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Dr. JESÚS ORDÓÑEZ ANCÍN, Pbro.

Director del Instituto de Perturbaciones de la Palabra de Madrid

LA

TARTAMUDEZ

VENCIDA
(MÉTODO DE CONVERGENCIA ORTOFÓNICA)

EDITORIAL ENCICLOPÉDICA

MADRID

1955

1
PRÓLOGO

A ti, querido compañero en la dificultad de expresarte, que deseas ardorosamen-


te hablar bien y por tantos motivos no puedes concurrir a un centro reeducativo, va
dirigido este pequeño libro con la ilusión de guiarte y ayudarte, científicamente, en el
esfuerzo que realizas para liberarte del tartamudeo.

He pasado horas amargas a causa de mi lengua tan trabada y descompuesta


que llegué a preguntar a los médicos si quedaría mudo pronto. Y, prácticamente, eso
era, un mudo, porque en mis años peores no tenía seguridad de pronunciar bien una
palabra.

Y después... Ya llevo quince años hablando con toda facilidad, porque mi lengua
se ajusta precisa, segura y desligada; y esta dicha de hablar sin dificultad quisiera
compartirla con todos mis hermanos que se ven impedidos de expresarse como
quisieran.

Desde mi propia corrección me he dedicado también con cariño y entrega


entusiasta a la corrección de muchos, de todos cuantos han creído que mi experiencia
les podría aliviar. Año ha habido que han pasado por mi academia más de trescientos
alumnos.

(Pero cuántos más son los necesitados que han escrito manifestando sus
deseos de acudir a mis lecciones y no han podido ver satisfechos sus anhelos! Pen-
sando en los que no pueden dejar su casa, sus negocios, su profesión, he decidido
presentar con modestia, pero con ilusión metódica y científica, este trabajo que, puedes
creerme, deseo sea para tu mayor bien.

No te asuste tratar de corregirte por ti mismo. No es imposible, ni mucho menos.


Muchos han logrado vencer su defecto poniendo en práctica lo que les ha dictado su
sentido común sin contar con nadie. Y se han valido de la inspiración respiratoria, de
hablar muy lento, de la lectura frecuente en alta voz o de discursear a solas fuertemen-
te.

Hace unos días me contaban de un joven de Zaragoza, un día tartamudo grave,


pero que ahora ya es normal, que lo ha logrado tratando de vencer las impresiones y
no inmutarse por nada. Esta decisión es heroica, pero eficaz.

Si otros han triunfado solos, )tú, por qué no?

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Para hacerte más sencilla tu corrección expongo con el mayor detalle, que a
veces se me antoja excesivo, lo que has de ejecutar durante el mes de tratamiento. He
querido pecar de claro y concreto antes que dejar a tu iniciativa algunos puntos más
oscuros. Si no acerté a resolver todas las dificultades, como fue mi intención, siempre
puedes contar conmigo.

El plan de corrección, en teoría, es sencillísimo. En la práctica ya es más


complicado, pero no como para echarse atrás. En tu vida has realizado trabajos más
molestos y difíciles y frecuentemente de menor repercusión en tu bienestar.

Una carrera, un oficio, una profesión, )no es empresa más difícil que corregirse
del tartamudeo? Una enfermedad )no exige muchas veces mayores molestias que
luchar por hablar bien?

Te sobra valor para librarte de la pesadilla de no hablar normalmente. Sólo hace


falta que te des cuenta exacta de lo indispensable que es hablar correctamente para tu
vida, y que te lances a andar por la calle de enfrente sin pararte a pensar en los
obstáculos que has de vencer.

Muchos casos se presentan asombrosamente sencillos a la corrección. Otros


son más costosos. Y sólo muy pocos resultan extremadamente difíciles.

Aunque te encontraras entre los últimos, no deberías acobardarte. La misma


gravedad da ánimos, porque se hace la vida tan amarga que, por salir de este estado,
cualquiera es capaz de someterse a las pruebas más duras.

Nuestro método se basa en este principio: primero, guarda silencio; después,


pon tu mayor cuidado en la inspiración y lentitud. Si administras diligentemente estas
dos reglas, no dudes, vencerás, sea cualquiera tu gravedad.

De las reglas psicológicas que te indico después, te diré desde ahora que todas
tienen su razón y misterio: pero te aconsejo que no trates de aplicar más que una de
ellas cada temporada. Queriendo observarlas todas, no cumplirás ninguna eficazmente.

Y ya no me resta más que exhortarte a que te decidas a dar la batalla a tu


lenguaje: será áspera y dura en algunos casos, pero bien merece la pena sacrificarse
un poco antes de vivir, sin necesidad, hecho una víctima toda la vida. Todos los que se
han propuesto superar su defecto, con tenacidad y alguna pequeña y acertada
orientación, lograron por fin normalizarse. )Tú has de ser la excepción? Sería concep-
tuarte tú mismo demasiado pobremente, y no tienes derecho a calificarte tan bajo.

El método que aquí expongo, podría denominarse Amétodo de convergencia


ortofónica@, porque en él se dan cita, juntamente con los sistemas ortofónicos, todos
los elementos fundamentales que, a mi juicio, pueden colaborar en la extinción del
tartamudeo. De ahí los capítulos y normas, como la autosugestión, etc.

Y porque, en definitiva, no benefician, en este Amétodo de convergencia ortofóni-


ca@ se exponen y descartan otros sistemas, como el hipnotismo y las operaciones

−2−
quirúrgicas.

Un sueño y una pesadilla felizmente idos parecen ahora ante mí los años
tartamudos de mi infancia y mi juventud estudiantil en España y Roma, con mi lengua
agarrotada para el apostolado sacerdotal. Una realidad nueva y permanente represen-
tan hoy, sin embargo, ante mi misma cenestesia psicológica, los años posteriores de
hablar sin tartamudeo, tanto en el apostolado estrictamente sacerdotal, como en el
esfuerzo por formar y laborar en las academias para la corrección de la tartamudez
sucesivamente en Eulade (Navarra), Logroño y Madrid.

Al recapitular ante mí la gravitación diaria de este sentimiento de liberación, mi


alma quiere desearte, a través de estas páginas vividas, se reitere toda ella en ti. Y la
sentirás tras ese tartamudeo tuyo vencido por ti mismo, solo, sin maestro, porque tú
solo te bastas para corregirte.

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Capítulo I

El tartamudeo

Qué es el tartamudeo. Clases de tartamudez. Causas de la misma. Datos esta-


dísticos.

La tartamudez es un estado coreico intermitente de los aparatos que presiden la


fonación articulada, incluido el mismo acto respiratorio. Así se expresa Moutrad-Martin,
y es exacta la definición.

Para mejor entenderla expondremos los caracteres específicos de la misma, que


son cinco:

11. Temperamento nervioso acusado.


21. Se manifiesta en la infancia.
31. Es intermitente.
41. Va acompañada de trastornos respiratorios.
51. Desaparece al cantar.

Todos los alumnos suelen confesar que son muy nerviosos y llegan a creer que
difícilmente habrá nadie más excitable que ellos. No conozco ningún tartamudo que no
sea nervioso. Podrá haber alguno que sea muy tranquilo en algún aspecto; por
ejemplo, por y para comer, andar, etc., pero aun a ese mismo, si se le observa deteni-
damente, se verá que anda sobrado de nerviosismo.

La tartamudez comienza por regla general entre los tres y nueve años. Alguna
vez, anque muy rara, más tarde. Y por excepción en la edad madura. En cambio, las
fobias verbales, que tienen mucho de parecido con la tartamudez, se dan entre
personas mayores. Es más frecuente la tartamudez en el niño que en la niña. En las
clases siempre se nota esta diferencia. Por cada mujer hay seis o más hombres que
tartamudean. La razón de este fenómeno reside en que la niña se desarrolla más
prontamente que el niño, y así, generalmente, supera el peligro prácticamente antes de
que aparezca. También la educación que recibe la niña es muy distinta: más apacible y
tranquila y menos expuesta, por tanto, a los accidentes que provocan la tartamudez.

El tartamudo no respira bien. A veces es tan patente que lo notan todos sus
interlocutores. El hombre normal, instintivamente, habla al espirar; pero el tartamudo
pretende hablar muchas veces cuando inspira. En otros casos la tartamudez se da al
espirar, no aprovechando el aire inspirado, sino que antes de hablar deja salir una gran
parte del aire, porque los órganos de la palabra no obedecen.

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Cantando nadie tartamudea. Es notorio este hecho y de experiencia universal. El
tartamudo no siempre habla mal. A solas jamás. Hay días en que el mayor tartamudo
no tiene dificultad; y hay días en que quienes apenas tropiezan, no pueden articular una
palabra, según se encuentren de momento.

La tartamudez es inspirada o espirada, como acabamos de exponer. También,


un poco festivamente, clasificamos a los tartamudos en: ametralladoras, los que repiten
mucho una sílaba o palabra, y explosivos, los que no pueden arrancar o comenzar la
primera sílaba y hacen esfuerzos como explosiones.

Las causas del tartamudeo pueden ser muchas. Todas las impresiones fuertes,
como sustos, caídas, malos tratos, etc.; la imitación, a veces la herencia, las enferme-
dades infecciosas, como el sarampión, etc.

Respecto al número de tartamudos, no creo se haya hecho hasta ahora una


estadística formal, y sería muy interesante. En pequeños círculos que conozco, he
podido observar que generalmente el número de tartamudos suele ser el 1 por 100,
oscilando muchas veces entre el 0,50 y el 2 por 100. Hay regiones en que abunda más
que en otras ese tartamudeo grave. El de menor importancia, aquel que apenas se
nota, sin duda excede en mucho ese tanto por ciento.

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Capítulo II

Puedes corregirte

Posibilidad de corrección en todos los casos, edades y sexos

No hay alumno que, siendo dócil a un tratamiento probado y científico, no logre


vencer su tartamudez.

El año 1951 se me presentó en Logroño el Padre L. M. a corregirse. Los Padres


de su Orden, cuando le conocieron, me dijeron: Apero... )casos como éste tienen
solución?@ Se trataba de un paciente extremadamente difícil. Les contesté: AComo
tenga mucho empeño y voluntad, les aseguro que obtendremos un éxito clamoroso@.
En un mes se venció aquella enorme dificultad en su lengua. Debo reconocer que ha
sido uno de los alumnos más aplicados y perseverantes que he conocido.

A. R., de Álora (Málaga), estaba tan impedido para expresarse que necesitó para
trasladarse a Navarra de una carta en la que rogaba a los interventores y policías le
facilitasen la llegada a su destino, porque él no era capaz de manifestarlo de palabra. Y
hasta que no pasaron, en Eulate, unos cuantos días de clases no supimos apenas
nada de él, porque no hablaba. Venía con tal ansia de corregirse que se prestó a
cumplir cuanto se le indicase. Desde el sexto día de trabajo habló siempre con gran
calma y sin trabarse ni una vez. No salía de su asombro. Cuando volvió a su tierra, fue
la admiración de los que le conocían.

Escribió hace casi un siglo Chervin: AEl alumno que trabaja, se cura; si no
trabaja, se queda sin curar@. El buen éxito del tratamiento es siempre seguro para los
alumnos dóciles, atentos, laboriosos perseverantes; pero es de advertir que estas
cualidades son de todo punto indispensables.

Cada edad tiene sus ventajas y sus inconvenientes. El niño suele corregirse con
mayor facilidad. Esto se explica porque el defecto ha arraigado menos y tiene menor
preocupación por su lengua. Además, el niño capta mejor las enseñanzas del profesor.
El adulto, en cambio, tiene mayor fuerza de voluntad y comprende cuánto importa
disfrutar de una lengua expedita.

La ciencia y la experiencia de consuno reconocen que no hay tartamudo


incorregible. Cientos de miles de toda edad y condición se han visto libres de tal
ligadura por su esfuerzo personal. En muchos casos sin profesor que les oriente.

Academias y clínicas de Paris, Berlín, Nueva York, Viena, Marsella, Copenhage


y otras han trabajado incansablemente con gran éxito en pro de los tartamudos y su

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fama se extiende por toda la tierra. Ninguna persona culta desconoce su existencia y
sus triunfos.

Se corrige la mujer con la misma facilidad que el varón. En muchos casos se ve


en ellas todavía mayor interés y constancia.

Se ponen en tratamiento pacientes de todas las edades. Hace ya algún tiempo,


un valenciano de setenta y dos años fue mi alumno, muy aprovechado por cierto. Y
frisando los setenta son varios los que no han dudado en ponerse en tratamiento. Hay
anécdotas a este respecto verdaderamente simbólicas. En una clase nuestra de
corrección de la tartamudez, junto a un anciano había muchos jóvenes, que le dijeron:
A)Para qué quiere usted corregirse si ya le toca morir?@. Y él les contestó: APara vivir
tranquilo el tiempo que Dios quiera darme de vida. Si me cuesta un año corregirme y
vivo otro hablando correctamente, me doy por satisfecho@.

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Capítulo III

En busca de un método

Métodos de corrección. Ortofónicos y psicológicos. Algo de historia

La antigüedad anduvo desorientada en lo relativo a la tartamudez. Hoy parece


increíble que Aristóteles, Hipócrates y Galeno creyeran causa del tartamudeo un vicio
de estructura de los órganos de la palabra, lengua, laringe o labios, o una humedad
anormal del cerebro.

Tenía más atisbos de acierto la americana M. Leigh, al afirmar que el defecto


provenía de quedar la lengua inmovilizada en el suelo de la boca y completamente
rígida. Para quitar esta inmovilidad recomendó levantar la lengua hasta el paladar.
Hablando así es cierto que no se tartamudea, pero es tan feo y antinatural que seme-
jante receta no tardó en ser desechada, aunque estuvo muy en boga durante unos
años en Norteamérica y después en Europa.

Rullier pretendió dar un paso adelante en el estudio del tartamudeo. Para él la


tartamudez no es más que una debilidad relativa de los órganos fonéticos resultante de
la falta de relación entre la exuberancia de ideas, la velocidad concomitante de la
irradiación cerebral que le corresponde y la velocidad posible de los movimientos
sucesivos y variados capaces de expresar los pensamientos por medio de la palabra.

A la vez que lanzó al mundo su teoría, propuso su método, pero no obtuvo


resultados positivos.

También la cirugía ha intervenido en la lucha contra el tartamudeo. Diefenbach,


desde Berlín, sostenía, en el siglo pasado, la teoría de que la tartamudez se debía al
estado de las vías respiratorias, que era espasmódico, especialmente de la glotis y de
la lengua, pasando a los músculos de la cara y cuello. Consecuentemente creó que,
cortando la inervación de los órganos musculares en estado espasmódico, desapare-
cería el espasmo. Para esto hacía un corte transversal en la raíz de la lengua. Según
él, desaparecería la tartamudez por completo en los operados, pero era tan peligrosa
que no era aconsejable.

Velpau y Amusat también siguieron aplicando la cirugía. Seccionaban los


genioglosos en la parte próxima a la apófisis genis.

Bonnet hacía lo mismo, pero mediante una hendidura hecha en la barba.


Bennet, Lee, Yearsley y otros, en Inglaterra, operaban la úvula, las amígdalas, las

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arterias linguales, el frenillo, etc.

Varios de los operados pagaron un hipotética corrección con su vida y pronto se


dejó de pensar en operaciones quirúrgicas como remedio del tartamudeo.

Jourdan, industrial, quiso colaborar a la extirpación de la tartamudez. Según él,


la causa de la misma estaba en que se utilizaba para respirar el aire que se precisaba
para hablar. Para evitar esto recomendaba inspirar ligeramente, hacer una pequeña
impulsión, hablar poniendo el pecho muy dilatado y el abdomen ligeramente saliente y
emplear el menor aire posible. Tal método, muy alabado al principio, tampoco dio
resultado.

También fueron empleados métodos hipnóticos, de oscuro éxito; y otros sugesti-


vos, de poca duración.

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Capítulo IV

La verdadera solución

Merece capítulo aparte Chervin, porque fue el primero que resolvió científica-
mente el problema del tartamudeo. Era Chervin un diligente maestro de escuela. Veía
que varios de sus mejores alumnos crecían tartamudos. Interesado vivamente por su
corrección, se ingenió para hacerles practicar unos ejercicios que obtuvieron el éxito
más lisonjero.

Inmediatamente se dedicó a estudiar con máximo interés el fenómeno mismo del


tartamudeo. Y parece ser el primero que llegó certeramente a las interioridades del
fenómeno. Su fama se extendió, en alas de los resultados, por toda Francia primera-
mente y después por el mundo.

El profesor de medicina de Lyon, Bonnet, se atrevió a certificar que dos tartamu-


dos, de doce y veinticinco años, habían sido completamente curados por el método
Chervin en diez días. Método de corrección científico y eficaz.

Según Chervin, el acto de hablar requiere: 11. Formación de la idea. 21.


Voluntad de expresarla y 31. Emitirla por medio de sonidos articulados. Cada uno de
estos actos debe ser realizado con normalidad para que la palabra salga sin
dificultades.

Puede darse el tartamudeo por tres causas distintas:

11. Por deficiencias en la formación de la idea. Si el paciente, por su turbación u


otras causas, no es capaz de formar ideas, es natural que no las pueda emitir. Se da
este caso con frecuencia. El tartamudo es sumamente impresionable y, cuando sufre
una fuerte impresión, llega a no formar ideas.

21. Por falta de voluntad para expresar la idea. El tartamudo suele ser general-
mente muy tímido. La gente le desconcierta, y más determinadas personas de catego-
ría superior. En ocasiones llega a no atreverse a decir una palabra. Tiene la idea con
toda claridad: pero su voluntad Cfalta de decisiónC no ordena a los órganos fonadores
la emisión de la idea.

31. Por la anormal emisión de los sonidos. Sucede a veces que el entendimiento
funciona con normalidad, la voluntad ordena regularmente y, sin embargo, siente la
dificultad en la emisión del sonido; unas veces al comenzar la palabra, otras en medio y
otras, aunque raramente, al fin. Según Chervin, lo que más hay que observar en el

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tartamudo para su corrección es el modo como practica la respiración al hablar, es
decir, si tartamudea durante la inspiración o la espiración; si arroja el aire por la boca o
por la nariz y si se dejar escapar parte del aire destinado a la palabra, bien sea por la
nariz o por la boca.

Los demás trastornos, como gestos extravagantes, contracciones bruscas de los


labios, los ojos o la cara tienen menos importancia. Los trastornos respiratorios dan la
pauta para un tratamiento adecuado.

El tartamudeo también puede provenir de la falta de coordinación entre los actos


principales de la palabra.

El método de Chervin trata de restablecer, en primer lugar, el ritmo respiratorio,


con una multitud de ejercicios de vocalización y articulación realizados con gran
lentitud.

Tan acertado fue el método de Chervin que la Academia de Medicina de Paris y


otras entidades oficiales no dudaron en certificar la persistencia de los buenos
resultados en los pacientes sometidos a su tratamiento.

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Capítulo V

Puedo y confío

El primer obstáculo a tu corrección Cy a la nuestra, porque yo estuve en tu casoC


es el escepticismo. En la idiosincrasia del tartamudo entra peligrosamente el
convencimiento firme de que su anomalía no tiene remedio. Desea ardientemente
librarse de su gran sufrimiento, pero no lo ve posible.

Llega a tanto que, ni aun experimentando después que ya habla bien, no lo cree.
Interpreta su facilidad de habla como un hecho pasajero que pronto será sustituido por
su habitual apuro. Y así, son inmensa mayoría los que pasan este dolor.

No te admires, por tanto, si te encuentras en el mismo caso. Puedes corregirte,


aunque de momento no lo creas. Cuando lleves cierto tiempo hablando con seguridad,
comenzarás a creer.

Muchos no se han puesto en tratamiento por su incredulidad en la corrección.


Muchas veces he preguntado a toda la clase (que solían ser unos treinta): A)Vosotros
creéis que os vais a corregir?@ Y ha sido casi unánime la respuesta: ACreemos que
mejoraremos, pero no esperamos corregirnos completamente@. Sólo alguno de
levísima afección consideraba seguro que se corregiría.

El tartamudo ha luchado mucho, según sus propias ocurrencias y afanes, por no


tropezar y ha fracasado siempre. Se ha observado con atención y ha notado tales
trastornos en su interior que se ha dicho muchas veces: ASólo Dios con su omnipoten-
cia puede quitarme este sufrimiento@. Al menos en los casos graves esto es lo que
corrientemente ocurre.

Y si se ha decidido a consultar con familiares y amigos, aun se ha agravado más


el caso, porque es general persuasión vulgar que nuestra tara no tiene posibilidad de
remedio. (Cuántas veces son los padres los peores enemigos de la corrección del
tartamudo, inconscientemente sin duda, pero con toda eficacia!

J. A. H., de Madrid, me contaba repetidamente que eran sus padres los que más
obstaculizaban su corrección con la repetición constante de que se empeñaba en lo
imposible al pretender hablar correctamente. Creí necesaria una advertencia y llamé a
su padre para hacerle ver el daño que hacía al hijo. El padre aseguró que obraba de la
mejor fe, pensando en el bien de su hijo. Desde el día en que aquellos padres dejaron
de torturar a su hijo, éste inició el periodo de franca recuperación de la palabra con gran
satisfacción de todos.

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J. P., señorita de Salamanca, refería que, cuando confidencialmente manifesta-
ba a su madre su desgracia de no hablar bien, ésta lo consideraba como un castigo de
Dios, imposible de eludir.

