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HIGIENE LABORAL I - Ing. D.A.Pizarro – Pág.

H I G I E N E

L A B O R A L I

APUNTES 2015
ING. D.A.PIZARRO

HIGIENE LABORAL I – Ing. D.A.Pizarro – Pág.1


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TÉCNICO SUPERIOR EN HIGIENE Y SEGURIDAD LABORAL

HIGIENE LABORAL I (Primer Año) – 5 horas semanales

1. Concepto, significado y aplicaciones de la Higiene Laboral.


2. Relaciones con la Seguridad en los puestos de trabajo.
3. Enfermedad Profesional – Concepto – Agentes contaminantes.
4. Contaminantes físicos, químicos y biológicos – Descripción y análisis – Incidencias.
5. Ruido y Vibraciones : Daños a la salud del trabajador – Mediciones – Unidades – Métodos de
prevención.
6. Carga Térmica : Incidencia en la salud humana – Mediciones – Unidades – Métodos de
prevención.
7. Radiaciones : Ionizantes y no ionizantes – Ultravioleta – Ondas Electromagnéticas – Relaciones
con Medio Ambiente.
8. Contaminantes químicos – Listados en Ley 19587, Decretos 351 y 1338 – Concentración
máxima permitida (C.M.P.) – Exposición – Interpretación – Relaciones con Medio Ambiente.

CONCEPTO DE HIGIENE LABORAL

La Higiene Laboral es la ciencia de la anticipación, la identificación, evaluación y el control de los


riesgos que se originan en el lugar de trabajo o en relación con él y que pueden poner en peligro la
salud y el bienestar de los trabajadores, teniendo también en cuenta su posible repercusión en las
comunidades vecinas y el Medio Ambiente en general.
Promover y proteger la salud y el bienestar de los trabajadores

Otra : Prevención y control de riesgos originados por la actividad o procesos de trabajos

Qué procesos o actividad : Fabricación productos alimenticios


Extracción de materias primas
Fabricación de bienes
Producción de energía
Provisión de servicios

OBJETIVOS DE LA HIGIENE LABORAL :

La Higiene Laboral es la ciencia de la anticipación, la identificación, evaluación y el control de los


riesgos que se originan en el lugar de trabajo o en relación con él y que pueden poner en peligro la
salud y el bienestar de los trabajadores, teniendo también en cuenta su posible repercusión en las
comunidades vecinas y el Medio Ambiente en general.
Promover y proteger la salud y el bienestar de los trabajadores

Otra : Prevención y control de riesgos originados por la actividad o procesos de trabajos

Qué procesos o actividad : Fabricación productos alimenticios


Extracción de materias primas
Fabricación de bienes
Producción de energía
Provisión de servicios

OBJETIVOS DE LA HIGIENE LABORAL :

Protección y promoción de la salud del trabajador, salvaguarda del medio ambiente (laboral y
externo), contribución al desarrollo seguro y sostenible.

FUNCIÓN DE LA H. L. :

Vigilancia continua del medio ambiente laboral para detectar precozmente, eliminar y/o controlar
factores peligrosos, antes de que causen enfermedades nocivas.

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HIGIENE LABORAL (ambiente)

MEDICINA LABORAL
SALUD EN EL TRABAJO

PSICOLOGÍA LABORAL

SECUENCIA DE TAREAS A REALIZAR POR EL PROFESIONAL ESPECIALISTA

1. Identificar riesgos (físicos, químicos, biológicos)


2. Evaluación de exposición (dosis)
3. Interpretación de resultados (muestreos y análisis)
4. Control y seguimientos

Analizando esta secuencia se obtiene como conclusión que :

¡TODO APUNTA A LA PREVENCIÓN DE RIESGOS!

TIPOS DE CONTAMINANTES

Físicos
- Radiaciones ionizantes
- Radiaciones no ionizantes
- Ruidos
- Vibraciones
- Carga térmica

Químicos
- Inorgánicos (SH2, CO, SO2) - Orgánicos (tolueno, benceno, cloruro de vinilo)
- Grupos (ácidos, hidrocarburos) - Humos, nieblas, gases, vapores

Biológicos
- Virus (hepatitis) - Bacterias (tétanos, brucelosis)
- Protozoos (toxoplasmosis) - Hongos (dermatitis)
- Helmintos (gusanos, triquinosis)

CONCEPTOS Y TERMINOLOGÍA
SALUD
“Estado de equilibrio físico, mental y social” (concepto tradicional).

“El hombre considerado como un todo psicobiológico, continuamente vive interaccionando e


interrelacionándose con el sistema social donde él actúa y con el ecosistema donde él habita.
Cuando existe orden, equilibrio o armonía en el hombre como resultado de esta múltiple
interacción, decimos que hay SALUD. Si existe desorden, desequilibrio o disarmonía decimos que
hay enfermedad” (Prof. Dr. Juan José Barboza).

ACCIDENTE
“Suceso anormal no querido ni deseado, que se presenta en forma brusca e inesperada, pudiendo
causar daño a la integridad del trabajador, a bienes y medio ambiente”.

ENFERMEDAD PROFESIONAL
“Patología adversa presentada en el trabajador en detrimento de su salud, por posibles causas
imputables a la exposición prolongada en jornadas laborales, a través del tiempo” (tener en
cuenta las concentraciones de contaminantes).

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SIMILITUD ENTRE ACCIDENTE Y ENFERMEDAD PROFESIONAL

¡¡¡¡ SON EVITABLES !!!!!

DIFERENCIAS

ACCIDENTE : ES SÚBITO Y BRUSCO

ENFERMEDAD PROFESIONAL : A TRAVÉS DE EXPOSICIÓN PROLONGADA

ACCIDENTE

EFECTO

ENFERMEDAD

TIEMPO

HIGIENE LABORAL
“La Higiene Laboral es la ciencia de la anticipación, la identificación, evaluación y el
control de los riesgos que se originan en el lugar de trabajo o en relación con él y que
pueden poner en peligro
la salud y el bienestar de los trabajadores, teniendo también en cuenta su posible
repercusión en las comunidades vecinas y el Medio Ambiente en general”.

Otro concepto :

“Prevención y control de riesgos originados por la actividad o procesos de trabajos”.

SE INTRODUCE EN ESTE ESPACIO EL CONCEPTO DE PREVENCIÓN

¿Qué es la PREVENCIÓN?

“Acciones directas y específicas tendientes a minimizar los riesgos de accidentes y evitar las
enfermedades profesionales”

PROCESOS DE TRABAJOS O ACTIVIDADES

En general podemos resumir todas las actividades del ser humano, relacionadas con el trabajo, en
los siguientes grupos :
- Fabricación de productos alimenticios
- Agropecuarias
- Extracción de materia prima
- Fabricación de bienes
- Producción de energía
- Provisión de servicios

CONCEPTO INTEGRADOR U HOLÍSTICO

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LA HIGIENE LABORAL ES UNA DE LAS MUCHAS CIENCIAS QUE APUNTA Y RESPALDA ACCIONES
TENDIENTES A PRESERVAR LA SALUD DEL HOMBRE.
PARA REAFIRMAR DICHA SENTENCIA VEAMOS LOS SIGUIENTES ESQUEMAS :

SALUD EN
SALUD EN
ENTORNO
ENTORNO
SOCIAL
LABORAL

SALUD INTEGRAL
DEL

HOMBRE

SALUD EN
ENTORNO
AMBIENTAL

SALUD

EN EL PSICOLOGÍA
LABORAL
HIGIENE TRABAJO
LABORAL

MEDICINA
LABORAL

En los esquemas precedentes, se observa que el Concepto de Salud Integral del Hombre, se
“alimenta” de variables que no podemos dejar de considerar en el momento de realizar un Estudio
o Análisis de los puestos de trabajo, esto es, debemos tener presente los aportes realizados por el
entorno social – cultural y medio ambiental.
Además, se deberá tener en cuenta, que, la Salud en el Trabajo, también se “nutre” de
especialidades tales como la Psicología y la Medicina.
Esto indica que nuestra profesión, forma parte de un vasto universo de especialidades, todas
ellas con el mismo supremo objetivo, cual es, la de preservar la Salud del Hombre.

LABORES ESPECÍFICAS DE UN ESPECIALISTA EN HIGIENE LABORAL

• Identificación de los riesgos :


Recorrer entorno – Anotaciones – Verificaciones bibliográficas – Entrevistas y conversaciones con
la/s persona/s expuesta – Anotaciones – Interconsultas
• Evaluación de la exposición :
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Muestreos – Mediciones – Anotaciones – Análisis - Interconsultas – Tiempos de exposición –
Verificaciones bibliográficas (distintos autores – Internet – OIT – ONG´s, S.R.T., S.S.T.S.S.)

• Interpretación de los resultados :


Verificación de dosis máximas s/ Normativa – Interconsultas – Anotaciones

• Control y seguimientos :
Planificación de seguimientos – Cronogramas de nuevos muestreos – Anotaciones – Interconsultas

S E I N S I S T E E N Q U E

LO EXPUESTO APUNTA A LA PREVENCIÓN DE

E N F E R M E D A D E S P R O F E S I O N A L E S

CONDICIONES AMBIENTALES LABORALES

C O N T A M I N A N T E S

Contaminante es todo agente con efectos indeseables para la Salud y el Bienestar Humanos.

AGENTES

Contaminantes Físicos
Contaminantes Químicos
Contaminantes Biológicos

CONTAMINANTES FÍSICOS

Fenómenos generalmente de carácter energético :

Radiaciones ionizantes Radiaciones no ionizantes


Ruidos y vibraciones Estrés térmico
Entornos hiperbáricos Entornos hipobáricos

Actividades : Centrales nucleares, Medicina Nuclear, Talleres metalúrgicos (soldadores,


amoladores), Carpinterías, Calderistas, Buzos, Actividades en alta montaña (minería, geología,
deportivas).

CONTAMINANTES QUÍMICOS

Toda materia orgánica o inorgánica, natural o sintética, carente de vida propia, que puede
condicionar o modificar el desarrollo o actividades del ser humano.
Los contaminantes químicos de mayor importancia en el medio laboral son los que se encuentran
en el aire, por lo tanto son respirados y tienen contacto vía dérmica o digestiva.
Inorgánicos : SH2, CO, SO2 (sulfídrico, monóxido, dióxido de azufre).
Orgánicos : Tolueno, Acetatos, Benceno, Cloruro de vinilo.
Grupos : Hidrocarburos, Cetonas, Acidos.
Actividades : Talleres mecánicos (chapería y pintura), Bodegas, Refinerías, Fábrica de pinturas,
Manipulación combustibles, Lubricentros, Estaciones de Servicio.
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CONTAMINANTES BIOLÓGICOS

Los contaminantes o agentes biológicos son microorganismos u otros seres vivos que pueden
producir enfermedades infecciosas a los trabajadores, como resultado del contacto con éstos en el
entorno laboral.
Estos organismos pueden clasificarse según sus características, en cinco grupos principales, a
saber :
• Virus
• Bacterias
• Protozoos
• Hongos
• Helmintos o gusanos

Actividades : Laboratorios, Cría de animales (cerdos, vacunos, aves, cabras), Mataderos,


Preparación comidas, Agro, Depósitos de alimentos.

C O N T A M I N A N T E S BIOLÓGICOS

A diferencia de los contaminantes químicos y físicos, son seres vivos, o sea organismos con un
determinado ciclo de vida que al ingresar en el hombre ocasionan enfermedades de tipo infeccioso
o parasitario.
La fiebre de malta (brucelosis), el tétano (microorganismos anaeróbico), la hepatitis B o la fiebre
tifoidea, son algunos ejemplos de enfermedades debidas a agentes biológicos.
El Huésped (hombre o animal), es el que los aloja y proporciona las condiciones adecuadas
(temperatura, humedad, alimento) para el desarrollo de los agentes Biológicos patógenos.
Otras actividades expuestas a contaminantes biológicos pueden ser : hospitales, Centros de Salud,
Sector Agrícola – Ganadero (lanas, polvos de ajos, trigo, maíz, silos de cereales por el moho),
Carnicerías, Restaurantes (cocineros), Trabajadores recolectores residuos (urbano - domiciliario y
patológicos).
Más arriba decíamos que estos contaminantes biológicos podían dividirse en cinco grupos
principales : Virus, bacterias, protozoos, hongos y helmintos o gusanos.

VIRUS
Son las formas de vida más simple, de tamaño extraordinariamente pequeño, sólo visibles con
microscopio electrónico. No se puede determinar si pertenecen al reino vegetal o animal. Su ciclo
vital requiere inexorablemente la existencia de un huésped, es decir para poder reproducirse,
necesita ingresar a un ser vivo (célula).
Algunos virus son responsables de enfermedades como el sarampión, la viruela, la rabia que afecta
el sistema nervioso, la hepatitis B que ataca el hígado.
Algunos portadores de virus : mosquitos, garrapatas y pulgas.
Enfermedades virales : poliomielitis, meningitis.

BACTERIAS
Son organismos, también muy pequeños, algo más complejos que los virus. A diferencia de ellos,
son capaces de vivir sin necesidad de pasar por un huésped intermedio. Están formados por una
sola célula, que se encuentran en todos los medios donde vive el hombre. Una gran cantidad de
ellas viven normalmente en el intestino y en la faringe o garganta del cuerpo, y sin embargo, a
pesar de ello no producen daño, pues se encuentran en equilibrio con las defensas del organismo.
Las bacterias son eliminadas con los desechos del cuerpo : sudor, orina, secreciones respiratorias y
excrementos.
Al pasar a otra persona, si ésta no tiene suficientes defensas, puede reproducirse rápidamente y
provocar una infección o una intoxicación.
Algunos ejemplos : tétano, brucelosis.
Enfermedades bacterianas : fiebre tifoidea, tuberculosis, diarreas.

PROTOZOOS
Organismos formados por una sola célula, la mayoría de vida libre, más evolucionado que las
bacterias, algunos viven como parásitos de los vertebrados, necesitando en algunos casos, de
varios huéspedes para completar su desarrollo.
Tiene la particularidad que se pueden “enquistar”, o sea, formar una capa protectora, y así evitan
que las defensas del cuerpo humano los destruyan.
Los protozoarios invaden la pared del intestino, y pasan de allí a la sangre, donde se reproducen y
ocasionan lesiones en órganos como el hígado y el cerebro.
La enfermedad más conocida de éstas es la amebiasis (infecciones del intestino) y la toxoplasmosis
(infección especialmente grave en las embarazadas, ya que pueden originar malformaciones en el
feto).
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La transmisión de un lugar a otro, en varios casos, se concreta a través de insectos.
Las enfermedades provocadas por protozoos se pueden manifestar también como diarreas,
meningo-encefalitis.

HONGOS
Son formas de vida microscópicas, pertenecen al reino vegetal. Son más evolucionados que las
bacterias y pueden estar formados por una o varias células. Una diferencia importante de los
hongos respecto a las bacterias es que se reproducen por medio de las llamadas esporas. Estas
son células cubiertas de una capa protectora muy resistente, tanto así que la única forma de
eliminarlas es elevando la temperatura a 100°C o más.
La mayoría de los hongos requieren de bastante humedad, y cuando ingresan al organismo
también actúan como las bacterias.
Una de las enfermedades más manifiestas es la famosa “dermatofitosis”.

GUSANOS PARÁSITOS
Son animales formados por varias células con ciclos vitales complicados y con diversas etapas de
desarrollo. Así, es frecuente que completen cada una de sus fases de crecimiento (huevo, larva,
adulto) en diferentes huéspedes (animales, hombre) y que la transmisión de un huésped a otro se
lleve a cabo por diferentes vías (heces, agua, alimentos, insectos).
Por otro lado, la mayoría se alimenta de nuestra propia comida, que llega al intestino, y la
consumen antes de que sea absorbida. Por eso, los pacientes con estos parásitos están muy
débiles y son presa fácil de otras enfermedades.
Los ejemplos de estas enfermedades más frecuentes son : triquinosis, teniasis o solitaria,
cisticercosis (que es una variante de la solitaria pero más dañina), oxiuriasis (gusanos pequeños
blancos), ascaridiasis (gusanos largos de color oscuro).

MEDIOS DE TRANSMISIÓN

• Agua
• Aire
• Suelo
• Animales
• Materias primas

AGUA
El agua juega un importante papel dentro del ambiente laboral como vía de transmisión de agentes
infecciosos y parasitarios, fundamentalmente intestinales, y que van a ingresar desde este medio al
organismo humano, principalmente, por un proceso de ingestión.
Existe una amplia lista de enfermedades capaces de ser transmitidas por el agua, las cuales
pueden tener diferentes orígenes : bacteriano, viral, fungoso (hongos), amebiano.
El riesgo de transmisión de cada una de ellas dependerá de la naturaleza de la contaminación del
agua, así como del uso de la misma en una determinada actividad laboral.
Particularmente importante, es el papel del agua como vía de transmisión de enfermedades
parasitarias en determinados trabajos agrícolas, sobre todo en zonas subdesarrolladas, así como
para los trabajadores que de alguna forma, entran en contacto con aguas residuales (poceros, o el
personal de plantas de tratamiento de aguas).

AIRE
Actúa como vía de transmisión de todos los agentes biológicos que pueden presentarse en
suspensión (tal es el caso de la mayor parte de los derivados de animales o vegetales).
Los microorganismos en el aire se presentan “pegados” a pequeñas partículas de polvo.
Por lo tanto, el riesgo biológico producido por la transmisión a través del aire se ve incrementado
por la sequedad del mismo. Los organismos patógenos ingresarán al sistema respiratorio por un
proceso de respiración lógico del ser humano.

SUELO
Del contacto del trabajador con el suelo, se puede derivar, principalmente, los siguientes riesgos de
carácter biológico :
• Enfermedades infecciosas : tétanos
• Enfermedades parasitarias : anquilostomiasis y ascariasis entre las más frecuentes. Los huevos
y formas infectivas de los agentes causantes de estas enfermedades, suelen estar presentes en
el suelo procedentes principalmente de las heces y orina de otros animales infectados.
• Picaduras de animales venenosos : el suelo constituye el medio donde se desarrolla la vida de
numerosas arañas, escorpiones, serpientes, etc. Estos animales pueden causar un daño
considerable al hombre a través de su veneno.
La vía de penetración de estos agentes en el organismo humano será por inoculación.
No obstante, para precisar el riesgo biológico de trabajos que supongan un contacto con el suelo
(minería, perforaciones, agricultura, plantaciones), hay que tener en cuenta la zona en la que se

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realicen los trabajos, las enfermedades endémicas de esta zona, así como los posibles animales
parasitarios y venenosos existentes.

ANIMALES
Los vertebrados superiores, animales domésticos o salvajes, son agentes transmisores de una serie
de enfermedades que se conocen con el nombre de zoonosis, siendo un fenómeno raro el que una
zoonosis se transmita de persona a persona.
Una importante incidencia de zoonosis se dará, en las personas que trabajen directamente con
animales o con sus productos, o bien, que compartan con los mismos un determinado ambiente en
el que puede existir además, determinados invertebrados (insectos, garrapatas, moluscos) que
pueden actuar como transmisores de la enfermedad.
Los agentes biológicos transmitidos por animales ingresan al organismo del trabajador por contacto
directo o por inoculación.

MATERIAS PRIMAS
Las materias primas naturales, aunque en sí mismas pueden presentar un riesgo biológico,
constituyen en muchas ocasiones un medio adecuado para el desarrollo de microorganismos.
En este grupo se incluyen fundamentalmente las materias de la industria alimenticia (carne,
pescado, fruta, verdura y la mayoría de las materias primas utilizadas en las industrias de pieles y
curtidos; la madera y el corcho; laboratorios).
Nota importante : los aceites utilizados como lubricantes y refrigerantes en procesos de
mecanizado y deformación de metales, aunque no son una materia prima, se citan en este
apartado, ya que constituyen un excelente medio para el desarrollo de determinados
microorganismos (hongos y bacterias) que son causa de importantes afecciones dérmicas en la
industria siderometalúrgica.
El acceso al organismo humano de los agentes biológicos transmitidos por la materia prima, tendrá
lugar de diferentes formas : inhalación, ingestión y contacto.

ACTIVIDADES CON RIESGOS BIOLÓGICOS

I - Laboratorios de Investigación y Laboratorios Clínicos – Hospitales.


(comprenden también Centros de Salud, veterinarias)

Tareas que pueden involucrar riesgos


 Manejo de microorganismos patógenos o desconocidos.
 Contacto con animales de experimentos.
 Contacto con fluidos biológicos, tejidos, cadáveres (de procedencia animal o humana).
Formas de transmisión de los agentes patógenos en los trabajos de laboratorios
 Contacto a través de la piel o mucosas.
 A través de heridas que pueden provocarse por agujas de jeringas contaminadas, vidrios.
 Por vía digestiva
 Por vía respiratoria
En cuanto al personal afectado por este tipo de exposición, tenemos en primer lugar a
investigadores y técnicos de laboratorios. Luego, al personal encargado de la cría de los animales
de laboratorio, de la desinfección del material, de limpieza.
Son numerosas las enfermedades que pueden producirse en este tipo de laboratorios a
consecuencia de una infección, entre las más comunes se dan : hepatitis vírica (sobre todo en
laboratorios clínicos), zoonosis (toxoplasmosis, ántrax), dermatosis y dermatomicosis
(dermatofitosis)

MEDIDAS DE PREVENCIÓN

 Capacitación al personal sobre los riesgos a que se encuentran expuestos. Ello requerirá
amplia información sobre los elementos que se utilizan.
 Provisión de los Elementos de Protección Personal adecuados para cada riesgo (guantes de
PVC, guantes de látex, protección respiratoria, protección ocular, cofias, botas, )
 Obligación de usar los E.P.P. que se proveen.
 Verificación de ventilación y/o sistemas de extracción y renovación del aire.
 Verificación de esterilizaciones.
 Planificación de Gestión de Residuos Patológicos y Residuos Sólidos Comunes.
 Orden y limpieza de los sectores y puestos de trabajo

II – Agricultura y Ganadería

Las principales actividades son cultivo, recolección y cuidados vegetales y cría de ganado.
Las enfermedades más comunes que emanan de esta actividad a través de la exposición a agentes
biológicos son la zoonosis y trastornos alérgicos que afectan el sistema respiratorio.
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Entre éstas, algunas son importantes infecciones profesionales tales como el tétano, la
rinosporidiosis, etc.
Los trabajadores más expuestos a este grupo de zoonosis son aquellos que se ocupan de los
animales (criadores, mozos de cuadras, porquerizas, avícolas, cabras). Ello por el manejo de
alimentos para los animales, recolección y disposición de heces).
En estos casos el papel de los insectos como agentes transmisores es muy importante.

MEDIDAS DE PREVENCIÓN

 Capacitación al personal sobre los riesgos a que se encuentran expuestos. Ello requerirá
amplia información sobre los elementos que se manipulan.
 Provisión de los Elementos de Protección Personal adecuados para cada riesgo (guantes de
PVC, guantes de látex, protección respiratoria, protección ocular, cofias, botas)
 Obligación de usar los E.P.P. que se proveen.
 Verificación de ventilación y/o sistemas de extracción y renovación del aire.
 Planificación de Gestión de Residuos originados por el establecimiento (efluentes con carga
biológica nociva, contaminación de aguas).
 Habilitación y uso de baños para higiene de todos los operarios.
 Permanente docencia y transmisión de conocimientos.
 Orden y limpieza en los puestos de trabajo

III - Industrias Alimenticias

Las afecciones que pueden originarse como consecuencia de la exposición a riesgos biológicos en
las Industrias Alimenticias se manifiestan como :
- Alteraciones respiratorias en ambientes pulverulentos (fundamentalmente moliendas).
- Dermatosis (picazón) ocasionadas por productos orgánicos irritantes y además, en muchos casos,
por la presencia de hongos asociados a la materia prima.
- Zoonosis (por contacto directo o inoculación).

MEDIDAS DE PREVENCIÓN

 Capacitación al personal sobre los riesgos a que se encuentran expuestos. Ello requerirá
amplia información sobre los elementos que se manipulan.
 Provisión de los Elementos de Protección Personal adecuados para cada riesgo (guantes de
PVC, guantes de látex, protección respiratoria, protección ocular, cofias, botas)
 Obligación de usar los E.P.P. que se proveen.
 Verificación de ventilación y/o sistemas de extracción y renovación del aire.
 Planificación de Gestión de Residuos originados por el establecimiento (efluentes con carga
biológica nociva, contaminación de aguas).
 Habilitación y uso de baños para higiene de todos los operarios.
 Permanente docencia y transmisión de conocimientos
 Orden y limpieza en sectores y puestos de trabajo

IV – Industria del algodón

La enfermedad característica es la bisinosis. Esta es una afección respiratoria que se produce por
la inhalación prolongada del polvo generado durante el procesado, limpieza e hilado del algodón y
también de otras fibras de origen vegetal.
La bisinosis se caracteriza por una opresión torácica y falta de aire al comenzar a trabajar en el
entorno pulverulento.
Si bien es un agente físico, la interrelación que existe es que en las motas de polvo (o fibras), se
encuentran asociadas hongos y bacterias que sí son agentes biológicos.

MEDIDAS DE PREVENCIÓN

 Capacitación al personal sobre los riesgos a que se encuentran expuestos. Ello requerirá
amplia información sobre los elementos que se manipulan.
 Provisión de los Elementos de Protección Personal adecuados para cada riesgo (guantes de
PVC, guantes de látex, protección respiratoria, protección ocular, cofias, botas)
 Obligación de usar los E.P.P. que se proveen.
 Verificación de ventilación y/o sistemas de extracción y renovación del aire.
 Planificación de Gestión de Residuos originados por el establecimiento (efluentes con carga
biológica nociva, contaminación de aguas).
 Habilitación y uso de baños para higiene de todos los operarios.
 Permanente docencia y transmisión de conocimientos
 Orden y limpieza en sectores y puestos de trabajo

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V - Producción de abonos orgánicos

La manipulación de estiércol supone un contacto directo con los microorganismos y parásitos


presentes en el excremento animal, con alto peligro de contraer zoonosis, tales como : brucelosis,
tuberculosis bovina, psitacosis.
Además, la exposición es tan intensa que es fácil adquirir muchas parasitosis, siendo la
anquilostomiasis, una de las más frecuentes.
Se manifiesta además, la posibilidad de alto riesgo de contraer tétanos por la infección de heridas.

MEDIDAS DE PREVENCIÓN

 Capacitación al personal sobre los riesgos a que se encuentran expuestos. Ello requerirá
amplia información sobre los elementos que se manipulan.
 Provisión de los Elementos de Protección Personal adecuados para cada riesgo (guantes de
PVC, guantes de látex, protección respiratoria, protección ocular, cofias, botas)
 Obligación de usar los E.P.P. que se proveen.
 Verificación de ventilación y/o sistemas de extracción y renovación del aire.
 Planificación de Gestión de Residuos originados por el establecimiento (efluentes con carga
biológica nociva, contaminación de aguas).
 Habilitación y uso de baños para higiene de todos los operarios.
 Permanente docencia y transmisión de conocimientos
 Orden y limpieza en sectores y puestos de trabajo

VI - Planta de tratamientos de aguas residuales


Los estudios confirman el riesgo potencial de adquisición de enfermedades infecciosas tales como :
brucelosis, tétanos, fiebre tifoidea, hepatitis viral, cólera. También las parasitarias amebiasis y
ascariasis.

MEDIDAS DE PREVENCIÓN

 Capacitación al personal sobre los riesgos a que se encuentran expuestos. Ello requerirá
amplia información sobre los elementos que se manipulan.
 Provisión de los Elementos de Protección Personal adecuados para cada riesgo (guantes de
PVC, guantes de látex, protección respiratoria, protección ocular, cofias, botas)
 Obligación de usar los E.P.P. que se proveen.
 Verificación de ventilación y/o sistemas de extracción y renovación del aire.
 Planificación de Gestión de Residuos originados por el establecimiento (efluentes con carga
biológica nociva, contaminación de aguas).
 Habilitación y uso de baños para higiene de todos los operarios.
 Permanente docencia y transmisión de conocimientos
 Orden y limpieza en sectores y puestos de trabajo
 Control de insectos y animales propagadores (vectores).

VII - Servicios de limpieza urbana

Personal que realiza limpieza y barrido de calles y recolección de residuos sólidos urbanos.
El riesgo biológico se encuentra siempre presente. Se da por el contacto directo de basuras y
desperdicios, con la consiguiente posibilidad de infección por contacto e inhalación.
Estos problemas se agudizan por la frecuencia de cortes o lastimaduras en la piel que facilitan la
entrada al organismo de gérmenes patógenos.

MEDIDAS PREVENTIVAS

 Capacitación al personal sobre los riesgos a que se encuentran expuestos. Ello requerirá
amplia información sobre los elementos que se manipulan.
 Provisión de los Elementos de Protección Personal adecuados para cada riesgo (guantes de
PVC, guantes de látex, protección respiratoria, protección ocular).
 Obligación de usar los E.P.P. que se proveen.
 Habilitación y uso de baños para higiene de todos los operarios una vez concluidas las
tareas.
 Permanente docencia y transmisión de conocimientos

Hasta aquí se han expuesto algunas de las múltiples actividades laborales que involucran Riesgos
Biológicos.

IMPORTANTE : Observando detenidamente las Medidas de Prevención en cada actividad con Riesgo
Biológico, captamos en forma inmediata, que difieren muy poco entre ellas. Esto nos indica una

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generalización en cuanto a la adopción de las mismas (capacitación o docencia permanente, orden
y limpieza, higiene personal, provisión y uso obligatorio de E.P.P.)
La diferencia la dará lo específico de cada actividad.

EVALUACIÓN DEL RIESGO BIOLÓGICO

Se deberá proceder a identificar y evaluar los riesgos biológicos que encierra una
actividad laboral determinada, atendiendo a dos criterios básicos :

1° Criterio : Grupo de riesgo del agente biológico

Los agentes biológicos se clasifican en cuatro grupos :

 Grupo 1 : difícilmente cause enfermedad en el hombre


 Grupo 2 : agente patógeno (o sea el causante de la enfermedad) que difícilmente se pueda
propagar a la comunidad.
 Grupo 3 : agente biológico patógeno que puede causar enfermedad grave al hombre, con
riesgo de que se propague a la comunidad. En este caso se implementan medidas de
profilaxis, controles médicos y tratamientos específicos.
 Grupo 4 : agente biológico patógeno que causa enfermedad grave en el hombre y existen
altas posibilidades de que se propague a la comunidad. Se incrementa el grado de
peligrosidad, pues no existe generalmente medidas profilácticas o tratamientos específicos.
Se actúa o procede cuando se presenta el caso (ej.: HIV).

2° Criterio : Grado de exposición.

Se distinguen dos situaciones estadísticamente comprobadas :

 Aquellas que, sin intención, manipulan agentes biológicos. Ejemplo típico de esta
circunstancia, es el contacto con animales (zoonosis), trabajos de asistencia sanitaria
(hospitales, centros de salud, recolección de residuos).
 Cuando específicamente existe la intención deliberada de manipuleo de agentes biológicos.
Entre ellos, los laboratorios sean clínicos o de investigación, industrias farmacéuticas donde
intervienen los agentes biológicos (vacunas).

CÓMO SE PROCEDE – IDEA DE METODOLOGÍAS


El estudio de la presencia de agentes biológicos en un ambiente laboral, implicaría tres fases muy
bien diferenciadas, ellas son :

1. Identificación del contaminante


En los casos en que exista intención, según vimos en el párrafo anterior, del manejo de
agentes biológicos, evidentemente se conoce el mismo, por lo tanto es muy rápida y
eficaz la individualización del contaminante.
Cuando no existe intención deliberada de emplear o manipular agentes biológicos, pero,
dadas las características de la actividad laboral se sospecha que puede existir riesgo de
exposición a estos agentes biológicos, la identificación del mismo, se realizará a través de
técnicas de medición (participación de equipos especiales de tomas de muestras).

2. Técnicas de muestreo de microorganismos


Se expondrá a continuación, a modo de información general, las distintas técnicas o métodos
existentes para el muestreo de los organismos en aire y superficie :
a – Ambiental
Se toma un volumen determinado de aire del medio ambiente laboral y se lo hace
pasar por algún elemento de retención donde quedan interceptados los
microorganismos (filtros, gelatinas de características dimensionales diferentes
acordes al supuesto microorganismo a detectar).
b – De superficie
La ropa, muebles u otro tipo de superficie, debido a las condiciones habituales de
uso, o bien a una deficiente limpieza o desinfección, pueden actuar como
reservorios de los contaminantes biológicos. Los procedimientos para muestreo en
superficie, constan de un medio de cultivo sólido o líquido, que, de acuerdo a la
dificultad de acceso para efectuar una toma de muestra, se usará una placa de
contacto u otros elementos.
3. Valoración de la situación
HIGIENE LABORAL I – Ing. D.A.Pizarro – Pág.12
HIGIENE LABORAL I - Ing. D.A.Pizarro – Pág.13
Lamentablemente, no se han establecido aún criterios de valoración para agentes biológicos (o
sea cantidad de microorganismos por decímetro cúbico de aire, o por metro cúbico de aire del
entorno, valores de referencia, etc.)
Las características de los mismo, la facilidad que prestan algunos de ellos para modificar su
estructura genética (recordar las mutaciones de los virus para hacerse más resistentes),
variando de ese modo su capacidad de infección, las grandes diferencias que presentan los
sectores de actividad en que se encuentran, hacen prácticamente imposible establecer valores
de referencia válidos para cualquier situación en que aparezca este tipo de contaminante.
Esto provoca que, en estos casos, la estrategia a utilizar sea la investigación y detección de los
posibles focos de contaminación, su eliminación, reducción o control, y la vigilancia médica de
las personas que pudieran estar expuestas.
MEDIDAS DE PREVENCIÓN
Es necesario insistir en las Medidas de Prevención a adoptarse en cada caso. Es también imperioso
perseverar y presionar en dichas medidas para la cabal aceptación, en primera instancia, y, luego
en la aplicación, control y seguimiento posteriores.
Para la adopción de estas Medidas de Prevención, se deberán tener en cuenta los diferentes
elementos que conforman los normales Procedimientos de Trabajo, esto es :
 La fuente de emisión del contaminante
 El medio de propagación
 El receptor

AXIOMA DEL ESPECIALISTA

“EL MAYOR GRADO DE PREVENCIÓN SE CONSIGUE


EN LA FUENTE DE EMISIÓN
DEL CONTAMINANTE”

Algunas de las medidas preventivas que son de segura aplicación a las diversas situaciones de
trabajo :
 Métodos de actuación sobre el foco de emisión
 Selección de equipos y diseño del proceso.

Lo ideal : Eliminación total de la emisión de contaminantes.


Lo real : Toma de medidas para minimizar la emisión de contaminantes
Para alcanzar el objetivo de “minimización de emisión” :
1. Sustitución : siempre que el proceso lo permita, se sustituirá el agente biológico, por otro
que no sea peligroso.
2. Modificación del Proceso : cambio de un proceso u operación por otro menos contaminante.
Por ejemplo reemplazo de métodos manuales de manipulación de abonos orgánicos, por
otro automatizado.
3. Encerramiento del proceso : las operaciones pueden ser aisladas mediante un
encerramiento, con lo cual queda minimizada la exposición.

MEDIDAS DE ACTUACIÓN SOBRE EL MEDIO DE DIFUSIÓN


Estos principios se plantean para tender hacia la disminución de la dispersión del contaminante.
Recordar que los principales medios de difusión son el aire y el agua.
• Limpieza : una limpieza adecuada de los puestos de trabajo, disminuye sensiblemente los
riesgos de altos niveles de contaminación
• Ventilación por dilución : la dilución del aire contaminado mediante aire limpio conduce a la
reducción de los niveles de contaminación presentes en un ambiente determinado.
• Es también importante mantener el lugar a presión negativa respecto de la presión atmosférica.
Atentos a esta medida, en función del agente biológico manipulado, debe filtrarse el aire
introducido y también el extraído del puesto de trabajo, con filtros de aire de elevado
rendimiento en cuanto a la retención de los agentes.

CONTROL DE VECTORES
HIGIENE LABORAL I – Ing. D.A.Pizarro – Pág.13
HIGIENE LABORAL I - Ing. D.A.Pizarro – Pág.14
Los insectos y roedores pueden ser portadores automáticos de agentes biológicos patógenos.
MEDIDAS DE ACTUACIÓN SOBRE EL RECEPTOR
Formación e Información
Esta medida, en resumidas cuentas, no es más que Conocimientos y Capacitación.
En todos los estratos de una organización se debe instalar la conciencia de los riesgos a que se
encuentran expuestos todos los trabajadores, desde el propietario o propietarios, pasando por los
niveles gerenciales, medios, supervisores, administración y operativo.
Además de los profundos conocimientos que debe poseer el especialista, debe saber también cómo
transmitirlos a todos los niveles más arriba detallados. Esto se logrará con una difusión clara y
concreta sobre los riesgos que supone la manipulación y cercanía de agentes biológicos (una gran
ayuda para el especialista es el uso de señalizaciones y carteles de peligro biológico).
Elementos de Protección Personal (E.P.P.)
Si bien se atacarán las fuentes de emisión de agentes biológicos contaminantes para la reducción
de riesgos, es cierto también que en muchos casos sea prácticamente imposible dicha reducción.
Ante esta eventualidad, se deberá proveer al personal de todos los E.P.P. apropiados y
adecuados para las tareas, exigiendo además, el uso permanente de los mismos (guantes,
protectores respiratorios, protectores oculares, calzado, delantales, cofias).
Instalaciones Sanitarias e Higiene Personal
Importante medida de prevención es la habilitación de cuartos de aseo personal que incluyan
productos para lavado de ojos, manos y antisépticos para la piel.
Se deberá contar, además con un estricto control y seguimiento médico – sanitario.

RESUMEN DE ACCIONES QUE DEBERÁ EMPRENDER EL ESPECIALISTA


Ante la presencia de un problema de índole biológico, el especialista deberá agudizar su percepción
sustentada ésta a través de los conocimientos sobre Contaminación Biológica, sugiriéndose, en
todos los casos, informarse previamente en relación a los puestos de trabajo, entornos y ambientes
laborales, consulta de bibliografía especializada, estudio de antecedentes del establecimiento o de
casos similares, entre otras actividades preliminares.
Se quiere dejar constancia en estos esquemas de la complejidad del problema higiénico, para
evitar adoptar tratamientos simplistas del mismo, que podría conducir a tomar decisiones erróneas,
sean en la ejecución de controles como de adaptación o modificaciones de infraestructura e
instalaciones.
Se analizarán los diferentes factores que intervienen en un problema higiénico, permitiendo la
aplicación de medidas técnicas o médicas de control y la reducción, minimización o, el caso ideal,
eliminación de las situaciones de riesgo biológico.
El siguiente Diagrama de Flujo dará una idea para la realización de estudios formales en una forma
metódica.
- Actividad de la Empresa y su organización
del trabajo. CONOCIMIENTO
- Tecnología del proceso DEL
- Ubicación del proceso PROCESO
- Tiempos del proceso
- Estudio de los puestos de trabajo

- Conocimiento de materiales empleados


- Conocimiento de sustancias empleadas RECOPILACIÓN IDENTIFICACIÓN
- Identificación cualitativa y cuantitativa DE DE
DATOS PELIGROS Y/O
de posibles o probables contaminantes
- Toma de datos RIESGOS

- Tiempo y periodicidad de las


VALORACIÓN
exposiciones
DE LA
- Determinación de concentraciones
EXPOSICIÓN
- Características ambientales laborales

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ESTIMACIÓN
DE LOS
RIESGOS

Toma de muestras ANÁLISIS


REALIZADOS

VALORACIÓN
DE LOS
Métodos de muestreo RIESGOS

CRITERIOS DE
VALORACIÓN

RIESGOS
EXISTENTES
COMPROBADOS

MEDIDAS DE
CONTROL A
IMPLEMENTAR

CONTROL DEL RIESGO

Los factores o variables básicas que intervienen en el Proceso de Control de Riesgos Biológicos son:
 Fuente de emisión del contaminante
 Medio de difusión del contaminante (aire, agua, suelo, animales, materias primas)
 Trabajadores expuestos

SISTEMAS DE CONTROL DEL RIESGO BIOLÓGICO

RIESGO BIOLÓGICO SISTEMAS DE CONTROL


o Sustitución de productos
FUENTE EMISORA o Modificación del proceso
DEL o Encerramiento o aislamiento del proceso
CONTAMINANTE o Mantenimiento
o Selección de equipos y diseños apropiados
o Limpieza e Higiene
MEDIOS o Ventilación por dilución
DE o Aumento de distancia fuente – receptor
DIFUSIÓN o Sistemas de alarmas
o Mantenimiento
o Formación, información y adiestramiento
o Rotación del personal
TRABAJADORES o Encerramiento o aislamiento del trabajador
EXPUESTOS o Control y reconocimiento médico de los
trabajadores expuestos
o Protección personal (uso de E.P.P.)
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De todas las medidas expuestas más arriba, las más eficaces desde el punto de vista de la Higiene
Laboral, son las que actúan sobre la Fuente de Emisión del contaminante. Luego, actuando sobre
el medio difusor cuando no ha sido posible la eliminación en al fuente.
Por último, sólo sobre los trabajadores expuestos cuando no ha sido posible accionar sobre los
anteriores estadios.
No obstante, se adoptan medidas de uso obligatorio de Elementos de Protección Personal como
precauciones complementarias de otras.
Como resumen, las acciones se centrarán en la eliminación total (ideal), o reducción al
mínimo del grado de contaminación biológica existente en el ambiente laboral.

ALGUNOS CASOS PRÁCTICOS DE EXPOSICIÓN A AGENTES BIOLÓGICOS

PANADERÍAS

La fabricación de alimentos a partir de féculas y azúcares se realiza en las panaderías y los centros
de producción de galletitas, tartas y pasteles. Los riesgos para la salud y la seguridad que
plantean las materias primas, las instalaciones, los equipos y los procesos de fabricación en estos
centros son todos similares. Nos centraremos en pequeñas panaderías (pan, tortas, facturas).

Producción
La fabricación de pan consta de tres fases principales: mezcla y moldeo, fermentación y cocción.
Tales procesos se llevan a cabo en áreas de trabajo diferentes, como son el almacén de materias
primas, la sala de mezcla y moldeo, las cámaras refrigeradas y fermentación, el horno, la sala de
refrigeración y la zona de envolvimiento y empaquetado. Las instalaciones para la venta suelen
encontrarse anexas a los lugares de fabricación.
Para elaborar la masa, se combinan harina, agua, sal y levadura. La mezcla a mano ha sido
sustituida en buena medida por la utilización de mezcladoras mecánicas. Las batidoras se utilizan
en la fabricación de otros productos. La masa se deja fermentar en una atmósfera cálida y húmeda
y, posteriormente, se divide, pesa, moldea y cuece.
Los hornos de producción a pequeña escala son del tipo de hogar fijo, con transferencia de calor
directa o indirecta. En el primer caso, el revestimiento refractario se calienta de modo intermitente
o continuo antes de cada carga. Los gases generados pasan a la chimenea a través de orificios
ajustables situados en la parte posterior de la cámara. En el tipo indirecto, la cámara se calienta
con el vapor que pasa por los conductos situados en la pared de la misma o mediante la circulación
de aire caliente forzada. El horno puede ser alimentado con madera, carbón, petróleo, gas ciudad,
gas de petróleo licuado o electricidad. En las áreas rurales, aún se encuentran hornos con hogares
calentados directamente por hogueras de leña. El pan se introduce en el horno con la ayuda de
palas o bandejas. El interior puede iluminarse de forma que pueda observarse el pan en plena
cocción a través de las ventanas de la cámara. Durante la cocción, el aire de la cámara se carga
con el vapor de agua generado por el producto y/o introducido en forma de vaho. El exceso de este
vapor suele perderse por la chimenea, aunque también puede dejarse abierta la puerta del horno.

Riesgos y su prevención

Condiciones de trabajo
Las condiciones de trabajo en las panaderías artesanales pueden presentar las características
siguientes: trabajo nocturno que comienza a las 2 o las 3 de la madrugada, sobre todo en los
países mediterráneos, donde la masa se prepara por
la noche; instalaciones plagadas de vectores como cucarachas, ratones y ratas, que pueden ser
portadores de microorganismos patógenos (deben utilizarse materiales de construcción apropiados
para garantizar que las instalaciones se mantengan en un estado de higiene adecuado); reparto del
pan a domicilio, que no siempre se efectúa en las condiciones de higiene oportunas y que puede
obligar a soportar un carga de trabajo excesiva; remuneración escasa.

Instalaciones
Las instalaciones suelen ser anticuadas, se encuentran en mal estado y plantean problemas de
salud y seguridad considerables. La situación es especialmente grave en los locales alquilados,
cuando ni el arrendatario ni el arrendador pueden permitirse el coste de la renovación. Las
superficies del suelo pueden estar resbaladizas cuando están húmedas, aunque son
razonablemente seguras en estado seco. Deben emplearse superficies antideslizantes siempre que
sea posible. La higiene general se resiente debido a las deficiencias de los servicios sanitarios, el
aumento de los riesgos de intoxicación, explosión e incendio y la dificultad de modernizar los
equipos pesados de las fábricas de pan debido a las condiciones de arrendamiento.
Las instalaciones de tamaño reducido no pueden dividirse adecuadamente; en consecuencia, los
pasillos y las vías de paso se bloquean o se cubren de desechos, la disposición espacial de los
equipos es inadecuada, la manipulación resulta difícil y el peligro de resbalones y caídas, choques
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con la maquinaria, quemaduras y lesiones debidas al agotamiento aumenta. Cuando las
instalaciones se sitúan en dos o más pisos, existe el peligro de caída desde altura. Las ubicadas en
sótanos suelen carecer de salidas de emergencia, tienen escaleras de acceso estrechas, en espiral
o demasiado empinadas y están equipadas con una iluminación artificial deficiente.
Su ventilación suele ser inadecuada y, en consecuencia, los niveles de temperatura y humedad son
excesivos; la utilización de simples ventiladores de techo a la altura de la calle contribuye a la
contaminación de la atmósfera de la panadería por el polvo del exterior y los gases de escape de
los vehículos.

Accidentes
La utilización generalizada de cuchillos y agujas en las panaderías artesanales conlleva un riesgo de
cortes y heridas por punción y de posterior infección; los objetos pesados y romos como pesas y
bandejas pueden causar lesiones por aplastamiento si caen sobre los pies de los trabajadores.
Los hornos generan varios riesgos. Dependiendo del combustible utilizado, se corre el peligro de
incendio y explosión. El retorno de la llama, el vapor, las cenizas, los productos horneados o los
equipos no aislados pueden provocar quemaduras y escaldaduras. Los equipos de lucha contra
incendios mal ajustados o que carecen de la potencia suficiente, así como las chimeneas
defectuosas, pueden dar lugar a la acumulación de vapores o gases de combustible no consumido,
o de productos de la combustión, como el monóxido de carbono, que pueden causar intoxicación o
asfixia. Los equipos y las instalaciones eléctricas deficientes, sobre todo portátiles, pueden generar
descargas eléctricas. El serrado y el corte de madera para los hornos alimentados por leña puede
provocar cortes y abrasiones.
La harina se entrega en sacos con un peso de hasta 100 kg y, con frecuencia, éstos deben ser
izados y transportados por trabajadores a lo largo de pasillos tortuosos (escaleras y cuestas
empinadas) a las salas de almacenamiento. Existe el peligro de caída durante el transporte de
cargas pesadas y estas arduas operaciones de manipulación pueden provocar dolores de espalda y
lesiones de los discos intervertebrales.
Los riesgos pueden evitarse mediante: la disposición de vías de acceso a las instalaciones
adecuadas; la estipulación de un peso máximo de los sacos de harina, la utilización de equipos de
manipulación mecánica de un tipo apropiado para su empleo en pequeñas empresas y a un precio
asequible para la mayoría de los trabajadores artesanos; y la generalización en el uso del
transporte de harina a granel que, sin embargo, sólo es conveniente cuando la facturación del
productor es de una magnitud suficiente.
El polvo de harina constituye otro factor de riesgo de incendio y explosión, y deben tomarse las
precauciones pertinentes al respecto, incluida la dotación de sistemas supresores de explosiones e
incendios.
En las panaderías mecanizadas, la masa en un estado activo de fermentación puede emitir
cantidades peligrosas de dióxido de carbono; por tanto, debe garantizarse una ventilación
exhaustiva en espacios restringidos siempre que exista la probabilidad de acumulación de gas
(canales de evacuación de la masa, etc.) Los trabajadores deben recibir formación sobre los
procedimientos convenientes en espacios limitados.
En la fabricación de pan se utiliza una amplia gama de máquinas, sobre todo en las panaderías
industriales.
La mecanización puede tener como consecuencia el acaecimiento de accidentes graves. La
moderna maquinaria de panadería suele venir equipada con dispositivos de protección incorporados
cuya correcta operación depende a menudo del funcionamiento de interruptores eléctricos de
seguridad y de bloqueos positivos.
Los dispositivos y conductos de alimentación presentan riesgos especiales que pueden eliminarse
mediante la ampliación de la longitud de las aperturas de alimentación por encima de la longitud
del brazo, con el fin de evitar que el trabajador pueda alcanzar los componentes móviles; en
ocasiones, se utilizan puertas dobles de bisagra o aletas giratorias como dispositivos de
alimentación para el mismo fin. Los salientes de las amasadoras pueden protegerse mediante
mecanismos de defensa fijos o automáticos.
Pueden utilizarse diversos protectores (cubiertas, enrejados, etc.) en las mezcladoras de la masa
para prevenir el acceso a la zona, permitiendo simultáneamente la introducción de material
adicional y la limpieza de la cubeta. Cada vez se utilizan más máquinas diseñadas para cortar el
pan en rebanadas y envolver los productos, que constan de hojas de sierra alternativa o cuchillas
rotatorias. Todos los componentes móviles deben aislarse completamente y debe disponerse de
cubiertas de bloqueo cuando sea necesario el acceso. Debe formularse un programa de
procedimientos de bloqueo y de carteles de advertencia respecto al mantenimiento y la reparación
de la maquinaria.

Riesgos para la salud


Los trabajadores de las panadería suelen utilizar ropas ligeras y sudar con profusión; se
ven expuestos a corriente y a variaciones acusadas de la temperatura ambiente al pasar, por
ejemplo, de la tarea de carga del horno al trabajo de refrigeración. El polvo de harina en
suspensión en el aire puede causar rinitis, dolencias de garganta, asma bronquial (“asma del

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panadero”) y enfermedades oculares, mientras que el polvo de azúcar puede provocar caries
dental.
El polvo de vegetales en suspensión en el aire debe controlarse mediante una ventilación
adecuada. La dermatitis alérgica puede darse en personas con una predisposición especial.
Los riesgos para la salud mencionados y la elevada incidencia de tuberculosis pulmonar entre los
trabajadores de panadería ponen de relieve la necesidad de una supervisión médica y de la
realización de exploraciones periódicas y frecuentes; además, una higiene personal estricta es
esencial en interés de los trabajadores y de la población en general.

INDUSTRIA AVÍCOLA

Importancia económica
La producción de pollos y pavos ha aumentado enormemente en Estados Unidos desde el decenio
de 1980. De acuerdo con un informe del Departamento de Trabajo de este país, la evolución se
debe a un cambio en las pautas de alimentación de los consumidores (Hetrick 1994). El paso de la
carne roja y de cerdo a la de ave obedece en parte a la publicación de estudios médicos recientes.
La expansión del consumo, a su vez, ha fomentado un crecimiento del número de centros
productivos y criadores y un gran aumento de los niveles de empleo. Por ejemplo, la industria
avícola de Estados Unidos registró un incremento del empleo del 64 % de 1980 a 1992.
La productividad, medida en función de los kilos producidos por cada trabajador, aumentó en un
3,1 % debido a la mecanización y la automatización, así como a la aceleración de la velocidad en la
cadena productiva, estimada en número de aves por hora de trabajo. Con todo, en comparación
con la producción de carne roja, en la avícola sigue utilizándose intensivamente la mano de obra.
Se asiste asimismo a un proceso de mundialización. Hay centros de producción y elaboración de
propiedad conjunta de China y de inversores de Estados Unidos, y los centros de cría, crecimiento
y elaboración situados en China exportan su producción a Japón.
El trabajador medio de la industria avícola está relativamente poco cualificado, su formación es
escasa, suele formar parte de grupos minoritarios y su remuneración es muy inferior a la del
personal de los sectores de producción de carne roja y manufactureros.
La rotación de plantilla es extraordinariamente elevada en ciertos aspectos del proceso. Las tareas
de colgado de los animales vivos, de deshuesado y de higienización resultan muy estresantes y
registran tasas de rotación altas. Debido a su naturaleza, la elaboración de las aves es una
industria basada en gran medida en el medio rural y habitual en áreas de economía deprimida, en
las que existen excedentes de mano de obra. En Estados Unidos, muchos de los centros
productivos cuentan con un número cada vez mayor de trabajadores de habla hispana. Se trata de
personal temporal hasta cierto punto, ya que desarrolla su actividad en dichos centros parte del
año. Cuando se acerca el momento de cosechar los cultivos de la región, una gran proporción de
los trabajadores pasa a dedicarse a esta labor.

Elaboración
A lo largo del proceso de elaboración de los pollos deben cumplirse estrictos requisitos sanitarios.
En concreto, lavar los suelos periódicamente y con frecuencia y eliminar los desechos, las partes
sobrantes y la grasa. Asimismo, los equipos de transporte y elaboración han de ser accesibles,
lavados e higienizados.
No debe permitirse la acumulación de vaho en los techos y los equipos situados sobre las aves;
debe ser suprimido con mopas de esponja de mango largo. Se utilizarán ventiladores de techo, sin
protectores y de palas radiales en las áreas de elaboración.
Debido a estos requisitos sanitarios, es frecuente que los equipos rotatorios protegidos no puedan
silenciarse para atenuar los ruidos. En consecuencia, la exposición a la contaminación acústica es
elevada en la mayoría de las áreas productivas de los centros de elaboración. Es necesario formular
programas de conservación de la audición adecuados y bien gestionados. Las medidas adoptadas
para documentar la exposición no se limitarán a la realización de audiometrías iniciales y anuales,
sino que incluirán asimismo dosimetrías periódicas. Los equipos de elaboración adquiridos emitirán
durante su funcionamiento el menor nivel de ruido posible. Debe prestarse especial atención a la
educación y la formación del personal.

Recepción y colgado en vivo


El primer paso del proceso de elaboración consiste en la descarga de los módulos y colocación de
las bandejas en un sistema de transporte que conduce al área de colgado en vivo. El trabajo en
esta fase se lleva a cabo casi en completa oscuridad, puesto que esta medida tiene un efecto
tranquilizador para las aves. La altura de la cinta transportadora con una bandeja encima es,
aproximadamente, la de la cintura. Un colgador, enguantado, debe agarrar el ave por ambos
muslos y colgarlo de las patas en las argollas de una cinta transportadora elevada que se desplaza
en la dirección opuesta.
Los riesgos de esta operación son variables. Aparte del nivel elevado de ruido habitual, la oscuridad
y el efecto desorientador de las cintas de transporte que se mueven en direcciones opuestas, las
aves, al aletear, generan polvo, pueden expulsar orina y heces hacia la cara del trabajador y existe
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la posibilidad de pillarse un dedo con una argolla. Las cintas transportadoras deben equiparse con
interruptores de emergencia. Los colgadores golpean constantemente la parte anterior de las
manos con las argollas cercanas que pasan sobre su cabeza.
Lo habitual es que se exija a estos trabajadores colgar una media de 23 (o más) aves por minuto
(algunos puestos en las líneas de producción de los colgadores requieren un mayor número de
movimientos, quizá 26 aves por minuto). En general, siete colgadores en una cinta pueden colgar
38.640 aves en 4 horas antes de llegar a un período de descanso. Si cada ave pesa unos 1,9 kg,
un colgador levanta un total de 1.057 kg en las 4 primeras horas de su turno. Es una labor
extremadamente estresante desde un punto de vista fisiológico y psicológico. La reducción de la
carga de trabajo podría atenuar este estrés. Las tareas de agarrar con ambas manos, sujetar y, de
forma simultánea, levantar un ave que aletea y araña a la altura del hombro o de la cabeza pone
en tensión la parte superior de los hombros y el cuello.
Las plumas y las patas de estos animales pueden arañar con facilidad los brazos de un colgador si
no están protegidos. Estos trabajadores se ven obligados a permanecer de pie durante períodos
prolongados sobre superficies duras, lo que puede dar lugar a molestias y dolores en la parte
inferior de la espalda.
Para proteger a los colgadores, debe disponerse de un calzado apropiado, posiblemente un lugar
donde sentarse, gafas protectoras, protección respiratoria desechable de un solo uso, instalaciones
para el lavado de ojos y protectores de brazos.
Un elemento muy importante para garantizar la salud del trabajador es la formulación de un
programa de adaptación al puesto adecuado. Durante un período máximo de dos semanas, el
nuevo colgador se acostumbrará a las condiciones de su actividad y comenzará a desarrollar su
trabajo gradualmente hasta que realice un turno completo. Otro elemento fundamental es la
rotación de puestos; después de dos horas colgando aves, este trabajador puede ser asignado a
una tarea menos extenuante.
La división del trabajo entre colgadores puede ser tal que la institución de descansos breves y
frecuentes en áreas de aire acondicionado resulta esencial. En algunas fábricas se ha intentado
duplicar las plantillas para que los trabajadores puedan desempeñar su labor durante 20 minutos y
descansar otros 20, reduciendo así los factores de estrés ergonómico.
Las condiciones de salud y comodidad de los colgadores dependen en cierta medida de las
condiciones meteorológicas externas y de la situación de las aves. Si el tiempo es cálido y seco, las
aves portan polvo y ácaros, que quedan en suspensión en el aire con facilidad. Si es húmedo, las
aves resultan más difíciles de manipular, los guantes se humedecen de inmediato y los colgadores
deben aumentar su esfuerzo para asirlas. Recientemente se ha avanzado en el desarrollo de
guantes reutilizables con almohadillas.
El efecto de las partículas, las plumas, los ácaros y otros elementos en suspensión en el aire puede
moderarse con un sistema eficaz de extracción localizada (VAL). Un sistema equilibrado en el que
se aplique el principio de contrafase y se utilice la refrigeración o la calefacción de corriente
descendente, resultará beneficioso para los trabajadores. Otros ventiladores distribuidos en el área
en cuestión reducirían la eficacia de dicho sistema.
Una vez colgadas de las argollas, las aves son transportadas para su aturdimiento inicial con
electricidad. El alto voltaje no las mata, pero las obliga a colgar fláccidamente mientras una rueda
rotante (neumático de bicicleta) dirige su cuello hacia una hoja cortante circular que gira en
dirección contraria. El cuello se secciona parcialmente con el corazón del animal aún latiendo para
que bombee al exterior el resto de la sangre, que ha de eliminarse totalmente del cuerpo. Un
trabajador cualificado debe situarse para sacrificar las aves que la máquina no ha alcanzado.
Debido al exceso de sangre, el trabajador ha de protegerse utilizando ropa impermeable y
protectores oculares.
Asimismo, debe disponerse de instalaciones para el lavado de ojos.

Preparación
A continuación, la cinta transportadora de aves pasa a través de una serie de cubas o depósitos de
agua caliente circulante. Se denominan escaldaderas. El agua suele calentarse mediante
serpentines de vapor y tratarse o clorarse para destruir las bacterias.
Con ello se consigue una rápida eliminación de las plumas.
Deben tomarse precauciones al trabajar alrededor de escaldaderas.
Con frecuencia, los conductos y las válvulas no están protegidas, su aislamiento es deficiente y el
contacto con los mismos provoca quemaduras.
Cuando las aves salen de estos depósitos, el cuerpo se pasa a través de un dispositivo en forma de
U que lo decapita. Estas piezas suelen transportarse en cubas de agua a un área de clasificación (o
de tratamiento de subproductos).
La línea con el cuerpo de las aves pasa a través de máquinas dotadas de varios tambores
rotatorios con una especie de dedos de caucho que retiran las plumas. Estas caen en un canal
inferior con agua en circulación que se dirige al área de clasificación.
La homogeneidad en el peso de las aves es fundamental en todos los aspectos del proceso de
elaboración. Si los pesos varían de una carga a otra, los departamentos productivos deben ajustar
sus equipos convenientemente. Por ejemplo, si a aves de poco peso les siguen otras de peso
superior en las desplumadoras, es posible que los tambores rotativos no consigan eliminar la
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totalidad de las plumas, lo cual provoca rechazos y repetición del trabajo. No sólo aumenta los
costes de elaboración, sino que también provoca estrés ergonómico adicional de las manos, ya que
alguien debe extraer las plumas utilizando unas tenazas.
Una vez superadas las desplumadoras, la línea de aves pasa a través de una chamuscadora. Se
trata de un dispositivo a gas con tres quemadores a cada lado, utilizado para quemar los pelos y
las plumas más pequeñas de las aves. Debe tomarse precauciones para asegurar el mantenimiento
de la integridad de los conductos de gas, debido a las condiciones corrosivas de las áreas de
desplumado y preparación.
Posteriormente, las aves se someten a la acción de una máquina que les corta las patas. Estas
pueden transportarse por separado a un área de elaboración independiente para su limpieza,
clasificación por tamaño, selección, refrigeración y envasado para el mercado asiático.
Las aves deben volverse a colgar de otras argollas antes de entrar en la sección de extracción de
vísceras de la fábrica. La forma de las argollas en esta fase es ligeramente diferente y suelen ser
más largas. La automatización en esta parte del proceso puede aplicarse de inmediato. No
obstante, los trabajadores deben estar pendientes de los bloqueos de las máquinas, de volver a
colgar las aves que se caen y de cortar manualmente las patas a tijera si la desjarretadora no corta
adecuadamente. Desde el punto de vista de la elaboración y de los costes, es esencial que se
utilicen todas las argollas.
Volver a colgar las aves exige de los trabajadores la realización de movimientos muy repetitivos y
la adopción de posturas incómodas (elevación de los codos y de los hombros), por lo que corren un
mayor riesgo de sufrir trastornos por traumatismos acumulados (TTA).
En caso de avería o desajuste de la maquinaria, debe dedicarse un gran esfuerzo a la restitución de
las líneas, en ocasiones a costa de la seguridad de los trabajadores. Al tratar de acceder a los
puntos pertinentes de los equipos, puede que los trabajadores de mantenimiento no se
entretengan en conseguir una escalera y se suban a la parte superior de las máquinas húmedas y
resbaladizas. Las caídas constituyen un riesgo.
Cuando se adquieren e instalan estos equipos, debe preverse la disposición de un acceso y un
mantenimiento sencillos. Es necesario instalar en cada máquina puntos de bloqueo e interruptores.
El fabricante debe considerar el medio ambiente y las condiciones peligrosas en las que ha de
llevarse a cabo el mantenimiento.

Extracción de vísceras
Cuando el transportador de aves sale del área de elaboración y accede a otra parte del proceso
físicamente separada, éstas suelen pasar por otra chamuscadora y a través de un cuchilla circular
rotativa que extrae la bolsa o glándula de aceite que presenta cada ave en su parte posterior en la
base de la cola. A menudo, estas cuchillas giran libremente y deben ser equipadas con las defensas
oportunas. De nuevo en este caso, si la máquina no se ajusta de acuerdo con el peso, deben
asignarse trabajadores para la retirada de dicha glándula mediante su extracción con un cuchillo.
A continuación, la cinta transportadora de la aves pasa a través de un dispositivo automático que
oprime ligeramente el abdomen hacia arriba mientras que una cuchilla abre el cuerpo del animal
sin alterar las vísceras. En la siguiente máquina o fase del proceso se penetra en la cavidad y se
extraen las vísceras inalteradas para su inspección. En Estados Unidos, las siguientes etapas de la
elaboración pueden contar con la intervención de inspectores de la Administración que comprueban
los engordes, las enfermedades de la bolsa de aire, la contaminación fecal y otras anomalías.
Normalmente, cada inspector se ocupa de supervisar sólo dos o tres elementos. Si la tasa de
anomalías es elevada, los inspectores ralentizan la cadena productiva. A menudo, estas deficiencias
no provocan un rechazo completo del producto, y partes específicas de las aves pueden lavarse y
separarse del resto del cuerpo para aumentar el rendimiento.
Cuantos más rechazos, más tareas manuales deben volver a efectuar los trabajadores, lo que exige
la realización de movimientos repetitivos de corte, partición, etc. Los inspectores de la
Administración suelen sentarse en puestos elevados ajustables previstos en la reglamentación,
mientras que los trabajadores denominados ayudantes, situados a ambos lados, permanecen de
pie sobre enrejados o utilizan un asiento ajustable si éste se encuentra disponible. Los dispositivos
de apoyo para los pies, las plataformas de altura ajustable, los asientos y la rotación de puestos de
trabajo contribuirá a aliviar el estrés físico y psicológico asociado a esta fase del proceso.
Después de las inspecciones, las vísceras se clasifican según pasan a través de un recogedor de
hígados, corazones y demás despojos. Los intestinos, estómagos bazos, riñones y vesículas biliares
se descartan y se arrojan a un canal de salida inferior.
Los corazones y los hígados se separan y se colocan en otras cintas transportadoras de clasificación
o se llevan a un área de elaboración independiente para ser envasadas a granel manualmente o
recombinadas con posterioridad en un paquete de menudillos para su introducción a mano en la
cavidad del cuerpo completo del ave puesta a la venta.
Una vez que el cuerpo pasa el recogedor, la cavidad del buche se comprueba a mano para extraer
las mollejas y las vísceras restantes si es necesario. Los trabajadores aplican cada mano a un ave
cuando pasa la cinta transportadora. Suele emplearse un dispositivo succionador para extraer los
pulmones y riñones que permanezcan en el cuerpo del animal. Con frecuencia, debido a la
costumbre de las aves de ingerir pequeñas piedras o elementos de la basura durante su

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crecimiento, los trabajadores sufren heridas punzantes dolorosas en la punta de los dedos o bajo
las uñas al explorar las cavidades de los animales.
Estas pequeñas heridas, si no se tratan convenientemente, suponen un riesgo de infección grave,
ya que la cavidad de las aves aún no se ha limpiado de bacterias. Puesto que la sensibilidad táctil
es necesaria para el trabajo, en esta fase aún no se pueden utilizar guantes que prevengan estos
incidentes habituales. Se ha probado con cierto éxito el empleo de guantes de cirujano. El ritmo de
la cinta es tan rápido que no permite una inserción cuidadosa de las manos por parte del
trabajador.
Por último, el cuello es eliminado por un dispositivo al efecto y recogido. La aves pasan por un
dispositivo específico de lavado que utiliza agua pulverizada y clorada para lavar las vísceras
restantes dentro y fuera del cuerpo del animal.
A lo largo de las fases de preparación y extracción de vísceras, los trabajadores se ven expuestos a
niveles de ruido elevados, suelos resbaladizos e importantes factores de estrés ergonómico en las
operaciones de sacrificio, corte y envasado. De acuerdo con un estudio del NIOSH, las tasas de TTA
documentados en los centros de producción avícola pueden oscilar entre el 20 y el 30 % de los
trabajadores (NIOSH 1990).

Refrigeración
Dependiendo del proceso, los cuellos se envían a un depósito refrigerante de superficie abierta con
aspas, paletas o hélices rotativas.
Los depósitos de este tipo representan una grave amenaza para la seguridad de los trabajadores
durante su funcionamiento y deben ser protegidos adecuadamente mediante cubiertas o enrejados
desmontables. Las cubiertas deben permitir la inspección visual del depósito. Si una cubierta se
retira o se levanta, debe disponerse de dispositivos de bloqueo para inmovilizar las aspas
giratorias. Los cuellos refrigerados se envasan a granel para su elaboración posterior o se trasladan
a un área de envasado de menudillos para su recombinación y empaquetado.
Tras superar la fase de extracción de vísceras, las cintas transportadoras acaban en grandes
depósitos horizontales y abiertos de refrigeración o, en Europa, se someten a la acción de aire
circulante refrigerado. Tales depósitos constan de paletas que giran lentamente, haciendo
descender la temperatura corporal del ave. El agua refrigerada presenta una gran concentración de
cloro (20 ppm o más) y se ventila por agitación. El tiempo de permanencia del ave en el depósito
puede llegar a una hora.
Debido al elevado nivel de cloro libre vertido y puesto en circulación, los trabajadores están
expuestos y pueden experimentar síntomas de irritación ocular y de garganta, toses y dificultad
respiratoria. El NIOSH ha realizado varios estudios
acerca de la irritación de los ojos y de las vías respiratorias superiores en los centros de producción
avícola, en los que se recomienda un control y un seguimiento exhaustivos de los niveles de cloro,
la utilización de pantallas para retener el cloro liberado (o de un cerramiento de algún tipo que
rodee la superficie
abierta del depósito) y la instalación de un sistema de ventilación aspirante (Sanderson, Weber y
Echt 1995).
El tiempo de permanencia es esencial y objeto de cierta controversia. Al salir de la fase de
extracción de vísceras, el cuerpo no está limpio por completo y los poros de la piel y los folículos de
las plumas están abiertos y albergan bacterias causantes de enfermedades. El objetivo principal del
paso por el depósito de refrigeración es enfriar el ave con rapidez para evitar su deterioro. No se
eliminan bacterias, y el riesgo de contaminación cruzada es una cuestión de salud pública grave.
Los críticos han denominado al método de refrigeración por inmersión “sopa fecal”. Desde la
perspectiva de la rentabilidad, una ventaja complementaria consiste en que la carne absorbe el
agua del refrigerador como una esponja. Aumenta en casi un 8 % el peso de comercialización del
producto (Linder 1996).
Al salir del depósito refrigerador, los cuerpos se depositan en una cinta transportadora o en una
mesa vibratoria. Unos trabajadores especialmente capacitados, denominados clasificadores,
inspeccionan las aves para detectar magulladuras, fracturas de la piel, etc. y vuelven a colgarlas en
líneas de argollas separadas en movimiento delante de ellos. Las aves que no pasan la prueba se
trasladan a otros procesos para la recuperación de ciertas piezas.
Los clasificadores deben permanecer de pie durante períodos prolongados manipulando aves
refrigeradas, lo que puede dar lugar a entumecimiento y dolor en las manos. Los guantes forrados
se utilizan para proteger las manos no sólo de los residuos de cloro, sino también del frío.

Trinchado
Del área de clasificación, las aves pasan colgadas a diversos procesos, máquinas y líneas de
producción en una zona de la fábrica denominada de elaboración secundaria o posterior.
Algunas máquinas son alimentadas manualmente con operaciones en las que se han de utilizar las
dos manos. Otros equipos europeos más modernos, situados en ubicaciones independientes,
pueden separar los muslos y las alas y dividir la pechuga sin la intervención del trabajador. De
nuevo en este caso, la homogeneidad del tamaño y del peso de las aves es esencial para un
funcionamiento eficaz de estos equipos automáticos. Las hojas circulares rotatorias deben
cambiarse todos los días.
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Los técnicos y los operarios de mantenimiento cualificados deben permanecer atentos al
comportamiento de los equipos.
El acceso a los mismos para su ajuste, mantenimiento e higiene debe ser frecuente, utilizando
escaleras fijas, no de mano, y plataformas de trabajo considerables. Al cambiar las cuchillas, deben
tomarse precauciones debido al carácter resbaladizo de las mismas por la presencia de grasa. Para
proteger la mayor parte de la mano, deben utilizarse guantes especiales resistentes al corte y al
deslizamiento, mientras que las puntas de los dedos pueden emplearse para manipular las
herramientas, pernos y tuercas aplicados a la sustitución.
La evolución de los gustos de los consumidores han afectado al proceso productivo. En algunos
casos, los productos (p. ej., muslos y pechuga) deben comercializarse sin piel. Se han desarrollado
equipos para retirarla y evitar que los trabajadores deban realizar esta operación manualmente. No
obstante, a medida que se incorporan equipos automatizados y se reestructuran las líneas de
producción, empeoran las condiciones de espacio y comodidad a las que se enfrentan los
trabajadores para maniobrar gatos, transportar cargas o contenedores de plástico de producto
congelado con pesos superiores a 27 kg por suelos resbaladizos y húmedos.
En función de la demanda de los consumidores y de las ventas de combinaciones de productos, los
trabajadores se sitúan de pie frente a transportadores de altura fija, seleccionando y disponiendo el
producto en bandejas de plástico. El producto se desplaza en una dirección determinada o cae de
una rampa. Las bandejas llegan sobre cintas transportadoras elevadas, que descienden para que
los trabajadores puedan coger una pila de ellas y colocarlas en frente para facilitar su alcance. Los
productos defectuosos pueden situarse en un transportador que se desplaza inferiormente en
dirección contraria o colgarse de argollas que pasan en esta misma dirección por encima de la
cabeza. Los trabajadores permanecen de pie durante períodos prolongados casi hombro con
hombro, quizá separados únicamente por un contenedor en el que se acumulan los productos
defectuosos y los residuos. El personal debe equiparse con guantes, delantales y botas.
Algunos productos pueden envasarse a granel en cajas de cartón cubiertas de hielo. A este envase
se le denomina paquete refrigerado. Los trabajadores llenan las cajas a mano, colocadas sobre una
báscula, y las transfieren, también manualmente, a cintas transportadoras en movimiento.
Después, en la sala de envasado con hielo, se añade éste, se recuperan las cajas y se apilan a
mano en paletas listas para su transporte.
Algunos trabajadores que intervienen en las tareas de trinchado también se ven expuestos a
niveles de ruido elevados.

Deshuesado
Si el cuerpo se destina al deshuesado, se deposita en grandes cubas de aluminio o en cajas de
cartón situadas en paletas. La carne de pechuga debe conservarse durante un cierto número de
horas antes de su elaboración mecánica o manual. El pollo fresco es difícil de cortar y preparar a
mano. Desde un punto de vista ergonómico, el envejecimiento de la carne es un elemento esencial
que contribuye a reducir las lesiones de la mano provocadas por la reiteración de movimientos.
Hay dos métodos utilizados en el deshuesado. En el manual, una vez preparados, los cuerpos de la
aves en los que solo queda la carne de la pechuga se vierten en una tolva que va a parar a una
transportadora. Los trabajadores de esta sección de la cadena de producción deben manipular cada
cuerpo de ave y sujetarlos contra dos rodillos desolladores horizontales texturados. El cuerpo pasa
a través de los dos rodillos y la piel es retirada y arrojada a un transportador inferior. Existe el
riesgo de que los trabajadores se descuiden o se distraigan y metan los dedos entre los rodillos. Es
necesario disponer de interruptores de parada de emergencia al alcance de la mano libre o de la
rodilla. No pueden utilizarse guantes ni ropas sueltas en la cercanía de estos equipos. Deben
emplearse delantales (perfectamente ajustados) y protectores oculares debido a la posibilidad de
contacto con fragmentos de los huesos.
La fase siguiente es llevada a cabo por trabajadores denominados marcadores. Sostienen el cuerpo
del ave en una mano y realizan un corte a lo largo de la quilla (o esternón) con la otra.
Suelen emplearse cuchillos afilados de hoja corta. Normalmente, se utilizan guantes de malla de
acero inoxidable sobre otros guantes de látex o de nitrilo que recubren la mano que sujeta el
cuerpo. Los cuchillos aplicados en esta operación no necesitan tener una punta afilada. Es
conveniente utilizar protectores oculares.
La tercera fase corre a cargo de los extractores de quillas.
Su tarea puede efectuarse a mano o con un dispositivo en forma de “Y” (realizado con una
estructura de barras de acero inoxidable) en el que el trabajador sitúa el cuerpo del ave y tira de
éste hacia sí. La altura de cada dispositivo debe ajustarse al trabajador. El método manual exige
sencillamente al trabajador la utilización de unas tenazas con la mano enguantada para extraer la
quilla. Como ya se ha descrito, deben emplearse protectores oculares.
La cuarta fase consiste en el cortado en filetes. Los trabajadores se sitúan de pie, hombro con
hombro, y recogen la carne de pechuga transportada en bandejas de transmisión situadas enfrente
de ellos. Hay ciertas técnicas que deben aplicarse en esta parte del proceso. Es necesario impartir
una instrucción adecuada al puesto y una corrección inmediata de los errores observados. Los
trabajadores se protegen una mano con un guante de malla o con una cadena, mientras que con la
otra sostienen un cuchillo muy afilado (con una punta que puede presentar esta misma condición).

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El ritmo de la actividad es rápido, y los trabajadores que se retrasan se ven obligados a tomar
atajos, como recoger la carne poniéndose delante de los compañeros cercanos o intentar llegar a
una bandeja que se desplaza fuera de su alcance pinchando la carne con el cuchillo. El pinchazo no
sólo reduce la calidad del producto, sino que también provoca graves lesiones a los trabajadores
vecinos en forma de desgarrones, que se infectan a menudo. Pueden utilizarse protectores de
plástico en los brazos para evitar este tipo de accidente frecuente.
La carne en filetes vuelve a colocarse en los recipientes de la cinta transportadora y,
posteriormente, es recogida por el siguiente grupo de trabajadores, denominados recortadores.
Son ellos los que eliminan de la carne la grasa, la piel y los huesos sobrantes utilizando unas tijeras
afiladas y ajustadas. Una vez arreglado, el producto terminado se envasa en una bandeja a mano o
se guarda en bolsas a granel y se coloca en cajas de cartón para su uso en restauración.
El segundo método de deshuesado requiere la intervención de un equipo de elaboración automático
desarrollado en Europa.
Como ocurre en el método manual, las cajas a granel o los depósitos con los cuerpos de las aves,
en ocasiones aún con las alas, se cargan en una mesa vibratoria o en una rampa. A continuación,
los cuerpos pueden recogerse manualmente y situarse en transportadores segmentados o
colocarse individualmente, también a mano, en soportes de la máquina. Esta se mueve con
rapidez, haciendo pasar el cuerpo a través de una especie de dedos (para eliminar la piel), hojas y
cortadoras. El resultado es un esqueleto sin carne que se apila y se utiliza en otras áreas. La
mayoría de los puestos de la cadena de producción manual se suprimen, excepto el que ocupan los
recortadores con las tijeras.
Los trabajadores dedicados al deshuesado están expuestos a graves riesgos ergonómicos derivados
de la naturaleza forzada y repetitiva de su actividad. En cada uno de los puestos de la fase de
deshuesado, y en especial los ocupados por los fileteadores y los recortadores, la rotación de
tareas puede ser un elemento esencial en la reducción de los factores de estrés ergonómico.
Debe entenderse que, en el nuevo puesto al que se asigna un trabajador, no debe utilizarse el
mismo grupo muscular. Se ha argumentado sin mucho fundamento que los fileteadores y los
recortadores pueden intercambiar sus posiciones, pero no debe permitirse, ya que se emplean los
mismos métodos de agarrado, giro y volteo en la mano que no sostiene la herramienta (cuchillo o
tijeras). Puede argüirse que los músculos que sostienen un cuchillo sin apretar para girar y voltear
al realizar cortes para obtener filetes se utilizan de manera diferente al abrir y cerrar unas tijeras.
No obstante, los giros y volteos de la mano siguen siendo necesarios. Las velocidades de la cadena
productiva desempeñan un papel primordial en el planteamiento de trastornos ergonómicos en
estos puestos de trabajo.

