Está en la página 1de 163

La vida de ello Un viaje que te enseñará los recursos psicológicos del bienestar emocional

1
La vida de ello Un viaje que te enseñará los recursos psicológicos del bienestar emocional

PRÓLOGO

Sentada en mi sillón, ya con la vista cansada desde


hace años y con los ojos llenos de lágrimas, empiezo este
prólogo, agradecida por el encargo y la responsabilidad
que se me otorga.
Vienen a mi memoria un montón de recuerdos e imáge-
nes de las vivencias compartidas. Instantes de la infancia de
Lucía de máxima felicidad, con aquellos toques de esponta-
neidad tan característicos, siempre empezando el día desde
bien temprano con una canción.
Lo cierto es que se pasaba el día cantando, con una gran
ilusión siempre iba de arriba a abajo regalando sonrisas,
letras mal cantadas de villancicos inventados y mucha ter-
nura. Desde pequeñita fue una gran artista, escribía mucho
para después leernos sus cuentos y relatos, y hasta llegó a
ganar varios pequeños concursos de literatura.
Os confieso que siempre quise ser psicóloga también.
Cuando era pequeña, al ser otros tiempos, nunca tuve la
oportunidad de estudiar. Ahora a mis 77 años, veo como
Lucía es una gran psicóloga que escribe y nos brinda he-
rramientas para profundizar en algo tan complejo como
nuestros sentimientos.
Comparte con nosotros en este libro un pedacito de ella,
y yo aprendo de cada párrafo, escuchando con atención la
voz de aquellos que me lo leen.

2
La vida de ello Un viaje que te enseñará los recursos psicológicos del bienestar emocional

Mis cansados ojos ya no pueden enfocar las letras, pero mi


corazón palpita al compás de su profundo significado.
En un mundo tan moderno en el que se pierde el valor
y la importancia de la escritura, es de valientes aventurarse
a publicar un libro, la sociedad parece no estar interesada
ya en estos temas. Lo cierto es que toda la vida ella nos lo
estuvo diciendo.

Al cumplir apenas ocho años de edad, nosotros, sin saber


lo que el futuro depararía, le preguntábamos:

—¿Qué te gustaría ser de mayor hija mía?

Lucía siempre contestaba con determinación:


—Me gustaría ganarme la vida escribiendo y ser una
princesa amazona como Pocahontas.

Sueños infantiles que nunca llegamos a imaginar que


poco a poco se irían alcanzando y haciendo realidad.

Espero que estos pequeños recuerdos escritos al comienzo


de este libro hagan aprecio a su contenido, os hagan tener
una perspectiva más cercana de la escritora y os saquen
una sonrisa para comenzar el camino.

Feliz viaje de vida.

Estoy orgullosa de ti cariño.

Te quiere, la yaya.

3
La vida de ello Un viaje que te enseñará los recursos psicológicos del bienestar emocional

Algunas duras
declaraciones
antes de comenzar

Vivía en la ciudad. Tuve una infancia feliz. Nunca he sido


alguien que tuviera muchísimos amigos.
Se me han dado bien siempre muchas cosas, sin llegar
a ser nunca una maestra en ninguna de ellas.
Mi capacidad de asombro y la curiosidad por la vida
era mi factor diferenciador. No tengo un don, la verdad
que tengo muchos. De hecho, cada poco descubro uno
nuevo. Y eso es propio de la gente curiosa.
Dicen que la característica principal que se repite en
todos los filósofos y pensadores de la historia es justo
esta: la curiosidad. Y este libro, la curiosidad no mata al
gato; gracias a ella, éste se convierte en el rey de la selva.
No me cabe duda que todos podemos tomar deci-
siones basadas en la curiosidad o basadas en el miedo.
Sin embargo, el ser humano ha llegado hasta donde está
mucho más gracias a la curiosidad que al miedo.
De hecho, que tú estés ahora mismo ojeando estas
primeras páginas del libro (que, seamos sinceros, todo el
mundo se suele saltar) es gracias a tu curiosidad.

4
La vida de ello Un viaje que te enseñará los recursos psicológicos del bienestar emocional

Ahora bien, sigamos

Me queda tanto por aprender. En realidad, soy muy


ignorante, y cuanto más creo saber de algo, más me
doy cuenta de que no tengo ni idea.
Pero he venido a jugar. Me gusta tomarme mi vida
como un juego de mesa, con figuritas que nos repre-
sentan. Muevo ficha, a veces como, a veces me comen.
Y voy así, sabiendo que en cualquier momento llegará
mi GAME OVER, disfrutando de la partida con los otros
jugadores que me acompañan. Compro y vendo. Avanzo
y retrocedo.

¿Estás visualizando un tablero?


Yo también lo hago.

De hecho, para hablar de esto, antes he tenido que visua-


lizarlo. Tirar los dados. Ir a buscar mi creatividad y decidir
que este era el momento de comenzar a escribir.

Aviso a navegantes que no soy dibujante, ni escritora,


ni nada más que una humilde aprendiz que decidió gra-
duarse en Psicología por alguna razón y no ha dejado de
alimentarse de todo lo que le rodea, sin dejar de formarme
en la búsqueda del bienestar y de la profundidad del ser.

5
La vida de ello Un viaje que te enseñará los recursos psicológicos del bienestar emocional

Así surgió este pequeño personaje de forma cambian-


te al que a veces debería escuchar con más detenimiento.
Ello es la expresión de mi inconsciente. Y ahora, espero
que también lo sea del tuyo.
No ha sido fácil entendernos. Al principio, digamos que
no hablábamos el mismo idioma. Me mandaba señales,
primero físicas en forma de síntomas sin motivo aparente.
Digestiones pesadas. Lesiones sin explicación. Dolores de
cabeza repentinos. Pérdida de menstruación. Malas y tó-
xicas relaciones interpersonales.
No le entendía. Ello estaba ahí avisándome de que la
cosa iba torcida, y yo me empeñaba en hacerle daño, sin
saber que me estaba destruyendo a mí misma.
Más adelante llegó al plano emocional. Frustración.
Expectativas no cumplidas. Sentimientos de fracaso.
Distorsiones de la realidad. Pérdida del sentido. Falta de
concentración.
Para algunos, será el pan de cada día. Cotidianidad.
Pero como he dicho al principio, siempre he sido tremen-
damente curiosa y no he parado de hacerme preguntas
que aún trato de responder.

¿Qué es la vida si no puedo jugar


y avanzar mientras aprendo?

No obstante, ya basta de hablar de mí.


El protagonista es Ello, que también soy yo, pero es mi
yo más inteligente y menos visceral.

6
La vida de ello Un viaje que te enseñará los recursos psicológicos del bienestar emocional

Es mi yo pragmático y mi yo reflexivo también, porque


aparece cuando le busco en mitad del silencio.
Ello ha sido (y sigue siendo) la voz que me decía que
algo estaba fallando. Y debía ser cambiado.

Ello es eso que debemos llevar


siempre encima. Y hacerle caso.

De aquí surge LA VIDA DE ELLO. Un largo camino lleno


de historias, viñetas divertidas, psicología y creatividad
filosofada para hacernos pensar, y, sin duda, desarrollar
nuestra parte más crítica.

No se si catalogar este libro como una categoría de


autoayuda, pero, sin duda, Ello me ha ayudado mucho.
Podría incluso afirmar que conocerle me ha salvado. De mí.

En la medida en la que Ello avance en el tablero de la


vida, nosotros nos haremos más fuertes, hasta conver-
tirnos en los reyes de nuestra propia selva.

¿Te animas pues, a jugar esta


partida con nosotros?

7
La vida de ello Un viaje que te enseñará los recursos psicológicos del bienestar emocional

El origen

La filosofía y la ciencia constituían una sola ocupación


hace muchos años.
Aristóteles estudió astronomía y zoología. Robert Boyle,
el descubridor de la Ley Boyle, se definió asimismo
como filósofo experimental. Isaac Newton, descubrió la
Ley de la Gravedad, además de ser filósofo naturalista,
y Charles Darwin la evolución de las especies, también
filósofo naturalista.
Los filósofos como ellos se dedicaban a probar y medir el
mundo que lo rodeaba, un proceso que se iniciaba con una
simple pregunta “¿cómo puedo resolver este problema?”
Antes de la revolución científica en el siglo XVII, el
punto de vista de ambas corrientes estaba unido.
Finalmente, siguieron caminos diferentes, y la medicina
occidental se unió con la ciencia, dejando a la filosofía en un
segundo plano en el tratamiento de enfermedades mentales.
La psiquiatría evolucionó como una rama de la medici-
na a partir de Freud. El psicoanálisis freudiano y todas sus
versiones desarrolladas por discípulos se han convertido
más bien en un partido de fútbol con diferentes equipos
rivalizados tratando de meter gol en una misma portería.
La psicología no apareció como campo de estudio en
pleno derecho hasta 1879, cuando Wilhelm Wundt fundó
el primer laboratorio de psicología.

8
La vida de ello Un viaje que te enseñará los recursos psicológicos del bienestar emocional

Hasta ese momento, el tipo de observaciones y los dife-


rentes puntos de vista que asociamos a la psicología eran
de los filósofos. Incluso después de que la psicología cobra-
ra un peso importante, la filosofía y la psicología siguieron
siendo disciplinas gemelas hasta entrado el siglo XX.
No obstante, dichos campos se han ido separando a lo
largo del último siglo, puesto que la psicología se distancia
de la rama de humanidades de la academia para acercarse
a las ciencias, más en concreto, a las ciencias de la salud.
El divorcio final se consumó con el surgimiento de la
psicología conductista. Los psicólogos conductistas como
John Watson y Skinner llevaron sus preguntas sobre la na-
turaleza humana al laboratorio, experimentando con ellas.
La psicología conductista y su teoría fundamental
del estímulo-respuesta consideran el ser humano una
especie de máquina que puede condicionarse o progra-
marse para alcanzar el efecto deseado.
Ahora bien, a día de hoy sabemos que eso resulta
sumamente restrictivo. Pensar que un ser humano no
es más que una criatura que responde de forma con-
trolable a unos estímulos concretos es menospreciar
nuestra esencia y profundidad.
Después de este breve recorrido por la historia del
conocimiento humano que comenzó en la Antigua Gre-
cia, volvamos un instante al nombre del protagonista del
libro, “Ello”, de su origen y del por qué de su existencia.
Sigmund Freud es reconocido como el padre del psi-
coanálisis, creador de diferentes teorías del campo de la
neurología, derivando más adelante hacia una vertiente
psicológica de afecciones mentales. Sus teorías siguen
siendo estudiadas, discutidas y refutadas a día de hoy.

9
La vida de ello Un viaje que te enseñará los recursos psicológicos del bienestar emocional

Muchos limitan su aporte al campo del pensamiento,


existiendo siempre un amplio debate acerca de su pers-
pectiva, ya que la división de opiniones se reduce en si
se trata de un pionero en el campo de la psique humana
o un filósofo que replanteó la naturaleza humana con
prácticas poco convencionales.
Desde luego, sus conceptos de inconsciente, de deseo
inconsciente y represión, fueron revolucionarios para el
mundo entero. Proponía la teoría de una mente dividida
en capas o niveles, dominada en cierta medida por una
voluntad primitiva, más allá de la esfera consciente y que
se manifiesta en pulsiones.
En su obra más conocida, “La interpretación de los sue-
ños”, Freud explica el argumento del modelo inconsciente
y desarrolla un método para acceder al mismo, tomando
conclusiones y salvoconductos de las experiencias previas
de los pacientes.
Freud buscó una explicación a la manera que tiene de
operar la mente humana, y así propuso una estructura de
la misma dividida en partes: el ello, el yo y el súper yo.

El ello representaba las pulsiones o impulsos más


primitivos. Constituye el motor del pensamiento y el
comportamiento humano, ya que contiene nuestros
deseos de gratificación más instantáneos y primitivos.
El súper yo, es la parte que contrarresta al ello, repre-
senta la moralidad y la ética.
El yo pertenece a ambos lados. Actúa mediando entre
nuestras necesidades primarias y nuestras creencias. No
es sinónimo de la consciencia, ya que existen partes del
yo que son inconscientes.

10
La vida de ello Un camino a través de la historia del autoconocimiento

Pero un yo saludable proporciona la habilidad para


adaptarse a la realidad interactuar con esta de una
manera que represente un vínculo y un compromiso
saludable entre los deseos del ello y las demandas del
súper yo.

Sería algo así


La vida de ello Un viaje que te enseñará los recursos psicológicos del bienestar emocional

No hemos venido a hablar de Freud. Ni si quiera veo


demasiado práctico que siga escribiendo en torno a esta
línea de pensamiento. Andaba buscando un nombre
para el pequeño personaje que aparecía en mis folios en
blanco cada vez que me sentaba a expresar mis impul-
sos más internos, y recordé el paso por la universidad
cuando, en una de las clases oí por primera vez algunas
de sus teorías.

Lo primero que pensé de Freud fue


algo así como “este tío está de la olla.”
No anda muy lejos de lo que sigo
pensando a día de hoy.

Aún así, quería que mi personaje no fuera “él” ni “ella”.


Quería que no tuviera sexo, algo así como el it que se
pone en inglés.
Así surge “Ello”, unido a la teoría de Freud, la dife-
rencia es que este Ello sí es muy racional, porque conci-
bo la psique humana de una manera más holística.
Para mí todos actuamos bajo el principio de la lógica
(cada uno nuestra propia lógica) y tenemos razonamien-
to (hay quienes más que otros individuos). Por lo que me
gusta pensar que en mis impulsos más primitivos (o en
mis pulsiones) a través del entrenamiento diario, la crea-
tividad y el sufrimiento podemos racionalizar nuestra
conducta.

SÍ. He dicho sufrimiento.


Si acabas leyendo este libro,
puede que entiendas la razón.

12
La vida de ello Un camino a través de la historia del autoconocimiento

Crear un camino que nos proporcione serenidad, cons-


ciencia e ilusión es felicidad. Ojo, que no he dicho
una meta. He dicho camino. Uno muy largo que dure
el tiempo necesario y lo dibujen mis pies descalzos al
caminar por el juego de la vida.
Este es un libro para la reflexión y para el encuen-
tro contigo mismo. Por eso te sugiero, amable lector,
una lectura sosegada que facilite tu aprendizaje hacia
el equilibrio psicofísico y hacia una profunda paz inte-
rior, de la que te sentirás cada vez más lleno, a medida
que te adentres en sus páginas.
Toda la obra pretende ayudarte a pensar, reflexio-
nar, y como diría Alexander Nehamas en su libro de
reflexiones socráticas de Platón a Focault te muestra
cuál es “el arte de vivir.”

Como todo gran camino


de peregrinaje por la vida,
empecemos por el principio.

13
La vida de ello Un viaje que te enseñará los recursos psicológicos del bienestar emocional

CONTENIDO
PRÓLOGO ¿POR QUÉ MENTIR ES UNO DE
2 NUESTROS PEORES VICIOS?

76.- Principio de congruencia.


85.- La falsa seguridad en uno mismo.
ALGUNAS DURAS DECLARACIONES
91.- La verdadera autoestima.
ANTES DE COMENZAR 97.- Elige el camino del corazón.
4 103.- Crecerás tan rápido como lo haga
tu tolerancia a lo incómodo.
107.- No somos. Nos hacemos
Nos estamos haciendo.
EL ORIGEN 112.- Aprendiendo a ver.
8

COMO AMAR(NOS),
LA SABIDURÍA DEL AUTOGOBIERNO DE PECHO HACIA ADENTRO
122

Llegamos tarde sin saber a dónde. - 15


Cómo dominar el arte más difícil de todos. - 26 129 - Todo cuanto eres ya está completo.

Los muros auto impuestos y las pasiones. - 39

TODO AQUELLO QUE DEBERÍAMOS EMPEZAR


A TENER EN CUENTA DE AHORA EN ADELANTE.
SIGUIENTE NIVEL 141

Mens sana in ... - 50


Movimiento primitivo. - 58
EL AMOR NOS SALVARÁ
Sustento inteligente. - 62
146
La facultad última de la excelencia. - 65

AGRADECIMIENTOS
158
La vida de ello Un camino a través de la historia del autoconocimiento

LA SABIDURÍA DEL
AUTOGOBIERNO
Llegamos tarde
sin saber a dónde

Desde un punto de vista cósmico, todo cambio y etapa en la historia de la huma-


nidad ha sido rápida de manera natural.
Lo cierto es que si pensamos con objetividad, y como dirían los estoicos,
con vista desde arriba, no llevamos mucho tiempo por aquí. El planeta en reali-
dad tiene alrededor de 4600 millones de años, y nuestra maravillosa y a menudo
problemática especie en concreto, el homosapiens, solo lleva aquí 200.000 años.
Hubo una primera vez para el descubrimiento del fuego o para empezar a
vestirnos con pieles de animales que matábamos para alimentarnos.
También hubo una primera vez, o unas primeras veces, para empezar a cele-
brar de diferentes maneras las muertes de las personas que queríamos. Y cuando
comenzamos a pintar las paredes con el arte rupestre o nuestros métodos de caza
se volvieron más actualizados.
En realidad, todos estos sucesos que ahora mismo vemos tan lejanos, en
comparación con la historia de la humanidad, fue hace nada. Básicamente
podríamos decir que la agricultura llegó ayer a nuestras vidas.
Lo más curioso de todo esto es que tan solo pertenecemos al 0,01% de las espe-
cies que alguna vez poblaron el planeta y siguen vivas. Y míranos. Ha sido nuestra
curiosidad lo que nos ha hecho aventurarnos a lo largo de los años y llevándonos
más allá de lo conocido.
Tenemos granjas desde hace tan solo 10.000 años, y, llegado el momento, (un
momento muy cercano a nuestros días) la civilización empezó a cobrar velocidad
de verdad hasta llegar el momento de abrocharnos los cinturones de seguridad.
La vida de ello Un viaje que te enseñará los recursos psicológicos del bienestar emocional

El primer alfabeto, el dinero, el primer sistema de notación musical.


Cambios y más cambios. Parece que estábamos en una recta sin final a miles de
kilómetros por hora. La religiones, la filosofía socrática, la democracia.

Las carreteras, los puentes, los hospitales y los colegios.


Las bombas, las armas, los periódicos y los telescopios.
Los primeros barcos, las primeras locomotoras, la morfina.
Los hornos, los teléfonos, los coches.
Los coches eléctricos.
Las pasarelas de moda, la Coca-Cola, y la publicidad en nuestros
teléfonos móviles. Los videojuegos. El correo electrónico.
El puñetero correo electrónico.

A toda pastilla y sin mirar atrás. Demasiado tarde para frenar. Hay quienes
viven atemorizados por un golpe inminente. Otros, prefieren sentarse y disfru-
tar de las pocas vistas que la velocidad les deja apreciar, procurando no pensar
demasiado en un futuro incierto, pero con la conciencia interior de que quizás
deberíamos haber planteado un mejor sistema de frenado.
Aunque ahora lo mencione de esta manera tan lineal y tan recta, estos cam-
bios no son líneas ascendentes y suaves. Si lo imagináramos en términos de
una gráfica, tendrían picos y curvaturas más pronunciadas que la que podemos
encontrar en la Cordillera de los Andes. El cambio es una constante, lo que no
es una constante es la velocidad de este cambio. Cada vez hay más aceleración
y la verdadera pregunta es, ¿estamos preparados para esto?
En psicología, cuando hablamos de salud mental y se analizan posibles facto-
res desencadenantes de algún suceso que nos genera excesiva preocupación, o un
trastorno, los psicólogos a menudo podemos señalar que uno de los principales
desencadenantes es un cambio importante en la vida del paciente.
Este cambio a menudo está relacionado con el miedo a lo desconocido, un
cambio repentino que no ha permitido un proceso de adaptación lo suficiente-
mente consolidado para la persona. Cambiar de ciudad, ser echado del trabajo,
dejar la carrera, iniciar una nueva relación de compromiso, una muerte cercana,
podríamos decir que cualquier cambio repentino.

16
La vida de ello Un viaje que te enseñará los recursos psicológicos del bienestar emocional

La importancia del cambio es tal, que no siempre resulta relevante si este


cambio es positivo o negativo, tan solo que no han podido habituarse a él, y esto
puede suponer un golpe duro.
Éstos podrían ser cambios pequeños que únicamente afectan a una persona,
o como mucho a un conjunto de personas que están implicadas en el cambio.
Pero, ¿qué ocurre cuando el cambio no es solo personal? ¿Qué ocurre
cuando este cambio afecta a todo el mundo? ¿Qué pasa cuando las sociedades en
su conjunto, o la población humana en su totalidad, sufren un periodo de cambio
profundo?
Se me ocurre, por ejemplo, una pandemia mundial, que rompa con el para-
digma de millones de personas acomodadas en su trabajo, adaptadas a su casa,
habituadas a su vida, que tienen que adaptarse a la nueva normalidad de ni
siquiera poder reconocer los rostros del resto de seres humanos con los que se
cruza al caminar. Ni que decir tiene que estas preguntas dan por sentado algo,
y es que algo de este mundo está cambiando.
Nos enfrentamos, de nuevo, a una de las cordilleras más altas de los Andes.
Y principalmente, lo que resulta más perceptible, es que este cambio es tec-
nológico. Sí, también existen otros cambios, sociales, políticos, económicos y
medioambientales, pero la tecnología está relacionada con todos ellos, y los
trasciende, así que, vamos a empezar por ella.
Es evidente que todo gran cambio, viene de la mano de una nueva actualiza-
ción del software de las personas o los elementos que componen una sociedad
y le ayudan a evolucionar de alguna manera, por lo que podríamos decir que
como especie, siempre hemos estado moldeados por la tecnología.
En el sentido más amplio, esta tecnología se trata de herramientas o métodos,
como por ejemplo el lenguaje. Inventos como el fuego, la agricultura, la rueda, o
la bombilla no fueron propulsores de cambio únicamente por la utilidad inme-
diata, sino por la posterior repercusión general que tuvieron en el desarrollo de
la sociedad.

17
La vida de ello Un viaje que te enseñará los recursos psicológicos del bienestar emocional

Pero volvemos a la pregunta inicial, ¿a qué velocidad se producen estos cam-


bios?,¿estamos preparados para ello?
Según la ley de Moore, llamado así por Gordon Moore, el cofundador de
Intel, la capacidad de procesamiento de los ordenadores se duplica cada pocos
años. Este crecimiento resulta exponencial, si nos damos cuenta, a día de hoy
el pequeño teléfono móvil que llevamos en el bolsillo tiene mucha (muchísima)
más capacidad que los gigantescos ordenadores de mesa de los años 60, que
ocupaban prácticamente habitaciones enteras. Éste rápido crecimiento de la
capacidad no se limita solo a la tecnología de los ordenadores, se da en todo tipo
de elementos tecnológicos.
Todo esto apunta a que la tecnología no solo avanza, además este avance se
acelera, ya que el progreso genera progreso. Cada vez la participación humana
es menor. Y esto a menudo alimenta sueños febriles y pesadillas. La singulari-
dad es el punto en el que la inteligencia artificial se vuelve más inteligente que
el ser humano más capaz y brillante.
Según Raymond Kurzweil, un inventor estadounidense, además de músico,
empresario, escritor y científico especializado en Ciencias de la Computación e
Inteligencia Artificial, se trata de un futurista reconocido a nivel internacional,
esta singularidad en la inteligencia artificial es cada vez más real y cercana.
Incluso escribió un libro, que fue un éxito de ventas titulado La singularidad
está cerca.

No tomes mis afirmaciones como incrédulas,


ya que este tipo no era para nada un excéntrico fumado que escribía
películas de ciencia ficción sin fundamento.
Sus predicciones, en más de una ocasión, se han convertido en realidad.

En 1990 dijo que antes de llegar a 1998 los ordenadores serían capaces de vencer
a los mejores jugadores del mundo de ajedrez y 1997, Garri Kaspárov, perdió
frente al ordenador de Deep Blue.
Pensemos durante un instante lo rápido que está cambiando todo. Aplicaciones
que hace apenas dos años no conocías, hoy puede que sean tu principal fuente
de distracción (o de ingresos).

18
La vida de ello Un viaje que te enseñará los recursos psicológicos del bienestar emocional

Netflix, Instagram, Tik Tok. Cada vez vemos más profesionales especiali-
zados, bailando enfrente de la cámara de un smartphone para que su mensaje
llegue a miles de personas. Y ahora cualquiera tiene un buen móvil, un iPad, o
un ordenador portátil, como poco.
Piensa en Snapchat, en los Bitcoin, en los gifs, y en que somos capaces de
mantener conversaciones únicamente con los emoticonos prediseñados de una
conversación de WhatsApp. Hace apenas unos años, nadie tenía un navegador
vía satélite, y las fotografías solían almacenarse en álbumes, ya que la nube, era
aquello que aparecía los días en los que el sol se escondía.

¿Es esto malo?

Mientras escribo estas palabras, tengo la sensación de que dentro de un par de


años, cuando una persona recurra a leer La vida de Ello, todo lo que acabo de
mencionar ya estará pasado de moda. Habrá muchas aplicaciones que he men-
cionado que se quedarán fuera de esta lista.

Piensa en ello

Piensa en lo sumamente desfasada que se queda la tecnología en apenas unos


pocos años atrás. En los escáneres, en el fax, en los CDs, en los primeros teléfonos
sin conexión a datos ilimitada.

19
La vida de ello Un viaje que te enseñará los recursos psicológicos del bienestar emocional

Con total independencia y objetividad sobre lo que opinemos de esta llegada


inminente de la tecnología nuestras vidas, hay dos cosas que no debemos des-
cartar. La primera de ellas, es que nuestra vida cada vez es más tecnológica, y la
segunda, es que la tecnología está cambiando nuestra manera de vivir, mucho
más veloz.

Este ritmo tan vertiginoso está desencadenando otros cambios,


no solo a nivel social, también, como hablamos al principio,
a nivel individual.

Está altamente implicada en la salud mental de las personas.

20
La vida de ello Un viaje que te enseñará los recursos psicológicos del bienestar emocional

Estas formas en las que está cambiando el mundo no tienen por qué ser todas
buenas o malas. Si algo vas a descubrir en este libro, es que el término correcto
o incorrecto, carece de sentido, ya que existe uno más allá de ambos que engloba
la individualidad de cada uno: contexto. No podemos tachar las nuevas tecnolo-
gías como algo puramente bueno o puramente malo.

“Todo el proceso de la naturaleza


es un proceso integrado de inmensa
complejidad, y es realmente
imposible decir si algo de lo que
sucede en él es bueno o malo”,
escribió Alan Watts para aprender
a no pensar en términos
de ganancia o pérdida.

Pero debemos tener en cuenta que, el hecho de que el mundo haya progresado
tan deprisa en algunas cosas, sin duda nos ha inquietado a algunos.
Con respecto a la política, la polarización de la derecha y de la izquierda,
impulsada en parte por estos coliseos de gladiadores que son las redes sociales,
nuestra principal fuente mediática, teniendo en consideración el incremento de
las noticias falsas, de los bots de Twitter políticamente maliciosos y las numero-
sas violaciones de la privacidad en Internet, así como mensajes lanzados desde
la ignorancia que parecen tener mayor veracidad cuantos más likes tengan, nos
ha llevado, sin duda, por lugares extraños e irreversibles.

21
La vida de ello Un viaje que te enseñará los recursos psicológicos del bienestar emocional

Como una vez alguien me dijo:

“Todos deberíamos pasar un


examen para poder tener acceso
a Internet, porque sin duda en esta
sociedad, hemos confundido lo que
significa la verdadera libertad de
expresión.”

Esto ocurre con respecto a la política, pero, en el trabajo, los robots y los orde-
nadores están ocupando la labor de muchas personas. El empleo a menudo se
está convirtiendo en un proceso deshumanizador, ya que muchas veces somos
las personas quienes tenemos que estar al servicio del trabajo, cada vez más
actualizadas y más puestas, en lugar del trabajo al servicio de las personas.
Hay un término en referencia a esto, que en los últimos años ha cobrado
verdadero interés por los psicólogos modernos, el tecnoestrés. Se trata de un
concepto que ha emergido con la llegada de las nuevas tecnologías a nuestras
vidas, a nuestro trabajo y a nuestro ocio y descanso.
Se considera de hecho un nuevo riesgo laboral en las empresas ya que afecta
a todos los niveles del individuo, por la relación de las nuevas formas de trabajo
con la dificultad de adaptación.

Todo se reduce a la hiperconectividad,


velocidad y necesidad de inmediatez.

¿Estamos realmente diseñados para esta rapidez?


¿Estamos alterando nuestro equilibrio psicosomático?
Nuestro lenguaje también está cambiando.

22
La vida de ello Un viaje que te enseñará los recursos psicológicos del bienestar emocional

En la actualidad, muchos millones de personas mantienen más conversaciones


a través de mensajes de texto que en persona. Se trata de un cambio sin prece-
dentes, en las siglas, acrónimos, referencias, emoticonos y gifs como ayuda a la
comunicación, que demuestra de qué modo están influyendo estos avances tec-
nológicos en el lenguaje. Sin duda podríamos decir que esta nueva generación,
no comprende el proceso de aprendizaje como algo válido en sí mismo.
Las ayudas que recibimos por medio de los dispositivos inteligentes para
completar palabras, frases, o incluso el propio corrector que me subraya en
rojo mientras escribo estas palabras, medran nuestra capacidad de aprender,
de crear, de imaginar, de innovar y de pensar.
Cada vez más dependientes, apenas concebimos el arte sin el uso de tec-
nología. Esto, como decía al comienzo, no es algo malo en sí mismo, pero si es
algo que debemos tener en cuenta. Cuando el mundo se acelera tan deprisa,
puede provocar que el presente parezca la época previa a un futuro continuado.
Cuando vemos vídeos virales, entretenidos durante horas con la mente
quién sabe dónde, una parte de nosotros nos anima a desear esa situación, a
que sea real, a sentir esa risa del bebé que juega con su pollito mientras hace
los deberes.
El consumismo en sí mismo, se basa en hacer que queramos la siguiente
cosa en lugar de la cosa que tenemos ahora.

