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La Segunda República (1931-1936)
La Segunda República (1931-1936)
POLÍTICA
DE REFORMAS Y REALIZACIONES CULTURALES. REACCIONES
ANTIDEMOCRÁTICAS
Introducción
La Segunda República Española es el nombre que recibe el régimen
político que se impuso en España entre el 14 de abril de 1931 (fecha de la
proclamación de la República, en sustitución de la monarquía de Alfonso XIII) y el 1 de
abril de 1939 (fecha del final de la Guerra Civil Española, que dio paso a la dictadura
del general Franco). El numeral «segunda» obedece a la necesidad de distinguirlo del
anterior periodo republicano, la Primera República Española (1873-1874).
Tras período del Gobierno Provisional (abril-diciembre de 1931), la historia de la
Segunda República Española se divide en dos grandes etapas, separadas por el golpe
de Estado del 17 y 18 de julio que desembocó en la Guerra Civil. En esta segunda
etapa el régimen que estudiamos interrumpió su sistema constitucional y se supeditó
por completo al desarrollo del conflicto, por lo que la mayor parte de los historiadores
consideran que el golpe de 1936 acabó con la república de hecho, aunque en buena
parte de España el régimen sobreviviera tres años más. Por ello, y de acuerdo con las
directrices de la asignatura, se desarrollará únicamente la primera etapa.
Respecto al marco geográfico al actual territorio español hay que sumar una
serie de dominios coloniales sobre los que nuestro país ejercía su soberanía: se trataba
del Protectorado de Marruecos (dividido en dos áreas: El Rif al norte y Cabo Juby al
sur), Sidi-Ifni (ocupado en 1934 y en teoría plaza de soberanía), el llamado Sáhara
español (Saguia el Hamra y Río de Oro) y los territorios del Golfo de Guinea (la isla de
Fernando Poo y Río Muni). Como puede suponerse, el nuevo régimen no cambió, en lo
esencial, la administración y la vida cotidiana de estas colonias. Igualmente estos
dominios participaron de manera muy escasa en las vicisitudes de la II República.
Respecto a la administración del territorio, la constitución de 1931 rechazó tanto
el centralismo liberal como la solución federal. Optó por una tercera vía que afirmaba la
integridad del estado español pero reconocía la autonomía de los municipios y las
regiones y establecía un proceso para alcanzarla. Con todo, únicamente Cataluña logró
poner en marcha un estatuto propio de autonomía antes del estallido de la Guerra Civil.
En un contexto histórico más amplio, la II República Española debe ser
encuadrada dentro de la crisis de la democracia y el ascenso de los totalitarismos
(fascismo, comunismo y dictaduras conservadoras) que se desarrolló en Europa en el
período de entreguerras (1918-1939), especialmente en la década de 1930. En este
período de conflictividad política el crac de 1929 y la Gran Depresión tuvieron una
especial influencia. La mayor parte de países europeos en esta época cambiaron la
monarquía por la república en un primer momento para acabar después convertidos en
dictaduras y regímenes autoritarios.
Se expondrá el tema de acuerdo con el siguiente esquema:
● La proclamación de la II República.
● El gobierno provisional.
● La Constitución de 1931.
● El bienio reformista (1931-1933).
● El bienio conservador (1933-1936).
● El Frente Popular y el estallido de la Guerra Civil (1936).
1. La proclamación de la II República.
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Tras la dimisión del general Miguel Primo de Rivera en enero de 1930, Alfonso
XIII intentó volver al régimen de la Restauración, pero la monarquía había quedado
completamente desacreditada por su apoyo a la Dictadura.
Así, en agosto de 1930 se reunieron los representantes de los principales
partidos republicanos y regionalistas. Rápidamente se produjo el acuerdo: el llamado
Pacto de San Sebastián, que garantizó la formación de un frente unido contra la
monarquía. Se organizó un Comité Revolucionario encabezado por Niceto Alcalá
Zamora que intentó acelerar la caída de la monarquía con una huelga general o un
pronunciamiento militar. Este último se llevó a cabo en diciembre de 1930 en Jaca y en
el aeródromo madrileño de Cuatro Vientos, pero no se alcanzó el éxito.
En febrero de 1931 Alfonso XIII nombró nuevo presidente al almirante Juan
Bautista Aznar, con un gabinete de concentración monárquica. El nuevo gobierno
propuso un nuevo calendario electoral: se celebrarían primero elecciones
municipales el 12 de abril. En estas elecciones el número de concejales monárquicos
superó al de republicanos, pero en las grandes ciudades, donde el sufragio era más
libre por no intervenir el sistema de control electoral heredado de la Restauración,
ganaron las fuerzas republicanas de forma más o menos holgada. Ante esta evidencia,
Alfonso XIII emitía un comunicado y abandonaba el país partiendo hacia el exilio, bien
que sin abdicar formalmente.