Empaquetado y refrigeración
Una vez que el producto se ha situado en bandejas trinchado o deshuesado, éstas se trasladan a
otra fase del proceso denominada empaquetado. Los trabajadores recogen los productos
específicos en bandejas y las introducen en máquinas que aplican y extienden envueltas
transparentes impresas alrededor de las mismas selladas en caliente. A continuación la bandeja
pasa por un dispositivo de lavado, donde se recoge y se coloca en una cesta. La que contiene un
determinado tipo de producto se sitúa en un transportador que la traslada al área de refrigeración.
Allí las bandejas son clasificadas y apiladas de modo manual o automático.
Los trabajadores del área de empaquetado deben permanecer de pie durante períodos prolongados
y sus puestos son objeto de rotación, con el fin de que las manos que utilizan para recoger el
producto cambien de forma alternativa. Se trata de una zona que suele ser relativamente seca.
La demanda de los consumidores, las ventas y el marketing pueden crear riesgos ergonómicos
especiales. En ciertas épocas del año, se empaquetan grandes bandejas con varios kilos de
producto para “comodidad y ahorro de costes”. Es un peso añadido que ha contribuido al aumento
de las lesiones de la mano relacionadas con movimientos repetitivos debido, sencillamente, a que
el proceso y el sistema de transporte están diseñados para la recogida con una sola mano. Un
trabajador carece de la fuerza necesaria para realizar levantamientos de bandejas sobrecargadas
con una sola mano.
El envoltorio de plástico transparente utilizado en el empaquetado puede liberar cantidades
moderadas de monómeros y otros productos de descomposición al calentarse para su sellado.
Si se plantean quejas respecto a los humos, el fabricante o el proveedor de la película plástica debe
ser convocado para ayudar a evaluar el problema. Puede ser necesario aplicar sistemas de
extracción localizada. El equipo de sellado por calor debe mantenerse adecuadamente y los
interruptores de emergencia deben comprobarse para controlar su correcto funcionamiento al
comienzo de cada turno.
El área o las cámaras de refrigeración plantean otro tipo de riesgos de incendio, de salud y de
seguridad. En cuanto a la prevención de incendios, el envoltorio del producto constituye un peligro,
ya que suele fabricarse con poliestireno altamente combustible. El aislamiento de las paredes suele
tener un núcleo de goma esponjosa de este material. Las cámaras frigoríficas deben protegerse
adecuadamente con sistemas de pulverizadores en seco de acción preliminar diseñados para
abordar riesgos extraordinarios. (En los sistemas de acción preliminar se emplean pulverizadores
automáticos acoplados a los sistemas de conducción que contienen aire seco o nitrógeno, así como
un sistema de detección complementario instalado en la misma área que los pulverizadores).
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Una vez que las cestas de bandejas entran en la cámara frigorífica, los trabajadores deben
recogerlas y levantarlas hasta la altura del hombro o superior para apilarlas en una plataforma
móvil. Cuando las pilas de cestas ganan en altura, los trabajadores tienen que ayudarse entre sí
para amontonarlas en niveles superiores.
Las temperaturas en estas cámaras pueden alcanzar los –2 °C. Los trabajadores deben recibir
ropas de múltiples capas o “trajes anticongelación”, además de calzado aislante con dispositivos de
seguridad, y formación para utilizar estos equipos. Las plataformas móviles y las pilas de cestas
deben ubicarse en diversas áreas de las cámaras frigoríficas hasta que sean reclamadas.
A menudo, los trabajadores intentan ahorrar tiempo empujando varias pilas de bandejas al mismo
tiempo, lo que puede dar lugar a lesiones musculares y de la parte inferior de la espalda.
La integridad de las cestas es un aspecto importante, tanto del control de la calidad del producto,
como de la seguridad de los trabajadores. Si se acumulan rotas con otras completas apiladas en la
parte superior, el conjunto de la carga se vuelve inestable y puede volcarse con facilidad. Los
paquetes de producto caen sobre el suelo y se ensucian o deterioran, lo que obliga a repetir tareas
y a realizar una manipulación extraordinaria a los trabajadores.
Asimismo, las pilas pueden caer sobre otros miembros del personal.
Cuando se solicita una combinación de producto específica, las cestas pueden retirarse de la pila a
mano. Las bandejas se cargan en un transportador con una balanza que las pesa y las marca con
etiquetas en las que figuran el peso y los códigos de seguimiento. Las bandejas se embalan
manualmente en cajas de cartón o de otros materiales, en ocasiones forradas con cubiertas
impermeables. A menudo, los trabajadores deben coger las bandejas. Como en el caso del proceso
de empaquetado, los paquetes de producto más grandes y pesados pueden provocar estrés en las
manos, los brazos y los hombros. Los trabajadores se mantienen de pie durante mucho tiempo en
una única ubicación. Las esteras antifatiga pueden reducir la tensión en las piernas y la parte
inferior de la espalda.
A medida que las cajas de cartón con los paquetes se depositan en las cintas transportadoras, los
envoltorios pueden sellarse con calor mientras se inyecta CO2. Tales operaciones, unidas a una
refrigeración continua, prolonga la vida útil de almacenamiento del producto. Asimismo, según
avanzan las cajas, se añade una paleta de cápsulas de CO2 (hielo seco) para prolongar la vida útil
del producto en su camino hacia el consumidor en un camión refrigerado. No obstante, el CO2
plantea riesgos inherentes en las áreas cerradas. Las cápsulas pueden dejarse caer desde una
rampa o extraerse de un gran recipiente parcialmente cubierto. Aunque el límite de exposición
(TLV) correspondiente al CO2 es relativamente alto y se dispone de controles continuos, los
trabajadores también deben recibir formación sobre sus riesgos y síntomas y utilizar guantes y
protectores oculares. Asimismo, deben colocarse en la zona signos de advertencia adecuados.
Las cajas con el producto dispuesto en bandejas suelen sellarse con material adhesivo
termoimpregnado inyectado en el cartón. Pueden producirse quemaduras dolorosas por contacto si
los ajustes, los sensores y las presiones no son adecuadas. Los trabajadores deben utilizar
protectores oculares con dispositivos laterales de defensa. Antes de realizar ajustes o reparaciones,
los equipos de aplicación y sellado deben estar completamente desactivados y carentes de presión.
Después del sellado de las cajas, éstas pueden ser levantadas manualmente del transportador o
ser trasladadas por una embandejadora automática u otro equipo accionado por control remoto.
Debido a la elevada tasa productiva, existe la posibilidad de que se produzcan lesiones de espalda.
Es un trabajo que suele desempeñarse en un medio ambiente frío, que tiende a provocar lesiones
por tensión.
Desde un punto de vista ergonómico, la recuperación de cajas de cartón y el apilado puede
automatizarse con facilidad, pero los costes de inversión y de mantenimiento son elevados.

Deshuesado de muslos y pollo triturado


En la industria avícola moderna no se desperdicia ninguna parte del pollo. Sus muslos se
empaquetan a granel, se almacenan congelados o cuasicongelados y se elaboran o deshuesan, con
tijeras u otros instrumentos de mano accionados por aire comprimido.
Al igual que en la operación de deshuesado de pechugas, los trabajadores dedicados a esta tarea
deben eliminar el exceso de grasa y la piel con tijeras. Las temperaturas en el área de trabajo
puede oscilar entre los 4 y los 7 °C. A pesar de que los recortadores pueden utilizar guantes
forrados, el enfriamiento de las manos restringe la circulación sanguínea, aumentando así la acción
de los agentes de estrés ergonómico.
Una vez refrigerada, la elaboración de la carne de los muslos puede continuar mediante el añadido
de sazonadores y la trituración bajo una capa de CO2 . Se comercializa como preparados de pollo o
a granel.

Elaboración de platos preparados


Los cuellos, los cuartos traseros y el resto de los cuerpos resultantes del deshuesado de las
pechugas no se desperdician y se depositan en grandes trituradores o mezcladores de paletas,
transportados a través de mezcladores refrigerados y arrojados en recipientes de gran capacidad.
El producto suele venderse o enviarse a otras fases de elaboración para obtener las denominadas
“salchichas de pollo” o “salchichas de Francfort”.

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El desarrollo reciente de alimentos preparados, que requieren una escasa elaboración en el hogar,
ha dado lugar a la generación de productos de gran valor añadido en la industria avícola.
Ciertas piezas seleccionadas de carne procedentes del deshuesado de pechuga se sitúan en
recipientes giratorios; a continuación, se mezclan combinaciones de sazonadores y especias al
vacío durante un período de tiempo determinado. La carne gana no sólo en sabor, sino también en
peso, lo que mejora el margen de beneficio. Después, las piezas se empaquetan en bandejas
individuales, que se sellan al vacío y se embalan en pequeñas cajas para su transporte. El proceso
no depende del tiempo, por lo que los trabajadores no están sometidos a las mismas velocidades
de la cadena productiva como otros que intervienen en la fase de trinchado. El producto final debe
ser manipulado, inspeccionado y empaquetado con cuidado para lograr una presentación adecuada
en los establecimientos de venta.

Resumen
En todos los centros de producción avícola, la humedad de ciertos procesos y la grasa pueden dejar
los suelos en condiciones muy peligrosas, con el consiguiente riesgo elevado de resbalones y
caídas. Una limpieza adecuada de los pisos, un drenaje apropiado (situando barreras protectoras
en todos los orificios del suelo), un calzado correcto (impermeable y antideslizante) suministrado a
los trabajadores y unos suelos antideslizantes constituyen factores esenciales en la prevención de
estos riesgos.
Además, los niveles de ruido elevados son habituales en los centros mencionados. Debe prestarse
atención a las medidas técnicas adoptadas para reducirlos. Deben ofrecerse tapones para los oídos
y repuestos y debe formularse un programa de conservación de la audición plena en el que se
prevea la realización de exploraciones auditivas anuales.
La industria avícola constituye una combinación interesante de operaciones intensivas en la
utilización de mano de obra y procesos de alta tecnología. El sudor y la angustia humanos aún
caracterizan este sector. Las demandas de un aumento del rendimiento y de las velocidades de la
cadena productiva eclipsan a menudo los esfuerzos dedicados a la formación y la protección
adecuadas de los trabajadores. A medida que la tecnología mejora para contribuir a la eliminación
de las lesiones o los trastornos debidos a la realización de movimientos repetitivos, es necesario
que los equipos sean mantenidos y calibrados con cuidado por técnicos cualificados. En general,
esta industria no atrae a técnicos altamente capacitados a causa de los mediocres niveles de
remuneración, las condiciones de trabajo extremadamente estresantes y el carácter de la
dirección, a menudo autocrática, que suele resistirse a los cambios positivos que pueden realizarse
con una programación proactiva de la salud y la seguridad.

CONTAMINANTES QUÍMICOS

Contaminación y Ambiente Humano


Las sustancias y elementos que interesan por sus efectos toxicológicos, se pueden encontrar en el
ambiente, como consecuencia de dos situaciones :
• Debido a su presencia natural en la corteza terrestre, en los suelos, en las aguas continentales,
en las aguas oceánicas, en el aire, en la flora, etc.
• Por la acción del hombre, que moviliza los elementos naturales ya mencionados, y además,
crea nuevas sustancias. Dentro de esta perspectiva, es donde se aplica más acertadamente el
concepto de contaminación como resultante de la acción del hombre.
Es necesario establecer, entonces, lo que se entiende por contaminación.
Un recurso se define como contaminado cuando contiene cantidades excesivas de impurezas
naturales o impurezas originadas por la acción del hombre. Esta definición no es cualitativa sino
cuantitativa.
Para un naturalista (hoy día ecologista) el concepto de ambiente está ligado al ambiente natural y
la definición de ambiente refleja el objetivo de conservación del ambiente natural.
Para un especialista ambiental, el concepto de ambiente se relaciona con sustancias que deben ser
evitadas (o removidas en segunda instancia) en efluentes líquidos o gaseosos y residuos sólidos.
Históricamente se pueden distinguir dos etapas en los estudios sobre los efectos de la
contaminación en la salud humana.
En la primera etapa, se estudiaron los problemas generados en los lugares de trabajo (Higiene
Laboral). Se desarrolló así, un abundante valioso aporte de información y experiencia, pudiéndose
adoptar algunas acciones preventivas. Todo esto ha servido para el desarrollo de la segunda
etapa.
Esta segunda etapa, relativamente más reciente se ocupa del impacto que en el hombre y en
especies animales y vegetales, tiene la contaminación del ambiente en general, pero especialmente
en el aire, en el agua, en los suelos y en los alimentos.
El aire se contamina principalmente en las zonas urbanas e industrializadas. Las principales
fuentes de contaminación del aire se clasifican en fijas y móviles. Las fijas comprenden a las
emisiones procedentes de procesos industriales (también mineros). Las móviles son integradas por

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las emisiones de los vehículos de combustión interna. La atmósfera se contamina también en un
grado menor, con algunas sustancias provenientes del suelo y de las aguas.
A las aguas y el suelo, se vierten una gran diversidad de sustancias. La contaminación del agua y
de los suelos, se hace a través del vaciamiento en ellos de aguas cloacales sin tratamiento, de
residuos industriales (líquidos y sólidos), y de productos químicos aplicados a los suelos en la
actividad agrícola y de los contaminantes atmosféricos arrastrados por las lluvias.
La contaminación del aire, agua y suelos, presenta un riesgo adicional para el hombre, por la
incorporación de los contaminantes a los alimentos y a las cadenas alimentarias que terminan en el
hombre.
Como reflexión y conclusión del párrafo anterior, es imprescindible para el Especialista en Higiene
Laboral considerar y tener presente el entorno Medio Ambiental y Social del trabajador
(Nota: más adelante se verá el concepto de “sinergia”).

Contaminación del aire en ambientes laborales


El control de la contaminación del aire en los lugares de trabajo es un aspecto de suma importancia
en todo Programa de Higiene Laboral. En rigor es un capítulo de un tema mucho más general, cual
es, la Contaminación del Aire. No obstante el estudio en los puestos de trabajo, ha tenido un
desarrollo casi autónomo y, en muchos sentidos ha precedido a la preocupación de otras facetas o
especialidades tales como la problemática de la Contaminación Atmosférica.
A tal punto la importancia de la exposición a Contaminantes Químicos que, en algunos tipos de
industrias químicas, extracciones de minerales, petroleras, pinturas, el factor de contaminación del
aire es prioritario cuando se lo compara con otros agentes tales como ruidos, vibraciones, carga
térmica, iluminación.
El uso de solventes, decapantes, limpiadores, metales fundidos, soldaduras, acabados superficiales,
materiales de construcción, etc., que son comunes en la generalidad de las industrias, pueden ser
fuentes potenciales de contaminación.

Recordaremos en este párrafo que, el empleo de sustancias químicas en tareas laborales, puede
permitir su ingreso y asimilación por el organismo humano por distintas vías :
- Vía respiratoria
- Vía dérmica
- Vía digestiva (por la boca)
- Por heridas preexistentes
- Por la combinación de ellas

El hombre, sometido a la acción directa o indirecta de las tareas, reacciona defensivamente


mediante mecanismos de adaptación (por ejemplo los casos de trabajadores a más de 3000
msnm).
Cuando el efecto producido en el organismo supera sus posibilidades anatómicas y fisiológicas, las
defensas se ven sobrepasadas y se producen daños demostrables objetivamente (no supuestos).
La función de la Higiene Laboral en este capítulo es evitar los daños al organismo del
trabajador, mediante las medidas de Prevención y Corrección apropiadas.

Premisas a considerar

1. Los factores ambientales inciden sobre todo sistema biológico (por ejemplo plantas,
animales, hombre).
2. Los factores ambientales tienen una acción positiva, neutra o perjudicial sobre los sistemas
biológicos.
3. Esta acción depende de los niveles de concentración que posean estos factores y del
tiempo de exposición.
4. Los niveles que provocan daños comprobables, se encuentran precedidos por niveles que
ejercen acciones de alerta.
5. Los efectos de alerta en sus distintas formas, permiten detectar situaciones de pre – daño.
6. Los efectos perjudiciales o dañosos pueden ser evaluados cuantitativamente permitiendo
establecer, entonces, criterios de daño sobre los sistemas biológicos.
7. Los criterios de daño, mediante la aplicación de factores de seguridad, permiten establecer
niveles de tolerancia, esto es límites de exposición.
8. Tanto los criterios de daño como los niveles de tolerancia, son datos estadísticos sobre
una población de estudio.
9. Aplicando técnicas adecuadas, es posible mantener (no eliminar) los niveles de exposición
por debajo de los límites de tolerancia biológica u orgánica.

Situación actual
Existe una creciente preocupación mundial debido al aumento vertiginoso de la cantidad de
sustancias químicas en uso, no solamente en la industria, sino también en el agro, los transportes,
empresas de servicios, creando un problema de difícil y complicada resolución.

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El avance de los estudios toxicológicos y epidemiológicos (ambientales, laborales y sociales), han
agregado numerosas sustancias a la lista ya conocida como agentes tóxicos, irritantes, alérgicos o
cancerígenos.
Gracias al avance de la tecnología en cuanto a métodos y aparatología utilizada, se han realizado
importantes adelantos en evaluaciones y tomas de muestras, agregándosele también, el estudio
estadístico de los datos obtenidos.
La Ley 19587, con sus decretos 351/70 y 1338/96, ha establecido con extrema minuciosidad las
listas de valores tomados de las publicaciones de la Conferencia Americana de Higienistas
Industriales del Gobierno de E.E.U.U.

Comentario – Separata

“Los productos químicos y el medio ambiente”


Un gran número de sustancias químicas diferentes son utilizados en hogares, industrias, agricultura
y en la lucha contra enfermedades.
Dichas sustancias químicas ingresan al medio ambiente y desde éste al organismo humano a
través de vías complejas e interrelacionadas. Algunas de ellas, como los fertilizantes,
plaguicidas y herbicidas, se incorporan al el medio ambiente como resultado de su aplicación
directa sobre los vegetales.
Otras, tales como los óxidos de azufre, óxidos de nitrógeno y los hidrocarburos aromáticos
policíclicos, aparecen en los procesos de combustión. Una tercera
fuente de sustancias químicas, son los efluentes resultantes de la fabricación, transporte y
consumo de casi todos los productos utilizados por la sociedad moderna.
En muchos procesos de fabricación, se generan subproductos a veces más tóxicos que las mismas
materias primas.
Una vez que ingresan en un ecosistema, las sustancias químicas sufren una serie de
transformaciones físicas y químicas, incluida su combinación con otros productos químicos, que
hacen que varíen su grado de toxicidad. Como consecuencia de estas transformaciones químicas,
puede ocurrir que un producto relativamente inofensivo o inocuo, se convierta en un subproducto
tóxico en el medio ambiente e incluso ingrese en la cadena alimentaria acumulándose en los
organismos vivos.
Los efectos a corto plazo de distintas sustancias se conocen bastante bien (Toxicología Laboral),
pero falta conocer los efectos de pequeñas cantidades de sustancias ingeridas (o en contacto)
durante muchos años (Toxicología Ambiental). Pueden producirse, como consecuencia de la
exposición, efectos carcinógenos, mutágenos (mutaciones y/o degeneraciones en células y ADN) y
teratógenos (defectos y mutaciones en recién nacidos).
Existen más de 100.000 sustancias químicas que pueden contaminar el medio ambiente (por lo
tanto también el ambiente laboral), siendo estas sustancias naturales, o bien, productos de la
actividad humana.
El riesgo asociado al uso y a la contaminación por sustancias potencialmente tóxicas, se define
sobre la base de :
a) El impacto biológico de la sustancia, basado en el tipo de efecto tóxico, la intensidad de la
toxicidad, la naturaleza la biota (todo organismo vivo) que lo recibe.
b) El volumen de emisión y la dispersión (vientos, temperatura, presión atmosférica) de la
sustancia en el ambiente.

Los metales, los plaguicidas y los gases oxidantes, son las sustancias contaminantes más
ampliamente diseminadas en los ecosistemas.
Los movimientos de los contaminantes a través del aire, agua, tierra y biota, así como sus
interacciones y modificaciones en cada uno de estos ámbitos son procesos complejos y poco
estudiados. Sólo en el caso de algunos contaminantes, se conoce parte de sus ciclos en los
ecosistemas.
Debido a lo complejo de los procesos de dispersión, transporte y transferencia de los
contaminantes en los ecosistemas, se han utilizado modelos para simular los procesos. Dichos
modelos son simplificaciones de procesos naturales realizados a pequeña escala que permiten
predecir el comportamiento y los resultados de los fenómenos estudiados.

Efectos producidos por contaminantes químicos


Tóxicos
Asfixiantes
Irritantes
Alergizantes
Neumoconióticos
Mutágenos
Teratógenos
Cancerígenos

HIGIENE LABORAL I – Ing. D.A.Pizarro – Pág.27


HIGIENE LABORAL I - Ing. D.A.Pizarro – Pág.28
Exposiciones combinadas – Sus efectos
En el caso de “acoplamiento” de varios contaminantes simultáneamente, sus efectos pueden
considerarse :
Efectos simples : Son independientes entre sí, cuando cada contaminante actúa sobre procesos
metabólicos y órganos diferentes.
Efectos aditivos : Los efectos se suman por actuar sobre el mismo órgano o proceso metabólico.
Efectos potenciadores : Esto es cuando un contaminante determinado, multiplica la acción de los
restantes contaminantes con agresividad.

Sinergia : Se denomina “sinergia” al efecto de sumatoria o potenciación que ejercen varios


agentes interactuantes.

LEY 19587 – DEC. 351/79 – DEC. 1338/96

CAPÍTULO 9

Contaminación Ambiental

Art. 61.- Todo lugar de trabajo en el que se efectúan procesos que produzcan la contaminación
del ambiente con gases, vapores, humos, nieblas, polvos, fibras, aerosoles o emanaciones de
cualquier tipo, deberá disponer de dispositivos destinados a evitar que dichos contaminantes
alcancen niveles que puedan afectar la salud del trabajador. Estos dispositivos deberán ajustarse a
lo reglamentado en el Capítulo 11 del presente Decreto (ventilación y sistemas de extracción).
1. La autoridad competente fijará concentraciones máximas permisibles para los ambientes de
trabajo, que figuran como Anexo III como tablas de concentraciones máximas permisibles,
las que serán objeto de una revisión anual a fin de su actualización. Cada vez que sea
necesario, podrán introducirse modificaciones, eliminaciones o agregados.
2. En los lugares de trabajo donde se realicen procesos que den origen a estados de
contaminación ambiental o donde se almacenen sustancias agresivas (tóxicas, irritantes o
infectantes), se deberán efectuar análisis de aire periódicos a intervalos tan frecuentes
como las circunstancias lo aconsejen.
3. La técnica y equipos de muestreo y análisis a utilizar deberán ser aquellos que los últimos
adelantos en la materia aconsejen, actuando en el rango de interés sanitario definido por el
tamaño de las partículas o las características de la sustancia que puedan producir
manifestaciones tóxicas.
Esta tarea será programada y evaluada por graduado universitario, conforme a lo
establecido en Capítulo 4, art. 35
4. Cuando se compruebe que algunos de los contaminantes puedan resultar riesgosos por la
presencia de otro u otros contaminantes o factores concurrentes por circunstancias no
contempladas en la presente reglamentación, la autoridad competente podrá exigir a los
establecimientos, que disminuyan los contaminantes a concentraciones inferiores a las
consignadas en la tabla de concentraciones máximas permisibles.
5. Los inspectores de la autoridad competente, al realizar la determinación de contaminantes
en los lugares de trabajo, deberán proceder a dejar debida constancia en actas de lo
siguiente :
a. Descripción del proceso (información que deberá proporcionar el establecimiento.
b. Descripción de las condiciones operativas.
c. Descripción de la técnica de toma de muestra e instrumental utilizado
d. Técnica analítica e instrumental utilizado o a utilizar.
e. Número de muestras tomadas, especificando para cada una, tiempo de muestreo,
caudal, lugar de toma de muestra y tarea que se está llevando a cabo durante la
misma.
f. Tiempo de exposición.
g. Frecuencia de la exposición en la jornada de trabajo.

Fuentes de Contaminación

Habituales : Producción de contaminantes asociados con procesos industriales


Accidentales : Incendios, explosiones, derrames, pérdidas, fugas

Los procesos más frecuentemente identificados en la industria como fuentes de contaminación son:
• Combustión
• Fusión de metales
• Líquidos o soluciones calientes (galvanoplastia)
• Pinturas y solventes
HIGIENE LABORAL I – Ing. D.A.Pizarro – Pág.28
HIGIENE LABORAL I - Ing. D.A.Pizarro – Pág.29
• Procesos que generan polvos y nieblas : pulverización, molido, pulido, serruchado, tamizado,
trituración de materiales.
• Materiales bajo presión
• Tratamiento superficial de metales (cromado, niquelado, grabado, limpieza).

PERMANENTES

HABITUALES

FUENTES
INTERMITENTES

ACCIDENTALES

LIMITES DE TOLERANCIA
A medida que la tecnología avanza, es posible disponer de métodos e instrumental cada vez más
refinado para la medición de las tensiones del medio y las respuestas biológicas del individuo
expuesto. Ello posibilita una reducción en la intensidad detectable de los daños o alteraciones
producidas en la salud del hombre. Este desarrollo ha coincidido en los países altamente
industrializados con una evolución del concepto sobre la finalidad de los servicios de salud
ocupacional. Existe hoy en los gobiernos, sindicatos y empleadores, no sólo un deseo de aumentar
la capacidad y eficiencia de los trabajadores, sino también una mayor preocupación por la
obligación moral y legal de protegerlos de los riesgos emergentes del trabajo. La combinación de
estas circunstancias ha tendido a que el establecimiento de los límites de tolerancia se base en
condiciones cada vez más estrictas, es decir, que implican una menor alteración biológica en el
individuo expuesto.
Las condiciones ambientales adversas al exigir al individuo un mayor esfuerzo de adaptación,
tienden a producir desarreglos o daños funcionales o anatómicos que a su vez se manifiestan luego
como incapacidades; sin embargo, puede requerirse a veces un período prolongado de exposición o
una extensión considerable de las daños producidos antes de que la incapacidad se evidencie en
términos fácilmente mensurables. A partir de una cierta condición crítica, la incapacidad tiende a
aumentar rápidamente. Una misma tensión ambiental que sólo causaría molestias a una persona
con buena salud, podría llevar a la muerte a otra que hubiera sobrepasado dicha condición, hay
una variación en la susceptibilidad.
Cuando el problema del control ambiental se encara en una etapa avanzada del deterioro de la
salud de las personas expuestas, la determinación de correlaciones entre tensiones y efectos sobre
el individuo, resulta relativamente sencilla. Pero en el período inicial del proceso, deben buscarse
correlaciones con los cambios fisiológicos que preceden al desarrollo de las enfermedades. La
evaluación de la respuesta biológica no debe hacerse en términos de incapacidades, sino en
términos de las primeras alteraciones biológicas. Más que enfermedades, corresponde medir
desviaciones de la salud. Una de las mayores dificultades, radica en el hecho de que las
respuestas del organismo tienden a ser, en ese caso, cada vez menos específicas.
La fijación de límites admisibles, involucra el concepto de que existen niveles de exposición que
caen dentro de la capacidad de tolerancia del hombre.
Por ejemplo, muchas sustancias extrañas al organismo pueden ser eliminadas por los sistemas
metabólicos, siendo sometidas a transformaciones químicas. Este procedimiento, no implica
necesariamente un daño para el organismo.
El criterio para fijar los niveles admisibles de exposición, ha tendido con el tiempo a desplazarse
según la siguiente escala :
1. Mortalidad ocupacional
2. Estados patológicos
3. Alteraciones bioquímicas
4. Alteraciones biológicas
5. Perturbaciones psicológicas
Los índices de mortalidad ocupacional han sido usados durante largo tiempo para detectar los
riesgos inherentes al trabajo. Pero aún un hecho tan concreto como la muerte, que es en general
consecuencia de múltiples circunstancias, puede no ser un índice fehaciente de correlación con un
factor ambiental determinado.

HIGIENE LABORAL I – Ing. D.A.Pizarro – Pág.29


HIGIENE LABORAL I - Ing. D.A.Pizarro – Pág.30
En general, cuando las condiciones impuestas por una etapa han sido logradas, se tiende a cumplir
los requisitos más estrictos del peldaño anterior, desde el criterio basado en los índices de
mortalidad hacia las respuestas psicofisiológicas, cada vez menos específicas.

ANEXO III de la LEY 19587

CONTAMINACIÓN AMBIENTAL

CONTAMINANTES QUÍMICOS

Las concentraciones máximas permisibles se refieren a concentraciones de sustancias en


aire y representan condiciones por debajo de las cuales se cree que la mayoría de los trabajadores
pueden exponerse repetidamente día tras día sin sufrir efectos adversos.
Sin embargo, debido a la amplia variación de la susceptibilidad individual, un pequeño
porcentaje de trabajadores puede experimentar molestias con algunas sustancias a
concentraciones menores o iguales que la concentración máxima permisible; un porcentaje menor
puede ser afectado más seriamente por agravamiento de condiciones preexistentes o por
desarrollo de una enfermedad ocupacional. El fumar puede actuar sinérgicamente con
contaminantes químicos del aire encontrados en el ambiente de trabajo, por ejemplo amianto.
Algunos individuos pueden también ser hipersusceptibles o tener respuestas inusuales con
alguno contaminantes químicos industriales debido a factores genéticos, edad, hábitos personales
(fumar, otras drogas), medicación o exposiciones previas. Dichos trabajadores pueden no estar
adecuadamente protegidos de efectos adversos sobre la salud provenientes de ciertas sustancias
químicas a concentraciones iguales o menores a las concentraciones máximas permisibles. Un
médico del trabajo, debería evaluar la necesidad de protección adicional.
Las concentraciones máximas permisibles están basadas en la mejor información disponible
de la experiencia industrial, de estudios experimentales, en humanos y animales y cuando es
posible por la combinación de los tres. La base en la cual estos valores están establecidos puede
diferir de una sustancia a otra; la protección contra un daño a la salud puede ser un factor guía
para algunas sustancias, mientras que una ausencia razonable de irritación, narcosis, molestias y
otras formas de estrés puede ser la base para otras.
La cantidad y naturaleza de la información disponible para establecer la CMP varía de
sustancia en sustancia; consecuentemente, la precisión de la CMP estimada está también sujeta a
variación y se debería consultar la última documentación para determinar la magnitud de datos
disponibles para una sustancia dada.
Estas CMP están dirigidas para ser usadas en la práctica de la Higiene Industrial como guía
o recomendación en el control de riesgos potenciales a la salud. Estas CMP no son una línea
demarcatoria entre concentraciones seguras y peligrosas ni índices relativos de toxicidad, y no
deberían ser usadas por ninguna persona no entrenada en la disciplina de Higiene Industrial.
A pesar del hecho que no se cree que exista daño serio como resultado de la exposición a
estas CMP, la mejor práctica es mantener las concentraciones de todos los contaminantes en el
ambiente laboral, tan bajos como sea posible.
Se utilizan tres diferentes tipos de concentraciones máximas permisibles que se definen del
siguiente modo :
a) Concentración máxima permisible ponderada en el tiempo (CMP) :
Concentración media ponderada en el tiempo, para una jornada normal, a la cual la mayoría de los
trabajadores puede estar expuesta repetidamente, día tras día, sin sufrir efectos adversos.
b) Concentración máxima permisible para cortos períodos de tiempo (CMP-CPT)
Concentración máxima a la que pueden estar expuestos los trabajadores durante un período
continuo y hasta 15 minutos, sin sufrir efectos adversos siempre que no se produzcan más de 4 de
estas situaciones por día y estando separadas como mínimo en 60 minutos, no excediéndose la
concentración máxima permisible ponderada en el tiempo.
Este valor deber ser considerado como la máxima concentración permitida que no debe ser
rebasada en ningún momento durante el citado período de 15 minutos.
c) Concentración máxima permisible valor techo (C) :
Concentración no sobrepasable en ningún momento.
Cuando para una sustancia se señala la notación “Vía Dérmica”, ello hace referencia a las
sustancias vehiculizadas a través del aire, y los posibles contactos directos de estas sustancias con
la piel y mucosas. La absorción cutánea se afecta mucho según los agentes vehiculizadores de
estas sustancias.
Esta observación sobre posible entrada por “Vía Dérmica” ha de servir para llamar la atención y
sugerir medidas para prevenir la absorción cutánea con el objeto de no enmascarar o invalidar las
correspondientes concentraciones máximas permisibles.

Mezclas

HIGIENE LABORAL I – Ing. D.A.Pizarro – Pág.30


HIGIENE LABORAL I - Ing. D.A.Pizarro – Pág.31
Merece consideración especial también la aplicación de las concentraciones máximas permisibles
para determinar los riesgos en el caso de exposiciones a mezclas de dos o más sustancias. En el
Apéndice C, se explica el procedimiento a seguir en estos casos.

Partículas molestas
Las excesivas concentraciones de polvos molestos en los ambientes de trabajo pueden reducir la
visibilidad, producir depósitos molestos en los ojos, oídos y fosas nasales o producir daños en la
piel o en las membranas mucosas, por una acción química o mecánica, ya sea por sí mismo o
porque se precise de una enérgica limpieza de la piel para su eliminación.
Para aquellas sustancias de este tipo y para otras a las que no ha asignado un umbral límite
específico, se fija el de 10 mg/m3 o 1.060 mppmc de polvo total, siempre que éste contenga
menos de 1% de sílice. En el apéndice D se dan algunos ejemplos.

Asfixiantes simples. Gases o vapores inertes


Cierto número de gases o vapores cuando se hallan presentes en el aire a altas concentraciones
actúan fundamentalmente como asfixiantes simples sin otro efecto fisiológico significativo. Para
cada asfixiante simple no puede recomendarse umbral límite alguno, debido a que el factor
determinante es el oxígeno disponible.
En condiciones normales de presión atmosférica (es decir, equivalentes a una presión parcial de
oxígeno pO2 – 135 mm Hg), el contenido mínimo de oxígeno debe ser del 18% expresado en
volumen. Las atmósferas deficientes en O2 no originan signos adecuados de alarma y la mayoría
de los asfixiantes simples son inodoros.
Algunos asfixiantes simples tienen además riesgo explosivo. Este factor debe tenerse en cuenta al
fijarse los límites de las concentraciones ambientales de los gases y vapores asfixiantes simples.
En el Apéndice E se dan algunos ejemplos.

TOXICOLOGÍA LABORAL
En la sociedad moderna, la toxicología es ya un elemento importante de la salud ambiental y de la
salud en el trabajo. Ello es así porque muchas organizaciones, tanto gubernamentales como no
gubernamentales, utilizan la información toxicológica para evaluar y regular los peligros presentes
tanto en el lugar de trabajo como en el medio ambiente general. La toxicología es un componente
crucial de las estrategias de prevención, pues proporciona información sobre peligros potenciales
en los casos en que no hay una exposición humana amplia. Los métodos de la toxicología son
asimismo muy utilizados por la industria en el desarrollo de productos, pues permiten obtener una
información valiosa para el diseño de determinadas moléculas o formulaciones. INTRODUCCION
El término “dosis” se refiere a la concentración o cantidad de una sustancia que hay en el interior
de una persona u organismo expuesto. En el ámbito de la salud laboral, las normas y directrices
suelen expresarse en términos de exposición, o de concentraciones límites permisibles en
situaciones concretas, como por ejemplo en el aire del lugar de trabajo. Esos límites de exposición
se basan en hipótesis o informaciones sobre la relación entre la exposición y la dosis; no obstante,
es frecuente que no se pueda obtener información sobre la dosis interna. Así, en muchos estudios
sobre salud laboral, sólo cabe establecer asociaciones entre la exposición y la respuesta o efecto.
En algunos casos se han establecido normas basadas en la dosis (por ejemplo, niveles permisibles
de plomo en sangre o de mercurio en orina). Aunque estas medidas presentan una correlación más
directa con la toxicidad, sigue siendo no obstante necesario, a efectos de controlar los riesgos,
calcular retrospectivamente los niveles de exposición asociados con esos efectos.

1 – Límites de Exposición

Los límites se establecen en base a algún efecto indeseable, por esta razón hay varios tipos de
límites. Nosotros nos referiremos a límites en relación con efectos sobre los trabajadores.
En Toxicología se la aplica la Ley de Haber que determina el índice de efectividad de una
sustancia.

K = CxT
K : Constante denominada “Indice de efecto”
T : Tiempo
C : Concentración expresada como mg/kg de peso

Esta ley dice que para un efecto dado, la concentración y el tiempo pueden variar, siempre que el
producto sea constante.

HIGIENE LABORAL I – Ing. D.A.Pizarro – Pág.31


HIGIENE LABORAL I - Ing. D.A.Pizarro – Pág.32

Concentración Zona de
efecto más
intenso

Zona Curva del mismo efecto


de efecto
más débil

---------------------------------------------------------------
e

Tiempo
A partir de un cierto valor de concentración de contaminante (en menos), por más que exista un
excesivo tiempo de exposición (T)), no se comprueban efectos nocivos sobre el organismo.

En Higiene Laboral, es muy importante el concepto de Dosis Total Diaria. Si consideramos un


contaminante que ingresa solamente por vía respiratoria, y ejerce su acción por absorción y
circulación (por ejemplo plomo, mercurio, solventes clorados, fluoruros), se deberá tener en cuenta
la respiración a nivel del pulmón para determinar la cantidad total de sustancias químicas
incorporadas por el organismo. De esta forma es como se obtienen los valores de CMP
(Concentración Máxima Permisible) que figuran en Anexo III de la Ley 19587.

Dt = C x t x Q

Donde

Dt : Dosis total en 8 horas expresado en mg.


C : Concentración del contaminante en el aire expresado en mg/m3
t : Tiempo de exposición (8 horas = 480 minutos).
Q : Caudal respiratorio en m3/min (metro cúbico por minuto).

El caudal respiratorio Q se puede considerar constante siempre que el ritmo respiratorio no se


modifique.
El cálculo de dicho valor se obtiene a través de las siguientes consideraciones :
- cada movimiento respiratorio equivale a 0,5 litros de aire.
- se realizan 16 movimientos respiratorios por minuto.
Entonces
16 x 0,5 = 8 litros / minuto = 0,008 m3/min
Atención : Estos factores son externos y no nos dicen realmente cuánto se incorporó al
organismo. Para esto se deben conocer entonces los llamados “factores internos”, que son :

• Absorción. F = coeficiente de absorción


• Eliminación o Depuración. Cd = Coeficiente de depuración.
Teniendo en cuenta estos factores, la “Dosis Total”, se convierte en “Dosis Efectiva”, que debe
entenderse como Dosis de Efecto Perjudicial para los fines de la Higiene Laboral.

De = Dt x F x Cd

De = C x t x Q x F x Cd

Por ejemplo la Dosis Efectiva del polvo de sílice para producir Silicosis es sólo 1 a 2% de la dosis
total inhalada a lo largo de años de exposición.

Para que se produzca una intoxicación, el compuesto debe ser de forma tal que permita su
absorción excesiva.
Con excepción de los gases y vapores irritantes y los asfixiantes simples, la acción de los
contaminantes se ejerce después de su absorción por la sangre, y las consecuencias son las
mismas que si el tóxico hubiera sido suministrado por vía endovenosa.
La magnitud de la intoxicación se relaciona en forma compleja con la concentración del agente en
el aire. La intoxicación queda determinada por el nivel y la velocidad de acumulación en algún
lugar crítico del organismo.
HIGIENE LABORAL I – Ing. D.A.Pizarro – Pág.32
HIGIENE LABORAL I - Ing. D.A.Pizarro – Pág.33
Pueden requerirse concentraciones atmosféricas muy diferentes para producir el mismo grado de
intoxicación por dos sustancias que tengan la misma toxicidad (tener en cuenta la dispersión del
contaminante en el aire, la presión atmosférica, la humedad relativa, tamaño de material
particulado).

Otros conceptos :

Dosis Letal 50 (DL50) : es la dosis de un agente tóxico que produce la muerte del 50% de los
animales en estudio.
Concentración Letal 50 (CL50) : es la concentración de una sustancia que al ser inhalada
durante un período de tiempo determinado, produce la muerte del 50% de un grupo de animales
expuestos.

Unidades de Concentraciones

Hay dos tipos principales :


a) Para expresar concentraciones volumétricas (V/V)
b) Para expresar concentraciones másicas (P/V)
El numerador es la faz dispersa, y el denominador la faz dispersante. O sea, normalmente en
ambientes laborales, el numerador es el contaminante y el denominador el aire.

Concentraciones Volumétricas

ppm : partes por millón en estado gaseoso (gas o vapor) del contaminante en un millón de partes
de aire (se usan litros o m3)
Atención : El volumen en condiciones de referencia en Higiene Laboral es a 25°C y 760 mm de Hg.

Concentraciones en Peso (másico)

mg/m3 : miligramos del contaminante (sólido, líquido o gaseoso) en un metro


cúbico (1000 litros) de aire.

µg/m3 : microgramo de contaminante por metro cúbico. En el estudio de


sustancias cancerígenas, con límites de exposición muy bajos, fue
necesario introducir esta unidad, que antes se usaba para medir la
contaminación exterior.
Por ejemplo, Berilio : 2,0 µg/m3
Equivalencia : 1000 µg/m3 = mg/m3

Conversión de unidades
Para pasar de ppm a mg/m3 o viceversa, es necesario conocer el peso molecular (PM) del
contaminante. Un Mol (peso molecular - gramos) de cualquier sustancia química en estado
gaseoso ocupa a 0°C y 760 mm de Hg, el mismo volumen : 22,4 litros.
Para las condiciones de referencia en Higiene Laboral : 25°C y 760 mm de Hg, la misma
sustancia química ocupa 24,45 litros.

Fórmulas de conversión

mg/m3 x 24,45 ppm x PM


ppm = mg/m3 =
PM 24,45

Ejemplo :

Sulfuro de Carbono (S2C)

PM = 76 CMP = 20 ppm

20 x 76
= 62,16 mg/m3
24,45

O sea que 20 ppm de sulfuro de carbono representan 62,16 mg de dicho contaminante en un m3


de aire (o 1000 litros).

HIGIENE LABORAL I – Ing. D.A.Pizarro – Pág.33


HIGIENE LABORAL I - Ing. D.A.Pizarro – Pág.34

Otras unidades

mppmc : Millones de partículas por metro cúbico de aire.


El origen de esta unidad es el recuento de partículas retenidas en un impactador y contadas sobre
fondo claro con el microscopio. Ha sido parcialmente reemplazado por el método gravimétrico, por
lo cual es mejor utilizar mg/m3 .

Para expresar concentración de fibras :

Se utiliza la unidad fibras/cm3

Por ejemplo Asbestos : 0,5 f/cc A1

Vía Dérmica

Cuando para una sustancia se señala la notación “Vía Dérmica”, se hace referencia a las sustancias
vehiculizadas a través del aire. Los posibles contactos directos de estas sustancias son la piel y las
mucosas.
Esta observación, sobre posibles entradas al organismo por vía dérmica, ha de servir para llamar la
atención y sugerir medidas para prevenir la absorción cutánea.

EFECTOS DE CONTAMINANTES QUÍMICOS SOBRE EL ORGANISMO

Inhalación y depósito de partículas en el aparato respiratorio


El problema de la contaminación por aerosoles es uno de los más importantes que se deben
considerar en la preservación del ambiente laboral (y también urbano o exterior).
El aparato respiratorio constituye la principal vía de ingreso al organismo de distintos tipos de
partículas potencialmente nocivas, tales como humos y polvos minerales u orgánicos originados en
procesos industriales, polen, nieblas, microorganismos aerodispersos y otros.
Los pulmones ofrecen una superficie de contacto con el aire de más de 30 m2 (y los alveolos 100
m2) y se hallan recorridos por una vasta red de capilares de alrededor de 2000 km de longitud. La
sangre se halla separada del aire alveolar tan sólo por dos membranas sumamente tenues, las
paredes alveolares y de los capilares, a través de las cuales las partículas solubles tienen acceso al
torrente sanguíneo.
Las partículas inhaladas pueden depositarse en el tracto respiratorio superior (cavidad
nasofaríngea, tráquea, bronquios), o bien penetrar más profundamente hasta llegar a los alvéolos.
Si en el tracto superior se depositan partículas insolubles, resultan comparativamente inocuas,
puesto que son rápidamente removidas por el desplazamiento de la película de mucus producido
por la acción ciliar. Por el contrario, las que se acumulan en los pulmones pueden ser el origen de
diversas condiciones patológicas. La de mayor importancia, por su frecuencia y gravedad es la
fibrosis nodular característica de la silicosis.
Si se considera que la cantidad de polvos minerales encontrados postmortem en pulmones
silicóticos es, aún en casos extremos, un reducido porcentaje de la cantidad total inhalada durante
los años de exposición al polvo, se concluye que la mayor parte de los polvos que ingresan al
aparato respiratorio son luego expulsado, en parte inmediatamente con el aire exhalado en cada
respiración, o en pocas horas por los mecanismos de remoción de la mucosa ciliada que recubre el
tracto superior. La fracción remanente es removida mucho más lentamente desde los espacios
alveolares. La fibrosis es, presumiblemente , la consecuencia final de una permanencia prolongada
en los pulmones de una fracción pequeña y seleccionada del total de polvos aspirados.

Absorción de contaminantes por vía respiratoria

Las etapas del proceso respiratorio (el intercambio de gases entre el organismo y el ambiente) son
las siguientes :
1. Ventilación pulmonar : es el movimiento de aire desde el ambiente a los pulmones y
viceversa.
2. Difusión pulmonar : es el intercambio gaseoso entre el aire de los pulmones, a través de
los alvéolos pulmonares y la sangre de los capilares.
3. Transporte : se produce el movimiento del aire a través de la sangre (por medio de los
glóbulos rojos), desde los pulmones hacia los tejidos.
4. Respiración celular : es la utilización del oxígeno, transportado por los glóbulos rojos, por
parte de las células, para la producción de energía.

Se puede ver entonces, que la velocidad de acumulación de gas o vapor en el cuerpo depende de
varios factores :
• Concentración en el aire
HIGIENE LABORAL I – Ing. D.A.Pizarro – Pág.34
HIGIENE LABORAL I - Ing. D.A.Pizarro – Pág.35
• Tiempo de exposición
• Ventilación pulmonar y difusión pulmonar
• Transporte (flujo sanguíneo)
• Solubilidad de la sustancia en la sangre y en los tejidos
• Actividad química de la sustancia

En equilibrio, la cantidad de sustancia contenida en el cuerpo del individuo expuesto, depende de


tres variables :
1. La concentración de gas o vapor en el aire pulmonar.
2. El coeficiente de solubilidad en los tejidos a la temperatura del organismo.
3. El peso del cuerpo.
En los tejidos se alcanza rápidamente el equilibrio. La sangre que retorna de los tejidos despojada
de una parte importante de la sustancia que lleva inicialmente, vuelve a entrar en contacto con el
gas o vapor presente en los pulmones, tendiéndose de esta manera a alcanzar un equilibrio en el
cual cesaría la absorción. Ello ocurre con los gases y vapores que no reaccionan en el organismo,
pero con algunas sustancias, como el alcohol etílico, la oxidación rápida y continua puede mantener
las dosis absorbidas a niveles inferiores a los calculados, y la saturación no se alcanza.

Absorción percutánea.
La piel es una barrera muy eficiente. Aparte de su función termorreguladora, protege al
organismode los microorganismos, la radiación ultravioleta y otros agentes nocivos, y también de
la pérdida de agua excesiva. La distancia de difusión en la dermis es del orden de décimas de
milímetro.
Además, la capa de queratina opone mucha resistencia a la difusión de la mayoría de las
sustancias. No obstante, en el caso de algunas sustancias suele producirse una absorción dérmica
significativa con resultado de toxicidad (sustancias liposolubles muy tóxicas como por ejemplo los
insecticidas organofosforados y los disolventes orgánicos). Lo más frecuente es que esa absorción
significativa se produzca como consecuencia de la exposición a sustancias líquidas. La absorción
percutánea de vapores puede ser importante en el caso de los disolventes con presión de vapor
muy baja y gran afinidad por el agua y la piel.

Absorción gastrointestinal.
Se produce tras la ingestión accidental o deliberada de las sustancias. A veces se tragan partículas
de mayor tamaño originalmente inhaladas y depositadas en el tracto respiratorio, de donde llegan
a la faringe por transporte mucociliar. Prácticamente todas las sustancias solubles se absorben de
manera eficiente desde el tracto grastrointestinal. El bajo pH del intestino puede facilitar por
ejemplo la absorción de los metales.

Unión a la sangre : Las sustancias pueden unirse a los glóbulos rojos o a componentes del
plasma, o pueden estar también en forma libre en la sangre. El monóxido de carbono, el arsénico,
elmercurio orgánico y el cromo hexavalente tienen una granafinidad por los glóbulos rojos,
mientras que el mercurio inorgánico
y el cromo trivalente prefieren las proteínas plasmáticas.
Hay otras sustancias que también se unen a las proteínas del plasma. Sólo la fracción libre puede
llegar por filtración o difusión a los órganos de eliminación. Por consiguiente, la unión a la sangre
puede incrementar el tiempo de retención de una sustancia en el organismo y sin embargo reducir
su captación por los órganos diana (órgano que se ve afectado en primer lugar o el más afectado
por un agente tóxico).

Solubilidad de gases y vapores


La acción de los contaminantes se ejerce después de su absorción pos la sangre, y las
consecuencias son las mismas que si el tóxico hubiese sido suministrado por vía endovenosa.
Ahora bien, un gas o vapor en contacto con una superficie líquida se disuelve hasta alcanzar una
condición de equilibrio, que depende la presión que ejerce sobre el líquido.
En efecto, si estamos expuestos a una atmósfera contaminada, el contaminante ingresa al
organismo por vía respiratoria, y es transportado luego por la sangre. Un factor importante,
entonces, en la absorción de contaminantes, es la solubilidad.

Eliminación
La eliminación es la desaparición de una sustancia del cuerpo.
Puede consistir en su excreción al exterior del organismo o en su transformación en otras
sustancias que no son captadas por un determinado método de medición.
La vida media biológica (o vida media) es el tiempo que se necesita, a partir del momento en que
cesa la exposición, para reducir a la mitad la cantidad presente en el organismo. Como muchas
veces es difícil valorar la cantidad total de una sustancia, se emplean métodos de medición como la
concentración en sangre (plasma). El concepto de vida media debe utilizarse con prudencia, ya que
ésta puede modificarse, por ejemplo, con la dosis y la duración de la exposición.

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Excreción
La excreción es la salida del organismo de una sustancia y de sus productos de biotransformación.
Excreción en la orina y la bilis : El principal órgano excretor es el riñón. Algunas sustancias,
especialmente los ácidos de alto peso molecular, se excretan con la bilis. Una fracción de las
sustancias biliares excretadas puede reabsorberse en el intestino.
Otras rutas de excreción.
Algunas sustancias, como los disolventes orgánicos y productos de descomposición como la
acetona, son lo suficientemente volátiles para que una fracción considerable pueda excretarse en el
aire espirado después de la inhalación.
Pequeñas moléculas hidrosolubles y también liposolubles se segregan fácilmente al feto a través de
la placenta y a la leche en los mamíferos. Para la madre, la lactancia puede ser una ruta excretora
cuantitativamente importante en el caso de sustancias liposolubles persistentes. Los hijos pueden
estar expuestos secundariamente a través de la madre durante el embarazo y durante la lactancia.
Los compuestos hidrosolubles pueden excretarse hasta cierto punto en el sudor y la saliva, pero
estas rutas son en general de escasa importancia. No obstante, como se produce y se traga un
gran volumen de saliva, la excreción por esta vía puede contribuir a la reabsorción del compuesto.
Algunos metales como el mercurio se excretan uniéndose de manera permanente a los grupos
sulfhidrilo de la queratina presente en el pelo.

Clasificación de los contaminantes por sus efectos biológicos

Los contaminantes se clasifican de la siguiente forma :

I – Productores de enfermedades del aparato respiratorio

• Polvos inorgánicos
• Polvos orgánicos
• Humos y otras sustancias

II – Irritantes

• Irritantes de las vías respiratorias superiores


• Irritantes intermedios
• Irritantes pulmonares

III – Asfixiantes

• Asfixiantes simples (actúan por dilución del oxígeno)


• Asfixiantes químicos

IV – Anestésicos

V – Tóxicos

• Sustancias que actúan sobre las vísceras


• Sustancias que actúan sobre el sistema hematopoyético
• Sustancias que actúan sobre el sistema nervioso
• Metales tóxicos

VI – Cancerígenos
VII – Productores de dermatosis

Características de los tipos de contaminantes del cuadro anterior

Enfermedades del aparato respiratorio

Se denominan “nosoconiosis” , a las enfermedades producidas por polvos. Se entiende por


“neumoconiosis” a la presencia de polvo en los pulmones.
Las partículas depositadas en las vías respiratorias superiores, son desplazadas hacia el exterior
por el movimiento de la película de mucus por acción ciliar. Las partículas pequeñas, que se han
depositado en los espacios pulmonares, más allá de las superficies ciliadas de los bronquiolos
terminales, requieren de otros mecanismos de remoción para alcanzar la película de mucus.
Las partículas que no sean removidas en esta forma de los espacios pulmonares, penetrarán en los
tejidos y serán conducidas a los nódulos linfáticos. Algunas producirán reacciones tisulares, otras
atravesarán las paredes alveolares e ingresarán al torrente sanguíneo. Las partículas solubles
podrán ser conducidas por la sangre o bien combinarse con componenetes de los tejidos fijos. Los
fagocitos desempeñan un papel importante en la determinación del destino final de los polvos

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inhalados. Por último, muchas partículas quedan adheridas a los alvéolos pulmonares recubiertas
de una capa de proteína.

Enfermedades pulmonares producidas por polvos inorgánicos

Silicosis
Es una enfermedad de los tejidos pulmonares, que se manifiesta a lo largo del tiempo y es
producida por la inhalación, en concentración suficiente y por un tiempo prolongado, de partículas
finas de sílice (SiO2), suspendidas en el aire.
Esta enfermedad está caracterizada por cambios fibróticos generalizados, y desarrollo de
nodulaciones múltiples en ambos pulmones (formación de capas de tejido conjuntivo que
reemplaza al tejido pulmonar).
Clínicamente se manifiesta por :
• Disnea (dificultad respiratoria)
• Reducción de la capacidad de trabajo.
• Ausencia de fiebre.
• Aumento de la susceptibilidad para la tuberculosis.
• Evidencias radiológicas características.
Las variedades de SiO2, que provocan la enfermedad, se presentan bajo dos formas :
a) Como sílice libre, siendo la variedad más nociva el cuarzo y la menos nociva el sílice amorfo.
b) Como sílice combinado, que se presenta en forma de silicatos.

Asbestosis
Es una enfermedad profesional producida por la inhalación de asbesto (también llamado amianto),
que produce fibrosis (formación de tejido fibroso con carácter patológico). En otras palabras, se
produce un reemplazo del tejido funcional activo de los pulmones, por tejido cicatrizal no activo.
El asbesto es un silicato de magnesio hidratado que se presenta en forma de fibras. Esta
enfermedad se presenta en mineros, en obreros que procesan el mineral para obtener la fibra, y en
los que trabajan con la fibra propiamente dicha.
El proceso no está muy bien explicado aún, sólo se sabe que las fibras son recubiertas por una
vaina de proteínas que se rompe luego de 10 a 15 años, acelerando en ese momento la fibrosis.
La ubicación de estas vainas es predominante en la parte baja de los pulmones y se observa por la
presencia de un gran número de cuerpos llamados cuerpos asbestos. En muchos casos se ha
observado que producen cáncer.

Enfermedades pulmonares producidas por el uso de polvos orgánicos

Bisinosis
Es una enfermedad clásica de la industria textil, producida por las fibras de algodón, lino, cáñamo,
etc.
Su sintomatología está constituida por :
• Vómitos, con tos y salivación
• Disnea (dificultad para respirar).
Estos síntomas sumados al hecho de que no se producen cambios radiológicos específicos, suele
hacer que frecuentemente se la confunda con una bronquitis.
El riesgo clínico, es la constricción torácica y dificultad respiratoria.
Aparentemente, existe un agente nocivo en el polvo que causa broncoconstricción y edema
pulmonar (acumulación de linfa en los pulmones). Por último, la evolución de la enfermedad es la
siguiente :
• El malestar se produce generalmente el primer día de trabajo después del descanso
semanal (enfermedad de los lunes).
• En una etapa más avanzada de la enfermedad la disnea es permanente.
El polvo parece alterar las funciones pulmonares durante el día, con una lenta recuperación en las
24 horas siguientes, al menos en una primera etapa.

Irritantes

Gases y vapores irritantes


Son sustancias que producen inflamación en los tejidos cuando entran en contacto con ellos.
Actúan sobre los tejidos epiteliales, como la piel, conjuntiva y la mucosa de las vías respiratorias.
Esta inflamación no es una simple corrosión química, sino que es una reacción fisiológica, es decir
que hay alteración en los procesos vitales normales de las células.
A continuación, ser verán algunos ejemplos, para lo cual hemos dividido a las sustancias irritantes
según el lugar del aparato respiratorio que afecta.
Irritantes de las vías respiratorias superiores
Acroleína : Es un líquido incoloro de olor penetrante, cuya solubilidad en agua es realmente baja,
sin embargo, actúa sobre los ojos y el tracto respiratorio superior, dando una advertencia
suficiente de su presencia en concentraciones inferiores a las nocivas.
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Irritantes intermedios : actúan sobre los bronquios
Cloro : La acción irritante del cloro, para concentraciones moderadas, se limita a la nariz, garganta
y bronquios. Las concentraciones mayores, pueden llegar a producir congestión y edema
pulmonar.
Irritantes pulmonares
Dióxido de nitrógeno : Los óxidos de nitrógeno, NO2 y N2O4 , reaccionan con la humedad de los
tejidos y con el oxígeno del aire para formar ácido nítrico y pequeñas proporciones de ácido
nitroso, que con los álcalis del suero sanguíneo, forman nitratos y nitritos. Los nitritos, pueden
producir dilatación arterial, baja presión, vértigos y cefaleas, pero el efecto más importante es la
irritación pulmonar que puede provocar edema.

Asfixiantes
Como ya se ha visto, la respiración es el intercambio de gas entre el organismo y el ambiente. Los
asfixiantes, dependiendo de sus características, atacan diferentes partes del proceso respiratorio.

Asfixiantes simples
Los asfixiantes simples son químicamente inertes desde el punto de vista de la respiración. Actúan
físicamente, reemplazando el oxígeno del aire y reduciendo en consecuencia la presión parcial del
oxígeno en los pulmones.
Otros gases considerados como asfixiantes simples son : hidrógeno, metano, etano, nitrógeno.
Asfixiantes químicos
Son sustancias que reducen la capacidad de transporte de oxígeno. Antes de analizarlos, se verá
el proceso de transporte de oxígeno por la sangre.
Transporte de oxígeno por la sangre. Hemoproteínas.
Las hemoproteínas, son compuestos de proteínas con el grupo hemo. El oxígeno atmosférico es
transportado en la sangre por una hemoproteína, que es la hemoglobina. La función primaria de la
hemoglobina en la sangre es transportar el oxígeno desde los pulmones (donde la presión de
oxígeno es elevada), hasta los tejidos (donde la presión es baja), para su utilización. Esto se
cumple mediante la formación de un complejo disociable, la oxihemoglobina.

Hb (hemoglobina) +O2 O2Hb (oxihemoglobina)

Monóxido de Carbono : El monóxido de carbono ejerce su acción asfixiante combinándose con la


hemoglobina de la sangre, impidiendo la provisión normal de oxígeno a los tejidos. De esta forma
se produce una reacción reversible que da origen a la formación de carboxihemoglobina (COHb) en
la sangre, por lo que el monóxido puede ser eliminado al cesar la exposición, aunque los daños
causados por la asfixia pueden ser irreversibles.
Anilinas : Compuestos que producen metahemoglobinemia. Los compuestos como las anilinas,
tienen la propiedad de alterar la hemoglobina de la sangre, transformándola en metahemoglobina.
Arsina : Como “arsenamina” es un producto gaseoso tóxico, incoloro y de olor desagradable que
se obtiene tratando una aleación de cinc y arsénico con el ácido clorhídrico (precipita el oro y la
plata de sus disoluciones, y se aprovechan sus propiedades para descubrir el arsénico en los casos
de muerte por envenenamiento). Se llama también hidrógeno arseniado por hallarse formado por
un átomo de arsénico y tres de hidrógeno. Sustancias hemolíticas. La arsina, entre otras, actúa en
la sangre como hemolítico, destruyendo los glóbulos rojos, por lo que la exposición aguda puede
causar la muerte. La exposición crónica, en cambio, ocasiona anemia e ictericia, como también
nefritis y hepatitis.
Sustancias que inhiben la oxidación celular : Incluyen los cianuros y nitritos. El efecto de los
cianuros, se debe a la inactivación de catalizadores biológicos que operan en la transferencia de
oxígeno a las células.
Sustancias que producen parálisis respiratoria : Este es el caso del sulfuro de hidrógeno. La
acción nociva se debe al SH2 no oxidado que actúa sobre los tejidos nerviosos de todo el cuerpo,
pudiendo, en determinadas concentraciones, paralizar el centro respiratorio. En concentraciones
menores, estimula el centro respiratorio y produce hipernea, la hipeventilación rebaja el CO2 de la
sangre y produce parálisis respiratoria de todas formas. Como la acción del SH2 sobre el sistema
nervioso se ejerce mientras esté presente en la sangre sin oxidar, al cesar la exposición, se oxida
rápidamente con la sangre, y no deja secuelas, siempre y cuando se trate en forma inmediata a la
persona afectada, con respiración artificial.

Gases y Vapores anestésicos

Se caracterizan por su efecto depresivo sobre el sistema nervioso central. Sus principales efectos
depresivos se localizan en el cerebro, ya que el volumen de irrigación sanguínea que éste recibe es
mucho mayor. A medida que aumenta la presión parcial de un gas en los pulmones, se producen
diversas etapas en su efecto anestésico. Ellas son :
Etapa preliminar : La baja concentración en el pulmón, la sangre y por consecuencia, el cerebro,
altera ligeramente la coordinación muscular y mental, reduciendo la precisión de los movimientos,

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produciendo un aumento en el número de errores en que se incurre al realizar una tarea
determinada.
Segunda etapa : Concentraciones algo mayores, originan confusión de ideas y reducción de la
lucidez del individuo. Se altera seriamente la coordinación muscular, y el individuo parece ebrio,
aumentan en consecuencia las posibilidades de accidente.
Tercera etapa : Es la considerada como la primera etapa de la anestesia quirúrgica, en ella se
entra en un período de excitación causado por la pérdida de los controles funcionales, en especial
las inhibiciones, lo que deja a los centros motores en libertad de actuar, al ser suprimidas sus
regulaciones habituales.
Cuarta etapa : En ella se alcanzan concentraciones tales, que se produce la pérdida total del
conocimiento y la inmovilidad del individuo. Los reflejos desaparecen uno a uno, siendo el último
en desaparecer el reflejo protector del ojo. Esta etapa corresponde a la segunda etapa de la
anestesia quirúrgica.
Quinta etapa : Se alcanza cuando la concentración del anestésico en la sangre paraliza el centro
respiratorio.

La exposición crónica a gases y vapores anestésicos (que se repite a menudo con cierta severidad),
produce un envenenamiento crónico y alteraciones orgánicas.
De acuerdo al poder anestésico, se tienen :
• Hidrocarburos acetilénicos : acetileno.
• Eteres : éter etílico.
• Cetonas alifáticas : acetona
• Alcoholes alifáticos : etanol, propanol, butanol, pentanol
• Esteres

Sustancias Tóxicas

Sustancias que actúan sobre las vísceras : Este grupo incluye principalmente a los
hidrocarburos halogenados. Si bien tienen efectos anestésicos, el efecto tóxico es mucho más
importante y pueden producir consecuencias patológicas para exposiciones incapaces de producir
anestesia. En la exposición aguda, se puede producir la muerte por parálisis del centro
respiratorio, además de fibrilación del corazón. En otros casos, la muerte puede ocurrir uno o más
días después de que se manifiesten efectos anestésicos, por los daños causados en el hígado,
riñones y sistema nervioso.
La mayoría de estos halogenados son buenos solventes no inflamables, lo que ha tenido como
consecuencia su gran difusión en la industria, pese a su toxicidad.

Sustancias que actúan sobre el sistema hematopoyético


En este grupo se encuentran fundamentalmente los hidrocarburos aromáticos, siendo el más
importante el benceno, que se estudia a continuación.
Toxicología del benceno
Ingresa al organismo por vía respiratoria, y en menor medida por vía cutánea. El benceno actúa
en dos formas principales :
a) Acción sobre el sistema nervioso central : provoca una acción narcótica similar a la del
cloroformo o un estado de delirio que se ha denominado “ebriedad benzoica”, sumados a
vértigo, cefaleas.
b) Acción sobre el sistema hematopoyético : produce un síndrome anímico hemorrágico muy
grave.
Existen dos tipos de intoxicación :
• Aguda : conduce rápidamente a la muerte por colapso en inconciencia.
• Crónica : no tiene signos visibles, es progresiva y a menudo fatal.
Si el benceno llega en estado líquido a los pulmones, produce edema pulmonar.

Sustancias que actúan sobre el sistema nervioso


Dentro de este conjunto de sustancias se encuentran los alcoholes, ésteres y sulfuro de carbono.
En la intoxicación crónica, los síntomas son variables, los primeros indicios son cefaleas y vértigos.
Si la exposición es continua, son afectados los nervios motores, y se producen temblores y
debilidad muscular, la neuritis también puede producirse en los nervios sensoriales y se suelen
presentar áreas cutáneas anestesiadas, o ceguera por acción sobre el nervio óptico. La acción
tóxica también puede extenderse sobre la región cortical del cerebro, con las consecuencias
psicopáticas correspondientes.

Los metales tóxicos

Plomo : Hay dos formas de ingreso al organismo de los compuestos inorgánicos del plomo :
• Por el aparato respiratorio : por inhalación de vapores, humos, polvos y nieblas.
• Por el aparato digestivo : al tragar partículas depositadas en las vías respiratorias
superiores, o introducidas en la boca con los alimentos, los dedos, etc.
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Este tóxico provoca la enfermedad profesional denominada “saturnismo”, cuyos síntomas son :
fatiga, insomnio y constipación, en una primera etapa. Si la exposición continúa, las
manifestaciones se agrupan en los siguientes síntomas clínicos característicos :
a) Los trastornos gastroinstestinales, incluyendo cólicos plúmbicos.
b) Las perturbaciones neuromusculares que pueden manifestarse por parálisis de los
músculos extensores, particularmente los antebrazos y las manos.
c) Las perturbaciones en el sistema nervioso central, incluyendo encefalopatías.
d) Se presentan también anemia y neuritis.
El diagnóstico precoz se realiza mediante pruebas de sangre y de orina, que detectan el contenido
de plomo en los fluidos orgánicos.

SEPARATA

MULTISENSIBILIDAD QUÍMICA - SQM (sensibilidades químicas múltiples)

Desde el decenio de 1980 se conoce un nuevo síndrome clínico en medicina medioambiental y del
trabajo, caracterizado por la aparición de diferentes síntomas tras la exposición a niveles reducidos
de sustancias químicas artificiales, aunque todavía no existe una definición ampliamente aceptada.
Este trastorno puede afectar a individuos que han sufrido un solo episodio o episodios repetidos de
un accidente químico, como una intoxicación con un disolvente o un pesticida. Posteriormente,
muchos tipos de contaminantes medioambientales presentes en el aire, los alimentos o el agua
pueden provocar una gran variedad de síntomas a dosis inferiores a las que causan reacciones
tóxicas en otras personas.
Aunque puede que no exista una alteración cuantificable en órganos específicos, las molestias dan
lugar a disfunción y discapacidad.
Si bien probablemente estas reacciones idiosincráticas a sustancias químicas no sean un fenómeno
nuevo, se cree que los pacientes con sensibilidades químicas múltiples (SQM), como se suele
denominar a este síndrome, acuden a la consulta de los médicos con mucha mayor frecuencia que
antes. Este síndrome está lo bastante extendido para generar una considerable controversia
pública acerca de quiénes deben encargarse del tratamiento de los pacientes que sufren este
trastorno y quién debe costear dicho tratamiento, pero todavía hay que investigar numerosos
aspectos científicos del problema, como su etiología (causas), patogenia, tratamiento y prevención.
A pesar de todo, es evidente que la SQM existe y que causa una importante morbilidad entre los
trabajadores y la población general. El presente artículo pretende exponer lo que se sabe en estos
momentos sobre este trastorno, con la esperanza de mejorar su conocimiento y tratamiento a
pesar de la incertidumbre que le rodea.

Definición y diagnóstico

Aunque no existe unanimidad en la definición de la SQM, ciertos rasgos permiten diferenciarla de


otros cuadros bien caracterizados:
• Los síntomas aparecen típicamente tras un incidente laboral o medioambiental perfectamente
identificable, como la inhalación de gases o vapores nocivos u otras exposiciones tóxicas. Este
suceso “iniciador” puede ser un episodio aislado, como la exposición a una pulverización de
pesticida, o repetitivo, como una exposición excesiva y frecuente a un determinado disolvente.
A menudo, el suceso o los sucesos aparentemente desencadenantes tienen efectos leves y
pueden fundirse sin una delimitación clara en el síndrome que describimos a continuación.
• Se empiezan a observar síntomas agudos similares a los de la exposición previa al repetirse la
exposición a niveles más bajos de diferentes materiales, como derivados del petróleo, perfumes
y otros productos comunes en el trabajo y el hogar.
• Los síntomas afectan a varios órganos y sistemas. En la práctica en la totalidad de los casos se
observan manifestaciones en el sistema nervioso central, como fatiga, confusión y cefaleas. Son
frecuentes los síntomas respiratorios de vías altas y bajas, cardíacos, dérmicos,
gastrointestinales y musculoesqueléticos.
• Es frecuente que agentes muy diferentes entre sí desencadenen los síntomas a niveles de
exposición muy inferiores a los valores TLV (CMP) aceptados o recomendados.
• Son habituales los síntomas crónicos, como fatiga, dificultades cognitivas y alteraciones
gastrointestinales y musculosqueléticas.
En algunos casos estos síntomas persistentes pueden predominar sobre las reacciones a las
sustancias químicas.
• Normalmente, no existe un trastorno objetivo de los órganos que explique el patrón o la
intensidad de las manifestaciones.
Los pacientes examinados durante las reacciones agudas pueden presentar hiperventilación o
mostrar otras manifestaciones de exceso de actividad simpática.
• No existe ningún diagnóstico establecido que explique de manera sencilla este tipo de
respuestas o síntomas.

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Aunque no todos los pacientes cumplen estrictamente estos criterios, al diagnosticar la SQM hay
que tener en cuenta todos estos puntos. Cada uno de ellos permite descartar otros trastornos
clínicos a los que se puede parecer la SQM, como el trastorno de somatización, la sensibilización a
antígenos medioambientales (como en el caso del asma de origen laboral), las secuelas tardías de
una lesión orgánica (p. ej., el síndrome de disfunción reactiva de vías respiratorias tras una
inhalación tóxica) o una enfermedad sistémica (p. ej., el cáncer). Por otra parte, la SQM no es un
diagnóstico de exclusión, y en la mayoría de los casos no se precisan pruebas exhaustivas. Aunque
se producen muchas variaciones, se dice que la SQM tiene un carácter reconocible que facilita su
diagnóstico tanto o más que los propios criterios específicos.
En la práctica, el diagnóstico de la SQM puede plantear problemas en dos situaciones. La primera
es la de un paciente que se encuentra en las fases iniciales del proceso, momento en el que suele
ser difícil distinguir la SQM del problema de salud profesional o medioambiental que le precede
inmediatamente.
Por ejemplo, los pacientes que han sufrido reacciones sintomáticas a la pulverización de pesticidas
en interiores pueden observar que sus reacciones persisten, aunque eviten el contacto directo con
los materiales o su pulverización. En tales casos, el facultativo puede suponer que todavía están
sometidos a una exposición importante e intentar injustificadamente modificar aún más el entorno,
generalmente sin conseguir aliviar los síntomas recidivantes. Esto resulta especialmente
problemático en una oficina en la que se puede desarrollar una SQM como complicación del
síndrome del edificio enfermo. Si bien la mayoría de los trabajadores mejorarán una vez que se
hayan tomado medidas para mejorar la calidad del aire, los pacientes que hayan adquirido una
SQM seguirán experimentando síntomas, a pesar de la reducción de la exposición. Los esfuerzos
por mejorar aún más la calidad del aire suelen ser frustrantes para el paciente y el empresario.
En fases posteriores de la evolución de la SQM, el diagnóstico puede plantear dificultades debido a
los aspectos crónicos de la enfermedad. Al cabo de muchos meses, el paciente con SQM suele
sentirse deprimido y ansioso, al igual que otros pacientes médicos con enfermedades crónicas
nuevas. Esto puede dar lugar a una exageración de las manifestaciones psiquiátricas, que pueden
predominar sobre los síntomas estimulados por las sustancias químicas. Sin minimizar la
importancia de la identificación y el tratamiento de estas complicaciones de la SQM, ni siquiera la
de la posibilidad de que la propia SQM sea de origen psicológico (véase más adelante), es
necesario reconocer la SQM subyacente para desarrollar un tratamiento eficaz que resulte
aceptable para el paciente.

Patogenia
Se desconoce la secuencia patogénica que lleva a determinados pacientes desde uno o varios
episodios autolimitados de exposición ambiental hasta el desarrollo de SQM. Actualmente existen
varias teorías. Los ecólogos clínicos y sus seguidores han publicado numerosos trabajos en los que
señalan que la SQM representa una disfunción inmunitaria causada por la acumulación en el
organismo de sustancias químicas exógenas (Bell 1982; Levin y Byers 1987). Existe, al menos, un
estudio controlado que no confirmó estas anomalías inmunitarias (Simon, Daniel y Stockbridge
1993). Según esta hipótesis, los factores de sensibilidad pueden ser deficiencias nutricionales (p.
ej., falta de vitaminas o antioxidantes) o la presencia de infecciones subclínicas como la
candidiasis. En esta teoría es importante el trastorno “iniciador” debido a que contribuye a una
sobrecarga de productos químicos de por vida.
Existe un enfoque menos elaborado, aunque muy orientado hacia aspectos biológicos, que postula
que la SQM representa una serie de secuelas biológicas inusuales de una lesión química.
Como tal, este trastorno podría representar una nueva forma de neurotoxicidad debida a
disolventes o pesticidas, lesión de las mucosas respiratorias tras un episodio agudo de inhalación o
fenómenos similares. Desde esta perspectiva, la SQM es la vía final en la que desembocan
diferentes mecanismos patológicos primarios (Cullen 1994; Bascom 1992).
Más recientemente, se ha propuesto otra hipótesis biológica sobre las relaciones entre las mucosas
de las vías respiratorias altas y el sistema límbico, especialmente en su conexión a nivel de la nariz
(Miller 1992). Según esta hipótesis, estimulantes del epitelio nasal relativamente reducidos podrían
producir una respuesta límbica amplificada, lo que explicaría las respuestas tan espectaculares, y a
menudo estereotípicas, a exposiciones muy reducidas. Esta teoría podría explicar igualmente el
papel predominante de los materiales muy olorosos, como los perfumes, en la activación de las
respuestas en muchos pacientes.
En cambio, un gran número de clínicos e investigadores experimentados han propuesto
mecanismos psicológicos para explicar la SQM, relacionándola con otros trastornos somatoformes
(Brodsky 1983; Black, Ruth y Goldstein 1990). Existen otras variaciones, como la teoría que
sostiene que la SQM es una variante de un trastorno por estrés postraumático (Schottenfeld y
Cullen 1985) o una respuesta condicionada a una experiencia inicial con una sustancia tóxica
(Bolle-Wilson, Wilson y Blecker 1988). Otro grupo ha propuesto que la SQM es una respuesta
tardía a traumas infantiles precoces, como abusos sexuales (Selner y Strudenmayer 1992). En
cada una de estas teorías, la enfermedad precipitante tiene un papel más simbólico que biológico
en la patogenia de la SQM. Se considera que los factores del huésped tienen una gran importancia,
especial-mente la predisposición a somatizar los sufrimientos psicológicos.

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Aunque se han publicado muchos trabajos sobre el tema, son pocos los estudios clínicos o
experimentales publicados que respaldan de modo concluyente cualquiera de estas teorías. Los
investigadores no han definido por lo general las poblaciones estudiadas, ni las han comparado con
grupos de control equiparables.
Los observadores no ignoraban el estado del sujeto ni las hipótesis de la investigación. Como
consecuencia de ello, la mayoría de los datos disponibles son efectivamente descriptivos.
Por otra parte, el debate legítimo sobre la etiología de la SQM se ha visto distorsionado por el
dogma. Dado que las decisiones económicas importantes (p. ej., los derechos del paciente a
compensaciones y la aceptación del reembolso por el médico) pueden depender de la forma en que
se consideren estos casos, muchos facultativos tienen opiniones fuertemente arraigadas sobre esta
enfermedad, lo que limita el valor científico de sus observaciones. Para poder prestar asistencia a
los pacientes con SQM es necesario que se reconozca el hecho de que los pacientes a veces
conocen muy bien estas teorías, y también pueden tener opiniones muy firmes sobre este tema.

