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¿QUÉ SIGNIFICA LA PRESENCIA DE PERSONAS TÓXICAS?


¿CUÁL ES SU ACCIONAR?

Hemos escuchado en infinidad de ocasiones que existen las personas tóxicas.


Lo que los expertos recomiendan es alejarse de ellas, dentro de lo posible,
debido a que se consideran ‘vampiros’ de la energía, y es que son capaces de,
en tan solo unos minutos de conversación, despojarnos de toda nuestra
vitalidad y dejarnos fuera de nuestro equilibrio para el resto del día.

Para definir con mayor propiedad cómo actúan este tipo de personas, podemos
indicar que:

Un comportamiento tóxico es aquel que resta energía a los demás.

Estos individuos suelen generar malestar, estrés y ansiedad en las personas


que tienen alrededor.

Y este tipo de comportamientos son consecuencia de un mal aprendizaje y,


además, en muchas ocasiones, las personas que los manifiestan no son
plenamente conscientes de ello.

Ahora: ¿Qué pasa cuando esa persona tóxica es tu madre? O quizás, tras
leer estas líneas, estés en la tesitura de que tú misma puedes estar siendo
tóxica con tus hijos sin ni siquiera darte cuenta.

Cualquier persona puede ser tóxica, las madres también. Las madres tóxicas
pueden no ser conscientes de que lo son. Otras veces, se dan cuenta. Lo que
hacen es repetir patrones y educar de la misma manera a cómo fueron
educadas ellas mismas.

En primer lugar, debe quedar claro que quizás, una madre tóxica sí quiere
a sus hijos. Seguramente, ella tiene la percepción de que los ama muchísimo
y de que se desvive por ellos.

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El problema no es ése, sino la relación y el vínculo que establecen con su hijo.
Una madre tóxica es aquella que, de alguna manera, entorpece el
crecimiento personal y emocional de su hijo.

Genera tal dependencia emocional y conductual hacia él que las


conductas sobreprotectoras, manipuladoras e incluso posesivas son
frecuentes.

Justifican sus acciones con el amor que sienten por sus hijos, se amparan en
el hecho de que han de cuidarlos, y suelen actuar tomando ellas las decisiones
que deberían tomar sus hijos.

¿QUÉ ES EL APEGO SEGURO Y COMO LO PRACTICAMOS?


CÓMO ES LA RELACIÓN ENTRE UNA MADRE TÓXICA Y SUS HIJOS.

El vínculo que se crea entre una madre tóxica y su hijo realmente es negativo,
¿Por qué? Porque la relación que la madre está creando con él desde la infancia,
se convierte en una obsesión o posesión, que le hace ser dependiente de ella
y, por tanto, hace al niño tan vulnerable, que no puede distanciarse ni
alejarse de su madre tal y como haría un adulto (en una situación normal).

Ésta relación asimétrica de dependencia hacia el cuidador (en este caso, la


madre) facilita que la madre pueda desarrollar al completo ese tipo de vínculo
dañino. Y es que, esta relación tóxica entre madre e hijo cuando éste es
pequeño no se da en igualdad de condiciones.
Algunas de las características comunes a la relación que presenta una madre
tóxica con su hijo:
 La madre tóxica utilizará distintas estrategias para evitar que su hijo se aleje
de ella. Simular una dolencia o una enfermedad suele ser frecuente, ya que
saben que su pequeño se quedará a su lado, aunque sólo sea para cuidarla. De
esta manera, cargan a su hijo con una responsabilidad que se acaba
convirtiendo en sentimiento de culpa cuando el hijo reclama independencia.

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 La madre tóxica traspasa totalmente los límites de su hijo,
entrometiéndose en todo y controlando todo cuanto acontece en su vida.

 Esto les da sensación de control y llegan a creerse que lo hacen todo por el
bien de su hijo. Utilizan frases como “nadie te va a querer como yo” o
“esto déjamelo a mí, que sé mejor que tú lo que te conviene”.

 Ésta es una forma muy sutil de manipulación que mina la autoestima del
pequeño y aumenta la dependencia hacia ella.

 La madre tóxica quiere tener tal control de todo que suele asumir totalmente
la crianza y la educación de sus hijos.

 Toman todas las decisiones importantes, impidiendo que su hijo tome


decisiones o haciendo que, incluso el padre, participe lo mínimo de estas
cuestiones. Creen que sus decisiones son las mejores y no aceptan criticas de
otras personas.

Las quejas y los reproches son sus más preciadas armas.

Cuando los hijos van creciendo y se van dando cuenta de la relación tan
excesivamente estrecha que su madre tiene con ellos comienzan a querer
independizarse, tener una mayor autonomía, capacidad de decisión…

En definitiva, quieren vivir su propia vida sin tener que estar pidiendo el
consentimiento o aprobación constante de la madre, como lo han hecho
durante su infancia.

Madurar puede abrir los ojos a los hijos para intentar revertir la relación y
mejorarla, algo que se plantea como complicado:

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La madre tóxica tiene una visión muy pesimista y negativa del mundo que
la rodea. La relación con ella se acaba convirtiendo en una relación llena de
discusiones, pues su hijo llegará a una edad en la que va a reclamar mayor
independencia y va a estar cansado de asumir una responsabilidad y una carga
emocional constante.

Es entonces cuando aparecen las críticas y comentarios descalificativos,


insultos, manipulación mediante el victimismo y/o la amenaza.

El chantaje emocional es habitual. Suelen recurrir a frases tipo:

“Me dejas sola”.

“Con lo que he hecho por ti y ahora mira cómo me tratas”, etc…

Los celos, e incluso, la envidia respecto a las nuevas personas que empiezan a
rodear a su hijo también son frecuentes”.

Cómo evitar ser una madre tóxica

En primer lugar, quizás lo más difícil sea darse cuenta y reconocer el problema
de la relación tóxica con nuestros hijos, por ello, el primer paso es tomar
conciencia de este comportamiento analizando la propia conducta.

Para ello, es necesario ser sincero con uno mismo y responderse a la pregunta:

¿Causamos malestar en las personas que nos rodean con nuestro


comportamiento y/o conductas?

Es necesario valorar si somos personas negativas, si siempre estamos


criticando, si creemos que estamos absorbiendo la energía de los demás y, por
tanto, dañándolos.

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Y es que la causa de todo esto no es algo externo ni depende de otros factores
que no sean la relación con uno mismo. El siguiente paso, es reconocer
nuestra parte de ‘culpa’ y responsabilidad, y observar por qué nos
comportamos así.

Quizá lo hemos aprendido por las pautas educativas que utilizaron con
nosotros, quizá queremos llamar la atención de los demás o quizá nos
sentimos víctima de nuestra propia vida”, apunta.

En cualquier caso, ser una persona tóxica hace daño a la propia persona tóxica
y a las personas que la rodean. Por tanto, vale la pena acudir a un especialista
que nos ayude a poner remedio, a ver qué recursos tenemos para empezar a
cambiar y mejorar así nuestra vida actual.

