La exposición oral es la presentación de un conjunto de
ideas frente a un público presente con la intención de dar a conocer un tema. Esta es una importante forma de transmitir información a varias personas a la vez. Cuando se realiza requiere de una buena preparación que organice toda la información. Al ser un evento académico, el expositor debe utilizar un lenguaje formal, de acuerdo con la situación comunicativa y a quién se dirija el mensaje. Cuando la exposición se realiza ante un público con distintos intereses se denomina conferencia. CARACTERÍSTICAS DE LA EXPOSICIÓN ORAL La información debe ser concisa para despejar dudas. El desarrollo de la exposición se hará de forma clara, sencilla y ordenada. La intención de la exposición oral es crear un ambiente de comunicación e interacción entre sus protagonistas. Al concluir con la exposición, el expositor deberá dada por finalizada su exposición con las conclusiones respectivas acerca del tema respectivo. ESTRUCTURA DE LA EXPOSICIÓN ORAL 1. Introducción.-Se presenta el tema de la exposición. En ella se realiza un breve resumen orientado a despertar el interés del auditorio sobre las partes a tratar. También se presenta el objetivo que se propone alcanzar. La introducción a un tema se puede hacer de muchas maneras: revisando un tema, contando anécdotas, utilizando el humor, dando un ejemplo, realizando preguntas, etc. 2. Desarrollo.-Es el momento en que se exponen las ideas de forma ordenada, utilizando tus argumentos. Se debe ordenar el discurso por tópicos, así como preparar el material de apoyo. 3. Conclusión.-Se resume brevemente todo lo expuesto y se termina con tus conclusiones. PASOS PARA UNA EXPOSICIÓN ORAL Preparación de la exposición: a. Delimitar el tema b. Identificar la información requerida c. Distribución de temas entre los integrantes d. Recoger la información e. Seleccionar la información f. Elaborar un esquema CONDICIONES DEL EXPOSITOR El lenguaje corporal.- El expositor debe dominar el escenario en el que se mueve, actuando con naturalidad: • La posición del cuerpo y la expresión facial han de ser lo más distendidas posibles. • Debemos controlar nuestros gestos, evitando la gesticulación excesiva aunque debemos remarcar con ademanes oportunos aquello que estamos diciendo. • La mirada es un elemento fundamental, ya que hay que mantener el contacto visual con el auditorio, dirigiéndose al conjunto y no a una persona concreta. La expresividad de la voz.- La pronunciación debe ser clara y el volumen de voz adecuado para que el mensaje llegue con nitidez al auditorio: • Debemos evitar hablar en voz demasiado baja o gritar. • Una entonación modulada, acompasada a los contenidos, contribuirá al éxito de nuestra actuación. • Evitar el atropellamiento y la monotonía que acaban aburriendo al auditorio provocando que se desentiendan del mensaje. El discurso.- Debemos seguir el esquema fijado en el guión que hemos elaborado previamente. • Explicar al principio el tema que se va a tratar y la estructura que va a tener nuestro discurso. • Empezar la exposición de una manera atractiva al público. Si se consigue captar desde el primer momento la atención del oyente, este seguirá con mayor interés las fases posteriores de la exposición. • Durante la intervención, hay que proporcionar al oyente ideas fundamentales. Se puede destacar esas informaciones empleando un tono más enfático. • Debe finalizarse la exposición retomando las líneas fundamentales y resumiendo las distintas conclusiones analizadas. El auditorio.- El orador ha de prestar atención a las reacciones del público y reorientar su exposición en función de ellas; si vemos que nuestro auditorio se aburre o se distrae, debemos dar mayor expresividad a nuestra intervención o introducir algún elemento que evite la monotonía: preguntas dirigidas al auditorio, pausas para recuperar la atención, cambios de tono, etc. Es importante que el público siempre anote las ideas del expositor. Para entrar en contacto con el auditorio se debe mirar directamente a los oyentes sin fijar la mirada en una sola persona o sector. Significa “barrer con la mirada” El uso de materiales de apoyo.- Conviene emplear recursos visuales para ilustrar y amenizar la exposición. Por ejemplo: dibujar en la pizarra esquemas o gráficos, realizar una presentación en Power Point, traer material auxiliar (gráficos, cuadros resúmenes, fotografías) Este tipo de recursos ayudan a estructurar la exposición, facilitan la comprensión y mantienen despierta la atención del público. La presentación debe contener la información fundamental, presentada de forma esquemática. Se recogerán las ideas principales de cada apartado, acompañándolo de aquellas imágenes o esquemas que sirvan para apoyar esas ideas o presentar datos complementarios.