Epidemiología
No se conoce a fondo la epidemiología de la SQM. Los cálculos sobre su prevalencia en la población
estadounidense (de la que aún proceden la mayoría de los informes) difieren en varios puntos
porcentuales, pero su base científica sigue siendo confusa, y existen otras pruebas que indican que
la SQM, en su forma clínicamente manifiesta, es poco frecuente (Cullen, Pace y Redlich 1992). La
mayoría de los datos disponibles proceden de series de casos estudiados por facultativos que
tratan a pacientes con SQM. A pesar de estos inconvenientes, pueden realizarse algunas
observaciones generales. Aunque se han descrito pacientes de prácticamente todas las edades, la
SQM es más frecuente en los sujetos en la edad media de la vida. Parece ser que afecta de manera
desproporcionada a las personas que ejecutan trabajos de mayor categoría socioeconómica, y
mucho menos a las personas de menos ingresos o que no son de raza blanca; esto podría ser un
artefacto de acceso diferencial o de sesgo clínico. Afecta a las mujeres con mayor frecuencia que a
los hombres. Existen datos epidemiológicos que responsabilizan claramente a algún factor
idiosincrático del huésped como elemento de riesgo, ya que los brotes masivos son poco
frecuentes, y sólo parecen desarrollar SQM como secuela una pequeña parte de los afectados por
accidentes o sobreexposiciones químicas (Welch y Sokas 1992; Simon 1992). A este respecto quizá
sea sorprendente el hecho de que los trastornos alérgicos atópicos, comunes, no son
aparentemente un factor de riesgo de SQM importante en la mayoría de los grupos.
La mayoría de los episodios iniciadores se han atribuido a varios grupos de sustancias químicas; en
concreto, a los disolventes orgánicos, los pesticidas y los irritantes respiratorios. Esto podría
deberse al uso generalizado de estos materiales en el lugar de trabajo. La otra circunstancia
habitual en la que se producen numerosos casos es el síndrome del edificio enfermo; algunos
pacientes evolucionan desde una sintomatología típica del SEE (Síndrome del Edificio Enfermo) a
una SQM. Aunque ambos trastornos tienen mucho en común, pueden distinguirse por sus
características epidemiológicas.
El síndrome del edificio enfermo afecta típicamente a la mayoría de las personas que comparten un
mismo ambiente, que mejoran al remediar los problemas medioambientales; la SQM aparece
esporádicamente, y no responde de forma predecible a las modificaciones introducidas en las
oficinas.
Por último, existe un gran interés por saber si la SQM es un trastorno nuevo o si se trata de una
nueva presentación o percepción de un trastorno que ya existía anteriormente. Hay disparidad de
opiniones acerca de la patogenia propuesta de la
SQM. Los que defienden un papel biológico de agentes ambientales, incluidos los ecólogos clínicos,
sostienen que la SQM es una enfermedad de nuestro siglo con una incidencia creciente debido al
empleo cada vez mayor de sustancias químicas (Ashford y Miller 1991). Por su parte, quienes
sostienen una etiología psicosomática consideran que la SQM es un trastorno somatoforme antiguo
con una nueva metáfora social (Brodsky 1983; Shorter 1992). Según este punto de vista, la
percepción social de los productos químicos como agentes perjudiciales ha
dado lugar a que el problema histórico de la enfermedad psicosomática haya evolucionado hacia un
nuevo contenido simbólico.

Historia natural
Todavía no se ha estudiado la SQM lo suficiente para definir su evolución o pronóstico. Informes
sobre cantidades importantes de pacientes nos han proporcionado algunas pistas. En primer lugar,
parece que la enfermedad tiene un patrón general de progresión precoz según se va desarrollando
el proceso de generalización, que va seguido de períodos menos predecibles de mejorías y
exacerbaciones por incrementos. Aunque el paciente puede pensar que estos ciclos se deben a
factores ambientales o al tratamiento, no existen pruebas científicas que confirmen esas
relaciones.
Se deducen dos conclusiones importantes. En primer lugar, son pocas las pruebas indicativas de
que la SQM sea una enfermedad progresiva. Los pacientes no se deterioran de un año a otro de
una forma que pueda cuantificarse físicamente, ni sufren complicaciones como infecciones o
insuficiencias orgánicas en ausencia de una enfermedad intercurrente. No hay pruebas de que la
SQM sea potencialmente letal, a pesar de las percepciones de los pacientes. Aunque esta base
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HIGIENE LABORAL I - Ing. D.A.Pizarro – Pág.43
puede servir para establecer un pronóstico esperanzador y para tranquilizar a los pacientes,
también se deduce claramente de las descripciones clínicas que las remisiones completas son poco
frecuentes.
Aunque se produce una mejoría significativa, se basa generalmente en una mejoría funcional y en
una sensación de bienestar del paciente. Suele persistir la tendencia subyacente a reaccionar a las
exposiciones químicas, aunque puede que los síntomas sean lo bastante llevaderos para permitir a
la persona afectada reanudar una vida normal.

Tratamiento clínico
Es muy poco lo que se sabe acerca del tratamiento de la SQM. Se han probado numerosos métodos
tradicionales e innovadores, aunque no se ha podido confirmar su eficacia basándose en los
estándares científicos habituales. Como ocurre con muchas otras enfermedades, las opciones
terapéuticas han seguido una evolución paralela a las teorías sobre su patogenia. Los ecólogos y
quienes consideran que la SQM se debe a una disfunción inmunitaria secundaria a cantidades
excesivas de sustancias químicas exógenas han centrado su atención en la evitación de las
sustancias químicas artificiales. Este punto de vista se ha asociado con el empleo de estrategias de
diagnóstico para intentar determinar las sensibilidades “específicas” por medio de diversas pruebas
no validadas para “desensibilizar” a los pacientes. Paralelamente, se han utilizado estrategias para
potenciar la inmunidad subyacente mediante suplementos dietéticos, como vitaminas y
antioxidantes, y se ha hecho todo lo posible para erradicar los hongos y otros organismos
comensales. Un sistema más radical consiste en intentar eliminar las toxinas del organismo por
medio de la quelación o la renovación acelerada de las grasas en las que se almacenan los
pesticidas, los disolventes y otros productos químicos orgánicos liposolubles.
Los partidarios de la teoría psicológica de la etiología de la SQM han probado métodos alternativos
adecuados. Se han propuesto la terapia de apoyo individual y de grupo y otras técnicas de
modificación de la conducta más clásicas, aunque se sigue conjeturando sobre la eficacia de estos
enfoques. La mayoría de los observadores se han visto sorprendidos por la intolerancia de los
pacientes a los fármacos empleados generalmente para los trastornos afectivos y de ansiedad,
impresión que quedó confirmada en una prueba al doble ciego controlada con placebo realizada por
el autor con la fluvoxamina y que hubo que interrumpir a consecuencia de los efectos secundarios
que se produjeron en cinco de los ocho primeros participantes.
A pesar de las limitaciones de nuestros conocimientos actuales, podemos enunciar algunos
principios terapéuticos.
En primer lugar, y en la medida de lo posible, se debe limitar la búsqueda de una “causa”
específica de la SQM en cada caso, ya que es infructuosa y contraproducente. Para cuando se
considera la posibilidad de la SQM muchos pacientes se han sometido ya a numerosas
exploraciones médicas y consideran que las pruebas presuponen la existencia de una alteración y
la posibilidad de que exista un tratamiento específico. Cualquiera que sea la opinión teórica del
facultativo, es esencial exponerle al paciente los conocimientos actuales y la incertidumbre que
existe en relación con la SQM, indicando específicamente que se desconoce su causa. Hay que
asegurarle al paciente que la consideración de una posible etiología psicológica no implica que la
enfermedad sea menos real, menos grave o menos digna de tratamiento. También se le puede
asegurar que no es probable que la SQM siga progresando o produzca la muerte, y que tiene que
comprender que la curación total es improbable con los tratamientos actuales.
Dejando a un lado la incertidumbre acerca de la patogenia, casi siempre es necesario alejar al
paciente de los componentes de su medio ambiente de trabajo que desencadenan los síntomas.
Aunque la separación radical es sin duda contraproducente para el objetivo de mejorar la capacidad
funcional del trabajador, se deben controlar en la medida de lo posible las reacciones sintomáticas
frecuentes e intensas, para que se pueda entablar una estrecha relación terapéutica con el
paciente. A menudo, es necesario que el paciente cambie de trabajo. Posiblemente existan
indemnizaciones para los trabajadores; incluso aunque no se conozca bien la patogenia de la
enfermedad, puede caracterizarse debidamente la SQM como una complicación de una exposición
profesional más fácil de identificar (Cullen 1994).
El objetivo de todo el tratamiento posterior es mejorar la actividad del paciente. Deben tratarse los
problemas psicológicos, como las dificultades de adaptación, la ansiedad y la depresión, así como
los posibles problemas concomitantes, como las típicas alergias atópicas. Dado que los pacientes
con SQM no toleran las sustancias químicas en general, puede que haya que recurrir a soluciones
no farmacológicas. La mayoría de los pacientes necesitan que se les oriente, asesore y tranquilice
para poder adaptarse a una enfermedad para la que no existe un tratamiento establecido (Lewis
1987). En la medida de lo posible, hay que animarles a que amplíen sus actividades y
desaconsejarles la pasividad y la dependencia, que son respuestas muy frecuentes a este
trastorno.

Prevención y control

Obviamente, no es posible desarrollar estrategias de prevención primaria con los conocimientos


actuales sobre la patogenia de la enfermedad o de sus factores de riesgo para el huésped
predisponentes.
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Por otra parte, probablemente se reducirá la incidencia de la SQM limitando en el entorno laboral
las oportunidades de exposiciones agudas incontroladas que precipitan la SQM en algunos
afectados, como las derivadas de irritantes respiratorios, disolventes y pesticidas. También pueden
ser de gran ayuda las medidas proactivas dirigidas a mejorar la calidad del aire en las oficinas mal
ventiladas.
Parece que la prevención secundaria puede ofrecer mejores posibilidades de control, aunque no se
han estudiado medidas específicas. Dado que los factores psicológicos pueden influir en las
víctimas de las sobreexposiciones profesionales, conviene tratar cuidadosa y precozmente a las
personas expuestas, aunque desde el punto de vista de la exposición sufrida el pronóstico sea
favorable. Se debe valorar la manera en que reaccionarán los pacientes atendidos en los servicios
de urgencias o su clínica inmediatamente después de haberse visto sometidos a una exposición
aguda, y probablemente haya que seguirlos muy de cerca para asegurarse de que no sufren
recidivas evitables, ya que este tipo de exposición puede ser un importante factor de riesgo de
SQM, con independencia del mecanismo causal.

COMPRENSIÓN Y ANÁLISIS ANEXO III LEY 19587 (apéndices)

APÉNDICE “A”

Sustancias carcinógenas

Las sustancias que han sido identificadas como carcinógenas toman dos formas : aquellas para las
cuales se le ha asignado un CMP y aquellas para las cuales las condiciones de exposición y
ambientales no han sido suficientemente definidas como para asignarle un CMP. Cuando se le ha
asignado un CMP no implica necesariamente la existencia de un límite biológico, sin
embargo, si la exposición es controlada a este nivel no esperaríamos ver un incremento
mensurable de la incidencia de cáncer o mortalidad.
Es conocido el incremento en la preocupación pública sobre los productos o procesos que causan o
contribuyen al aumento del riesgo de cáncer en los trabajadores. Métodos más sofisticados de
bioensayo así como la utilización de modelos matemáticos complicados para extrapolar los niveles
de riesgo en los trabajadores, han conducido a interpretaciones diferentes de las sustancias
químicas o procesos que deberían ser clasificados como carcinógenos humanos y sobre cuál
debería ser el nivel máximo de exposición.
Las categorías de carcinogenicidad son las siguientes :
A1. Sustancias carcinógenas confirmadas para el hombre : el agente es carcinógeno en los
humanos de acuerdo con el peso de evidencia de los estudios epidemiológicos.
A2. Sustancias carcinógenas sospechadas para el hombre : los datos en humanos se
aceptan que son de calidad adecuada pero son conflictivos o insuficientes para clasificar al agente
como carcinógeno confirmado en el humano; o, el agente es carcinógeno en los animales de
experimentación a dosis, vías de exposición, puntos de tipo histológico o por mecanismos que se
consideran importantes en la exposición de los trabajadores. La clasificación A2 se utiliza
principalmente cuando existe evidencia limitada de carcinogenicidad en el humano y evidencia
suficiente en los animales de experimentación en relación con la de aquellos.
A3. Carcinógenos confirmados en los animales con comportamiento desconocido en los
humanos : el agente es carcinógeno en los animales de experimentación a dosis relativamente
elevadas, vía o vías de administración, puntos de tipo histológico o por mecanismos que pueden no
ser importantes en la exposición de los trabajadores. Los estudios epidemiológicos disponibles no
confirman un incremento del riesgo de cáncer en los humanos expuestos. La evidencia existente
no indica que el agente probablemente cause cáncer en los humanos, excepto por vías o niveles de
exposición no frecuentes o poco probables.
A4. No clasificables como carcinógenos en humanos : agentes que preocupa pueden ser
carcinógenos en los humanos pero no pueden evaluarse de forma concluyente por ausencia de
datos. Los estudios in vitro o en animales no
Indican carcinogenicidad suficiente para clasificar al agente en cualquiera de las otras categorías.
A5. No sospechoso como carcinógeno en humanos : el agente no es sospechoso de ser
carcinógeno en humanos basándose en los estudios epidemiológicos realizados adecuadamente en
éstos. De estos estudios se disponen de suficientes historias fiables de seguimiento de la
exposición durante largo tiempo, dosis suficientemente elevadas y de la potencia estadística
adecuada para concluir que la exposición al agente no conlleva un riesgo significativo de cáncer
para el humano; o, los hechos que sugieren la ausencia de carcinogenicidad en los animales de
experimentación están avalados por los datos obtenidos con modelos teóricos.
Las exposiciones a carcinógenos deben limitarse al mínimo. Los trabajadores expuestos a las
sustancias carcinógenas encuadradas en A1 deben estar equipados adecuadamente para eliminar
virtualmente toda exposición al carcinógeno.
Para los carcinógenos A1 con valor límite umbral (VLU) y para los A2 y A3, la exposición para los
trabajadores por cualquier vía de absorción debe controlarse cuidadosamente a niveles tan bajos

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como sea posible por debajo del VLU y monitoreadas a niveles compatibles con los datos
experimentales y la experiencia en humanos.

APÉNDICE “B”

Sustancias de composición variable :

B1. Productos de la descomposición del politetrafluoroetileno (marcas de fábrica :


“Algoflón”, “Fluon”, “Halon”, “Teflón”, “Tetram”).
La descomposición térmica en el aire de la cadena fluorocarbonada, provoca la formación de
productos oxidados que contienen carbono, flúor y oxígeno. Para obtener un índice de exposición,
estos productos pueden determinarse en el aire cuantitativamente como fluoruros, ya que se
descomponen parcialmente por hidrólisis en soluciones alcalinas. Hallándose pendiente aún la
determinación de la toxicidad de estos productos no se recomienda valor límite umbral alguno,
pero las concentraciones en el aire deben ser las mínimas posibles.
B2. Humos de soldadura – Partículas totales (No clasificadas de otra forma)
Valor límite umbral (VLU) : 5 mg/m3
Los humos de soldadura no son sencillos de clasificar. La composición y cantidad de los humos y el
total de partículas dependen de la aleación que se suelda y del proceso y de los electrodos que se
usan. No se puede realizar un análisis fiable de los humos sin tener en cuenta la naturaleza del
proceso y el sistema de soldadura objeto del examen : metales reactivos como el aluminio y el
titanio y las aleaciones se sueldan al arco en una atmósfera protectora inerte, por ejemplo, de
argón. Estos arcos originan una cantidad relativamente pequeña de humos, pero dan lugar a una
intensa radiación que puede producir ozono. Para soldar aceros al arco, se emplean procesos
similares, que también originan un nivel relativamente bajo de humos. También se sueldan al arco
aleaciones de hierro en atmósferas
Oxidantes, lo que genera una cantidad considerable de humo y puede producir monóxido de
carbono en lugar de ozono. Generalmente, tales humos se componen de partículas discretas de
escorias amorfas que contienen hierro, manganeso, sílice y otros elementos constituyentes
metálicos según las aleaciones de que se trate. Cuando se sueldan al arco aceros inoxidables, en
los humos se encuentran compuestos de cromo y níquel. En la formulación de algunos electrodos
revestidos y de núcleo de fundente, entran fluoruros y los humos asociados con ellos pueden
contener una cantidad significativamente mayor de fluoruros que de óxidos. Debido a los factores
apuntados, frecuentemente hay que verificar si los humos de soldadura al arco tienen los
elementos individuales que es probable que estén presentes en ellos, para determinar si se
sobrepasan los valores límites umbral específicos.
Las conclusiones basadas en la concentración total de humos son, generalmente, adecuadas si en
la varilla para soldar el metal o el revestimiento metálico no hay elementos tóxicos y las
condiciones no contribuyen a la formación de gases tóxicos.

APÉNDICE “C”

Valores límites umbral para mezclas

Cuando estén presentes dos o más sustancias peligrosas que actúen sobre el mismo sistema de
órganos, se deberá prestar atención primordialmente a su efecto combinado más que al de
cualquiera de dichas sustancias por separado.
A falta de información en contrario, los efectos de los distintos riesgos se deben considerar como
aditivos.
Es decir, si la suma de
C1 C2 Cn
+ +...............+
T1 T2 Tn
es mayor que la unidad, se debe considerar que se sobrepasa el Valor Límite Umbral
correspondiente a la mezcla.
En las fracciones los términos C indican las concentraciones atmosféricas halladas para cada
sustancia componente de la mezcla y los términos T, los correspondientes CMP de cada una de
estas sustancias (ver ejemplos).
Se pueden hacer excepciones a esta regla cuando hayan motivos suficientes para creer que los
efectos principales de las distintas sustancias nocivas no son, en realidad, aditivos sino
independientes, como ocurre cuando los distintos componentes de la mezcla producen efectos
puramente locales en distintos órganos del cuerpo humano. En tales casos, debe considerarse que
la mezcla excede el CMP cuando por lo menos una de sus sustancias componentes rebasa su VLU
específico, o sea cuando cualquier fracción de la serie (C1/ T1 + ó + C2/ T2 , etc.), alcance
valores superiores a la unidad (ver ejemplos).
Con algunas combinaciones de contaminantes ambientales, pueden darse efectos de acción
sinérgica o potenciadora. En tales casos por el momento deben ser determinados individualmente.
Los agentes potenciadores o sinérgicos no son necesariamente nocivos por sí mismos. También es
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posible potencia los efectos de la exposición a dichos agentes por vías distintas de la inhalación
como, por ejemplo, la ingestión de alcohol que coincida con la inhalación de un narcótico
(tricloroetileno). La potenciación se presenta, de manera característica, a concentraciones altas y,
con menor probabilidad, si son bajas.
Cuando una operación o un proceso determinado se caracteriza por la emisión de diversos polvos,
humos, vapores o gases nocivos, frecuentemente sólo es factible tratar de evaluar el riesgo
mediante la medición de una sola sustancia. En tales casos, el valor límite umbral de esta
sustancia aislada y medida deberá reducirse mediante la aplicación de un determinado factor cuya
magnitud dependerá del número, de la toxicidad y de la relativa proporción de los otros factores
presentes normalmente en la mezcla.
Ejemplos típicos de operaciones procesos laborales en los que se dan asociaciones de dos o más
contaminantes ambientales nocivos son los siguientes : soldadura, reparación de automóviles,
voladura con explosivos, pintura, lacado, ciertas operaciones de fundición, humos de
escape de los motores diesel.

Ejemplos de VLU para mezclas

A. Efectos aditivos

Las fórmulas que a continuación se indican, sólo se aplican cuando los componentes de una mezcla
tienen efectos toxicológicos similares, no debiendo hacerse uso de ellas para mezclas cuya
reactividad difiera ampliamente como, por ejemplo, las del cianuro de hidrógeno y el dióxido de
azufre, en cuyo caso se debe emplear la fórmula correspondiente a los efectos independientes.

1. Caso general. Cuando se analiza el aire para determinar el contenido de cada componente, el
VLU de la mezcla es :

C1 C2 C3
+ + = 1
T1 T2 T3

Es esencial analizar el ambiente, tanto cualitativa como cuantitativamente respecto a cada uno de
los componentes presentes a fin de evaluar si se cumple o no este VLU calculado.

Ejemplo A.1
El aire contiene 400 ppm de acetona (CMP, 500 ppm), 150 ppm de acetato de secbutilo (CMP, 200
ppm) Y 100 ppm de metiletilcetona (CMP, 200 ppm).
Concentración ambiental de la mezcla = 400 + 150 + 100 = 650 ppm

400 150 100


+ + = 0,80 + 0,75 + 0,50 = 2,05
500 200 200

Se sobrepasa el valor límite umbral de la mezcla.

Otro ejemplo :
El aire contiene 5 ppm de tetracloruro de carbono (VLU = 10 ppm), 20 ppm de dicloruro de etileno
(VLU = 50 ppm) y 10 ppm de dibromuro de etileno (VLU = 20 ppm).
La concentración de la mezcla = 5 + 20 + 10 = 35 ppm

5 20 10
+ + = 0,50 + 0,40 + 0,50 = 1,40
10 50 20
El VLU ha sido rebasado.
El VLU de esta mezcla puede ahora calcularse como el cociente entre la concentración total de
contaminante y el resultado de esta suma de fracciones.

35
= 25 ppm
1,4

Caso especial

Cuando la fuente contaminante es una mezcla de líquidos y se presume que la composición


atmosférica es similar a la del material original, como, por ejemplo, sobre la base de un tiempo de

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exposición estimado como promedio, la mezcla líquida (disolvente) se evapora, eventualmente, en
su totalidad.
Cuando se conoce la composición porcentual (en peso) de la mezcla líquida, el VLU de cada
componente debe expresarse en mg/m3.

CMP o VLU de la mezcla =

f1 f2 fn
+ +........+
CMPa CMPb CMPn

Donde f es el % en peso del constituyente de la mezcla líquida.


Nota : Para poder evaluar la concordancia con este VLU o CMP, deben calibrarse en el laboratorio
los aparatos de muestreo de campo con objeto de que puedan responder cualitativamente y
cuantitativamente a esta mezcla específica de contaminantes en el ambiente, así como a
concentraciones fraccionarias de la misma, por ejemplo :
½ CMP, 1/10 CMP, 2 x CMP, 10 x CMP, etc.

Ejemplo :

Un líquido contiene (en peso)

50% de heptano CMP = 400 ppm ó 1640 mg/m3


(1 mg/m3 = 0,24 ppm)
30% de metilcloroformo CMP = 350 ppm ó 1910 mg/m3
(1 mg/m3 = 0,18 ppm)
20% de percloroetileno CMP = 25 ppm ó 170 mg/m3
(1 mg/m3 = 0,15 ppm)

CMP de la mezcla = =

0,5 0,3 0,2


+ +
1640 1910 170

1 1
= = =
0,00030 + 0,00016 + 0,00118 0,00164

= 610 mg/m3

De esta mezcla :

el 50% o sea 610 x 0,50 = 305 mg/m3 son de heptano


el 30% o sea 610 x 0,30 = 183 mg/m3 son de metilcloroformo
el 20% o sea 610 x 0,20 = 122 mg/m3 son de percloroetileno

Estos valores pueden convertirse en ppm de la siguiente manera :

Heptano : 305 mg/m3 x 0,24 = 73 ppm


Metilcloroformo : 183 mg/m3 x 0,18 = 33 ppm
Percloroetileno : 122 mg/m3 x 0,15 = 18 ppm

CMP de la mezcla = 73 + 33 + 18 = 124 ppm ó 610 mg/m3

Efectos independientes

CMP correspondiente a la mezcla

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C1 C2 C3
= 1 ; = 1; = 1 ; etc.
T1 T2 T3

Ejemplo :

El aire contiene 0,05 mg/m3 de plomo (CMP o VLU = 0,05 mg/m3) y 0,7 mg/m3 de ácido sulfúrico
(CMP o VLU = 1 mg/m3)

0,15 0,7
= 1 ; = 0,7
0,15 1

Los resultados indican que el CMP no ha sobrepasado el valor límite.

CMP para mezcla de polvos minerales

Para mezclas de polvos minerales biológicamente activos, puede ser utilizada la fórmula general :
1

CMP o VLU de la mezcla =

f1 f2 fn
+ +........+
CMPa CMPb CMPn

APÉNDICE “D”

Criterios de muestreo selectivo por tamaño de partículas para aerosoles


Para las sustancias que se encuentran en el aire inhalado en forma de suspensiones de partículas
sólidas o gotículas, el riesgo potencial depende del tamaño de las partículas así como de la
concentración másica a causa de :
1. los efectos del tamaño de las partículas sobre el lugar de deposición en el tracto
respiratorio y
2. la tendencia a asociar muchas enfermedades profesionales con el material depositado en
determinadas regiones del tracto respiratorio.

Los valores límite selectivos por tamaño de partículas se expresan de las tres formas siguientes :
a) Valores CMP de la Masa de Partículas Inhalables (IPM – CMPs) correspondientes a aquellos
materiales que resultan peligrosos cuando se depositan en cualquier parte del tracto
respiratorio.
b) Valores CMP de la Masa de Partículas Torácica (TPM – CMPs) para aquellos materiales que
son peligrosos al depositarse en cualquier parte de las vías pulmonares y la región de
intercambio de gases.
c) Valores CMP de Masa de Partículas Respirables (RPM – CMPs) para aquellos materiales que
resultan peligrosos cuando se depositan en la región de intercambio de gases.

Las fórmulas y expresiones que se detallan en el Apéndice “D” para la determinación cuantitativa
de partículas, serán de utilidad para el tomador y analista de las muestras. Los resultados de estos
informes son los que serán evaluados y compulsados, de acuerdo a los valores que da la Ley, por
el Técnico Especialista en Higiene y Seguridad.

INDICES BIOLÓGICOS DE EXPOSICIÓN

El monitoreo biológico provee al personal de la Salud Ocupacional, de una herramienta para


determinar la exposición de los trabajadores a sustancias químicas. Dicho monitoreo (o control
periódico) biológico consiste en la determinación de la exposición total a sustancias químicas que
están presentes en el ambiente de trabajo a través de la medición de “determinantes” apropiados
presentes en especimenes biológicos recogidos de los trabajadores y en el tiempo especificado.
Los denominados “determinantes” pueden ser las sustancias químicas o sus metabolitos o un
cambio bioquímico reversible característico inducido por la sustancia química. La medición puede
ser efectuada en aire exhalado, orina, sangre u otros especímenes biológicos recogidos del
trabajador expuesto.
Basados en el determinante, el espécimen elegido y el tiempo de muestreo, la medición indica si es
una exposición reciente, un promedio de la exposición diaria o una exposición acumulativa crónica.
Los IBE son valores de referencia que sirven como una guía para la evaluación de riesgos
potenciales para la salud en la práctica de la Higiene Industrial.

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Los IBE representan los niveles de los determinantes que son más frecuentemente observados en
los especimenes recogidos de un trabajador sano que ha estado
Expuesto por inhalación a las sustancias químicas con un valor de exposición igual al CMP.
Los IBE no indican una distinción clara entre una exposición riesgosa o no. Debido a la variabilidad
biológica es posible que una medición aislada supere el IBE sin incurrir por ello en un incremento
del riesgo para la salud. Pero, sin embargo, si las mediciones de especimenes obtenidas de un
trabajador en diferentes ocasiones persisten excediendo el IBE, o si la mayoría de las mediciones
en especimenes obtenidos de un grupo de trabajadores del mismo lugar de trabajo excede el IBE,
la causa de los valores excesivos debe ser investigada y se deben tomar acciones adecuadas para
reducir la exposición.
Los IBE se aplican para exposiciones de 8 horas, 5 días a la semana; sin embargo los IBE para
otros esquemas de trabajo, pueden ser extrapolados en bases farmacocinéticas y
farmacodinámicas.
Los IBE son valores de referencia para evaluar los resultados del control biológico. Representan los
niveles de los determinantes que con mayor probabilidad han de observarse en las muestras
tomadas en los trabajadores sanos que han estado expuestos.
Las excepciones con respecto a lo anterior, son los IBE para los compuestos químicos cuyos VLU (o
CMP) están basados en la protección frente a los efectos no sistémicos (por ejemplo irritación o
deterioro respiratorio) en donde es conveniente realizar el control biológico debido a la absorción
potencial significativa a través de una vía adicional de entrada (generalmente la vía dérmica).
El control biológico refleja indirectamente la dosis de un trabajador a la exposición o del compuesto
químico en cuestión. El IBE generalmente representa la concentración por debajo de la cual la
mayor parte de los trabajadores no deberían experimentar efectos adversos para la salud.
El determinante propuesto como IBE puede ser también, el mismo compuesto químico además de
los metabolitos y cambios bioquímicos.
El control biológico sirve, además, de complemento a la evaluación de la exposición a través del
muestreo ambiental.

Especímenes biológicos

Orina
Es muy significativa la variación del volumen de orina. Las mediciones de rango de eliminación
proveen información más precisa, sin embargo una recolección cuantitativa de la orina durante un
período de tiempo preciso es poco factible. Una medición simple de concentración, puede proveer
información de exposición pero la medida cuantitativa de exposición se ve debilitada por la
variabilidad del rango de excreción urinaria. La concentración urinaria relacionada con la excreción
de un soluto provee alguna corrección para las fluctuaciones de excreción urinaria. Una orina
demasiado diluida o muy concentrada no es generalmente adecuada para monitoreo, por lo tanto
debe tomarse un nuevo espécimen.

Aire exhalado
Son críticos los cambios rápidos de concentración con el tiempo; más aún, la concentración cambia
durante la fase de expiración. Por lo tanto se especifica el muestreo de la última porción de aire
exhalado (que generalmente representa el aire alveolar) o mezcla de aire exhalado. En general,
durante la exposición las concentraciones en la última porción de aire exhalado son más pequeñas
que en la mezcla de aire exhalado, y durante la post exposición la concentración en la mezcla de
aire exhalado es aproximadamente las 2/3 partes de la concentración de la última porción de aire
exhalado.
Los especimenes de aire exhalado de trabajadores con la función pulmonar alterada no son
adecuados para un monitoreo de exposición.

Sangre
Para datos basados en análisis de sangre, la relación plasma – eritrocitos y la distribución de
algunos determinantes entre los constituyentes sanguíneos puede afectar el resultado de algunas
mediciones, por lo tanto se especifica si el análisis es sobre sangre entera, plasma, suero o
eritrocitos. La unión proteínas de algunos determinantes debe ser tenido en cuenta para
seleccionar el método analítico. A menos que se indique lo contrario, los IBE para sustancias
químicas volátiles están referidos a sangre venosa y no pueden ser aplicados a sangre capilar, que
representa principalmente sangre arterial.

Tiempo de toma de muestra


En muchas ocasiones, cuando el nivel del determinante cambia rápidamente o cuando existe
acumulación de tiempo de toma de muestra es muy crítico y se debe observar cuidadosamente. El
tiempo de toma de muestra se especifica en la tabla de acuerdo a las diferencias de la tasa de
ingreso – eliminación de las sustancias quí9micas y sus metabolitos y de acuerdo con la
persistencia de los cambios bioquímicos inducidos :
1. Los determinantes con tiempo de toma de muestra que indiquen : “antes de la jornada”
(significa después de 16 horas sin exposición), “durante la jornada” o “al final de la
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jornada” (significa durante las dos últimas horas de exposición), son eliminados
rápidamente y tienen un tiempo medio de eliminación menor a las 5 horas.
Tales determinantes no se acumulan en el cuerpo y por lo tanto es crítico el tiempo de
toma de muestra en relación con los períodos de exposición y post – exposición.
2. Determinantes con tiempo de toma de muestra que indiquen “comienzo de la semana de
trabajo”, o “fin de la semana laboral” (significa después de dos días de exposición o 5 días
consecutivos de trabajo con exposición respectivamente). Tiempo medio de eliminación
mayor que 5 horas. Estos determinantes se acumulan en el cuerpo durante la semana de
trabajo, por lo tanto es crítico el teimpo de toma de muestra en relación con exposiciones
previas.
Para sustancias químicas que se eliminan por distintas vías, el tiempo de toma de muestra
está dado por la relación entre la exposición por jornada tanto como por la exposición
semanal.
3. Determinantes con el tiempo de toma de muestra “no crítico” o “discrecional”, tienen
períodos de tiempo medio de eliminación muy largo, y se acumulan en el cuerpo por años y
algunos durante toda la vida. Después de un par de semanas de exposición, los
especimenes para las mediciones de tales determinantes pueden ser recogidos en cualquier
momento.

NOTACIONES

“B” - Concentración de fondo


El determinante puede estar presente, en muestras biológicas tomadas en sujetos que no han
estado expuestos laboralmente, a concentraciones que podrían afectar a la interpretación del
resultado. Estas concentraciones de fondo están incluidas en el valor del IBE.

“Nq” - No cuantitativo
El control biológico para estos compuestos se basa en las revisiones de actualización, sin embargo,
no puede establecerse un IBE específico debido a la insuficiencia de datos.

“Ns” - Inespecífico
El determinante es inespecífico ya que también puede encontrarse después de la exposición a otras
sustancias.

“Sq” - Semicuantitativo
El determinante biológico es un indicador de la exposición al compuesto químico, pero la
interpretación cuantitativa de su medida es ambigua.

“Sc” – Susceptibilidad
Esta notación indica que un grupo poblacional identificable puede tener una susceptibilidad
incrementada por el efecto de la sustancia química. Por esta causa quedan desprotegidos por los
IBE.

“Nb” – Niveles basales


Indica que el determinante está generalmente presente en cantidades significativas en
especimenes biológicos recogidos de sujetos que no han estado expuestos ocupacionalmente. Es
por ello que se incluyen estos niveles de base en los IBE.

“Ne” – No específicos
Esta notación indica que el determinante es no específico ya que se observa luego de la exposición
a otros contaminantes. Estas pruebas no específicas son preferibles porque son fáciles de usar y
generalmente ofrecen una correlación mejor con la exposición que pruebas específicas. En tales
circunstancias un IBE para un determinante biológico se recomienda como prueba confirmatoria
aún cuando sea cuantitativamente menor.

“Cf” – Confirmatoria
Esta notación indica que el determinante biológico es un indicador de exposición a la sustancia
química, pero la interpretación cuantitativa de las mediciones es ambigua.

Estos IBE se deben aplicar con precaución. Estos determinantes biológicos se deben utilizar como
pruebas confirmatorias principalmente para la confirmación de exposición indicada por mediciones
de determinantes no específicos, como una prueba de selección si una prueba cuantitativa no es
práctica.

SEPARATA - ARTÍCULOS DE INTERÉS

HIGIENE LABORAL I – Ing. D.A.Pizarro – Pág.50


HIGIENE LABORAL I - Ing. D.A.Pizarro – Pág.51
Entrevista a Juan Carlos Hiba,
Especialista en Riesgos del Trabajo de la OIT

“Los accidentes de trabajo no son cosa


del destino y se deben prevenir”

La OIT adoptó el 28 de abril como un día de conmemoración por los muertos como
consecuencia del trabajo, en homenaje a la muerte de decenas de trabajadores de la
construcción en Estados Unidos, cuando se desmoronó el edificio que estaban
construyendo en 1987. Noticias Gremiales habló con Juan Carlos Hiba, especialistas de la
OIT en Riesgos del Trabajo quien se refirió a la situación de la higiene y seguridad
laboral en el mundo.

-La gran mayoría de ellas pueden y deben prevenirse. Entendemos que la muerte en el trabajo no
es una cosa del destino, que los accidentes no ocurren porque si, que las enfermedades que
afectan a los trabajadores por su tarea laboral no son producto del azar. Todas ellas tienen sus
causas y merecen investigarse y sobretodo merecen acciones de prevención y promoción. En
América Latina se pierden en el orden de 22 millones de jornadas de trabajo por año originadas en
accidentes del trabajo y enfermedades profesionales. Jornadas que llevan a que por tres días o
más los trabajadores interrumpan sus tareas. Esa cifra, calculada en base a la remuneración de un
trabajador de la industria manufacturera, semicalificado o no calificado, que esta en el orden de los
cuatro dólares por hora, significan 100 millones de dólares por año.

Comparado con los 78 mil millones parece pequeña pero es otro ingrediente que nos muestra que,
más allá de los costos de los accidentes mortales, también tiene sus consecuencias en costos los
accidentes que requieren la interrupción del trabajo por parte del afectado por tres días o más.

-¿La salud y seguridad en el trabajo es otra víctima de la competencia salvaje?

-La seguridad y la salud en el trabajo y la calidad de la vida laboral es importante en términos


generales para América latina. Fíjese que la mayoría de los países de la región ahora están como
consecuencia de un proceso de globalización de las economías en una búsqueda por lo menos
declarada de los gobiernos, de una mayor competitividad y de una mayor productividad. Las
empresas necesitan ser más productivas y quieren ser más competitivas. Ahora bien, esa
búsqueda es lo que interesa a los países que están en búsqueda de un mayor desarrollo, pero para
ese desarrollo sostenido y sostenible, hay algunos requisitos que son sustantivos y uno de ellos es
el valor de la educación. Para lograr un desarrollo sostenido se necesita gente que sepa, que tenga
conocimientos para producir y para trabajar pero también se necesita tener gente sana y de ahí
surge el valor de la salud por un lado y de la educación por el otro. Dos principios básicos
estratégicos que todos los gobiernos y las políticas de Estado plantean.

-¿Cuál es la situación de la higiene y seguridad en el mundo?

-Cuando uno mira los indicadores acerca de la realidad de accidentes de trabajo, accidentes
mortales, lesiones o enfermedades de trabajo llamadas profesionales, son muy significativas en
términos generales en el mundo. Hemos estimado que cinco mil personas por día están muriendo
en el mundo. Además del daño a los trabajadores y del dolor de sus familias esto tiene un
componente económico, los costos de reparación, de rehabilitación en el caso de accidentes y otras
pérdidas que se han estimado en el orden del 4% del Producto Bruto Interno (PBI) mundial, lo que
representa un millón doscientos cincuenta mil millones de dólares. Hay que aclarar que las cifras
de que dispone OIT son escasas, atrasadas e incompletas ya que no todos los países reportan los
accidentes laborales a la OIT para que podamos hacer estas estadísticas.

-¿Hay datos de América latina?

-Si hablamos de América Latina, ese 4% de todo el PBI da unos 78 mil millones de dólares que se
gastan por año en compensaciones. Esa cifra es el PBI, por ejemplo, de Colombia que esta en 81
mil millones de dólares. Es decir que todo lo que produce un país como Colombia, que no es
pequeño, se destina en la región a compensar los accidentes de trabajo.

Los reportes que los países de América Latina hacen a la OIT, recalcando que a veces llegan
atrasados e incompletos, nos permite estimar que hay alrededor de 30 mil accidentes mortales por
año de los cuales cerca de 14 mil se producen en la agricultura, unos 5.600 en la industria y
alrededor de 10 mil en los servicios. De esas cifras estimadas, sólo entre el 20 y el 25% se
reportan a la OIT.

HIGIENE LABORAL I – Ing. D.A.Pizarro – Pág.51


HIGIENE LABORAL I - Ing. D.A.Pizarro – Pág.52

-¿Estos datos incluyen los accidentes en los empleos no registrados?

-En general los reportes que hace los países en esta materia provienen de estadísticas recopiladas
algunas veces por el Ministerio de Trabajo, otras veces por las empresas aseguradoras de riesgos,
como ocurre en Argentina, Chile y Colombia, pero en todo caso son de la economía formal y esta
es solo una parte de la economía de los países.

Las economías informales en términos generales representan ya más del 50% de las economías de
cada uno de los países. Y de esos sectores productivos informales no tenemos cifras. Hay muy
pocos países que tienen sistemas de seguridad y salud en el trabajo que les permita organizar de
manera sistemática la recopilación de esa información. Ante eso nosotros entendemos que esas
lesiones y enfermedades vayan aparejadas de manera antinatural con el trabajo.

-¿Estas enfermedades profesionales son prevenibles? ¿Y cuál es el aporte de la calidad


de la vida laboral en esto?

-Es que debe ser capaz de asegurar que la gente pueda trabajar de manera productiva a lo largo
de toda la jornada laboral, que los trabajadores puedan ejercer todo su conocimiento, toda su
energía, de manera productiva sin tener temores a sufrir accidentes, a desconocer las máquinas
con que están operando, a conocer los riesgos que tienen las sustancias peligrosas que puedan
estar manejando, de manera tal que, apostar por una mejor calidad de vida laboral y,
fundamentalmente, la cuestión de la seguridad y salud en el trabajo optando por acciones de
prevención en esta materia es sustantivo si es que nuestros países quieren realmente plantear
seriamente el tema de lograr un desarrollo sostenido y una mayor productividad y competitividad.

Si miramos los estudios realizados por los países desarrollados en materia de competitividad,
encontramos que son más competitivos porque, entre otros factores, tienen menores tasas de
accidentes de trabajo y de enfermedades profesionales. Esta cuestión de competitividad y
productividad hay que verla con los pies sobre la tierra en el plano de las empresas, que es donde
hay que entender que la calidad de la vida laboral debe ser donde se preste atención a la manera
en que se gestione la seguridad y la salud en el trabajo. Es necesario que las empresas puedan
adoptar sistemas de gestión de la seguridad y salud en el trabajo en la que se pueda entender que
los trabajadores tienen mucho que decir en la materia. La OIT ha publicado hace algún tiempo un
documento donde se plantean algunas directrices para el diseño de este tipo de sistemas de
gestión que lo estamos promoviendo en los países con miras a que adopten voluntariamente estas
técnicas.

-¿Cómo encaran los gobiernos de América Latina la cuestión de la salud y seguridad en el


trabajo?

-Algunos indicadores cualitativos, no cuantitativos, nos marca que en términos generales los
ministerios de trabajos disponen de recursos reducidos para asegurar más y mejores
intervenciones en materia de seguridad y salud en el trabajo. Tienen a veces limitaciones para
poner en marcha programas de recalificación y de mejoramientos de las competencias de sus
funcionaros, en especial de los inspectores de trabajo. Otro punto, y este es dramático, es el
enorme subregistro que hemos encontrado en materia de accidentes de trabajo y qué decir en
materia de enfermedades profesionales.

Encontramos algunos países como Argentina, Chile, Colombia, Brasil, que están haciendo esfuerzos
para disponer de datos estadísticos, pero siempre del sector formal de la economía, que
igualmente ayudan a conocer los tipos de accidentes, la naturaleza de las enfermedades
ocupacionales y a diseñar políticas de prevención de distintos tipos, pero el subregistro es muy
grande. Creo que la Organización Panamericana de la Salud había señalado que se estaba
registrando entre el 5 y el 10 por ciento de todos los accidentes de trabajo en promedio, en
términos generales en toda América Latina. De manera tal que en este sentido de las cifras de los
accidentes que llevan a interrumpir el trabajo dos, tres, cinco días hay muy poca información.

-¿Existen sistemas de control para la salud y seguridad en el trabajo?

-Observamos una escasa interacción entre todas las autoridades e instituciones competentes en
prevención de accidentes de trabajo. No existen en términos generales y no están funcionando en
los países de América latina lo que la OIT llama sistemas nacionales de seguridad y salud en el
trabajo. Nosotros entendemos que la salud y seguridad en el trabajo debería verse desde la
perspectiva sistémica en donde cuando uno trabaja con ese concepto puede identificar, por un
lado, todos los componentes de ese sistema, cuál es el estado de cada uno de los componentes del
sistema. La OIT tiene sus políticas y el apoyo en cada uno de los países a las instituciones que les
interese actuar dentro de este sistema, para ayudar a realizar un diagnóstico y conocer el estado
HIGIENE LABORAL I – Ing. D.A.Pizarro – Pág.52
HIGIENE LABORAL I - Ing. D.A.Pizarro – Pág.53
de situación de cada uno de los sistemas, sobre todo para poder identificar los problemas que hay
para que todo funcione como un sistema.

-¿Puede citar ejemplos?

-En el caso del Perú, que es un país donde resido hace cinco años, hay cuatro instituciones que
llevan registros sobre accidentes, no sólo mortales, de trabajo: el Ministerio de Trabajo, que con
sus inspectores actúa de oficio o por denuncias visitando empresas; el Ministerio de Salud, que, a
través de los hospitales, tiene sus datos estadísticos de los orígenes de las dolencias; el Instituto
Nacional de Seguridad Social, que maneja un presupuesto a partir de la contribución de
trabajadores y empresas formales y que brinda servicios a través de hospitales propios y también
tienen sus registros de accidentes laborales y el Ministerio de Energía y Minas, la minería aporta el
50 por ciento del PB nacional, también lleva sus propias estadísticas. Pero no hay un sistema que
permita poner juntas a todas estas estadísticas de accidentes de trabajo y enfermedades
profesionales.

En eso estamos trabajando, en el diseño de un sistema nacional de registro y notificación de


accidentes de trabajo y todavía no han incluido a las enfermedades profesionales. Esta situación se
refleja en muchos países de la región. Esta cuestión de los sistemas nacionales de seguridad y
salud en el trabajo en general en los países de América Latina es otro de los indicadores
cualitativos que muestran que aun hay mucho por hacer en la región.

-¿Qué lugar ocupa la participación sindical en el diseño de los sistemas de prevención


laboral?

-Hemos detectado que es débil, en materia de seguridad y salud en el trabajo, lo relacionado con lo
que la OIT llama el diálogo social y las consultas tripartitas o bipartitas en materia de la
negociación colectiva referidas a seguridad y salud en el trabajo. Porque no hay muchos países que
tengan la experiencia de la Argentina en materia de negociación colectiva. Por distintas razones
políticas, a lo largo de décadas, en algunos países se ha desarrollado más esta capacidad de
negociación de los sindicatos con las organizaciones de empleadores pero en otros se ha
desarrollado mucho menos. Allí encontramos, entonces, que los actores sociales en términos
generales han perdido mucha capacidad y calidad para saber negociar y buscar la concertación.

-¿Qué otras falencias encuentran en esta materia?

-Un indicador cualitativo de la situación en los países de la región en materia de seguridad y salud
en el trabajo es la falta de ratificación de lo que la OIT considera los convenios fundamentales en
esta área. La región no ha adoptado en su mayoría el convenio sustantivo en esta materia que es
el Nº 155 de seguridad y salud de los trabajadores. Desde 1988 sólo lo ha hecho Venezuela, en la
zona de los países andinos. Es importante este convenio porque obliga al país que lo ratifica a
tener una política nacional en materia de seguridad y salud en el trabajo. Esto conlleva la sanción
de una ley nacional que regle el campo de acción y se establezca las responsabilidades de los
empleadores y los derechos y obligaciones de los trabajadores.

En América Latina la OIT esta dispuesta a brindar asesoramiento en la medida que los gobiernos de
turno lo soliciten para la ratificación de este convenio. El 161 es otro convenio importante que
tampoco ha sido ratificado en la gran mayoría de los países de América latina. Se refiere a los
servicios de salud de las empresas para los trabajadores. Son dos convenios que son muy
importantes para asegurar una mejor calidad de la vida laboral.

-¿Qué perspectivas augura para el futuro?

-Estamos observando una tendencia en términos generales a una convergencia de las legislaciones
en materia de seguridad y salud en el trabajo entre los países y esto es consecuencia de los
procesos de integración regional que están ocurriendo caso Mercosur, Países Andinos. Lo mismo
sucede en América Central. Esta convergencia se da para evitar una especie de dumping social
entre los países donde unos ofrecen condiciones de trabajo menos ventajosas para los trabajadores
y en definitiva con costos laborales menores que atraigan capitales en desmedro de sus vecinos.

Enrique Dichiera
Carlos Chichizola
Noticias Gremiales

Microtraumatismos repetitivos: estudio y prevención

HIGIENE LABORAL I – Ing. D.A.Pizarro – Pág.53


HIGIENE LABORAL I - Ing. D.A.Pizarro – Pág.54
Fuente: Siafa SRL - link

Las lesiones de extremidad superior derivadas de microtraumatismos repetitivos (CTD) son un


problema frecuente que ha sido estudiado de forma exhaustiva en industrias tan dispares como las
del calzado, las alimentarias o las del automóvil.
En dichos estudios se han ido perfilando ciertos factores de riesgo que, en síntesis, serían:
- Mantenimiento de posturas forzadas de muñeca o de hombros.
- Aplicación de una fuerza manual excesiva.
- Ciclos de trabajo muy repetitivos, dando lugar a movimientos rápidos de pequeños grupos
musculares o tendinosos.
- Tiempos de descanso insuficientes.
De hecho, un gran número de autores consideran que la patología que nos ocupa se produce por la
combinación de varios de estos factores, especialmente de la asociación de un movimiento
repetitivo con una tensión muscular, poniéndose de manifiesto asociaciones con un gradiente
biológico positivo; es decir, a mayor repetitividad y esfuerzo, mayor prevalencia de lesiones.

Productos químicos utilizados en la Unión Europea perjudican el desarrollo cerebral


infantil

Fuente: El Tiempo (Colombia) - link

La denuncia la hizo el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF) que señala las graves
consecuencias para la salud al hacer uso de estos productos. El documento destaca que algunos de
las consecuencias que tienen muchos productos químicos en los niños son dificultades para
memorizar, reducido reconocimiento visual, inferior de desarrollo psicomotriz y un coeficiente
intelectual más bajo. El WWF apunta también que los desórdenes cerebrales tales como la
hiperactividad y el autismo, que parecen registrar un incremento, podrían estar relacionados con la
toxicidad de esos productos.
"Se conoce muy poco sobre la repercusión de la toxicidad en el cerebro y en el sistema nervioso de
los aproximadamente 70.000 productos químicos fabricados que se hallan actualmente en el
mercado", subraya un comunicado de ese organismo de defensa del medio ambiente. Destaca que
un grupo de científicos estadounidenses calcula que el 10 por ciento de todos los desórdenes de
conducta cerebral están causados total o parcialmente por esos productos tóxicos.

Contaminación aire y agua causa millones de muertes infantiles

Ginebra, 23 jun (EFE).- La contaminación del medio ambiente, particularmente del aire y del agua,
es responsable de la muerte anual de tres millones de niños menores de cinco años debido a que
éstos ingieren más sustancias nocivas en proporción a su peso y a que son fisiológicamente más
vulnerables.
El primer Atlas sobre Salud Infantil y Medio Ambiente, elaborado por la Organización Mundial de la
Salud (OMS) y presentado hoy en Ginebra, afirma que la mayoría de esas víctimas viven en países
en desarrollo o en las zonas marginales de los países industrializados.
Aunque sólo el 10 por ciento de la población mundial son niños menores de cinco años, ellos
padecen el 40 por ciento de la carga de enfermedades provocadas por problemas
medioambientales porque sus organismos son más débiles y no pueden protegerse por si solos de
los riesgos que les rodean.
Los niños pobres sufren frecuentemente enfermedades vinculadas a la falta de agua limpia y de
servicios de saneamiento, entre ellas la diarrea y la malaria que juntas son responsables del 26 por
ciento de muertes de niños a nivel mundial.
Se calcula que el 86 por ciento de las aguas residuales urbanas de América Latina y el Caribe y el
65 por ciento de las de Asia se vierten sin ningún tratamiento previo en los ríos, mares y lagos de
esos continentes.
Los males respiratorios provocan por su parte el 18 por ciento de decesos infantiles, lo que se debe
en gran medida a la exposición de los niños al humo generado por la combustión de desechos,
madera, carbón o kerosene utilizados por las familias pobres para cocinar.
Este humo permanece generalmente en el interior de las viviendas ante la falta de una vía de
escape, lo que además de provocar neumonía y asma, causa tuberculosis, cataratas, bajo peso al
nacer e infecciones del oído.
En la mayoría de países africanos y asiáticos más del 75 por ciento de familias utilizan esos tipos
de materias para cocinar, mientras que en Bolivia y Paraguay esa práctica involucra del 51 al 75
por ciento de hogares y en Brasil, Ecuador, Colombia y Perú del 26 al 50 por ciento.
A esto se suma -tanto en países pobres como ricos- que la mitad de niños del mundo (unos 700
millones) están expuestos al humo de tabaco e inhalan involuntariamente una mezcla de más de
400 químicos, incluidos cancerígenos.
HIGIENE LABORAL I – Ing. D.A.Pizarro – Pág.54
HIGIENE LABORAL I - Ing. D.A.Pizarro – Pág.55
"Los hijos de padres fumadores probablemente se convertirán en adictos y 250 millones de niños
vivos actualmente serán asesinados por el tabaco si la actual tendencia de consumo se mantiene",
advierte el Atlas de la OMS.
A nivel mundial, se estima que la contaminación en el interior de las viviendas es responsable de
cerca de la mitad de los 2 millones de muertes registradas cada año como consecuencia de
problemas respiratorios agudos.
Por otro lado, la falta de acceso al agua potable constituye una doble amenaza para la salud de los
niños porque, además de las enfermedades vinculadas a esta situación, los menores asumen gran
parte de la tarea de recolectar el agua.
En el trayecto entre sus hogares y el punto de recolección de agua, que generalmente suele
encontrarse alejado, los niños están expuestos a picaduras o ataques de animales, así como a
accidentes, lo que aumenta el impacto negativo de esta situación.
A esto se suma el hecho de que el tiempo que necesitan para realizar esa labor les quita tiempo
para la escuela u otras actividades productivas.
Según los cálculos de la OMS para Africa, reducir a la mitad el número de personas sin acceso a
fuentes de agua limpia y mejorar el saneamiento básico permitiría un ahorro de 1.200 millones de
dólares de gastos en atención médica. EFE is/va

Localización de materiales con amianto en procesos de reparación y desguace de buques

Fuente: Instituto Nacional de Seguridad e Higiene en el Trabajo (España) - link

Las propiedades físico-químicas y el bajo coste de los silicatos minerales hidratados de naturaleza
fibrosa, denominados genéricamente amianto, han supuesto para la industria un material con un
gran abanico de posibles aplicaciones. La industria naval ha empleado con asiduidad materiales con
amianto como recubrimiento de motores eléctricos o diesel para protegerlos del
sobrecalentamiento de colectores y tubos de escape; como calorifugado de sistemas calefactores
para conducciones de agua o de aire; como materiales de fricción para discos de embrague y
pastillas o zapatas de frenos; o como material constitutivo de las juntas empleadas para mantener
la estanqueidad de conductos o tuberías.
La peligrosidad para la salud que genera la manipulación de estos materiales, origen de asbestosis
y diferentes tipos de cáncer, supone que trabajadores encargados de operaciones de reparación y
desguace de navíos pueden estar, sin saberlo, expuestos a substancias que contienen fibras de
amianto en su composición con posible deterioro irreversible de la salud. Por todo ello, la
localización de estos materiales es imprescindible para asegurar la adopción de las medidas
preventivas adecuadas que garanticen el control del riesgo que implica la exposición a este
contaminante.

U N I D A D VI
CONTAMINANTES FÍSICOS

RUIDO

La omnipresencia del ruido en el trabajo


El ruido es uno de los peligros laborales más comunes. En Estados Unidos, por ejemplo, más de 9
millones de trabajadores se ven expuestos diariamente a niveles de ruido medios de 85 decibelios
ponderados A (en adelante, dBA). Estos niveles de ruido son potencialmente peligrosos para su
audición y pueden producir además otros efectos perjudiciales. Existen aproximadamente 5,2
millones de trabajadores expuestos a niveles de ruido aún mayores en entornos de fabricación y
empresas de agua, gas y electricidad, lo cual representa alrededor del 35 % del número total de
personas que trabajan en el sector de fabricación en Estados Unidos.
Los niveles de ruido peligrosos se identifican fácilmente y en la gran mayoría de los casos es
técnicamente viable controlar el exceso de ruido aplicando tecnología comercial, remodelando el
equipo o proceso o transformando las máquinas ruidosas. Pero con demasiada frecuencia, no se
hace nada. Hay varias razones para ello. En primer lugar, aunque muchas soluciones de control del
ruido son notablemente económicas, otras son muy caras, en particular cuando hay que conseguir
reducciones a niveles de 85 u 80 dBA.
Una razón muy importante de la ausencia de programas de conservación de la audición y de
control del ruido es que, lamentablemente, el ruido suele aceptarse como un “mal necesario”, una
parte del negocio, un aspecto inevitable del trabajo industrial. El ruido peligroso no derrama
sangre, no rompe huesos, no da mal aspecto a los tejidos y, si los trabajadores pueden aguantar
los primeros días o semanas de exposición, suelen tener la sensación de “haberse acostumbrado”
al ruido.

HIGIENE LABORAL I – Ing. D.A.Pizarro – Pág.55


HIGIENE LABORAL I - Ing. D.A.Pizarro – Pág.56
Sin embargo, lo más probable es que hayan comenzado a sufrir una pérdida temporal de la
audición, que disminuye su sensibilidad auditiva durante la jornada laboral y que a menudo
persiste durante la noche. Esa pérdida auditiva avanza luego de manera insidiosa, ya que aumenta
gradualmente a lo largo de meses y años, y pasa en gran medida inadvertida hasta alcanzar
proporciones discapacitantes.
Otra razón importante de la falta de reconocimiento de los peligros del ruido es que el deterioro
auditivo resultante implica un estigma. Como Raymond Hétu ha demostrado tan claramente en su
artículo sobre rehabilitación de la pérdida auditiva inducida por ruido, la opinión que suele tenerse
de las personas que sufren deterioros auditivos es que están avejentadas y son mentalmente
lentas e incompetentes en términos generales, y quienes corren el riesgo de sufrir este tipo de
deterioro son reacios a reconocer ni su deficiencia ni el riesgo por miedo a ser estigmatizados. Esto
es muy de lamentar, porque la pérdida auditiva inducida por ruido llega a ser permanente y,
sumada a la que se produce a consecuencia de la edad, puede dar lugar a cuadros de depresión y
aislamiento en personas de mediana edad y mayores. Las medidas preventivas deben tomarse
antes de que comience la pérdida auditiva.
Como definición objetiva, podemos decir que el ruido “es un sonido” de características particulares,
siendo éstas las variables a puntualizar para poder comprender los mecanismos de “ataque al ser
humano como agente físico”.

Qué es sonido
Sonido se puede definir como cualquier variación de presión, sobre la presión atmosférica, que el
oído humano puede detectar.
Por otra parte, ya que el sonido tiene su origen en un movimiento vibratorio que se transmite en
un medio (sea sólido, líquido o gaseoso), se puede también precisar como una vibración acústica
capaz de producir una sensación auditiva.
La música, la conversación y el ruido son las tres manifestaciones básicas del sonido.
Regresando al concepto subjetivo, el sonido es la sensación auditiva en el cerebro, y
objetivamente, nos referiremos a los aspectos físicos del movimiento ondulatorio, tales como
frecuencia, período, longitud de onda, etc., magnitudes todas ellas que se pueden medir con toda
precisión.
“El sonido es un fenómeno vibratorio que a partir de una perturbación inicial del medio elástico
donde se produce, se propaga en ese medio bajo la forma de vibración periódica de presión”. Esta
variación de la presión ambiental es lo que se denomina “presión acústica”.
De acuerdo a esta definición, el sonido ha de originarse en un “foco productor o fuente”,
necesitando, por lo tanto, un “medio de transmisión” para poder llegar al “foco receptor” (en este
caso el oído humano).
Se entiende por fuente o foco productor a cualquier elemento capaz de producir un movimiento
vibratorio.

Parámetros de una Onda Plana

T
Velocidad y
Frecuencia
Longitud de onda

t
x

y
λ
En la representación gráfica de una oscilación se llama “período (T) al tiempo que tarda en realizar
un ciclo completo, y se mide en segundos”
El número de ciclos por segundo, recibe el nombre de “frecuencia (f), que es la inversa del período
(f = 1/T), esta magnitud se mide en Herzios (Hz), y es la que determina el tono del sonido”

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Cuando la frecuencia del sonido es inferior a 20 Hz, ésta no provoca sensación auditiva en el
hombre (infrasonido) al igual que cuando el sonido es demasiado agudo, por encima de los 20000
Hz (20 KHz) (ultrasonido).

INFRASONIDO ULTRASONIDOS

FRECUENCIAS AUDIBLES

Graves Medios Agudos

0 20 400 1600 20000 Hz

La distancia que recorre uno onda sonora en el tiempo de un período se denomina “longitud de
onda (λ), que depende de la velocidad de propagación c y del período o la frecuencia”.
Además, la energía mecánica convertida en vibraciones de cuerpos sólidos elásticos o bien el flujo
turbulento de fluidos de escape y las explosiones o expansiones repentinas de masas fluidas,
generan en la masa de aire circundante ondas longitudinales de compresión o rarefacción periódica
que se propagan a velocidad constante, dependiendo del estado físico del aire (densidad, presión,
temperatura, isotropismo, etc.).
Todos estos conceptos se relacionan entre sí a través de las ecuaciones :

λ c
c = = λ.f ó λ =c.T =
T f
La velocidad de propagación del sonido en el aire en condiciones normales es de 340 m/s.
Resumiendo, las características básicas son :
Velocidad – Frecuencia – Longitud de onda
Velocidad del sonido : Indica la distancia viajada por las ondas sonoras en la unidad de tiempo. En
un medio más denso (por ejemplo los sólidos) el sonido viaja a mayor velocidad.
Frecuencia : Es el número de oscilaciones por segundo que se expresa en Hz (herzios).
Los límites de frecuencia están dados por : el tono más bajo audible por el oído humano que se
halla alrededor de los 20 Hz. y el tono más alto alrededor de los 20.000 Hz (20 KHz.),
constituyendo los límites audibles, según el gráfico anterior.
Longitud de onda : Describe las características de una onda en el espacio. Es la distancia entre dos
puntos semejantes de una onda a una frecuencia dada.

Características del ruido


Con el estudio higiénico del ruido se pretenden dos objetivos principales :
• Valorar el riesgo de exposición al ruido en un puesto de trabajo.
• Conocer las características del ruido con objeto de proceder a su control.

Otros conceptos
Como se ha visto, el ruido, desde el punto de vista físico, es una energía que se desplaza en un
espacio y en un tiempo, expresado fundamentalmente por los conceptos de potencia acústica,
intensidad acústica y presión acústica.
Potencia acústica : es la cantidad de energía acústica que emite una fuente o foco en la unidad de
tiempo. Se expresa en vatios (W).
Presión acústica : cantidad de energía acústica por unidad de superficie (N/m2). El margen de
presión acústica que es capaz de oír una persona joven y normal, oscila entre 20 N/m2 y 2 x 10 –
5
N/m2 (umbral auditivo).
Cuando la presión acústica supera los 100 N/m2 (umbral doloroso), el oído puede sufrir lesiones
irreversibles.
Intensidad acústica : cantidad de energía acústica que pasa a través de la unidad de superficie
perpendicular a la dirección de propagación en la unidad de tiempo. Se expresa en W/m2.
En la escala de intensidades, el umbral auditivo es 10 –12 W/m2 y el umbral doloroso 25 W/m2 .
Niveles de referencia
Observando los márgenes de intensidad acústica (entre 25 y 10 –12 W/m2) y de presión acústica
(entre 20 N/m2 y 2 x 10 –5 N/m2), estos valores no pueden ser representados en una escala
lineal, esto significa que tendríamos que usar una escala de un millón de unidades, lo que hace
poco práctico usar escalas lineales por su escasa operatividad.

HIGIENE LABORAL I – Ing. D.A.Pizarro – Pág.57


HIGIENE LABORAL I - Ing. D.A.Pizarro – Pág.58
Se recurre entonces a un procedimiento matemático donde se representan las medidas acústicas
en escala logarítmica.
El decibelio se define como una unidad adimensional relacionada con el logaritmo de una cantidad
medida y otra de referencia.
Si las unidades de referencia son 2 x 10 –5 N/m2 para la Presión Acústica, 10 –12 W, para la
Potencia Acústica y 10 –12 W/m2 para la Intensidad Acústica, correspondientes al umbral auditivo,
se define :
2
P P
Nivel de Presión Acústica = 10 log = 20 log dB
P0 P0

P = Presión Acústica
P0 = 2 x 10 –5 N/m2

Pw
Nivel de Potencia Acústica = 10 log dB
Pw0
Pw = Potencia Acústica
Pw0 = 10 –12 W

I
Nivel de Intensidad Acústica = 10 log dB
I0

I = Intensidad Acústica
I0 = 10 –12 W/m2

Así, el Nivel Acústico en dB (NPA o L), se da por la expresión :


P I Pw
L = 20 log = 10 log = 10 log
P0 I0 Pw0

Al utilizar estas expresiones, el margen de presión acústica varía entre 0 y 120 dB, margen más
cómodo, más exacto y más fácil de utilizar.
En el siguiente cuadro se indican las diferentes actividades humanas con sus correspondientes NPA,
y las sensaciones subjetivas que producen.

NPA Presión Acústica


Actividad Sensación
(dB) (µPa)

Despegue de un avión 140 2 x 108 Intolerable


Sala de máquinas de un buque 120 2 x 107 Intolerable
Prensas automáticas 100 2 x 106 Muy ruidoso
Tráfico pesado 80 2 x 105 Ruidoso
Restaurante 60 2 x 104 Ruidoso (-)
Zona residencial nocturna 40 2 x 103 Poco ruidoso
Estudio de radio o TV 20 2 x 102 Silencioso
Umbral de audición 0 20

Otros cuadros

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Rango
Fuente dB Ambiente aceptable
(dB)
Aterrizaje de avión 110 a 120 Talleres 60 – 70
Pista de baile en una disco 100 a 110 Oficinas con PC´s 50 – 55
Taladro eléctrico o neumático 100 a 110 Gimnasio, polideportivos 40 – 50
Moto de alta cilindrada 90 95 Restaurantes, bares 40 – 50
Walkman o discman 90 Oficinas privadas, bibliotecas 30 – 40
Sirena de ambulancia 80 Cines, hospitales, iglesias 25 – 35
Subterráneo 80 Estudios TV, aulas 20 – 30
Trueno 80 Salas de concierto, teatros 25 – 30
Despertador 70 a 75 Cuarto para audiometría 10 – 20
Autos en buenas condiciones 70
Conversación a nivel normal 40 a 50
Estudio de radio o TV 25 a 30

En general, se puede decir que los ruidos comprendidos entre 40 y 60 dB resultan soportables,
entre 65 y 80 dB son fatigosos, entre 80 y 115 dB pueden producir sordera y los superiores a 120
dB resultan insoportables.

Resumen de conceptos

Nivel y decibel
Las fuerzas del sonido, o Nivel Sonoro, se expresa en decibeles. Esta unidad nos permite calcular
una escala logarítmica en lugar de una escala lineal y de esta manera, podemos realizar nuestro
cálculos en una escala con un rango pequeño, en lugar de usar una escala numérica
extremadamente larga.

Nivel de Presión Sonora


El sonido consiste en un movimiento ondulatorio producido en el aire por una vibración. El
desplazamiento de moléculas de aire se traduce en una sucesión de muy pequeñas variaciones de
la presión, estas alteraciones de presión pueden percibirse por el oído y se denominan Presión
Acústica o Sonora.
Para medir el sonido se debe tener en cuenta que el oído humano es capaz de distinguir una
amplia gama de presiones que van de 2 x 10-5 N/m2 (2 x 10-4 mbar) y 20 N/m2 (200 mbar), lo
que significa que tendríamos que usar una escala de un millón de unidades, lo que hace poco
práctico su uso.

Nivel de Potencia Acústica


Es la energía total por unidad de tiempo que produce una fuente sonora, siendo por lo tanto
independiente de las características del medio ambiente o de la distancia de la misma fuente.
El término Nivel de Potencia Acústica, no debe confundirse con el término de Presión
Acústica. El primero, es la medida de la potencia acústica irradiada por una fuente; el segundo
depende de la distancia de la fuente al receptor así como de las características acústicas del
espacio que rodea, tanto a la fuente como al receptor (por ejemplo la densidad del aire).

Nivel de Intensidad Acústica


La Potencia Acústica irradiada por una fuente en un espacio libre es distribuida sobre una superficie
esférica, de manera tal que, en un punto dado, existe cierta cantidad de ella por unidad de área.
Esto se define como Intensidad y su unidad es el Watt/m2. Evidentemente, la Intensidad
disminuye conforme aumenta la distancia de la fuente.
No hay manera de medir directamente la potencia acústica, sin embargo, la instrumentación
moderna hace posible que se mida la intensidad, con equipos muy costosos y bastante delicados
en su uso.

Suma de los niveles de presión acústica


Cuando existen varios ruidos que presentan presiones acústicas distintas, medidas en dB, la suma
de todas ellas no se realiza sumando aritméticamente las mismas, sino que se utiliza el
procedimiento simplificado que se expone en el siguiente ejemplo :

Supónganse varias fuentes con presiones acústicas de 102, 94, 80, 96, 100 y 70 dB.
HIGIENE LABORAL I – Ing. D.A.Pizarro – Pág.59
HIGIENE LABORAL I - Ing. D.A.Pizarro – Pág.60
El Nivel de Presión Sonora resultante, se obtiene mediante los valores de las tablas que se exponen
a continuación :
VALORES PARA SUMAR NIVELES SONOROS
Diferencia
Diferencia numérica
numérica entre dos Cantidad a sumar al Cantidad a sumar al
entre dos valores
valores mayor de los dos mayor de los dos
L1 y L2
L1 y L2
0.0 a 0.1 3.0 4.1 a 4.3 1.4
0.2 a 0.3 2.9 4.4 a 4.7 1.3
0.4 a 0.5 2.8 4.8 a 5.1 1.2
0.6 a 0.7 2.7 5.2 a 5.6 1.1
0.8 a 0.9 2.6 5.7 a 6.1 1.0
1.0 a 1.2 2.5 6.2 a 6.6 0.9
1.3 a 1.4 2.4 6.7 a 7.2 0.8
1.5 a 1.6 2.3 7.3 a 7.9 0.7
1.7 a 1.9 2.2 8.0 a 8.6 0.6
2.0 a 2.1 2.1 8.7 a 9.6 0.5
2.2 a 2.4 2.0 9.7 a 10.7 0.4
2.5 a 2.7 1.9 10.8 a 12.2 0.3
2.8 a 3.0 1.8 12.3 a 14.5 0.2
3.1 a 3.3 1.7 14.6 a 19.3 0.1
3.4 a 3.6 1.6 19.4 en más 0.0
3.7 a 4.0 1.5

NPA (dB) 102


94 80 96 100 70

104.1

104.7

105.1

Se puede realizar también con una Tabla Simplificada :

TABLA SIMPLIFICADA

L1 - L2 Sumar al mayor
0 3
1–3 2
4 – 10 1
> 10 0

Según los valores de la Tabla Simplificada


Entre 102 dB y 100 dB, sumar 2 104 dB
Entre 104 dB y 96 dB, sumar 1 105 dB
Entre 105 dB y 94 dB, sumar 0 105 dB

Total : 105 dB

Veamos otro ejemplo

Supongamos dos máquinas iguales que producen igual presión acústica de 70 dB.
Matemáticamente, el nivel de presión acústica resultante se calculará de la siguiente forma :

I I
L (dB) = 70 = 10 log = 10 log = 10 (log I – log 10-12)
-12
I0 10

HIGIENE LABORAL I – Ing. D.A.Pizarro – Pág.60


HIGIENE LABORAL I - Ing. D.A.Pizarro – Pág.61

Recordar que para el umbral de la audición los niveles de referencia son :


2 x 10 –5 N/m2 para la Presión Acústica (P0)
10 –12 W, para la Potencia Acústica (Pw0)
10 –12 W/m2 para la Intensidad Acústica (I0)

70 = 10 (log I – log 10-12) 70 = 10 log I – (- 12)

70 = 10 (log I + 12) 7 = log I + 12

-5
log I = - 5 ⇒ I = 10 W/m2

Entonces, una máquina emite ruido con una Intensidad Acústica de 10-5 W/m2

Para dos máquinas ⇒ I = 2 x 10-5 W/m2

2 x 10-5
L (dB) = 10 log = 10 log 2 x 107 = 10 (log 2 + log 107)
10-12

L (dB) = 10 (0,30 + 7) = 10 x 7,30 = 73 dB

L = 73 dB

Verificamos que, con la Tabla Simplificada :

L1 – L2 = 0 ⇒ Se debe sumar 3 dB

L = 70 + 3 = 73 dB
Otro ejemplo : supongamos que una máquina produce un Nivel Acústico de 89 dB y, junto a ella se
desea instalar otra similar que produce 82 dB.
La pregunta es : ¿cuál será el ruido total producido por ambas máquinas?
De acuerdo a lo expuesto anteriormente : 89 – 82 = 7 dB.
Según las tablas, al mayor se le deberá sumar 0.8 dB

Por lo tanto, el Nivel Total será de 89.8 dB

QUÉ DICE LA LEY 19587 RESPECTO A RUIDOS

Capítulo 13

Ruidos y Vibraciones

Art. 85.- En todos los establecimientos, ningún trabajador podrá estar expuesto a una dosis de
Nivel Sonoro Continuo Equivalente (NSCE) superior a lo establecido en el Anexo V.
Art. 86, 87, 88, 89, 90, 91 ..........
Art. 92.- Todo trabajador expuesto a una dosis superior a 85 dB(A) de Nivel Sonoro Continuo
Equivalente, deberá ser sometido a los Exámenes Audiométricos prescriptos en el Capítulo 3 de la
presente reglamentación.
Cuando se detecte un aumento persistente del umbral auditivo, los afectados deberán utilizar en
forma ininterrumpida protectores auditivos.
En el caso de continuar dicho aumento, deberá ser transferido a otras tareas no ruidosas.

Escalas de Ponderación

HIGIENE LABORAL I – Ing. D.A.Pizarro – Pág.61


HIGIENE LABORAL I - Ing. D.A.Pizarro – Pág.62
El comportamiento del oído, hizo pensar en la necesidad de introducir en los aparatos de medida
de Nivel de Presión, filtros de corrección o atenuación que aproximaran la respuesta de éstos a la
del oído humano. Esto dio como resultado la obtención de cuatro escalas de ponderación : A, B, C
y D.
La escala A, fue diseñada para obtener una respuesta en frecuencia similar a la del oído humano,
cuando éste soporta niveles bajos de presión sonora.
La escala B para niveles medios y la escala C para niveles altos.

Tipos de ruidos
• Ruido de Impacto o Impulsivo : Se entiende por ruido de impacto o de impulso aquel en el
que el NPA decrece exponencialmente con el tiempo, y las variaciones entre dos máximos
consecutivos de nivel acústico se efectúan en un tiempo superior a un segundo, con un tiempo
de actuación inferior o igual a 0.2 segundos.
• Ruido continuo : Ruido continuo o estacionario es aquel en el que el NPA (nivel de presión
acústica), se mantiene constante en el tiempo y si posee máximos, éstos se producen en
intervalos menores de un segundo (por ejemplo el ruido de un extractor, ventilador, máquinas
de producción continua, etc.). Estos ruidos continuos pueden ser estables o variables.
• Ruido estable : Cuando su NPA ponderado A en un punto se mantiene prácticamente
constante en el tiempo. Cuando ha sido realizada la medición con el sonómetro en SLOW, la
diferencia de valores máximo y mínimo es inferior a 5 dB (A).
• Ruido variable : Cuando el NPA oscila más de 5 dB (A) a lo largo del tiempo. Un ruido
variable puede descomponerse en varios ruidos estables. Por ejemplo, en una jornada de
trabajo : 1 hora a 85 dB(A), 5 horas a 91 dB(A), 2 horas a 93 dB(A).

Análisis del ruido


El conocimiento del ruido es posible gracias a las nuevas técnicas electrónicas que permiten un
conocimiento completo de las frecuencias y los niveles energéticos de los sonidos emitidos por un
elemento, de vital importancia para abordar la disminución o eliminación de estos sonidos.
Instrumentos utilizados
Para realizar el análisis de un ruido, debemos conocer principalmente el Nivel Total del Ruido y su
espectro de frecuencia.
Para medir el nivel total del ruido, se utiliza el sonómetro y el dosímetro, y para conocer el
espectro de frecuencias, el espectrómetro de audiofrecuencia y el registrador de nivel,
aunque algunos sonómetros permiten realizar el análisis en bandas de octava o tercios de octava.
El espectro de las frecuencias se logra por el análisis del fenómeno sonoro, con
Ayuda de filtros eléctrico y electrónicos que sólo dejan pasar las frecuencias comprendidas en una
zona estrechamente delimitada.
Los filtros más comúnmente utilizados son los de “octava” y los de “tercios de octava”. En el
primero se analiza una banda de frecuencia tal que las frecuencias superiores o inferiores están en
la relación f2/ f1 = 2, mientras que las de tercio de octava, proporcionan una banda con una
anchura tal que las frecuencias están en la relación f2/ f1 = 3√ 2

Presión

Tono puro Señal acústica normal

HIGIENE LABORAL I – Ing. D.A.Pizarro – Pág.62


HIGIENE LABORAL I - Ing. D.A.Pizarro – Pág.63
dB

Ancho de banda

Sonido Sonido Sonido


rechazado Filtrado rechazado

Hz
Sonómetro
Es un instrumento eléctrico-electrónico capaz de medir el Nivel de Presión Acústica expresado en
decibeles, independiente de su efecto fisiológico. Registra un nivel global (o lineal) de la energía
sobre la totalidad del espectro de 0 a 20000 Hz.
El sonómetro está compuesto por micrófono, atenuador, amplificador, circuito de medida y uno o
varios filtros, cuya misión es la de descomponer las presiones acústicas recibidas según su
frecuencia.
Con objeto de tener en cuenta las distintas sensibilidades del oído humano, según su frecuencia,
los sonómetros está dotados de filtros cuyas curvas de respuesta están tomadas aproximadamente
de la red de curvas isosónicas.
Estos filtros descomponen las presiones acústicas recibidas según su frecuencia, y el sonómetro da
como lectura única la suma ponderada de dichas presiones.
Internacionalmente se han normalizado cuatro de estas curvas denominadas de ponderación A, B,
C y D.
De éstas, la Curva de Ponderación A es la que da los niveles más próximos a los
percibidos por el oído humano, por lo tanto la escala A fue diseñada para obtener una respuesta
en frecuencia, similar a la del oído humano, cuando éste soporta niveles bajos de presión
sonora.
La escala B se utiliza para niveles medios de presión sonora y la escala C para niveles altos.
La escala D está pensada para muy altos niveles de presión acústica, por encima de los 120 dB,
como el ruido producido por los reactores de los aviones.
El sonómetro da como lectura el valor eficaz, que es una medida de la energía acústica del ruido.
Proporciona el nivel de presión acústica promediado a lo largo del tiempo que dure la medición.
El sonómetro integrador permite determinar el valor del nivel de presión acústico continuo
equivalente ponderado A, necesario para poder evaluar el riesgo de exposición al ruido.

LpA

LAeq,T

82.4

Medidores de Impacto
Son unos aparatos que miden las características del sonido de impacto : intensidad acústica y
tiempo de duración del impacto.
Estos instrumentos pueden operarse de forma que registren el nivel máximo de una serie de
impactos (lectura pico) o la intensidad acústica de los impactos individuales (lectura en casi pico).
El nivel medio sonoro durante el tiempo de duración del impacto se obtiene en la posición (tiempo
promedio), una vez registrado el impacto en la posición pico.

Dosímetros

HIGIENE LABORAL I – Ing. D.A.Pizarro – Pág.63


HIGIENE LABORAL I - Ing. D.A.Pizarro – Pág.64
Son aparatos que integra de forma automática los dos parámetros considerados : nivel de presión
acústica y tiempo de exposición. Se obtienen directamente lecturas de riesgo, expresadas en
porcentajes, de la dosis máxima permitida legalmente para ocho horas diarias de exposición al
riesgo. Mediante tablas, se puede determinar el NPA promedio.