¿TE HAS PREGUNTADO ALGUNA VEZ SI HAS CRECIDO


CON UNA MADRE TÓXICA O SI TÚ LO ERES?

¿Sabes cómo identificar si tienes un vínculo tóxico con tu madre o con tus hijos?

Qué implica tener o ser una madre tóxica, cómo reconocer si tu relación con tu
madre o con tus hijos es desadaptativa y qué hacer para superar esta situación:

Conseguir un equilibrio emocional es clave para evitar establecer relaciones


tóxicas con nuestros hijos.

¿Existe la madre perfecta?

Si tuvieras que describir lo que es una “madre perfecta”, ¿Qué cualidades


mencionarías?

La mayoría de nosotros, independientemente de nuestra experiencia personal,


al pensar en la imagen de la madre ideal, destacaremos atributos como el
cuidado, la atención, la ternura, la nutrición y el amor incondicional hacia sus
hijos.

Que compartamos esta visión de la maternidad no es casual, sino que la idea de


la “madre perfecta» está arraigada en nuestro inconsciente.

Esta imagen es lo que denominamos arquetipo y define lo que debería ser una
“buena madre”.

Este ideal inalcanzable, configurado por nuestro contexto familiar y


cultural, moldea nuestra manera de percibir a nuestra madre, a otras personas
que representan este rol simbólicamente – como una cuidadora, la tía, la abuela,
un docente, etc. – y nuestra propia maternidad, real o simbólica.

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¿Utilizas tu idea de “madre” como guía o como limitación?

Esta imagen de “madre perfecta” solo existe en nuestra mente y podemos elegir
usarla como guía o como molde, para darle un sentido a nuestras experiencias.

Podemos utilizarla como ayuda para orientarnos, ya que nos permite saber qué
hacer como madres o cuidadoras, actuando como una guía que en el reino
animal llamamos instinto maternal.

Sin embargo, también podemos utilizar esta información para crear un molde
inflexible, haciendo comparaciones entre lo que experimentamos y un ideal
imposible.

Esto sucede cuando una persona considera que su mamá, o ella misma, es
una “mala madre” o una “madre tóxica”, por no encajar en el molde, ya que ha
ejercido una crianza no tan perfecta.

Ciertamente, en muchos casos, una madre no logra establecer un vínculo


beneficioso con sus hijos/as.

Si es tu caso, ya sea como madre y/o como hijo/a, siempre puedes tomar
conciencia de aquello que es disfuncional y hacer cambios, en vez de seguir en
la acusación y la culpabilidad.

¿Qué es una “madre tóxica»?

No todas las madres desempeñan su rol de una manera beneficiosa para sus
hijos, ya que no les proporcionan unas bases emocionales firmes que les
permitan construirse como adultos capaces de caminar seguros por la vida.

En los años 90 la psicóloga Susan Forward utilizó por primera vez el


término “madre tóxica” para definir los comportamientos de aquellas madres
caracterizadas por una crianza perjudicial para los hijos.

Este concepto es ampliamente utilizado en la actualidad, sin embargo, hemos


perdido de vista que lo que se define realmente cómo “tóxica”, no es la persona,
sino la relación desadaptativa que obstaculiza el proceso de desarrollo natural
de los hijos.

No es tóxica la persona, sino el vínculo que nosotros mantenemos con


ella.

Cuando una persona adulta dice que su madre es tóxica, generalmente lo hace
porque quizás, tal vez, no encaja con su imagen mental de “madre ideal».

O bien no mantiene una buena relación con ella, y piensa que es la responsable
de los problemas que tiene en la actualidad y, por tanto, aún sostiene un
resentimiento con ella por su manera de tratarla durante la infancia.

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Llamar “tóxica” a una persona, ya sea la madre, el padre, pareja, jefe o una
amiga, es la mejor manera de poner fuera de uno mismo los propios miedos,
carencias y limitaciones.

En otras palabras, es responsabilizar a otra persona de lo que, como adultos,


debemos asumir nosotros: nuestra propia vida y nuestro bienestar.

“Crecer es dejar de culpar a los padres.”

Otras veces, la persona no es consciente de que ciertas limitaciones y bloqueos


que está experimentando actualmente están relacionados con el tipo de vínculo
que ha establecido con la madre, por lo que la necesidad de transformar esta
relación puede pasar inadvertida.

Esto sucede porque lo que entendemos por “madre tóxica” no siempre tiene que
ver con lo que la mayoría imagina: una mujer malvada que odia a sus hijos,
violenta y maltratadora.

En muchas ocasiones el vínculo tóxico entre madres e hijos pasa desapercibido,


por eso vamos a ver algunas claves para poder reconocerlo, tanto con nuestra
madre como con nuestros hijos, y qué podemos hacer para transformar estas
relaciones tan importantes para la vida
CÓMO RECONOCER UNA “MADRE TÓXICA”

Si bien mantener una relación tóxica con la madre es mucho más habitual de lo
que creemos, no siempre es fácil darse cuenta.

Tomar conciencia de ello es fundamental para poder transformar esta


relación y convertirse en un adulto emocional, capaz de dirigir su vida y
responsabilizarse de su bienestar, liberándose de la “toxicidad” y, también,
liberando a su progenitora de una carga que no le corresponde llevar.

Además, sanar la relación con la madre es un paso previo fundamental para que
podamos establecer un vínculo más saludable con nuestros hijos.
CARACTERÍSTICAS DE UNA “MADRE TÓXICA”

Antes de ver qué caracteriza a lo que llamamos “madre tóxica”,


debemos tener claro que en ningún caso la madre es “tóxica”, sino la
relación que tiene con sus hijos.

Una mujer puede tener varios hijos y establecer una relación disfuncional solo
con uno de ellos.

A continuación, detallamos algunas características propias de una madre que


establece una relación tóxica con sus hijos:

1. Controladora, está siempre pendiente de sus hijos/as, sobreprotegiéndolos,


haciendo de ellos adultos inseguros y dependientes.

2. Ausente, ya sea física o emocionalmente.


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No tiene la capacidad de acompañar o asistir las necesidades afectivas de sus
hijos/as.

3. Negligente en los cuidados básicos, bien porque es incapaz de detectar las


necesidades de sus hijos/as o porque considera prioritarias sus propias
necesidades.

4. Inestable emocionalmente, no puede gestionar adecuadamente sus


estados emocionales y expresa vaivenes emocionales que condicionan el
ambiente familiar.

5. Manipuladora y victimista.

6. Oscila entre actitudes invasivas y pasivo-agresivas.

7. Generadora de conflictos de manera habitual, ya sea con su


pareja, amigos/as, familia, trabajo, etcétera.

8 . Proyecta sus frustraciones en sus hijos, tales como deseos no cumplidos


o metas no alcanzadas a lo largo de su vida.

9 . Trata de conseguir lo que no pudo o no supo hacer a través de la vida de


sus hijos.

10. Sobreprotectora, se preocupa y actúa en exceso por sus hijos/as,


subestimando su valía, actuando como si realmente estuvieran necesitados de
su ayuda y, como consecuencia, les impide desarrollar sus capacidades.

