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ROQUE ZAMBRANO REFLEXIÓN.

APARIENCIA, VERDAD Y REALIDAD.


"La vida es un anfan y una angustia que no termina en tragedia porque se termina ella
mismita"
Florencio. El loco del patio de atrás. Las Trincheras. Valencia.

La apariencia no es más que un estado delirante de la conciencia. Imaginemos por un


momento nuestro estado emocional, después de incontables días en el desierto, el sol
ha hecho con nosotros un sujeto sensorializado a temperaturas extremas para nuestra
sobrevivencia en la deshidratación; en las noches cambiados esos parámetros a la
condición de la ensoñación, cuando recreamos en imágenes incomprensibles nuestro
estar, en situación límite, establecida en una nueva manera de nuestro organismo
sensorial y sentipensante, que puede alucinar escenarios insólitos donde se recrea la
posibilidad de vivir, en un encuentro con lo mínimo posible como aporte de un otro
entorno de sueño, que no está en el momento que se vive, y se presume en lo inmediato,
al lado, cerca, posible como continuo del entorno expandido en nueESPECTÁCULeza,
que es naturaleza.
A la inmediatez de suplir las ingentes condiciones desérticas, desde nuestro espíritu
corpóreo, se hacen presentes las alucinaciones más ensoñadas de la naturaleza en su
estado mas estable del resurgir, del renacer, lo que del ser trasciende su propia
condición y se encuentra en el deseo con una visión de si mismo en la otredad, donde
nada es necesario, porque todo está, hay una alucinación soñada que visualiza un
estado de bienestar impecable, quien sabe si una visión de lo que imaginamos como
Paraíso terrenal. Lo aprehendemos para recrear nuestro yo en lo endógeno como
estado gregario y deviene de lo inusual e irreconocido, de aquello que no podemos
explicar, porque lo desconocemos, entendiendo conocer, todo aquello sobre lo que
hemos podido discurrir aunque sea pensándolo. Ciertamente, lo pensado parte de la
cosa vista, oida, o experimentada, a través de nuestra corporeidad sentipensante. Lo
conocido a través del tiempo de vida y su dinamica cambiante secular, en la medida de
su expansión y constricción en los tramos exponenciales y graduales del ir y venir en
centurias y edades. Asi se va formulando con el aprendizaje cotidiano, forma de deidad
que no se precipita desde lo consciente, sino más bien permanece oculto, en la
conformación más humana, eso que los psicoanalistas llamaron el inconsciente, modo
sublimado de las imágenes en estado molecular y vibracional energético de la materia
obscura, invisible e inaudible.
En esa dinámica dual, de doble sentido, en tanto que fundamenta su accionar en el
feedback, retroalimentación, se convierte la apariencia en un modo, que deviene de un
común denominador, que además, pasa del tramado inconsciente, a las apariencias
sublimadas, comprobables y evidenciadas en la cotidianidad humana, que siempre la
vivirá entre realidad e imaginación, una cosa supone la otra. El ámbito humano que se
abre en un círculo con retorno y se inicia en la familia, continúa en la escuela, en la
sociedad y asi va conformándose de manera telúrica y cósmica, abre en una excéntrica
primero, que se finaliza transversalizándose permanentemente con otros ámbitos del
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movimiento percibido e imperceptible del ser. Aquí empieza a diferenciarse


