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SUMARIO.
El Derecho Procesal no está definido en la ley. Definiciones del concepto hay muchas
dependiendo del sentido que se tome.
Por el contenido o por la materia que se estudia, el Derecho Procesal puede ser definido de
la siguiente manera: “Es aquella rama del derecho que estudia la organización de los
tribunales de justicia, señalando sus atribuciones y competencias, y que establece las
normas de procedimiento a que deben someterse las partes litigantes como todos los
tribunales con motivo de un Proceso”.
De esta definición se puede concluir que el Derecho Procesal se puede dividir en dos
partes: Derecho Procesal Orgánico y Derecho Procesal Funcional.
Las características más sobresalientes del Derecho Procesal son las siguientes:
Relacionado con la característica anterior. Las normas del Derecho Procesal, como
regla general, son normas de orden público, lo que significa que las partes y los
propios tribunales deben respetarlas y aplicarlas tal cual como están establecidas.
Las partes no tienen la posibilidad de dejar sin efecto o derogar las normas
procesales en virtud de acuerdos.
c) Es instrumental.
d) Es formal.
1) Fuentes Directas:
Son todos aquellos antecedentes de los cuales emana el Derecho Procesal y cuya aplicación
es obligatoria, de manera que frente a un caso concreto los tribunales están obligados a
aplicar estas fuentes. Sirven directamente para la solución del litigio, su aplicación es
inexcusable.
Todas estas fuentes constituyen una obligación de los tribunales para aplicarlas, no pueden
desconocerlas para aplicar derecho.
d) Los Autos Acordados: Está constituido por normas dictadas por los propios
tribunales de justicia (del propio Poder Judicial), y más específicamente de los
tribunales superiores, y que se dictan para una correcta aplicación de las leyes.
Son antecedentes de los cuales emana el Derecho Procesal, pero que se diferencia de los
anteriores en que constituyen un antecedente cuya resolución no es obligatoria
(antecedentes que no son obligatorias para el juez).
Aquí estamos hablando de ciertos antecedentes que pueden servir para los efectos de una
correcta aplicación de las leyes o las determinadas normas procesales. Los tribunales no
están en la obligación de aplicar estas fuentes. Prestan mucha utilidad cuando hay vacíos,
por ejemplo, cuando la ley es oscura.
Las fuentes indirectas son:
a) El Derecho Extranjero.
Asegura a todas las personas la igual protección de la ley en el ejercicio de sus derechos.
(Art. 19 Nº 3 CPR)
Esta garantía se traduce en importantes consecuencias, tales como, que el juez debe decidir
el conflicto sin atender a diferencias de clase, de fortuna, de cultura, de raza, de ideología.
Es decir, el procedimiento y las normas procesales deben ser las mismas para todas las
personas.
Reconoce que toda persona tiene derecho a defensa jurídica en la forma que la ley señale y
nadie puede coartar este derecho. (Art. 19 Nº 3 inc. 2 CPR)
En Chile existen dos mecanismos fundamentales para otorgar asesoría y defensa jurídica
gratuitas a quienes no pueden pagar los honorarios profesionales respectivos. La
Corporación de Asistencia Judicial y el privilegio de pobreza, que lo otorga el juez de la
causa y permite que el beneficiado sea defendido por el abogado de turno.
Debido proceso legal es aquel que cumple con todas las normas esenciales que garantizan
un correcto ejercicio de la función jurisdiccional y de la acción procesal".
Que el tribunal juzgador esté señalado por la ley y establecido con anterioridad por
está. (Art. 19 Nº 3 inc. 4 CPR)
Que el procedimiento a que el proceso debe someterse sea racional y justo. (Art. 19
Nº 3 inc. 5 CPR)
Que se respete a los litigantes la posibilidad de probar los hechos que alegan, y
Que la sentencia del juez sea fundada.
Tales como:
Las leyes procesales son la fuente directa y la más importante porque es el legislador el que
regula, a través de estas normas, las distintas situaciones y materias propias del Derecho
Procesal, partiendo de los lineamientos básicos que la Constitución asegura.
¿Cómo saber la naturaleza de una ley? y ¿cómo saber si es que hay una ley procesal?. La
única manera de diferenciar las leyes es precisamente por el contenido de las normas,
porque, desde el punto de vista formal, las leyes son más o menos iguales. En síntesis, hay
que determinarlo no por la fundamentación de la ley, sino por el contenido.
De esta manera, si la ley está referida a los tribunales de justicia o a los procedimientos
evidentemente será una ley procesal, así por ejemplo, puede tratarse de una ley orgánica
que tiene que ver con los tribunales o bien de una ley de procedimientos.
Respecto de la interpretación de la ley procesal, son aplicables las normas de los arts. 19 a
24 del C. Civil, en atención a su carácter general.
