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Benveniste

Emile Benveniste realiza una breve descripción del desarrollo de la lengua; señalando
el origen del pensamiento lingüístico en la filosofía griega. Benveniste señala una
limitación en los pensamientos de los antiguos filósofos.

“Nadie se ha cuidado entonces de estudiar y de describir una lengua por si misma, ni


de verificar si las categorías fundadas en gramática griega o latina tenían validez”

Surge la duda de cómo es que la lengua puede cambiar a lo largo del tiempo y aún así
ser considerada como una cosa en si. Al mismo tiempo, la lingüística empieza a
enfocarse en otras lenguas.
Surge así un tercer momento lingüístico con la obra que publica Saussure. A partir de
Saussure se reformula completamente el objeto de estudio; a partir de ahora el
propósito de la lingüística será llegar a comprender a la lengua en sí.

Benveniste organiza la historia de la lingüística en 3 etapas:


1. Se basa en el estudio filosófico del lenguaje.
2. Se basa en el estudio de la evolución de las formas lingüísticas.
3. Esta etapa es propiamente científica que inicia con Saussure y continúa hasta
nuestros días.

Charles Hockett

Hockett fue un antropólogo y lingüista norteamericano quien trató de definir los


rasgos de diseño del lenguaje humano, es decir, las características que toda lengua
humana (sin importar que tan diferente sea) presenta.

Estableció 13 rasgos de diseño comunes a cualquier lengua humana.

1. Canal vocal-auditivo: toda lengua humana presenta una forma oral en la que se usa
el canal vocal para producir señales que son captadas por el oído del receptor.

2. Transmisión irradiada y recepción direccional: Como consecuencia lógica de utilizar


un medio sonoro, la señal circula en todas direcciones a partir del momento en que se
la emite. Por otra parte, el receptor puede localizar la dirección desde donde partió la
señal.

3. Transitoriedad o rápido desvanecimiento: las señales sonoras se desvanecen


rápidamente, no perduran en el ambiente.

4. Intercambiabilidad: los individuos pueden intercambiar su rol de emisor y de


receptor libremente.

5. Retroalimentación total: Los emisores son capaces de controlar sus propias señales
6. Especialización: nuestro sistema de comunicación está tan especializado que no
cumple ninguna función fisiológica extra.

7. Semanticidad: las señales que emitimos tienen un significado fijo o al menos


relativamente estable.

8. Arbitrariedad: no se reconoce una relación necesaria entre el signo y su referente.


Por eso es que un referente dado (digamos “perro”) presenta diferentes signos en
diferentes lenguas.

9. Carácter discreto: El sistema de señales puede subdividirse en unidades repetibles.


Por ejemplo: sonidos, palabras y oraciones.

10. Desplazamiento: el referente de la señal no necesita estar físicamente presente en


el momento de dar el mensaje.

11. Productividad: nuestro sistema tiene carácter productivo. Produce nuevos


mensajes.

12. Transmisión tradicional: El sistema de señales no es innato, sino aprendido. Los


nuevos usuarios del sistema deben aprenderlo de otros ya experimentados.

13. Dualidad de estructuración o doble articulación: El sistema de señales del ser


humano constituye un sistema de dos niveles: uno de carácter físico y uno de
interpretación del significado. Debido a esto se da el fenómeno de que nuestros
mensajes se producen en su base a partir de unidades mínimas que no tienen
significado (sonidos articulados) pero que se combinan en unidades que sí lo tienen
(palabras).

A este esquema, Hockett agregó posteriormente otros tres rasgos de diseño:

14. Prevaricación: nuestro sistema nos permite elaborar mensajes contrarios a la


realidad. En esencia nos permite dar mensajes falsos (mentir) o ajenos a la verdad
(inventados o fantasiosos).

