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"Cámara Argentina de Pescadores de Monte Hermoso y otro contra Fisco

de la Provincia de Buenos Aires y otro. Acción de amparo


ACUERDO

En la ciudad de La Plata, a 3 de octubre de 2012, habiéndose establecido,


de conformidad con lo dispuesto en el Acuerdo 2078, que deberá
observarse el siguiente orden de votación: doctores de Lazzari, Negri,
Genoud, Kogan, se reúnen los señores jueces de la Suprema Corte de
Justicia en acuerdo ordinario para pronunciar sentencia definitiva en la
causa A. 71.421, "Cámara Argentina de Pescadores de Monte Hermoso y
otro contra Fisco de la Provincia de Buenos Aires y otro. Acción de amparo
-recurso de inaplicabilidad de ley-".

ANTECEDENTES

La Cámara de Apelación en lo Contencioso Administrativo con asiento en La


Plata confirmó el fallo de primera instancia que rechazó la acción de amparo
interpuesta por la Cámara de Pescadores Artesanales de Monte Hermoso y
Pehuen Có contra el Ministerio de Asuntos Agrarios de la Provincia de
Buenos Aires (fs. 73/78).

Disconforme con tal pronunciamiento, la parte actora dedujo recurso


extraordinario de inaplicabilidad de ley (fs. 148/170), el que fue concedido
a fs. 172/173.

Dictada la providencia de llamamiento de autos para resolver (fs. 177) y


encontrándose la causa en estado de pronunciar sentencia, corresponde
plantear y votar la siguiente

CUESTIÓN
¿Es fundado el recurso extraordinario de inaplicabilidad de ley interpuesto?

VOTACIÓN

A la cuestión planteada, el señor Juez doctor de Lázzari dijo:

I. El Juez de Garantías n° 4 del Departamento Judicial de La Plata no hizo


lugar a la demanda interpuesta rechazando la acción de amparo impetrada
por la apoderada de la Cámara de Pescadores Artesanales de Monte
Hermoso y Pehuen Có, con costas (sentencia dictada en fecha 13-XII-2010,
obrante a fs. 73 a 78).

II. La Cámara de Apelación en lo Contencioso Administrativo con asiento en


La Plata rechazó el recurso de apelación interpuesto por la actora a fs.
98/104 y en consecuencia confirmó la sentencia apelada (fs. 140/143).

Para así decidir, la alzada consideró que:

a) Los agravios de la actora -afectación del recurso natural que explotan


naves artesanales de pesca ante la eventualidad de la presencia de
embarcaciones de mayor porte y con mayor capacidad de captura- no
logran consistencia para alterar la lógica de la resolución administrativa del
Ministerio de Asuntos Agrarios impugnada -Resolución 95/10- abastecida
suficientemente por la prueba obrante en autos.

b) La actora no acreditó que la reconversión de la flota histórica -art. 1 de


la Resolución 95/10 y Resolución 208/10- suponga un desplazamiento hacia
la pesca artesanal, ni que tampoco implique un mayor esfuerzo pesquero
que genere una cantidad superior de captura de peces.
c) La accionante no justificó que la decisión de política pesquera de
actualización de naves implique el otorgamiento de nuevos permisos de
pesca que pongan en peligro la existencia del recurso natural. Tampoco
expuso la cuantificación de dicha eventualidad.

d) La Cámara de Pescadores no probó la aplicación de la exigencia del art.


10 de la ley 11.723 ya que las embarcaciones involucradas cuentan con el
respectivo permiso.

e) Los términos del informe circunstanciado presentado por la demandada


y valorados por el juez de primera instancia, evidencian una conducta
administrativa que no compromete el recurso natural protegido.

