Argumentación: “Vivimos vidas que se basan en una selección de hechos imaginarios”.
Desde tiempos inmemorables el ser humano se plantea diversas cuestiones sobre el
sentido de la vida y su condición humana, pero desde la Edad Contemporánea, tras períodos de fuerte crisis e importantes problemas bélicos, la reflexión acerca de nuestra propia existencia se vio agudizada, con nuevas corrientes filosóficas como el existencialismo. Así, esta cita del Cuarteto de Alejandría, nos invita a pensar sobre la fuerte carga subjetiva e imaginativa que hay detrás de la percepción de nuestra realidad y la forma en la que vivimos, incluso nos puede empujar hasta una duda mucho más profunda ¿acaso existimos de verdad o son nuestras vidas simples productos de nuestra imaginación?
Nuestras vidas se conforman no sólo de hechos objetivos y precisos, más bien de
nuestras propias interpretaciones subjetivas y de elementos ilusorios que desarrollamos en nuestra mente.
La comprensión del mundo se encuentra filtrada por nuestros propios valores,
sentimientos, vivencias, perspectivas…, por lo que cada uno de nosotros analiza diferentes situaciones y momentos de la vida de forma totalmente distinta, que acaban siendo nuestras propias construcciones de esos sucesos. Asimismo, la imaginación influye muy a menudo en la forma en la que entendemos la realidad: realizamos numerosas suposiciones en momentos de duda, imaginamos posibles escenarios, soñamos y fantaseamos… Por lo tanto, lo que consideramos como “realidad”, no deja de ser una simple interpretación individual que varía dependiendo de la persona.
Además, el subconsciente juega un papel oculto, pero fundamental en nuestras
vidas. Se trata de la parte onírica de nuestro ser, donde se producen los sueños y deseos más profundos, muy a menudo reprimidos por la conciencia. Sin embargo, es aquí donde se forman los sentimientos y las emociones, siendo el responsable de nuestros recuerdos. Estos procesos mentales, pueden brotar en determinadas situaciones, sin ser percibidos por el individuo e influir en nuestra manera de actuar o en nuestro carácter, así como en la forma en la que vivimos nuestra vida.
En conclusión, nuestras vidas se encuentran de forma inevitable basadas en una
selección de hechos imaginarios que a su vez condicionan nuestra visión de la realidad. Debido al importante papel que tiene la imaginación en la interpretación de nuestra existencia, así como nuestros propios principios, puntos de vista y el subconsciente.