15. Carácter reflexivo: Nuestro sistemas es reflexivo. Podemos utilizar nuestro sistema
de comunicación para reflexionar sobre nuestro sistema de comunicación. En esencia
es lo que estamos haciendo en este preciso instante

16. Aprendible: Podemos aprender y enseñar la lengua. No solo tenemos la


transmisión cultural de la lengua materna en los primeros años de vida, sino que
podemos aprender y enseñar otros idiomas a lo largo de nuestra vida

Es un análisis extremadamente meticuloso e incluso tiene cualidades físicas,


fisiológicas, psicológicas y culturales del lenguaje humano.
Hockett determinó que el sistema de comunicación humano presenta una inmensa
complejidad.

Juan Carlos Moreno Cabrera

Este lingüista español hace una síntesis de las características fundamentales del
lenguaje humano, tomando como punto de partida a Hockett.

Para Cabrera, el lenguaje humano puede definirse en 3 caracteristicas:

Economía
La facultad de economía del lenguaje se relaciona con los rasgos de
intercambialidad y doble articulación de Hockett. Pensamos en “económico” como
eficiente, un sistema que funciona con pocos elementos y poco esfuerzo.

A partir del conocimiento de unas pocas decenas de unidades fónicas


formamos los miles de unidades léxicas que a su vez forman la totalidad de los
mensajes posibles.

Creatividad
El lenguaje humano es inmensamente creativo. A partir de una serie definida
de reglas podemos producir una cantidad infinita de mensajes.

La creatividad del lenguaje se fundamenta en la composicionalidad (las palabras


que unen entre sí las oraciones) y la recurrencia (reglas o patrones de la organización
recurrentes).

Simbolismo
La cualidad esencial del lenguaje humano es que las expresiones que produce
son símbolos o signos de una realidad diferente al propio lenguaje. En esta cualidad del
simbolismo se reúnen los rasgos de Hockett, como especialización, semanticidad y
desplazamiento.

Saussure

De una manera general se suele ver al signo como la unión de una cosa con un
nombre. Saussure rechaza esta definición del signo.
Definición de Saussure:
El signo lingüístico es la unión de dos elementos. Pero estos elementos no son
la cosa y el nombre, sino el concepto y la imagen acústica.

El concepto: es la idea en la mente de los hablantes referente a alguna cosa. En


el signo “perro” no aparece el concepto del animal concreto, sino la “idea” de lo que es
el perro. Saussure le da al concepto el nombre de SIGNIFICADO.
La imagen acústica: no es el sonido real que emitimos al hablar, sino su “huella
psíquica”. La imagen del sonido que se encuentra en nuestra mente y que hemos
asociado a determinado concepto. Saussure le da a la imagen acústica el hombre de
SIGNIFICANTE.

Propiedades del signo lingüístico


El signo definido como la unión de significado y significante presenta varias
propiedades:
- Arbitrariedad
- Linealidad del significante
- Mutabilidad e inmutabilidad

Arbitrariedad
La relación entre el significado y significante es arbitraria, es decir, no motivada. No
hay ninguna razón por la cual la idea del perro se encuentre relacionada con la
secuencia de sonidos que forman la imagen acústica en nuestro idioma.

Linealidad del significante


El significante es la representación mental de los sonidos que creamos al hablar, y el
sonido por la naturaleza de su medio se desenvuelve en el tiempo, de manera lineal.

Inmutabilidad y mutabilidad del signo


Saussure observa efectivamente que los signos tienden a cambiar con el paso de las
generaciones, pero que simultáneamente se resiste al cambio individual. En ese
sentido el signo es:
Inmutable: en el sentido de que ningún individuo o grupo de individuos puede
organizar el cambio del sistema de manera consciente.
Mutable: cambia naturalmente por razones históricas.

¿Por qué el signo es inmutable?

- Por su propia arbitrariedad: si sostenemos que el signo es arbitrario, que no hay


razón para la unión de sus componentes, entonces tampoco hay ninguna base para
una discusión razonable sobre tal signo.
- La gran cantidad de signos lingüísticos: el simple numero de signos que contiene
nuestra lengua hace enorme la tarea de reconstruirla o alterarla de manera
fundamental.
- El sistema de la lengua: un sistema implica una relación compleja entre sus
componentes y un amplio conjunto de reglas que se deben dominar para que pueda
hablarse en algún momento de un cambio organizado.
- La inercia social: frente a un cambio tan complejo.

