Está en la página 1de 8

TALLER

El equipo de trabajo formado deberá analizar los casos elegidos a partir de los conceptos

de subsidiaridad, apropiación local -capacidad de agencia, sociabilidad, socialización y algunos

de los principios de la doctrina social de la iglesia.

Se proponen las siguientes preguntas para dinamizar la reflexión.

1. ¿Qué actores intervienen en cada una de las iniciativas? (comunidad local, organismos

públicos del orden territorial, nacional y/o internacional); ¿Qué rol ejercen en la

ejecución?

Subsidiariedad:

Principio de la doctrina social de la Iglesia según el cual a cada una de las partes que

componen el cuerpo social se le deben reconocer y respetar sus derechos, sin que sea lícito

sustraérselos y atribuirlos a otras instancias.

Fue formulado por primera vez en la encíclica Cuadragésimo año, de 15 de mayo de

1931. Este principio implica tres aspectos.

1. Aspecto negativo: que se reconozca a los individuos y a las comunidades sus

propios espacios de autonomía, sin interferencias del Estado o de otros poderes.

2. Que el Estado y las instituciones asuman las funciones y tareas que las iniciativas

sociales no puedan realizar.

3. Que los poderes públicos faciliten y promuevan la autorrealización de las

personas y los grupos sociales. El principio de subsidiariedad se aplica también dentro del
derecho canónico, sin detrimento del principio jerárquico. La eclesiología de comunión, propia

del concilio vaticano II, incluye los aspectos de unidad y diversidad, libertad y solidaridad,

característicos del principio subsidiario.

Apropiación Local:

En los países devastados por la guerra, la construcción del Estado invoca la necesidad de

tener en cuenta, como elemento importante, el llamado sentimiento de apropiación local. Un

equipo de investigadores ha analizado esta cuestión en el contexto de las misiones de paz y las

administraciones provisionales de Estados en situación de posconflicto a cargo de países

extranjeros.

Capacidad de agencia:

La Capacidad de Agencia es para Sen (1999), una capacidad de acción que convierte al

sujeto en actor social y gestor de su propia vida, en motor transformador, capaz de aprovechar los

beneficios sociales para configurar los destinos de un colectivo, para ampliar las libertades de las

que puede gozar. Para Sabucedo (citado por Delgado 2005), la capacidad de agencia, como un

aspecto que surge de los marcos de interpretación de la realidad social, se asume como: “La

capacidad reflexiva y de acción de las organizaciones o movimientos sociales para incidir y

trasformar la situación de injusticia, afirmando sus expectativas de éxito y eficacia, desafiando de

esta manera los sentimientos de inmutabilidad o fatalismo que pueden desarrollarse respecto a las

situaciones sociales de precariedad y abandono.

Dicho de otra manera, esta se refiere a las posibilidades de cambio que pueden generar las

organizaciones o movimientos sociales a través de su acción colectiva, además que involucra

sentimientos y cierto grado de conciencia de los colectivos como agentes sociales de experiencias
de éxito y eficacia de su acción para cambiar o contribuir al cambio de diferentes situaciones en

su cotidianidad”.

Sociabilidad:

De la sociabilidad humana Aristóteles dice que es la capacidad de los seres humanos de

agruparse con otros humanos es la sociabilidad humana por que los seres humanos son sociales.

Pensar razonando el ser humano no puede vivir sin pensar, pero pensar no es lo mismo

que razonar, razonar exige adaptarse a la realidad poniendo orden y siguiendo unas reglas. Todas

las culturas son iguales, pero todas adaptan el hombre al medio.

La sociabilidad resulta ser aquella calidad o cualidad de sociable que presenta una

persona, es decir, aquel que de manera natural tiende a vivir en sociedad y también, a aquel

individuo preminentemente afable que le gusta relacionarse con el resto de las personas.