Es muy posible que tú te encuentres en parecida situación, que no creas en tu


corrección y menos aun la crean tus familiares. )Cómo vas a intentar corregirte
pensando así? Pues te repetiré lo que tantas veces he dicho a mis alumnos: Mejor
sería que tuvieseis mucha fe en vuestra corrección; pero si carecéis de ella, a pesar de
todo, adoptad un método científico y experimentado de corrección con tenacidad, y
cuando veáis sus maravillosos resultados durante cierto tiempo y os sintáis seguros
para hablar sin dificultad, surgirá en vosotros, no la fe, sino la experiencia de vuestra
normalidad, la feliz realidad de la total corrección.

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Capítulo VI

Ante los demás

El segundo obstáculo para la corrección suele ser cierto temor de hacer el


ridículo al cumplir el tratamiento. En la mayoría de los sistemas de corrección se adopta
como indispensable la lentitud en el hablar.

Al principio, como es natural, no se sabe hacerlo con naturalidad y resulta tal


modo de hablar artificial, violento y raro. No cabe duda de que, siendo así, han de
notarse por los que nos escuchan, que a veces muestran su extrañeza. Esto exaspera
al tartamudo. Le parece inaguantable. A veces llega a pensar si no es mejor seguir
tartamudeando a tener que pasar por esta prueba, para él tan amarga. Ante esta
dificultad son muchos los que se declaran vencidos.

Una alumna de Corella (Navarra), J. C., cuando se le enseñó cómo había de


hablar, le pareció tan ridículo frenar su lengua que no hubo modo de convencerla. Ella
se encastillaba oponiendo que jamás haría Ael indio@. Y quedó sin corregir, a pesar de
ser tan grave su caso que hay días que no dice una palabra a derechas.

S. M., de Zaragoza, hizo algo parecido los primeros días, aunque después, a
ruegos de su madre y más por complacer a ésta que por hablar bien, aceptó el hablar
con tranquilidad. Y, gracias a Dios, habla normalmente.

Si preguntamos motivos a los que comienzan a observar un tratamiento y lo


abandonaron antes de su corrección, nos responderá la mayor parte que por no llamar
la atención de los interlocutores. )Qué actitud tomaremos ante este hecho demasiado
repetido?

Vamos a examinar la realidad del caso. )Qué es más ridículo, hablar tropezan-
do, con los estos tan feos que suelen acompañar al tropezón, o hablar despacio y con
seguridad y sin equivocarse? )No es más razonable adoptar un modo de hablar
tranquilo y seguro Cel que suelen observar las personas de temperamento sosegadoC
que no seguir una forma de hablar atropellada, brusca, que muchas veces no se deja
entender a los que escuchan?

Tratando de hablar con naturalidad, la preocupación por el ridículo carece de


fundamento. No existe el ridículo más que en la mente del que no se decide a desen-
tenderse de él. Y, aun suponiendo que, de hecho, así fuese, que al hablar más
despacio que los demás llamemos la atención de las gentes, )no es más razonable y
prudente aguantar un supuesto o verdadero ridículo un poco de tiempo (el que necesite

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para corregirse) que sufrirlo toda la vida?

No razone bien el que, por estos temores infantiles, deja de corregirse. )No hace
el ridículo el que después de una operación exhibe vendajes que hacen que todo el
mundo se fije en el paciente? Y, sin embargo, nadie deja por ese motivo de hacer vida
social, llevando siempre el aparato que le han prescrito.

No dejo de reconocer que no es gusto de nadie acaparar las miradas del público
por motivos que no traen alabanzas; pero me parece exagerado estar tan esclavizado
al parecer de otros que por un supuesto temor a parecer mal dejemos de recobrar el
don de la palabra, de valor inconmensurable. Seamos atentos y educados para todos,
pero nunca esclavos.

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Capítulo VII

Observancia del método

Otro obstáculo de la corrección es el descuido en cumplir las reglas. Los


profanos seguramente no se explican que quepa descuido en asunto tan fácil e
importante. Creerán tan natural que el paciente ha de extremar su diligencia en
observar cuantas reglas sepa para hablar normalmente. Y, sin embargo, la realidad es
otra muy distinta.

Todos, cuando comienzan a hablar, suelen poner los cinco sentidos para hacerlo
a la perfección. Tienen el mayor cuidado en la respiración y la realizan de manera
ejemplar; pero, en infinidad de casos, ese esmero no dura mucho. (Es tan fácil salirse
del plan de corrección!

Debe preceder siempre al acto de hablar una inspiración hecha con naturalidad y
suavidad. Lo sabe todo el mundo. Mas, después, las prisas en querer expresar la idea,
hace que se lance a hablar sin haber inspirado. Nuestro pensamiento es veloz como el
relámpago y la lengua tiene a imitar esa velocidad. El que tiene gran interés en
corregirse, se esfuerza en no olvidarse de la respiración. Y mantiene el cuidado cierto
tiempo: pero la fragilidad humana pronto da señales de vida, quebrantando su buen
propósito, que ha de reafirmar y consolidad frecuentemente.

A veces, para no hacer esperar al que escucha, se prescinde de la respiración,


que es tan necesaria. Exagerada amabilidad y delicadeza. Cuesta dos segundos
ordinariamente la inspiración perfectamente hecha y no hay por qué dejar de corregirse
por un motivo tan fútil.

Una buena norma para no olvidarse de la respiración es escucharse con


atención. No resulta difícil y ha de hacerse con disimulo y sin afectación. Al principio se
hace violento y más tarde con toda facilidad.

También conviene echar a intervalos una mirada retrospectiva con objeto de


examinar cómo cumplimos las consabidas reglas de pronunciación. Es la manera de
saber si estamos dentro del tratamiento y si no nos salimos de él nunca o casi nunca.
Hay que seguir a rajatabla el plan de corrección para tener la garantía plena de su
eficacia.

Debemos conservar siempre viva la llama del entusiasmo por corregirnos. No


imitemos a tantos que comienzan con ardor y que poco a poco se van amortiguando. Y
si la voluntad decae por su propia debilidad, bueno será que nos hagamos alguna

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reflexión para levantar nuestro ánimo. Y pude ser ésta, tan natural: (Cuánto daño me
hace el no hablar correctamente! (Y cuánto sufro inútilmente y hago sufrir a los que me
estiman! )No merece la pena imponerse como una obligación el cumplir siempre las
reglas?

Un Padre jesuita, alumno distinguido, llegó aparentemente a una temeridad: a


hacer el voto de respirar siempre y hablar despacio el tiempo prudente para su
corrección. Cuando le advertí lo heroico del caso y que lo creía exagerado, repuso él:
APara mí el hablar bien es tanto como mi vocación, que no podría seguir si no me
corrigiera@. Con esta fuerza de voluntad excuso añadir que venció su defecto, que era
muy grave. Hoy es un excelente profesor.

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Capítulo VIII

Victoria en las derrotas

Otro obstáculo fuerte puede resultar el desaliento ante las distracciones y


consiguientes momentáneos fracasos. Por muy bien que se quiera llevar el tratamiento,
por más cuidado que se ponga en observar las normas, )quién podrá evitar algún
descuido y, por tanto, algún patinazo? De hombres es el equivocarse.

Nada importaría si se tuviese la calma suficiente para medir con exactitud la


trascendencia leve de un pequeño tropiezo, pero... el tartamudo es un enorme pesimis-
ta que acostumbra a dar a sus fracasos proporciones gigantescas. Ahí está el mal.

No te dejes alucinar por tu exaltada imaginación, que te hundiría en el derrotis-


mo. Considera con mayor frialdad los hechos para no desorbitarlos, y te convencerás
que un tropiezo significa poca cosa; que los normales también lo tienen alguna vez y se
quedan tan satisfechos, sin preocuparse para nada del mismo; que lo más acertado que
puedes hacer ante un tropiezo es prestar más atención para evitarlo en lo futuro, sin
llevarte un grave disgusto, que no merece la pena.

Es más: un fracaso en el hablar puede ayudarte no poco a tu corrección. Es un


aviso que te advierte que alguna pieza del mecanismo anda mal: que no has respirado
(casi siempre) o que lo has hecho mal, de prisa, y apenas ha penetrado aire en los
pulmones, o que te has lanzado a hablar tan velozmente que no te es posible controlar-
te a esta marcha. El patinazo puede ser como el buen amigo que nos echa en cara
nuestros defectos para que nos corrijamos, porque desea sinceramente nuestro mayor
bien.

Cuántas veces vemos que se ha corregido perfectamente aquel alumno que


durante los primeros días tropezaba en no pocas ocasiones, pero no se desanimó.
Siguió luchando con valor y en algunas semanas consiguió una seguridad envidiable.

En Madrid, un estudiante aventajado, con grave perturbación en su lengua, tenía


enorme dificultad para expresarse; especialmente la t le desconcertaba. No se arredró
por eso, sino que, cuanto más le costaba, mayor empeño ponía en vencer. En un mes
de brega constante consiguió la mayor desenvoltura de su lengua.

El fracaso, reconocido pero no admitido, es muchas veces una lección de gran


valor para el futuro. En cambio, el paciente que no siente dificultad alguna durante su
corrección, que jamás se equivoca, corre el peligro de confiarse demasiado prematura-
mente, prescindiendo de las reglas oportunas por considerarlas para él innecesarias, y

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se encuentra cualquier día con la sorpresa desagradable de no poder hablar cuando
más lo necesita. Entonces viene el derrumbamiento completo de aquella exagerada
confianza sin base suficiente.

No te desanimes si alguna vez no hablas bien. Y no decaiga tu ánimo por tan


poca cosa. Antes bien, enciende tu deseo de volver a la lucha con más coraje y con
mayor cuidado y precaución. Y cada día notarás menos dificultad, menos tropiezos,
más habilidad y seguridad, mayor fuerza en tu voluntad, que no se acobarda aunque las
palabras no salgan tan bien como desearías. Unos días de esfuerzo y tienes la victoria
a las puertas.

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Capítulo IX

Siempre firmes

También existe un obstáculo para la corrección en la inconstancia. Hace falta


perseverar en el tratamiento hasta el fin, fácilmente dilatable unos cuantos meses. Y es
molesto estar siempre en el cuidado de aplicar las reglas, aunque éstas sean fáciles.
Nada de extraño tiene que venga pronto el cansancio y aun el hastío. Y no poco no
tienen la paciencia suficiente para continuar el tiempo preciso. Es la eterna cuestión de
la debilidad humana. Hay que estar enérgicamente decididos a vencer, a acabar con el
defecto. Sólo así tendremos valor para perseverar.

Aquí podría aplicarse la teoría del investigador psicólogo P. Lindvorski con el


motivo determinante de la voluntad: AToda voluntad es enérgica si se la ofrece un
motivo que la mueva, que en cada persona puede ser distinto y a veces en cada
ocasión@. Lo difícil es dar con ese motivo mágico que electrice la voluntad.

Ese motivo en el tartamudo puede ser el dilema en que está puesto sin poder
salir de él. O se corrige trabajando con tesón varios meses y después es normal y
perfecto, útil para todo como cualquiera, con la satisfacción que reporta, o continúa
siendo objeto de burlas por su ridículo defecto, incapacitado para la vida social, con su
carácter huraño, sufriendo lo indecible, sin ilusiones y sin esperanza de remedio.

Ante esta perspectiva, auténticamente exacta, no hay lugar a dudas si el


paciente es inteligente y no demasiado abúlico. Así se explica el tesón de muchos, que
raya en el heroísmo.

Un joven de Cáceres practicó por su cuenta, durante tres meses catorce horas
diarias, ejercicios de vocalización; tarea como para rendir al más fuerte. Y para estar
ampliamente seguro al hablar, estaba dispuesto a permanecer en silencio los seis
laborables de la semana y hablar tan sólo el domingo. Cuando le decíamos después
que era exagerado, que no hacía falta tanto esfuerzo, replicaba: ASi no hablo bien, no
valgo para nada. Tengo que hacer lo imposible por corregirme@. Así no hay defecto que
no pueda ser eliminado.

Un alumno de Filipinas, después de haber quedado completamente libre de toda


traba para hablar, ha continuado practicando particularmente los diversos ejercicios de
articulación y vocalización durante seis años. Sus familiares le indicaban que dejase ya
tales ejercicios. Él les respondía: ASerá así, pero es que quiero evitar hasta el peligro
remoto de caer. El trabajo que me suponen los ejercicios me parece poca cosa con tal
de ahuyentar el espectro de mi lengua trabada@.

−21−
La actitud de héroes como éstos aparece más lógica que la de aquellos enclen-
ques de voluntad, que comienzan animosos y pronto desmayan, abandonando el
empeño de corregirse. Hay que sacar fuerzas de flaqueza para perseverar luchando
hasta la meta final.

El recuerdo pavoroso de los malos ratos pasados por no poder hablar puede ser
bien acicate para que procuremos muy de veras que no se repitan más en toda la vida.
Y la seguridad de hablar normalmente se constituirá en el norte que nos sostenga
firmes en la lucha hasta la victoria.

−22−
Capítulo X

Lejos del alcoholismo

Como enemigo de la corrección se presenta en algunos el alcoholismo. Expon-


go desde el punto de vista experimental y me dirijo exclusivamente a los necesitados de
orientación para corregirse.

Puedo decir que ninguno de los que habitualmente se excede en la bebida llega
a vencer su defecto. Más aun: los mismos que esporádicamente se permiten condes-
cendencias a fondo con los licores, suelen sufrir un retroceso notable, que después no
se cansan de lamentar.

Ante estos hechos, todos los días repetidos, no queda más que gritar claro y
recio contra el alcohol para los que intentan librarse del tartamudeo. Que el nerviosismo
aumenta con las bebidas alcohólicas no habrá nadie que lo ponga en duda. Y que los
que se dan a beber no suelen tener gran fuerza de voluntad para las luchas cotidianas,
también parece evidente. No necesitamos excitantes que alteren más aun nuestros
alborotados nervios ni pócimas que debiliten nuestra anémica voluntad.

La nicotina es, sin duda, otro excitante de los fuertes. Sin embargo, no sé de
ningún alumno que, aunque sea fumador empedernido de los que con un cigarro
prenden el siguiente y no gastan más de una cerilla diaria o no encienden el mechero
más de una vez, que haya dejado de corregirse por fumar. Sólo uno me advirtió que a
él le perjudicaba mucho el tabaco para hablar.

En cambio, los bebedores reconocen unánimemente que el alcohol les destroza


cuando desean librarse del tartamudeo.

Un alumno, de Zamudio, confesaba ingenuamente: AMe he corregido bastante y


hablaría perfectamente si me pudiese contener en la bebida; pero me pueden el vino y
los amigos, a quienes les gusta tanto como a mí. Después de un día de Afarra@ no
puedo hablar, y me duran los efectos del alcohol cerca de ocho días@.

Otro, de Burgos, me preguntaba: A)Qué le parece? )Me hará mal el vino? Para
mí es indispensable. Lo he bebido toda mi vida y se me hace muy duro prescindir de
él@. Le contesté: AEl uso del vino es saludable, el abuso, fatal. Si te domina, lo mejor
sería dejarlo radicalmente. Desgraciadamente se contuvo poco tiempo. Y sigue sin
corregirse.

En cambio, hay muchos que, desde que saben cuánto les perjudica el alcohol
para hablar, lo abandonan para toda la vida, y ni aun en las ocasiones más solemnes

−23−
de la sociedad se permiten una excepción en su plan de abstención de toda bebida
alcohólica.

Hay que sacrificarse en aras de la lengua expedita. Y de no ser muy antigua la


costumbre de beber o muy intensa, no suele costar mucho prescindir de la bebida. Y si
en verdad es muy violento, no dudemos en imponernos esa medida tan conveniente.

Los que hacen caso de estas indicaciones pronto están satisfechos de sus
resultados por la tranquilidad que sienten, con la consiguiente facilidad para hablar. La
misma salud se fortifica extraordinariamente en muchos casos.

Un tercero, de Murcia, a los dos meses de seguir este plan estaba desconocido
por su salud vigorosa, su alegría habitual, su dominio de nervios y su optimismo
contagioso, que le daban un aspecto totalmente distinto.

−24−
Capítulo XI

Preliminares al método

Superados los obstáculos anteriormente dichos, decidámonos a seguir estricta-


mente el plan siguiente, que ha salvado a muchos cientos y miles. Consiste en ejerci-
cios de vocalización y articulación, juntamente con otros de respiración, como fase
preparatoria para comenzar a hablar normalmente.

Se adopta el silencio, cuanto más mejor, con la finalidad de olvidar, lo más


posible, el antiguo modo de hablar, además del efecto sedante que indiscutiblemente
produce. Puede observarse un periodo de tiempo que oscile entre seis y quince días,
según los casos, la edad y la formación del alumno.

Después del silencio se habla con lentitud, aplicando las reglas de los ejercicios
fonéticos. Se añaden algunas normas psicológicas que facilitan la corrección en gran
manera.

Ortofonía y psicología. Todo lo fundamental utilizable, a nuestro juicio, tiene


proyección en este plan, que por eso mismo podría llamarse, como hemos dicho
Amétodo de convergencia ortofónica@. Eso es, en síntesis, nuestro plan de corrección,
experimentado en mí mismo primeramente y en mis alumnos después de muchos años,
con la seguridad del éxito más completo si se ha aplicado concienzudamente.

La primera y fundamental disposición que se ha de tener antes del tratamiento y


durante el mismo, es una resolución enérgica de corregirse. Si no la siente el paciente,
más vale que no comience, para no perder el tiempo. Aun entrando con gran
resolución, suele apagarse paulatinamente al chocar con dificultades que no se
preveían en el primer entusiasmo. )Qué hará aquel que desde el principio no está muy
seguro de su voluntad de vencer su defecto?

Tampoco has de pensar que hace falta ser un héroe de leyenda para seguir el
método que te presentamos. Sólo se requiera una sincera y verdadera determinación
de corregirse. Y, contando con una buena voluntad, el triunfo es seguro desde el primer
día. Puedes tener la mayor confianza en que vas a hablar correctamente si trabajas con
ahínco y cumples con fidelidad.

No se te ocurra pensar que sólo el probable tu corrección: que puede darse o


también fallar. Las reglas que has de observar son leyes físicas que producen su efecto
siempre, a no ser que un milagro suspensa su eficacia. Es, por tanto, segura e infalible
tu corrección, supuesta la observancia del método, que depende principalmente de ti.

−25−
Conviene que sigas el plan con entusiasmo, que, a no dudarlo, hace más suave
el tratamiento y aumenta su efectividad.

Te has de encontrar con dificultades, como las tiene toda obra de importancia.
Pero no pienses que son invencibles, ni siquiera muy graves en la mayor parte de los
casos. De todos modos, prepara tu ánimo para hacer frente a lo que hayas de arrostrar.

Que te alegre toda el alma la proximidad de disfrutar de una lengua suelta y


expedita como la de los normales. Habrá sido seguramente tu sueño dorado, a poco
que hayas sufrido por hablar bien.

Vas a seguir al pie de la letra el plan que te voy a presentar con la claridad que
Dios me da a entender. Día a día y semana a semana has de seguir el método con la
mayor diligencia por la cuenta que te trae. Vas a ver largamente compensados, y en
fecha inmediata, los esfuerzos que te exija la corrección. Tus deseos vehementes de
hablar correctamente van a ser pronto una feliz realidad, que permanecerá alegrando tu
espíritu toda la vida.

−26−
Capítulo XII

Método de corrección

(Se especifica día a día, mañana y tarde, para la amplitud máxima de un mes, el
programa y realización del método de convergencia ortofónica).

Día 1

Mañana

11. Se encerrará al alumno en silencio absoluto.


21. Practicará durante una hora el siguiente ejercicio: Los primeros veinticinco
minutos los dedicará a la respiración, invirtiendo cinco segundos en la inspiración y
doce, quince, dieciséis y veintidós en la espiración. Al principio sostenga la respiración
unos doce segundos y vaya aumentando el tiempo de la espiración con el ejercicio
hasta donde pueda. Es fácil llegar hasta cuarenta segundos. Después de cierta práctica
conviene alternar: unas veces menos tiempo y otras cuanto más mejor, sin esforzarse
demasiado. Así se va adquiriendo el dominio de la respiración, que es fundamental para
corregirse.

31. Los diez minutos siguientes los empleará en permanecer inmóvil en todo su
cuerpo, con los ojos cerrados. Y los últimos veinticinco minutos practicará este ejercicio
de vocales:

u.....
i......
e.....
a.....
o.....

Se repite u, u, u, u..., hasta acabar la respiración, y así sucesivamente las


demás.

El precedente ejercicio durará unos doce minutos. Después Cel tiempo restante
hasta completar los veinticinco minutosC hará el siguiente:

−27−
u i u i u
i u i u i
u i e i u
i u a u i
e i e a o
a e o a o
o a i o a

Se repite dos veces. Antes de cada pronunciación se hace una inspiración que
dure cinco segundos.

Tarde

Pronunciar bien las vocales es básico para hablar correctamente. Por eso
insistimos otra vez en otro ejercicio de las mismas:

u u u u i e u u e u i e e i e
u u e u e e i i e i i e e i u
u u e u a e a a e a i a a i a
u u o u o e o o e o i a o i o
u u i u i e u i e u i u u i u
e e a e u

o u u o u a u u a u
o i u o i a i i a i
o a o o a a e e a e
o e i o e a o o a o
o u i o u a a u a o
o u i a o a i e a u

Notas. 10. No se olvide jamás la inspiración, que ha de llenar cinco segundos.


20. Cada línea léase en una espiración, que ha de durar más de veinte
segundos.
30. Léase horizontalmente y repítase una vez.
40. Después deténgase cinco minutos a guardar inmovilidad absoluta y otros
cinco a practicar inspiraciones lentas que duren cinco segundos, y espiraciones que se
prolonguen quince segundos unas y otras veintidós.