III. Contra el vertido pronunciamiento se alza la parte actora mediante


recurso extraordinario de inaplicabiliad de ley (fs. 148/170), el que fue
concedido por la Cámara a fs. 172/173, exponiendo los siguientes agravios:

a) La sentencia recurrida viola lo normado en los arts. 1, 41 y 43 de la


Constitución nacional; 28 de la Constitución de la Provincia de Buenos Aires;
1 y 3 de la ley 24.922 (Ley Federal Pesquera); 2, 3 y 4 de la ley 25.675 (Ley
General del Ambiente); ley 24.375 (Ley de Ratificación del Convenio
Internacional sobre Diversidad Biológica); 22 de la ley 11.477; 1, 2, 5, 6, 9,
10 y cc. de la ley 11.723; 1 de la Resolución 74/10 del Ministerio de Asuntos
Agrarios de la Provincia de Buenos Aires; 375 y 384 del Código Procesal Civil
y Comercial. Agrega que la decisión incurre en la causal del absurdo en
orden a la interpretación del contenido de los actos administrativos
impugnados (Resoluciones 95/10 y 208/10 del Ministerio de Asuntos
Agrarios) y de la prueba obrante en autos.

Denuncia la violación por parte de la alzada de la doctrina legal sentada en


el precedente "Rodoni" (causa A. 68.965, de fecha 3-XI-2010).
b) Expone los antecedentes del caso recordando que la acción de amparo
se interpuso en procura de tutelar los intereses de 52 familias que
dependen de la actividad pesquera artesanal y realizan sus labores en
Monte Hermoso y Pehuen Co, en la zona denominada "El Rincón", que
constituye un área marítima especialmente vulnerable debido a la sobre
explotación de la que es objeto por parte de las embarcaciones pesqueras
que recorren sus costas.

Sostuvo la invalidez de las resoluciones 95/10 y 208/10, ambas emitidas por


el Ministerio de Asuntos Agrarios provincial, ya que permiten incrementar
el poder de pesca de la flota que opera en la Ría de Bahía Blanca y habilitarla
a realizar actividades de extracción en la zona de "El Rincón". La ilegitimidad
de ambas decisiones se fundó en su contradicción con la Resolución 74/10
y en la invalidez de dichas actuaciones ya que no contaron con el
procedimiento previo de evaluación de impacto ambiental que establecen,
tanto la ley provincial 11.723, como la ley nacional 23.765. Agrega que así
lo entendió también la Suprema Corte de Justicia de Buenos Aires en su
precedente "Rodoni" (causa A. 68.965).

c) Al momento de ingresar a la crítica concreta de la decisión judicial


impugnada, el recurrente advierte, con carácter liminar, que la controversia
suscitada en autos se encuentra ceñida en forma exclusiva a la
interpretación de los textos normativos impugnados, por lo que, los vicios
endilgados a la sentencia de la Cámara, puntualmente el absurdo en la
interpretación de la literalidad de la norma luce patente, sin necesidad de
acudir a la apoyatura probatoria. Afirma que el texto de las normas
impugnadas es claro y su ilegitimidad manifiesta, por lo que el andamiaje
probatorio recién entrará en escena en la fase de recomposición positiva
del litigio, es decir cobrará relevancia una vez evidenciada la infracción que
vicia la decisión en crisis.

La segunda advertencia efectuada preliminarmente por el actor consiste en


afirmar que los dos argumentos centrales que dan contenido al recurso se
diferencian entre sí y actúan en forma independiente uno de otro. Tales
fundamentos son: a) Que la Resolución 95/10 y su complementaria 208/10
importan una violación a la Resolución previa 74/10 y b) Ambas
resoluciones (95/10 y 208/10), por otra parte, importan la aprobación de
un proyecto que impactará en forma negativa en el sistema acuático de la
zona "El Rincón", y encuadrando tal situación en el art. 5, incs. a y b y 10 de
la ley 11.723, se impone el cumplimiento del procedimiento de impacto
ambiental allí regulado legislativamente, resultando que tal omisión
conduce a la nulidad de la decisión administrativa. Agrega que tal es la
doctrina del precedente "Rodoni" de esta Corte ya citado.