11. Absorbente y posesiva, necesita estar todo el tiempo con sus hijos/as,
ocupando todos sus espacios. Sienten que sus hijos/as son de su propiedad y
que, de alguna forma, están en deuda con ella tanto por los cuidados ofrecidos
en la infancia como por haberles “dado la vida”.

Somos responsables de nuestra manera de relacionarnos como adultos.

Es importante comprender que todas estas actitudes de la madre son el


resultado de patrones de conducta aprendidos en su ambiente emocional de la
infancia.

Cuando se mantienen de forma habitual durante los años de crianza, constituyen


una forma sutil de ejercer un maltrato, frecuentemente de manera inconsciente
e incluso bienintencionada, que puede marcar la vida del futuro adulto.

Aunque este vínculo determina la vida del adulto, todos tenemos la capacidad y
la responsabilidad de transformar nuestra manera de relacionarnos con nuestra
madre cuando somos adultos.

Es fundamental comprender que, cuando somos mayores, somos nosotros los


que mantenemos el vínculo tóxico con nuestra madre y, por tanto, los
responsables de transformar cómo nos relacionamos con ella.

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CÓMO SABER SI AÚN MANTIENES UNA RELACIÓN TÓXICA CON TU MADRE

Para poder hacer los cambios internos que nos permitirán superar los conflictos
con la madre, lo primero que debemos hacer es reconocer las señales que nos
indican que aún mantenemos un vínculo tóxico, incluso si ha fallecido o no nos
relacionamos con ella de manera habitual.

En este punto, vamos a recordar que no estamos hablando únicamente de


nuestra madre, sino del arquetipo, y podemos ver representado lo que simboliza
en otras personas de nuestro entorno, como puede ser una jefa, una amiga, la
pareja o incluso nuestra propia hija.

De este modo, los conflictos que experimentamos con las personas que nos
rodean nos permiten reconocer el tipo de relación que hemos establecido con
nuestra madre durante la infancia y la influencia que aún ejerce en nuestra vida.

Tomar conciencia de los patrones emocionales y de conducta generados por la


relación disfuncional que aún mantenemos con nuestra madre, nos
permite comprender por qué actuamos y nos relacionamos de la forma en que
lo hacemos, ya sea con los amigos, la pareja, los hijos o en el ámbito laboral.

El trabajo de autoindagación, es clave para identificar esta información


y redefinir la relación que mantenemos con nuestra madre desde la madurez
emocional.

Veamos un ejemplo:

Una mujer realiza una sesión en Psicogenealogía en la que consulta sobre un


conflicto con su jefa en el trabajo.

El punto de mayor estrés sucede cuando ésta le dice que “no le sirve la ayuda
que está dando en la empresa donde trabaja”.

Al investigar en otras situaciones en resonancia, encontramos que, durante su


infancia, ella ayudaba a su madre en las labores del hogar y ésta frecuentemente
le decía:

“No lo haces bien, no me ayudas, me das más trabajo”.

Ambas escenas nos muestran el conflicto particular de la clienta,


expresándose la imagen arquetípica de la “madre” en su “jefa”.

Así, se activan, de manera automática e inconsciente, creencias, pensamientos,


sensaciones físicas, sentimientos y comportamientos de respuesta automáticos.

La consultante piensa que su madre “no la quiere ni la aprecia”, “que no


“reconoce su esfuerzo ni la valora”.

Así, la percepción que tiene sobre ella misma en esta situación laboral, es que
“no es valiosa” o que “no es lo suficientemente buena”.

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Esta información, es proyectada sobre la situación de estrés en el ámbito laboral,
lo cual le permite reconocer el conflicto con la madre y comprender el origen del
estrés que vive con su jefa en la actualidad.

Esta comprensión es fundamental para poder retomar las riendas de nuestra


vida y comenzar a construir vínculos más acordes a lo que realmente deseamos,
dejando de lado viejos patrones, de pensamiento y de comportamiento, que no
nos pertenecen y que ya no nos sirven en la actualidad.

¿QUÉ HAGO SI TENGO UNA “MADRE TÓXICA»?

RECURSO PRÁCTICO Y EJEMPLOS: INVERSIÓN DE PENSAMIENTO.

Para transformar la manera de relacionarnos, debemos identificar nuestros


conflictos y aprender a ver las cosas de otra manera, comprendiendo que lo que
nos sucede tiene que ver con nosotros mismos, y que la “toxicidad” no está en
la otra persona, sino en la relación que mantenemos con ella, lo cual es
responsabilidad de ambas.

Cuando una persona le pone la etiqueta de “tóxica” a su madre, aún la está


culpando de no tener el valor de vivir su vida responsable y libremente y lo
justifica diciendo que ella es la tóxica.

“Comprende que no reaccionas a nada directamente, sino a tu propia


interpretación de ello. Tu interpretación, por lo tanto, se convierte en la
justificación de tus reacciones.”

Una “madre tóxica” es una herramienta que nos regala la vida para descubrir y
transformar nuestra propia toxicidad.

Te proponemos una actividad que te servirá para conocerte en profundidad e


identificar los cambios que puedes realizar para dejar de justificarte y comenzar
a vivir tu vida.

Paso 1:

Observa qué es lo que más te molesta de tu madre, o de otra persona que


pueda estar representando este rol en tu vida

Para realizar este paso, puedes usar como referencia las características que
hemos visto de una “madre tóxica”.

Por ejemplo, quizás aún sientes que tu madre es ausente, o que te


controla, o te molesta que sea absorbente y posesiva.

Paso 2:

¿Qué comportamientos de tu madre te molestan concretamente?

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Es decir: ¿Qué hace ella para que tú le pongas la etiqueta de controladora,
víctima o absorbente?

Por ejemplo:

“Siento que mi madre no me quiere. No se interesa por lo que hago, y cuando


intento hablarle de mis emociones y mis dificultades, cambia de tema.

Nunca me apoya y parece que solo se preocupa de sí misma”.

“No soporto a mi madre. Siempre quiere saber a dónde voy y con quién estoy”.

Además me dice lo que tengo que hacer y juzga muchas de las decisiones que
quiero tomar”.

“Mi madre es una manipuladora emocional. Les compra cosas a mis hijos
que no necesitan, los malcría. Además, viene a mi casa con comida y exige que
vaya a verla con los niños con demasiada frecuencia, no me deja espacio para
mí y mi familia”.

Paso 3:

¿Qué haces tú cuando ella actúa de esta manera?

Observar lo que hacemos nos permite identificar los comportamientos que


hemos aprendido y que seguimos realizando, aunque no nos beneficien.

Siguiendo con los ejemplos anteriores:

“Cuando mi madre no me hace caso, a veces no digo nada y otras, me enfado.


Le grito e insulto, pierdo los nervios, le digo que para qué me tuvo si no me
quiere y que es una egoísta”.

“Le cuento mis cosas a mi madre aunque no me pregunte, siempre lo he hecho.