infinitesimalmente en tanto que ser y especificidad en la singularidad de lo que somos, y
en nuestro otro, encajado en aquello, donde nos expandimos y constraemos en el etorno
habituarnos, para formar conocimiento y saberes primigenios comunes, las
convenciones para comunicarnos en un primer ínter lineado social, y que fundamenta la
apariencia. Lo que configura una manera de ser reconocible, aceptada y en muchos
casos aprobada por la mayoría de los conciudadanos. Materia ineludible de la polis y el
cosmos, como dos visiones que aunque separadas aparecen juntas.
Dos categorías del comportamiento de la psique humana, son aquí imprescindibles:
Percepción y Condicionamiento. Lo antes expuesto antes de concertar nuestro
pensamiento en la razón social del individuo, considerado como ser, y desde el ser el
ente; nos requiere en tanto que nos explicamos desde estas dos nuevas categorías.
Percepción, más allá de la realidad, existe un conglomerado de enunciado a nivel de
verdad o credibilidad, esto último entendido, desde lo que no percibimos en un sentido
de selección de lo que nos condiciona, que a través de todo nuestro proceso de
aprendizaje y formación, vamos acumulando, y que se reproduce siempre de manera
exponencial, lo que podemos llamar el establishment, como cosa abarcante y abarcada;
aquello que ha establecido una manera de comprender desde el estado de cosas que
permea la sociedad, etnia o grupo humano, convertido en región, nación, continente y en
sentido cultural; occidental, oriental, y sus sucedaneos espacios de limites fronterizos,
en la geopolítica territorial actual, estructurada en imaginarios de la diversidad cultural
planetaria.
El sentido del poder construido en los estados nación y su correlato en potestas y
potencia, de acuerdo a como el estamento social, por lo común verticalizado, se
organiza en clases, o grupos humanos que detentan el poder, ( acumulación de
propiedades percibidas y orgánicamente manipulables e impuestas para poder ejercer
control y dominio de legitimación), verdades aparenciales, verdades reunidas en un
conjunto de normas apreciativas sobre el comportamiento social reglamentado.
Sin embargo, la apariencia deviene de un estado de lucidez mental que nos atrapa en la
condición de alucinado como ser que somos y nos imaginamos para soportarnos en
nuestro otro yo, en la alteridad, el que nos convierte en seres sociales, porque todo
deviene de la expansión de pensarnos y explicarnos en la multitud, o en las multitudes.
Siempre hubo una polémica variopinta y difícil de digerir, entre multitud y masa, entre
pueblo y sociedad civil.
Aquí es importante abrir el espacio que recorre desde dos polaridades al ser humano,
que se acercan y coliden, creando un conflicto de ambigüedad permeada, entre persona,
como sujeto con especificidades y singularidad, con comunidad, como espacio de
intereses comunes e identificados por el sentido colectivo, cuando deja de ser masa
inconsciente, y se convierte en masa critica, empoderada por su ubicación socio
histórica en el tiempo. Aquí comunidad tiene otro nivel categoríal, y podríamos decir,
deja de ser cosa y se empodera en el nuevo nivel de su dinámica en movimiento,
cosidad de la cosa en términos heidegerianos, o en la vision estructuralista, el
significante del significado, semiológicamente hablando: Lo que significa. Entonces
como diría nuestro genio de América, Simón Rodriguez, el pueblo es la masa consciente
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organizada, en movimiento para poder transformar la realidad que le es adversa.


