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1.4. Tipología de Asociaciones Público-Privadas
1.4. Tipología de Asociaciones Público-Privadas
— Contributivas: uno de los agentes aporta fondos económicos, con una escasa o nula parti-
cipación en la fase operativa, liberando recursos para la prestación de otros servicios.
— Asistir a determinados grupos sociales a tener acceso de capital del sector privado
para promover el desarrollo social, económico o cultural.
— 31 —
Desde un punto de vista práctico, encontramos la sistematización de las PPPs según los
términos que se reflejan en los acuerdos público-privados y la combinación de tareas en ellos recogi-
das. Las tareas contempladas, fundamentalmente, son [Allan (2000)]: Design (diseño),
Build/Construct (construir), Finance (financiar), Operate (gestionar), Mantain (mantenimiento), Own
(poseer), Transfer (transferir), Lease/Rent (alquilar), Develop (desarrollar), Buy (adquirir). La combi-
nación de las anteriores funciones origina multitud de fórmulas que permiten ese reparto, tal que:
“El espectro de posibles PPPs… va desde negocios controlados casi en su totalidad por
el sector privado, en un extremo, a aquéllos controlados casi por completo por el sector
público, en el otro.” [Webb y Pulle (2002)].
La variedad de sistemas puede ser prácticamente tan amplia como el número de varian-
tes susceptibles de combinar distintas tareas en el reparto de riesgos, por lo que tampoco podemos
decir que exista un listado definitivo de PPPs. En cualquier caso esta es la fórmula de clasificación
más extendida y las siguientes podrían considerarse las combinaciones más relevantes9:
—Build-Operate-Transfer (BOT)
El plazo de concesión se intenta establecer a priori de forma que la entidad privada haya
obtenido una rentabilidad adecuada sobre la inversión inicial realizada.
—Build-Transfer-Operate (BTO)
Se trata de un sistema similar al anterior, pero en esta ocasión las instalaciones para la
prestación del servicio pasan a ser propiedad de la Administración contratante, inmediatamente, tras
finalizar su construcción por el operador privado. Éste tendrá el derecho a explotarlas durante un cier-
to período, en virtud de un acuerdo de arrendamiento a largo plazo que deberá concederle la Admi-
nistración Pública, al final del cual la Administración debe decidir entre explotar el proyecto
directamente o volver a arrendarlo a un operador privado, que ahora no tiene que ser la entidad que
inicialmente lo desarrolló.
—Build-Rent-Operate-Transfer (BROT)
Se trata de una variante de los proyectos BOT ó BTO, en la que el operador privado ex-
plota las instalaciones pero arrienda los bienes físicos por la duración del acuerdo.
—Build-Lease-Operate-Transfer (BLOT)
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—Build-Own-Operate-Transfer (BOOT)
—Build-Own-Operate (BOO)
—Buy-Build-Operate (BBO)
—Lease-Develop-Operate (LDO)
Este caso es equivalente al anterior salvo en que en lugar de adquirir los activos, el ope-
rador privado los arrienda a la Administración. La inversión inicial es menor y el interés por la partici-
pación del sector privado reside en las mejoras en eficiencia en la prestación del servicio por su
capacidad de gestión.
—Design-Construct-Manage-Finance (DCMF)
Desde la unidad de gestión de PPPs creada por el Gobierno del Territorio de Victoria, en
Australia, se plantean tres consideraciones a la hora de elegir una fórmula u otra [Partnerships Victo-
ria (2000)]:
— Si cualquier parte del servicio propuesto puede ser prestada por la propia Administración.
En la medida en que el sector privado con las PPPs se desprende de la mayoría de las
funciones que desempeñaba, la principal tarea de la Administración debe ser la del control de los
operadores privados y de las actividades que desarrollan, para garantizar el interés general en servi-
cios y equipamientos que siguen teniendo el calificativo de públicos:
“La Administración mantiene en todo momento la titularidad del servicio, una capacidad
de decisión relevante y un control significativo sobre las condiciones con que se presta,
así como la responsabilidad de rendir cuentas y garantizar que se proporciona en canti-
dad y calidad adecuada” [Pina, Torres, y Acerete (2003)].
No obstante, el sector público debe ejercer otras intervenciones que tengan un carácter
más próximo al desarrollo de los proyectos en cualquiera de sus fases10.