ANÁLISIS DE LO QUE EXPRESA LA LEY 19587

Capitulo 13

Art. 85.- En todos los establecimientos, ningún trabajador podrá estar expuesto a una dosis de
Nivel Sonoro Continuo Equivalente superior a la establecida en el Anexo V.
Art. 86.- La determinación del N.S.C.E., se realizará siguiendo el procedimiento establecido en el
Anexo V.
Art. 87.- Cuando el N.S.C.E. supere en el ámbito de trabajo la dosis establecida en el Anexo V, se
procederá a reducirlo adoptando las correcciones que se enuncian a continuación y en el orden que
se detalla:
1. Procedimientos de ingeniería, ya sea en la fuente, en las vías de transmisión o en el recinto
receptor.
2. Protección auditiva al trabajador.
3. De no ser suficientes las correcciones indicadas precedentemente, se procederá a la
reducción de los tiempos de exposición.

QUÉ DICE EL ANEXO V

1. Definiciones
Nivel Sonoro Continuo Equivalente (N.S.C.E.) :
Es el nivel sonoro medido en dB (A) de un ruido supuesto constante y continuo durante toda la
jornada, cuya energía sonora sea igual a la del ruido variable medido estadísticamente a lo
largo de la misma. (Nota : Recordar que Ruido Variable es considerado aquel que oscila entre
+- 5 dB).
2. Dosis Máxima Admisible
Ningún trabajador podrá estar expuesto a una dosis superior a 85 dB (A) de NSCE, para una
jornada de 8 hs. y 48 hs. semanales.
Por encima de 115 dB (A) no se permitirá ninguna exposición sin protección individual
ininterrumpida mientras dure la agresión sonora.
Asimismo en niveles mayores de 135 dB (A) no se permitirá el trabajo ni aún con el uso
obligatorio de protectores individuales.
3. Instrumental
En este caso, cada alumno leerá lo expuesto en Anexo V.
4. Medición del Nivel Sonoro
4.1 Cuando los niveles sonoros sean determinados por medio del medidor de nivel sonoro,
se utilizará la red de compensación “A” en respuesta lenta.
4.2 La determinación se efectuará con el micrófono ubicado a la altura del oído del
trabajador, preferiblemente con éste ausente.

5. Cálculo del Nivel Sonoro Continuo Equivalente


5.1 Si los ruidos son continuos y sus variaciones no sobrepasan los +- 5 dB, se
promediarán
los valores obtenidos en una jornada típica de trabajo.
5.2 Si los ruidos son discontinuos o sus variaciones sobrepasan los +- 5 dB, se hará una
medición estadística, clasificando los niveles en rangos de 5 dB y computando el tiempo
de exposición a cada nivel.
5.3 Para el caso en que el nivel general ambiente sea estable dentro de los +- 5 dB y
existan operaciones con nivel mayor que el del ambiente pero también estable dentro
de dichos límites, de duración no menor de 3 minutos y con ritmo de repetición no
inferior a 1 minuto, se podrá efectuar el cómputo con el sólo uso de un cronómetro de
precisión.
5.4 Cuando los ruidos medidos contengan tonos puros audibles, se agregarán 10 dB a la
lectura del instrumento antes de determinar la dosis.
Se consideran tonos puros audibles, aquellos que incrementan el nivel de una banda de
tercio de octava en por lo menos 10 dB con respecto a sus contiguas.
5.5 Con los valores obtenidos se computará el NSCE, utilizándose el Abaco N°1 cuando el
ruido
no varíe fundamentalmente de una jornada típica a otra.
5.6 Cálculo del NSCE a base de evaluación semanal.

HIGIENE LABORAL I – Ing. D.A.Pizarro – Pág.64


HIGIENE LABORAL I - Ing. D.A.Pizarro – Pág.65
A los efectos de la aplicación de este procedimiento se definen los siguientes índices
:
a) Indice parcial de exposición al ruido (Ei) : índice determinado por un sólo nivel
sonoro y su duración, dentro de una semana de 48 horas.
b) Indice compuesto de exposición al ruido (Ec) : suma de los índices parciales de
exposición al ruido para todos los niveles sonoros de 85 dB o más, sobre una
semana de 48 horas.
Procedimiento
1. Se introduce en la columna 1 de la Tabla 1 la duración total durante una semana
de cada nivel sonoro y se lee en la intersección con el correspondiente nivel sonoro
el índice parcial de exposición (Ei).
2. La suma aritmética de los índices parciales (Ei) de exposición aí obtenidos es el
índice compuesto de exposición (Ec).
3. Se entra con el valor del índice compuesto de exposición en la Tabla 2 y se lee en
ella el NSCE.
5.7 Los valores permisibles de nivel sonoro referidos a la exposición máxima en horas por
día, son los que se expresan en la Tabla 3.
5.8 Cuando los ruidos se repitan en forma regular en el tiempo, será suficiente con emplear
el Abaco N°1 para el cálculo del NSCE.
Bastaría con determinar los tiempos de exposición a cada uno de los varios niveles
observados. Uniendo el nivel con su tiempo de duración mediante una recta, se
leen los índices parciales f en la vertical central de ábaco. Luego se suman los
índices f parciales y en la misma vertical se lee el NSCE (Neq) al costado opuesto al
índice total resultante.

Cómo se calcula el NSCE diario


Es el nivel sonoro cuando un trabajador se encuentra expuesto a “m” distintos niveles de ruidos
durante la jornada laboral.
Cuando en una jornada laboral de 8 horas, el trabajador se encuentra expuesto a distintos niveles
de ruidos, se aplicará una ecuación de sencilla resolución, pudiéndose utilizar el Abaco N°1 para su
verificación.
La fórmula a utilizar es la siguiente :

NSCE d = 10. log 1/8 [ Σ Tj . 10 0,1 NSCE Tj


]
j=1

Donde
Tj : Tiempo de exposición en horas en el puesto de trabajo “j”
NSCETj : Nivel Sonoro Continuo Equivalente en el puesto “j” durante el tiempo Tj

El Nivel Sonoro Continuo Equivalente (NSCE) no debe superar los 85 dB(A) para las ocho horas de
jornada laboral (s / Resolución S.R.T. 295/2003).

Casos prácticos y reales

Un trabajador se encuentra expuesto a un ruido de 102 dB (A) durante 2 ½ hs. y el resto de la


jornada, hasta completar las 8 horas, a un ruido de 75 dB (A). Calcular el NSCE para la Jornada
Laboral diaria de 8 horas.

NSCE d = 10 x log [1/8 ( 2,5 x 10 0,1x102 + 6 x 10 0,1x75 )]


= 10 x log [1/8 ( 2,5 x 10 10,2 + 6 x 10 7,5 )]
= 10. log [1/8 ( 2,5 x 15.848.931.920 + 6 x 31.622.776,6 )]
= 10 x log [1/8 ( 39.622.329.800 + 189.736.659,6 )]
= 10 x log [1/8 (39.811.000.000)]
= 10 x log 4976375000
= 10 x 9,6969
= 96,969
HIGIENE LABORAL I – Ing. D.A.Pizarro – Pág.65
HIGIENE LABORAL I - Ing. D.A.Pizarro – Pág.66

O sea NSCE d = 97 dB (A)

Conclusión o Lectura del resultado : “la persona expuesta a un ruido de 102 dB (A), durante 2 ½
hs., es lo mismo que si, durante 8 horas hubiese estado expuesto a 97 dB (A).”

Otro ejemplo práctico

Un operario de una metalúrgica se encuentra expuesto a los siguientes valores medidos en el


puesto de trabajo :
- 1 hora a 104 dB (A)
- 5 horas a 89 dB (A)
- 1 hora a 92 dB (A)
- 1 hora a 75 dB (A)
Calcular, en consecuencia, el NSCE para una jornada de 8 hs. de trabajo.

Fórmula a aplicar :

NSCE d = 10. log 1/8 [ Σ Tj . 10 0,1 NSCE Tj


]
j=1

NSCE d = 10 x log [1/8 (1x10 0,1x104 + 5x10 0,1x89 +1x10 0,1x92 + 1x10 0,1x75)]
= 10 x log [1/8 (1x1010,4 + 5x10 8,9 +1x10 9,2 + 1x10 7,5)]
= 10 x log [1/8 (2,512x109 + 3,972x109 +1,585x10 9 + 3,162x107)]
= 10 x log [1/8 (2512000000+ 3972000000 +1585000000+ 31620000)]
= 10 x log [1/8 (8100620000)]
= 10 x log 1012577500
= 10 x 9,0054

NSCE d = 90,05 dB (A)

Conclusión : El Nivel Sonoro Continuo Equivalente, para una jornada de 8 horas es de 90,05 dB (A)

El siguiente es un cálculo a realizar por los alumnos :

Definir el NSCE para una persona que se encuentra expuesto durante 4 horas, a 87 dB (A) y el
resto de la jornada a 80 dB (A).

EFECTOS DEL RUIDO SOBRE EL ORGANISMO

EL OÍDO – ANATOMÍA
El oído es el órgano sensorial responsable de la audición y del mantenimiento del equilibrio
mediante la detección de la posición corporal y del movimiento de la cabeza. Se compone de tres
partes: oído externo, medio e interno; el oído externo se sitúa fuera del cráneo, mientras que las
otras dos partes se hallan dentro del hueso temporal (Figura).
El oído externo está formado por el pabellón auricular, una estructura cartilaginosa recubierta de
piel, y por el conducto auditivo externo, un cilindro de forma irregular de unos 25 mm de largo y
recubierto de glándulas que secretan cera.
El oído medio consta de la cavidad timpánica, una cavidad llena de aire cuyas paredes externas
forman la membrana timpánica (tímpano) y que se comunica en dirección proximal con la
nasofaringe a través de las trompas de Eustaquio, que mantienen el equilibrio de presión a ambos
lados de la membrana timpánica. Así, debido a esta comunicación, al tragar se iguala la presión y
se recupera la audición perdida por un cambio rápido en la presión barométrica (p. ej., al aterrizar
en avión o en ascensores muy rápidos). La cavidad timpánica también contiene los huesecillos
martillo, yunque y estribo, que son controlados por los músculos del estribo y tensor del tímpano.
La membrana timpánica se une al oído interno por los huesecillos, concretamente a través del pie
móvil del estribo, que está en contacto con la ventana oval.
HIGIENE LABORAL I – Ing. D.A.Pizarro – Pág.66
HIGIENE LABORAL I - Ing. D.A.Pizarro – Pág.67
El oído interno contiene el
aparato sensorial
propiamente dicho. Está
formado por una cubierta
ósea (el laberinto óseo)
en la que se encuentra el
laberinto membranoso,
una serie de cavidades
que forman un sistema
cerrado lleno de
endolinfa, un líquido rico
en potasio. El laberinto
membranoso está
separado del laberinto
óseo por la perilinfa, un
líquido rico en sodio.
El laberinto óseo consta
de dos partes. La porción
anterior se conoce como
cóclea y es el órgano real
de la audición. Tiene una
forma espiral que
recuerda a la concha de
un caracol, apuntada en
sentido anterior. La
porción posterior del laberinto óseo contiene el vestíbulo y los canales semicirculares y es la parte
responsable del equilibrio. Las estructuras neurosensoriales que participan en la audición y el
equilibrio se localizan en el laberinto membranoso: el órgano de Corti se localiza en el canal
coclear, mientras que la mácula del utrículo y del sáculo y las ampollas de los canales
semicirculares se localizan en la sección posterior.
Organos de la audición
El canal coclear es un tubo triangular en espiral de dos vueltas y media que separa la rampa
vestibular de la rampa timpánica.
Uno de los extremos termina en el ligamento espiral, una prolongación de la columna central de la
cóclea, mientras que el otro se conecta con la pared ósea de la cóclea.
La rampa vestibular y la timpánica terminan en la ventana oval (el pie del estribo) y la ventana
redonda, respectivamente.
Las dos cámaras se comunican a través del helicotrema o punta de la cóclea. La membrana basilar
forma la superficie inferior del canal coclear y sostiene el órgano de Corti, que es el responsable de
la transducción de los estímulos acústicos. Toda la información auditiva es transducida por sólo
unas 15.000 células ciliadas (órgano de Corti), de las que unas 3.500, las denominadas células
ciliadas internas, son de importancia crítica, ya que establecen sinapsis con alrededor del 90 % de
las 30.000 neuronas auditivas primarias. Las células ciliadas internas y externas están separadas
entre sí por una capa abundante de células de sostén. Los cilios atraviesan una membrana
extraordinariamente fina y se incrustan en la membrana tectoria, cuyo extremo libre se localiza por
encima de las células.
La superficie superior del canal coclear está formada por la membrana de Reissner.
Los cuerpos de las células sensoriales cocleares que descansan sobre la membrana basilar están
rodeados de terminaciones nerviosas y de los casi 30.000 axones que forman el nervio coclear. El
nervio coclear atraviesa el conducto auditivo interno y se extiende hacia las estructuras centrales
del tronco encefálico, la parte más antigua del cerebro. Las fibras auditivas finalizan su camino
sinuoso en el lóbulo temporal, la parte de la corteza cerebral responsable de la percepción de los
estímulos acústicos.

Organos del equilibrio


Las células sensoriales se localizan en las ampollas de los canales semicirculares y en las máculas
del utrículo y del sáculo y son estimuladas por la presión transmitida a través de la endolinfa a
consecuencia de los movimientos de la cabeza y del cuerpo. Estas células conectan con las células
bipolares dotadas de unas prolongaciones periféricas que forman dos tractos, uno procedente de
los canales semicirculares anterior y externo y otro del canal semicircular posterior. Estos dos
tractos pasan por el conducto auditivo interno y se unen para formar el nervio vestibular, que se
prolonga hasta los núcleos vestibulares del tronco encefálico. Las fibras de los núcleos vestibulares,
a su vez, se extienden hasta los
centros cerebelosos que controlan los movimientos oculares y hasta la médula espinal.
La unión de los nervios coclear y vestibular forma el 8º par craneal, conocido también como nervio
vestíbulococlear o estatoacústico.

Fisiología de la audición
HIGIENE LABORAL I – Ing. D.A.Pizarro – Pág.67
HIGIENE LABORAL I - Ing. D.A.Pizarro – Pág.68
Conducción aérea del sonido
El oído se compone de un sistema de conducción del sonido (el oído medio y externo) y de un
receptor (el oído interno).
Las ondas sonoras que atraviesan el conducto auditivo externo inciden sobre la membrana
timpánica y la hacen vibrar. Esta vibración se transmite al estribo a través del martillo y del
yunque. La superficie de la membrana timpánica es casi 16 veces superior al área del pie del
martillo (55 mm2 / 3,5 mm2 ), y esto, en combinación con el mecanismo de amplificación de los
huesecillos, aumenta 22 veces la presión sonora. Debido a la frecuencia de resonancia del oído
medio, el índice de transmisión óptimo se encuentra entre 1.000 y 2.000 Hz. Al moverse el pie del
estribo, se forman ondas en el líquido situado en el interior del canal vestibular. Como el líquido no
puede comprimirse, cada movimiento del pie del estribo hacia el interior origina un movimiento
equivalente de la ventana redonda hacia afuera, en dirección al oído medio.
Durante la exposición a niveles acústicos elevados, el músculo del estribo se contrae para proteger
al oído interno (reflejo de atenuación). Además de esta función, los músculos del oído medio
amplían también los límites dinámicos del oído, mejoran la localización del sonido, reducen la
resonancia en el oído medio y controlan la presión del aire en el oído medio y la presión del líquido
en el oído interno.
Entre 250 y 4.000 Hz, el umbral del reflejo de atenuación supera en casi 80 decibelios (dB) al
umbral de audición y aumenta unos 0,6 dB/dB al incrementarse la intensidad de la estimulación.
Su latencia es de 150 ms en el umbral y de 24-35 ms con los estímulos intensos. Para frecuencias
menores a la resonancia natural del oído medio, la contracción de los músculos atenúa la
transmisión del sonido en unos 10 dB.
Debido a su latencia, el reflejo de atenuación ofrece una protección adecuada frente al ruido
generado a una frecuencia superior a 2 ó 3 Hz, pero no frente a los impulsos sonoros discretos.
La velocidad de propagación de las ondas sonoras a través el oído depende de la elasticidad de la
membrana basilar. La elasticidad aumenta la velocidad de la onda, por tanto, disminuye, desde la
base de la cóclea hasta la punta. La transferencia de energía vibratoria hasta la membrana de
Reissner y la membrana basilar depende de la frecuencia. Para las frecuencias elevadas, la
amplitud de onda es mayor en la base, mientras que con las frecuencias más bajas, es mayor en la
punta. Por tanto, el punto de mayor excitación mecánica en la cóclea depende de la frecuencia.
Este fenómeno explica la capacidad para detectar diferencias en las frecuencias. El movimiento de
la membrana basilar provoca fuerzas de cizallamiento en los estereocilios de las células ciliadas y
desencadena una serie de acontecimientos mecánicos, eléctricos y bioquímicos, responsables de la
transducción mecánico-sensorial y del procesamiento inicial de las señales acústicas. Las fuerzas
de cizallamiento de los estereocilios provocan la apertura de los canales iónicos existentes en las
membranas celulares y modifican la permeabilidad de éstas, permitiendo la entrada de iones
potasio en las células. Este flujo de iones potasio hacia el interior causa la despolarización y genera
un potencial de acción.
Los neurotransmisores liberados en la unión sináptica por la despolarización de las células ciliadas
internas desencadenan impulsos neuronales que se transmiten por las fibras aferentes del nervio
auditivo hacia los centros nerviosos superiores. La intensidad de la estimulación auditiva depende
del número de potenciales de acción por unidad de tiempo y del número de células estimuladas,
mientras que la frecuencia percibida depende de la población específica de fibras nerviosas
activada.
Existe una asociación espacial específica entre la frecuencia del estímulo sonoro y la sección de la
corteza cerebral estimulada.
Las células ciliadas externas, por otro lado, no envían señales auditivas al cerebro, sino que su
función consiste en amplificar unas 100 veces (es decir, 40 dB) la vibración mecánico-acústica en
los niveles cercanos al umbral, con lo que se facilita la estimulación de las células ciliadas internas.
Se cree que esta amplificación funciona mediante un acoplamiento micromecánico en el que
participa la membrana tectoria. Las células ciliadas externas pueden producir más energía de la
que reciben de los estímulos externos y, al contraerse de forma activa con frecuencias muy
elevadas, pueden funcionar como amplificadores cocleares.
En el oído medio, la interferencia entre las células ciliadas internas y externas crea un sistema de
retroalimentación que permite controlar la recepción auditiva, sobre todo el umbral de sensibilidad
y la selectividad de frecuencia. Por tanto, las fibras cocleares eferentes pueden ayudar a reducir la
lesión coclear causada por la exposición a estímulos acústicos intensos. Las células ciliadas
externas pueden sufrir también una contracción refleja en presencia de estímulos intensos. El
reflejo de atenuación del oído medio, activo principalmente a frecuencias bajas, y el reflejo de
contracción del oído interno, activo a frecuencias altas son, por tanto, complementarios.
Conducción ósea del sonido
Las ondas sonoras pueden transmitirse también a través del cráneo. Existen dos mecanismos
posibles:
En el primero, las ondas de compresión que impactan en el cráneo provocan que la perilinfa, que
no es compresible, deforme las ventanas oval o redonda. Como estas dos ventanas tienen una
elasticidad diferente, el movimiento de la endolinfa
provoca el movimiento de la membrana basilar.

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El segundo mecanismo se basa en el hecho de que el movimiento de los huesecillos sólo induce
movimiento en la rampa vestibular. En este mecanismo, la membrana basilar se mueve a causa del
movimiento de traslación producido por la inercia.
La conducción ósea es habitualmente 30-50 dB menor que la conducción aérea, como puede
comprobarse con facilidad si se tapan los dos oídos. No obstante, esto sólo es cierto en los
estímulos mediados por el aire, ya que la estimulación ósea directa se atenúa en un grado
diferente.

Fisiopatología
Lesión ciliar
El movimiento ciliar inducido por los estímulos acústicos intensos puede superar la resistencia
mecánica de los cilios y provocar la destrucción mecánica de las células ciliadas. Como el número
de estas células es limitado y no pueden regenerarse, cualquier pérdida celular será permanente y,
si la exposición al estímulo sonoro dañino continúa, tendrá un carácter progresivo. En general, el
efecto último de la lesión ciliar es el desarrollo de un déficit auditivo.
Las células ciliadas externas son las más sensibles al sonido y a los agentes tóxicos como la
anoxia, las medicaciones ototóxicas y los agentes químicos (p. ej., derivados de la quinina,
estreptomicina, algunos otros antibióticos y algunos preparados antitumorales) y son, por tanto,
las primeras en perderse. En las células ciliadas externas afectadas o con estereocilios dañados
sólo permanecen operativos los fenómenos hidromecánicos pasivos.
En estas condiciones, sólo es posible el análisis grosero de la vibración acústica. A grandes rasgos,
la destrucción de los cilios en las células ciliadas externas hace aumentar el umbral de audición en
40 dB.
Lesión celular
La exposición al ruido, sobre todo si es reiterada y prolongada, puede afectar también al
metabolismo de las células del órgano de Corti y a las sinapsis aferentes localizadas bajo las
células ciliadas internas. Entre los efectos extraciliares descritos se encuentran la modificación de la
ultraestructura celular (retículo, mitocondria, lisosomas) y, postsinápticamente, hinchazón de las
dendritas aferentes. La hinchazón dendrítica probablemente se deba a la acumulación tóxica de
neurotransmisores como resultado de la actividad excesiva de las células ciliadas internas. No
obstante, la extensión de la lesión estereociliar parece determinar si la pérdida auditiva es
temporal o permanente.
Pérdida de audición inducida por el ruido
El ruido es un serio peligro para la audición en las cada vez más complejas sociedades industriales
actuales. Por ejemplo, la exposición al ruido es la causa de alrededor de un tercio de los 28
millones de casos de sordera en Estados Unidos, y el National Institute for Occupational Safety and
Health (NIOSH) informa que el 14 % de los trabajadores americanos están expuestos a niveles de
sonido potencialmente peligrosos, es decir, por encima de 85 dB. La exposición al ruido es la
exposición profesional dañina más común y constituye la segunda causa, después de los efectos
del envejecimiento, de pérdida de audición. Finalmente, no debe olvidarse la contribución de la
exposición no profesional, como sucede en algunos talleres domésticos, o con la música demasiado
alta, sobre todo con el uso de auriculares, armas de fuego, etc.
Lesión aguda inducida por ruido: Los efectos inmediatos de la exposición a los estímulos sonoros
de alta intensidad (por ejemplo, explosiones) son la elevación del umbral de audición, la rotura del
tímpano y la lesión traumática del oído medio e interno (luxación de los huesecillos, lesión coclear
o fístulas).
Variación temporal del umbral: La exposición al ruido provoca un descenso de la sensibilidad de las
células sensoriales auditivas proporcional a la duración e intensidad de la exposición. En los
estadios más precoces, este aumento del umbral de audición, conocido como fatiga auditiva o
variación temporal del umbral (VTU), es totalmente reversible, pero persiste durante algún tiempo
después de finalizar la exposición.
En estudios sobre la recuperación de la sensibilidad auditiva se han identificado varios tipos de
fatiga auditiva. La fatiga a corto plazo desaparece en menos de dos minutos y provoca una
variación del umbral máximo en la frecuencia de exposición. La fatiga a largo plazo se caracteriza
por la recuperación en más de dos minutos y menos de 16 horas, un límite establecido de forma
arbitraria según los resultados de los estudios sobre la exposición al ruido industrial. En general, la
fatiga auditiva es función de la intensidad, duración, frecuencia y continuidad del estímulo. Por
tanto, a una dosis determinada de ruido, obtenida por la integración de la intensidad y la duración,
los patrones de exposición intermitente son menos nocivos que los patrones continuos.
La gravedad de la VTU aumenta unos 6 dB cada vez que se duplica la intensidad del estímulo. Por
encima de una intensidad específica de exposición (el nivel crítico), este índice aumenta, sobre
todo si la exposición se produce a ruidos por impulsos. La VTU aumenta de forma asintótica con la
duración de la exposición; la propia asíntota aumenta con la intensidad del estímulo.
Debido a las características de la función de transferencia de oído medio e interno, las frecuencias
bajas son las que mejor se toleran.
Los estudios sobre la exposición a tonos puros indican que, según aumenta la intensidad del
estímulo, la frecuencia en la que la VTU es mayor cambia de forma progresiva a frecuencias
superiores a las del estímulo. Los sujetos expuestos a un tono puro de 2.000 Hz desarrollan una
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VTU que es máxima aproximadamente a 3.000 Hz (un cambio de una semioctava). Se cree que el
responsable de este fenómeno es el efecto del ruido sobre las células ciliadas externas.
El trabajador que muestra una VTU se recupera hasta alcanzar los valores auditivos basales a las
pocas horas de cesar la exposición al ruido. Sin embargo, la exposición reiterada disminuye el
grado de recuperación y produce una pérdida auditiva permanente.
Variación permanente del umbral: La exposición a estímulos sonoros de alta intensidad durante
varios años puede provocar una pérdida auditiva permanente. Esto se conoce como variación
permanente del umbral (VPU). Desde el punto de vista anatómico, la VPU se caracteriza por una
degeneración de las células ciliadas, que comienza con alteraciones histológicas ligeras pero
termina finalmente en una destrucción celular completa. Lo más probable es que la pérdida
auditiva afecte a las frecuencias a las que el oído es más sensible, porque en ellas la transmisión
de la energía acústica del medio ambiente externo al oído interno es óptima. Esto explica por qué
la pérdida auditiva a 4.000 Hz es el primer signo de pérdida de audición de origen profesional
(Figura). Se ha observado una interacción entre la intensidad del estímulo y la duración, e
internacionalmente se acepta que el grado de pérdida de audición está en función de la energía
acústica total recibida por el
oído (dosis de ruido).
El desarrollo de una pérdida auditiva inducida por el ruido muestra una sensibilidad individual. Se
han estudiado diversas variables potencialmente importantes para explicar esta sensibilidad, como
edad, sexo, raza, enfermedades cardiovasculares, tabaquismo, etc. Estos datos no fueron
concluyentes.
Una cuestión interesante es si la magnitud de la VTU podría utilizarse para predecir el riesgo de
VPU. Como se indicó antes, hay una variación progresiva de la VTU hacia frecuencias superiores a
la frecuencia de estimulación. Por otro lado, la mayor parte de la lesión ciliar producida con
intensidades de estímulo altas afecta a células que son sensibles a la frecuencia del estímulo.
Si la exposición persiste, la diferencia entre la frecuencia a la que la VPU es máxima y la frecuencia
de estimulación desciende de forma progresiva. La lesión ciliar y la pérdida celular se producen en
consecuencia en las células más sensibles a las frecuencias del estímulo. Por tanto, parece que la
VTU y la VPU se desarrollan por mecanismos distintos y, por tanto, es imposible predecir la VPU
basándose en la VTU observada.
Audiograma de una Pérdida Auditiva Bilateral Inducida por el Ruido

FIGURA 1

Los individuos con VPU no suelen mostrar síntomas al principio.


Según progresa la pérdida auditiva, comienzan a tener dificultades para seguir una conversación
en entornos ruidosos como fiestas o restaurantes. La progresión, que al principio suele afectar a la
capacidad para percibir sonidos agudos, suele ser indolora y relativamente lenta.

Audiometría

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En este componente crucial de la evaluación médica se utiliza un aparato conocido como audímetro
para determinar el umbral auditivo de los individuos a tonos puros de 250-8.000 Hz y niveles de
sonido entre -10 dB (el umbral de audición de los oídos intactos) y 110 dB (lesión máxima). Para
eliminar los efectos de las VTU, los pacientes no deben haber sido expuestos a ruidos en las 16
horas previas. La conducción aérea se determina con unos auriculares colocados en los oídos y la
conducción ósea, colocando un diapasón en el cráneo por detrás del pabellón auricular.
La audición de cada oído se determina por separado y los resultados de las pruebas se describen
en una gráfica conocida como audiograma (Figura 1). El umbral de inteligibilidad, esto es, la
intensidad de sonido a la que se entiende el habla, se determina mediante una prueba
complementaria conocida como audiometría vocal, basada en la capacidad para entender palabras
compuestas de dos sílabas de igual intensidad (por ejemplo, pastor, cena, genial).
La comparación entre la conducción aérea y la ósea permite clasificar las pérdidas auditivas como
de transmisión (las que afectan al conducto auditivo externo o al oído medio) o neurosensoriales
(afectación del oído interno o del nervio auditivo) (Figuras A, B, C y D). El audiograma que se
observa en los casos de pérdida auditiva inducida por el ruido se caracteriza por la aparición de
pérdida auditiva a 4.000 Hz, visible como un descenso marcado en el audiograma (Figuras A, B, C
y D). Si la exposición a los niveles excesivos de ruido continúa, las frecuencias cercanas se afectan
de forma progresiva y la depresión en la curva se ensancha e incluye frecuencias de hasta 3.000
Hz, con lo que se comprometen las frecuencias esenciales para la comprensión de la conversación.
La pérdida auditiva inducida por el ruido suele ser bilateral y muestra un patrón similar en ambos
oídos, es decir, la diferencia entre los dos oídos no supera los 15 dB a 500 Hz, los 1.000 dB a
2.000 Hz, y los 30 dB a 3.000, 4.000 y 6.000 Hz. No obstante, puede haber lesión asimétrica en
casos de exposición no uniforme, por ejemplo, en los tiradores, en los que la pérdida auditiva es
mayor en el lado contrario al del dedo que dispara (el lado izquierdo, en una persona diestra). En
la pérdida auditiva no relacionada con la exposición al ruido, la audiometría no muestra la
depresión característica a 4.000 Hz (Figuras A, B, C y D).

FIGURA A

Típica pérdida
Auditiva inducida
por el ruido, con afectación de
la zona de comprensión del
lenguaje hablado

FIGURA B : Pérdida conductiva

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FIGURA C : Neurosensorial

FIGURA D : Pérdida mixta (conductiva y neurosensorial).

Prevención
Como la pérdida auditiva inducida por ruido es permanente, es muy importante aplicar medidas
para reducir la exposición. Esto incluye la reducción del ruido en la fuente (utilizando máquinas y
equipos más silenciosos o aislándolos mediante cubiertas insonorizadas) o el uso de dispositivos
protectores individuales como tapones para los oídos y/o auriculares de insonorización. Si se confía
en estos últimos, es imprescindible comprobar que el grado de eficacia que especifica el fabricante
es correcto y que los trabajadores expuestos los utilizan de forma correcta en todo momento.
La designación de 85 dB (A) como el límite de exposición profesional más alto permisible tiene
como objetivo proteger al mayor número posible de personas. Sin embargo, como existe una
significativa variación interpersonal, deben tomarse todas las medidas posibles para mantener los
niveles de exposición por debajo del nivel indicado. En los programas de vigilancia médica deben
realizarse audiometrías periódicas para detectar lo más pronto posible cualquier efecto indicativo
de toxicidad por ruido.

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TRASTORNOS AUDITIVOS INDUCIDOS POR PRODUCTOS QUIMICOS
TRASTORNOS AUDITIVOS INDUCIDOS POR PRODUCTOS QUIMICOS
La pérdida de audición producida por la toxicidad coclear de algunos fármacos es bien conocida
(Ryback 1993). Sin embargo, hasta la pasada década se ha prestado escasa atención a los efectos
audiológicos de los productos químicos industriales. La investigación reciente sobre los trastornos
auditivos inducidos por productos químicos se ha centrado en los disolventes, los metales pesados
y los productos químicos que producen anoxia.
Disolventes : En estudios realizados con roedores se ha demostrado un descenso permanente de
la sensibilidad auditiva a los tonos de alta frecuencia tras varias semanas de exposición intensa al
tolueno. En estudios sobre la respuesta histopatológica y auditiva del tronco encefálico se ha
observado un efecto importante sobre la cóclea, con lesión de las células ciliadas externas. Se han
hallado efectos similares tras la exposición a estireno, xilenos o tricloroetileno. El disulfuro de
carbono y el n-hexano pueden alterar también las funciones auditivas, aunque su principal efecto
parece tener lugar en vías nerviosas más centrales (Johnson y Nylén 1995).
Se han comunicado varios casos de lesión del sistema auditivo y anomalías neurológicas graves
asociados a la inhalación de disolventes en seres humanos. En series de casos con exposición
profesional a mezclas de disolventes, al n-hexano o al disulfuro de carbono se han descrito efectos
centrales y cocleares sobre las funciones auditivas. En estos grupos la exposición al ruido era
frecuente, pero el efecto sobre la audición se consideró superior a lo que cabría esperar por el
ruido.
Hasta ahora, el problema de la pérdida auditiva asociada a la exposición a disolventes en seres
humanos sin exposición a niveles significativos de ruido se ha planteado en pocos estudios
controlados. En un estudio danés, se halló un aumento estadísticamente significativo del riesgo de
pérdida auditiva de 1,4 (IC del 95 %: 1,1-1,9) tras la exposición a disolventes durante 5 años o
más. En el grupo expuesto tanto a los disolventes como al ruido, no se halló un efecto adicional de
la exposición al disolvente.
En un subgrupo de la población del estudio se encontró una buena concordancia entre la
comunicación de problemas de audición y los criterios audiométricos de pérdida auditiva (Jacobsen
y cols. 1993).
En un estudio holandés realizado en trabajadores expuestos a estireno se halló una diferencia
proporcional a la dosis en los umbrales de audición encontrados en la audiometría (Muijser y cols.
1988).
En otro estudio realizado en Brasil, se investigó el efecto audiológico de la exposición al ruido, al
tolueno combinado con ruido y a mezclas de disolventes en trabajadores de las industrias de la
imprenta y la pintura. En comparación con un grupo de control, en los tres grupos expuestos se
observó un riesgo significativamente elevado de pérdida auditiva para frecuencias altas en la
audiometría. Los riesgos relativos para la exposición al ruido y a las mezclas de disolventes fueron
4 y 5, respectivamente.
En el grupo con exposición mixta al tolueno y al ruido se determinó un riesgo relativo de 11, lo que
sugiere una interacción entre los dos tipos de exposición (Morata y cols. 1993).
Metales : El efecto del plomo sobre la audición se ha investigado en estudios realizados en niños y
en jóvenes menores de 20 años en Estados Unidos. Se halló una asociación dosis-respuesta
significativa entre la concentración sanguínea de plomo y los umbrales de audición en el intervalo
de frecuencias comprendido entre 0,5 y 4 kHz, después de controlar la interferencia potencial de
otros factores. El efecto del plomo se comprobó en todo el intervalo de exposición y pudo
detectarse con niveles sanguíneos de plomo inferiores a 10 µg/100ml. En niños sin signos clínicos
de toxicidad por plomo se halló una relación lineal entre el nivel sanguíneo de plomo y las latencias
de las ondas III y V en los potenciales auditivos encefálicos (PAE), lo que indica un lugar de acción
más central que el núcleo coclear (Otto y cols. 1985).
La pérdida auditiva se describe como una parte habitual del cuadro clínico en el envenenamiento
agudo y crónico por metil-mercurio.
Se ha descrito la participación de lesiones cocleares y postcocleares (Oyagani y cols. 1989). El
mercurio inorgánico también puede afectar al sistema auditivo, probablemente por lesión de las
estructuras cocleares.
La exposición al arsénico inorgánico se ha relacionado con trastornos de la audición en los niños.
Se ha observado una frecuencia elevada de pérdida auditiva grave (>30 dB) en niños alimentados
con leche en polvo contaminada con arsénico inorgánico V. En un estudio realizado en
Checoslovaquia, la exposición ambiental al arsénico de una central eléctrica de carbón se asoció a
una pérdida auditiva audiométrica en niños de diez años. En experimentos con animales, los
compuestos inorgánicos de arsénico han provocado importantes lesiones cocleares
(OMS 1981).
TRASTORNOS AUDITIVOS
En el envenenamiento agudo por trimetiltina, entre los primeros síntomas figuraron la pérdida
auditiva y el tinnitus. La audiometría mostró una pérdida auditiva pancoclear entre 15 y 30 dB al
iniciarse el cuadro. No se especifica si estas alteraciones fueron reversibles (Besser y cols. 1987).
En experimentos con animales, la trimetiltina y la trietiltina provocaron lesiones cocleares
parcialmente reversibles (Clerisi y cols. 1991).

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Gases asfixiantes. En publicaciones sobre el envenenamiento agudo por monóxido de carbono o
sulfuro de hidrógeno en humanos, se han descrito con frecuencia trastornos auditivos asociados a
las alteraciones del sistema nervioso central (Ryback 1992). En experimentos realizados con
roedores, la exposición al monóxido de carbono tuvo un efecto sinérgico con el ruido sobre los
umbrales auditivos y las estructuras cocleares. No se observó ningún efecto tras la exposición
aislada al monóxido de carbono (Fetcher y cols. 1988).

Resumen
En estudios experimentales se ha documentado que diversos disolventes pueden provocar
trastornos auditivos en ciertas circunstancias de exposición. Los estudios en seres humanos indican
que este efecto puede producirse en exposiciones comunes en el ambiente laboral. Se han
observado efectos sinérgicos entre el ruido y los compuestos químicos en algunos estudios
experimentales y en seres humanos. Algunos metales pesados pueden alterar la audición, la
mayoría de ellos sólo con niveles de exposición que provocan toxicidad sistémica clara. En cuanto
al
plomo, se han observado efectos menores con niveles de exposición muy inferiores a los
profesionales. No se ha documentado un efecto ototóxico de los gases asfixiantes, aunque el
monóxido de carbono puede potenciar el efecto audiológico del ruido.

VIBRACIONES

La vibración es un movimiento oscilatorio. Este capítulo resume las respuestas humanas a las
vibraciones de cuerpo completo, las transmitidas a las manos y las causas del mareo, incluido por
el movimiento.
Las vibraciones del cuerpo completo : ocurren cuando el cuerpo está apoyado en una superficie
vibrante (por ejemplo, cuando se está sentado en un asiento que vibra, de pie sobre un suelo
vibrante o recostado sobre una superficie vibrante). Las vibraciones de cuerpo completo se
presentan en todas las formas de transporte y cuando se trabaja cerca de maquinaria industrial.
Las vibraciones transmitidas a las manos : son las vibraciones que entran en el cuerpo a través de
las manos. Están causadas por distintos procesos de la industria, la agricultura, la minería y la
construcción, en los que se agarran o empujan herramientas o piezas vibrantes con las manos o los
dedos. La exposición a las vibraciones transmitidas a las manos puede provocar diversos
trastornos.
El mareo : inducido por el movimiento puede ser producido por oscilaciones del cuerpo de bajas
frecuencias, por algunos tipos de rotación del cuerpo y por el movimiento de señales luminosas con
respecto al cuerpo.
Magnitud
Los desplazamientos oscilatorios de un objeto implican, alternativamente, una velocidad en una
dirección y después una velocidad en dirección opuesta. Este cambio de velocidad significa que el
objeto experimenta una aceleración constante, primero en una dirección y después en dirección
opuesta. La magnitud de una vibración puede cuantificarse en función de su desplazamiento, su
velocidad o su aceleración. A efectos prácticos, la aceleración suele medirse con acelerómetros. La
unidad de aceleración es el metro por segundo al cuadrado (m/s2). La aceleración debida a la
gravedad terrestre es, aproximadamente, de 9,81 m/s2
La magnitud de una oscilación puede expresarse como la distancia entre los extremos alcanzados
por el movimiento (valor pico-pico) o como la distancia desde algún punto central hasta la
desviación máxima (valor pico). Con frecuencia, la magnitud de la vibración se expresa como el
valor promedio de la aceleración del movimiento oscilatorio, normalmente el valor cuadrático
medio o valor eficaz (m/s2). Para un movimiento de una sola frecuencia (senoidal), el valor eficaz
es el valor pico dividido por √ 2.
Para un movimiento senoidal, la aceleración, a (en m/s2), puede calcularse a partir de la
frecuencia, f (en ciclos por segundo), y el desplazamiento, d (en metros):
a = (2πf )2 d

Puede usarse esta expresión para convertir medidas de aceleración en desplazamientos, pero solo
tiene precisión cuando el movimiento se produce a una sola frecuencia.
A veces se utilizan escalas logarítmicas para cuantificar magnitudes de vibración en decibelios.
Cuando se utiliza el nivel de referencia de la Norma Internacional 1683, el nivel de aceleración, La ,
viene dado por la expresión La = 20 log (a/a0) , en donde a es la aceleración medida (en m/s2), y
a0 el nivel de referencia de 10-6 m/s2 . En algunos países se utilizan otros niveles de referencia.
Frecuencia
La frecuencia de vibración, que se expresa en ciclos por segundo (hertzios, Hz), afecta a la
extensión con que se transmiten las vibraciones al cuerpo (p. ej., a la superficie de un asiento o a
la empuñadura de una herramienta vibrante), a la extensión con que se transmiten a través del
cuerpo (p. ej., desde el asiento a la cabeza) y al efecto de las vibraciones en el cuerpo. La relación
entre el desplazamiento y la aceleración de un movimiento depende también de la frecuencia de
oscilación: un desplazamiento de un milímetro corresponde a una aceleración muy pequeña a bajas
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frecuencias, pero a una aceleración muy grande a frecuencias altas; el desplazamiento de la
vibración visible al ojo humano no proporciona una buena indicación de la aceleración de las
vibraciones.
Los efectos de las vibraciones de cuerpo completo suelen ser máximos en el límite inferior del
intervalo de frecuencias, de 0,5 a 100 Hz. En el caso de las vibraciones transmitidas a las manos,
las frecuencias del orden de 1.000 Hz o superiores pueden tener efectos perjudiciales. Las
frecuencias inferiores a unos 0,5 Hz pueden causar mareo inducido por el movimiento.
El contenido de frecuencia de la vibración puede verse en los espectros. En muchos tipos de
vibraciones de cuerpo completo y de vibraciones transmitidas a las manos, los espectros son
complejos, produciéndose algo de movimiento a todas las frecuencias. Sin embargo, suele haber
picos a las frecuencias que se presentan en la mayor parte de las vibraciones.
Dado que la respuesta humana a las vibraciones varía según la frecuencia de vibración, es
necesario ponderar la vibración medida en función de cuánta vibración se produce a cada una de
las frecuencias. Las ponderaciones en frecuencia reflejan la medida en que las vibraciones causan
el efecto indeseado a cada frecuencia. Es necesario realizar ponderaciones para cada eje de
vibración. Se requieren ponderaciones en frecuencia diferentes para las vibraciones de cuerpo
completo, las vibraciones transmitidas a las manos y el mareo inducido por el movimiento.
Dirección
Las vibraciones pueden producirse en tres direcciones lineales y tres rotacionales. En el caso de
personas sentadas, los ejes lineales se designan como eje x (longitudinal), eje y (lateral) y eje z
(vertical). Las rotaciones alrededor de los ejes x, y y z se designan como rx (balanceo), ry
(cabeceo) y rz (deriva), respectivamente. Las vibraciones suelen medirse en la interfase entre el
cuerpo y las vibraciones. Los sistemas principales de coordenadas para medir las vibraciones de
cuerpo completo y las vibraciones transmitidas a las manos se exponen en los dos artículos
siguientes del capítulo.
Duración
La respuesta humanas a las vibraciones depende de la duración total de la exposición a las
vibraciones. Si las características de la vibración no varían en el tiempo, el valor eficaz de la
vibración proporciona una medida adecuada de su magnitud promedio. En tal caso un cronómetro
puede ser suficiente para evaluar la duración de la exposición. La intensidad de la magnitud
promedio y la duración total pueden evaluarse según las normas expuestas en los siguientes
artículos.
Si varían las características de la vibración, la vibración promedio medida dependerá del período
durante el que se mida. Además, se cree que la aceleración eficaz infravalora la intensidad de los
movimientos que contienen choques o son marcadamente intermitentes.
Muchas exposiciones profesionales son intermitentes, tienen una magnitud variable en cada
momento o contienen choques esporádicos. La intensidad de tales movimientos complejos pueden
acumularse de manera que dé un peso apropiado a, por ejemplo, períodos cortos de vibración de
alta magnitud y períodos largos de vibración de baja magnitud. Para el cálculo de las dosis se
utilizan diferentes métodos (véase “Vibraciones de cuerpo completo”; “Vibraciones transmitidas a
las manos”, y “Mareo inducido por el movimiento” en este capítulo).

VIBRACIONES DE CUERPO COMPLETO

Exposición profesional
Las exposiciones profesionales a las vibraciones de cuerpo completo se dan, principalmente, en el
transporte, pero también en algunos procesos industriales. El transporte terrestre, marítimo y
aéreo puede producir vibraciones que pueden causar malestar, interferir con las actividades u
ocasionar lesiones. En la Tabla A se ofrece una relación de algunos ambientes que pueden entrañar
gran probabilidad de riesgo para la salud.
La exposición más común a vibraciones y choques fuertes suele darse en vehículos todo terreno,
incluyendo maquinaria de movimiento de tierras, camiones industriales y tractores agrícolas.
Biodinámica
Como todas las estructuras mecánicas, el cuerpo humano tiene frecuencias de resonancia a las que
presenta una respuesta mecánica máxima. La explicación de las respuestas humanas a las
vibraciones no puede basarse exclusivamente en una sola frecuencia de resonancia. Hay muchas
resonancias en el cuerpo, y las frecuencias de resonancia varían de unas personas a otras y en
función de la postura. Para describir el modo en que la vibración produce movimiento en el cuerpo
suelen utilizarse dos respuestas mecánicas: transmisibilidad e impedancia.

TABLA A
Actividades para las que puede ser conveniente alertar sobre los efectos desfavorables de la vibración
de cuerpo completo.

• Conducción de tractores
• Vehículos de combate blindados (p. ej., tanques) y otros similares
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Otros vehículos todo terreno:


• Maquinaria de movimiento de tierras: cargadoras, excavadoras, bulldozers,
motoniveladoras, cucharas de arrastre, volquetes, rodillos compactadores
• Máquinas forestales
• Maquinaria de minas y canteras
• Carretillas elevadoras (autoelevadores)
- Conducción de algunos camiones (articulados y no articulados)
- Conducción de algunos autobuses y tranvías
- Vuelo en algunos helicópteros y aeronaves de alas rígidas
- Algunos trabajadores que utilizan maquinaria de fabricación de hormigón
- Algunos conductores ferroviarios
- Uso de algunas embarcaciones de alta velocidad
- Conducción de algunos ciclomotores
- Conducción de algunos turismos y furgonetas
- Algunas actividades deportivas
- Algunos otros tipos de maquinaria industrial

La transmisibilidad indica qué fracción de la vibración se transmite, por ejemplo, desde el asiento a
la cabeza. La transmisibilidad del cuerpo depende en gran medida de la frecuencia de vibración, el
eje de vibración y la postura del cuerpo. La vibración vertical de un asiento causa vibraciones en
varios ejes en la cabeza; en el caso del movimiento vertical de la cabeza, la transmisibilidad suele
alcanzar su máximo valor en el intervalo de 3 a 10 Hz.
La impedancia mecánica del cuerpo indica la fuerza que se requiere para que el cuerpo se mueva a
cada frecuencia.
Aunque la impedancia depende de la masa corporal, la impedancia vertical del cuerpo humano
suele presentar resonancia en torno a los 5 Hz. La impedancia mecánica del cuerpo, incluyendo
esta resonancia, incide considerablemente en la forma en que se transmite la vibración a través de
los asientos.

Efectos agudos

Malestar
El malestar causado por la aceleración de la vibración depende de la frecuencia de vibración, la
dirección de la vibración, el punto de contacto con el cuerpo y la duración de la exposición a la
vibración. En la vibración vertical de personas sentadas, el malestar causado por la vibración
vertical a cualquier frecuencia aumenta en proporción a la magnitud de la vibración: si se reduce
ésta a la mitad, el malestar tenderá a reducirse a la mitad.
Puede predecirse el malestar que producirá las vibraciones utilizando ponderaciones en frecuencia
adecuadas y describirse mediante una escala semántica de malestar. No existen límites prácticos
en cuanto al malestar causado por las vibraciones: el malestar tolerable varía de unos ambientes a
otros.
Las magnitudes tolerables de vibraciones en edificios están próximas a los umbrales de percepción
de la vibración. Se supone que los efectos de las vibraciones en edificios sobre los humanos
dependen del uso del edificio, además de la frecuencia, dirección y duración de las vibraciones.
Directrices para la evaluación de las vibraciones en edificios se dan en diversas normas, tales como
la Norma Británica 6472 (1992), que define un procedimiento para la evaluación de las vibraciones
y los choques en los edificios.
Interferencia con la actividad Las vibraciones pueden deteriorar la adquisición de información
(p. ej., por los ojos), la salida de información (p. ej., mediante movimientos de las manos o de los
pies) o los procesos centrales complejos que relacionan la entrada con la salida (p. ej.,
aprendizaje, memoria, toma de decisiones). Los mayores efectos de las vibraciones de cuerpo
completo se producen en los procesos de entrada (principalmente la visión) y en los de salida
(principalmente el control continuo de las manos).
Los efectos de las vibraciones sobre la visión y el control manual están causados principalmente
por el movimiento de la parte del cuerpo afectada (es decir, el ojo o la mano). Dichos efectos
pueden aminorarse reduciendo la transmisión de vibraciones al ojo o a la mano, o haciendo que la
tarea esté menos sujeta a alteraciones (p. ej., aumentando el tamaño de una pantalla o reduciendo
la sensibilidad de un mando). Con frecuencia, los efectos de las vibraciones sobre la visión y el
control manual pueden reducirse considerablemente diseñando de nuevo la tarea.
Según parece, a las tareas cognitivas simples (p. ej., el tiempo de reacción simple) no les afectan
las vibraciones, a diferencia de lo que ocurre con los cambios de excitación o motivación o con los
efectos directos en los procesos de entrada y salida de información.

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Lo mismo puede ocurrir con algunas tareas cognitivas complejas. Sin embargo, la escasez y
diversidad de los estudios experimentales no excluye la posibilidad de efectos cognitivos reales y
significativos de las vibraciones. Las vibraciones pueden influir en la fatiga, pero hay poca
evidencia científica relevante y ninguna que apoye la forma compleja del “límite de la capacidad
reducida por fatiga” propuesto en la Norma Internacional2631 (ISO 1974, 1985).
Alteraciones de las funciones fisiológicas
Las alteraciones en las funciones fisiológicas se producen cuando los sujetos están expuestos a un
ambiente de vibraciones de cuerpo completo en condiciones de laboratorio. Las alteraciones típicas
de una “respuesta de sobresalto” (p. ej., aumento de la frecuencia cardíaca) se normalizan
rápidamente con la exposición continuada, mientras que otras reacciones continúan o se
desarrollan de modo gradual. El último aspecto puede depender de todas las características de las
vibraciones, incluyendo el eje, la magnitud de la aceleración y la clase de vibración (senoidal o
aleatoria), así como de otras variables tales como el ritmo circadiano y las características de los
sujetos (véase Hasan 1970; Seidel 1975; Dupuis y Zerlett 1986). Con frecuencia no es posible
relacionar directamente las alteraciones de las funciones fisiológicas en condiciones de campo con
las vibraciones, dado que ésta suele actuar conjuntamente con otros factores significativos, como
la elevada tensión mental, el ruido y las sustancias tóxicas. Las alteraciones fisiológicas son
frecuentemente menos sensibles que las reacciones psicológicas (p. ej., el malestar). Si todos los
datos disponibles sobre las alteraciones fisiológicas persistentes se resumen respecto a su primera
aparición significativa, dependiendo
de la magnitud y frecuencia de las vibraciones de cuerpo completo, hay un umbral con un límite
inferior en torno a un valor eficaz de 0,7 m/s2 entre 1 y 10 Hz, que aumenta hasta un valor eficaz
de 30 m/s2 a 100 Hz. Se han realizado numerosos estudios con animales, pero su relevancia para
los humanos es dudosa.
Alteraciones neuromusculares
Durante el movimiento natural activo, los mecanismos de control motor actúan como un control de
información de ida constantemente ajustado por la retroinformación adicional procedente de los
sensores situados en los músculos, tendones y articulaciones.
Las vibraciones de cuerpo completo producen un movimiento artificial pasivo del cuerpo humano,
condición que difiere esencialmente de las vibraciones autoinducidas por la locomoción. La ausencia
de control de información durante las vibraciones de cuerpo completo es la alteración más clara de
la función fisiológica normal del sistema neuromuscular. La gama de frecuencias más amplia
asociada con las vibraciones de cuerpo completo (entre 0,5 y 100 Hz), comparada con la del
movimiento natural (entre 2 y 8 Hz para los movimientos voluntarios, e inferior a 4 Hz para la
locomoción) es otra diferencia más que ayuda a explicar las reacciones de los mecanismos de
control neuromuscular a frecuencias muy bajas y a altas frecuencias.
Las vibraciones de cuerpo completo y la aceleración transitoria determinan una actividad alternante
relacionada con la aceleración en el electromiograma (EMG) de los músculos superficiales de la
espalda de personas sentadas que obliga a mantener una contracción tónica. Se supone que esta
actividad es de naturaleza refleja. Normalmente, desaparece por completo si los sujetos sometidos
a vibraciones permanecen sentados y relajados en posición encorvada. La temporización de la
actividad muscular depende de la frecuencia y magnitud de la aceleración.
Los datos electromiográficos sugieren que la columna puede verse sometida a una carga mayor
debido a la reducción de la estabilización muscular de la misma a frecuencias de 6,5 a 8 Hz y
durante la fase inicial a un desplazamiento brusco hacia arriba. A pesar de la débil actividad EMG
causada por las vibraciones de cuerpo completo, la fatiga de los músculos de la espalda durante la
exposición a las vibraciones puede ser superior a la que se observa en posturas sentadas normales
sin vibraciones de cuerpo completo.
Los reflejos de los tendones pueden disminuir o desaparecer temporalmente durante la exposición
a las vibraciones de cuerpo completo a frecuencias superiores a 10 Hz. Las pequeñas alteraciones
del control postural tras la exposición a las vibraciones de cuerpo completo son muy variables, y
sus mecanismos e importancia práctica no son bien conocidos.
Alteraciones cardiovasculares, respiratorias, endocrinas y metabólicas
Se han comparado las alteraciones observadas que persisten durante la exposición a las
vibraciones con las que se producen durante el trabajo físico moderado (es decir, aumentos de la
frecuencia cardíaca, presión arterial y consumo de oxígeno), incluso a una magnitud de vibración
cercana al límite de tolerancia voluntaria. El aumento de ventilación obedece en parte a
oscilaciones del aire en el sistema respiratorio. Las alteraciones respiratorias y metabólicas pueden
no corresponderse, lo que posiblemente sugiere una perturbación de los mecanismos de control de
la respiración. Se han comunicado diversos hallazgos, en parte contradictorios, sobre alteraciones
de las hormonas adrenocorticotrópicas (ACTH) y las catecolaminas.
Alteraciones sensoriales y del sistema nervioso central
Se ha sostenido la existencia de alteraciones de la función vestibular debidas a las vibraciones de
cuerpo completo sobre la base de una afectación de la regulación de la postura, a pesar de que
ésta es controlada por un sistema muy complejo donde la perturbación de la función vestibular
puede ser compensada ampliamente

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HIGIENE LABORAL I - Ing. D.A.Pizarro – Pág.78
por otros mecanismos. Las alteraciones de la función vestibular parecen revestir mayor entidad en
las exposiciones a frecuencias muy bajas o próximas a la resonancia de cuerpo completo. Se
supone que una discordancia sensorial entre la
información vestibular, visual y propioceptiva (estímulos recibidos en el interior de los tejidos) es
un mecanismo importante que explica las respuestas fisiológicas a algunos entornos de movimiento
artificial.
Los experimentos con exposición combinada, a corto plazo y prolongada, a ruido y vibraciones de
cuerpo completo, parecen sugerir que las vibraciones tienen un pequeño efecto sinérgico sobre la
audición. Como tendencia, se observaba que altas intensidades de vibraciones de cuerpo completo
a 4 o 5 Hz se asociaban a mayores desplazamientos temporales del umbral (TTS) adicionales. No
hubo ninguna relación evidente entre los TTS adicionales y el tiempo de exposición. Los TTS
adicionales parecían aumentar al aplicar dosis mayores de vibraciones de cuerpo completo.
Las vibraciones verticales y horizontales impulsivas evocan potenciales cerebrales. También se han
detectado alteraciones de la función del sistema nervioso central humano al utilizar potenciales
cerebrales evocados por el sistema auditivo (Seidel y
cols. 1992). En los efectos influían otros factores ambientales (p. ej., el ruido), la dificultad de la
tarea y el estado interno del sujeto (p. ej., activación, grado de atención hacia el estímulo).

Efectos a largo plazo

Riesgo para la salud de la columna vertebral


Los estudios epidemiológicos indican con frecuencia que existe un riesgo elevado para la salud en
la columna vertebral de los trabajadores expuestos durante muchos años a intensas vibraciones de
cuerpo completo (p. ej., trabajo en tractores o máquinas de movimiento de tierras). Seidel y Heide
(1986), Dupuis y Zerlett (1986) y Bongers y Boshuizen (1990) han realizado minuciosos estudios
de la literatura. En estas revisiones se llega a la conclusión de que intensas vibraciones de cuerpo
completo de larga duración puede afectar negativamente a la columna e incrementar el riesgo de
molestias lumbares. Tales molestias pueden ser consecuencia secundaria de una alteración
degenerativa primaria de las vértebras y discos intervertebrales.
Se descubrió que la parte afectada con más frecuencia es la región lumbar de la columna vertebral,
seguida de la región torácica.
Una elevada proporción de los deterioros de la región cervical, comunicados por varios autores,
parecen estar causados por una postura fija desfavorable y no por la vibración, aunque no existe
ninguna evidencia concluyente de la validez de esta hipótesis. Solo en unos pocos estudios se ha
considerado la función de los músculos de la espalda y se ha encontrado una insuficiencia
muscular. Algunos informes señalan un riesgo sensiblemente mayor de dislocación de los discos
lumbares. En varios estudios de muestras representativas, Bongers y Boshuizen (1990)
encontraron más casos de molestias lumbares en conductores de vehículos terrestres y en pilotos
de helicópteros que en trabajadores de referencia comparables. Finalmente llegaron a la conclusión
de que la conducción profesional de vehículos y el pilotaje de helicópteros son factores de riesgo
importantes para las molestias lumbares y los trastornos de la espalda. Se observó un aumento del
número de pensiones por discapacidad y de las bajas laborales de larga duración debido a
trastornos relacionados con los discos intervertebrales entre los operadores de grúas y conductores
de tractores.
Debido a la falta de datos o a la existencia de datos incompletos sobre las condiciones de
exposición en los estudios epidemiológicos, no se pudieron obtener relaciones exactas entre
exposición y efecto. Los datos existentes no permiten establecer un nivel sin efectos adversos (es
decir, un límite de seguridad) que posibilite prevenir de modo fiable las enfermedades de la
columna. Muchos años de exposición por debajo o cerca del límite de exposición contemplado en la
versión actual de la Norma Internacional 2631 (ISO 1985) no excluyen el riesgo.
Algunos hallazgos indican un aumento del riesgo para la salud cuando aumenta la duración de la
exposición, si bien los procesos de selección han hecho que resulte difícil detectar una relación en
la mayoría de los estudios. Por lo tanto, las investigaciones epidemiológicas no permiten establecer
actualmente una relación entre dosis y efecto. Consideraciones teóricas sugieren efectos
marcadamente perjudiciales de las cargas pico elevadas que actúan sobre la columna durante las
exposiciones con altos valores transitorios. Por lo tanto, el uso de un método de “energía
equivalente” para calcular la dosis de vibración (como el de la Norma Internacional 2631 (ISO
1985)) es cuestionable para exposiciones a vibraciones de cuerpo completo que contienen altas
aceleraciones pico. Los efectos a largo plazo por las vibraciones de cuerpo completo dependiendo
de la frecuencia de vibración no se han deducido de los estudios epidemiológicos. Las vibraciones
de cuerpo completo a frecuencias de 40 a 50 Hz aplicada a través de los pies a operarios en
posición de pie, fue seguida de cambios degenerativos de los huesos de los pies.
Por lo general, las diferencias entre sujetos se han pasado por alto en gran medida, aunque los
fenómenos de la selección sugieren que pueden tener gran importancia. No hay datos claros que
indiquen si los efectos de las vibraciones de cuerpo completo sobre la columna dependen del sexo.
La aceptación general de los trastornos degenerativos de la columna como enfermedad de origen
profesional es objeto de debate. No se conocen elementos de diagnóstico específicos que permitan
una diagnosis fiable del trastorno como consecuencia de la exposición a las vibraciones de cuerpo
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completo. Una elevada prevalencia de trastornos de columna degenerativos en poblaciones no
expuestas impide confirmar la suposición de una etiología predominantemente profesional en
individuos expuestos a vibraciones de cuerpo completo. No se conocen factores de riesgo
individuales de tipo constitucional que pudieran modificar la tensión inducida por la vibración. La
referencia a una intensidad mínima y/o una duración mínima de las vibraciones de cuerpo completo
como requisito previo para el reconocimiento del origen profesional de una enfermedad no tendría
en cuenta la considerable variabilidad que cabe esperar en cuanto a susceptibilidad individual.
Otros riesgos para la salud
Estudios epidemiológicos sugieren que las vibraciones de cuerpo completo es solo uno entre un
grupo de factores causales que contribuyen a otros riesgos para la salud. El ruido, la elevada
tensión mental y el trabajo por turnos son ejemplos de factores concomitantes importantes que se
sabe están relacionados con trastornos de la salud. Con frecuencia, las investigaciones de los
trastornos de otros sistemas corporales han dado resultados divergentes o que indican una
dependencia paradójica de la prevalencia de la patología respecto de la magnitud de las
vibraciones de cuerpo completo (es decir, mayor prevalencia de efectos adversos a menor
intensidad). Se ha observado un complejo característico de síntomas y alteraciones patológicas del
sistema nervioso central, el sistema musculosquelético y el sistema circulatorio en operarios que
trabajan de pie en máquinas utilizadas
para la vibrocompactación de hormigón y están expuestos a niveles de vibraciones de cuerpo
completo por encima del límite de exposición especificado en la Norma ISO 2631 con frecuencias
superiores a 40 Hz (Rumjancev 1966). Se ha denominado a este complejo “enfermedad de las
vibraciones”. La misma expresión, aunque con el rechazo de muchos especialistas, se ha utilizado a
veces para describir un vago cuadro clínico causado por exposición de larga duración a vibraciones
de cuerpo completo abaja frecuencia que, al parecer, se manifiesta inicialmente en forma de
trastornos vegetativo-vasculares periféricos y cerebrales de carácter funcional inespecífico. De
acuerdo con los datos disponibles se puede extraer la conclusión de que diferentes sistemas
fisiológicos reaccionan independientemente unos de otros y que no existen síntomas que puedan
servir como indicador de patología inducida por vibraciones de cuerpo completo.
Sistema nervioso, órgano vestibular y audición. Las vibraciones de cuerpo completo intensas a
frecuencias superiores a 40 Hz puede causar daños y alteraciones del sistema nervioso central.
Se han comunicado datos contradictorios sobre los efectos de la vibración de cuerpo completo a
frecuencias inferiores a 20 Hz.
Solo en algunos estudios se ha encontrado un aumento de molestias inespecíficas, tales como dolor
de cabeza y aumento de la irritabilidad. Un autor ha afirmado la aparición de alteraciones del
electroencefalograma (EEG) tras la exposición de larga duración a vibraciones de cuerpo completo
y otros las han negado. Algunos de los resultados publicados apuntan hacia una menor
excitabilidad vestibular y una mayor incidencia de otras alteraciones vestibulares, entre las que se
incluye el vértigo.
Ahora bien, se mantiene la incertidumbre respecto a la existencia de relaciones causales entre
vibraciones de cuerpo completo y alteraciones del sistema nervioso central o el sistema vestibular,
al haberse detectado relaciones paradójicas entre
intensidad y efecto.
En algunos estudios, se ha observado un aumento adicional de los desplazamientos permanentes
del umbral (PTS) de audición tras una exposición combinada de larga duración a las vibraciones de
cuerpo completo y al ruido. Schmidt (1987) estudió a conductores y técnicos en el campo de la
agricultura y comparó los desplazamientos permanentes del umbral después de 3 y 25 años de
trabajo. Llegó a la conclusión de que las vibraciones de cuerpo completo puede inducir un
desplazamiento adicional significativo del umbral a 3, 4,6 y 8 kHz,si la aceleración ponderada
según la Norma Internacional 2631 (ISO 1985) supera un valor eficaz de 1,2 m/s2 con exposición
simultánea al ruido a un nivel equivalente de más de 80 decibelios (dBA).
Sistemas circulatorio y digestivo. : Se han detectado cuatro grupos principales de alteraciones
circulatorias con mayor incidencia entre trabajadores expuestos a vibraciones de cuerpo completo:
1. Trastornos periféricos, tales como el síndrome de Raynaud, cerca del punto de aplicación de la
vibración de cuerpo completo (es decir, los pies de los operarios en posición de pie o, en menor
grado, las manos de los conductores).
2. Venas varicosas de las piernas, hemorroides y varicocele.
3. Cardiopatía isquémica e hipertensión.
4. Alteraciones neurovasculares.
No siempre existe correlación entre la morbilidad de estas alteraciones circulatorias y la magnitud o
duración de la exposición a la vibración. Aunque frecuentemente se ha observado una elevada
prevalencia de diversos trastornos del sistema digestivo, casi todos los autores coinciden en que
las vibraciones de cuerpo completo es solo una de las causas y quizá no la más importante.
Organos reproductores femeninos, embarazo y sistema genitourinario masculino. Se cree que el
aumento del riesgo de aborto, alteraciones menstruales y anomalías posicionales (p. ej.,
desprendimiento de útero) puede estar relacionado con la exposición de larga duración a las
vibraciones de cuerpo completo (véase Seidel y Heide 1986). No se puede deducir de la literatura
un umbral de exposición seguro que evite un aumento de estos riesgos para la salud. La
susceptibilidad individual y sus variaciones temporales probablemente codeterminan estos efectos
HIGIENE LABORAL I – Ing. D.A.Pizarro – Pág.79
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biológicos. En la literatura disponible no se ha comunicado un efecto perjudicial directo de la
vibración de cuerpo completo sobre el feto humano, aunque algunos estudios en animales sugieren
que la vibración de cuerpo completo puede afectar al feto. El desconocimiento del valor umbral
para los efectos adversos sobre el embarazo sugiere la conveniencia de limitar la exposición de
origen profesional al mínimo
razonable.
Se han publicado resultados divergentes sobre la aparición de enfermedades del sistema
genitourinario masculino. En algunos estudios, se ha observado una mayor incidencia de
prostatitis. Otros estudios no han podido confirmar estos hallazgos.

Ejes para medir exposiciones a la vibración en personas sentadas

Medida y valoración de la
exposición
Las vibraciones de cuerpo
completo debe medirse en las
interfases entre el cuerpo y la
fuente de vibración. En el caso de
personas sentadas esto implica la
colocación de acelerómetros en la
superficie del asiento, debajo de
las tuberosidades isquiáticas de
los sujetos. A veces las
vibraciones se miden también en
el respaldo del asiento (entre el
respaldo y la espalda) así como
en los pies y las manos.
Prevención
Cuando sea posible se dará
preferencia a la reducción de las
vibraciones en la fuente. Para ello
puede ser necesario reducir las
ondulaciones del terreno o la
velocidad de desplazamiento de
los vehículos. Otros métodos para
reducir la transmisión de
vibraciones a los operarios exigen
comprender las características del
entorno de las vibraciones y la
ruta de transmisión de las
vibraciones al cuerpo. Por
ejemplo, a menudo la magnitud
de la vibración depende de la
ubicación: en algunas zonas se
experimentan magnitudes
menores.
Se pueden diseñar los asientos de manera que atenúen las vibraciones. La mayoría de los asientos
presentan resonancia a bajas frecuencias, lo que hace que se produzcan mayores magnitudes de
vibración vertical en el asiento que en el piso. A altas frecuencias suele producirse una atenuación
de las vibraciones.
En la práctica, las frecuencias de resonancia de los asientos habituales están en la región de los 4
Hz. La amplificación en resonancia viene determinada en parte por la amortiguación del asiento. Un
aumento de la capacidad de amortiguación del relleno del asiento tiende a reducir la amplificación
en resonancia pero aumenta la transmisibilidad a altas frecuencias. Hay grandes variaciones de
transmisibilidad entre asientos, las cuales se traducen en considerables diferencias en cuanto a la
vibración que experimentan las personas.
Una indicación numérica simple de la eficacia de aislamiento de un asiento para una aplicación
específica, es la que proporciona la transmisibilidad de la amplitud eficaz del asiento (SEAT) (véase
Griffin 1990). Un valor de SEAT superior al 100 % indica que, globalmente, las vibraciones en el
asiento son peores que las vibraciones en el piso. Valores inferiores al 100 % indican que el asiento
ha proporcionado algo de atenuación útil.
Los asientos deberían diseñarse de manera que tuviesen el valor SEAT más bajo que sea
compatible con otras limitaciones.
Los asientos con suspensión llevan un mecanismo de suspensión separado debajo del panel del
asiento. Se utilizan en algunos vehículos todo terreno, así como en camiones y auto-cares, y sus
frecuencias de resonancia son bajas (en torno a 2 Hz) y por lo tanto pueden atenuar las
vibraciones a frecuencias superiores a unos 3 Hz. Los valores de transmisibilidad de estos asientos
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HIGIENE LABORAL I - Ing. D.A.Pizarro – Pág.81
los determina normalmente el fabricante del asiento, pero sus eficacias de aislamiento varían
según las condiciones de trabajo.

VIBRACIONES TRANSMITIDAS A LAS MANOS


VIBRACIONES TRANSMITIDAS A LAS MANOS
Exposición de origen profesional
Las vibraciones mecánicas producida por procesos o herramientas a motor y que penetran en el
cuerpo por los dedos o la palma de las manos se denominan vibraciones transmitidas a las manos.
Como sinónimos de vibraciones transmitidas a las manos se utilizan con frecuencia las expresiones
vibraciones mano-brazo y vibraciones locales o segmentarias. En varias actividades industriales se
encuentran muy extendidos los procesos y herramientas a motor que exponen las manos del
operario a vibraciones. La exposición de origen profesional a las vibraciones transmitidas a las
manos proviene de las herramientas a motor que se utilizan en fabricación (p. ej., herramientas de
percusión para trabajo de metales, amoladoras y otras herramientas rotativas, llaves de impacto),
explotación de canteras, minería y construcción (p. ej., martillos perforadores de roca, martillos
rompedores de piedra, martillos picadores, compactadores vibrantes), agricultura y trabajos
forestales (p. ej., sierras de cadena, sierras de recortar, descortezadoras) y servicios públicos (p.
ej., martillos rompedores de asfalto y hormigón, martillos perforadores, amoladoras de mano).
También puede producirse exposición a vibraciones transmitidas a las manos por piezas vibrantes
sostenidas con las manos del operario, como en el amolado de columna, y por controles manuales
vibrantes, como al utilizar cortacéspedes o controlar rodillos vibrantes para compactación de
carreteras. Se ha comunicado que el número de personas expuestas a vibraciones transmitidas a
las manos en el trabajo excede de 150.000 en los Países Bajos, de 0,5 millones en Gran Bretaña y
de 145 millones en Estados Unidos. La exposición excesiva a las vibraciones transmitidas a las
manos puede causar trastornos en los vasos sanguíneos, nervios, músculos, huesos y
articulaciones de las extremidades superiores. Se calcula que del 1,7 al 3,6 % de los trabajadores
de los países europeos y de Estados Unidos están expuestos a vibraciones transmitidas a las
manos potencialmente peligrosa (AISSA Sección Internacional de Investigación 1989).
La expresión síndrome de vibraciones mano-brazo (HAV) se utiliza comúnmente en referencia a los
síntomas asociados con exposición a vibraciones transmitidas a las manos, a saber:
• trastornos vasculares;
• trastornos neurológicos periféricos;
• trastornos de los huesos y articulaciones;
• trastornos musculares,
• otros trastornos (todo el cuerpo, sistema nervioso central).
Actividades tales como la conducción de motocicletas o el uso de herramientas vibrantes
domésticas pueden exponer las manos esporádicamente a vibraciones de gran amplitud, pero solo
las largas exposiciones diarias pueden provocar problemas de salud (Griffin 1990).
La relación entre exposición a vibraciones transmitidas a las manos de origen profesional y efectos
adversos para la salud dista de ser sencilla. En la Tabla A se proporciona una lista de algunos de
los factores más importantes que contribuyen a causar lesiones en las extremidades superiores de
los trabajadores expuestos a vibración.

TABLA “A”

Algunos factores potencialmente relacionados con efectos lesivos durante las exposiciones a las
vibraciones transmitidas a las manos.
Características de la vibración
o Magnitud (eficaz, pico, ponderada/no ponderada)
o Frecuencia (espectros, frecuencias dominantes)
o Dirección (ejes x, y, z)
Herramientas o procesos
o Diseño de herramientas (portátiles, fijas)
o Tipo de herramienta (de percusión, rotativa, rotopercutante)
o Condición
o Operación
o Material que se trabaja
Condiciones de exposición
o Duración (exposiciones diarias, anuales)
o Modelo de exposición (continua, intermitente, períodos de descanso)
o Duración de la exposición acumulada
Condiciones ambientales
o Temperatura ambiente
o Flujo de aire
o Humedad
o Ruido
o Respuesta dinámica del sistema dedo-mano-brazo
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HIGIENE LABORAL I - Ing. D.A.Pizarro – Pág.82
o Impedancia mecánica
o Transmisibilidad de la vibración
o Energía absorbida
Características individuales
o Método de trabajo (fuerza de agarre, fuerza de empuje, postura de mano-brazo, posición
del cuerpo)
o Salud
o Formación
o Destreza
o Uso de guantes
o Susceptibilidad individual a la lesión

Biodinámica
Cabe suponer que los factores que influyen en la transmisión de vibraciones al sistema de los
dedos, la mano y el brazo desempeñan un papel importante en la génesis de lesiones por
vibraciones.
La transmisión de vibraciones depende de las características físicas de la vibración (magnitud,
frecuencia, dirección) y de la respuesta dinámica de la mano (Griffin 1990).
Transmisibilidad e impedancia
Los resultados experimentales indican que el comportamiento mecánico de la extremidad superior
humana es complejo, dado que la impedancia del sistema de la mano y el brazo—es decir, la
resistencia a vibrar—presenta marcadas variaciones en función de los cambios de amplitud de
vibración, frecuencia y dirección, fuerzas aplicadas y orientación de la mano y el brazo con
respecto al eje del estímulo. En la impedancia influye también la constitución corporal y las
diferencias estructurales de las diversas partes de la extremidad superior (p. ej., la impedancia
mecánica de los dedos es muy inferior a la de la palma de la mano).
En general, a mayores niveles de vibración y a mayores presiones de agarre de la mano, mayor
impedancia. Con todo, se ha descubierto que las variaciones de impedancia dependen
considerablemente de la frecuencia y dirección del estímulo de la vibración y de las diversas
fuentes de intravariabilidad e intervariabilidad del sujeto. En varios estudios se ha comunicado la
existencia de una región de resonancia para el sistema de los dedos, la mano y el brazo en la gama
de frecuencia comprendida entre 80 y 300 Hz.
Medidas de la transmisión de vibraciones a través del brazo humano han mostrado que las
vibraciones de baja frecuencia (<50 Hz) se transmiten con poca atenuación a lo largo de la mano y
el antebrazo. La atenuación en el codo depende de la postura del brazo, dado que la transmisión
de vibraciones tiende a disminuir a medida que aumenta el ángulo de flexión en la articulación del
codo. A frecuencias altas (>50 Hz), la transmisión de vibraciones disminuye progresivamente a
medida que aumenta la frecuencia, y por encima de 150 a 200 Hz la mayor parte de la energía de
vibración se disipa en los tejidos de la mano y los dedos. De las medidas de transmisibilidad se
infiere que en la región de alta frecuencia, las vibraciones pueden ser responsable de daños a las
estructuras blandas de los dedos y manos, mientras que las vibraciones de baja frecuencia y gran
amplitud (p. ej., producida por herramientas de percusión) podría estar relacionada con lesiones de
muñeca, codo y hombro.
Factores que influyen en la dinámica de los dedos y la mano
Cabe suponer que los efectos adversos de la exposición a las vibraciones están relacionados con la
energía disipada en las extremidades superiores. La absorción de energía depende en gran medida
de factores que afectan al acoplamiento del sistema dedos-mano a la fuente de vibraciones.
Variaciones de la presión de agarre, fuerza estática y postura, modifican la respuesta dinámica del
dedo, la mano y el brazo y, por consiguiente, la cantidad de energía transmitida y absorbida. Por
ejemplo, la presión de agarre influye considerablemente en la absorción de energía y, en general,
cuanto mayor es esta presión mayor es la fuerza transmitida al sistema de la mano y el brazo. Los
datos de respuesta dinámica pueden suministrar información importante para valorar el potencial
de las vibraciones de la herramienta para producir lesiones y para facilitar el desarrollo de
dispositivos antivibración tales como empuñaduras y guantes.

Efectos agudos
Malestar subjetivo
La vibración es detectada por diversos mecanorreceptores de la piel, situados en los tejidos
epidérmicos y subcutáneos de la piel lisa y desnuda (glabra) de los dedos y manos. Tales
receptores se clasifican en dos categorías —de adaptación lenta y rápida— según sus propiedades
de adaptación y su campo receptor. En las unidades mecanorreceptoras de adaptación lenta se
encuentran los discos de Merkel y las terminaciones de Ruffini, que responden a la presión estática
y a pequeñas variaciones de presión y son excitados a baja frecuencia (<16 Hz). Las unidades de
adaptación rápida tienen los corpúsculos de Meissner y de Pacinian, que responden a variaciones
rápidas de los estímulos y se encargan de producir la sensación de vibración en la gama de
frecuencia entre 8 y 400 Hz. La respuesta subjetiva a las vibraciones transmitidas a las manos se
ha utilizado en varios estudios para obtener valores umbral, contornos de sensación equivalente y
HIGIENE LABORAL I – Ing. D.A.Pizarro – Pág.82
HIGIENE LABORAL I - Ing. D.A.Pizarro – Pág.83
límites de sensación desagradable o de tolerancia a los estímulos vibratorios a diferentes
frecuencias (Griffin 1990). Los resultados experimentales indican que la sensibilidad humana a la
vibración disminuye a medida que aumenta la frecuencia, tanto en lo que se refiere a los niveles de
vibración confortables como molestos.
La vibración vertical parece causar mayor malestar que la vibración en otras direcciones. Se ha
observado también que el malestar subjetivo está en función de la composición espectral de la
vibración y de la fuerza de agarre ejercida sobre la empuñadura que vibra.
Perturbación de la actividad
La exposición aguda a vibraciones transmitidas a las manos puede causar un aumento temporal de
los umbrales vibrotáctiles debido a una depresión de la excitabilidad de los mecanorreceptores de
la piel. La magnitud de la variación temporal de estos umbrales, así como el tiempo de
recuperación están sujetos a la
influencia de distintas variables, tales como las características del estímulo (frecuencia, amplitud,
duración), la temperatura y la edad y exposición anterior a la vibración del trabajador. La
exposición al frío agrava la depresión táctil inducida por las vibraciones, debido a que la baja
temperatura tiene un efecto vasoconstrictor en la circulación digital y reduce la temperatura de la
piel de los dedos. En trabajadores expuestos a vibraciones que trabajan habitualmente en
ambientes fríos, los episodios repetidos de deterioro agudo de la sensibilidad táctil puede conducir
a una reducción permanente de la percepción sensorial y a la pérdida de destreza de manipulación
lo que, a su vez, puede interferir en la actividad laboral y elevar el riesgo de lesiones graves por
accidentes.