Porque, sencillamente, la fuerza material está en la MASA y la fuerza moral está en el
MOVIMIENTO. Es la manera en que podemos conceptuar otra visión no alienada de
nuestra apariencia tal cual la venimos describiendo, desde sus orígenes en el
advenimiento del homó sapiens y su indagación permanente acerca de qué somos.
Sólo en términos de la modernidad nos hemos detenido en LOS IMAGINARIOS,
reconociéndonos en múltiples versiones del quehacer humano, que ha devenido en
formas y maneras reconocidas por sus variantes modulares, éticas llamadas de la Polis
y su última estancia, la metrópolis capitalista, en tiempos del finiquito sensorial
analógico, así llamada por Marshall Mc Luhan entonces como la aldea global.
Podíamos regresarnos al estadio más cercano a la polis artesanal, de lo inmediato y sin
la serialidad que construirá la diversidad como una antinomia y reto a la imaginación
predominante del absolutismo teocrático.
Cuando tomamos como premisa conceptos como apariencia, desdoblados en la
condición de imágenes en el espejo, más allá de Imaginarios y Diversidad cultural,
estamos en el entramado y laberíntico mundo bíblico de la Torre de Babel. EL
ESPEJISMO DESÉRTICO. Grado de sublimación febril de inanición y sed provocado por
la alucinación a temperaturas de nuestro sol, sobre todo cuando está en el cenit, porque
todo se refleja, refracta y difracta, en la imagen del deseo exacerbado por el instinto de
la vida en la cercanía de la muerte en el desastre hiper metabólico reproducido en la
condición de estar coyunturalmente en ese estado de ensueño.
Estamos en la meta ilusión de realidad. Hemos pasado de un estado de visión dual, a un
estado hipervisionado que es alucinante y sorpresivo en nuestro equipo cognitivo
hipersensorial. El estado de espejismo. Delirante en tanto que es ansiedad, el recurso
inquietante del cuerpo, en origen de " la carne que se hizo verbo", como una forma de
perversión de los sentidos anticipada.
Empieza algo a macerarse, a ser trastocado, manipulado por nuestro sistema
neurológico, su modo más iniciático, el neurofisiológico y su conjunción neuroquímica,
el orden de lo establecido como neurobiológico.
Aquí empieza a ser una invención humana, espejismo y alucinaciones, algo que nos
sobrepasa hasta el metalenguaje, la metafísica vista no como un axioma religioso del
más allá, sino como lo que se continúa en la expansión extendida de lo orgánico como
contención dinámica de lo corpóreo.
Hay una temporarización presumible en las distintas formas de estimularse los
procesos cognitivos en el pensar como resultado de comprobaciones empíricas,
entendidas éstas desde la vision de lo experiencial que contiene las trazas y crea
huellas afines en lo común colectivo, convirtiéndose en " spirit of corp" como lo
anticipaba Levy Strauss, hace medio siglo atrás, en su desesperada búsqueda
antropológica, en esa naciente ciencia, controversialmente construida desde el método
científico, en la observación de la realidad desde o hacia el objeto de estudio o de
investigación. En aquel marasmo de distanciamientos, de lo que entonces se llamó
objeto de estudio, y éramos nosotros, el hombre como hacedor de cultura. Allí, quedaba
cercenada la subjetividad expandida, se fijaba como noción, o cosa aceptada, lo común,
y lo dinámico del comportamiento como la totalidad y más allá en lo sideral, quedaba
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omnibulado en el criterio de la especulación, por no atornillarse al empirismo, una


