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LA ERA DEL IMPERIO

Surgió un nuevo tipo de imperio: el imperio colonial. Entre 1880 y 1914, la supremacía de los países
capitalistas se convirtió en una conquista, y el mundo fue dividido en territorios bajo el dominio de
una serie de Estados. Las víctimas de este proceso fueron los antiguos imperios preindustriales
supervivientes de España y Portugal. En lugares como Asia y África los territorios habían sobrevivido
por la incapacidad de sus rivales modernos para ponerse de acuerdo sobre la manera de repartírselo
o la forma de organizarlo, o por sus grandes extensiones. La única zona que pudo substraerse de
este proceso fue el continente americano, y fue la única en la en la que no hubo rivalidad entre las
grandes potencias.

Comenzó a ver una división del globo entre fuertes y débiles. Los ortodoxos decían que se abría una
nueva era de expansión nacional en la que separar los elementos políticos y económicos era
imposible. Los heterodoxos analizaban esta era como una nueva fase del desarrollo capitalista. En
general, los análisis de la época resumen que la expansión económica y la explotación del mundo en
ultramar era esenciales para los países capitalistas.

Lo de la dimensión económica por el desarrollo de la economía global, que no era novedad, pero era
mucho más acelerada que en otros periodos. esto principalmente por las redes de transporte mejor
establecidas, que permitieron que incluso las zonas más atrasadas (y hasta entonces marginales) se
incorporaran a la economía mundial, y los países más desarrollados demostraron su interés en ellas,
ya que ahora eran accesibles. Además, el desarrollo tecnológico dependía de materias primas que
por distintas razones se encontraban en zonas exclusivas o lugares remotos. Una necesidad principal
era, por ejemplo, la de los metales. Otra razón de este interés fue el crecimiento del consumo de
masas en los países metropolitanos, que significó la rápida expansión del mercado de productos
alimenticios. La economía tenía como pilar los cereales y la carne, el segundo pilar eran las
plantaciones, explotaciones y granjas, y el tercer pilar fueron los comerciantes y financieros
metropolitanos.

Se relaciona este nuevo imperio también con las exportaciones de capital y las inversiones, eso y la
búsqueda de mercados. Se creía que la superproducción podía solucionarse a través del impulso
exportador. El factor fundamental de la situación económica general era que varias economías
desarrolladas experimentaban a la vez la misma necesidad de encontrar nuevos mercados. Cuando
eran lo suficientemente fuertes, sus ideas eran las de “puerta abierta” de los mercados del mundo
súper desarrollado, y cuando no intentaban conseguir territorios cuya propiedad situara las
empresas nacionales en una posición de monopolio, o les diera una ventaja sustancial.

Las consecuencias fueron el reparto de las zonas no ocupadas del tercer mundo y una ampliación del
proteccionismo, que ganaba fuerza. El imperialismo era entonces la consecuencia natural basada en
la rivalidad de varias economías industriales competidoras. La adquisición de colonias era un signo
de estatus, con independencia de su valor real, y los pequeños países no tenían derecho a ellas.

El imperialismo ayudó a crear un buen cemento ideológico, movilizó a las masas a identificarse con
el estado y la nación imperial dando justificación y legitimidad al sistema social y político
representado por ese estado.

La idea de superioridad y de dominio de los hombres blancos era popular y benefició a la política
imperialista. En sus grandes exposiciones internacionales la civilización burguesa había glorificado
siempre los tres triunfos de la ciencia, la tecnología y las manufacturas. También glorificando las
colonias, y se multiplicaron los pabellones coloniales que eran atractores de turistas. Esto era
publicidad planificada, las exposiciones coloniales generaban sensación.
Esta fue también la época clásica de las actividades misioneras a gran escala, ya que el imperialismo
habría camino a ellas.

CONCLUSIONES
El impacto del imperialismo la economía resultó desigual, las relaciones entre las metrópolis y las
colonias eran muy asimétricas. El impacto de las metrópolis sobre las colonias fue fundamental,
mientras que al revés no tuvo mucha importancia.

El nuevo colonialismo fue una consecuencia de una rivalidad económico-política entre economías
nacionales competidoras, rivalidad intensificada por el proteccionismo, que tuvo un éxito relativo.

El imperialismo tuvo su mayor importancia en Reino Unido, porque la supremacía de este país
siempre había dependido de su relación especial con los mercados y fuentes de materias primas de
ultramar. Este éxito de ultramar fue consecuencia de la explotación más sistemática de las
posesiones británicas ya existentes o de la posición especial del país como principal importados e
inversor.

En cuanto las demás potencias: El impulso colonial fue más fuerte en los países metropolitanos
menos dinámicos, desde el punto de vista económico. En todos los casos existían grupos concretos,
entre los que destacan los asociados al comercio y las industrias de ultramar que usaban materias
primas provenientes de las colonias. Mientras que algunos obtuvieron grandes beneficios de la
expansión, la mayor parte de las nuevas colonias atrajeron escasos capitales y sus resultados
económicos fueron mediocres.

El imperialismo fue además un fenómeno cultural. La conquista del mundo por la minoría
desarrollada transformó imágenes, ideas y aspiraciones, por la fuerza y por las instituciones, a la
fuerza y mediante la transformación social.

Lo que el imperialismo llevó a las élites comerciales fue fundamentalmente la “occidentalización”.


Todos los gobiernos de los países que se enfrentaron con el problema de la dependencia o la
conquista tuvieron que occidentalizarse para no quedarse atrás.

La era del imperio creó una serie de condiciones que determinaron la aparición de líderes
antimperialistas, y esas condiciones comenzaron a dar resonancia a sus voces. Las élites
occidentalizadas fueron las primeras en tener esas ideas a través de las instituciones occidentales.
En consecuencia, el legado cultural más importante del imperialismo fue una educación de tipo
occidental para las minorías. Sin embargo, el mundo occidental y exótico comenzó a mezclarse y
confrontarse, esto por la densidad de la red de comunicaciones global y la accesibilidad de los otros
países.

Un aspecto final del imperialismo fue su impacto sobre las clases dirigentes y medias de los países
metropolitanos, el imperialismo dramatizó el triunfo de esas clases y de las sociedades creadas a su
imagen.

El triunfo imperial planteó problemas e incertidumbres, problemas por su autocracia e


incertidumbres porque se temía que el imperio fuera vulnerable ante sus súbditos, se temía a la
democracia.

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