Cuando juzga negativamente lo que hago o las decisiones que quiero tomar, no
le digo nada. A veces, evito contarle cosas, pero me siento culpable”.

“En general accedo a sus peticiones y acepto lo que nos ofrece. He intentado
decirle que no venga tanto a casa y que me gustaría pasar más tiempo con mi
familia, pero no me escucha y sigue sin darme espacio.”

En cada caso, la persona sigue esperando que su madre cambie, pero al mismo
tiempo, ella misma no cambia su manera de relacionarse con ella, manteniendo
de este modo el vínculo tóxico, perjudicial para ambas.

Paso 4:

Inversión de pensamiento: ¿Quién es la persona tóxica?

Si te ves reflejado/a en alguno de estos ejemplos, o a partir del tu propio caso,


puedes preguntarte:

¿Para qué sigo actuando de la misma manera?

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¿Sigo esperando que me quiera como yo quiero que lo haga?

¿Continuo a la espera de su aprobación y su reconocimiento?

¿Quiero que ella actúe de otra manera?

Todas nuestras acciones tienen una intención, y mientras sigamos esperando


que nuestra madre cambie, nuestros actos serán manipulativos, controladores,
victimistas, y en definitiva, característicos de un estado infantil que ya no tiene
sentido en la vida adulta.

En realidad, puede que alguien sea tóxico, no obstante podemos ampliar el


concepto hacia que lo que llamamos “toxicidad” no es más que una relación
disfuncional y todos tenemos la capacidad de transformar el vínculo que
mantenemos con nuestra madre.

Paso 5:

¿Qué te gustaría hacer realmente? ¿Qué pasaría si actuases de esta


manera?.

Las decisiones que tomamos y los límites que establecemos como adultos le
enseñan al otro quiénes somos y cómo queremos ser tratados, definiendo el tipo
de relación que estamos dispuestos a establecer.

Cuando una persona adulta no toma sus propias decisiones, para no molestar
a la mamá o para complacerla, y no pone límites saludables con ella, lo que está
haciendo es establecer una relación perjudicial y, en vez de responsabilizarse,
se relaciona con su madre desde la acusación y la culpabilidad.

Para establecer una relación saludable con nuestra madre, y con cualquier
persona, debemos comenzar a ser adultos emocionales, lo cual nos lleva a la
libertad emocional.

Esto implica:

Ser coherentes: hacer lo que está alineado con nuestros pensamientos y


sentimientos.

Ser consecuentes: Asumir las consecuencias de nuestros actos y de nuestras


decisiones.

Establecer límites saludables: Decir “sí” o “no” cuando realmente queremos


decirlo.

Responsabilizarnos: Promover los cambios que deseamos desde nuestro


interior y dejar de esperar que el otro cambie.

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QUÉ HACER SI TE CONSIDERAS UNA MADRE TÓXICA:

Llegados a este punto, es posible que hayas identificado ciertas características


en tí misma que encajan con los comportamientos de lo que llamamos “madre
tóxica”.

Si es así, ya has dado el primer paso y el más importante para poder comenzar
a realizar cambios en la manera en la que te relacionas con tus hijos/as:
reconocerlo.

El siguiente paso es aceptarlo, para lo cual es fundamental que evites


culpabilizarte y, en su lugar, te enfoques en comprender-te.

Con este objetivo, puedes seguir las indicaciones que hemos compartido en este
artículo para tomar conciencia de cómo es el vínculo que aún mantienes con tu
madre o con la figura que representa este rol.

Redefinir la relación con tu madre es lo que te permitirá transformar los patrones


de pensamiento y conducta disfuncionales que ahora estás reproduciendo con
tus hijos.

Trascendencia y libertad emocional

Somos el fruto de nuestra propia historia, el resultado de todo aquello que hemos
vivido.

Juzgar o rechazar a nuestras madres es una forma de juzgar o rechazar parte


de lo que somos hoy día.

La invitación que nos hace la Psicogenealogía es pasar de una conciencia dual a


una conciencia de unidad.

Si vivimos en conciencia de unidad sabemos que la causa de lo que nos sucede


subyace en nosotros mismos.

La imagen de una mujer embarazada que lleva a su hijo o hija en el vientre es


la imagen más clara de cómo podemos llegar a estar unidos, de cómo lo que
afecta a unos afecta necesariamente a otros.

Con nuestras madres, compartimos limitaciones, creencias, miedos, etc.

Recordemos que nuestra madre nos dio lo que supo y lo que pudo, de la misma
manera que de su madre recibió lo que ésta pudo darle.

Es una cadena, una relación transgeneracional que se va transmitiendo


como herencia de manera inconsciente, y está en nuestras manos cortarla,
siendo conscientes de nuestra historia personal para recuperar la capacidad de
darnos y de dar aquello que nos fue negado.

Nuestra responsabilidad como personas adultas es aportar nueva información al


sistema, enseñando a nuestros padres a ser libres. ¿Cómo? Atreviéndonos
a ejercer nuestra propia libertad de elegir quiénes ser y cómo vivir nuestra vida.

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LA NUTRICIÓN AFECTIVA

Si conectamos con la teoría freudiana de la sexualidad con el estudio de la


dinámica de la etapa oral del primer año de vida de un bebé, la madre amamanta
a su hijo varias veces al día y el niño graba dos elementos simultáneamente:

Satisface su apetito biológico con la leche materna, que es el Alimento Real.

Y al mismo tiempo siente el amor, las caricias, el afecto, la contención, la voz


suave de su madre, y eso representa el Alimento Afectivo.

Se establece así una estrecha conexión entre ambas energías.

Más tarde, el bebé cuando sepa distinguir ambos elementos, puede elegir si
pedir comida real o bien un abrazo y una caricia de su madre.

El término Nutrición Afectiva, se describe tanto como la calidad y la


cantidad del amor recibido al nacer y a lo largo de toda la infancia.

Cuando un adulto manifiesta desarmonías en lo emocional, puede que


sea el niño interior expresándose desde cómo recibió ese nutriente vital
en su más tierna infancia.

Podemos decir entonces que:

…” Todo está en la historia de la persona, tanto los problemas, como sus


soluciones…”

Más aún:

…” El cuerpo en general, y la piel en particular, jamás olvidan…”

A grandes rasgos podemos decir que todo individuo crece físicamente gracias a
una buena Nutrición Real con suficientes calorías.

En tanto que a nivel mental y emocional evoluciona gracias a una buena


Nutrición Simbólica, sobre todo afectiva.

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PARA LA PSICOGENEALOGÍA: ¿QUÉ ES UNA MADRE TÓXICA?

O BIEN: ¿QUÉ ES UNA BUENA MADRE BIOLÓGICA


QUE EJERCE UNA FUNCIÓN MATERNA TÓXICA?

Analicemos en primer lugar un conjunto de sinónimos relativos a mala


nutrición afectiva, que desencadenarían un Amor Tóxico:

. Carencia de amor.

. Rechazo.

. Sentirse ignorado/a.

. Padre o Madre inexistentes.

. Falta de afecto y de ternura.

. Descuidado.

