CONTEXTO HISTORICO, CULTURAL Y FILOSOFICO DE DESCARTES.
CONTEXTO HISTORICO-CULTURAL. Descartes nace el 31 de marzo de 1596 en la ciudad de La Haya en la Turena en la Francia. Su madre muere un año después. Su padre fue consejero del Rey en el Parlamento de la Bretaña. Permaneció en su juventud en un colegio de jesuitas donde destaco en matemáticas y latín. Durante sus años en el colegio, lee a autores clásicos como Horacio, Homero y Platón. Su enseñanza estaba basada fundamentalmente en textos filosóficos de Aristóteles acompañados por comentarios de jesuitas. Este periodo junto con el de su madurez le acompañara una época de crisis en Europa. El feudalismo se tambaleaba conforme la burguesía comercial se desarrollaba en las ciudades. Los movimientos mercantiles fomentaban el negocio y con ello, la propiedad privada, lo que dio paso a una serie de valores, como la competencia y el afán de lucro. Todo esto conllevó a una doctrina económica, el mercantilismo; la cual se basaba en las exportaciones de productos y en el desarrollo del comercio. La burguesía cada vez obtenía más poder; la acumulación de capital contribuyó a ello. La nobleza veía peligrar su privilegio y su política obstaculizaba a nuevo sistema económico que se estaba produciendo. En el plano político la tónica dominante es la inestabilidad y la guerra. En Europa se produce un nuevo reparto de fuerzas con la Guerra de los Treinta Años en la que se dan cita intereses religiosos y políticos. Descartes participará en ella, primero en el bando protestante y luego en el católico. Después de la guerra, Francia e Inglaterra se proclaman como las nuevas potencias, coincidiendo con la decadencia del Imperio español. Durante este tiempo, la monarquía absoluta es la forma de gobierno que impera en la mayor parte de Europa. El importante evento bélico conllevo a una crisis religiosa ya que se puso en duda la unidad religiosa del catolicismo, como la autoridad del papa, por ejemplo. El nominalismo, el humanismo y la Revolución científica también fueron causantes del deterioro de la religión. El nominalismo de Ockham supone un gran avance de la razón con respecto a la fe. Defendía la separación de la razón y la fe, ya que según Ockham la razón no puede llegar al conocimiento de Dios. El humanismo dio un enfoque antropocéntrico junto con el Renacimiento, poniendo en duda el teocentrismo; reflejando que el ser humano es el centro de todas las cosas. La Revolución científica, impulsada por Copérnico o Galileo Galilei, derrumbó el modelo geocéntrico y con ello dio lugar a la búsqueda de lo verdadero partiendo siempre desde la experimentación y la razón. CONTEXTO FILOSOFICO. Desde un punto de vista filosófico, la primera mitad del siglo XVII se puede interpretar como una continuidad y profundización de las corrientes iniciadas en el Renacimiento. Estas corrientes retoman los grandes clásicos griegos y latinos. Por otra parte, muestran un nuevo interés en la naturaleza y en el ser humano. A esto, hay que sumarle las expansiones culturales o la creación de nuevos Estados, aunque principalmente se caracterizó por el retorno de la literatura y filosofía griega. Esto propició a que en cada escuela se estudiara esta cultura, como hizo Descartes en su juventud. El pitagorismo y el platonismo jugaran un importante papel en la nueva ciencia. Sorprendentemente, una de las escuelas helenísticas renace ahora con fuerza; hablamos del escepticismo, el cual buscaba la felicidad, ignorando los juicios u opiniones para alcanzar un estado de calma para pretender llegar a esa felicidad. Los escépticos mantuvieron una guerra dialéctica contra los dogmáticos, es decir, contra aquellos que no ponían ningún límite al conocimiento siendo así optimistas. Los escépticos, en resumen, sostenían la imposibilidad de encontrar nuevos referentes sólidos para alcanzar la verdad. Se abstenían de juzgar, suspender el juicio (epojé). Este escepticismo resurgió en el siglo XVII gracias a una obra de Sexto Empírico, donde recogen todas las argumentaciones de los escépticos. ara Michel de Montaigne la mayor “peste” del hombre es creer que puede llegar a conocer verdaderamente las cosas. Los últimos fundamentos de nuestro conocimiento son inseguros y la experiencia de los sentidos es engañosa, por lo que la ciencia de la naturaleza no es más que una bella poesía sofística. Consta que Descartes ha leído a los escépticos, ya que aparecen en la segunda parte de El Discurso expresiones literales de Montaigne. Probablemente el estudio de la naturaleza fue el pensamiento más característico de la época, ya que en los siglos XVI y XVII, la teología dependió en parte de ella. Estos sucesos se le conoce con el nombre de Revolución Científica. Conforme iba cobrando valor el razonamiento matemático en la ciencia, se destacaron importantes consecuencias filosóficas que influyeron en los autores de esta época. En primer lugar, la renuncia a la búsqueda de esencias al investigar los movimientos, es decir, reducir lo real a magnitudes que se puedan medir, como el tiempo, el espacio… La segunda importancia fue la consideración de que las matemáticas representan la verdadera realidad, ya que nos proporciona una estructura inteligible de lo real. En tercer lugar, la exaltación de la razón humana como fuente autónoma de la verdad. La razón se puede alterar ya que, si se guían por la experiencia, no se puede razonar por esquemas matemáticos. Por último, esta matematización llevaba a cambiar la imagen que el hombre se hacía del mundo y de sí mismo. Es decir, una imagen mecanicista en el que todo el Universo está determinado por leyes, con lo cual cualquier ente que esté dentro de él también estará sujeto a dichas leyes, incluido el ser humano. Este nuevo modelo de explicación va a sustituir al antiguo modelo aristotélico. Se desarrolla en este tiempo la ciencia, que con ello trae la reflexión del método científico. Hay que tener en cuenta en el método científico dos elementos, el aspecto empírico y el aspecto racional. Los tres autores que más conscientes han sido en cuanto al método son Francis Bacon, Galileo y Descartes. Francis Bacon va a centrarse más en el aspecto empírico, pretende conseguir una inducción para establecer una afirmación universal. Para el científico, la única manera de dominar la naturaleza es conociéndola. El método de Bacon desconoce la importancia de las matemáticas y el papel de la hipótesis, lo que hace que se aleje del método cartesiano. Contrario a Bacon, Galileo destacó el aspecto racional. Su método, el resolutivo-compositivo permite expresar los fenómenos naturales mediante el lenguaje matemático. El método consta de tres pasos esenciales, la resolución, composición y la resolución experimental A Descartes se le puede incluir en la línea de Galileo Galilei, ya que para el filósofo francés el mundo físico también es un mundo matematizado. Con estas demostraciones matemáticas, Descartes nutre la idea de un método, un método basado en las matemáticas que aplique en todos los campos del conocimiento la misma claridad y evidencia de las matemáticas. Con ese objetivo aparece en 1637, el Discurso del Método para dirigir adecuadamente la razón e indagar la verdad en las ciencias, el cual marca una nueva actitud en el pensamiento europea y en el pensamiento moderno. Aparece así, un gran filósofo; el padre de la filosofía moderna.