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NELSON PLAZAS OVALLE

FUNDAMENTOS Y SEMEJANZAS DEL CONTROL DE CONSTITUCIONALIDAD


DIFUSO Y CONCENTRADO EN COLOMBIA Y ARGENTINA.

El sistema democrático constitucional que ocupa en la actualidad un espacio más que


significante y relevante en todo el ámbito del derecho mundial, se caracteriza por la
participación que recae en sus ciudadanos, para crear de forma conjunta un estado que
reconozca de manera legítima todos los derechos inalienables de sus habitantes; que a su vez
tolera el respeto y la protección de la libertad de expresión, conjunta con la libertad de culto
y religión; asume entonces un papel supremo con un instrumento llamado constitución, que
protege de forma unánime todas las libertades, derechos, obligaciones y la conformación
misma de uno o varios gobiernos dentro de un mismo estado democrático, redimiendo cada
forma autóctona de la conformación del país, y manteniendo las garantías suficientes para
la legitimidad en los pronunciamientos judiciales, que sin duda reflejan la verdadera
independencia entre los poderes estatales dentro de la “trí división” planteada por
MONTESQUIEU.

En la actualidad, en todos los países –salvo en aquellos donde preexisten dictaduras y en


otros donde aún se restringen derechos fundamentales- se utiliza el control de
constitucionalidad como pilar proteccionista de él ser humano en su esencia, y a su vez del
anterior frente a toda la autoridad y poderío estatal; Así entonces, dos modelos que se sujetan
a este control pueden vislumbrarse en los estado de Colombia y Argentina, que en 1991 y
1994 respectivamente, ratificaron su sistema constitucional con reformas en su carta magna
que ubican a estos países en la concepción de estados democráticos de derecho, sistemas
estos que serán objeto de estudio en el presente escrito.

En este sentido, es preciso indicar que aunque las tendencias sobre política estatal conduzcan
a fortalecer un determinante sistema de democracia constitucional, también existen sistemas
jurídicos autocráticos, que se han implantado en el mundo desde tiempos remotos, y que
suponen la antítesis de la democracia protegida constitucionalmente, donde se caracterizan
por ser un regímenes donde las decisiones son tomadas de forma exclusiva – singularmente
y sin cuerpo legislativo, emanadas por el poder del estado ya conformado – llegando al

1
extremo de transmitir sucesoria y no democráticamente la administración estatal; que no
permite la oposición de ningún sector del país y que coloca en entre dicho la legitimidad con
la cual puedan tomarse las decisiones que en última ratio afectan a toda la población sin
distinción alguna, siendo los modelos reales de esta restricción judicial los casos de Cuba,
China y Corea del Norte, que se muestran como sus mayores arquetipos y máximos
exponentes.

De igual forma, la concepción de las constituciones desde el siglo XIX, cuentan con una
división en su estructura, donde fundamentan sus bases con principios que reflejan las
directrices por las cuales se debe regir el poder estatal y los derechos personales, como es el
caso de la solidaridad, y la legalidad, para que sus ciudadanos cuenten con garantías sobre la
forma de ser juzgados por el estado, extrayéndose esta ultima de la declaración de los
derechos del hombre y del ciudadano de 1789, y en virtud del cual los poderes ejecutivo,
legislativo y judicial, se someterán exclusivamente a lo ya establecido por la ley o en su
defecto al antecedente judicial; Así mismo el reconocimiento del principio de la jerarquía de
la norma, presume que una disposición de rango inferior no pueda contradecir a su inmediata
superior jerárquica. Así entonces, esta regla se muestra como la idea más propicia para
considerar a la constitución como norma de normas.

En torno a estos principios sustentados más pragmáticamente en el trayecto de la evolución


misma y el desarrollo normativo de las constituciones, puede afirmarse que para materializar
la idea de norma de normas debe existir sobre el mismo una regulación que vigile la
compatibilidad entre esta y las leyes concebidas por el poder legislativo, que puede definirse
como control de constitucionalidad, disponiendo que mediante procedimientos judiciales con
trasparencia y legalidad, se garantice que la supremacía de la carta magna permanezca en
cualquier circunstancia o estado de excepción, y que además cuente con mecanismos
accesibles para que todos los ciudadanos puedan contribuir con la salvaguarda de las normas
que rigen su comportamiento en la sociedad y la estructura de su gobierno.

Para abordar el tema del control de constitucionalidad es preciso aludir a las concepciones
básicas de la democracia y la constitución, donde los sistemas constitucionales se
caracterizan básicamente por llevar inmerso el concepto de autogobierno, donde únicamente
corresponde a los habitantes de su territorio la toma de decisiones influyentes e importantes,

2
contando a su vez con la herramienta de la representación, que presume la toma de decisiones
que podría definirse “de abajo hacia arriba” es decir, que se otorga poder para que unos pocos
conserven y distribuyan las riquezas, pero con sentido de retribución hacia las necesidades
de los subordinados.