. Frialdad en el trato.

. Sentirse desvalorizado/a.

Una frase que deja al descubierto la nutrición tóxica, es:

…” No recibí el Amor y la Contención, a la que tenía derecho…”

Una buena madre biológica que ejerce una función materna tóxica, a
través de sus actos, comportamiento y pensamientos, impide o dificulta
el desarrollo neurofisiológico, psicológico, físico, emocional y afectivo
de su hijo.
PODEMOS DIFERENCIAR TRES TIPOS DE MADRE O FUNCIÓN MATERNA:

1. MADRE CON UNA FUNCIÓN MATERNA NEUTRA O NORMAL:

Es quien ofrece a su hijo un amor equilibrado, sano, presente, inclusivo y


siempre respetando la individualidad del ser.
2. MADRE CON UNA FUNCIÓN MATERNA TÓXICA DESDE LA AGRESIVIDAD:

Es lo que usualmente se dice: Una mala madre dado su comportamiento


castrador, desvalorizante, agresivo, invasivo e intolerante.
3. MADRE CON UNA FUNCIÓN MATERNA BUENA, PERO CON HIPERPROTECCIÓN:

Es la madre que da “ demasiado “ amor. Consiste en una hiperprotección


materna que desemboca en otro tipo de toxicidad y castración mucho más sutil,
que induce una sensación de ahogo, asfixia, invasión y pérdida de identidad de
su hijo.

Es la madre donde todo es excesivo: Demasiado buena. Demasiado protectora.


Demasiado presente. Demasiado invasiva. Demasiado controladora de todos los
aspectos de la vida de su hijo.

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Al final, de tanto insistir, puede terminar castrando simbólicamente a su hijo que
ya no la soporta.

Es como que tú tienes tu postre favorito… El más exquisito… El que anhelas


comer porque sientes placer al disfrutarlo.

Pero qué ocurre, si al día te comes quince porciones de ese postre favorito…

Lo que era puro placer, ahora puede resultar en algo repugnante y asqueroso…

Eso es lo mismo que ocurre con el Amor en Exceso y Asficxiante: Es tan bueno,
que uno termina por rechazarlo…

ALGUNO SIGNOS POR HABER RECIBIDO


UNA MALA NUTRICIÓN AFECTIVA

LA CONDUCTA ALIMENTARIA

Este signo indirecto, muestra la implicancia de una buena o mala nutrición


afectiva. Una de las patologías más específica es la conducta alimenticia
compulsiva como la bulimia, o en su defecto la anorexia.

En la bulimia, la persona busca la buena nutrición afectiva recibida que


recibió en el pasado y de la que carece en la actualidad.

En la anorexia por el contrario, la persona rechaza la comida real que le


parece peligrosa para su integridad física.

De hecho éste comportamiento, representa un intento de expresar


simbólicamente su rechazo a la mala nutrición afectiva que recibió.

En cuanto al arquetipo y los símbolos la persona puede expresar simbólicamente


sus problemas ligados a la nutrición afectiva tóxica recibida.

Así por ejemplo, la persona afectada por el vínculo tóxico materno, puede ir
hacia los extremos:

El hiperconsumo o la intolerancia de alimentos representativos de la madre:

La leche representa el símbolo y el arquetipo perfecto de la madre y de la calidad


afectiva recibida por esa función materna.

Todos los problemas de lactancia materna, pueden llevar a conectar con una
mala nutrición afectiva. Por ejemplo:

Falta de leche en la madre.

El bebé que rechaza ser amamantado por su madre.

Rechazo de la lactancia.

Patologías que impiden la lactancia.

Período de lactancia muy corto.

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En el hiperconsumo de helados, implicaría una madre fría, lejana, no afectiva,
distante, ausente.

En el hiperconsumo de quesos y sus derivados presentan un matiz muy sutil


donde la persona busca simbólicamente a su madre, pero más bien
transformada, así como la leche debe ser transformada para dar origen al
queso.
¿CUÁNDO SE INSTALA LA FUNCIÓN MATERNA TÓXICA?

La función materna tóxica, puede iniciarse en distintos momentos de la vida del


bebé.

Puede ser mientras está siendo gestado donde la madre percibe y siente que no
desea a ese bebé. Lo rechaza profundamente. No los siente como propio.

Puede ser luego del nacimiento, o en el período de 0 a 7 años en el desarrollo


psicoafectivo del niño.

Como así también en la edad adulta.

¿ CUÁLES PUEDEN SER LAS FUENTES DE UNA


FUNCIÓN MATERNA TÓXICA?

LA TOXICIDAD MATERNA INNATA

Se trata de una estructura de comportamiento, en donde los padres tienen un


perfil manipulador, perverso y narcisistas, donde los niños son vistos como
obstáculos en sus vidas, o un medio adecuado para ejercer su locura.

Es en la locura de los padres donde se instala un impacto tóxico en el día a día.

Y eso puede implicar en el adulto posterior, configurado desde un niño interior


que ha sufrido el día a día del horror paterno.

Las enfermedades autoinmunes, las desarmonías de “ siempre “, los dolores


crónicos, son un sinónimo de la Toxicidad exacerbada.

Un ejemplo de una consultante, maestra de yoga y bailarina que manifestaba


dolor intenso en distintas partes del cuerpo, “ todos los días “.

Según su detalle en la consulta de Psicogenealogía:

…” Cada día que me levanto, a veces me duele un hombro o la rodilla… Al día


siguiente me duele la espalda y la cadera…”

…” Otro día el dolor se va desplazando hacia otra parte como mis cervicales y
en la columna vertebral… Otro día son mis pies…”

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…” Me hacen estudios y las radiografías o tomografías no muestran ningún
hueso o articulación dañados… Es dolor…”

…” Me sugirieron que podía ser fibromialgia o algo similar…”

Desde la Psicogenealogía Transgeneracional y utilizando el aporte de la Química


Biológica, podemos hacer una conexión con el dolor errático y la precipitación
de ácido úrico en forma de sales o de cristales en las articulaciones y a veces
directamente en las fibras musculares, de allí la sensación como de la presencia
de agujas…

Cuando los cristales del ácido (Uratos), se disuelven, el dolor desaparece en ese
punto concreto.

Luego, como el ácido circula constantemente por todo el cuerpo por el torrente
sanguíneo, se deposita en otra articulación y el dolor vuelve a aparecer durante
unos días y así sucesivamente.

Desde una interpretación sutil, la rigidez de las sales o uratos, representaría a


la inflexibilidad, dureza de carácter, intransigencia, malestar, rigidez en el trato
de la madre hacia ese bebé, en el día a día, y la necesidad de huir de esa
criatura… De buscar otro hogar u otras manos o brazos que le imprimieran
nutrición afectiva…

Es como llevar el dolor a otros lugares para ser visto y sanado.

El ácido úrico representaría la fuente de toxicidad materna.