Uno de los principales escollos para atraer a la iniciativa privada a participar en PPPs es
el déficit de rentabilidad financiera del cual adolecen gran parte de los proyectos públicos, o, la incer-
tidumbre generada por los riesgos asociados. Sin embargo, la mayor parte de esos proyectos son
deseables desde el punto de vista social. Por lo tanto, la intervención más inmediata de las Adminis-
traciones se identifica con una serie de actuaciones que incrementen el valor de los ingresos futuros
de los proyectos.
Por otra parte, las infraestructuras públicas se consideran condición necesaria para el
desarrollo económico y el crecimiento de la actividad económica. Por lo tanto, los beneficios recibi-
dos por la Administración no se limitan a los efectos sociales, sino que muchos de los equipamien-
tos e infraestructuras permiten la generación de rentas adicionales que revierten en las arcas
públicas a través de impuestos y otros ingresos, de forma que las aportaciones económicas públi-
cas pueden ser recuperadas. Es el conocido “efecto multiplicador” de las nuevas infraestructuras
[Izquierdo Bartolomé (1997)].
Por ejemplo, en la construcción de una autopista de peaje, el IVA que se repercute sobre
los usuarios y el Impuesto de Sociedades que debe pagar la empresa concesionaria, serían ingresos
inmediatos que obtendría la Administración, así como los gravámenes repercutidos sobre las rentas
generadas por el efecto multiplicador: actividad generada por la creación de nuevos servicios, mayor
consumo de combustible, aumento de la actividad de empresas beneficiadas por la nueva infraestruc-
tura, crecimiento de los establecimientos comerciales, etc.
Estas medidas se pueden concretar en los siguientes aspectos [Unión Europea (1997),
Izquierdo Bartolomé (1997)]:
10
Un caso práctico y muy próximo a nuestro país es el conjunto de medidas potenciadas desde la Comisión Europea para el
desarrollo de las Redes Transeuropeas de Transporte. Los grupos de trabajo confirman un consenso sobre el importante papel
de las asociaciones público-privadas para el desarrollo de estos proyectos. A estos efectos la Comisión Europea ha desarrolla-
do una serie de medidas para que la Administración Europea pueda potenciar las partnerships. Véase Unión Europea (1997),
González-Finat (1998).
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— Subvenciones a la inversión –por el empleo creado– o a la explotación, –subvención
a las tarifas, como en el caso de los peajes “blandos”–.
— Anticipos reintegrables, similares a las subvenciones, pero que deben ser reembol-
sados en algún momento.
— Garantías subsidiarias que garanticen que, en el caso de que no se generen los in-
gresos para atender al servicio de la deuda, la Administración se hará cargo de la
misma, o que aseguren un cierto nivel de ingresos.
En los casos en los que intervenga la Administración, estas participaciones deben tra-
tar de no distorsionar la percepción de los potenciales inversores y que realmente exista un com-
promiso por parte de éstos. En caso contrario la intervención de la Administración puede
entenderse como una mera contribución subsidiaria de manera que no haya incentivos en los agen-
tes privados por mantener un nivel de eficiencia y que uno de los grandes objetivos de las PPPs
quede relegado.
— 35 —
— Debido a que algunos proyectos son muy complejos y dadas las dificultades iniciales
para definirlos, la cofinanciación pública de los estudios iniciales y estudios de viabi-
lidad resulta una medida fundamental para la promoción de proyectos.
Este contexto requiere del recurso a fondos ajenos, lo que, por otra parte supondría una
distorsión de la imagen financiera de las empresas privadas que acometen el proyecto13. Ante estas
circunstancias, aparece el project finance14 como técnica financiera que permite obtener los fondos
necesarios para implementar sistemas en los que la iniciativa privada participe en la financiación y
gestión de equipamientos públicos.
En el project finance los costes del proyecto –operativos y financieros–, deben quedar
cubiertos con los recursos generados por la explotación, para aislar a los promotores de compromisos
por riesgos derivados del proyecto. De esta forma, las garantías financieras las aporta el propio pro-
yecto con su capacidad para generar flujos de caja, sin necesidad de recurrir a avales adicionales
[Pérez de Herrasti (1997)]:
“En términos prácticos podemos identificar el Project Finance con un sistema de finan-
ciación que se sustenta básicamente en la bondad y viabilidad del Proyecto a financiar,
tanto técnica como económicamente, y, por tanto, en su capacidad para generar los re-
cursos suficientes, incluso ante escenarios desfavorables, para garantizar el repago de
sus obligaciones por sí mismo, ya que la decisión de acometerlo no está sujeta, en tér-
minos generales, ni a la capacidad financiera de los promotores ni al valor de los activos
del Proyecto”.
