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DEPARTAMENTO DE COMUNICACIÓN
COMUNICACIÓN – III SEMETRE
La exposición oral
La exposición es un tipo de discurso cuyo fin primordial es transmitir información. Es una de las
manifestaciones de expresión propias de los textos didácticos. Esta finalidad se puede concretar de
formas muy distintas, ya sea en lengua oral o escrita: son exposiciones el artículo especializado en el que
un científico da a conocer sus descubrimientos, la noticia periodística mediante la cual esos mismos
descubrimientos se divulgan, el ejercicio de examen en el que un alumno desarrolla un tema propuesto
o la explicación oral que un guía realiza mientras enseña un museo a un grupo de turistas. En cualquiera
de esos casos el emisor debe tener un conocimiento profundo del tema que trate. Para nuestro caso, la
exposición se tratará de un en texto elaborado de forma colectiva en que se socializará un contenido de
forma oral valiéndose de un profundo conocimiento y con el soporte de ayudas audiovisuales. Es así que
el tipo de exposición que se adelantará será la didáctica.
Características.
La exposición se hará de forma clara, sencilla y ordenada para que se entienda bien.
La introducción debe tener una estructura breve, motivadora y precisa. Debemos comenzar con un
saludo de bienvenida, para luego seguir con un comienzo llamativo que capte la atención del público.
Luego seguiremos con una definición de mensaje, planteando objetivos y terminaremos la introducción,
con una motivación sobre el interés que tiene tema para el auditorio.
Reglas de oro a considerar en esta parte: demostrar una actitud de seguridad y confianza en uno mismo:
con la forma de pararse adelante, de mirar y de decir las primeras palabras. Tomar un poco de tiempo
antes de comenzar, todo debe estar en orden para que sólo haya que concentrarse en el público y en lo
que se desea exponer. No olvidemos usar expresiones tales como: me propongo exponer, el objetivo de
este, muchos piensan que, deseo manifestar mi, nos dirigimos a ustedes para, acabó de presenciar un
hecho que, sobre el tema de, es un hecho que, quisiera comenzar mi exposición diciendo que, en primer
lugar, en primer término, para empezar.
Es importante comenzar con una idea general de lo que se va decir. Debemos comenzar con las ideas
más generales para luego llegar a las ideas más específicas. Nuestro tema debe desarrollarse
argumentando cada una de las ideas expuestas, utilizando variada documentación, tales como, citas,
ejemplos, anécdotas, soportes audiovisuales, etc. debemos desarrollar el tema de una forma llamativa
y nunca monótona. No olvidemos usar expresiones tales como: a continuación, enseguida, en segundo
lugar, además, también, hay que añadir que, del mismo modo, igualmente, asimismo, en otras palabras,
es decir.
En esta parte debemos resumir las ideas principales sobre las cuales se ha desarrollado nuestro tema.
Aquí además se puede dar alguna opinión personal que tiene querer con resultados o conclusiones
nuestras.
Reglas de oro a considerar: se debe planificar bien la conclusión, no improvisarla. Avisar cuando se va a
llegar a la conclusión hacer saber al público que se acerca el final de la disertación por medio de
expresiones lingüísticas que expliciten que el discurso se va a terminar, tales como, en resumen,
resumiendo, en síntesis, en pocas palabras, en suma…
Después de haber expuesto nuestro tema debemos considerar un tiempo para responder a las
interrogantes de nuestro auditorio. Este punto es importante saber escuchar, responder claramente las
dudas con aclaraciones precisas, podemos usar fuentes documentales y relacionar las preguntas con
nuestras conclusiones.
COLEGIO SAN JOSÉ SURORIENTAL
DEPARTAMENTO DE COMUNICACIÓN
COMUNICACIÓN – III SEMETRE
Factores personales que inciden en una buena exposición oral: para realizar una buena exposición oral,
es necesario hablar ante un auditorio, pero no de cualquier forma sino más bien debemos cuidar o tener
siempre en cuenta algunos aspectos de nuestra persona debemos cuidar.
Superar la timidez
Adaptarse a los intereses y conocimientos del público
Ser claros: hablar alto y lentamente precisar ideas
Transmitir sinceridad y convencimiento de lo que exponemos
Mostrarse naturales y sencillos en nuestros gestos y en lo que decimos, huir de la pedantería y
de la monotonía
No demostrar demasiado nerviosismo, además se necesita un buen contrato visual con todo el
público, etc.
Experimentar miedo es una reacción normal en el 90% de los oradores novatos. Antes de
comenzar hablar, la inseguridad o timidez aceleran el corazón: la sangre ruboriza las mejillas, las
rodillas tiemblan, la voz no querer salir. Es difícil de consejos para este momento. Quizá baste
pensar que, tras las primeras
Frases, recuperaremos la tranquilidad. Olvidemos el miedo ocupándonos de otras cosas:
revisemos mentalmente algunos puntos nuestra exposición, revisemos la sala o los materiales
que vamos emplear, saludemos las personas conocidas que vienen escucharnos, etc. Evitemos
los tics que aumentan nuestro nerviosismo y respiremos profundamente varias veces.
Sonriamos para entablar un contacto afectivo con el auditorio.
Prácticamente la totalidad de las veces que hablamos ante un público, hemos tenido tiempo de
preparar nuestro discurso, por lo que debemos elaborar un plan para nuestra exposición.