2. El gobierno provisional.
Una vez proclamada la República, serán los firmantes del Pacto de San
Sebastián los encargados de formar un gobierno provisional con mayoría de
republicanos, socialistas y nacionalistas. Siguiendo lo acordado en el Pacto, se
convocaron elecciones a Cortes Constituyentes para el 28 de junio con el objetivo de
dotar al nuevo régimen de una Carta Magna. Igualmente, se decretaron una serie de
reformas que consideradas esenciales y de extrema urgencia.
Las elecciones del 28 de junio de 1931 dieron la mayoría de los escaños a los
socialistas y republicanos, los partidos que pertenecían a la izquierda y al centro.
3. La Constitución de 1931
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- Se establece que España es un estado integral compatible con la autonomía de
municipios y regiones.
- Las Cortes, elegidas cada cuatro años, son unicamerales y tienen, en
exclusiva, el poder legislativo.
- El Presidente de la República es el Jefe del Estado y goza de algunas
prerrogativas (veto suspensivo, disolución de las cortes…).
- El Gobierno, constituido por el jefe de gobierno y sus ministros, posee el poder
ejecutivo.
- Poder judicial independiente.
- Sufragio universal para mayores de 23 años y, por primera vez en la historia,
también femenino.
- Extensa declaración de derechos como la libertad de asociación política y
sindical, matrimonio civil y divorcio.
- La cuestión religiosa: el Estado deja de tener religión oficial y se establece la
libertad de conciencia y cultos. Desapareció el presupuesto de culto y clero, se
expulsó a los jesuitas y se prohibió al resto de congregaciones religiosas el
ejercicio de la enseñanza, la industria y el comercio.
Tras la aprobación de la Constitución, el 10 de Diciembre fue elegido Alcalá
Zamora como primer Presidente de la República, y el 16 Manuel Azaña fue elegido jefe
de gobierno.
4. El bienio reformista (1931-1933)
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oficiales. Por lo demás, la capacidad técnica del Ejército continuo siendo precaria
durante todo el período republicano.
La oposición a estas reformas se materializó en un fallido golpe militar en 1932
liderado por el general Sanjurjo (conocido por ello como la Sanjurjada).
4.4. La reforma agraria
La pieza clave de la modernización era, sin duda, la reforma agraria, un proyecto
esencial que se transformó en símbolo de cambio, pero también de resistencia por
parte de los grandes propietarios y de la opinión conservadora. Una serie de primeros
decretos persiguieron proteger a los campesinos sin tierra y a los arrendatarios.
Sin embargo, la cuestión de fondo se intentó llevar a cabo con la Ley de Reforma
Agraria, mediante la que se intentaba la expropiación de latifundios y el asentamiento
de los campesinos.
La reforma era prácticamente imposible, al menos en un corto espacio de
tiempo, lo que provocó graves altercados en el campo español. En definitiva, la reforma
agraria sólo sirvió para desilusionar a muchos jornaleros e irritar a los terratenientes,
que se opusieron, aún más si cabe, a la República.
5. El bienio conservador (1933-1936)
Los resultados de las elecciones dieron una ajustada victoria del Frente Popular.
En ellos se aprecia, además, la polarización (escaso resultado del centro) y división
de la sociedad española (fuerzas de izquierda y derecha casi al 50 %). Manuel Azaña
formó el nuevo gobierno, compuesto por republicanos de izquierda, sin la participación
del PSOE. A principios de abril, Alcalá Zamora fue cesado de su cargo por las Cortes y
Manuel Azaña nombrado Presidente de la República. La jefatura del gobierno pasó a
otro republicano, Santiago Casares Quiroga.
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Azaña y Casares Quiroga creyeron que la conjura militar no representaba una
gran amenaza. Ambos esperaban la insurrección, pero confiaban en que el golpe
militar fracasaría como falló la sanjurjada de 1932 y que la mayor parte del ejército se
posicionaría a su favor. Por otra parte, temían las huelgas y otras movilizaciones
obreras que en aquellos días se acentuaron y que ponían en peligro la alianza de los
partidos de izquierda. Cuando la sublevación se produjo (17 de julio de 1936) nada
podía salvar ya a España de una guerra civil.