamos a nuestra Madre la Virgen María en esta noche que nos ayude a que cada uno de
nosotros, personalmente y comunitariamente tengamos una transfiguración con Cristo
Resucitado y desde ese acontecimiento, sepamos transmitir a nuestro mundo la esperanza y la
fe en medio del sufrimiento y las controversias.

1 Ave María…
Canción: (Jesús, eres digno de alabar –Athenas)

5. QUINTO MISTERIO: LA INSTITUCIÓN DE LA EUCARISTÍA EN LA ÚLTIMA CENA

Podríamos imaginar a los discípulos alrededor de Jesús, escuchando palabras que quizás no
comprendían, puesto que para ellos y para cualquiera de nosotros sería difícil entender que un
pedazo de pan y una porción de vino puedan convertirse en el Cuerpo y la Sangre de Cristo.
Para esto se requiere de una gracia especial que solamente viene de Dios y que es recibida
solo por aquellos de corazón humilde “que creen sin haber visto”. 
Jesús nos pide tener un corazón humilde, un espíritu transfigurado en el Suyo y nos llama
aparte para imitarlo en la oración. 
Jesús nos revela que se queda con nosotros en el Pan Eucarístico y nos pide “coman y beban
de él porque este es mi Cuerpo”.
Jesús nos dice que le pidamos a El que nos regale la virtud de la fe, para creer firmemente en la
Santa Eucaristía, para disponer de un tiempo para acompañarlo en el Sagrario fuente de gracia
que sacia nuestro espíritu y lo fortalece. Para asistir a la celebración de la Santa Eucaristía, la
Santa Misa. Para que con nuestras buenas acciones podamos día a día construir el camino de
nuestra salvación, para ser dignos de entrar en su Reino y vivir junto a Él por toda la eternidad.

¿Qué más podría habernos dado Jesús? Se hizo comida y bebida para que eternamente
podamos participar de su propia vida.

Petición:
Por este Misterio, pidamos a nuestra mamita María la gracia de crecer ardorosamente en la devoción
eucarística, y de jamás perder la oportunidad de comulgar con toda nuestra fe, esperanza y amor.

1 Ave Maria…
Canción: (Gloria – Valverde)
SALVE

Dios te salve, Reina y Madre de misericordia,


vida, dulzura y esperanza nuestra.
Dios te salve.
A Tí clamamos los desterrados hijos de Eva,
a Tí suspiramos, gimiendo y llorando en este valle de lágrimas.
Ea, pues, Señora Abogada Nuestra,
vuelve a nosotros tus ojos misericordiosos,
y después de este destierro, muéstranos a Jesús,
fruto bendito de tu vientre.
Oh, clemente, oh piadosa, oh dulce Virgen María.
Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios,
para que seamos dignos de alcanzar
las promesas de Nuestro Señor Jesucristo. Amén.

 ORACION FINAL
 CANTO DE SALIDA (Tarde te amé - Pablo Martinez)

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