Efectos no vasculares
Esqueléticos
Las lesiones óseas y articulares inducidas por las vibraciones son objeto de controvertida. Diversos
autores consideran que los trastornos de huesos y articulaciones en trabajadores que utilizan
herramientas vibrantes de mano, no tienen carácter específico ni son similares a los originados por
el proceso de envejecimiento y por el trabajo manual pesado. Por otra parte, algunos
investigadores han comunicado que la exposición prolongada a vibraciones transmitidas a las
manos puede producir alteraciones esqueléticas características en las manos, muñecas y codos.
Estudios radiológicos realizados en un primer momento revelaron una alta prevalencia de vacuolas
y quistes óseos en las manos y muñecas de trabajadores expuestos a vibraciones, pero otros
estudios más recientes no han mostrado ningún aumento significativo con respecto a grupos de
control integrados por trabajadores manuales. Se ha comunicado una prevalencia elevada de
osteoartrosis de muñeca y artrosis y osteofitosis de codo en mineros del carbón, trabajadores de la
construcción de carreteras y trabajadores del metal expuestos a choques y a vibración de baja
frecuencia y gran amplitud producida por herramientas neumáticas de percusión. Por el contrario,
hay poca evidencia de
aumento de la prevalencia de trastornos óseos y articulares degenerativos en las extremidades
superiores de los trabajadores expuestos a vibraciones de mediana o alta frecuencia procedentes
de sierras de cadena o amoladoras. El esfuerzo físico intenso, un agarre con fuerza y otros factores
biomecánicos pueden ser la causa de la mayor aparición de lesiones esqueléticas encontrada en
trabajadores que utilizan herramientas de percusión. El dolor localizado, la hinchazón y la rigidez y
deformidades de las articulaciones pueden estar relacionados con hallazgos radiológicos de
degeneración ósea y articular. En unos cuantos países (Francia, Alemania e Italia entre ellos), se
considera que los trastornos óseos y articulares que aparecen en trabajadores que utilizan
herramientas de mano vibrantes, son una enfermedad de origen profesional, y los trabajadores
afectados son indemnizados.

Neurológicos
Los trabajadores que manejan herramientas vibrantes pueden sufrir hormigueo y adormecimiento
de dedos y manos. Si la exposición a las vibraciones continúa, estos síntomas tienden a empeorar
y pueden interferir con la capacidad de trabajo y las actividades de su vida diaria. Los trabajadores
expuestos a vibraciones pueden presentar umbrales vibratorios, térmicos y táctiles más elevados
en los reconocimientos clínicos. Se ha sugerido que la exposición continua a las vibraciones no solo
puede deprimir la excitabilidad de los receptores de la piel sino también inducir alteraciones
patológicas en los nervios de los dedos, tales como edema perineural, seguido de fibrosis y pérdida
de fibra nerviosa. Estudios epidemiológicos de trabajadores expuestos a vibraciones señalan que la
prevalencia de trastornos neurológicos periféricos varía desde un pequeño porcentaje hasta más
del 80 por ciento, y que la pérdida de sensibilidad afecta a usuarios de una amplia variedad de
tipos de herramientas. Parece ser que la neuropatía por vibración se desarrolla con independencia
de otros trastornos inducidos por las vibraciones. En el Taller de Estocolmo (Stockholm Workshop)
86 (1987) se propuso una escala del componente neurológico de síndrome de HAV, consistente en
tres fases según los síntomas y los resultados del reconocimiento clínico y las pruebas objetivas. Se
requiere un diagnóstico diferencial cuidadoso para distinguir la neuropatía por vibraciones de
neuropatías por compresión, tales como el síndrome del túnel carpiano (CTS), un trastorno debido
a compresión del nervio mediano a su paso por un túnel anatómico de la muñeca. El CTS parece

HIGIENE LABORAL I – Ing. D.A.Pizarro – Pág.83


HIGIENE LABORAL I - Ing. D.A.Pizarro – Pág.84
ser un trastorno común en algunos grupos profesionales que utilizan herramientas vibrantes, tales
como los perforadores, los chapistas y los trabajadores forestales.
Se cree que los factores de estrés ergonómicos que actúan sobre la mano y la muñeca
(movimientos repetitivos, agarre con fuerza, malas posturas), unidos a las vibraciones, pueden
causar CTS en trabajadores que manejan herramientas vibrantes. La electroneuromiografía, que
mide las velocidades de los nervios sensoriales y motores, ha demostrado ser útil para diferenciar
el CTS de otros trastornos neurológicos.
Musculares
Los trabajadores expuestos a vibraciones pueden quejarse de debilidad muscular y dolor en las
manos y brazos. En algunos individuos la fatiga muscular puede causar discapacidad. En algunos
estudios de seguimiento de leñadores se ha comunicado una disminución de la fuerza de agarre de
la mano. Se han sugerido lesión mecánica directa o daño del nervio periférico como posibles
factores etiológicos de los síntomas musculares. También se han comunicado otros trastornos
relacionados con el trabajo en trabajadores expuestos a vibraciones, como tendinitis y tenosinovitis
en las extremidades superiores, y contractura de Dupuytren, una enfermedad del tejido facial de la
palma de la mano.
Tales trastornos parecen tener relación con factores de estrés ergonómicos derivados del trabajo
manual pesado, y la asociación con vibración transmitida a las manos no es concluyente.
Trastornos vasculares
Fenómeno de Raynaud
Giovanni Loriga, médico italiano, comunicó por primera vez en 1911 que los cortadores de piedra
que utilizan martillos neumáticos en bloques de mármol y piedra en algunas serrerías de Roma,
sufrían ataques de blanqueado de los dedos, semejantes a la respuesta vasospástica digital al frío
o al estrés emocional descrita por Maurice Raynaud en 1862. Observaciones similares fueron
realizadas por Alice Hamilton (1918) en cortadores de piedra en Estados Unidos, y más tarde por
varios otros investigadores.
En la literatura se han utilizado diversos sinónimos para describir trastornos vasculares inducidos
por vibraciones: dedo muerto o blanco, fenómeno de Raynaud de origen profesional, enfermedad
vasospástica traumática y, más recientemente, dedo blanco inducido por vibración (VWF).
Clínicamente, el VWF se
caracteriza por episodios de dedos blancos o pálidos causados por oclusión espástica de las arterias
digitales. Los ataques suelen desencadenarse por el frío y duran de 5 a 30 o 40 minutos.
Durante un ataque puede experimentarse pérdida completa de sensibilidad táctil. En la fase de
recuperación, normalmente acelerada por calor o masaje local, puede aparecer enrojecimiento de
los dedos afectados a causa de un aumento reactivo del flujo sanguíneo en los vasos cutáneos. En
los pocos casos avanzados, los ataques vasospásticos digitales graves y repetidos pueden conducir
a alteraciones tróficas (ulceración o gangrena) en la piel de las puntas de los dedos. Para explicar
el fenómeno de Raynaud inducido por el frío en trabajadores expuestos a vibraciones, algunos
investigadores invocan un reflejo vasoconstrictor simpático central exagerado causado por
exposición prolongada a vibraciones perjudiciales, mientras que otros tienden a enfatizar el papel
de las alteraciones locales inducidas por las vibraciones en los vasos digitales (p. ej.,
engrosamiento de la pared muscular, daño endotelial, alteraciones del receptor funcional). En el
Taller de Estocolmo 86 (1987), se propuso una escala de gradación para la clasificación del VWF.
También se dispone de un sistema numérico para los síntomas de VWF desarrollado por Griffin y
basado en puntuaciones para el blanqueado de las diferentes falanges (Griffin 1990). Para
diagnosticar objetivamente el VWF se utilizan varias pruebas de laboratorio. La mayoría de ellas se
basan en la provocación de frío y en la medida de la temperatura de la piel del dedo o del flujo y la
presión de la sangre digital antes y después de enfriar los dedos y las manos.
Estudios epidemiológicos han demostrado que la prevalencia de VWF varía ampliamente desde 1 a
100 por cien. Se ha descubierto que el VWF está relacionado con el uso de herramientas de
percusión para el trabajo de metales, amoladoras y otras herramientas rotativas, martillos
percusores y perforadores utilizados en excavación, maquinaria vibrante empleada en el trabajo
forestal y otras herramientas y procesos motorizados. El VWF está reconocido como enfermedad de
origen profesional en muchos países. Desde 1975–80 se comunicó un descenso de la incidencia de
nuevos casos de VWF entre trabajadores forestales tanto en Europa como en Japón, tras la
introducción de sierras de cadena con sistemas antivibración y la aplicación de medidas
administrativas que reducen el tiempo de utilización de las sierras. No se dispone aún de hallazgos
similares para otros tipos de herramientas.
Otros trastornos
Algunos estudios indican que en los trabajadores afectados de VWF la pérdida de audición es
mayor de lo esperado en función del envejecimiento y de la exposición al ruido por el uso de
herramientas vibrantes. Se ha sugerido que los sujetos con VWF pueden presentar un riesgo
adicional de deterioro auditivo debido a vasoconstricción simpática refleja, inducida por vibración,
de los vasos sanguíneos que irrigan el oído interno. Además de trastornos periféricos, algunas
escuelas rusas y japonesas de medicina del trabajo han comunicado otros efectos adversos para la
salud que afectan al sistema endocrino y al sistema nervioso central de trabajadores expuestos a
vibración (Griffin 1990).

HIGIENE LABORAL I – Ing. D.A.Pizarro – Pág.84


HIGIENE LABORAL I - Ing. D.A.Pizarro – Pág.85
El cuadro clínico denominado “enfermedad de las vibraciones”, incluye signos y síntomas
relacionados con la disfunción de los centros autónomos del cerebro (p. ej., fatiga persistente,
dolor de cabeza, irritabilidad, perturbaciones del sueño, impotencia, anomalías
electroencefalográficas). Se trata de hallazgos que han de interpretarse con cautela; hacen falta
más trabajos de investigación epidemiológica y clínica cuidadosamente diseñados para confirmar la
hipótesis de una asociación entre trastornos del sistema nervioso central y la exposición a
vibraciones transmitidas a las manos.

Prevención
La prevención de lesiones o trastornos causados por vibraciones transmitidas a las manos exige la
implantación de procedimientos técnicos, médicos y administrativos (ISO 1986; BSI 1987a).
También debería facilitarse asesoramiento adecuado a los fabricantes y usuarios de herramientas
vibrantes. Las medidas administrativas deberían incluir una información y formación adecuadas
para enseñar a los operarios que trabajan con maquinaria vibrante a adoptar métodos de trabajo
correctos y seguros.
Dado que se cree que la exposición continua a las vibraciones aumenta el riesgo por vibración, los
horarios de trabajo deberían establecerse incluyendo períodos de descanso. Las medidas técnicas
deberían incluir la elección de herramientas con la
mínima vibración y con un diseño ergonómico apropiado. Según la Directiva CE para la seguridad
de las máquinas (Consejo de las Comunidades Europeas 1989), el fabricante deberá declarar si la
aceleración ponderada en frecuencia de la vibración transmitida a las manos excede de 2,5 m/s2 ,
mediante la oportuna determinación por medio de los códigos de ensayo adecuados tal como se
indica en la Norma Internacional ISO 8662/1 y los correspondientes documentos para las
herramientas específicas (ISO 1988).
Las condiciones de mantenimiento de las herramientas deberían comprobarse cuidadosamente
mediante medidas periódicas de vibración. Deberían realizarse reconocimientos médicos previos a
la realización del trabajo y exámenes clínicos periódicos subsiguientes de los trabajadores
expuestos a vibraciones. Los objetivos de la vigilancia médica son informar al trabajador del riesgo
potencial asociado con la exposición a las vibraciones, evaluar el estado de salud y diagnosticar
precozmente los trastornos inducidos por las vibraciones. En el primer reconocimiento debería
prestarse especial atención a cualquier proceso que pueda agravarse por exposición a las
vibraciones (p. ej., tendencia constitucional a enfermedad del dedo blanco, algunas formas del
fenómeno secundario de Raynaud, daños anteriores en los miembros superiores, trastornos
neurológicos).
Después de considerar la severidad de los síntomas y las características del proceso de trabajo en
su totalidad, debería decidirse entre evitar o reducir la exposición a las vibraciones del trabajador
afectado. El trabajador debería ser informado sobre el uso de ropa adecuada para mantener
caliente todo el cuerpo y
debería evitar o minimizar el consumo de tabaco y el uso de algunos fármacos que pueden afectar
la circulación periférica.
Los guantes pueden ser útiles para proteger los dedos y las manos de traumatismos y para
mantenerlos calientes. Los llamados guantes antivibración pueden proporcionar algo de aislamiento
frente a las componentes de alta frecuencia de la vibración producida por algunas herramientas.

CARGA TÉRMICA

Se procederá a la transcripción de lo que menciona la Ley 19587 respecto a este agente físico.

Capítulo 8

Carga Térmica

Art. 60.- Definiciones


Carga térmica ambiental : Es el calor intercambiado entre el hombre y el ambiente.
Carga térmica : Es la suma de carga térmica ambiental y el calor generado en los procesos
metabólicos.
Condiciones higrotérmicas : Son las determinadas por la temperatura, humedad, velocidad del aire
y radiación térmica.
1. Evaluación de las Condiciones Higrotérmicas
Se determinarán las siguientes variables con el instrumental indicado en el Anexo II :
1.1. Temperatura del bulbo seco
Temperatura del bulbo húmedo natural.
Temperatura del globo

2. Estimación del calor metabólico

HIGIENE LABORAL I – Ing. D.A.Pizarro – Pág.85


HIGIENE LABORAL I - Ing. D.A.Pizarro – Pág.86
Se determinará por medio de las tablas que figuran el Anexo, según la posición en el trabajo
y el grado de actividad.

3. Las determinaciones se efectuarán en condiciones similares a las de la tarea habitual. Si


la carga térmica varía a lo largo de la jornada, ya sea por cambios de las condiciones
higrotérmicas del ambiente, por ejecución de tareas diversas con diferentes
metabolismos, o por desplazamiento del hombre por distintos ambientes, deberá
medirse cada condición habitual de trabajo.

4. El índice se calculará según el Anexo II a fin de determinar si las condiciones son


admisibles de acuerdo a los límites allí fijados.
Cuando ello no ocurra deberá procederse a adoptar las correcciones que la técnica
aconseje.

ANEXO II
Correspondiente al Artículo 60 de la Reglamentación Aprobada por Decreto 351/79

1. Instrumental a emplear
Los aparatos que se enumeran a continuación constituyen un conjunto mínimo para la
evaluación de la Carga Térmica sin excluir otros que puedan cumplir eficientemente los
mismos objetivos, siempre que sus resultados sean comparables con los obtenidos con
la metodología fijada por esta reglamentación.
Globotermómetro
Se medirá con éste la temperatura del globo y consiste en una esfera hueca
de cobre, pintada de color negro mate, con un termómetro o termocupla
inserto en ella, de manera que el elemento sensible esté ubicado en el
centro de la misma, con espesor de paredes de 0,6 mm. y su diámetro de
150 mm. aproximadamente.
Se verificará la lectura del mismo cada 5 minutos, leyendo su graduación a
partir de los primeros 20 minutos hasta obtener una lectura constante.
1.2 Termómetro de bulbo húmedo natural
Se medirá con éste la temperatura de bulbo húmedo natural y consiste en
un termómetro cuyo bulbo estará recubierto por un tejido de algodón. Este
deberá mojarse con agua destilada durante no menos de media hora antes
de efectuarse la lectura, se prolongará aproximadamente una longitud igual
a la del bulbo y estará sumergido en un recipiente conteniendo agua
destilada.
2. Estimación del Calor Metabólico
Se realizará por medio de tablas según la posición en el trabajo y el grado
de actividad.
Se considerará el calor metabólico (M) como la sumatoria del metabolismo basal (MB), y
las adicionales derivadas de la posición (MI) y el tipo de trabajo (MII), por lo que :

M = MB + MI + MII
En donde :
Metabolismo basal (MB), se considerará MB = 70 W
Adición derivada de posición (MI)

POSICIÓN DEL CUERPO MI (W)


Acostado o Sentado 21
De pie 42
Caminando 140
Subiendo pendiente 210

Adición derivada del tipo de trabajo

TIPO DE
MII (W)
TRABAJO
Trabajo manual ligero 28
Trabajo manual pesado 63
Trabajo con un brazo : ligero 70
Trabajo con un brazo : pesado 126
Trabajo con ambos brazos : ligero 105
Trabajo con ambos brazos : pesado 175
Trabajo con el cuerpo : ligero 210
Trabajo con el cuerpo : moderado 350
Trabajo con el cuerpo : pesado 490
Trabajo con el cuerpo : muy pesado 630
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Tener en cuenta : Coeficiente = 1,163 para pasar de Kcal/H a Watt.

3. Evaluación de la Carga Térmica


A efectos de evaluar la exposición de los trabajadores sometidos a Carga Térmica, se
calculará el Indice de Temperatura Globo Bulbo Húmedo (TGBH).
Este cálculo partirá de las siguientes ecuaciones :
a) Para lugares interiores o exteriores sin carga solar
TGBH = 0,7 TBH + 0,3 TG
b) Para lugares exteriores con carga solar
TGBH = 0,7 TBH + 0,2 TG + 0,1 TBS
Donde :
TGBH : índice de temperatura globol bulbo húmedo
TBH : temperatura del bulbo húmedo natural
TBS : temperatura del bulbo seco
TG : temperatura del globo
Las situaciones no cubiertas por la presente reglamentación, serán resueltas por la autoridad
competente de acuerdo a la mejor información disponible.

LIMITES PERMISIBLES PARA LA CARGA TÉRMICA


(Valores dados en °C de TGBH)

REGIMEN DE TRABAJO
Y TIPO DE TRABAJO
DESCANSO
Liviano Moderado Pesado
(menos de 230 W) (230 – 400 W) (más de 400 W)
Trabajo continuo 30.0 26.7 25.0
75% trab. y 25% descanso c/h 30.6 28.0 25.9
50% trab, y 50% descanso c/h 31.4 29.4 27.9
25% trab. y 75% descanso c/h 32.2 31.1 30.0

Trabajo continuo : ocho horas diarias (48 horas semanales).


Si el lugar de descanso determina un índice menor a 24 grados C (TGBH), el régimen de descanso
puede reducirse en un 25%.

RESPUESTAS FISIOLOGICAS A LA TEMPERATURA AMBIENTE


RESPUESTAS FISIOLOGICAS
Durante toda su vida, los seres humanos mantienen la temperatura corporal dentro de unos límites
de variación muy estrechos y protegidos a toda costa. Los límites máximos de tolerancia para las
células vivas corresponden a unos 0 ºC (formación de cristales de hielo) y unos 45 ºC (coagulación
térmica de proteínas intracelulares); sin embargo, los seres humanos pueden soportar
temperaturas internas inferiores a 35 ºC o superiores a 41 ºC, aunque sólo durante períodos muy
cortos de tiempo. Para mantener la temperatura interna dentro de esos límites, el ser humano ha
desarrollado unas respuestas fisiológicas muy eficaces, y en algunos casos especializadas, al estrés
térmico agudo. La finalidad de esas respuestas es facilitar la conservación, producción o
eliminación del calor corporal, requieren la coordinación firmemente controlada de varios sistemas
corporales.
Equilibrio térmico del ser humano
La principal fuente de calor para el organismo es, con diferencia, la producción de calor metabólico
(M). Incluso con una eficiencia mecánica máxima, entre el 75 y el 80 % de la energía implicada en
el trabajo muscular se libera en forma de calor. En reposo, una tasa metabólica de 300 ml de O2
por minuto crea una carga térmica de aproximadamente 100 W. El trabajo en estado estable con
un consumo de oxígeno de 1 l/min genera aproximadamente 350 W de calor, menos cualquier
energía asociada al trabajo externo (W). Incluso con una intensidad de trabajo leve o moderada, la
temperatura interna del organismo aumentará aproximadamente un grado centígrado cada 15 min
si no existe un medio eficaz de disipar el calor. De hecho, las personas que están en muy buena
forma física pueden producir más de 1.200 W de calor durante un período de 1 a 3 horas sin sufrir
trastornos por calor (Gisolfi y Wenger 1984).
El calor puede también absorberse del medio ambiente por radiación (R) y convección (C) si la
temperatura de globo (una medida del calor radiante) y la temperatura del aire (bulbo seco)
sobrepasan respectivamente la temperatura cutánea. Se trata de fuentes de calor pequeñas por lo
común en comparación con M y, en realidad, se convierten en fuentes de pérdida de calor cuando
se invierte el gradiente térmico de la piel al aire.

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HIGIENE LABORAL I - Ing. D.A.Pizarro – Pág.88
El último proceso de termolisis, el de evaporación (E), suele ser también el más importante, puesto
que el calor latente de la evaporación del sudor es bastante elevado, aproximadamente 680 W-h/l
de sudor evaporado. Todas estas relaciones se describen en profundidad más adelante.
En ambientes fríos o térmicamente neutros, la termogénesis se equilibra con la termolisis, no se
almacena calor y la temperatura corporal se equilibra; es decir:
M–W±R±C–E=0
Ahora bien, cuando la exposición al calor es más intensa:
M–W±R±C>E
y se almacena calor. En particular, los trabajos pesados (con un elevado gasto de energía que
aumenta M –W), unas temperaturas ambientales demasiado altas (que aumentan R +C), una
elevada humedad (que limita E) y el uso de prendas de vestir gruesas o relativamente
impermeables (que crean una barrera para la evaporación del sudor), dan lugar a este tipo de
escenario.
Finalmente, si el esfuerzo es prolongado o la hidratación inadecuada, E puede verse superado por
la capacidad limitada del organismo para secretar sudor (entre 1y 2 l/h durante cortos períodos de
tiempo).
La temperatura corporal y su control
Para describir las respuestas fisiológicas al río y al calor, el organismo puede dividirse en dos
componentes: el “núcleo” y la “periferia”. La temperatura del núcleo (Tc ) representa la
temperatura corporal interna o profunda y puede medirse en la boca, en el recto o, en contextos
de laboratorio, en el esófago o la membrana timpánica (tímpano). La temperatura de la periferia
está representada por la temperatura cutánea media (Tsk ). La temperatura corporal media (Tb )
es en todo momento un equilibrio ponderado de estas temperaturas, es decir
Tb = k Tc + (1– k ) Tsk
en donde el factor de ponderación k varía entre aproximadamente 0,67 y 0,90.
Cuando el organismo se enfrenta a condiciones que se alejan de la neutralidad térmica (estrés por
frío o calor), intenta controlar Tc mediante ajustes fisiológicos, y Tc constituye la principal fuente
de retroinformación para que el cerebro coordine dicho control. Aunque la temperatura cutánea
local y media es una importante fuente de información sensorial, Tsk varía mucho con la
temperatura ambiente, con un valor medio de 33 ºC en condiciones de termoneutralidad y
alcanzando 36 o 37 ºC en condiciones de trabajo pesado en ambientes calurosos. La exposición de
todo el organismo o de una parte del mismo al frío puede hacer que esta temperatura descienda
considerablemente.
La sensibilidad táctil aparece entre los 15 y los 20 ºC, mientras que la temperatura crítica para la
destreza manual se sitúa entre los 12 y los 16 ºC. Los umbrales superior e inferior del dolor para
los valores de Tsk son aproximadamente de 43 ºC y 10 ºC, respectivamente.
Los estudios de mapeo de alta precisión han localizado el lugar de mayor regulación térmica en la
zona del cerebro conocida como centros supra y preópticos del hipotálamo anterior. En esta región
existen células nerviosas que responden tanto al calentamiento (neuronas sensibles al calor) como
al enfriamiento (neuronas sensibles al frío). Es una zona que domina el control de la temperatura
corporal al recibir información sensorial aferente y enviar señales a la piel, los músculos y otros
órganos implicados en la regulación térmica a través del sistema nervioso autónomo.
Otras zonas del sistema nervioso central (hipotálamo posterior, formación reticular, puente, bulbo
raquídeo y médula espinal) forman las conexiones ascendentes y descendentes con los centros
supra y preópticos del hipotálamo anterior y realizan una serie de funciones facilitadoras.
El sistema de control del organismo es similar al control termostático de una vivienda con
funciones tanto de calefacción como de refrigeración. Cuando la temperatura corporal sobre-pasa
una cierta temperatura teórica “de referencia”, se activan las respuestas de los efectores asociadas
a la termolisis (sudoración, aumento del flujo sanguíneo periférico). Cuando la temperatura
corporal desciende por debajo del valor de referencia, se inician las respuestas de termogénesis
(reducción del flujo sanguíneo periférico, escalofríos). Pero, al contrario que los sistemas de
calefacción y refrigeración de las viviendas, el sistema de regulación térmica del ser humano no
funciona como un sencillo sistema de encendido y apagado, sino que tiene también funciones de
control gradual y control de la velocidad del cambio. Debe tenerse en cuenta que la “temperatura
de referencia” existe sólo en teoría, pero es útil para comprender estos conceptos. No obstante,
todavía queda mucho trabajo para comprender plenamente los mecanismos asociados a la
temperatura termorreguladora de referencia.
Cualquiera que sea su base, la temperatura de referencia es relativamente estable y no se ve
afectada por el trabajo ni por la temperatura ambiente. De hecho, el único caso demostrado de
alteración aguda de dicha temperatura es la provocada por el grupo de pirógenos endógenos
implicados en la respuesta febril.
Las respuestas de los efectores que el organismo utiliza para mantener el equilibrio térmico se
inician y controlan en respuesta a un “error de carga”, es decir, a una temperatura corporal que
está momentáneamente por encima o por debajo de la temperatura de referencia. Cuando la
temperatura interna desciende por debajo del valor de referencia, se crea un error de carga
negativo que desencadena los procesos de termogénesis (escalofríos, vasoconstricción periférica).
Cuando la temperatura interna sobrepasa el valor de referencia, se crea un error de carga positivo
que activa a los efectores de la termolisis (vasodilatación periférica, sudoración). En ambos casos,
HIGIENE LABORAL I – Ing. D.A.Pizarro – Pág.88
HIGIENE LABORAL I - Ing. D.A.Pizarro – Pág.89
la transferencia de calor resultante reduce el error de carga y ayuda a estabilizar la temperatura
corporal.
Regulación térmica en ambientes calurosos
Como ya se ha dicho antes, el ser humano desprende calor al medio ambiente principalmente
mediante una combinación de procesos secos (radiación y convección) y evaporación. Para facilitar
este intercambio, se activan y regulan los dos principales sistemas efectores: vasodilatación
periférica y sudoración. Aunque la vasodilatación periférica suele producir pequeños aumentos en
la pérdida de calor seco (radiactivo y convectivo), su principal función es transferir calor del interior
del cuerpo a la periferia (transferencia interna de calor), mientras que la evaporación de sudor
constituye un medio extremadamente eficaz para enfriar la sangre antes de que regrese a los
tejidos corporales profundos (transferencia externa de calor).
Vasodilatación periférica
La cantidad de calor transferido del núcleo a la periferia depende del flujo sanguíneo periférico
(FSP), el gradiente de temperatura entre el centro y la periferia y el calor específico de la sangre
(algo inferior a 4 kJ/°C por litro de sangre). En reposo y en un ambiente térmicamente neutro, la
piel recibe aproximadamente entre 200 y 500 ml/min de flujo sanguíneo, lo que representa sólo
entre un 5 y un 10 %de la sangre total bombeada por el corazón (gasto cardíaco). Debido a la
existencia de un gradiente de 4 ºC entre Tc (unos 37 ºC) y Tsk (unos 33 ºC en esas condiciones),
el calor metabólico producido por el organismo para soportar la vida es transmitido
constantemente a la piel por convección para su disipación. Por el contrario, en condiciones de
hipertermia severa, como cuando se realiza un trabajo pesado en condiciones de calor, el gradiente
térmico del centro a la piel es menor y la transferencia de calor necesaria se consigue con un gran
aumento del FSP. En condiciones de estrés máximo por calor, el FSP puede alcanzar entre 7 y 8
l/min, casi la tercera parte del gasto cardíaco (Rowell 1983). El elevado flujo sanguíneo se consigue
gracias a lo que se conoce como el “sistema vasodilatador activo”. En la vasodilatación activa
intervienen las señales de los nervios simpáticos enviadas del hipotálamo a las arteriolas de la piel,
aunque se desconoce cuál es el neurotransmisor que participa en este proceso.
Como ya se mencionó antes, el FSP es el principal responsable del aumento de Tc y, en menor
medida, de Tsk, Tc aumenta al iniciarse el trabajo muscular y la producción de calor metabólico y,
una vez que se alcanza un cierto umbral de Tc , FSP empieza también a aumentar rápidamente.
Tal relación termorreguladora básica se ve influida por factores no térmicos que constituyen un
segundo nivel de control crítico para modificar el FSP cuando la estabilidad cardiovascular global se
ve amenazada. Las venas de la piel tienen una gran capacidad de distensión y una parte
importante del volumen circulatorio se acumula en estos vasos. De esta forma se facilita el
intercambio de calor al hacerse más lenta la circulación por los capilares para aumentar el tiempo
de tránsito; sin embargo, esta acumulación, sumada a la pérdida de líquidos producida por la
sudoración, puede también reducir la velocidad del retorno de la sangre al corazón. Entre los
factores no térmicos cuya influencia en el FSP ha sido demostrada figuran las posturas erguidas, la
deshidratación y la respiración con presión positiva (uso de respirador). Actúan a través de los
reflejos que se activan cuando la presión de llenado del corazón se reduce y los receptores de la
distensión situados en las
grandes venas y en la aurícula derecha dejan de ser estimulados; por consiguiente, su efecto es
más evidente durante el trabajo aeróbico prolongado en postura erguida. Son reflejos que sirven
para mantener la presión arterial y, cuando se realiza un trabajo, para mantener un flujo
sanguíneo adecuado a los músculos activos. Por consiguiente, el FSP en un momento dado
depende
del efecto combinado de las respuestas reflejas termorreguladoras y de otro tipo.
La necesidad de aumentar el flujo sanguíneo periférico con el fin de ayudar a regular la
temperatura tiene un gran impacto en la capacidad del sistema cardiovascular para regular la
presión arterial. Por esta razón, se necesita una respuesta coordinada de todo el sistema
cardiovascular al estrés por calor. ¿Qué ajustes cardiovasculares tienen lugar para permitir el
aumento del flujo y el volumen periféricos? Cuando se trabaja en ambientes fríos o térmicamente
neutros, el aumento necesario del gasto cardíaco se ve facilitado por el aumento de la frecuencia
cardíaca (FC), puesto que el volumen sistólico (VS) experimenta incrementos mínimos cuando la
intensidad del esfuerzo supera el 40 % del esfuerzo máximo. En ambientes calurosos, la FC es
mayor con cualquier intensidad de trabajo, para compensar el menor volumen sanguíneo central
(VSC) y el menor VS. Con niveles superiores de trabajo se alcanza la frecuencia cardíaca máxima y
esta taquicardia es, por consiguiente, incapaz de mantener el gasto cardíaco necesario. La segunda
manera de aumentar el FSP es reduciendo el flujo sanguíneo en zonas como el hígado, los riñones
y los intestinos (Rowell 1983). El redireccionamiento del flujo puede conseguir un aumento
adicional de 800 a 1.000 ml en el flujo sanguíneo periférico y ayuda a compensar los efectos
nocivos de la acumulación periférica de sangre.
Sudoración
En el ser humano, el sudor contribuye a la regulación térmica y es secretado por entre 2 y 4
millones de glándulas sudoríparasn ecrinas repartidas de manera no uniforme por la superficie del
cuerpo. Al contrario que las glándulas sudoríparas apocrinas, que tienden a aparecer agrupadas (en
el rostro, las manos y las regiones axilar y genital) y que secretan sudor a los folículos pilosos, las

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glándulas ecrinas secretan sudor directamente a la superficie de la piel. Es un sudor inodoro,
incoloro y relativamente diluido, puesto que se trata de un ultrafiltrado de plasma,
motivo por el cual posee un elevado calor latente de evaporación y es ideal para los fines de la
termolisis.
Como ejemplo de la eficacia de este sistema termolítico, un hombre que trabaje con un consumo
de oxígeno de 2,3 l/min producirá un calor metabólico neto (M –W) de aproximada-mente 640 W.
Sin sudoración, la temperatura corporal aumentaría a un ritmo aproximado de 1 °C cada 6 o 7 min.
Con una evaporación eficiente de unos 16 g de sudor por minuto (una tasa razonable), la velocidad
de la pérdida de calor puede igualar a la velocidad de acumulación de calor, de manera que la
temperatura interna del organismo se mantiene estable; es decir,
M–W±R±C–E=0
Las glándulas ecrinas tienen una estructura sencilla constituida por una parte secretora en forma
de espiral, un conducto y un poro cutáneo. El volumen de sudor producido por cada glándula
depende tanto de la estructura como de la función de la glándula y la tasa total de sudoración
depende a su vez del número de glándulas (densidad de glándulas sudoríparas activas) y de la
producción de cada una de esas glándulas. El hecho de que algunas personas suden más que otras
puede atribuirse principalmente a las diferencias en el tamaño de las glándulas sudoríparas (Sato y
Sato 1983). La aclimatación al calor es otro factor importante que determina la producción de
sudor. Con la edad, la disminución de la tasa de sudoración se debe no tanto a un menor número
de glándulas ecrinas activas como a una menor producción de sudor por glándula (Kenney y Fowler
1988), probablemente como resultado de la combinación de alteraciones estructurales y
funcionales que acompañan al proceso de envejecimiento.
Al igual que las señales vasomotoras, los impulsos nerviosos que reciben las glándulas sudoríparas
se originan en los centros supra y preópticos de hipotálamo anterior y descienden a lo largo del
tallo encefálico. Las glándulas están enervadas por fibras colinérgicas simpáticas, una rara
combinación en el organismo humano. Aunque la acetilcolina es el principal neurotransmisor, los
transmisores adrenérgicos (catecolaminas) también estimulan las glándulas ecrinas.
En muchos aspectos, el control de la sudoración es similar al control del flujo sanguíneo periférico.
Ambos tienen características similares de activación (umbral) y una relación lineal con el aumento
de Tc. La sudoración suele iniciarse antes en la espalda y el pecho, y las curvas de la relación entre
la tasa local de sudoración y Tc tienen una mayor pendiente en estos lugares. Al igual que el FSP,
la sudoración se ve modificada por factores no térmicos, como una hidratación insuficiente o la
hiperosmolalidad.
Conviene también recordar que existe un fenómeno llamado “hidromeiosis”, que ocurre en
ambientes muy húmedos o zonas de la piel cubiertas constantemente por prendas húmedas. En
esas zonas siempre húmedas se reduce el flujo de sudor, lo que sirve como mecanismo de
protección contra la deshidratación continua, puesto que el sudor que permanece en la piel en
lugar de evaporarse no sirve para fines termolíticos.
Con una tasa de sudoración adecuada, la pérdida de calor por evaporación depende en definitiva
del gradiente de la presión del vapor de agua entre la piel húmeda y el aire que la rodea. Así, una
elevada humedad ambiental y el uso de prendas gruesas o impermeables limitan la pérdida de
calor por evaporación, mientras que el aire seco, las corrientes de aire sobre el cuerpo y una
prendas de vestir finas y porosas facilitan la evaporación. Por otra parte, cuando se realiza un
trabajo intenso y se produce una sudoración abundante, la pérdida de calor por evaporación puede
también verse limitada por la capacidad del organismo para producir sudor (como máximo entre 1
y 2 l/h).
Regulación térmica en ambientes fríos
Una diferencia importante entre la respuesta del ser humano al frío y su respuesta al calor es que
la conducta desempeña una función mucho más importante en la primera. Por ejemplo, el uso e
prendas adecuadas y la adopción de posturas que reduzcan la superficie disponible para la pérdida
de calor (“encogerse”) son mucho más importantes en condiciones de frío que en condiciones e
calor. Una segunda diferencia es la importancia que obra la función de las hormonas durante el
estrés por frío, así omo la mayor secreción de catecolaminas (norepinefrina y pinefrina) y
hormonas tiroideas.
Vasoconstricción periférica
Una estrategia eficaz contra la pérdida de calor corporal por radiación y convección consiste en
aumentar el aislamiento efectivo proporcionado por la periferia. En el ser humano, esto se consigue
reduciendo el flujo sanguíneo periférico, es decir, por vasoconstricción periférica. La constricción de
los vasos cutáneos es más pronunciada en las extremidades que en el tronco.
Al igual que la vasodilatación activa, la vasoconstricción periférica está también controlada por el
sistema nervioso simpático y se ve afectada por Tc ,Tsk y las temperaturas locales.
El efecto del enfriamiento de la piel en la respuesta de la frecuencia cardíaca y la presión arterial
depende de la zona del cuerpo que se haya enfriado y de que el frío sea lo suficientemente intenso
como para causar dolor. Por ejemplo, cuando las manos se sumergen en agua fría, aumentan la
FC, la presión arterial sistólica (PAS) y la presión arterial diastólica (PAD).
Cuando el rostro se enfría, la PAS y la PAD aumentan como consecuencia de una respuesta
simpática generalizada; sin embargo, la FC se reduce debido a un reflejo parasimpático (LeBlanc
1975). Para aumentar todavía más la complejidad de la respuesta global al frío, existe una gran
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variabilidad de una persona a otra. Si el estrés por frío es lo suficientemente intenso como para
reducir la temperatura interna del organismo, la FC puede aumentar (por la activación simpática) o
disminuir (por el mayor volumen sanguíneo central).
Un caso especialmente interesante es el de la vasodilatación inducida por frío. Cuando las manos
se sumergen en agua fría, el FSP se reduce inicialmente para conservar el calor. A medida que
desciende la temperatura de los tejidos, el FSP aumenta paradójicamente, vuelve a reducirse y
repite esta pauta cíclica. Se ha sugerido que la vasodilatación inducida por frío sirve para prevenir
lesiones en los tejidos por congelación, aunque esta afirmación no ha podido demostrarse todavía.
Desde un punto de vista mecánico, la dilatación transitoria se produce probablemente cuando los
efectos directos del frío tienen la gravedad suficiente como para reducir la transmisión nerviosa,
anulando temporalmente la estimulación inducida por el frío de los receptores simpáticos situados
en los vasos sanguíneos (mediadores del efecto constrictor).
Escalofríos
A medida que el cuerpo se va enfriando, la segunda línea de defensa es el escalofrío, que consiste
en una contracción aleatoria involuntaria de las fibras musculares superficiales, sin reducir la
pérdida de calor pero aumentando su producción. Puesto que este tipo de contracciones no
producen ningún trabajo, se libera calor. Una persona en reposo puede multiplicar por tres o cuatro
su producción de calor metabólico con una tiritona intensa y aumentar así Tc en 0,5 ºC. Las
señales para iniciar los escalofríos se originan principalmente en la piel y, además de los centros
supra y preópticos de hipotálamo anterior, el hipotálamo posterior interviene también en cierta
medida.
Aunque son muchos los factores que contribuyen a la aparición de escalofríos (y a la adaptación al
frío en general), uno de los más importantes es la cantidad de grasa corporal. Un hombre con poca
grasa subcutánea (entre 2 y 3 mm de espesor) comienza a sentir escalofríos al cabo de 40 min a
15 ºC y de 20 min a 10 ºC, mientras que un hombre con mayor cantidad de grasa aislante (11
mm) posiblemente no experimente escalofríos a 15 ºC y sólo al cabo de 60 min a 10 ºC (LeBlanc
1975).

EFECTOS DEL ESTRES POR CALOR Y TRABAJO EN AMBIENTES CALUROSOS

Cuando una persona se ve expuesta al calor, se activan los mecanismos fisiológicos de termolisis
para mantener la temperatura normal del organismo. Los flujos de calor entre el organismo y el
medio ambiente dependen de la diferencia de temperatura entre:
1. el aire circundante y objetos como paredes, ventanas, el cielo, etc.,
2. la temperatura superficial de la persona
La temperatura superficial de la persona está regulada por mecanismos fisiológicos, como
variaciones en el flujo sanguíneo periférico y la evaporación del sudor secretado por las glándulas
sudoríparas. Además, la persona puede cambiarse de ropa para influir en el intercambio de calor
con el medio ambiente. Cuanto más calurosas sean las condiciones ambientales, menor será la
diferencia entre la temperatura ambiente y la temperatura superficial de la piel o de la ropa. Con
ello, el “intercambio de calor seco” por convección y radiación se reduce en ambientes cálidos
comparado con los ambientes fríos. Cuando la temperatura ambiente es superior a la temperatura
corporal periférica, el cuerpo absorbe calor de su entorno. En este caso, el calor absorbido, sumado
al calor liberado por los procesos metabólicos, debe perderse mediante evaporación del sudor para
mantener la temperatura corporal. Así, la evaporación del sudor adquiere una importancia cada vez
mayor al aumentar la temperatura ambiente. Por este motivo la velocidad del aire y la humedad
ambiental (presión parcial del vapor de agua) son factores ambientales críticos en ambientes
calurosos. Cuando la humedad es alta, el cuerpo sigue produciendo sudor, pero la evaporación se
reduce. El sudor que no puede evaporarse no tiene efecto de enfriamiento: resbala por el cuerpo y
se desperdicia desde el punto de vista de la regulación térmica.
El cuerpo humano contiene aproximadamente un 60 % de agua, lo que supone entre 35 y 40 l en
una persona adulta. Casi la tercera parte del agua corporal corresponde al líquido extracelular, que
se distribuye entre las células y el sistema vascular (plasma sanguíneo). Los restantes dos tercios
del agua corporal corresponden al líquido intracelular, que se encuentra en el interior de las
células. La composición y el volumen de los compartimientos de agua corporal están sometidos a
un estrecho control en el que intervienen mecanismos hormonales y neurológicos.
El sudor es secretado por los millones de glándulas sudoríparas que se encuentran en la superficie
de la piel cuando se activa el centro de la regulación térmica por un aumento de la temperatura
corporal. El sudor contiene sal (NaCl, cloruro sódico), aunque en menor medida que el líquido
extracelular.
Por consiguiente, con el sudor se pierden agua y sal, que deben reponerse.
Efectos de la sudoración
En ambientes térmicamente neutros y confortables se pierden pequeñas cantidades de agua por
difusión a través de la piel. Con todo, cuando se realiza un trabajo intenso en condiciones de calor,
las glándulas sudoríparas activas pueden excretar grandes cantidades de sudor, hasta más de 2 l/h
durante varias horas.
Incluso una pérdida de sudor de tan sólo el 1 % del peso corporal (entre 600 y 700 ml) afecta
considerablemente al rendimiento laboral, lo que se manifiesta en un aumento de la frecuencia
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cardíaca (FC) (la FC aumenta unos cinco latidos por minuto por cada 1 % de pérdida de agua
corporal) y de la temperatura interna del organismo. Si el trabajo es continuado, se produce un
aumento gradual de la temperatura corporal, que puede alcanzar un valor cercano a 40 ºC, una
temperatura a la que probablemente se producirán trastornos por calor, debido en parte a la
pérdida de líquido del sistema vascular. La pérdida de agua del plasma sanguíneo reduce la
cantidad de sangre que llena las venas centrales y el corazón, de manera que, con cada latido, el
corazón tiene que bombear un volumen sistólico más pequeño. Como consecuencia, el gasto
cardíaco (la cantidad total de sangre que es expelida del corazón por minuto) tiende a reducirse y
la frecuencia cardíaca tiene que aumentar para mantener la circulación y la presión arterial.
Un sistema de control fisiológico, llamado el sistema de reflejos de los barorreceptores, mantiene
unos niveles normales del gasto cardíaco y la presión arterial en todas las condiciones. En estos
reflejos participan receptores, sensores presentes en el corazón y el sistema arterial (aorta y
arterias carótidas) que vigilan el grado de distensión del corazón y los vasos por la sangre que los
llena.
Los impulsos de estos sensores viajan a través de los nervios hasta el sistema nervioso central y
desencadenan una serie de ajustes que, en caso de deshidratación, producen una constricción de
los vasos sanguíneos y una reducción del flujo sanguíneo a las vísceras (hígado, intestino,
riñones)y a la piel. De esa forma, el flujo sanguíneo disponible se redistribuye para favorecer la
circulación hacia los músculos que están trabajando y el cerebro (Rowell 1986).
Una deshidratación severa puede producir agotamiento por calor y colapso circulatorio; en estas
circunstancias, la persona es incapaz de mantener la presión arterial y la consecuencia es que
pierde el conocimiento. Los síntomas del agotamiento por calor son cansancio generalizado,
habitualmente con cefalea, atontamiento y náuseas. La principal causa del agotamiento por calor
es el estrés circulatorio provocado por la pérdida hídrica del sistema vascular. La reducción del
volumen sanguíneo activa una serie de reflejos que reducen la circulación a los intestinos y la piel.
La disminución del flujo sanguíneo periférico agrava la situación, puesto que se reduce la pérdida
de calor en la superficie y aumenta todavía más la temperatura interna. El individuo puede
desvanecerse por una caída de la presión arterial y la consiguiente disminución del riego cerebral.
Cuando la persona se tumba, aumenta el aporte sanguíneo al corazón y al cerebro y, una vez que
se enfría y bebe algo de agua, se recupera de forma casi inmediata.
Si los procesos que causan el agotamiento por calor se “descontrolan”, la persona puede sufrir un
golpe de calor.
La reducción gradual de la circulación periférica hace que la temperatura aumente cada vez más y
esto produce una reducción o incluso un bloqueo total de la sudoración y un aumento más rápido
de la temperatura interna, que causa colapso circulatorio y puede provocar la muerte o lesiones
cerebrales irreversibles. En los pacientes que han sufrido un golpe de calor se observan cambios en
la sangre (como elevada osmolalidad, bajo pH, hipoxia, adherencia celular de los hematíes,
coagulación intravascular) y daños en el sistema nervioso.
El reducido aporte sanguíneo al intestino puede causar daños en los tejidos y la liberación de
sustancias (endotoxinas) que provocan fiebre (Hales y Richards 1987). El golpe de calor es una
urgencia médica aguda de posibles consecuencias fatales que se describe con más detalle en la
sección sobre “trastornos producidos por el calor”.
Además de la pérdida hídrica, la sudoración produce una pérdida de electrolitos, principalmente
sodio (Na + ) y cloro (Cl – ), aunque en menor medida también magnesio (Mg ++ ), potasio (K + )
y otros. El sudor contiene menos sal que los compartimientos de líquidos corporales, cuya
concentración de sal aumenta con la excreción de sudor. Así se produce un efecto específico en la
circulación, al afectar a la musculatura vascular lisa que controla el grado de dilatación de los
vasos. Ahora bien, algunos investigadores han demostrado que interfiere con la capacidad de
sudoración, de tal manera que se requiere una mayor temperatura corporal para estimular las
glándulas sudoríparas: se reduce la sensibilidad de éstas (Nielsen 1984). Si el sudor excretado se
repone simplemente con agua, puede ocurrir que el contenido de cloruro sódico en elorganismo sea
menor que en estado normal (hipoosmótico).
El resultado es la aparición de calambres por una alteración del funcionamiento de los nervios y los
músculos, un trastorno que antes se conocía como “calambres del minero” o “calambres del
fogonero” y que puede prevenirse añadiendo sal a la dieta (en los años veinte en el Reino Unido se
recomendaba beber cerveza como medida preventiva).
Tanto la menor circulación periférica como la actividad de las glándulas sudoríparas afectan a la
regulación térmica y la pérdida de calor de tal manera que la temperatura interna del organismo
aumenta más que en un estado de plena hidratación.
En muchas profesiones diferentes, los trabajadores están expuestos a estrés por calor externo; por
ejemplo, trabajadores de las plantas siderúrgicas, industrias del vidrio, papeleras, panaderías,
industrias mineras. También los deshollinadores y los
bomberos están expuestos a calor externo. Las personas que trabajan en espacios confinados
como vehículos, buques y aviones pueden sufrir asimismo los efectos del calor. Los trabajadores
que utilizan prendas protectoras o que realizan trabajos
pesados con prendas impermeables pueden ser víctimas de agotamiento por calor incluso con unas
temperaturas ambientales moderadas o frescas. Los efectos nocivos del estrés por calor se

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manifiestan cuando aumenta la temperatura interna del organismo y se produce una intensa
sudoración.
Rehidratación
Los efectos de la deshidratación por la pérdida de sudor pueden remediarse bebiendo la cantidad
suficiente de líquidos para reponer el sudor. La rehidratación suele tener lugar durante la
recuperación después del trabajo y el ejercicio. Con todo, cuando se realizan trabajos prolongados
en ambientes calurosos, el rendimiento laboral mejora si el trabajador ingiere líquidos al mismo
tiempo que realiza la actividad. El consejo habitual es, por tanto, beber cuando se tenga sed.
No obstante, existen algunos problemas importantes. Uno de ellos es que la sensación de sed no es
lo suficientemente intensa para compensar la pérdida hídrica que se produce al mismo tiempo; en
segundo lugar, el tiempo necesario para reponer un gran déficit hídrico es muy largo, más de 12
horas.
Por último, existe un límite en la velocidad a la que el agua puede pasar del estómago (donde se
almacena) al intestino, donde tiene lugar la absorción. La velocidad es menor que las tasas de
sudoración observadas cuando se realizan esfuerzos en condiciones de calor.
Se han efectuado numerosos estudios sobre distintas bebidas para reponer el agua, los electrolitos
y los depósitos de hidratos de carbono que pierden los atletas cuando realizan esfuerzos
prolongados. Los principales hallazgos han sido los siguientes:
o La cantidad de líquido que puede utilizarse (es decir, que puede transportarse del
estómago al intestino) está limitada por la “velocidad de vaciado gástrico”, cuyo máximo es
de unos 1.000 ml/h.
o Si el líquido es “hiperosmótico” (contiene iones/moléculas en mayor concentración que la
sangre), esta velocidad se reduce. Por el contrario, los “líquidos isoosmóticos” (que
contienen agua e iones/moléculas en la misma concentración y osmolalidad que la sangre)
pasan a la misma velocidad que el agua pura.
o La adición de pequeñas cantidades de sal y azúcar aumenta la velocidad de absorción de
agua en el intestino (Maughan 1991).
Teniendo lo anterior en cuenta, se pueden preparar “líquido de rehidratación” o elegir alguno de los
muchos productos que se venden en el mercado. Normalmente el equilibrio hídrico y electrolítico se
restablece al beber durante las comidas. Los trabaja-dores o atletas que pierden grandes
cantidades de sudor tienen que esforzarse en beber más de lo que les apetece. El sudor contiene
entre 1 y 3 g de NaCl por litro, por lo que la pérdida de más de unos 5 l al día puede causar una
depleción salina a no ser que se añadan suplementos a la dieta.
A los trabajadores y atletas se les recomienda también que controlen su equilibrio hídrico
pesándose con frecuencia — por ejemplo, por las mañanas (a la misma hora y en las mismas
condiciones) — y que intenten mantener un peso constante.
En cualquier casos, una variación del peso corporal no refleja necesariamente un cierto grado de
deshidratación. El agua forma enlaces químicos con el glucógeno, un hidrato de carbono
almacenado en los músculos, y se libera cuando el glucógeno se utiliza durante el ejercicio.
Dependiendo del contenido de glucógeno en el organismo, pueden producirse cambios de peso de
hasta 1 kg. El peso corporal medido todas las mañanas refleja también los cambios producidos por
las “variaciones biológicas” en el contenido de agua: por ejemplo, en relación con el ciclo
menstrual, la mujer puede retener hasta 1 o 2 kg de agua durante la fase premenstrual (“tensión
premenstrual”).
Control hídrico y electrolítico
El volumen de los compartimientos de agua corporal (es decir, los volúmenes de líquidos
extracelular e intracelular) y sus concentraciones de electrolitos se mantienen muy constantes
gracias a un equilibrio regulado entre la absorción y la pérdida de líquidos y sustancias.
El agua se obtiene con la ingestión de alimentos y líquidos. Los procesos metabólicos, como la
combustión de las grasas y los hidratos de carbono contenidos en los alimentos, liberan también
una cierta cantidad de agua. La pérdida de agua se produce en los pulmones durante la
respiración, cuando el aire inspirado absorbe el agua presente en las superficies húmedas de las
vías respiratorias antes de ser exhalado. En ambientes térmicamente neutros y en reposo, se
difundan pequeñas cantidades de agua a través de la piel. Ahora bien, con la sudoración la pérdida
de agua puede llegar a más de 1 o 2 litros por hora durante varias horas. El contenido hídrico del
organismo está controlado.
El aumento de la pérdida de agua a través de la sudoración se compensa con la bebida y una
menor excreción de orina, mientras que el exceso de agua se pierde mediante una mayor
producción de orina.
Tal control de la absorción y la excreción de agua se ejerce a través del sistema nervioso autónomo
y las hormonas. La sensación de sed aumenta la ingestión de agua y la excreción renal de agua
está regulada. También el volumen y la composición de electrolitos de la orina están sujetos a
control. Los sensores que participan en este mecanismo de control se encuentran en el corazón y
se activan con la “saturación” del sistema vascular. Cuando el llenado del corazón se reduce (por
ejemplo, tras la pérdida de sudor), los receptores envían un mensaje a los centros del cerebro
responsables de la sed y a las áreas que inducen la liberación de hormona antidiurética (HAD) en la
pituitaria posterior que actúa reduciendo el volumen de orina.

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Existen también mecanismos fisiológicos que controlan la composición electrolítica de los líquidos
corporales a través de procesos que tienen lugar en los riñones. Los alimentos contienen
nutrientes, minerales, vitaminas y electrolitos. En el presente contexto, lo más importante es la
ingesta de cloruro sódico con la dieta, que varía según los hábitos alimenticios entre 10 y 20-30 g
al día. Es una cantidad normalmente mucho mayor de la necesaria, de manera que el exceso se
excreta a través de los riñones, un proceso controlado por múltiples mecanismos hormonales
(angiotensina, aldosterona, ANF, etc.), a su vez controlados por los estímulos procedentes de los
osmorreceptores del cerebro y los riñones en respuesta sobre todo a la osmolalidad del Na + y el
Cl – en la sangre y en el líquido renal, respectivamente.
Diferencias individuales y étnicas
No es sorprendente que se observen diferencias en la reacción al calor de hombres y mujeres, así
como de personas jóvenes y mayores, ya que difieren en ciertas características que pueden influir
en la transferencia del calor, como la superficie, la relación entre peso y altura, el grosor de las
capas aislantes de grasa cutánea y la capacidad física de producir trabajo y calor (capacidad
aeróbica _ tasa máxima de consumo de oxigeno). Los datos disponibles sugieren que la tolerancia
al calor se reduce en las personas de edad avanzada, quienes tardan más en sudar que las
personas jóvenes y reaccionan con un mayor flujo sanguíneo periférico durante la exposición al
calor.
Al comparar los sexos se ha observado que la mujer tolera mejor la humedad que el hombre. En
ambientes húmedos, la evaporación del sudor se reduce, de manera que la proporción
superficie/masa ligeramente mayor en la mujer podría actuar en su favor. Con todo, la capacidad
aeróbica es un importante factor que debe considerarse al comparar la respuesta de distintas
personas expuestas al calor. En condiciones de laboratorio, las respuestas fisiológicas al calor son
similares cuando se estudian grupos de personas con la misma capacidad física para el trabajo
(“absorción máxima de oxígeno”: VO2max ): por ejemplo, hombres jóvenes y de edad avanzada, u
hombres frente a mujeres (Pandolf y cols. 1988). En este caso, un cierto tipo de trabajo (pedaleo
en una bicicleta con ergómetro) produce la misma carga en el sistema circulatorio (es decir, la
misma frecuencia cardíaca y el mismo aumento de la temperatura interna) con independencia de la
edad y el sexo.
Las mismas consideraciones son válidas para las comparaciones entre diferentes grupos étnicos.
Cuando se tienen en cuenta las diferencias en dimensiones corporales y capacidad aeróbica, no se
observan diferencias significativas que puedan atribuirse a la raza. Con todo, en la vida cotidiana
en general, las personas de edad avanzada tienen, como promedio, un menor VO2max que las
jóvenes, y las mujeres, un menor VO2max que los hombres en su mismo grupo de edad.
Por consiguiente, cuando se realiza una tarea específica con una cierta intensidad de trabajo
absoluta (medida, por ejemplo, en vatios), la persona con menor capacidad aeróbica registrará un
mayor aumento de la frecuencia cardíaca y la temperatura corporal y su capacidad de soportar un
estrés adicional por calor externo será menor que las personas con un mayor VO2max.
Para fines de salud y seguridad en el trabajo, se han desarrollado una serie de índices del estrés
por calor, que tienen en cuenta la gran variación individual en la respuesta al calor y al trabajo, así
como los ambientes calurosos específicos para los que se construye el índice.
Las personas expuestas repetidamente al calor lo tolerarán mejor al cabo de tan solo unos días. Se
aclimatan. La tasa de sudoración aumenta y el mayor enfriamiento de la piel reduce la temperatura
interna y la frecuencia cardiaca durante el trabajo en las mismas condiciones.
Por consiguiente, la aclimatación artificial de los trabajadores cuando se prevé su exposición a
elevadas temperaturas (brigadas contra incendios, personal de rescate, personal militar) tendrá
probablemente un efecto beneficioso para reducir el estrés.
En resumen, cuanto más calor produce una persona, más calor tiene que disiparse. En un ambiente
caluroso, la evaporación del sudor es el factor limitante de la termolisis. Las diferencias individuales
en la capacidad de sudoración son considerables. Mientras que algunas personas no poseen
glándulas sudoríparas, en la mayoría de los casos el entrenamiento físico y la exposición repetida al
calor produce un aumento de la cantidad de sudor excretado durante una prueba normalizada de
estrés por calor. El estrés por calor produce un aumento de la frecuencia cardíaca y la temperatura
interna del organismo.
La frecuencia cardíaca máxima y/o una temperatura interna de unos 40 ºC establecen el límite
fisiológico absoluto de la capacidad física para el trabajo en un ambiente caluroso (Nielsen 1994).

TRASTORNOS PRODUCIDOS POR EL CALOR


TRASTORNOS PRODUCIDOS POR EL CALOR

Una elevada temperatura ambiente, una elevada humedad, un esfuerzo extenuante o una
disipación insuficiente del calor pueden causar una serie de trastornos provocados por el calor,
entre ellos trastornos sistémicos como síncope, edema, calambres, agotamiento y golpe de calor,
así como trastornos locales como
afecciones cutáneas.
Trastornos sistémicos
Los calambres por calor, el agotamiento por calor y el golpe de calor tienen importancia clínica. Los
mecanismos responsables de estos trastornos sistémicos son una insuficiencia circulatoria, un
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desequilibrio hídrico y electrolítico y/o hipertermia (elevada temperatura corporal). El más grave de
todos ellos es el golpe de calor, que puede provocar la muerte si no se trata rápida y
correctamente.
Sin considerar la población infantil, existen dos poblaciones que presentan un mayor riesgo de
sufrir trastornos por calor. La primera y más grande de ellas es la constituida por las personas de
edad avanzada, especialmente cuando carecen de recursos económicos y sufren enfermedades
crónicas como diabetes mellitus, obesidad, malnutrición, insuficiencia cardíaca congestiva,
alcoholismo crónico y demencia, o necesitan medicamentos que interfieren con la regulación
térmica. La segunda población con riesgo de sufrir trastornos por calor está formada por personas
sanas que intentan realizar esfuerzos físicos prolongados o se exponen a un estrés excesivo por
calor. Los factores que predisponen a las personas jóvenes a sufrir trastornos por calor, además de
una disfunción congénita o adquirida de las glándulas sudoríparas, son una mala forma física, la
falta de aclimatación, una baja eficiencia laboral y una menor relación entre superficie cutánea y
masa corporal.
Síncope por calor
El síncope es una pérdida de conocimiento temporal como resultado de la reducción del riego
cerebral que suele ir precedido por palidez, visión borrosa, mareo y náuseas. Puede ocurrir en
personas expuestas a estrés por calor. El término colapso por calor se ha utilizado como sinónimo
de síncope por calor. Los síntomas se atribuyen a vasodilatación cutánea, acumulación de sangre
por la postura corporal con el resultado de un menor retorno venoso al corazón y un gasto cardíaco
también reducido. La deshidratación leve que se produce en la mayoría de las personas expuestas
al calor aumenta la probabilidad de sufrir un síncope por calor.
Las personas con enfermedades cardiovasculares o que no están aclimatadas tienen más riesgo de
sufrir un colapso por calor. Las víctimas suelen recuperar el conocimiento rápidamente una vez que
se tumban en posición supina.
Edema por calor
En personas no aclimatadas expuestas a un ambiente caluroso puede aparecer edema leve
dependiente, es decir, la hinchazón de manos y pies. Suele afectar a las mujeres y desaparece con
la aclimatación.
Remite al cabo de unas horas cuando el paciente se tumba en un lugar fresco.
Calambres por calor
Los calambres por calor pueden aparecer tras una intensa sudoración como consecuencia de un
trabajo físico prolongado.
Aparecen espasmos dolorosos en las extremidades y en los músculos abdominales sometidos a un
trabajo intenso y a la fatiga, aunque la temperatura corporal apenas aumenta. Esos calambres
están causados por la depleción salina que se produce cuando la pérdida hídrica resultante de una
sudoración profusa y prolongada se repone con agua no suplementada con sal y cuando los niveles
circulantes de sodio descienden por debajo de un nivel crítico. Los calambres por calor son, en sí
mismos, relativamente inocuos. Suelen afectar a personas en buena forma física que son capaces
de realizar un esfuerzo físico prolongado y antiguamente se conocían como “calambres del minero”
o “calambres del cortador de cañas” porque afectaban con frecuencia a estos trabajadores.
El tratamiento de los calambres por calor consiste en interrumpir la actividad, descansar en un
lugar fresco y reponer los líquidos y electrolitos perdidos. La exposición al calor debe evitarse
durante al menos 24 o 48 horas.
Agotamiento por calor
El agotamiento por calor es el trastorno más común provocado por el calor que se observa en la
práctica clínica. Se produce como resultado de una deshidratación severa tras perderse una gran
cantidad de sudor. Es típico en personas jóvenes por lo demás sanas que realizan un esfuerzo físico
prolongado (agotamiento por calor inducido por el esfuerzo), como corredores de maratón,
personas que practican deportes al aire libre, reclutas militares y trabajadores de la construcción.
La principal característica de este trastorno es una deficiencia circulatoria causada por depleción
hídrica y/o salina. Puede considerarse como un estadio incipiente del golpe de calor que, si no
recibe tratamiento, puede progresar a éste último. Tradicionalmente se han distinguido dos tipos
de agotamiento por calor: el provocado por depleción hídrica y el provocado por depleción salina,
aunque con frecuencia se da una mezcla de ambos tipos.
El agotamiento por calor producido por depleción hídrica aparece como resultado de una intensa y
prolongada sudoración y una ingesta insuficiente de agua. Puesto que el sudor contiene iones de
sodio en una concentración que oscila entre 30 y 100 miliequivalentes por litro, menor que su
concentración plasmática, la sudoración profusa causa déficit hídrico (reducción del contenido de
agua corporal) e hipernatremia (aumento de la concentración plasmática de sodio). El agotamiento
por calor se caracteriza por sed, debilidad, fatiga, atontamiento, ansiedad, oliguria (reducción de la
excreción de orina), taquicardia (pulso
acelerado) e hipertermia moderada (39 ºC o superior). La deshidratación produce también una
reducción de la sudoración, un aumento de la temperatura cutánea y un aumento de las
concentraciones plasmáticas de proteínas y sodio y del hematocrito (proporción entre el volumen
de hematíes y el volumen de sangre).
El tratamiento consiste en trasladar a la víctima a un lugar fresco, permitir que descanse tumbada
con las rodillas levantas, humedecer su cuerpo con una toalla o esponja fría y reponer los líquidos
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perdidos por vía oral o, si la ingestión oral es imposible, por infusión intravenosa. La cantidad de
agua y sal repuesta debe vigilarse estrechamente, así como la temperatura y el peso corporales.
La ingestión de agua no debe regularse según la sed que tenga la víctima, especialmente cuando
los líquidos perdidos se reponen con agua del grifo, porque la dilución de la sangre apaga
inmediatamente la sensación de sed, retrasando así la recuperación del equilibrio hídrico del
organismo. El fenómeno de ingestión insuficiente de agua se llama deshidratación voluntaria.
Además, el suministro de agua sin suplemento de sales puede complicar los trastornos por calor,
según se describe más adelante. La deshidratación de más del 3 %del peso corporal debe siempre
tratarse con reposición de agua y electrolitos.
El agotamiento por calor como consecuencia de depleción salina se produce tras una intensa y
prolongada sudoración y una reposición insuficiente de agua y sales. Su aparición se ve favorecida
por una aclimatación incompleta, vómitos, diarrea, etc. Es un tipo de agotamiento por calor que
suele aparecer unos días después de la depleción hídrica. Es más común en personas sedentarias
de edad avanzada expuestas al calor que han bebido una gran cantidad de agua para calmar su
sed. Los síntomas más frecuentes son cefalea, atontamiento, debilidad, fatiga, náuseas, vómitos,
diarrea, anorexia, espasmos musculares y confusión mental. En los análisis de sangre se observa
un menor volumen plasmático, un aumento del hematocrito y de los niveles plasmáticos de
proteínas e hipercalcemia (exceso de calcio en sangre).
En estos casos, la detección precoz y un tratamiento rápido son fundamentales, consistiendo este
último en trasladar al paciente a un lugar fresco, permitir que descanse tumbado y reponer el agua
y los electrolitos. Deben vigilarse la osmolaridad o la densidad específica de la orina, así como las
concentraciones plasmáticas de urea, sodio y cloro, la temperatura corporal y la
ingesta de agua y sales. Si la víctima recibe un tratamiento adecuado, normalmente se empieza a
sentir mejor al cabo de unas horas y se recupera sin secuelas. De lo contrario, puede evolucionar
en poco tiempo a un golpe de calor.
Golpe de calor
El golpe de calor es una urgencia médica grave que puede provocar la muerte. Es un cuadro clínico
complejo caracterizado por una hipertemia incontrolada que causa lesiones en los tejidos.
Semejante elevación de la temperatura corporal se produce inicialmente por una intensa
congestión por calor debida a una carga térmica excesiva. La hipertermia resultante provoca una
disfunción del sistema nervioso central y, entre otras cosas, un fallo en el mecanismo normal de
regulación térmica, acelerando así el aumento de la temperatura corporal. Existen dos tipos
principales de golpe de calor: golpe de calor clásico y golpe de calor inducido por el esfuerzo. El
primero suele afectar a personas muy jóvenes, personas de edad avanzada, personas obesas o
personas
con escasa preparación física cuando realizan actividades normales con exposición prolongada a
elevadas temperaturas, mientras que el segundo se produce en adultos jóvenes cuando realizan
esfuerzos físicos. Además, existe una modalidad mixta de golpe de calor que combina los rasgos de
las dos formas anteriores.
Las personas de edad avanzada, sobre todo las que padecen un trastorno crónico, como
enfermedad cardiovascular, diabetes mellitus o alcoholismo, o las que tienen que recibir ciertos
medicamentos, especialmente fármacos psicotrópicos, presentan un elevado riesgo de sufrir un
golpe de calor clásico. Por ejemplo, durante olas prolongadas de calor se ha observado que la tasa
de mortalidad de la población mayor de 60 años es diez veces mayor que la de la población con 60
o menos años. También se ha observado un aumento similar de la mortalidad de la población
musulmana mayor de 60 años durante el peregrinaje a la Meca, predominando en este caso el tipo
mixto de golpe de calor.
Los factores que predisponen a las personas de edad avanzada a un golpe de calor, excluidas las
enfermedades crónicas mencionadas antes, son: percepción térmica reducida, inhibición de las
respuestas vasomotoras y sudomotoras (reflejo de sudoración) a cambios en la carga térmica y
menor capacidad de aclimatación al calor.
Las personas que trabajan o realizan esfuerzos físicos intensos en ambientes calurosos y húmedos
corren un alto riesgo de sufrir un trastorno por calor inducido por el esfuerzo, ya sea agotamiento
por calor o golpe de calor. Los atletas que se someten a un intenso esfuerzo físico pueden
desarrollar hipertermia si producen calor metabólico a una gran velocidad, incluso aunque el
ambiente no sea muy caluroso y, como resultado, desarrollan con frecuencia una patología
asociada al estrés por calor. Las personas con peor preparación física corren menos riesgo en este
sentido, ya que con más conscientes de su propia capacidad y no realizan esfuerzos tan grandes.
Claro está que las personas que practican deportes por diversión y que se sienten altamente
motivadas y eufóricas, intentan con frecuencia esforzarse más allá de su capacidad física y pueden
sucumbir a un trastorno por calor (normalmente agotamiento por calor). Una mala aclimatación,
una hidratación inadecuada, un atuendo poco apropiado, el consumo de alcohol y las enfermedades
cutáneas que causan anhidrosis (reducción o ausencia de sudoración), principalmente sarpullidos
(véase más adelante), agravan los síntomas.
Los niños son más propensos a sufrir agotamiento por calor o golpe de calor que los adultos.
Producen más calor metabólico por unidad de masa y su capacidad de disipación del calor es
menor por su capacidad relativamente pequeña de producir
sudor.
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Características clínicas del golpe de calor
El golpe de calor se define por tres criterios:
1. hipertermia severa con una temperatura interna (corporal profunda) normalmente superior a 42
ºC;
2. alteraciones del sistema nervioso central,
3. piel caliente y seca con cese de la sudoración.
El diagnóstico de golpe de calor se establece fácilmente cuando se cumplen estos tres criterios.
Desde luego, puede pasarse por alto cuando uno de esos criterios no se cumple, no está claro o se
ignora. Por ejemplo, a no ser que la temperatura interna se mida correctamente y sin demora, es
posible que no se detecte una hipertermia profunda; o en los estadios iniciales de un golpe de calor
inducido por el esfuerzo puede persistir la sudoración o incluso ésta ser profusa, manteniendo la
piel húmeda.
El golpe de calor suele aparecer de manera brusca y sin síntomas precursores, aunque algunos
pacientes con riesgo inminente de golpe de calor pueden presentar síntomas de alteraciones del
sistema nervioso central, como cefalea, náuseas, atontamiento, debilidad, somnolencia, confusión,
ansiedad, desorientación, apatía, conducta irracional, temblores, espasmos y convulsiones. Una vez
que se produce el golpe de calor, las alteraciones del sistema nervioso central están presentes en
todos los casos. El nivel de consciencia suele estar deprimido, siendo frecuente el coma profundo.
Los temblores aparecen en la mayoría de los casos, especialmente en personas con buena
preparación física. Los signos de disfunción del cerebelo son evidentes y pueden persistir como
secuela. Las pupilas dilatadas constituyen otra observación frecuente en estos pacientes. En las
personas que sobreviven a un golpe de calor pueden quedar secuelas como ataxia cerebelosa
(ausencia de coordinación muscular), hemiplejía (parálisis en un lado del cuerpo), afasia e
inestabilidad emocional.
También son frecuentes los vómitos y la diarrea. La taquipnea (respiración acelerada) suele
presentarse en los primeros estadios y el pulso puede ser débil y rápido. La hipotensión, una de las
complicaciones más comunes, se produce como resultado de una marcada deshidratación, una
vasodilatación periférica intensa y la depresión transitoria del músculo cardíaco. En algunos casos
se observa insuficiencia renal aguda, especialmente cuando el golpe de calor está provocado por un
esfuerzo.
En los casos graves se producen hemorragias en todos los órganos parenquimáticos, en la piel
(petequia) y en el tracto gastrointestinal. Las manifestaciones hemorrágicas clínicas son
melanorragia (heces de color oscuro), hematemesis (vómitos con sangre), hematuria (sangre en la
orina), hemoptisis (sangre en los esputos), epistaxis (hemorragia nasal), púrpura (manchas
moradas), equimosis (marcas negras y azules) y hemorragia conjuntival. Con frecuencia se
produce coagulación intravascular.
La diatesis hemorrágica (tendencia a sangrar) suele asociarse a coagulación intravascular
diseminada (CID).
La CID ocurre principalmente en las personas que sufren un golpe de calor inducido por el esfuerzo
y en las que aumenta la actividad fibrinolítica (disolvente de coágulos) del plasma.
Por otra parte, la hipertermia de todo el organismo reduce el recuento de plaquetas, prolonga el
tiempo de protrombina, disminuye los factores de la coagulación y eleva la concentración de los
productos de degradación de la fibrina (PDF).
Los pacientes con signos de CID y hemorragia presentan una mayor temperatura interna, una
menor presión arterial, un menor pH, una menor pO2, en la sangre arterial y una mayor incidencia
de oliguria, anuria y shock, así como una mayor tasa de mortalidad.
El shock es también una complicación frecuente. Se atribuye a una insuficiencia circulatoria
periférica que se agrava con la CID, causando la diseminación de coágulos en el sistema
microcirculatorio.
Tratamiento del golpe de calor
El golpe de calor es una urgencia médica que requiere un rápido diagnóstico y un tratamiento
agresivo para salvar la vida del paciente. La medición correcta de la temperatura interna del
organismo es fundamental: la temperatura rectal o esofágica debe medirse utilizando un
termómetro que pueda leer hasta 45 ºC.
La temperatura no debe nunca medirse en la boca o la axila, ya que puede variar
significativamente con respecto a la temperatura interna real.
El objetivo del tratamiento es reducir la temperatura corporal disminuyendo la exposición al calor y
facilitando la disipación de calor desde la piel. El tratamiento consiste en trasladar al paciente a un
lugar seguro, fresco, a la sombra y bien ventilado, despojarle de las prendas innecesarias y
airearle. El enfriamiento del rostro y la cabeza puede ayudar a reducir la temperatura del cerebro.
Se ha puesto en duda la eficiencia de algunas técnicas de enfriamiento. Se aduce que la aplicación
de compresas frías en los principales vasos sanguíneos del cuello, las ingles y las axilas, la
inmersión del cuerpo en agua fría o la utilización de sábanas frías para envolver al paciente pueden
desencadenar tiritonas y vasoconstricción periférica, impidiendo así un enfriamiento eficiente. El
tratamiento de elección recomendado tradicionalmente cuando el paciente llegaba al centro médico
era su inmersión en un baño de agua fría, seguido por un masaje vigoroso de la piel para reducir al
mínimo la vasoconstricción periférica.

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Es un método de enfriamiento que presenta varias desventajas: plantea dificultades al personal de
enfermería por la necesidad de administrar al paciente oxígeno y líquidos y controlar
continuamente la presión arterial y el electrocardiograma, así como problemas higiénicos del baño
por los vómitos y diarreas que sufren los pacientes comatosos. Un método alternativo consiste en
pulverizar un líquido frío sobre el cuerpo del paciente al mismo tiempo que se aplica una corriente
de aire para promover la evaporación del líquido en la piel. Es un método de enfriamiento que
puede reducir la temperatura corporal entre 0,03
y 0,06 ºC/min.
En cuanto el paciente llega al centro médico, deben adoptarse medidas para prevenir las
convulsiones, temblores y tiritonas.
La monitorización cardíaca continua, la determinación de las concentraciones plasmáticas de
electrolitos y los análisis de gases sanguíneos venosos son esenciales. Debe iniciarse sin demora la
infusión intravenosa de soluciones electrolíticas a una temperatura relativamente baja de unos 10
ºC, junto con oxigenoterapia controlada. La entubación de la tráquea para proteger las vías aéreas,
la inserción de un catéter cardíaco para estimar la presión venosa central, la colocación de un tubo
gástrico y la inserción de un catéter urinario son otras de las medidas recomendadas.
Prevención del golpe de calor
Para prevenir un golpe de calor, deben tenerse en cuenta numerosos factores humanos, como la
aclimatación, la edad, la anatomía, el estado de salud en general, la ingesta de agua y sales, la
vestimenta, las peculiaridades de los cultos religiosos y la ignorancia o la propensión a ignorar las
normas que tienen como finalidad promover la salud pública.
Antes de realizar un esfuerzo físico en un ambiente caluroso, los trabajadores, los atletas o los
peregrinos deben ser informados de la carga de trabajo y el nivel de estrés por calor que tendrán
que soportar, así como los riesgos de un golpe de calor. Antes de arriesgarse a realizar una
actividad física intensa y/o a exponerse a altas temperaturas, se recomienda un período de
aclimatación.
El nivel de actividad debe corresponderse con la temperatura ambiente y el esfuerzo físico debe
evitarse o al menos reducirse al mínimo durante las horas más calurosas del día. Cuando se realiza
un esfuerzo físico, es esencial tener libre acceso a agua.
Puesto que con el sudor se pierden electrolitos y la posibilidad de ingesta voluntaria de agua puede
estar limitada, retrasando así la reposición de líquidos para evitar la deshidratación térmica, tras
una intensa sudoración deben también reponerse los electrolitos.
La utilización de un ropa adecuada es otra medida importante.
Las prendas fabricadas con tejidos que absorben el agua y son permeables al aire y al vapor de
agua facilitan la disipación del calor.
Alteraciones cutáneas
La erupción por calor o miliaria es la alteración cutánea más común asociada a la exposición al
calor. Se produce cuando la obstrucción de los conductos sudoríparos impide que el sudor alcance
la superficie cutánea y se evapore. El síndrome de retención del sudor aparece cuando la anhidrosis
(imposibilidad de liberar sudor) afecta a toda la superficie corporal y predispone al paciente a un
golpe de calor.
La miliaria suele estar provocada por un esfuerzo físico en un ambiente caluroso y húmedo,
enfermedades febriles, aplicación de compresas húmedas, vendajes, escayolas o cintas adhesivas,
o la utilización de prendas poco permeables. La miliaria se clasifica en tres tipos según el grado de
retención de sudor: miliaria cristalina, miliaria rubra y miliaria profunda.
La miliaria cristalina está causada por una retención del sudor en o justo por debajo del estrato
córneo de la piel, en donde se forman ampollas pequeñas, transparentes, sin inflamación. Suele
aparecer en “grupos” tras sufrir quemaduras solares severas o durante una enfermedad febril. Por
lo demás, este tipo de miliaria es asintomática y remite espontáneamente en unos días, cuando las
ampollas se rompen y forman escamas.
La miliaria rubra aparece cuando la exposición intensa al calor produce una sudoración prolongada
y profusa. Es el tipo más frecuente de miliaria, caracterizado por la acumulación de sudor en la
epidermis. Se forman pápulas, vesículas o pústulas rojas, acompañadas por sensación de
quemazón y picor (sarpullido).
El conducto sudoríparo está obstruido en su parte terminal, lo que se atribuye a la acción de
bacterias aeróbicas residentes, principalmente cocos, cuya población aumenta considerablemente
en el estrato córneo cuando éste se hidrata con el sudor. Las bacterias secretan una toxina que
daña las células epiteliales córneas del conducto sudoríparo y provoca una reacción inflamatoria
que precipita la obstrucción de la luz del conducto. La infiltración de leucocitos provoca la completa
obstrucción del conducto e imposibilita el flujo del sudor durante varias semanas.
En la miliaria profunda, el sudor queda retenido en la dermis y produce unas pápulas planas e
inflamadas, nódulos y abcesos, con menos sensación de picor que en la miliaria rubra. Es un tipo
de miliaria que se encuentra normalmente sólo en las zonas tropicales. Puede evolucionar en una
secuencia progresiva a partir de una miliaria rubra tras episodios repetidos de sudoración intensa,
cuando la reacción inflamatoria se extiende hacia abajo desde las capas superiores de la piel.
Astenia anhidrótica tropical : Es un término que se puso de moda
durante la segunda Guerra Mundial cuando las tropas desplegadas en zonas tropicales sufrieron
erupciones por calor e intolerancia al calor. Es una modalidad del síndrome de retención del sudor
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que se encuentra en ambientes tropicales calurosos y húmedos. Se caracteriza por anhidrosis y
erupciones tipo miliaria, acompañadas de síntomas de congestión por calor, como palpitaciones,
pulso acelerado, hipertermia, cefalea y debilidad.
Produce rápida y gradualmente intolerancia a la actividad física en ambientes calurosos. Suele ir
precedida de una miliaria rubra generalizada.
Tratamiento : El tratamiento inicial y esencial de la miliaria y el síndrome de retención del sudor
requiere el traslado de la persona afectada a un ambiente fresco. Las duchas frescas, el secado
suave de la piel y la aplicación de una loción de calamina puede atenuar las molestias del paciente.
La aplicación de bacteriostatos químicos es una medida eficaz para prevenir la expansión de la
microflora y preferible al uso de antibióticos, ya que éstos pueden hacer que los microorganismos
desarrollen resistencia.
La obstrucción de los conductos sudoríparos suele remitir al cabo de unas 3 semanas, como
resultado de la renovación de la epidermis.