Lectura lentísima

La palabra es más importantes


una de las en el mundo
funciones de relación
biológicas entre los hombres.

−28−
Su fuerza Su poder
es avasalladora. inconmensurable.
Ella transmite la palabra
los pensamientos levanta tempestades
más delicados de entusiasmo.
del hombre: Subyuga
el amor, al que le
la gratitud, escucha.
la bondad, Vázquez de Mella
el entusiasmo, arranca aplausos
la esperanza, hasta de
la felicidad. sus mismos
La palabra adversarios
es progreso. políticos
Donoso Cortés con su palabra.
en uso de

−29−
Día 2

Mañana

Insistimos en los ejercicios de vocales porque son el eje de una buena pronun-
ciación y dan al lenguaje toda su belleza, si son perfectamente pronunciadas:

u u u u i e i i i i i u e e a e a o
u u i u e a i i e i e a e o a e o u
u u e u a o i i a i i o e u i e i u
u e i u i e i e o i a u e a o e u a
u e a u o a i a u i o a e i a e o u
u i u u e o i u a i o u e u a e a u

a a e a a i o o u o o i
a a i a a o o u i o i a
a i a a o i o i a o a e
a u o a e o o a e o e u
a o u a u o o e a o u e
a i o a o u o a e o u o

Lectura lentísima
Vivir sin
hablar bien
La palabra
insegura
y vacilante es un tormento
quita todo que hace sufrir
atrevimiento. a todas horas.
No estar Hay que librarse
seguro de cuanto antes
hablar bien y para siempre
da una de ese martirio.
preocupación Se pueden
y angustia y se deben
que sólo corregir
el que la los trastornos
padece, del lenguaje,
puede aunque
apreciar cueste
con exactitud. grandes

−30−
sacrificios, generosamente
ya que muy pronto y toda la vida
se verán disfrutaremos
compensados de una seguridad
al hablar.

Nota. Léase como el primer día, dedicando veinticinco minutos y repitiendo hasta llenar
ese tiempo. Entre el primer ejercicio y la lectura hágase ejercicio de inmovilidad durante
cinco minutos, y respiración suave y lenta otros cinco: así se distribuye la hora de
práctica fonética.

Tarde

Ejercicio de labiales directas

ba ba ba ba ba
pa pa pa pa pa
fa fa fa fa fa
va va va va va
ma ma ma ma ma

Cada uno de estos ejercicios repítase con todas las demás vocales.

Nota. Jamás se olvide la respiración suave, diafragmática y lenta, que llene los cinco
segundos. El ejercicio anterior ha de durar veinticinco minutos. Repítase hasta
completar el tiempo.

Lectura lentísima

El tartamudeo fuera de
desaparece duda
de dos maneras, entre
dice el científicos
doctor Antoni: es que
o por un puede
ejercicio vencerse
técnicamente completamente.
dirigido, No hagas
o por caso,
psicoterapia, por tanto,
o por una
acción conjunta
de ambos.
Lo que está de los

−31−
sabihondos que tú
que te digan no puedes
dejar de será
ser tartamudo. un hecho
Alegra tangible,
tu ánimo si cumples
y ponte a un método
trabajar de solvencia
con toda y garantía,
ilusión y hay no
en tu pocos en
corrección, el mundo.
que pronto

−32−
Día 3

Mañana

Ejercicio de guturales y nasales directas

ga ga ga ga ga
fa fa fa fa fa
ka ka ka ka ka
za za za za za
na na na na na
ña ña ña ña ña

Cada uno de estos ejercicios se repiten con las demás vocales.

Nota. Cúmplanse las indicaciones de ayer.

Lectura lentísima

Sin la palabra estaría


la sociedad encerrado
política en sí propio
se destruye: y no podría
y la doméstica poner en
queda conocimiento
reducida de sus
a la semejantes
conservación sino
de la especie, muy poco
a manera de lo que
de los brutos experimenta
animales. dentro de sí;
Por la palabra y eso
nos transmitimos imperfectamente.
las más Y no se limite
delicadas la palabra
relaciones a la
de las ideas. comunicación
Sin ella de los
el espíritu espíritus.
humano
(Balmes)

−33−
Nota. Distribúyase la hora de ejercicio como ayer.

Tarde

Ejercicios de paladiales y linguales directas

ya ya ya ya ya
ra ra ra ra ra
rra rra rra rra rra
la la la la la
lla lla lla lla lla

Cada uno de estos ejercicios repítase con las demás vocales.

Nota. Este ejercicio durará veinticinco minutos. Repítase hasta llenar este tiempo.
Después dedíquense cinco minutos a respirar suave y profundamente sin
pronunciar nada y otros cinco a la inmovilidad absoluta.

Lectura lentísima

El mecanismo
de la palabra
es de lo más entre la
asombroso concepción
que cabe de un pensamiento
imaginar, y su expresión
así como hablada?
la suma La palabra
facilidad no es privilegio
con que de los sabios;
se presta es el
a todos patrimonio
los mandatos de todos
de la voluntad, los hombres
constituyendo normales.
un forma Lo mismo
sensible habla
del pensamiento. el orador
)Quién es capaz más nombrado
de medir que un
el tiempo sencillo
que media labriego
o una mujer
ignorante.

−34−
Día 4

Mañana

Ejercicios de dentales directas

da da da da da
ta ta ta ta ta
cha cha cha cha cha
sa sa sa sa sa
za za za za za

Repítase cada uno de estos ejercicios con las demás vocales.

Nota. Hágase la articulación como en los ejercicios precedentes, invirtiendo veinticinco


minutos. Procúrese que la articulación sean clara y exacta.

Lectura (1)

Reconozcamos brilla
la sabiduría en la del
y bondad oyente
de Dios con la
y démosle rapidez
gracias del relámpago.
por el Y sin
beneficio embargo,
inmenso ha sido
de la palabra. preciso
El hablar que el
es un pensamiento
fenómeno se concibiese
asombroso. y que la
El lenguaje voluntad
es admirable mandase
en sí mismo. a los órganos
Esmerémonos de la palabra,
en la pronunciación que el aire
perfecta. vibrase
El pensamiento para que
surge en esa vibración
la mente llegase
del que habla, al oído
y al instante del otro.

−35−
Léase durante veinticinco minutos, repitiéndolo tantas veces como sea
necesario.

(1) Todos los ejercicios, aunque expresamente no se indique, deberán siempre


realizarse muy lentamente.

Tarde

Ejercicio de guturales y nasales directas entrelazadas

ga ja ka xa ña
gue je ke xe ñe
gui ji ki xi ñi
go jo ko xo ño
gu ju ku xu ñu

Hágase lo mismo con:

j g n ñ k
k n g ñ z
x n j ñ g
n j g ñ k
ñ n j g x

Nota. Inviértanse los veinticinco minutos en el ejercicio como de costumbre.

Lectura

El tartamudeo y firme;
se corrige siendo,
con mucha por tanto,
mayor más fácil
facilidad desarraigarlo.
en la niñez Tampoco
que después a esa edad
de la misma. se ha
Y es natural contraído
que así sea. la timidez
A esa que suele
edad ser compañera
el hábito inseparable
de la del tartamudeo;
defectuosa y que suele
pronunciación dificultar
está menos mucho
asentado la corrección

−36−
del defecto. Después
de la niñez, Y cuanto
es la juventud más joven
la época es uno,
más apropiada menos cuesta
para una lograrla.
corrección
a fondo.

Léase como de costumbre y practíquese la inmovilidad e inspiración.

−37−
Día 5

Mañana

Ejercicio de paladiales y linguales directas entrelazadas

ya ra rra la lla
ye re rre le lle
yi ri rri li lli
yo ro rro lo llo
yu ru rru lu llu

Hágase lo mismo con:

r l ll y rr
rr r l ll y
l ll y rr r
ll y rr r l
y ll r rr l

Nota. Dedíquense veinticinco minutos a este ejercicio. Inspírese suave y


profundamente antes de cada línea. Con una inspiración basta. En la espiración
se invertirá no menos de veinte segundos.

Lectura
También madura
después de la voluntad
la juventud de corregirse
y niñez es más tenaz,
es susceptible porque
de corrección se conoce
el tartamudeo. mejor
He visto la necesidad
casos de hablar
de personas bien,
de más de por los
sesenta fracasos
años sufridos
que han en el largo
vencido tiempo
su defecto. de experiencia.
En la edad Así se explica

−38−
el máximo interés
que ponen veces es
casi todos admirable.
los mayores
en corregirse
plenamente,
que muchas

Léase como de costumbre.

Tarde

Ejercicios de dentales directas entrelazadas

da ta sa cha za
de te se che ze
di ti se chi zi
do to so cho zo
du tu su chu zu

Hágase lo mismo con:

t ch g d s
ch g d s t
s d t g ch
z s ch d t
d z ch t s

Nota. Hágase el ejercicio como en los días anteriores.

Lectura

Bueno tímido.
será El tartamudeo
que a la vez produce
que combates timidez
el tartamudeo, y ésta
también aumenta
ataques en grandes
la timidez, proporciones
que es tan el tartamudeo.
perjudicial También
como él. la timidez
No hay es vencible.
tartamudo Pocos son
que no sea los que

−39−
en alguna normalizarse.
época La timidez
de su vida afecta a
no fueron muchos
tímidos, más que
y después, el tartamudeo.
con la Hay que
práctica acabar
y ejercicio con los dos
ante el defectos.
público,
consiguieron

Léase como de ordinario.

−40−
Día 6

Mañana

Ejercicio de consonantes dobles directas

cla cla cla cla cla

Así con todas la vocales. Practíquese lo mismo con:

gl fl pl bl

Lectura

Léase como de costumbre.


Te has de investigador
convencer que trabaja
de que hay en unos
que luchar laboratorios
varonilmente de fama,
contra la fue propuesto
timidez, para
juntamente un alto
con la cargo
tartamudez. por su
(Cuántos competencia
males bien probada.
produce El interesado
la timidez! no sólo no
Inutiliza aceptó,
a las personas, sino que
aunque pidió, más
éstas que por favor,
sean que le dejaran
superdotadas. en su retiro,
Hace algún porque temía
tiempo, enfrentarse
un gran con el público.

−41−
Tarde

Otro ejercicio de consonantes dobles directas

tra tra tra tra tra

Repítase con las restantes vocales. Repítase ahora con:

dr fr pr gr cr br

Hágase como el ejercicio de la mañana.

Lectura

Procura aparecía
refrenar tan sereno
tu nervosismo. siempre
Se puede y equilibrado
mitigar ante el público,
notablemente, que era
como la conocido
experiencia como si
nos lo enseña nada le
todos afectase,
los días. y fuese
Vive de piedra.
un señor Y tanto
obispo era así,
(muy notable que molestaba
por cierto), a los que no
que decía estaban
ser tan en el secreto
nervioso de su mucha
que cualquier virtud
disgusto y abnegación.
hacía subir Una voluntad
sus pulsaciones tenaz
a más de y constante
ciento puede lograr
veinte una verdadera
por minuto. transformación
Sin embargo, en nosotros.

−42−
Día 7

Hoy no hay ejercicio de articulación. Ha debido guardarse silencio absoluto los


días anteriores y, supuesto que así sea, puede comenzar el alumno a hablar, atenién-
dose a estas tres normas:

10. Inspirar suave y profundamente antes de hablar.


20. Hablar con gran lentitud (al principio se hace necesario el silabeo).
30. Prescindir de lo que pueda parecer a los demás esta nueva manera de
hablar.

Ampliaremos el significado de estas normas para que se cumplan estrictamente.


Se hace indispensable cuidar la inspiración. El tartamudeo es tanto com una perturba-
ción de la palabra, un trastorno de la respiración. Se impone, por tanto, normalizar la
respiración para una corrección completa. Se ha de hacer la inspiración con la mayor
naturalidad posible, sin que se note, a ser posible, por los que escuchan; suavemente,
de tal manera que el aire penetre lentamente en el pulmón; y profundamente, sin
exageraciones ni violencias, que pueden poner nervioso al alumno; pero de modo que
al hablar disponga de aire abundante. Es preciso conceder importancia máxima a la
inspiración bien hecha y que no se omita jamás. Hablo por experiencia y puedo decir
que no he encontrado nada que me haya ayudado más en mi corrección como procurar
hacer siempre la inspiración y del mejor modo que Dios me dio a entender.

Hay que hablar con lentitud. Y se comprende sin dificultad. Es un aprendizaje de


un modo nuevo de hablar, y forzosamente en los principios hay que proceder con
mucha calma. Así se hace en todo aprendizaje.

Ya proceda nuestro tartamudeo de nuestras facultades mentales o de indecisión


en la voluntad o de trastornos en los órganos fonéticos, lo cierto es que la lentitud
resulta provechosísima a todos los factores que intervienen en la formación de la
palabra.

Al principio, la manera fácil y práctica de hablar despacio es adoptar el silabeo,


deteniéndose en cada vocal tres veces más de lo corriente.

El primer día de hablar de esta forma tan distinta de la anterior suele hacerse
pesado y molesto; pero no por eso deje de hablarse así. Estas primeras dificultades van
suavizándose poco a poco y en pocos días se acostumbra uno al nuevo modo de
hablar.

Y no se deje vencer el alumno por la impresión que pueda producir a los demás
su sistema de expresión. Está decidido a corregirse totalmente, pase lo que pase.

−43−
Todos los obstáculos son pasajeros y la corrección es para toda la vida. Además, nadie
tiene por qué extrañarse. Puede suponer que, si se habla de esta manera, por algún
motivo justificado se procede. Por tanto, tranquilidad. No debe estar supeditada nuestra
corrección al parecer de otros. Por lo demás, se ha de procurar observar la mayor
naturalidad dentro de la lentitud. Con un poco de cuidado y ejercicio se llega pronto a
hablar tranquilamente, sin que nada puedan advertir los que nos escuchan que les
llame la atención.

Conságrese el alumno a aplicar hábilmente estas tres normas que hemos


expuesto, y pronto verá con qué seguridad pronuncia aun las letras y palabras más
difíciles.

−44−
Día 8

Mañana

Ejercicio de consonantes explosivas singularmente difíciles

pa pa pa pa pa

Repítase con cada una de las vocales. Hágase lo mismo con:

b g k t

Nota. Cúmplanse las indicaciones de los primeros días.

Lectura
(léase en la forma acostumbrada)

Una de las que con los


notas del compañeros
tartamudeo hablaba
es la normalmente.
intermitencia. Si le llamaba
Unas veces el cabo,
el mayor tropezaba
tartamudo algunas
habla veces,
tan perfectamente aunque
que asombra pocas.
por su Pero si
seguridad era el
y claridad; sargento
y otras o el oficial
no articula el que lo
palabra reclamaba,
por la iba en
emoción. aumento
El miedo su tartamudeo,
hace titubear. hasta llegar
Me contaban a no decir
de un soldadito palabra
de nuestra ante el
de liberación capitán

−45−
o comandante. vencer
Hay que procurar las emociones.

Tarde

Ejercicio de consonantes sopladas, también difíciles de suyo

za za za za za
ce ce ce ce ce
...............................

Hágase con el resto de las vocales. Practíquese también con:

s j ch v f

Nota. No olvidar las normas sobre estos ejercicios.

Lectura

Los primeros cuesta


días de hablar mucho
después del subsanar
silencio estas
son los más primeras
decisivos deficiencias.
para la Nada
corrección. se te ponga
Si se comienza por delante
con decisión que obstaculice
y cumpliendo tu corrección.
con el mayor Habla
rigor con la
las indicaciones, mayor calma;
se puede inspira
asegurar como
que se ha se te indica;
conseguido toma
la mayor el tratamiento
parte con ilusión;
del éxito. no te saltas
En cambio, del plan
si por que se te
cualquier manda,
motivo y pronto
se prescinde recibirás
de la la recompensa.
observancia
de las reglas,

−46−
Día 9

Mañana

Ejercicio de consonantes explosivas entrelazadas

pa ba ga ca da
pe be gue que de
pi bi gui qui di
po bo go co do
pu bu gu cu du

Hágase lo mismo con p, d, g, k, b; b, g, p, d, t; k, t, d, p, g; g, p, k, f, b;


d, t, p, b, g; t, p, g, d, b.

Dedíquese el tempo acostumbrado a estos ejercicios.

Lectura

No hagas en el
caso de sistema
los que nervioso;
dicen pero
que los no tanto
cambios como para
de tiempo atribuir
producen a esta
el tartamudeo; causa
que la humedad ese trastorno
del aire de la palabra.
traba Aun a
la lengua. los más
Es verdad normales
que un les afecta
cambio el descenso
brusco vertical
de la del barómetro
temperatura o termómetro.
influye Habla despacio
notoriamente y aunque

−47−
el tiempo hablarás
sea desapacible correctamente.

Tarde

Ejercicio de sopladas entrelazadas, para su mejor articulación

sa za ja cha fa

Hágase con las demás vocales. Continúese con

v t ch j s
j, ch s f v
ch f s z j
f j z s v
z s j v ch
ch v z s f

Inviértase el tiempo ordinario en este ejercicio, y en la inspiración e inmovilidad.

Lectura

Buen arredró
ejemplo por eso.
para ti, Se dedicó
para que con ahínco
le imites, a vencer su
es el de defecto, que era
Demóstenes. tartamudeo,
Según según dicen
dice algunos,
la historia, o tartajeo,
adoleció a juicio
de un grave de los más.
defecto Cuando
de pronunciación, se vio
hasta el punto libre
que fue de tal anomalía,
silbado se presentó
cuando al público,
pronunció cosechando
su primer un triunfo
discurso colosal.
en el Ágora Fue el mejor
por su orador.
dicción
ridícula.
No se

−48−
Día 10

Mañana

Ejercicio de vocales, que son la espina dorsal de la palabra clara

aaa aaa ae eee eee ea


aaa eaa ai eee iee ea
aaa iaa io eee iee io
aaa oaa ou eee oee ou
aaa uaa ua eee uee ua
aae iaa ou eee aee ao

iii iii ia ooo ooo oa


iii aii ie ooo aoo oe
iii eii io ooo eoo oi
iii oii iu ooa ioo ei
iia oii ua ooi ooo eu
iia eii eo oou ioo iu

uuu auu ue
uue iuu io
uui ouu ou
uuo uuu oa
uua euu ea

Inviértase en este ejercicio el tiempo ordinario.

Lectura

No hay caso porque suelen


de tartamudeo tener un
que no pueda mayor interés
vencerse. y ponen
A veces más cuidado.
se corrigen Depende
en menos tiempo de la voluntad
los alumnos del alumno
con grave defecto la corrección total.
que aquellos El que dispone
que padecen de un carácter
una ligera anomalía; formado y hecho

−49−
a la lucha, magníficas
está en para corregirse
condiciones plenamente.

Tarde

Repetición del ejercicio de vocales de la mañana.

Lectura

El alumno En ese caso


trabajador, pocos serían
obediente, Es preciso
cumplidor los vencedores.
y tenaz poner el
se ha corregido interés
siempre y la diligencia
completamente, propios
aunque de un asunto
haya sido serio e importante.
el caso Cúmplase
más desesperado cierto tiempo
que pueda un plan
suceder. de garantía
No es necesario estrictamente,
para corregirse y el éxito
ser un héroe está asegurado
con méritos en todos los casos.

para la laureada.

−50−
Día 11

Mañana

Ejercicio de labiales inversas

ab ab ab ab ab
............................... Repetir con todas las demás vocales, prosiguiendo lo mismo con
ap af av am

Nota. Este ejercicio se practica de esta manera: se inspira como de costumbre. Antes
de cada línea y después de cada sílaba se interrumpe el sonido como un
segundo, teniendo cuidado de no respirar hasta terminar toda la línea. En la
interrupción es conveniente cerrar los labios suavemente.

Lectura

Esfuérzate lograrás eliminar


por vencer este defecto
cuanto antes con menos sacrificio
tu defecto. a esa edad,
Te conviene que si aguardas
imperiosamente, a más tarde.
como sin duda No obstante,
estás convencido. si pasaste
Todo vicio ya esa época
o defecto, de tu vida,
cuanto no desesperes,
más antiguo que siempre
más difícilmente hay solución
se enmienda. para este problema.
Forma un nuevo Abuelos
modo de ser con muchos años
y hay consiguieron
que luchar librarse
varonilmente del tartamudeo.
para contrarrestarlo. Basta hacer frente
Si eres joven, a todas
las dificultades.

−51−
Tarde

Ejercicio de guturales y nasales inversas

ag ag ag ag ag
............................... Hágase lo mismo con las demás vocales. Practíquese con

aj ak ax an añ
..............................

Lectura

Fortalece en un año
tu determinación triunfarás
de corregirte rotundamente.
perfectamente, No te quepa
tratando la menor duda.
de no plegarte Entrégate
ante las con coraje
dificultades a corregirte
que indudablemente sin nerviosismos
has de encontrar. ni impaciencias,
El tiempo pero con una
de corrección voluntad decidida
es breve y resuelta.
y los beneficios Vas a dejar
son para de sufrir las torturas
toda la vida. que conoces
Aunque seas amargamente
el caso más grave, por experiencia,
bien llevado y comenzará para ti
y observando una nueva era feliz
el tratamiento, de paz y seguridad.

−52−
Día 12

Mañana

Ejercicio de paladiales y linguales inversas

ar ar ar ar ar
............................

Repetir con las demás vocales. Lo mismo con arr al all.

Nota. Repítase cuanto sea necesario para completar los veinticinco minutos,
practicándose con en los días anteriores.

