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Trastorno de ansiedad generalizada

El trastorno de ansiedad generalizada (TAG) se caracteriza por un


estado persistente de ansiedad y preocupación excesiva e inespecífica,
presente la mayor parte de los días y de duración superior a seis meses.
Suele estar desencadenado por circunstancias estresantes y genera
intenso malestar y disfunción en la persona que lo padece.
Las personas con trastorno de ansiedad generalizada (TAG) pasan el día
llenas de preocupaciones y tensiones exageradas, incluso cuando hay
poco o nada que las provoque.
Tales personas esperan desastres y están demasiado preocupadas por
asuntos de salud, dinero, problemas familiares, o dificultades laborales.
Trastorno de ansiedad generalizada

Los síntomas más característicos de este trastorno son ansiedad y preocupación excesiva,
asociadas a sintomatología de tipo somático caracterizada fundamentalmente por tensión
motora (contracturas musculares, inquietud, etc.), cefaleas, hiperactividad vegetativa
(sudoración, palpitaciones, síntomas gastrointestinales, etc.), insomnio e irritabilidad.
Las personas que presentan este trastorno también suelen presentar con relativa
frecuencia disminución de la capacidad de atención y concentración y sensación de
embotamiento mental.
Una vez se ha desencadenado el cuadro clínico, los síntomas se hacen autónomos y
persisten a pesar de que desaparezca el factor estresante.
Cuando sus niveles de ansiedad son moderados, las personas con TAG pueden funcionar
socialmente y mantener un trabajo.
Aunque no evitan ciertas situaciones como resultado de su trastorno pueden tener
dificultades para llevar a cabo las actividades más sencillas de la vida diaria si su ansiedad
es grave.
Los síntomas más característicos de este trastorno son ansiedad y preocupación excesiva,
asociadas a sintomatología de tipo somático caracterizada fundamentalmente por tensión
motora (contracturas musculares, inquietud, etc.), cefaleas, hiperactividad vegetativa
(sudoración, palpitaciones, síntomas gastrointestinales, etc.), insomnio e irritabilidad.
Las personas que presentan este trastorno también suelen presentar con relativa
frecuencia disminución de la capacidad de atención y concentración y sensación de
embotamiento mental.
Una vez se ha desencadenado el cuadro clínico, los síntomas se hacen autónomos y
persisten a pesar de que desaparezca el factor estresante.
Cuando sus niveles de ansiedad son moderados, las personas con TAG pueden funcionar
socialmente y mantener un trabajo.
Aunque no evitan ciertas situaciones como resultado de su trastorno pueden tener
dificultades para llevar a cabo las actividades más sencillas de la vida diaria si su ansiedad
es grave.
Diagnóstico

El diagnóstico es clínico y se basa en la entrevista clínica existiendo


además algunas Escalas y Cuestionarios.
Se destaca Inventario de Estado-Rasgo de Ansiedad (STAI)
Consta de 40 ítem (20 para cada subescala) para valorar cómo se
sienten generalmente (ansiedad rasgo) y como se sienten en ese
momento (ansiedad estado). Puntúa de 1 a 4.
Inventario de ansiedad de Beck
Es más específica de ansiedad somatica. Con 21 ítems que valora de 0 a
3
Tipos de intervenciones psicoterapéuticas

