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UNIVERSIDAD NACIONAL DE ASUNCIÓN

FACULTAD DE DERECHOS Y CIENCIAS SOCIALES

Tema: Unidad XXVI – DERECHOS HUMANOS.-


Materia
: Introducción al Derecho.
Docente Titular
: Dr. Eric María Salum Pires.
Docentes Encargados de la Cátedra:
Dr. Miguel Villalba. – Dr. Alfredo Montanaro.
Docente Auxiliar: Tania Villagra
Alumno: Juan Wenceslao Valdez .
CI: 7.011.752
1° Semestre – 2° Cátedra – Turno Tarde

ASUNCIÓN – PARAGUAY- 2.024-


INDICE
INTRODUCCION…………………………………..……………………. Pag. 3

DESARROLLO…………………………………………………………… Pags. 4 al 9.-

CONCLUSIÓN……………………………………………………………. Pag. 10.-

BIBLIOGRAFIA…………………………………………………………… Pag. 11.-

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INTRODUCCIÓN.

Hablar de acceso a la justicia hoy, requiere de una reformulación de ese concepto


que trascienda de lo formal y procesal para volcarse hacia una idea mucho más
inclusiva de “justicia diferenciada”.

El Instituto Interamericano de Derechos Humanos ha venido haciendo estudios


regionales sobre acceso a la justicia y derechos humanos que ha complementado
con proyectos y metodologías para fortalecer capacidades de los operadores y
usuarios del sistema de justicia con un enfoque más holístico del derecho humano
de petición, ya no visto solo como una opción ante instancias judiciales, sino como
una forma de realización de ese derecho desde escenarios previos como los
órganos administrativos competentes y la instrumentación de opciones resolutivas.

Aunque hablar sobre derechos humanos entre juristas podría resultar a primera
vista un asunto común, es importante para todos quienes están involucrados en la
delicada tarea de administrar justicia, actualizarse y revisar este tema en un
momento histórico político en que los Estados han ido asumiendo mayores
compromisos de carácter internacional, donde los tratados en derechos humanos
han pasado a ser normativa interna de aplicación automática.

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UNIDAD XXVI.
EVOLUCION DE LOS DDHH EN
PARAGUAY.-
La Protección Internacional de los Derechos Humanos tiene una historia

relativamente reciente. La Comunidad Internacional no se había ocupado, hasta

hace menos de un siglo, de la protección de las personas individualmente. Desde

siempre, las violaciones de derechos humanos habían sido exclusiva competencia

de los Estados en particular. Cada Estado se constituía en juez único para juzgar el

quebrantamiento de los derechos por él concedidos o reconocidos por sus propias

leyes y la protección de los mismos se ejercía a través de sus órganos internos. Los

Estados podían protestar porque un ciudadano propio en el extranjero era

maltratado, pero ese mismo ciudadano no podía protestar si su propio Estado lo

maltrataba. Frente a esta paradoja, que dio lugar a marcados abusos, surge el

reconocimiento de que la protección de la persona humana tiene que ser a nivel

universal, tratando de romper el círculo.

La historia de los derechos humanos está muy ligada a la historia misma de la

humanidad, puesto que los hechos que dinamizan las diversas luchas sociales,

políticas, económicas e, incluso culturales, están inspiradas en los principios

doctrinarios de estos derechos: la búsqueda de la dignidad, la igualdad, la

libertad, la equidad y el bienestar. Se encuentran antecedentes a lo largo de

toda la historia, cada vez que se logra una conquista de la dignidad de la

persona humana 4
frente al poder. La historia de los derechos humanos es la historia de la lucha de

los oprimidos frente a los poderosos.

Los derechos y libertades ya se habían catalogado primeramente en las grandes

declaraciones de derechos del siglo XVIII, surgidas de la revolución francesa y la

independencia norteamericana, que luego empezaron a formar parte también de

las constituciones de los países americanos, incluida la nuestra de 1870. Se

introducía el concepto de que los derechos son inherentes a la persona humana,

sin importar ningún tipo de característica, lugar donde se encuentre, de dónde

provenga: se tiene derechos por ser una persona. Pero esto todavía no era

universal, no había herramientas para que las personas ejercieran estos derechos

sin importar la raza, nacionalidad, religión, condición social, orientación sexual,

ideas políticas, tradiciones, costumbres o cualquier otra característica que se

tuviera.

Sólo recién después de vivirse la segunda guerra mundial (1939-1945), con todas

sus fatídicas lecciones, se aprendió a dar la titularidad de derechos a las personas

frente a los Estados. Fue tal la necesidad de lograr la paz y la seguridad

internacionales, la importancia de prevenir, limitar y controlar el poder público de

los propios Estados como violadores de derechos humanos, y la urgencia de

respetar los derechos de las personas, sin discriminación, que los Estados

lograron diseñar y crear organizaciones internacionales y sistemas donde sus

propios actos pudieran ser controlados por la comunidad internacional.