Aunque el concepto de control de constitucionalidad se remonta al antecedente ya estudiado


de forma intensiva y hasta desgastante en todas las facultades de derecho, que trata el caso
“Marbury v/s Madison1” del año 1803, es este el que propone la inercia misma del
significado, y no es otro que la creación de un mecanismo que alejado del poder legislativo
y ejecutivo – es decir que la ejecución se alejaba lo más posible del contexto político-,
revisaba todas las actuaciones jurídicas internas para corroborar que las normas por las cuales
estuvimos de acuerdo en establecer dentro de una constitución política sean cumplidas a
cabalidad, garantizando la supremacía de la voluntad del pueblo plasmada en la carta magna.

Comenzando con Colombia –precisando que este es un país centralista–, se contemplaron


dos sistemas para poder acudir a la vía jurisdiccional en busca de protección de la norma
superior, cuando se sospecha que una disposición inferior llámese esta, ley, resolución
administrativa o de cualquier índole, afecta los intereses de una persona, encontrándose su
interpretación en contravía con las disposiciones constitucionales, permitiéndose así acudir a
la Corte Constitucional para que decida sobre las pretensiones del afectado; son estas (i) la
acción pública de inconstitucionalidad, y (ii) la excepción de inconstitucionalidad o también
llamado control de constitucionalidad por vía de excepción.

La Corte Constitucional Colombiana es creada bajo la disposición de la actual Constitucional


política de 19912, que deriva como organismo vinculado a la rama judicial, y la cual estipula
en su función imperativa, la guarda de la integridad y supremacía de la carta magna.

Así mismo, para estipular la competencia que tiene la Corte sobre la decisión de las demandas
de inconstitucionalidad se estableció dentro del articulado Constitucional claramente cuáles

1
Se trató del surgimiento de los tribunales constitucionales, resultado del análisis del caso presentado por la
querella en las elecciones presidenciales de Estados Unidos en 1800, donde se buscó la forma de controlar los
pronunciamientos administrativos facultados por la ley, pero donde esta última contradecía la constitución y
por ende no legitimaba su ejecución.
2
Ver más en http://www.corteconstitucional.gov.co/lacorte/

3
son sus funciones, contemplando este que la Corte puede “Decidir sobre las demandas de
inconstitucionalidad que presenten los ciudadanos contra las leyes, tanto por su contenido
material como por vicios de procedimiento en su formación3”

Queda entones establecido, que cuenta con total legitimidad la Corte Constitucional para
decidir sobre los casos en los cuales se encuentra de manifiesto alguna disposición
Constitucional; instancia a la cual pude acudirse de forma directa con la acción pública de
Constitucionalidad, que sustenta también su legitimidad en el artículo 4 de la carta suprema
que manifiesta “la constitución es norma de normas, en todo caso de incompatibilidad entre
la constitución y la ley u otra norma jurídica, se aplicaran las disposiciones
constitucionales”. Es de aclarar que este control lo realiza la rama judicial debido a su
independencia de los otros poderes, con lo cual es un medio que fortalece los preceptos
Constitucionales tal y como lo dispone Nino en su escrito sobre el carácter complejo de la
democracia que “podríamos robustecer aún más el concepto si le agregamos la idea de
separación de poderes, con más énfasis en la independencia del poder judicial de los órganos
legislativos”, y a su vez que “cuando se le agrega el control judicial de constitucionalidad
(…) la justicia independiente se convierte en la única institución capaz de proteger esos
derechos, y cuenta con el poder de anular la legislación que los amenaza.”

Por ende, en el sistema jurídico Colombiano existe un control de constitucionalidad mixto,


donde se puede acudir de forma directa con competencia originaria en la Corte, cuando se
presenta la demanda por cualquier ciudadano contra un precepto legal que considere
contrario a la Constitución, cuyo efecto es emanar decisiones erga omnes y abstractas, que
podría describirse también como sistema concentrado, que no requiere tener influencia o ser
parte dentro de un procedimiento judicial en particular para poder tener implicancia tanto en
la presentación de la reclamación de inconstitucionalidad como en su resultado.