Terapia por exposición: el paciente vuelve a experimentar el suceso


traumático mediante técnicas de imágenes o exposiciones in vivo.
Terapia de manejo del estrés: consiste en enseñar técnicas de
relajación y enfoques cognitivos para disminuir la repercusión
emocional del suceso traumático.
Ejercicios de respiración.
Técnicas de relajación y para el control del
estrés
La sintomatología relacionada con la ansiedad, tanto a nivel fisiológico como
cognitivo-emocional y el estrés, son una de las quejas que más
frecuentemente vemos en consulta clínica.
Es habitual atender a pacientes que planteen no saber cómo gestionar esta
problemática, y que lo que buscan en el tratamiento terapéutico es adquirir
habilidades o recursos que les permitan reducir su ansiedad.
Para ello disponemos de una serie de estrategias que se suelen etiquetar
bajo el nombre de técnicas de relajación o para el control de la activación,
como las basadas en el control de la respiración o la tensión-distensión
muscular, que ayudan a reducir esta sintomatología actuando directamente
sobre la activación fisiológica y emocional. Los procedimientos de relajación,
en sus distintos formatos, son una de las herramientas más utilizadas hoy en
día por los psicólogos clínicos y de la salud.
Relajación diferencial
También conocida como relajación progresiva de Jacobson (1929). Con esta
técnica se enseña al paciente a relajarse mediante una serie de ejercicios en
los que debe tensar y destensar una serie de grupos musculares, fijándose
además en la diferencia entre el estado de tensión y el de distensión, con el
propósito que aprenda a discriminar las señales físicas musculares indicativas
de tensión y sepa reducir esta tensión mediante los ejercicios enseñados. De
esta manera, una vez aprendida la relajación mediante la práctica diaria,
podrá relajar todo el organismo o bien zonas específicas que detecta tensas
(Labrador, 2008).
Para Jacobson existe una relación recíproca y mutuo control entre el cerebro
(sistema nervioso central) y las estructuras periféricas del cuerpo, sobre todo
el sistema muscular. Por lo tanto, la activación mental (a partir de
pensamientos) contribuirá a incrementar la tensión muscular, y viceversa,
una activación
Relajación diferencial
Zona muscular Ejercicios de tensión-relajación
Mano y antebrazo dominantes Apretar el puño, contrayendo mano, muñeca y antebrazo.
Contraer el bíceps empujando el codo contra el respaldo del sillón o contra el
Bíceps dominante
colchón.
Mano y antebrazo no dominantes Apretar el puño, contrayendo mano, muñeca y antebrazo.
Contraer el bíceps empujando el codo contra el respaldo del sillón o contra el
Bíceps no dominante
colchón.
Frente Elevar las cejas o arrugar la frente.
Parte superior de las mejillas y nariz Arrugar la nariz y los labios.
Apretar los dientes y hacer una sonrisa forzada tirando de la comisura de los labios
Parte inferior de las mejillas y mandíbulas
hacia afuera.
Empujar la barbilla como hacia abajo como si quisiera que tocara el pecho, pero al
Cuello y garganta mismo tiempo hacer fuerza para que no lo consiga, es decir, contraponer los
músculos frontales y posteriores del cuello.
Pecho, hombros y parte superior de la espalda A la vez que inspira arquee la espalda como si quisiera unir los omoplatos entre sí.
Región abdominal o estomacal Poner el estómago duro y tenso, como si quisiera contrarrestar un fuerte golpe.
Colocar la pierna estirada y subirla hacia arriba 20 cms. tensando y haciendo
Muslo dominante fuerza como si tuviera un peso en el pie, que debiera sujetar a una altura de 20
cms. Para relajar soltar la pierna y que caiga a peso.
Estirar la pierna y la punta de los dedos como si quisiera tocar un objeto delante o
Pantorrilla dominante
bien doblar los dedos hacia atrás como si quisiera tocarse la rodilla con ellos.
Estirar la pierna y la punta de los dedos como si quisiera tocar un objeto delante o
Pie dominante
bien doblar los dedos hacia atrás como si quisiera tocarse la rodilla con ellos.
Colocar la pierna estirada y subirla hacia arriba 20 cms. tensando y haciendo
Muslo no dominante fuerza como si tuviera un peso en el pie, que debiera sujetar a una altura de 20
Control de la respiración
Este se trata seguramente, del procedimiento más sencillo rápido y eficaz. Una
respiración correcta permite la adecuada oxigenación del organismo.

Nuestro ritmo de vida actual a veces facilita llevar a cabo patrones de respiración
acelerados y superficiales, que implican el uso únicamente de la parte superior de los
pulmones, dándose una respiración torácica donde el diafragma y la parte inferior de los
pulmones intervienen poco.

Este tipo de respiración incompleta no diafragmática impide que los pulmones se


expandan al máximo y por lo tanto se produce una mala oxigenación, dándose un mayor
trabajo cardíaco, lo que facilita la aparición de sensación de ansiedad y fatiga.
Estirarse en el suelo sobre una esterilla con las rodillas dobladas y los pies separados.

Explorar el cuerpo en busca de signos de tensión.

Colocar una mano sobre el abdomen y otra en el tórax.

Tomar aire, lenta y profundamente por la nariz y hacerlo llegar hasta el abdomen levantando la mano que estaba
colocada sobre él. Con ello el tórax se moverá un poco, a la vez que el abdomen

Inhalar por la nariz y sacarlo por la boca lentamente.


Relajación autógena

Tal y como su propio nombre indica, lo que se busca mediante este tipo de
relajación es conseguir que sea el propio sujeto el que se genere las sensaciones de
relajación (autógeno).
El principal representante de esta técnica es Schultz, quien considera que una
adecuada representación mental generará el cambio corporal correspondiente.
Partiendo de esto, lo que se pretende es producir un cambio en el estado de
consciencia del paciente, una desconexión no muy profunda lograda a partir de la
concentración en sensaciones corporales como pesadez de los miembros y calor,
que él mismo puede generarse a demanda y que le permite modificar la tensión y
promover la sensación de tranquilidad (Labrador, 2008).
Relajación autógena
Ejercicios Frases para inducir sensaciones

La pierna izquierda me pesa mucho


Peso
Estoy completamente tranquilo

El brazo izquierdo está completamente caliente


Calor
Estoy completamente tranquilo

Regulación cardíaca El corazón me late tranquilo y fuerte

La respiración es tranquila
Regulación respiratoria
Algo respira en mí

Regulación abdominal El plexo solar irradia calor


Regulación cefálica La frente está agradablemente fresca

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