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Así nace la Protección Internacional de Derechos Humanos, con la creación de las

grandes organizaciones internacionales; a nivel mundial, con la Organización de las

Naciones Unidas, establecida en la Carta de la ONU en la Conferencia de San

Francisco en 1945, y en el plano regional, paralelamente a la creación del sistema

europeo, en nuestro continente, con el sistema interamericano de derechos

humanos de la Organización de Estados Americanos (OEA), establecido en la 9ª

Conferencia Panamericana de Bogotá, en 1948.

Todos los Estados latinoamericanos hacen parte del sistema de la ONU y del de la

OEA, y de esta manera, el Paraguay entró también a formar parte de esa

comunidad internacional, que monitorea en conjunto, y es a la vez monitoreado en

particular en el cumplimiento de los derechos humanos, sin que se quiebre el

principio de no intervención en asuntos internos, ya los asuntos que atañen a los

derechos humanos se han convertido en asuntos internacionales. La persona

humana por sí misma ya es sujeto del derecho internacional.

Se consagran así internacionalmente los derechos, en la ONU, en la Declaración


Universal de Derechos Humanos, y en la OEA, en la Declaración Americana de los
Derechos y Deberes del Hombre, ambas de 1948. Se agrupan en éstas los
diferentes tipos de derechos con igual valor: los Derechos Civiles y Políticos, en
torno al desarrollo de la personalidad del ser humano, para frenar el poder de la
autoridad pública, que ésta no pueda prohibir ni mandar más allá de lo
preceptuado por la ley; los Derechos Económicos Sociales y Culturales, que
apuntan a una existencia de condiciones de vida en dignidad con una justa
distribución de los bienes y la progresiva distribución de los beneficios del
progreso, y los Derechos de los Pueblos, también llamados derechos colectivos o
de la solidaridad porque se ejercen colectivamente.

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El desarrollo del derecho internacional de los derechos humanos luego de firmadas
esas Declaraciones fue imparable. En la ONU, luego de la Declaración Universal de
DDHH, se crearon una serie de mecanismos extra convencionales (por fuera de los
tratados), que controlaban y visitaban los Estados. Unos 20 años después,
paralelamente a estos mecanismos, que fueron aumentando y reformándose con el
tiempo, se crean tratados con órganos específicos, los Comités (los mecanismos
convencionales), que hacen que los derechos contenidos en las convenciones sean
exigibles internacionalmente, incluso con la posibilidad de reclamar
individualmente al Estado que ratifica un tratado determinado, su incumplimiento
frente a la comunidad internacional. Los derechos humanos fueron concebidos de
esta manera, para proteger a las personas de los Estados, no representan una
protección frente a particulares, donde ya hay una protección del sistema interno -
sea administrativa, policial, judicial-; es cuando falla esta justicia interna y no se
tiene donde recurrir, porque es el propio Estado el que falla por acción u omisión,
que se activa la protección de estos derechos.

Durante la dictadura paraguaya ( 1954- 1989) hubo controles internacionales


desde la ONU, que ayudaron a algunos avances considerables, cuando se analiza
cómo se involucró en esos años la comunidad internacional en salvar vidas y
libertades. Se utilizaron los mecanismos extra convencionales de entonces: la
Comisión (compuesta por Estados) y la Subcomisión (por expertos/as
independientes) de Derechos Humanos de la ONU, que combinadas utilizaban el
procedimiento 1503, por el cual analizaban confidencialmente en qué Estados del
mundo había violaciones masivas y sistemáticas. Ahí fue incluido Paraguay,
aunque algo tardíamente, debido a la existencia de un “Estado de sitio” eterno e
injustificable con que el Ejecutivo detentaba todo el poder concentrado y arbitrario
sobre los habitantes del Paraguay. Desde 1987 que comenzó este señalamiento,
hasta 1990, Paraguay estuvo entre los países de “lista negra” de violadores de
Derechos Humanos, incluso fue nombrado un Relator Especial de la ONU para
Paraguay, el control máximo del sistema para denunciar ante los demás Estados
la gravedad de las violaciones en el país.

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Una vez que en Paraguay se acabó la dictadura, en 1989, se empezaron a ratificar la
mayoría de los tratados de derechos humanos, empezando por la Convención
Americana sobre Derechos Humanos de la OEA, la Ley No. 1/89, llamada también
coloquialmente Pacto de San José de Costa Rica; que es la primera ley emitida por
el Congreso elegido democráticamente. Mientras se reunía la constituyente en
1992, se ratifican los tratados principales de la ONU en derechos humanos: el Pacto
Internacional de Derechos Civiles y Políticos, como Ley No. 5/92 y el Pacto
Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, como Ley No. 4/92, y
la Constitución de la República ya sigue la línea definida por estos tratados.

Paralelamente siguieron las ratificaciones: en el plano de la ONU, la Convención


contra la Tortura (Ley 69/89), la Convención Internacional sobre la Eliminación de
todas las formas de Discriminación Racial,1965 (Ley 2128/03), Convención sobre
la Eliminación de todas las formas de Discriminación contra la Mujer, 1979 (Ley
1215/86), Convención sobre los Derechos del Niño, 1990 (Ley 57/90), Convención
Trabajadores Migrantes y sus familiares, 1990 (Ley 3452/08), Convención
Derechos Personas con Discapacidad, 2006 (Ley 3540/08) y la Convención sobre
Desapariciones Forzadas, 2006 (Ley 3977/10). Todas estas convenciones son
controladas cada una por un Comité específico formado por expertos/as
independientes en Naciones Unidas en estos temas para monitorear el
cumplimiento de cada uno de los tratados.