Y esta es la receta perfecta de la infelicidad.

Vivimos en una época de inmediatez. No se nos enseña ni se nos impulsa a vivir


en el presente. Por eso se nos hace tan complicado, y a menudo imposible. Me
incluyo. Lo cierto es que el pequeño personaje de este libro, Ello, nació en la
incomodidad de sentarme a solas en el césped de un parque con una libreta
en blanco a pensar y meditar sobre el paso del tiempo, el sentido de la vida,
o el concepto de la muerte. Si nunca me hubiera expuesto a esas situaciones
tan incómodas para mí en un primer momento (sí, hablo del absoluto silencio)
quizá nunca habría estado escribiendo este libro.

23
La vida de ello Un viaje que te enseñará los recursos psicológicos del bienestar emocional

Nos llevan a la guardería, cuya naturaleza intrínseca no hace más que recor-
darnos lo que está a punto de llegar: la verdadera escuela. Es una preparación
para aprender a leer. Para después aprender a multiplicar. Y luego dividir. Y
luego empieza lo peor... la continua carrera sin parar, la competitividad, las
notas de corte y, con algo de suerte, la universidad. Sin saber muy bien cómo (ni
por qué) has acabado ahí. Pero ahí estás. Seguramente sin tener ni idea de vivir
a pesar de que ya llevas más de 8.000 días en La Tierra.

Pero la cosa no termina aquí, habrá más controles,


más decisiones que tomar.
Más “¿dónde te ves dentro de unos años?”
Más “deberías buscar una estabilidad para el resto de tu vida.”
Más “deja de perder el tiempo”.

Básicamente, se nos enseña una especie de mindfulness a la inversa. Se nos


enseña a vivir por periodos, un periodo donde somos niños y nuestra única
responsabilidad es portarnos bien y hacer los deberes, un periodo donde no
tenemos ni idea de gestionar nuestras emociones y nos enfrentamos completa-
mente perdidos a situaciones desconocidas que el resto del mundo resume en
“la edad del pavo” o “la edad de las hormonas revolucionadas.” Para que, más
adelante, llegue el periodo laboral.
Y por último, el periodo de cuando seamos mayores, del disfrute, de la jubi-
lación, de recoger lo sembrado durante toda la vida. No comprendemos, en
ningún caso, el proceso de crecimiento y aprendizaje como algo válido en sí
mismo, algo presente y único en su esencia. Nos pasamos la vida esperando.
Esperando a llegar a algún lugar. Esperando a obtener algo a cambio. Esperando
a ser reconocidos, a tener éxito, a tener el dinero suficiente para...
En realidad, el proceso de la vida tiene mucho más que ofrecer que todo
esto. Pero eso solo podremos apreciarlo desde el presente. Y es ahora, cuando
empiezo a ser consciente de los erróneas que han sido muchas de mis aspiraciones.
De que me he pasado más de 8000 días viviendo en un pasado irreversible o en
un futuro incierto, de que siempre he querido más de lo que tuviera delante, de
que nunca era suficiente.

24
La vida de ello Un viaje que te enseñará los recursos psicológicos del bienestar emocional

Y es ahora, querido lector, querida lectora, cuando Ello llega a ti, y te dice que
realmente necesitas dar con la manera de detenerte en este momento, y como
solía decir mi abuela Ignacia:

“ de ser agradecidos con


la vida que tenemos. ”

25
La vida de ello Un viaje que te enseñará los recursos psicológicos del bienestar emocional

Cómo dominar el arte


más difícil de todos

“Acuérdate de mantener la mente serena


en los momentos difíciles”.
- Horacio -

El concepto de autogobierno, ha sido motivo de estudio por muchos expertos


en neurobiología, especialmente por Joachim Bauer, y además, está situado en
la raíz de la serenidad y de la coherencia.
Gracias al autogobierno somos capaces de alcanzar muchas cosas en la vida.
Lo cierto es que un buen autogobierno está íntimamente relacionado con una
buena salud y con un mejor bienestar.
De acuerdo con los expertos en investigación cerebral, podemos distinguir
en el cerebro dos sistemas fundamentales que lo largo de su desarrollo han
de intervenir, como complementándose armónicamente. Por una parte, pode-
mos apreciar el denominado sistema basal, que actúa de abajo a arriba, esto
es a lo que vulgarmente se conoce como sistema reptiliano, y nos hace desear
instintivamente un dulce, las imágenes llamativas de una página web o un estí-
mulo mediático. Y por todo ello, sin reflexionar sobre esos deseos espontáneos,
actuamos bajo este sistema basal.
La parte positiva de todo esto, es que por otro lado, también existe ese sistema
que actúa de arriba abajo, en el que se localizan las redes neuronales del cerebro
prefrontal y que significa una gran ayuda para gobernar adecuadamente los
diferentes impulsos del sistema reptiliano; de esta manera medita acerca de
esos deseos espontáneos procedentes de la parte basal de nuestro cerebro.

26
La vida de ello Un viaje que te enseñará los recursos psicológicos del bienestar emocional

El proceso que se implica en el desarrollo de la formación de la corteza pre-


frontal ocurre a partir de los dos primeros años cumplidos, y lleva un nombre
muy conocido, se trata de nuestra educación. Es un arte que consiste en condu-
cir a la pequeña personita a través de un escollo de ideas, conductas a emular y
principios con el objetivo de ayudar a encontrarse realmente a uno mismo.
En los últimos 20 años, como comentaba en un principio, la neurobiología
se ha encargado de aportar conocimientos apoyados en experimentos científi-
cos que nos invitan a saber tomar las riendas de nuestro día. De esta manera, el
objetivo es el de una vida lograda, que no equivale necesariamente a decir una
vida exitosa, ya que no se trata de buscar una felicidad a bajo precio o fugaz.

Aquí no vale nada low-cost, el precio a pagar es muy alto.

La neurobiología dispone de numerosos estudios experimentales que


demuestran que aquellas personas que tienden hacia esta vida lograda, presen-
tan en las redes neuronales, un modo de actuar de acuerdo a un patrón, aquel
que favorece en todos los aspectos una vida más saludable.
Y el autogobierno favorece indiscutiblemente a una vida más serena y tranquila,
de la mano del bienestar. Por el contrario, aquellas personas que únicamente viven
de acuerdo con el principio hedonista, un valor low-cost, que no saben (ni quieren)
privarse de nada, se dejan dominar por el sistema reptiliano que comentamos
anteriormente, no solamente se alejan de la paz interior y de sí mismos, sino
que además presentan una red neuronal con una actividad genética que favo-
rece enfermedades neurodegenerativas y cardiovasculares. También son más
propensos a infecciones virales.
Lo que estoy tratando de explicar no quiere decir que haya que reprimir nues-
tros impulsos, ni que tampoco haya que adiestrarlos como si fuéramos domadores
de animales enjaulados. Se tratan de nuestros instintos, pero no por ello debemos
tener un control ciego, tan solo hemos de saber integrarlos positivamente en el
contexto. No hay nada por sí mismo bueno o malo, correcto o incorrecto.

27
La vida de ello Un viaje que te enseñará los recursos psicológicos del bienestar emocional

En cada cruce hay miles de caminos y de alternativas que poder escoger,


y no necesariamente una opción siempre será mejor que otra. Todo depende
del contexto en el que nos encontremos, lo verdaderamente importante es guiar
nuestras decisiones a través de la razón, siendo conscientes de nuestras emociones,
sentimientos e impulsos más internos, ya que solo así podremos ser verdaderamente
honestos y conscientes.
En nuestro día a día demasiadas veces nos vemos ahogados por el tiempo,
atosigados por nuestras preocupaciones y zarandeados por nuestras emociones.
Desde que nacemos nos premian por competir, estamos obligados a tomar
decisiones continuamente y se aplaude el compromiso con cosas que fácilmente
pueden superarnos y ocasionarnos un estrés que arrastremos a lo largo del tiempo.

28
La vida de ello Un viaje que te enseñará los recursos psicológicos del bienestar emocional

Desde luego, quien consigue


serenarse en las pequeñas
decisiones y acontecimientos
a los que se expone, logrará
serenarse ante las grandes
adversidades.

La serenidad es un arte, a menudo que no apreciamos en los demás, ni


buscamos en nosotros mismos. Los enemigos de la serenidad son muchos. Un
atasco que te impide llegar a tiempo, un niño que llora en la mesa de al lado de
un restaurante, los preparativos de una gran sorpresa, un vecino histérico, la
falta de tiempo y prioridades, y tú, sin duda, eres, el principal enemigo de tu falta
de serenidad.

Nos ponemos nerviosos cuando alguien habla lento. Deseamos que acabe
ya, o que vaya más rápido para poder entrar y dar nuestra opinión.

No escuchamos.

Cuando hablamos, tratamos de hacerlo rápido para dar la máxima infor-


mación posible. Esto no nos convierte, desde luego, en personas más admiradas
o más inteligentes. Mantener la calma en las pequeñas cosas, procurando no
alterar nuestro equilibrio, es lo primero que tenemos que aprender a dominar
para enfrentar la adversidad.

29
La vida de ello Un viaje que te enseñará los recursos psicológicos del bienestar emocional

Independientemente de si el
problema a resolver tiene solución
o no, hazlo con serenidad. Si tiene
solución, ve despacio, avanza en el
tiempo y mantén la calma.
Si no tiene solución, ve despacio,
avanza en el tiempo, y también,
mantén la calma.

La serenidad es un manantial cristalino del que debemos beber agua. En él, se


distinguen con claridad cuáles fueron las causas que ocasionaron ese hecho
adverso. Y es la serenidad la que nos ayuda a aceptar, con humildad y calma, la
realidad y consecuencias de las cosas.
Quizá ahora que me estás leyendo piensas que es imposible. No lo es.
Sencillamente tienes a Ello dormido en lo que se refiere a tu calma. Además de
no ser imposible, te diré algo: es necesario. Imprescindible para tu vida a partir
de este momento.
Porque, ¿qué ocurre si vamos por la vida como un salmón, avanzando y sal-
tando entre las rocas a contracorriente de un río? Corriendo a todos lados, con
el gesto preocupado. Diciendo “no tengo tiempo para ejercitar mi cuerpo” o
“siento que voy de prisa a todos lados para llegar”. ¿Qué ocurre si vamos por la
vida avanzando y avanzando, tirando como burros de una carreta que no miran
a su alrededor para apreciar lo que les acontece? Llevar una vida así, es la peor
de las enfermedades. Te enferma tanto, que te mata mientras vives. Y afecta a
todos los ámbitos de tu vida.

30
La vida de ello Un viaje que te enseñará los recursos psicológicos del bienestar emocional

El distrés es una serpiente que repta en nuestro interior y ataca a todo


cuanto queremos. Si permitimos que este activismo febril que tantas veces ha
sido aplaudido y reconocido positivamente por la sociedad, domine nuestras
vidas, nos dominará a nosotros. Y a partir de ese momento seremos como una
hoja de un árbol que baja a toda velocidad por la corriente de un río hacia una
cascada sin ningún tipo de control. Y esa hoja, jamás llegará a escuchar los pája-
ros cantar, el viento soplar, los niños jugar.
Modular ese estrés no solo debe darse en mitad de una discusión o situación
complicada, también cuando acostamos la oreja en la almohada cada noche.
Después de apagar las luces en el dormitorio, a veces se activa esa alarma que
nos castiga repetidamente por no haber cumplido las expectativas impuestas.
Eso es a lo que la Psicología Occidental denominaría “pensamiento intrusivo.”

Y aquí la gran pregunta que miles de personas se hacen cada día,

¿somos capaces de controlar


los pensamientos intrusivos?

serenidad

o
nt
ie
s am ivo
n u s
pe tr
In

31
La vida de ello Un viaje que te enseñará los recursos psicológicos del bienestar emocional

Dadme la serenidad para aceptar lo que no puede cambiarse,


el coraje para cambiar lo que debe ser cambiado y la sabiduría
para distinguir una cosa de otra.
- Reinhold Niebuhr - (1892-1971)

A lo largo de los años el verdadero origen de la Oración de la Serenidad ha


sido un misterio tentador, enigmático y, según la opinión de algunos, aún sin
resolver; fascinante para aquellos que, en alguna que otra ocasión, han inten-
tado llegar a descubrir una prueba irrefutable de su origen.
La oración entró, discretamente en la historia por el doctor Rihnold Niebuhr.
Se descubrió en la página de obituarios de una edición de principios de junio
del New York Herald Tribune y el texto decía:
Madre,—que Dios me conceda la serenidad para aceptar las cosas que no
puedo cambiar, el valor para cambiar las cosas que puedo, y la sabiduría para
reconocer la diferencia.–
La oración llamó la atención de uno de los miembros de Alcohólicos Anónimos
en 1939 que la leyó.  Al ver la importancia de ese significado escrito, fue dado a
conocer al GSO en la calle Versey y al ser leído por el señor Bill W. y los honorables
miembros de la junta de A.A, expresaron sus magníficas opiniones al respecto.  
Fueron impresas cientos de tarjetas y distribuidas.  De esta manera, esta
oración simple ha llegado a ser una parte importante en las asociaciones de
Alcohólicos Anónimos. La Oración de la Serenidad ha sido conocida por todos
los teólogos, filósofos y santos de la humanidad, y llega hasta nuestros días. 
El mecanismo de acción que esta oración puede tener sobre nosotros depende
de la importancia con la que la incorporemos a nuestras vidas. Si piensas que
resulta inservible, así será. Si por el contrario piensas que es muy poderosa, tam-
bién estarás en lo cierto, porque el poder que extraes de todo lo que te rodea
depende del nivel de poder que estés dispuesto a recibir.
Se que esto puede sonar algo presuntuoso, pero lo cierto, es que todas las
religiones, psicologías, filosofías y corrientes gubernamentales han incorpo-
rado la oración de la serenidad a sus vidas, o por lo menos, un fenómeno al
que denominamos anclaje que te provoque esa sensación de estabilidad en un
pequeño barquito en mitad del océano bravo.

32
La vida de ello Un viaje que te enseñará los recursos psicológicos del bienestar emocional

Esta oración puede cobrar diferentes formas, mantras o palabras que te


aporten claridad. Es universalmente aceptado que todos nuestros problemas o
todas las situaciones difíciles tienen únicamente dos maneras de solucionarse;
una es cambiándolas por nuestra acción, aquellas situaciones o aquellos proble-
mas que podemos cambiar; y otra es aceptando aquellos problemas o situaciones
que no podemos cambiar. 
Al aceptarlos, dejan de ser problemas y podemos entonces expulsarlos,
sacarlos de nuestra mente consciente para, en caso en el que se pueda, pasar a
la acción.
Dando un paseo por una antigua filosofía hace 2.300 años, El Estoicismo
o Escuela del Pórtico, sobre la que tantos emperadores, reyes, presidentes,
empresarios, deportistas de élite y artistas han sido influenciados a lo largo de
la historia, mencionaré esto que trato de explicar de una manera más visual.

“Solo tras haber aprendido a distinguir entre lo que puedes


controlar y lo que no, serán posibles la tranquilidad interior
y la eficacia exterior.”
- Séneca -

Como podemos observar, ligeramente diferente a la Oración de la Serenidad,


pero muy encaminadas. Dentro de esta filosofía se mencionaba la dicotomía de
control como una de las herramientas más características y principales para
incorporar este arte de vivir a nuestro día a día.
De nosotros dependen nuestras acciones voluntarias y conscientes, así como
nuestros juicios, mientras que todo lo que ocurre fuera de nosotros escapa a
nuestro poder. Aceptar esto, es el objetivo que plantea esta herramienta, para
conseguir alcanzar el nivel de serenidad señalado en este capítulo.
Obtienes la satisfacción de saber que estás haciendo las cosas de la mejor forma
posible. Resulta difícil, en este punto responder a la pregunta, ¿habré hecho real-
mente todo lo que pude?, ¿podría haberlo hecho de otra forma más efectiva?

33
La vida de ello Un viaje que te enseñará los recursos psicológicos del bienestar emocional

Estas preguntas estarán siempre dentro de nosotros, pero la propuesta es


que no permitas que te perturben. Pudo haber sido de otra forma, pero nunca
sabrás la respuesta certera del resultado, por lo que no lo puedes controlar.
Y volviendo a la dicotomía de control, si no lo puedes controlar, está fuera
de tu círculo de acción. No propongo con esto que te cruces de brazos y veas
como la vida pasa frente a tus ojos. Tan solo que enfoques tu esfuerzo donde
tienes poder de acción, y no en lo que pudo ser.

La serenidad se alcanza cuando tienes la certeza de cumplir


tu deber con lo que está bajo tu mandato (que no tiene por qué
ser el deber que te han impuesto, tan solo el que tu criterio dicte).

34
La vida de ello Un viaje que te enseñará los recursos psicológicos del bienestar emocional

Poner la cabeza en aquellos


asuntos que requieren nuestra
atención, evitando huir de lo que
supone un esfuerzo, no dejar para
después lo que podemos hacer
ahora, se tratan de tres hábitos
sobre los que se puede construir
una personalidad serena.

Como he estado escribiendo sobre el autogobierno, te diré que gracias a él


podemos tomar las riendas de nuestra vida, lo cual no significa que solo con
cambiar de perspectiva por un bien mayor a largo plazo todo cambiará, sino
que también debemos aprender a sobreponernos actualmente a la pereza, a
esa resistencia silenciosa y eficaz que puede frenarnos y paralizarlos si no la
detectamos a tiempo.
Obviamente conviene también estar atentos al otro extremo, a lo que actual-
mente se denomina multitarea, propio de quien pretende hacer aceleradamente
varias cosas a la vez y acaba haciendo nada. Como decía Séneca, “quien está en
todas partes, no está en ningún sitio”.
La persona que es (y está) serena, sabe ponderar y guardar el orden en su
actividad, tomando la iniciativa de priorizar sus rectas intenciones, sin naufra-
gar ante las múltiples distracciones que surgen en cada momento y que pretenden
acaparar constantemente nuestra atención.
Desde hace años existe un debate sobre el efecto de Internet en las personas en la
sociedades. Siendo una herramienta de trabajo tantas veces irremplazable en muchos
ámbitos laborables, hemos de considerar también los peligros sobre su uso.

35
La vida de ello Un viaje que te enseñará los recursos psicológicos del bienestar emocional

Uno de estos críticos es Nicholas Carr, quien desde hace décadas escribe sobre
las nuevas tecnologías para los principales medios internacionales.
En un célebre artículo: “¿Google nos vuelve estúpidos?” Publicado en 2008,
condensó uno de esos debates en la pregunta: “Mientras disfrutamos de las
bondades de la red, ¿estamos sacrificando nuestra capacidad para leer y pensar
con profundidad?”. Según él, Internet está cambiando nuestro modo de pensar,
dificultando nuestra capacidad de atención con sus continuas distracciones e
interrupciones, erosionando nuestro pensamiento profundo y obstaculizando
nuestra capacidad de concentración. Hasta tal punto que, debido a la inmedia-
tez, leer un libro y asimilar textos largos es cada vez más costoso para todos.
La redes sociales, la mensajería instantánea, los medios que nos facilitan
terminar nuestras palabras mientras las tecleamos o incluso dictamos con la
voz, fomenta la rapidez, sin lugar a dudas, pero perjudica nuestra capacidad
para mantener la atención, la creatividad y la memoria. Nos hacen, en defini-
tiva menos contemplativos y reflexivos, y por ello erosiona nuestra capacidad
de pensar de forma autónoma y profunda.

Las nuevas tecnologías tienen


un precio, más allá de un precio
económico, el debilitamiento del
pensamiento crítico, conceptual,
profundo y reflexivo.

Por ello debemos entrenarlo paralelamente. Siendo conscientes de que esto ocu-
rre, trabajar en la capacidad para centrarse en una sola cosa es clave para nuestra
memoria a largo plazo, y para muchas formas de expresión y creatividad.

36
La vida de ello Un viaje que te enseñará los recursos psicológicos del bienestar emocional

A todos resulta muy difícil aceptar que somos co-creadores y co-respon-


sables de todo lo que atraemos a nuestra vida. A menudo, cuando digo esto,
muchas personas se enfadan y se llevan las manos a la cabeza, poniendo casos
extremos de enfermedad o de terremotos, para ejemplificar algunas cosas que
no pueden controlar y que, desde luego, no atraen a su vida. No lo niego. No
saldrá jamás de este libro decir que el hecho de sufrir un terremoto que destroce
la casa de una familia entera y deje una ciudad en ruinas, sea porque alguien lo
atrajo con su pensamiento.
No me refiero a nada de eso, así que vamos a intentar no mostrarnos escépticos
en cuanto a lo que voy a seguir exponiendo. En la medida en la que tu apertura
mental sea buena, podrás utilizar todos estos aprendizajes de grandes referen-
tes en tu beneficio, y empezar a atraer, ahora sí, cosas buenas.
Los estoicos asumían la responsabilidad personal, iniciando un cambio de
actitud frente a las circunstancias desfavorables. Se trata de una sólida paz inte-
rior que se consigue por medio del entrenamiento y la práctica a diario.

“Date cuenta de una vez de que en ti mismo tienes algo superior


y más divino que lo que causa las pasiones y que lo que, en una
palabra, te zarandea como una marioneta.”
- Marco Aurelio, Meditaciones -

Esto no significa que te aferres a tu fuerza de voluntad haciendo que “las cosas
no te afectan cuando te matan por dentro”, sino más bien que tengas la voluntad
de cuestionar siempre tu manera de pensar con serenidad, porque al hacerlo, el
bienestar que anhelas irá llegando de manera fluida y natural.

37
La vida de ello Un viaje que te enseñará los recursos psicológicos del bienestar emocional

Habitar el mundo de los despiertos, ese mundo del que tanto habla Heráclito,
solo es posible en la medida en la que haya en nosotros algo superior y más
originario que nuestros juicios, impulsos y pasiones. Algo que nos permita dis-
cernir su naturaleza y despertar del sueño en el que vivimos cuando confundimos
nuestros sistemas de creencias y las conductas entorno a él, con nuestra identidad.

¿Por qué hablo de cuestionar nuestra realidad y nuestra manera de pensar?


Porque cabe la posibilidad de que aquello en lo que estás tan seguro, ni si
quiera sea cierto.

La calidad de nuestra existencia depende de cómo nos relacionamos con


nosotros mismos, con los demás y con la vida. Para ser feliz es necesario que
sepamos relacionarnos sabiamente. La lucha, el conflicto y el sufrimiento aho-
gado sin búsqueda de alternativa son síntomas de ignorancia, mientras que la
aceptación, la armonía y la felicidad son indicadores de sabiduría. O al menos
eso indicaban los estoicos.
El primer gran paso para empezar a obtener resultados es comprender que
existen tres tipos de asuntos: los tuyos, los de otras personas, y los de la realidad.
Tus asuntos son aquellos que tienen que ver contigo, que forman parte de tu
círculo de influencia. Es decir, lo que sí que depende de ti que puedas controlar
y cambiar para ser feliz.
Por el contrario, los asuntos de otras personas y los de la vida, forman parte
de tu círculo de preocupación. Tu felicidad no tiene nada que ver con ellos. Y no
depende de ti controlarlos ni cambiarlos. Si lo intentas, y pones ahí tu foco de
atención, te perturbarás. Buena parte de tus miedos, tensiones y frustraciones
provienen de meternos en los asuntos del resto y preocuparnos por los asuntos
de la realidad. Así es como te olvidas de preocuparte de tus propios asuntos.
Por lo que vamos a empezar por el principio. Vamos a empezar por nuestros
asuntos propios, por aquellos que sí están dentro de nuestro círculo de control
y sobre los que tenemos poder: nuestro yo más profundo.

38
La vida de ello Un viaje que te enseñará los recursos psicológicos del bienestar emocional

Los muros
autoimpuestos
y las pasiones

Todos tenemos barreras (muchas de ellas colocadas ahí desde antes que seamos
conscientes) y pasiones en forma de deseos que nos hacen perdernos por el camino.
Algunas son más altas y prácticamente inquebrantables, lo que nos dificulta alzar
la vista y ver más allá. Estas son difíciles de derrumbar, están muy arraigadas y
crecen por momentos gracias a las reafirmaciones que buscamos en los estímulos
externos.
No sé si a estas alturas ya sabrás de lo que hablo. En Psicología, estos muros
se llaman sesgos cognitivos y la lista es casi interminable.
Nuestras emociones nos bombardean sin cesar, influyendo en los procesos
mentales y en las decisiones que tomamos a cada momento. Y el patrón más
repetido en los seres humanos es la búsqueda de placer y la evasión del dolor.
Es tan repetido, normalizado y rápido que ni si quiera lo sabemos. El cerebro no
entiende la palabra “largo plazo”, él quiere la recompensa YA. De esta manera,
podrá iniciar la segregación de hormonas encargadas del circuito de recompensa.
Damos por supuesto que estamos viendo la realidad, cuando la situación a la que
nos enfrentamos gira alrededor de ese deseo. Si nos provoca dolor, es malo; si
libera tensión, bueno. Los sesgos operan en todos, nadie se libra de ellos.
Todo el mundo desea que un “experto” confirme la validez de su realidad,
sus suposiciones o sus ideas, y este sesgo es el encargado de ello, aún si no es
acertado. Para convencernos de que llegamos racionalmente a una idea, busca-
mos esa “evidencia” a menudo sin darnos cuenta, por lo que tendemos a buscar
información o preguntar a personas que confirmen lo que ya pensamos. Y cuanta
más confirmación encontramos al respecto, más en consideración nos lo toma-
mos, y más nos lo creemos.

39
La vida de ello Un viaje que te enseñará los recursos psicológicos del bienestar emocional

Aunque nos gusta imaginar que nuestras opiniones son racionales, lógicas y
objetivas, lo cierto es que muchas de nuestras ideas a menudo se basan en el hecho
de que prestamos atención de forma selectiva a la información que verdaderamente
defiende lo que pensamos, a la vez que ignoramos inconscientemente aquella
parte de la información que no comulga con nosotros. Lo que es lo mismo:
vemos lo que queremos ver y oímos lo que queremos oír.

Este sesgo tiene un nombre, y es, de hecho, uno de los más conocidos:
sesgo de confirmación.

Esta pequeña viñeta nos pone un ejemplo muy claro.

40
La vida de ello Un viaje que te enseñará los recursos psicológicos del bienestar emocional

En este capítulo vamos a abordar cinco sesgos más, los que considero relevantes
a la hora de tener en cuenta cualquier toma de decisiones que hagamos.
Y tomamos decisiones constantemente.

Sesgo de autoridad
Nos aferramos a una idea, no por la idea en sí misma, si no porque la persona
de la que proviene consideramos en cierto modo con poder. Confiamos en ella
y estamos influenciados por su pensamiento, por lo que nos convencen absolu-
tamente sus afirmaciones.

“¿Cómo podría no ser cierta esta afirmación si lo dice el médico de cabecera?”

41
La vida de ello Un viaje que te enseñará los recursos psicológicos del bienestar emocional

Sesgo de apariencia
o el “efecto halo”

Todas las personas que nos rodean pasan a través de las gafas de nuestra reali-
dad. Si apreciamos ciertas cualidades o aptitudes en alguien, resulta más fácil
deducir que son dignos de nuestra confianza, aún cuando lo que dicen no es
cierto. Del modo contrario, cuando vemos en una persona ciertas cualidades
negativas o defectos (torpeza social, vergüenza al hablar) no nos tomamos tan
en serio lo que dice, desacreditando por completo sus palabras sin otorgar el
beneficio de la duda.

Efecto Spotlight

Se trata de un sesgo atencional que nos lleva a pensar que todas las personas viven
obsesionadas con fijarse en nosotros. En cierto modo, nos sentimos importan-
tes y el centro de atención, lo que provoca una sobreestimación de la conducta
propia por encima de el resto del mundo, que va a juzgarlo. Generalmente se
refiere a elementos negativos, como haber realizado mal una acción, tomar una
mala decisión o llevar una mancha en la camiseta.
Muchas veces este sesgo no nos permite tomar acción en algo que llevamos
pensando un tiempo por miedo a la reacción del resto o a equivocarnos, cuando
si nos ponemos a pensarlo con profundidad, podríamos darnos cuenta de que
quizá estemos exagerando la atención que vamos a recibir de los demás.
Ocurre mucho con la era de las redes sociales y la sobreexposición. Tendemos
a inclinarnos hacia el pensamiento de que la gente está más pendiente de nosotros
de lo que realmente está.

42
La vida de ello Un viaje que te enseñará los recursos psicológicos del bienestar emocional

Efecto Dunning-Kruger

Este sesgo podría resumirse perfectamente en la frase de “cuanto menos sabe-


mos, más creemos saber”. Las personas con menos conocimientos o habilidades,
a menudo tienden a sobreestimar esos mismos conocimientos y habilidades
sobre un tema en concreto, como resultado, suelen convertirse en alguien que
habla sin cesar, que tiende a escuchar poco y cierra la puerta a la posibilidad de
seguir aprendiendo.
El problema es que las víctimas de este efecto no se limitan a dar una opinión
ni a sugerir de una manera objetiva, sino que tratan de imponer sus ideas como
verdades absolutas.