d) Luego de señalar que se atacarán los argumentos expuestos en el voto


del doctor De Santis (punto 2, apartado B) afirma en su punto uno que el
fallo impugnado adelanta una premisa que omite luego desarrollar. Agrega
que incurre en una absurda interpretación del texto impugnado e inaplica
las normas legales en juego.

i) La primera afirmación de la sentencia puesta en crisis que analiza el


recurrente es la que sostiene que "... Los agravios no logran consistencia
para quebrar una línea lógica que se abastece de manera suficiente en lo
colectado a lo largo del proceso" atacando que la Cámara no expresa a qué
alude con la frase "línea lógica", ni identifica en forma alguna que ha sido
aquello "colectado a lo largo del proceso".

Sostiene que la sentencia se aparta del sentido explícito de las normas


jurídicas aplicables desconociendo la literalidad clara del texto legal.

ii) Se alza el actor contra el contenido del fallo atacado, en cuanto considera
que: "... La parte actora no ha logrado demostrar que la reconversión de la
flota histórica que opera en la zona de la ría de Bahía Blanca, a la luz del
artículo 1 de la Resolución 95/10 y de los términos de la Resolución nº
208/10 que limita a ocho la cantidad de embarcaciones, suponga un
desplazamiento hacia la pesca artesanal que involucra a sus asociados".
Entiende que la deficiencia probatoria endilgada por los sentenciantes a su
parte luce absurda pues de la reglamentación en cuestión surge que la
reconversión de la flota histórica supone un desplazamiento hacia la pesca
artesanal pues tal medida tiene como expresa finalidad permitir que los
pescadores que actualmente desarrollan su actividad en la ría de Bahía
Blanca, dejen de hacerlo allí y se trasladen a mar abierto, específicamente
dentro de la zona de "El Rincón".

Destaca que en los considerandos de la Resolución 208/10 se indica que los


pescadores "... han solicitado una reconversión de la flota del lugar, lo que
posibilitará que se ejerza la actividad pesquera por fuera de la denominada
Ría de Bahía Blanca", necesitando estas embarcaciones una reconversión
ya que "... por sus características técnicas se ven imposibilitadas de pescar
por fuera de la Ría...", agregando que "... a fin de posibilitar la operatoria de
pesca en nuevas áreas por fuera de la Ría, esta Autoridad aprobará
embarcaciones que cuenten con las características técnicas solicitadas...".
En el texto dispositivo de la resolución se lee: "... Los proyectos de
reconversión, a fin de posibilitar la operatoria de pesca en nuevas áreas por
fuera de la Ría de Bahía Blanca..." (art. 6, Res. 208/10)

iii) Luego ataca que la Cámara reproche no haber demostrado que el


desplazamiento de la flota implique un mayor esfuerzo pesquero y por lo
tanto una cantidad superior de captura de peces.

Sostiene que tal afirmación resulta absurda, en primer lugar porque el sólo
ingreso de -al menos- una nueva embarcación en la zona de "El Rincón"
generará un aumento de la captura de peces y un mayor esfuerzo pesquero
y -en segundo término- porque la reconversión de las embarcaciones -de la
categoría "artesanales" a "costero cercano"- implica un aumento del
tamaño y potencia de las naves pesqueras (p. ej. se extiende el límite de
eslora de 13 a 17 metros).
iv) Se agravia de la afirmación de la Cámara según la cual se endilga al actor
no haber acreditado que la política pesquera adoptada por la demandada
implica algo más que una actualización de naves.

Entiende el recurrente que la reconversión dispuesta por la demandada


implica un redimensionamiento de las embarcaciones, permitiendo un
significativo aumento de sus magnitudes, sustrayéndolas de la categoría
"artesanal" y convirtiéndolas en verdaderas unidades de un calado mayor,
propio de la categoría "costero cercano".

v) Destaca que también se le endilga a su parte no haber justificado que la


decisión estatal impugnada pueda ser fuente de nuevos permisos de pesca.

