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REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA

MINISTERIO DEL PODER POPULAR PARA LA EDUCACIÓN


UNIVERSIDAD ARTURO MICHELENA
FACULTAD DE CIENCIAS JURÍDICAS Y POLITICAS
DERECHO PROCESAL

FUENTES DEL DERECHO PROCESAL

PROFESOR:
COLOMBET MIGUEL
ESTUDIANTES:
BARRAEZ NICOL
31.650.426
BORREGALES ASHLEY
30.617.782
YEPEZ LUIS
29.882.310

SAN DIEGO, 2022


Son fuentes del derecho procesal todos aquellos criterios de objetividad que, en
razón de expresar la valoración de la comunidad, o de sus órganos, acerca de una
determinada realidad de conducta, pueden ser invocados por los jueces para esclarecer
el sentido jurídico de las conductas que deben juzgar durante el desarrollo del
proceso.

Las fuentes del Derecho Procesal pueden ser clasificadas en primarias o vinculantes y
secundarias o no vinculantes.

FUENTES FORMALES DIRECTAS

La Constitución Nacional

Dentro de la pirámide de las Leyes elaborada por Kelsen, podemos colocar a la


Constitución Bolivariana de la República de Venezuela también como la primera
estructura del ordenamiento procesal. En la Constitución Nacional están contenidas
las garantías constitucionales del proceso civil, penal, administrativo y de cualquier
rama procesal; representan los principios procesales fundamentales, consagrados
principalmente en los Capítulos I y III del Título III referentes a las garantías y a los
derechos civiles.

Los Tratados Públicos suscritos por Venezuela


Art. Publicado Temas de Derecho en el 2015
Los tratados públicos celebrados por Venezuela pueden ser clasificados, a los efectos
de nuestro tema, en los siguientes:

1. Aquellos tratados, pactos y convenciones relativos a derechos humanos y que


hayan sido ratificados por Venezuela: estos instrumentos tienen “rango
constitucional” en virtud de lo establecido en el artículo 23;  incluso se establece un
orden de aplicación preferente cuando sus normas contengan condiciones más
favorables;
1. Tratados públicos celebrados por la República en ejercicio del Derecho
internacional privado: en estos casos estos instrumentos están sujetos a la
Constitución pero pueden prevalecer sobre el Código de Procedimiento Civil (vid.
Art. 8 CPC). Dentro de los principales tratados que tienen aplicación en nuestra
disciplina: Código de Derecho Internacional Privado, conocido como “Código
Bustamante” y celebrado en la Sexta Conferencia Panamericana de La Habana de
1928; el Protocolo sobre Uniformidad del Régimen Legal de los Poderes, suscrito en
Washington en febrero de 1940; el Tratado de Extradición firmado entre Venezuela y
los Estados Unidos de América (Caracas, 1922); el Protocolo sobre la Personalidad
Jurídica de las Compañías Extranjeras (Washington, 1936); la convención
Interamericana sobre Exhortos o Cartas Rogatorias (Panamá, 1975); la Convención
Interamericana sobre Eficacia Extraterritorial de las Sentencias y Laudos Arbitrales
Extranjeros (Montevideo, 1979), entre otros.

     Los tratados internacionales son fuente del Derecho interno por diferentes vías: a)
los tratados sobre derechos humanos que, en virtud de la cláusula de preferencia,
tienen rango constitucional y aplicación preferente a la misma Constitución en un
caso concreto (artículo 23 CRBV); b) los tratados ordinarios son fuente directa en la
medida en que se incorporen al ordenamiento jurídico interno a través de una ley
aprobatoria por parte de la Asamblea Nacional (artículo 1547 eiusdem); c) aquellas
normas jurídicas de Derecho comunitario que, en virtud de un tratado de creación de
instituciones supranacionales, se le atribuya competencia normativa, tal como ocurre
con la Comunidad Andina de Naciones, en este caso no requieren de la aprobación
previa de la Asamblea Nacional y tales instrumentos jurídicos tienen aplicación
inmediata y directa (artículo 153 eiusdem).

Las Leyes procesales

Principalmente el Código de Procedimiento Civil, el Código Orgánico Procesal


Penal, la Ley Orgánica Procesal del Trabajo del 13 de agosto de 2003; y otras leyes
tales como la Ley de Propiedad Horizontal, la Ley de Tránsito y Transporte Terrestre
del año 2003, El Código de Justicia Militar del 5 junio de 1967, y cualquier otra ley
contentiva de disposiciones procesales.