Lectura

Léase como de ordinario.

Si quieres Sabes
corregirte de veras a dónde caminas:
y alcanzar éxito a tu liberación,
clamoroso, a tu recuperación
amontona de la palabra.
energía en ti Avanza con paso
y fuerza de voluntad firme y decidido
bastante hacia la meta
para destruir, de tu corrección.
superar u orillar No temas:
las dificultades la decisión
que implica ahuyenta
la corrección. los obstáculos.
Para salir victorioso Ante el hombre
en tu empeño, decidido
necesitas grandes los demás se apartan
reservas de energía para darle paso.
como la garantía Cumple el tratamiento
mejor del éxito. sin titubeos.

−53−
Tarde

Ejercicio de dentales inversas

ad ad ad ad ad
................................

Lo mismo con las demás vocales. Continuar con at as ach at.

Nota. Dedíquense los veinticinco minutos a estos ejercicios. Téngase gran cuidado en
no inspirar en las interrupciones. Practíquese con calma y suavidad.

Lectura

Apunta alto, en perfeccionarte


muy alto, hasta el máximo,
en tu corrección. de tal manera
No te contentes que sea normal
con mejorías totalmente
apreciables, en la dicción.
que te dejen No pongas límites
aun con a tu progreso.
alguna dificultad Fija tu mirada
en la en las alturas,
pronunciación. en lo más perfecto.
Debes aspirar No vaciles
a los más, ni dudes jamás
porque puedes de que conseguirás
lograrlo. lo que parece
Sería ahora un sueño,
una necedad si no decaes
quedarse a mitad en tus ilusiones
del camino. por hablar pronto
Esfuérzate normalmente.

−54−
Día 13

Mañana

Ejercicio de guturales y nasales diversas entrelazadas

ag aj ak ax añ
..............................

Igualmente con el resto de vocales. Continúese con

j g n ñ k
k ñ g n x
z n j ñ g
n j g ñ x
ñ n j g x

Dedíquese el tiempo de costumbre a este ejercicio.

Lectura

Léase como de ordinario.

Cree en Dios aptitudes personales;


y en ti. no las desperdicies;
Aumenta tu fe, fíate de ellas
dilata porque su origen
tu esperanza. es divino.
Eres hijo Ten gran fe
predilecto de Dios. y grandes serán
De ti puedes tus hechos.
esperarlo todo, Por la fe
si confías obrarás prodigios.
con plenitud Si cuentas con Dios
en Dios. y contigo,
Te fe en ti tu corrección
porque eres será una realidad
una fuerza de Dios. gratísima
Has recibido en poco tiempo.

−55−
Tarde

Ejercicio de paladiales y linguales inversas entrelazadas

arr al all ar
......................

Proseguir con las demás vocales. Lo mismo con

r l ll rr
rr r l ll
l ll rr r
ll rr r l
ll r rr l

Lectura

No te acobardes enteros de solfeo


ante las dificultades a la luz de la luna,
de tu corrección porque no
por grandes disponía de velas.
que sean. Le robaron las copias
El hombre y no desfalleció,
de más mérito sino que aumentó
en su valer su entusiasmo
es el que se debe por la música.
a sí mismo El roble se fortalece
lo que es. con las tempestades.
Los grandes hombres Dios suele enviar
han superado todas muchas pruebas
las adversidades y dificultades
que les salieron a los más
al paso. favorecidos suyos.
El gran Bach Cuanto más
copió métodos te cueste corregirte,
mejor hablarás.

−56−
Día 14

Hoy puedes hacer un alto en los ejercicios de pronunciación para dedicarlo al


examen de la semana que llevas hablando y formar el plan para la que vas a comenzar.

)Cómo has cumplido las instrucciones que se te trazaron el día séptimo?


)Hablaste despacio, teniendo cuidado de inspirar antes de hablar y desechando el
temor de parecer ridículo por tu nueva forma de expresarte?

Si seguiste estas normas con todo rigor, te felicito con efusión, porque no me
cabe la menor duda de que has hecho grandes progresos en tu corrección en pocos
días. Ha debido ser una semana de emociones fuertes.

No puedo olvidar lo que sentí cuando me encontré en situación igual a la tuya.


Es cierto que me costaba muchísimo frenar tanto la lengua, que me dolían las mandí-
bulas por el esfuerzo para contenerme; pero (con qué alegría de mi corazón iba viendo
que pasaban horas y días expresándome con claridad y seguridad aunque fuese tan
despacio! Poder decir cuanto se me apetecía me parecía un sueño que acabaría
pronto. No cabía de satisfacción en mi ánimo.

También recuerdo lo que me dijo el alumno J. M., de Pamplona, todo emociona-


do el primer día que habló sin tropezar: AEste es el día más feliz de mi vida@, fueron
sus palabras textuales.

R. A., de Valencia, parecía un auténtico loco de alegría. Y repetía con entusias-


mo delirante: A(Pero si puedo hablar! Pero que hablo todo lo que quiero!@. Algo
parecido has podido sentir también tú si has sido dócil y obediente a las indicaciones
que te señalé. Han debido desaparecer todos los trastornos de tu palabra.

Si por la causa que sea, no has cumplido estrictamente el plan establecido,


reflexiona de nuevo con toda seriedad para determinarte a cambiar de conducta desde
este mismo momento. No puedes dejar de hablar bien pudiendo hacerlo. Sería poco
menos que suicidarse. No hay derecho a abusar de tu libertad para tu perdición. Debes
hacer el propósito más firme de rectificar tu conducta inmediatamente.

La nueva semana que vas a iniciar, debe ser de mucho mayor provecho, entre
otras razones, porque siempre es mucho más fácil continuar un trabajo que dar los
primeros pasos, y en los principios se esfuerza uno acaso más con menor rendimiento.
Es ley de la vida.

A poco que hayas hecho por aplicar el método, habrás podido ver la facilidad que
tienes para expresarte. Es un motivo de aliciente.
En la primera semana de hablar desaparecen ordinariamente todos los tropiezos,

−57−
con la satisfacción consiguiente. Sólo cuando no se ha cumplido el plan, o en algún
caso extraordinario, se sigue tropezando.

Si ten encuentras tú en esta situación, no te desanimes, que Ano se hizo Zamora


en una hora@ y nadie es perfecto en poco tiempo en ningún arte. Vuelve a la lucha con
más ardor y mayor cuidado, y persevera en tu empeño, que no tardarán en llegar los
resultados que tanto deseas y esperas.

He conocido alumnos que los primeros días tropezaban mucho y después se


corrigieron con facilidad.

La perseverancia en el método te dará sin tardar el éxito más completo que se


puede desear. Ten ánimo y confianza.

−58−
Día 15

Mañana

Ejercicio de dentales inversas entrelazadas

ad at as ach az
................................

Continuar con las demás vocales. Practíquese lo mismo con

t ch z d s
ch z d s t
s d t z ch
z s ch d t
d z ch t s

Practíquese el ejercicio como en los días anteriores.

Lectura

Tu salvación está producen en el hombre


en cumplir el máximo bienestar
la ley de Dios. posible
Nuestra felicidad en este mundo.
y salvación, La experiencia
o sea, el cielo de aquí enseña desde hace
y el de más allá, muchos siglos,
corren paralelos que el hombre
al cumplimiento se siente feliz
de la ley de Dios en la medida
y el efectivo en que cumple
acercamiento a Él. la ley de Dios.
Seguir El justo hasta
las inspiraciones en los padecimientos
de Dios, hacer encuentra
lo que Él quiere una suavidad
y vivir en y un gozo
su compañía que los alejados
de Dios no sospechan.

−59−
Tarde

Ejercicio de labiales inversas entrelazadas

ab ap af av am
................................

Seguir con las demás vocales. Lo mismo con

n v p f b
b f v p n
f m p b v
v p b f m
p m f b v

Dedíquese el tiempo ordinario a este ejercicio. Hágase con la mayor calma y


tranquilidad.

Lectura

Diversas señales como dijo


puso el padre Jesucristo.
La Puente La primera señal
para conocer es oír con gusto
quién es el que la palabra de Dios.
está predestinado La segunda, ser
para el cielo. muy devoto
Todos debemos de la Virgen.
procurarlas La tercera, ser
para nuestra muy inclinados
seguridad a obras de caridad;
de salvación, y la cuarta, el temor
pues no hay continuo de Dios
mayor motivo y de sus juicios.
de alegría Si las tienes,
que estar nuestros alégrate
nombres escritos firmemente.
en el cielo,

−60−
Día 16

Mañana

Ejercicio de consonantes dobles inversas

acl acl acl acl acl


...................................

Seguir con las demás vocales. Practicar lo mismo con

gl pl fl bl

Hágase este ejercicio como los anteriores. Ténganse en cuenta las advertencias
sobre la interrupción del sonido sin respirar.

Lectura

Una voz frecuentemente


bien modulada muy descuidados,
es un verdadero pensando que
encanto para basta con dejar
el que escucha. obrar a la naturaleza.
Es, por tanto, (Están completamente
conveniente equivocados!
que se trata Quien no respira
de mejorar con corrección
la voz todo nunca pronunciará
lo posible, perfectamente.
y primeramente Es preciso
mediante una exacta ejercitarse
pronunciación. en la respiración
Para ello hasta hacerla
se requieren lo más profunda
correctos modos posible mediante
de respirar, diversos ejercicios.

−61−
Tarde

Ejercicio de consonantes dobles inversas

abr abr abr abr abr


......................................

También con las demás vocales. Practíquese lo mismo con

fr pr dr tr gr cr

Practíquese este ejercicio como el de la mañana durante veinticinco minutos y


dedíquense diez a la inspiración.

Lectura

Debemos cuidar ni muy bajo,


con esmero porque en ambos
la pronunciación casos no se hablaría
de las vocales con claridad.
para que la voz Puede practicarse
salga clara, un ejercicio
vibrante y robusta. para lograr
Se ha de corregir el tono medio.
la voz áspera Se canta en tono
y chillona, el más bajo posible
tan desagradable ascendiendo
que suele dar cada vez un tono
complejo hasta llegar
de inferioridad al más alto.
a quien la posee; Durante el ejercicio
y no conviene olvidar fíjese cuál es
el tono de la voz, el tono intermedio
que debe para adoptarlo
ser medio, corrientemente.
ni muy algo

−62−
Día 17

Mañana

Ejercicio de consonantes explosivas inversas

ap ap ap ap ap
................................

Continuar con las demás vocales. Lo mismo con

b g k d t

Lectura

Ten cuidado escuchar a aquellos


de pronunciar que se distinguen
con naturalidad, por una
evitando hacerlo pronunciación
nasal perfecta,
o guturalmente, de tal manera
que es tan feo. que sea eminente
Pronuncia las vocales su claridad,
con toda precisión. naturalidad,
En ellas está seguridad
toda la belleza y precisión.
del lenguaje. Se ha de evitar
Esto no quiere toda tensión
decir que de los músculos
las consonantes de la garganta,
no tengan para que no salga
importancia. el sonido
También entrecortado.
se ha de cuidar Escucharse
articularlas clara reflejamente
y exactamente. contribuye
Ayuda mucho a mejorar
a pronunciar bien la dicción.

−63−
Tarde

Ejercicio de consonantes sopladas inversas

az az az az az
...............................

Sígase con las restantes vocales. Lo mismo con

s j ch v f

Lectura

Se puede mejorar Muchos que buscan


la sonoridad una voz penetrante
de la voz y clara,
hasta llegar no lo olvidan
a dotarla de practicar
de un timbre ningún día.
siempre agradable. Debemos hablar
Sin llegar con naturalidad,
a Aimpostar@ la voz, sin dar a las palabras
puede ser un todo enfático,
conducente que resulta
el ejercicio pedante y molesto.
de cantar Tampoco se ha
a boca cerrada de hablar con voz
durante algunos arrogante,
minutos denotando
todos los días. superioridad,
Es un sencillo que se hace
ejercicio inaguantable
de una eficacia a aquel que no tenga
insospechada. alma de esclavo.

−64−
Día 18

Mañana

Ejercicio de consonantes explosivas inversas entrelazadas

ab ap ag ak at
...............................

Lo mismo con:

d t k g b
p k g t d
g d p r t
t p b g k
k b g p d
b d p k t

Lectura

Se ha de evitar procurando
la monotonía, que las palabras
tan molesta tengan vida
para el que escucha. y se hagan
Denota el que interesantes
así habla para el que escucha.
carencia de interés La voz se ha
por lo que dice, de cultivar
que no lo siente, para que sea clara,
que le da lo mismo armoniosa,
decir aquello bien modulada
u otra cosa. y expresiva.
La voz ha de La articulación
reflejar clara de la palabra
la importancia agrada grandemente
de lo que se dice, al que escucha.

−65−
Tarde

Ejercicio de consonantes sopladas inversas entrelazadas

az as aj ach af
...............................

Practicar lo mismo con

s j v ch z
z ch j s v
v j s f ch
f s v j z
s ch z v j
j z ch f j

Lectura

Habla De todos modos


sin miedo ni temor. es necesario
La persona tímida eliminar esa tara
difícilmente de nuestro carácter.
se hace escuchar. El tímido se siente
La timidez generalmente
anula u oculta inferior a los demás.
las facultades Aunque fuera
morales. menos dotado,
Son necesarios debe hablar
el palomo y la valentía con decisión
para expresarse bien. y con la mayor
Se dan muchos confianza posible
grados de timidez. en sí mismo.

−66−
Día 19

Mañana

Ejercicio de diptongos con explosivas directas

ea ea eu ia oa
ei ie io oi ua
io oi ou uo au
ou uo ua au ue

pae pea pai pia poa


pei pie pia poi pua
pio poi pou puo pue
pou puo pua pau pue

Lo mismo con: b g k t d

Repítase hasta llenar los veinticinco minutos que ha durar el ejercicio.

Lectura

Otra cualidad o de continuo


que ha de poseer como permanecer
el que quiera rígido e inexpresivo
expresarse bien en rostro y manos.
es una gran Para lograr
expedición. accionar justamente
Debemos hablar deben hacerse
con galanura ejercicios
y agilidad, ante el espejo.
con gracia Así se da uno
y naturalidad cuenta de
en tono, ademanes, los movimientos
gestos y movimientos. que hace, y corrige
Tan de mal gusto los que no le
es accionar parecen adecuados.
violentamente

−67−
Tarde

Ejercicios de diptongos con sopladas directas

sae sie sai sia soa


sei sie sio soi sua
sio soi sou sue sau
sou suo sua sau sue

Lo mismo con las sopladas siguientes: j v ch z f

Lectura

Ha de darse aunque el público


a las palabras sea numeroso.
fuerza y vigor Ser un buen
sin llegar a conversador
la afectación. es un arte
Han de evitarse muy apreciable.
ambigüedades Quien ha adquirido
y equívocos. ese arte
Búsquese la mayor hará amena
claridad y cualquier conversación,
precisión aunque ésta verse
en las palabras. sobre los temas
Puede uno más áridos.
ejercitarse a solas Al intercalar además
antes, para que anécdotas oportunas
así le sea fácil la conversación
expresarse crece en interés.
ante los demás,

−68−
Día 20

Mañana

Ejercicio de diptongos con consonantes explosivas inversas entrelazadas

aep eab aig iak oat


eip ieb iog oik uat
iop oib oug uek aut
oup uob uag auk uet

Lo mismo con:
d t k g b
p k g t d
g d p b t
t p b g k
b d p k t

Nota. Practíquese este ejercicio con gran interés, dedicándole veinticinco minutos.

Lectura

Debemos evitar la calma.


cuando hablamos Vigilémonos
la impresionabilidad para no dejar
e impulsividad, la impresión
tan propias que nos produce.
de los nerviosos. La afectación
Miremos en el hablar
al interlocutor es reprobable,
serenamente, así como el tono
sin permitir que enfático que denote
nos desconcierte superioridad.
por alta que sea Alguna vez
su autoridad puede permitirse
o ascendiente. este énfasis
Hagamos esfuerzos un momento
por conservar para hacer resaltar

−69−
la importancia el mismo efecto
de lo que exponemos. levantando un poco
También puede más el tono de la voz.
conseguirse

Tarde

Ejercicio de diptongos con consonantes sopladas inversas entrelazadas

aes eaj aip iaz sach


eis iep iof oiz uach
ios oij ouf uoz auch
ous uoj ouf uoz uech

Lo mismo con:
j f v ch z
v ch j z s
s z ch f j
ch f j z s
z j ch s v

Lectura

Se ha de conversar En una conversación


tranquilamente es necesario ser
para que las palabras dueño de sí mismo.
fluyan sin dificultad Nunca aparezcan
y las ideas nuestros nervios
aparezcan dominando
claras y seguras. nuestra voluntad.
La conversación Sea la voluntad
ayuda a cultivar la que imponga
nuestro vocabulario. su imperio sobre
Las palabras la lengua y nervios.
de la conversación Así pronunciaremos
han de ser sencillas, a la perfección
bien pronunciadas, cuanto hayamos
sin rebuscar palabras de decir.
que denoten

artificio y falta
de naturalidad.

−70−
Día 21

Hoy puedes dedicar el día a un repaso de los pasados. Intencionadamente te he


expuesto el plan de corrección acentuando la lentitud en la lectura y en el hablar,
pensando principalmente en los casos más graves, que necesitan adquirir la mayor
seguridad posible.

Puede ser que en algunos casos no sea preciso frenar tanto nuestra lengua. Sin
embargo, aun para estos leves, sinceramente creo que les será utilísimo afirmarse en
su seguridad para hablar.

Cierto que resulta molesto leer y hablar tan lentamente, pero es el camino más
seguro y fácil para corregirse.

Si se han practicado con diligencia los anteriores ejercicios y se ha hablado


cumpliendo siempre las normas trazadas, forzosamente ha tenido que verificarse una
transformación importante y tan manifiesta que habrá desaparecido todos los tropiezos
al hablar en el 95 por 100 de los casos, por lo menos. Y aun habría que aumentar la
cifra. La experiencia en mí (que es la que más me ha enseñado) y en infinidad de
alumnos me da derecho a poder hacer esta afirmación sin temor de ser contradicho.
)Qué deberán hacer los que ya no se equivocan ni tropiezan? Han de seguir con
cuidado unos cuantos meses, no menos de seis, hasta que este modo de hablar se
haya hecho costumbre y el miedo haya desaparecido. Esto en el alumno normal. Si el
defecto era caso grave, mejor será alargar el plazo algunos meses más.

Quizá parezca largo este lapso de tiempo a muchos que, porque ya no tartamu-
dean, tienen mucha prisa en quitarse el freno. No se dejen llevar de su impaciencia. Se
lo dice quien está cansado de ver la desilusión de tantos que, tras haberse lanzado a
volar prematuramente, han sucumbido en pocos días, por no hacer caso de quien les
aconsejaba más prudencia. (Cuánto mejor es continuar así aún más tiempo que el
estrictamente necesario! )Qué mal se sigue de ser extremadamente cauto?

Para aquellos que, a pesar de haberse esmerado en cumplir rigurosamente el


plan, siguen tropezando y sienten gran dificultad al hablar, les trazamos estas normas:
paciencia y perseverancia en la observancia del método.

Hay casos extremadamente graves. Su sistema nervioso tan descompuesto


hace pensar a muchos que no pueden tener corrección. No adelantemos juicios.
Sepamos esperar trabajando, luchando, poniendo mucho cuidado, y veremos resulta-

−71−
dos sorprendentes, aunque en algunos casos aparecen al mes de tratamiento y en
otros aún más tarde. Condición única: no desalentarse ni renunciar a la lucha.

De lo contrario, nosotros mismos nos condenamos a no corregirnos. No tome-


mos este camino, muy cómodo de momento, pero de fatales consecuencias. Cuanto
más difícil veamos la corrección, más debemos aprestarnos a luchar por conseguirla. Si
perseveramos cumpliendo estrictamente el método, el éxito más halagüeño será tuyo y
acaso antes de lo que se espera. Hay sorpresas gratísimas en muchos alumnos.

Tanto los que no tropiezan como los que aún no están seguros, traten de hablar
con naturalidad. Hablen como los demás en todo, excepto en la calma o lentitud, y sin
olvidarse de respirar. Tomen como modelo a alguno de los normales que hablen
sosegadamente por temperamento e imítenlos cuanto puedan.

−72−
Día 22

Mañana

Ejercicios de diálogos

Le convienen mucho al tartamudo. Hay que detenerse a respirar en las rayitas y


en los puntos, y léase con naturalidad y lentitud.

Federico el Grande C visitaba en Brandeburgo C la escuela C de un pueblo. En


la clase C de geografía preguntó C el emperador a un niño: C )Dónde está este pueblo?
C En Prusia, contestó el niño. C )Y dónde está Prusia? C En Alemania. )Y Alemania? C
En Europa. )Y Europa? C En el mundo. C )Y el mundo? C (En las manos de Dios! C
Así es. C Dios con su infinito poder C lo sostiene.
San Masona C decía al rey Leovigildo, C que se empeñaba C en imponerle C la fe
arriana. )Tratas C de amedrentarme C con el destierro? Has de saber C que no le temo.
)Conoces C alguna región C donde no esté Dios? C )Y dónde no está?, repuso el rey.
C Te lo pregunto C porque parecías C creer que el destierro me asusta.