Considera que surge de la normativa en cuestión una doble mutación, en


primer lugar, respecto de la categoría de la embarcación que pasa de ser
artesanal a integrar el grupo costero cercano, y -por otra parte- la flota deja
de operar en la "Ría" para hacerlo en mar abierto, en la zona conocida como
"El Rincón". Es la propia reglamentación de la ley 11.477 de pesca (arts. 4 y
21 del dec. 3237/1995) la que distingue entre zonas y tipo de
embarcaciones, disponiendo distintas clases de habilita-ciones y
reglamentaciones especiales para cada categoría. En los incs. 3 y 5 del art.
4º de dicha reglamentación se distingue entre las categorías de
embarcaciones costeras y artesanales.

vi) Afirma que el sentenciante no diferenció en su tratamiento entre los dos


argumentos principales de la presentación actoral, el primero que sostiene
el incumplimiento de la demandada de lo dispuesto en la Reso-lución 74/10
y el segundo la destacada inobservancia del procedimiento de evaluación
de impacto ambiental regulado en la ley 11.723. Agrega que así lo hace la
sentencia al exigirle que acredite que la nueva situación -otorgamiento de
permisos de pesca- pone en peligro la existencia del recurso natural.
Al respecto manifiesta que sólo con el otorgamiento de nuevos permisos se
configura la situación -actividad que produzca o sea susceptible de producir
algún efecto en el ambiente y los recursos naturales- prevista en el art. 10
de la ley 11.723 y que exige la realización del procedimiento de evaluación
de impacto ambiental. Los hechos que generarían dicha afectación de
recursos lo constituye el desplazamiento del esfuerzo pesquero de una zona
a otra y no el otorgamiento de nuevos permisos. Según sus propias
palabras; "más barcos pescando en la misma zona produce algún impacto
ambiental que, precisamente, se determinará en su magnitud mediante la
articulación del pertinente Procedimiento de Evaluación de Impacto
Ambien-tal".

Concluye el punto afirmando que el incumplimiento del trámite establecido


por la ley 11.723 genera una irregularidad del procedimiento previo al
dictado del acto, que por ello es nulo. Al omitir el fallo tal circunstancia, no
obstante haber sido denunciado por el accionante, y la concurrencia de los
presupuestos que exigen su implemen-tación, viola el art. 10 de la ley
11.723, al igual que la doctrina legal de esta Suprema Corte expresada en la
causa "Rodoni" (causa A. 68.965).

vii) Luego pone en crisis el recurrente otra de las exigencias valoradas por
la Cámara al fallar en autos, por la que se consideró que el actor no había
cuantificado la eventualidad del daño ambiental que el traslado de la flota
pesquera generaría en la zona marítima de "El Rincón". A ello replica que la
cuantificación del daño es lo que debe establecerse una vez realizada la
evaluación del impacto ambiental, exigiendo la norma la existencia de una
actividad que pueda generar "algún" impacto. Esta exigencia del juzgador
por fuera de los requisitos expresamente establecidos por ley 11.723, viola
el ordenamiento legal vigente.

viii) Ingresa entonces a la crítica de la afirmación de la sentencia que


sostuvo que, en el contexto de las falencias probatorias de la actora, cobra
pleno vigor el informe circunstanciado que considera el pronunciamiento
apelado, haciendo la Cámara suyos sus fundamentos por razones de
brevedad.
En primer lugar, responde al argumento de la Cámara, reiterando que no
existió tal falencia probatoria pues tal incumplimiento es producto de
afirmaciones dogmáticas del sentenciante, ya que la ilegalidad de la
actuación administrativa de la demandada evidencia un incumplimiento del
ordenamiento jurídico vigente.

