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AJ 45 01 José Manuel Díaz de Valdés Jurisprudencia Reciente de La Corte Suprema Sobre La Nulidad de Derecho Público
AJ 45 01 José Manuel Díaz de Valdés Jurisprudencia Reciente de La Corte Suprema Sobre La Nulidad de Derecho Público
DE LA CORTE SUPREMA
SOBRE LA NULIDAD DE DERECHO PÚBLICO
I. INTRODUCCIÓN
15
1
BERMÚDEZ (2010), p. 122.
2
Es posible que existan otras sentencias, dictadas en el mismo periodo, que no hayan sido
identificadas en este estudio.
3
El art. 160 de la Constitución de 1833 establecía: “Ninguna majistratura, ninguna persona,
ni reunión de personas, puede atribuirse, ni aun a pretesto de circunstancias estraordinarias,
otra autoridad o derechos que los que espresamente se les haya conferido por las leyes. Todo
acto en contravención a este artículo es nulo”.
4
BOCKSANG (2006), p. 95.
16
1828 a la Gran Convención, de la cual saldría la Carta de 1833, véase SOTO (1990), p. 15.
7
BOCKSANG (2006), pp. 91-116.
8
JARA (2004), p. 29.
9
CONCHA (2013), pp. 100-101.
10
Esta mantuvo el tenor de la norma contenida en la Carta de 1833. Así, su art. 24 con-
sagraba: “Ninguna magistratura, ninguna persona, ni reunión de personas puede atribuirse, ni
aún a pretexto de circunstancias extraordinarias, otra autoridad o derechos que los que expre-
samente se les haya conferido por las leyes. Todo acto en contravención a este artículo es nulo”.
17
11
AGÜERO (2017), p. 232.
12
BERNASCHINA (1950), p. 401 y ss. y BERNASCHINA (1949), pp. 549-559.
13
CONCHA (2013), p. 102.
14
Ibid.
15
SILVA (1955), p. 145; AYLWIN (1958).
16
REYES (1997), p. 383.
18
CORTE SUPREMA (2012), rol n.º 5225-2009, considerando 7.º. Más recientemente, véase
17
19
1. Legitimación activa
20
ARÓSTICA (2001), p. 130.
21
FIAMMA (1991), p. 350.
22
CORTE SUPREMA (2020) rol n.º 8324-2019, considerando 12.º.
20
23
FIAMMA (1991), pp. 91-98.
24
CORTE SUPREMA (2020), rol n.º 29002-2019.
25
Véase CORTE SUPREMA (2008), rol n.º 1428-2007; CORTE SUPREMA (2009), n.º 5553-2007
y CORTE SUPREMA (2008), n.º 3011-2006. El considerando 13° de esta última, al referirse al
sustento doctrinario de esta exigencia, declara: “Que en lo pertinente a la casación, cabe señalar
que en doctrina se ha definido la legitimación activa en el Derecho Procesal Administrativo,
como una “situación jurídica subjetiva derivada de la relación jurídica que se establece entre un
sujeto de derecho y la Administración Pública con ocasión de un acto administrativo, por ser
dicho sujeto de derecho el destinatario del acto o por encontrarse en una particular situación
de hecho frente a la conducta de la Administración, que hace que el ordenamiento jurídico
proteja particularmente su interés en la legalidad de la actividad administrativa” (Brewer-Carías,
Allan R. “Aspectos de la legitimación activa en los recursos contencioso-administrativos contra
los actos administrativos de efectos particulares”, Revista de Derecho Público, n.º 16, Caracas,
1983, pág. 227 ss. citado por el profesor Jaime Jara Schnettler en su obra “La Nulidad de de-
recho público ante la Doctrina y la Jurisprudencia”, Editorial Libromar, 2004, pág. 221 y ss),
de lo que se sigue que en el ámbito contencioso-administrativo sólo pueden intentar la acción
de nulidad los sujetos que resulten directamente afectados por el acto administrativo, esto es,
aquéllos que tuvieren un derecho subjetivo o interés cualificado (legítimo) en su anulación,
como sostiene el citado autor, coincidiendo con la mayoría de la doctrina (señores Pedro
Pierry, Urbano Marín, Jorge Reyes, entre otros distinguidos administrativistas) y la reiterada
jurisprudencia de esta Corte” (énfasis agregados).