Enfoque estático y evolutivo

El cambio de la lengua, del sistema de signos, a lo largo del tiempo, justifica la


necesidad de un estudio lingüístico a lo largo del tiempo. Este estudio evolutivo es la
base de lo que Saussure paso a llamar lingüística diacrónica.
Por otra parte, Saussure valoriza la importancia de la lengua en un momento
dado, para estudiar las pautas que la estructuran en ese particular momento histórico.
Es el enfoque estático de la lingüística sincrónica.

Carácter psíquico del signo


A las propiedades del signo ya mencionadas, Saussure detalla que debemos
agregarle la naturaleza psíquica del signo.
El signo lingüístico debe entenderse necesariamente como un fenómeno psíquico o
mental.

Resumiendo...
- El signo lingüístico es una realidad mental conformada por significado y significante.
- El significado es el concepto que tenemos de un objeto real y el significante es una
imagen acústica del sonido material que producimos al hablar.
- El signo lingüístico es arbitrario lineal, inmutable y mutable al mismo tiempo y
psíquico.
- Podemos ver dos enfoques para la lingüística: uno es sincrónico/estático y otro
diacrónico/evolutivo.

Lenguaje, lengua y habla


Saussure separa teóricamente estos conceptos y centra sus estudios en el
lenguaje.

El problema con el lenguaje

Para Saussure el lenguaje es:


- Heteróclito
- Multiforme
- A la vez social e individual
- Participa de varios dominios: psíquico, fisiológico, físico.

¡No puede ser objeto de estudio de la lingüística!

Necesitamos otro objeto de estudio

Saussure encuentra este objeto en la “lengua” entendida como un fenómeno


especifico del lenguaje, separado teóricamente de otro aspecto igualmente
fundamental que es el habla.

¿Qué es la lengua?

- Es un “objeto bien definido” en el conjunto de los hechos del lenguaje.


- Es la “parte social del lenguaje”. Exterior al individuo que ni la crea ni la modifica por
si mismo.
- Adquirida por medio de un aprendizaje.
- Es homogénea.
- Es un sistema de signos de carácter psíquico ya que solo existe en la mente de los
usuarios. Estos signos son igualmente mentales.

¿Qué es el habla?

- Es un acto individual de voluntad y de inteligencia, en el que se combinan elementos


dados de la lengua para crear un mensaje propio y personal.
- Implica un mecanismo psicofísico que permite exteriorizar las ya mencionadas
combinaciones.

Dentro del lenguaje...


La lengua:
- Sistema
- Fenómeno social
- Psíquica
- Esencial

El habla:
- Uso del sistema
- Fenómeno individual
- Psíquica, fisiológica, física
- Accidental

El valor lingüístico

Al traducir textos de una lengua a otra, podemos observar interesantes fenómenos,


uno de los más importantes es el alcance diferente que tienen las palabras.
Observemos un caso culinario.

En inglés existe la palabra "sheep" que hace referencia a la oveja o al carnero. Pero si
hablamos de un corte de carne de este mismo animal el inglés no suele usar la forma
sheep, sino toda una serie de signos dependientes de la edad del animal sacrificado.
Así se usa la forma "lamb", "hogget" o "mutton", mientras que en el español lo más
común sería usar simplemente "carnero".

¿Por qué es eso? Porque se da una diferencia en el valor del signo lingüístico. Una
diferencia condicionada por la relación existente entre las cuatro palabras inglesas,
relación que no existe en el español.

Tenemos aquí una muestra del fenómeno del valor lingüístico, el cual, siguiendo el
pensamiento de Saussure, está determinado por la relación de cada signo individual
con todos los signos que lo rodean.

Recordemos brevemente los dos componentes del signo según Saussure: el concepto y
la imagen acústica. Ideas y representación mental del sonido.
¿Ofrecen estos aspectos entidades claras y organizadas? La postura del investigador
suizo es categórica: No. Pensamiento y materia fónica son masas amorfas e indistintas,
que solo adquieren orden por su unión en el hecho lingüístico.