Coexiste junto con el anterior sistema el procedimiento difuso, que cuenta únicamente con
un alcance interpartes y concreto, y en el cual se llega mediante una demanda presentada en
cualquier instancia judicial y que es resuelta por el juez antes de dictar sentencia en el litigio,
caracterizándose fundamentalmente por tener obligatoriamente vinculación legal dentro del

3
Artículo 241, numeral -4- de la Constitución Política Colombiana.

4
caso, es decir, que únicamente podrán usar este sistema quienes son parte reconocida dentro
de un litigio judicial, legitimándose en la causa como posibles “victimas” de la indebida
interpretación de la ley respecto de la norma superior, y que trae como consecuencia directa,
la resolución del caso tratado, pero únicamente aplicado al mismo caso y no a futuros litigios
– aunque traten el mismo asunto, con igualdad de competencia y jurisdicción-.

Por su parte el sistema Argentino que solo aplica el control de constitucionalidad difuso,
legitima su accionar vinculando el artículo 14 de la ley 48, para otorgarle a todos los jueces
la facultad de revisar la ley frente a disposiciones de la norma superior, esto facultad se otorgó
sin tener en cuenta ninguna clase de diferenciación o categorización de los jueces -
nacionales o provinciales-; afianzando esta noción en la jurisprudencia de la Corte Suprema
que afirma en el caso “Ingenio y Refinería San Martín del Tabacal SA contra la Provincia de
Salta”4, del 8 de noviembre de 1967, donde se coloca de manifiesto que solo en el poder
judicial recae la obligación del control de constitucionalidad de la ley, siendo este el único
habilitado para juzgar la validez de las normas dictadas por el poder legislativo, alejando así
al poder ejecutivo de toda facultad para declarar inconstitucional algún acto contrario a la
ley.

Así entonces, en la República Argentina, el control judicial de constitucionalidad de la ley


puede ser ejercida por cualquier juez, donde al aplicar el procedimiento difuso, supone que
los operarios jurídicos pueden ser soberanos al seleccionar la norma aplicable y juzgar su
validez; Así mismo, y llegado el caso de encontrar alguna incompatibilidad o no encontrar
armonía entre la ley y el texto constitucional, declarar su inconstitucionalidad y por ende
resolver de fondo, garantizando así los derechos de la posible víctima del litigio; A su vez,
esta decisión solo podrá ser atacada “si se encuentra comprometida una cuestión federal
suficiente, a través de los recursos que establece la Ley 48 en su artículo 14 (recurso
extraordinario federal) y siempre que se trate de una sentencia definitiva o asimilable a
ella.”.5

4
Caso “Ingenio y Refinería San Martín del Tabacal SA c/ Provincia de Salta”, del 8 de noviembre de
1967 Corte Suprema de Justicia de la nación Argentina.
5
Revista doctrinal control de constitucionalidad en argentina,
http://www.justiniano.com/revista_doctrina/control_constitucionalidad.htm

5
En el contexto Colombiano al aplicar este control jurisdiccional de constitucionalidad difuso,
entraña sus bases en el artículo 4 de la carta magna: “La Constitución es norma de normas.
En todo caso de incompatibilidad entre la Constitución y la ley u otra norma jurídica, se
aplicarán las disposiciones constitucionales”, y que consecuentemente desarrolla la Corte
Constitucional Colombiana plasmando sus conceptos en la sentencia C-122 de 2011 que
manifiesta “Esta norma hace que nuestro sistema de control de constitucionalidad sea
calificado por la doctrina como un sistema mixto ya que combina un control concentrado en
cabeza de la Corte Constitucional y un control difuso de constitucionalidad en donde
cualquier autoridad puede dejar de aplicar la ley u otra norma jurídica por ser contraria a
la Constitución”6; En estos términos, ratifica la Corte que a diferencia de muchos
ordenamientos jurídicos donde únicamente existe la preeminencia en la cual el órgano
supremo puede llegar a resolver la inconstitucionalidad de la norma, como es el caso de la
mayoría de países europeos, o como en lo visto en la República Argentina donde se realiza
dicho control por cualquier Juez, se otorga la facultad en el poder judicial Colombiano de
mantener la democracia abordando el control de los preceptos supremos por cualquier Juez
y por la máxima Corte de forma conjunta y armónica.

Con base en lo anterior, existe una diferencia entre los sistemas jurisdiccionales de control
constitucional difuso en Colombia y en Argentina, y que pude vislumbrarse en la misma
sentencia previamente enunciada: “De otra parte hay que tener en cuenta que el control por
vía de excepción lo puede realizar cualquier juez, autoridad administrativa e incluso
particulares que tengan que aplicar una norma jurídica en un caso concreto”, se entiende
con esto, que en Colombia este control difuso se realiza por vía de excepción, mientras que
en Argentina seria la regla general para acudir al órgano judicial en busca de la protección
de algún derecho que se encuentra alejado del precepto constitucional, lo cual refleja que en
Colombia no se confía de forma absoluta en los jueces de instancias inferiores, ya que se
acude a su opinión solo si una parte procesal encuentra afectados sus intereses, siendo un
método alternativo y solitario que produce una decisión que no genera relevancia más allá
del proceso judicial motivo de la interposición de la acción.