21
26
CORTE SUPREMA (2018), rol n.º 35.064-2017. En un fallo reciente, y atendiendo nueva-
mente a la distinción de las acciones de nulidad, la Corte Suprema ha afirmado, en relación
con el interés necesario para ejercer las acciones “por exceso de poder”: “En esta labor, ha
resuelto esta Corte, en juicios de igual naturaleza, que debe existir más que un simple interés
legítimo, pues es necesaria una afectación más intensa y directa que para aquellos casos en
que se ejerce una acción que se ajusta plenamente a lo que la doctrina denomina recurso por
exceso de poder. Sin embargo, lo reseñado, no implica exigir la existencia de un derecho sub-
jetivo lesionado, sino que más bien se trata de una situación intermedia, en que el acto que se
trata de impugnar afecte directamente al sujeto que acciona, en razón de las ilegalidades que
se atribuyen, afectando de esta manera su situación jurídica, descartando que se trate de una
acción popular”: CORTE SUPREMA (2020), rol n.º 29004-201.
27
FERRADA (2010), p. 194.
22
28
CONCHA (2013), p. 107.
29
Incluso, hasta el punto de exigir “un interés de dicha naturaleza [subjetivo], es decir,
que sea de una envergadura tal que pueda considerarse que el acto que se impugna lesiona
un derecho”, CORTE SUPREMA (2017), rol n.º 82459-2016.
30
Adicionalmente, vinculándolo con el caso del Reclamo de Ilegalidad Municipal –con-
siderado por esta misma jurisprudencia como una especie de nulidad de derecho público– la
Corte Suprema ha ido exigiendo elementos adicionales para calificar el interés del reclamante,
como el pertenecer al “círculo de intereses suficientes” y cercanía “local” o relación de conexión
con la comunidad respectiva. En este sentido, véase CORTE SUPREMA (2020), rol n.º 29002-
2019; CORTE SUPREMA (2016), n.º 14910-2016; CORTE SUPREMA (2016), n.º 43411-2016; CORTE
SUPREMA (2019), n.º 22221-2018; CORTE SUPREMA (2018), n.º 34588-2017; CORTE SUPREMA
(2016), n.º 9969-2015; CORTE SUPREMA (2016), n.º 43.411-2016.
31
CORTE SUPREMA (2013), rol n.º 3078-2013. En el mismo sentido, CORTE SUPREMA (2014),
rol n.º 25701; CORTE SUPREMA (2014), n.º 14276-2014; CORTE SUPREMA (2015), n.º 29546-2014.
23
2. Legitimidad pasiva
3. Causales
Existe cierta controversia acerca de las causales o vicios por las cuales proce-
dería la nulidad de derecho público. Así, hay quienes afirman que la nulidad
de derecho público solo se aplica a actos que adolezcan de los vicios de va-
lidez establecidos en el art. 7 inciso primero de la Constitución34. Estos son:
i) investidura regular de quién dicta el acto,
ii) actuación dentro de su competencia y
iii) cumplimiento de las formalidades establecidas por la ley35.
32
Art. 1.º inciso 2.º de la Ley n.º 18575: “La Administración del Estado estará constitui-
da por los Ministerios, las Intendencias, las Gobernaciones y los órganos y servicios públicos
creados para el cumplimiento de la función administrativa, incluidos la Contraloría General
de la República, el Banco Central, las Fuerzas Armadas y las Fuerzas de Orden y Seguridad
Pública, los Gobiernos Regionales, las Municipalidades y las empresas públicas creadas por ley”.
33
CORTE SUPREMA (2020), rol n.º 29002-2019, considerando 9.º.
34
CORTE SUPREMA (2006), rol n.º 3132-2005, considerando 14.º.
35
CONCHA (2013), p. 106.
24
36
CORDERO (2013), pp. 195-203; PIERRY (2017), p. 243.
37
BOCKSANG (2013), pp. 299-1314.
38
Sin perjuicio de que, en el pasado (por ejemplo, CORTE SUPREMA (2006), rol n.º 3132-
2005), el Tribunal Supremo estimó que la violación de la ley de fondo no constituía una causal
de nulidad de derecho público, tal postura ha sido abandonada, tal como se advierte de la
revisión de los fallos ya citados, dictados entre 2011 y 2020. Ejemplos ilustrativos en CORTE
SUPREMA (2012)rol n.º 598-2010 y CORTE SUPREMA (2014), n.º 17285-2013.
39
PIERRY (1984), p. 481.
40
CORTE SUPREMA (2006), rol n.º 3132-2005, considerando 14.º. En el mismo sentido:
CORTE SUPREMA (2015), rol n.º 7259-2015, considerando 10.º.