Saussure sostiene que sin la ayuda del signo, nuestro pensamiento es como una
“nebulosa” de ideas fluctuantes donde nada está claramente delimitado. Sin la ayuda
de la lengua no podemos distinguir las ideas de manera clara y constante.
Pero la sustancia sonora no ofrece mayor solidez. No hay que pensarla como una
suerte de “molde” donde vertimos el pensamiento para darle forma.

Es la lengua la que sirve de unión entre estas dos realidad informes y al unirlas genera
unidades organizadas.. Así lo explica en su famosos curso: “El papel característico de la
lengua frente al pensamiento no es el de crear un medio fónico material para la
expresión de las ideas, sino el de servir de intermediaria entre el pensamiento y el
sonidos, en condiciones tales que su unión lleva necesariamente a deslindamientos
recíprocos de unidades” (1945, p. 192).

Saussure representa así a la lengua como una serie de marcas discontinuas que
atraviesan a dos sustancias igualmente amorfas: el pensamiento (A) y el sonido (B). De
ahí su famoso esquema.

Así, las divisiones de la lengua, sus signos, se constituyen por este contacto entre dos
masas amorfas, como las ondulaciones generadas sobre el agua por la presión de la
atmósfera.

Para Saussure el valor de los signos creados entre estas dos masas amorfas es
absolutamente relativo. No se puede interpretar el valor de un término como la unión
de cierto sonido con cierta idea, ya que de hacerlo lo vemos aislado del sistema que lo
genera. Saussure explica que para comprender los términos de una lengua es
imprescindible considerar el sistema total en el que se generan.

Para demostrar sus ideas, Saussure analiza el valor lingüístico por partes. Primero
desde el punto de vista conceptual, luego desde el ámbito del significante y finalmente
desde el punto de vista del signo como un todo.

Valor lingüístico desde el aspecto conceptual

Saussure explica que no debemos limitar el valor de un término a la realidad de su


significado o significación, aunque este suele ser un error muy común.
Hay que recordar claramente esto: el significado de un signo no es otra cosa que la
contraparte conceptual de la imagen acústica, es decir de su significante. Esto es lo que
implica su significación.

Por otra parte, el signo no es una contraparte del significante. Significado y significante
lo componen. En todo caso, cada signo específico está en relación con los demás
signos de la lengua o del sistema.
Sobre este tema de la relación podemos considerar el caso de los sinónimos en una
lengua. Tomemos la palabra amar. Podemos ver como sinónimos o palabras de
significado similar a gustar, querer y desear. Aunque similares, ninguna de ellas tiene
exactamente el mismo sentido que amar. Justamente por eso la condicionan. Si, por
ejemplo, no existiera la palabra querer, su contenido semántico se distribuiría entre las
demás palabras.

Es por eso que la traducción es tan compleja. Los diferentes idiomas hacen un corte
diferencial del contenido semántico, por eso no hay correspondencia exacta de
palabras o ideas.

Tenemos entonces que la parte conceptual del valor lingüístico se constituye por las
relaciones y diferencias entre un signo y los demás signos de la lengua. ¿Sucede lo
mismo con el aspecto sonoro? Para Saussure la respuesta es sí.

Valor lingüístico desde el aspecto material

Dice el padre de la lingüística moderna: “Lo que importa en la palabra no es el sonido


por sí mismo, sino las diferencias fónicas que permiten distinguir esas palabras de
todas las demás, pues ellas son las que llevan la significación” (1945, p. 200).

Son las diferencias fónicas entre las palabras las que permiten distinguir su valor
lingüístico. Los fonemas que cada lengua escoge y utiliza, aquellas unidades discretas
que forman la base sonora de nuestro idioma, solo adquieren valor porque se
diferencian uno de otros y no por ninguna cualidad positiva que tal o cual fonema
posea. Incluso las diferencias en la pronunciación de cada hablante son
intrascendentes en tanto el fonema pueda distinguirse del resto.

