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DOCTRINA SOCIAL DE LA IGLESIA

“La persona humana y sus derechos”


1. Introducción

2. La Doctrina Social de la Iglesia


2.1. Definición
2.2. Naturaleza
2.3. Método
2.4. Rasgos

3. La persona humana y sus


derechos
3.1. Doctrina Social y principio personalista
3.2. Criaturas a imagen de Dios
3.2.1. El pecado
3.3. La persona humana y sus múltiples
dimensiones
3.3.1. La unidad de la persona y su
apertura a la trascendencia
3.3.2. La libertad de la persona y su
sociabilidad
3.3.3. La igual dignidad de todas las
personas
3.4. Los derechos humanos
1. INTRODUCCIÓN
 Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia: reflexión sobre
aspectos de la persona, su dimensión social y la sociedad.
2. LA DOCTRINA SOCIAL DE LA IGLESIA
2.1. DEFINICIÓN

 Reflexión sobre las complejas realidades de la vida del hombre en la


sociedad y en el contexto nacional, a la luz de la fe y de la tradición
eclesial. Su objeto principal es interpretar esas realidades, examinando
su conformidad o diferencia con lo que el Evangelio enseña acerca del
hombre y su vocación terrena y, a la vez trascendente, para orientar en
consecuencia la conducta cristiana (Juan Pablo II)
2.2. NATURALEZA
 Reflexión moral, conciliar, política.
 Los cristianos encontramos en la DSI: los principios de reflexión, los
criterios de juicios y las directrices para la acción y poder así promover
en nuestro mundo un humanismo integral y solidario.
2.3. MÉTODO
2.2. NATURALEZA

 DSI: realidadmoral
Reflexión dinámica y viva.
 Inicios: método deductivo.
Reflexión
Juan XXIIIconciliar
– Pablo VI – Juan Pablo II: método inductivo: VER –
Reflexión
JUZGAR política
– ACTUAR
Los cristianos encontramos en la DSI: los principios de reflexión, los
criterios de juicios y las directrices para la acción y poder así
promover en nuestro mundo un humanismo integral y solidario.
2.4. RASGOS (Centesimus annus, Juan Pablo II)
 La DSI se justifica desde la atención a la persona real y concreta entendida
como ser social.
 Es un instrumento de evangelización.
 Es una parte de la teología.
 Supone una colaboración de las iglesias locales.
 Es ante todo, fundamento y estímulo para la acción.
 Exige la promoción de la justicia, de la solidaridad, de la paz, de la igualdad.
 Tiene una dimensión interdisciplinar y una dimensión práctica y experimental.
 Exige para su puesta en práctica la colaboración de todos.
 Mantiene una constante a lo largo de su historia: la defensa de la persona.
3. LA PERSONA HUMANA Y SUS DERECHOS
3.1. DOCTRINA SOCIAL Y PRINCIPIO PERSONALISTA
 “La Iglesia ve en el hombre, en cada hombre, la imagen viva de Dios mismo;
imagen que encuentra, y está llamada a descubrir cada vez más profundamente, su
plena razón de ser, en el misterio de Cristo, Imagen perfecta de Dios, Revelador de
Dios al hombre y del hombre a sí mismo.”
 Esencia de la doctrina social: correcta concepción de la persona y de su valor
único.

3.2. CRIATURAS A IMAGEN DE DIOS


 “Creó, pues, Dios al ser humano a imagen suya, a imagen de Dios lo creó,
macho y hembra los creó.”
 Cada persona es “reflejo de Dios mismo, meta definitiva y satisfacción de toda
persona”.
 La persona, hombre y mujer, de cualquier condición o raza, tienen la misma
dignidad y son de igual valor.
 “Amarás a tu prójimo como a ti mismo”: motor de la propia vida.
3.2.1. EL PECADO
 Pecado: ruptura consciente que la persona hace de la alianza que Dios ha
establecido con ella.
 Doble dimensión: pecado personal – pecado social.
 Pecado personal: es el individuo quien comete el acto.
 Pecado social: toda acción contra la justicia en las relaciones entre persona y
persona, persona y comunidad y entre comunidad y persona.

JUNTOS REFLEXIONAMOS:
 Enumerar algunos “pecados sociales”
 ¿Qué podemos hacer nosotros en concreto para evitarlos?
3.3. LA PERSONA HUMANA Y SUS MÚLTIPLES DIMENSIONES
3.3. LA PERSONA HUMANA Y SUS MÚLTIPLES DIMENSIONES

3.3.1. LA UNIDAD DE LA PERSONA Y SU APERTURA A LA


TRASCENDENCIA
 Persona: unidad de cuerpo (dimensión corporal) y alma (dimensión espiritual).
 Persona: capacidad de apertura a la trascendencia.