Falacia del costo hundido


o aumento del compromiso

Este fallo de razonamiento es más común de lo que nos imaginamos, y nos


lleva a mantenernos abrazados a proyectos fallidos con poca salida. La conver-
gencia entre su frecuencia y su potencial perjuicio hacen de un objeto de gran
interés para la psicología, la lógica y la economía. Aunque nos empeñemos en
creer lo contrario, a veces nuestras decisiones distan de ser racionales.
Se entiende como costo hundido toda aquella inversión que resulta irre-
cuperable o con un bajo beneficio. Se incluye dentro de este concepto todo
esfuerzo relevante del pasado para el que sea diluido cualquier expectativa de
amortiguación o compensación. El aprecio que se tiene por aquello en lo que se
invirtió, ya sea un proyecto laboral, una relación de pareja, o cualquier aspecto
percibido como una necesidad básica, es directamente proporcional a la canti-
dad de esfuerzo personal que en términos de apego emocional o de expectativas
ha precisado.

43
La vida de ello Un viaje que te enseñará los recursos psicológicos del bienestar emocional

Cuanto mayor apego se tiene por esa cosa, más difícil resulta
desprendernos de ella o abandonar los esfuerzos por mantenerla
a flote a pesar de que ya no resulte rentable.

Este sesgo es el culpable de que muchas veces no podamos continuar avanzando


en nuestra vida debido a que “hemos invertido mucho tiempo como para dejarlo, o
tenemos mucho cariño a esa persona de la que ya no estamos enamorados, o hicimos
una inversión inicial y ahora abandonarlo sería perder ese dinero.”

44
La vida de ello Un viaje que te enseñará los recursos psicológicos del bienestar emocional

Como he dicho al principio, existen muchos más sesgos. Conocerlos y ser cons-
cientes de su existencia está bien, a pesar de que no hay que estancarse en
aprendérselos de memoria, lo más importante es ser conscientes de su exis-
tencia para detectarlos.

Todos, absolutamente todos, estamos sesgados. Los libros que leemos, las
personas a las que admiramos, nuestra época, la educación recibida, la familia
en la que nacemos. Está bien que así sea, no debemos rechazarlo ni sentir la
necesidad de estar continuamente vigilando. Las mejores armas para no dejar-
nos arrastrar como la corriente de un río por estos muros son dos: desarrollar
nuestro pensamiento crítico y nuestra humildad.

Muchos de nuestros juicios, tal y como dice la enseñanza estoica, principal-


mente aquellos que tienen un componente de evaluación, despiertan en noso-
tros un impulso interno, un movimiento en nuestras emociones que se dirige
hacia lo que se juzga, bueno o valioso, malo o rechazable. Este es el principio de
un mecanismo que continuamente ponemos en marcha en nuestro día a día: la
toma de decisiones. Éste impulso, denominado Hormé en las fuentes griegas, e
ímpetus en las latinas, es uno de los principales responsables de la distorsión de
la realidad y del sufrimiento humano.
Como bien sostiene Séneca, si representamos algo como puramente
correcto, bueno o deseable, así como de incorrecto, malo o rechazable, se esti-
mula este impulso, que es el asentimiento a la representación, esto es el juicio,
lo que lo fortalece y alimenta.

“Pues todo ser vivo es de ese natural: rehuir y apartarse


de lo que le parece perjudicial y sus causas, e ir en busca
de los beneficioso y sus causas y admirarlo.”
- Epicteto, Manual de vida -

45
La vida de ello Un viaje que te enseñará los recursos psicológicos del bienestar emocional

En los animales es sencillo, es una tendencia básica que los conduce a con-
servar y a perfeccionar su ser. En cambio, en el ser humano, buena parte de
este impulso está determinado por nuestras emociones (el ser humano es más
emocional que racional) y encauzado por nuestra razón y nuestros juicios, así
como por el uso que hacemos de nuestras representaciones.
Según las enseñanzas estoicas, cuando el impulso básico se encauza a través
de juicios errados, es decir, estos muros autoimpuestas de los que hablamos
hace un momento, se originan falsas representaciones que nos hacemos de las
cosas, y estos impulsos se tornan irracionales e inarmónicos, dando lugar a lo
que ellos consideraban las pasiones.

Según los estoicos,


Pathos = pasión = perturbación del alma.

Todos nuestros juicios evaluativos, en efecto, van acompañados de un


impulso, es decir, de cierta emoción y de su correspondiente movimiento de
deseo o rechazo. Si tu juicio es errado, el impulso te trastorna. Así, continuamos
mencionando a Séneca, quien indica que la ira no surge de la representación de
un mal daño o de la injuria, sino del consentimiento de la mente que permite
dicha representación. Es decir, la ira solo se apodera de nosotros, si en nuestra
mente la ira tiene poder.

Si evaluamos un comentario, un gesto, o una acción como buena o mala,


automáticamente deberemos enfadarnos si esta resulta ser mala, sin premeditar
demasiado si podemos evitarlo y conseguir otra solución.

Diremos pues:
–¡Me ha hablado mal!, es normal que me enfade y le conteste peor.

46
La vida de ello Un viaje que te enseñará los recursos psicológicos del bienestar emocional

Nos dejaremos llevar por la ira, justificando nuestras acciones solo porque otros
lo hicieron. La analogía que existe entre la pasión emocional y la enfermedad,
tiene un origen socrático - platónico, y es constante en el pensamiento estoico,
porque denominaban a las pasiones las enfermedades del alma, el equivalente
emocional de las dolencias de nuestro cuerpo.
La tarea de la filosofía, es sanar la mente enferma, de ahí las múltiples seme-
janzas y aprendizajes que podemos extraer de ella en la psicología moderna.
Como afirman las contemporáneas terapias cognitivas, algunas de ellas inspiradas
abiertamente en la filosofía estoica, pensamiento, emoción y conducta constitu-
yen un trío indisoluble. A su vez, el factor creativo por excelencia de este trío es
el pensamiento.
La mera fuerza de voluntad no basta para notificar nuestros patrones pro-
blemáticos, porque no es posible eliminar los síntomas sin abordar y comprender
sus causas. Cuando pretendemos controlar nuestras emociones y conductas
directamente, sin cuestionar los errores cognitivos en ellas, incurrimos en la
represión y en la hipocresía, pues nuestra conducta “correcta” no es el reflejo
de nuestro nivel de conciencia real sobre la situación. Además, puede llevarnos
a sentimientos como el desaliento o la frustración, pues a pesar de poner todo
el empeño, no conseguimos cambiar. Por esto, cuando advertimos que detrás de
esos patrones hay ignorancia, error, y en consecuencia, nos centramos en tomar
conciencia de ideas limitadas, nuestras respuestas acciones y emociones, se tornan
de manera natural en armónicas.

Si aportamos luz de consciencia plena de su falsedad, podremos


empezar a comprender su causa, y eliminar los síntomas.

Esto sería un gesto de amor y compasión hacia nosotros mismos, auto-validarnos.


La validación emocional forma parte de un proceso que, aun pudiendo parecer
sencillo, para nada resulta así. Se trata de aceptar y dar por válido lo que estamos
experimentando en forma de sentimiento, la manera que tiene de representarse
el mismo en nuestro cuerpo afectando a nuestro estado anímico, a nuestra expe-
riencia corporal y cognitiva.

47
La vida de ello Un viaje que te enseñará los recursos psicológicos del bienestar emocional

La necesidad de que se produzca una validación emocional se evapora ante la


necesidad de juzgar, opinar o protegernos de una situación desconocida o ame-
nazante, y esto obstaculiza la construcción de puentes de resiliencia.
Para la filosofía estoica, las enseñanzas filosóficas sanaban el ánimo, por lo
que la vida del sabio constituya el paradigma de la salud del alma. En el sabio,
prevalecen la apatheia, que nada tiene que ver con la apatía que hoy en día
conocemos. Este término lo denominaban los estoicos, para aquella persona
que carece de pasiones o perturbaciones anímicas.

Y la ataraxia, la serenidad y tranquilidad del ánimo.

Como mencionaba, estos conceptos que trato de mantener siempre en mente,


y que Ello se encarga de recordarme que es a lo que debo aspirar en todas mis
decisiones, nada tiene que ver con la carencia de afectos o la ausencia de emo-
ciones. Por el contrario, solo hace referencia a la ausencia de sufrimiento inne-
cesario, porque éste es un signo de máxima fuerza interior.
De hecho, esta rama filosófica tan mencionada en este libro, el estoicismo,
habla de eupátheia para referirse a una vida afectiva sabia: en esta vida predo-
minan estados afectivos buenos, armónicos y sentimientos no distorsionados
por ideas confusas o inadecuadas, acordes a la naturaleza de las cosas.

¡Los estoicos entendieron que


somos seres emocionales que
a menudo sufrimos más de la
cuenta, antes de la cuenta!

48
La vida de ello Un viaje que te enseñará los recursos psicológicos del bienestar emocional

Una vida afectiva sabia, es una vida que abraza el amor y a la amistad como
parte de ella y muy importante, pero no hay espacio para el apego inseguro,
para la necesidad de control o para la envidia.

Entiende que la máxima aspiración de amor, es compartir


tu vida sin volcar tus responsabilidades a las espaldas de otros,
ni viceversa.

49
La vida de ello Un viaje que te enseñará los recursos psicológicos del bienestar emocional

SIGUIENTE NIVEL

mens sana in...

El otro día, una buena amiga mía me enviaba un vídeo de una famosa canción
en la que salían niños Africanos bailando en una calle con piedras descalzos.
Sus movimientos eran rítmicos e iban los tres al unísono. Fluyendo, moviendo
manos y pies muy rápido, con la cadera disociada y una sonrisa. Era complicado
hasta de imitar a cámara lenta.
Dudo que ninguno de los tres llegara a superar los 8 años de edad. Estaban en
una aldea aparentemente empobrecida y con bajos recursos. Las casas estaban
hechas de arcilla, palos de madera y algunas telas.
De pronto me acordé de mis primos. O de los niños que veo paseando por
la calle. De mis antiguos compañeros de colegio. O de mí misma un poco más
mayor que aquellos tres niños que salían en el vídeo.
Movimientos mucho más torpes, manos y pies débiles, articulaciones frágiles.
Imposible que ninguno de nosotros pudiera bailar o seguir el ritmo de la música.
Por no hablar de las tasas de obesidad infantil que ahora mismo se manejan en
España. Más torpeza aún.
No estoy echando la responsabilidad a nadie en concreto.
La responsabilidad no la tiene el chaval de 7 años, o la familia que se empeña
en sobreproteger a ese niño de que no se caiga, no haga deporte, no vaya a clase
sin desayunar o lleve meriendas azucaradas.
Perdemos nuestra creatividad, nuestro movimiento. Olvidamos cómo se
gatea, nos adoctrinamos a rangos rígidos y ponemos “todo bajo control”.
Nunca ha sido más fácil disponer de comida, solo tienes que abrir la nevera
de casa. O entretenerte una tarde entera, solo tienes que encender el ordenador.
Nunca ha sido más fácil imaginar, solo tienes que poner una película.
La vida de ello Un viaje que te enseñará los recursos psicológicos del bienestar emocional

Mermamos desde bien pequeños nuestras habilidades. Nuestra capacidad


de expresión. Y llegamos siendo adultos diciendo “yo es que no puedo hacer
eso”. Dibujar, practicar una modalidad deportiva muy diferente que requiera de
coordinación y fuerza, cantar. Ser creativos, graciosos, buenos oradores.

No somos inamovibles. Podemos cambiar, en todo aquello que nos propon-


gamos. Ampliar nuestra perspectiva es cambiar nuestra realidad, y el primer
paso para hacerlo está más cerca de lo que te imaginas.

No te creas todo lo que dices.


No te creas todo lo que ves.
No te creas todo lo que piensas.
Y, desde luego, no te creas todo lo que te cuentan.

¿Entonces tengo que andar todo el día dudando de todo?

Algo así. No propongo que vayas por la vida a la defensiva, asomando los
dientes con cualquier persona que quiera hablarte, incluido tú. Propongo que
sepas leer entre líneas, y que no te quedes solo con la punta del iceberg.

Las personas más inteligentes se


cuidan y están en movimiento.

Se cuidan. Entrenan. Conciben el alimento como un fin en sí mismo, ali-


mentan su plano más físico. No estoy hablando de dejar en manos de nuestro
cuerpo el peso de la autoestima y la seguridad en uno mismo.
Tampoco digo que las personas que se cuidan sean superiores moralmente
a quienes no lo hacen. Lo que sí estoy diciendo es que, en un cuerpo sano, es
más fácil regar una mente calmada, serena y feliz.

51
La vida de ello Un viaje que te enseñará los recursos psicológicos del bienestar emocional

Si mal cuidamos nuestros hábitos, si nos acomodamos, si descuidamos


nuestra salud más física, si nos volvemos sedentarios y nos acostumbramos a
comer rápido y mal, tu salud mental estará en juego.
En este camino de auto descuido absoluto es muy difícil ser feliz. Y lo sé
porque he estado ahí. Seguramente tú también. Es, por desgracia, donde se
encuentra la mayor parte de la población mundial.
Estancados en sus cuerpos, bloqueados en sus cabeza. Viviendo desde la
crítica y la aversión, porque una vez entras en ese bucle se sienten atrapados.
Esperando a que la motivación llegue a sus vidas, sin darse cuenta de que hay un
factor mucho más importante, encontrar reforzar esos motivos que te conducen
a la acción. Motiv-ación.

Hubo un tiempo,
durante la antigua Grecia,
donde los médicos y filósofos
explicaban el cuerpo humano
haciendo referencia a los
cuatro humores.

Ellos decían, que cada mal de la salud, se podía catalogar como un exceso o
una deficiencia de uno de los cuatro humores físicos existentes: la bilis negra,
la bilis amarilla, la flema y la sangre. Durante la época romana, estos cuatro
conceptos evolucionaron hasta corresponderse con cuatro tipos de tempera-
mento. Se decía, que si una persona era más propensa a enfadarse, significaba
que tenía un humor colérico, debido a tener mucha bilis amarilla.

52
La vida de ello Un viaje que te enseñará los recursos psicológicos del bienestar emocional

La palabra melancolía, por el contrario, significa literalmente que la per-


sona tiene mucha bilis negra, ya que a pesar de que nos llega del latín, procede
del griego antiguo, y de las palabras melas y kholé, que significan literalmente
esto. A pesar de a día de hoy ser un sistema ridículamente poco evidenciado,
era en un aspecto algo “avanzado”, ya que se entendía que no había una división
puramente entre salud física y mental: había algo más.
Fue Descartes en gran medida el precursor y responsable de hacer esta dis-
tinción, ya que, según él, la mente y el cuerpo eran dos cosas distintas por com-
pleto. En 1640 dijo que el cuerpo trabajaba como una máquina no pensante, y
que la mente no es material. Esta idea fue un éxito y aún sigue teniendo impacto
en la sociedad. Sin embargo, he de decirte que esta división tiene poco sentido.
La salud mental está directamente relacionada con el cuerpo entero. Y el
cuerpo entero está directamente relacionado con la salud mental. Son uno, y
están entrelazados, como un conjunto de hilos que bordan un tapiz. Si tiras de
uno de los hilos, se deshace. Se sabe que el ejercicio físico ejerce una influen-
cia positiva en todo tipo de problemas mentales, y que las enfermedades físicas
también repercuten en la mente.

No existe ninguna diferencia.


Somos mentales. Somos físicos.
No somos acciones separadas.
Lo somos todo a la vez.

53
La vida de ello Un viaje que te enseñará los recursos psicológicos del bienestar emocional

En una mente desequilibrada, nunca vivirá un cuerpo equilibrado. Nuestra


salud mental está en juego. Una malnutrición (y no hablo de malnutrición como
un déficit de calorías, sino como un déficit de nutrientes) está asociado a mayor
riesgo de padecer depresión. Tu cuerpo es el reflejo de cómo tratas a tu cabeza,
de cómo te hablas, de cómo te nutres y de cómo te mueves.

Aprender a disfrutar de estos


procesos desde el amor
y el desapego (no desde el odio
ni la necesidad) es básico
para pensar con racionalidad
y tomar buenas decisiones.

Está más que demostrado la conexión que existe entre nuestro intestino y
nuestro cerebro. De hecho, durante las últimas décadas el eje cerebro-intestino
es el protagonista de numerosas investigaciones en el ámbito de la neurocien-
cia, demostrándose en diferentes ocasiones que nuestra conducta, nuestros
pensamientos y nuestro bienestar no se reducen a un plano mental: la salud
intestinal y las bacterias que lo componen (microbiota) tienen uno de los pape-
les principales de la obra.
La relación de los microorganismos del intestino con nuestro cerebro y nuestro
sistema inmune juega un papel clave en nuestro estado anímico, nuestra memo-
ria, nuestra salud emocional, el comportamiento y nuestra salud hormonal.

54
La vida de ello Un viaje que te enseñará los recursos psicológicos del bienestar emocional

Este diálogo entre la microbiota, el sistema inmune y el sistema nervioso


puede mantenerse armónico o perderse por completo según nuestros hábitos
de vida afectando al equilibrio global de nuestras decisiones y acciones.
Antes de la revolución cognitiva no se estudiaban las emociones en el campo
de la Psicología porque se les consideraba algo subjetivo, personal, visceral,
interior, no mensurable (poco científico) y que además “molestaba” para una
correcta cuantificación de la conducta. Sin embargo, hoy sabemos que los pro-
blemas emocionales se traducen en problemas conductuales y psicosociales.
Recientemente, se ha descifrado el genoma de la microbiota intestinal (micro-
bioma), varios trillones de microorganismos que viven con nosotros y que pue-
blan de forma simbiótica el sistema nervioso entérico, formado por unos 100
millones de neuronas (fundamentalmente serotoninérgicas) que se comunican
por varias vías con el encéfalo.
Estos nuevos descubrimientos van desvelando un fuerte vínculo entre ambos
y las emociones a través de comunicación neural (gracias al nervio vago), inmu-
nológica y endocrina.
Todos los días vemos personas que sufren patologías intestinales que norma-
lizamos. Hinchazón, gases, estreñimiento o colon irritable, y al mismo tiempo
padecen dolores crónicos, cansancio generalizado y migrañas. También esta-
mos normalizando a chicas con irregularidad menstrual o exceso de dolor, al
mismo tiempo que sufren ansiedad, nerviosismo, problemas de bello y acné o
alergias. La solución más utilizada en cualquiera de estos casos, se reduce a una
(o muchas) pastillas.
El abordaje de estos comportamientos debe ser integrativo. Hay, desde
luego, muchas cosas que cambiar. Desde la raíz. Estamos mal acostumbrados.
Tenemos una concepción equivocada de qué es la comida y para qué sirve. Lo
vemos como un premio. O el deporte, como una obligación, y no como una
forma de vida. Las migrañas son el pan de cada día, y el hinchazón de después
de comer es algo habitual. Cansancio generalizado. Cada vez necesitamos des-
cansar más y más jóvenes. La llegada de la menstruación se parece más a una
lotería en la que el premio va acompañado de mucho dolor. Normalizamos vivir
con cortisol. Estar siempre disponibles para todos, en cualquier momento, en
todos los momentos.

55
La vida de ello Un viaje que te enseñará los recursos psicológicos del bienestar emocional

Nos vamos a dormir con ese estado y desde primera hora de la mañana
nos levantamos igual. Y por no hablar del sedentarismo. No sabemos vivir sin
coche. No concebimos hacer la compra en mercados locales cerca de casa a los
que vayamos caminando. En la mayoría de los casos, vamos tan hasta arriba que
nos cuesta sacar tiempo para esto. En la actualidad, son muchos los trabajado-
res y trabajadoras que pasan largos periodos de su jornada en posición sentada.
Según resultados de diferentes encuestas en el Informe Nacional de
Condiciones de Trabajo en 2018, más de un 70% trabaja sentado o levantán-
dose poco. Una comparación con los resultados de la misma encuesta en 1997,
muestra que el porcentaje de personas que trabajan sentadas sin levantarse
“casi nunca” se ha ido incrementando a más del triple. Tratamos de compensar
esa falta de movimiento, acudiendo como mucho, entre una hora o una hora y
media al gimnasio.

Nos obligamos a movernos, algo


que debería ser natural por sí.

Nos pasamos más de ocho horas sentados en el trabajo, sin exposición a la luz
solar, moviéndonos en transporte público o en coche la mayoría de nosotros, y
después, con suerte, vamos a hacer algo de ejercicio.
Estamos encarcelados en nuestra propia libertad, atrapados bajo la circuns-
tancia, limitados por no saber la verdadera capacidad y poder que tenemos en
nuestro cuerpo. Los cambios pueden ser abismales entre una persona que pasa
de no moverse o moverse muy poco, a comenzar a practicar deporte al aire
libre. No solo salir a correr, sino trabajar sus habilidades. Su fuerza.
La fuerza que tiene en su agarre, la fuerza en sus empujes de carga, en sus trac-
ciones, o la cantidad de peso que es capaz de soportar correctamente mientras
camina erguido. Cuando comenzamos a hacer deporte, muchos de nosotros lo

56
La vida de ello Un viaje que te enseñará los recursos psicológicos del bienestar emocional

hacemos saliendo a correr, con el fin de bajar de peso, pero esto nunca debe ser
la única práctica deportiva que realizamos.
En un mundo donde sobrevivir está regalado, donde no tenemos que ir a
cazar, ni tenemos que escapar de ningún animal que quiera devorarnos. En
un mundo donde no tenemos que construir nuestras propias casas, donde nos
pasamos más de la mitad del día sentados o tumbados, donde tener hambre se
resuelve de una manera tan sencilla como abrir la nevera. En este mundo, sin
duda, tenemos que buscar nosotros la manera de fortalecernos, porque cada día
tenemos las cosas más y más fáciles para permanecer adormilados y cómodos.

Voy a dividir este plano más físico del ser humano en tres grandes bloques,
Propondré algunos ejercicios prácticos para comenzar en cada uno de ellos.

Es algo que he ido aprendiendo durante estos años y que, sin duda,
han cambiado mi vida, mi mente y mi personalidad, y te garantizo que,
si lo pones en práctica, también cambiará la tuya.

57
La vida de ello Un viaje que te enseñará los recursos psicológicos del bienestar emocional

Movimiento primitivo

1. CAMINA MÁS TIEMPO SIN CALZADO

Desde nuestras articulaciones más bajas, el peso del


paso de los años y los malos hábitos van atrofiando nues-
tros pies. La pisada es una de las grandes responsables
de dolores en nuestro cuerpo, y nosotros empeñados en
comprarnos calzados cada vez más estrechos que des-
formen nuestra planta y cada vez más rígidos para que
no nos permitan crecer con libertad.
En 1905, el doctor Phillip Hoffman publicó un estu-
dio que comparaba los pies de personas pertenecientes
a poblaciones indígenas, que nunca habían usado cal-
zado, con pies de individuos de Occidente que llevaban
calzado cotidiano desde niños. Comprobó que los zapa-
tos modernos deforman nuestros pies y los debilitan.
Trata gradualmente de pasar el mayor tiempo posible
descalzo, y acostúmbrate a usar zapato de horna ancha o
minimalista. Dejemos respirar y crecer a nuestros pies.

58
La vida de ello Un viaje que te enseñará los recursos psicológicos del bienestar emocional

2. CUÉLGATE

Debería ser requisito imprescindible tener cada día


algún soporte para colgarnos. No solo para mejorar la
fuerza de nuestro agarre, de la que hablaré a continua-
ción, también para “descomprimir” nuestra columna.
Como he mencionado con anterioridad, nos pasamos
el día entero sentados, tumbados o con una postura
encorvada, cifótica.
Colgarse entre 3 - 7 min al día (con ambas manos,
ojos cerrados mientras respiramos) es más que sufi-
ciente y ha demostrado grandes beneficios. Podemos
hacer intervalos desde 15 segundos hasta 1 minuto, y
así ir completando la totalidad del tiempo.

3. PRIMERA OPCIÓN: IR ANDANDO

Déjate de coche, de autobús o de transporte público,


¿vives en un piso con ascensor? No lo cojas. Aléjate de
las escaleras mecánicas. A partir de este momento tienes
un compromiso personal. Parecerá una tontería a corto
plazo, pero, ¿sabes cuáles pueden ser los beneficios de
toda una vida en movimiento?
Trata de ir a la compra local más a menudo.
Ahorrar tiempo puede hacer que también ahorremos
en vida. Nos acostumbramos a hacer la súper compra
semanal con el maletero hasta arriba, pero, ¿y si aprove-
chamos tener que comer como un grato paseo?

59
La vida de ello Un viaje que te enseñará los recursos psicológicos del bienestar emocional

Y mejor aún, si ya haces esto, aumenta la velocidad


de tu marcha. Uno de los biomarcadores relacionados
con la longevidad es este. En la acción de caminar inter-
vienen numerosos sistemas como el corazón, los pul-
mones, el sistema circulatorio, el sistema nervioso y el
musculoesquelético.

4. TRABAJA LA FUERZA DE TU AGARRE, TU HAND GRIP

Si ya eres una persona que practica deporte habitual-


mente, quizá alguna modalidad concreta, dedica tiempo
a fortalecer tus manos, dedos, muñecas y antebrazos.
Durante miles de años nos sirvieron para colgarnos, tre-
par, cosechar, plantar, recoger e incluso andar. Las manos
están hechas para cargar mucho peso. No las acomodes.
Hay muchos estudios que correlacionan una mayor
fuerza de agarre con una mayor longevidad.
Trabajar ejercicios de fuerza con barras y pesos,
colgarnos de anillas y aprender a trabajar con nuestro
cuerpo, o multitud de situaciones en nuestra vida diaria
que pueden ayudarnos mediante pequeñas acciones a
tener un buen estrechón de manos.

5. EQUILIBRIO

Ciertas culturas, como la cultura Oriental, les dan


mucha importancia al sentido del equilibrio. Te sorpren-
derías del control corporal que se puede llegar a alcanzar

60
La vida de ello Un viaje que te enseñará los recursos psicológicos del bienestar emocional

priorizando trabajos unilaterales, caminando sobre líneas


del suelo para más adelante caminar sobre alturas o
entrenar posiciones desconocidas para nosotros (como
el hecho de estar boca-acabajo practicando el pino
o handstand). Mantenernos de puntillas con los ojos
cerrados es, para muchas personas, tarea imposible,
aún teniendo todas sus capacidades motoras íntegras.

6. BAILA EN MOVIMIENTO

Cada día. Elige una canción que sea inspiradora


para ti (o hazlo sin música) y fluye. El movimiento salva
almas. Te lo juro. Salvó la mía encarcelada en la caja
torácica que recubre mi corazón. Late con fuerza y Ello
sonríe dentro de mí cuando bailo.
No te propongo que sigas una coreografía. Tan solo
que movilices tu espina. Arrástrate como cuando eras
un/a niño/a. Juega. Levanta los brazos y cierra los ojos,
entrena tu ligereza, siéntete como una pluma llevada por
el aire. Exprésate con tu cuerpo. Dibuja el movimiento.
Puedes incorporar algunos elementos como el palo de
una fregona que te permita movilizar tus hombros o
pelotas para fortalecer tu coordinación y agilidad.

Antes de pasar al siguiente punto, recuerda:

“Todo lo que no mejora,


empeora”.

61
La vida de ello Un viaje que te enseñará los recursos psicológicos del bienestar emocional

Sustento inteligente

“Que el alimento sea tu medicina


y tu medicina sea tu alimento”.
– Hipócrates -

Aléjate de los dogmas. No hay una dieta mejor que otra, y discutir acerca
de si un alimento “es o no apto” es una mera distracción. Los alimentos son
nutrientes, y la pregunta que deberíamos hacernos debería ir más enfocada a,
¿cómo responde mi cuerpo ante estos nutrientes?
No existe una dieta universal óptima para todo el mundo, sin embargo, si
existen algunas recomendaciones a tener en cuenta que debemos valorar a la
hora de escoger.

1. NO VUELVAS A TEMER A LAS GRASAS SALUDABLES

Sin entrar en demasiados detalles, las grasas son, desde un punto de vista
bioquímico, moléculas orgánicas pertenecientes al grupo de los lípidos, y están
formadas por ácidos grasos unidos a glicerina. Dependiendo del tipo de ácidos
grasos que las conformen, podemos distinguir las insaturadas y las saturadas.
Durante muchísimos años se temieron a las grasas, a todas ellas, metiéndolas
en el mismos saco de que aumentaban nuestro colesterol, nos hacían engordar
y ponían en peligro nuestra salud. Hoy en día está más que demostrado que las
grasas saludables están altamente relacionadas con una mayor calidad y lon-
gevidad de vida, además de que potencian nuestro sistema inmunológico, son

62
La vida de ello Un viaje que te enseñará los recursos psicológicos del bienestar emocional

fuente importante de síntesis de hormonas, intervienen en todo nuestro equili-


brio mental, protegen nuestros huesos, cuidan la salud del hígado y el intestino.
Incorporar grasas de calidad en tu dieta, (y en cada comida), hará sin duda que
estés más feliz. Toma huevos y pescado de agua fría (si no tienes ningún tipo de
contraindicación al respecto), aguacate, aceite de oliva, aceitunas, semillas de
lino, frutos secos y lácteos enteros (curados mejor), entre otros. Son excelentes
fuentes de proteína y de grasa, además de Omega 3.