6
Sentencia de Constitucionalidad Corte Constitucional Colombiana C-122 de 2011 expediente D-8207

6
Siguiendo los mismo lineamientos, se diferencian estos dos sistemas, en cuanto a que en
Argentina -como ya se pudo examinar-, la Corte confiere única y exclusivamente al poder
judicial, la voluntad de resolver sobre la inconstitucionalidad de la norma, mientras que en
Colombia más allá de la competencia de los jueces, pueden a su vez las autoridades
administrativas o del poder ejecutivo, pronunciarse sobre la incompatibilidad de cualquier
resolución con los preceptos superiores; También amplia este concepto, cobijando a los
particulares que al desempeñar provisoriamente funciones como servidores públicos, puedan
manifestarse sobre alguna clase de discordancia entre sus funciones y la carta magna, como
pueden ser los casos de los jurados de votación que cumplen funciones públicas cuando son
nombrados por la nación -Registraduría del estado civil- otorgándoles investidura durante
las elecciones populares en Colombia, siendo este un modelo sui generis, que presume que
los ciudadanos del territorio nacional, también pueden ser parte del sistema general que busca
tener un control sobre los mandatos constitucionales, ayudando a mantener la soberanía en
la toma de decisiones, y ayudando a incorporar la idea de que toda la población es apta para
realizar cierta vigilancia sobre su carta magna.

No se puede desconocer que la competencia de la Corte Constitucional Colombiana consume


la voluntad y las decisiones de los jueces inferiores, y es que el pronunciamiento de un
operario judicial de primera o segunda instancia donde se haya utilizado la excepción de
inconstitucionalidad para dirimir el conflicto, no repercute en la autoridad que puede tener la
máxima Corte para tomar la integralidad del expediente y realizar el control concentrado de
constitucionalidad, y no tanto como un método de supervisión de la actuación predecesora,
sino como una técnica que propone hallar cuales son los temas más tratados en el diario
transcurso de los litigios judiciales que se relacionan con la excepción de
inconstitucionalidad, y así intentar determinar de forma abstracta su posible regulación, dice
a esto la corte: “considera la Corte que las excepciones de inconstitucionalidad que profieren
las autoridades judiciales, administrativas o los particulares cuando tengan que aplicar una
ley, no elimina la posibilidad que tiene la corporación de realizar el control de
constitucionalidad de determinado precepto7”

7
Idem.

7
Apartándonos de la idea anterior, pueden encontrarse semejanzas entre los dos sistemas de
estos países Sur Americanos, y es que la posición de la Corte Suprema Argentina sobre la
oficiosidad del control de Constitucionalidad hasta hace un tiempo era de cierta forma
negativa, debido a que se consideraba que vulneraba el debido proceso, presumiendo que en
gran medida los jueces introducían en el tema a tratar algunas motivaciones personales, que
derivaban en unas pretensiones extra petita, y que como resultado agraviaba a quien perdía
en el proceso judicial, por encontrar dentro de la decisión elementos que nunca fueron
solicitados ni probados en el transcurso del litigio; Pero desde 2004 en el caso “Banco
Comercial de Finanzas s/ Quiebra” (CSJN, 19 de agosto de 2004), la Corte Argentina dejó a
un lado este enfoque y permitió que se abordara de oficio el control de Constitucionalidad
por parte de los jueces, objetando que los asuntos Constitucionales no son cuestiones de
hecho sino de derecho, donde le incumbe al juez la aplicación debida del derecho, supliendo
así el derecho que las partes no propusieron que lo hicieron pero erróneamente.

Por ende, los jueces argentinos aun sin habérsele solicitado por alguna de las partes, pueden
entrar a revisar si efectivamente la ley aplicable al caso en concreto puede vulnerar algún
precepto a incluso algún principio constitucional; Caso adverso a Colombia, que en la
práctica es casi nula la ocurrencia en la cual un Juez sin ser avocado para que extienda su
poder legal llevándolo a nivel de corroborarlo frente a la carta magna, vislumbre algún daño
para alguna de las partes y oficiosamente falle utilizando su poder en torno al control difuso
de constitucionalidad, debido a que la oficiosidad del derecho colombiano frente a sus
expertos judiciales solo se practica en materia penal, y se considera un acto de prevaricato si
algún juez de carácter civil alcanza con su sentencia algún aspecto por fuera de lo suplicado
por quienes son legitimados en la causa en el litigio.