Le resultaba difícil a ese bebé o niño expresar la Fuente de Toxicidad inmediata


de su madre, era sufrir todo el día, aquí y allá…

Sin poder expresar el miedo, el dolor, la ira, el descontento, la irritación, el


disgusto, la pena…

Mucho dolor en el día a día como niño, implica mucho dolor no sanado en el día
a día como adulto.

La migración del dolor dentro del cuerpo, muestra que sólo quedaba soportar la
Nutrición Tóxica, ya que provenía de quien era muy cercano a ese niño:

Su madre, la Fuente de Nutrición Vital, de la cual dependía su vida Física…

Ser rechazado, sería sinónimo de perder la vida…

Por lo cual sólo queda alivianar el dolor aquí… Allá… Allá y Allá…

El dolor errático.

19
CUÁLES SERÍAN LAS PREGUNTAS QUE DEBERÍAMOS REALIZAR A
ALGUIEN QUE PRESENTA DESARMONÍAS “ DESDE SIEMPRE “?

¿Te permites identificar una fuente de vínculos con alguien tóxico en tu trabajo?

¿O en el ámbito afectivo dentro de tu familia, con tu pareja o hijos?

¿O en el ámbito más amplio de relaciones con tus hermanos, padres, otros


familiares o bien con tus amigos?

O bien podríamos ir a indagar en el Transgeneracional, en la calidad de vínculos


de sus ancestros…

Quizás nos sorprenderíamos con la posibilidad de funciones maternas tóxicas en


nuestras abuelas, bisabuelas o tatarabuelas.

Cuando a mi consultante, se le realizó esa pregunta, automáticamente surgió la


respuesta:

…” Pues mi madre… Siempre fue muy mala, humillante, culpabilizante, jamás


una palabra de afecto o empatía para conmigo desde pequeña y aún ahora de
grande…”

…” Jamás conocí la ternura de ella hacia mí… Más aún no sabía cómo abrazarla
para transmitirle mi afecto, y menos aún poder besarla con ternura…”

…” Ella siempre me decía que era rígida como un hielo anestesiado…”

Rígida = Ácido Úrico

Dolor Moral = Dolor de Huesos

Injusticia = Dolor de articulaciones

Desvalorización = Dolor de cervicales.

TOXICIDAD MATERNA COYUNTURAL O ADQUIRIDA

EL LEGADO ANCESTRAL O LA MEMORIA EN


EL PROYECTO Y SENTIDO DE GESTACIÓN DE UN BEBÉ…

¿SI UNA MADRE NO TIENE DESÓRDENES PSIQUIÁTRICOS,


POR QUÉ PUEDE VOLVERSE TÓXICA?
Una madre puede volverse tóxica con uno o varios hijos, por numerosos factores
que involucran un período que va desde un año antes de la concepción del bebé,
hasta tres o cuatro años después del nacimiento del mismo.

Es decir en el período del Proyecto de Gestación del Bebé, y su Sentido dentro


de la familia y del Árbol Genealógico.

Podemos crear una categoría o causales del por qué del rechazo afectivo
hacia su hijo.

20
PRIMERA CATEGORÍA: MI HIJO NO ES FRUTO DEL AMOR

Se presenta cuando el niño que crece en el vientre no queda asociado al amor,


sino a una problemática concreta.

Por ejemplo:

1.Adulterio durante el embarazo:

. Cuando la madre mira a su hijo/a, recuerda el drama que vivió durante el


embarazo: El adulterio de su pareja.

Por lo cual el bebé y luego el niño, queda estrechamente asociado al hecho


doloroso, y no recibe el amor materno incondicional, sino todo lo contrario.

2. Fallecimientos durante el embarazo:

Por lo general se tarda de dos a tres años antes de metabolizar emocionalmente


un fallecimiento de una persona muy amada.

El duelo queda bloqueado, y la madre no puede elaborarlo ni durante el


embarazo ni en los primeros años de vida del bebé.

Obviamente, la nutrición afectiva es muy limitada o quizás hasta nula, según el


grado de tristeza o depresión de la madre.

3. Dramas durante el embarazo o la niñez:

Suele tratarse de acontecimientos traumáticos que no necesariamente son


fallecimientos.

Quizás accidentes, enfermedades, pérdidas materiales, estafas, pérdidas o robos


traumáticos.

En el caso de accidentes o enfermedades, la madre debe atender a ese enfermo


y descuida emocionalmente a su bebé…

4. Intento de suicidio de la madre:

En una ocasión atendí a una mujer de 40 años, con tendencia anoréxica.

Su madre le comentó que cuando estaba embarazada de ella, intentó suicidarse


después de perder a otra hija de dos años en un accidente.

Su madre le comentaba que le llevó varios años poder superar la pérdida de esa
niña, lo que obviamente, involucraba a mi consultante en su infancia más
temprana.

La madre le indicó que ella “Jamás pudo amamantarla por la tristeza de la


pérdida… Pero que siempre la alimentó con biberón como correspondía…”

Obviamente, allí hubo Nutrición Real Efectiva (Biberón), pero careció de


Nutrición Afectiva Amorosa (Profunda tristeza de su madre)…

21
5. Historias de Amores Difíciles:

Mujeres que se desilusionaron por la convivencia con su pareja, quedaron


embarazadas, y obviamente ese niño quedó ligado al proceso de decepción y
jamás pudo ser nutrido desde el amor y la ternura.

Matrimonios por conveniencia y embarazos no deseados.

Matrimonios forzados por embarazos bajo la amenaza de muerte.

6. Niño no reconocido, fruto de una violación, adulterio o incesto.

7. Niño no deseado, intento real o simbólico de aborto.

Es una situación más común de lo que uno cree. Son bebés que llegaron a la
vida luego de una manifiesta intención de aborto.

Donde quizás fue un deseo mental de abortarlo, pero no se llegó al hecho, o bien
el aborto se llevó a cabo, pero había gemelos, y uno de ellos nació.

Obvio, difícilmente será nutrido bajo un concepto de amor profundo y aceptación


de la vida.
SEGUNDA CATEGORÍA: MI HIJO ESTÁ ASOCIADO A UN EVENTO
DESESTABILIZADOR QUE AFECTÓ PROFUNDAMENTE AL HOGAR.

1.El bebé nace, pero hay una contingencia de muerte de la madre, o del
padre, por lo que la ausencia de uno o ambos progenitores crea un vacío
emocional muy grande en el bebé, donde quizás fue llevado a otro hogar donde
recibe escasa o mala nutrición afectiva.

O bien no hay fallecimientos paternos, pero, aunque el progenitor esté


físicamente presente, está realmente ausente psicológica o afectivamente del
bebé…

2. Depresión de la madre o del padre:

En ésta situación el bebé, se ve obligado a incorporar ese escenario en su


estructura de funcionamiento.

La tristeza de la madre, luego será copiada por el Bebé – Niño – Adolescente –


Adulto, bajo la lealtad de:

…” Cuanto más triste estoy, más fiel soy a mi infancia y a mi madre… Para mí
estar triste es normal…”

3. Adopciones por obligación o inesperadas: Temática también arraigada


desde muchísimos años. Niños huérfanos que quedaron a cargo de familiares o
familias improvisadas, que inesperadamente tuvieron por un tiempo que
albergar a esa criatura.No siempre quien es adoptado recibe la Buena Nutrición
Afectiva de la madre adoptiva.