Como segundo argumento para rebatir la afirmación en crisis, sostiene el


actor que hacer prevalecer -frente a una supuesta carencia probatoria del
amparista- el informe circunstanciado de la administración, violenta el
artículo 375 del Código Procesal Civil y Comercial que distribuye la carga de
la prueba entre las partes del proceso, indicando que es a quien afirma la
existencia de un hecho controvertido o de un precepto jurídico al que le
corresponde acreditarlo en juicio.

La tercera cuestión que destaca es que la remisión de la sentencia, a los


fundamentos del pronunciamiento apelado, al hacerlo en forma total y sin
discriminación alguna, transforma la decisión de la Cámara en dogmática y
hace imposible al actor conocer el verdadero sentido de la decisión
adoptada y su razón de ser, afectando tal circunstancia su derecho de
defensa.

Similar crítica, fundada en la generalidad e imprecisión de la afirmación del


sentenciante, efectúa respecto de la consideración de "lo colectado",
contenido que no es identificado en forma alguna por el fallo recurrido. Tal
afirmación de la Cámara resulta para el recurrente tanto absurda como
dogmática.

e) En el numeral dos de su recurso, la actora -luego de desarrollar los


argumentos que fundamentan la violación de la ley por parte del
sentenciante- sostiene el absurdo en la valoración de la prueba arrimada a
estas actuaciones judiciales.
Recuerda el actor que en la sentencia se afirmó que existió una falencia
probatoria destinada a tener por acreditada la existencia de un compromiso
del recurso natural en cuestión. Contrariamente -replica- surge incon-
trastable lo opuesto de diversos estudios realizados por el Instituto
Nacional de Investigación y Desarrollo Pesquero (en adelante I.N.I.D.E.P.)
que han alertado sobre el estado de sobreexplotación que afecta la zona
denominada "El Rincón", entre los que destaca los siguientes:

i) Informe técnico oficial nº 23, elaborado por el I.N.I.D.E.P. de fecha 4-V-


2009, en el que el instituto da cuenta que la zona costera en cuestión
presenta signos de excesiva explotación (disminución de las biomasas
estimadas y disminución de las tallas medias) recomendando no
incrementar el número de embarcaciones en el área y limitar el ingreso de
la flota de mayor porte dentro del espacio costero.

ii) Informe de investigación nº 50, emitido por el I.N.I.D.E.P. de fecha 28-V-


2009, en el que se indica una disminución de la biomasa de algunas especies
destacando que el incremento de las capturas desembarcadas del conjunto
de especies de variado costero y el número de barcos que operaron sobre
ellas, pueden haber causado las reducciones de las biomasas estimadas.
Sugiere que, frente al aumento del número de barcos dirigidos al variado
costero y los signos de excesiva explotación de las especies capturadas, es
oportuno analizar la propuesta de restringir la pesca en una zona mayor a
la vigente y limitar el esfuerzo pesquero no incrementando el número de
embarcaciones en el área y poniendo limites al ingreso de la flota de mayor
porte dentro del espacio costero.

iii) Informe técnico oficial nº 44 del I.N.I.D.E.P., de fecha 17-IX-2009, que da


cuenta del aumento en las capturas y en el número de barcos dirigidos al
variado costero en el área de El Rincón y propone una modificación de la
veda reproductiva y una restricción del esfuerzo pesquero durante todo el
año.
Agrega, entre la documentación desconocida por la sentencia en crisis, lo
dispuesto en las resoluciones del Consejo Federal Pesquero 27/09 (amplía
la época y zona de veda pesquera) y 2/10 (crea, dentro de la zona "El
Rincón", un área de esfuerzo restringido) y la disposición 82/10 de la
Dirección Provincial de Pesca (establece un período de veda en el área de
El Rincón).

f) Finalmente deja planteada la cuestión federal, haciendo reserva de


recurrir por el carril extraordinario ante la Corte Suprema de Justicia de la
Nación.

