El objetivo del tratamiento será que el paciente cambie el habla con
tartamudeo por un habla tranquilo y fluido. Estamos seguros que ya ha intentado muchas fórmulas infructuosas para parar la tartamudez, por eso hay que cambiar la forma de abordar el problema. Culparse o ridiculizarse internamente no es una solución.
Lo primero que hacemos los psicologos de Madrid Cepsim es identificar el
problema y sus consecuencias. Para ello el terapeuta ayuda al paciente a identificar las conductas internas y externas del tartamudeo, esto es, su conducta visible cuando tartamudea y sus pensamientos o sensaciones internas. Por otro lado, centran su atención a las situaciones donde se producen y a los pensamientos y emociones asociadas a ellas, como por ejemplo “voy a fallar”, “todos van a pensar que soy ridículo”, o emociones como la tristeza, la ansiedad o el miedo al ridículo o al qué pensaran. En este caso el tratamiento que ofrecemos, aborda el problema desde el aquí y el ahora.
Entre aquellos aspectos a identificar se incluyen:
La capacidad de hablar fluidamente: el paciente debe darse cuenta
que en algunas ocasiones es capaz de hablar fluido, a partir de ello debe ponerse objetivos reales y pequeños. Quizás conseguir estar totalmente tranquilo y no tartamudear nada no sea un objetivo real. El terapeuta también ayuda al paciente a entender que todos tenemos algún problema en el lenguaje, incluso tartamudeamos o nos “atascamos” al querer decir algo o con alguna palabra. El problema de tartamudez hay que abordarlo como un entrenamiento, al tiempo que se pueden identificar sucesos pasados que influyen en su repetición. La identificación de las conductas de aplazamiento. El paciente tiende a realizar conductas que cortan la fluidez del lenguaje, y esto le genera miedo a que ocurran. Descubriendo cuáles son estas conductas (repeticiones, susurros, carraspeo…) pueden desaprenderse y sustituirse por otras más adaptativas. Identificar las conductas de evitación: todas las personas que tartamudean suelen usar técnicas para evitar su problema palabras que temen por ser difíciles de pronunciar o porque en el pasado han aprendido que aumentan el tartamudeo. Miedo al fallo y a las situaciones: entender en qué situaciones el problema empeora y qué pensamientos están asociados antes del tartamudeo es fundamental para poder hacer un entrenamiento. Si se habla peor cuando estamos al teléfono, si está más asociado a hablar en público, el miedo anticipatorio, si se temen las risas o los comentarios despectivos, etc. y los sentimientos que suceden después del tartamudeo, como frustración, culpa, rabia o vergüenza. Ver las ganancias secundarias del tartamudeo: aunque suene increíble, la tartamudez puede llevar beneficios inconscientes asociados, por ejemplo, evitar hablar en público. Siguiendo con el ejemplo, si el paciente siente que no es apto para decir ciertas cosas o que es ridículo, puede tener miedo a que si habla la gente se percate de “cómo es él en realidad”, porque ha crecido con un autoconcepto negativo de sí mismo (con esta idea de ser ridículo). Por lo tanto puede que, de manera inconsciente, el tartamudeo le libre de enfrentarse a esto, convirtiéndose en una vía de escape. Trabajar en terapia estos miedos que pueden esconderse bajo el tartamudeo es fundamental para que éste no se transforme en otro síntoma. La Tartamudez puede superarse con un tratamiento adecuado: Los psicólogos de Madrid Cepsim estamos especializados.
Cuando paciente y terapeuta han identificado estos aspectos, se hace el
entrenamiento propiamente dicho:
Manejo de la ansiedad anticipatoria: se pueden usar técnicas como
las autoinstrucciones, el entrenamiento en relajación, la hipnosis o el protocolo de futuro en EMDR, donde se insta al paciente a imaginar la situación futura y los recursos necesarios para enfrentarse a ella, instalándolo con Estimulación Bilateral (EB). También puede desarrollar el manejo de la ansiedad con hipnosis. Las técnicas Cognitivo-Conductuales también son utilizadas con efectividad: exposición, aproximaciones sucesivas, desensibilización en vivo o en imaginación, etc. La terapia Sensoriomotriz que se focaliza en resolver el problema desde los síntomas del cuerpo. Manejo del aparato bucofonador: entrenando al paciente para que no repita o use las conductas identificadas en la primera fase (carraspeo, susurros…).
Otra forma de abordar el problema es pensando en cuándo surgió por si
estuviera asociado a recuerdos estresantes. En este caso puede ser aconsejable el uso de EMDR y/o la Hipnosis, si se identifica, en la historia de vida del paciente, que el tartamudeo pudo comenzar o estar asociado a sucesos traumáticos pasados.
El EMDR la Hipnosis y la terapia Sensoriomotriz puede usarse también como
forma de reducir la ansiedad frente a situaciones en las que el paciente ha sentido vergüenza, miedo, etc. y ha tenido, al mismo tiempo, pensamientos negativos y sensaciones corporales que le abruman o bloquean. Estas situaciones pueden vivirse como un trauma la primera vez que ocurren, y repetirse por ansiedad anticipatoria y/o generalización en otras situaciones, tal y como ocurre en algunas fobias y problemas de ansiedad. Es por tanto fundamental trabajar en resolver los conflictos emocionales que pudieron influir en la aparición del problema, aunque el paciente no los asocie ni los recuerde, y también los que pueden estar influyendo en la actualidad. El tratamiento para superar la tartamudez que ofrecemos los psicólogos de Cepsim Madrid tienen como objetivos:
Que la tartamudez desaparezca y que la persona pueda hablar de
manera relajada y fluida. Recuperar la confianza y autoestima de la persona. Ayudar a que la persona regule y maneje las emociones asociadas a la tartamudez. Resolver los confictos y traumas que son causa o agravantes del problema Producir la relajación del aparato fonador para que puedas ser capaz de hablar de forma más relajada y fluida.
EL TIEMPO NO LO CURA TODO SI NO OBTIENES LA AYUDA DE UN PSICÓLOGO