Lectura muy expresiva

La fe es luz C de Dios C que ilumina C nuestras inteligencias. C Los que no creen,


C decía el Santo Cura de Ars C tienen el alma C mucho más ciega C que si carecieran
de la vista. C Estamos envueltos C por densa niebla. C La fe es el viento C que la disipa
C y hace lucir C sobre nuestra alma C un bello día. La fe es C como una antorcha C
entregada por Dios C a nuestra alma C para caminar C hacia el cielo. C Con su luz C
vemos lo bastante, C aunque no veamos todo. Divina luz C la de la fe, C porque ella C
nos hace partícipes C de la primera C y suma verdad, C asemejándose así C nuestro
conocimiento C en este mundo C lo más posible C al conocimiento de Dios, C luz de
alborada C y reflejo anticipado C de la visión beatífica.

Nota. Léase durante veinticinco minutos, repitiendo cuanto haga falta. Durante los diez
minutos que median entre los dos ejercicios, puede hacerse un ejercicio
sugestivo, que es muy beneficioso, con unas fórmulas parecidas a éstas: AYa
estoy corregido@. APuedo hablar como los demás@. AMe siento seguro@.
AJamás tropezaré@.

−73−
Tarde

Otro ejercicio de diálogos

Consideramos muy beneficiosos estos ejercicios.

Don Eugenio, C maestro de un colegio, C explicaba C a los discípulos C el dogma


confortador C de la providencia de Dios C según enseña el Evangelio. C Todos los
cabellos C de vuestra cabeza C están contados por Dios. C Un alumno, C llamado
Antonio, C se arrancó C un pelo de su cabellera C y, burlándose, C se lo muestra al
maestro C diciendo: C )Se podrá saber C qué número tiene C este pelo en mi cabeza?
C Sin duda, C respondió el maestro. C Y sujetándolo con suavidad, C le arranca un pelo
C y le dice: C Mira este pelo, C el número uno; C y éste, el número dos; C y éste, el
número tres. C Los demás alumnos C se reían a carcajadas. C Y el maestro le dijo: C
)Quieres que sigamos C hasta contarlos todos? C No, señor, basta ya. C Y volvió a su
asiento, menos insolente.
Un doctor se disponía C a hacer una operación C a un enfermo. C La esposa de
éste, C buena cristiana, C encendió seis velas C a un Santo Cristo. C Al verlo, el doctor
C le preguntó: C )Quién va a hacer C la operación? C )Ése o yo? C Algún tiempo
después C enfermó gravemente C el mismo doctor. C Confesó, comulgó, C pidió el
Crucifijo C y mandó encenderle C otras seis velas. C Un amigo le preguntó: C Amigo,
)cómo es esto? C Aquello era otra cosa C y esto algo muy distinto.

Léase durante los veinticinco minutos. Lectura natural muy lenta.

Lectura expresiva y natural

La Biblia es C el libro sin igual, C dice Donoso Cortés. C Hay un libro, C tesoro de
un pueblo, C que es hoy fábula C y ludibrio de la tierra, C y que en tiempos pasados fue
C la estrella de oriente. C Un libro a donde han ido a beber C su divina inspiración C
todos los grandes poetas C de las regiones C occidentales del mundo; C y en el cual
han aprendido C el secreto de levantar sus corazones C y de arrebatar las almas C con
sobrehumanas C y misteriosas armonías. C Este libro es la Biblia, C el libro por
excelencia. C Libro prodigioso C aquel en que el género humano C comenzó a leer
treinta y cuatro siglos ha. C Y con leer en él todos los días, C todas las noches y todas
las horas, C aún no ha acabado su lectura. CLibro prodigioso, C aquel que lo ve todo C y
lo sabe todo, C que ve los pensamientos C que se levantan C en el corazón del hombre
C y los que están C en la mente de Dios.

−74−
−75−
Día 23

Mañana

Ejercicio de palabras con explosivas dobles y sencillas

Babilonia - bacaicoa - babotear - balandro - balandrán - balandronada - barrabasada -


barracas - barracón - birrectángulo - bisagra - bistriado - bocamanga - bocanegra -
bocateja - brabante - brabantino - brabanzón - braquicéfalo - braquidáctilo - branquial -
brigadier - brihuega - bribonada - británico - britano - briviesca - brocamatón - brochadu-
ra - brochazo - broncíneo - broncista - bromista - bronquítico - bronquio - bromhídrico -
brújula - brujulear - brujuleo - bruselas - brutalidad - brutalmente - blanco - blancura -
blanquear - blandengue - blandura - blanducho - blandir - blandimiento - blandicioso -
blanqueamiento - blanquecino - blanqueador - bloquear - bloques- bloqueador - blusa -
blucher - boardilla.

Léase inspirando en las rayitas.

Lectura expresiva lenta

Dios castiga - a veces - en el mismo acto - de pecar. - George Whale, presidente


- de la asociación - de Prensa racionalista, - celebraba en Londres - un banquete - en
1925. Y al final habló vivamente - contra la religión, diciendo: - Atraigamos - al gran
número - de nuestros ciudadanos - que quieren formar - en las filas de la Iglesia. -
Suman menos - de la séptima parte - de nuestra población - y tienen la osadía - de
pretender - que forman la élite nacional. - Comamos y bebamos - que mañana estare-
mos muertos. - Al pronunciar estas palabras, - mister George Whale - se desplomó - y
quedó muerto súbitamente.
Al verdugo que dio muerte - a San Albano, - protomártir de Gran Bretaña, -
cuando todavía - se hallaba junto - al cadáver del Santo - por justo juicio de Dios - se le
saltaron los ojos de sus órbitas - y cayeron al suelo - cerca del cuerpo del mártir.

Léase como de costumbre.

−76−
Tarde

Ejercicio de palabras con explosivas sencillas y dobles

Patético, patente, patidifuso - patraña, patrañero, patriarcal - patricio, patricidio,


patriarcado - patriotismo, patrocinio, patriótico - patrimonio, patrimonial, patrimonialidad
- patronato, patronazgo, patronímico - pedestre, pedestal, pedernal - pedante, pedan-
tesco, pedantería - placentero, placentuela, plácido - planteamiento, plantígrado,
plantificar - planimetría, planimétrico, planímetro - platinotipia, platinoide, platinífero -
pleito, pleitista, pleitoso - plebiscito, plebiscitario, plebeyo - plétora, pleonasmo, plexí-
metro - plomizo, plenario, plumígero - plural, pluralizar, pluscuamperfecto - prepotente,
prepósito, prepositivo - premostratense, premiosamente, premiativo - presupuestar,
presupuesto, presuntuosidad - prestatario, prestidigitador, prestigioso - prodómico,
productividad, protutor.

Léase como los anteriores.

Lectura expresiva y lenta

Debemos tener - devoción - al ángel de la guarda. - San Juan Bosco - oyó un día
- a unos albañiles - una canción - profana muy bella. - Tanto le gustó - la música - que
al momento - sacó su cuaderno - rayó un pentagrama - y apuntó las notas - para
retenerlas. - Después rogó - a Silvio Pellico - autor de AMis prisiones@ - y maravilloso
escritor, - que compusiese - una poesía en honor - del ángel de la guarda, - capaz de
adaptarse - a aquella música. - Pellico compuso entonces - los deliciosos versos -
AAngelito de mi Dios@, - que pronto - aprendieron los muchachos - de Don Bosco - y
que todavía se canta - en los colegios salesianos. - San Isidro Labrador - se entretenía
todas las mañanas - en oír misa. - Su amo quiso sorprenderle - y vio que dos ángeles -
guiaban los bueyes - supliendo al santo.

Léase como de costumbre.

−77−
Día 24

Mañana

Ejercicio de palabras con consonante explosiva doble y sencilla

Cantabria, cantábrico, cantabrana - caníbal, canícula, cangrejo - cantimplora, cantilena,


cantonalismo - capitolio, capitel, capitalista - carpeta, carpetazo, carpintería - cartográfi-
co, cartografía, cartógrafo - cascapiñones, cascajares, cascabelero - clamoroso,
clamoreo, clandestino - claustro, claustral, claustrillo - climatérico, climatológico,
climatología - Clotario, Clotilde, clorcer - clister, clistelería, clistel - Clodomiro, Clodoveo,
clorato - clerical, clericato, clericatura - cronológico, cronología, cronologista - crustáceo,
crucífero, cruórico - cruento, cruentamente, cruelmente - croqueta, croquis, cretona -
cromolitografía, cromolitográfico, cromolitógrafo - criticastro, criticón, criticismo -
cromático, cromatismo, cromosfera - cristalográfico, cristalografía, cristal.

Lectura lenta y expresiva

Diderot, filósofo librepensador, - uno de los grandes - enemigos de la Iglesia - en


el siglo dieciocho, - fue sorprendido por la visita - de un amigo suyo, - Beauze, - cuando
tomaba a su hija - lección de catecismo. - A la sorpresa del visitante, - Diderot -
respondió sonriente: - El primer conocimiento - esencial de la juventud - debe ser - la
religión. - La religión debe, pues, - ser la lección primera - y la lección de todos los días.
- Mucho he buscado - para encontrar libros - donde enseñar - a mi hija querida - y no
encontré ninguno mejor - que el Catecismo. - Lo encuentro - el mejor tratado - de
pedagogía. - )Qué fundamento más sólido - puedo dar - a la instrucción de mi hija? -
Papini enseñaba - el Catecismo a sus hijos - antes de convertirse, - cuando era
incrédulo - y furioso anticatólico. - Quizás se deba - a la consideración de las verdades -
que enseñaba a sus hijos, - su propia conversión.

Tarde

Ejercicio de palabras con consonantes explosivas, dobles y sencillas

Tartáreo, tartárico, Tartaria - tartera, tártrico, tartesio - tataranieto, tatarabuelo, tatara-


deudo - tauromáquico, taurología, tauromaquia - teléfono, telefonía, telefonema -
teleología, teleólogo, telemétrico - telepático, telepatía, telegráfico - tempestivo,
tempestuoso, tempestad - tetraedro, tetraédrico, tetracordio - testificativo, testimonio,

−78−
testarudo - tetragrama, tetralogía, tetrágono - tetrarquía, tetrasílaba, tétrico - transfor-
mativo, trasfretano, tránsfuga - traspositar, traspuesto, trasterminante - transcrito,
transcripción, transcurso - translaticio, tramitivo, transitorio - tremendamente, tremedal,
trémulo - tremendo, tremebundo, tricentenario - tremolante, trepidante, trepatroncos -
tresillista, trespaderne, trepanación - tributo, tributar, tributante.

Lectura muy expresiva y natural

La felicidad no está - en las riquezas. - Rockefeller, - dueño de cuatrocientos -


millones de dólares, - ha dicho, - hablando de los ricos: - Este gente )qué son? - No
son sino máquinas. - No tienen derecho - a llamarse hombres. - Conozco bien - a esa
sociedad - que se llama - aristocracia del dinero. - He combatido con ellos - y contra
ellos. - Todos en el fondo - son esclavos - de un egoísmo - que pasa todo límite. - No
conocen ningún respeto - y se arrojan hasta - sobre los cadáveres. - Es una verdad -
que los ricos - han avocado mucha gente - a la muerte. - Yo mismo no he sido - distinto
de ellos - y me arrepiento - de lo más íntimo de mi corazón - de toda mi vida pasada. -
Creí que amontonar dinero - y adquirir influencia - daría satisfacción - a la vida terrena; -
mas hoy debo confesar - que ninguno de esos triunfos, - aunque fuese el mayor, - da
satisfacción verdadera. - Todo es vacío - inútil, infeliz.

−79−
Día 25

Mañana

Ejercicio de palabras con consonante explosiva doble y sencilla

Decámetro, decálogo, decamétrico - debatir, debelador, debelar - decrépito, decrepitan-


te, decretista - decuplicar, décuplo, decretorio . declaratorio, declamatorio, declinatorio -
delineante, delincuente, delinquimiento - demagogo, demagógico, demandar - demó-
crata, democracia, democráticamente - dignatario, digladiar, dilapidar - difamatorio,
disidente, digestivo - empedrado, dragado, dragón - dragar, drago, dragonear - druidis-
mo, drupa, drupáceo - druídico, druida, drope - dromedario, droguería, dropacismo -
droguista, droguero, droga - drogado, drástico, drenaje - dramaturgia, dramaturgo,
dramatizar - dramática, dramáticamente, drama - dualidad, dualismo, dubiedad -
duplicado, duplicación, duodecágono - duodeno, duodenal - duodécuplo.

Lectura expresiva y natural

(Cuánto vale un alma! - Dice Santa Teresa: - No hallo yo cosa - con qué compa-
rar - la gran hermosura de un alma - y su gran capacidad. - Y verdaderamente - apenas
deben llegar - nuestros entendimientos - por agudos que fuesen - a comprenderlas; -
así como no pueden - llegar a considerar a Dios, - pues Él mismo - dice que nos crió - a
su imagen y semejanza, - para que apenas - podamos entender - la gran dignidad y
hermosura del alma. - No es pequeña lástima y confusión - que por nuestra culpa- no
entendamos a nosotros mismos - ni sepamos qué somos. - Qué bienes puede haber -
en esta alma - o quien está dentro - en esta alma - o el gran valor de ella - pocas veces
lo consideramos; y así se tiene - en tan poco procurar - con todo cuidado - conservar
toda su hermosura. - Todo se nos va - en la grosería - de estos cuerpos.

Tarde

Ejercicio de palabras con consonante explosiva doble y sencilla

Galactóforo, galactómetro, galactita - galardón, galardonear, galardonador - Galdácano,


galeno, galvanoplastia - gallipavo, gallineta, gallipienzo - Guipúzcoa, guipuzcoano,
guirlache - guillotina, guillotinar, guindaleta - gramático, gramatiquería, gramatical -
grafómetro, grafito, gráfico - granito, granilloso, granívoro - grandilocuencia, grandilo-
cuente, grandificencia - gratificador, gratificación, gratificar - gratulatorio, gratulación,

−80−
gratuitamente - grecolatino, gregoriano, grecorromano - glacial, glacialmente, gladiador
- gladiatorio, glandífero, glandígero - glicerina, gliconio, globuloso - glutinoso, glutinosi-
dad, gluten - glotón, glotonear, glotonamente - glorificante, glorificador, gloriosamente.

Lectura lenta y natural

Jesucristo es - el centro de la historia. - Dijo Lacordaire: - Jesucristo se nos


muestra - el móvil de lo pasado - así como el móvil - de lo futuro, - el alma de los
tiempos - anteriores a Él - y el alma de los tiempos - que le sean posteriores. - Se nos
muestra - en sus antepasados - apoyado en el pueblo judío, - que es el monumento -
social y religioso - más grande de los tiempos antiguos, - y en su posteridad, - apoyado
en la Iglesia Católica, - que es la obra social y religiosa - más grande de los tiempos
nuevos. - Napoleón se puso a comparar - a Jesucristo con los grandes hombres - de la
historia - y consigo mismo. - Hizo notar las diferencias - características que dan - que
dan a Jesucristo - un puesto distinguido - entre los hombres; - y después de un torrente
- de elocuencia - terminó: Creedme, - conozco a los hombres - y Jesucristo no era
solamente hombre.

−81−
Día 26

Mañana

Ejercicio de palabras que llevan consonante soplada doble y sencilla

Facistol, facistoles, factible - factura, facturar, factótum - facultativo, facultar, facultativa-


mente - fachendear, fachendoso, fachenda - faldistorio, falconete, falsete - factoría,
faltriquera, fanático - febrífugo, febrero, federativo - fertilizante, ferventísimo - ferretería -
flobotonía, flebotoniano, flautista - flotante, flotamiento, flotadura - florescencia,
floretista, florestero - fluctuante, fluctuación, fluctuar - fluorhidrato, fluorhídrico, fluoruro -
fletante, fletamento, flotador - fratricidio, fraterno, fraudulento - frenético, frecuente,
frecuentativo - fricativo, frígido, friolento - frotadura, frotante, frotación - fructífero,
fructificador, fructificación - frumenticio, frumentario, fruncimiento - frustración, frustrá-
neo, fruitivo.

Lectura expresiva y natural

Debemos - obedecer al Papa. - A San Ignacio de Loyola - el convertido Papini -


llama el santo más católico - de la Iglesia Romana. - Y el protestante Adolfo Harnack, -
lo califica de gigante, - que sostuvo con sus brazos - los muros del Pontificado - y de la
Iglesia Romana, - amenazados de ruina - a los golpes de la reforma luterana. - Pues
bien, con ocasión - de una grave disidencia - entre las cortes de Roma y Lisboa, - San
Ignacio escribía una carta - al Padre Simón Rodríguez, - confesor del rey, - Don Juan
Tercero, - para que el Padre - la pusiera en manos del rey. - En su misiva - Loyola
cuenta - al rey portugués - esta anécdota: - El Cardenal de Burgos - oyó decir - que el
rey de Portugal - se resistía - a la obediencia al Papa. - Y el buen cardenal - respondió
con mucho ánimo: - Aunque el Papa pisase con sus pies - al rey de Portugal, - éste
jamás se saldría - de su obediencia; - no es como el rey de Inglaterra.

Tarde

Ejercicio de números

El tres y el cuatro, el treinta y el setenta son de difícil pronunciación para los


tartamudos.

Tres, cuatro, trece y catorce - veintitrés, veinticuatro y treinta - treinta y tres y

−82−
treinta y cuatro - treinta y siete, cuarenta y tres y cuarenta y cuatro - cincuenta y tres,
cincuenta y cuatro y cincuenta y siete - sesenta y tres, sesenta y cuatro y sesenta y
siete - setenta y tres, setenta y cuatro y setenta y siete - ochenta y tres, ochenta y
cuatro y ochenta y siete - noventa y tres, noventa y cuatro y noventa y siete - ciento
tres, ciento cuatro y ciento siete - trescientos tres y trescientos cuatro - trescientos
trece, trescientos catorce y trescientos treinta y tres - tres mil tres, tres mil, tres mil
cuatro - trescientos trece mil, trescientos catorce mil - trescientos treinta y tres mil,
trescientos cuarenta y cuatro mil.

Dedíquense veinticinco minutos a pronunciar cifras difíciles.

Lectura expresiva y lenta

El hombre debe buscar - la verdadera felicidad, - dice Menéndez Pelayo. -


Busquemos nuestra dulce patria - como la fuente de donde procedemos. - No habemos
menester - ni caballos ni naves - para este viaje, - sino cerrar los ojos corporales - y
abrir aquellos otros - que todos poseen - y muy pocos usan. - El Santo Cura de Ars, -
oyendo cantar - un día en el patio de su casa - a unas avecillas, - levantó los ojos al
cielo - y exclamó: (Pobres avecillas! - Vosotros habéis sido - creadas para cantar - y
cantáis. - El hombre ha sido creado - para amar a Dios - y no le ama. - (Qué dolor! -
Una pobre leprosa - repartía el pan - a tres cieguecitas, - también leprosas, - que la
llamaban madre, - y decía: Soy feliz. - Valgo poco, - pero valgo al menos - para dar de
comer - a estas tres cieguecitas - que me lo agradecen. - No me cambio - ni por la reina
de España.

−83−
Día 27

Mañana

Ejercicio de preguntas

Muy conveniente para el tartamudo, a quien le cuesta mucho, de ordinario,


preguntar.

)Conoces Londres? - )Y Paris? - )La Costa Azul? - )Y Roma? - )Qué me dices


de cada una? - )No son bellas - perlas de Europa? - )Cuántos días hacen falta - para
conocer - esas importantes ciudades? - )Bastaría un mes para conocer lo más princi-
pal? - )Qué te gusta más? - )El arte? - )La antigüedad? - )La historia? - )Conoces las
obras - de Miguel Ángel? - )Y las de Rafael? - )Qué dices de Leonardo de Vinci? -
)Has visitado Madrid? - )No es también - una de las bellas ciudades de Europa? -
)Viste el Museo del Prado? - )Qué opinas de Velázquez? - )Y del Greco? - )Qué me
dices de Goya? - )Has visto la Dama de Elche? - )Has visto la Puerta del Sol? - )Y la
calle de Alcalá?

Lectura lenta y expresiva

Elogios de la lengua española, por Castelar. - Sobre todas nuestras creaciones -


se levanta la creación por excelencia - del ingenio español, - se levanta nuestra lengua;
- de varias y entrelazadas raíces, - de múltiples y acordes sonidos; - de onomatopeyas
tan musicales - que abren el sentir - a la adivinación de las palabras - antes de saber-
las. - Dulce como la melodía - más suave y retumbante - como el trueno - más atrona-
dor: - enfática - hasta el punto de que - sólo en ella - pueden hablarse dignamente - las
cosas sobrenaturales, - y familiar - hasta el punto de que - ninguna otra - le ha sacado
ventaja - en lo gracioso - y en lo picaresco; - tan proporcionada - en la distribución de
las vocales - y consonantes - que no ha menester - ni los ahuecamientos de voz - de los
pueblos del Mediodía, - ni los redobles - de pronunciación exigidos - a los labios del
Norte.

−84−
Tarde

Ejercicio de frases admirativas

que suelen excitar al tartamudo. Es conveniente hacerlo con suavidad.

(La gloria del cielo - nuestro final destino, - es una felicidad absoluta! - Su
consecución - merece todos nuestros esfuerzos, - todas nuestras fatigas, - sangre de
las venas, - sangre del alma, - si es lícito decirlo así. - )Por qué esta gloria eterna -
merece tanto sacrificio? - (Ah! - (Sencillamente porque - más se sacrificó - por
dárnosla - nuestro gloriosísimo Capitán! - (Por la gloria de su Padre, - la suya propia - y
la de sus elegidos - aceptó pacientemente - lágrimas, gemidos, - agonías, - azotes,
salivas, bofetadas, - hiel, cruz y lanza - y todo lo que se le hizo - al gran Mártir - de
todos los siglos! - (Oh Jesús! - (Cuánto pesa el oro infinito - de tus méritos de
Redentor!