2. INCORPORA HOJA VERDE A TUS PLATOS

Y, si ya lo haces, puedes tomar más. Son una excelente fuente de fibra,


con una densidad nutricional elevada, un aporte bajo en calorías, y beneficios
derivados de los fitoquímicos que contienen, que ofrecen un rol protector ante
muchas de las enfermedades modernas. Acelgas, puerro, alcachofas, berenje-
nas, brócoli, canónigos, cebollino, champiñones, espárragos, espinacas, col,
son algunos de los ejemplos de las verduras que deberían acompañar todas tus
comidas.

3. CUIDA TU MICROBIOTA

Debemos prestar atención al impacto de los alimentos en nuestro intestino,


que ha hecho que los trastornos digestivos sean ya uno de los problemas de salud
más comunes. Trastornos como reflujo, distensión abdominal, disbiosis, SIBO y
síndrome de colon irritable son frecuentes. Los fármacos orientados a tratar estos
problemas son de los más vendidos, pero simplemente enmascaran los sínto-
mas, no resuelven el problema de raíz. La salud de nuestro intestino afecta direc-
tamente a nuestro estado de ánimo, la regularidad de nuestras bacterias es un
asunto muy importante. Las bacterias en tu sistema digestivo pesan una media de
2 kilos, y superan en número a tus propias células por 10. Es decir, más que un indi-
viduo, somos un ecosistema, o como dicen los científicos, un superorganismo.

63
La vida de ello Un viaje que te enseñará los recursos psicológicos del bienestar emocional

Hipócrates, considerado el padre de la medicina moderna, decía que todas las


enfermedades comenzaban en el intestino, y en parte, no estaba muy equivocado.
Muchos hábitos de la vida moderna contribuyen al daño de la barrera intestinal.
La alimentación, los alimentos proinflamatorios como azúcares, harinas refi-
nadas y aceites vegetales o la proteína gliadina, que forma parte del gluten en
varios cereales. El estrés crónico y mantenido en el tiempo es también uno de
los principales enemigos de nuestra permeabilidad intestinal. Muchas enfer-
medades autoinmunes se disparan después de períodos importantes de estrés.
El abuso de fármacos (no solo los antibióticos) el consumo cotidiano de aspiri-
nas y paracetamol. Son factores a los que debemos dar máxima prioridad para
encontrar ese equilibrio y bienestar en el que nos sentimos bien.

4. HAMBRE EMOCIONAL

Por mucho que tratemos de pensar que somos seres puramente raciona-
les, no es cierto. Somos emocionales. Esto no quiere decir que no podamos
“domar” en cierta manera nuestras emociones. Tan solo que siempre estarán
ahí, y nos condicionan la mayor parte del tiempo. Cualquier psicólogo o per-
sona que se interese un poco por la conducta humana, sabe esto. Mediante el
marketing, a menudo se utilizan estrategias de venta para hacernos comprar
desde la emoción.
¿Crees que las grandes industrias de alimentación no lo hacen? Con sus
envoltorios, sus sabores hiperpalatables, sus propuestas de ser el alimento que
te cambiará la vida o el snack perfecto para ti. No es casualidad que todos noso-
tros hayamos, por lo menos alguna vez en nuestras vidas, recurrido a la comida
como un premio o una vía de escape. A veces, este problema nos acompaña
durante largos periodos de tiempo que nos nublan la razón y nos conducen a un
círculo vicioso de castigo-premio, recompensa-desprecio del que no sabemos
salir. Nuestro cuerpo nos habla constantemente. Y mediante el entrenamiento
(no solo hablo del plano físico), el autoconocimiento y la consciencia de uno
mismo aprenderemos a diferenciar quién llama a la puerta: el hambre real y
adaptativo o el hambre emocional.

64
La vida de ello Un viaje que te enseñará los recursos psicológicos del bienestar emocional

La facultad última de la excelencia

¿Cómo has encontrado las mejores oportunidades de trabajo?

¿Cómo conociste a personas a las que admiras que te inspiran a ser mejor?

¿Cómo aprendiste a dominar una nueva modalidad deportiva, a tocar


un nuevo instrumento, a desarrollar determinada habilidad?

¿Cómo has tomado las decisiones más valientes de tu vida?

No lo sé.
No sé en qué situación te encontrarías, pero lo que sí puedo
decirte es que lo hiciste en movimiento.

Sí, mientras te movías. Estoy segura de que ninguna de esas causa-lidades


ocurrió por casualidad mientras te tirabas en el sofá de casa viendo la prensa
rosa y comiendo patatas fritas.

Lo hicieron mientras estabas en movimiento.


No estoy hablando de movimiento únicamente en un plano físico.
Hablo de la capacidad de proactividad.

65
La vida de ello Un viaje que te enseñará los recursos psicológicos del bienestar emocional

La proactividad resulta una habilidad muy importante para cualquier persona.


Ser proactivo implica actuar de manera rápida y estratégica a la hora de mejorar
y desarrollar situaciones de una manera más efectiva. Es el término que define
aquellas personas que se mueven buscando siempre una mejora posible, en lugar
de quejarse o esperar sentados a que la solución caiga mágicamente del cielo.
Y el sentido de responsabilidad se desarrolla de una manera muy intere-
sante, ya que no se aprecian los problemas como cargas, solo como situaciones
a resolver y de las que tenemos que aprender a gestionar tanto la pasividad
como el estrés buscando siempre el mayor equilibrio.
Hablando en términos generales, no se nos potencia esta facultad desde
pequeños. Cada vez peor acostumbrados, más sobreprotegidos, sabiendo que
siempre tendremos a alguien que nos salve, enfadados con la vida cuando se
ponen las cosas complicadas.
La proactividad es escasa, por eso se valora tanto. Y cuando aparece alguien
que la posee, brilla. Destaca. Y paradójicamente encuentras más oportunidades
y menos excusas que el resto.
Aún recuerdo cuando antes de decidirme por elegir estudiar Psicología, las
personas de mi alrededor me decían que era una carrera sin muchas salidas.
Una carrera que me ataría el resto de mi vida a “soportar” los problemas de los
demás. Que sería mejor que eligiera una carrera que me pusiera las cosas más
fáciles para el mundo laboral.
Lo cierto es que en un primer momento me influían mucho a la hora de
pensar, y a menudo caía en la famosa parálisis por análisis porque tenía miedo
a que tuvieran razón.
Ahora he entendido que “tener o no razón” solo dependía de mí. Si les
hubiera hecho caso y me hubiera dejado llevar por ese miedo, habrían acabado
teniéndola. Ahora soy yo quien me demuestro, cada día, que era un error.
Este tipo de cambios en nuestra vida, pasar de generar movimiento cuando esta-
mos parados, no siempre tienen que ser por falta de inteligencia o de ganas, pueden
deberse a una serie de barreras mentales, miedos y errores que nos lo impiden.

66
La vida de ello Un viaje que te enseñará los recursos psicológicos del bienestar emocional

De hecho, puedo decir que conozco muy bien cuáles son esos obstáculos,
porque demasiadas veces he tenido que tropezarme con ellos (y sigo hacién-
dolo a día de hoy).
Para facilitarte la tarea y que no te los vayas encontrando por el camino de
la vida sin darte cuenta de cuáles son, he decidido hacer una breve recopilación
en este capítulo. Estas barreras mentales y errores, pueden estar a día de hoy
impidiéndote comenzar el movimiento de inercia, esa rueda que una vez que
se activa y tú estás dentro, no sabemos a dónde nos conducirá, lo único que nos
garantiza es que la probabilidad de encontrarnos con mayores y mejores opor-
tunidades será infinitamente mayor.
Hace apenas unas páginas, estuve hablando de los muros autoimpuestos, que
va muy en la línea con estas barreras mentales que tenemos a veces sobre noso-
tros mismos, nuestra situación o nuestro entorno. Esto supone un problema,
porque nos mantienen bloqueados y, en definitiva, nos impiden conseguir los
objetivos de arrancar, por lo que nos interesa eliminarlas por completo.

1. ”NO SÉ QUÉ ES LO QUE QUIERO.”

Cuántas veces no nos hemos sentido alejados de aquello que somos, por no
saber qué queremos. Miles de personas diariamente se hacen esta pregunta, ya
que saben que no están satisfechas con su vida actual, son conscientes de que
necesitan un cambio, hacer algo diferente, pero no saben el qué. Algunas de
ellas es porque no tienen ni idea de qué les llena o les hace felices, y otras porque
les gustan demasiadas cosas y no saben con cuál se sienten más identificados.
La educación recibida y la sociedad en general, también se ha encargado de
que esto nos ocurra. Parece que somos más merecedores cuanto más largo es
nuestro currículum, sin tener en cuenta cuáles son las competencias individuales
que una persona puede ofrecer. A menudo esto ha hecho que al no saber limitar
nuestra pasión a una carrera, un Máster, o una profesión delimitada, pensemos
que no sabemos lo que queremos, porque tampoco sabemos quiénes somos.

67
La vida de ello Un viaje que te enseñará los recursos psicológicos del bienestar emocional

Comienza pues, desde este punto, buscando señales de las inclinaciones


primordiales de tus primeros años tal y como diría Robert Greene, conocido
escritor estadounidense por sus libros de estrategia, poder y seducción.
Busca cuáles eran estas inclinaciones que tenías de pequeño o pequeña,
cuando eran más claras y no estaban sesgadas por nuestro ambiente. Algunas
personas recuerdan con facilidad esas indicaciones fundamentales, pero
muchos requerimos un poco de introspección y ahondamiento.
Busca momentos de tu infancia en los que un tema particular, ciertos objetos
o actividades, te fascinaron de un modo poco común y con el paso del tiempo te
has alejado de estas aficiones.
La gran científica Marie Curie a principios del siglo XX recordaba con niti-
dez el momento en que, a sus cuatro años, entró en el despacho de su padre y
le paralizó súbitamente la visión de todo tipo de tubos e instrumentos de medi-
ción para diversos experimentos químicos, dispuestos detrás de una vitrina de
cristal pulido. Toda su vida sintió una emoción visceral cada vez que entraba a
un laboratorio.
Para Steve Jobs, fue pasar de niño por una tienda de dispositivos electrónicos
y ver los prodigiosos artefactos en el aparador, maravillado por su diseño y com-
plejidad. Ante esta barrera y este error tan común, te propongo un ejercicio que a
menudo practico en la pizarra de casa. Me ayuda a dar claridad a mi cabeza.

A veces dedico varias horas a esto la verdad, pero dime,


¿cuál es el tiempo mínimo que dedicarías a saber quién eres o qué te gusta?

Yo lo tengo claro: el que hiciera falta.

Un día que tengas tiempo y estés tranquilo o tranquila, vete algún lugar con
un cuaderno y un bolígrafo, o haz como yo y utiliza la pizarra de casa. Pídete
o prepárate un café o té, cualquier cosa que te guste, y empieza a realizar este
ejercicio.

¿Cómo te gustaría que fuese tu futuro?

68
La vida de ello Un viaje que te enseñará los recursos psicológicos del bienestar emocional

Si tu vida pudiera ser exactamente como tú quisieras,


¿qué cambiarías de ahora mismo?

¿Donde vivirías? ¿Y con quién?

¿A qué hora te levantarías?

¿Que desayunarías?

¿Quiénes serían tus amigos, o con qué tipo de personas te juntarías?

¿En qué tipo de actividades se te pasa el tiempo volando?

¿Cuáles de ellas se te dan bien de manera natural,


que cualidades tienes sin necesidad de forzarlas?

¿Qué harías en tu tiempo libre, teniendo en cuenta


que podrías hacer cualquier cosa?

¿Cómo te vestirías?

¿Qué música escucharías?

¿Trabajarías? En caso afirmativo, ¿en qué?

¿Practicarías deporte? ¿Qué deporte te gustaría practicar?

¿Qué te gustaría aprender, dominar, conocer en profundidad?

Si has hecho, o vas a hacer este ejercicio correctamente, tendrás un par


de hojas escritas con mucho cariño enfrente de ti dispuestas a ser analizadas.
Existen dos maneras de aplicar los resultados de este ejercicio.

69
La vida de ello Un viaje que te enseñará los recursos psicológicos del bienestar emocional

El primero, es analizar tu vida actual.

¿Qué aspectos de tu día día no forman parte de tu vida ideal que está ahí escrita?
Tu objetivo partir de este momento debería ser reemplazarlos por aquello que
realmente quieres. La segunda manera de aplicar los resultados, sería tener en
cuenta tu visión a la hora de tomar cualquier decisión.

Pregúntate: ¿esta decisión me acerca o me aleja de mi vida ideal?,


¿qué tendría que hacer para conseguir lo que quiero lo más rápido posible?

Empieza a hacer este ejercicio de manera regular y puedo garantizarte que


tu vida cambiará en aquellos aspectos en los que tú centres tu prioridad, tu
energía y tu atención.
Esto no son meros consejos simplistas de autoayuda. Trata de alejar esta idea
tan negativa de tu cabeza porque se está apoderando de tu realidad. Cada vez
que vives desde la negación, la aversión o crítica a algo que consideras inefec-
tivo para tu día día, estás cerrando las puertas a la posibilidad de que tu vida
cambie para mejor. No infravalores el poder que tiene conocerte a ti mismo en
profundidad como si de otra persona se tratara. Es una manera muy efectiva de
ayudarte, con una mano tendida hacia la persona que está agarrada al borde del
abismo.
Tener claro quién eres detrás de las máscaras resulta muy importante. No
intentes esquivar la labor de descubrirlo ni creas que llegará a ti de manera
natural, la mayoría de nosotros requerimos una introspección y un esfuerzo
continuo para averiguarlo.
Experimentar con las opciones y habilidades relacionadas con tu personali-
dad, así como con tus inclinaciones, es uno de los pasos más importantes de tu
vida. Saber a fondo quién eres y cuál es tu singularidad, te ayudará a evitar los
demás escollos del sufrimiento humano.

70
La vida de ello Un viaje que te enseñará los recursos psicológicos del bienestar emocional

Después de esto, lo más común es


que caigas en el segundo obstáculo
del camino.

2. ”NO SE POR DÓNDE EMPEZAR.”

Cambiar nuestra vida es un proyecto complejo. Como decía el principio del


libro, aquí no hay nada low-cost. Hay muchas cosas que hacer. Es normal que al
principio nos sintamos intimidados y nos bloqueemos porque no sabemos por
cuál de ellas empezar. En estos casos, trazar un plan de acción y afrontar con
éxito un proyecto de estas características resulta complicado, pero nada que no
haya logrado hacer muchas otras personas, seguramente en una situación peor
que en la que tú te encuentres.

¿Qué hacer si no sabes por dónde empezar?

1. Define claramente qué es lo que quieres conseguir, cuáles son los objetivos que
deseas alcanzar, ya que muchas veces el no saber dónde empezar no es más que un
síntoma de falta de claridad.
2. Descubre cuál resultaría el camino más rápido para ir desde el punto A que es
en el que estás al punto B, al que quieres llegar. Sin duda, lo que mejor funciona, es
acercarte a personas que hayan conseguido lo que tú pretendes conseguir, no única-
mente preguntándoles cómo lo hicieron, prestándoles tu ayuda sin que aprecien tu
desesperación. Acércate, muévete, haz cosas sin esperar nada cambio, no hay mejor
Máster o formación que el que te puede brindar una persona que ha logrado lo que a
ti te gustaría lograr.
3. Divide este camino en etapas. El final de cada etapa debería estar marcada por
la consecución de un hito que te acerque a tu destino final. De esta manera, creas una
escala de metas descendentes.

71
La vida de ello Un viaje que te enseñará los recursos psicológicos del bienestar emocional

Operar con metas a largo plazo te otorgará inmensa claridad y determina-


ción. Esas metas pueden ser relativamente ambiciosas, lo suficiente para que
saquen a relucir lo mejor de ti. El problema es que tendemos a generarnos ansie-
dad cuando consideramos todo lo que tenemos que hacer para cumplir desde
nuestro punto actual. Para manejar esa ansiedad, debemos crear una escala de
metas menores a lo largo del camino, para llegar al punto B.
Esos objetivos se simplifican conforme desciende por la escalera y puedes
alcanzarlos en periodos relativamente cortos, lo que te dará momentos de satis-
facción y una sensación de progreso.
Por ejemplo, si tu objetivo es conseguir clientes únicamente deportistas de
alto rendimiento en tu consulta de nutrición que te de 3000 € al mes brutos, la
primera etapa podría ser pasar de no saber a qué dedicarte en el amplio mundo
de la nutrición a elegir tu “nicho” (pacientes de alto rendimiento), la segunda
etapa pasar de haber elegido nicho a crearte una web para la que escribas artí-
culos y profundices en el posicionamiento de Internet, y la tercera sería orientar
tu contenido y experiencia a conseguir tu primer cliente de alto rendimiento.
Una vez que hayas hecho esto, no solo sabrás por dónde empezar, también
tendrás una hoja de ruta paso a paso para llegar a tu destino. A mí me gusta
dividir las etapas en cuatro meses de duración, de tal manera que tres etapas
hagan un año completo.
De esta forma, comienzo por los objetivos finales del año, aquellos a los que
quiero llegar, y así, solo tengo que ir desmembrando paso a paso y por meses,
lo que tengo que ir aprendiendo, aquello en lo que me tengo que formar o per-
sonas que me pueden ayudar en este camino.

Una vez que te hayas comprometido a desarrollar o consolidar


tu propósito, comienza el trabajo verdaderamente arduo.

72
La vida de ello Un viaje que te enseñará los recursos psicológicos del bienestar emocional

A partir de este momento, enfrentarás numerosos enemigos y obstáculos


que te van a impedir progresar. Habrá voces de distractoras de quienes proyec-
tan dudas sobre ti, tu propio tedio y frustración con el trabajo y tu lento avance,
la ausencia de brazos que te ayuden, niveles de ansiedad que debes manejar y,
por último, el agotamiento que suele asociarse con el trabajo cuidadoso durante
periodos largos.

Puede que después de haber


recapacitado sobre esto que te
estoy exponiendo, llegues a la
tercera barrera mental.

3. “SIENTO QUE NADIE ME APOYA Y ME HACE DUDAR.”

Consciente o inconscientemente, la mayoría de las personas intentan


situarse donde recibirán menos críticas para minimizar su riesgo de fracaso.
Están siguiendo la dirección opuesta. Aceptar la experiencia negativa, los
fracasos, las limitaciones, e incluso la vergüenza y el bochorno como un medio
perfecto para elevar tus habilidades, es sin duda un camino por el que toda per-
sona debería pasar.
Es importante, en relación con este ejercicio, comprender la importancia
de tener niveles manejables de incomodidad, porque más tarde estos evolucio-
narán en fortaleza, vigor y sensaciones positivas.
Y usa tus pensamientos negativos, así como los estímulos que recibas alrede-
dor y las dudas de otras personas sobre ti, porque sólo así podrás combinarlas en
formas únicas y creativas.

73
La vida de ello Un viaje que te enseñará los recursos psicológicos del bienestar emocional

Puede resultar un proceso tedioso, pero sin duda es necesario.

Otra manera de experimentar un sentimiento parecido es generar un poco


de estrés en tus proyectos utilizando tus fechas límites. Si te das demasiado
tiempo para terminar un proyecto o lanzar una idea, por lo general te tomarás
demasiado tiempo o más.
Si te das apenas unos meses, como exponía en el punto anterior, lo termina-
rás más pronto y la energía concentrada con la que trabajes incrementará tus
niveles de habilidad.

Conforme avanzas en tu camino serás


objeto de cada vez más críticas de las
personas. Puede ser que algunas sean
constructivas y dignas de tu atención,
pero muchas otras serán fruto de envi-
dia. Aléjate de estas últimas, de quienes
hablan con demasiada vehemencia o de
quienes convierten tu cuestión en un
asunto personal. No las interiorices ni
te pongas a la defensiva.

74
La vida de ello Un viaje que te enseñará los recursos psicológicos del bienestar emocional

Úsalas para que contribuyan tu propósito mediante ese estrés positivo del
que hablaba. No existe el momento perfecto para iniciar un camino diferente al
que estás siguiendo. Y la única diferencia entre quienes lo consiguen y quienes
se quedan con las ganas, está en cuánto de posible hicieron para que las cosas
sucedieran.

75
La vida de ello Un viaje que te enseñará los recursos psicológicos del bienestar emocional

¿POR QUÉ MENTIR ES UNO DE


NUESTROS PEORES VICIOS?

principio de congruencia

Este capítulo considero que resulta altamente importante. La falta de con-


gruencia debilita, y con falta de congruencia me refiero al autoengaño de tratar de
ser quienes no somos y, en consecuencia, mostrar una manera de comportarnos
alejada de nuestra esencia.

Congruencia en tus acciones.


En tus pensamientos.
En tus palabras.
En tus emociones.

Estaba viendo la nueva película de Mulán cuando de pronto,


uno de los personajes dijo:

“Cuando mientes sobre quién eres, tu chi se debilita,”

Como iba diciendo, donde hay incongruencia, hay sufrimiento.


Lo bueno también es que donde hay sufrimiento, hay solución.

76
La vida de ello Un viaje que te enseñará los recursos psicológicos del bienestar emocional

Hay una frase que llevo bien grabada dentro de mí:

“El sufrimiento es la semilla del


cambio” (Siempre y cuando, estés
dispuesto/a a que se produzca).

Es una cita que refleja la realidad que todos vivimos alguna vez. Quizá lo común
sería escribir algo así como que “todo pasará y que el tiempo todo lo cura”, pero
yo soy más de la vertiente que opina que el sufrimiento a todos nos aguarda en
algún momento de nuestra vida y debemos estar preparados para afrontarlo.
Cuando te ilusionas, te generas expectativas, cuando te entregas a un amor
que se cierra, o cuando te expones con ilusión a una ventana que no se vuelve a
abrir. Te sientes vulnerable. Triste y sin rumbo.
Esto no es malo. Teniendo en cuenta que todos en algún momento pasaremos
por esa situación, aprovechemos la grieta para generar el cambio y la posterior
adaptación. Cuando algo no te gusta o no te hace sentir bienestar, cuando algo te
duele por dentro, es el momento perfecto para cambiar las cosas. Y es el hecho
de no conformarte con ese dolor lo que te hará ser mejor mañana, porque será el
motor y el motivo de tu cambio. Lo cierto es que, elegir un nuevo camino después
de la caída, es el único poder que verdaderamente sí está en tu mano.

¿Cómo puede ayudarnos el principio de congruencia en todo esto?

Te contaré un secreto: en algún momento de nuestra trayectoria por la vida,


todas las personas nos sentimos perdidos en algún punto. Yo también.

77
La vida de ello Un viaje que te enseñará los recursos psicológicos del bienestar emocional

A veces, anhelamos lo que tuvimos pero fue devuelto, y otras, ansiamos lo


que nunca hemos sentido. Suspiramos y refunfuñamos, refunfuñamos y suspi-
ramos. Pero nadie parece hacer nada para cambiarlo.
El hecho de vivir esperando siempre algo más hace mucho daño. Convierte
a personas en máquinas, trabajando adormiladas para un fin mayor, sin tomar
consciencia de lo que emerge dentro de ellas.
Alarma, desayuno, con prisas a ningún lado. Trabajo. Haces alguna broma
o aguantas algún grito. Sigue trabajando. Paradita para café o cigarro, depende
de cuáles sean tus vicios. Un pensamiento interrumpe de golpe tu cabeza: “2
carreras y un máster para acabar con un currículum más largo que La Biblia
pero sigo sin saber quién soy, o peor aún, qué me gusta.”
Terminas el café y vuelves al trabajo. Paras para comer. Miras a tus compañeros
cómo hablan de sus hipotecas, hijos, o del político de turno. Malos hábitos alimen-
ticios, bocas llenas de comida al reír mientras hablan mal de otras personas.

¿Y ahora qué?

Ahora la mejor parte. Vuelves del trabajo con una migraña del quince a tum-
barte en el sofá de tu nueva casa que pagarás a plazos hasta la jubilación — Y
con suerte, me estoy poniendo en el mejor de los casos —Ansiando que llegue
el finde para salir con los compis que no soportas del trabajo que no te gusta a
pillarte una borrachera en algún antro de la ciudad.

Alguna sesión de entrenamiento


para no perder el “tono”, pero en
lo que respecta a interesarte por
tu salud, nada que ver.

78
La vida de ello Un viaje que te enseñará los recursos psicológicos del bienestar emocional

No estoy diciendo (en ningún caso) que este seas tú, pero estoy casi segura de que
conoces mínimo una persona parecida a este anónimo encerrado en la cárcel de
su día a día. Es el típico caso de “un día más en la oficina” ejemplificado con pelos
y señales.

Pues bien, me temo decirte, que esto mata.

La falta de ilusión, mata.


La falta de sentido, mata.
La falta de motivos, mata.
Sí, la falta de energía, también mata.
Sí, mirar las horas que marca el reloj deseando
que llegue el fin de semana para olvidar, también te está matando.

Y tú empeñado en decir que no puedes hacer nada, no mata, te ciega.

La falta de actitud, mata. Mata mucho.


Te lo juro. A mí casi me mata.
Y te lo digo con el corazón en la mano.
La dejadez mata y la pereza mata.

La falta de AMOR. Sí, esa fuerza que nos da tanto cuando la sentimos, y
nos quita tanto cuando se va. Pues bien, cuando no la llevas dentro (cuando
no actúas en base a ella) ma-ta.

Porque lo contrario al amor no es el odio, es el miedo.


Y el miedo, querido amigo...
Adivínalo tú.
El miedo _ _ _ _.

Y volvemos al principio del meollo... ¿qué tiene que ver, la falta de congruencia
en todo esto?

79
La vida de ello Un viaje que te enseñará los recursos psicológicos del bienestar emocional

Bueno, pues la falta de congruencia te mata por dentro. Cuando más alejes
la persona que eres de la persona que te gustaría llegar a ser, más sufrimiento
tendrás. Cuanto más trates de aparentar, de fingir, de (auto)engañarte y de tra-
tar de engañar a quienes te rodean, más s u f r i r á s.

Los adornos que utilizas te hacen perder tu lustre natural. 

A menudo, infravaloramos el poder que tiene ser de verdad.

El brillo que se genera cuando tu voz vibra en sintonía con tu corazón,


formándose un hilo musical que conduce las palabras que te salen
desde dentro.

En el fondo lo sabemos, pero se nos olvida porque nos empeñamos en gustar,


en tapar, en fingir ser quienes no somos. 
Y eso se nota.
La falta de congruencia rechina a tu alrededor.

No eres tus títulos universitarios, tus formaciones, tus conocimientos sobre


un tema. Tu profesionalidad no se mide en la cantidad de tecnicismos que puedes
decir mientras hablas. Se mide en la congruencia de tus palabras con tus acciones,
tu mirada, tu energía. Si las palabras que dices salen de la boca y no de tu interior
no cobrarán poder. Y eso es lo único que verdaderamente somos. Cuanto más
concentrada tengamos esa energía dentro, más uniforme y unidireccional, más
poderosos seremos.

Y si no, párate un segundo y respóndeme a esta pregunta:

¿Por qué sueles recordar positivamente a ciertas personas que pasaron


por tu vida en relación al resto?
¿Por sus títulos?, ¿por su ropa de marca?, ¿por su belleza exterior?,
¿o por su energía, por su congruencia, por sus sensatez y por cómo
te hicieron sentir?

80
La vida de ello Un viaje que te enseñará los recursos psicológicos del bienestar emocional

Ello nos va a ayudar a entenderlo mejor a continuación.

81
La vida de ello Un viaje que te enseñará los recursos psicológicos del bienestar emocional

Uno de los principales problemas por los que a menudo no somos capaces
de ser congruentes, es porque no sabemos quiénes somos. Todas las grandes
tradiciones que constituyen las filosofías que perduran desde hace miles de
años hasta nuestros días, han coincidido en afirmar que en el conocimiento de
uno mismo radica la virtud y la esencia de la sabiduría.

“A todos los hombres les está concedido


conocerse así mismos y ser sabios.”
- Heráclito, fragmento 116 -

“Quien conoce a los demás es inteligente,


quien se conoce así mismo es sabio.”
- Lao Tsé -

“La sabiduría consiste en saber cuál es


el siguiente paso; la virtud, en llevarlo a cabo.”
- David Starr Jordan -

Lo cierto es que gran parte de la filosofía se apartó de nuestras vidas y de


esta meta común que tenían, y dejamos de concebir el conocernos a nosotros
mismos como una vía necesaria y primordial para vivir felices. A diferencia de
la sabiduría, no se trata de un camino que esté orientado al conocimiento propio,
lo que distingue a la filosofía de otras ciencias y saberes es que mientras estas
últimas ocupan aspectos particulares de la realidad, analizando causas inmedia-
tas, la filosofía estudia toda la realidad intentando explicar su ser mismo. Las
ciencias están orientadas al conocimiento de una realidad, las matemáticas,
la física, la biología, la sociología, todas ellas estudian fenómenos diferentes,
sin rebasar este nivel. La filosofía, en cambio, no se ocupa de ningún aspecto

82
La vida de ello Un viaje que te enseñará los recursos psicológicos del bienestar emocional

concreto de la realidad, sino de lo universal, de aquello que es común a todo lo


que es, de las causas últimas de todo ser existente.
La escuela filosófica conocida como estoicismo es uno de los ejemplos más
notables, dentro de nuestra cultura occidental, de lo que resultaría una filosofía
armónica y coherente en su esencia y en su espíritu, en los distintos lugares y
tiempos, ya que en contraste con el carácter cambiante de la historia de la filo-
sofía especulativa (o meramente teórica) ésta se trata de una filosofía que no
decae con las modas intelectuales y que no es desbancada por otras.
Por ello, numerosos pensadores del siglo XX la han denominado filosofía
perenne tal y como indica Mónica Cavallé en sus libros, filósofa y directora de
la Escuela de Sabiduría Sapiencial. Esta corriente filosófica nos enseña que el
sabio no es aquel que conoce muchas cosas, sino el que se conoce a sí mismo, es
decir, el que conoce la base de todo lo que es y vive en conformidad con la razón
única (logos) y con la naturaleza de acuerdo a la virtud.