12
Véase nota a pie de página 3, pág. 24.
13
Como promotores privados de proyectos de este tipo encontramos personas físicas o jurídicas, que proveen bienes y servi-
cios, que poseen un interés económico en el desarrollo de proyectos públicos por medio de la iniciativa privada, como si fuese
una oportunidad de negocio: compañías constructoras, proveedores de equipos industriales y de materias primas, compañías
comerciales y operativas, entidades financieras [Pérez de Herrasti (1997)].
13
De las entidades mencionadas, las compañías no financieras, especialmente las constructoras, verían comprometida su
imagen financiera por asuntos no relacionados con su propia actividad.
14
Para profundizar en el project finance véase: Instituto de Crédito Oficial (1995); Pérez de Herrasti (1997); Revista Actua-
lidad Financiera, número monográfico 2/98. Rodriguez Sandiás (1999), su tesis doctoral tuvo por título El Project Finance
como sistema de financiación de proyectos, y su especial consideración en el desarrollo de infraestructuras y servicios
públicos.
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Bajo estas premisas, los promotores constituirán una sociedad con personalidad jurídica
propia, Sociedad Vehículo del Proyecto –SVP–, que concentrará los contratos relacionados con la
concesión –financieros, suministros, construcción, gestión, seguros...–, y será el medio a través del
cual aíslan sus actividades originarias. El endeudamiento no figurará en el balance de los partícipes
sino en el de la sociedad vehículo. La responsabilidad de aquéllos se limitará a sus aportaciones de
capital social y compromisos operativos, conformando un sistema de financiación sin recurso o con
recurso limitado a los socios.
La proporción de fondos propios en project finance oscila, en general, entre 10% y 30%
del valor total de la inversión, dependiendo de las características del proyecto y de las garantías exi-
gidas por los fondos ajenos. Junto a la resistencia de las empresas privadas a comprometer su patri-
monio, se encuentra el inconveniente de que un porcentaje superior encarecería el coste de
financiación de proyectos, dada la mayor rentabilidad exigida por el capital propio debido al mayor
riesgo soportado. Por el contrario, los agentes financieros que aporten el resto de fondos abogarían
por una mayor participación de los socios por cuanto supondría reforzar las garantías, aun cuando el
propio proyecto avale la deuda.
Para conciliar mayor implicación de los promotores en la SVP y contención del coste fi-
nanciero, es idóneo el uso de deuda subordinada, normalmente suscrita por los accionistas y que se
sitúa a caballo entre el capital social y el endeudamiento ordinario. Se ubica por detrás del resto de
deudores financieros en el orden de prelación y tiene como remuneración un tipo de interés inferior al
coste del capital propio, favoreciendo los costes financieros más bajos. El menor coste es debido al
menor riesgo percibido por los inversores, al recuperar antes los fondos traspasados. La deuda su-
bordinada se considera como quasi-capital y para los prestamistas computa como recursos propios
en el cálculo de la ratio de endeudamiento en sus análisis previos para el estudio de la viabilidad del
proyecto. Al valerse de los mecanismos del project finance se consigue un doble objetivo:
Las PPPs se desarrollan a través de un proceso propio que se diferencia de los meca-
nismos de contratación pública tradicional y que tratan de ajustarse a las peculiaridades de los pro-
yectos público-privados. En principio, cualquier proyecto PPP seguirá unas directrices similares, dado
que se trata de un planteamiento flexible alejado de las rigideces de los procesos administrativos
tradicionales en cada equipamiento y servicio el procedimiento será diferente.
15
HM Treasury (1999c), Partnerships Victoria (2001b). El desarrollo posterior se ha realizado tomando como base estos
mismos documentos.