Esta situación se encuentra reconocida y regulada en forma expresa en el art. 10 del COT,
al establecer que si se reclama la intervención de los tribunales en forma legal y en
negocios de su competencia, no podrán excusarse de ejercer su autoridad ni aún por falta
de ley que resuelva la contienda sometida a su decisión.
Así las cosas, si un juez se encuentra enfrentado a esta situación, debe resolver el conflicto
de acuerdo a la equidad, según se lo ordena el art. 170 Nº 5 del CPC. Algunos piensan que
esta última norma sólo se refiere a vacíos que existan en el derecho material y no en el
derecho formal, sin embargo, este principio es plenamente aplicable en materia procesal, ya
que se trata de una norma de carácter general que puede ser aplicada por analogía. (donde
existe la misma razón se aplica la misma disposición)
Para los efectos de aplicar la ley procesal hay que analizar los efectos de la ley en el
tiempo, en el espacio y en cuanto a las personas.
Sin perjuicio de lo anteriormente señalado, hay ciertas situaciones que una ley puede ser
aplicada a situaciones anteriores a su entrada en vigencia, en cuyo caso se dice que la ley
tiene efecto retroactivo. Al revés puede ocurrir el fenómeno que una ley que ha quedado sin
efecto pueda aplicarse a causas que van más allá de su vigencia, aquí se habla de “ultra
actividad de la ley”.
Todo esto hay que analizarlo con respecto a los procesos, y esto se puede referir tanto a
cambios que se introduzcan en la competencia de los tribunales o bien a cambios en el
procedimiento.
Si los procesos están en trámite, todos las actuaciones que se hayan verificado en el
proceso de acuerdo con la ley antigua son plenamente válidas; las nuevas
actuaciones se deberán adecuar a la ley nueva, porque la ley procesal rige in-actum.
El segundo caso dice relación con la prueba de los actos y contratos. Si la nueva
ley procesal al cambiar el procedimiento, por ejemplo, modifica los medios
probatorios (suprime la prueba testimonial) el acto o contrato se puede probar
por los mismos medios de prueba vigentes al momento de la celebración de ese
acto o contrato (a través de los medios de prueba que establecía la ley antigua).
La razón es de Derecho Civil, debido a que, de acuerdo al Código Civil, en todo
acto o contrato legalmente celebrado se entienden incorporadas las leyes
vigentes al tiempo de su celebración.
Si la nueva ley introduce modificaciones no en los medios probatorios, sino en
la forma de rendir la prueba (por ejemplo, las formalidades distintivas) se aplica
la ley nueva. Esto está consagrado en la ley sobre efecto retroactivo de las leyes,
ubicada en el apéndice del Código Civil (artículos 23 y 24, Ley de efecto
retroactivo de las leyes).
Pero ¿qué pasa con el proceso en trámite?. En esta materia hay discusiones
doctrinarias. Si el juicio estaba en trámite al momento que se dictara la nueva ley,
¿debe continuar siendo conocido por el tribunal antiguo o se debe pasar al tribunal
nuevo?.
Esto se refiere al territorio en el cual debe aplicarse la ley procesal. Como la función que
imparten los tribunales es una función estatal (administración de justicia) la ley procesal se
tiene que aplicar dentro de las fronteras del Estado, vale decir, dentro de los límites
geográficos del país.
Aquí impera el principio de “territorialidad de la ley”. Todos los conflictos jurídicos que
ocurren en el territorio de Chile se van a regir, en materia procesal, por la ley chilena. Así
se desprende del artículo 14 del Código Civil y también del artículo 5º del Código Orgánico
de Tribunales, que señalan que los tribunales chilenos deben conocer todos los asuntos
judiciales que se produzcan dentro del territorio de la República.
La regla es que la ley procesal chilena se aplica por igual a todas las personas, por el
principio de igualdad ante la ley consagrado en la Constitución; de acuerdo a esto no se
distinguen entre chilenos o extranjeros. La ley procesal no considera para los efectos de su
aplicación las condiciones de la persona (la raza, el sexo, etc.), así lo señala el artículo 5º,
inciso 1º, del Código Orgánico de Tribunales.
Cuando se aplica una ley procesal que rige in-actum está aplicación tiene importancia en
los procesos que están actualmente en tramitación, entendiéndose por tales todos aquellos
procesos en los cuales no se ha dictado sentencia definitiva que se encuentre firme o
ejecutoriada (sentencia inamovible, no caben más recursos en su contra).
Esta ley procesal tiene importancia frente a estos procesos y no respecto de aquellos
procesos que ya están afinados o terminados.
Esto reviste importancia porque la sentencia judicial firme o ejecutoriada que establece
derechos se incorporan éstos al patrimonio de la persona y, por ello, no se puede afectar
estos derechos, porque están amparados por la Constitución.