IV. Anticipo que el recurso es de recibo.

1. De la reseña de argumentos que antecede se desprende que las críticas


que porta el embate se vinculan con el defectuoso cumplimiento que
atribuyen a la Administración demandada, con relación a las normas que
rigen el procedimiento de Evaluación de Impacto Ambiental respecto a un
proyecto de reconversión de la flota pesquera histórica que opera en el
litoral marítimo y fluvial de la Provincia de Buenos Aires.

Concretamente, denuncian la inexistencia de la pertinente Declaración de


Impacto Ambiental en dicho procedimiento.

Ha expresado este Tribunal en relación al tema, que la Evaluación de


Impacto Ambiental (E.I.A.), es un procedimiento jurídico administrativo
cuyo objeto consiste en identificar, predecir e interpretar los impactos
ambientales de un proyecto o actividad sobre el medio ambiente, a los
efectos de su aceptación, modificación o rechazo por parte de la autoridad
de aplicación. A su turno, el Estudio de Impacto Ambiental (Es.I.A.): es un
elemento parcial de la E.I.A.; consiste en un análisis técnico
interdisciplinario destinado a predecir, identificar, ponderar y corregir las
consecuencias o efectos ambientales que un proyecto o actividad tiene
sobre la calidad de vida del hombre y su entorno. Sería el producto del
proceso y a veces se denomina "informe de impacto ambiental" porque es
un informe escrito que documenta el proceso del que surgió. En algunas
legislaciones aparece también como una "manifestación ambiental" (conf.
Grasetti, Eduardo, "Estudios Ambien-tales", Ed. Heliasta, Bs. As. 1998, pág.
441; causas A. 68.965, sent. del 3-XI-2010 y C. 90.020, sent. del 14-XI-2007).

Por su parte, la Declaración de Impacto Ambiental constituye un acto


administrativo emanado de la autoridad ambiental provincial o municipal -
según el caso- de carácter previo a la resolución administrativa que se
adopte para la realización y/o autorización de ciertas obras o actividades, y
que -sobre la base de los dictámenes, observaciones realizadas por los
interesados, y de la Evaluación de Impacto Ambiental- podrá contener la
aprobación de la realización de la actividad, su condicionamiento al
cumplimiento de instrucciones modificatorias, o bien la oposición a su
realización (arts. 12, 18, 19, 20 y concordantes de la ley 11.723).

Tal declaración, como acto administrativo median-te el cual la autoridad


competente se pronuncia acerca de la viabilidad del proyecto y -en su caso-
sobre sus condiciones de ejecución, valorando para ello los reseñados
antecedentes colectados en el procedimiento de Evaluación de Impacto
Ambiental, es el antecedente que permite al interesado ejercer el debido
control de la actividad estatal a través de los diferentes medios de
impugnación a su alcance (conf. Morello, Augusto M.; Sdbar, Claudia B.,
"Acción popular y procesos colectivos", Lajouane, 2007, p. 195; Esain, José
A., "Evaluación de Impacto Ambiental y medida autosatisfactiva... en
Derecho Ambiental", Eduardo P. Jiménez (Coordinador), EDIAR 2004, pp.
220-221; Massa, Héctor R., "A propósito de la declaración de impacto
ambiental", APC 2009-1-6). De allí que la eventual inobservancia de este
recaudo, cuando resulta exigido por el ordenamiento, constituye un vicio
esencial en el procedimiento de formación de la voluntad estatal que
conduce a su invalidez.

A tenor de lo normado en el art. 10 de la citada ley, no toda obra o actividad


ha de estar precedida de la mentada declaración, pues ésta resulta
imperativa sólo respecto de aquéllas que "produzcan o sean susceptibles
de producir algún efecto negativo al ambiente de la Provincia de Buenos
Aires y/o sus recursos naturales", extremo que también es exigido por la ley
25.675 en aquellos casos en que la obra o actividad "sea susceptible de
degradar el ambiente, alguno de sus componentes, o afectar la calidad de
vida de la población en forma significativa" (arts. 11 y 12).