— 37 —
FIGURA 2
FASES EN EL DESARROLLO DE UN PROYECTO PPP
EVALUACIÓN DE ALTERNATIVAS
FASE 2
FORMALIZACION DE ESTRATEGIA
FASE 5
SELECCIÓN DE OPERADORES
FASE 7
REVISIÓN DE LA ALTERNATIVA
FASE 8
PRESENTACION DE OFERTAS
FASE 9
VALORACION DE OFERTAS
FASE 10
NEGOCIACION FINAL
FASE 11
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Identificación de necesidades
Evaluación de alternativas
— Utilización de un activo existente que está bajo el dominio de otro departamento público.
A partir de la especificación de los resultados que se esperan obtener y del esquema del
proyecto se inicia formalmente el proceso de contratación. El primer paso es la creación de un equipo
rector de todo el proceso que siga de cerca las evoluciones del proyecto, encargándose de centralizar
— 39 —
la documentación necesaria y la selección del operador en su momento. Este equipo recibirá el ase-
soramiento de profesionales externos respecto a temas legales, técnicos, financieros, de gestión, etc.
Formalización de estrategias
Se debe planificar cuales son los objetivos a cubrir en cada una de las fases, en especial
se debe contestar a:
Esta última cuestión hace referencia a la posibilidad de que se realice una preselección
entre las primeras ofertas presentadas y con ellas continuar una negociación más detallada.
Selección de operadores
Aquellos operadores que hayan mostrado su interés deben ser evaluados respecto a la
capacidad para desarrollar el proyecto según las aspiraciones de la Administración respecto al servi-
cio y para poder mantener una relación a largo plazo. A su vez, se deben ponderar la situación finan-
ciera de las entidades privadas.
En función de esta evaluación, del listado inicial de operadores que responden a la publi-
cación del anuncio del proyecto, se realiza una selección, normalmente de 2 a 4, que serán con los se
continúe el proceso hasta elegir una única. Para aquellos operadores rechazados se suele establecer
la posibilidad de debatir sus propuestas.
Durante todo el proceso descrito la Administración recaba más información que se puede
añadir a los supuestos iniciales. El esquema del proyecto y el PSC son completados a la luz de nue-
vos datos.
Presentación de ofertas
También suelen ser facilitados el PSC y el esquema del proyecto desarrollados por el
propio departamento público, para que los contratistas puedan comparar sus ofertas.
En cualquier caso, suele solicitarse la presentación de una oferta estándar que permita
establecer un punto de referencia en la evaluación de las ofertas.
Las negociaciones con cada oferente suelen ser comunes con el fin de que la Adminis-
tración explique de manera directa su razonamiento para ciertas condiciones, así como los agentes
privados expresen sus puntos de vista respecto a los aspectos planteados. Estos debates son confi-
denciales y la experiencia demuestra que ayudan a reducir el tiempo para el acuerdo definitivo, ya
que problemas que puedan surgir por falta de entendimiento se resuelven por adelantado.
Evaluación de ofertas
El equipo director del proyecto debe evaluar las ofertas de acuerdo a los criterios expre-
sados en el memorandum que, en particular, deben fijar el value for money del proyecto.
Puede ser necesario que el equipo mantenga debates con cada uno de los consorcios
privados que han presentado sus propuestas, en especial en aquellas que suponen variaciones res-
pecto al proyecto base.
El resultado final debe ser la elección de la oferta final, que se considera la mejor entre
todas las presentadas. No obstante, debe de haber constancia de que los agentes que aportan sus
fondos al consorcio aprueban el reparto de riesgos que la oferta comporta.
Negociación final
La oferta seleccionada debe ser comparada respecto los criterios de affordability y value
for money, este último por medio de su comparación con el PSC.
La firma del contrato no significa que se finalicen las tareas a realizar desde la Adminis-
tración. Debe realizarse un seguimiento del proyecto y del servicio con el fin de confirmar si los objeti-
vos iniciales son alcanzados.
— Preparación: El propósito de afrontar dicho programa PPP debe figurar en los objeti-
vos fundamentales de cualquier Gobierno. Para ello, se establecen las entidades or-
ganizativas para el desarrollo del programa PPP, denominadas como grupos
consultivos y grupos de trabajo que se encargarán de guiar el proceso –taskforce–.
Son creadas dentro de los ministerios y departamentos que se prevén estarán más
afectados por la aplicación de PPPs –hacienda, obras públicas, sanidad, educación,
medioambiente…–.