PREVENCION DEL ESTRES POR CALOR


Aunque el ser humano tiene una capacidad considerable para compensar el estrés por calor que
ocurre en condiciones naturales, muchos entornos profesionales y/o actividades físicas exponen a
los trabajadores a unas temperaturas demasiado elevadas que suponen un riesgo para su salud y
productividad.
En este artículo se describen las técnicas que pueden utilizarse para reducir la incidencia de los
trastornos provocados por el calor y su gravedad. Las intervenciones se dividen en cinco
categorías: aumentar la tolerancia al calor de las personas expuestas, asegurar una reposición
puntual de los líquidos y electrolitos perdidos, modificar las prácticas de trabajo para reducir la
carga de calor por esfuerzo, controlar las condiciones climáticas y utilizar prendas protectoras.
Cuando se evalúa el nivel de exposición al calor y se preparan
estrategias preventivas, no deben ignorarse los factores ajenos al lugar de trabajo que pueden
influir en la tolerancia térmica. Por ejemplo, la carga fisiológica total y la susceptibilidad potencial a
los trastornos por calor será mucho mayor si el estrés por calor continúa fuera de las horas de
trabajo, ya sea por realizar un segundo trabajo, realizar actividades recreativas extenuantes o
residir en barrios especialmente calurosos. Además, el estado nutricional y el grado de hidratación
reflejan pautas de alimentación o ingestión de líquidos que también pueden variar según la
estación o las prácticas religiosas.
Aumento de la tolerancia al calor
Los candidatos a puestos de trabajo expuestos al calor deben encontrarse en un buen estado de
salud general y poseer unos atributos físicos adecuados para el trabajo que deben realizar.
La obesidad o las enfermedades cardiovasculares contribuyen al riesgo y las personas con
antecedentes de patologías previas inexplicadas o recurrentes asociadas al calor no deben ser
asignadas a tareas que conlleven un gran estrés térmico. A continuación se comentan algunas de
las características físicas y fisiológicas que pueden influir en la tolerancia al calor y que se dividen
en dos grandes categorías: características intrínsecas fuera del control del individuo, como tamaño
corporal, sexo, etnicidad y edad; y características adquiridas, que al menos en parte pueden ser
controladas por la persona y que son aptitud física, aclimatación al calor, obesidad, trastornos de la
salud y estrés autoinducido.
Los trabajadores deben ser informados de la naturaleza del estrés por calor y sus efectos nocivos,
así como de las medidas protectoras ofrecidas en el lugar de trabajo. Deben saber que la tolerancia
al calor depende en gran medida de la ingesta de suficiente cantidad de agua y de una dieta
equilibrada. Además, los
trabajadores deben conocer los síntomas de los trastornos producidos por el calor, entre ellos
mareo, palidez, dificultades respiratorias, palpitaciones y sed extrema. Deben aprender también las
técnicas fundamentales de primeros auxilios y saber cuándo deben solicitar ayuda si reconocen los
síntomas en ellos mismos o en sus compañeros.
Las empresas deben implantar un sistema para notificar los incidentes relacionados con el calor en
el lugar de trabajo. La aparición de trastornos por calor en más de una persona (o repetidamente
en una misma persona) es con frecuencia una señal de advertencia de un problema grave
inminente e indica la necesidad de realizar una evaluación inmediata del lugar de trabajo y revisar
la idoneidad de las medidas preventivas.
Características del ser humano que influyen en la adaptación
Dimensiones corporales : Los niños y los adultos de muy pequeño tamaño presentan dos
desventajas potenciales para el trabajo en ambientes calurosos. En primer lugar, el trabajo
impuesto externamente representa un carga relativa mayor para un organismo con poca masa
muscular, ya que provoca un mayor aumento de la temperatura interna del organismo y la
aparición más rápida de fatiga. Además, la mayor proporción entre superficie y masa corporal de
las personas de talla pequeña puede constituir una desventaja en condiciones de extremo calor. En
conjunto, estos factores explican por qué los hombres que pesan menos de 50 kg
corren un mayor riesgo de sufrir un trastorno por calor cuando realizan actividades mineras a
grandes profundidades.
Sexo : Los primeros estudios de laboratorio realizados en mujeres parecieron demostrar que éstas
eran relativamente intolerantes al calor en comparación con los hombres. Por lo demás, ahora
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sabemos que casi todas las diferencias pueden explicarse por las dimensiones corporales y los
niveles adquiridos de capacidad física y aclimatación al calor. No obstante, existen algunas
ligeras diferencias entre los dos sexos en cuanto a los mecanismos de disipación del calor: las
tasas máximas de sudoración son más elevadas en el hombre y pueden aumentar su tolerancia en
ambientes extremadamente calurosos y secos, mientras que las mujeres están mejor capacitadas
para suprimir una sudoración excesiva y, por tanto, para conservar el agua corporal y el calor, en
ambientes calurosos y húmedos. Aunque el ciclo menstrual se asocia a un cambio en la
temperatura basal del organismo y altera ligeramente las respuestas termorreguladoras de la
mujer, estos ajustes fisiológicos son demasiado pequeños para influir en la tolerancia al calor y en
la eficiencia de la regulación térmica en situaciones laborales reales.
Cuando se tiene en cuenta el físico y la preparación física de la persona, hombres y mujeres son
esencialmente similares en sus respuestas al estrés por calor y en su capacidad de aclimatación al
trabajo en ambientes calurosos. Por este motivo, la selección de trabajadores para puestos de
trabajo en ambientes calurosos debe basarse en la salud y la forma física de cada persona, no en
el sexo. Las personas de talla muy pequeña y sedentarias, sea cual sea su sexo, tolerarán peor la
exposición al calor en el trabajo.
El efecto del embarazo en la tolerancia al calor de la mujer no está claro, pero la alteración de los
niveles hormonales y las mayores demandas circulatorias que el feto impone a la madre pueden
aumentar su susceptibilidad al desmayo. La hipertermia maternal severa (sobrecalentamiento)
causada por una enfermedad parece aumentar la incidencia de malformaciones fetales, pero no
existen pruebas de un efecto similar causado por estrés térmico en el trabajo.
Etnicidad : Aunque los distintos grupos étnicos proceden de climas diferentes, existen pocas
pruebas de diferencias intrínsecas o genéticas en la respuesta al estrés por calor. Todos los seres
humanos parecen funcionar como animales tropicales; su capacidad de vivir y trabajar en un rango
de condiciones térmicas refleja su adaptación mediante conductas complejas y el desarrollo de la
tecnología. Las diferencias étnicas en las respuestas al estrés térmico están probablemente más
relacionadas con las dimensiones corporales y el estado nutricional que con los rasgos intrínsecos
de cada raza.
Edad : Las poblaciones industriales muestran generalmente un declive gradual en la tolerancia al
calor a partir de los 50 años de edad. Existen algunas evidencias de una reducción con la edad de
la vasodilatación periférica (ampliación de la cavidad de los vasos sanguíneos de la piel) y la tasa
máxima de sudoración, pero estos cambios pueden atribuirse principalmente a una menor actividad
física y a una mayor acumulación de grasa corporal.
La edad no parece reducir la tolerancia al calor ni la capacidad de aclimatación si la persona
mantiene un alto nivel de acondicionamiento aeróbico. Con todo, el envejecimiento de la población
se asocia a una mayor incidencia de enfermedades
cardiovasculares y otras patologías que pueden reducir la tolerancia individual al calor.
Capacidad física : La capacidad aeróbica máxima (VO2max) es probablemente el principal
determinante de la capacidad de una persona para realizar un trabajo físico prolongado en
condiciones de calor. Como se comentaba antes, las diferencias observadas en un principio entre
distintos grupos en cuanto a la tolerancia al calor y que se atribuyeron al sexo, la raza o la edad, se
achacan ahora a diferencias en la capacidad aeróbica y la aclimatación al calor.
Para conseguir y mantener una buena capacidad física para el trabajo, el sistema de transporte de
oxígeno tiene que desafiarse repetidamente mediante un esfuerzo intenso mantenido durante al
menos 30 o 40 minutos,3 o 4 días a la semana. En algunos casos, la actividad laboral proporciona
la preparación física necesaria, pero la mayoría de los puestos de trabajo en la industria son menos
extenuantes y deben complementarse con un programa de ejercicio regular para adquirir una
forma física óptima.
La pérdida de capacidad aeróbica (pérdida de forma física) es relativamente lenta, de manera que
la inactividad durante los fines de semanas o durante unas vacaciones de 1 o 2 semanas produce
sólo cambios mínimos. Por el contrario, cuando la persona se ve obligada a cambiar su forma de
vida durante semanas o meses por una lesión, una enfermedad crónica u otros factores de estrés,
se produce una marcada reducción de la capacidad aeróbica en el plazo de semanas o meses.
Aclimatación al calor : La aclimatación al trabajo en ambientes calurosos puede aumentar
considerablemente la tolerancia del ser humano a este factor de estrés, de manera que una tarea
que en un principio la persona no aclimatada es incapaz de realizar, se convierte en un trabajo más
fácil al cabo de un período de ajuste gradual. Las personas en muy buena forma física suelen
aclimatarse al calor y ser capaces de completar el proceso en menos tiempo y con menos estrés
que las personas sedentarias.
La estación afecta también a la duración de este proceso; los trabajadores contratados en verano
pueden estar ya parcial-mente aclimatados al calor, mientras que los contratados en invierno
necesitarán un período más largo de ajuste.
En la mayoría de las situaciones, la aclimatación puede conseguirse mediante la incorporación
gradual del trabajador a la tarea expuesta al calor. Por ejemplo, el trabajador nuevo puede ser
asignado al trabajo sólo por las mañanas y durante períodos de tiempos cada vez mayores durante
los primeros días. Es un tipo de aclimatación en el puesto que debe realizarse bajo la estrecha
supervisión de personal experimentado; el nuevo trabajador debe estar autorizado en todo
momento a retirarse a ambientes más frescos en cuanto experimente síntomas de intolerancia.
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Las condiciones extremas pueden exigir un protocolo formal de exposición progresiva al calor,
como el utilizado para los trabajadores de las minas de oro en Sudáfrica.
El mantenimiento de la plena aclimatación al calor en el trabajo exige la exposición al calor
mientras se trabaja entre tres y cuatro veces a la semana; una menor frecuencia o una exposición
pasiva al calor tendrá un efecto mucho más débil y puede reducir gradualmente la tolerancia al
calor. En todo caso, el descanso laboral durante los fines de semana no parece tener un efecto
apreciable en la aclimatación. La interrupción de la exposición durante 2 o 3 semanas hace que se
pierda parte de la aclimatación, aunque algo permanecerá en las personas que habitan en zonas
cálidas y/o que realizan ejercicio aeróbico regular.
Obesidad : Un alto contenido de grasa corporal tiene escaso efecto en la regulación térmica, ya
que para la disipación de calor en la piel participan los capilares y la glándulas sudoríparas que se
encuentran más cerca de la superficie de la piel que de la capa de grasa subcutánea. Desde luego,
las personas obesas están en desventaja por su exceso de peso corporal, ya que todos los
movimientos les exigen un mayor esfuerzo muscular y, por consiguiente, generan más calor que en
las personas delgadas.
Además, la obesidad suele reflejar un estilo de vida sedentario que reduce la capacidad aeróbica y
dificulta la aclimatación al calor.
Trastornos de la salud y otros factores de estrés : La tolerancia al calor de un trabajador en un
día cualquiera puede verse reducida por una serie de trastornos de la salud. Como ejemplos
pueden citarse las enfermedades febriles (temperatura corporal mayor de la normal), vacunación
reciente o gastroenteritis asociada a una alteración del equilibrio hídrico o electrolítico. Las
afecciones cutáneas, como quemaduras solares y eritemas, pueden reducir la capacidad de
sudoración. Además, el riesgo de sufrir un trastorno por calor aumenta en ocasiones con la
prescripción de algunos medicamentos, entre ellos simpatomiméticos, anticolinérgicos, diuréticos,
fenotiazinas, antidepresivos cíclicos e inhibidores de la monoaminooxidasa.
El consumo de alcohol es un problema frecuente y grave entre los trabajadores expuestos al calor.
El alcohol no sólo reduce la ingesta de alimentos y agua, sino que también actúa como un diurético
(aumenta la cantidad de orina excretada) y altera la capacidad de razonamiento. Los efectos
nocivos del alcohol persisten muchas horas después del momento de su consumo.
Los alcohólicos que sufren un golpe de calor tienen una tasa de mortalidad mucho mayor que los
no alcohólicos.
Reposición oral de agua y electrolitos
Hidratación. La evaporación del sudor es la principal vía de disipación del calor corporal y se
convierte en el único mecanismo posible de enfriamiento cuando la temperatura ambiente es
mayor que la corporal. Los requisitos de agua no pueden reducirse con el entrenamiento físico, sino
tan sólo reduciendo la exposición al calor del trabajador. La pérdida hídrica y la rehidratación en el
ser humano han sido objeto de numerosos estudios en los últimos años y ahora se dispone de un
mayor volumen de información.
Una persona de 70 kg puede tener una tasa de sudoración de entre 1,5 y 2,0 l/h indefinidamente,
y un trabajador puede perder varios litros o hasta el 10 % de su peso corporal a lo largo de una
jornada de trabajo en un ambiente extremadamente caluroso. La pérdida será incapacitante a no
ser que al menos
parte del agua se reponga durante el turno de trabajo. Con todo, puesto que la absorción de agua
en el intestino tiene un tope de unos 1,5 l/h durante el trabajo, unas tasas superiores de
sudoración producirán una deshidratación progresiva a lo largo del día.
La ingestión de líquidos para saciar la sed no es suficiente para mantener a una persona bien
hidratada. La mayoría de las personas no sienten la necesidad de beber hasta que han perdido
entre 1 y 2 l de agua corporal, y si están muy motivadas para realizar un trabajo pesado, pueden
sufrir pérdidas de hasta 3 y 4 l
antes de que una sed imperiosa les obligue a parar y beber. Paradójicamente, la deshidratación
reduce la capacidad de absorción de agua en el intestino. Por consiguiente, los trabajadores
expuestos al calor deben ser educados sobre la importancia de beber agua suficiente durante el
trabajo y proseguir una rehidratación generosa al término de la jornada. Deben conocer también la
importancia de la “prehidratación” (consumo de una gran cantidad de agua inmediatamente antes
de la exposición a un gran estrés por calor) ya que el calor y el esfuerzo impiden que el organismo
elimine el exceso de agua por la orina.
Las empresas deben facilitar el acceso a agua u otras bebidas adecuadas para fomentar la
rehidratación. Cualquier obstáculo físico o práctico a la bebida fomentará una deshidratación
“voluntaria” y aumentará el riesgo de sufrir un trastorno por calor. Las siguientes recomendaciones
deben ser un componente esencial de cualquier programa para el mantenimiento de la hidratación:
o Todos los trabajadores deben tener libre acceso a agua potable fresca o recibir agua una
vez cada hora, o con más frecuencia si las condiciones imponen un estrés mayor.
o Se proporcionará a los trabajadores vasos limpios, ya que es casi imposible que una
persona se rehidrate bebiendo directa-mente de un grifo de agua.
o Los recipientes de agua deben mantenerse a la sombra o en un lugar fresco a 15 o 20 ºC
(no se recomiendan las bebidas muy frías ya que tienden a inhibir la ingesta).
El agua puede mezclarse con aromatizantes para mejorar su aceptación. Ahora bien, no se
recomiendan las bebidas con fama de “calmar” la sed, porque inhiben la ingesta antes de que se
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produzca una rehidratación completa. Por este motivo, es mejor ofrecer agua o bebidas
aromatizadas diluidas y evitar las bebidas
carbónicas, con cafeína o con altas concentraciones de azúcar o sal.
Nutrición : Aunque el sudor es hipotónico (menor contenido de sal) con respecto al suero
sanguíneo, una sudoración profusa produce una pérdida continua de cloruro sódico y pequeñas
cantidades de potasio que deben reponerse todos los días.
Además, el trabajo en ambientes calurosos acelera el metabolismo de oligoelementos como el
magnesio y el zinc. Todos estos elementos esenciales se obtienen normalmente a través de los
alimentos, de ahí la importancia de insistir a los trabajadores en la necesidad de una dieta
equilibrada y evitar el consumo excesivo de dulces y tentempiés, que carecen de componentes
nutritivos importantes. Algunas dietas de los países industrializados contienen grandes cantidades
de cloruro sódico y la probabilidad de que los trabajadores desarrollen déficits salinos es muy
pequeña; pero otras dietas más tradicionales no contienen una cantidad suficiente de sal. En
algunas condiciones, es posible que la empresa tenga que proporcionar alimentos salados o
algunos suplementos dietéticos durante el turno de trabajo.
En los países industrializados ha aumentado la venta de “bebidas para deportistas” o “calmantes de
la sed” que contienen cloruro sódico, potasio e hidratos de carbono.
El componente esencial de cualquier bebida es el agua, pero las bebidas suplementadas con
electrolitos pueden ser útiles para las personas que ya han sufrido una importante deshidratación
(pérdida hídrica) combinada con depleción electrolítica (pérdida de sal). Suelen tener estas bebidas
un elevado contenido de sal y deben mezclarse con volúmenes iguales o mayores de agua antes de
su consumo. También puede prepararse una mezcla mucho más económica para la rehidratación
oral según la siguiente receta: a un litro de agua potable se le añade 40 g de azúcar (sacarosa) y 6
g de sal (cloruro sódico). Los trabajadores no deben
recibir comprimidos de sal, ya que podrían abusar de ellos y una sobredosis les causaría problemas
gastrointestinales, aumento de la producción de orina y mayor riesgo de sufrir un trastorno por
calor.
Modificación de las prácticas de trabajo
El objetivo común de la modificación de las prácticas de trabajo es reducir la exposición ponderada
en el tiempo al estrés por calor hasta unos límites aceptables. Para ello, debe reducirse la carga de
trabajo físico impuesta al trabajador o programar unos descansos adecuados para que pueda
recuperarse térmicamente.
En la práctica, la producción máxima de calor metabólico ponderada en el tiempo se limita a 350 W
(5 kcal/min), ya que un trabajo más duro produce cansancio físico y exige largos períodos de
descanso.
Los niveles de esfuerzo individual pueden reducirse limitando el trabajo externo, como la elevación
de pesos, y reduciendo la tensión muscular motora y estática, como la asociada a una postura
forzada. Son objetivos que pueden alcanzarse optimizando el diseño de las tareas de acuerdo con
los principios ergonómicos, proporcionando ayudas mecánicas o dividiendo el esfuerzo físico entre
un mayor número de trabajadores.
La forma más sencilla de modificar las prácticas de trabajo es permitir que cada persona trabaje a
su propio ritmo. Los trabajadores que realizan una tarea con la que están familiarizados en un
clima normal se regularán a sí mismos para trabajar a un ritmo que produzca una temperatura
rectal de unos 38 °C.
El estrés térmico hace que voluntariamente reduzcan el ritmo de trabajo o descansen cada cierto
tiempo. Tal capacidad de adaptación voluntaria del ritmo de trabajo depende probablemente de la
consciencia de fatiga y estrés cardiovascular. Los seres humanos no pueden detectar
conscientemente las elevaciones en la temperatura corporal interna; por ello se basan en la
temperatura y la humedad de la piel para evaluar el malestar térmico.
Otra alternativa para modificar las prácticas de trabajo consiste en imponer unos ciclos obligatorios
de trabajo y descanso. La empresa especifica la duración de los períodos de trabajo, la duración de
los períodos de descanso y el número de veces que este ciclo tiene que repetirse. La recuperación
térmica requiere mucho más tiempo que el necesario para reducir la velocidad respiratoria y la
frecuencia cardíaca aumentadas por el trabajo. La reducción de la temperatura interna a los
mismos niveles que en reposo exige entre 30 y 40 minutos de descanso en un ambiente fresco y
seco, o más tiempo si la persona debe descansar en un lugar caluroso o con las prendas
protectoras puestas. Si la empresa necesita mantener un nivel constante de producción, tendrá
que asignar varios equipos de trabajadores para que trabajen por turnos y puedan recuperarse,
exigiendo
dicha recuperación un descanso o la realización de tareas sedentarias en un lugar fresco.
Control climático
Si el coste no fuera un factor limitante, todos los problemas de estrés por calor se solucionarían
mediante la aplicación de las técnicas de ingeniería para convertir los ambientes de trabajo hostiles
en agradables. Existen multitud de técnicas que pueden utilizarse dependiendo de las condiciones
específicas del lugar de trabajo y los recursos disponibles. Tradicionalmente, las industrias
expuestas al calor pueden dividirse en dos categorías: procesos con calor seco y procesos con calor
húmedo.

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Los procesos con calor seco, como la fundición de metales y la fabricación de vidrio, que exponen a
los trabajadores a un aire muy caliente combinado con una intensa carga de calor radiante, pero
que añaden poca humedad al ambiente. Por el contrario, las industrias expuestas a calor y
humedad, como las fábricas textiles, las papeleras y la minería, exigen la exposición a un calor
menos extremo, pero originan una elevada humedad ambiente como resultado de los procesos
húmedos y el escape de vapor.
Las técnicas de control ambiental más económicas intentan reducir la transferencia de calor de la
fuente al medio ambiente.
El aire caliente puede extraerse al exterior de la zona de trabajo y sustituirse por aire fresco. Las
superficies calientes pueden cubrirse con material aislante o revestimientos reflectantes que
reduzcan la emisión de calor, al tiempo que conserven el calor necesario para el proceso industrial.
Una segunda línea de defensa es la ventilación a gran escala del área de trabajo para crear un
intenso influjo de aire exterior. La alternativa más costosa es el acondicionamiento del aire para
enfriar y secar la atmósfera del lugar de trabajo. Aunque la reducción de la temperatura ambiente
no afecta a la transmisión de calor radiante, ayuda a reducir la temperatura de las paredes y otras
superficies que pueden actuar como fuentes secundarias de calor convectivo y radiante.
Cuando el control ambiental general es imposible o poco económico, es posible que puedan
mejorarse las condiciones térmicas en las áreas de trabajo locales. Pueden construirse cabinas con
aire acondicionado en el interior de un espacio de
trabajo más grande, o dirigir un flujo de aire fresco a un puesto de trabajo específico
(“refrigeración local” o “ducha de aire”).
Pueden interponerse pantallas reflectantes locales o incluso portátiles entre el trabajador y la
fuente de calor radiante.
Las técnicas de ingeniería moderna permiten controlar con sistemas remotos los procesos en
caliente, de tal forma que los trabajadores no tengan que verse expuestos todos los días a unos
ambientes calurosos altamente estresantes.
Cuando el lugar de trabajo se ventila con aire exterior o cuando la capacidad de acondicionamiento
del aire es limitada, las condiciones térmicas reflejarán los cambios climáticos. Los aumentos
bruscos de la temperatura y la humedad exteriores pueden aumentar el estrés por calor a niveles
que superen la tolerancia
al calor de los trabajadores. Por ejemplo, una ola de calor en primavera puede precipitar una
epidemia de trastornos por calor entre los trabajadores que todavía no están tan aclimatados al
calor como lo estarían en verano. En estos casos, las empresas deben instalar un sistema que
permita predecir las variaciones en el estrés térmico como consecuencia de los cambios climáticos,
de manera que puedan adoptarse precauciones a tiempo.
Prendas protectoras
Algunos trabajos en condiciones térmicas extremas exigen la protección térmica de los
trabajadores con prendas especializadas.
La protección pasiva se consigue con prendas aislantes y reflectoras; el aislamiento por sí sólo
protege a la piel de las variaciones térmicas. Asimismo, pueden utilizarse delantales reflectores
para proteger al personal que trabaja delante de una fuente radiante. Las brigadas contra
incendios que tienen que enfrentarse a llamas con una temperatura extremadamente elevada
utilizan trajes llamados “bunkers”, que combinan un gran aislamiento contra el aire caliente y una
superficie aluminizada que refleja el calor radiante.
Otra forma de protección pasiva es el traje de hielo, en cuyos bolsillos se introduce aguanieve o
hielo (o hielo seco) y que se pone por encima de la ropa interior para evitar un enfriamiento
molesto de la piel. El cambio de fase del hielo fundido absorbe parte de la carga de calor
metabólico y ambiental de la superficie cubierta, pero el hielo debe sustituirse cada cierto tiempo;
cuanto mayor sea la exposición al calor, mayor será la frecuencia con que tenga que cambiarse el
hielo. Son trajes que resultan útiles para el trabajo en minas profundas, salas de calderas de los
barcos y otros ambientes muy calurosos y húmedos con acceso a un congelador.
La protección térmica activa se consigue mediante trajes refrigerados con aire o líquido que cubren
todo el cuerpo o una parte del mismo, normalmente el torso y en ocasiones la cabeza.
Refrigeración con aire : Los sistemas más sencillos se ventilan con el aire del ambiente
circundante o con aire comprimido enfriado por expansión o durante su paso por un tubo vorticial.
Tal refrigeración precisa unos grandes volúmenes de aire; la velocidad mínima de ventilación para
un traje sellado es de unos 450 l/min. El enfriamiento del aire puede teóricamente producirse por
convección (cambio de temperatura) o evaporación del sudor (cambio de fase). Con todo, la
eficacia de la convección se ve limitada por el escaso calor específico del aire y la dificultad de
suministrarlo a bajas temperaturas en un ambiente caluroso. La mayoría de los trajes refrigerados
con aire actúan, por consiguiente, por enfriamiento evaporativo. El trabajador experimenta un
estrés térmico moderado y deshidratación, pero es capaz de regular su temperatura mediante el
control natural del nivel de sudoración. El aire refrigerado aumenta también la sensación de
bienestar por su tendencia a secar la ropa interior.
Entre sus desventajas figuran: a) la necesidad de conectar a la persona a la fuente de aire, b) su
excesivo volumen, y c) la dificultad de que el aire llegue a las extremidades.
Refrigeración con líquidos : Se basa en la circulación de una mezcla de agua y anticongelante a
través de una red de canales o pequeños tubos, para luego devolver el líquido calentado a un
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disipador térmico, en dónde se elimina el calor añadido durante su paso por el cuerpo. Las
velocidades de circulación del líquido
suelen ser del orden de 1 l/min. El disipador térmico libera energía térmica al ambiente por
evaporación, fusión, refrigeración o proceso termoeléctricos. Los trajes refrigerados con líquidos
ofrecen un potencial de refrigeración mucho mayor que los sistemas de aire. Si el traje cubre todo
el cuerpo y está conectado a un disipador térmico adecuado, puede eliminar todo el calor
metabólico y mantener el equilibrio térmico corporal sin necesidad de sudar; este tipo de sistema
es el utilizado por los astronautas que trabajan en el exterior de sus naves. Por lo demás, un
mecanismo de refrigeración tan potente como éste exige algún tipo de sistema de control de la
temperatura, que suele consistir en el ajuste manual de una válvula que cierra la entrada de parte
del líquido circulante una vez que ha pasado por el disipador térmico. Los sistemas de refrigeración
con líquidos pueden diseñarse para colgarse a la espalda y proporcionar refrigeración continua
durante el trabajo.
Cualquier dispositivo de refrigeración que añada peso y volumen al cuerpo humano puede,
lógicamente, interferir con el trabajo. Por ejemplo, el peso de un traje de hielo aumenta
considerablemente el coste metabólico de los movimientos y es, por
tanto, más útil para trabajos físicos ligeros, como sería el caso de los trabajadores con labores
exclusivas de vigilancia en un compartimiento caluroso. Los sistemas que exigen conectar al
trabajador a un disipador térmico pueden ser imposibles de utilizar en muchos tipos de trabajo. La
refrigeración intermitente es útil cuando los trabajadores tienen que utilizar prendas protectoras
pesadas (como los trajes protectores que se utilizan en la industria química) y no pueden
transportar un disipador térmico ni conectarse al mismo mientras trabajan. La retirada del traje
durante los períodos de descanso supone una pérdida de tiempo
y conlleva el riesgo de exposición tóxica; en estas circunstancias, es más sencillo que los
trabajadores utilicen un traje aclimatado que sólo se conecta al disipador térmico durante los
períodos de descansos, permitiendo la recuperación térmica en unas condiciones de lo contrario
insoportables.

AMBIENTES FRIOS Y TRABAJO CON FRIO


Un ambiente frío se define por unas condiciones que causan pérdidas de calor corporal mayores de
lo normal. En este contexto, “normal” se refiere a lo que una persona experimenta en la vida diaria
en condiciones termoneutras, normalmente en interiores, aunque es un concepto que puede variar
en función de factores sociales, económicos o climáticos. Para los fines de este artículo, se
considerarán fríos los ambientes con una temperatura inferior a 18 o 20 ºC.
El trabajo en ambientes fríos engloba diversas actividades industriales y laborales en diferentes
condiciones climáticas (véase la Tabla 42.23). En la mayoría de los países, el sector de la
alimentación exige que el trabajo se realice en condiciones frías, normalmente entre 2 y 8 ºC para
los alimentos frescos y por debajo de –25 ºC para los alimentos congelados. En unos ambientes
fríos artificiales como éstos, las condiciones están relativamente bien definidas y la exposición es
más o menos la misma de una día para otro.
En muchos países, los cambios climáticos estacionales implican que el trabajo al aire libre o en
interiores sin calefacción tiene que realizarse durante períodos más o menos largos en condiciones
de frío. La exposición al frío puede variar considerablemente en diferentes lugares del planeta y
según el tipo de trabajo (véase la Tabla 42.23). El agua fría constituye otro peligro al que se
enfrentan las personas que, por ejemplo, trabajan en alta mar. En este artículo se describen las
respuestas al estrés por frío y las medidas preventivas. Más adelante en este mismo capítulo se
describen los métodos para evaluar el estrés por frío y los límites permisibles de temperatura
según las normas internacionales recientemente adoptadas.
Estrés por frío y trabajo en ambientes fríos
El estrés por frío puede estar presente de muchas formas diferentes, afectando al equilibrio térmico
de todo el cuerpo, así como al equilibrio térmico local de las extremidades, la piel y los pulmones.
El tipo y la naturaleza del estrés por frío se describen con detalle más adelante. Los mecanismos
naturales de respuesta al estrés por frío se basan en la adaptación de comportamiento, en
particular, cambio y ajuste de la ropa. Una protección suficiente permite evitar el enfriamiento
corporal. Sin embargo, la protección en sí misma puede ocasionar efectos adversos no deseados.
El enfriamiento de todo el cuerpo o de algunas partes del mismo origina molestias, insensibilidad,
disfunción neuromuscular y, en última instancia, lesiones por frío. Las molestias causadas por el
frío suelen ser un estímulo potente para una adaptación de la conducta que reduzca o limite su
efecto. La prevención del enfriamiento mediante el uso de prendas de abrigo, calzado, guantes y
gorros o cascos interfiere con la movilidad y la destreza del trabajador. Puede hablarse de un
“coste de la protección” en términos de una mayor restricción del movimiento y un mayor
agotamiento. La necesidad continua de ajustar los equipos para mantener un alto nivel de
protección exige atención y capacidad de juicio y puede comprometer factores como la vigilancia y
el tiempo de reacción. Uno de los objetivos principales de la investigación ergonómica es mejorar la
funcionalidad de las prendas de vestir manteniendo al mismo tiempo la protección contra el frío.
En consecuencia, los efectos del trabajo en ambientes fríos deben dividirse en:
o efectos del enfriamiento corporal,
o efectos de las medidas protectoras (“coste de la protección”).
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En ambientes fríos, la adaptación del comportamiento reduce el efecto del frío y, en definitiva,
permite mantener el equilibrio térmico normal y la sensación de bienestar. Una adaptación
inadecuada provocará reacciones termorreguladoras de compensación fisiológica (vasoconstricción
y escalofríos). La acción combinada de la adaptación del comportamiento y fisiológica determina el
efecto resultante del estrés por frío.
En las siguientes secciones se describen estos efectos, que pueden dividirse en efectos agudos (los
que ocurren en el plazo de minutos u horas), efectos de larga duración (que se prolongan durante
días o incluso años) y otros efectos (no directamente relacionados con las reacciones al frío per
se). En la Tabla I se ofrecen ejemplos de reacciones según la duración de la exposición al frío.
Lógicamente, los tipos de respuestas y su magnitud dependen en gran medida del nivel de estrés.
Con todo, las exposiciones de larga duración (durante días o más tiempo) rara vez alcanzan los
mismos niveles que las exposiciones agudas.
Efectos agudos del enfriamiento
El efecto más evidente y directo del estrés por frío es el enfriamiento inmediato de la piel y las vías
respiratorias superiores.
La respuesta de los termorreceptores desencadena una secuencia de reacciones
termorreguladoras. El tipo y la magnitud de la reacción depende sobre todo del tipo y el grado de
enfriamiento.
Como ya se ha mencionado, los principales mecanismos de defensa son la vasoconstricción
periférica y los escalofríos. Ambos contribuyen a conservar el calor corporal y la temperatura
interna del organismo, pero comprometen las funciones cardiovascular y neuromuscular.
Ahora bien, los efectos fisiológicos de la exposición al frío también modifican las reacciones
fisiológicas a través de mecanismos complejos y en parte desconocidos. Los ambientes fríos causan
distracción en el sentido de que se necesita un mayor esfuerzo mental para enfrentarse a los
nuevos factores de estrés (evitar el enfriamiento, adoptar medidas de protección, etc.).
Por otra parte, el frío causa también un estado de alerta, en el sentido de que aumentan los niveles
de actividad nerviosa simpática y, por consiguiente, la preparación para la acción. En condiciones
normales, las personas utilizan sólo una pequeña parte de su capacidad, reservando por tanto la
mayor parte de la misma para hacer frente a condiciones inesperadas o extremas.
Percepción del frío y bienestar térmico
La mayoría de los seres humanos experimentan una sensación de neutralidad térmica a una
temperatura operativa de entre 20 y 26 ºC cuando realizan un trabajo muy ligero o sedentario
(trabajo de oficina a 70 W/m 2 ) con la ropa adecuada (valores de aislamiento entre 0,6 y 1,0 clo).
En este estado y en ausencia de desequilibrios térmicos locales, como corrientes de aire, las
personas se encuentran en un estado de bienestar térmico. Son condiciones que se describen y
especifican con detalle en normas como ISO 7730.
La percepción humana del frío está estrechamente relacionada con el equilibrio térmico de todo el
cuerpo, así como con el equilibrio térmico local de los tejidos. La sensación de malestar por frío
aparece cuando el equilibrio térmico del organismo no puede mantenerse como consecuencia de
una ropa poco adecuada para el nivel de actividad física (producción de calor metabólico). Con
temperaturas de entre +10 y +30 ºC, la magnitud del “malestar por frío” en una población puede
predecirse utilizando la ecuación del bienestar de Fanger descrita en ISO 7730.

Tabla I -

Duración del
estrés por frío
descompensad
o y reacciones
asociadas.

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Trabajos en cámaras frigoríficas


Los alimentos congelados tienen que ser almacenados y transportados a temperaturas ambientales
muy bajas (< –20 ºC).
El trabajo en cámaras frigoríficas existe en casi todas las partes del mundo. Es un tipo de
exposición artificial al frío que se caracteriza por un clima constante y controlado. Los trabajadores
pueden verse expuestos al frío de manera continua o, lo más frecuente, de manera intermitente,
turnándose entre los ambientes fríos y los ambientes cálidos o calurosos fuera de la cámara.
Siempre que el trabajo exija un cierto esfuerzo físico, puede conseguirse un equilibrio térmico
seleccionando las prendas protectoras adecuadas. Los problemas especiales de las manos y los
pies suelen exigir descansos periódicos cada 1,5 o 2 horas.
El período de descanso debe ser suficientemente largo para permitir el recalentamiento (20
minutos).
La manipulación manual de los productos congelados exige el uso de unos guantes protectores que
proporcionen un aislamiento suficiente (sobre todo de la palma de la mano). Los requisitos y
métodos de ensayo para los guantes de protección contra el frío se establecen en la norma
europea EN 511, que se describe con más detalle en el artículo “Indices del frío y normas sobre el
frío” en este mismo capítulo. La instalación de calefactores locales (p. ej., radiadores infrarrojos)
en los puestos de trabajo estacionarios facilitan el equilibrio térmico.
Gran parte del trabajo en las cámaras frigoríficas se realiza con carretillas elevadoras. La mayoría
de estos vehículos son descubiertos. La conducción crea una velocidad relativa del aire, que en
combinación con las bajas temperaturas, aumenta el enfriamiento corporal. Además, el trabajo en
sí mismo es ligero y la producción asociada de calor metabólico es pequeña. En consecuencia, el
aislamiento requerido de la ropa es bastante alto (alrededor de 4 clo) y no puede conseguirse con
la mayoría de las prendas utilizadas. El conductor se queda frío, empezando por los pies y las
manos, razón por la cual la exposición tiene que tener una duración limitada. Dependiendo de la
disponibilidad de prendas protectoras, los regímenes de trabajo deberán organizarse con períodos
de trabajo en ambientes fríos y ambientes cálidos y períodos de descanso en ambientes
térmicamente neutros. Una medida sencilla para facilitar el equilibrio térmico consiste en instalar
un asiento calefaccionado en la carretilla. De esta forma podrá prolongarse el tiempo de exposición
al frío y prevenir el enfriamiento local del asiento y la espalda. Otras soluciones más sofisticadas y
costosas consisten en el uso de cabinas con calefacción.
En los países cálidos existen problemas especiales cuando los trabajadores de las cámaras
frigoríficas, normalmente los conductores de las carretillas, se ven expuestos intermitentemente a
calor (+30 ºC) y frío (-30 ºC). Las exposiciones breves (entre 1 y 5 min) a estos ambientes
extremos pueden dificultar el uso de una ropa adecuada, que será excesiva para el período de
trabajo al aire libre e insuficiente para el trabajo en la cámara frigorífica. El uso de carretillas con
cabinas climatizadas puede ser la única solución posible, una vez solucionado el problema de la
condensación en los cristales. Para organizar
unos regímenes de trabajo adecuados, tiene que considerarse siempre el tipo de trabajo realizado
y la protección disponible.
Los lugares de trabajo frescos, como los que se encuentran por ejemplo en el sector de los
alimentos frescos, presentan unas condiciones climáticas con unas temperaturas ambientales de
entre +2 y +16 ºC, dependiendo del tipo de alimento. Algunos de estos ambientes se caracterizan
por una elevada humedad relativa que provoca la condensación de agua en las zonas frescas y la
acumulación de humedad o agua en el suelo, a la vez que aumenta el riesgo de resbalones. Son
problemas que pueden solucionarse con una buena higiene del lugar de trabajo y unasrutinas de
limpieza que contribuyan a reducir la humedad
relativa.
La velocidad local de aire en los puestos de trabajo es a veces demasiado alta, provocando quejas
de los trabajadores por la existencia de corrientes de aire. Los problemas pueden resolverse
cambiando o ajustando las salidas de aire frío o reconfigurando los puestos de trabajo. La
acumulación de productos congelados o frescos cerca de los puestos de trabajo puede contribuir a
la sensación de corriente debido a un mayor intercambio de calor por radiación. La ropa debe
seleccionarse basándose en una evaluación de los requisitos y en el método IREQ. Además, la ropa
debe diseñarse para proteger al trabajador contra las corrientes locales, la humedad y el agua. Los
requisitos higiénicos especiales para la manipulación de los alimentos imponen ciertas restricciones
en el diseño y el tipo de prendas de vestir (es decir, de la capa exterior). Una vestimenta adecuada
debe constar de la ropa interior, una capa intermedia aislante, y la capa exterior, para formar un
sistema protector suficiente y funcional.
Las prendas para la cabeza suelen ser necesarias por motivos higiénicos. Con todo, las prendas
que se utilizan en la actualidad suelen ser de papel y no ofrecen ninguna protección contra el frío.
El calzado consiste en zuecos o zapatos ligeros, con malas propiedades aislantes. La selección de
unas prendas más adecuadas para la cabeza y los pies puede ayudar a conservar el calor en estas
partes del cuerpo y contribuir a mejorar el equilibrio térmico general.
Un problema especial en muchos lugares de trabajo es la conservación de la destreza manual. Las
manos y los dedos se enfrían rápidamente cuando la actividad muscular es pequeña o moderada.

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El uso de guantes aumenta la protección, pero reduce la destreza. Tiene que lograrse un equilibrio
delicado entre estas dos demandas. Para cortar carne se suelen utilizar guantes metálicos.
El uso de unos guantes de tejido fino por debajo puede reducir el efecto de enfriamiento y
aumentar la sensación de bienestar. Los guantes finos pueden ser suficientes para muchos fines.
Otras medidas para evitar el enfriamiento de las manos consisten en utilizar, por ejemplo,
radiadores infrarrojos. En el mercado existen guantes calentados eléctricamente, pero su
ergonomía suele ser deficiente, así como su capacidad de calentamiento y la autonomía de su
batería.
Precauciones para el trabajo en ambientes fríos
El problema del acondicionamiento para el trabajo en ambientes fríos afecta principalmente a las
personas que no están acostumbradas a trabajar en ambientes fríos y/o que proceden de zonas
climáticas templadas. Es muy importante que los trabajadores sean informados de las lesiones que
puede causar el frío, pero también deben ser informados de una serie de conductas favorables.
Todas las personas que trabajen en regiones frías deben conocer los primeros signos de lesión,
especialmente de las lesiones locales (color de la piel, dolor). La conducta con respecto a la ropa es
vital: el uso de varias capas de ropa permite a la persona ajustar el aislamiento proporcionado por
la ropa a los niveles variables de gasto energético y estrés externo. Las prendas impermeables
(lluvia, sudor) deben mantenerse secas. Debe prestarse una gran atención a la protección de las
manos y los pies (no usar vendas apretadas, atención a una cobertura adecuada, cambio frecuente
de calcetines —por ejemplo, dos o tres veces al día— debido a la sudoración). Debe evitarse el
contacto directo con todos los objetos metálicos fríos (riesgo de congelación inmediata).
La ropa debe estar garantizada contra el frío y haber sido probada antes de la exposición al frío.
Deben recordarse las recomendaciones dietéticas (con atención a la ingesta calórica y a las
necesidades de hidratación). El abuso de alcohol, cafeína y nicotina debe estar prohibido. Tiene que
comprobarse el buen estado
de los equipos accesorios (refugio, tiendas, sacos de dormir) y eliminar la condensación en las
tiendas y en los sacos de dormir para evitar la formación de hielo. Los trabajadores no deben
soplar en los guantes para calentarlos, ya que se puede formar hielo. Por último, los trabajadores
deben recibir recomendaciones para mejorar su forma física. De hecho, un buen nivel de capacidad
física aeróbica permite una mayor termogénesis en ambientes de frío extremo (Bittel y cols. 1988)
y una mayor resistencia física, un factor favorable debido al mayor consumo de energía que
conlleva la actividad física en ambientes fríos.
Las personas de mediana edad tienen que someterse a una estrecha vigilancia, ya que son más
susceptibles a las lesiones por frío que las personas jóvenes por su respuesta vascular más
limitada.
Un cansancio excesivo y una profesión sedentaria aumentan el riesgo de lesión. Las personas con
ciertos trastornos médicos (urticaria por frío, síndrome de Raynaud, angina de pecho, congelación
previa) deben evitar su exposición a un frío intenso. Otros consejos que también pueden ser útiles
son: proteger la piel expuesta contra la radiación solar, proteger los labios con cremas especiales y
proteger los ojos de la radiación ultravioleta con gafas de sol.
Cuando surja un problema en una zona fría, los trabajadores deben mantener la calma, nunca
deben separarse del grupo y deben intentar mantener su calor corporal cavando hoyos y
apretándose unos contra otros. Debe prestarse una atención especial a la provisión de alimentos y
a los medios para solicitar ayuda (radio, cohetes de socorro, espejos para enviar señales, etc.).
Cuando exista el riesgo de inmersión en aguas frías, deberán suministrarse botes salvavidas, así
como equipos impermeables al agua y que proporcionen un buen aislamiento térmico. En caso de
que se produzca un naufragio y no se disponga de botes salvavidas, la persona debe intentar
limitar la pérdida de calor al máximo agarrándose a los materiales flotantes, encogiéndose y
nadando lentamente con el tórax fuera del agua, puesto que la convección creada al nadar
aumenta considerablemente la pérdida de calor. El agua del mar no debe beberse por su alto
contenido de sales.
Modificación de las tareas en ambientes fríos
En una zona fría, las tareas se modifican considerablemente.
El peso de la ropa, el transporte de cargas (tiendas, alimentos, etc.) y la necesidad de atravesar
terrenos difíciles aumenta la energía consumida por la actividad física. Además, la coordinación de
los movimientos y la destreza manual se ven dificultadas por la ropa. El campo visual se reduce
con frecuencia por el uso de gafas de sol. Asimismo, la percepción del ambiente se altera y reduce
a 6 m cuando la temperatura del aire seco es inferior a –18 ºC o cuando sopla viento. La visibilidad
puede ser nula en caso de nieve o niebla. El uso de guantes puede dificultar las tareas manuales de
precisión. La condensación puede hacer que se forme una capa de hielo sobre las herramientas y si
éstas se agarran con la mano desnuda, existe el riesgo de que produzcan una congelación. La
estructura física de las prendas de vestir se altera en condiciones de frío extremo y el hielo que se
forma como resultado de la congelación y la condensación suelen atascar las cremalleras.
Finalmente, los combustibles deben protegerse contra la congelación mediante el uso de
anticongelantes.
Por consiguiente, para conseguir un rendimiento óptimo de los trabajadores en ambientes fríos,
éstos deben llevar varias capas de ropa, protegerse debidamente las extremidades, adoptar
medidas para evitar la condensación en la ropa, las herramientas y las tiendas e interrumpir cada
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cierto tiempo el trabajo para recalentarse en un refugio con calefacción. El trabajo debe
organizarse en una secuencia de tareas sencillas, de ser posible con dos equipos de trabajo, uno
que trabaje mientras el otro se recalienta.
Los trabajadores no deben mantenerse inactivos en los ambientes fríos, no deben trabajar en
solitario ni deben apartarse de los caminos frecuentados. Debe designarse a una persona
competente para que se haga responsable de la protección y la prevención de accidentes.
En conclusión, parece ser que un buen conocimiento de las lesiones por frío, el conocimiento del
entorno, una buena preparación (aptitud física, alimentación, inducción de mecanismos de
adaptación), una ropa apropiada y una distribución adecuada de las tareas puede evitar las
lesiones por frío. Cuando se produce una lesión, una rápida asistencia y un tratamiento inmediato
pueden evitar lo peor.

RADIACIONES EN GENERAL
INTRODUCCIÓN
Las radiaciones son fenómenos físicos consistentes en la emisión, propagación y absorción de
energía por parte de la materia, tanto en forma de ondas (radiaciones sonoras o
electromagnéticas), como de partículas subatómicas (corpusculares).
Las radiaciones electromagnéticas, poseen ciertas características que determinan sus efectos :
o Frecuencia (f) : número de ondas que pasan por un punto del espacio en la unidad de
tiempo. Se mide en Hz.
o Longitud de onda (λ) : distancia medida a lo largo de la línea de propagación entre dos
puntos. Se mide en unidades de longitud, desde nm (nanometros) hasta Km.
o Energía (E) : es proporcional a la frecuencia. Se mide en eV (electrón voltio).
Qué es un ión : átomo o grupo de átomos con carga eléctrica (sea positiva o negativa
(Una radiación posee la cualidad de ser ionizante cuando provoca en el átomo una desestabilización
tal, que éste queda con exceso o defecto de electrones en sus órbitas).
De acuerdo con lo expuesto, las radiaciones pueden clasificarse en : radiaciones ionizantes (RI) y
radiaciones no ionizantes (RNI), tal como se ve en el Cuadro I de acuerdo con sus características.
Cuadro I
RADIACIONES ELECTROMAGNÉTICAS
LONGITUD DE
TIPO DE RADIACION FRECUENCIA ENERGÍA / FOTÓN
ONDA
IONIZANTE (RI) > 3000 THz < 100 nm > 12.4 eV
NO IONIZANTES (RNI) ≤ 3000 THz ≥ 100 nm ≤ 12.4 eV
o Ultravioleta 3000 – 750 THz 100 – 400 nm 12.4 – 3.1 eV
o Visible 750 – 385 THz 400 – 780 nm 3.1 – 1.59 eV
o Infrarroja (IR) 85 – 0.3 THz 0.78 – 1000 µm 1590 – 1.24 meV
o Microondas (MO) 300 – 0.3 GHz 1 – 1000 mm 1240 – 1.24 µeV
o Radiofrecuencias (RF) 300 – 0.1 MHz 1 – 3000 m 1240 – 0.41 neV
Tipos de radiaciones
De acuerdo con lo anterior, las radiaciones pueden ser de dos tipos : las ionizantes, que, con
energía suficiente provocan la expulsión de electrones de la órbita atómica (fenómeno de
ionización), y las no ionizantes, en las que la energía de los fotones emitidos no es suficiente para
ionizar los átomos de las materias sobre las que inciden.
Dentro del grupo de las radiaciones no ionizantes, se encuentran incluidos los campos eléctricos,
radiofrecuencia, microondas, infrarroja, visible, ultravioleta y láser.
En el grupo de las radiaciones ionizantes se encuentran los Rayos X, los rayos gamma (γ),
partículas beta (β) y neutrones.

Rayos X
ONDULATORIAS
RADIACIONES Rayos γ
IONIZANTES

Partículas alfa
CORPUSCULARES Partículas beta
Neutrones
TIPOS DE RADIACIONES

INFRARROJAS
ULTRAVIOLETAS
RADIACIONES VISIBLES
NO IONIZANTES RADIOFRECUENCIAS
MICROONDAS
LASER

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Breve descripción de cada una de las Radiaciones

Radiaciones no ionizantes
El campo de este tipo de radiaciones situadas en la parte del espectro electromagnético, que son
incapaces de producir fenómenos de ionización, ha aumentado considerablemente en los últimos
años, tanto en la industria como en la vida común, debido al auge de productos electrónicos que
usan o emiten radiaciones (rayos láser, hornos de microondas, equipos de inspección por
infrarrojo, fotocopiadoras, telecomunicaciones, etc.).
Desde el punto de vista de la Higiene Laboral, los tipos de radiaciones más importantes son las
microondas, infrarrojos y ultravioletas.
a) Radiaciones microondas
Tienen gran importancia en la industria y la medicina (hornos de microondas, aceleradores de
reacción para disminuir tiempos de reacciones químicas).
Sus efectos no térmicos resultan aún poco conocidos.
b) Radiaciones infrarrojas
Esta energía radiante procedente de los objetos calientes, se presenta en operaciones industriales
tales como hornos de secado, hornos de fusión, etc., pudiendo dar lugar a efectos no tan
peligrosos sobre las personas expuestas como sucede con las radiaciones UV (irritaciones en la
piel, efectos sobre los ojos con riesgo de producir cataratas, etc.).
c) Radiaciones ultravioletas
Aunque la mayor fuente de esta radiación es el sol, la capa de ozono hace que sólo lleguen a la
superficie de la tierra las radiaciones menos dañinas y en pequeñas cantidades.
Constituyen importantes fuentes de radiaciones UV en la industria, las operaciones de soldadura al
arco y plasma, lámparas germicidas, fotocopiadoras, lámparas de descarga de mercurio,
esterilizadoras de alimentos, tubos fluorescentes, etc.
Entre sus efectos más importantes se citan, pigmentación, enrojecimiento, quemaduras y cáncer
de piel, inflamación de la córnea y queratitis.

Radiaciones ionizantes
Clasificación
Como ya se indicó anteriormente, se caracterizan por su capacidad de incidir sobre la materia al
producir el fenómeno de ionización. Pueden clasificarse en ondulatorias y corpusculares, con las
características que se indican en el Cuadro A.
Características de las sustancias ionizantes
Las sustancias radiactivas ionizantes se caracterizan por su :
o Período : tiempo para que la radioactividad se reduzca a la mitad de su valor (desde
minutos a miles de años).
o Actividad nuclear : número de desintegraciones por segundo (A = dN/dt). Se expresa en
Curio (Ci = 37 x 1010 desintegraciones/segundo) o en Bequerelio (Bq). Nota : 1 Bq = 2,7 x
10 –11 Ci).
o Actividad específica : relación entre su actividad nuclear y su unidad de masa (Ci/g).

CUADRO “A”

TIPOS DE RADIACIONES IONIZANTES


o Se producen en reacciones o interacciones de las
capas electrónicas del átomo.
RAYOS X
o En las fuentes donde normalmente se utilizan, se
RADIACIONES
puede controlar su producción.
ONDULATORIAS
o Se producen en reacciones de núcleos atómicos
RAYOS γ inestables.
o Su poder de penetración es muy elevado.
o Son núcleos de helio. Poseen cuatro unidades de
PARTÍCULAS α masa y dos unidades de carga eléctrica positiva.
o Su poder de penetración es muy escaso.
o Son electrones nucleares expulsado a gran velocidad.
RADIACIONES Su masa es prácticamente nula y posee carga
PARTÍCULAS β
CORPUSCULARES negativa.
o Poseen penetración escasa.
o Junto con los protones forman el núcleo. No tienen
NEUTRONES masa ni carga.
o Poseen penetración elevada.

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PODER DE PENETRACIÓN DE LAS RADIACIONES IONIZANTES

ALFA

BETA

RAYOS X

GAMMA

NEUTRONES

papel aluminio plomo hormigón

Entre las características de las radiaciones ionizantes hay que señalar, además de las ya incluidas
en el punto anterior, las siguientes :
Dosis : es la energía absorbida por un objeto irradiado o relación existente entre la energía
absorbida y su unidad de masa (D = dE / dm)
Se expresa en Gray (joule / kg) o en Rad (100 ergios / g).
1 Gy = 100 rads.

Dosis equivalente : es la dosis absorbida por el individuo, considerando el daño o efecto biológico
producido. Depende del tipo de radiación, su distribución y el tejido irradiado. Por ello se recurre
a introducir el factor EBR (Eficacia Biológica Relativa), para determinar la Dosis Equivalente
expresada en REM (Röentgen Equivalent Man).

D equivalente = D absorbida x EBR

El valor del EBR es igual a 1 para las radiaciones X, gamma, beta.


Campo de radiación : la exposición a la radiación o intensidad de la exposición se expresa en
Röentgen, que es una medida del grado de ionización en el aire producida por las rayos X o
gamma, que indica la intensidad de la exposición.
Medida de las radiaciones
La unidad usada en los aparatos de medición utilizados en Higiene Laboral, es el REM y el
instrumento utilizado es el radiómetro o dosímetro de radiación.
Estos aparatos funcionan a nivel individual como dosímetro, que el trabajador llevará colocado
durante todo el tiempo de exposición, pudiendo comprobar en cada momento la cantidad de
radiación acumulada.

Efectos de las radiaciones ionizantes


Los trabajadores pueden estar expuestos a los riesgos de radiaciones ionizantes de dos formas :
irradiación y contaminación radioactiva.
Se denomina irradiación a la exposición a la fuente de radiación si que exista contacto directo con
ella. Puede ser global, si está expuesto todo el cuerpo y parcial si sólo lo está una parte.
Se conoce como contaminación radioactiva a la exposición por contacto directo con la fuente
radiactiva dispersa en el ambiente o depositada en superficies.
Cuando una persona se encuentra expuesta a Radiaciones Ionizantes, puede ver alterada su salud
de muy diferentes maneras (alteraciones sobre el aparato digestivo, sobre la piel, sobre el sistema
reproductor, ojos, sistema cardiovascular, sistema nervioso, sistema urinario, etc.), dependiendo
de dos factores fundamentales : la dosis de radiación recibida y la dosis por unidad de tiempo.
Estos efectos pueden ponerse de manifiesto, tanto en un corto espacio de tiempo como después de
un cierto período de años, incluso habiendo cesado la exposición.
Si bien el hombre se encuentra expuesto a RI a lo largo de su vida, la dosis de radiación recibida es
muy pequeña, dependiendo de diferentes factores, como se verá en los siguientes ejemplos :

o Radiación a nivel del mar 40 mrem / año


o Radiación por cada 30 m sobre el nivel del mar 13 mrem / año

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o Radiación debida al terreno 15 mrem / año
o Radiación en los alimentos y el agua 25 mrem / año
o Radiación por ver TV (color) 1 mrem / año
o Radiación por cada viaje en avión 4 mrem / año
o Radiación por radiografía gástrica 2000 mrem / año
o Radiación por radiografía de tórax 100-200 mrem / año
o Radiación por radiografía dental 20 mrem / año

Se supone que una persona puede recibir anualmente un valor medio de 150 mrem.
Por último, es importante indicar que, dado el peligro que este tipo de radiaciones supone para las
personas expuestas, existe una estricta legislación sobre el tema, en la que se incluyen
delimitaciones de zonas, medidas dosimétricas, clasificación de los trabajadores expuestos en
categoría, límites anuales de dosis, etc.

DEFINICIÓN DE ZONAS EN FUNCIÓN DEL TIPO DE RIESGO


ZONA DEFINICIÓN
Es aquella en la que, permaneciendo de una manera continuada, resulta
ZONA DE LIBRE ACCESO improbable recibir dosis anuales superiores a 1/10 de los límites
anuales de dosis
Es aquella en la que, existiendo riesgo de irradiación, es probable que
ZONA VIGILADA las dosis recibidas no superen los 1/10 de los límites anuales de dosis.
Resulta improbable superar los 3/10 de dicho límite.
Es aquella en la que no es improbable recibir dosis superiores a 3/10
ZONA CONTROLADA
de los límites anuales de dosis.
ZONA DE PERMANENCIA Es aquella en la que existe el riesgo de recibir una dosis superior a los
LIMITADA límites anuales de dosis.
ZONA DE ACCESO Es aquella en la que existe el riesgo de recibir en una única
PROHIBIDO exposición, dosis superiores a los límites anuales de dosis.

PROFUNDIZACIÓN DE CONOCIMIENTOS DE RADIACIONES IONIZANTES

INTRODUCCIÓN
La radiación ionizante está en todas partes. Llega desde el espacio exterior en forma de rayos
cósmicos. Está en el aire en forma de emisiones del radón radiactivo y su progenie. Los isótopos
radiactivos que se originan de forma natural entran y permanecen en todos los seres vivos. Es
inevitable. De hecho, todas las especies de este planeta han evolucionado en presencia de la
radiación ionizante. Aunque los seres humanos expuestos a dosis pequeñas de radiación pueden no
presentar de inmediato ningún efecto biológico aparente, no hay duda de que la radiación
ionizante, cuando se administra en cantidades suficientes, puede causar daños. El tipo y el grado
de estos efectos son bien conocidos.
Si bien la radiación ionizante puede ser perjudicial, también tiene muchas aplicaciones
beneficiosas. El uranio radiactivo genera electricidad en centrales nucleares instaladas en muchos
países. En medicina, los rayos X permiten obtener radiografías para el diagnóstico de lesiones y
enfermedades internas. Los médicos especializados en medicina nuclear utilizan material radiactivo
como trazadores para formar imágenes detalladas de estructuras internas y estudiar el
metabolismo. En la actualidad se dispone de radiofármacos terapéuticos para tratar trastornos
como el hipertiroidismo y el cáncer. Los médicos utilizan en radioterapia rayos gamma, haces de
piones, haces de electrones, neutrones y otros tipos de radiación para tratar el cáncer. Los
ingenieros emplean material radiactivo en la operaciones de registro de pozos petrolíferos y para
medir la densidad de la humedad en los suelos. Los radiólogos industriales se valen de rayos X en
el control de calidad para observar las estructuras internas de aparatos fabricados. Las señales de
las salidas de edificios y aviones contienen tritio radiactivo para que brillen en la oscuridad en caso
de fallo de la energía eléctrica. Muchos detectores de humos en viviendas y edificios comerciales
contienen americio radiactivo.
Estos numerosos usos de la radiación ionizante y de los materiales radiactivos mejoran la calidad
de vida y ayudan a la sociedad de muchas maneras. Pero siempre se deben sopesar los beneficios
de cada uso con sus riesgos. Estos pueden afectar a los trabajadores que intervienen directamente
en la aplicación de la radiación o el material radiactivo, a la población en general, a las
generaciones futuras y al medio ambiente, o a cualquier combinación de los grupos enumerados.
Más allá de consideraciones políticas y económicas, los beneficios siempre deben superar a los
riesgos cuando se trate de utilizar la radiación ionizante.
Radiación ionizante
La radiación ionizante consiste en partículas, incluidos los fotones, que causan la separación de
electrones de átomos y moléculas. Pero algunos tipos de radiación de energía relativamente baja,
como la luz ultravioleta, sólo puede originar ionización en determinadas circunstancias. Para
distinguir estos tipos de radiación de la radiación que siempre causa ionización, se establece un
límite energético inferior arbitrario para la radiación ionizante, que se suele situar en torno a 10
kiloelectronvoltios (keV).
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La radiación ionizante directa consta de partículas cargadas, que son los electrones energéticos
(llamados a veces negatrones), los positrones, los protones, las partículas alfa, los mesones
cargados, los muones y los iones pesados (átomos ionizados). Este tipo de radiación ionizante
interactúa con la materia sobre todo mediante la fuerza de Coulomb, que les hace repeler o atraer
electrones de átomos y moléculas en función de sus cargas.
La radiación ionizante indirecta es producida por partículas sin carga. Los tipos más comunes de
radiación ionizante indirecta son los generados por fotones con energía superior a 10 keV (rayos X
y rayos gamma) y todos los neutrones.
Los fotones de los rayos X y gamma interactúan con la materia y causan ionización de tres
maneras diferentes como mínimo:
1. Los fotones de energía más baja interactúan sobre todo mediante el efecto fotoeléctrico,
por el que el fotón cede toda su energía a un electrón, que entonces abandona el átomo o
molécula. El fotón desaparece.
2. Los fotones de energía intermedia interactúan fundamentalmente mediante el efecto
Compton, en virtud del cual el fotón y un electrón colisionan esencialmente como
partículas. El fotón continúa su trayectoria en una nueva dirección con su energía
disminuida, mientras que el electrón liberado parte con el resto de la energía entrante
(menos la energía de unión del electrón al átomo o a la molécula).
3. La producción de pares sólo es posible con fotones cuya energía sea superior a 1,02 MeV.
(Sin embargo, cerca de 1,02 MeV, el efecto Compton predomina todavía. La producción de
pares predomina con energías más altas). El fotón desaparece, y en su lugar aparece una
pareja electrón- positrón (este fenómeno sólo ocurre en la proximidad de un núcleo, por
consideraciones de conservación del momento cinético y de la energía). La energía cinética
total del par electrón-positrón es igual a la energía del fotón menos la suma de las energías
de la masa residual de electrón y positrón (1,02 MeV). Estos electrones y positrones
energéticos se comportan entonces como radiación ionizante directa. A medida que pierde
energía cinética, un positrón puede llegar a encontrarse con un electrón, y las partículas se
aniquilarán entre sí. Entonces se emiten dos fotones de 0,511 MeV (por lo general) desde
el punto de aniquilación, a 180 grados uno de otro.
Con un fotón dado puede ocurrir cualquiera de estos supuestos, salvo que la producción de pares
sólo es posible con fotones de energía superior a 1,022 MeV. La energía del fotón y el material con
el que interactúa determinan qué interacción es la más probable.
La Figura I muestra las regiones en las que predomina cada tipo de interacción en función de la
energía del fotón y del número atómico del absorbente.

Figura I : Importancia relativa de las tres interacciones principales de los fotones con la materia.

Las interacciones más comunes del neutrón con la materia son colisiones inelásticas, captura (o
activación) de neutrón y fisión. Todas ellas son interacciones con núcleos. Un núcleo que colisiona
inelásticamente con un neutrón queda en un nivel de energía más alto. Entonces puede liberar esta
energía en forma de un rayo gamma, mediante la emisión de una partícula beta o de ambas
formas. En la captura de neutrones, un núcleo afectado puede absorber el neutrón y expulsar
energía en forma de rayos gamma o X o partículas beta, o ambas cosas. Las partículas secundarias
causan después ionización, como se ha visto antes. En la fisión, un núcleo pesado puede absorber
al neutrón y se desdobla en dos núcleos más ligeros, que casi siempre son radiactivos.

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BIOLOGIA RADIOLOGICA Y EFECTOS BIOLOGICOS


Tras su descubrimiento por Roentgen en 1895, los rayos X fueron introducidos con tanta rapidez
para el diagnóstico y tratamiento de las enfermedades que casi en seguida comenzaron a
encontrarse lesiones debidas a exposición excesiva a la radiación entre los primeros radiólogos,
que todavía no eran conscientes de sus riesgos (Brown 1933). Las primeras lesiones fueron sobre
todo reacciones cutáneas en las manos de quienes trabajaban con los primeros equipos de
radiología, pero ya en el primer decenio se habían comunicado otros tipos de lesión, incluidos los
primeros cánceres atribuidos a la radiación (Stone 1959).
En el curso del siglo transcurrido desde estos primeros hallazgos, el estudio de los efectos
biológicos de la radiación ionizante ha recibido un impulso permanente como consecuencia del uso
cada vez mayor de la radiación en medicina, ciencia e industria, así como de las aplicaciones
pacíficas y militares de la energía atómica. El resultado es que los efectos biológicos de la radiación
se han investigados más a fondo que los de prácticamente cualquier otro agente ambiental. El
desarrollo de
los conocimientos sobre los efectos de la radiación ha determinado el perfeccionamiento de
medidas para proteger la salud humana contra muchos otros peligros medioambientales, además
de la radiación.
Naturaleza y mecanismos de los efectos biológicos de la radiación
Deposición de energía. A diferencia de otras formas de radiación, la radiación ionizante es capaz de
depositar suficiente energía localizada para arrancar electrones de los átomos con los que
interactúa.
Así, cuando la radiación colisiona al azar con átomos y moléculas al atravesar células vivas, da
lugar a iones y radicales libres que rompen los enlaces químicos y provoca otros cambios
moleculares que dañan las células afectadas. La distribución espacial de los fenómenos ionizantes
depende del factor de ponderación radiológica, wR de la radiación.
Efectos sobre el ADN : Cualquier molécula de la célula puede ser alterada por la radiación, pero el
ADN es el blanco biológico más crítico, debido a la redundancia limitada de la información genética
que contiene. Una dosis absorbida de radiación lo bastante grande para matar la célula media en
división —2 gray (Gy)— basta para originar centenares de lesiones en sus moléculas de ADN (Ward
1988). La mayoría de estas lesiones son reparables, pero las producidas por una radiación
ionizante concentrada (por ejemplo, un protón o una partícula alfa) son en general menos
reparables que las generadas por una radiación ionizante dispersada (por ejemplo, un rayo X o un
rayo gamma) (Goodhead 1988). Por lo tanto, las radiaciones ionizantes concentradas (alta TLE)
tienen por lo común un mayor efecto biológico relativo (EBR) que las radiaciones ionizantes
dispersadas (baja TLE) en casi todas las formas de lesión (CIPR 1991).
Efectos sobre los genes : El daño del ADN que queda sin reparar o es mal reparado puede
manifestarse en forma de mutaciones, cuya frecuencia parece aumentar como una función lineal de
la dosis, sin umbral, en alrededor de 10-5 a 10-6 por locus y por Gy (NAS 1990). El hecho de que la
tasa de mutaciones parezca ser proporcional a la dosis se considera indicativo de que una sola
partícula ionizante que atraviese el ADN es suficiente, en principio, para causar una mutación (NAS
1990). En las víctimas del accidente de Chernóbil, la relación dosis-respuesta de las mutaciones de
la glicoforina de células de la médula ósea es muy similar a la observada en supervivientes de la
bomba atómica (Jensen, Langlois y Bigbee 1995).
Efectos sobre los cromosomas : Las lesiones por radiación del aparato genético pueden causar
también cambios en el número y la estructura de los cromosomas, modificaciones cuya frecuencia
se ha observado que aumenta con la dosis en trabajadores expuestos, en supervivientes de la
bomba atómica y en otras personas expuestas a la radiación ionizante. La relación dosis-respuesta
para las aberraciones cromosómicas en linfocitos de sangre humana se ha determinado con
bastante exactitud, de manera que la frecuencia de aberraciones en esas células puede servir de
dosímetro biológico útil (OIEA 1986).
Efectos sobre la supervivencia celular : Entre las reacciones más tempranas a la irradiación figura
la inhibición de la división celular, que aparece en seguida tras la exposición, aunque su grado y
duración varían con la dosis. Si bien la inhibición de la mitosis es característicamente pasajera, la
lesión radiológica de genes y cromosomas puede ser letal para las células en división, que en
conjunto son muy sensibles a la radiación (CIPR 1984). Medida en términos de capacidad
proliferativa, la supervivencia de las células en división tiende a disminuir exponencialmente con el
aumento de la dosis, de manera que 1-2 Gy bastan por lo general para reducir la población
superviviente en alrededor del 50 %.
Efectos sobre los tejidos : Las células maduras que no están en división son relativamente
radiorresistentes, pero las que se dividen dentro de un tejido son radiosensibles, por lo que la
irradiación intensiva puede matar un número suficiente para que el tejido se atrofie. La rapidez de
esta atrofia depende de la dinámica de la población celular dentro del tejido afectado; es decir, en
órganos caracterizados por un recambio celular lento, como el hígado y el endotelio vascular, el
proceso es típicamente mucho más lento que en órganos caracterizados por un recambio celular
rápido, como la médula ósea, la epidermis y la mucosa intestinal (CIPR 1984). Por otra parte,
conviene subrayar que si el volumen de tejido irradiado es lo bastante pequeño, o si la dosis se

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acumula con la lentitud suficiente, la gravedad de la lesión puede reducirse notablemente por la
proliferación compensatoria de las células supervivientes.
Manifestaciones clínicas de la lesión
Tipos de efectos. Los efectos de la radiación abarcan una amplia variedad de reacciones, que
varían de modo notable en sus relaciones dosis-respuesta, manifestaciones clínicas, cronología y
pronóstico (Mettler y Upton 1995). Los efectos suelen subdividirse por comodidad en dos amplios
grupos: (1) efectos heredables, que se manifiestan en los descendientes de los individuos
expuestos, y (2) efectos somáticos, que se manifiestan en los propios individuos expuestos. En
estos últimos se incluyen los efectos agudos, que aparecen relativamente pronto después de la
irradiación, así como los efectos tardíos (o crónicos), como el cáncer, que puede no aparecer hasta
que han transcurrido meses, años o decenios.
Efectos agudos : Los efectos agudos de la radiación se deben sobre todo a la depleción de células
progenitoras en los tejidos afectados y sólo pueden inducirse por dosis lo bastante grandes para
matar muchas de estas células. Por este motivo, tales efectos se consideran de naturaleza no
estocástica,o determinista (CIPR 1984 y 1991), en contraste con los efectos mutágenos y
cancerígenos de la radiación, que se consideran fenómenos estocásticos resultantes de alteraciones
moleculares aleatorias en células individuales que aumentan como funciones lineales, sin umbral,
de la dosis (NAS 1990; CIPR 1991).
Las lesiones agudas de los tipos que predominaban en los primeros trabajadores expuestos y en
los pacientes tratados inicialmente con radioterapia han desaparecido prácticamente gracias a las
mejoras introducidas en las precauciones de seguridad y en los métodos de tratamiento. Sin
embargo, la mayoría de los pacientes tratados con radiación en la actualidad experimentan
también alguna lesión del tejido normal irradiado.
Además, siguen ocurriendo accidentes radiológicos graves.
Por ejemplo, entre 1945 y 1987 se informó de unos 285 accidentes en reactores nucleares
(excluido el de Chernóbil) ocurridos en diversos países, en los que resultaron irradiadas más de
1.350 personas, 33 de ellas con resultado mortal (Lushbaugh, Fry y Ricks 1987). El accidente de
Chernóbil, por sí solo, liberó material radiactivo suficiente para exigir la evacuación de decenas de
millares de personas y animales domésticos del área circundante, y originó enfermedades
radiológicas y quemaduras en más de 200 personas entre componentes de equipos de emergencia
y bomberos, de las que 31 fallecieron (UNSCEAR 1988). Los efectos a largo plazo del material
radiactivo liberado sobre la salud no pueden predecirse con certeza, pero las estimaciones de los
riesgos resultantes de efectos cancerígenos, basadas en modelos de incidencia de dosis sin umbral
(comentados a continuación), suponen que pueden producirse hasta 30.000 muertes adicionales
por cáncer en la población del hemisferio norte durante los 70 próximos años a consecuencia del
accidente, aunque es probable que los casos adicionales de cáncer en cualquier país sean
demasiado escasos para permitir su detección epidemiológica (USDOE 1987).
Menos catastróficos, pero mucho más numerosos que los accidentes de reactores, han sido los
accidentes en que han intervenido fuentes de rayo gamma médicas e industriales, que también han
sido causa de lesiones y pérdida de vidas. Por ejemplo, la eliminación inadecuada de una fuente de
radioterapia de cesio 137 en Goiânia, Brasil, en 1987 originó la irradiación de docenas de víctimas
confiadas, cuatro de las cuales murieron (UNSCEAR 1993).
Una exposición amplia de las lesiones por radiación escapa al ámbito de esta revisión, pero las
reacciones agudas de los tejidos más radiosensibles son de interés general, por lo que se describen
brevemente en las secciones siguientes.
Piel : Las células de la capa germinal de la epidermis son muy sensibles a la radiación. En
consecuencia, la rápida exposición de la piel a una dosis de 6 Sv o más provoca eritema
(enrojecimiento) de la zona expuesta, que aparece dentro del primer día, suele durar unas cuantas
horas y va seguido al cabo de dos a cuatro semanas de una o más oleadas de un eritema más
profundo y prolongado, así como de depilación (pérdida de pelo). Si la dosis supera los 10 a 20 Sv,
en dos o cuatro semanas pueden surgir ampollas, necrosis y ulceración, seguidas de fibrosis de la
dermis y los vasos subyacentes, que pueden desembocar en atrofia y una segunda oleada de
ulceración meses o años después (CIPR 1984).
Médula ósea y tejido linfoide : Los linfocitos también son muy radiosensibles; una dosis de 2 a 3
Sv irradiada en poco tiempo a todo el cuerpo puede destruir un número suficiente de ellos para que
disminuya el recuento de linfocitos periféricos y la respuesta inmunitaria se deteriore en pocas
horas (UNSCEAR 1988). Las células hematopoyéticas de la médula ósea tienen una sensibilidad
similar a la radiación y su depleción con una dosis comparable es suficiente para causar
granulocitopenia y trombo-citopenia en las tres a cinco semanas siguientes. Si la dosis es mayor,
estas disminuciones del recuento de granulocitos y plaquetas pueden ser lo bastante graves para
originar hemorragia o una infección mortal.
Intestino : Las células progenitoras del epitelio que reviste el intestino delgado también tienen
extraordinaria sensibilidad a la radiación. La exposición aguda a 10 Sv disminuye su número en
grado suficiente para causar la denudación de las vellosidades intestinales suprayacentes en unos
días (CIPR 1984; UNSCEAR 1988). La denudación de una superficie grande de la mucosa puede dar
lugar a un síndrome fulminante similar a la disentería que causa rápidamente la muerte.
Gónadas : Los espermatozoides maduros pueden sobrevivir a dosis grandes (100 Sv), pero los
espermatogonios son tan radiosensibles que una dosis de sólo 0,15 Sv aplicada rápidamente a
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ambos testículos basta para causar oligospermia, y una dosis de 2 a 4 Sv puede provocar
esterilidad permanente. También los oocitos son radiosensibles. Una dosis rápida de 1,5 a 2,0 Sv
aplicada a ambos ovarios origina esterilidad temporal, y una dosis mayor, esterilidad permanente,
en función de la edad de la mujer en el momento de la exposición (CIPR 1984).
Aparato respiratorio : El pulmón no es muy radiosensible, pero la exposición rápida a una dosis de
6 a 10 Sv puede hacer que en la zona expuesta se desarrolle neumonía aguda en el plazo de uno a
tres meses. Si se afecta un volumen grande de tejido pulmonar, el proceso puede originar
insuficiencia respiratoria al cabo de unas semanas, o conducir a fibrosis pulmonar meses o años
después (CIPR 1984; UNSCEAR 1988).
Cristalino del ojo : Las células del epitelio anterior del cristalino, que continúan dividiéndose toda
la vida, son relativamente radiosensibles. El resultado es que una exposición rápida del cristalino a
una dosis superior a 1 Sv puede generar en unos meses la formación de una opacidad polar
posterior microscópica;y 2 a 3 Sv recibidos en una sola exposición breve (o la exposición a 5,5 a
14 Sv acumulada a lo largo de meses) pueden producir cataratas que dificulten la visión (CIPR
1984).
Otros tejidos : En comparación con los tejidos ya mencionados, la sensibilidad de otros tejidos del
cuerpo a la radiación es en general bastante inferior; pero, como
se verá a continuación, el embrión constituye una notable excepción.
También conviene destacar que la radiosensibilidad de cualquier tejido aumenta cuando se
encuentra en estado de crecimiento rápido (CIPR 1984).
Lesión radiológica de todo el cuerpo : La exposición rápida de una parte importante del cuerpo a
una dosis superior a 1 Gy puede producir el síndrome de radiación agudo, que comprende: (1) una
fase inicial prodrómica, caracterizada por malestar general, anorexia, náuseas y vómitos, (2)
seguida de un período latente, (3) una segunda fase (principal) de enfermedad y (4) por último, la
recuperación o la muerte. La fase principal de la enfermedad adopta por lo general una de las
formas siguientes, según la localización predominante de la lesión radiológica: (1) hematológica,
(2) gastrointestinal, (3) cerebral o (4) pulmonar.
Lesión radiológica localizada : A diferencia de las manifestaciones clínicas de la lesión radiológica
aguda de todo el cuerpo, que suelen ser dramáticas e inmediatas, la reacción a la irradiación muy
localizada, tanto si procede de una fuente de radiación externa como de un radionucleido
depositado en el interior del
cuerpo, tiende a evolucionar con lentitud y a producir pocos síntomas o signos a menos que el
volumen de tejido irradiado y/o la dosis sean relativamente grandes.
Efectos de los radionucleidos : Algunos radionucleidos—por ejemplo, el tritio ( 3 H), el carbono 14 (
14 C) y el cesio 137 ( 137 Cs)—tienden a distribuirse sistémicamente y a irradiar la totalidad del
cuerpo, mientras que lo característico de otros radionucleidos es que sean captados por y se
concentren en órganos específicos, donde producen lesiones localizadas. Por ejemplo, el radio y
estroncio 90 ( 90 Sr) se depositan sobre todo en los huesos, por lo que lesionan primordialmente
los tejidos del esqueleto, mientras que el yodo radiactivo se concentra en la glándula tiroides,
localización principal de cualquier lesión resultante (Stannard 1988: Mettler y Upton 1995).
Efectos cancerígenos
Características generales : La carcinogenicidad de la radiación ionizante, que se manifestó por
primera vez a principios de este siglo cuando aparecieron cánceres de la piel y leucemias en las
primeras personas que trabajaron con la radiación (Upton 1986), ha sido documentada desde
entonces sin lugar a dudas por los excesos proporcionales a las dosis de numerosos tipos de
neoplasias en pintores de esferas con radio, en mineros de galerías de roca viva, en supervivientes
de la bomba atómica, en pacientes sometidos a radioterapia y en animales irradiados en
experimentos de laboratorio (Upton 1986; NAS 1990).
Los tumores benignos y malignos inducidos por la irradiación se caracterizan porque tardan años o
decenios en manifestarse y no presentan ningún rasgo conocido que permita distinguirlos de los
producidos por otras causas. Es más, con pocas excepciones, su inducción sólo ha podido
detectarse después de dosis equivalentes relativamente grandes (0,5 Sv), y ha variado con el tipo
de neoplasia, así como con la edad y sexo de las personas expuestas (NAS 1990).
Mecanismos : Los mecanismos moleculares de la cancernogénesis radiológica todavía no se han
determinado con todo detalle, pero en animales de laboratorio y en células cultivadas se ha
observado que los efectos cancerígenos de la radiación
incluyen efectos iniciadores, efectos promotores y efectos sobre la progresión de la neoplasia, que
dependen de las condiciones experimentales en cuestión (NAS 1990). Los efectos parecen incluir
también la activación de oncogenes y/o la inactivación o pérdida de genes supresores de tumores
en muchas ocasiones, por no decir en todas ellas. Además, los efectos cancerígenos de la radiación
se parecen a los de los cancerígenos químicos en que también son modificables por hormonas,
variables nutricionales y otros factores modificadores (NAS 1990). Por otra parte, hay que destacar
que los efectos de la radiación pueden ser aditivos, sinérgicos o antagonistas con los de los agentes
cancerígenos químicos, y que dependen de las sustancias químicas específicas y de las condiciones
de exposición en cuestión (UNSCEAR 1982 y 1986).