La crítica anterior sobrepasa la realidad formal del derecho colombiano, ya que para la
utilización de este sistema difuso de constitucionalidad, la Corte Constitucional mediante una
muy corta línea jurisprudencial establece que “Este tipo de control se realiza a solicitud de
parte en un proceso judicial o ex officio por parte de la autoridad o el particular al momento
de aplicar una norma jurídica que encuentre contraria a la Constitución”, así entonces,
podría decirse que tanto el sistema de Argentina como el de Colombia fundamentan la
competencia de los jueces con el principio de iura novit curia, fortaleciendo la voluntad

8
dentro del ámbito del derecho que debe tener el juez al momento de fallar, donde no interesan
las pretensiones o intereses de las partes, sino la aplicación del derecho que más se incline a
la debida interpretación Constitucional, esto como medida formal, pero en la realidad - como
ya se había indicado- le cuesta a los jueces colombianos realizar dicha función de oficio, sin
encontrarse razones que pueden ir desde la falta de conocimiento de esta facultad especial
hasta poco interés en la resolución correcta de la demanda, diferente apreciación por parte de
los jueces argentinos que utilizan primero el conocimiento constitucional para posteriormente
darle conocimiento al caso cuando ya cumplió con los presupuestos de la norma superior.

Un aspecto fundamental que sin lugar a dudas enmarca los conceptos de los sistemas difuso
y concentrado de control de Constitucionalidad, es la relación que tienen los anteriores frente
a sus efectos, donde en el sistema difuso y siguiendo los lineamientos de la jurisprudencia
colombiana, “En este caso se debe subrayar que la norma legal o reglamentaria que haya
sido exceptuada por inconstitucional no desaparece del sistema jurídico y continúa siendo
válida ya que los efectos del control por vía de excepción son inter partes, solo se aplican
para el caso concreto y no anulan en forma definitiva la norma que se considera contraria
a la Constitución”,(S-C 112-2011, CSJ, colombiana); se desglosa de lo anterior, que la
excepción realizada dentro de un proceso judicial en Colombia, o cualquiera adelantado por
autoridad pública, cuando se falla a favor de la excepción por parte de quien debe realizar el
control, solo producirá efectos entre las partes en litigio, y no de carácter erga omnes, pero
cabe resaltar –como se mencionó en párrafos anteriores- que esto no repercute en la
posibilidad que tiene la corte para revisar dicho pronunciamiento y de encontrarlo
evidentemente contrario a los lineamientos de la carta suprema, declarar la
inconstitucionalidad de la norma y por ende excluirla del sistema jurídico, y para abordar de
forma más amplia y definitiva el concepto de la corte “Por este hecho una norma que haya
sido exceptuada por cualquier autoridad judicial, administrativa o por un particular cuando
tenga que aplicar una norma, puede ser demandada ante la Corte Constitucional que
ejercerá el control de constitucionalidad y decidirá en forma definitiva, de manera abstracta,
general y con efectos erga omnes si la norma exceptuada es constitucional o no.”. (S-C 112-
2011, CSJ, colombiana).

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Abordando el campo colombiano, una de las grandes diferencias en cuanto a la
implementación del sistema mixto de control de Constitucionalidad, se debe a que con la
incorporación de la Corte Constitucional desde 1991, se fundaba un ente adecuando, el cual
directamente podía influir con total legitimidad y en competencia originaria para la
declaración de inconstitucionalidad de una norma, sustrayendo a los jueces que únicamente
se encargarían de casos particulares que tendrían relevancia únicamente entre los
involucrados sin perjuicio de modificar la norma; implementando así la noción de estado
social y democrático de derecho, donde cualquier ciudadano puede bajo la acción pública de
Constitucionalidad, participar de forma activa cuando considere que cualquier mandato con
fuerza de ley ejerce una fuerza contraria a la interpretación Constitucional.

Así entonces, la noción de Corte Constitucional como órgano supremo que decide la
inconstitucionalidad de una ley es la que se enmarca dentro del concepto de ser un ente creado
para la inmediata protección de los derechos y garantías fundamentales, originando así el
sistema concentrado en Colombia, el cual ha procurado mantener del supremacía del precepto
Constitucional bajo el entendido del control jurisdiccional. Abarcando así, desde las
sentencias judiciales hasta adentrarse en la acción de tutela; a esto en auto 071 del 2001 de
la Corte Constitucional expresa que “Es suficiente con subrayar que la opción del
constituyente de 1991 de crear una Corte Constitucional fortaleció en forma significativa
esta dimensión concentrada de nuestro sistema. Al haberle atribuido a ese órgano de cierre
de las controversias relativas a la interpretación de la Constitución la facultad de conocer
cualquier acción de tutela no sólo reafirmó, este elemento de concentración en materia de
derechos constitucionales fundamentales, sino que le confirió una trascendencia especial a
la unificación de jurisprudencia en estos asuntos”.

