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La poesía romántica
En su desarrollo en España se diferencian dos épocas. En la primera etapa, predomina la poesía
narrativa (José de Espronceda), con un tono enfático; en la segunda, la poesía narrativa cede el paso
a la poesía lírica. Predominan los poemas breves de tono intimista: Rimas (Bécquer) y En las orillas
del Sar (Rosalía de Castro).
José de Espronceda
Dentro de su producción poética, destacan las Canciones (protagonizadas por personajes marginales o
rebeldes, La canción del pirata), El estudiante de Salamanca (cuyo protagonista, Félix de Montemar,
es conducido a la muerte por el alma en pena de doña Elvira, a quien abandonó, y se niega a
arrepentirse, con una actitud de titanismo y rebeldía satánica) y El diablo mundo, que incluye el
célebre «Canto a Teresa».
• Rimas metafísicas o existenciales. Desarrollan temas como el yo desarraigado y solitario (Rima II),
el tedio de una vida sin objeto (Rima LVI), la vida como camino de sufrimiento que se disolverá en
el olvido y la nada (Rima LXVI), la indiferencia ante la muerte (Rimas LXI, LXXIII) y la fascinación por
el misterio de la muerte (Rimas LXXIV, LXXVI).
El estilo se caracteriza por su brevedad, el uso de estructuras anafóricas y paralelísticas, el empleo de
símbolos y el predominio de la asonancia.
Rosalía de Castro
Su obra poética expresa una visión desolada y dolorida de la existencia. Escribió poemarios en gallego,
como Cantares gallegos (afirmación de la identidad cultural gallega y e inicio del desarrollo del tema
de la inmigración) y Follas novas (poesía introspectiva que expresa una visión desolada de la
existencia), y en castellano (En las orillas del Sar), que ahondan en la vía intimista y existencial
mediante el paso del tiempo, la insatisfacción, el sufrimiento, el desengaño, la desesperanza, la
fantasía, la muerte, la intuición del vacío de Dios y la búsqueda del consuelo de la religión.
El teatro romántico
Se caracteriza por la ambientación medieval, la presencia de un héroe de orígenes inciertos, el
desenlace trágico —anagnórisis y suicidio—, la organización en cinco jornadas, la alternancia de verso
y prosa y el uso de efectos escénicos espectaculares. Los dramas más relevantes, además de La
conjuración de Venecia (Martínez de la Rosa) y El trovador (Antonio García Gutiérrez) son:
• Don Álvaro o la fuerza del sino, de Ángel de Saavedra, duque de Rivas. Su protagonista, víctima de
la fatalidad en un mundo caótico, es expresión de la rebeldía individual en una sociedad
inmovilista.
• Don Juan Tenorio, de José Zorrilla, en el que don Juan, enamorado de doña Inés, logra la salvación
tras arrepentirse de su vida anterior.
La prosa romántica
Las principales manifestaciones en España son la novela histórica —El señor de Bembibre, de Enrique
Gil y Carrasco; El doncel de don Enrique el Doliente, de Mariano José de Larra; o Sancho Saldaña, de
José de Espronceda—, el relato fantástico o de terror, y el artículo periodístico, en el que encontrará
cauce el costumbrismo. Destacan:
• Las Leyendas, de Gustavo Adolfo Bécquer. La acción se sitúa, con frecuencia, en la Edad Media e
incorporan elementos sobrenaturales.
• Los artículos de Mariano José de Larra. En estos escritos conviven el humor, un hondo pesimismo
y la preocupación por la realidad de España. Pueden clasificarse en artículos de costumbres,
políticos y literarios.