Para Paraguay, desde los 90 comenzaron estos controles periódicos, los de los
órganos de los tratados, en general, cada 5 años o más. La gran cantidad de
recomendaciones que desde entonces se dan al país, marcan de alguna manera
la agenda, así sea de manera teórica, de varias instituciones del Estado, y se van
recogiendo en un sistema digital que fue premiado y emulado a nivel internacional:
el SIMORE -Sistema de Monitoreo de Recomendaciones- al que se agregaron los
Objetivos del Milenio y se denomina SIMORE Plus. La ratificación temprana del
Protocolo Facultativo a la Convención de la Tortura de Prevención de la Tortura,
Ley No. 2754/05, permitió crear el primer Mecanismo Nacional de Prevención en
Paraguay -órgano extra poder-, que fue el primero en crearse en Sudamérica.

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Desde el 2000 se empiezan a sumar las recomendaciones a Paraguay de otros
nuevos mecanismos extra convencionales surgidos en la ONU: las de los
relatores especiales temáticos (expertos/as independientes por derechos o
temas), que implicaron unas 11 diferentes misiones al país-después de la
invitación abierta que se hiciera a los mismos-; y las del Examen Periódico
Universal (EPU), el examen hecho por Estados pares periódicamente a
absolutamente todos los Estados del mundo. Paraguay tuvo este examen en el
2011 y en el 2016, y en este año, 2021, debería tener el próximo, que es una
revisión general de todos los tipos de derechos por el Consejo de Derechos
Humanos, donde participan los Estados en el análisis y las recomendaciones.

Es indudable que se avanzó considerablemente en el monitoreo internacional a los


derechos humanos, aun cuando falta todavía mucho camino a recorrer. No
solamente todo se sabe y se conoce, sino que existe una red importante de
mecanismos para el control periódico de los Estados, y para los que ratifican todos
los tratados, es mucho mayor el compromiso frente a su gente. Paraguay está en
este grupo, de los que asumió las mayores obligaciones que esto conlleva. Sin
embargo, esto no se ha traducido siempre en cumplimiento efectivo, y al lado de
grandes progresos, ha habido grandes retrocesos que implican una vigilancia
constante, para que finalmente no volvamos a repetir los errores del pasado.

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CONCLUSIÓN
Ello es aún más necesario, cuando los cuestionamientos realizados a la
administración de justicia han sido constantes y dichas interpelaciones giran
necesariamente alrededor de la inobservancia de dichos derechos por quienes
están obligados a velar por su cumplimiento.
En ese contexto, el presente módulo autoformativo pretende introducirnos
nuevamente en el mundo de los derechos humanos vinculados al acceso a la
justicia, por ser la administración de justicia el espacio en el cual los habitantes
pretenden su efectivización.
Con ello se logra, además, incorporar en dicho acercamiento nuevas perspectivas
que permitan realizar una lectura más amplia, integrando nuevos elementos
jurídicos, sociales, culturales y políticos indispensables para su aplicación en el
contexto de la diversidad tanto sociocultural como étnica y la consecuente
pluralidad jurídica.

Existen, sin embargo, situaciones que contemplan ambas obligaciones: el derecho


a la vida ya mencionado más arriba, por ejemplo, es uno de los derechos
tradicionalmente tratado exclusivamente entre los derechos civiles, debe
considerarse también como lo que algunos autores llaman “el derecho a vivir de
una manera plena e integral”. Por tanto, el Estado debe esforzarse en impedir las
privaciones arbitrarias de la vida, pero además debe esforzarse en efectivizar a los
habitantes “un nivel de vida adecuado para sí y su familia, incluso alimentación,
vestido y vivienda adecuados, y a una mejora continua de las condiciones de
existencia.”

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BIBLIOGRAFIA
- Normas Internacionales de Protección de los derechos humanos.
CODEHUPY. Derecho Internacional de los DDHH. Manual de enseñanza.
Editado por Cecilia Medina Q. Instituto Holandés de DDHH. 1990. Curso
Interdisciplinario de DDHH. Antología Básica. IIDH. 1990. Birgin, Haydée y
Kohen, Beatriz. Acceso a la justicia como garantía de igualdad. Instituciones,
actores y experiencias comparadas. Buenos Aires. Agosto,
2006. Arrua de Sosa, Myrna. Obstáculos para el acceso a la justicia de la
mujer victima de violencia en Paraguay, 2005. CLADEM, CMP Y CDE
Informe Sombra CEDAW. Vigilancia ciudadana sobre los derechos
humanos de las mujeres en Paraguay. Asunción, Paraguay. 2005.
Fernández de Casadevante Romani, Carlos. Derecho Internacional de los
derechos humanos. Tercera edición. Madrid, 2007. Código Procesal Civil.
Edic. Intercontinental. 1998.

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