Hay muchos comentaristas que recriminan a esta filosofía el hecho de que


no aclare que es o que no es “actuar conforme a la naturaleza.”
¿Qué es naturaleza? -Recriminan.- ¿Es un Dios?, ¿son unas leyes universales?
Los que dicen esto, en realidad, poco han entendido sobre lo que trata de exponer.

Si los estoicos hubieran traducido esa “Naturaleza” a actuar ante ciertas


reglas o normas de acción, estarían favoreciendo que dejáramos de atender a
nuestro propio ser, para estar atentos a dichas normas y medirnos con ellas.
Nuestro propio ser (logos), es dinámico, siendo siempre la misma y única
ley, se expresa de modos impredecibles y cambiantes, y de una forma ilimita-
damente creativa entre todos nosotros. Es lo más íntimo, no es un conjunto de
ideas de nuestra mente, sino el propio dinamismo.
Y por ello, los estoicos entendían que de la obediencia a ciertas reglas brotará
una acción coaccionada; de la obediencia al logos, una genuina espontaneidad:
la virtud.

83
La vida de ello Un viaje que te enseñará los recursos psicológicos del bienestar emocional

El estoicismo, nos indica cómo podemos estar en contacto con esa voz, pero
no cuáles son los contenidos particulares en los que se ha de traducir nuestras
acciones. No tener este contenido de manera explícita en sus teorías no es un
defecto de estas enseñanzas, sino responsabilidad de no saber quiénes somos,
y, en consecuencia, de no actuar con congruencia.
Ni la filosofía ni la psicología, nos va a ofrecer recetas que nos digan qué debe-
mos hacer o cómo tenemos que ser en la vida, no se ocupa directamente de el
contenido de nuestro actuar, pues no hay que ser de una manera particular, ni se
debe actuar de una determinada forma.
Nos proporcionan indicaciones que nos pueden ayudar a tener una actitud de
atención y de escucha adecuada, y esa disposición nos permitirá vivir en armo-
nía con nuestra virtud. Desde ahí nuestra acción será necesariamente armónica
y nuestro ser, alineado.

“Las personas no deberían pensar tanto en lo que tienen que hacer,


tendrían que meditar más bien sobre lo que son.[...]
Quienes no tienen grande el ser, cualquier obra que ejecuten
no dará resultado.[...]
No hay que insistir tanto en lo que uno hace o en la índole
de las obras, sino en cómo es el fundamento de las obras.”
- Maestro Eckhart. -

84
La vida de ello Un viaje que te enseñará los recursos psicológicos del bienestar emocional

La falsa seguridad en uno mismo.

En ningún otro momento de la historia de la humanidad ha habido tantos ser-


vicios y productos con el único objetivo de ser y crear una sociedad más joven y
atractiva a los ojos del canon de belleza establecido. Serum anti envejecimiento,
pastillas para la celulitis, cremas de día y de noche, exfoliante para el cuerpo,
máscaras para todo tipo de pestañas, correctores de nuestros “defectos”, mani-
curas, micropigmentación, envolturas de barros y algas para la pérdida de grasa,
cirugía plástica a gran escala. Depilación para todas las zonas de nuestra cara y
nuestro cuerpo, algunas de las técnicas siendo muy agresivas para nuestra piel
y poco prácticas para nuestra supervivencia.

¿Pero qué importa eso? Si ahora la supervivencia está regalada.

Hace cien años quizá si era más importante, pero ahora todos queremos sobre-
vivir atractivos, en la mejor envoltura posible. Sujetadores con efecto relleno,
medias con el poder de esconder los saltitos que pegan la flacidez de tus piernas
al bailar, pantalones push-ups que te realza en el trasero y mucho más.
Como iba diciendo, nunca en la historia de la humanidad ha habido tantos
blogs de belleza, de maquillaje, de trucos y consejos sobre cómo tener un buen
aspecto, o al menos disimular el “malo”.
Bombardeados con libros para hacer dietas milagrosas, bajar de peso para
sentirnos bien, ofertas en las que nos regalan meses para apuntarnos a un gim-
nasio, ejercicios para lograr los mejores abdominales y anuncios con individuos
guapos y atractivos exitosos para que, una parte de tu subconsciente, se pase el
día tratando de alcanzar una imagen parecida.

85
La vida de ello Un viaje que te enseñará los recursos psicológicos del bienestar emocional

Podríamos decir que sin duda alguna estamos haciendo más cosas que
nunca para mejorar nuestro aspecto físico.
Sin embargo, pese a todos estos nuevos métodos y trucos destinados para
ello, muchas personas siguen siendo muy infelices con su aspecto. Uno de los
estudios más ambiciosos, realizado a escala mundial por el grupo de investi-
gación GFK y publicado en 2015 en la revista Time, indicaba que millones de
personas de todo el mundo no encuentran una satisfacción y un bienestar con
su cuerpo.
Lo más interesante del estudio era que demostraba que la idea determinada
sobre el físico, tiene mucho más que ver con el país en el que vive que por el
sexo. Es decir, es muy cultural. De hecho, todo apunta a que en el mundo entero
el grado de preocupación es muy elevado tanto en los hombres como en las
mujeres.
Hay algo que podemos sacar en conclusión a todo esto, y es que el grado de pre-
ocupación y la infelicidad que pueda sentir una persona por su físico, nada tiene
que ver con que ésta sea atractiva (cumplimento los requisitos de “atracción” del
canon de belleza).
A menudo, tendemos a pensar que las personas más sexys no tienen por qué
tener falta de autoestima o de seguridad en uno mismo. Estamos en un error.
Nuestro aspecto se presenta como uno de los problemas que se pueden
solucionar gastando dinero, y así es como las industrias de cosmética, como la
revistas de salud y de Fitness, o las de alimentación, pueden ganar gran parte
de sus ingresos. Nos hacen pensar que mejorando nuestro aspecto y gastando
nuestro dinero en este tipo de productos y servicios, automáticamente tendre-
mos un atractivo mayor, y esto se relacionará con una mejor autoestima.
Las modelos de pasarela, por ejemplo, o los modelos Fitness, aquellos cuya
cara y cuerpo entran dentro del corte, no están libres de preocupaciones.
También se preocupan mucho por su aspecto, incluso más que quienes no des-
filan por una pasarela para ganarse la vida, ya que tienen la certeza de que se
espera mucho más de ellos.

86
La vida de ello Un viaje que te enseñará los recursos psicológicos del bienestar emocional

Ojalá hace tiempo alguien


me hubiera dicho que somos
mucho más complejos.

Ojalá hubiera entendido a tiempo que buscar parches y tiritas para llenar el
hueco que había dejado la carencia de autoestima no se iba a arreglar con ropa
más cara y maquillaje. Ni con conversaciones vacías con otras personas bus-
cando constantemente su aprobación y sus halagos. Ojalá hubiera entendido
tantas cosas hace tiempo. Pero ahora quiero explicarlas aquí. Por si a alguien le
vuelve a ocurrir.

Lo cierto es que Ello siempre estuvo conmigo, pero él permanecía


dormido dentro de mí.

Una parte de mí sabía que darme atracones de comida durante mi adolescencia


y otro tipo de conductas compensatorias con la alimentación, podrían conseguir
a corto plazo perder o ganar algo de peso, pero no encontrar la seguridad en mi
misma. Lo cierto es que no estaba satisfecha con la imagen del espejo. Siempre
había sido una niña deportista, pero nunca tanto como mi hermana mayor. Eso
hizo que tuviera miedo al abandono desde bien pequeña, por no conseguir logros
deportivos que se esperaban de mí. Al fin y al cabo, a los ojos de todo el mundo, “era
lo que me tocaba”.

Ahora soy consciente de todo esto.

Los apegos que recibimos desde niños nos marcan, sin ninguna duda. Hace
poco escuchaba una extensa e interesante entrevista de Boris Cyrulnik que me
hacía reafirmar mis sospechas acerca de esto. Él es un neurólogo, psiquiatra,
psicoanalista y etólogo francés que nació en el seno de una familia judía en el
año 1937. Su padre fue ebanista alistado en la legión, y él estuvo confinado en

87
La vida de ello Un viaje que te enseñará los recursos psicológicos del bienestar emocional

una pensión para evitar que durante la guerra los alemanes le mataran. De ahí
estuvo en varios centros de acogida durante toda su niñez y parte de su adoles-
cencia, y posteriormente fue adoptado por una mujer que lo escondió en su
casa, pero durante una redada policial fue llevado por la policía con otros judíos
a la sinagoga de Burdeos.
Consiguió escaparse, siendo el único superviviente, ya que una enfermera lo
llevó oculto en una camioneta. Sus padres murieron durante la Segunda Guerra
Mundial cuando era un niño, y él después de trabajar como mozo de granja con
un nombre falso, fue recogido por una tía suya en París, donde comenzó sus
estudios en psiquiatría, psicoanálisis y neuropsiquiatría. Dedicó toda su carrera
al tratamiento de los niños con apego inseguros y traumas en su infancia, y
es reconocido como el mayor experto en resiliencia, la capacidad de superar la
adversidad y salir fortalecido de ésta. Su vida es la historia de una redención, a
pesar de que él logró escapar y comenzar una vida nómada aún pudiendo ser
el típico caso perdido. Se especializó en la educación de los niños, en la estruc-
turas ideales para el desarrollo reciente de éste, en la creación de mecanismos
de superación de adversidad, sabiendo que los primeros años de vida, sin lugar
a duda, marcan una grandísima parte de la personalidad en nuestro posterior
desarrollo.
Aún sabiendo esto, la resiliencia se puede trabajar en todas las edades, siendo
más óptimo en edades tempranas. No hay recetas únicas para educar. Educamos
con lo que somos. Trasmitimos y trasladamos el amor que conocemos, que hemos
recibido y en el que nos hemos transformado.

En mi caso, la realidad es que aprendí a quererme más cuando cumplía


ciertos estándares.

A medida que fui creciendo, y por continuar con el hilo anterior, solía obli-
garme a ir a correr para compensar. Una semana sí, un mes no. Y volvía a caer
en ese círculo destructivo de ver cómo tu vida pasa y tú no eres más feliz. Si me
sentía mal iba de compras. O salía por las noches a bailar y buscar consuelo.

88
La vida de ello Un viaje que te enseñará los recursos psicológicos del bienestar emocional

Cuando era adolescente


pensaba que al cumplir los 18
me operaría el pecho.
Lo veía algo normal.

Mi peso actual estaba bien, pero al final, todas las mujeres más atractivas
que sirven como referencia hoy en día llevaban en el pecho operado. Además,
me autoconvencía de que lo necesitaba. Señalaba defectos inexistentes en la
armonía de mis pezones. Lo cierto es que no suponía un problema, pero yo veía
mi imagen a través del prisma de mi inseguridad.

Ahora me gusta mi pecho.

No se por qué me fastidiaba tanto entonces, o por qué me quedaba mirando


en el espejo deseando que fueran más redondas, más simétricas, más perfectas.
Cuando nuestro aspecto nos hace sentir mal, lo que hay que abordar es el senti-
miento negativo que nos ciega con el que hemos relacionado nuestro físico, no
nuestro físico en sí mismo.
En la Univerdidad Estatal de Florida, la profesora Pamela Keel, ha dedicado
toda su carrera a estudiar los problemas relativos a la imagen corporal de los
individuos, así como los trastornos alimentarios. Ella concluye que cambiar el
aspecto nunca va a solucionar la insatisfacción que uno siente con él.

“¿Qué es lo que de verdad importa para que seas más feliz y estés
más sano? ¿Quitarse de encima cinco kilos o quitarse de encima a
las actitudes dañinas sobre tu cuerpo? Cuando la gente se siente bien
consigo mismo, es más probable que se cuide mejor y que no lo trate
como si fuera un enemigo, o peor aún, como si fuera un objeto.”

89
La vida de ello Un viaje que te enseñará los recursos psicológicos del bienestar emocional

Existe una fuerza invisible y capaz de reafirmar las palabras que esta
profesora presentaba a principios de 2018, cuando presentaba los últimos
resultados de sus investigaciones. Es una fuerza que apenas podemos ver, y que
pocos sabemos que existe. De hecho, aún no he escuchado a mucha gente que
hable de ella, pero todos sabemos que está dentro de nosotros. Hablo del poder
de la inercia. Se denomina “inercia” en la física a la resistencia que oponen los
cuerpos a modificar su estado de movimiento o de quietud, ya sea para alterar
su velocidad, su rumbo o para detenerse. Un cuerpo, así, requiere de una fuerza
que venza la inercia para alterar su trayectoria, que de otro modo se apegaría
a las leyes del movimiento rectilíneo uniforme, o para iniciar un movimiento,
pues de otro modo permanecería en reposo.
Si pensamos en algún momento de nuestra trayectoria cuando comenzamos
a realizar una acción que nos hizo sentir mejor, y repetidamente en el tiempo se
convirtió en un hábito, cogió como por arte de magia, una prioridad en nuestra
vida y en nuestro día día que tendemos a repetir. Esto se debe a que encontramos
una función adaptativa en dicha acción, o simplemente activó nuestro circuito de
recompensa cerebral, y formó parte de nuestra cotidianidad sin darnos cuenta.
Por eso, la profesora Pamela, indicaba que es más probable que una persona
que se sienta bien con su cuerpo, se cuide mejor, y se mantenga en forma. Tal
vez esto explique por qué la tasa de obesidad o de los TCAs está aumentando
peligrosamente. Si estuviésemos más satisfechos con él, si tuviéramos mayor
seguridad en nosotros mismos, nos trataríamos mejor.

Alicia Walker escribió: “En la naturaleza nada es perfecto y todo


es perfecto. Los árboles se pueden retorcer, doblarse de una manera
extraña y siguen siendo bellos.”

Nuestro cuerpo nunca será tan firme y simétrico, ni tan joven como creemos
que puede ser. Somos infinitamente mejor que aquello que anhelamos obsesiva-
mente y queremos alcanzar. Somos perfectos porque somos humanos. Nunca,
pues, te avergüences de parecerlo.

90
La vida de ello Un viaje que te enseñará los recursos psicológicos del bienestar emocional

La verdadera autoestima.

“En la confianza en uno mismo están


comprendidas todas las virtudes.”
- R.W. Emerson -

Durante toda nuestra vida nos bombardean con la necesidad de amarnos a nosotros
mismos, aceptarnos e incluso idolatrarnos. Ese “sí mismo” en el que debemos con-
fiar, al contrario de lo que a veces pensamos, no equivale en ningún caso a nuestro
“Yo superficial”.

La virtud radica en la confianza de nuestro autoconcepto,


y esto trasciende a lo que muchas veces hemos pensado
que es la seguridad en uno mismo.

Frecuentemente, se ha entendido por “autoestima” o “autoconfianza” a la


posesión y el cultivo de una imagen positiva o engrandecida de nosotros mis-
mos, enaltecimiendo nuestro yo superficial. Ahora bien, lo cierto es que es otro
el camino que conduce a la verdadera autoestima, y éste consiste, paradójica-
mente, en el abandono de la identificación con todo imagen propia, sea esta
positiva o negativa.
Se trata de desapegarnos a nuestro plano más físico, no desde el descuido
(todo lo contrario a esto), más bien desde la concepción de que el yo superficial
representa nuestro virtud interna, pero no son lo mismo.

91
La vida de ello Un viaje que te enseñará los recursos psicológicos del bienestar emocional

Puede que a estas horas ya estés pensando que me estoy poniendo en modo
filosófico. Aún así, te invito a que continúes interiorizando lo que trato de explicar.
Según vayas avanzando en la lectura, irás entendiéndolo en mayor profundidad, te
lo aseguro.
Este desapego de nuestro plano superficial es, en realidad, un acto de con-
fianza a nuestro plano más interno: nuestro ser.

¿Implica este desapego el descuido de nuestra dimensión personal,


así como dejar de trabajar nuestro cuerpo, dejar de cultivar
nuestra mente, o dejar de desarrollar nuestras habilidades?

Como he dicho, todo lo contrario. Para que una flor exprese toda su belleza
y singularidad, no tiene más que ser lo que es, dejar que el sol, el ambiente, y el
resto de seres vivos, actúan en ella y a través de ella. Es así como puede llegar a
hacerse realmente bella. Con las personas, pasa algo muy parecido, pero noso-
tros a menudo lo olvidamos.
Para que una persona exprese plenamente quién es, y llegue a ser única, consi-
derándose como tal, basta con que actúe en congruencia con su ser. Este ser, será
el origen de toda particularidad. Cuándo es únicamente el Yo superficial el que se
ocupa de hacerse a uno mismo, el que planea, el que controla y el que pretende ser
singular y único, el resultado es solo el de una copia más, tratando de parecerse a
quien no es realmente, porque no se es capaz de reconocer a sí mismo.
Como iba diciendo, escuchar a nuestro yo profundo, permitimos su acción
renunciando al apego de toda imagen propia, pero esto no supone abandonar
el cuidado de nuestra dimensión superficial, sino ceder a nuestra voz interior
dicho cuidado, y esta será quien nos hará saber qué hacer y cómo debemos
hacerlo. Nos impulsará a pasar por situaciones que nos harán aprender y nos
permitirán nuestro crecimiento, así como el desarrollo de nuestra personalidad.
En definitiva, actuar bajo nuestra voz, nos permite experimentar su inteli-
gencia como ideas que golpearán nuestra cabeza. Nos inspirarán las imágenes
mentales que orientan nuestra acción y solo así, posibilitaremos nuestra evolu-
ción y el desarrollo de nuestro potencial creativo.

92
La vida de ello Un viaje que te enseñará los recursos psicológicos del bienestar emocional

Antes de tomar una decisión, implicarte en una nueva situación, entrar en


un conflicto de intereses, es importante que de manera cada vez más automá-
tica seamos capaces de responder a una pregunta:

¿Por qué hago esto? Es decir, ¿cuáles son las fuerzas


impulsoras de tomar esta decisión?,
¿vienen del silencio interior o vienen del ruido exterior?

A día de hoy aún desconocemos cuáles serán las verdaderas consecuencias a


largo plazo del abuso de las redes sociales y la exposición mediática en nuestras
vidas, pero lo que sí está claro es que cada vez aparecen más y más noticias de
famosos Influencers desapareciendo del mundo digital y haciendo duras decla-
raciones acerca de su salud mental. Básicamente, expresan que a través de estas
plataformas “se muestra una realidad ficticia y la constante necesidad de tener
que mantener ese estatus frente a los demás resulta terriblemente devastador.”

Sería algo así como basar toda nuestra vida en el Yo Superficial


y no ser capaz de renunciar a éste para trascender.

Dentro del Kundalini yoga, el término Kundalini hace referencia a algo así
como nuestro potencial creativo, algo que solo es capaz de desarrollarse cuando
podemos identificar e interpretar esta voz interior que, sin duda, es la máxima
aspiración de seguridad y confianza en uno mismo. La Kundalini, es una ener-
gía que reposa y duerme en nuestro sacro con una forma circular, enroscada
como una serpiente. Los yoguis visualizan cómo esta serpiente durante la prác-
tica, va despertando y ascendiendo por la columna vertebral hasta llegar a la
zona de la coronilla, accionando el interruptor que sería la glándula pineal,
encendiéndola como una pequeña bombilla llegando de esta forma a estados
de conciencia elevada, generando lucidez, despertar, conexión, un estado en el
que desarrollamos nuestro potencial creativo.

93
La vida de ello Un viaje que te enseñará los recursos psicológicos del bienestar emocional

Esto se aleja completamente de la confianza que nos han vendido que debe-
ríamos tener a través del culto al cuerpo, adornos o tapaderas, que no nos dejan
apreciar nuestro verdadero ser.
Esta atención y escucha interior, tiende a desaparecer cuando ya no nos con-
formamos con tan solo ser, pues entender la complejidad de nuestra conducta,
es el arte más difícil, y ante todo caemos rendidos en las trampas de querer ser
de una determinada manera, con un determinado estatus, y reconocidos por
determinadas personas, deseando ser alguien que en realidad ya somos.
La época en la que vivimos, no invita a avanzar en la dirección que te estoy
proponiendo. De hecho, podríamos decir que ha conducido a la exaltación úni-
camente de la personalidad superficial, pareciendo que a toda costa tratáse-
mos de llegar a ser “alguien” únicamente para las personas que nos rodean, y
no para nosotros mismos.
Exaltamos y aplaudimos la fama por encima de todo, como si alcanzar la
felicidad dependiera del hecho de ser más o menos reconocidos. Nos conven-
cemos de que estamos en una sociedad libre y democrática porque en ella todo
el mundo puede llegar, si se lo propone, a ser “especial”, único o reconocido, y
así a saborear la miel del éxito y de las palmaditas en la espalda. Esta es la razón
por la que en la sociedades democráticas, se hable de igualdad de oportunida-
des y se ofrezca un espacio libre de expresión de la propia personalidad. Pero
lo que se entiende habitualmente por “ser alguien”, es una nación comparativa,
ya que equivale a alcanzar cierto nivel en la escala social, a tener un reconoci-
miento, dentro de lo que, paradójicamente, entabla la sociedad.

Es sin duda un premio asegurado para


todos los que creen que el esquema en el
que a día de hoy se sustenta la sociedad,
es el único y el verdadero esquema.

94
La vida de ello Un viaje que te enseñará los recursos psicológicos del bienestar emocional

De esta manera seremos alguien siempre ante los demás, o ante nosotros
mismos cuando nos miramos desde fuera como si fuéramos otra persona, ya
que se busca el destacar con respecto al resto únicamente desde el yo superfi-
cial, desde quien vive de imágenes, desde quien mide y se compara con ciertas
ideas que le dicen cómo debe ser, a qué se debe parecer y cómo debería actuar.
Este punto de vista que trato cada día de alcanzar, parte de la base de que la
verdadera autoestima no es comparativa, no es ser más, ser menos o ser igual
que otra persona, es tener una serenidad incondicional y un descanso abso-
luto en el hecho de ser lo que ya somos en nuestra profundidad.

Los mensajes lanzados diariamente por las redes sociales y los medios de
comunicación nos proponen siempre un ideal al que debemos aspirar. Esto es
la esencia de lo que se conoce como sueño americano, y su lema de que tú
también puedes realizar tus sueños. Volvemos a caer en la paradoja de que tu
sueño y tu ilusión, caerá por definición en frustración, porque si aplicamos la
lógica, los famosos y destacados son solo unos pocos. Por lo que si todos desta-
caran, nadie destacaría.
Aquí nacen sentimientos como la frustración, la insatisfacción vital, la
pobreza interior que esta falsa promesa está provocando a escala mundial. El
logro del sueño de unos pocos se convierte en la pesadilla de la mayoría de la
población. Más aún, me gustaría añadirte, que los que logran esa meta, aún
pareciendo libres, se encuentran atrapados y encarcelados en la fachada de ser
ese alguien, su verdadera profundidad yace oculta.

El yo superficial logra su meta,


pero el yo profundo ha sido tapado
por la exaltación de dichos logros.

95
La vida de ello Un viaje que te enseñará los recursos psicológicos del bienestar emocional

Solo las personas que de manera consciente admiran y aceptan su verdadero ser,
actuando en congruencia con este, se sienten plenas. Quien no lo está, trata en
todo momento de huir de su vacío, siendo alguien ante los demás y ante sí mismo
visto desde fuera. De esta manera no es libre, porque necesita el espejo de los
demás para caer en su propia confirmación de que lo están haciendo bien.

96
La vida de ello Un viaje que te enseñará los recursos psicológicos del bienestar emocional

Elige el camino del corazón

Haz siempre aquello en lo que creas profundamente, porque la mayor parte


del tiempo, sin darnos cuenta, hacemos muchas cosas en las que verdadera-
mente no creemos. La presión social, las expectativas ajenas, nuestra necesidad
de ser “alguien”, considerándonos así respetados por los demás. En definitiva,
nuestro Yo superficial condiciona nuestra manera de ser y de comportarnos, y
la sociedad nos premia por ello.
En este camino de desarrollo personal y aprendizaje, a menudo nos vere-
mos solos. Si estás leyendo estas páginas, estoy segura de que lo que trato de
explicar desde hace ya unos capítulos resuena contigo. Te advierto, además,
que dejar de hacer, ser o decir aquello que se espera de ti, equivaldrá muchas
veces a la pérdida de ciertas ventajas y comodidades. Y así es. Pero este será el
precio de ser de verdad.
Lo cierto que depende de cómo lo mires, puedes darte cuenta de que se trata
de un precio insignificante cuando lo que está en juego es nada menos que tú
mismo. El número de concesiones que haces habitualmente a los demás en
contra de tus propios valores, te puede dar una medida aproximada del grado
en que te has apartado de ti mismo. Esta distancia, a su vez, también te podrá
dar una medida de tu nivel de infelicidad esencial.
Así, por ejemplo, si no crees en lo que estás haciendo, en el trabajo que des-
empeñas cada día o en la labor que ejerces desde que te levantas, quizá no te
compensa tanto el prestigio, la seguridad, o el dinero que te está proporcionando.

97
La vida de ello Un viaje que te enseñará los recursos psicológicos del bienestar emocional

Otro ejemplo puede ser si no crees en tu relación de pareja, pero esa segu-
ridad emocional, esa comodidad, o el estatus social que nos está aportando,
son ventajas que no estamos dispuestos a abandonar. Al final lo que está ocu-
rriendo, es que temes actuar según tu propia convicción, porque ello quizá
te llevaría desafiar lo que te han enseñado, a cuestionar a quién eres ahora
mismo o a nuestras figuras de autoridad, y todo esto resulta siempre dema-
siado doloroso.

Por eso, preferimos seguir preguntando a otros qué debemos hacer, esperando
escuchar una respuesta que llevamos dentro, pero eludiendo la responsabilidad de
hacernos nosotros esa pregunta y quizá tomar cartas incómodas en el asunto. No
expresamos a menudo nuestras opiniones reales ante los demás, amigos, familia-
res, porque tememos su hostilidad y nos da miedo ser avasallado por las críticas.
Ser íntegro no tiene nada que ver con ser maleducado, inoportuno, polémico,
o agresivo. De hecho, las personas verdaderamente íntegras, son amables y alcan-
zan la compasión, porque esto es una indicación de inteligencia. Todos sabemos
dónde está el límite entre una concesión oportuna, desde la amabilidad, y otra
que nos empobrece o mina nuestra libertad interior.

La segunda no es fruto de un respeto por la otra persona, es fruto del miedo,


de la inseguridad, o de la pérdida de personalidad por temor a no ser lo sufi-
cientemente aplaudido. Esto nos aleja de nuestra autoconfianza, y de nuestra
mayor virtud, nuestro propio ser. De nuestra congruencia.
Y así, poco a poco, tu fuerza, tu tiempo y tu energía se diluye en tu carácter
y tu potencial creativo lentamente te abandona.

Lo cierto es que cada vez nos resulta más complicado escuchar nuestra propia
voz, ya que, en cierto modo, nos sentimos muertos y vacíos detrás de una máscara
adecuada. Nos encontramos hiper conectados, con una exposición sobrenatural
y una búsqueda constante de estímulos que nos distraigan de la verdad; la verdad
de que estamos desconectados de nosotros.

98
La vida de ello Un viaje que te enseñará los recursos psicológicos del bienestar emocional

Como indicaba Alan Watts en La cultura de la contracultura:


Rara vez somos conscientes, por ejemplo, de que nuestros
pensamientos y emociones más íntimos en realidad no
son nuestros. Y es que pensamos en términos de idiomas
e imágenes que no hemos inventado nosotros, sino que
nos han sido dados por la sociedad.

Somos cada vez más esclavos del visto bueno exterior y eso a su vez nos
torna más inseguros vestidos de capas de seguridad y confianza que son pura
fachada. La arrogancia, aún pasando por la actitud opuesta a la que estamos
escribiendo, es solo una de las múltiples manifestaciones de esto pues es una
sobreactuación que solo necesita aquel que tiene que ocultarse ante sí mismo y
ante los demás. Se trata, en definitiva, de un sentimiento básico y profundo de
inseguridad. Y es por eso por lo que las personas amables y humildes son más
felices, porque viven en congruencia con su ser interior y no tienen nada que
ocultar al resto. Todo esto que trato de explicar es aparentemente sencillo de
entender, pero nos resulta muy difícil ya que nos tiramos una vida entera inten-
tándolo y hay quien no lo llega a conseguir.

¿Por qué nos cuesta tanto ser quienes somos?


Debería resultarnos natural, cómodo y fácil.
Pero es ridículamente complicado.

Desconfiamos de la facilidad. Hemos habitado tanto tiempo en un clima


de alerta, vigilia, de necesidad de control y de rivalidad con nosotros mismos,
que no hemos experimentado la profunda inteligencia y el orden que aflora a
través de nosotros en un clima interior calmado, carente de lucha y de división
de valores. Y además tendemos a descartarlo en seguida, porque esa bombilla
reluciente que se enciende de vez en cuando en nuestro interior en forma de
sueño inalcanzable, no pensamos que vaya a proporcionarnos todo aquello que
supuestamente nos permitirá ser alguien ante los demás.