manera de aproximación a lo que se presumía corroborable, o asertivo, en tanto
explicación de lo que fenoménicamente pensábamos como verdad.
Entonces caemos en cuenta que todo se ha relativizado. No hay una apariencia si no
nombramos una verdad, asi mismo, el sentido de realidad se ha difuminado, quiere
decir, que no se corresponde con un sólo enunciado que la alberga. Desde la aparición
de otras formas de escritura y lectura que interpretan la misma, la realidad se ha
desdoblado convirtiéndose en un campo minado de interpretaciones, según el lugar que
ocupe en el espacio tiempo quien la alude, o el grupo que la examina, o la misma
existencia de un eje geopolítico territorial que la abarca, en los límites que conforman
las fronteras la más cercana o la más distante, ya no es posible contemplarla como
aquello que no nos acerca o nos aleja de acuerdo a tiempo y distancia real. Hemos
quedado atrapados en la realidad real a través de la realidad virtual, que es forma del
espacio radio eléctrico y ahora satelital y ciberespacial, para comprenderla.
Lo más insólito, es que el otro desdoblamiento posible ocurrido en su devenir y
movimiento como en la cinta de Moebius, nos conduce en sus movimientos excéntricos
por un continuo sin fin, aunque disruptivo y entramado en la discontinuidad, cuando
ocurre algún evento o se crea una situación, inesperada y que globaliza cambios
profundos en el devenir del mundo.
Grecía ha sido el principio sublime, de cualquiera de nuestras interrogantes acerca del
tema propuesto, en el sentido de certidumbre platónico, o en la res pública, como
precepto de los socráticos, para legarnos la posibilidad de la polis y desde ese entorno
en el tiempo, esto que llamamos la modernidad, configurada en la Poiesis griega, capaz
de reunir al hombre consigo mismo en dos planos duales, el de Jano, sobre todo en un
sentido especular. La tragedia que suscita el drama y revienta en la comedia. Y eso nos
signa!!!
De tal manera que nuestro transitar mundano en la modernidad, está enraizada en el
espectáculo y su trascendencia como una manera de exhibir al hombre
macrofilicamente y en el envés de su transitar humano, microfilicamente aunque en lo
aceptado con sus distintas expresiones bajo el control ecuménico de lo que se ha
llamado y se llama, en principio para significar el poder sobre el mundo EL OJO
ORWELLIANO.
El ojo Orwelliano no es más que la concentración de poder vertical izado hacia un
espacio que se convierte en dimensión indescriptible, oculto, secreto, sin identidad
legitimada por todos, que construye un precipitado y lo constituye en forma de cascada,
desde su posición de dominio, como entendemos desconocida, más allá de su silueta o
su enunciado, la configuración que le demos. Un otro fetiche teocrático donde la
pertenencia de lo absoluto irremisible, se encuentra en el misterio de lo que se diseña
sobre si mismo y aparece y desaparece tal cual los cometas, que sin saberse que están
allí, allí están. Pareciera un sofisma sin asidero, aunque es imprescindible saber, que
entre las decisiones que se toman por nosotros y lo que solemos hacer, existe un
abismo inconfesable de imposiciones, que luego se convierten en condicionamientos y
hasta configuran la asertividad en el campo del conocimiento.
De aquí deviene el sentido espectacular del mundo, su averiguación constante más allá
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bde la pregunta por el ser, de quienes somos en este entramado multisemántico, que
como despropósito se muestra sin fin. "El espectáculo debe continuar", tiene su
fundamentación en el imperio romano, cuando se preguntaba sobre el derecho
ciudadano, en el circo romano, leones devorando seres condenados, o esclavos en
combate por su supervivencia. " Pan y circo", el lema que campeaba para mostrar una
verdad al hombre, la necesidad de asegurar su conservación como especie. Parece una
contradicción aunque es en última instancia la negación de la negación, para asumir el
absoluto, aunque ello no tenga una configuración real sino aparente o imaginaria, en
último caso como asunción de una probabilidad incierta, aunque probabilidad al fin.
Para asegurar el poder, hay que divertir y distraer, eso configurado, en las maneras que
en término de la modernidad ocupamos como incertidumbre.
Y que es la asunción de lo espectacular sino una forma de asegurar el poder? Tan
poderosa se ha vuelto, que en la modernidad, después de algunas de sus formas más
resueltas después de la alquimia medieval, en la magia pre industrial y después, en la
imagen invertida en el espejo, donde se provoca la alucinación, en tiempos de fotografía
fija primero y luego de fotografía en movimiento, el hecho discurre como una forma de
aprehensión de la realidad en la realidad virtual que lo es todo. La comprobación más