25
“La nulidad de derecho público constituye una sanción para los actos
expedidos por alguna autoridad u órgano del Estado que contengan
vicios que los hagan incurrir en vulneración de los artículos 6 o 7 de la
Constitución Política de la República. Por lo tanto, para que dicha forma
de sanción pueda imponerse, esto es, que se prive de efectos jurídicos
a un acto de algún órgano del Estado, sería menester que éste hubiera
actuado sin la previa investidura regular de su o sus integrantes, fuera
de la órbita de su competencia, o que no se haya respetado la ley en lo
tocante a las formas por ella determinada. En la especie, sin embargo,
nada de ello se invoca”41.
41
CORTE SUPREMA (2012), rol n.º 7530-2009, considerando 16.º.
42
CONCHA (2013), p. 106.
43
CORTE SUPREMA (2014), rol n.º 17285-2013.
44
CORTE SUPREMA (2020), rol n.º 19272-2018. En el mismo sentido CORTE SUPREMA (2018), rol
n.º 34277-2017; CORTE SUPREMA (2017), rol n.º 82459-2016; CORTE SUPREMA (2014), rol n.º 10849-
26
2014; CORTE SUPREMA (2014), rol n.º 17285-2013; CORTE SUPREMA (2013), rol n.º 6364-2012;
CORTE SUPREMA (2012), rol n.º 2181-2010; CORTE SUPREMA (2011), rol n.º 900-2009; CORTE
SUPREMA (2012), rol n.º 598-2010; CORTE SUPREMA (2018), rol n.º 41987-2017, considerando
6.º; CORTE SUPREMA (2019), rol n.º 29535-2018; CORTE SUPREMA (2019), rol n.º 29094-2018 y
CORTE SUPREMA (2012), rol n.º 5225-2009, considerando 7.º.
45
SOTO (1990), pp. 11-25.
46
CONCHA (2013), p. 105.
47
REYES (1997), p. 389.
27
CORTE SUPREMA (2018), rol n.° 41987-2017, considerando 7.º. En el mismo sentido
49
28
5. Carácter Supletorio
51
ARÓSTICA (2008), p. 86.
52
Corte Suprema (2014) rol n.º 8742-2014, considerando 7.º.
29
Véase CORTE SUPREMA (2018), rol n.º 34277-2017. En este mismo sentido –además de
53
los fallos citados por la propia Corte–, véanse CORTE SUPREMA (2020), rol n.º 18204-2019;
CORTE SUPREMA (2020), rol n.º 18766-2019; CORTE SUPREMA (2019), rol n.º 29535-2018; COR-
TE SUPREMA (2018), rol n.º 20601-2018; CORTE SUPREMA (2018), rol n.º 41987-2017; CORTE
SUPREMA (2018), rol n.º 35237-2017 y CORTE SUPREMA (2017), rol n.º 302-2017.
30
Sobre este punto existen también dos posturas principales. Una fue desarro-
llada primordialmente por Eduardo Soto Kloss, sobre la base de principios y
normas, explícitas e implícitas, de la Constitución de 198055. Afirma:
“La nulidad de derecho público opera de pleno derecho en nuestra Cons-
titución, ipso iure; el acto que contraviene el artículo 7°, sea que haya
sido dictado por órgano sin investidura, o sin competencia o violando
el procedimiento legal establecido o sin que exista procedimiento legal
para actuar, no es acto jurídico (ley o acto administrativo), ‘es nulo’, y por
tanto ni siquiera ha entrado como tal acto jurídico al ordenamiento; es
una mera ‘vía de hecho’, que originará las responsabilidades consecuen-
ciales, a saber del estado, y la personal del funcionario que lo dictó”56.
54
CORTE SUPREMA (2012), rol n.º 7530-2009.
55
AGÜERO (2017), p. 232.
56
SOTO (1996), p. 101. Véase también BOSCKSANG (2006), pp. 91-116.
57
CONCHA (2013), p. 105.
58
PIERRY (2017), pp. 233-245.
31
dad: el juez tiene que anular el acto. El acto existe”59. Más aun, la posibilidad
de recurrir a la justicia ordinaria para obtener la declaración de la nulidad –y
reclamar las consecuencias patrimoniales correspondientes–, sería limitada
en el tiempo, sosteniendo así “la prescripción ordinaria de las acciones”60.
En cuanto a la jurisprudencia de la Corte Suprema, a partir del año 2000
comienza a limitar la imprescriptibilidad de la acción de nulidad de derecho
público. En efecto, buscando la seguridad jurídica, desde Aedo con Fisco61 se
distingue entre el efecto “principal” de nulidad de derecho público, y los efec-
tos patrimoniales “asociados”. Así, la acción que persigue la declaración de nu-
lidad del acto impugnado sería imprescriptible, mientras que las acciones que
perseguirían consecuencias patrimoniales de tal nulidad prescribirían según las
reglas generales del Código Civil (específicamente, los arts. 2497, 2514 y 2515).