99
La vida de ello Un viaje que te enseñará los recursos psicológicos del bienestar emocional

Toda gran persona, todos aquellos ídolos que a día de hoy estudiamos o reco-
nocemos como grandes descubridores, pioneros y fundadores, han hecho aquello
que amaban y aquello en lo que creían en lo más profundo de su corazón.
Ahora bien, pagaron un precio muy alto, porque cuando apostaron por aquello en
lo que creían, aceptaron la posibilidad de que eso supusiera renunciar a ser alguien
ante el mundo en el que vivían.
El reconocimiento social, si es que en el mejor de los casos se diese, vino
posteriormente y de sorpresa, porque la mayoría de las veces, fue un reconoci-
miento post mortem.
He de decir que actuar conforme a nuestra integridad nunca nos garantizará
lo que el Yo superficial denomina reconocimiento social, pero esta integridad
nunca acata las leyes del mercado, porque se quiere por sí misma o, en defini-
tiva, no se quiere para nada, ya que si no se quiere por sí misma, no se trata de
integridad. Lo que sí te garantizará es, desde luego, el gozo de ser tú mismo en
plenitud, y una vida profundamente creativa.

¿Y qué es la creatividad si no la
expresión de la libertad interior?

Como decía Séneca:

“Cuida ante todo ser siempre igual a ti mismo.”

100
La vida de ello Un viaje que te enseñará los recursos psicológicos del bienestar emocional

No somos iguales a nosotros mismos, por ejemplo, cuando ocultamos nuestro


amor si no tenemos garantías de ser correspondidos, o bien cuando simulamos un
amor que realmente no sentimos por el simple hecho de tener miedo a estar solos.

Tampoco somos iguales a nosotros mismos cuando decimos que admira-


mos a ciertas personas, y secretamente envidiamos a otras.

Tampoco lo somos, cuando invertimos nuestro tiempo con quienes no queremos


estar realmente.

Tampoco, en definitiva, somos iguales a nosotros mismos, si al hablar sobre


un tema que ignoramos, ocultamos nuestros límites y nuestra vulnerabilidad,
fingiendo ser más o menos de lo que creemos que somos.

Tampoco cuidamos ser igual a nosotros mismos, cuando algo que hemos
hecho en el pasado nos paralizan el presente y nos dejamos arrastrar por este
hecho, o cuando creemos que al ocultar nuestros gustos y aversiones seremos
mejores personas.

Cuando nos expresamos


a medias por miedo.
Tampoco nos cuidamos.

101
La vida de ello Un viaje que te enseñará los recursos psicológicos del bienestar emocional

Según nos decía Heráclito, sabiduría es decir siempre la verdad. La honesti-


dad suscita y sospechas en quienes están tan acostumbrados a esconder quienes
son que ese personaje sobre el que actúan ha llegado a ser su propia naturaleza,
porque cuando se encuentran a una persona transparente y sincera piensan:

“¿qué trama este?,¿qué querrá?” Sencillamente no pueden entender


que no pretenden nada, que no tengan secretos ni estrategias.

El comportamiento sencillo y directo es muy poco habitual, pero es verda-


deramente natural, ya que es una conducta que va disminuyendo a medida que
pasa el tiempo. Y esto resulta atractivo porque despierta cierta curiosidad.
Cuando somos niños amamos sin pensar si seremos correspondidos.
Expresamos las emociones sin temor y hablamos abiertamente de aquello que
nos gusta o que nos hace sentir mal. Somos más nosotros y estamos más unidos
a nuestro interior que nunca. Y entre adultos inteligentes, curiosamente, las
personas honestas escasean más que nunca y, al aparecer, es probable que sean
juzgadas o malinterpretadas.
Al finalizar este último capítulo, a modo de conclusión, podremos extraer un
sencillo mensaje pero fundamental: vale la pena vivir con coherencia ética, no
solamente porque de este modo el cerebro gasta menos energía, sobre todo por-
que solo así gozaremos de la verdadera serenidad y felicidad y contribuiremos,
además, a que quienes nos rodean anden también motivados a llevar una vida
de plenitud. De ser así, seremos dignos de confianza, porque de ser una persona
coherente, los demás sabrán que un sí es un sí y un no es un no (como un niño).
Y por paradójico que resulte, solo cuando resulta fiable para sí mismo, es
decir, solo cuando vive en armonía consigo mismo, gozando de la serenidad
sublime, será capaz de compartir estos valores con el resto de seres humanos.

102
La vida de ello Un viaje que te enseñará los recursos psicológicos del bienestar emocional

Crecerás tan rápido como lo haga


tu tolerancia a lo incómodo.

Seguro que todos hemos leído o escuchado en numerosas ocasiones los


beneficios que podemos encontrar más allá de nuestra famosa zona de confort.
Podemos quedarnos con esta idea o profundizar e interiorizar lo que verda-
deramente esto significa.

A nivel cerebral, exponernos a nuevas y diferentes situaciones provoca


conexiones sinápticas entre neuronas que nos permiten, entre otras cosas, pre-
venir enfermedades neurodegenerativas.
Diferentes investigaciones han observado cómo el cerebro humano cambia
de forma gracias a la plasticidad cerebral, al exponer a los sujetos durante un
periodo de tiempo determinado a nuevas acciones o movimientos desconocidos.

¿Por qué ocurre esto?

Pues bien, nuestro cerebro es vago. Por lo general, buscará que ahorres
energía en todo aquello que hagas. Si vas al gimnasio, por ejemplo, seguro que
has notado que en el momento de entrar a la ducha después de entrenar de los
vestuarios, siempre tiendes a meterte en la misma cabina. No es casualidad.
Si te centras en tus movimientos cotidianos, en aquellos que repites sin
darte cuenta, te darás cuenta de que son prácticamente idénticos. Nos solemos
vestir con la misma mano, calzando siempre el mismo pie antes que el otro,
repitiendo una y otra vez los mismos patrones de movimiento.

103
La vida de ello Un viaje que te enseñará los recursos psicológicos del bienestar emocional

Y te diré algo más:

Cada vez tenemos más zonas de


confort. La sociedad trata de
ponernos las cosas muy fáciles,
para que, sin que nos demos cuenta,
seamos incapaces de hacerlas
por nosotros mismos.

¿Agua caliente? ¿GPS para llegar a la ciudad de al lado? ¿Comida fresca y más
conservada que nunca en la nevera para evitar comprar cada día? ¿Tecnología
cada vez más avanzada, capaz de transcribir lo que dictas con la voz? ¿Patinetes
eléctricos para movernos por la ciudad?
Sí, nos estamos convirtiendo en máquinas atrofiadas, en la mayoría de los
casos, incapaces de hacer cosas sin ayuda de una máquina. Esto merma nuestra
capacidad de pensar, sin duda, de buscar soluciones rápidas, nuestra creativi-
dad, nuestra inteligencia y astucia.
Si estamos escribiendo y de pronto queremos buscar el sinónimo de una
palabra en particular, apenas hacemos el esfuerzo. Casi sin pensar, vamos al
buscador de Google y tecleamos la palabra seguida de “sinónimo”. No nos damos
la oportunidad de ver nuestros archivos almacenados durante tantos años, y
estos, poco a poco, se irán escondiendo cada vez más. Buscar siempre la salida
más sencilla y rápida es una manera de destruir tus capacidades de superviven-
cia. Y estas capacidades deben entrenarse cada día.

Hay infinitas maneras de hacerlo. Y divertidas.

104
La vida de ello Un viaje que te enseñará los recursos psicológicos del bienestar emocional

Puedo enumerarte algunos ejemplos que seguro que te son familiares

Cada día, antes de ir a entrenar,


suelo tomar café, porque mis
sesiones de entrenamiento
son intensas y me gusta hacerlo
por la mañana con poca (o nada)
de comida en el estómago.
Así me he acostumbrado.

¿Qué ocurre si, por la razón que sea, una mañana no me queda café?

Hace unos años me habría puesto de mal humor. Hubiera maldecido ese día
y habría entrenado de mala gana, poniendo excusas y diciendo que no estoy
lo suficientemente despierta. Ahora lo pienso y me parece bastante absurdo,
pero estoy segura de que a todos nos pasa alguna vez.

¿Qué ocurre si nos quedamos sin batería en el teléfono móvil


cuando estamos en otra ciudad y queremos volver a casa,
pero no recordamos bien el camino?
Sí, y encima, hay carreteras cortadas por obras.

O, ¿qué ocurre si nos lesionamos la muñeca derecha y somos diestros?


Tendríamos que empezar a hacer todo con la izquierda.

105
La vida de ello Un viaje que te enseñará los recursos psicológicos del bienestar emocional

¿Y si se estropea la caldera de casa y te quedas sin agua caliente?

Vale, te he expuesto algunas situaciones que para mí podrían resultar incómodas.


Y he dicho podrían, porque a día de hoy puedo afirmar que ya no. Voy a entrenar sin
cafeína, encuentro el camino para volver sin GPS, me acostumbro a hacer las cosas con
la otra mano y me ducho con agua fría. Y encima doy las gracias. Así, en voz alta. Antes
de que me ocurran estas cosas, he probado a exponerme a ellas. Sucesivamente, no de
golpe. Al principio me costaba mucho, y mi resistencia interior me gritaba.

¿Por qué haces esto? ¿Qué necesidad tienes de estar haciendo el tonto?

A veces le hacía caso. Pero luego me sentía mal. Y volvía intentarlo.


Las últimas veces que trataba de boicotearme le decía: “porque puedo”.

Sí, lo hago porque puedo hacerlo.


Y tomo la decisión de exponerme
a esto por si algún día me falta.
Pero aún mejor, lo hago porque no
quiero nunca escucharme decir que
soy incapaz de hacer algo. Puedo decir
que me cuesta mucho, pero no que no
puedo porque “yo soy así.”

106
La vida de ello Un viaje que te enseñará los recursos psicológicos del bienestar emocional

No somos. Nos hacemos.


Nos estamos haciendo.

Esto que trato de exponerte, aunque te suene quizá castigador o contraproducente,


sabemos que a nivel cerebral tiene grandes impactos. La neurociencia cada año
descubre nuevas partes incógnitas de nuestro cerebro, dando luz a nuevos miste-
rios y acercándonos más a la posibilidad de comprender su funcionamiento.
Resulta que, algunos científicos, comparan la complejidad de nuestros circui-
tos internos con lo que se encuentra a años luz de La Tierra, completamente fuera
de nuestro alcance y de nuestra imaginación.
El encéfalo humano es materia, con una textura muy parecida a la de un blo-
que de tofu y con alrededor de 90.000 millones de neuronas. Entender toda su
complejidad es una tarea que se encuentra en pañales. Hace tan solo 100 años
que se determinó que las neuronas son piezas básicas constitutivas de este, y
solo en los últimos 25 años ha sido posible observar su estructura y sus funcio-
nes en personas sanas.
Son impresionantes las imágenes de extraordinaria resolución que se obtie-
nen mediante escáneres cerebrales con las diferentes zonas coloreadas.
Uno de los aspectos más fascinantes de la investigación del cerebro humano
es que nos enfrentamos a profundas cuestiones filosóficas. La mente depende
del cerebro, ya que sin él no podríamos pensar, sentir o imaginar, por lo que
cabría decir que ¿somos simplemente productos de la actividad eléctrica del
cerebro? ¿Son lo que consideramos como “experiencia subjetiva” una simple
consecuencia de la actividad cerebral?

107
La vida de ello Un viaje que te enseñará los recursos psicológicos del bienestar emocional

Una de las maravillas del cerebro humano es que nos permite compartir nuestros
pensamientos, y creo que a veces no le damos la suficiente importancia a esto.

Creemos que “es como debe ser”


básicamente porque no conocemos
otra forma, ¿pero y si la hubiera?

Hace miles de años, los seres humanos, no tenían la capacidad de comuni-


carse que a día de hoy tenemos, cada vez más y más desarrollada, incorporando
grandísimos avances de tecnología en nuestras vidas.
Nuestro conocimiento está constituido tanto por el pensamiento de nuestros
antecesores como el de nuestros contemporáneos y va más allá de la capacidad
de un solo cerebro. Somos capaces de funcionar como un sistema, interactuando
en colaboración y tomando decisiones en conjunto.
De momento, como no podemos continuar esta línea filosófica que no nos
permite aterrizar ninguna de las ideas que trato de exponerte a por qué la tole-
rancia a lo incómodo te hará crecer más rápido, empezaré por lo que sí sabemos.
Conocemos el desarrollo que ha tenido el cerebro desde hace años y cuál ha
sido su evolución, además de cómo le afecta el envejecimiento. Cada vez tenemos
más información sobre cómo nuestro estilo de vida impacta en nuestro rendi-
miento cognitivo y nuestro riesgo de desarrollar enfermedades mentales.

Sabemos que es materia, por lo que el estado de esa materia


determina el estado de nuestros pensamientos, además de
nuestra calidad de vida.

Sabemos que la materia es cambiante, y que gracias a la neurogénesis


y a la neuroplasticidad, podemos adaptarnos a las distintas
exigencias que se nos plantean de manera cotidiana.

108
La vida de ello Un viaje que te enseñará los recursos psicológicos del bienestar emocional

La neurogénesis puebla el encéfalo en crecimiento de células cerebrales, y


la neuroplasticidad adapta a las neuronas y las redes neuronales al cambio en
el ambiente sensorial. Durante gran parte del siglo XX, se creía que estas solo
tenían lugar antes del nacimiento y durante los primeros años de la niñez, lo que
sería decir que la estructura cerebral quedaba fijada a lo largo de nuestra vida y
determinaba nuestra personalidad. En cambio, en la actualidad, sabemos que
el cerebro se modifica a lo largo de toda la vida. Los diagramas de conexiones
del cerebro gracias a las nuevas interacciones entre neuronas, se incorporan
como nuevas redes. Uno de los descubrimientos más famosos sobre este hecho
es que los taxistas tienen un hipocampo más grande que demuestra el vínculo
entre ejercitar una función cerebral y el crecimiento de la región que soporta
dicha función.
Esto resulta alentador, ya que ahora tenemos consciencia de que el cerebro
se mantiene receptivo y capaz para el cambio a largo de la vida, por lo que está
en nuestras manos ejercitarlo, aún sabiendo que inevitablemente nos haremos
más mayores, pero con grandísimas diferencias en cuanto a nuestra autonomía
y felicidad.

Es curioso cómo, de manera


generalizada, esperamos a
desarrollar una razón fuerte,
una razón que desde el dolor nos
haga ponernos manos a la obra
con lo que respecta nuestros
hábitos, nuestra salud y nuestro
entrenamiento en lugar de
anteponernos a que esto ocurra.

109
La vida de ello Un viaje que te enseñará los recursos psicológicos del bienestar emocional

Esperamos a apuntarnos al gimnasio cuando nos duelen las rodillas lo


suficiente como para no poder echar una carrera, o nuestro fisioterapeuta de
confianza nos asegura que los dolores de espalda deben prevenirse con entre-
namientos de fuerza. Comenzamos a hacer deporte, no porque nuestro Yo pro-
fundo se desarrollaría con mayor virtud y consonancia con quien queremos
ser, lo hacemos para que nuestro Yo superficial no se sienta mal con su cuerpo
o con la imagen que refleja el espejo. Y nos quedamos ahí, en la superficie de
todo, sin llegar a profundizar los tremendos beneficios que tiene la disciplina
con un sentido de base.
Te contaré algo: la diferencia entre las personas que son capaces de desarro-
llarse con virtud en los diferentes ámbitos de su vida, que tienen energía y se
despiertan de un salto de la cama, son también aquellas que han trascendido la
superficie de las cosas y han encontrado su “para qué” de peso.
Son aquellas que no van al trabajo solo porque eso les va a permitir com-
prarse un coche más caro, lo hacen para mantener a su familia y dar a sus hijos
una buena educación. En definitiva, su amor por ellos es su motor. Y es un motor
tan potente que les hace disfrutar de las tareas de su vida, aun pareciendo tre-
mendamente aburridas.
La mujer que cocina con cariño cada fin de semana para su familia, no lo
hace porque así la comida estará más rica o para recibir cariño a cambio. Lo
hace por el amor que le proporciona alimentar bien y de manera saludable a
quienes más quiere, facilitándoles la vida. Por eso le gusta cocinar. Porque lo
hace por amor.
La chica que va al gimnasio o a clase de yoga (o a cualquier actividad deportiva
que implique un desarrollo en la capacidad física del sujeto) cada semana, disfruta
de su progreso aún cuando éste, a ojos de otras personas, sea muy principiante.
Porque se da cuenta de que cada día es más capaz, liberando neurotransmisores y
hormonas de la mano del bienestar que le permiten seguir avanzando.

¿Y qué es la felicidad si no la sensación de progreso,


la sensación de no-estancamiento? No importa si tu progreso
es de 0 a 1 o de 10.000 a 50.000.
En cualquier ámbito.

110
La vida de ello Un viaje que te enseñará los recursos psicológicos del bienestar emocional

Por eso, es frecuente encontrarse a jóvenes que han conocido el “éxito” en


lo que se refiere a su Yo Superficial que después de tener mucha fama, dinero,
placeres y la vida resuelta, caen en cuadros depresivos.
Es común, si nos damos cuenta, no han tenido los tiempos de maduración
en lo que se refiere a “progreso” y en apenas un año, han pasado a ser queridos
por su familia y allegados, a ser reconocidos y juzgados a nivel mundial.
En la línea de lo que iba diciendo, aquellas personas que actúan únicamente
por miedo y por evitar el dolor, sin llegar nunca a trascender este plano de actua-
ción, terminarán dejándolo. Además, ese circuito de recompensa cortoplacista
estará repitiendo patrones en todos los ámbitos de su vida y pasará poco tiempo
en muchos lugares, sin terminar de encontrar el bienestar en ninguno.
Aquella persona que va al gimnasio solo para los abdominales, que se ali-
menta correctamente únicamente para lucir más delgado/a, que quiere seguir
estudiando con el objetivo de ser aplaudido o ganar más dinero, que se lee un
libro de una temática desconocida solo para acercarse a la chica de la biblioteca...

En definitiva, los escenarios pueden ser múltiples,


pero se repite una y otra vez el mismo patrón.

¿Por qué no, por tanto, tratamos de producir los cambios antes
de que estos lleguen a nuestra vida, encontrando cuál es el
verdadero motor que nos empuja a hacer las cosas y prescindiendo
de aquello que no nos haga mejor?

Supongo que todo nos conduce a


que sigamos acomodándonos, pero
te aseguro que eso solo tiene una
dirección, y no es la de mejorar.

111
La vida de ello Un viaje que te enseñará los recursos psicológicos del bienestar emocional

Aprendiendo a ver

No es lo mismo ver que mirar. Mirar es una acción superficial, como si tuvieras
que echar un ojo por encima sobre algo en concreto y simplemente comprobar
que el río sigue su cauce. Lo haces apenas unos instantes antes de afirmar con
la cabeza un “todo correcto”, y sigues a otra cosa.
Ver implica profundidad. Saber ver, es saber mirar más allá de lo que luce
a primera vista. Es echar uno, dos, tres y cuatro vistazos al mismo tiempo, ana-
lizando con serenidad cada situación, extrayendo conclusiones de las mismas.
Integrando cualidades que tú creas a cosas que, aparentemente, no dicen nada.
La gente va mirando por dónde va. Carteles, publicidad, gestos cruzados,
notificaciones en el móvil, la tele que se encienda mientras comes, la ducha de
agua caliente, el niño que te incordia al salir del trabajo, las facturas, las fechas
importantes, las tareas pendientes.

Muy pocos verdaderamente ven:


aprecian el valor de los pequeños
problemas a solucionar en su día a día,
agradecen compartir en familia, tener
agua caliente, poder pagar
unas facturas, disponer de
internet ilimitado.

112
La vida de ello Un viaje que te enseñará los recursos psicológicos del bienestar emocional

¿Empiezas a entender por dónde voy?

Lo cierto es que el antiguo filósofo Heráclito, ya mencionado con anteriori-


dad, tenía este mismo pensamiento sobre la diferencia entre ver y mirar las cosas.
La comprensión profunda de esto, nos hace darnos cuenta de una buena noticia,
y es que solo hay cualidades. Todo lo que ves está constituido por cualidades, y lo
que calificamos como defecto o error es solo la ausencia o la expresión limitada
de alguna cualidad.

¿Qué es, por ejemplo, la vergüenza sino una capacidad


limitada de nuestra autoafirmación?
¿O qué es el desagradecimiento, sino una capacidad
limitada de apreciar lo bueno?
¿O la persona egoísta sino la estrechez en la capacidad
de dar amor?

De manera generalizada, allí donde apreciamos un “defecto” solo hay una


brecha en la que se escurre una cualidad. Y esta manera de mirar, puede con-
ducirnos al error de quedarnos en la superficie. Pero si aprendemos a VER,
encontraremos la limitación.

En otras palabras: aprende a ver las cualidades en todo lo que te rodea.

De esta manera, no lucharás por alcanzarlas de una manera forzosa, como si


se tratara de una carrera en la que tienes que cruzar una meta. La meta está de
acuerdo a nuestra naturaleza, y ya la tenemos. Solo debemos permitir y favorecer
a que esta aflore, tranformándose.

“Lo que niegas te somete, lo que aceptas te transforma.”


- Carl G.Jung -

113
La vida de ello Un viaje que te enseñará los recursos psicológicos del bienestar emocional

Nuestra lucha, si es que pensamos que hay alguna, es la de ampliar nuestra


consciencia, nuestra “vista de pájaro”. Si aprendemos a detectar las cualidades
(o la carencia de éstas) ya estamos en progreso.

La verdadera transformación
es aquella que da la mano a la
extensión de nuestra manera
de ver el mundo.

La finalidad de todo ser humano conforme a su sufrimiento consiste pre-


cisamente en esto. Permitirse alcanzar el nivel que le posibilite la expresión
plena y fluida de sus cualidades, sin obstrucciones, en un entorno porque surge
de manera natural. Defectos y cualidades, serán expresiones o carencias de lo
mismo. Por lo que la lucha contra nuestros supuestos defectos, no es el camino
del crecimiento.

El miedo, el pánico, la ansiedad y el


estrés, existen para ayudarnos.

Igual que le ocurren al resto de animales, el pánico es nuestro cuerpo y nues-


tra mente que nos está diciendo que hagamos algo. Se trata de una respuesta a
un estrés agudo. Huir del jaguar o luchar contra la pantera. Sin embargo, hoy
en día no encontramos osos, ni lobos, ni guerreros cavernícolas por la calle. No
podemos luchar contra un enemigo que somos incapaces de identificar porque
no sabemos que existe.

114
La vida de ello Un viaje que te enseñará los recursos psicológicos del bienestar emocional

Está claro que podemos escondernos de él, pero eso solo hará que aumenten
las probabilidades de sufrir un ataque de pánico la próxima vez que experimen-
tes algo parecido. Si empiezas en el juego de evitar aquello que te hace sentir mal,
tal vez muy pronto se haga más poderoso y pase a ser un constante detonante.
Quienes nunca han vivido un periodo de tiempo con ansiedad y pánico no entien-
den que su identidad es una sensación que pueden perder. Y las personas lo dan
por sentado creyendo entender totalmente cuál es su enemigo. Pero lo cierto es
que no lo saben. Y es a esto a lo que nos enfrentamos hoy en día:

La más absoluta ignorancia sobre quiénes somos, qué nos gusta,


por qué nos sentimos solos rodeados de personas y qué es lo
que nos hace no sentirnos satisfechos hagamos lo que hagamos.

115
La vida de ello Un viaje que te enseñará los recursos psicológicos del bienestar emocional

La verdad es que menudo percal. No se puede ganar una guerra si no vemos


a los contrincantes en la batalla. Ninguna persona se levanta por la mañana, y,
mientras se prepara los huevos en la sartén, piensan de golpe “ – Uy, qué bien,
mi identidad sigue intacta, y el mundo sigue siendo real, veo perfectamente cuál
es la realidad y puedo identificar cuáles son los sentimientos que me causan una
despersonalización, ya puedo seguir con mi día.”

La ansiedad sencillamente está ahí.

Al intentar expresar lo que se siente cuando se sufre un ataque de pánico,


resulta fácil hablar de los síntomas más obvios. El caos de pensamientos que te
nublan la mente, la presión en el pecho, la aceleración del corazón, el hormi-
gueo en gran parte del cuerpo, la pérdida de fuerza en los músculos, la parálisis.
Pero un aspecto mucho más complicado de expresar, es el sentimiento de
despersonalización, saber que sigues siendo tú, pero no tener la sensación de
serlo realmente. Es como una especie de desintegración. Como si estuvieras
jugando a un videojuego en el que te mandan por dónde ir y no tienes la sensa-
ción de tener el poder sobre tus pensamientos ni acciones.
Esta sensación encierra una paradoja, porque parece como que uno hubiese
perdido algo que no sabía que tendría que vigilar, su propia persona. Hay espacios,
hábitos, conductas, pensamientos que fomentan a que esto nos siga ocurriendo.
Cada vez estamos más rodeados, de hecho. Los cambios de los estímulos recibidos
son muy rápidos y nosotros, los seres humanos, no somos capaces de adaptarnos a
tanta velocidad. Estamos en la era de compras por Internet, de luces no naturales,
de zumbidos de refrigeradores como una siniestra banda sonora al que creemos
estar acostumbrados.

Demasiadas opciones y
demasiadas decisiones por día
tenemos que tomar.

116
La vida de ello Un viaje que te enseñará los recursos psicológicos del bienestar emocional

La sobreinformación, la necesidad de que tengas todos los productos y servi-


cios del mercado a tu alcance con un simple click. Te meten anuncios hasta cuando
quieres escuchar algo de música con tranquilidad.
La comida a veces es nuestro peor enemigo. A menudo nos refugiamos tam-
bién en ella. No me refiero solo a que la mayoría contenga aditivos químicos, que
también. Me refiero a que es manipulada, procesada, en entornos antinaturales,
y cuando tu grado de ansiedad es bastante elevado, tú también puedes tener la
sensación de ser antinatural. Se trata de sentirte tan lejos de ti mismo como se
siente un folio en blanco del tronco del árbol del que ha salido.
Resulta tan difícil encontrar la paz en un lugar tan antinatural y sobrecar-
gado como en el que vivimos, que nos estamos acostumbrando a cada vez más
tolerancia al miedo.
Imagina por un momento que traemos al siglo XXI a un cavernícola de hace
50.000 años. Vamos poco a poco, exponiendo a este pequeño individuo indefenso
y vulnerable, que la única luz que conoce es la del sol y la del fuego, a la cantidad de
colores, a las puertas automáticas, a los ruidos constantes, a los ascensores, a los
animales domesticados por los humanos que los empujan. Al plástico, al metal,
a la madera barnizada. Al marketing, al lenguaje, a la medicación. A las gran-
des ciudades, a los coches, a la contaminación, a los supermercados. Empezará a
sentir pánico. Quizá salga corriendo hacia uno de los cristales de las oficinas y se
choque. Quizá empiece a llorar. Escuchando ruidos de fondo. Quizá ese pequeño
cavernícola, aún sabiendo que es él quien está viviendo esa situación, no se sienta
él. Y lance un grito ahogado desesperanza, porque aún sabiendo matar animales
salvajes que tratan cara a cara de despellejarle, no sabe ordenar la cantidad de
información bombardeada que le llega de este medio.
Parecerá que estoy exagerando, pero quiero comunicarte que biológi-
camente no hemos sufrido demasiados cambios desde aquel entonces. Sin
embargo, la sociedad sí, y a grandísima escala. Se espera que estemos agradeci-
dos y adaptados por todo este cambio. Y si es cierto, somos afortunados, ya que
no existe mayor fortuna que ser un ser humano vivo en este siglo si se compara
con ser un hombre muerto del Neolítico.

117
La vida de ello Un viaje que te enseñará los recursos psicológicos del bienestar emocional

Pero no es lo mismo SOBREVIVIR


a este siglo que VIVIR.
Y, por desgracia,
demasiada gente no vive.

Desde que Ello me hizo entender que en realidad mi esencia es la misma


que la del cavernícola, acepto la inseguridad, el miedo, el pánico y el estrés
como parte del proceso de adaptación al cambio. De esta manera, no solo me
siento afortunada, también me siento tranquila, feliz, y sana.

Me ayuda a pensar en esto.

Hace un tiempo, una mañana de Enero me tambaleé. Sí, sentí ese extraño
dolor psicológico que provocan algunos días de lluvia. Tuve la sensación de que
el techo de mi salón se vencía sobre mí durante un instante. Empecé a tragar
saliva de manera compulsiva y sentí la necesidad de desbloquear la pantalla del
teléfono móvil con el objetivo de buscar una distracción.
Como un automatismo.

Me siento mal = voy a distraerme viendo algunos vídeos.

De golpe me di cuenta. Algo se disparó dentro de mí. Pensé entonces que lle-
vaba entre dos y tres noches sin estar durmiendo bien. Recordé la cena pesada
de anoche, y los excesos de hoy mientras comía distraída. Me di cuenta de que
después de las Navidades, había estado trabajando demasiado tiempo en frente
del ordenador. Me había estado preocupando mucho por los nuevos proyectos
en los que quería meter cabeza.