Si bien el desarrollo de las PPPs tuvo su impulso definitivo en los 90, en los años que
llevamos de siglo XXI el progreso alcanzado es importante, tanto en aquellos países relativamente
nuevos en el uso de PPPs, como en aquellos más avanzados [Middlenton (2002b)]:
— Los países, en los que las PPPs son relativamente recientes, tratan de beneficiarse
de los avances realizados por los pioneros y ponen en marcha sus actuaciones
aprovechando el desarrollo ya realizado por otros, evitando errores iniciales y consi-
derando las adaptaciones necesarias a sus casos particulares,
Irlanda
Irlanda, influenciada por Reino Unido un taskforce –Irish Central PPP Unit–, y un programa
de proyectos piloto en los sectores de carreteras, transporte público, equipamientos educativos, aguas y
tratamiento de residuos. El gobierno irlandés también ha legislado una base reglamentaria que respalde
las iniciativas PPP en el ámbito nacional: State Authorities PPP Bill, Railway Procurement Bill. La prime-
ra norma permite a las entidades administrativas incluidas, la utilización de PPPs; la segunda, permite la
utilización de estructuras PPP en el sector de los transportes ferroviarios.
Este documento refleja el claro compromiso del gobierno por el uso del potencial de las
PPPs y evitar conflictos con otros grupos sociales, pero también resalta por el énfasis en considerar a
las PPPs como un elemento fundamental en un plan estratégico más amplio, por la búsqueda de la
competitividad económica internacional debido al desarrollo que permiten de las infraestructuras, idea
que explícitamente no encontramos en otros países para potenciar las partnerships.
Holanda
En Holanda, también ha habido período en el que se han valorado las ventajas y desven-
tajas de las PPPs. Una de las principales circunstancias que concurren en otros países de la Unión
Europea, como las restricciones presupuestarias, no se da en Holanda, que apenas ha sufrido déficits
presupuestarios recientemente. En cualquier caso, el gobierno holandés está comprometido con la
introducción de PPPs, de forma gradual, creando la estructura pertinente. Fruto de ello es la creación
del PPP Knowledge Centre, ligado al Ministerio de Finanzas, como ente asesor de las entidades pú-
blicas. El objetivo principal es “participar en una partnership con operadores privados de manera que
se puedan prestar servicios públicos de forma más barata, rápida y/o eficiente” [van Boxtel y Schaay
(2002)].
— 44 —
tratamiento de aguas, escuelas y desarrollo urbano y de zonas rurales. También se está llevando a
cabo un estudio de los modelos PPP utilizados internacionalmente en el caso de prisiones.
El proyecto más importante afectado por contratos PPP será el tren que unirá Holanda
con la alta velocidad del resto de Europa –High Speed Rail Line–, con la construcción y mantenimien-
to del mismo. La duración del contrato es por 30 años y la remuneración del operador dependerá de
la disponibilidad de las vías, en el caso del gestor de la infraestructura. Para la empresa concesiona-
ria del servicio de transporte la duración es de 15 años. El éxito de este proyecto se considera muy
importante para el desarrollo futuro de las PPPs en Holanda.
Italia
El desarrollo de las PPPs se inicia en 1998 al aprobarse la Ley 415/1998, también llama-
da Merloni Ter, que introduce la posibilidad de utilizar las técnicas project finance para la construcción
y gestión de infraestructuras públicas.
Bajo esta Ley las Administraciones Públicas deben definir un plan trianual identificando las
obras públicas que pueden ser acometidas a través de proyectos financiables por la iniciativa privada.
Para coordinar y asesorar en esta labor se creó la Unità Tecnica Finanza di Progetto. Sus funciones son
similares a las establecidas en el Treasury Private Finance Taskforce del Reino Unido, coordinando y
estandarizando los procesos contractuales y actuando de asesor de las Administraciones Públicas. Esta
taskforce se completa con expertos del sector privado en materia técnica, financiera y legal.
Sin embargo, se observa que una importante restricción al uso de PPPs procede de la
vertiente financiera, dado que muchos proyectos requieren de una ingente cantidad de recursos para
lo que es necesario recurrir a los mercados internacionales de capitales. La presencia de un impor-
tante gravamen sobre los intereses pagados a prestamistas no residentes en Italia, supone, sin em-
bargo, un obstáculo que impide el normal desarrollo de iniciativas PPP.