Saussure lo explica sirviéndose de la representación gráfica de los sonidos: los


grafemas. Una letra determinada, digamos la “g” no tiene ningún valor o importancia
en sí misma. Solo importa que no la confundamos con una “p” o una “q”.

El valor lingüístico en su totalidad

De lo que hemos dicho se desprende este principio: “en la lengua no hay más que
diferencias”. Más aún, en lo que respecta al concepto y a la imagen acústica no hay
siquiera diferencias en términos positivos. No hay conceptos o sonidos previos a la
lengua, sino diferencias establecidas entre determinado concepto y todos los demás
conceptos cercanos o entre determinada forma fónica y todas las demás. En este
sentido, el valor lingüístico se determina de manera negativa (por lo que no es).

El único valor positivo que surge es el del entroncamiento entre significado y


significante. El lazo efectivo entre un determinado corte conceptual y un determinado
corte sonoro dentro de cada signo propiamente dicho.
De lo antedicho se desprende y se vuelve a la idea original: el valor lingüístico se
construye por relación de los diferentes elementos de la lengua entre sí. No podemos
determinar el valor de un elemento si lo consideramos de manera aislada, solo si lo
vemos en su compleja interacción con los otros elementos del sistema.

Eugenio Coseriu

Eugenio Coseriu (1921-2002) fue un lingüista rumano y uno de los más importantes
investigadores de la lengua del siglo XX. Entre sus máximos aportes está el de revisar la
famosa dicotomía de Saussure de lengua-habla, agregando un tercer elemento: la
norma.

Coseriu plantea, como punto de partida de su esquema, el hablar concreto, entendido


como acto lingüístico, al que considera como “única realidad investigable del
lenguaje”.

Modelo tripartito

Elaborado sobre la base de su obra de 1962: Teoría del lenguaje y lingüística general.

En el pensamiento de Eugenio Coseriu sobre la noma y el sistema se menciona


brevemente el papel de los grandes creadores literarios. Coseriu menciona
efectivamente como los grandes autores literarios fuerzan o directamente rompen los
límites de la norma lingüística, para explorar todas las posibilidades de sentido del
sistema.

A modo de ejemplos podemos considerar el caso del británico Lewis Carroll. En Alicia a
través del espejo, el famoso escritor incluyó varios poemas de non-sense, formas
poéticas en las que se rompen las reglas de la escritura ordinaria. Principal entre estos
es su poema "Jabberwocky", una obra en donde vemos abundancia de palabras
inventadas por el propio autor y que, sin embargo, responde a las estructuras
tradicionales de la poesía inglesa y se mantiene una estructura oracional lógica.

De manera similar, el argentino Julio Cortázar desarrolló el "gíglico", un pseudo idioma


propio compuesto por palabras originales del autor que, aún así, mantiene la sintaxis
española. El capítulo 68 de su famosa novela Rayuela es un pasaje enteramente en
gíglico, pero que el lector puede interpretar apoyándose en su conocimiento del
sistema español.

De esta forma, vemos como ambos autores formaron textos sin sentido en cuanto al
vocabulario, pero en donde conservan suficiente respeto por el sistema de sus
comunidades lingüísticas como para que el lector pueda comprender lo leído.

Coseriu plantea, como punto de partida de su esquema, el hablar concreto, entendido


como acto lingüístico, al que considera como “única realidad investigable del
lenguaje”. Es a partir de las realizaciones concretas del hablar que se pueden extraer,
por abstracción, los conceptos de norma y sistema.
Importante entender esto: cada acto de comunicación concreta, cada acto lingüístico,
implica necesariamente un acto de creación inédita, pero no de creación ex novo. No
son creaciones absolutamente nuevas del sujeto hablante, sino que responden a
modelos precedentes, formas ideales de la lengua de su comunidad.
En un primer grado de abstracción, Coseriu reconoce estructuras de carácter “normal”
y “tradicional”. Son estas las que constituyen la norma.