Los seres humanos somos por naturaleza animales sociales, nos encontramos

naturalmente inclinados a la vida en sociedad, es prácticamente imposible que un ser humano

viva para sí mismo, de alguna manera, todos, hasta el más egoísta, en algún momento necesita del

relacionamiento con los otros.

Socialización:

Es el proceso en el cual los individuos incorporan normas, roles, valores, actitudes y

creencias, a partir del contexto sociohistórico en el que se encuentran insertos a través de diversos

agentes de socialización tales como los medios de comunicación, la familia, los grupos de pares y

las instituciones educativas, religiosas y recreacionales, entre otras (Arnett, 1995; Maccoby,

2007; Grusec y Hastings, 2007).

En la literatura académica, se observan múltiples contenidos de socialización que

circulan en la relación entre agentes de socialización y los individuos: actitudes, prejuicios,


nociones, valores, símbolos, motivaciones, objetivos, intereses, así como también categorías y

clasificaciones sociales, como género –varón, mujer–, raza –blancos, occidentales, negros–,

etarias –jóvenes, adultos–, entre otros. Dependiendo de qué contenidos/objetos se esté

considerando, diferentes agentes de socialización pueden ser más influyentes que otros.

Principios de la Doctrina social de la Iglesia:

Los principios que fundamentan la Doctrina Social de la Iglesia están cimentados en el

Evangelio, la tradición cristiana, la reflexión y elaboración filosófico - teológica, y el magisterio

de la misma iglesia. Son principios éticos permanentes, no simples juicios históricos variables.

Aunque la Doctrina Social de la Iglesia, evoluciona y se adapta a las condiciones cambiantes de

los tiempos. Estos principios son: la Dignidad de la persona, la defensa de la vida humana, los

Derechos Humanos, el Bien común, la lucha por la justicia, el Destino universal de los bienes, el

trabajo, la propiedad privada, la Subsidiariedad, la Participación en la vida social, la Solidaridad,

la opción preferencial por los pobres.

a. El principio de la dignidad del hombre: Desde sus inicios, la doctrina social de

la Iglesia afirma la inviolable dignidad de la persona humana, que es intrínseca al hombre por ser

imagen de Dios. Como imagen de Dios la vida de todo ser humano es sagrada e inviolable, por lo

que cada hombre tiene valor absoluto. La igualdad fundamental de los seres humanos ante Dios

tiene como consecuencia la imposibilidad de justificar ninguna discriminación ante las leyes

humanas. Por tanto, la persona debe ser defendida contra cualquier intento social que pretenda

negarle, abolirle o impedirle ejercer sus derechos.


b. La defensa de la vida: La Iglesia en su Doctrina Social, promueve y llama a

promover la cultura de la vida frente a la cultura de la muerte. Para que todas las personas tengan

12 Los principios son las leyes naturales que son externas a nosotros y que en última instancia

controlan las consecuencias de nuestros actos. Los valores son internos y subjetivos, y

representan aquello que sentimos con más fuerza y que orienta nuestra conducta. 13 Christifidelis

Laici, n. 37, Sollicitudo Rei Socialis, n. 47, Radiomensaje de Pío XII Con Siempre, nº 35. vida

digna.14 Por eso se opone y denuncia las estructuras de muerte al inicio de la vida (aborto,

mortalidad infantil, desamparo de la mujer gestante, etc.); durante la vida (hambre, enfermedades,

agresiones a la vida y a la salud, etc.); y al final de la vida (eutanasia, abandono de los ancianos,

etc.).