Ya hacia el año 2007 esta doctrina aparece asentada. Es así como en
Eyzaguirre Cid con Fisco62, la Excma. Corte Suprema distingue entre “las
acciones encaminadas únicamente a conseguir la nulidad de un acto admi-
nistrativo y aquéllas que miran a la obtención de algún derecho en favor de
un particular”63. Respecto de estas últimas señala además:
“Estas acciones declarativas de derechos o también denominadas de
‘plena jurisdicción’, de claro contenido patrimonial, producen efectos
relativos, limitados al juicio en que se pronuncia la nulidad y se encuen-
tran sometidas en lo concerniente a la prescripción a las reglas generales
sobre dicho instituto contempladas en el Código Civil, entre otras, a las
disposiciones de sus artículos 2497, 2514 y 2515”64.
59
PIERRY (1994), p. 98.
60
Ibid.
61
CORTE SUPREMA (2000), rol n.º 852-2000.
62
CORTE SUPREMA (2207), rol n.º 1203-2006.
63
Op. cit., considerando 10.º.
64
Op. cit., considerando 11.º.
32
65
CORTE SUPREMA (2013), rol n.º 8867-2012, considerando 12.º.
66
Como se explicó más atrás, la jurisprudencia se ha uniformado en este sentido desde
el fallo “Aedo con Fisco”, en CORTE SUPREMA (2000), rol n.º 852-2000. En el mismo sentido,
CORTE SUPREMA (2002), rol n.º 4469-2000; CORTE SUPREMA (2008), rol n.º 667-2007 de 31 de
marzo de 2008; CORTE SUPREMA (2008), rol n.º 1672-2007.
67
CONCHA (2013), p. 105.
68
CORTE SUPREMA (2015), rol n.º 6288-2015, considerandos 7.º y 8.º.
69
En esta línea, véase: CORTE SUPREMA (2015), rol n.° 11566-2015; CORTE SUPREMA (2016),
rol n.º 22866-2015; CORTE SUPREMA (2016), rol n.º 18297-2016; CORTE SUPREMA (2016), rol
n.º 27814-2016 y CORTE SUPREMA (2018), rol n.º 13217-2018.
33
V. CONCLUSIONES
34
BIBLIOGRAFÍA
AGÜERO, Claudio (2017). “La expresión ‘Nulidad de Derecho Público’ en el Derecho
chileno”. Revista en Cultura de la Legalidad, n.°12.
ARÓSTICA, Iván (2001). “Estado de derecho y nulidad de derecho público”, en Enri-
que NAVARRO BELTRÁN (coord.), 20 años de la Constitución chilena, 1981-2001.
Santiago: Editorial Jurídica Cono Sur.
ARÓSTICA, Iván (2008). “Los contenciosos administrativos especiales en la legislación
chilena. Una visión crítica a la luz de la Constitución”. Ius Publicum, n.° 20.
AYLWIN, Patricio (1958). Apuntes de derecho administrativo. Apuntes de clases, Tomo
III. Santiago: Editorial Universitaria S.A.
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Jurisprudencia
CORTE SUPREMA (2000). Sentencia rol n.º 852-2000, 7 de noviembre de 2000.
CORTE SUPREMA (2002). Sentencia rol n.º 4469-2000, 14 de mayo de 2002.
CORTE SUPREMA (2006). Sentencia rol n.º 3132-2005, 28 de junio de 2006.
CORTE SUPREMA (2007). Sentencia rol n.º 1203-2006, 28 de junio de 2007.
CORTE SUPREMA (2008). Sentencia rol n.º 667-2007, 31 de marzo de 2008.
CORTE SUPREMA (2008). Sentencia rol n.º 1672-2007, 26 de junio de 2008
CORTE SUPREMA (2008). Sentencia rol n.º 3011-2006, 28 de agosto de 2008.
CORTE SUPREMA (2008). Sentencia rol n.º 1428-2007, 16 de octubre de 2008.
CORTE SUPREMA (2009). Sentencia rol n.º 5553-2007, 22 de junio de 2009.
CORTE SUPREMA (2011). Sentencia rol n.º 900-2009, 27 de octubre de 2011.
CORTE SUPREMA (2012). Sentencia rol n.º 7530-2009, 30 de enero de 2012.
CORTE SUPREMA (2012). Sentencia rol n.º 5225-2009, 1 de junio de 2012.
CORTE SUPREMA (2012). Sentencia rol n.º 2181-2010, 9 de noviembre de 2012.
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