Al mismo tiempo, hay un nivel de abstracción superior, “una serie de elementos


esenciales e indispensables, de oposiciones funcionales” (Coserieu, 1962, p. 94). Es en
este nivel en el que encontramos el elemento que Coseriu llama sistema.
Importante aclaración sobre la relación entre estas tres instancias: norma y sistema
están, para el autor rumano, implícitas dentro del habla. Se manifiestan en el acto
lingüístico real, ya que este se constituye sobre los modelos que estas les aportan. Al
mismo tiempo, la única manera de llegar a reconocer la norma o el sistema, es partir
del hablar concreto.

Entonces tenemos que sistema y norma no son entidades autónomas del hablar, ni
aspectos de este, sino “formas que se comprueban en el mismo hablar”.
Para ilustrar esta concepción, Coseriu propone el siguiente esquema:

Analicemos con cuidado el esquema:

El cuadrado mayor representa el hablar concreto, entendido como actos lingüísticos


comprobados efectivamente.
El cuadrado intermedio representa el primer nivel de abstracción, la norma. En este
nivel se puede ver los “modelos anteriores” que se repiten habitualmente en los actos
lingüísticos. Para pasar del hablar a la norma se elimina (por abstracción) todos los
elementos individuales de una comunicación concreta, dejando solo los aspectos
comunes que se pueden comprobar.
El cuadrado menor, finalmente, representa un segundo nivel de abstracción. Aquí se
conserva lo que es forma indispensable, oposición funcional, eliminando de la norma
lo que es simple costumbre de la comunidad hablante, pero sin valor funcional.

Cabe resaltar un detalle. Al elaborar el concepto de norma, Coseriu reconoce que


realiza una abstracción doble. No solo abstrae la norma del hablar concreto, sino que
establece lo que podríamos llamar la “norma tipo” de una determinada sociedad.
Coserieu explica que si nos centramos en los actos de habla de un solo individuo
encontraremos repeticiones específicas en sus actos lingüísticos. Es decir, que cada
individuo concreto va formando sus propios hábitos a partir de los cuales se puede
abstraer una norma individual, al margen del esquema general de la norma social.

Tenemos entonces cuatro elementos a considerar en el esquema:


El hablar concreto
La norma individua
La norma (propiamente dicha)
Sistema
Así como podemos partir desde el hablar concreto y ver los demás elementos del
esquema como niveles de abstracción contenidos en los actos lingüísticos reales,
podemos partir del sistema y ver los otros elementos del esquema como grados de
“realización”.

Recordemos, para Coseriu el sistema no es sino un conjunto de oposiciones


funcionales, el autor rumano lo llama “sistema de posibilidades, de coordenadas”. El
sistema establece, entonces una determinada serie reglas base que permiten infinidad
de posibilidades de realización. Se puede hacer comparación con la pintura. El sistema
es para el hablante, lo que la paleta de colores y la tela es para el artista. El pintor no
puede pintar más allá de la tela y no puede pintar con colores que no están en la
paleta, pero dentro de estas limitaciones su libertad creativa es inmensa. Así el
hablante no puede ignorar los límites del sistema, pero tiene una inmensa libertad
creativa para expresarse dentro de este.

El verdadero agente limitador de la creación lingüística es la norma, entendido en ese


sentido como un “sistema de realizaciones obligadas, de imposiciones sociales”. Si
continuamos con la metáfora, la norma sería el equivalente de las diferentes escuelas
artísticas que imponen sus reglas a la creación del pintor.
Incluso dentro de una misma comunidad lingüística, dentro de lo que llamamos un
mismo idioma o lengua, pueden haber diferentes normas (pensemos las diferencias
incluso de pronunciación y flexión gramatical entre el español rioplatense y el
peninsular).

Vemos que la norma está mucho más cerca de la creación verbal concreta que el
sistema, razón por la cual este parece autónomo, como un algo separado del hablar
concreto. Pensemos incluso que mientras que el hablante tiene una mayor o menor
noción de la norma lingüística de su comunidad, su conciencia del sistema tiende a ser
mucho menor. Al mismo tiempo, los grandes creadores de lengua, los grandes
escritores, suelen romper conscientemente con la norma, pero no rompen con el
sistema. Por el contrario, exploran todas las posibilidades expresivas que este les
ofrece.