Lectura lenta y expresiva

Le lengua castellana - es libre en su sintaxis, - de tantas combinaciones - que


cada autor - puede procurarse - un estilo propio y original - sin daño al conjunto. - Única
en su formación, - pues sobre un fondo latino - y las ramificaciones - celtas e iberas - ha
puesto el germano - algunas de sus voces, - el griego algunos - de sus esmaltes, - y el
hebreo y el árabe - tales alicatados y guirnaldas - que la hacen, - sin duda alguna, - la
lengua más propia - tanto para lo natural - como para lo religioso. - La lengua que más
se presta - a los varios tonos y matices - de la elocuencia moderna. - La lengua que
posee - mayor copia de palabras - con que responder - a la copia de ideas. - Verbo de
un espíritu, - que si ha resplandecido - en lo pasado, - resplandecerá - luz más clara en
lo futuro.

−85−
Día 28

Damos fin a los ejercicios de lenguaje. Cada día has debido consagrar al menos
dos horas a ellos, y mejor dos y media.

Tienen mucha importancia, a no dudarlo, porque son el entrenamiento para


hablar. Sin embargo, su utilidad evidente puede malograrse, si al hablar olvidas las
reglas que en los mismos se aplican.

(Qué bien hablarás a estas alturas si has practicado los ejercicios con habilidad
y has hablado con calma e inspirando! Ahora te queda otra labor: la de consolidar el
nuevo modo de hablar. Hay que evitar la recaída.

Ya sabes lo que dicen algunos, que parecen desean no nos corrijamos: que para
qué nos molestamos en buscar la normalidad; que es inútil; que así como otros nacen
cojos o tuertos y así viven y mueren, nosotros padeceremos la anomalía de la palabra
mientras vivamos. A lo más que nos conceden es que podamos hablar bien un tiempo
breve después de mucho trabajo; pero que después de corto plazo volveremos a
nuestra habitual dificultad para hablar.

)Qué debemos pensar de esta teoría? Que es una falsedad feroz y que de-
muestra firme ignorancia sobre la materia.

Es verdad que, después de la corrección, queda una gran propensión a hablar


como antes. Cosa muy natural, por otra parte. Así como el fumador que deja el cigarro
o el bebedor que abandona el alcohol, sienten después deseos fuertes de repetir sus
antiguas costumbres, así el tartamudo, que habló atropellando las palabras, experimen-
tará durante cierto tiempo su tendencia a obrar como antes.

Esto explica que algunos alumnos que se corrigieron perfectamente y hablaron


normalmente algunos meses, después sean tartamudos como antes o poco menos.
)Quieres evitar todo peligro de recaída? Indudablemente. Pues procede con prudencia.
No hables de prisa hasta no estar muy seguro. Esto puede exigir seis o más meses
según los casos. Ni omitas las respiración.

Si tal haces, cuanto más vivas más seguro estarás para hablar. Te lo dice quien
lo lleva experimentado mucho tiempo en sí mismo y en los demás. Es muy difícil que tu
defecto haya sido más grave que el mío, que algún tiempo antes de corregirme, me
hacía poco menos que mundo. Sin embargo, después he podido cumplir mis obligacio-

−86−
nes pastorales y de profesor con toda facilidad.

Más vale que sea exagerado en cumplir el plazo de tiempo hablando con
tranquilidad, que no te adelantes y eches a volar antes de salirte las alas. Hablando con
naturalidad y calma )qué inconveniente hay en perseverar el tiempo suficiente para que
se logre seguridad plena y así sea punto menos que imposible la recaída? Un poquito
de cuidado durante una temporada te pone a salvo de todo riesgo.

Cuando la nueva costumbre de hablar sin tropezar y con precisión se haya


hecho muy firme y las normas sabidas las cumplas por la fuerza del hábito sin tener que
preocuparte, y la palabra salga sin miedo (todo lo cual puede alcanzarse en no mucho
tiempo), podrás decir ya que estás plenamente recuperado, y es seguro que no
volverás a hablar mal por muchos años que vivas.

−87−
Día 29

Antes de terminar el mes de ejercicios de pronunciación, vamos a tratar un punto


de capital importancia. Me refiero a las fobias verbales, que representan un gran escollo
para la corrección de muchos.

Son ese miedo terrible, absurdo, a pronunciar una letra determinada, por
ejemplo, la p o la k, o una sílaba o todo un párrafo. Al llegar una de esas letras temidas,
el alumno se desconcierta, pierde la serenidad de tal manera que va a la deriva, a lo
que salga, y sale muchas veces un fracaso rotundo.

Parece inútil que se den reglas al alumno. Él contesta: Sí, las quiero aplicar, pero
no puedo. Hay algo superior a mí que no me deja articular en esa ocasión.

Y no se vaya a creer que es un caso aislado. En personas mayores es muy


repetido.

Un alumno de Bilbao me decía: AEstoy bien corregido excepto para pronunciar la


palabra tres: ese número me descompone@. )Qué hacer para quitar tanto miedo?

Otro de Lérida manifestaba que era útil para todo, menos para rezar el Padre-
nuestro en público. Unas palabras de esa oración se le hacían imposibles.

Es natural que las letras más difíciles hagan tropezar más. Y que después del
fracaso, el alumno reflexione sobre él y sus circunstancias. Como muchas veces le da
importancia exagerada, se siente muy humillado y tiene pánico a que se repita el
bochorno. Y apenas apunta la probabilidad, se excita tremendamente. El que lo pasa,
se cuenta perfecta de lo que digo.

)Qué aconsejaremos a los fóbicos verbales? Que por difícil que parezca vencer
ese gran miedo, es posible siempre. Hay que tomar todas las precauciones que eviten
el patinazo. Cuando llega la letra o palabra temida, deténgase a inspirar suave y
profundamente y después trata de pronunciar tranquilamente dicha letra, deteniéndose
en todas las vocales y más en la primera.

Si el temor es muy grade, es más que probable que se fracase, a pesar de las
medidas tomadas. No hay que acobardarse por eso. Debemos ir a la lucha contando
con algunas derrotas. Venceremos totalmente si insistimos con tenacidad en querer
pronunciar a la perfección las palabras que nos asustan. Procúrese además no dar
proporciones exageradas al fracaso. Así el pánico aumentaría. Váyase a la pelea con la

−88−
esperanza de vencer en poco tiempo, y mejor diríamos, con seguridad completa.
He conocido un alumno que no podía decir las palabras Christi Filii tui de la
oración Gratiam tuam. Tenía que pasarlas por alto porque se le hacían imposibles. Pero
era tenaz. Y cuanto más fracasaba, más deseo tener de vencer. Estuvo luchando
durante dos meses. Después se recreaba en decir las fatídicas palabras que le hacían
tropezar.

Si a las reglas apuntadas añadimos alguna de orden psicológico, será más fácil
triunfar. Puedes pensar: AEsto es fácil para mí. Yo venceré. Si tengo algún tropiezo,
poco importa. Me creo capaz de superar mayores dificultades que la presente. Llegaré
pronto a desenvolverme con tranquilidad y dominio completo. Pase lo que pase, he de
triunfar@.

Conjugadas unas y otras reglas, forzosamente han de dar un resultado satisfac-


torio, perseverando en su aplicación. Aquel miedo ridículo debe desaparecer y dar paso
a la seguridad completa de poder pronunciar cualquier frase por difícil que ella parezca.

−89−
Día 30

Deseo asegurar en ti la corrección más completa y no acierto a dejarte solo por


temor a que te extravíes en este áspero camino. Por eso voy a trazarte las últimas
normas.

)Cuánto tiempo es necesario practicar los ejercicios de vocalización y articula-


ción? En estas cosas psíquicas no se puede precisar matemáticamente. Por regla
general, tres meses de ejercicios suelen ser suficientes. Sin embargo, ningún daño
hace continuar más tiempo y te dará mayor facilidad y seguridad. Hay alumnos que
llevan años practicando una hora diaria estos ejercicios a pesar de sentirse dueños de
sí mismos. Más prudente es excederse en practicar que no quedarse cortos.

)Y la lentitud en el hablar cuánto ha de durar? Son los casos tan distintos unos
de otros que lo que para unos puede resultar exagerado, para otros sea muy poco. En
términos generales se puede decir que un plaza de seis meses es el término medio.
Los muy graves necesitarán, sin duda, más tiempo. Un año bien cumplido y observado
sin excepciones bastará para vender aun en los más difíciles. Alguno, por excepción,
necesitará más tiempo aún. También se han dado ejemplos que han hablado despacio
unos días, ocho o quince a los más, y se han corregido completamente. Pero no te
aconsejo que tomes a estos últimos por modelo, aunque tu defecto sea levísimo. Más
vale asegurar firmemente tu corrección que dejarla a la ventura. No juegues con tu
lengua, que puedes perder.

)Y el cuidado de inspirar antes de hablar? Es tan necesario en los casos fuertes


que nunca será exagerado encarecerlo. Y es tan fácil olvidarlo que pocos son los que
lo aplican siempre. Si durante un mes se inspirase todas las veces que se habla, se
contraería la costumbre y ya no sería necesario preocuparse de esta necesidad. Sin
embargo, sucede de ordinario que se omite muchas veces, aun por los alumnos que
tienen gran empeño de corregirse. Por eso te recomiendo que continúes atendiendo a
la inspiración mucho tiempo, aunque sea un año y más, si hace falta.

)Qué haremos uno de esos días aciagos, que parece que todo nos sale mal, que
no damos una en el clavo, que tropezamos a cada instante, a pesar de querer aplicar
reglas? Es otra de las grandes dificultades que puedes encontrar. Y te prevengo contra
ella. No te descorazones. No lo eches todo a rodar creyendo que para ti ya no hay
remedio. Cuanto antes has de reaccionar contra el desaliento, tan humano, por otra
parte.

−90−
Necesitas perseverar en la aplicación de esas reglas tan sabidas. Hay que tener
entereza y persistir, que es la manera de superar la presente dificultad y las que pueden
venir. Mucho ánimo y no dar entrada al desaliento, pase lo que pase. Así no hay motivo
de preocupación. Si hoy nos cuesta mucho dominarnos, mañana será menos, y más
adelante será fácil. La victoria está a las puertas. Todo lo vence un empeño tenaz. Hay
que mantener firme la resolución de triunfar hasta el fin. Que nos aliente y estimule la
seguridad de vencer.

Todo tartamudo que ha sido perseverante en el cumplimiento de las reglas, ha


cantado victoria.

No creamos que somos especiales y en nosotros no va a tener aplicación ni


eficiencia el método que ha salvado a infinidad que se encontraban igual o peor que
nosotros.

−91−
Capítulo XIII

Hipnotismo

Es muy fácil que hayas leído u oído que el tartamudeo desaparece con el
hipnotismo. Diversos libros cruzan el mundo pregonando la utilidad del hipnotismo para
los tartamudos. Constantemente se aplica por especialistas esa panacea que tanto da
que hablar. )Qué diremos de su influjo sobre el tartamudeo?

Mientras dura el efecto o acción de ese fenómeno, el tartamudo habla perfecta-


mente. Después de una o varias sesiones de hipnotismo sale el tartamudo tan renovado
que asombra contemplar tal transformación en tan poco tiempo. Si persistiese mucho
tiempo o toda la vida su influjo, no dudaríamos en recomendarlo, a pesar de los
inconvenientes que acarrea. Desgraciadamente se evapora pronto su influencia y el
tartamudo vuelve a tartamudear como antes.

Un párroco de un pueblo de la provincia de Valladolid contaba lo que a él le


había hecho el hipnotismo. Fue sometido a este tratamiento en Valladolid durante una
semana con éxito rotundo. Regresó a su pueblo esperanzado y feliz. Habló perfecta-
mente durante ocho días. A los quince reaparecía en parte su defecto. Y al mes estaba
como antes, si acaso un poco peor.

Una señora de Madrid, deseosa de hablar bien, acudió a todos los medios, entre
ellos a sesiones de hipnotismo. Vio que alguna de sus compañeras, durante unos días
al menos, ya no tropezaban; pero ella nada bueno sacó de ese procedimiento, que, por
lo demás, es tan cómodo para el paciente.

Al margen de la eficacia que pueda tener el hipnotismo para eliminar el tartamu-


deo, se ha de reprobar por perturbar intensamente el sistema nervioso. Esto parece tan
cierto que apenas hay quien lo niegue. Y no necesita el tartamudo excitar más sus
nervios, tan averiados. Hay que buscar precisamente todo cuanto modere su impresio-
nabilidad.

Dejémonos de ensayos, que ha traído fracasos ininterrumpidos hasta el presen-


te, y sigamos la senda segura de la ortofonía, que jamás se ha visto que produzca
ningún daño al sistema nervioso y es irrefutable su acción bienhechora.

El hipnotismo es arma de dos filos, que puede volverse contra el que la emplea,
con notorio perjuicio. Mientras no avance más o se emplee con mayores resultados que
hasta ahora, lo prudente será prescindir de él. Es una lástima que así sea porque exige
poco sacrificio al paciente y es relativamente fácil su aplicación por parte del hipnotiza-
dor. En cambio, los procedimientos ortofónicos (no podemos evitarlo) suponen trabajo
constante, cuidado y gran interés en el alumno; cualidades que no abundan, desgracia-

−92−
damente.

Alguno de mis alumnos, al ver lo que le costaba y los procedimientos que


empleamos, me decía porfiadamente: A(Hipnotíceme usted! Se lo pido muy de veras.
(Qué fácil resulta sentarse a seguir las indicaciones del hipnotizador, pasar algún
tiempo durmiendo y despertar hablando normalmente!@ Y me daban tentaciones de
hacerle caso, pero nunca me presté, convencido de los peligros que ofrece y de los
insignificantes resultados que se obtienen.

Parece lo más prudente y lógico seguir las huellas de los que han vencido su
defecto que no imitar a los que poco o nada consiguieron.

−93−
Capítulo XIV

Sugestión

)Qué influencia ejerce la sugestión sobre el tartamudo? Tan grande que ha


podido decir Paul Jagot que basta un ejercicio sugestivo para dejar de ser tartamudo. Y
lo puede afirmar sin temor a ser desmentido.

La dificultad está, a mi entender, en aplicar bien la fuerza enorme de la sugestión


el tiempo necesario. Es incuestionable el poder de la sugestión y es evidente que el
tartamudo es sugestionable como pocos. Y, sin embargo, apenas se da un caso de un
defectuoso que se haya corregido sólo por la sugestión.

Un alumno de Pamplona contaba que había intentado borrar su defecto por


sugestión. Todos los días dedicaba al menos una hora a practicar un ejercicio sugesti-
vo. Tuvo paciencia para continuar durante tres años. Y a pesar de todo, sacó poco
provecho. Algunos días llegó a hablar bien, para volver a tropezar al siguiente día. Y al
fin se sometió a un tratamiento ortofónico, logrando más en un mes por este procedi-
miento que en tres años de sugestión.

La explicación de tan pequeño fruto de la sugestión está en que no se emplea


adecuadamente, dejando, después del ejercicio de sugestión, que penetren en la
subconsciencia idea opuestas a las que se ha intentado introducir en la sugestión. Y así
perdemos el tiempo, tejiendo y destejiendo, o se avanza a paso tan lento que es capaz
de cansar a cualquiera que no sea un héroe.

Más recomendable es unir la sugestión a un método ortofónico, y así el aprove-


chamiento crece a marchas forzadas. Uno de los ejercicios puede ser alguna sesión de
sugestión o autosugestión.

Pero no se olvide que la sugestión puede producir exactamente los efectos


contrarios a los que se buscan si no se ejerce con la competencia y preparación que
requiere. No hablo por apriorismo. He conocido casos en los que se ha cumplido al pie
de la letra esa advertencia.

El principio de sugestión que más conviene aplicar en nuestro caso es el que los
psicólogos llaman el segundo. Y lo expresan así: ATodo pensamiento que no es
recordado, tiende a perder su claridad y a desaparecer, y con él las sensaciones,
movimientos y actividades que provoca@.

Este ejercicio es de utilidad inmediata. Se ha de procurar olvidar en lo posible el


defecto, no dejando entrar ni permanecer en el espíritu la idea del tartamudeo. Se me
dirá que es difícil conseguir esto cuando a todas horas nos está viniendo su recuerdo,

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aun contra nuestra voluntad.

Con todo, se puede ahuyentar el recuerdo del tartamudeo pensando en otra


cosa, porque dos pensamientos no caben a la vez en nuestro cerebro. Si ocupamos
completamente nuestro espíritu con otra idea distinta del tartamudeo, ya estamos
olvidando nuestro defecto. Y comienza la facilidad de hablar.

Este ejercicio supone dominar la atención para fijarla en una sensación o idea
diferente. El que pueda manejar la atención a su gusto unos momentos. con facilidad
sacará gran provecho de este ejercicio.

Trata de olvidar cuanto puedas tu defecto. Desvía tu pensamiento a otro objeto


cuando te asalte su recuerdo. Aplica el tratamiento ortofónico que arriba te explané, y
ayúdate para acelerar sus resultados de la eficacia de este principio de sugestión,
procurando tenerlo muy presente una temporada, hasta que se haya borrado de tu
memoria tu dificultad para hablar.

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Capítulo XV

Mayor aprovechamiento de la sugestión

Vamos a servirnos de la sugestión para corregirnos, sacando de ella la mayor


utilidad. Además del principio enunciado en el capítulo anterior, podemos aplicar
también el primer principio, que es fundamental y que se expresa en estas palabras:
AToda idea o pensamiento que ocupa con frecuencia nuestro espíritu tiene tendencia a
transformarse en acto, despertando al mismo tiempo sensaciones, movimientos y
recuerdos, que están íntimamente ligados con él@.

Fíjate cuánto bien podemos reportar de esta verdad. Nos conviene, por tanto,
llenar nuestra memoria, nuestro espíritu, del pensamiento de nuestra posibilidad de
hablar normalmente, de que somos, ni más ni menos, como los demás. Y este pensa-
miento dejará sentir pronto sus efectos en la lengua.

La idea es la fuerza del hombre, la única potencia que posee para obrar sobre sí
mismo y sobre su cuerpo. El solo hecho de aparecer una idea en la esfera mental
provoca al instante tendencias en relación con ella.

Supongamos la idea de miedo. Baste con que penetre en la mente la idea de


miedo, e inmediatamente se producirán sensaciones propias del mismo: aceleración del
pulso, sudores, temblor, opresión, agitación, etc. Y persistirán tales fenómenos mientras
perdure la idea. )Por qué no valernos de la fuerza de la idea para corregirnos más
fácilmente?

Antes de que te dediques a aplicar en ti un ejercicio de sugestión, necesitas


ejercitarte durante unos diez días en prácticas de atención, relajación muscular y
representación mental. Así el rendimiento será grande desde el primer momento.

La práctica de la sugestión puede hacerse de la siguiente manera, que es muy


sencilla. Tres veces al día, a la mañana, al mediodía y a la noche, con los ojos cerrados,
se abandona el cuerpo completamente, como si se intentara dormir, procurando la
mayor inmovilidad de todo el cuerpo. Luego se repite muy despacio, sonriendo, la frase
siguiente, unas cien veces: APuedo hablar perfectamente. Tan bien como el que mejor.
Para mí hablar es facilísimo@.

Esta autosugestión, practicada con constancia durante cierto tiempo, es suficien-


te para actuar sobre la subconsciencia, ayudándonos mucho a lograr la corrección.
Antes del ejercicio de autosugestión se hará algún ensayo de atención, sujetándola
durante tres minutos y obligándola a detenerse en una sola cosa.

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Aun será mayor el beneficio que obtengamos de la sugestión si combinamos los
dos principios susodichos. Por un lado, tratamos de no tolerar la entrada en nuestro
cerebro del recuerdo de nuestra anormalidad. Y por otro, asentamos firmemente en
nuestro interior la persuasión de que somos normales, perfectos y completos, como la
generalidad de los mortales. Por este último, la idea de nuestra posibilidad de hablar
correctamente persistirá en la esfera mental y provocará lógicamente una mayor
facilidad para hablar. Por el primero, no se permite que la idea nociva de nuestra tara
ocupe en ningún momento nuestra mente. de ahí vendrá el predominio de aquella idea
de nuestra seguridad en el hablar y su realización inmediata.

Si quieres beneficiarte de estas leyes psicológicas, aplícalas con tranquilidad,


poniendo en primer lugar el método ortofónico, cuyos resultados son casi instantáneos,
duraderos y fáciles relativamente de conseguir.

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Capítulo XVI

La imaginación sugestiva

Otro ejercicio de sugestión es el de la imaginación. Resulta facilísimo y altamente


eficaz.

Imaginación es la facultad del espíritu que representa la figura de las cosas como
si las viéramos en nuestro interior. Para poder realizar efectivamente este ejercicio es
necesario conocer y practicar la relajación muscular, que equivale a descanso, dejadez,
aflojamiento.

Para realizar bien la relajación muscular, el paciente se echará de espaldas en la


cama o diván, con la mayor comodidad y cerrados los ojos; procurará que cada una de
las partes de su cuerpo quede completamente inmóvil. Y no intentará el más pequeño
movimiento de ninguna parte de su cuerpo durante un tiempo, que al principio puede
ser de un minuto, aumentando hasta llegar al cuarto de hora. El cuerpo irá quedando en
el mayor descanso. Con práctica en estos ejercicios se llega a no pensar en nada, a no
sentir el cuerpo, como si fuese un cadáver.

La relajación muscular encierra por sí sola el reposo nervioso muscular y


orgánico, tan conveniente a los muy nerviosos, como son los tartamudos.