Valor de la Jurisprudencia como Fuente del Derecho Procesal

FUENTES FORMALES INDIRECTAS

La Costumbre

Es una fuente del derecho manifestada por la repetición constante de actos libres y
voluntarios, cuyo uso los convierte en norma de conducta aceptada por la comunidad.

Según los efectos podemos clasificar la costumbre en:


 Costumbre ad legem, configurada por lo que es conforme a la ley y la
complementa, sirviendo para interpretarla.
 Costumbre praeter legem, suple el vacío de la ley.
 Costumbre contra legem, contraria a la ley.

Establece el artículo 4 del Código Civil que a falta de disposiciones expresa de la


ley, se aplicarán por analogía las normas que regulan casos semejantes y en su defecto o si
hubiere dudas todavía, se aplicarán los Principios Generales del Derecho, estos principios
se refieren lógicamente a las costumbres ad legem y praeter legem, porque la contra legem
no tiene valor de acuerdo al artículo 7 del Código Civil.

Derecho Histórico y Derecho Extranjero

Se trata, a decir de Guasp, de fuentes indirectas del Derecho procesal, de normas


jurídicas desprovistas de vigencia por razones de tiempo o de espacio; éstos son los
llamados “Derecho histórico” y “Derecho extranjero”. Sin embargo, éste último hay
que distinguir los supuestos en que constituye fuente indirecta de interpretación y
aquellos en los que, el Derecho extranjero, se comporta como fuente directa de
aplicación inmediata.

Dentro del Derecho histórico deben diferenciarse, a su vez, dos tipos: a) las
normas de génesis a las que pertenecen los trabajos preparatorios (unipersonales o
colectivos tales como el trabajo de las comisiones de leyes); a este grupo también
pertenecen las “exposiciones de motivos” de las leyes en particular; y b) en segundo
lugar, las normas del pasado que se refieren a las normas que regularon la materia en
determinado momento, es decir, sus antecedentes; con ello se logra visualizar tanto la
evolución como el análisis comparativo.

Por otro lado, el Derecho extranjero, dentro del cual deben distinguirse: a) las
leyes extranjeras de aplicación directa en los casos permitidos por el Derecho
internacional privado; y b) el Derecho extranjero para la interpretación que pueden ser
de derecho próximo, afín o remoto, dependiendo de la influencia que la legislación de
un país pueda tener en otro. En efecto, el Derecho extranjero resulta aplicable en
Venezuela cuando se trata de estado y capacidad de las personas o en cuanto a la
forma y prueba de los actos jurídicos, entre otros supuestos.
Producción privada de las normas procesales

Como se habrá observado, las reglas procesales constituyen una reserva legal
del Poder Nacional, de tal modo que es indisponible por los particulares y mucho
menos para el juez de los procesos; de hecho, el llamado orden público procesal
consagrado en el artículo 7º del Código de Procedimiento Civil dispone la sujeción
del juez a la ley procesal para la realización de los actos procesales. Esta afirmación
presenta dos excepciones:

1) Cuando la ley no disponga la manera de realización de los actos procesales, en


estos casos entra a funcionar la discrecionalidad del juez para realizar lo que se
conoce como el principio de libertad de las formas, que consiste en que el juez puede
establecer la manera en que mejor convenga la realización de los actos procesales (art.
7 del CPC);
2) Cuando la ley no establezca el procedimiento a seguir para la realización de
determinada pretensión procesal (ya no se refiere a actos sino al procedimiento),
entonces el juez puede “escoger” de los procedimientos legales aquel que mejor se
adecue al caso concreto (art. 102 de la Ley Orgánica de la Corte Suprema de Justicia);

3) La excepcional posibilidad de que las partes establezcan el procedimiento a


seguir en los casos de arbitraje civil de equidad o arbitradores (art. 618 del CPC).

La doctrina y el Derecho científico

La doctrina u opinión científica no tiene carácter vinculante para los jueces en la


solución de los casos concretos, solamente constituyen una guía para la interpretación
del Derecho en general y del Derecho procesal en particular. Como dice Guasp las
proposiciones científicas no tienen carácter normativo o, si lo tienen, no interesan para
su significación normativa sino por su valor lógico estricto.

La principal función de la doctrina, dice Véscovi, es la sistematización, actuando


como nexo entre la regla general y abstracta y el caso concreto; constituye el esfuerzo
de la ciencia del Derecho procesal al servicio del proceso mismo. La interpretación
doctrinal, sin embargo, no radica ni puede centrarse en un caso particular sino que
pretende ofrecer a la ciencia una visión sistemática y de conjunto; a diferencia de la
interpretación judicial ordinaria que persigue establecer una interpretación en cada
caso concreto y en atención a sus particularidades de modo, tiempo y espacio.

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