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DOCTRINA SOCIAL

DE LA IGLESIA
Estudiante: Castillo Toro, Andrea Carolina
Cuestionario 2
Principios y valores de la Doctrina Social de la
Iglesia
1. ¿Cuáles son los principios de la DSI?
Explicar cada uno de ellos
La Iglesia puede hablar de temas sociales debido a:

Todo problema El origen de los Condiciones Tiene la obligación de


contiene no solo problemas sociales son inhumanas impiden la ofrecer un concepto de
dimensiones técnicas causados por una realización de la vida cristiana.
si no también éticas. situación de pecado. persona.
1. ¿Cuáles son los principios de la DSI?
Explicar cada uno de ellos
Los principios de la Doctrina Social de la Iglesia son:

Hace referencia a que los hombres están unidos in


solidum, es decir que lo que hace uno repercute en
los demás. La solidaridad comporta, por ende,
promover la dignidad inalienable de las personas,
contribuir a su pleno desarrollo y favorecer la libertad y
El principio de responsabilidad de todos en sus relaciones sociales.
La solidaridad refuerza las instituciones sociales y
Solidaridad evita que se transformen en estructuras de pecado;
por eso es un criterio necesario de la organización
social y un principio fundamental de la doctrina social
de la Iglesia
El principio de Dignidad y radical
igualdad de todos los hombres

Es un principio que en su alcance antropológico constituye la fuente de los otros


principios que forman parte del cuerpo de la doctrina social». Más aún, este
principio es la meta hacia la que se dirige toda la enseñanza social de la Iglesia. La
dignidad esencial de los seres humanos es la misma para todos y pertenece a
todos, desde su concepción hasta la muerte natural, porque se sustenta en un
fundamento que es el mismo para todos: ser imagen y semejanza del Creador y
estar llamado a la unión con Dios.
El principio de el bien común
El desarrollo personal y social requiere que las relaciones humanas no se limiten a una simple
coexistencia; deben favorecer el significado y la finalidad de las diversas formas de vida social que les
conciernen. El bien común es precisamente el objetivo propio de un grupo de personas que están unidas
naturalmente (familia) o se asocian libremente (agrupación filarmónica, deportiva, etc.) en vista de tal
fin: éste constituye la razón de ser de todo grupo humano. El bien común no debe identificarse con la
simple suma de los bienes de los sujetos sociales: es un bien sólo cuando se comparte, y es común
porque únicamente juntos se puede lograr y disfrutar de él. La producción, salvaguardia y goce del bien
común pone de relieve el carácter relacional de las personas.
El principio de subsidiaridad:
-En sentido positivo: favorecer las iniciativas de los individuos y grupos menores a través de la oportuna
ayuda (subsidium), y la creación de instituciones (educativas, legislativas, estructurales, etc.) que facilitan una
actuación autónoma; de esta manera, los individuos y las comunidades de orden inferior pueden llevar a cabo
sus funciones sin tener que transferirlas a las agrupaciones mayores, que acabarían por sustituirlas. También
supone que las organizaciones más extensas asuman aquellas tareas –necesarias para el desarrollo social– que
los individuos o los grupos menores no tienen la capacidad de realizar.
-En sentido negativo: no limitar el espacio de actuación de las personas y grupos menores, que son expresión
de la “subjetividad creativa del ciudadano”, y cuya libertad y responsabilidad no deben ser usurpadas; por eso,
cuando sea necesaria una suplencia por parte de los organismos superiores, ésta debe limitarse a lo
estrictamente necesario.
El principio de Destino universal de los bienes y
propiedad privada
Este principio resulta aún más evidente teniendo en cuenta el misterio de la creación: «Dios ha destinado la
tierra y cuanto ella contiene para uso de todos los hombres y pueblos. En consecuencia, los bienes creados
deben llegar a todos en forma equitativa». La raíz última de esa destinación universal de los bienes es, por
ende, el hecho de que Dios ha creado y dado la tierra a los hombres para su desarrollo, sin excluir ni
privilegiar a nadie; y su fundamento próximo es la necesidad de estos bienes para el correcto desarrollo de
los individuos y de los grupos. El hombre, en efecto, no puede prescindir de los bienes de la tierra, entre los
cuales los más indispensables –aunque no sean los más importantes– son los medios materiales, que
responden a las necesidades humanas primarias y constituyen una infraestructura necesaria para la vida
humana en todas sus dimensiones, también para lograr su finalidad trascendente.
2. ¿Cuáles son los valores de la DSI?
Explicar cada uno de ellos
La verdad La caridad

Valores
La libertad La paz

La justicia
La verdad y la justicia
La verdad lo que busca es formar una comunidad que no estime la verdad tiende a la
decadencia; viceversa, cuanto más las personas e instituciones se esfuerzan por conocer la
verdad y actuar en consecuencia, tanto más se alejan de la arbitrariedad y pueden lograr el
bien personal y social. La virtud de la justicia tutela los derechos de las personas en las
relaciones humanas, por eso es un fundamento necesario para el correcto orden social y,
como consecuencia, uno de los valores de la doctrina social de la Iglesia.
La caridad
«La caridad va más allá de la justicia, porque amar es dar, ofrecer de lo
“mío” al otro; pero nunca carece de justicia, la cual lleva a dar al otro lo
que es “suyo”, lo que le corresponde en virtud de su ser y de su obrar. No
puedo “dar” al otro de lo mío sin haberle dado en primer lugar lo que en
justicia le corresponde. Quien ama con caridad a los demás, es ante todo
justo con ellos.
La libertad
La libertad es una noción presente en el pensamiento filosófico clásico, pero sólo
el Evangelio ha mostrado su profundidad y extensión; se puede por tanto decir que
el tema de la libertad pertenece a la herencia del cristianismo. La libertad es el
signo eminente de que el hombre ha sido creado a imagen de Dios y es el
fundamento de la dignidad de cada persona humana.
La paz
La paz en la tierra es la suprema aspiración de toda la humanidad
a través de la historia, y constituye un importante pilar de la
doctrina social de la Iglesia. La paz es, ante todo, un atributo
divino. Como tal, el Señor anhela dar la paz a su pueblo , y la
otorga constantemente como una bendición.

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