22
TERCERA CATEGORÍA: EL NIÑO ESTÁ ASOCIADO
A UN DRAMA TRANSGENERACIONAL…

Cada uno de nosotros, es quizás el representante transgeneracional de uno o


más ancestros que vivieron exactamente situaciones dramáticas.

Tal vez estamos asociados a uno o varios dramas familiares ancestrales y nos
convertimos en contra de nuestros deseos, testigos en vida de esos traumas aún
no resueltos.

Un ejemplo de una nutrición materna tóxica lo constituye una consultante,


Emilia, quien asiste a una sesión individual por sentirse que siempre estuvo
excluida de la familia…

Jamás tenida en cuenta, desvalorizada, humillada y desplazada de todo lo que


significaba la contención amorosa de su madre.

Emilia me cuenta que sus dos hermanas por el contrario recibieron atención,
amor y reconocimiento de su madreen todos los órdenes de su vida.

Ella por el contrario, fue la “ excluída “ de la familia, sintiendo que la


consideraban una oveja negra del clan familiar.

La dinámica de su exclusión familiar, no parecía tener resolución o conexión


ancestral, hasta que le pregunté si alguien se llamaba igual que ella o si sus
fechas significativas de su concepción o nacimiento empatizaban con algún
ancestro.

Me comentó que con ningún familiar que ella supiera.

Le indiqué que fuera a hablar con alguna tía y le consultara si había en la historia
de su Árbol genealógico, algún ancestro que hubiera representado la vergüenza
familiar…

O quizás, que se debió ocultar en forma de notables silencios y secretos, la


actitud de alguien que atentó contra la dignidad familiar.

Obviamente, siempre una tía, es el fiel recuerdo de aquellas memorias ocultas:

Su tía le confesó:

…” Mi abuela mili, cuyo nombre era Amalia, era prostituta, tenía un prostíbulo
que regenteaba desde hacía muchos años, y era muy popular en su pueblo…”

…” Obviamente eso generó un profundo rechazo por parte de sus familiares,


siendo la vergüenza y una verdadera mancha en el Árbol Genealógico…”

Mi consultante, se llama Emilia… Su Bisabuela se llama Amalia…

Más aún Emilia cumple años un 12 de Junio y Amalia falleció un 14 de Junio…

Demasiada coincidencia…

23
Sin saberlo, Emilia era doble de su Bisabuela y sólo por representar una lealtad
inconsciente por ella, se hizo acreedora a una Nutrición Afectiva Tóxica, como
represalia o “ ajuste “ de cuentas de la descendencia sobre las Memorias de
Vergüenza profunda de su Árbol Familiar…

Cuanto más se oculta algo, más probabilidades hay de que salga a la luz, de una
forma u otra, pasado un tiempo o incluso después de varias generaciones.

La exclusión de Amalia, era replicada por su bisnieta Emilia…

OTROS DRAMAS TRANSGENERACIONALES QUE PUEDEN IMPLICAR FRIALDAD


EN LOS VÍNCULOS HACIA UN BEBÉ, Y TOXICIDAD MATERNA:

. Problemas de dinero: Herencias problemáticas, quiebras, desposesiones,


dinero sucio, robos, estafas intrafamiliares.

. Enfermedades: malformaciones físicas, enfermedades vergonzosas,


desarmonías psiquiátricas.

. Fallecimientos: Injustificados, injustificables de niños, adolescentes o


familiares muy amados, cuyos duelos no se pudieron realizar… Asesinatos,
cuerpos no hallados, personas desaparecidas.

. Amor y sexo: matrimonios por conveniencia madres solteras, violaciones,


incestos, abusos escándalos sexuales, adulterios, enfermedades de transmisión
sexual, abandonos de niños, homosexualidad, abortos clandestinos y ocultos.

. Situaciones de Vergüenza familiar: Alcoholismo, drogadicción, traiciones,


injusticias, encarcelados, fusilados por traición a la patria.

Cuando un niño se asocia a alguno de estos dramas o a varios de ellos, el clan


lo rechaza, lo margina, lo etiqueta como una oveja negra, y obviamente jamás
será dulcemente amado y aceptado.

Por lo cual recibirá de quien lo gestó, es decir su madre, una Nutrición Afectiva
Tóxica, como reparación por el dolor creado en el árbol genealógico en otro
espacio tiempo, aún no sanado y del cual obviamente el niño no tiene culpa
alguna…

24
CUÁLES SON LAS POSIBLES CONSECUENCIAS PARA UN NIÑO,
SI RECIBE NUTRICIÓN TÓXICA MATERNA :

En general, el niño suele presentar una problemática estructural que le


acompañará toda su vida y que se convertirá en el principal motivo de consulta
cuando acuda a un terapeuta.

Qué puede experimentar un niño que vivió en su más temprana infancia de la


toxicidad materna:

. Sentirse como la oveja negra de la familia.

. Sentirse anormal, diferente a los demás, y una problemática severa en el


vínculo con sus hermanos.

. Sentir que no puede avanzar en la vida y en sus orientaciones profesionales.

. Miedo inconsciente de superar al padre o a la madre en sus estudios, en sus


logros profesionales, en el dinero, en el placer, en la abundancia.

. Sentir que siempre algo le falta, sin poder identificar la causa exacta.

. Cuestionamiento existencial crónico, malestar y ansiedad.

. Sentimiento de desvalorización, sentirse inferior sin tener derecho a existir.

. Sentimiento de inexistencia y de autoconfianza.

. No poder generar vínculos afectivos sanos y duraderos.

. Una flagrante carencia de amor, llevándolo a colmar ese vacío afectivo


sacrificándose por sus padres, haciéndose útil e indispensable para todas las
personas que llegan a su vida.

. Siendo terapeuta que destina todo su tiempo a sanar el dolor ajeno, sin una
paga justa y merecida.

. Ser complaciente frente a todos.

25
LOS NÚMEROS DE TU FECHA DE NACIMIENTO, PUEDEN SER DE UTILIDAD PARA
DESCUBRIR CON QUÉ LÍNEA ANCESTRAL ESTÁS EN LEALTAD

En Psicogenealogía Ancestral, utilizamos nuestra fecha de nacimiento de día,


mes y año, para obtener un único dígito posible, para ver a través de él, qué
conexión sutil tenemos como predominante sobre una línea transgeneracional
donde hayan existido situaciones complicadas, duras y difíciles y que aún están
activas en la memoria familiar.