FORMAS Y CARACTERÍSTICAS PRINCIPALES DEL SÍNDROME DE RADIACIÓN AGUDO

HIGIENE LABORAL I – Ing. D.A.Pizarro – Pág.115


HIGIENE LABORAL I - Ing. D.A.Pizarro – Pág.116
Resumen y conclusiones
Los efectos perjudiciales de la radiación ionizante sobre la salud humana son de una gran
diversidad, y abarcan desde lesiones con resultado fatal rápido a cánceres, defectos de nacimiento
y trastornos hereditarios que aparecen meses, años o decenios después. La naturaleza, frecuencia
y gravedad de los efectos dependen de la radiación en cuestión, así como de la dosis y las
condiciones de exposición. La mayoría de esos efectos exigen niveles relativamente altos de
exposición y sólo se encuentran, por lo tanto, en víctimas de accidentes, pacientes sometidos a
radioterapia u otras personas que recibieron irradiaciones intensas. En cambio, se supone que los
efectos genotóxicos y cancerígenos de la radiación ionizante aumentan en frecuencia como
funciones lineales, sin umbral, de la dosis; por consiguiente, si bien no puede excluirse la
existencia de umbrales para estos efectos, se supone que su frecuencia aumenta con cualquier
nivel de exposición. Para la mayoría de los efectos de la radiación, la sensibilidad de las células
expuestas varía según su tasa de proliferación y en relación inversa con su grado de diferenciación,
por lo que el embrión y el niño en crecimiento son los más vulnerables.

RADIACIONES NO IONIZANTES

RADIACIÓN ULTRAVIOLETA

Fuentes de radiación ultravioleta


HIGIENE LABORAL I – Ing. D.A.Pizarro – Pág.116
HIGIENE LABORAL I - Ing. D.A.Pizarro – Pág.117
Luz solar
La mayor exposición de origen profesional a la RUV la experimentan quienes trabajan al aire libre,
bajo la luz del sol.
La energía de la radiación solar está muy atenuada por la capa de ozono de la Tierra, que limita la
RUV terrestre a longitudes de onda superiores a 290-295 nm. La energía de los rayos de corta
longitud de onda (UVB), más peligrosos, de la luz solar depende considerablemente de su
trayectoria oblicua en la atmósfera, y varía con la estación y la hora del día (Sliney 1986 y 1987;
OMS 1994).
Fuentes artificiales
Entre las fuentes artificiales más importantes de exposición humana están las siguientes:
Soldadura al arco industrial. La principal fuente de exposición potencial a la RUV es la energía
radiante de los equipos de soldadura al arco. Los niveles de RUV en torno al equipo de soldadura al
arco son muy altos y pueden producirse lesiones oculares y cutáneas graves en un tiempo de tres
a diez minutos de exposición a distancias visuales cortas, de unos pocos metros.
La protección de los ojos y la piel es obligatoria.
Lámparas de RUV industriales en el lugar de trabajo : Muchos procesos industriales y comerciales,
tales como el curado fotoquímico de tintas, pinturas y plásticos, requieren la utilización de
lámparas que emiten una radiación intensa en la región del UV.
Aunque la probabilidad de exposición perjudicial es baja gracias al empleo de blindajes, en algunos
casos puede producirse exposición accidental.
“Lámparas de luz negra” : Las lámparas de luz negra son lámparas especializadas que emiten
predominantemente en la región del UV, y por lo general se utilizan para pruebas no destructivas
con polvos fluorescentes, para la autentificación de
billetes de banco y documentos, y para efectos especiales en publicidad y discotecas. No plantean
ningún riesgo de exposición considerable para los humanos (excepto en ciertos casos para la piel
fotosensibilizada).

NOTA : Del mismo modo que la luz se divide en colores que pueden verse en un arco iris, la RUV
se subdivide en componentes comúnmente denominados UVA, UVB y UVC. Las longitudes de onda
de la luz y la RUV suelen expresarse en nanómetros (nm); 1 nm es la milmillonésima parte (10–9)
del metro. La UVC (RUV de muy corta longitud de onda) de la luz solar es absorbida por la
atmósfera y no llega a la superficie terrestre. La UVC solo se obtiene de fuentes artificiales, tales
como lámparas germicidas, que emiten la mayor parte de su energía a una sola longitud de onda
(254 nm) que es muy eficaz para matar bacterias y virus sobre una superficie o en el aire.
La UVB es la RUV biológicamente más perjudicial para la piel y los ojos, y aunque la mayor parte
de esta energía (que es un componente de la luz solar) es absorbida por la atmósfera, produce
quemaduras solares y otros efectos biológicos.
La RUV de larga longitud de onda, la UVA, se encuentra normalmente en la mayoría de las
lámparas y es también la RUV más intensa que llega a la Tierra. Aunque la UVA puede penetrar
profundamente en el tejido, no es tan perjudicial biológicamente como la UVB, ya que la energía
individual de los fotones es menor que en la UVB o la UVC.

Tratamiento médico : Las lámparas de RUV se utilizan en medicina para diversos fines de
diagnóstico y terapéuticos. Normalmente, las fuentes de UVA se utilizan en aplicaciones de
diagnóstico. Los niveles de exposición del paciente varían considerablemente según el tipo de
tratamiento, y las lámparas UV empleadas en dermatología requieren una utilización cuidadosa por
parte del personal.
Lámparas RUV germicidas : La RUV con longitudes de onda en el intervalo de 250–265 nm es la
más eficaz para esterilización y desinfección dado que corresponde a un nivel máximo en el
espectro de absorción del ADN. Como fuente UV se utilizan con frecuencia tubos de descarga de
mercurio de baja presión, ya que más del 90% de la energía radiada se emite en la línea de 254
nanometros (nm) (Recordar : 1 nm es la milmillonésima parte (10–9) del metro). Estas fuentes
suelen denominarse “lámparas germicidas”, “lámparas bactericidas” o simplemente “lámparas
UVC”. Se utilizan en hospitales para combatir la infección por tuberculosis, y también en el interior
de cabinas microbiológicas de seguridad para inactivar los microorganismos del aire y de las
superficies. Es esencial una instalación adecuada de las mismas y el uso de protección ocular.
Bronceado cosmético : En ciertas empresas hay camas solares en las que los clientes pueden
broncearse por medio de lámparas especiales que emiten principalmente en la región del UVA,
aunque también algo en la del UVB. El uso habitual de una cama solar puede contribuir
considerablemente a la exposición cutánea anual de una persona al UV; asimismo, el personal que
trabaja en salones de bronceado puede resultar expuesto a bajos niveles. El uso de medios de
protección ocular tales como gafas de seguridad o gafas de sol debería ser obligatorio para el
cliente, y dependiendo de la disposición del establecimiento incluso el personal puede necesitar
protectores oculares.
Alumbrado general : Las lámparas fluorescentes son de uso habitual en el lugar de trabajo y
también hace tiempo que se utilizan en el entorno doméstico. Estas lámparas emiten pequeñas
HIGIENE LABORAL I – Ing. D.A.Pizarro – Pág.117
HIGIENE LABORAL I - Ing. D.A.Pizarro – Pág.118
cantidades de RUV y solo contribuyen en un pequeño porcentaje a la exposición anual de una
persona a la radiación UV.
Las lámparas de tungsteno halógenas cada vez se utilizan más en el hogar y en el lugar de trabajo
para diversos fines de alumbrado y exhibición. Las lámparas halógenas sin apantallar pueden
emitir niveles de RUV suficientes para causar graves lesiones a cortas distancias. Colocando sobre
ellas filtros de vidrio se eliminaría este riesgo.

Efectos biológicos

La piel

Eritema
El eritema, o “quemadura solar”, es un enrojecimiento de la piel que normalmente aparece de
cuatro a ocho horas después de la exposición a la RUV y desaparece gradualmente al cabo de unos
días. Las quemaduras solares intensas provocan formación de ampollas y desprendimiento de la
piel. La UVB y la UVC son unas 1.000 veces más eficaces que la UVA como agentes causantes de
eritema (Parrish, Jaenicke y Anderson 1982), pero el eritema producido por la UVB, de mayor
longitud de onda (295 a 315 nm) es más intenso y persiste durante más tiempo (Hausser 1928).
Esta mayor intensidad y duración se deben a que la penetración de esta radiación de mayor
longitud de onda en la epidermis es más profunda. La piel parece presentar la máxima sensibilidad
a 295 nm aproximadamente (Luckiesh, Holladay y Taylor 1930; Coblentz, Stair y Hogue 1931),
siendo esta sensibilidad mucho menor (aproximadamente 0,07) a longitudes de onda de 315 nm y
superiores (McKinlay y Diffey 1987).
La dosis eritémica mínima (DEM) para 295 nm notificada en estudios más recientes para piel sin
broncear, ligeramente pigmentada, varía entre 6 y 30 mJ/cm 2 (Everett, Olsen y Sayer 1965;
Freeman y cols. 1966; Berger, Urbach y Davies 1968).
La DEM a 254 nm varía considerablemente dependiendo del tiempo transcurrido desde la
exposición y de si la piel ha estado expuesta mucho tiempo a la luz solar en el exterior, pero suele
ser del orden de 20 mJ/cm2 (milijoule por centímetro cuadrado) , pudiendo llegar a 0,1 J/cm2 .
La pigmentación y el bronceado de la piel y, lo que es más importante, el engrosamiento del
estrato córneo, pueden aumentar esta DEM en un orden de magnitud como mínimo.
Fotosensibilización
Los especialistas de la salud en el trabajo encuentran con frecuencia efectos adversos por
exposición de origen profesional a la RUV en trabajadores fotosensibilizados. El tratamiento con
ciertos medicamentos puede producir un efecto sensibilizante en la exposición a la UVA, lo mismo
que la aplicación tópica de determinados productos, como algunos perfumes, lociones corporales,
etc. Las reacciones a los agentes sensibilizantes pueden implicar, fotoalergia (reacción alérgica de
la piel) y fototoxicidad (irritación de la piel) tras la exposición a la RUV de la luz solar o de fuentes
industriales de RUV (también son frecuentes las reacciones de fotosensibilidad durante el empleo
de aparatos de bronceado).
Esta fotosensibilización cutánea puede estar producida por cremas o pomadas aplicadas a la piel,
por medicamentos ingeridos por vía oral o inyectados, o por el uso de inhaladores bajo prescripción
médica (véase Tabla I). El médico que prescribe un fármaco potencialmente fotosensibilizante
debería advertir siempre al paciente que adopte medidas apropiadas para protegerse de los efectos
adversos, pero con frecuencia a éste se le dice únicamente que evite la luz solar y no las fuentes
de RUV (dado que no es frecuente su uso por la población en general).

TABLA I
Algunas de las sustancias fotosensibilizantes

SULFAMIDAS CICLAMATO (Edulcorante Artificial)


FÁRMACOS ANTIINFLAMATORIOS NO ESTEROIDEOS
SALICILANILIDAS
(Analgésicos, Antiartríticos).
QUININA DESODORANTES Y BACTERIOSTÁTICOS EN JABONES
DERIVADOS DEL ALQUITRÁN DE HULLA INGREDIENTES DE FILTROS SOLARES
o Acridina o Oxibenzona
o Antraceno o Cinamatos
o Colorantes : Eocina, Azul de o Acido Para Aminobenzoico (PABA)
Metilo, Bengala Rosa. o Esteres de PABA
BLANQUEADOR FLUORESCENTE PARA FIBRAS DE
PSORALENOS
CELULOSA, NYLON O LANA.
SULFONILUREAS (antidiabéticos orales, medicación
ALGUNAS FRAGANCIAS
para la hipoglucemia)
FENOTIACINAS (tranquilizantes mayores) TETRACICLINAS (antibióticos, antiinfecciosos)
ANTIDEPRESIVOS TRICÍCLICOS

Efectos retardados
La exposición crónica a la luz solar —en especial, al componente UVB— acelera el envejecimiento
de la piel e incrementa el riesgo de cáncer de piel (Fitzpatrick y cols. 1974; Forbes y Davies 1982;

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Urbach 1969; Passchier y Bosnjakovic 1987). Varios estudios epidemiológicos han mostrado que la
incidencia de cáncer de piel está estrechamente relacionada con la latitud, la altitud y las
condiciones atmosféricas, lo cual se relaciona a su vez con la exposición a la RUV (Scotto, Fears y
Gori 1980; OMS 1993).
Aún no se han establecido con exactitud las relaciones cuantitativas entre dosis y respuesta para la
carcinogénesis de la piel humana, aunque los individuos de piel blanca, en particular los de origen
celta, son mucho más propensos a contraer cáncer de piel. No obstante, hay que señalar que las
exposiciones a la RUV necesarias para provocar tumores de piel en modelos animales pueden tener
lugar con lentitud suficiente para que no se produzca eritema, y que la efectividad relativa (relativa
al pico a 302 nm) notificada en esos estudios varía en la misma forma que las quemaduras solares
(Cole, Forbes y Davies 1986; Sterenborg y Van der Leun 1987).
El ojo
Fotoqueratitis y fotoconjuntivitis
Son reacciones inflamatorias agudas como consecuencia de la exposición a radiación UVB y UVC,
que aparecen pocas horas después de una exposición excesiva y normalmente remiten al cabo de
uno o dos días.
Lesión retiniana por luz brillante
Aunque la lesión térmica de la retina por fuentes de luz es improbable, pueden producirse daños
fotoquímicos por exposición a fuentes con una fuerte componente de luz azul, con reducción
temporal o permanente de la visión. No obstante, la respuesta normal de aversión a la luz intensa
evitará este riesgo a menos que se haga un esfuerzo consciente por mirar a las fuentes de luz
brillante. La contribución de la RUV a la lesión de retina es generalmente muy pequeña, debido a
que la absorción por el cristalino limita la exposición retiniana.
Efectos crónicos
La exposición laboral de larga duración a la RUV durante varios decenios puede contribuir a la
formación de cataratas y a efectos degenerativos no relacionados con el ojo, tales como
envejecimiento cutáneo y cáncer de piel relacionados con la exposición.
También la exposición crónica a la radiación infrarroja puede elevar el riesgo de cataratas, aunque
esto es muy improbable si se dispone de protección ocular.

Protección en el trabajo
La exposición laboral a la RUV debe minimizarse en la medida de lo posible. En lo referente a las
fuentes artificiales deberá darse prioridad en lo posible a medidas técnicas tales como filtrado,
blindaje y confinamiento. Los controles administrativos, tales como la limitación de acceso, pueden
reducir los requisitos de protección individual.
Los trabajadores que actúan a la intemperie, como los obreros agrícolas, peones, trabajadores de
la construcción, pescadores, etc. pueden reducir al mínimo su riesgo de exposición a la radiación
UV solar utilizando ropa apropiada de tejido tupido y, lo que es más importante, un sombrero con
ala para reducir la exposición de la cara y el cuello. Para reducir aún más la exposición pueden
aplicarse filtros solares a la piel expuesta. Deben disponer de sombra y se les debe proporcionar
todas las medidas protectoras necesarias antes indicadas.
En la industria existen numerosas fuentes que pueden producir lesiones oculares agudas con una
exposición breve. Hay diversos protectores oculares con distintos grados de protección apropiados
para cada uso. Entre los de uso industrial se encuentran los cascos para soldadura (que además
ofrecen protección frente a la radiación intensa visible e infrarroja y protegen la cara), las caretas,
las gafas de seguridad y las gafas con absorción UV. En general, los protectores oculares para uso
industrial deben ajustarse perfectamente a la cara de manera que no haya intersticios por los que
la RUV pueda llegar directamente al ojo y deben estar bien construidos para evitar lesiones físicas.
La idoneidad y selección de los medios de protección ocular dependen de los siguientes puntos:
o la intensidad y las características de la emisión espectral de la fuente de RUV;
o los patrones de comportamiento de las personas situadas cerca de fuentes de RUV (son
importantes la distancia y el tiempo de exposición);
o las propiedades de transmisión del material de las gafas protectoras,
o el diseño de la montura de las gafas, para evitar la exposición periférica del ojo a RUV
directa no absorbida.
En las situaciones de exposición industrial se puede valorar el riesgo ocular midiendo y comparando
los niveles de exposición con los límites recomendados (Duchene, Lakey y Repacholi 1991).
Conclusiones
Constantemente se producen daños moleculares de los principales componentes celulares debidos
a la exposición a la RUV pero existen mecanismos de reparación para contrarrestar la exposición de
la piel y los tejidos oculares a la radiación ultravioleta.
Sólo cuando estos mecanismos de reparación se ven desbordados se producen lesiones biológicas
agudas (Smith 1988). Por estas razones reducir la exposición a la RUV de origen profesional sigue
siendo una importante preocupación para el personal de seguridad y salud en el trabajo.

RADIACION INFRARROJA
RADIACION INFRARROJA
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HIGIENE LABORAL I - Ing. D.A.Pizarro – Pág.120
La radiación infrarroja es la parte del espectro de radiación no ionizante comprendida entre las
microondas y la luz visible.
Es parte natural del entorno humano y por lo tanto las personas están expuestas a ella en
pequeñas cantidades en todas las situaciones de la vida diaria, por ejemplo en el hogar o durante
las actividades recreativas realizadas al sol. No obstante, puede producirse una exposición muy
intensa debido a ciertos procesos técnicos en el lugar de trabajo.
Muchos procesos industriales implican el curado térmico de distintos tipos de materiales.
Normalmente, las fuentes de calor utilizadas o el propio material calentado emiten niveles tan altos
de radiación infrarroja que un gran número de trabajadores corren el riesgo de resultar expuestos.
Magnitudes
Las longitudes de onda de la radiación infrarroja (IR) están comprendidas entre 780 nm y 1 mm.
Según la clasificación de la Comisión Internacional de Iluminación (CIE), esta banda se subdivide
en IRA (de 780 nm a 1,4 µm), IRB (de 1,4 µm a 3 µm) e IRC (de 3 µm a 1 mm). Tal subdivisión se
ajusta de manera aproximada a las características de absorción dependiente de la longitud de onda
de la IR en el tejido y a los diferentes efectos biológicos resultantes.
Fuentes y exposición profesional
La exposición a la IR se debe a diversas fuentes naturales y artificiales.
La emisión espectral de estas fuentes puede limitarse a una sola longitud de onda (como en el
láser) o distribuirse sobre una amplia banda de longitudes de onda.
Numerosos procesos industriales requieren el empleo de fuentes que emiten altos niveles de
radiación visible e infrarroja, por lo que un gran número de trabajadores, como panaderos,
sopladores de vidrio, operarios de hornos de cocción, trabajadores de fundiciones, herreros,
trabajadores metalúrgicos y bomberos, tienen potencial riesgo de exposición. Además de las
lámparas hay que tener en cuenta otras fuentes, como llamas, sopletes de gas, sopletes de
acetileno, baños de metal fundido y barras metálicas incandescentes. Estas fuentes se encuentran
en fundiciones, acerías y muchas otras plantas de industria pesada.
La Tabla A, resume algunos ejemplos de fuentes de IR y sus aplicaciones.

TABLA A

FUENTE APLICACIÓN O POBLACIÓN EXPUESTA


Trabajadores a la intemperie, agricultores, construcción,
LUZ SOLAR
marineros
LÁMPARAS DE FILAMENTO DE Población y trabajadores en general
TUNGSTENO Alumbrado general, secado de tintas y pinturas
LÁMPARAS DE FILAMENTO DE Sistemas de copia (fijación), procesos generales (secado, cocción,
TUNGSTENO HALOGENADO retracción, reblandecimiento)
Juguetes, electrónica de consumo, tecnología de transmisión de
DIODOS FOTOEMISORES
datos, etc.
Proyectores, simuladores solares, luces de exploración
LÁMPARAS DE ARCO DE XENÓN Operadores de cámaras de imprentas, trabajadores de
laboratorios ópticos, artistas de variedades
HIERRO EN FUSIÓN Horno de acero, trabajadores de acerías
BATERÍAS DE LÁMPARAS DE
Calentamiento y secado industriales
INFRARROJOS
LÁMPARAS DE INFRARROJOS EN
Incubadoras
HOSPITALES

Efectos biológicos
Por regla general, la radiación óptica no penetra a mucha profundidad en el tejido biológico. Por lo
tanto, los principales objetivos de una exposición a IR son la piel y los ojos. En la mayoría de
condiciones de exposición el principal mecanismo de interacción de la IR es térmico. Sólo los
impulsos de muy corta duración que pueden producir los láseres, aunque no se tratan aquí, pueden
originar también efectos termomecánicos. Con la radiación IR no son de prever efectos debidos a
ionización o a la rotura de enlaces químicos, dado que la energía de las partículas, al ser inferior a
1,6 eV aproximadamente, es demasiado baja para causar tales efectos. Por la misma razón, las
reacciones fotoquímicas sólo revisten importancia a longitudes de onda cortas en las regiones
visible y ultravioleta del espectro. Los distintos efectos de la IR para la salud, dependientes de la
longitud de onda, se deben principalmente a las propiedades ópticas de los tejidos, dependientes
también de la longitud de onda que presenta el tejido: por ejemplo, la absorción espectral de los
medios oculares.
Efectos sobre el ojo
En términos generales, el ojo está bien adaptado para autoprotegerse frente a la radiación óptica
del entorno natural. Además, está protegido fisiológicamente contra lesiones por fuentes de luz
intensa, como el sol o las lámparas de alta intensidad, mediante una respuesta de aversión que
limita la duración de la exposición a una fracción de segundo (0,25 segundos aproximadamente).
La IRA afecta principalmente a la retina, debido a la transparencia de los medios oculares. Además,
cuando se mira directamente a una fuente puntual o a un haz láser, la capacidad de enfocar en la

HIGIENE LABORAL I – Ing. D.A.Pizarro – Pág.120


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región de la IRA hace la retina mucho más susceptible de sufrir daños que ninguna otra parte del
cuerpo.
Se considera que, con períodos de exposición cortos, el calentamiento del iris por absorción de
radiación visible o IR próxima conduce a la formación de opacidades en el cristalino.
Al aumentar la longitud de onda, a partir de 1 µm aproximadamente, aumenta también la
absorción por los medios oculares. Por lo tanto, se considera que la absorción de radiación IRA por
el cristalino y el iris pigmentado influye en la formación de opacidades de cristalino. Las lesiones
del cristalino se atribuyen a longitudes de onda inferiores a 3 µm (IRA e IRB).
El humor acuoso y el cristalino presentan una absorción especialmente elevada de la radiación
infrarroja de longitud de onda superior a 1,4 µm.
En la región IRB e IRC del espectro, los medios oculares se vuelven opacos a causa de la elevada
absorción por el agua que contienen. En esta región, la absorción se produce principalmente en la
córnea y el humor acuoso. Por encima de 1,9 µm, el único medio realmente absorbente es la
córnea. La absorción de radiación infrarroja de larga longitud de onda por la córnea puede elevar la
temperatura del interior del ojo debido a la conducción térmica. Gracias a la rápida renovación de
las células superficiales de la córnea cabe esperar que cualquier daño que se limite a la capa
externa de esta última sea temporal.
En la banda de IRC, la exposición puede provocar en la córnea quemaduras similares a las de la
piel. No obstante, las quemaduras de la córnea no son muy probables dada la reacción de aversión
que desencadena la sensación dolorosa provocada por una exposición intensa.
Efectos sobre la piel
La radiación infrarroja no penetra en la piel a mucha profundidad, por lo que la exposición de la
piel a una IR muy intensa puede producir efectos térmicos de distinta intensidad e incluso
quemaduras graves. Los efectos sobre la piel dependen de las propiedades ópticas de ésta, tales
como la profundidad de penetración en función de la longitud de onda. Particularmente, a
longitudes de onda más largas, una exposición extensa puede provocar un gran aumento de
temperatura local y quemaduras. Debido a las propiedades físicas de los procesos de transporte
térmico en la piel, los valores umbral para estos efectos dependen del tiempo. Por ejemplo, una
irradiación de 10 kWm–2 puede causar una sensación dolorosa al cabo de 5 segundos, mientras que
una exposición de 2 kWm–2 no producirá la misma reacción en períodos de duración inferior a 50
segundos aproximadamente.
Si la exposición se prolonga durante períodos muy largos, incluso con valores muy inferiores al
umbral de dolor, el cuerpo humano puede sufrir una elevada carga térmica, en especial si la
exposición abarca la totalidad del cuerpo como por ejemplo delante de acero fundido. Esto puede
provocar un desequilibrio del sistema de termorregulación, en otro caso fisiológicamente bien
equilibrado. El umbral de tolerancia de tales exposiciones depende de las diferentes condiciones
individuales y ambientales, tales como la capacidad individual del sistema de termorregulación, el
metabolismo del cuerpo durante la exposición o la temperatura ambiente, la humedad y el
movimiento del aire (velocidad del viento). En ausencia de trabajo físico puede tolerarse una
exposición de 300 Wm–2 como máximo durante ocho horas en determinadas condiciones
ambientales, pero este valor disminuye a 140 Wm–2 aproximadamente durante el trabajo físico
pesado.

Medidas de protección
La protección normal más eficaz frente a la exposición a la radiación óptica es el confinamiento
total de la fuente y de todas las vías de radiación que puedan partir de ella. En la mayoría de los
casos, tales medidas permiten cumplir fácilmente los límites de exposición. De no ser así, deberá
recurrirse a la protección individual.
Por ejemplo, se utilizará protección ocular en forma de gafas o pantallas adecuadas, o bien ropa
protectora. Si las condiciones de trabajo no permiten adoptar tales medidas, puede ser necesario
ejercer un control administrativo y restringir el acceso a las fuentes muy intensas. En algunos
casos, una medida para
proteger al trabajador puede ser reducir la potencia de la fuente o bien el tiempo de trabajo
(mediante pausas que le permitan recuperarse del estrés por calor).
La exposición laboral a la radiación visible e IR rara vez entraña riesgos y por lo general es
beneficiosa. No obstante, algunas fuentes emiten una cantidad considerable de radiación visible
provocando con ello la respuesta de aversión natural, por lo que hay pocas probabilidades de
sobreexposición accidental de los ojos. En cambio, es muy probable que se produzca exposición
accidental en el caso de fuentes artificiales que sólo emiten radiación en el infrarrojo próximo.
Entre las medidas que pueden adoptarse para reducir al mínimo la exposición innecesaria del
personal a la radiación IR están un diseño técnico adecuado del sistema óptico que se utilice, el uso
de gafas o pantallas adecuadas, la limitación del acceso a las personas directamente relacionadas
con el trabajo y la comprobación de que los trabajadores son conscientes de los riesgos potenciales
que entraña la exposición a fuentes de radiación intensa visible e infrarroja.
El personal de mantenimiento que sustituya lámparas de arco deberá poseer una formación
adecuada para evitar cualquier exposición peligrosa. Es inadmisible que los trabajadores padezcan
eritema cutáneo o fotoqueratitis. Si se produjesen estos

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procesos, deberán examinarse los métodos de trabajo y adoptarse medidas que garanticen la
improbabilidad de sobreexposición en el futuro. Las operarias gestantes no corren riesgos
específicos de radiación óptica por lo que respecta a la integridad de su embarazo.
Diseño y normas en relación con los protectores oculares
El diseño de protectores oculares para soldadura y otras operaciones que presentan fuentes de
radiación óptica industrial (por ejemplo, trabajos de fundición, fabricación de vidrio y acero) se
inició al comienzo del presente siglo con el desarrollo del vidrio de Crooke. Las normas sobre
protectores oculares que se desarrollaron posteriormente se atenían al principio general de que
puesto que la radiación infrarroja y ultravioleta no es necesaria para la visión, esas bandas
espectrales deberían bloquearse del mejor modo posible con los materiales de vidrio existentes.
En el decenio de 1970 se probaron las normas empíricas sobre equipos de protección ocular y se
comprobó que contenían amplios factores de seguridad frente a la radiación infrarroja y ultravioleta
cuando se comparaban los factores de transmisión con los límites de exposición profesional
vigentes, mientras que los factores de protección frente a la luz azul tan solo eran suficientes. En
vista de ello, se ajustaron algunos requisitos de las normas.
Protección frente a la radiación ultravioleta e infrarroja
En la industria se utilizan diversas lámparas UV especializadas
para detección por fluorescencia y para fotocurado o fotoendurecimiento de tintas, resinas
plásticas, polímeros dentales, etc.
Aunque normalmente las fuentes de UVA entrañan poco riesgo, pueden contener cantidades
mínimas de radiación UVB peligrosa o presentar un problema de deslumbramiento discapacitante
(debido a la fluorescencia del cristalino).
Existe una amplia disponibilidad de lentes filtrantes de la radiación UV, de vidrio o de plástico, con
factores de atenuación muy elevados, que protegen contra la totalidad del espectro UV. Cuando
estos filtros ofrecen protección hasta 400 nm, pueden presentar una coloración ligeramente
amarillenta. Es muy importante que este tipo de protectores oculares (así como las gafas de sol
industriales) ofrezcan protección para el campo de visión periférico. Los protectores laterales y los
de diseño envolvente son importantes como protección frente a la incidencia temporal de rayos
oblicuos en la zona nasal de la lente, que suelen originar cataratas corticales.
Casi todos los materiales de las lentes de vidrio y de plástico bloquean la radiación ultravioleta de
menos de 300 nm y la radiación infrarroja de longitud de onda superior a 3.000 nm (3 µm) y para
algunos láseres y fuentes ópticas ofrecen buena protección las gafas de seguridad transparentes
ordinarias, con resistencia al impacto (por ejemplo las lentes de policarbonato transparentes
bloquean eficazmente las longitudes de onda superiores a 3 µm). No obstante, es preciso añadir
absorbentes tales como óxidos metálicos al vidrio o colorantes orgánicos a los plásticos para
eliminar la radiación UV de hasta 380-400 nm aproximadamente y la infrarroja desde 780 nm
hasta 3 µm. Esto puede resultar fácil o muy caro y difícil dependiendo del material, y la estabilidad
del absorbente puede variar un poco. Los filtros según normas ANSI Z87.1 del American National
Standards Institute deberán poseer los factores de atenuación apropiados en cada banda crítica del
espectro.

Protección en diversos sectores


Extinción de incendios
Los bomberos pueden estar expuestos a radiación intensa en el infrarrojo próximo por lo que
además de la vital protección de la cara y la cabeza suelen prescribirse filtros atenuadores de la
radiación IR. En este caso también es importante la protección frente a los impactos.
Protección ocular en los sectores de la fundición y el vidrio
Las gafas y anteojos diseñados para protección ocular frente a la radiación infrarroja suelen tener
un ligero tinte verdoso, aunque éste puede ser más oscuro si se desea proporcionar algo de confort
frente a la radiación visible. No hay que confundir estos protectores oculares con las lentes azules
que se utilizan en las
operaciones de fabricación de acero y de fundición, y cuya finalidad consiste en comprobar
visualmente la temperatura de la masa fundida. Estas gafas azules no ofrecen protección y sólo
deben usarse brevemente.
Soldadura
Se pueden conferir fácilmente propiedades de filtrado del infrarrojo y el ultravioleta a los filtros de
vidrio por medio de aditivos tales como óxido de hierro pero el grado de atenuación estrictamente
visible determina el grado de protección, que es una expresión logarítmica de la atenuación.
Normalmente se utiliza un grado de protección de 3 o 4 para la soldadura con gas (que exige
utilizar gafas) y de 10 a 14 para la soldadura con arco eléctrico o de plasma (para las que se
requiere un casco de protección). La regla práctica es que la atenuación frente a los riesgos
oculares es adecuada si el soldador considera que puede observar el arco cómodamente. Los
supervisores, ayudantes de los soldadores y demás personas presentes en la zona de trabajo
pueden requerir filtros con un grado de protección relativamente bajo (por ejemplo 3 o 4) como
protección frente a la fotoqueratitis (“golpe de arco” o “ceguera del soldador”). En los últimos años
ha hecho su aparición un nuevo tipo de filtro de soldadura, el filtro autooscurecible.
Cualquiera que sea el tipo de filtro, éste deberá cumplir las normas ANSI Z87.1 y Z49.1 en cuanto
a los filtros de soldadura fijos especificados para tinte oscuro (Buhr y Sutter 1989; CIE 1987).
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Filtros de soldadura autooscurecibles
El filtro de soldadura autooscurecible, cuyo número de tinte aumenta con la intensidad de la
radiación óptica que incide en él, representa un importante avance en la capacidad de los
soldadores para realizar soldaduras con un nivel uniforme de alta calidad, de un modo más eficaz y
ergonómico. Antes, el soldador tenía que bajar y subir el casco o el filtro cada vez que encendía y
apagaba el arco, y justo antes de encender éste tenía que trabajar a ciegas. Además, normalmente
el casco se baja y se sube con un rápido movimiento del cuello y la cabeza, lo que puede provocar
tensión de cuello o lesiones más graves. Debido a la incomodidad de este engorroso procedimiento,
algunos soldadores suelen encender o “cebar” el arco con el casco convencional en posición
elevada, lo que produce fotoqueratitis. En condiciones normales de iluminación ambiente, un
soldador provisto de un casco con filtro autooscurecible puede ver suficientemente bien con la
protección ocular colocada para realizar tareas tales como la alineación de las piezas a soldar, la
colocación del equipo de soldadura en la posición precisa y el cebado del arco. En los cascos de
diseños más comunes, unos sensores de luz detectan entonces el destello del arco prácticamente
en cuanto se produce y activan una unidad de control electrónica para que conmute un filtro de
cristal líquido de un grado de protección en estado claro a un grado de protección en estado oscuro
preseleccionado, eliminando así la necesidad de realizar las maniobras, difíciles y peligrosas, que
requieren los filtros de grado de protección fijo.
Con frecuencia se ha suscitado la cuestión de si los filtros autooscurecibles pueden entrañar
problemas de seguridad ocultos. Por ejemplo ¿pueden las imágenes persistentes (“ceguera por
arco”) producidas en el lugar de trabajo conducir a un deterioro permanente de la visión? ¿Ofrecen
realmente los nuevos tipos de filtro un grado de protección equivalente o mejor que el que pueden
proporcionar los filtros fijos convencionales?
Aunque se puede responder afirmativamente a esta segunda pregunta, hay que entender que no
todos los filtros autooscurecibles son equivalentes. Las velocidades de reacción de los filtros, los
valores de los grados de protección claros y oscuros obtenidos bajo una determinada intensidad de
iluminación y el peso de cada unidad pueden variar de unos equipos a otros. La dependencia del
rendimiento de la unidad respecto de la temperatura, la variación del grado de protección en
función de la degradación de la batería eléctrica, el “grado de protección en estado de reposo” y
otros factores técnicos varían según el diseño de cada fabricante. Estas consideraciones se están
teniendo en cuenta en
las nuevas normas.
Puesto que todos los sistemas proporcionan una atenuación adecuada con sus filtros, el atributo
individual más importante que especifican los fabricantes de filtros autooscurecibles es la velocidad
de cambio de filtro. En los filtros autooscurecibles actuales esta velocidad varía desde una décima
de segundo a una velocidad superior a una diezmilésima de segundo. Buhr y Sutter (1989) han
indicado un medio de especificar el tiempo máximo de conmutación pero su fórmula depende de la
variación en el tiempo de la conmutación. La velocidad de conmutación es crucial, porque
proporciona la mejor pauta para la importantísima (pero no especificada) medida de la cantidad de
luz que entrará en el ojo al encender el arco, en comparación con la que deja pasar un filtro fijo
que trabaja con el mismo grado de protección. Si entra en el ojo demasiada luz por cada
conmutación durante la jornada, la dosis acumulada de energía luminosa produce “adaptación
transitoria” y molestias de “tensión ocular” y otros problemas (la adaptación transitoria es la
experiencia visual causada por cambios repentinos en nuestro entorno luminoso y puede
caracterizarse con malestar, sensación de haber estado expuesto a deslumbramiento y pérdida
temporal de agudeza visual). Los productos actuales con velocidades de conmutación del orden de
10 milisegundos ofrecen una protección más adecuada contra la fotorretinitis, si bien el tiempo de
conmutación más corto, del orden de 0,1 ms, tiene la ventaja de reducir los efectos de adaptación
transitoria (Eriksen 1985; Sliney 1992).
A falta de pruebas exhaustivas de laboratorio, el soldador puede realizar unas sencillas
comprobaciones. Se le puede sugerir simplemente que observe una página de texto impreso en
letra menuda a través de varios filtros autooscurecibles. Así se tendrá una indicación de la calidad
óptica de cada filtro.
Después se le puede pedir que intente cebar un arco mientras lo observa a través de cada uno de
los filtros cuya compra se está considerando. Por suerte se puede confiar en el hecho de que los
niveles de luz que resultan cómodos para ver, no son peligrosos.
Se deberá comprobar la eficacia de filtración del UV y el IR en la ficha técnica del fabricante para
asegurarse de que se eliminan las bandas innecesarias. Unos cuantos cebados de arco repetidos
deberían ser suficientes para que el soldador perciba si experimentará malestar por adaptación
transitoria, aunque lo mejor sería que la prueba durase toda una jornada.
El estado de reposo o fallo del grado de protección de un filtro autooscurecible (se produce cuando
falla la batería) debería ofrecer el 100 % de protección a los ojos del soldador durante uno o varios
segundos como mínimo. Algunos fabricantes utilizan un estado oscuro como posición de
desconexión y otros un grado de protección intermedio entre los estados oscuro y claro del filtro.
En uno u otro caso, la transmitancia del filtro en estado de reposo debería ser sensiblemente
inferior a la transmitancia del estado claro con el fin de excluir un riesgo para la retina. En
cualquier caso, el dispositivo deberá proporcionar al usuario una indicación clara y evidente de
cuándo está desconectado el filtro o cuándo se produce un fallo del sistema. De este modo se
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asegurará que el soldador sea alertado con antelación en caso de que el filtro no esté conectado o
no funcione correctamente antes de que se inicie la soldadura. Otras características, tales como la
duración de la carga de la batería o el rendimiento en condiciones extremas de temperatura,
pueden ser importantes para ciertos usuarios.
Conclusión
Por lo general, la radiación infrarroja de las fuentes más comunes, tales como lámparas, o de la
mayoría de las aplicaciones industriales, no supone ningún riesgo para los trabajadores. No
obstante, en algunos lugares de trabajo puede entrañar un riesgo para la salud del trabajador.
Además están aumentando rápidamente la aplicación y utilización de lámparas con fines especiales
y en procesos a alta temperatura en la industria, la ciencia y la medicina. Si la exposición a tales
aplicaciones es lo bastante elevada, no pueden excluirse ciertos efectos perjudiciales
(principalmente en los ojos pero también en la piel). Se espera que
aumente la importancia de las normas sobre exposición a la radiación óptica internacionalmente
reconocidas. Para proteger al trabajador de una exposición excesiva deberían ser obligatorias
ciertas medidas como el apantallamiento (pantallas oculares) o la ropa protectora.
Los principales efectos biológicos adversos atribuidos a la radiación infrarroja son las cataratas,
conocidas como cataratas de los sopladores de vidrio o de los operarios de hornos. La exposición
de larga duración incluso a niveles relativamente bajos produce estrés por calor en el cuerpo
humano. En tales condiciones de exposición deben tenerse en cuenta factores adicionales, como la
temperatura corporal y la pérdida de calor por evaporación, así como determinados factores
ambientales.
En los países industrializados se han confeccionado algunas guías prácticas para informar e instruir
a los trabajadores. Puede verse un compendio completo de las mismas en Sliney y Wolbarsht
(1980).

LASERES
Un láser es un dispositivo que produce energía radiante electromagnética coherente dentro del
espectro óptico comprendido entre la zona final del ultravioleta y el infrarrojo lejano
(submilimétrico).
El término láser es en realidad un acrónimo de light amplification by stimulated emission of
radiation (amplificación de la luz por emisión estimulada de radiación). Aunque el proceso láser fue
predicho teóricamente por Albert Einstein en 1916, la primera demostración de un láser conseguido
con éxito no tuvo lugar hasta 1960. En los últimos años, los láseres han encontrado múltiples
aplicaciones, desde el laboratorio de investigación hasta el entorno industrial, médico y de oficinas,
así como en obras de construcción e incluso en el ámbito doméstico. En numerosas aplicaciones,
tales como reproductores de videodiscos y sistemas de comunicación por fibra óptica, la salida de
energía radiante del láser está confinada, no existe ningún riesgo para la salud del usuario y éste
puede no advertir siquiera la presencia de un láser incorporado en el producto. Sin embargo, en
algunas aplicaciones médicas, industriales o en investigación la energía radiante emitida por el
láser es accesible y puede suponer un riesgo potencial para los ojos y la piel.
Puesto que el proceso láser (denominado a veces “laseo”) puede producir un haz de radiación
óptica (es decir energía radiante ultravioleta, visible o infrarroja) fuertemente colimado un láser, al
contrario que en la mayoría de los riesgos que se presentan en el lugar de trabajo, puede suponer
un riesgo a considerable distancia. Quizás sea esta característica más que ninguna otra la que ha
suscitado las especiales preocupaciones manifestadas por trabajadores y expertos en salud y
seguridad en el trabajo. No obstante, los láseres pueden utilizarse sin peligro si se adoptan
medidas apropiadas para controlar el riesgo. Existen normas de ámbito mundial para la utilización
segura de los láseres, la mayoría de ellas “armonizadas” entre sí (ANSI 1993; CEI 1993). En todas
estas normas se utiliza un sistema de clasificación de riesgos que agrupa los productos láser en
cuatro amplias categorías según la potencia o energía de salida del láser y su capacidad para
producir daño. Después se aplican medidas de seguridad acordes con la clasificación de riesgo
(Cleuet y Mayer 1980; Duchene, Lakey y Repacholi 1991).
Los láseres operan a longitudes de onda discretas y aunque la mayoría son monocromáticos (es
decir, emiten una sola longitud de onda o un solo color) no es infrecuente que un láser emita varias
longitudes de onda discretas. Por ejemplo, el láser de argón emite varias líneas diferentes en la
región del ultravioleta próximo y en la región visible del espectro, a pesar de estar diseñado en
general para emitir solamente una línea verde (una sola longitud de onda) de 514,5 nm y/o una
línea azul de 488 nm. Al considerar los riesgos potenciales para la salud, siempre es esencial
establecer la longitud o longitudes de onda de salida.
Todos los láseres tienen tres componentes fundamentales:
1. un medio activo (un sólido, líquido o gas) que define las longitudes de onda de emisión posibles;
2. una fuente de energía (por ejemplo, corriente eléctrica, lámpara de bombeo o reacción química),
3. una cavidad resonante con acoplador de salida (generalmente dos espejos).
La mayoría de los sistemas láser utilizados en la práctica fuera del laboratorio de investigación
tienen también un sistema de transmisión del haz, por ejemplo una fibra óptica o un brazo
articulado con espejos para dirigir el haz hacia una estación de trabajo, y lentes focalizadoras para
concentrarlo sobre un material a soldar, etc. En un láser, átomos o moléculas idénticos se llevan a
un estado excitado mediante la energía suministrada por la lámpara de bombeo. Cuando los
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átomos o moléculas se encuentran en un estado excitado, un fotón (“partícula” de energía
luminosa) puede estimular a un átomo o molécula excitados para que emitan un segundo fotón de
la misma energía (longitud de onda) que viaja en fase (radiación coherente) en la misma dirección
que el fotón estimulante. Con ello se ha amplificado al doble la luz emitida. Este mismo proceso
repetido en cascada hace que se forme un haz luminoso que se refleja hacia delante y hacia atrás
entre los espejos de la cavidad resonante.
Al ser uno de estos espejos parcialmente transparente, una parte de la energía luminosa abandona
la cavidad resonante y dando lugar a la emisión del haz láser. Aunque en la práctica los dos
espejos paralelos suelen estar curvados para producir una situación de resonancia más estable, el
principio básico es el mismo para todos los láseres.
A pesar de que en el laboratorio de física se han hecho demostraciones con varios miles de líneas
láser diferentes (es decir, longitudes de onda láser discretas características de diferentes medios
activos), tan solo unas veinte de ellas se han desarrollado comercialmente hasta ser de uso común
en la tecnología cotidiana.
Se han desarrollado y publicado guías y normas de seguridad en relación con los láseres, que
abarcan básicamente todas las longitudes de onda del espectro óptico a fin de incluir tanto las
líneas láser actualmente conocidas como los futuros láseres.
Clasificación de los riesgos de los láseres
Las normas actuales sobre seguridad de los láseres vigentes en todo el mundo siguen el método de
agrupar los productos láser en clases de riesgo. En general, el esquema se basa en la agrupación
en cuatro grandes clases de riesgo, de la 1 a la 4.
Los láseres de clase 1 no pueden emitir radiación láser potencialmente peligrosa y no suponen
ningún riesgo para la salud. Las clases 2 a 4 entrañan un riesgo creciente para los ojos y la piel.
Este sistema de clasificación es útil porque se prescriben medidas de seguridad para cada clase de
láser. Las clases superiores requieren medidas de seguridad más estrictas.
La clase 1 se considera un grupo sin riesgo, “seguro para la vista”. La mayoría de los láseres
totalmente confinados (por ejemplo, los registradores láser de discos compactos) son de clase 1.
Un láser de clase 1 no requiere ninguna medida de seguridad.
La clase 2 corresponde a los láseres visibles que emiten una potencia muy baja, la cual no sería
peligrosa ni siquiera aunque el haz penetrase en el ojo humano con toda su potencia y se enfocase
sobre la retina. La respuesta de aversión natural del ojo a la contemplación de fuentes de luz muy
brillante lo protege contra lesiones de retina si la energía que entra en él es insuficiente para dañar
la retina dentro del tiempo de respuesta de aversión. Dicha respuesta consiste en el reflejo de
parpadeo (de 0,16 a 0,18 segundos aproximadamente), la rotación del ojo y el movimiento de la
cabeza cuando se produce la exposición a esa luz tan brillante. Las normas de seguridad actuales
definen de modo conservador una duración de la respuesta de aversión de 0,25 segundos. Por lo
tanto, los láseres de clase 2 tienen una potencia de salida igual o inferior a 1 miliwatio (mW), que
corresponde al límite de exposición admisible para 0,25 segundos. Son ejemplos de esta clase 2 los
punteros láser y algunos láseres de alineación.
Algunas normas de seguridad contemplan también una subcategoría de la clase 2 denominada
“clase 2A”. La contemplación de los láseres de clase 2A no es peligrosa durante un tiempo máximo
de 1.000 s (16,7 minutos). La mayoría de los
lectores láser utilizados en puntos de venta (cajas de supermercados) y de los lectores de
inventario son de la clase 2A.
Los láseres de la clase 3 presentan un riesgo para la vista, dado que la respuesta de aversión no es
lo bastante rápida para limitar la exposición de la retina a un nivel momentáneamente seguro y
también pueden producirse daños en otras estructuras del ojo (por ejemplo, la córnea y el
cristalino). Normalmente la exposición accidental no entraña riesgos para la piel: son ejemplos de
láseres de clase 3 numerosos láseres de investigación y telémetros láser militares.
La clase 3 tiene una subcategoría especial, denominada “clase 3A” (el resto de los láseres de clase
3 se denominan “clase 3B”). Los láseres de la clase 3A tienen una potencia de salida comprendida
entre una y cinco veces los límites de emisión accesible (AEL) para la clase 1 o la clase 2, pero con
una irradiancia de salida no superior al límite de exposición profesional correspondiente a la clase
inferior. Son ejemplos de esta clase numerosos instrumentos láser de alineación y topografía.
Los láseres de clase 4 pueden entrañar riesgo de incendio, riesgo considerable para la piel o riesgo
de reflexión difusa. Casi todos los láseres quirúrgicos y los de procesado de materiales utilizados
para soldadura y corte son de clase 4 si no están confinados.
Todos los láseres con una potencia de salida media superior a 0,5 W son de clase 4. Si un láser de
alta potencia de clase 3 o clase 4 está totalmente confinado de manera que la energía radiante
peligrosa no sea accesible, el sistema láser total podría ser de clase 1. El láser más peligroso,
situado dentro de una carcasa se denomina láser interno o encapsulado.
Límites de exposición profesional
La Comisión Internacional de Protección contra la Radiación No Ionizante (ICNIRP 1995) ha
publicado guías sobre límites de exposición humana a la radiación láser los cuales se actualizan
periódicamente. En la Tabla B se indican los límites de exposición (LE) representativos de varios
láseres usuales. Casi todos los haces láser sobrepasan los límites de exposición admisibles. Por lo
tanto, en la práctica no suelen utilizarse los límites de exposición para determinar medidas de

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seguridad. En lugar de ello se aplica con este fin el esquema de clasificación láser que se basa en la
aplicación de los LE en condiciones realistas.

TABLA B

PRINCIPALES
TIPO DE LÁSER LONGITUDES DE LÍMITE DE EXPOSICIÓN
ONDA
Fluoruro de argón 193 nm 3,0 mJ/cm2 durante más de 8 h
Cloruro de xenón 308 nm 40 mJ/cm2 durante más de 8 h
Argón ionizado 488.514,5 nm 3,2 mW/cm2 durante más de 0,1 s
Vapor de cobre 510. 578 nm 2,5 mW/cm2 durante más de 0,25 s
Helio, neón 632,8 nm 1,8 mW/cm2 durante más de 10 s
Vapor de oro 628 nm 1,0 mW/cm2 durante más de 10 s
Criptón ionizado 568.647 nm 1,0 mW/cm2 durante más de 10 s
1.064 nm 5,0 µJ/ cm2 durante 1 ns a 50 µs
Neodimio – YAG
1.334 nm 5 mW/cm2 durante 10 s
Dióxido de carbono 10–6 µm 100 mW/cm2 durante 10 s
Hasta 8 h, superficie limitada
Monóxido de carbono 5 µm 10 mW/cm2 durante >10 s para la mayor parte del
cuerpo

Normas de seguridad sobre láseres


Muchas naciones han publicado normas de seguridad sobre láseres y la mayoría de ellas están
armonizadas con la norma internacional de la Comisión Electrotécnica Internacional (CEI).
La norma CEI 825-1 (1993) rige para los fabricantes; no obstante, también ofrece algunas
orientaciones limitadas sobre seguridad para los usuarios. Todos los productos láser comerciales
deben exhibir la clasificación de riesgos indicada. En todos los productos de las clases 2 a 4 debe
aparecer una etiqueta de advertencia apropiada según la clase correspondiente.
Medidas de seguridad
El sistema de clasificación de riesgos de los láseres facilita considerablemente la determinación de
las medidas de seguridad adecuadas. Las normas de seguridad sobre láseres y las reglas prácticas
requieren por sistema la adopción de medidas de control tanto más restrictivas cuanto más alta es
la clasificación.
En la práctica siempre es preferible confinar totalmente el láser y la trayectoria del haz de manera
que no sea accesible ninguna radiación láser potencialmente peligrosa. En otras palabras, si sólo se
utilizan productos láser de clase 1 en el lugar de trabajo, la seguridad de uso está garantizada. Sin
embargo, en
muchas situaciones esto sencillamente no es viable, por lo que se requiere la oportuna formación
de los trabajadores en la utilización segura del producto y en las medidas de control del riesgo.
Aparte de la regla evidente de no apuntar con un láser a los ojos de una persona, no se exige
ninguna medida de control para un producto láser de clase 2. Para los láseres de clases superiores
se requieren obviamente medidas de seguridad.
Si no es factible el confinamiento total de un láser de clase 3 o 4, el uso de carcasas que cubran el
haz (por ejemplo tubos), pantallas deflectoras y cubiertas ópticas puede eliminar casi totalmente el
riesgo de exposición ocular peligrosa en la mayoría de los casos.
Cuando no sea posible encerrar láseres de las clases 3 y 4, deberá establecerse una zona con
entrada controlada para el láser y generalmente dentro de la zona de riesgo nominal (ZRN) del haz
láser es obligatorio el uso de protectores oculares contra el láser. Aunque en la mayoría de
laboratorios de investigación en los que se utilizan haces láser colimados la ZRN abarca la totalidad
de la zona controlada del laboratorio, en aplicaciones de haz focalizado la ZRN puede ser
sorprendentemente limitada y no abarcar toda la sala.
Como garantía contra el uso inadecuado y posibles acciones peligrosas por parte de usuarios del
láser no autorizados debe utilizarse la llave de control que traen todos los productos láser
fabricados comercialmente.
Dicha llave deberá guardarse en lugar seguro cuando no se utilice el láser si éste es accesible a las
personas.
Durante la alineación y la puesta a punto inicial del láser es preciso adoptar precauciones
especiales, ya que la probabilidad de sufrir lesiones oculares graves es muy elevada en tales
circunstancias.
Los operarios que trabajen con láseres deberán estar instruidos en los métodos de seguridad antes
de realizar la puesta a punto y alineación del láser.
Después de establecerse los límites de exposición profesional se desarrollaron medios de
protección ocular contra el láser y se definieron especificaciones para determinar las densidades
ópticas (OD, una medida logarítmica del factor de atenuación) que serían necesarias para láseres
específicos en función de la longitud de onda y de la duración de la exposición. Aunque existen en
Europa normas específicas de protección ocular contra el láser, en Estados Unidos el American
National Standards Institute facilita otras guías bajo las designaciones ANSI Z136.1 y ANSI Z136.3.
Formación
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En la investigación de los accidentes con láseres tanto en situaciones de laboratorio como
industriales surge un elemento común: la falta de una formación adecuada. La formación sobre
seguridad de los láseres debe ser adecuada y suficiente para las operaciones con láser en las que
intervendrá cada trabajador.
Ha de ser específica para el tipo de láser y la tarea que el trabajador tenga encomendada.
Vigilancia médica
Los requisitos sobre vigilancia médica de los trabajadores que utilizan láseres varían de unos países
a otros, en función de la normativa local sobre medicina en el trabajo. Hubo un tiempo, cuando el
uso de los láseres estaba restringido a los laboratorios de investigación y era poco lo que se sabía
sobre sus efectos biológicos, en que era completamente normal que todos los trabajadores que
utilizaban láseres se sometieran periódicamente a un reconocimiento oftalmológico general
completo, con fotografía del fondo de ojo (retina). No obstante, al principio del decenio de 1970 se
cuestionó la validez de esta práctica, ya que los hallazgos clínicos eran casi siempre negativos y se
advirtió claramente que tales exploraciones solo servían para descubrir lesiones agudas detectables
subjetivamente. Esto indujo al grupo de trabajo sobre láseres de la OMS, reunido en Don
Leaghreigh, Irlanda, en 1975, a pronunciarse en contra de tales programas de vigilancia y a
promover la comprobación de la función visual. A partir de entonces, la mayoría de los grupos
nacionales de la salud en el trabajo ha rebajado continuamente las exigencias de reconocimiento
médico. Hoy día los reconocimientos oftalmológicos completos sólo se exigen con carácter
universal en caso de lesión ocular por láser o de sospecha de sobreexposición y generalmente se
requiere una exploración de la función visual antes de desempeñar un puesto de trabajo. En
algunos países se requieren exploraciones adicionales.
Mediciones de los láseres
A diferencia de lo que ocurre con algunos riesgos en el lugar de trabajo, en general no es necesario
realizar mediciones para la vigilancia de niveles peligrosos de radiación láser en los lugares de
trabajo. Dadas las dimensiones de los láseres confinados y de la mayoría de los haces láser, la
probabilidad de alterar las trayectorias de los haces y la dificultad y el coste de los radiómetros
láser, las normas actuales sobre seguridad preconizan medidas de control basadas en la clase de
riesgo y no en la medición en el lugar de trabajo (vigilancia). El fabricante debe realizar mediciones
para asegurarse del cumplimiento de las normas de seguridad sobre láseres y de la adecuada
clasificación del riesgo.
De hecho una de las primeras justificaciones para la clasificación del riesgo de los láseres fue la
gran dificultad que entraña realizar medidas apropiadas para la evaluación del riesgo.
Conclusiones
Aunque el láser es algo relativamente nuevo en el lugar de trabajo, está difundiéndose
rápidamente y lo mismo sucede con los programas relacionados con su seguridad. Las claves para
el uso seguro de los láseres son, en primer término, confinar si es posible la energía radiante del
láser y, si no lo es, adoptar medidas de control adecuadas e instruir a todo el personal que trabaje
con láseres.

CAMPOS DE RADIOFRECUENCIA Y MICROONDAS


CAMPOS DE RADIOFRECUENCIA Y MICROONDAS
La radiación de radiofrecuencia (RF), energía electromagnética y microondas se utiliza en diversas
aplicaciones en la industria, comercio, medicina e investigación, así como en el hogar. En la gama
de frecuencia de 3 a 3 x 10 8 kHz (es decir, 300 GHz) encontramos aplicaciones muy conocidas
tales como las emisiones de radio y televisión, comunicaciones (telefonía de larga distancia,
telefonía móvil, radiocomunicación), radar, calentadores dieléctricos, calentadores de inducción,
fuentes de alimentación conmutadas y monitores de ordenador.
La radiación RF de alta potencia es una fuente de energía térmica que comporta todas las
implicaciones conocidas del calentamiento para los sistemas biológicos, incluyendo quemaduras,
cambios temporales y permanentes en la reproducción,
cataratas y muertes. En la amplia gama de las radiofrecuencias, la percepción cutánea del calor y
el dolor térmico no son indicadores de detección fiables, ya que los receptores térmicos están
situados en la piel y no perciben fácilmente el calentamiento profundo del cuerpo originado por
estos campos. Es necesario establecer límites de exposición como protección contra estos efectos
adversos para la salud de la exposición a los campos de radiofrecuencia.

Exposición profesional

Calentamiento por inducción


Aplicando un campo magnético alterno intenso se puede calentar un material conductor por medio
de las corrientes parásitas inducidas.
Este calentamiento se utiliza para realizar procesos de forja, recocido y soldadura fuerte y blanda.
Las frecuencias de trabajo varían entre 50/60 y varios millones de Hz. Puesto que las bobinas que
producen los campos magnéticos suelen ser de pequeñas dimensiones, el riesgo de alto nivel de
exposición de todo el cuerpo es pequeño, no obstante, el nivel de exposición de las manos puede
ser elevado.
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Calentamiento dieléctrico
En la industria se utiliza energía de radiofrecuencia de 3 a 50 MHz (principalmente a frecuencias de
13,56, 27,12 y 40,68 MHz) para diversos procesos de calentamiento. Entre las aplicaciones se
incluyen el sellado y estampación de plásticos, secado de colas y pegamentos, tratamiento de
tejidos y fibras
textiles, carpintería y la fabricación de productos tan diversos como lonas, piscinas, forros de
camas de agua, calzado, carteras de cheques de viaje, etc.
Las medidas notificadas en la literatura (Hansson Mild 1980; IEEE COMAR 1990a, 1990b, 1991)
indican que en muchos casos los campos de fuga eléctricos y magnéticos son muy intensos cerca
de estos dispositivos de RF. A menudo los operarios son mujeres en edad fértil (es decir, de 18 a
40 años). En algunas
situaciones de trabajo, los campos de fuga suelen ser extensivos, lo que provoca la exposición de
todo el cuerpo de los operarios.
En muchos dispositivos los niveles de exposición a campos eléctricos y magnéticos sobrepasan
todas las guías de seguridad existentes en materia de RF.
Dado que estos dispositivos pueden originar una absorción muy elevada de energía de RF, interesa
controlar los campos de fuga que emanan de los mismos. Por ello, la vigilancia periódica de la RF
es esencial para determinar si existe un problema de exposición.
Sistemas de comunicación
Los trabajadores de los campos de la comunicación y el radar sólo están expuestos en la mayoría
de las situaciones a campos de baja intensidad. No obstante, la exposición de los trabajadores que
tienen que trepar a torres de FM/TV puede ser intensa, por lo que se requieren precauciones de
seguridad. La exposición también puede ser considerable cerca de armarios de transmisión que
tienen los enclavamientos anulados y las puertas abiertas
Exposición médica
Una de las aplicaciones más tempranas de la energía de RF fue la diatermia de onda corta. Para
ésta suelen utilizarse electrodos sin blindaje, con el consiguiente riesgo de formación de campos de
dispersión intensos.
Recientemente han empezado a utilizarse campos de RF en unión de campos magnéticos estáticos
en la resonancia magnética (RM). Puesto que la energía de RF utilizada es de baja intensidad y el
campo casi siempre está totalmente confinado en la cámara de alojamiento del paciente, los
niveles de exposición para los operarios son despreciables.
Efectos biológicos
Como magnitud dosimétrica se utiliza ampliamente la tasa de absorción específica (SAR, medida en
watios por kilogramo), de la cual pueden derivarse los límites de exposición. La SAR de un
organismo biológico depende de parámetros de exposición tales como la frecuencia de la radiación,
la intensidad, la polarización,
la configuración de la fuente radiante y del cuerpo, las superficies de reflexión y tamaño y la forma
y propiedades eléctricas del cuerpo. Además, la distribución espacial de la SAR en el interior del
cuerpo presenta una marcada falta de uniformidad. Esta distribución no uniforme de la energía
provoca un calentamiento no uniforme de las partes profundas del cuerpo y puede producir
gradientes de temperatura internos. A frecuencia superiores a 10 GHz, la energía se deposita cerca
de la superficie corporal.
El máximo valor de SAR se da a aproximadamente 70 MHz en el sujeto estándar y a unos 30 MHz
cuando la persona se encuentra de pie y en contacto con tierra de RF. En condi-ciones extremas de
humedad y temperatura, valores de SAR de 1 a 4 W/kg a 70 MHz en todo el cuerpo suelen originar
un aumento de temperatura interno de 2 ºC aproximadamente en seres humanos sanos, en una
hora.
El calentamiento por RF es un mecanismo de interacción que ha sido estudiado en profundidad. Se
han observado efectos térmicos a menos de 1 W/kg, pero en general no se han determinado
umbrales de temperatura para estos efectos. Al
evaluar efectos biológicos debe tenerse en cuenta el perfil tiempo-temperatura.
También se producen efectos biológicos cuando el calentamiento por RF no es un mecanismo
adecuado ni posible. Estos efectos suelen estar relacionados con campos de RF modulada y
longitudes de onda milimétricas. Se han propuesto diversas hipótesis, pero aún no han aportado
información útil para establecer límites de exposición en humanos. Es necesario entender los
mecanismos de interacción fundamentales ya que no es factible explorar cada uno de los campos
de RF para determinar sus interacciones biofísicas y biológicas características.
Los estudios en humanos y en animales indican que los campos de RF pueden causar efectos
biológicos nocivos debido al calentamiento excesivo de los tejidos internos. Los sensores térmicos
corporales están situados en la piel y no detectan fácilmente el calentamiento de zonas profundas
del cuerpo. Por lo tanto, los trabajadores pueden absorber cantidades significativas de energía de
RF sin percatarse inmediatamente de la presencia de campos de fuga. Existen notificaciones de que
personal expuesto a campos de RF producidos por equipos de radar, calentadores y selladores de
RF y torres de emisoras de radio y televisión ha experimentado una sensación de calentamiento
algún tiempo después de haber estado expuesto.
Apenas existen pruebas de que la radiación de RF pueda desencadenar cáncer en humanos. No
obstante, en un estudio se sugiere que puede actuar como promotor del cáncer en animales
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(Szmigielski y cols. 1988). Los estudios epidemiológicos de personal expuesto a campos de RF son
escasos y por lo general de ámbito limitado (Silverman 1990; NCRP 1986; OMS 1981).
En la antigua Unión Soviética y en países del Este de Europa se han realizado varios estudios de
trabajadores expuestos en el lugar de trabajo (Roberts y Michaelson 1985), sin bien estos estudios
no son concluyentes en cuanto a los efectos para la salud.
Evaluaciones y estudios epidemiológicos en operarios de equipos de sellado por RF en Europa
(Kolmodin-Hedman y cols. 1988; Bini y cols. 1986) han dado como resultado la posible
presentación de los siguientes problemas específicos:
o quemaduras por RF o por contacto con superficies calientes;
o entumecimiento (es decir, parestesia) de manos y dedos; perturbación o alteración de la
sensibilidad táctil;
o irritación ocular (posiblemente a causa de vapores emanados de material que contenía
vinilo),
o calentamiento y malestar significativos en las piernas (debido quizá al flujo de corriente a
tierra a través de las piernas).
Teléfonos móviles
El uso de radioteléfonos personales está aumentando rápidamente, con el aumento consiguiente
del número de estaciones base, a menudo situadas en zonas públicas. No obstante, la exposición
del público a estas estaciones es baja. Normalmente los sistemas funcionan a frecuencias cercanas
a los 900 MHz o 1,8 GHz y utilizan tecnología analógica o digital. Los terminales son
radiotransmisores pequeños de baja potencia que se sostienen muy cerca de la cabeza cuando se
utilizan. Parte de la energía radiada por la antena es absorbida por la cabeza. Cálculos numéricos y
mediciones realizados en cabezas simuladas indican que los valores de SAR pueden ser del orden
de algunos W/kg (véase también la declaración de la ICNIRP de 1996). Actualmente ha aumentado
la preocupación pública por el riesgo que npuedan suponer los campos electromagnéticos para la
salud y se han dedicado varios programas de investigación a estudiar esta posibilidad (McKinley y
cols., informe no publicado). Están en curso varios estudios epidemiológicos en relación con el uso
de teléfonos móviles y el cáncer cerebral. Hasta ahora solo se han publicado los resultados de un
estudio con animales (Repacholi y cols. 1997), concretamente ratones transgénicos expuestos una
hora diaria durante 18 meses a una señal similar a la que se utiliza en la comunicación móvil
digital. Al finalizar los experimentos, 43 de 101 animales expuestos presentaban linfomas, frente a
22 de 100 en el grupo de control de exposición simulada.
No es fácil interpretar estos resultados como relevantes para la salud humana, por lo que será
necesario seguir investigando.
Normas y directrices
Varias organizaciones y servicios públicos han publicado normas y directrices de protección frente a
la exposición excesiva a campos de RF. Grandolfo y Hansson Mild (1989) facilitaron un análisis de
las normas de seguridad de ámbito mundial; en este artículo solo se comentan las directrices
publicadas por la IRPA (1988) y la norma IEEE C 95.1 de 1991.
La IRPA (1988) facilita la explicación razonada y completa de los límites de exposición a RF. En
síntesis, las directrices IRPA han adoptado un valor límite básico de SAR de 4 W/kg, por encima
del cual se considera que existe una probabilidad creciente de que se produzcan consecuencias
adversas para la salud debido a la absorción de energía de RF. No se han observado efectos
perjudiciales para la salud tras exposiciones intensas por debajo de este nivel. Incorporando un
factor de seguridad de diez para cubrir las posibles consecuencias de la exposición de larga
duración, se utiliza 0,4 W/kg como límite básico del que derivar los límites de exposición
profesional.

CAMPOS ELECTRICOS Y MAGNETICOS DE VLF Y ELF


CAMPOS DE VLF Y ELF
Los campos eléctricos y magnéticos de frecuencia extremadamente baja (ELF) y de muy baja
frecuencia (VLF) abarcan el intervalo de frecuencia por encima de los campos estáticos (> 0 Hz)
hasta los 30 kHz. A los efectos de este artículo, la ELF se considera comprendida en el intervalo de
frecuencia de 0 a
300 Hz y la VLF en el intervalo de 300 Hz a 30 kHz. En el intervalo de frecuencia > 0 a 30 kHz, las
longitudes de onda varían entre ∞ (infinito) y 10 km, por lo que los campos eléctricos y magnéticos
actúan de forma esencialmente independiente entre sí y deben tratarse por separado. La
intensidad de campo eléctrico (E) se mide en voltios por metro (V/m), la intensidad de campo
magnético (H) en amperios por metro (A/m) y la densidad de flujo magnético (B) en tesla (T).
Se ha suscitado un considerable debate sobre los posibles efectos adversos para la salud entre los
trabajadores que utilizan equipos que funcionan en este intervalo de frecuencias. La frecuencia
más común es con mucho la de 50/60 Hz, utilizada
para la generación, distribución y uso de energía eléctrica. Los medios de información, la
distribución de información inexacta y el debate científico en curso han alimentado la preocupación
por la posibilidad de que la exposición a campos magnéticos de 50/60 Hz pueda estar relacionada
con un aumento de la incidencia de cáncer (Repacholi 1990; NRC 1996).
El objeto de este artículo es facilitar una visión general de las siguientes cuestiones:
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o fuentes, ocupaciones y aplicaciones;
o dosimetría y medición;
o mecanismo de interacción y efectos biológicos;
o estudios en humanos y efectos para la salud;
o medidas de protección,
o normas sobre exposición laboral.

Fuentes de exposición profesional


Los niveles de exposición profesional varían considerablemente y dependen en gran medida del
tipo de aplicación. La Tabla 49.4 ofrece un resumen de aplicaciones comunes de las frecuencias
comprendidas en el intervalo de 0 a 30 kHz.
Generación y distribución de energía eléctrica
Las fuentes artificiales más importantes de campos eléctricos y magnéticos a 50/60 Hz son las que
intervienen en la generación y distribución de energía eléctrica así como cualquier equipo que
utilice corriente eléctrica. Casi todos estos equipos funcionan a frecuencias de alimentación de 50
Hz en la mayoría de los países y a 60 Hz en Norteamérica. Algunos sistemas de trenes eléctricos
funcionan a 16,67 Hz.
Las líneas de transmisión de alta tensión (AT) y las subestaciones producen los campos eléctricos
más intensos a que pueden estar expuestos los trabajadores de forma habitual. Los factores más
importantes a tener en cuenta en relación con la
máxima intensidad de campo eléctrico a nivel del suelo son principalmente la altura de los
conductores, la configuración geométrica, la distancia lateral a la línea de transmisión y el voltaje
de ésta. A distancias laterales del doble de la altura de la línea, la intensidad del campo eléctrico
disminuye con la distancia aproximadamente de forma lineal (Zaffanella y Deno 1978). En el
interior de los edificios próximos a líneas de transmisión de AT, las intensidades de los campos
eléctricos suelen ser inferiores al campo no perturbado en un factor de aproximadamente 100.000,
dependiendo de la configuración del edificio y de los
materiales de su estructura.
Por lo general, las intensidades de los campos magnéticos producidos por las líneas aéreas de
transmisión de energía eléctrica son relativamente bajos en comparación con las aplicaciones
industriales en las que intervienen corrientes de alta intensidad. Los empleados de compañías de
suministro eléctrico que trabajan en subestaciones o en el mantenimiento de líneas de transmisión
activas constituyen un grupo especial expuesto a campos intensos (de 5 mT incluso más en
algunos casos). En ausencia de materiales ferromagnéticos, las líneas del campo magnético forman
círculos concéntricos alrededor del conductor. Aparte de la geometría del conductor de energía
eléctrica, lo único que determina la densidad del flujo magnético es la magnitud de la corriente. La
dirección del campo magnético debajo de las líneas de transmisión de AT es principalmente
transversal al eje longitudinal de la línea. La máxima densidad de flujo a nivel del suelo puede
estar debajo del centro de la línea o de los conductores exteriores, dependiendo de la relación de
fase entre conductores. La máxima densidad de flujo magnético a nivel del suelo en un sistema
normal de líneas de transmisión
aérea de 500 kV de doble circuito es de aproximadamente 35 µT por kiloamperio de corriente
transmitida (Bernhardt y Matthes 1992). La densidad de flujo magnético alcanza normalmente
valores de hasta 0,05 mT en los lugares de trabajo situados cerca de líneas aéreas, en
subestaciones y en centrales eléctricas que trabajan a frecuencias de 16 2/3, 50 ó 60 Hz (Krause
1986).
Procesos industriales
La exposición laboral a campos magnéticos se produce principalmente por trabajar cerca de
equipos industriales que utilizan corrientes elevadas. Entre tales dispositivos se incluyen los que se
emplean en soldadura, afino con electroescoria, calentamiento (hornos, calentadores de inducción)
y agitación.
Estudios sobre calentadores de inducción utilizados en la industria, llevados a cabo en Canadá
(Stuchly y Lecuyer 1985), Polonia (Aniolczyk 1981), Australia (Repacholi, datos no publi-cados) y
Suecia (Lövsund, Oberg y Nilsson 1982), indican que las densidades de flujo magnético en los
puestos de trabajo de los operarios varían entre 0,7 µT y 6 mT dependiendo de la frecuencia
utilizada y de la distancia a la máquina. En su estudio de los campos magnéticos producidos por
equipos eléctricos industriales de producción de acero y de soldadura, Lövsund, Oberg y Nilsson
(1982) descubrieron que las máquinas de soldadura
por puntos (50 Hz, 15 a 106 kA) y los hornos de colada (50 Hz, 13 a 15 kA) producían campos de
hasta 10 mT a distancia de hasta 1 m. En Australia se comprobó que una planta de calentamiento
por inducción que funcionaba a frecuencias comprendidas entre 50 Hz y 10 kHz producía campos
de máxima intensidad de hasta 2,5 mT (hornos de inducción de 50 Hz) en posiciones que podían
ocupar los operarios.
Además, los campos máximos alrededor de los calentadores de inducción que funcionaban a otras
frecuencias eran de 130 µT a 1,8 kHz, 25 µT a 2,8 kHz y superiores a 130 µT a 9,8 kHz.
Como las bobinas que generan los campos magnéticos suelen ser de pequeñas dimensiones, rara
vez se produce exposición de todo el cuerpo; la exposición suele ser local y afecta principalmente a

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las manos. La densidad de flujo magnético a que están expuestas las manos del operario puede
alcanzar valores de hasta 25 mT (Lövsund y Mild 1978; Stuchly y Lecuyer 1985).
En la mayoría de los casos, la densidad de flujo es inferior a 1 mT. La intensidad del campo
eléctrico en las proximidades del calentador de inducción suele ser baja.
Los trabajadores de la industria electroquímica pueden estar expuestos a altas intensidades de
campo eléctrico y magnético producidas por hornos eléctricos y otros dispositivos que utilizan altas
corrientes. Por ejemplo, cerca de hornos de inducción y de pilas electrolíticas industriales se miden
a veces densidades de flujo magnético de hasta 50 mT.
Pantallas de visualización de datos
El uso de pantallas de visualización de datos (PVD), o terminales de visualización como también se
las denomina, aumenta a ritmo creciente. Los operadores de PVD se muestran preocupados por los
posibles efectos de las emisiones de radiaciones de bajo nivel.
En los casos más desfavorables se han llegado a medir campos magnéticos (a frecuencias de 15 a
125 kHz) de hasta 0,69 A/m (0,9 µT) cerca de la superficie de la pantalla (Bureau of Radiological
Health 1981). Este resultado ha sido confirmado por numerosos estudios (Roy y cols. 1984;
Repacholi 1985; IRPA 1988).
Análisis exhaustivos de las mediciones y estudios de las pantallas realizados por organismos
nacionales y expertos particulares han dado como resultado que las PVD no producen ninguna
emisión de radiaciones que puedan tener consecuencias para la salud (Repacholi 1985; IRPA 1988;
OIT 1993a). No es necesario efectuar medidas de radiación periódicas, ya que incluso en el caso
más desfavorable o en situaciones de avería los niveles de emisión están muy por debajo de los
límites de cualquier norma interna-cional o nacional (IRPA 1988).
En el documento (OIT 1993a) se ofrece un completo análisis de las emisiones, así como un
compendio de la literatura científica, normas y guías pertinentes.