Por su parte en Argentina, evidentemente el sistema difuso del que ya se ha venido hablando,
tiene su más remoto origen en el caso “Marbury v/s Madison” del año 1803, que es a su vez
es el antecedente relevante del control de constitucionalidad en Estados Unidos,
trasplantándose dicho concepto al derecho Argentino; posteriormente y con jurisdicción
propia, la doctrina de la supremacía y del control constitucional ha visto su evolución desde
la fuente judicial –jurisprudencia o derecho judicial- siendo esta la construcción material del
sistema difuso, pero fundado en principios plasmados en la Constitución formal, que en

10
sentencia del 5 de diciembre de 1865 la Corte Suprema Argentina genera el primer
antecedente, argumentando que es deber de los tribunales de justicia, el estudio de las leyes
que se advierten en su decisión, ya que estas deben guardar total armonía con el texto
Constitucional, absteniéndose de aplicar aquellas cuando encuentre disparidad con estas.

“Que es un elemento de nuestra organización constitucional, la atribución que tienen


y el deber, en que se hallan los tribunales de justicia, de examinar las leyes en los
casos concretos que se traten a su decisión, comparándolas con el texto de la
Constitución, para averiguar si guardan o no su conformidad con esta, y abstenerse
de aplicarlas, si las encuentra en oposición con ella, constituyendo esta atribución
moderadora uno de los fines supremos y fundamentales del poder judicial nacional,
y una de las mayores garantías con que se ha entendido asegurar los derechos
consignados en la constitución, contra los abusos posibles e involuntarios de los
poderes públicos.”(Corte Suprema de la Nación Argentina, fallo del 5 de diciembre
de 1865)

Existen entonces, diferencias y semejanzas que han marcado toda la evolución del concepto
del control Constitucional por parte del órgano jurisdiccional, donde básicamente se ejerce
la vigilancia de los preceptos de la carta magna establecida en cada país de forma amplia
como es el caso del sistema concentrado en Colombia, o estimulando a los tribunales y jueces
de cualquier categoría a entablar la inconstitucionalidad de cualquier ley que se presente en
su caso a decidir, y que de alguna forma encuentre contraria a los principios y mandatos del
texto constitucional, como es el caso del sistema difuso en Argentina; pero pudo observarse
que al crear un ente como la Corte Constitucional Colombiana, se iniciaba con una instancia
que contaba con toda la legitimación por mandato supremo, de ejercer dicho control, pero
que este además se aplicara de forma general a todo el ordenamiento jurídico por tener efectos
abstractos, siendo así que declaraba la discordancia entre cualquier norma con fuerza de ley
y la Constitución; Cuestión que ocurre también en Argentina, cuando la Corte Suprema
emana jurisprudencia, que si bien es cierto no deroga la ley, pero si genera el antecedente
aplicable a todos los casos análogos al caso objeto de estudio y refutación por el máximo
tribunal.

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Muchas veces los métodos para entender el control de constitucionalidad parecen complejos,
esto es desde el punto de vista jurisprudencial o la ley, pero siguiendo los lineamientos
doctrinales, que se transforma en algo más entendible él porqué del desarrollo amplio y
complejo del control de constitucionalidad, esto por cuanto se trata del tema que
precisamente habla de la importancia misma que cada ordenamiento jurídico estatal le
concede a su carta magna, asumiendo que esta es la base jurídica con la que las demás
disposiciones legales deben acoplarse con armonía, asignando a este mecanismo la vigilancia
y el respeto de los derechos fundamentales, políticos, económicos, sociales y culturales de
todos los habitantes de su territorio, llegando también hasta los límites del estado,
manteniendo constante los conceptos de gobierno y división de poderes, por tanto adquiere
mayor relevancia el control constitucional cuando se aborda el marco que protege, que no es
otro que la estructura misma del estado sumado a la obligación de materializar los derechos
personalísimos, convirtiéndolos de letra muerta a garantías fundamentales y tutelables por
cualquier ciudadano en cualquier clase de período que se encuentre el país, llámese este,
tiempo de paz, estado de excepción, estado de guerra o conmoción interior, es decir, en
cualquier etapa o momento histórico en que se encuentre el país la constitución garantiza los
derechos de sus habitantes, y el control constitucional entra en juego cuando se quiere crear
una ley que contrarié sus disposiciones justificadas por estados de excepción, asegurando por
ende la vigencia de los derechos de las personas y las obligaciones del estado.