El Compendio de Doctrina Social de la Iglesia en el numeral 4 afirma que: «la Iglesia

quiere ofrecer una contribución de verdad a la cuestión del lugar que ocupa el hombre en la

naturaleza y en la sociedad, escrutada por las civilizaciones y culturas en las que se expresa la

sabiduría de la humanidad» se está definiendo, perfectamente lo que se intenta llevar a cabo: un

«humanismo integral y solidario».

c. El principio de los derechos humanos: Los derechos humanos, suponen la

expresión social de la dignidad humana, desde su concepción hasta su muerte natural. Puesto que

“la eficacia operativa de la dignidad de la persona humana y su dimensión social aparece

claramente determinada en los derechos fundamentales del hombre” Redemtoris Homines.

d. El principio del bien común17: El bien común es el conjunto de condiciones de la vida social

que hacen posible a las personas, asociaciones y a cada uno de sus miembros el logro pleno
de la propia perfección y desarrollo integral. Por lo tanto ha de ser el objetivo último que

debe orientar toda acción social y política. Requiere la capacidad y la búsqueda constante

del bien de los demás como si fuese el propio bien. Es un deber de todos los miembros de

la comunidad humana nacional e internacional, según las capacidades de cada uno,

reconociendo que la responsabilidad máxima compete al Estado, pues es la razón de ser de

la comunidad política.

La lucha por la justicia: Para la Doctrina Social de la Iglesia, la lucha por la justicia es una

parte esencial de su misión evangelizadora, que a su vez se constituye en humanizadora.

Con promoción de la justicia y del desarrollo, las relaciones entre los hombres y entre los

pueblos, la paz se convierte en una realidad, fruto del compromiso de personas, estados e

instituciones.Este derecho de trabajar por la justicia es al mismo tiempo un deber, porque

la Iglesia no puede renunciar a su misión liberadora, que es inherente a todos los cristianos

y a todo ser humano. 16 Concilio Vaticano II, Declaración DignitatisHumanae, años

después, Juan Pablo II la definiría como una verdadera piedra miliar sobre el camino del

progreso moral de la humanidad (Discurso a la Asamblea General de las Naciones Unidas, 2

de octubre de 1979, nº7). 17 El bien común, fundamento del orden sociopolítico.El bien

común es “el conjunto de condiciones de la vida social que hacen posible alas asociaciones

y a cada uno de sus miembros el logro más pleno y más fácil de lapropia perfección” (GS

26).”El bien común abarca a todo el hombre,es decir, tanto a las exigencias del

cuerpocomo a las del espíritu” (PT 57).

f. El Principio del destino universal de los bienes18: La Doctrina Social de la Iglesia afirma

que Dios ha creado y ha entregado la tierra a todos los hombres, a todo el género humano

para que por medio de ella, se sustenten todos sus habitantes de la tierra, sin excluir a
nadie ni privilegiar a ninguno. Por tanto, todo hombre debe tener lo necesario para su vida

digna y para su pleno desarrollo. Y nadie puede prescindir de los bienes que responden a

sus necesidades primarias, pues éstos son absolutamente básicos para alimentarse, crecer,

comunicarse y desarrollarse integralmente como persona. Éste es un derecho inherente a

las personas que se desprende de su dignidad intrínseca y exige de la comunidad social y

política el esfuerzo en garantizar el acceso de todo ser humano a esos bienes

REFERENCIAS

Diccionario Panhispánico del español jurídico (s.f) Subsidiariedad. Recuperado de

https://dpej.rae.es/lema/subsidiariedad

Chung, M. (2015) La apropiación local como elemento necesario en la construcción del

Estado. Recuperado de https://cordis.europa.eu/article/id/151011-statebuilding-need-for-local-

ownership/es

Cárdenas, D. Zuluaga, J. (2014) Formas y expresiones de la capacidad de agencia de un

grupo de jóvenes del servicio social estudiantil, Pag 31. Recuperado de

http://ridum.umanizales.edu.co/xmlui/bitstream/handle/20.500.12746/2065/

Franco_Zuluaga_Johanna%20M.pdf?sequence=1&isAllowed=y
EcuRed. (s.f) Sociabilidad. Recuperado de

https://www.ecured.cu/Sociabilidad#Definici.C3.B3n

Ciencia, docencia y tecnología. (2013) El proceso de socialización. Apuntes para su

exploración en el campo psicosocial. Recuperado de

https://www.redalyc.org/pdf/145/14529884005.pdf

También podría gustarte