3.3.2. LA LIBERTAD DE LA PERSONA Y SU SOCIABILIDAD


 “El hombre es ciertamente libre, desde el momento en que puede comprender y
acoger los mandamientos de Dios. Y posee una libertad muy amplia, porque puede
comer de cualquier árbol del jardín. Pero esta libertad no es ilimitada: el hombre debe
detenerse ante el árbol de la ciencia del bien y del mal, por estar llamado a aceptar la
ley moral que Dios le da. En realidad, la libertad del hombre encuentra su verdadera y
plena realización en esta aceptación.”
3.3.2. LA LIBERTAD DE LA PERSONA Y SU SOCIABILIDAD
 Libertad: es tal cuando se ejerce a favor del bien de todos. Es al mismo tiempo
límite y oportunidad.  Conciencia
 Cristo nos revela que la verdadera libertad se realiza en el don de nosotros
mismos a Él y a los hermanos.
 Persona: ser social por naturaleza: vida comunitaria. Comunión & Solidaridad.
 “Es por amor al bien propio y al de los demás que el hombre se une en grupos
estables, que tienen como fin la consecución de un bien común.
 También las diversas sociedades deben entrar en relaciones de solidaridad, de
comunicación y de colaboración, al servicio del hombre y del bien común.”
3.3.3. LA IGUALDAD DIGNIDAD DE TODAS LAS PERSONAS
 Cada persona es “imagen de Dios”: base sobre la que se funda la dignidad de la
misma.
 Reconocimiento dignidad y derechos de cada persona  sociedad crece y se
desarrolla plenamente.
 Respeto a la dignidad de la persona  derecho fundamental.

3.4. LOS DERECHOS HUMANOS


 Declaración Universal de los Derechos Humanos (Naciones Unidas, 10 de
diciembre de 1948)
 Raíz de los Derechos Humanos: dignidad de la persona.
 Se refieren a todas las fases de la vida y en cualquier contexto. Son un conjunto
unitario, orientado decididamente a la promoción de cada uno de los aspectos del
bien de la persona y de la sociedad.
Juan Pablo II ha trazado una lista de estos derechos en la encíclica
Centesimus annus: “El derecho a la vida, del que forma parte integrante el derecho
del hijo a crecer bajo el corazón de la madre después de haber sido concebido; el
derecho a vivir en una familia unida y en un ambiente moral, favorable al desarrollo
de la propia personalidad; el derecho a madurar la propia inteligencia y la propia
libertad a través de la búsqueda y el conocimiento de la verdad; el derecho a
participar en el trabajo para valorar los bienes de la tierra y recabar del mismo el
sustento propio y de los seres queridos; el derecho a fundar libremente una familia, a
acoger y educar a los hijos, haciendo uso responsable de la propia sexualidad.
Fuente y síntesis de estos derechos es, en cierto sentido, la libertad religiosa,
entendida como derecho a vivir en la verdad de la propia fe y en conformidad con la
dignidad trascendente de la propia persona.”[1]
Unidos a los derechos siempre están los deberes que toda persona está
llamada a cumplir y a velar por su cumplimiento. Todos los derechos prevén esta
correlativa responsabilidad, por lo tanto, cuando reivindicamos los derechos
humanos, no podemos olvidar los deberes, dándoles la misma importancia en su
desarrollo y en su violación, pues es la unidad de estas dos realidades la que hace
posible la convivencia fraterna en la sociedad.
Los derechos humanos se hacen también extensibles a toda la comunidad
internacional, ya que lo que es derecho para la persona no puede no serlo para los
pueblos.
[1] CDS, 155.
Los Estados han de garantizar sea la libertad de cada pueblo como su
autodeterminación, así como la cooperación en vista del bien común. Aquí se funda
el derecho fundamental de la paz.
“La solemne proclamación de los derechos del hombre se ve contradicha
por una dolorosa realidad de violaciones, guerras y violencias de todo tipo: en primer
lugar los genocidios y las deportaciones en masa; la difusión por doquier de nuevas
formas de esclavitud, como el tráfico de seres humanos, los niños soldados, la
explotación de los trabajadores, el tráfico de drogas, la prostitución”[2], tales
violaciones se dan también en aquellos países de gobiernos democráticamente
elegidos, por lo que es un deber para todos nosotros custodiar dichos derechos y
velar por ellos, para que sean, de verdad, un bien común y no un privilegio de unos
cuantos.
“La Iglesia confía sobre todo en la ayuda del Señor y de su Espíritu que,
derramado en los corazones, es la garantía más segura para el respeto de la justicia
y de los derechos humanos y, por tanto, para contribuir a la paz: promover la justicia
y la paz, hacer penetrar la luz y el fermento evangélico en todos los campos de la
vida social; a ello se ha dedicado constantemente la Iglesia siguiendo el mandato de
su Señor.”[3] A esta misión estamos también llamados cada uno de nosotros,
creyentes en Jesucristo, miembros de la Iglesia y educadores salesianos que
queremos contribuir con nuestra vocación educativa a crear un mundo más humano
y justo para todos.

[2] Ibíd., 158. [3] Ibíd., 158.


DOCTRINA SOCIAL DE LA IGLESIA
“La persona humana y sus derechos”

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