Una vez lograda cierta facilidad en la relajación muscular, es llegado el momento


de realizar el ejercicio de imaginación, que se verifica del modo siguiente:

Puesto en relajación muscular y conservando el estado de somnolencia que


produce, se procura creer, imaginar o representar tal como se quisiera ser y estar, que
en nuestro caso es sentirse feliz, hablando maravillosamente en todas las situaciones
que se nos presenten, aun las de mayor compromiso.

Ha de durar este ejercicio no menos de diez minutos. Y se ha de tener la


atención fija en la contemplación de tu imagen facial y total, tal como sería si hablaras
inmejorablemente.

Dale importancia a esta sugestión por imaginación, que puede ayudarte muchísi-
mo a corregirte plenamente en poco tiempo.

La imaginación es una gran fuerza. Si la cuentas como aliada de tu corrección, te


favorecerá mucho. Si es tu enemiga, conseguirá entorpecerte en tu corrección. La
imaginación es más poderosa que la idea. Es idea que h conseguido sensibilizarse en el
alma; es idea revestida y coloreada. La imaginación empuja hacia las acciones.

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Según enseña la psicología experimental, toda acción es el resultado de un
pensamiento anterior insistente y constante; y la imaginación es la que encarna el
pensamiento persistente. De ahí su gran poder, a veces irresistible.

Hay que apoderarse de la imaginación, tenerla sujeta, sometida a nuestra


voluntad, para que nos sirva a perfeccionarnos. El sistema nervioso condiciona la
actividad del hombre; el pensamiento la encauza y la imaginación la hace efectiva.

Vence en la vida quien piensa y quiere vencer. De la unión de pensamiento y


voluntad se origina el poder irresistible de la imaginación. No es que la imaginación
aporte nuevas facultades, pero aprovecha toda la fuerza de las que uno tiene. Es un
obrero que silenciosamente trabaja los pensamientos y voliciones hasta darles eficacia.

Estas conclusiones de la psicología debes tomarlas en cuenta para que tu


corrección sea más llevadera, honda y completa. Hasta es agradable el ejercicio que te
he presentado, además de ser incalculablemente eficaz. Por la imaginación descon-
trolada nos echamos a perder; en cambio, si ella está bien dirigida, podemos regenerar-
nos, recobrando la facultad de hablar.

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Capítulo XVII

Deseo y voluntad

Cuánto puede contribuir a nuestra corrección el deseo, no es fácil justipreciarlo.


Deseo es el movimiento enérgico de la voluntad hacia la posesión de un objeto.

El deseo vivo y constante de obtener una cosa con voluntad y creyendo posible
su obtención es lo que lleva al individuo y con toda la fuerza a su adquisición, sea arte,
ciencia, santidad, etc.

Tres son las actividades el espíritu para lograr todo lo que está a su alcance:
10. Desear viva, constante y ardorosamente una cosa, un fin, soñando a todas
hora en él.
20. Accionar con la voluntad los medios para lograrlo.
30. Confiar siempre y ciegamente en su consecución.

Has de procurar, por tanto, desear tu corrección vehementemente, con verdadera


ilusión, con entusiasmo desbordante. Y este deseo, que no sea flor de un día o nube de
verano. Ha de permanecer vivo y palpitante mientras no cristalice en realidad venturosa.

Puedes valerte de consideraciones y reflexiones que te hagan ver claro cuánto


importa la lengua sin trabas. Recuerda las personas que hablan expeditamente, cómo
lucen y gozan a todas horas. Y compara ese dominio que admiras, con tu inseguridad,
que te acobarda, para que anheles con furor ser uno de esos que se recrean hablando.
Así se encenderá la llama del deseo, que te lanza a conquistar ese tesoro de la palaba
fácil y segura.

Has de repetir frecuentemente: A(Deseo hablar perfectamente!@. Y lo has de


repetir con fuerza y convicción. Es de un poder maravilloso la palabra quiero, deseo. Tal
virtud tiene que hace posible lo que siempre pareció irrealizable.

)No parecía imposible atravesar los Alpes en pleno invierno, y más a un ejército
numeroso? Sin embargo, un deseo fuerte de Napoleón logró que, venciendo obstáculos
sobrehumanos, sus soldados traspusieran aquella barrera infranqueable.

)No parecía invencible el tartamudeo en tiempo de Demóstenes? Y he aquí que


su gran deseo hizo asequible lo que parecía un imposible. Cuando pronunció su primer
discurso, la multitud prorrumpió en tales burlas que tuvo que interrumpirlo sin terminarlo.
Quedó de momento abatido, pero un anciano le alentó a ejercitarse. Y desde aquel día
se dedicó con más tenacidad a conseguir ser un orador perfecto. Era el blanco de las
mofas de sus enemigos; pero él no se preocupaba. Se escondía en una gruta

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subterránea y allí se aplicaba a pronunciar perfectamente. Cuenta la historia que ponía
una piedrecita debajo de la lengua para que se moviera sin trabarse. Íbase a la orilla del
mar y gritaba con toda su alma. Sus pulmones eran débiles y los robusteció con largos
paseos al aire libre, recitando en alta voz discursos y poesías. Cuando oía discutir, se
retiraba a su aposento y sopesaba las razones de los polemizantes, y sentenciaba
quién estaba en posesión de la verdad. Un deseo ardiente y constante hizo de un
tartamudo, que no puede terminar un discurso, un orador que aún hoy admira por sus
discursos insuperables después de más de dos mil años de progreso.

)Y qué no hará en ti un deseo parecido, que a todas horas te está quemando el


alma? Ese deseo será capaz de despertar todas las fuerzas latentes de tu espíritu.

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Capítulo XVIII

Los actos conscientes

El tartamudeo es un acto inconsciente, descontrolado, que escapa a la acción de


la voluntad y, por tanto, no podemos evitar. Si llegáramos a hacerlo consciente,
hablaríamos con facilidad.

)Por qué no procurarlo con todo empeño? Nos haría muchísimo bien acostum-
brarnos a obrar conscientemente en todo momento. Y no es tan difícil. Cuestión de
cuidado, nada más. Así disminuiremos y aun lograremos suprimir el influjo del incons-
ciente, causa del tartamudeo.

Percibir ruido, olor, dureza, dándose cuenta, es acto consciente. Todas las
sensaciones pueden ser plenamente conscientes, y aun la conciencia de las mismas
puede ser fijada en la memoria.

Muchas sensaciones conscientes, no adulteradas por pensamientos extraños,


son tonificantes del sistema nervioso hasta en sus más altas sedes cerebrales. Si
sabemos recibir conscientemente las sensaciones gratas en nuestro interior, calmará
nuestros nervios la paz de la noche estrellada, la belleza de las flores, la brisa de la
mañana, el canto del pajarillo, el verdor de la pradera, los juegos de los niños.

El tartamudo es propenso a no darse cuenta de las sensaciones gratas que


recibe, porque vive en su mundo interior, lleno de preocupaciones por su lengua
defectuosa y otros motivos. Le gusta poco fijarse en el mundo exterior y, cuando lo
hace, es con pensamientos extraños, los de sus apuros, que mezcla en todas sus
acciones.

Nos vendrá bien reformar nuestra habitual manera de proceder. Y podremos


verificarlo de muchas maneras. Al andar, procuremos darnos cuenta exacta del pie que
se asienta, de la pierna que se mueve y de todo el cuerpo que se traslada. Después de
pone la atención en el ritmo respiratorio: inspiración, pausa y espiración. Cuando
miremos un objeto o paisaje, apliquemos la vista con calma, sin prisa, sin permitir que el
pensamiento se vaya a otra cosa. Al escuchar un ruido, se aplica el oído, sin raciocinar
sobre la acción, con naturalidad, siendo nosotros mero receptor. El tacto se aplica
tocando los objetos, fijándose en el frío, calor, dureza, forma, etc. Estando sentados, se
siente la silla sobre la que se descansa. Y así se van acostumbrando los sentidos a
percibir las sensaciones conscientemente.

Al cabo de unos días se nota un gran sosiego nervioso, que permite hablar
mejor, y una mayor actuación de la voluntad, que domina con más eficacia todos los

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actos.

Principalmente hemos de fijarnos en el acto de hablar: cómo entra el aire, cómo


se ensancha el pecho, cómo se mueven los labios, la lengua, la mandíbula, hasta
conseguir que estos actos sea plenamente conscientes.

Cada acción consciente nos ayuda a hablar mejor, por la repercusión que tienen
todos los actos, unos sobre otros; peo mucho más, incomparablemente más, se nos
facilita la palabra mediante la atención sobre todos los elementos de la expresión,
desde el entendimiento que produce la idea hasta los órganos fonéticos que la mani-
fiestan.

Se tiene seguridad en la palabra cuando todo obedece dócilmente a una orden


de la voluntad. Y la voluntad es tanto más poderosa sobre los actos cuanto más
conocimiento y atención se pongan en los mismos.

La irreflexión nos hace obrar como autómatas; la atención, como hombres. El


ideal será que todo cuanto realicemos, sea hecho con pleno dominio y seguridad.

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Capítulo XIX

Vivir en el presente

Es condición del tartamudo, especialmente en el aspecto del lenguaje, vivir


preocupado por los fracasos venideros y entristecido por los pasados. Y en cuanto al
presente, se olvida, en el momento de hablar, de realizarlo con la mayor perfección.

Si te examinas un poco, reconocerás conmigo que ésta es la realidad. Para


corregirte, se precisa un cambio en el modo de obrar. No pienses en tu pasado, triste y
melancólico, que nada bueno sacarás de ello.

Me ocurre con frecuencia ver a los alumnos taciturnos sin motivo inmediato. Les
he preguntado muchas veces familiarmente: )A que te adivino en qué estabas pensan-
do este rato? Se quedan sorprendidos, como el que hace algo que no quiere que se
descubra. Y al declararles que el motivo de su tristeza no podía ser otro que el recuerdo
de lo que han sufrido por no hablar bien o el temor de que no han de llegar a quitar su
defecto, ni una sola vez han dejado de manifestar que, en verdad, por eso se entriste-
cían.

Cerremos la puerta al recuerdo del pasado y estemos vigilantes para que no se


nos entrometa furtivamente. No tiene vuelta ni remedio lo que pasó, ni está en nuestra
mano lo que está por llegar. Es nuestro sólo el presente, que debemos aprovechar con
empeño de avaro. No te preocupes demasiado por el futuro.

Parece asombro, más que ridículo, lo que cuenta un alumno: ACuando tengo que
hacer una gestión en una oficina de un Ministerio, ocho días antes no puedo dormir,
pensando en el apuro que voy a pasar y lo mal que me van a salir mis asuntos@. Esto
es amargarse la vida insensatamente.

Dirás: AEs inevitable. )Qué le voy a hacer yo?@. Y te digo por experiencia que en
gran parte se puede dejar de ser así y con el tiempo llegar a no tener ninguna preocu-
pación.

Aplica tu alma y sentido totalmente a realizar lo que estás haciendo de la manera


mejor posible, y no tendrán cabida en ti ni la melancolía por el pasado ni la angustia del
porvenir. Forzosamente ha de ser pesimista quien se pasa la vida refrescando la
memoria de sucesos adversos, como será tímido quien esté angustiado temiendo lo que
va a venir.

Trata de hablar de manera ejemplar y cada día hallarás más facilidad, y en


adelante podrás ir progresando con menos trabajo. Cuando leas, has de ceñir tu vista e

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imaginación a la palabra que estás diciendo, porque suele suceder que en nuestra prisa
de nerviosos, primero se adelante la mente dos líneas más de lo preciso; después va la
vista unas cuantas palabras antes que la se pronuncia; y al fin viene la lengua con
mucha celeridad, pero no tanta como para poder seguir a los ojos y a la mente. Todo a
compás, juntamente, )no es para ti mucho más acertado? Procura refrescar tu
entendimiento y tus ojos para que se posen en la palabra presente, no en lo que está
por llegar.

Algo parecido ocurre al hablar. La idea y la imaginación trabajan mucho más


velozmente que la lengua, y se observa que rara vez van acordes. Nada extraño, si no
nos controlamos, que tropecemos frecuentemente. La palabra es complicada. Los
órganos fonadores tienen que ir al ritmo de las facultades mentales, si no queremos que
haya choques y patinazos.

Hay que moderar la prisa. Si no, ésta nos empuja fuertemente hacia un ritmo tan
exageradamente veloz que no es posible articular y vocalizar adecuadamente, y
obstaculiza la armonía que debe reinar entre el celebro emisor y la lengua, que es un
órgano fonador.

Por eso, una regla que has de tener siempre presente es la siguiente: vivir el
momento actual con la mayor intensidad.

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Capítulo XX

La concentración mental

Es poner tal atención en lo que hacemos, estudiamos u oímos, que excluya toda
otra. Y también ese fijarnos en una idea sin permitir la entrada e nuestro cerebro de otra
distinta.

Si aprendemos a concentrarnos, habremos dado un gran paso en nuestra


corrección. Somos muy distraídos. Nos es muy difícil mantener la atención en una sola
cosa, aun por breves momentos. Y lo que es peor aun, nos dejamos invadir de ideas
parásitas: miedo de hablar, preocupaciones, temores.

Así se entorpece nuestra corrección. Nos ponemos a hablar, y en vez de aplicar


todo el cuidado a realizarlo de forma impecable, se nos introduce subrepticiamente el
miedo a tropezar. La consiguiente interferencia de ideas fatiga y nos lleva a tropezar, o
al menos nos hace más áspera y violenta la corrección. Necesitamos acostumbrarnos a
la concentración, aunque sea por breves instantes. A todos conviene, porque es la
manera de ser eficaces en el trabajo y de fatigarse menos. Los santos, héroes, invento-
res, artistas, son ordinariamente concentrados. No disipan sus energías divagando a
todas horas.

Pero a los tartamudos les resulta mucho más útil, pues valiéndose de ella,
alcanzarán sin trabajo su corrección.

Es la aplicación completa de los dos principios fundamentales en que se basa la


sugestión. En la concentración total se atiende a una sola idea, la que se elija, y se
excluye, por tanto, toda otra. Si llegamos a poder excluir a nuestro antojo el recuerdo de
nuestro defecto, caminamos a pasos de gigante hacia nuestra normalidad.

Hay muchas clases de ejercicios que tienen por objeto aumentar en nosotros la
capacidad de concentrarnos. La escuela de Lausanne enseña la práctica de los más
importantes. El fin es fijar la atención en una idea.

Uno muy útil es el de la lectura. Se comienza fijando la atención durante la


lectura de una línea. Si no se ha logrado mantener la atención ni siquiera para ese
pequeño tiempo, puede reducirse a la mitad. Y cada día se va aumentando de una a
varias líneas hasta poder leer una página entera sin distraerse. En el descanso, que ha
de durar algunos instantes, se relajan los músculos y nervios, atendiendo a alguna
sensación de frío o calor, dureza o blandura.

El que se concentra, llega a poder trabajar en medio de un gran estrépito sin

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distraerse. Exige más esfuerzo, pero es magnífica. Se entrena practicando algún
ejercicio de concentración en la calle, en un café, en una oficina de gran movimiento y
ruido, entre niños que juegan y alborotan. Al principio, por unos momentos; después
algo más y se continúa hasta ser impasible a lo que nos rodea.

La concentración auditiva se practica escuchando el tic tac del reloj diez verse sin
distraerse y, logrado esto, se procura llegar a contar hasta treinta sin perder la atención.
También se hace en la conversación o al escuchar una conferencia, tratando de no
distraerse. Cuando asalta la distracción no hemos podido vencerla, se descansa unos
instantes y se vuelve a seguir el discurso con la mayor atención.

Estos y otros ejercicios que pueden hacerse, han de realizarse tres veces al día.
En poco tiempo que continuemos practicándolos, veremos la ventaja que se obtiene de
pensar en lo que deseamos y dejar de atender a lo que no nos conviene. Podremos
dedicarnos a nuestros trabajos con toda la atención y espantar la preocupación de
nuestra lengua. Hablaremos sin miedo ni sobresalto porque dominamos el pensamiento.

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Capítulo XXI

Ejercicio de eliminación

Continuemos en nuestro empeño de borrar hasta el recuerdo de nuestra dificul-


tad para hablar. Tratamos de atacar directamente; presentamos batalla cara a cara a
nuestro defecto.

Consiste este ejercicio en pensar voluntariamente en nuestro defecto, pero no


con miedo sino con audacia. Introducimos en nuestra conciencia la fobia que tenemos
para hablar. Imaginamos de propósito que nos encontramos en situación apurada por
no poder hablar, pero no nos asustamos. No nos da miedo. Contemplamos el caso con
la misma frialdad que si fuese otro el que no podía hablar. Y reflexionamos. No hay
razón para alarmarse por no hablar bien alguna vez. Y miramos el tropiezo sin darle
tanta importancia. Dedicamos unos minutos a este ejercicio y apartamos después
nuestra atención de nuestra fobia.

No pienses que te va a dar más miedo esta práctica y, por tanto, mayor dificultad
para hablar. Todo lo contrario. Y la razón es que la idea obsesionante, cuando viene
voluntariamente grabada por nosotros y no aparece impuesta por el inconsciente, jamás
provoca las perturbaciones acostumbradas, sino que ayuda a dominar esa misma
obsesión, pudiendo reducirla o retirarla a discreción.

Para hacer mejor este ejercicio se recomiendan diversos entrenamientos. Escribir


dos, tres, cuatro o cinco números y al momento borrarlos de la memoria. Lo mismo
puede hacerse con letras o palabras.

También se pueden tomar varios objetos y se colocan sobre la mesa. Se aparta


uno de ellos y, con los ojos cerrados, borramos de la mente el objeto separado. Se
continúa la operación hasta quitar todos los objetos de la mesa y, acto seguido,
borrarlos de la memoria.

Más atrevido es el ejercicio de concretar en una palabra o frase la causa de


nuestra perturbación: miedo al público, a una letra, temor al ridículo, etc. La frase o
palabra que expresa nuestra fobia se graba en la mente o se quita alternativamente.

Con estos sencillos entrenamientos se prepara nuestro espíritu a no dejarse


dominar por el inconsciente, sino a ser él quien tome la iniciativa cuando convenga. Así
se logrará hacer desaparecer de nuestra memoria las causas de nuestras dificultades
de lenguaje; al principio, por breves momentos y, más tarde, totalmente.

El ejercicio de eliminación es más eficaz que otros. Con él no se trata sólo de

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defenderse; va más adelante: ataca el mal en su raíz. Tenemos fija la obsesión del
hablar dificultado. Es la causa de nuestro malestar y hay que arrancarlo definitivamente.
Esa obsesión inconsciente ha de hacerse consciente. Y nos haremos normales.

El Dr. Vitor enseña esta doctrina, afirmando que un sentimiento perturbador


subconsciente se normaliza si se llega a darle conciencia. Y la psiquiatría moderna, al
tratar de la ansiedad, dice que su efecto pernicioso disminuye a medida que es más
consciente la causa que la produce.

Un examen de nuestro defecto y sus causas contribuirá a disminuirlo. El miedo,


si se piensa y concreta, muchas veces desaparece o debilita.

Debes valerte del ejercicio de eliminación, que tan excelentes resultados puede
dar. Con él podrás examinar con valentía la causa de tus trastornos, tratando de
sustraerla al subconsciente, para hacerla plenamente consciente y dominarla por
entero.

No es difícil ejercitarse en este entrenamiento que tanto te facilitará el vencimien-


to del miedo, causa principal de los trastornos del lenguaje.

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Capítulo XXII

Audacia

Los múltiples fracasos de la lengua necesariamente crean un carácter apocado y


pusilánime, que es preciso reformar.

La audacia es cualidad conquistable como otras virtudes, a pesar de que


tengamos muy arraigado el hábito opuesto. Y una vez adquirida, sentiremos su influjo
notable sobre la lengua. )No has notado que cuando te sentiste valiente hablaste
mucho mejor?

Puedes hacerte tan audaz como el que más. Examinó un frenólogo a Jorge
Washington y después le dijo: AUsted no tiene demasiada valentía personal@. A lo que
el veterano soldado contestó: ATenéis razón; y a no ser por el sentimiento del deber,
hubiera huido al entrar en fuego por vez primera@.

El miedo lo siente todo el mundo, pero hay que sobreponerse a él. Shakespeare
lo expresó con exactitud: ANo es valiente quien no tiene miedo, porque esto sería
estúpido e irracional; sino quien con nobleza de alma vence al miedo y gallardamente
da rostro al peligro que, por naturaleza, esquivaría@.

Hay que contrarrestar las acechanzas del miedo y combatir fuertemente sus
asaltos. Es la manera más eficaz de vencerlo.

Los que tenemos el privilegio de la fe recurramos a la confianza heroica en Dios,


que puede y quiere ayudarnos, y nos previene contra el miedo cuando nos dice en el
Evangelio: ANo temáis a los que os pueden quitar la vida del cuerpo; temed más bien al
que puede lanzar alma y cuerpo al infierno@, al pecado.

Quien sabe que cuenta con la ayuda del Todopoderoso no se amilana ante los
mayores peligros, ni por la misma muerte. Santa Catalina de Siena daba un paseo por
el mar, cuando se levantó una fuerte tempestad que amenazaba hundir la nave. Los
que la acompañaban se morían de miedo; y ella, con una calma envidiable, reconvino a
los acobardados diciéndoles: A)No estamos en las manos de Dios? )Por qué temer?