Es decir, que -en principio- la Declaración de Impacto Ambiental constituye


un acto administrativo de obligatoria expedición únicamente cuando los
efectos nocivos derivados de la obra o actividad superen el umbral previsto
en el art. 10 de la ley 11.723, en concordancia con el art. 11 de la ley 25.675,
lo que remite a la previa indagación fáctica acerca de las potenciales
consecuencias de la obra o actividad.

Importa destacar, sin embargo, que en aquellas hipótesis donde una norma
disponga imperativamente su realización, la Administración deberá emitir
la pertinente Declaración de Impacto Ambiental con independencia de
cualquier valoración acerca de los eventuales efectos que pudieren
derivarse de la obra o actividad.

2. Abordaré en primer lugar la queja que concierne a la denunciada


violación a los arts. 1, 2, 5, 6. 10 y concordantes de la ley 11.723, con
relación a la inexistencia en el proceso de evaluación ambiental de la
pertinente Declaración de Impacto Ambiental.

A fin de abastecer adecuadamente el tratamiento del presente agravio,


debo señalar que en autos ha quedado firme e incontrovertida la
denunciada ausencia de tal declaración. Afirmada por el actor en su escrito
inicial a fs. 12/15, no fue objeto de desconocimiento en el informe
evacuado por el Ministerio de Asuntos Agrarios a fs. 37/39 vta., quien
consideró que tal requisito no es exigible en el caso. De allí que sea
menester indagar si -como sostiene el quejoso- tal requerimiento deviene
aplicable en el sub lite a fin de juzgar la juridicidad del obrar administrativo
cuestionado.
En autos el recurrente señala la existencia de un programa de reconversión
de la flota pesquera artesanal de la Ría de Bahía Blanca (Res. 95/10 y
208/10) que permite que "las embarcaciones aumenten su tamaño y poder
extractivo (se extiende el máximo a 17 metros de eslora, 4,80 de manga,
3,50 de puntal, 45 metros cúbicos de bodega y potencia de motor de 500
HP) lo que posibilitará la operatoria de pesca en nuevas áreas por fuera de
la Ría de Bahía Blanca" (art. 6, Res. 208/10) pudiendo ingresar a pescar en
la zona de El Rincón.

De tal relato, ha de seguirse que respecto de las resoluciones que


reconvierten la flota pesquera permitiendo un aumento de la capacidad
extractiva y habilitando a ingresar a desarrollar tal actividad en otra zona,
supera el umbral al que aluden los arts. 10 de la ley 11.723 y 11 y 12 de la
ley 25.675. por lo que la referida exigencia -en tales casos- resulta de
ineludible acatamiento por parte de la Administración, siendo su omisión
susceptible de viciar el acto dictado en consecuencia.

En mi opinión, la actividad cuestionada, consistente en la autorización de


reconversión de la flota pesquera artesanal de la Ría de Bahía Blanca
permitiendo y promoviendo un aumento en el tamaño, capacidad de
almacenamiento y potencia de las embarcaciones, así como habilitando
que trasladen su actividad de extracción a la vecina zona marítima de El
Rincón, encuadran en la previsión legal que el recurso denuncia inaplicada.
De ello se desprende que la demandada no ha ajustado su conducta a los
recaudos exigidos por dicha normativa en consonancia con lo que dispone
el art. 12 de la ley 11.723, en lo tocante a la exigencia de contar con la
Declaración de Impacto Ambiental con carácter previo a la autorización de
los actos cuestionados.

La necesidad de cumplir con el requisito legal de evaluación del impacto


ambiental impuesto por la normativa aplicable (arts. 1, 5, 6, 10, 11, 12, 20
y 23 de la ley 11.723), no puede ser interpretada restrictivamente, por
encontrarse tal lectura del ordenamiento jurídico en contradicción con el
principio precautorio que rige en materia ambiental (arts. 28, Const. prov.,
41, C.N.).