Por su parte, el desarrollo histórico en que se encuadra un estado influye irremediablemente


en su forma de concebir el derecho, y se definió en este escrito, que en Colombia al no existir
un ente supremo para ejercer la competencia del control de constitucionalidad y al ser este
sistema una institución más que solicitada para la solución legitima de los conflictos
jurídicos, administrativos y hasta particulares – en los casos de los jurados de votación v.gr
– se debió adoptar de la mejor forma, siendo la más indicada la de otorgarle a los jueces de
todas las categorías, la facultad inherente de revisar la concordancia de la ley que fuesen a
aplicar al caso que deben fallar frente al mandato constitucional.

En este mismo sentido se plasmó la concepción histórica del control de constitucionalidad


argentino, que a falta de una entidad suprema que salvaguardara de forma exclusiva la esencia

12
de la carta magna, se utilizó a los funcionarios más expertos del tema jurídico, no siendo
otros que los jueces quienes debían defender la integridad del estatuto superior.

Y a su vez, subsiguientemente a la entrada en vigencia de la constitución de 1991 en


Colombia, que creaba consigo la corte constitucional, se evidenció que se podría establecer
un control más directo que produjera efectos erga omnes, y que a su vez se llegara a él por
una vía directa y amplia, con lo cual se facultó a todos los ciudadanos para acudir ante la
misma y realizar una demanda en contra de la ley que consideraban en discordia con el
ordenamiento constitucional, ampliando así el espectro de aplicación del control de
constitucionalidad.

La razón por la cual se otorgó a los funcionarios públicos – en este casos jueces-, el control
de leyes expedidas por otra clase de funcionarios incrustados en el ámbito político por medio
de elección popular – congresistas-, puede analizarse desde un punto de vista kelseniano, y
es que para nadie es un secreto que este ha designado a la jurisdicción constitucional como
su obra más personal, y donde él mismo indicaba que la función de los jueces constitucionales
era más judicial que política, y a su vez consideraba que la rama legislativa se había dividido
en dos segmentos8; uno trataba de la función positiva de tener una iniciativa frente a la
creación de leyes, y la segunda refería concretamente a la función del tribunal constitucional
que verificaba dentro del sistema de leyes, cuáles de estas se encuentran en contravía con la
constitución y por ende ordena su eliminación del copilado legal; estas razones estudiadas
desde el punto de vista de un doctrinante de la escuela de Viena que cuenta con el precedente
de tener el tribunal constitucional más antiguo del mundo, encuadra en un sentido más amplio
él porque de la atribución de este sistema de verificación constitucional a los jueces, y es que
se denota en este aspecto, que cuentan con legitimidad de poder junto al legislativo, para
analizar y razonar sobre la seguridad jurídica del país, manteniendo con esto, un esquema
democrático y seguro frente a posibles errores cometidos por quienes administran el orden
público por medio de ordenanzas generales.

Como última medida, analizando las competencias y atribuciones otorgadas por la


constitución de Austria al tribunal constitucional, puede denotarse una conclusión general

8
Ver más en ELENA I. HIGHTON Sistema concentrado y difuso de constitucionalidad, pagina 3, universidad
de México, http://biblio.juridicas.unam.mx/libros/6/2894/10.pdf

13
respecto al sistema concentrado de constitucionalidad, evidenciando que “De acuerdo a la
constitución Austriaca las sentencias tienen efectos ex nunc9 o hacia el futuro. La carta
dispone expresamente que el fallo del tribunal constitucional por el que se anule una ley
como anti-constitucional, obliga al canciller federal o al gobernador regional competente a
publicar sin demora la derogación10”; con esto se sella la idea que por regla general las leyes
promulgadas tienen un efecto vinculante hacia el futuro, y no comprende en su naturaleza –
salvo excepciones como en derecho penal- una retroactividad latente, pero en caso que dentro
de la competencia de la corte se considere que la ley contradice la constitución, la primera
debe salir de forma inmediata de todo el orden legal, con lo cual todo efecto vinculante que
haya producido la misma es de igual forma anulada de plano, con las consecuencias
retroactivas que esto conlleva.

Como tema final, es de gran importancia abordar las facultades de la corte constitucional,
que es evidentemente la creación que supone la homologación del derecho nacional en su
estructura interna como en su estructura externa o internacional; Es así como la cote que
aborda los temas regionales sobre control de constitucionalidad para mantener la seguridad
jurídica y para garantizar que todos los casos sean fallados por sus operarios judiciales en
conformidad con la carta magna; pero esta forma de control de constitucionalidad
concentrado y abstracto también propone un reto diferente, y es la misma homologación de
los tratados internacionales respecto del derecho interno, siendo entonces el máximo tribunal
que argumenta esta facultad afirmando que:

“El control de constitucionalidad que ejerce la Corte es, además, tanto de carácter
formal como material. Según lo prescrito en el artículo 241 numeral 10 Superior, el
control formal de constitucionalidad que la Corte ejerce sobre los tratados
internacionales y las leyes que los aprueban, se dirige a verificar el trámite seguido
durante la negociación y firma del tratado –esto es, el examen de la validez de la
representación del Estado colombiano en los procesos de negociación y celebración
del instrumento y la competencia de los funcionarios intervinientes– así como la
formación de la ley aprobatoria en el Congreso y la debida sanción presidencial del

9
Es una locución latina, que literalmente en español significa "desde ahora”.
10
Ídem. ELENA I. HIGHTON Sistema concentrado y difuso de constitucionalidad.