Hay que luchar insistentemente consigo mismo para no dejarse influenciar del
miedo, considerándolo indigno y vituperable. No tiene nada de laudable y varonil; es
repulsivo y deprimente, como el valor es digno y enaltecedor. La cobardía es la derrota,
y la audacia, el triunfo. Hasta la fortuna coquetea con el atrevido y vuelve la espalda al
cobarde.

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El general Sanjurjo fue condenado a muerte por los sucesos del 10 de agosto.
Tuvo que firmar la notificación. Ni aun en ese momento perdió el valor que lo caracterizó
toda su vida. Estampó su firma con trazo seguro y firme.

Hemos de nutrir nuestro espíritu de ideas que nos inspiren valor, admirando a los
hombres que se distinguieron por su valentía. Así nos será factible el imitarlos,
comenzando por acciones pequeñas y progresando paulatinamente hasta llegar a
hechos más destacados.

No te acobardes de hablar ante otras personas, ni eludas los compromisos que


se te presenten. Si sientes miedo, como es natural, no cedas ante él. Con miedo o sin él
preséntate donde lo haga otro hombre. Te será violento al principio. No importa;
después será un placer. Así obraron los que anularon completamente el miedo.

Repasa la historia de tantos personajes que se distinguieron por su valor y


aplomo. En sus primeras actuaciones se sintieron torpes y atados, sin acertar a
desenvolverse. Pero fueron constantes en luchar contra el miedo y lograron anularlo.

−111−
Capítulo XXIII

Calma

Excitación y nerviosismo representan la antesala del tartamudeo y son nocivos


para la energía anímica, que desbaratan. (Si pudiésemos mantenernos siempre en
calma! Estaríamos en disposición de hablar perfectamente dondequiera que fuere. Y es
posible.

De muchas maneras podemos disminuir el nerviosismo. Ante todo, quitando


importancia a los contratiempos que nos excitan. Todo hombre tiene adversidades. No
debe extrañarnos que nos suceda lo que es patrimonio de la humanidad. Por tanto,
estemos dispuestos de antemano a no dejarnos desconcertar por los incidentes que
puedan surgir. Y cuando aparezca uno de éstos, procuremos no dar señales de apuro y
aturdimiento. Sepamos devorarlo en la intimidad sin que los demás se aperciban. Así se
apaga el fuego de la excitación.

Desde la mañana propongámonos no alterarnos por más que ocurran ocasiones


molestas. Atiende lo que dice uno que estaba dotado de un temperamento nervioso e
irritable y supo someterlo y vivir en perpetua calma. San Francisco de Sales:

ATodas las mañanas prepara tu alma para tener un día tranquilo. Cuando estés
en paz, aprovecha tan ventajoso estado para avanzar, ejercitándote sin cesar en actos
de bondad y mansedumbre. Si algo te descompone, no te turbes y contraríes, sino, al
descubrir el hecho, humíllate suavemente en la presencia de Dios y trata de poner tu
alma en actitud tranquila, diciendo: Sí, tropecé; debo ser más cuidadoso@.

Parece que pensaba an ti el Doctor de la Paz. Sus consejos te harán inmenso


bien si los practicas con paciencia. Espera, esfuérzate y lograrás el hábito de la paz y
serenidad de ánimo.

Si practicas la virtud, te será más fácil aceptar con calma las contrariedades,
pensando que ese contratiempo que te sale al paso, es una excelente ocasión que Dios
te prepara, para que acrezcan tus méritos en la eternidad.

La psicología señala otros medios, que cuestan poco y son eficaces. Enseña que
la respiración profunda es utilísima para desbaratar el efecto depresivo que produce
cualquier temor o impresión. Apenas sobrevenga alguna decepción, haz por inspirar
muy hondo, con lo que disipes la excitación. Si la impresión es fuerte, necesitarás dos o
tres inspiraciones suaves profundas.

No dejes de aplicar una práctica tan sencilla siempre que sientas alguna contra-

−112−
riedad o excitación. Y lo mismo, y aun con más motivo, cuado te asalte el miedo a
actuar en público, sea hablar, leer, recitar, etc. El miedo es la emoción que con más
celo debemos combatir.

Mayor eficacia sedante alcanzará la respiración, si añadimos la fuerza de la idea,


que es innegable. Esa idea ha de ser la de serenidad, tranquilidad, dominio absoluto.

Después de realizar las inspiraciones profundas, puedo uno calmarse más


diciéndose: AMe siento seguro, dueño de mí mismo, inalterable. Domino mis impresio-
nes con facilidad@. Y repetirlo unas cuantas veces.

La calma tiene ventajas grandes para todos: se discierne con más acierto, la
voluntad es más firme, la memoria más segura, el sistema nervioso, equilibrado. Pero
para el tartamudo sube de punto su conveniencia: estando en calma perfecta nadie
tartamudea. Cuanto hagamos por vivir en completa calma es caminar en derechura
hacia nuestra normalidad absoluta. Aprecia en lo que vale esa calma, que puedes
conseguir.

−113−
Capítulo XXIV

Dominio de sí

Nos interesa esta disposición. Y no cuesta mucho demostrarlo. El tartamudo es


influido fundamentalmente por la falta de dominio de sí mismo. Por la vía del dominio de
sí mismo se puede llegar a la verdadera corrección.

Es virtud difícil para todo el mundo, pero cuánto más para el tartamudo, que tiene
unos nervios siempre encrespados y una imaginación desbordada. No obstante, no hay
que desanimarse. Con la ayuda de Dios, que nunca falta, lo podemos todos. )Qué
haremos para ser dueños de nosotros mismos?

Ante todo, ser más reflexivos. Obramos bajo la influencia de las impresiones, y
en estas condiciones no es posible que predomine la mente sobre los nervios. Sucede
todo lo contrario. Cuando una emoción nos embargue, parémonos a reflexionar sobre
ella y en el noventa y ocho por ciento de los casos observaremos que no hay motivo
para inquietarse, que perdemos nuestro dominio sin causa justificada.

Tenemos que hablar en público, por ejemplo. (Qué cosas nos sugerirá la loca
imaginación! Detengámonos a discurrir unos instantes y la mente nos dirá que es pueril
ese miedo, que nadie debe intimidarnos, que ni por muchos o pocos que nos escuchen,
nada nos quitará la posibilidad de hablar correctamente.

Acostumbrémonos a no permitir que nos arrastre en nuestras determinaciones la


imaginación, sino que sea el entendimiento, que sabe medir la importancia de las cosas,
quien nos guíe en todos nuestros actos.

También es en alto grado aconsejable la tranquilidad exterior. Podemos adoptar-


la en todo momento y, si la perdemos un segundo, tratar de recuperarla cuanto antes.
No permitamos que salgo al exterior la emoción que sentimos. Aunque tengamos que
hacernos violencia, obremos con tal calma aparente como si nuestro espíritu estuviese
bañado en un lago de máxima paz.

No demos a conocer la turbación que sentimos con nuestros ademanes, gestos,


movimientos, expresiones. No poder contenerse acusa debilidad de carácter. Los
fuertes viven en un estado de paz siempre igual o con ligeras variantes, que muchos ni
perciben.

−114−
−115−
Capítulo XXV

Alegría

Si vives alegre, hablarás mejor.

A poco que te hayas observado, me darás la razón. La alegría es valor; y ya


sabes cuánto ayuda la valentía para hablar mejor.

La alegría sana y auténtica es tónica, es calmante: tonifica la sangre y calma los


nervios; aviva el espíritu y representa muchas veces la gran medicina. (Qué propieda-
des más estimables para nosotros! Eso necesitamos precisamente: tonificarnos,
calmarnos.

Con la alegría se toman más prontamente las determinaciones, el arranque es


más decidido y la constancia más firme. (Qué ajustadamente nos beneficia este influjo
de la alegría! Precisamente adolecemos de indecisión, de falta de audacia para
determinarnos, y de no ser perseverantes en nuestros planes.

La alegría favorece en la lucha. La persona triste está vencida de antemano. El


alegre es luchador ordinariamente. Y nos hace mucha falta luchar de veras para superar
nuestra dificultad de hablar. Si nos acompaña la alegría, es mucho más segura la
victoria.

Las ventajas que proporciona la alegría son, pues, incontables. Podemos decir
que a la alegría puede aplicarse en cierto modo el elogio que se hace de la Sabiduría:
ATodos los otros dones recibe el alma a quien yo he sido dada@.

Ozanan apreciaba la alegría sobre todas sus cosas. Un día en que, postrado en
su casita de Antignano, contemplaba el sol descendiendo sobre las olas, su esposa,
sentada un poco más atrás que él para que no se diese cuenta de que lloraba, admira-
ba la serena tranquilidad que reinaba en las facciones de su querido enfermo. En esto,
se le ocurrió preguntarle: AFederico, )cuál de los dones que has recibido de Dios crees
ser el más grande?@ Y sin vacilar contestó: ALa paz del corazón@.

La paz del corazón no es otra cosa que la verdadera alegría: un gran estimulante
que hace tolerables todos los males de esta vida. Todos los actos resultan más fáciles
con la presencia de la alegría en el alma. Los ejercicios que hayas de practicar, procura
realizarlos con entusiasmo, con sincera alegría. Serán más eficaces, además del efecto
sedante que da el sentirse alegres.
Existen diversas fuentes perennes de alegría. Una muy importante es el cumpli-
miento del deber. Ni los placeres ni los millones ni los cargos elevados valen nada si se

−116−
consiguen o se conservan con olvido del deber. El que no cumple con su deber está
lejos de la justicia, del orden, de Dios. )Y quién tendrá alegría, justicia y orden sin Dios?

La emperatriz Justina pedía al notario imperial, Benévolo, su cooperación a una


acción injusta, amenazándole con desposeerle de su alto cargo si no la complacía. Pero
se encontró con un hombre que anteponía el deber a su cargo. Al instante se despojó
de la banda, que era la insignia de su dignidad, y la puso en manos de la emperatriz
diciendo: AA vos, los honores; a mí, mi conciencia@.

Cumplir el propio deber es como vivir siempre de fiesta. Dice San Juan Crisósto-
mo: AEl que practica la virtud celebra una fiesta, aunque ésta no exista en el calendario.
La forma de esta fiesta halla su expresión en la pureza de la conciencia@.

Puedes, por tanto, estar en perpetua alegría, cumpliendo escrupulosamente con


tus obligaciones, aunque te cuesten sacrificios.

Con esta alegría constante tu sistema nervioso se hallará más sosegado, tu


lengua más ágil y segura, tus trabajos más llevaderos, tus energías más poderosas, tu
voluntad más heroica, tu entendimiento más despierto.

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Capítulo XXVI

Optimismo

No es revelar ningún secreto decir que no eres optimista. Estás tan acostumbra-
do a fracasar que te resistes fuertemente a confiar en tu buena estrella. Y hay que ser
optimista, pese a todos los reveses sufridos en tu vida pasada. Has de ser optimista en
lo que se refiere a tu corrección y aun a tus restantes asuntos.

Tu imaginación descontrolada te llevó al pesimismo, a la exageración de tus


males, al desaliento. Los recuerdos tristes de tus fracasos han penetrado tu inconscien-
te y, aun contra tu voluntad, siguen operando a todas horas.

Examina atentamente tu modo de pensar y deducirás que te has desalentado,


entristecido y apesadumbrado exageradamente sin motivo. Hay que vigilar con cuidado
esa imaginación para que no nos precipite en el pesimismo y abatimiento.

Puedes ser optimista en la mayor cantidad respecto de tu corrección. Sigue con


fidelidad el método de corrección que queda expuesto arriba, y tu lengua desgranará
palabras seguras y claras como las del más normal.

Y también has de ser optimista en tus demás planes. Si crees en Dios y en ti


nada te será imposible. El Evangelio te dice que puedes hasta trasladar montañas si
tienes fe en Dios. Aumenta tu fe, dilata tu esperanza.

No temas estimarte en mucho. Si te estimas rectamente, jamás serás orgulloso ni


engreído. El orgullo y el engreimiento son alta de Dios en el hombre. Cuenta siempre
con Dios si deseas levantarte a lo alto. Harás verdaderos prodigios confiando plena-
mente en Dios. Has recibido aptitudes personales que, si las cultivas, darán ubérrimos
frutos. Despierta tus potencias, que son los talentos que Dios te ha dado y que exige se
los devuelvas duplicados.

Puedes esperar mucho de ti, no por esfuerzos esporádicos, que a poco condu-
cen, sino por la perseverancia en tu empeño y trabajo. Puede más la insistencia de la
gota de agua que la impetuosidad del torrente.

Sé optimista. Confía en ti y confiarán en ti los demás. Si te sientes capaz de


corregirte perfectamente y de emprender otras grandes empresas, te puedes sonreír de
confianza ante las imposibilidades que otros puedan sugerirte.

(Cuánto más podrás si alimentas con cariño estos renovadores pensamientos! Y


no son palaras huecas, sin sentido. Tienen más realidad y verdad de la que te he

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expresado.

Has de vivir y sentir estusiásticamente esta preciosa doctrina del optimismo.


Entrégate a tu corrección saturado de este contagioso optimismo, y con menor sacrificio
y tiempo habrás cantado victoria. Extiende ese optimismo a los demás actos de tu vida.

−119−
Capítulo XXVII

Decisión

Otra importante faceta del espíritu, que se ha de tener en gran aprecio. Somos
vacilantes. Nuestra dificultad de hablar nos ha hecho así, si no lo éramos antes.
Vacilamos para comenzar a hablar, que es lo que con más cuidado hemos de evitar.
Vacilamos entre expresar una idea u otra muy distinta, una palabra o su equivalente.

Nuestra mente se agita en constante vacilación. Y la lengua, naturalmente, ha de


resentirse de la misma inseguridad. Debemos, por consiguiente, procurar que quede
enraizada en nuestra alma la decisión.

No vaciles. Mantén viva la idea de la serenidad. Es esencial que te sientas con


fuerzas para realizar lo que proyectas. Ten por seguro que puedes hablar normalmente
en todo momento. Condúcete desde ahora como si estuvieras plenamente decidido.
Has de conquistarte para ti valor, determinación, voluntad y dominio de ti mismo.

Mientras no tengas el pleno dominio de ti mismo, trata de portarte como si ya


realmente fueses dueño absoluto. Lejos la indecisión. Las altas empresas tuvieron por
determinante una enérgica decisión, y esta excelsa cualidad aureoló a cuantos se
distinguieron extraordinariamente.

El que vacila, anda titubeando entre dos opiniones sin saber a qué carta quedar-
se. No denota dominio, sino servilismo. El decidido no espera circunstancias favorables
ni se somete a los acontecimientos. El vacilante no se pertenece. Está a merced de
cualquiera.

Ejemplo de decisión histórica es la de Julio César. Ningún general podía pasar el


Rubicón, río sagrado e inviolable, sin autorización del Senado. Pero César se veía en la
alternativa de perecer él o de que pereciese la patria. Y pronunció la consabida frase:
Alea jacta est. La suerte está echada. Y atravesó el río. La decisión de César cambió la
faz de la historia.

El que vacila está perdido, se ha dicho siempre. Y así es. Nada de provecho hará
el que va sin rumbo fijo, lleno de dudas y vacilaciones. El hombre negativo inspira
desconfianza. El positivo está en el mundo para altas empresas. Se cuenta de Alejandro
Magno que le preguntaron cómo había conquistado el mundo. Y contestó: ANo
vacilando nunca@.

Y tú puedes ser decidido. Aprende a hablar y obrar resueltamente. Recuerda que


el hombre decidido vale dos veces más que el irresoluto, que no sabe adónde va ni lo

−120−
que busca.

La decisión fue la cualidad característica de Napoleón. Así asombró al mundo


con sus resonantes triunfos. Era resuelto en lo esencial y en lo accesorio. Levantaba el
ánimo de sus tropas medio derrotadas y daba valor a los soldados más caídos. Solía
decir que había pasado la moda y la época de los Aperos y contras@ y que ahora
convenía obrar con máxima celeridad y decisión.

Para decidirse es necesario antes concentrarse. Y el vacilante no sabe hacerlo;


dispersa sus energías y no persevera en su propósito hasta vencer. El vacilante no obra
con arreglo a los principios que son inmutables; se guía por impresiones, que cambia a
cada momento.

El apocado pasa su vida lamentándose de las dificultades que le salen al paso.


El decidido allana los caminos más abruptos y se abre paso entre peñascos.

Aprende, por tanto, a tener firme y enérgica voluntad. Aplica en todos tus actos
esta tan hermosa doctrina de la importancia y valor de la decisión; proscribe de tus
acciones la vacilación, que te anulará. El vacilante pasa lo mejor de su vida antes de
decidirse, porque jamás supo forjar con fijeza en su mente lo que había de hacer.

−121−
Capítulo XXVIII

Confianza en ti

Muchas virtudes nos son necesarias; muchas cualidades nos convienen desde
varios puntos de vista. Pero dudo que haya otra que pueda interesarnos más que la
anteriormente aludida: la confianza en nosotros mismos. )Por qué no podemos hablar
sino porque desconfiamos de nosotros mismos?

La confianza va directamente contra el tartamudeo. Es necesario despertar en ti


una gran confianza. Y ningún mal se seguirá si fuese exagerada y te creyeras más de lo
que eres y te lanzaras a empresas para las que no vales. Cuánto peor sería que,
estando destinado para altos planes, te empequeñecieras llevando una vida sin
ilusiones, sin aspiraciones, vegetando como un adocenado más.

Es propio de todo hombre no sentirse satisfecho con lo alcanzado hasta ahora y


tratar de levantarse un poco más. La actitud de superarte, de mejorarte, se convertirá en
aptitud si no desistes, porque todo converge hacia el punto al que aspiramos.

Puedes intentar planes descabellados Cpor ejemplo, ser un NapoleónC que está
más allá de tus posibilidades. Pero si persistes en tus esfuerzos, adquirirás una mayor
habilidad, una capacidad de esfuerzo de que antes carecías. )Es poco esto? )Qué has
perdido con confiar demasiado en ti? No temas, por tanto, excederte en aspiraciones
nobles y puras, que manifiestan una gran confianza en ti.

Atiende a esta cita interesante de Bover: ALa desconfianza personal es la


determinante de casi todos nuestros fracasos. La confianza en nuestras fuerzas es ya
de por sí una fuerza; y en cambio es débil el fuerte que desconfía de su fuerza@.

Poco más se puede decir en pocas palabras. También tiene verdad entrañable
esta otra idea de Reynolds: ALa confianza en sí mismo es un poderoso elemento del
carácter, gana olímpicas coronas e ístmicos laureles, y confiere paridad con los
hombres que reivindicaron el derecho de mantener su nombre en la memoria de las
gentes@.

La confianza da un sentimiento de poder que ninguna otra cualidad puede dar.


Dice Shakespeare que Ani el débil ni el apocado podrán conocer el generoso impulso
que mueve a quien confía en sí mismo; su gozo no es el del que ha logrado el premio,
sino el del que se siente capaz de lograrlo, que es mucho mayor@.

Los grandes hombres han tenido siempre confianza en sí mismos. Dante se

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atrevió a vaticinar su fama. Julio César animaba a su piloto diciéndole: ANo temas, que
llevas a César@.

La confianza en sí mismo denota energías de reserva. Generalmente se puede


confiar en quien confía en sí mismo.

Kosutt aconsejaba humildad sin menoscabo de la confianza. Su pensamiento lo


expresaba en estas palabras: ALa humildad es parte de la sabiduría; pero no ha de
oponerse a la confianza propia, que de todas las demás cualidades es la que más se
conforma a la verdadera virilidad@.

Es vituperable el engreimiento, la presunción y la jactancia; como es laudable la


confianza en el propio valer. Ni presumido ni tímido. En medio de estos dos vicios está
la virtud de la confianza en sí mismo.

Has de procurar no sólo hablar correctamente, sino librarte de todos esos


defectos que suelen engendrar el tartamudeo: la timidez, la tristeza, el pesimismo, la
inseguridad, etc. Aspira a la mayor normalidad en el hablar y en todo lo demás.

Así ves cómo tantas cosas afianzarán tu triunfo formando para ti un Amétodo de
convergencia ortofónica@.

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Índice

Prólogo .......................................................................................................................1
Capítulo I.- El tartamudeo ........................................................................................5
A II.- Puedes corregirte .................................................................................7
A III.- En busca de un método ........................................................................9
A IV.- La verdadera solución ........................................................................11
A V.- Puedo y confío ...................................................................................13
A VI.- Ante los demás ..................................................................................15
A VII.- Observancia del método ....................................................................17
A VIII.- Victoria en las derrotas ......................................................................19
A IX.- Siempre firmes ...................................................................................21
A X.- Lejos del alcoholismo .........................................................................23
A XI.- Preliminares al método ......................................................................25
A XII.- Método de corrección (treinta día de prácticas del método de
convergencia ortofónica) .....................................................................27
A XIII.- Hipnotismo .........................................................................................91
A XIV.- Sugestión ...........................................................................................93
A XV.- Mayor aprovechamiento de la sugestión ...........................................95
A XVI.- La imaginación sugestiva ..................................................................97
A XVII.- Deseo y voluntad ...............................................................................99
A XVIII.- Los actos conscientes .....................................................................101
A XIX.- Vivir en el presente ..........................................................................103
A XX.- La concentración mental ..................................................................105
A XXI.- Ejercicio de eliminación ...................................................................107
A XXII.- Audacia ............................................................................................109
A XXIII.- Calma ..............................................................................................111
A XXIV.- Dominio de sí ..................................................................................113
A XXV.- Alegría .............................................................................................115
A XXVI.- Optimismo .......................................................................................117
A XXVII.- Decisión ..........................................................................................119
A XXVIII.- Confianza en ti .................................................................................121

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