118
La vida de ello Un viaje que te enseñará los recursos psicológicos del bienestar emocional

Me habían estado atormentando millones de pequeñeces absurdas que pare-


cían inmensas dentro de mí. Y de pronto allí estaba, una mañana de Enero, con la
sensación de tener que distraerme para encontrarme. Paradójico. Como si fuera
a encontrar la respuesta en Instagram. Fue entonces cuando fui consciente de
algo que nos atormenta a todos, pero son unos pocos llegan a la conclusión de
que esto no es tan importante.
Nada de lo que me preocupaba en aquel momento iba a ocasionar ningún
cambio esencial en mi vida. Yo, al día siguiente, iba a poder seguir teniendo
agua caliente, la posibilidad de ir a entrenar, la oportunidad de ver a mi familia.
Iba a poder seguir comiendo y bebiendo, durmiendo y leyendo.
Y en ese momento la ansiedad reculó, como un ladrón que entra una noche
a un gran chalet y ve como la luz del salón se enciende de golpe. Esa luz era Ello.
No se nos facilitan las cosas para hablar con nuestros más allegados acerca
de la salud mental, hasta que forzosamente, nos toca tener esa conversación
porque nos sentimos mentalmente enfermos. Como si realmente estuviéramos
toda la vida fingiendo estar sanos al 100 × 100.
Sencillamente, no nos tomamos el estrés lo bastante en serio como para
dedicarle unos minutos al día. O quizá tampoco se toma tan en serio a la gente
que sí quiere dedicarlos y los prioriza. Sea como fuere, esto hace que cada vez
sean más las personas que no solo viven estresadas, sino que la enfermedad los
acompaña aun sin que ellos sean conscientes.

Piensa un instante en las palabras que utilizamos


cuando hablamos de desequilibrio mental.

Las noticias informan de estrellas de Pop que confiesan avergonzadas haber


sufrido ansiedad, trastornos alimenticios, adicciones o depresiones como si
esas cosas fueran delitos, y no les ocurriera a gran parte de la población en un
momento de sus vidas. Pero claro, lo cuentan de una manera en la que hacen que
el espectador se compadezca completamente con ellos y se olvide de sí mismo.

119
La vida de ello Un viaje que te enseñará los recursos psicológicos del bienestar emocional

No es que hablar de los problemas mentales, de las inquietudes, o de las


dificultades para superar una adicción sea de personas valientes. No quiero qui-
tarles mérito, yo misma he necesitado hacerlo para poder superarlo. Y es aquí
adonde quiero ir a parar.
No es que si lo hablamos y verbalizamos seamos más valientes que el resto, es que
si no lo hacemos, nos convertimos automáticamente en unos cobardes enfermos.

Como dijo en su día C. S. Lewis:

“El intento frecuente de intentar ocultar el dolor mental


aumenta la carga, pues es más fácil decir me duele una muela,
que decir tengo el corazón roto.”

Deberíamos, sin duda, esforzarnos para hacer de este mundo un lugar en el


que sea sencillo hablar de nuestros obstáculos. Esto no solo aumentará la concien-
ciación, como se ha demostrado desde distintos tipos de corrientes filosóficas y
psicológicas, hablar, expresar, escribir, verbalizar, tiene beneficios medicinales.
De hecho, mitigan los síntomas. Al compartir, se cura al que expresa tanto como
el que escucha, ya que se da cuenta de que hay otras personas que sienten lo
mismo que sentimos nosotros.

No dejes de comunicarte nunca.

Si sientes que realmente tienes un problema al que quieres enfrentarte, no


lo nombres como una debilidad o una tara que te acompañará para siempre, ni
permitas que nadie te haga pensar así.

120
La vida de ello Un viaje que te enseñará los recursos psicológicos del bienestar emocional

Como comencé diciendo en este capítulo, trasciende el dolor y evita el auto-


matismo de salir corriendo, para poder enfrentarnos a él y descubrir, entre
otras cosas, que no estamos solos. Que seguimos progresando. Y que no hay
camino virtuoso sin obstáculos.
Porque, como diría Ryan Holiday:

“el propio obstáculo ya es el camino.”

Debes esforzarte en exteriorizar lo que sientes para poder trabajarlo. Es


preciso que exista una comprensión sutil de las distintas presiones que puedes
llegar a sentir, las cuales han podido ocasionar una grieta que se ha convertido
en una sombra. La comprensión empieza dentro de nosotros, desde la acepta-
ción y no desde la represión.

Comprendernos es amarnos. Y amar,


querido lector, amar sana.

121
La vida de ello Un viaje que te enseñará los recursos psicológicos del bienestar emocional

¿CÓMO AMAR(NOS),
DE PECHO HACIA DENTRO?

1. Piensa durante un instante en aquellas personas


a las que quieres. En la relaciones más profundas que
tienes y has tenido en tu vida. Piensa en la felicidad que
sientes cuando ves a esas personas y cuánto te alegras,
de corazón, cuando les ocurren cosas buenas o están
felices. Date cuenta de que no las quieres por su aspecto,
que las quieres por lo que son. Por el hecho de que sean
ellos mismos, ya te agrada verlos.
¿Por qué no haces lo mismo contigo? Sé tu propio
amigo, debes sentirte encantado de ver a la persona que
hay detrás de tu cara, más allá de tu aspecto, dentro de ti.
No te trates de manera diferente a cómo tratas a aquellos
a los que quieres.

2. Cambia la perspectiva y las palabras que utilizas


para describirte. Incluso cuando ves fotos de ti mismo
de hace unos años, o de ahora mismo y piensas “uy, qué
mayor estoy. Uy, qué joven estaba entonces. Uy, se me nota
muy gordo, mejor borra esa foto que no quiero verla.”

122
La vida de ello Un viaje que te enseñará los recursos psicológicos del bienestar emocional

En lugar de sentirte desde la perspectiva de lo negativo,


prueba a sentirte afortunado por el momento de la vida
en el que estás. Eso se traduce en vivir con abundancia,
no con escasez.

3. Disfruta de ser diferente. No trates de replicar ser


alguien que ya existe. Vuelve al capítulo del Principio de
Congruencia si es necesario. Alinéate con tu personalidad
más profunda.

4. No te preocupes ni le des demasiada importan-


cia a no caerle bien a la gente. De hecho, donde reside
un fallo grande en la autoestima es cuando tratamos de
complacer a todo el mundo. Es mejor no caer bien por
ser uno mismo que caer bien por ser alguien que no se es.
La vida no es una obra de teatro, no te empeñes en jugar
diferentes personalidades que te alejan de tu esencia.

5. Abraza y ama las imperfecciones como parte de


tu perfección. Acentúalas si cabe. Eso será lo que sin
duda te va a hacer distinto, y lo diferente es atractivo.
Lo natural es atractivo. Lo sencillo es atractivo. Mucho
más atractivo que cualquier otra cosa.

6. No permitas nunca que la opinión negativa que


un desconocido tenga de ti, se transforme y se inyecte
tan fuerte en tu subconsciente que se convierta en la
opinión negativa que acabas teniendo de ti mismo
aunque trates de negarlo.

123
La vida de ello Un viaje que te enseñará los recursos psicológicos del bienestar emocional

7. Si te sientes mal contigo mismo, aléjate de las


redes sociales. Están hechas para tener al alcance de
un simple click el escapismo emocional por excelencia.
Utiliza la redes para crecer, para sumarte, para alegrarte,
no para escapar.

8. Recuerda cada día que a nadie le importa la forma


que tiene tu cara, como te quedan esos pantalones, o si
te has maquillado o no esta mañana. Vuelve al punto
número uno si lo crees necesario.

9. Dedica mínimo una hora completa de tu día a algo


que no tenga que ver con el trabajo. Algo que no tenga
que ver con navegar por Internet, o con una obligación.

Baila.

Cocina.

Saca el karaoke.

Pasea a tu perro.

Llama a un amigo por vídeo llamada.

Exprime tu creatividad dibujando.

Ve a clase de yoga.

O túmbate en el suelo y pon las piernas en alto


contra la pared y respira.

124
La vida de ello Un viaje que te enseñará los recursos psicológicos del bienestar emocional

10. No olvides qué es lo realmente importante (e invisible).


Este punto es largo, mucho más que los nueve anteriores,
pero no podía ser de otra manera.

Mientras escribía este libro, una pandemia mundial acontecía el mundo entero.
Un virus de origen desconocido para algunos, conocido para otros, real para la
mayoría, inexistente y falso para el resto. Un virus capaz de matar, de cerrar
fronteras, de quebrar empresas, de hundir negocios. Un virus capaz de saturar
el sistema sanitario, enfrentar a políticos, rivalizar a la población. Sea lo que
sea, el virus no es lo único a lo que nos enfrentamos. Cada individuo, como
podrás imaginarte, vive esta situación desde las gafas que lleva puestas para ver
su realidad.

Citando a Albert Einstein, escribo sus palabras:

“No pretendamos que las cosas cambien,


si siempre hacemos lo mismo.
La crisis es la mejor bendición que puede sucederle
a personas y países, porque la crisis trae progresos.
La creatividad nace de la angustia como el día nace
de la noche oscura. Es en la crisis que nace la inventiva,
los descubrimientos y las grandes estrategias.
Quien supera esta, se supera así mismo sin quedar superado.
Quien atribuye a las crisis sus fracasos y penurias,
violenta su propio talento y respeta más a los problemas
que a las soluciones.”

125
La vida de ello Un viaje que te enseñará los recursos psicológicos del bienestar emocional

Durante un rato pienso en los sanitarios. O en los ancianos que quedaron


atrapados en los centros de jubilados a pasar sus últimos días. Pienso en los que
se quedaron por el camino. Pienso en la violencia doméstica sin atender, en los
trabajos que sustentaban familias enteras de pequeños negocios locales que
yacen cerrados, pienso en las personas con enfermedades mentales severas. Y
me pregunto si realmente sabrán ver todo esto como una oportunidad.
Pienso en lo diferente que se vive esta situación cuando un familiar tuyo
cercano lucha por la vida y la muerte a cuando tu mayor preocupación es que el
profesor de la universidad cuelgue los apuntes a tiempo en la plataforma online
para hacer el examen a través de una videollamada.

Pienso.

Pienso que, en la primera situación, esa dura batalla anula todas las demás
pequeñeces que acontecen nuestro malestar cada día. No quiero llegar hasta
ese punto sin haber actuado como me gustaría, por eso trato cada día de tener
presente la muerte en cada una de mis acciones.

Los estoicos utilizaban el término


“Memento Mori”, recuerda que vas a
morir, recuerda que eres mortal,
como un mantra que les acompañaba
a cada amanecer.

126
La vida de ello Un viaje que te enseñará los recursos psicológicos del bienestar emocional

Está bien tenerlo en mente.


Por eso de aprender a diferenciar lo importante de lo urgente,
lo urgente de lo importante.
Por eso de profundizar en:

“aquellas cosas que podemos controlar”


y “aquellas cosas que escapan de nuestro control”.

Puede resultar un mensaje pesimista para algunos, pero nada más lejos de
la realidad, no debe asustarnos ni bloquearnos. Tener presente esto hará que
podamos disfrutar de nuestros seres queridos en vida más que si damos por
hecho que permanecerán eternamente a nuestro lado y, sin duda, también hará
que disfrutemos más de nuestros días.
Cuando te enfrentas a una situación de vida o muerte, o cuando ves a alguien
a quien quieres luchar por continuar, empieza a darte igual cualquier correo
electrónico urgente que no hubieras podido contestar. No sientes ninguna ten-
tación de consultar las redes sociales. Incluso saber cómo va el mundo, parece
algo intrascendente, pasado a segundo plano cuando uno se encuentra en la
unidad de cuidados intensivos y al otro lado de una fina cortina de hospital se
escucha el llanto de un familiar al enterarse del fallecimiento de un paciente.
A veces, las unidades de cuidados intensivos, las enfermedades, las lesiones
graves, las malas noticias en una sala de hospital son sitios lúgubres, pero en oca-
siones también, esas habitaciones estériles llenas de personas que recuerdan lo
verdaderamente importante de vivir, también resultan lugares esperanzadores.
Considero que es una desgracia que sea necesario que pasen cosas tan
trascendentales en nuestra vida, o en la vida de a quienes queremos, para que
veamos la perspectiva de nuestros días. Imagina durante un instante, que pudié-
ramos mantener ese criterio.
Esto es el Memento Mori, tener claras cuáles son nuestras prioridades,
incluso en los momentos buenos en los que gozamos de salud, tener presentes
que en cualquier instante podemos encontrarnos en un estado crítico para que,
aquellas cosas que nos parecen un infierno, insufribles o nos atormentan en la
noche, podamos analizarlas con la objetividad que merecen.

127
La vida de ello Un viaje que te enseñará los recursos psicológicos del bienestar emocional

Podemos vivir con amor.


Mantener ese amor.
Un amor que siempre está ahí. Tan cerca de la superficie que aflora cada
mañana. Imagina que puedes mantener la bondad y la dulce gratitud con la
vida en sí, aún en los días grises en los que no sale el sol, aún en esos en los
que tienes que esforzarte el doble, dando las gracias por poder enfrentarte a la
adversidad.
Cuando mi vida se llena en exceso de ruido, de bobadas estresantes, trato
de visualizar esa habitación de hospital. Un lugar lúgubre para muchos, espe-
ranzador para otros. Un espacio con una ventana y apenas unos rayos de sol.
Algunos árboles fuera y los pitidos de los vehículos conducidos por personas
enfurecidas y aceleradas.
Recuerdo ese lugar, lleno de personas con miedo que dan las gracias. Ese lugar
donde seguramente yo estaré algún día, y recordaré, sin duda, estas palabras que
escribo en este libro.

Ese lugar lleno de enfermedad,


incertidumbre, pánico y... amor.
Amor por la vida. Porque la vida,
en sí misma, ya lo es todo.
Ya está completa.
Igual que tú lo estás.
No lo olvides.

128
La vida de ello Un viaje que te enseñará los recursos psicológicos del bienestar emocional

Todo cuanto eres, ya está completo.

“Solo hay un rincón en el universo que con toda seguridad puedes


mejorar, y ese rincón eres tú mismo.” -
- Aldous Huxley -

El planeta Tierra es único. Y solo hay un lugar (que conozcamos) en el que existe
vida humana dentro del universo, y es en este lugar increíble. Por sí mismo,
el planeta nos brinda lo que necesitamos para sobrevivir. Desde el día en el
que naciste, tú también tuviste que ser increíble para recoger todos los requeri-
mientos que se necesitan para estar aquí.

129
La vida de ello Un viaje que te enseñará los recursos psicológicos del bienestar emocional

Piensa un instante sobre esto.

La complejidad de tu cuerpo, de tus tejidos y órganos. Tus formas, tus hor-


monas, las palpitaciones de tu corazón. Los miles de procesos automáticos que
pones en marcha cada día, sin descansar ni un segundo. Solo tu cerebro ya
tiene más conexiones que lo que conocemos de vía láctea. Alrededor de 90.000
millones de neuronas. Y luego, dormir. Necesitas dormir. Como una máquina
que pone el motor en reposo para enfriarse y volver a funcionar.

No me dirás que no es increíble.

Y nuestros sueños, nuestros anhelos, nuestra capacidad de crear e imagi-


nar. Nuestra salud mental. Nuestros fallos de comunicación entre neuronas.
Las enfermedades. Como si de pronto, la máquina comenzara a dar fallos de
conexión y no sabemos de cuáles de las miles de unidades que contiene pro-
viene. Comenzamos a toquetear nuestro interior, acudimos al técnico de motor,
vamos a que nos hinchen las ruedas, comprobamos el aceite, nos llevamos al
taller a que nos miren los bajos, echamos agua en el limpiaparabrisas, cambia-
mos las bombillas, limpiamos los asientos de cuero...
Y después de todo, nos seguimos sintiendo como un vehículo 4x4 con la
pintura resplandeciente y la sensación de que somos pura fachada. Sientes que,
hasta el 600 del 73 pudiera pasarte por la derecha y tú no supieras ni manejar la
dirección del volante.

Eres increíble por el simple


hecho de estar leyendo esto.
Y completo. Estás completo.
Ya eras todo desde el día
que naciste.

130
La vida de ello Un viaje que te enseñará los recursos psicológicos del bienestar emocional

Cuando miramos a un niño pequeño, tenemos la sensación de estar viendo


algo perfecto, algo no corrompido por las complejidades y la experiencia de la
vida que están por llegar.

Venimos al mundo completos.

Y después de estar completos, comenzamos a vivir, dibujando y escribiendo


la historia en miles de archivos que yacían blancos antes de que llegáramos.
Pero por algún lugar del camino hemos olvidado que ya somos lo que necesi-
tamos, subimos el listón de lo que creemos que nos hará felices. Caemos en
las garras de la tentación de comprar cosas para sentirnos mejor, porque a las
empresas se les anima a ganar más dinero para que sean más prósperas.

Y aquí está la trampa.


Estas conductas no son adictivas
porque nos hagan sentir felices.

Esto es adictivo porque no nos hace sentir felices. Compramos algo y lo dis-
frutamos durante un corto periodo de tiempo, pero después nos acostumbra-
mos a tenerlo, nos aclimatamos y necesitamos algo más.

Nos acostumbramos a experimentar


esa sensación de cambio, de ser o
tener algo novedoso, algo superior.
Y vuelta empezar.

131
La vida de ello Un viaje que te enseñará los recursos psicológicos del bienestar emocional

Esto es lo que comúnmente se reconoce como adaptación hedónica.


Un mecanismo puramente cognitivo y psicológico mediante el cual, una
vez saciamos un deseo, otra necesidad ocupa su lugar y despierta en nosotros
una insatisfacción como la anterior. Esta rueda compara el comportamiento
humano con el de un hámster corriendo en el interior de una jaula, dentro de
su rueda, siempre en el mismo lugar, siempre en la misma dirección.
Esta teoría expone cómo la gratificación de nuestros impulsos nos mantiene
siempre en la misma posición independientemente de lo que compremos.

Tal y como indica el filósofo y escritor William B. Irvine:

“Después de trabajar duro para obtener lo que queremos, perdemos


interés de manera rutinaria con el objetivo de nuestro deseo. En lugar
de sentirnos satisfechos, nos sentimos aburridos, como respuesta a la
desgana, nos ocupamos en formar nuevos deseos, todavía mayores.”

El término “El trabajo de Sísifo”, tiene su origen en un concepto similar al que


trato de explicar. Sísifo, en la mitología griega, fue fundador y rey de Corinto.
Fue eternamente castigado cuando, por orden de Zeus, Tánatos (es decir,
lo que se conocía como la muerte) fue a buscarlo, y Sísifo se libró y lo engañó,
poniéndole unos grilletes. Cuando estuvo de nuevo en Corinto, rehusó volver
de forma alguna el inframundo, viviendo más años en la tierra hasta morir de
manera natural una vez fue anciano.

132
La vida de ello Un viaje que te enseñará los recursos psicológicos del bienestar emocional

A su muerte, en el inframundo, Sísifo fue obligado a cumplir su castigo, que con-


sistía en empujar una piedra enorme cuesta arriba por una ladera muy empinada,
pero que siempre, antes de que alcanzase la cima de la colina, la piedra rodaba
hacia abajo una y otra vez. Y así permaneció durante toda la eternidad, recorriendo
siempre el mismo camino, sabiendo que nunca alcanzaría la satisfacción de llegar
a la cima porque una y otra vez la piedra volvería a rodar cuesta abajo.

133
La vida de ello Un viaje que te enseñará los recursos psicológicos del bienestar emocional

La adaptación hedónica funciona como una adicción, la cual no se erra-


dica con mayor poder adquisitivo, alimentos con más azúcares y grasas, mayor
libertad sexual o productos cada vez más certificados y baratos. El hedonismo
inconsciente consta de una desordenada e irreflexiva militancia en valores que
invitan a aspirar a placeres instantáneos y relativamente fáciles de obtener.
Los psicólogos S.Frederick y George Lowenstein estudiaron y dieron nom-
bre a este fenómeno, ilustrándolo con ganar la lotería. Ganar la lotería permite
a cualquiera vivir como había soñado durante un periodo de tiempo.
No obstante, después de un periodo inicial de euforia incontenida, quienes
la ganaron vuelven a experimentar esos niveles de felicidad y bienestar simi-
lares a los que tenían anterioridad, incluso demostrándose así que su nivel de
economía tiende a bajar radicalmente al no saber administrar tales cantidades
de dinero.
Sin indagar demasiado, yo misma he conocido a muchas personas de diver-
sos lugares que, sin tener acceso a teorías de psicología avanzada, ni siquiera
ensayos de sociología o filosofía, han llegado a la misma conclusión que estos
estudios sobre el fenómeno que describo: tener más no aporta mayor felicidad.
Con frecuencia no nos damos cuenta de el hecho de que tenemos cuanto
necesitamos, y que desear más se convierte en una pesadilla cuando te ator-
menta y te lamentas por ello cada día.

¿Por qué nos cuesta TANTO comprender este hecho?

Principalmente nos ocurre a los más jóvenes (y no tan jóvenes), como si,
llegados a cierta edad en la vida más cercana a la muerte, comenzáramos a
comprender el verdadero sentido y utilidad de ésta.

¿No sería más fácil que lo comprendiéramos de antemano y


dejáramos de darnos de morros contra un muro una y otra vez?

134
La vida de ello Un viaje que te enseñará los recursos psicológicos del bienestar emocional

No se trata de conformarnos o acomodarnos en una situación mediocre, sin


ambición ni propósitos por los que levantarnos cada día y luchar. Se trata de perse-
guirlos, siendo conscientes de que la felicidad no será mayor a medida que vayamos
amontonando más y más cosas en nuestra vida, y no dejando así que ésta recaiga
en las manos de la incertidumbre de si alcanzaremos o no dichos logros.

¿Las buenas noticias? La adicción que esta conducta ocasiona en los


Seres humanos puede curarse, sobrellevarse y aprender a vivir con
ella sin recaer una y otra vez.

¿Las malas? Las adicciones con un protagonismo tan profundo y


arraigado a nivel psicológico son más difíciles de combatir que
aquellas con una naturaleza más somática, porque lo primero
es darse cuenta del propio comportamiento destructivo.

William B.Irvine explica esto en su libro El arte de la buena vida:

“Conocemos al hombre o a la mujer de nuestros sueños y,


tras un tumultuoso cortejo, logramos casarnos.
Iniciamos la convivencia con el estado de gracia de los recién
casados pero, al poco, nos encontramos contemplando los defectos
del cónyuge y, no mucho tiempo después, fantaseando acerca de
iniciar una relación con alguien nuevo.”

Una vez más, cumplimos con ese supuesto deseo que cambiará nuestra vida
para mejor, nos adaptamos a su presencia, y dejamos de desearlo o de encon-
trarlo tan útil, placentero o atractivo como al principio.

135
La vida de ello Un viaje que te enseñará los recursos psicológicos del bienestar emocional

A diferencia del mito griego expuesto con anterioridad, no estamos atrapa-


dos como si lo estaba Sísifo. Los seres humanos contamos con nuestro intelecto
y voluntad para analizar cómo estos fenómenos de consumo adictivo, influyen
en su vida. Esta clase de consumo competitivo, es el responsable de que el indi-
viduo aspire a mantener un determinado estatus social en su entorno como fin
último. Según la filosofía clásica y la psicología moderna, una vez analizado el
problema, podemos emprender el camino del remedio.

Tomar consciencia de nuestra


herencia genética y propensión
a buscar esa satisfacción,
y aprender a gestionar
(ojo, que no he dicho reprimir)
ese impulso.

Cuando hablo de herencia genética me refiero a nuestro punto de partida en el


mundo. Uno de los artículos más famosos sobre adaptación hedónica para Scientific
American, Marina Krakosvsky, menciona estudios realizados en gemelos de distintos
entornos, que sugieren que aproximadamente el 50 % de la percepción de bienestar
de un individuo está determinado por su punto de partida genético.

Ahora bien, ¿qué ocurre con el otro 50 %?

136
La vida de ello Un viaje que te enseñará los recursos psicológicos del bienestar emocional

Es más complejo establecer hipótesis sólidas acerca de qué factores lo determinan.


Podríamos decir que una pequeña parte de su entorno, y una parte mayor de sus
actividades intencionales. Es decir, nuestra voluntad de perseverancia y raciocinio.

La fuerza de voluntad es un músculo que, si no se ejercita, se atrofia


tal y como dice el psicólogo social Roy F. Baumeister.

Está más que demostrado que gran parte de nuestro comportamiento coti-
diano es aprendido y emulado, a grandes rasgos, a las figuras representativas
durante nuestros inicios.
En los dibujos animados como Donald en 1938, se ve representado una lucha
constante que tiene lugar en su conciencia entre dos impulsos, caracterizados
como un pequeño demonio y un ángel. Éstos impulsos, no solo suelen verse y
representados en los dibujos animados, también suelen imponerse en la vida
real, si el contrapeso de la gratificación aplazada no surte efecto. Sería algo así
como la teoría de Freud que explico brevemente en las primeras páginas del
libro, de donde nace Ello y su capacidad para coger el timón de mi vida, no
dejándose arrastrar por comodidades que me conducirán a un lugar lejos de
donde quiero estar.

Ello es mi gratificación aplazada.

La gratificación aplazada, consiste en regular nuestros impulsos buscando


obtener tranquilidad y bienestar de manera duradera, contrarrestando los ries-
gos de una gratificación instantánea, pero lo “malo” es que no ofrece un placer
instantáneo, por eso nos resulta tan complicado desearla.
En estas últimas décadas, los modelos sociales han primado mecanismos de
gratificación instantánea, consumismo de masas y marketing moderno, mien-
tras que la sensatez, apoyada por la filosofía clásica y psicología moderna, han
retrocedido en el tiempo y han pasado a un segundo puesto en el ranking de
valores individuales y colectivos.

¿Cómo alcanzar esta gratificación aplazada?

137
La vida de ello Un viaje que te enseñará los recursos psicológicos del bienestar emocional

A día de hoy, hasta el Instagrammer que disfruta cuando recibe muchos


likes por su selfie, pronto buscará más likes y se sentirá decepcionado si el
número sigue igual.
El estudiante de matrícula de honor, se sentirá fracasado si saca un suficiente.
El empresario que pega un pelotazo, buscará pegar muchos más pelotazos
cada mes. Con cada logro, o adquisición, parece subir un listón infinito.

En este punto, es cuando nos toca a


nosotros poner los pies en el suelo
y decir: — Eh, eh, eh.
Párate un momento amigo,
¿a dónde vas tan deprisa
si aún no sabes si es ahí
donde quieres acabar?

En su momento pensaba que sería feliz para siempre si acababa la carrera.


Despúes, si vivía en una casa cerca del mar.
Luego, si publicaba un libro.
Ahora, que estoy terminando de escribirlo, quizá me genera unas
expectativas con él. Y luego querré otro libro.
Me encantaría alcanzar un éxito de ventas.

Y así sucesivamente.

138
La vida de ello Un viaje que te enseñará los recursos psicológicos del bienestar emocional

Y como muchas otras personas en el mundo, fui feliz, fugazmente, con cada
objetivo profesional que me marcaba, pero también mi cerebro no tardaba en
acostumbrarse al logro anterior y fijaba un nuevo objetivo.
Es por ello, por lo que en este contexto, la gratificación aplazada es lo que
nos salva, lo que manifiesta nuestros intereses a largo plazo, nuestra mente
estoica y el desarrollo de nuestra inteligencia emocional.
Para superar esta situación en la que a veces actuamos como Sísifo, tendremos
que tener por bandera una filosofía de vida en el sentido clásico. El problema, es
que la concepción que tenemos de filosofía, se aleja bastante de la que trato de
exponer como posible solución a este problema.
No hablo de un conjunto de teorías puramente intelectuales sin aplicación
práctica, en la que debamos dedicar gran parte de nuestra vida a estudiar anti-
guos escritores y pensadores clásicos, emulando sus teorías y conclusiones, sin
invitarnos a nosotros mismos a ponerlas en la práctica y desarrollar nuestro
pensamiento más crítico.
Una filosofía de vida, consiste en cultivar una manera coherente de vivir, en
la que estaremos preparados para resistirnos a espejismos de un placer malen-
tendido, y de esta manera aprenderemos apreciar otras cosas y situaciones que
nos aportan un bienestar y una tranquilidad duradera. Unos principios y valores
que rijan nuestro camino, para darnos cuenta de que no importa cuán idílica es
nuestra vida para otros, lo crucial es cómo nosotros la percibamos.

139
La vida de ello Un viaje que te enseñará los recursos psicológicos del bienestar emocional

“Y una clave para la felicidad consiste en prevenir el proceso


de adaptación hedonista, dando pasos para evitar
dar por sentadas, una vez conseguidas, las cosas
por las que tanto luchamos para obtener.”
- William B. Irvine -

Es posible romper el maleficio de Sísifo, o salir de la rueda del hámster, es


posible, dice Irving, perfeccionar una técnica interior para mantener vivo el
deseo sobre las cosas que ya tenemos.
El mundo cada vez más rápido, más fugaz, más anhelado, más insatisfecho,
tenemos como objetivo aprender a apreciar nuestra situación en cada instante. Y
de esta manera, no es que vayamos a ver el vaso medio lleno, o incluso rebosante.
Tan solo, si aprendemos a tener unos principios y unos valores que rijan
nuestra vida cuando tenemos menos, encontrando el equilibrio entre el estado
fugaz de euforia y la profunda tristeza propia de la insatisfacción e incertidum-
bre, apreciaremos la abundancia.

Un coche mejor, una casa más grande, buenas prendas de ropa, sin pesar
por no tenerlo.