Portugal
17
Véase Garnier, O; y, de La Roche, A. (2002).
18
Véase Serrano, A. (2002).
— 45 —
En el sector sanitario se ha estudiado la utilización de PPPs y en algunos aeropuertos se
han comenzado a implementar partnerships. De momento no se ha creado tampoco ninguna unidad
gubernativa para el seguimiento y desarrollo de proyectos PPP.
Grecia
Alemania
Los modelos PPP planteados en Alemania van desde grupos de trabajo mixtos confeccio-
nados para evaluar y desarrollar proyectos futuros –joint foundations–, a aquéllos en los que se aportan
fondos públicos y privados y hay un reparto de riesgos –modelos concesionales y de explotación–.
En Alemania no existe una cultura PPP y todavía tiene que realizarse un largo trabajo,
por ejemplo, en la construcción de elementos que permitan comparar las alternativas privadas y pú-
blicas similares al PSC. Sin embargo, el gobierno alemán parece dispuesto a poner en marcha las
medidas necesarias para expandir el alcance de las PPPs en su sentido amplio:
19
Véase Marín Marín (1997).
20
Como es conocido el déficit público alemán ha superado con creces el límite máximo del 3%, lo que ha dado lugar a la
preparación de los mecanismos del Protocolo en caso de Déficit Excesivo previstos por la Unión Europea.
21
Estimadas en 120 billones de euros en construcción y mantenimiento de carreteras y ferrocarriles, además de las necesa-
rias en equipamientos sociales (escuelas, hospitales, prisiones). Véase Drömann, D. (2002).
22
Modelo similar a la práctica australiana comentada posteriormente.
— 46 —
— Reforma de la legislación sobre financiación privada de carreteras (Fernstrasenßaupri-
vatfinanzierungsgesetz), que hasta ahora sólo permite la participación de operadores
privados en segmentos especiales de las infraestructuras viarias –puentes y túneles–.
Francia
Aunque en Francia hay una larga tradición de participación del sector privado en servi-
cios públicos, el modelo francés se limita a la utilización de concesiones y Societés d’Economie Mix-
tes, circunscribiéndose a los sectores de carreteras y suministro de aguas. De esta forma no se han
implementado PPPs en el sentido amplio. En cualquier caso, bajo la legislación gala, las partnerships
no son un instrumento permitido en el área de las infraestructuras sociales.
Escandinavia23
Los países escandinavos24, siguen un modelo particular que dista bastante de incorporar
PPPs en sus proyectos públicos. La principal razón es la asimilación del concepto PPP con al de pri-
vatización, lo que crea un rechazo sistemático en gran parte de la comunidad política y social, espe-
cialmente en los servicios sanitarios y de educación.
Noruega ha previsto tres proyectos piloto de carreteras, con el objetivo de construir una
red viaria en el que primen la accesibilidad y un alto grado de seguridad, sin causar grandes impactos
medioambientales. Con ello, los mecanismos de pago incluirán diferentes elementos para conseguir
esos objetivos y sin utilizar peajes directos. Todavía está por verificar si habrá consorcios internacio-
nales atraídos a participar, asegurando una competitividad suficiente.
— 47 —
infraestructuras viarias, y no se considera en otras áreas como educación, sanidad o energía, por
ejemplo. No obstante, la Ley de Infraestructuras adoptada a finales de 2001 no hace mención alguna
a las PPPs y, por el contrario, se sigue manteniendo el modelo público tradicional.
Australia
Tras estos proyectos no hubo un refrendo de la difusión de las experiencias a otros pro-
yectos o sectores, sino que se entró en una fase de discusión sobre la conveniencia o no de incorpo-
rar plenamente al sector privado en la provisión de servicios públicos, que llevó, por ejemplo, a que la
prestación de los servicios del anterior hospital mencionado, volviese a ser desempeñada por el sec-
tor público.