exacta es la televisión, que ha convertido a la presunción de verdad socrática, lo
verosimil posible o la verosimilitud, en las verdades, en tanto que las difunde y las repite
sin cesar como las lecciones de memoria de la escuela. Y según como medio caliente, c
Marshsll McLuhan, definió al cine; por su sentido de secuestro en la sala obscura, para
inducirnos a pensar en esa realidad imaginada que nos presenta la pantalla, la ecran, o
el espejo, y nos siembra en los tres planos de nuestra consciencia, incluidos el
insconcinte y lo subliminal, una verdad dura, que probablemente se licuará o difuminará
con el tiempo en concatenación continuada exponencial de una verdad que la contiene.
Asi es en el medio frío, la televisión, porque el dominio, que llamamos libertad, desde la
potencia democrática, nos da la posibilidad de mover o movernos dentro de su espectro
a variables, variantes o similitudes discursivas construidas desde la realidad
condicionada o percibida del esablishment aunque siempre en su dominio: las verdades.
Sobre todo hoy, en tiempos de **TIEMPO REAL**, donde todo discurre en la inmediatez,
para las minorías dominantes de la población mundial, mientras las mayorías se
mueven en un tiempo más largo, denso, lento, que es el tiempo que conocimos como
real, antes del advenimiento del tiempo en los parámetros de la realidad virtual que lo
interpreta. La diferencia entre la realidad real y la realidad virtual. Antesala del
conocimiento hoy en la era digital, sideral y ciberespacial que además de aceptarse en
las verdades subyacentes, en la verdad como certidumbre y apariencia, transforma la
realidad, en conjunción de verdades, desde la complejidad y la incertidumbre y la teoría
de sistemas.
La calidad y su interpretación se convierte en multiléctica, por la complejidad de sus
presentaciones en círculos y elipses concéntricas y en su excentricidad, hasta ahora
enunciadas y comprobables en el mito del eterno retorno, o en la concatenación
exponencial de el efecto mariposa o en la implicación dimensionada vox populi del
efecto domino, o en el otro más singular del efecto boomerang. El tema de lo cuántico
en la envergadura científica actual, o del posicionamiento, en la teoría del mercado,
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trance realizando valor de uso y de cambio, en una sociedad consumista, sobre las
necesidades reales, las impuestas por las requisitorias del excedente de producción y la
multiplicación del capital, en la conversión de todo en fetiche de la mercancía. Nos
acercamos a pasos agigantados a la inteligencia artificial, y abonamos el terreno de la
guerra cognitiva, campos diferenciados y cada vez mas estratificados, para en la oferta
y la demanda, la compra y precios,( valor de cambio), contra valor de uso, anclado en la
ética y la estética como valores categorales en disputa del hombre por la verdad , su
comprensión, su verosimilitud y certidumbre, tratando de mantener su condición
humana en la post verdad, ese invento de la postdata, que semeja verdad como un
hecho digital, tan ofertado como mercancía en la sociedad consumista de satisfacción
de necesidades artificiales, inducidas e innecesarias. Perversión obsesiva ilimitada del
Homo sapiens, representado en un vector de la realidad, ensimismado en el poder,
según el verticalismo de las pirámides, representacion de lo que se acerca al más allá y
nos diferencia de acuerdo a nuestra capacidad de ubicarnos en lo más alto. Las
verdades que encumbran como la disposición del espectáculo cada vez mas poderoso
en su calidad de distraer de la realidad real, recreando la posibilidad según sea superior,
superhombre, en la medida en que asciende y es único, asi representado por la venta del
fetiche mercancía en que se transforma todo, en la necesidad de aplicar la inmediatez
como un modo de exceder la producción y construir las burbujas del capital en el
sistema financiero que domina al mundo desde el Ojo orwelliano, esa forma mutante del
ser en la apariencia de la verdad construida desde la realidad.

Roque Zambrano es caraqueño, profesor universitario, cineasta, comunicólogo,


analista de imagen, escritor y poeta.
Sus films son reconocidos nacional e internacionalmente, recibiendo 14 premios y
menciones en 23 festivales y muestras en diferentes países. De la trilogía (fábulas
Caribano-amazónicas), "Primer Canto", "La Otra Ilusión", y "Canción de las Sombras",
Ha escrito todas sus películas, en modo sentipensante contracultural,
contrahegemónico, polisémico y especular.
Se desempeña como docente (profesor agregado en la UBV) y en UNEARTE, donde
recibió el título universitario de MAESTRO HONORARIO. Recientemente fue elegido
miembro de la ACADEMIA DEL CINE VENEZOLANO.

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