Solo prestando nuestra bienvenida.

140
La vida de ello Un viaje que te enseñará los recursos psicológicos del bienestar emocional

TODO AQUELLO QUE


DEBERÍAMOS EMPEZAR
A TENER EN CUENTA
DE AHORA EN ADELANTE

1. Todo está bien.


2. Y aunque no todo está bien, si algo que no puedes con-
trolar falla, no trates de controlarlo. Ya está bien. Continúa
avanzando en el camino a pesar del tropiezo. Aprende en
cada error.

3. Acéptate. Para cambiar, primero has de conocerte


en este momento. Y para ello, tendrás que aceptarte en
todas tus facetas. No juegues a ser alguien que no eres o
nunca comprenderás realmente quién sí eres. El proceso
de Aceptación incluye cambio. No es resignarte a lo que
ya tienes y cruzarte de brazos. Es facilitar un cambio dura-
dero desde la comprensión de uno mismo, entendiendo el
punto de partida como individuo diferente a otros.

141
La vida de ello Un viaje que te enseñará los recursos psicológicos del bienestar emocional

4. No busques alargar tu currículum. Busca ser un mejor


profesional. Siempre. En cada cosa que hagas.

5. No te definas ni te cuelgues tantas etiquetas alrede-


dor de tu nombre. No te dejes cegar por las connotaciones
que le apropiamos a los cargos, eres más que unos datos.

Como dijo Alan Watts: “Tratar de definirte es como tratar de


morder tus propios dientes”.

6. Echa el freno. O la máquina acabará frenando a toda


velocidad contra un muro.

Dedica tiempo a “no hacer nada”.


(Navegar por internet sí es hacer algo).

7. Aprende a disfrutar de internet. No lo utilices como


una medida de escapismo emocional.

8. Acomoda tus horarios a tu estilo de vida (y no vice-


versa) en la máxima medida. Dale prioridad a esto. No te
acuestes más tarde de media noche en tu día a día.

142
La vida de ello Un viaje que te enseñará los recursos psicológicos del bienestar emocional

9. Busca remansos de paz. Practica yoga. Trabaja la res-


piración al compás de tu cuerpo. No tengas la creencia de
que la meditación no sirve para nada. La meditación aclara
la mente. No la primera semana, pero sí para el resto de tu
vida mientras la practiques con constancia.

10. Compra menos.


11. Encuentra tu “qué hacer” que te relaje. Ya sea dibu-
jar, colorear, bailar, pasear, cantar, tocar un instrumento.
Encuéntralo.

12. No intentes ser alguien que no eres. No intentes


sentir algo que no sientes. No intentes hacer que te guste
algo que no te gusta. La energía que empleas en esto, te
separa de ti mismo (Capítulo del Principio de Congruencia
si necesitas profundizar en esto).

13. Respira con el estómago siempre que te acuerdes.


Y corrige tu postura estirando tu columna para caminar
más erguido.

143
La vida de ello Un viaje que te enseñará los recursos psicológicos del bienestar emocional

14. Mira al cielo. Cada día. Se han demostrado diferen-


tes estudios que aprueban mirar al cielo y disfrutar con la
naturaleza como una medida terapéutica y de mejora en
pacientes que padecen ansiedad.

15. No te castigues por ser caótico. Todos lo somos en


algunos aspectos.

16. Busca el aburrimiento. Gran parte de los excesos se


deben a que no nos soportamos. No aguantamos el silencio,
ni a nosotros mismos en soledad. Nos aterra aburrirnos.

17. Si mentalmente te sientes abatido, pon música y


baila.

18. Desea menos. El acto de desear cosas que no necesi-


tamos, hace que sintamos una carencia que no teníamos.
Recuerda que ya eres completo.

19. Ten un diario. Escribe cada día. Y si no se te ocurre


nada sobre lo que escribir, dibuja algo. Dedica al menos 5
minutos a esto.

144
La vida de ello Un viaje que te enseñará los recursos psicológicos del bienestar emocional

20. Comparte. Comparte tus ideas, tus ilusiones, tus


defectos y fracasos. Muéstrate tal y como eres y trata al
mundo como un igual con quien compartir sin esperar
nada a cambio.

21. Ama. Ama mucho. Odiar es para gente cobarde. Las


personas valientes aman. Si tienes a alguien o algo a lo
que amar, hazlo sin miedo.

22. Menos es más. Deshazte de cosas. Un planeta sobre-


cargado lleva a un cerebro sobrecargado. Sim-pli-fi-ca.

23. No olvides lo verdaderamente importante. Emplea


tu tiempo en ellas más que en cualquier otra cosa.

24. Despierta a tu Ello. Todos tenemos uno.

145
La vida de ello Un viaje que te enseñará los recursos psicológicos del bienestar emocional

EL AMOR NOS SALVARÁ

Canta Miguel Bosé en una canción: “Morir de amor, despacio y en silencio.”

Pero, ¿qué significa morir de amor?


¿Acaso es el amor doloroso?
¿Nos quita la vida al mismo tiempo que nos la entrega?

Para muchos el amor es una carga, una muerte dulce e inevitable mientras
duermen, o una cruz que deben llevar a cuestas hacia lo alto de una montaña
sin fin porque no saben ser amados, y no pueden amar de una manera mejor, ya
que nunca fueron bien tratados y no supieron tratarse bien así mismos.
Hay quienes se agotan a mitad de la relación y van dejándose secar como
un árbol en mitad del desierto, porque sienten que el amor les pide. Les pide
demasiado. Más de lo que saben, más de lo que pueden, más de lo que quieren.
No todo el mundo se fortalece al desarrollar su potencial humano con el
amor, hay quien se debilita porque dejan de ser ellos mismos en el afán de que-
rer mantener un vínculo tan irracional como angustiante. Lo cierto, es que
aprender a vivir el amor y no morir por su culpa, entender que esto no debe ser
un acto masoquista donde dejar de ser uno mismo bajo el yugo de otra persona,
es algo aparentemente sencillo que no terminamos de integrar.

Nos perdemos.

Por un sendero bien pintado y colorido.

Se nos nubla la vista.

146
La vida de ello Un viaje que te enseñará los recursos psicológicos del bienestar emocional

Una tarde de verano resplandeciente.

Nos quedamos dormidos.

Al volante de un vehículo a 120 km por hora en una carretera en línea recta.

Esto es remediable. No debemos morir de amor, contrariamente a lo que


dicen algunos románticos desaforados. Las relaciones afectivas sí valen la pena
y alegran nuestra existencia, transitan por un punto medio entre la esquizofre-
nia y la sanación esotérica. El amor terrestre, aquel que vuela bajito, aquel que
vuela estable y no sufre graves turbulencias que generan inseguridad cada poco
tiempo. Aristóteles decía que el amar era alegrarse, pero también es sorprenderse
y quedar atónito ante lo que se produce con alguien que no entraba en tus planes.

Amar es vivir más y mejor, es tener


un sentido, y éste no debe ser
enfermizo ni retorcido. En el amor
no cabe la resignación ni el martirio, y
tampoco la anulación ni la destrucción.
Y ahora, voy a profundizar un poco
más en “cómo el amor (literalmente)
nos salva”.

147
La vida de ello Un viaje que te enseñará los recursos psicológicos del bienestar emocional

Antes, quiero traerte el discurso que el gran matemático John Forbes Nash
impartió tras recibir el Premio Nobel de Economía, el mismo discurso que
queda plasmado en la película de Una mente maravillosa:

Yo siempre he creído en los números, en las ecuaciones y lógicas que llevan a la


razón. Pero tras una vida de tales actividades me he preguntado: ¿qué es la lógica?,
¿Quién decide dónde está la razón?
Mi búsqueda me ha llevado de lo físico a lo metafísico, pasando por la alucinatoria y
vuelta atrás.
He hecho, finalmente, el descubrimiento más importante de mi carrera, el descubri-
miento más importante de mi vida.
Es solo en las ecuaciones misteriosas del amor donde se puede encontrar la verdadera
lógica, la auténtica razón.

Las investigaciones de este matemático, no solo le hicieron ganar en 1994


el premio en economía, sino que también le permitieron demostrar el poder
curativo y reparador que tiene el verdadero amor. Un poder que sabemos que
existe aún siendo difícilmente replicable y cuantificable.

Cuando nos sentimos amenazados por alguien, cuando interpretamos los


movimientos de una persona que quiere hacernos daño, el funcionamiento de
nuestro cuerpo y nuestra conducta cambia radicalmente desde la base de la
fisiología. Esto ocurre como una consecuencia al activar nuestro interruptor de
vigilia, de alerta, el detector de que algo no va bien.
Los seres humanos tenemos un sistema denominado neurocepción. Porges
lo introdujo recientemente en su teoría polivagal y describe que la neurocep-
ción es el proceso por el cual nuestros circuitos neuronales, diferencian si una
situación o persona es peligrosa o amenazante para nosotros o si por el con-
trario, podemos sentirnos seguros con ella sin necesidad de poner en marcha
estrategias defensivas.
Analizamos las microexpresiones, los gestos y los cambios en el tono de voz
de las personas para comprender cuál es su propósito.

148
La vida de ello Un viaje que te enseñará los recursos psicológicos del bienestar emocional

Desde luego que no es una ciencia exacta, pero si resulta muy preciso y ven-
tajoso o puede ser, por el contrario, nuestra peor maldición.
Cuando se activa este interruptor de vigilia dentro de nosotros (parecido a
la sensación de estar tensos) se activa nuestro sistema nervioso simpático. No
quiero ponerme demasiado teórica, pero voy a hacer una ligera explicación
general sobre lo que ocurre en nuestro cuerpo para que, como objetivo final,
entendamos el poder de autocuración que tiene el verdadero amor (al final va a
resultar que las películas de princesas Disney, albergaban parte de razón).
Al activarse este sistema nervioso simpático, se activan nuestros músculos,
mandamos sangre a todas partes de nuestro cuerpo y nos preparamos “por si
acaso”. Esto es tremendamente devastador para la persona, demanda muchísima
energía en este sistema, reduciendo la energía destinada para otras funciones de
equilibrio y homeostasis, como la protección de nuestras células entre otras cosas.
Es por eso por lo que comúnmente se ha bien dicho que “el estrés te hace
envejecer”. Las personas que viven crónicamente alerta, tensas, enfrentadas,
sufren un mayor deterioro de sus células y tejidos.
Esto quiere decir que simplemente la impresión de sentirse amenazado (aún
sin ser consciente de ella) nos hace enfermar, ya que, además de segregar pro-
teínas proinflamatorias, nuestras células del sistema inmunitario se reducen.
La inflamación es una respuesta de nuestro organismo ante un daño, y es
necesaria, ya que sin inflamación no es posterior curación, un tobillo torcido,
hinchazón por una infección...
La inflamación por tanto es solo una estrategia para movilizar los requeri-
mientos necesarios ante la amenaza, y cuando ésta finaliza, se activarían los
procesos antiinflamatorios. El problema realmente viene, cuando por diferentes
motivos como los que te he estado exponiendo, nos mantenemos constantemente
con una inflamación permanente de bajo grado. Esta es silenciosa y apenas nos
damos cuenta, pero es altamente peligrosa.
La relación de estos procesos inflamatorios con muchos trastornos (diabe-
tes, cáncer, Parkinson, problemas cardiacos) es algo que se viene conociendo
investigando desde hace ya muchos años, pero la evidencia sobre la relación
con trastornos mentales es más reciente y está en auge.

149
La vida de ello Un viaje que te enseñará los recursos psicológicos del bienestar emocional

Estudios recientes revelan que el cerebro no funciona de manera separada


del cuerpo, por lo que moléculas liberadas por el sistema inmune como res-
puesta a una sensación constante de amenaza, de alerta, de estrés, (segregando
las conocidas citoquinas inflamatorias), alteran el correcto funcionamiento de
éste. En cambio, ¿qué ocurre cuando no nos sentimos amenazados y, en lugar
de eso, nos sentimos arropados, seguros, amados?
Cuando existe una voluntad de acercamiento y de conexión emocional,
nuestra fisiología también cambia.
Destinamos energía al sistema nervioso parasimpático, encargado de regular y
proteger el funcionamiento de nuestras células, apagamos el interruptor de vigilia
y se activa el nervio vago que reduce la segregación de proteínas inflamatorias en
nuestro organismo.

En definitiva, podríamos afirmar, ahora sí, que desde un punto de vista


fisiológico, el amor mejora la longevidad y reduce el daño producido en
nuestra salud.

Cuando nos sentimos seguros, amados, apagamos nuestro interruptor de


alerta y encontramos una coherencia cardiaca en nuestro corazón y nuestra
respiración, liberamos hormonas destinadas a mantener el correcto funcio-
namiento de nuestro organismo. Además de reducirse drásticamente nuestros
niveles de cortisol asociados al VUCA —Volatility, Uncertainty, Complexity and
Ambiguity.—, el nombre al que se le ha denominado el ritmo vertiginoso de esta
sociedad (volátil, imprecisa, compleja y ambigua), se elevan nuestros niveles
de DHEA. La DHEA es una hormona precursora de estrógenos y progesterona,
situada encima de nuestros riñones. Los niveles elevados de esta hormona, se
han visto estrechamente relacionados con la intensidad de un cuadro de ansie-
dad y depresión, mejora de la memoria y de problemas asociados al corazón, la
estimulación de la actividad del sistema inmune, y los sentimientos relaciona-
dos con el bienestar, la serenidad y la vitalidad.
Es una antagonista natural del cortisol. Sus niveles bajos, producen, por el
contrario, diversos trastornos inmunes asociados a infecciones, enfermedades
cardiacas y diabetes, además de un aumento en la intensidad de cuadros de
ansiedad y depresión en pacientes.

150
La vida de ello Un viaje que te enseñará los recursos psicológicos del bienestar emocional

Cuando se estudia el ritmo cerebral a través de un electroencefalograma, se


observa cómo la persona con sus sistemas protegidos que cumple los requisitos
de bienestar en su organismo, comienza a experimentar una mejor comunica-
ción entre ambas partes del cerebro (entre sus hemisferios). La parte izquierda,
encargada de funciones asociadas a ser más racional, calculador y organizado
se comunica con la parte derecha, más emocional y creativa (esta separación
de funciones es muy general ya que ocupan campos más amplios que solo una
mitad del cerebro, pero de manera gráfica y sencilla sería así).
Cuando esta comunicación entre hemisferios aumenta, esto se denomina
sincronización cerebral. Y, ¿qué ocurre con esta sincronización cerebral?

151
La vida de ello Un viaje que te enseñará los recursos psicológicos del bienestar emocional

Bueno, pues entre otras cosas, esta sincronización me permite estar escri-
biendo este libro, mientras de fondo tengo la banda sonora de Inception, una
mañana de domingo de diciembre.

Favorece el proceso creativo, encontrando soluciones de manera


proactiva y facilitando nuestras respuestas de forma imaginativa.

Además, como ya nos ha demostrado la ciencia en más de una ocasión y la


reciente rama científica de la PNIE (Psiconeuroinmunoendocrinología) el eje
intestino-corazón-cerebro están unidos. Lo que quiere decir que, el correcto
funcionamiento de nuestro tubo digestivo es esencial para nuestra salud.
En mis épocas de mayor estrés y sensación de soledad, mis enfermedades
autoinmunes han aflorado y me han brotado más infecciones. Es algo muy estu-
diado en la medicina china (y cada vez más en la medicina tradicional), pero a
los humanos de occidente nos cuesta entenderlo.
Cuando hablo de sensación de soledad no estoy hablando de que no tuviera
personas con las que compartir o a quienes acudir, tan solo que mi percepción
del mundo así era. Bajo reconocimiento por parte de mis seres queridos y falta
de apoyo en un grupo son algunos de los sentimientos que han acompañado
esa percepción de soledad. Aún sin que ésta fuera cierta, no hace falta que sea
verdad para que nos afecte en nuestra realidad interior.
Si la energía que gastamos va hacia el sistema encargado de mantenernos
alerta y con nuestros músculos en tensión, no seremos capaces de derivar otra
energía al funcionamiento correcto de nuestro tubo digestivo. Es por esto, como
las situaciones de excesiva tensión emocional activan de forma intensa y soste-
nida el sistema nervioso simpático, perjudica nuestra salud de las células.
Esto además tiene máxima relevancia cuando perdemos por completo ese
equilibrio en nuestro sistema nervioso vegetativo. Cuando alguien está experi-
mentando una gran tensión emocional, aún sin ser consciente, alargado en el
tiempo, la hipertensión arterial somete al corazón a un exceso de trabajo.
Esto, provoca con el paso del tiempo, que esa presión excesiva genere un
endurecimiento de las arterias y una lesión en la capa interna, favoreciendo
la aparición de una trombosis al haberse taponado la arteria, lo que cortaría

152
La vida de ello Un viaje que te enseñará los recursos psicológicos del bienestar emocional

el riego de sangre, afectando al corazón o al cerebro, pudiendo dar lugar a los


infartos cardiacos e ictus cerebrales.
Esto no quiere decir que aquellas personas que sean conscientes de su hiper-
tensión, no puedan cuidarse y revertir los problemas anteriormente citados,
disfrutando de una vida larga y plena.
El verdadero peligro, lo tienen aquellas personas que o no son conscientes
de esto, o tienen una hipertensión muy difícil de controlar a pesar de mantener
una nutrición adecuada, practicar con regularidad el ejercicio físico y seguir la
medicación apropiada.

Durante muchos años, ha sido, por


tanto, de vital importancia para el
mundo de la medicina comprender los
mecanismos que ayudan, en definitiva,
a gozar en vida de una mejor salud.

No es de extrañar que el profesor Hans Selye, el máximo experto en estrés


del mundo, descubriera en un laboratorio con ratas las fases de lo que común-
mente entendemos por Síndrome General de Adaptación, que incluye la reac-
ción de alarma, resistencia y agotamiento, las tres fases por las que pasaban los
animales cuando eran sometidos a estímulos estresantes.
Ya de mayor, este gran investigador, dijo en una entrevista de radio que la
mejor manera de acabar con el estrés negativo, lo que comúnmente se conoce
como distrés, esa forma que daña el cuerpo, la mente y las relaciones, era
ganarse el amor del prójimo.
Al final, él entendía, que el amor tenía mucho que ver con el bienestar, con
la tranquilidad y con el autodescubrimiento.

153
La vida de ello Un viaje que te enseñará los recursos psicológicos del bienestar emocional

Cuando destinamos nuestras energías y nuestro foco de atención en actuar


con amor, sin esperar una respuesta a cambio, tan solo porque lo que hacemos
ya es el fin en sí mismo, estamos también descubriendo la grandeza que tene-
mos dentro de nosotros, nuestra capacidad de ser Conciencia y Amor.
Actualmente queda evidenciado el efecto tan beneficioso que tiene en el orga-
nismo evitar que la atención quede atrapada en un tren de pensamientos que nos
conduzcan al fustigamiento, a la culpa, a la vergüenza. La forma de hacer que
esto no ocurra parece simple, pero no es, en ningún caso, nada sencilla.

La clave está en entrenar


nuestra atención.

Por ello, cuando los pacientes hipertensos aprenden a controlar su atención,


a reducir sus fases de estrés y a vivir desde el agradecimiento (esto es, desde la
expresión del amor), es posible controlar mucho mejor su hipertensión.
Es por esto también, por lo que los seremos humanos somos reconocidos
animales sociales por naturaleza y se ven grandes cambios conductuales en
personas en riesgo de exclusión social cuando, al romper su aislamiento o
sacarles de su ambiente dañino y destructor, mejoran sus cifras de telomerasa y
aumenta la longitud de sus telómeros, lo que podría traducirse en que, el sentir
apego seguro y el sentirse acompañados por otras personas potencian su capa-
cidad de recuperación.
Interactuar con los demás requiere una gran habilidad mental. Relacionarnos
con los demás nos parece natural, y por esa misma razón a veces no somos cons-
cientes de la grandísima complejidad. El simple hecho de reír, de mantener una
conversación profunda y prolongada, donde se experimentan una especie de
sensaciones “de caída libre” y encontrando similitudes y sinergias reforzadas
por el entendimiento que te produce compartir tus debilidades y fortalezas con
otro ser humano.

154
La vida de ello Un viaje que te enseñará los recursos psicológicos del bienestar emocional

Esta sensación, parece ser, por desgracia, que cada vez menos personas
la experimentan. En la era digital, donde todos estamos más conectados que
nunca, también estamos perdiendo esta capacidad de conectarnos entre noso-
tros y para nosotros.
Debemos entender que la interacción social, así como la calidad de nuestras
relaciones es un buenísimo medidor de la percepción de felicidad. Las perso-
nas que sienten amor, apego seguro y que sean capaces de extrapolarlo a sus
relaciones, sufren menores tasas de depresión tras recibir grandes golpes en
su vida. Por el contrario, también es importante destacar que las relaciones
basadas en el apego inseguro, en la duda y en la incertidumbre, así como todo
tipo de relaciones tóxicas, afectan negativamente a todos los ámbitos de nues-
tra salud. Se elevan las tasas de enfermedades, el estado de estrés y todo lo que
esto conlleva, así como la percepción de la infelicidad.
Si algo puedo extraer de todo esto, y para finalizar las páginas de este libro
que me ha llevado por lugares que tanto desconocía con el objetivo de alum-
brarte a ti, querido lector, un camino de mayor serenidad y consciencia, es
que merece la pena amar.

Merece la pena emocionarse,


merece la pena sentir ilusión,
merece siempre la pena equivocarse
para seguir aprendiendo.
Y para que nunca dejemos de aprender.
Merece la pena ser un poco diferente.
Y no desviarse por las críticas.
Deja que te golpeen sin tumbarte.
Tu camino es tuyo. Nadie puede quitártelo.

155
La vida de ello Un viaje que te enseñará los recursos psicológicos del bienestar emocional

Por último ama. Ama un montón.


Porque si el mundo cada vez está
menos abierto al amor, hazlo por ti.
Empecemos a ser el cambio que queremos ver en los demás. Y solo está en nues-
tra mano reconciliarnos con nuestra persona, expresar gratitud y percibir amor
hasta del más pequeño gesto que a ojos de cualquiera pueda parecer insignificante.

Que disfrutes del resto del camino.


La vida de ello Un viaje que te enseñará los recursos psicológicos del bienestar emocional
La vida de ello Un viaje que te enseñará los recursos psicológicos del bienestar emocional

Agradecimientos

El momento de escribir los agradecimientos de un libro


es algo único. Se entrecruzan diferentes sentimientos
dentro de mí y pienso en la cantidad de personas que
han influido de manera directa e indirecta en la crea-
ción de este libro. Personas cercanas y no tan cercanas.
Familiares, amigos, amigos de amigos, compañeros de
mi infancia y referentes que ni conozco ni siguen vivos.

¿Por dónde empiezo?


No me gustaría dejarme a nadie en el tintero.
Sí, ya lo tengo.
Empezaré por ti.

POR TI, lector, lectora, que estás leyendo esta página.


Porque, ¿qué es un libro si nadie lo lee? Un pedazo de
papel lleno de letras que forman historias únicas desti-
nadas a ser olvidadas en la eternidad. Pero tú le estás
dando vida a Ello, Ello tiene vida gracias a ti, por lo que,
en primer lugar, gracias por confiar en él, en ti, en mí.
Me gustaría continuar dando las gracias a mis abuelos.
No sería nadie sin ellos. A mi abuela Ignacia que me
crió y ha escrito el prólogo de este libro a sus 78 años.
A una mujer empoderada, a la reina de las Amazonas,
luchadora y fresca, llena del amor que entrega a los de-
más. El núcleo de unión de todo lo que conozco.

158
La vida de ello Un viaje que te enseñará los recursos psicológicos del bienestar emocional

A mi abuelo Ángel que antes de fallecer escribió en


un papel que estaba destinada a hacer grandes cosas y
no pasar desaparcibida.
A mis abuelos José y María, por su bondad y cariño.
A mi padre... papá, sin saberlo eres todo un ejemplo
de dedicación, bondad y honradez. Eres la sencillez en
estado puro, haces la vida más fácil a los demás y siempre
nos apoyaste en cada decisión.
A mi madre. Por enseñarme todas las caras de la vida y
darme la fuerza para mirar la crueldad que a veces tiene y
decir: — Estoy aquí y no podrás conmigo. Por tu entrega
y por darme la mano en la oscuridad.
A mi hermana. Porque más allá de cualquier mérito
deportivo o etiqueta, es una campeona. Es mi campeona.
A mis tíos y a mis primos pequeños. Porque estáis
en la edad de pensar que el mundo es cruel y que nada
tiene sentido, pero en un tiempo miraréis atrás y las
piezas encajarán.
A todas las mujeres Amazonas que representan la ver-
dadera figura de fuerza y empoderamiento por encima de
cualquier encasillado, que han influido en mi vida aunque
hoy ya no estén. A Yolanda, a Erika, a Fátima V., a Elena
Alba, Sara M., Julia T., Carla y Paloma, Sofi y Yaiza, Noe
Todea, Lydia Valentín, mi tía Amelia, Yolanda Arias, Bea
Gujuli, Laura D, Elena, todas las amazonas que me acom-
pañasteis en mis primeros pasos.
A Jade que me enseñó el verdadero sentido de la vida
en Filipinas y a su hijo Skye. I love both of you.
A todas las mujeres con las que compartimos convivencia
en El Templo del Norte y vivimos una experiencia única.
A todos mis compañeros y compañeras de deporte,
gracias a los cuales sigo dando lo mejor de mí cada día.

159
La vida de ello Un viaje que te enseñará los recursos psicológicos del bienestar emocional

A la diseñadora que ha dado forma a este libro,


Ananda. Por tu valentía de hablarme y tu talento.
A todos y cada uno de los miembros y a los escritores
que hacen posible Diario Estoico. Sergio, David, Daniel,
Marina, Jano, Teresa, Patricia, Sara... todos le dais vida.
A Toca Vivir, por enseñarme lo importante que es
disfrutar del proceso.
A Vida Potencial, por vuestra labor divulgativa sobre
salud que nos ayuda a ser mejores personas.
A BodyByGymnastics por ayudarme a dominar las
habilidades y el control de mi cuerpo.
A Daniel Corral, por su verdadera amistad y apoyo
diario a Piglet.
A todas las personas que me apoyasteis desde el
primer momento. Aquellos que confiasteis en mí y me
hicisteis pensar que era posible. A la comunidad más
bonita que las redes sociales me ha permitido conocer
y sentirme parte de una labor más grande que yo misma.
Gracias por el apoyo detrás de la pantalla, de los podcast,
de mi contenido.
A todos los grandes investigadores de la ciencia,
psicólogos, compañeros de pasión y de vida, escritores
y personas que decidieron seguir su propósito a pesar
de las adversidades. Mis mentores y grandes referentes
gracias a los que he aprendido tanto y sigo aprendiendo
cada día.
Y gracias a Pedro. Por mirarte a los ojos y ver la
fuerza de un león y la humildad de un cachorro. Por tu
calma, por tu amor, por enseñarme de cerca y dejarme
disfrutar de cómo sabe la vida contigo. De todos mis
referentes y modelos a seguir tú eres el número uno.

160
La vida de ello Un viaje que te enseñará los recursos psicológicos del bienestar emocional

Diseño, maquetación, grafismo,


vectorizado y gama cromática:

· A NA NDA CUL E BR A S ·
www.anandaculebras.com

161
La vida de ello Un viaje que te enseñará los recursos psicológicos del bienestar emocional

Copyright © 2021 by Lucía Luengas Mengual. All rights reserved.

La información presentada en esta obra es simple material informativo


y no pretende servir de diagnóstico, prescripción o tratamiento de cualquier
tipo de dolencia o trastorno. Esta información no sustituye la consulta con
un médico, especialista o cualquier otro profesional competente del campo
de la salud. El contenido de la obra debe considerarse un complemento a
cualquier programa o tratamiento prescrito por un profesional competente
de la medicina. Los autores están exentos de toda responsabilidad sobre
daños y perjuicios, pérdidas o riesgos, personales o de cualquier otra índole,
que pudieran producirse por el mal uso de la información aquí proporcio-
nada. Reservados todos los derechos.
Queda rigurosamente prohibida, sin la autorización escrita de los titu-
lares del copyright, bajo las sanciones establecidas en las leyes, la reproduc-
ción parcial o total de esta obra por cualquier medio o procedimiento, así
como la distribución de ejemplares mediante alquiler o préstamo público.

www.psicorendimiento.com

162
La vida de ello Un viaje que te enseñará los recursos psicológicos del bienestar emocional

El camino que emprendemos las personas hacia el autodes-


cubrimiento y el desarrollo personal, puede ser demoledor y
tremendamente solitario, pero si escuchas con detenimiento
descubrirás que no estás realmente solo.

Todos tenemos una pequeña voz inconsciente que nos acom-


paña. Al principio parece que no habláis el mismo idioma,
pero esa vocecita trata de manifestarse y enviarte señales.
Primero físicas sin motivo aparente. Digestiones pesadas.
Dolores de cabeza repentinos. Malas y tóxicas relaciones
interpersonales.

Más adelante ocupa el plano emocional. Frustración.


Expectativas no cumplidas. Sentimientos de fracaso.
Pérdida de sentido. Falta de concentración.

En este camino, recorreremos lugares inéditos aportando


claridad a través de los valores humanos, la psicología y las
antiguas enseñanzas de grandes sabios filósofos ayudándo-
nos a comprender los entresijos de la naturaleza humana de
la mano de “Ello”, nuestra vocecita interior.

163

También podría gustarte