Sin embargo, a partir de 2000 tanto el gobierno federal, como los de los diferentes territo-
rios que componen la Commonwealth de Australia, han retomado su compromiso con las PPPs. Cabe
destacar la iniciativa Partnerships Victoria, considerada como la mejor de todas las desarrolladas en
Australia. En la siguiente tabla aparecen los proyectos más importantes desarrollados en Victoria:
TABLA 1
PROYECTOS PPP MÁS IMPORTANTES EN AUSTRALIA
PROYECTO IMPORTE*
Scoresby Transport Corridor 1.300 AUD
Western Sydney Orbital motorway 1.250 AUD
M2 Lane Cove Extension 1.800 AUD
SEA 1444 Patrol Boats Replacement 1.400 AUD
Cross-City Tunnel Sidney 1.400 AUD
Spencer Street Station 1.250 AUD
Westgate Container Terminal 1.120 AUD
* Millones de Dólares australianos (AUD).
Fuente: Global PPP Directory (2002).
Los anteriores proyectos son los más importantes, pero hay un gran número de proyec-
tos de menor entidad llevados a cabo en Victoria, South Australia y New South Wales, principalmente,
en sectores como justicia (Victorian County Court Project), plantas de tratamiento de aguas residuales
(Wodonga Wastewater Treatment), prisiones, comisarías y sanidad (Hospital Berwick), y está en fase
inicial el desarrollo de nuevos colegios.
En el ámbito federal, los equipamientos para el departamento de defensa son los más
demandados (simuladores, aviones).
Los gestores públicos han tratado de obtener conclusiones a partir de las experiencias
europeas. De esta forma, los tres territorios anteriormente mencionados han desarrollado sus propias
— 48 —
guías para la fijación de los outputs exigidos a los proyectos, así como la identificación, valoración y
adscripción de probabilidades y consecuencias de los riesgos. También han tratado de concretar la
elaboración del PSC, cuyas guías han sido utilizadas por los propios operadores privados para lograr
los mejores resultados.
La política PPP está llegando a su fase de madurez en Australia, pero aún debe evolucio-
nar fuera de lo que es el sector transportes. La razón de que sea el sector infraestructuras viarias el más
desarrollado es que son empresas constructoras las que encabezan los consorcios privados y prefieren
acometer proyectos en los que es necesaria la creación de grandes infraestructuras. Por lo tanto, sería
necesario tratar de reducir el déficit en sectores como servicios sociales, escuelas y hospitales.
Canadá
En abril de 2002 se instituyó una nueva política llamada Alternative Service Delivery
(ASD) –Prestación Alternativa de Servicios–25. Esta iniciativa trata de proporcionar el marco para el
establecimiento de nuevos acuerdos y fórmulas organizativas en el Gobierno Federal, aunque se
puede hacer extensible a otros niveles y sectores. En particular en el caso de las Public-Private Part-
nerships se refiere a ellas como acuerdos entre un organismo gubernamental y una o más partes, en
los cooperan en la prestación de un servicio cumpliendo los objetivos de distribuir riesgos y respon-
sabilidad entre las partes, aportar conjuntamente recursos (tiempo, financiación, conocimientos) y
conseguir beneficios complementarios o mutuos. También se incluyen acuerdos con otros órganos
gubernativos internacionales o nacionales, estos últimos fuera del nivel federal.
25
Véase Treasury Board of Canada (2002).
— 49 —
A pesar de las dificultades, el número de proyectos PPP puestos en marcha es elevado
[The Canadian Council for Public-Private Partnerships (2001)]. Entre ellos destacan: the Confedera-
tion Bridge, el mayor puente acometido bajo un contrato DBFO en Canadá; NAV Canada, que le con-
vierte en el primer país del mundo en el que el sistema de navegación aérea civil es gestionado y
financiado por el sector privado; Highway 407 ETR, el terreno, carretera y demás estructuras son
legalmente propiedad privada durante 99 años y además cuenta con sistema innovador en cuanto al
cobro de peajes26; Moncton Water Treatment Facility, que aunque es un proyecto pequeño, fue el pri-
mero en el sector de tratamiento de aguas y su funcionamiento es óptimo; y, Bruce Nuclear Power Faci-
lity, que acabó con el monopolio público separando generación, distribución y suministro eléctrico.
TABLA 2
EXPERIENCIAS PPP INTERNACIONALES POR SECTORES
CARRETERAS
TRANSPORTE
TECNOLOGÍA
EDUCACIÓN
INMUEBLES
RESIDUOS
DEFENSA
SANIDAD
JUSTICIA
AGUAS
Canadá
Australia
Escandinavia
Francia
Grecia
Portugal
Italia
Alemania
Holanda
Irlanda
Fuente: Elaboración propia.
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