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microbiota
Para diversos microorganismos, el cuerpo humano representa un planeta entero que tiene
la oportunidad de colonizar en sus diferentes regiones, paisajes y ambientes en beneficio o
perjuicio del hospedero. Se estima que en una persona habitan 39 trillones de microbios, la
mayoría bacterias que conforman la microbiota, la cifra varía por factores como el sexo,
edad, genética, lugar de residencia o condiciones ambientales.
En una persona con un peso de 70 kilos, el 3.5 por ciento, es decir, dos kilos, pertenecen a
células de microorganismos; también se reporta que entre uno a tres por ciento de su peso
total pertenece al conjunto de esas formas de vida microscópica; específicamente la
microbiota del intestino puede pesar 2.3 kilos y un tercio de su composición es común a la
diversidad de la mayoría de los individuos, mientras dos terceras partes son específicas de
cada sujeto. Cerca de cien trillones de microorganismos componen la microbiota humana,
donde se incluyen al menos mil tipos de especies de bacterias conocidas; el número de
estos organismos supera 10 veces al de las células.
Los microbiomas muestran una gran diversidad de microorganismos, en cada uno de ellos
su variabilidad, límites y mantenimiento juegan un papel importante en la salud o
diagnóstico de enfermedades; uno de los más importantes es el del tracto gastrointestinal,
el cual es una interfaz dinámica y funcional entre el entorno externo, los alimentos y el
cuerpo humano, que puede presentar cambios influenciados por edad, dieta o consumo de
medicamentos.
La primera interacción microbiana del ser humano inicia durante la fertilización, cuando las
bacterias componentes de la microbiota del cérvix acompañan al esperma y alcanzan el
óvulo durante la fecundación; sin embargo, el sistema inmunológico de la madre impide la
colonización microbiana en este punto; durante el parto ocurre la primera y la mayor
exposición a una microbiota diversa, es la vía principal de transferencia intergeneracional de
la microbiota en mamíferos. La ruptura de la membrana amniótica expone al bebé a los
microorganismos de la vagina y la región perianal materna.
Al nacer un individuo, sus intestinos son estériles, pero en pocas horas, las bacterias
aparecen y el tracto gastrointestinal es colonizado por ellas. Después del nacimiento el
desarrollo de la microbiota se orquesta bajo el efecto nutricional, inmunológico, hormonal y
prebiótico de la leche materna; también influye la prematuridad, medidas de higiene y el tipo
de alimentación del lactante; desde esta etapa hasta los 3 años, la diversidad microbiana se
incrementa por el alimento y el entorno ambiental; este núcleo de la microbiota se establece
hasta la adolescencia.
En el país, las primeras publicaciones científicas sobre la microbiota del tracto digestivo
datan de 2015, e investigaciones sobre el microbioma del 2019. En Cinvestav se han
realizado por lo menos 15 estudios para la caracterización de la microbiota en población
mexicana; su relación con el sobrepeso u obesidad infantil, asociada a la diabetes tipo2; en
leche materna y colonización neonatal; con cáncer en un modelo preclínico; enfermedad de
Alzheimer; y plantas medicinales, entre otras.