Mecanismos de interacción y efectos biológicos

Mecanismos de interacción
Los únicos mecanismos por los que se ha comprobado que los campos de ELF y VLF interactúan
con los sistemas biológicos son los siguientes:
o Campos eléctricos que inducen una carga superficial en un cuerpo expuesto, la cual induce
en el interior del cuerpo corrientes (medidas en mA/m 2 ) cuya magnitud está en relación
con la densidad de carga superficial. Dicha densidad de carga superficial puede variar
considerablemente, dependiendo de las condiciones de exposición y del tamaño, forma y
posición del cuerpo expuesto en el campo, lo que determina una distribución variable y no
uniforme de corrientes en el interior del cuerpo.
o Los campos magnéticos también actúan sobre los humanos induciendo campos y corrientes
eléctricos en el interior del cuerpo.
o Las cargas eléctricas inducidas en un objeto conductor (p. ej., un automóvil) expuesto a
campos eléctricos de ELF o VLF pueden hacer que la corriente pase a través de una
persona que esté en contacto con él.
o El acoplamiento del campo magnético a un conductor (por ejemplo una alambrada) hace
que circulen corrientes eléctricas (de la misma frecuencia que el campo que produce la
exposición) por el cuerpo de una persona en contacto con él.
o Cuando las personas se acercan lo suficiente a objetos metálicos expuestos a un campo
eléctrico intenso, pueden producirse descargas transitorias (chispas).
o Los campos eléctricos o magnéticos pueden interferir en dispositivos médicos implantados
(por ejemplo marcapasos cardíacos unipolares) y causar mal funcionamiento del
dispositivo.
Las dos primeras interacciones indicadas son ejemplos de acoplamiento directo entre personas y
campos de ELF o VLF.
Las cuatro últimas son ejemplos de mecanismos de acoplamiento indirecto, ya que solo pueden
producirse cuando el organismo expuesto se encuentra cerca de otros cuerpos.
Estos pueden ser otros humanos o bien animales y objetos tales como automóviles, alambradas o
dispositivos implantados.
Aunque se han postulado otros mecanismos de interacción entre tejidos biológicos y campos de
ELF o VLF, o hay algún indicio de su existencia (OMS 1993; NRPB 1993; NRC 1996), no se ha
demostrado que ninguno de ellos tenga consecuencias adversas para la salud.
Efectos para la salud
Las pruebas existentes indican que la mayoría de los efectos comprobados de la exposición a
campos eléctricos y magnéticos en la gama de frecuencias de 0 a 30 kHz se deben a respuestas
agudas a la carga superficial y a la densidad de corriente inducida.
Las personas pueden percibir los efectos de la carga superficial oscilante inducida en sus cuerpos
por los campos eléctricos de ELF (pero no por los campos magnéticos); estos efectos se vuelven
molestos si son lo bastante intensos.
Células nerviosas y musculares humanas han sido estimuladas por las corrientes inducidas por
exposición a campos magnéticos de varios mT y de 1 a 1,5 kHz; se cree que los umbrales de
densidad de corriente son superiores a 1 A/m 2 . Se pueden inducir en el ojo humano sensaciones
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visuales de destellos por exposición a campos magnéticos incluso de sólo 5 a 10 mT (a 20 Hz)
aproximadamente o mediante corrientes eléctricas aplicadas directamente a la cabeza. La
consideración de estas respuestas y de los resultados de los estudios neurofisiológicos señala que
densidades de corriente superiores a 10 mA/m 2 pueden afectar a delicadas funciones del sistema
nervioso central, tales como el razonamiento o la memoria (NRPB 1993).
Los valores umbral suelen mantenerse constantes hasta 1 kHz aproximadamente pero a partir de
ahí aumentan cuando lo hace la frecuencia.

Normas sobre exposición laboral


Casi todas las normas con límites comprendidos en la gama de >0-30 kHz se basan en la
necesidad de mantener los campos y corrientes eléctricos inducidos dentro de niveles seguros.
Normalmente las densidades de corriente inducidas están restringidas a menos de 10 mA/m2 .
Medidas de protección
Las exposiciones de origen laboral que se producen cerca de líneas de transmisión de alta tensión
dependen de la posición del trabajador en el suelo o junto al conductor durante el trabajo con la
línea activa a elevado potencial. Cuando se trabaja con la línea activa, puede utilizarse ropa
protectora para reducir la intensidad de campo eléctrico y la densidad de corriente en el cuerpo a
valores similares a los que se producirían si se trabajase en el suelo. La ropa protectora no aminora
la influencia del campo magnético.
Las responsabilidades en cuanto a la protección de los trabajadores y del público en general contra
los efectos potencialmente adversos de la exposición a campos eléctricos y magnéticos de ELF o
VLF deben estar claramente delimitadas.
Se recomienda que las autoridades competentes tomen en consideración los siguientes pasos:
o desarrollo y adopción de límites de exposición e implantación de un programa de
cumplimiento;
o desarrollo de normas técnicas para reducir la susceptibilidad a la interferencia
electromagnética, por ejemplo de los marcapasos;
o desarrollo de normas que definan zonas de acceso limitado alrededor de las fuentes
productoras de campos eléctricos y magnéticos intensos como protección frente a la
interferencia electromagnética (por ejemplo para marcapasos y otros dispositivos
implantados). Debería estudiarse la utilización de señales de advertencia adecuadas;
o establecimiento del requisito de designar específicamente una persona responsable de la
seguridad de los trabajadores y el público en cada lugar de trabajo con altos potenciales de
exposición;
o desarrollo de procedimientos de medida y métodos de estudio normalizados;
o establecimiento de requisitos para la instrucción de los trabajadores en relación con los
efectos de la exposición a campos eléctricos y magnéticos de ELF o VLF y las medidas y
reglas destinadas a protegerlos,
o elaboración de guías o códigos de prácticas para la seguridad de los trabajadores
expuestos a campos eléctricos y magnéticos de ELF o VLF. La OIT (1993) ofrece excelentes
orientaciones para la confección de este tipo de códigos.

ARTÍCULOS DE INTERÉS y DE ACTUALIDAD LOS CUALES DEBERÁN LEER Y ESTUDIAR CON


DETENIMIENTO

HIGIENE LABORAL I

EXTRACTO DEL LIBRO “UNA BREVE HISTORIA DE CASI TODO”

Autor : BILL BRYSON

Capítulo 10 : “EL PLOMO, LOS CLOROFLUOROCARBONADOS Y LA EDAD DE LA TIERRA”

Pág. 184

EDITORIAL “DEL NUEVO EXTREMO” - Edición 2007

A finales de la década de los cuarenta, un estudiante graduado de la Universidad de Chicago,


llamado Clair Patterson (que era un campesino de Iowa), estaba utilizando un nuevo método de
medición con un isótopo de plomo para intentar determinar la edad de la Tierra de una vez por
todas. Desgraciadamente, todas sus muestras de rocas acababan contaminadas… en general muy
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contaminadas, además. Casi todas contenían unas doscientas veces más plomo del que cabía
esperar. Patterson tardaría muchos años en comprender que la razón de esto era un lamentable
inventor de Ohio llamado Thomas Middley, hijo.
Middley era ingeniero y el mundo habría sido sin duda un lugar más seguro si se hubiese
quedado en eso. Pero empezó a interesarse por las aplicaciones industriales de la química. En
1921, cuando trabajaba para la General Motors Research Corporation en Dayton (Ohio), investigó
un compuesto llamado plomo tetraetílico (conocido también equívocamente como tetraetilo de
plomo) y descubrió que reducía de forma significativa el fenómeno de trepidación conocido como
golpeteo del motor.
Aunque era del dominio público la peligrosidad del plomo, en los primeros años del siglo XX
podía encontrarse plomo en todo tipo de productos de consumo. Las latas de alimentos se
sellaban con soldaduras de plomo. El agua solía almacenarse en depósitos recubiertos de plomo.
Se rociaba la fruta con arseniato de plomo, que actuaba como pesticida. El plomo figuraba incluso
como parte de la composición de los tubos de dentífricos. Casi no existía un producto que no
incorporase un poco de plomo a las vidas de los consumidores. Pero nada les proporcionó una
relación mayor y más íntima con los seres humanos que su incorporación al combustible de los
motores.
El plomo es neurotóxico. Si ingieres mucho, puede dañarte el cerebro y el sistema nervioso
central de forma irreversible. Entre los numerosos síntomas relacionados con la exposición
excesiva al plomo se cuentan la ceguera, el insomnio, la insuficiencia renal, la pérdida de la
audición, el cáncer, la parálisis y las convulsiones. En su manifestación más aguda produce
alucinaciones bruscas y aterradoras, que perturban por igual a víctimas y observadores, y que
suelen ir seguidas del coma y la muerte. No tienes realmente ninguna necesidad de incorporar
demasiado plomo a tu sistema nervioso.
Además, el plomo era fácil de extraer y de trabajar, y era casi vergonzosamente rentable
producirlo a escala industrial… y el plomo tetraetílico hacía de forma indefectible que los motores
dejase de trepidar. Así que, en 1923, tres grandes empresas estadounidenses, General Motors, Du
Pont y Standard Oil de Nueva Jersey craron una empresa conjunta : la “Ethyl Gasoline Corporation”
(más tarde sólo Ethyl Corporation), con el fin de producir tanto plomo tetraetílico como el mundo
estuviese dispuesto a comprar, y eso resultó muchísimo. Llamaron “etilo” a su aditivo porque les
pareció más amistoso y menos tóxico que “plomo”, y lo introdujeron en el consumo público (en
más sectores de los que la mayoría de la gente percibió). El 1 de febrero de 1923.
Los trabajadores de producción empezaron casi inmediatamente a manifestar los andares
tambaleantes y la confusión mental característicos del recién envenenado. Casi inmediatamente
también, la Ethyl Corporation se embarcó en una política de negación serena e inflexible que le
resultaría rentable durante varios decenios. Como comenta Sharon Bertsch McGrayne en
“Prometheans in the Lab” (Prometeos en el Laboratorio), su
Apasionante historia de la química industrial, cuando los empleados de una fábrica empezaron a
padecer delirios irreversibles, un portavoz informó dulcemente a los periodistas : “Es posible que
estos hombres se volvieran locos porque trabajaban demasiado”. Murieron un mínimo de quince
trabajadores en el primer período de producción de gasolina plomada, y enfermaron muchos más,
en muchos casos de gravedad. El número exacto no se conoce porque la empresa casi siempre
consiguió silenciar las noticias de filtraciones, derrames y envenenamientos comprometedores.
Pero a veces resultó imposible hacerlo, sobre todo en 1924, cuando, en cuestión de días, murieron
cinco trabajadores de producción e un solo taller mal ventilado y otros treinta y cinco se
convirtieron en ruinas tambaleantes permanentes.
Cuando empezaron a difundirse rumores sobre los peligros del nuevo producto, el optimista
inventor del etilo, Thomas Midgley, decidió realizar una demostración para los periodistas con el fin
de disipar sus inquietudes. Mientras parloteaba sobre el compromiso de la empresa con la
seguridad, se echó en las manos plomo tetraetílico y luego se acercó un vaso de precipitados lleno
a la nariz y lo aguantó sesenta segundos, afirmando insistentemente que podía repetir la operación
a diario sin ningún peligro. Conocía en realidad perfectamente las consecuencias que podía tener
el envenenamiento con plomo. Había estado gravemente enfermo por exposición excesiva a él
unos meses atrás y a partir de entonces no se acercaba si podía evitarlo a donde lo hubiese, salvo
cuando quería tranquilizar a los periodistas.

Animado por el éxito de la gasolina con plomo, Midgley pasó luego a abordar otro problema
tecnológico de la época. Los refrigeradores solían ser terriblemente peligrosos en los años veinte
porque utilizaban gases insidiosos y tóxicos que se filtraban a veces al exterior. Una filtración de
un refrigerador en un hospital de Cleveland (Ohio) provocó la muerte de más de cien personas en
1929. Midgley se propuso crear un gas que fuera estable, no inflamable, no corrosivo y que se
pudiese respirar sin problema.
Con un instinto para lo deplorable casi asombroso, inventó los clorofluorocarbonados, o los
CFC.
Raras veces se ha adoptado un producto industrial más rápida y lamentablemente. Los CFC
empezaron a fabricarse a principios de la década de los treinta, y se les encontraron mil
aplicaciones en todo, desde los acondicionadores de aire de los automóviles a los pulverizadores de

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HIGIENE LABORAL I - Ing. D.A.Pizarro – Pág.134
desodorantes, antes de que se comprobase medio siglo después que estaban destruyendo el ozono
de la estratosfera. No era una buena cosa, como se comprenderá.
El ozono es una forma de oxígeno en la que cada molécula tiene tres átomos de oxígeno en
vez de los dos normales. Es una rareza química, porque a nivel de la superficie terrestre es un
contaminante, mientras que arriba, en la estratosfera, resulta beneficioso porque absorbe radiación
ultravioleta peligrosa. Pero el ozono beneficioso no es demasiado abundante. Si se distribuyese de
forma equitativa por la estratosfera, formaría una capa de sólo unos dos milímetros de espesor.
Por eso resulta tan fácil destruirlo.
Los clorofluorcarbonos tampoco son muy abundantes (constituyen aproximadamente una
parte por cada mil millones del total de la atmósfera), pero poseen una capacidad destructiva
desmesurada. Uno solo kilo de CFC puede capturar y aniquilar 70.000 kilos de ozono atmosférico.
Los CFC perduran además mucho tiempo (aproximadamente un siglo como media) y no cesan de
hacer estragos. Son, por otra parte, grandes esponjas del calor. Una sola molécula de CFC es
aproximadamente diez mil veces más eficaz intensificando el efecto invernadero que una molécula
de dióxido de carbono… y el dióxido de carbono no es manco que digamos, claro, en lo del efecto
invernadero. En fin, los clorofluorcarbonos pueden acabar siendo el peor invento del siglo XX.
Midgley nunca llegó a enterarse de todo esto porque mur9ó mucho antes de que nadie se
diese cuenta de lo destructivos que eran los CFC. Su muerte fue memorable por insólita. Después
de quedar paralítico por la polio, inventó un artilugio que incluía una serie de poleas motorizadas
que le levantaban y le giraban de forma automática en la cama. En 1944, se quedó enredado en
los cordones cuando la máquina se puso en marcha y murió estrangulado.

La Universidad de Chicago era en la década de los cuarenta el lugar adecuado para alguien que
estuviese interesado en descrubrir la edad de las cosas. Willard Lobby estaba a punto de inventar
la datación con radiocarbono, que permitiría a los científicos realizar una lectura precisa de la edad
de los huesos y e otros restos orgánicos, algo que no habían podido hacer antes. Hasta entonces,
las fechas fidedignas más antiguas no se remontaban más allá de la Primera Dinastía egipcia, es
decir, uno 3.000 años a.C. Nadie podía decir con seguridad, por ejemplo, cuándo se habían
retirado las últimas capas de hielo o en qué período del pasado habían decorado los cromañones
las cuevas de Lascaux (Francia).
La idea de Lobby era tan útil que recibiría por ella un premio Nobel en 1960. Se basaba en
el hecho de que todas las cosas vivas tienen dentro de ellas un isótopo de carbono llamado
“carbono 14”, que empieza a desintegrarse a una tasa medible en el instante en que mueren. El
Carbono 14 tiene una vida media (es decir, el tiempo que tarda en desaparecer la mitad de una
muestra cualquiera) de unos 5.600 años, por lo que, determinando cuánto de una muestra dada de
carbono se había desintegrado, Lobby podía hacer un buen cálculo de la edad de un
objeto…aunque sólo hasta cierto punto. Después de ocho vidas medias, sólo subsiste el 0,39% de
los restos originales de carbono radioactivo, lo que es demasiado poco para efectuar un cálculo
fiable, por lo que la datación con radiocarbono sólo sirve par objetos de hasta unos cuarenta mil
años de antigüedad.
Curiosamente, justo cuando la técnica estaba empezando a difundirse, se hicieron patentes
ciertos fallos. Para empezar, se descubrió que no de los elementos básicos de la fórmula de Lobby,
conocido como la constante de desintegración, estaba equivocada en aproximadamente un 3%.
Pero, por entonces, se habían efectuado ya miles de mediciones en todo el mundo. En vez de
repetir cada una de ellas, los científicos decidieron mantener la constante errónea. “Así – comenta
Tim Flannery – toda fecha establecida con radiocarbono que leas hoy es aproximadamente un 3%
mayor”. El problema no se limitaba a eso. No tardó en descubrirse también que las muestras de
carbono 14 podían contaminarse con facilidad con carbono de otra procedencia, por ejemplo, un
trocito de materia vegetal recogida con la muestra cuya presencia pasase inadvertida. En las
muestras más jóvenes (las de menos de unos veinte mil años) no siempre importa mucho una leve
contaminación, pero en las muestras más viejas puede ser un problema grave por los pocos
átomos que quedan para contar. En el primer caso, como dice Flannery, es algo parecido al
equivocarse en un dólar cuando se cuentan mil, en el segundo, es más parecido a equivocarse en
un dólar cuando sólo tienes dos para contar.
El método de Lobby se basaba también en el supuesto de que la cantidad de carbono 14 en
la atmósfera, y la tasa a la que lo han absorbido las cosas vivas, ha sido constante a través de la
historia. En realidad, no lo ha sido. Sabemos ahora que el volumen del carbono 14 atmosférico
varía según lo bien que el magnetismo de la Tierra está desviando los rayos cósmicos, y que eso
puede oscilar significativamente a lo largo del tiempo. Y eso significa que unas fechas establecidas
con carbono 14 pueden variar más que otras. Entre las más dudosas figuran las que corresponden
aproximadamente a la época en que llegaron a América sus primeros pobladores, que es uno de
los motivos de que aún siga discutiéndose la fecha.
Las lecturas pueden verse afectadas por factores externos que no parecen estar
relacionados, como, por ejemplo, la dieta de aquellos cuyos huesos se examinan. Un caso reciente
es el del viejo debate de si la sífilis es originaria del Nuevo Mundo o del
Viejo Mundo. Arqueólogos de Hull descubrieron que los monjes del cementerio de un monasterio
habían padecido sífilis, pero la conclusión inicial de que los monjes la habían contraído antes del

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viaje de Colón se puso en entredicho al caerse en la cuenta de que habían comido en vida mucho
pescado, lo que podría hacer que los huesos pareciesen más viejos de lo que eran en realidad.
Es muy posible que los monjes tuviesen la sífilis, pero cómo llegó hasta ellos y cuándo,
siguen siendo problemas torturantes sin resolver.

SÍFILIS : Enfermedad venérea contagiosa que puede infectar cualquiera de los tejidos del
organismo. Está caracterizada por una variedad de lesiones de las cuales el chancro (lesión
primaria) y la placa mucosa son los más distintivos. Está causada por una espiroqueta, el
Treponema Pallidum.
El origen de la Sífilis no es conocido pero se dice que los marineros de Colón la introdujeron
primeramente en Europa luego de su retorno del Nuevo Mundo.
Unos pocos miembros de la marinería se encontraban entre las tropas e Carlos VIII de Francia
cuando éste invadió Italia en 1495, y en este país apareció una terrible epidemia de sífilis que se
propagó rápidamente por toda Europa. Hoy día la sífilis cubre todo el mundo y es todavía uno de
los azotes mayores de la humanidad. Las estadísticas publicadas por el Programa de
Enfermedades Venéreas del Servicio de Sanidad Pública de los Estados Unidos, en 1957, revelaron
que de 266.000 personas examinadas que sufrían sífilis, se encontró que el 55% eran adolescentes
y adultos jóvenes.
La gran mayoría de los casos adultos de sífilis son adquiridos a través de contacto sexual. El
tratamiento generalmente parece hacer que la persona infectada sea incapaz de transmitir la
enfermedad, pero existe evidencia de que personas presumiblemente curadas pueden todavía
infectar a otras personas.
Unas pocas horas después de la exposición la espiroqueta sifilítica penetra en la piel o
membrana muchos y entra en la corriente sanguínea y los tejidos.
El “chancro duro” el estado primario de la enfermedad no aparece hasta entre 10 y 90 días
más tarde, siendo el tiempo promedio tres semanas. Generalmente el chancro es encontrado en
genitales o en la boca, pero puede aparecer en cualquier otra parte del organismo, y
ocasionalmente puede no aparecer en absoluto. El fluido del chancro es altamente infeccioso.
Aún sin tratamiento los chancros generalmente desaparecen entre 10 y 40 días y el estado
secundario, áreas pequeñas levemente levantadas y rojas en la piel o pequeñas placas mucosas en
la boca, o en los órganos de la reproducción comienzan dos a seis meses más tarde.
Generalmente los nódulos linfáticos a través del cuerpo se agrandan. Estas lesiones de sífilis
secundarias, curan por sí mismas, en entre tres a doce semanas, pero pueden recurrir más tarde.
El tercer estado de la sífilis se desarrolla casi inmediatamente después que los síntomas
secundarios han desaparecido, o en algunos casos pueden ser retardados por años. Lesiones de
tipo ulceroso y drenantes aparecen sobre la piel; nódulos duros o goma se presentan en los
órganos internos o tejidos y el corazón están a menudo atacados, y los pulmones pueden estar
afectados durante este estado.
La neurosífilis o sífilis del sistema nervios central puede acompañar el segundo o tercer
estado de la sífilis, aunque se encuentran más comúnmente en el tercero. Cuando la cuerda
espinal se encuentra atacada, la pérdida de la coordinación de las extremidades puede ser su
continuación. En la paresis general, el cerebro está infectado, las facultades mentales deterioran y
las extremidades se paralizan.
(Paresia : parálisis general, demencia paralítica o neurosífilis parética. La sífilis, después de haber
infectado el cerebro y sus tegumentos, acaba por lesionar el tejido lo suficiente como para causar
parálisis y perturbación mental. La paresia es de tres a cinco veces más frecuente entre los
hombres que entre las mujeres)
La sífilis es la única enfermedad venérea que puede ser adquirida congénitamente por el
pasaje de la espiroqueta desde la madre al feto. La infección sifilítica puede causar abortos o niños
que nacen muertos. Los infantes que nacen con sífilis pueden morir pronto o si sobreviven, pueden
desarrollar más tarde ceguera, sordera, parálisis, deformidades, o aún disturbios mentales. Debido
a estos terribles consecuencias, cada madre probable ebe ser examinada por sífilis de manera que
si la tiene pueda comenzarse tratamiento inmediatamente. Aún si el tratamiento es comenzado al
cuarto o quinto mes de embarazo, el niño puede aún nacer saludable. Si, sin embargo, el
tratamiento ha sido inadecuado o ha estado ausente completamente, el recién nacido debe ser
tratado inmediatamente con penicilina. La cantidad administrada a niños depende de la edad en
que el tratamiento comienza; los niños de más de dos años reciben la misma dosis que los adultos.
Generalmente el primer síntoma de sífilis es una llaga en el punto en donde el germen ha
entrado al organismo. El médico realiza el diagnóstico estudiando el material de la llaga bajo un
microscopio.
Cuando el germen de la sífilis entra en el organismo se multiplica rápidamente y
gradualmente invade todos los otros órganos y tejidos, algunos de gérmenes siendo limitados a
ciertas partes del cuerpo y por lo tanto, la sífilis puede imitar una amplia variedad de
enfermedades.
El tratamiento corriente de la sífilis con penicilina y otros antibióticos ha reemplazado en
gran parte a los métodos antiguos de tratamiento. Estas drogas pueden detener la propagación de
la enfermedad en pocos días. La penicilina es usada no sólo para la sífilis temprana sino también
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para aliviar los síntomas de la neurosífilis y en la sífilis congénita. Debido a su notable éxito se
creyó al principio que la penicilina y los antibióticos podrían extinguir completamente la sífilis, pero
las estadísticas compiladas por el Programa de Enfermedades Venéreas (EUA), mostraron un
incremento en la sífilis primaria y secundaria en 18 estados. Este incremento se presentó en
ambos sexos.

Los científicos, en vista de los defectos acumulados del carbono 14, idearon otros métodos
de datación de materiales antiguos, entre ellos la termoluminiscencia, que contabiliza los
electrones atrapados en las arcillas, y la resonancia del espín del electrón, método este último en el
que se bombardea una muestra con ondas electromagnéticas y se miden las vibraciones de los
electrones. Pero ni siquiera el mejor de esos métodos podría fechar algo de más antigüedad que
unos doscientos mil años, y no podrían datar de ninguna manera materiales inorgánicos como las
rocas, que es precisamente lo que se necesita hacer para determinar la edad de nuestro planeta.
Los problemas que planteaba la datación de rocas eran tales que llegó un momento en que
casi todo el mundo desistió de intentarlo. Si no hubiese sido por cierto profesor inglés llamado
Arthur Holmes, podría haberse abandonado del todo la investigación.
Holmes fue heroico no sólo por los resultados que consiguió, sino también por los obstáculos
que superó. En los años veinte, cuando estaba en la cúspide de su carrera, la geología había
pasado de moda – lo que más entusiasmo despertaba por entonces era la física – y se destinaban a
ella muy pocos fondos, sobre todo en Inglaterra, su cuna espiritual. Holmes fue durante muchos
años todo el departamento de geología de la Universidad de Durham. Era frecuente que tuviese
que pedir prestado equipo o arreglarlo como pudiese para seguir con su datación radiométrica de
rocas. En determinado momento, sus cálculos tuvieron que quedar paralizados un año entero
mientras esperaba a que la universidad le proporcionase una simple máquina de sumar. De vez en
cuando tenía que abandonar del todo la vida académica para ganar lo suficiente para mantener a
su familia – llevó durante un tiempo una tienda de artículos exóticos en Newcastle del Tyne – y, a
veces, no podía permitirse ni siquiera las 5 libras anuales de la cuota de socio de la Sociedad
Geológica.
La técnica que utilizó Holmes en su trabajo era sencilla en teoría y se basaba directamente
en el proceso que había observado por primera vez Rutherford en 1904, por el que algunos átomos
se desintegraban pasando de ser un elemento a ser otro a un ritmo lo bastante previsible para que
se pudiesen usar como relojes. Si sabes cuánto tarda el potasio 40 en convertirse en argón 40 y
determinas la cuantía de cada uno de ellos en cada muestra, puedes calcular la antigüedad del
material. Lo que hizo Holmes fue medir la tasa de desintegración del uranio hasta convertirse en
plomo para calcular la edad de las rocas y, con ello – esperaba – la de la tierra.
Pero había que superar muchas dificultades técnicas. Holmes necesitaba además – o al
menos le habría venido muy bien – instrumental específico y preciso que le permitiese efectuar
mediciones muy exactas de muestras muy pequeñas, y ya hemos explicado el trabajo que le
costaba conseguir una simple máquina de sumar. Así que fue toda una hazaña que pudiese
proclamar con cierta seguridad, en 1946, que la Tierra tenía como mínimo tres mil millones de
años de antigüedad y, posiblemente, bastante más. Chocó entonces, por desgracia, con otro
formidable impedimento para conseguir la aceptación : el espíritu conservador de sus colegas, los
otros científicos. Aunque muy dispuestos a alabar su metodología, muchos de ellos sostenían que
lo que había calculado no había sido la edad de la Tierra sino simplemente la de los materiales con
los que la Tierra se había formado.
Fue justo por entonces cuando Harrison Brown, de la Universidad de Chicago, ideó un nuevo
método para contar isótopos de plomo en rocas ígneas (es decir, las que se crearon a través del
calor, a diferencia de las formadas por acumulación de sedimentos). Dándose cuenta de que la
tarea sería demasiado tediosa, se la asignó al joven Claire Patterson como proyecto de tesis. Es
conocido que le aseguró que determinar la edad de la Tierra con su nuevo método sería “pan
comido”. En realidad, llevaría años.
Patterson empezó a trabajar en el proyecto en 1948. Comparado con las llamativas
aportaciones de Thomas Midgley al avance del progreso, el descubrimiento de la edad de la Tierra
por Patterson parece bastante insulso. Trabajó siete años, primero en la Universidad de Chicago y
luego en el Instituto Tecnológico de California (al que pasó en 1952), en un laboratorio esterilizado,
efectuando mediciones precisas de las proprociones plomo/uranio en muestras cuidadosamente
seleccionadas de rocas antiguas.
El problema que planteaba la medición e la edad de la Tierra era que se necesitaban rocas
que fuesen extremadamente antiguas, que contuviesen cristales con plomo y uranio que fuesen
más o menos igual de viejos que el propio planeta – cualquier cosa mucho más joven
proporcionaría como es lógico fechas engañosamente juveniles – pero en realidad raras veces se
encuentran en la Tierra rocas verdaderamente antiguas. A finales de los años cuarenta, nadie
entendía por qué tenía que ser así. De hecho, y resulta bastante sorprendente, hasta bien
avanzada la era espacial nadie fue capaz de explicar de una forma plausible dónde estaban las
rocas viejas de la
Tierra (la solución era la tectónica de placas). Entretanto se dejó que patterson intentase dar un
poco de sentido a las cosas con materiales muy limitados.
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Al final e le ocurrió la ingeniosa idea de que podría solventar el problema de la escasez de rocas
utilizando las de fuera de la Tierra. Recurrió a los meteoritos.
Partió de la consideración – que parecía un poco forzada, pero que resultó correcta – de que
muchos meteoritos son básicamente sobras de materiales de construcción del período inicial de
nuestro sistema solar, y se las han arreglado por ello para preservar una química interna más o
menos prístina. Determina la edad de esas rocas errantes y tendrá también la edad (bastante
aproximada) de la Tierra.
Pero, como siempre, nada es tan sencillo como una descripción tan despreocupada lo hace
parecer. Los meteoritos no abundan y no es nada fácil conseguir muestras meteoríticas. Además,
la técnica de medición de Brown resultó ser complicada en extremo e hicieron falta muchos
retoques para perfeccionarla. Y estaba sobre todo el problema de que las muestras de Patterson
quedaban invariable e inexplicablemente contaminadas con grandes dosis de plomo atmosférico en
cuanto se las exponía al aire. Fue eso lo que acabó llevándole a a crear un laboratorio esterilizado,
que fue – según una versión, al menos – el primero del mundo.
Patterson necesitó siete años de paciente trabajo para descrubrir y datar muestras
apropiadas para la comprobación final. En la primavera de 1953 fue con sus especímenes al
Laboratorio Nacional de Argonne de Illinois, donde le permitieron usar un espectrógrafo de masas
último modelo, un aparato capaz de detectar y medir las cantidades minúsculas de uranio y plomo
alojadas en cristales antiguos. Patterson se puso tan nervioso cuando obtuvo sus resultados que
se fue derecho a la casa de Iowa de su infancia y mandó a su madre que le ingresara en un
hospital porque creía estar sufriendo un ataque al corazón.
Poco después, en una reunión celebrada en Wisconsin, Patterson proclamó una edad
definitiva para la Tierra de 4.550 millones de años (70 millones de años más o menos), “una cifra
que se mantiene invariable cincuenta años después”, como comenta McGrayne admirativamente.
Después de doscientos años de intentos, la Tierra tenía al final una edad.

Casi al mismo tiempo, Patterson empezó a interesarse por el hecho de que hubiese todo
aquel plomo en la atmósfera. Se quedó asombrado al enterarse de que lo poco que sabía sobre los
efectos del plomo sobre los humanos era casi invariablemente erróneo o engañoso… cosa nada
sorprendente si tenemos en cuenta que, durante cuarenta años, toos los estudios sobre los efectos
del plomo los han costeado en exclusiva los fabricantes de aditivos de plomo.
En uno de estos estudios, un médico que no estaba especializado en patología química
emprendió un programa de cinco años en el que se pedía a voluntarios que aspirasen o ingiriesen
plomo en cantidades elevadas. Luego se examinaba la orina y las heces. Desgraciadamente,
auqnue al precer el médico no lo sabía, el plomo no se excreta como producto de desecho. Se
acumula más bien en los huesos y en la sangre – eso es lo que lo hace tan peligroso – y ni los
huesos ni la sangre se examinaron. En consecuencia, se otorgó al plomo el visto bueno sanitario.
Patterson no tardó en comprobar que había muchísimo plomo en la atmósfera (aún sigue
habiéndolo, porque el plomo nunca desaparece) y que aproximadamente un 90% de él parecía
proceder de los tubos de escape de los automóviles, pero no podía demostrarlo. Necesitaba hallar
un medio de comparar los niveles acutales de plomo en la atmósfera con los que había antes de
1923, en que empezó a producirse a escala comercial plomo tetraetílico. Se le ocurrió que los
testigos de hielo podían aportar la solución.
Era un hecho sabido que, en lugares como Groenlandia , la nieve se acumula en capas
anuales diferenciadas porque las diferencias estacionales de temperatura producen leves cambios
de coloración del invierno al verano. Contando hacia atrás esas capas y midiendo la cuantía de
plomo de cada una, podía determinar las concentraciones globales de plomo atmosférico en
cualquier período a lo largo de centenares y hasta miles de años. La idea se convirtió en la base
de los estudios de testigos de hielo, en los que se apoya gran parte de la investigación
climatológica moderna.
Lo que Patterson descubrió fue que antes de 1923 casi no había plomo en la atmósfera y que
los niveles de plomo habían ido aumentado constante y peligrosamente desde entonces. A partir
de ese momento, convirtió la tarea de conseguri que se retirase el plomo de la gasolina en el
objetivo de su vida. Para ello se convirtió en un crítico constante y a menudo elocuente de la
industria del plomo y de sus intereses.
Resultaría ser una campaña infernal. Ethyl era una empresa mundial poderosa con muchos
amigos en puestos elevados (entre sus directivos habían figurado el magistrado del Tribunal
Supremo Lewis Powell y Gilbert Grosvenor de la National Geographic Society). Patterson se
encontró de pronto con que le retiraban parte de los fondos con que finanaciaba su investigación o
que le resultaba difícil conseguirlos. El Instituto Americano de Petróleo canceló un contrato de
investigación que tenía con él y lo mismo hizo el Servicio de Salud Pública de Estados Unidos, un
organismo oficial supuestamente neutral.
Patterson fue convirtiéndose cada vez más en un problema para su institución, y los
miembros del consejo de administración del Intituto Tecnológico de California fueron objeto de
repetidas presiones de directivos de la industria del plomo para que le hiciesen callar o
prescindiesen de él. Según decía en el año 2000 Jamie Lincoln Kitman en The Nation, ejecutivos
de Ethyl se ofrecieron presuntamente a financiar una cátedra en el instituto “si se mandaba a
Patterson hacer las maletas”. Se llegó al absurdo de excluirle de una comisión del Consejo
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Nacional de Investigación que se creó en 1971 para investigar los peligros del envenenamiento con
plomo atmosférico, a pesar de ser por entonces indiscutiblemente el especialista más destacado del
país en plomo atmosférico.
Para gran honra suya, Patterson se mantuvo firme. Finalmente, gracias a sus esfuerzos, se
aprobó la Ley de Aire Limpio de 1970 y acabaría consiguiendo que se retirase del mercado toda la
gasolina plomada en Estados Unidos en 1986. Casi inmediatamente se redujo en un 80% el nivel
de plomo en la sangre de los estadounidenses. Pero, como el plomo es para siempre, los
habitantes actuales del país tienen cada uno de ellos, una 625 veces más plomo en sangre del que
tenían los que vivieron en el país hace un siglo. La cantidad de plomo en la atmósfera sigue
aumentando también, de una forma completamente legal, en una cien mil toneladas al año,
procedentes sobre todo de la minería, la funición y las actividades industriales. Estados Unidos
prohibió también el plomo en la pintura de interior “cuarenta y cuatro años después que la mayoría
de los países de Europa”, como indica McGrayne. Resulta notable que no se prohibiese la
soldadura de plomo en los envases de alimentos en el país hasta 1993, pese a su toxicidad
alarmante.
En cuanto a al Ethyl Corporation, aún es fuerte, a pesar de que la General Motors, la
Standard Oil y Du Pont no tengan ya acciones de ella (se las vendieron a una empresa llamada
Albermarle Paper en 1962). Según McGrayne, Ethyl seguía sosteniendo aún en febrero de 2001
“que la investigación no ha conseguido demostrar que la gasolina plomada constituya una amenaza
para la salud humana ni para el medio ambiente. En su portal de la red hay una historia de la
empresa en la que no se menciona siquierea el plomo (ni tampoco a Thomas Midgley) y
sólo se dice del producto original que contenía “cierta combinación de sustancias químicas”.
Ethyl no fabrica ya gasolina plomada, aunque, de acuerdo con su balance de la empresa del
año 2001, todavía hubo unas ventas ese año de plomo tetraetílico (o TEL, como le llaman ellos) por
el importe de 25.100.000 dólares en 2000 (de un total de ventas de 795 millones) más que los
24.100.000 dólares de 1998, pero menos que los 117 millones de dólares de 1998. La empresa
comunicó en su informe que había decidido “maximizar los ingresos generado por TEL aunque su
utilización siga descendiendo en el mundo”. Ethyl comercializa TEL en todo el mundo mediante un
acuerdo con Associated Octel Ltd. de Inglaterra.
En cuanto al otro azote que nos legó Thomas Midgley, los clorofluorocarbonados se
prohibieron en 1974 en Estados Unidos, pero son diablillos tenaces y, los que soltaron a la
atmósfera antes e eso (en desodorantes o pulverizadores capilares, por ejemplo), es casi seguro
que seguirán rondando por ahí y devorando ozono mucho después de que tú y yo hayamos dado el
último suspiro. Y lo que es pero, seguimos introduciendo cada año enormes cantidades de CFC en
la atmósfera. Según Wayne Biddle, aún salen al mercado anualmente 27 kilos por un valor de
1.500 millones de dólares. ¿Quién lo está haciendo? Nosotros… es decir, muchas grandes
empresas siguen produciéndolo en sus fábricas del extranjero. En los países del Tercer Mundo no
estará prohibido hasta el año 2010.
Clair Patterson murió en 1995. No ganó el premio Nobel por su trabajo. Los geólogos nunca
lo ganan. Ni tampoco se hizo famoso, lo que es más desconcertante. Ni siquiera consiguió que le
prestasen demasiada atención pese a medio siglo de trabajos coherentes y cada vez más
abnegados. Si duda podría afirmarse que fue el geólogo más influyente del siglo XX. Sin embargo,
¿quién ha oído hablar alguna vez de CLAI Patterson? La mayoría de los textos de geología no lo
mencionan. Dos libros recientes de divulgación sobre la historia de la datación de la Tierra se las
arreglan incluso para escribir mal su nombre. A principios de 2001, un crítico que hacía una
recensión de uno de esos libros en la revista Nature, cometió el error adicional, bastante
asombroso, de creer que Patterson era una mujer.
Lo cierto es que, pese a todo, gracias al trabajo de Clair Patterson, en 1953 la Tierra tenía al
fin una edad en la que todos podían estar de acuerdo. El único problema era que resultaba ser
más vieja que el universo que la contenía.

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Ántrax y carbunclo bacteridiano ¿son la misma cosa?

Abalos, Pedro, Dr. (M.V.,M.Sc.)

Departamento de Medicina Preventiva Animal Facultad de Ciencias Veterinarias y


Pecuarias, Universidad de Chile

Abalos, Pedro. Ántrax y carbunclo bacteridiano ¿son la misma cosa?. TECNO VET: Año 7
N°3, diciembre 2001
http://www.tecnovet.uchile.cl/CDA/tecnovet_articulo/0,1409,SCID%253D9572%2526ISI
D%253D467,00.html

En primer lugar los dos términos corresponden a la misma enfermedad, sólo que el término
inglés "anthrax" nos está llegando muchas veces repetido como ántrax por los medios de
comunicación, debido a los acontecimientos recientes que están ocurriendo en los Estados
Unidos de Norteamérica.

En segundo lugar vale la pena recordar que el carbunclo bacteridiano es una enfermedad propia
de los animales, cuyo ciclo natural se da en ambientes silvestres y agrícolas y donde el hombre
puede adquirirla transformándose en una importante zoonosis. De esta enfermedad ya se tiene
antecedentes desde épocas neolíticas en que el ser humano cambió su estructura de vida hacia
sociedades agropecuarias y comenzó la domesticación y cría de animales. Antes de eso, si no
cazaba para obtener carne, consumía animales recientemente muertos con la probabilidad de
morir de un carbunclo gastrointestinal. En la antigüedad, los textos bíblicos mencionan plagas
que han sido atribuidas a esta enfermedad y en la edad media pudo ser una de las pestes que
asolaron Europa y Asia cobrando cerca de 60.000 víctimas. Las grandes epidemias del siglo XIX
que hacen responsable al carbunclo del 20 a 30% de la mortalidad animal en Europa, instó a su
estudio científico lográndose determinar su causa, su naturaleza contagiosa y la posibilidad de
proteger a los animales mediante una vacuna. Fueron hitos claves de las enfermedades
infecciosas que llevaron a Koch a enunciar sus postulados y a Pasteur a ser aclamado por su
éxito en el clásico ensayo de su vacuna anticarbunclosa de Poully Le Fort.

Bacillus anthracis capsulado en


frontis de material patológico.
Tinción de M' Fadyean

El agente causal

El responsable del carbunclo bacteridiano, Bacillus anthracis, es una bacteria que se encuentra
distribuida ampliamente a nivel mundial, de lo cual no está excluido Chile y cuyo efecto, aunque
esporádico, es bien conocido como "la picada" por la gente de campo y los médicos veterinarios.

Por ello el carbunclo bacteridiano no nos puede ser extraño y bajo las circunstancias actuales es
conveniente refrescar algunos conocimientos. La bacteria tiene tres características importantes:
por un lado en condiciones adversas para su desarrollo, se trasforma en una estructura de
resistencia denominada espora (1 mm de diámetro) que es muy estable a condiciones
ambientales y de temperatura permaneciendo por años en el medio ambiente. La otra

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característica es que su efecto patogénico o el cómo produce la enfermedad está dado por la
generación de un complejo tóxico proteico de tres componentes: factor letal, factor edema y
factor antígeno protectivo. Estos actúan en conjunto, donde el factor antígeno protectivo
sinergiza a los otros dos y sin el cual la capacidad tóxica se pierde. La tercera característica
importante es que la célula vegetativa, o bacteria presente en los individuos, posee una cápsula
que la protege de la capacidad defensiva de las células macrofágicas. Esta cápsula tiene
importancia diagnóstica pues puede ser visualizada en muestras patológicas y se va perdiendo
en los cultivos de laboratorio. Por otro lado, las cepas sin cápsula tienen la cualidad de servir
como vacunas.

Es pertinente hacer mención sobre algún mito acerca de la resistencia de la espora de B.


anthracis y es que, a pesar de su estabilidad, esta no es más o menos resistente que las
esporas de otras bacterias y que su gran persistencia en el medio ambiente, hecho que ha dado
origen a los renombrados "campos malditos" donde corrientemente sucumben animales por
causa de la enfermedad, hoy tiene otra explicación en las denominadas "áreas incubadoras". Se
ha demostrado que existe un ciclo saprofítico en el que en condiciones ambientales favorables
de temperatura, humedad y donde el terreno presenta una adecuada cantidad de materia
orgánica vegetal, la espora germina y se establece un ciclo vegetativo de multiplicación que
posteriormente decae volviendo a esporular, con la consecuencia de mantener e incrementar las
esporas en el terreno. Sin duda la persistencia de esporas en recintos cerrados o productos
animales (cueros, huesos, etc), dependerá de cuan bien protegidos de condiciones adversas
estos se encuentren y por supuesto condiciones de esterilización a altas temperaturas por
tiempos prolongados o exposición a desinfectantes fuertes terminan por destruir las esporas

La enfermedad en los animales

Los hervíboros y especialmente los rumiantes son los más afectados. El ciclo natural de la
enfermedad, que se da por ejemplo en las planicies africanas o terrenos de pastoreo, permite
que en épocas de calor o sequías los animales deban recurrir al pasto corto muy a ras de suelo y
probablemente contaminado con esporas. Aquellos que se infectan tienen un período corto de
incubación de 1 a 3 días y presentan luego un cuadro clínico de carácter sobreagudo a subagudo
dependiendo de la susceptibilidad de la especie, para sucumbir en 1 a 5 días como consecuencia
de una septicemia. Existen algunas diferencias en la enfermedad que presentan caballos, cerdos
y carnívoros (que consuman cadáveres de animales afectados) que en general tienen menor
susceptibilidad y demuestran un cuadro más localizado a nivel de cuello o intestino.

Existen antecedentes de transmisión mediante insectos chupadores (tabánidos) pero que


cumplen un rol totalmente mecánico, lo que también ocurre con aves y animales carroñeros que
diseminan las esporas en grandes áreas transportando trozos de cadáveres o mediante sus
deposiciones.

Los cadáveres entran rápidamente en proceso de putrefacción lo que destruye la forma


vegetativa de la bacteria y limita, por fortuna, la esporulación. Pero las secreciones
sanguinolentas que escapan de las aberturas naturales de estos cadáveres son ricas en
bacterias que esporulan y contaminan el terreno, perpetuando la infección. Cualquier ruptura
temprana del cadáver como las producidas por animales carroñeros favorecen la eliminación de
bacterias al medio ambiente y su esporulación y por ello en sospecha de carbunclo se
recomienda no hacer una necropsia.

Bovino muerto por carbunclo bacteridiano. Nótese el


gran aumento de volumen de cuello y vientre por el
edema

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Las lesiones son las típicas de una septicemia, dominadas por hemorragias, edemas subcutáneo
del cuello y generalmente un aumento de tamaño del bazo que aparece de consistencia friable y
su interior con aspecto de "mermelada de moras". Si se toma una pequeña muestra de sangre,
mediante una jeringa, de un animal recientemente muerto y se realiza un frotis teñido para
detectar la cápsula de la bacteria,se puede tener un prediagnóstico cierto de la enfermedad y
tomar las medidas adecuadas para su control inmediato. La muestra ideal en rumiantes para
cultivo bacteriológico es enviar un metatarso o metacarpo ("canilla") al laboratorio desde cuya
médula ósea será más factible aislar la bacteria. Esta no es muy exigente al cultivo y en 24
horas el laboratorio podría entregar el resultado. En las especies que cursan con cuadros
subagudos más localizados (cerdos y caballos) la muestra de elección serán trozos de ganglios
linfáticos del cuello o intestino obtenidos en la necropsia de los animales.

En Chile la enfermedad se presenta en forma endémica, con un mayor énfasis en las regiones
ganaderas VIII, IX y X y zona central. En estas zonas se debe vacunar a los animales más
susceptibles (herbívoros rumiantes) anualmente. La vacuna licenciada y disponible en el país es
la esporovacuna de Sterne, cepa de B. anthracis acapsulada, pero que mantiene la capacidad de
producir sus toxinas, especialmente el antígeno protectivo y que es muy eficiente en la
protección frente a la enfermedad. Esta vacuna puede producir síntomas e incluso muertes en
animales débiles y muy jóvenes. Aunque la enfermedad es rara sobre los 2.000 m. de altura y la
bacteria no esporula sobre los 4.000 m., los camélidos son especies bastante susceptibles y
deben ser vacunados aunque con precaución cuando se trasladan a zonas endémicas. Por ser
esta una vacuna a cepa viva, junto con su aplicación se debe evitar todo tratamiento con
antibióticos.

Todos estos antecedentes de la enfermedad en los animales los podemos resumir en tres
conceptos importantes que inciden en el control:

• La espora que es el elemento infectante está en el medio ambiente donde los animales
se desenvuelven y al morir éstos de la enfermedad, la espora vuelve al medio ambiente.
Por ello es conveniente enterrar los cadáveres, cremándo previamente.
• Ante la sospecha de carbunclo se puede hacer un diagnóstico precoz en un cadáver
fresco mediante una tinción que coloree la cápsula de la bacteria, y por otro lado el
cultivo bacteriológico no presenta mayores dificultades. Ello permite tomar las medidas
oportunas en forma rápida.
• Los animales pueden ser efectivamente protegidos mediante la vacunación.

La enfermedad en el ser humano

La ocurrencia de carbunclo en el hombre dice relación con el contacto que se tenga con
animales enfermos o sus productos. Se describen tres tipos de carbunclo humano: cutáneo,
digestivo y respiratorio.

La forma cutánea de infección corresponde a la introducción de esporas en heridas o pequeñas


escoriaciones de la piel de personas que hayan tenido contacto con animales o productos
contaminados (gente de campo, de mataderos, veterinarios, etc.) . Esta es la forma más
corriente de la enfermedad a nivel mundial y en Chile. La lesión se conoce como "pústula
maligna" y se presenta generalmente en brazos, manos, cara y cuello y aparece luego de unos 6
a 10 días del contacto. La espora germina y produce las toxinas que generan un edema local.
Inicialmente se manifiesta una mácula o pápula prurítica que deriva en una úlcera redondeada
al segundo día. Luego se desarrollan vesículas con líquido serosanguinolento rico en bacterias y
continúa con una costra indolora, cóncava y negra asociada a un extenso edema local. En una a
dos semanas la costra se seca y cae, a veces dejando una cicatriz permanente. Puede existir
una linfangitis y linfoadenopatía local dolorosa asociado a síntomas sistémicos. El tratamiento
con antibióticos no limita el desarrollo de la lesión, pero disminuye la probabilidad de una
enfermedad sistémica. Sin tratamiento se estima una letalidad de 20%, pero con éste la muerte
por carbunclo cutáneo es rara.

La forma gastrointestinal es rara y se da en lugares empobrecidos donde escasea el alimento y


sobreviene por consumo principalmente de carne de animales recién muertos o sacrificados
durante el curso de la enfermedad. Las esporas germinan en el tracto digestivo superior o
inferior dando origen a dos cuadros, uno a nivel de la orofaringe con compromiso de ganglios,
edema y septicemia y otro que resulta de la infección a nivel de ideo y ciego con síntomas de
nausea, vómito y malestar general para luego desarrollar diarrea sanguinolenta, abdomen
agudo y septicemia. A menos que se haga un diagnóstico precoz y un tratamiento agresivo de

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antibióticos, la letalidad será alta.

Casos de carbunclo cutáneo en trabajador


rural y cargador en matadero

La forma reconocidamente más grave de enfermedad es el carbunclo respiratorio, que es


escaso, siendo los trabajadores de manufacturas de lana y pelo de cabras y ovejas los más
expuestos a inhalar esporas en forma accidental y personas que han estado expuestas a
aerosoles de esporas liberados de plantas productoras de armas biológicas, que constituyen
pocos casos reconocidos a nivel mundial. En este caso, sólo las partículas de lmm a 5mm que
contengan esporas alcanzan los espacios alveolares del pulmón. Los macrófagos las ingieren y
pueden ser destruidas pero aquellas que persisten son transportadas por vía linfática a los
ganglios mediastinales donde la germinación ocurre en un plazo de hasta 60 días. Por lo tanto
existe un período de latencia bastante prolongado entre la inhalación y la presentación de
síntomas. Una vez que la bacteria se desarrolla, la enfermedad cursa rápida y fatalmente. No se
describe un cuadro típico de bronconeumonia y los casos descritos presentan una linfoadenitis
torácica hemorrágica y mediastinitis hemorrágica con 50% de probabilidad de meningitis
hemorrágica. En la fase clínica se distinguen dos etapas donde en la primera sólo hay síntomas
inespecíficos como fiebre, disnea, tos, cefalea, vómitos, escalofríos, debilidad dolor abdominal y
del pecho. Esto dura de horas a pocos día y luego sobreviene una aparente mejoría para luego
progresar directamente a una etapa fulminante de enfermedad respiratoria con shock terminal,
en horas. La letalidad de esta forma es de cerca del 90%. El diagnóstico es difícil pues no hay
evidencia bacteriológica en secreciones respiratorias y sólo la historia clínica, antecedentes
epidemiológicos y una radiografía de torax demostrando una linfoadenopatía masiva y gran
expansión del mediastino pueden alertar a clínicos experimentados. Métodos de diagnóstico
rápidos como ELISA para detectar el antígeno protectivo o PCR están disponibles en laboratorios
nacionales de referencia de algunos países desarrollados.

El uso de esporas de B. anthracis, junto con la enfermedad del muermo, como agentes bélicos
ya fue intentado en la I Guerra Mundial por Alemania como arma contra los animales con el fin
de minar la capacidad logística de los ejércitos. Sin embargo, en el caso de carbunclo el
descubrimiento de una vacuna tan efectiva como la cepa Sterne limitó su extensión en la guerra
bacteriológica. Fue durante la llamada "Guerra Fría" donde se comenzó a experimentar la
posibilidad de utilizar este agente en contra de los seres humanos en forma directa. Y a pesar
de los tratados firmados en 1975 por diferentes países que reconocían intentos en este camino,
las amenazas están cada día más latentes pues ninguno de los firmantes confió en que los
demás cumplirían su palabra.

A pesar de la posibilidad del uso de un tipo de bomba de racimo cargada con esporas de B.
anthracis para afectar la población la factibilidad de su preparación, que requiere de cantidades
de 50 a 100 kg de esporas por unidad, propone un problema técnico cuya solución sólo los
Estados serían capaces de financiar. Además, su eficiencia es limitada si no se cuentan con
condiciones meteorológicas adecuadas que permitan una buena dispersión y mantención del

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agente suspendido durante un período adecuado de tiempo de exposición. Sin embargo, aparte
de las víctimas que su uso puede producir, la sensación de indefensión y el terror en la
población son el efecto más potente de este tipo de arma.

Esperamos que los acontecimientos actuales no nos hagan volver a la época neolítica o de la
edad media en que el carbunclo bacteridiano causaba estragos.

© Sitio desarrollado por SISIB :: UNIVERSIDAD DE CHILE,

¿Hay casos de Antrax en el departamento Nogoyá?

El referente epidemiológico de Nogoyá informó que se está analizando la posible existencia de tres
casos sospechosos en la localidad de 20 de septiembre, según consignó el director de
Epidemiología de la provincia, Pablo Basso.

Segun informa el INTA en su sitio oficial (http://rafaela.inta.gov.ar/inf_divulgacion/carbunclo.htm),


el antrax o carbunclo bacteriano, es una enfermedad infecciosa de curso agudo altamente
contagiosa, que afecta preferentemente a los rumiantes, siendo transmisible a otros animales,
incluído al hombre.

La enfermedad se caracteriza en los bovinos por presentar muerte súbita, con arrojamientos
sanguinolentos por los orificios naturales, en los cuales se encuentra presente el agente etiológico.

A pesar de los programas de control que redujeron sensiblemente los brotes, esta plaga se
encuentra diseminada en casi todo el mundo y es responsable de importantes pérdidas
económicas.

En Argentina es conocida desde la época colonial. Se denominaban “campos malditos” aquellos


establecimientos en que la enfermedad se presentaba recurrentemente a través de los años.

Los antecedentes recientes de casuística en el país, son aportados por laboratorios privados y
oficiales que a través del aislamiento del agente causal confirman los diagnósticos realizados por
los veterinarios de campo.

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Un solo laboratorio privado de la provincia de Buenos Aires reportó en la década de los noventa
una casuística de 121 brotes diagnosticados en establecimientos ganaderos de esa provincia.

Con respecto a los posibles casos de Nogoyá y según informa el sitio AIM Digital, Basso especificó
que “se descartó uno porque no posee lesiones compatibles con esta patología” y aseveró que la
dirección de Epidemiología del ministerio de Salud coordinó acciones de investigación dirigidas a
conocer, prevenir y controlar la situación epidemiológica establecida.

El funcionario especificó que los posibles casos se registraron en la localidad "20 de septiembre" y
efectuó algunas recomendaciones a fin de garantizar la captación precoz de los casos sospechosos:
“se debe educar a quienes manipulan productos animales sobre todo en el lavado, desinfección o
esterilización del pelo lana, harina de hueso y otros productos alimentarios de origen animal antes
de su procesamiento industrial”.

“Además se debe prohibir la comercialización de cueros de animales muertos o ingerir su carne.


También se debe efectuar, de forma urgente, el tratamiento de los animales sintomáticos”, indicó.

Cabe señalar que en Entre Ríos el primer brote ocurrió en 2004 en la ciudad de Nogoyá, donde se
registraron 22 casos de carbunco cutáneo y un fallecimiento por carbunco digestivo.
Posteriormente en 2007, también en dicha ciudad ocurrieron tres casos de carbunco cutáneo, con
antecedentes de haber participado en una faena de un bovino muerto.

La intención de nuestro medio no es alarmar a la población, pero si alertar e informar sobre los
riesgos y formas de prevención, logrando llegar a la mayor cantidad de gente posible.

Agente etiológico

Es una bacteria denominada Bacillus anthracis, cuya característica particular es la de presentar


cápsula y producir unas toxinas que son las responsables de la muerte del huésped. Además esta
bacteria, cuando entra en contacto con el oxígeno, forma una espora que es una forma resistente a
las condiciones climáticas severas y que le permite sobrevivir en el medio ambiente. Estas esporas
pueden permanecer viables en la naturaleza durante largos períodos de tiempo en alimentos secos,
subproductos animales como lanas y cueros, objetos contaminados y suelo. Cuando ingresan al
organismo animal reconstituyen la forma vegetativa con toxinas, responsables de la muerte de los
animales.

Los bacilos contenidos en los líquidos que emergen de los cadáveres o post apertura de los mismos
por parte de animales predadores o por acción del hombre, esporulan y permanecen en el suelo,
perpetuando así la enfermedad en campos y regiones.

Sintomatología en animales

El signo más característico del carbunclo es la muerte súbita en bovinos, ovinos, caprinos y
rumiantes silvestres. Pocos animales pueden ser observados con síntomas clínicos de enfermedad
como vacilación al andar, temblores y dificultad respiratoria. La mayoría de los animales es
encontrado muerto con marcado meteorismo, escaso rigor mortis, arrojamiento sanguinolento por
ollares y ano, entrando en rápida descomposición.

En los équidos la presentación es aguda con síntomas clínicos reconocibles tales como cólicos
depresión, debilidad muscular y tumefacciones en cuello y abdomen.

Los cerdos pueden sufrir la forma sobreaguda como los bovinos o bien una forma subaguda
caracterizada por marcada tumefacción de garganta, que puede llevar a la sofocación del animal.

La afección de carnívoros es esporádica. Ocurre en zoológicos y parque nacionales cuando estos


consumen cadáveres de animales muertos por esta enfermedad

Ante la sospecha de carbunclo, los cadáveres de los animales no deben ser sometidos a necropsia,
para evitar la diseminación de esporas en el medio ambiente. Si esto ocurriera porque se presume
de otras causas de muerte, se observan un bazo de gran tamaño (esplenomegalia) hemorragias en
su cápsula y gran fragilidad de su parénquima (barro esplénico). El líquido en cavidad abdominal
suele ser abundante y sanguineolento, con petequias generalizadas en todos los órganos.
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La esplenomegalia no es un signo característico del carbunclo en los equinos, porcinos, ovinos. Los
cerdos presentan la región del cuello muy edematosa y los ganglios de la región se encuentran
hemorrágicos.

Cuando el diagnóstico presuntivo de carbunclo surge luego de la apertura de un cadáver, se deben


extremar las medidas para la desinfección de los elementos utilizados en la misma, como así
también la ropa y calzado del personal interviniente y evaluar la forma de destrucción de la carcasa
del o los animales y sus fluidos de acuerdo a las características del suelo, terreno y número de
cadáveres.

Sintomatología en Humanos

En humanos el curso clínico de la enfermedad varía de acuerdo a la vía de entrada del la infección.
Se reconocen tres formas de presentación:

Carbunclo cutáneo: es la forma más común de presentación y se encuentra en relación al contacto


con cadáveres de animales muertos o por manipulación de cueros o lanas de animales afectados.

La lesión se caracteriza por ser tipo picadura de insecto que al cabo de 1 o 2 días forma una úlcera
o escara indolora de 1 a 3 cm de diámetro con su centro necrótico de color negro como carbón. Es
debido a este aspecto que recibe el nombre de carbunclo, anthracis del griego : carbón). Si no se
efectúa el tratamiento específico con antibióticos puede ocurrir la muerte del individuo por
septicemia.

Carbunclo digestivo: es la menos frecuente y ocurre generalmente por el consumo de carne poco
cocida de animales infectados. La sintomatología es la de una inflamación aguda de todo el tracto
gastrointestinal con dolor abdominal, vómito sanguinolento y diarrea severa. La tasa de mortalidad
varía entre el 25 al 60 %.

Carbunclo respiratorio: ocurre por inhalación de esporas del B. anthracis. Era una afección
difundida entre obreros u operarios que trabajaban con lanas y huesos de animales. La enfermedad
cursa con una severa insuficiencia respiratoria que ocurre en un tiempo variable entre 1 o 6 días
posteriores a la inhalación de esporas. Luego de aparecidos los síntomas, la muerte suele ocurrir
entre las 24-36 horas posteriores. La tasa de mortalidad suele ser del 100 %.

Este forma de infección del antrax recibió notoria difusión en medios periodísticos, debido a su
utilización en ataques bioterroristas en USA y su posible utilización contra poblaciones como armas
biológicas.

Transmisión de la enfermedad

La vía mas frecuente de infección en rumiantes es la digestiva. Los esporos ingresan a través de
pastos, concentrados o harinas de hueso contaminados. Una vez dentro del organismo los esporos
“germinan” y comiezan a invadir los diferentes tejidos del organismo hasta producir la muerte.

Los cerdos se suelen enfermar a partir del consumo de carne o vísceras de animales muertos por la
enfermedad.

El agua puede ser fuente de infección si se contamina con restos de cadáveres infectados o bien
como consecuencia de inundaciones, donde el agua vehiculiza esporos de zonas en las que el suelo
presenta alta infección de esta bacteria.

Las moscas y otros insectos pueden albergar bacilos de carbunclo y ser transmisores mecánicos de
la enfermedad a través de picaduras, desarrollando en estos casos lesiones cutáneas.

Perros y animales silvestres carroñeros pueden ser fuente de diseminación al trasladar restos de
animales muertos entre establecimientos o de una zona a otra.

Control y Prevención

Si llegaran a observarse animales enfermos en la etapa temprana de la enfermedad, se puede


intentar su tratamiento con las presentaciones combinadas de penicilina-estreptomicina o bien con
oxitetraciclina de larga acción.

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Si se sospecha estar ante un caso de carbunclo, se recomienda no efectuar la necropsia para evitar
la diseminación de esporas. Se pueden tomar muestras de los arrojamientos sanguinolentos,
muestrear un ganglio de fácil acceso (preescapular o precrural) o extraer un hueso metacarpiano.
Estos materiales deben acondicionarse adecuadamente para no ser una fuente de contaminación
durante su traslado al laboratorio.

Los cadáveres deben quemarse o bien enterrarse a buena profundidad, para evitar la diseminación
de los esporos en los suelos por parte de animales predadores.

Evitar todo contacto de personas con los animales muertos o sus productos (evitar el cuereado de
animales sin tener un diagnóstico preciso de su muerte), efectuar una buena desinfección de
manos, ropas y calzado si se estuvo expuesto.

La aplicación de la vacuna viva, esporulada y avirulenta (cepa Sterne) produce niveles de


inmunidad adecuados para proteger a los animales susceptibles. Cuando ocurre un brote, la
aplicación de esta vacuna permite detener la mortandad, pero esta protección ocurre entre los 8-
10 días posteriores a su aplicación, de modo que durante este lapso todavía pueden producirse
muertes. Si las condiciones de infección del campo son importantes, será necesario revacunar la
totalidad de los animales a los 60 días de la primera vacunación.

Para evitar la ocurrencia de brotes en años siguientes conviene efectuar la vacunación de los
animales en los meses de septiembre y octubre con una revacunación a los 90 días ya que la
mayor presentación de los brotes es verano otoñal, aunque en el centro de la provincia de Santa Fe
ocurrieron algunos brotes en los meses de octubre y noviembre.

Tiene siete años, aspiró purpurina y ahora está al borde de la muerte

lanacion.com

SANTIAGO DEL ESTERO.- Un niño de siete años se encuentra internado en gravísimo estado y su
madre afirma que "ya no tiene esperanzas" por haber aspirado purpurina de manera accidental
mientras realizaba tareas escolares en su casa.
La doctora Gabriela López Cruz, responsable del Centro Provincial de Salud Infantil Eva Perón
(Cepsi), único centro de salud de la provincia que cuenta con terapia intensiva pediátrica, explicó
que "la situación lamentablemente no se puede revertir" y que "se están tomando medidas de
sostén".
"La purpurina está compuesta por metales como el cobre y el zinc, que son los que están
complicando la salud del menor", detalló, según informa El Liberal.
El menor, identificado como Mauro, estaba jugando con un silbato con purpurina. Cuando aspiró
para soplar, la purpurina se esparció e ingresó a su cuerpo a través la nariz y la boca, según contó
su madre, Berta Benegas.
"La situación no se puede revertir; se están tomando medidas de sostén"
A los pocos minutos, Mauro empezó a experimentar problemas respiratorios y sus padres lo
llevaron al centro asistencial. En principio, fue estabilizado y luego enviado a su casa. Pero según
indicaron a los medios locales, al día siguiente el cuadro se agravó y fue nuevamente llevado al
Cepsi, donde se encuentra internado en grave estado.
"Mi hijo está mal, grave. Hizo un paro el martes, tiene dañado el cerebro y los riñones
están dejando de funcionar. La purpurina se adhirió a los pulmones. Yo pedí el traslado, pero
me dicen que es imposible porque puede morir si lo mueven de la camilla", explicó la madre.
Cuidados intensivos
La medica Gabriela López Cruz diferenció la "purpurina" de la "brillantina" al decir que "la partícula
de la purpurina es mucho más pequeña, por lo que aumenta el riesgo de aspiración, por esto las
partículas pasaron a la parte final del pulmón y a la sangre del paciente, lo que provocó
esta intoxicación grave".
También afirmo que "al pasar a la sangre, se distribuye a todo el organismo, y provoca
básicamente que la sangre no oxigene bien, por lo que el paciente tiene que estar con oxígeno
permanentemente, es decir la sangre pierde la capacidad de transportar el oxígeno y las células no
pueden usarlo".
HIGIENE LABORAL I – Ing. D.A.Pizarro – Pág.146
HIGIENE LABORAL I - Ing. D.A.Pizarro – Pág.147
"Pasan las horas y el cuadro se agrava porque los órganos se van deteriorando"
Y sobre el gravísimo cuadro del niño santiagueño remarcó que "pasan las horas y el cuadro se
agrava porque los órganos se van deteriorando".
"La situación lamentablemente no se puede revertir, sí se están tomando medidas de sostén, que
es la respiración artificial y la protección de los órganos; la gravedad está centrada en el
compromiso de los órganos nobles, como el cerebro, el pulmón, riñón", concluyó.

BOTULISMO

Confirmaron 25 casos de leptospirosis en Santa Fe


En la provincia ya murieron dos personas a causa de la enfermedad. En total hay 278 casos sospechosos.
por MDZ Sociedad25 de Marzo de 2015 | 14:14

Autoridades sanitarias de Santa Fe confirmaron la existencia de 25 casos de leptospirosis en la


provincia, donde ya murieron dos personas a causa de la enfermedad. Según la directora provincial
de Promoción y Prevención de la Salud, Andrea Uboldi, en total hay 278 casos sospechosos, 25 de
los cuales fueron confirmados.

En declaraciones a radio La Ocho de Rosario, la funcionaria señaló que "se han confirmado a la
fecha 25 casos en toda la provincia y el resto se encuentran en distintas etapas de investigación".
La enfermedad en los últimos meses provocó la muerte de dos personas: una joven en la ciudad de
Santa Fe y un hombre en la localidad de Chabás.

En tanto, permanecían en estado grave tres pacientes a causa de la enfermedad, dos en la ciudad
de Santa Fe y uno en Reconquista. La leptospirosis se contagia por contacto con la piel,
especialmente si tiene alguna lesión, con agua o tierra húmeda contaminada con orina de animales
infectados, como roedores u otros mamíferos.

Los infectados sufren fiebre, cefalea, dolores musculares, articulares y óseos, entre otros síntomas.
Por otro lado se confirmó la existencia de tres casos de dengue "importado" en el ámbito de la
ciudad de Rosario. Asimismo, se consignó de la existencia de tres casos de hantavirus, todos con
buena evolución y actualmente de alta. Los afectados son hombres oriundos de Arroyo Seco,
Rosario y San Nicolás, situado en la provincia de Buenos Aires y en el límite con en el sur
santafesino.
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El Ministerio de Salud provincial difundió algunos consejos a la población como la importancia de


consultar en forma precoz al médico frente a la aparición de fiebre alta de aparición brusca, dolor
intenso de cabeza y detrás de los ojos, dolores musculares y de las articulaciones, náuseas,
vómitos.

También informar de acudir a centros de salud en torno a antecedentes de inundación, viajes o


tareas de riesgo, además seguir las indicaciones médicas y no auto medicarse, evitar el contacto
con agua estancada, y utilizar medidas de protección adecuadas cuando se trabaja en zonas de
riesgo: botas y guantes. Además de mantener limpio los alrededores de los domicilios, eliminando
basura y escombros, para que no se transformen en refugio de roedores, colocar la basura en
recipientes con tapas ajustadas taparla y eliminar elementos inservibles para evitar la proliferación
de mosquitos.

Lunes, 23 de marzo de 2015 – ARTÍCULO DIARIO UNO


La OMS declaró cancerígenos a cinco herbicidas usados en la agricultura argentina
Entre ellos está el glifosato, muy utilizado en las plantaciones de soja.

Buenos Aires- Cinco pesticidas utilizados en la actividad agrícola, entre ellos el conocido "glifosato",
fueron declarados como cancerígenos "posibles" o "probables" por la Agencia Internacional para la
Investigación sobre el Cáncer (IARC), dependiente de la Organización Mundial de la Salud (OMS).

"Hay pruebas convincentes de que el glifosato puede causar cáncer en animales de laboratorio y
hay pruebas limitadas de carcinogenicidad en humanos (linfoma no Hodgkin)", dice el informe
científico publicado en una revista especializada de tirada internacional.

Y por otra parte, la investigación indica que el herbicida "también causó daño del ADN y los
cromosomas en las células humanas", según el sumario con las evaluaciones finales publicado por
la IARC en la revista "The Lancet Oncology".

Este herbicida es el de mayor volumen de producción global de todos los pesticidas y se utiliza
sobre todo en la agricultura: en la Argentina es comercializado para combatir las plagas que
afectan a las miles de hectáreas plantadas con soja cada año.

Su uso se disparó a partir del desarrollo de cosechas modificadas genéticamente para hacerlas
precisamente resistentes al uso de este agente y en el país se masificó la venta con el boom
sojero.

El herbicida glifosato (sustancia activa del Roundup, uno de los agrotóxicos más vendidos en todo
el mundo) y los insecticidas diazinón y malatión han sido clasificados como "probablemente
cancerígenos para los humanos".

Los insecticidas tetraclorvinfos y paratión también fueron designados como "posiblemente


cancerígenos para el ser humano" por esta agencia, con sede en la ciudad francesa de Lyon y
dependiente de la Organización Mundial de la Salud, organismo de la ONU.
HIGIENE LABORAL I – Ing. D.A.Pizarro – Pág.148
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Tras la realización de una serie de pruebas, estos dos últimos productos entraron en el llamado
Grupo 2B establecido por la IARC al hallarse "evidencias convincentes" de que esos agentes
causaron cáncer a animales de laboratorio.

El tetraclorvinfos está prohibido en la Unión Europea, aunque en los Estados Unidos continúa
usándose incluso en mascotas, y el uso de paratión está muy restringido desde los años 80 del
pasado siglo.

El insecticida malatión, por su parte, ingresó en el Grupo 2A por las "evidencias limitadas" de que
produciría linfoma no- Hodgkin y cáncer de próstata en humanos, según recogen estudios
realizados en agricultores de Estados Unidos, Canadá y Suecia publicados desde 2001.

Este agente se usa en la agricultura y se produce en grandes cantidades en todo el mundo, aunque
la exposición de la población es baja y sucede principalmente en residencias cercanas a áreas en
las que se ha utilizado.

El diazinón es "probablemente cancerígeno" al haber "evidencia limitada" de su relación con la


aparición de linfoma no-Hodgkin y cáncer de pulmón en quienes se han visto expuestos a él, según
estudios realizados en EEUU y Canadá.

Existe una "fuerte evidencia" de que el diazinón indujo daños sobre el ADN o sobre los
cromosomas. Se ha utilizado normalmente en agricultura y para el control de insectos caseros y de
jardín, aunque su volumen de producción es relativamente bajo, especialmente después de las
restricciones que entraron en vigor en 2006 en EEUU y la UE.

Fuente: NA

Viernes, 27 de marzo de 2015 – DIARIO LOS ANDES DIGITAL

Alerta de OMS por el uso de glifosato


Se trata del herbicida que se utiliza en el campo para eliminar las malezas. Una agencia de la
Organización Mundial de la Salud determinó, luego de distintos estudios científicos, que la
sustancia es “probablemente cancerígena para los humanos”. Opiniones.

Zulema Usach - zusach@losandes.com.ar

Por tratarse de un producto altamente efectivo para eliminar toda clase de malezas de las tierras
que son utilizadas para cultivar, el glifosato (sustancia activa de la marca comercial Roundup) es
utilizado en grandes cantidades a escala mundial, desde hace años. Sin embargo, a partir de
ahora, los diferentes Estados deberán limitar su uso y tomar más recaudos para las personas que
manipulan este herbicida sistémico total.
La advertencia fue planteada por la Agencia Internacional para la Investigación sobre el Cáncer
(IARC), organismo con sede en Francia dependiente de la Organización Mundial de la Salud, que
luego de diferentes estudios científicos declaró a este componente como “probablemente
cancerígeno para los humanos”.
Las evaluaciones finales de los estudios realizados por la IARC fueron publicadas en la revista The
Lancet Oncology. Allí se detallan los hallazgos recientes sobre el glifosato. Además de este
HIGIENE LABORAL I – Ing. D.A.Pizarro – Pág.149
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herbicida, también aparecen como riesgosos para la salud humana los insecticidas tetraclorvinfos,
Parathion, Malathion y Diazinón, utilizados en agricultura.
En paralelo, una investigación aún más reciente efectuada por la Universidad de Córdoba (en la
localidad de Monte Maíz) y que será presentada mañana en esa provincia, indicó que en la
población que había sido expuesta a este producto los casos de cáncer y otras alteraciones de la
salud se quintuplicaron en relación con la media estadística.
El glifosato es utilizado de manera masiva sobre todo en zonas donde se explotan los cultivos
denominados extensivos, tales como la soja, la maíz y el trigo. En esos casos (que no es el de
Mendoza) la fumigación para quitar las malezas que “roban” agua y fuerza a las plantaciones, se
realiza desde aviones.
En particular, la soja que es cultivada en numerosos países, incluida Argentina, ha sido modificada
genéticamente de manera que resista la acción del herbicida, que (de acuerdo a los conocimientos
científicos existentes hasta ahora) se inactiva una vez en contacto con la tierra.
A nivel nacional, este agroquímico cuenta con la autorización del Servicio Nacional de Sanidad y
Calidad Agroalimentaria (Senasa). Fue autorizado en 1977 y revalidado en 1999. En Mendoza, su
aplicación es habitual.
La diferencia es que por ser una provincia de producción principalmente vitícola y frutihortícola,
aquí el glifosato no entra en contacto con los cultivos porque el herbicida se coloca en la tierra.
Desde el punto de vista de Guillermo Azin, ingeniero agrónomo del Instituto de Sanidad y Calidad
Agropecuaria, la utilización de glifosato es “localizada y dirigida”.
José Rodríguez, ingeniero agrónomo y profesor de Viticultura de la Facultad de Ciencias Agrarias,
coincidió y detalló que en los viñedos el herbicida se usa en dosis muy bajas y su aplicación es
restringida. El experto añadió que al ser plantaciones elevadas, los frutales no presentan mayores
riesgos de contaminación, aunque hasta ahora su utilización ha sido indiscriminada y casi sin
controles en todo el mundo.
Para Rodríguez, el descubrimiento de la IARC forma parte de un proceso por el cual han atravesado
antes otras sustancias, a medida que se determina su peligrosidad. Por eso, aclara, a partir de
ahora será necesario aguardar las disposiciones internacionales y nacionales, para saber a ciencia
cierta cómo se irá clasificando el manejo del producto.
Asimismo, las precauciones deberán ser destinadas sobre todo hacia las personas que están
potencialmente expuestas a su uso y/o lo manipulan.
Los especialistas prevén un incremento de las medidas de seguridad, aunque de acuerdo a las
reglamentaciones vigentes en materia de prevención, quien manipula el producto debe utilizar
protectores faciales, guantes, botas, camisas de mangas largas y pantalones largos.
La ingeniera química, Emilia Raimondo, explicó en ese sentido, que de hecho, la Ley de
Agroquímicos vigente establece que los trabajadores deben, además de tomar estas precauciones,
respetar el período de reintegro al campo luego de haber realizado la aplicación del agroquímico.
“Si se respetaran las normas no habría inconvenientes”, aseguró.
En la comunidad de expertos locales, la noticia sobre los riesgos que genera en la salud la
exposición al glifosato ha significado una ruptura respecto de los conocimientos que se tenían. “Se
sabía que la sustancia se inactiva y no deja residuos en la tierra. ¿Pero si no es así?”, planteó
Francisco Antivilo, ingeniero agrónomo y asesor vitícola.

HIGIENE LABORAL I – Ing. D.A.Pizarro – Pág.150


HIGIENE LABORAL I - Ing. D.A.Pizarro – Pág.151
Mayor riesgo en localidades fumigadas
Los estudios de la Universidad de Córdoba sobre la situación de la comunidad de Monte Maíz
establecen un precedente en materia de investigación sobre el uso del glifosato, ya que la
incidencia de cáncer superó cinco veces a la media establecida por la OMS. El relevamiento en esa
localidad se efectuó en octubre de 2014.
Un equipo universitario realizó durante cinco días un campamento sanitario en el que observó la
historia clínica de 594 personas, sobre una población de 8 mil habitantes. Además de los casos de
cáncer, se detectó 25% más de problemas respiratorios y 5 veces más de abortos espontáneos.
Las conclusiones fueron expuestas por el pediatra Medardo Ávila Vázquez, de la Red de Médicos de
Pueblos Fumigados, quien además indicó que la población registra el doble de casos de diabetes e
hipotiroidismo en relación con las estadísticas.

ÉXITOS!!!!

A LOS LECTORES DEL

PRESENTE TRABAJO

ING. D.A.PIZARRO
Abril 2015

HIGIENE LABORAL I – Ing. D.A.Pizarro – Pág.151

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