14
proyecto correspondiente. En cuanto al examen de fondo, éste consiste en juzgar las
disposiciones del texto del tratado internacional que se revisa y el de su ley
aprobatoria, respecto de la totalidad de las disposiciones del Ordenamiento
Superior, para determinar si las primeras se ajustan o no a la Constitución Política,
independientemente de consideraciones de conveniencia y oportunidad, las cuales
son extrañas al examen que le compete efectuar a la Corte Constitucional”11

Con base en lo anterior, el tribunal constitucional en su control de la carta magna de forma


abstracta y concentrada, también debe conocer de todos los tratados que van hacer inmersos
en el derecho interno, abordando todos los temas referentes al mismo, es decir, debe conocer
el tratado internacional, debe conocer de la ley que ratificara su adopción e incorporación al
bloque de constitucionalidad, conocer sobre la legalidad de la sanción – o firma- presidencial,
y realizar el examen conjunto de la regulación que se dará en el país, alejando todo concepto
del ámbito político, con lo cual presenta cualidades neutras y legítimas, del ente que debe
materializar la idea que la constitución es la base de la organización de la nación, y que si no
se vela por la salvaguarda de la integridad de los preceptos máximos, la seguridad jurídica y
la estabilidad del estado se comprometerían a tal punto de volver a repetir actos atentatorios
contra las garantías personalísimas y derechos fundamentales.

Así por último, una de las más evidentes conclusiones es en cuanto a los efectos que cada
uno de estos métodos propone en cada sistema jurídico, donde el concentrado por recaer en
un ente máximo Constitucional, supone la derogación de una ley nacional, convirtiéndola en
inaplicable para todas las demás decisiones que pudiesen derivarse de ella, y en torno a la
difusa que únicamente supone efectos inter partes, pero que no genera perjuicio para que esta
decisión sea estudiada por el máximo tribunal y bajo la emanación de jurisprudencia, pueda
–si derogar la ley- aplicarse a las demás decisiones que lleven inmersa la ley sometida al
Control de Constitucionalidad; así entonces este máximo ente se implanta como el guardián
de los derechos y garantías de la carta magna o en palabras de Gaetano Azzariti, (estudioso
de la constitución de Italia) “la Corte Constitucional no ejercita tan solo una función

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Sentencia C-578 de la Corte Constitucional Colombiana. Bogotá, DC., treinta (30) de julio de dos mil dos
(2002), que revisó la Ley 742 del 5 de junio de 2002 "Por medio de la cual se aprueba el ESTATUTO DE ROMA
DE LA CORTE PENAL INTERNACIONAL,

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jurisdiccional, sino que constituye un poder autónomo de carácter constitucional que esta
fuera y por encima de los tres poderes tradicionales.”

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BIBLIOGRAFIA

✓ Ley 48 de 1863 Argentina (Jurisdicción y competencia de los tribunales nacionales)


✓ Ponencia Universidad de Buenos Aires “Control de constitucionalidad concentrado
y difuso” http://www.derecho.uba.ar/graduados/ponencias/duarte.pdf
✓ Sentencia C-578 de la Corte Constitucional Colombiana.
✓ Revista doctrinal control de constitucionalidad en argentina,
http://www.justiniano.com/revista_doctrina/control_constitucionalidad.htm
✓ ELENA I. HIGHTON Sistema concentrado y difuso de constitucionalidad, pagina
3, universidad de México. http://biblio.juridicas.unam.mx/libros/6/2894/10.pdf
✓ Sentencia de Constitucionalidad Corte Constitucional Colombiana C-122 de 2011
expediente D-8207
✓ Caso “Ingenio y Refinería San Martín del Tabacal SA c/ Provincia de Salta”, del 8
de noviembre de 1967 Corte Suprema de Justicia de la nación Argentina.
✓ Caso Banco Comercial de Finanzas s/ Quiebra, Corte Suprema de la Nación
Argentina 19 de agosto de 2004
✓ Auto interlocutorio 071 del 2001 de la Corte Constitucional Colombiana.

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