Una vez que tengamos ese único dígito, podremos ver si estamos involucrados,
en uno de 4 Árboles Genealógicos posibles:

ÁRBOL ÁRBOL ÁRBOL ÁRBOL

RAÍZ PORTAL ALA INTEGRADOR

Para ver dónde estamos vinculados transgeneracionalmente, tomamos nuestra


fecha de nacimiento, y vamos sumando todos los números hasta quedarnos con
un único dígito, que debe quedar del 1 al 9:

POR EJEMPLO: FECHA DE NACIMIENTO LUEGO


SUMAMOS:
DÍA : 24 4+2=6
6

2
MES: 11 1+1=2
7

15
AÑO: 1960 1 + 9 + 6 + 0 = 16 1+6=7
NÚMERO FINAL:

1+5=6

Una vez que tenemos definido el Número Transgeneracional, vemos qué Árbol
Genealógico nos corresponde: ( En nuestro Ejemplo, 6 sería Árbol Raíz).

ÁRBOL ÁRBOL ÁRBOL ÁRBOL

RAÍZ PORTAL ALA INTEGRADOR

NÚMEROS NÚMEROS NÚMEROS NÚMERO

1–6-8 2–5-9 3–4 7

26
ÁRBOL RAÍZ EN EL ÁRBOL POR ÉSTA CAUSA, LOS NÚMEROS
GENEALÓGICO, 1 – 6 – 8,
1–6-8
LOS VÍNCULOS DE PUEDEN ATRAER PAREJAS
MUY COMPLICADAS, CON DEPENDENCIA
IMPLICADOS ABUELOS Y ABUELAS,
EMOCIONAL Y MATERIAL.
O EN LEALTAD VIENEN QUIZÁS CON REPITIENDO EL MODELO ANCESTRAL,
CON LA SE ESTÁ EN LEALTAD, PARA LIBERAR
LA CARGA ENERGÉTICA
MEMORIA DE ESAS MEMORIAS POR SIEMPRE…
ABUELOS Y DEL INFORTUNIO
ABUELAS… DE RELACIONES LA MISIÓN DE ÉSTOS NÚMEROS,
HACIA ELLOS SENTIMENTALES NO ES VENIR A SUFRIR, SINO
DEBEMOS A APRENDER A CONSTRUIR
DISFUNCIONALES… RELACIONES AFECTIVAS SANAS.
DIRIGIR LA
SANACIÓN Y APRENDER A LIBERARSE DE
VÍNCULOS MUY DIFÍCILES
HONRA… MANIPULADORES Y VIOLENTOS.
Y MUY TÓXICOS…
APRENDER A PONER LÍMITES…

ÁRBOL PORTAL EN EL ÁRBOL GENEALÓGICO, POR ÉSTA CAUSA, LOS NÚMEROS


BISABUELOS Y BISABUELAS, 2 – 5 - 9,
2–5-9
QUIZÁS EXPERIMENTARON VIENEN A LIMPIAR MEMORIAS DE
MUY SITUACIONES DE RECHAZOS, DESPRECIO, FALTA DE
IMPLICADOS HUMILLACIÓN, VERGÜENZA RECONOCIMIENTO PERSONAL DE
Y MENOSPRECIO. BISABUELAS Y BISABUELOS.
O EN LEALTAD
CON LA TAL VEZ QUEDARON MEMORIAS
MEMORIA DE SE VIENE ENTONCES, CON
DE TRAICIÓN E INJUSTICIAS.
BISABUELOS Y LA CARGA ENERGÉTICA MUY
BISABUELAS POR ESTO CUANDO UN BEBÉ
IMPORTANTE DE FALTA
VIENE AL CLAN, Y ASUME UN
HACIA ELLOS DE RECONOCIMIENTO NÚMERO 2 – 5 – 9 VIENE A
DEBEMOS
PERSONAL, SOCIAL Y DESPLEGAR DONES , TALENTOS,
DIRIGIR LA
VIRTUDES, PARA SER VALORADO
SANACIÓN Y HASTA FAMILIAR DE ESOS Y A SER EJEMPLO DE OTROS
HONRA.
BISABUELOS… SERES, Y ASÍ SANAR MEMORIAS
DE HUMILLACIÓN.

27
ÁRBOL ALA EN EL ÁRBOL GENEALÓGICO, POR ÉSTA CAUSA, LOS
TAL VEZ MIS PADRES, NÚMEROS 3 - 4,
3–4 CONECTARON CON MEMORIAS
NO RESUELTAS DE SUS PROPIOS VIENEN A LIMPIAR
MUY PADRES TAMBIÉN, EN CUANTO A MEMORIAS DE
IMPLICADOS FRUSTRACIONES PERSONALES FRUSTRACIONES Y DE NO
Y VOCACIONALES. REALIZACIÓN VOCACIONAL,
O EN LEALTAD
DE SUS PADRES Y DE OTROS
CON LA
SE VIENE ENTONCES, CON ANCESTROS.
MEMORIA DE
SUS PROPIOS LA CARGA ENERGÉTICA MUY
IMPORTANTE DE PADRES Y POR ESTO CUANDO UN BEBÉ
PADRES… VIENE AL CLAN, Y ASUME UN
MADRES QUE NO PUDIERON
HACIA ELLOS DESARROLLAR SUS DONES NÚMERO 3 - 4 VIENE A
DEBEMOS Y TALENTOS, DESPLEGAR DONES Y
DIRIGIR LA TALENTOS, PARA ALCANZAR
TAL VEZ POR LA POBREZA, O ÉXITOS PROFESIONALES,
SANACIÓN POR TENER QUE CUIDAR DE SU
Y HONRA. RECONOCIMIENTO Y ENTREGA
FAMILIA O HACERSE CARGO DE
DESDE LA VOCACIÓN.
SUS HERMANOS.

ÁRBOL EN EL ÁRBOL GENEALÓGICO, POR ÉSTA CAUSA,


INTEGRADOR SUS ANCESTROS, EL NÚMERO 7
7 QUIZÁS EXPERIMENTARON VIENE A LIMPIAR MEMORIAS DE
SITUACIONES DE HAMBRE, PÉRDIDAS, POBREZA.
MUY INFORTUNIOS A NIVEL
MATERIAL, ECONÓMICO, RECUERDOS DE ANCESTROS QUE
IMPLICADOS
JAMÁS PUDIERON HECHAR
TERRITORIAL Y DE
O EN LEALTAD RAÍCES, QUE SINTIERON
SALUD FÍSICA.
CON LA MEMORIA DESOLACIÓN Y DOLOR.
DE ABUELOS,
SE VIENE ENTONCES, CON
BISABUELOS Y POR ESTO CUANDO UN BEBÉ
TATARABUELOS. LA CARGA ENERGÉTICA MUY VIENE AL CLAN, Y ASUME UN
IMPORTANTE DE MEMORIAS NÚMERO 7,
HACIA ELLOS
NO VIENE A REPETIR LO MISMO,
DEBEMOS DE CARENCIAS, DESARRAIGO,
DIRIGIR LA SINO A SER PRÓSPERO, FELIZ,
DOLENCIAS FÍSICAS Y DE
SANACIÓN Y ABUNDANTE, EXITOSO, LIBRE DE
HONRA. ENFERMEDADES. MISERIAS Y SOMETIMIENTOS.

28
DANIEL CAMURRI

54 9 3513214062

CÓRDOBA

REPÚBLICA ARGENTINA

29

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