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Mi nombre es Leonel. Leonel de origen griego que significa leoncito o leó n joven. Joven
de forma relativa, legalmente ya no má s. Mas no me pesan tanto los 28, ni el hueso y
carne que me complementan los 27 restantes. Restantes añ os que se chocan
inexorablemente contra este rostro ovalado que está sin estar. Estar que es mucho
má s que ser, o que es lo que se es porque se es sí y solo sí se es estando ahí. Ahí en una
casita pequeñ a en Manrique vivo solo, lo que afortunadamente no significa que sea
solo o que esté solo en el mundo. Mundo circundante hecho a la medida de este
cuerpo mediano, de cada cuerpo. Cuerpo que siente y piensa sobre sí mismo, en la
excentricidad de comprenderse a pesar de nunca poderse mirar a los ojos. Ojos
pá lidos en la mañ ana, chispeantes en la tarde. Tarde llego siempre al presente que
apenas si puedo asir en un pasado que se esfuma sin haber llegado. Llegado el teatro
abandoné la contabilidad y la enseñ anza. Enseñ anza de la vida: se sabe cuando no se
precisa saber, cuando se debe saber otra cosa. Otra cosa es lo que se piensa de mí
cuando no soy yo quien está pensando.
“¿Tu nombre era Leonardo?” me pregunta la gente todo el tiempo. En todo caso,
suelen tener la claridad de que mi nombre empieza por Leo. Es posible que sean
notorios mis casi 30 añ os. Aparento no comer muy bien, y no solo lo digo por mi
figura, sino que mi almuerzo es, casi que invariablemente, un menú compuesto de
arroz, carne y papa, que solo se modifica de acuerdo con la presentació n del tubérculo.
Es de pú blico conocimiento, gracias a mi goce al recibir visitas, que vivo solo en una
casita pequeñ a. Para muchas personas soy de estatura baja, aunque no para todas,
depende de la perspectiva del observador. Ademá s, como me pongo zapatos altos, eso
ayuda un poco. Con frecuencia, mis pupilas está n dilatadas, por eso mis amigos me
preguntan constantemente si consumí alguna sustancia. Mi respuesta siempre es
negativa, a veces miento al respecto, otras veces no, y es que en verdad las pupilas se
me dilatan sin droga alguna. No soy una persona muy puntual, eso hace que mis citas
siempre me recriminen por mis llegadas tarde. Estudié dos carreras antes de Teatro,
es probable que se piense que no tengo mucho en qué ocuparme, aunque
paradó jicamente siempre estoy ocupado. La gente constantemente bromea con mi
nombre, una vez que me presento me dicen Leonel Messi, o Leonel Á lvarez, y no está n
muy lejos, viví varios añ os con la ilusió n de ser futbolista.