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Literatura Juvenil

Intensamente,
Alai.
Martín Pardo Fermoselle
Intensamente, Alai.
Puerto Esperanza, 10 de Agosto de 2021

Querido Diario:

Sí, soy yo. Jamás pensé que iba a hacer esto, pero aquí me tenes. Se supone que a lo
largo de las páginas, tengo que escribir lo que quiera, sienta, piense o mis secretos más
oscuros. Muchas hojas tendré que llenar, porque mi vida no es color de rosas.

Empiezo por contarte quien soy. Bah, ni siquiera yo lo sé, pero haré un intento, Me
llamo Alai. Sí, ya sé: ¡Qué bonito nombre!. ¿Bonito? Que te carguen toda tu vida
porque el significado de tu nombre es Alegría en gitano y tu cara de “Hoy no tengo un
buen día” permanente, no te ayuda. Que se yo, por alguna razón Dios, el Big Bang o lo
que fuere, me hizo con cara de ya te imaginarás qué.

Puedo sonar muy intensa, de hecho lo soy, pero hay situaciones de la vida que aún no
las comprendo. No vengo a buscar respuestas, o quizás sí, pero necesito un medio donde
expresarme. Me va copando la idea.

Tengo 16 años, voy al Liceo Francés, hago música y ahora parece que también
¡ESCRIBO!

Y parece que si la hoja lo permite, seguiré escribiendo.

Intensamente,

Alai.
Puerto Esperanza, 17 de Agosto de 2021

Querido Diario:

Hace mucho que no te escribo, ni te abro.. espero que no me hayas deschabado con
nadie, dejándote leer.

Mi vida es un infierno, qué no pasó esta semana, no sé por donde empezar. Empiezo…

Desde lo más ínfimo del ser humano, desde el principio de todo, me imagino que la
gente se preguntaba a si misma cuando se sentía abrumada, que no tenía un balcón por
el cuál tirarse ni tampoco era millonario como para escaparse del mundo en un avión
privado.

Los seres humanos somos en sí interrogadores por naturaleza, y gracias a todo esto
existen diferentes disciplinas. Me imagino que se habrán preguntado ¿quién soy? ¿para
qué vivo? ¿quién me creó? ¿cómo nació el sol? ¿Cómo se originaron todas las cosas?
¿estoy viviendo en realidad, esta realidad?.

Más incluso cuando me siento sola, perdida en el rumbo, en alguna situación límite,
empiezan a carcomerme estas preguntas.. Por eso dije, “¿y si se las cuento a mi
diario?”.

Esta semana pasada, pisé con el pie izquierdo, chocolate por la noticia. El martes, me
peleé con mis papás, el miércoles discutí con mi mejor amigo, el viernes desaprobé el
examen de biología (que dicho sea de paso, qué materia innecesaria) y ahora estoy
bloqueada para componer. Tampoco sé para qué compongo, si me da pánico subirme al
escenario.

¡Tierra, TRAGAME!

Todo esto me lleva a preguntarme…¿cuál será realmente el sentido de mi


vida? Ya sé, pensarás que estoy loca, como el resto de mi familia, pero
tengo una angustia en el pecho, una incertidumbre que no me deja dormir y
unas enormes ganas de encontrarme a mí misma, en este mundo en el que
parece que no encajo.

¿Cómo lo descubro? Por lo pronto le pedí a mi mamá irme al sur, a la casa


de mi Tía. No sé como, pero dijo que sí, habló con la Tía Juana y viajo
mañana. Creo que inicio un cambio.

Intensamente,
Alai.
Puerto Esperanza, 10 de Septiembre de 2021

Querido Diario:

Aquí, yo, de nuevo. Pero no la misma Yo, una Yo renovada, en su mejor versión. Te
acordás que te conté de un viaje? Bueno, parece que a veces andando por nuevos
caminos, se fortalece el corazón.