Los procesos nuevos caen de lleno dentro de la aplicación de la nueva ley procesal.
Los autos acordados son normas procesales que emanan de los tribunales superiores de
justicia, de carácter general y que son dictados en uso de las facultades económicas de los
tribunales (artículo 3º, Código Orgánico de Tribunales) para una mejor administración de
justicia, y sirven para llenar ciertos vacíos que pueden tener las leyes o que sirven para la
aplicación de una determinada ley en la práctica, y son de carácter obligatorio.1
Esta importante fuente del Derecho Procesal puede ser dictada por la Corte Suprema o por
alguna de las Cortes de Apelaciones. Esto tiene importancia para determinar el aspecto de
la obligatoriedad del auto acordado.
d) Tratados Internacionales:
Los tratados internacionales son normas jurídicas que obligan a dos o más Estados en
relación con materias determinadas.
Dentro de las normas de un tratado internacional es posible que existan normas procesales o
que se regulen materias procesales. Si es así, constituye una fuente del Derecho Procesal,
porque esas normas habría que aplicarlas en la medida que el tratado internacional haya
sido ratificado por Chile y que se encuentre vigente, de esa manera tiene una naturaleza de
ley.
1
Art. 3º, Código Orgánico de Tribunales: “Los tribunales tienen, además, las facultades conservadoras, disciplinarias y
económicas que a cada uno de ellos se asignan en los respectivos títulos de este Código”.
2
Art. 96º, inciso final, Código Orgánico de Tribunales: “Todos los autos acordados de carácter y aplicación general que
dicte la Corte Suprema deberán ser publicados en el Diario Oficial”.
4.2. Fuentes Indirectas.
Esta fuente hace posible comprender el porque de las instituciones vigentes, el grado de
evolución que ha experimentado esta disciplina contribuyendo de esta forma a la correcta
interpretación e inteligencia del derecho nacional vigente. Ejemplo: nuestro Código
Orgánico de Tribunales tiene por antecedente la ley de organización y atribuciones de los
tribunales de 1865.
b) El Derecho Extranjero:
c) La Jurisprudencia:
La jurisprudencia consiste en los fallos uniformes que pronuncian los tribunales de justicia
sobre una determinada materia de derecho (fallos en un mismo sentido, uniformes). Dicho
de otro modo, la jurisprudencia es un conjunto de precedentes reiterados en que los
tribunales superiores de justicia hacen aplicación en casos concretos sometidos a su
juzgamiento de los preceptos decisorios y ordenatorios de los litigios
Aquí hay que destacar cuando la jurisprudencia emana de los tribunales superiores en el
sistema chileno, porque los fallos de los tribunales inferiores están siempre sometidos a la
posibilidad de revisión por el principio de la “doble instancia” que consiste en que lo que
un juez inferior resuelve puede ser modificado o alterado por un tribunal superior.
Particularmente interesa la jurisprudencia de la Corte Suprema como máximo tribunal de la
República.
La Corte Suprema, entre sus funciones como máximo tribunal está la de ir uniformando la
jurisprudencia de los tribunales en Chile. Esto se logra a través del “recurso de casación en
el fondo” (este recurso se aplica cuando una sentencia ha sido dictada con infracción de ley,
y esa infracción es decisiva en la parte resolutiva del fallo). La Corte Suprema puede
invalidar la sentencia de los tribunales inferiores en virtud de este recurso y con ello,
además, va a fijar el verdadero sentido y alcance de las normas.
Un solo fallo no es jurisprudencial, ya que debe existir una pluralidad de fallos sobre la
misma materia.
d) La Doctrina:
La doctrina es la fuente que consiste en la opinión de los tratadistas, en este caso del
derecho procesal. Tampoco es obligatoria. Esta fuente tendrá más o menos importancia en
la medida que sea el prestigio del autor. Por ejemplo, en problemas procesales es frecuente
que se cite al tratadista uruguayo Eduardo Couture. Sin embargo en Chile la doctrina no es
abundante.
La doctrina si tiene importancia, además de lo dicho anteriormente, en el caso que las leyes
tengan algunas deficiencias, ya que éstas no son perfectas y van quedando obsoletas.
Tiene por misión la de interpretar al legislativo para que se reflexione sobre la ley.
e) La Costumbre:
Por aplicación del art. 2 del C. Civil, la costumbre tiene una procedencia restringida, ya que
sólo constituye derecho en los casos en que la ley se remite a ella.
Sin embargo, tiene importancia como medio para suplir algunos vacíos legales en ciertos
detalles de tramitación que no se encuentran reglamentados, como, por ejemplo, la
costumbre de anunciar los alegatos con aplausos.