Resta señalar, que tal omisión no puede ser subsanada por la ulterior
apreciación efectuada por el órgano judicial, en orden a la eventual
significación del daño futuro denunciado (y al que el dispositivo en crisis
tilda de rayano con los límites de lo accesible a la vía jurisdiccional), toda
vez que -como se expresó- más allá de la efectiva incidencia que pudiera
producir la actividad en el entorno (y que a juicio de la alzada no supera el
límite de lo tolerable), la aludida exigencia viene impuesta a la
Administración en los casos en que -como en autos- se supere el umbral
establecido por el art. 10 de la ley 11.723.

Tal incumplimiento, constituye un vicio en el proceso de formación de los


actos cuestionados que -en el caso- conduce a su invalidez.

3. Lo expuesto es suficiente para descalificar la decisión atacada, toda vez


que -como se expresó- la ilegitimidad del obrar estatal se ha configurado al
no haber implementado la Administración el procedimiento de Evaluación
de Impacto Ambiental y la emisión de la Declaración de Impacto Ambiental
(conf. causa A. 68.965, sent. del 3-XI-2010 y sus citas).

Por tales razones, considero inoficioso expedirme acerca del absurdo que
el recurrente imputa al fallo atacado, en cuanto tal decisión no meritó los
informes técnicos de organismos provinciales y nacionales con
competencia específica en la materia y estimó que no se revela un daño
potencial severo e irreversible de compromiso al ambiente, pues más allá
de la suerte que pudiera tener esta parcela del recurso, cierto es que -como
se adelantó- en el sub lite las normas infringidas imponen la observancia de
los recaudos que han sido omitidos con prescindencia de toda valoración
sobre los eventuales efectos que la actividad pesquera pudiere producir en
el entorno.
V. En consecuencia, si mi propuesta es compartida, corresponde revocar la
decisión recurrida, declarar la nulidad de los actos administrativos
vinculados a la reconversión de la flota de pescadores artesanales de la zona
de la Ría de Bahía Blanca y ordenar al Ministerio de Asuntos Agrarios de la
Provincia de Buenos Aires que, con carácter previo a la adopción de
cualquier medida vinculada a tal proyecto, lleve a cabo una evaluación de
impacto ambiental que culmine con la, en el caso, necesaria Declaración de
Impacto Ambiental (art. 289 inc. 2 del C.P.C.C.).

Las costas se imponen al demandado (arts. 19, ley 13.928 y 289, C.P.C.C.).

Voto por la afirmativa.

Los señores jueces doctores Negri, Genoud y Kogan, por los mismos
fundamentos del señor Juez doctor de Lázzari, votaron también por la
afirmativa.

Con lo que terminó el acuerdo, dictándose la siguiente

SENTENCIA

Por los fundamentos expuestos en el acuerdo que antecede se declara


procedente el recurso extraordinario de inaplicabilidad de ley interpuesto,
se revoca la decisión recurrida, se declara la nulidad de los actos adminis-
trativos vinculados a la reconversión de la flota de pescadores artesanales
de la zona de la Ría de Bahía Blanca impugnados en autos y se ordena al
Ministerio de Asuntos Agrarios de la Provincia de Buenos Aires que, con
carácter previo a la adopción de cualquier medida vinculada a tal proyecto,
lleve a cabo una evaluación de impacto ambiental que culmine con la, en el
caso, necesaria Declaración de Impacto Ambiental (art. 289 inc. 2, C.P.C.C.).
Las costas se imponen al demandado vencido (arts. 19 de la ley 13.928 y
289 del C.P.C.C.).

Regístrese, notifíquese y devuélvase.

EDUARDO NESTOR DE LAZZARI

HECTOR NEGRI LUIS ESTEBAN GENOUD


HILDA KOGAN

JUAN JOSE MARTIARENA

Secretario

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