Acabo de llegar de la Patagonia, de la quinta de la Tía Juana. En el tiempo que estuve


allí, pareciera ser que hice un click en mi vida. Todo se lo debo a ella, es un ser tan
especial y por sobre todo, creo que es mi alma gemela en esta vida porque su historia
coincide con la mía, por eso debe ser que nos llevamos tan bien.

Voy a tratar de ser un poco breve, para no hacer de mi vida una novela de García
Márquez, porque no creo mi historia sea tan interesante como la de Fermina Daza.

Los días que pasé en la quinta se pasaron volando, entre bigotes de chocolate caliente
acompañado de unas buenas galletitas con chips de chocolate y horas de charlas con
Juana. Ella y yo, perdidas en un mundo ficcional, parece que el afuera no existía, los
problemas no entraban en esa burbuja que se mantenía calentita por la bosca. En ese
momento no me cayó la ficha de todo lo que pasaba por mi mente, solo me atreví a
disfrutar del momento, de la compañía, del paisaje, de mi vida.

Así es como empecé desde ese momento, y continuaré ahora en Puerto Esperanza, una
renovación de mi ser, en todas sus dimensiones.

Ahora capaz puedo responder algunas de esas preguntas que había escrito, aunque
parecían sacadas de un libro de Platón. Fue una de las decisiones más difíciles que me
tocó tomar, pero decidí pedirle a mis papás que me dejen ir a vivir al sur, con la Tía
Juana. Estaba decidida a empezar de 0, viviendo y conviviendo internamente con mi
verdadera yo, la que había descubierto ahora.

Sí, capaz te manche con alguna lágrima, no de tristeza, sino de felicidad. El mes que
viene emprendo un nuevo camino que no es solo de carretera, sino también en búsqueda
de mi identidad y para atribuirle un nuevo sentido a la vida.

Parezco una señora de 80 años, ya lo sé, pero te juro que te soy lo más sincera posible.
Vos sabés que fuiste mi primer aliado.

Intensamente,
Alai.

San Carlos de Bariloche, 10 de Septiembre de 2021

Querido Diario:

Hace un tiempo me puse filosófica, hoy no va a ser la excepción j a ja. Acabo de


terminar mi primer mes en el colegio, no sabés la felicidad que siento. Imaginate, hasta
me saqué un 8 en Biología.

La Tía es bárbara y con mis papás y amigos nos videollamamos todos los días,
agendando fechas para que vengan a visitarme en las vacaciones.

Además del colegio, me animé. SÍ, ME ANIMÉ A TOCAR EN PÚBLICO. Resulta que
en la escuela preguntaron si alguien sabía tocar algún instrumento, no sé qué fuerza
interna me hizo levantar la mano. Cuestión que, toqué la guitarra y canté en el acto del
colegio por el Día de la Madre. Yo a la mía no la tenía, pero le hice llegar un video que
filmó la tía.

El mismo día del evento, vaya casualidad o causalidad, estaba el dueño del bar de la
vuelta de casa, me escuchó cantar y al final me felicitó. Cruzamos whats apps y me
invitó a cantar en su bar, como le estaba dando una onda musical, me abrió el espacio
para que yo cante todos los sábados.

Pareciera que algo supremo, el destino, las energías o algo que aún no sé muy bien,
estaban esperando que tome una iniciativa, haga un cambio radical para echarme una
mano hacia la felicidad.

A veces despierto asustada, con miedo de que todo haya sido un sueño, de no estar
viviendo en esta realidad en la que soy feliz y empiezo a cerrar viejos interrogantes.

Si de algo estoy segura, es que no soy Platón, Aristóteles o cualquiera de ellos, pero
puedo contarte que yo sí descubrí (o descubro) el sentido de mi vida. El sentido de mi
existencia se asocia directamente con la felicidad, entendida a mi manera. A mi me hace
feliz SER QUIEN QUIERO SER, expresarme con la música, sin nadie que escriba mi
historia.

Yo solamente tengo ese poder, querido Diario. Y no solo que tengo el poder, sino
también esta lapicera gastada que se pegó a mis manos desde aquel 10 de Agosto.

Gracias infinitas por tanto.


Intensamente, A lai.

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