La relación con el modelo de Saussure

Vemos que Coseriu desarrolla cuatro conceptos fundamentales en su estudio: sistema,


norma, norma individual y hablar concreto. Coseriu ve este modelo como una
superación de dificultades o ambigüedades presentes en la dicotomía lengua-habla de
Saussure. Más específicamente, observa los problemas implícitos en la idea de
“lengua” saussuriana.

El autor rumano hace las siguientes observaciones:


Si planteamos la oposición lengua-habla como oposición sistema-realización del
sistema: entonces identificamos a la lengua con el sistema y al habla con todos los
demás elementos del modelo de Coseriu (norma, norma individual y hablar concreto).
Si planteamos la oposición como una separación entre lo concreto y lo abstracto:
entonces la lengua viene a incluir el sistema, la norma individual y la norma, mientras
que el habla se reduce al hablar concreto.
Si oponemos, en cambio, lo social y lo individual, entonces la lengua abarca al sistema
y la norma, mientras que el habla abarca la norma individual y el hablar concreto.
Si, finalmente, oponemos originalidad frente a repetición, el habla se reduciría nada
más a los hechos del habla y la lengua abarcaría todos los demás fenómenos.
Vemos entonces que para Coserieu la misma idea de “lengua” es demasiado ambigua y
se presta a confusión, por lo que es mejor evitarlo en el análisis lingüístico. Para el
autor rumano, la lengua tiene sentido como concepto de análisis histórico, como
sistema de elementos comunes elaborados sobre la base de un amplio material
lingüístico. Los límites de una lengua son poco precisos, abarcan un amplio espacio
geográfico y social, así como una amplia franja de tiempo e implica una gran cantidad
de sistemas menores (dialectos, lengua literaria, lengua formal, etc.).

La lengua es, entonces, un concepto de tipo diacrónico. Norma y sistema, en cambio,


son conceptos sincrónicos, permiten analizar un determinado momento de la historia
de la lengua, un estado de lengua.

En conclusión, partiendo del hablar concreto, única realidad observable del lenguaje,
Coseriu encuentra, por abstracción, los modelos de la norma (incluyendo la norma
individual) y el sistema, formando un esquema básico de tres partes, que ve como
superador de las ambigüedades presentes en la dicotomía lengua-habla del modelo de
Saussure.

Escuela de Praga

El Círculo Lingüístico de Praga, también conocido como la Escuela de Praga, fue


una importante corriente de pensamiento filológico y lingüístico europea que funcionó
en la capital checa en el llamado período de entreguerras (1926-1939).

El grupo reunió a investigadores no solo checos sino también importantes


exiliados rusos como Roman Jakobson, Nikolái Trubetskói y Serguei Karcevskij.
Influidos por el pensamiento de Saussure (particularmente en su distinción de lengua y
habla) pusieron eje en el estudio estructural de los sistemas fonológicos.

Estructuralismo norteamericano

Para continuar con nuestro panorama de la lingüística moderna nos


trasladamos a los Estados Unidos, donde el estudio de la lengua surge en estrecha
conexión con otras ciencias sociales como la antropología y la psicología,
especialmente, la corriente conductista de Burrhus Frederic Skinner.

Se ven los aportes de algunos de los principales lingüistas norteamericanos:


- El pensamiento de Edward Sapir y su discípulo Benjamín Lee Whorf.
- El modelo distribucionalista de Leonard Bloomfield.

Noam Chomsky
Pregunta a partir del texto (pregunta de platón). Lo aplica al principio del
lenguaje, al desarrollo del lenguaje:
¿Cómo es que conocemos tanto a partir de una experiencia tan limitada?

Observa que no hay una lengua natural, pero habla que el ser humano presenta
una facultad lingüística. Hay un componente nato en la mente humano en cualquier
persona (que este neurológicamente sana), que nos permite desarrollar la lengua a
partir de esas experiencias lingüísticas limitadas. Tenemos la capacidad para
desarrollar una lengua gramatical. No tenemos ninguna estructura armada, esta la
posibilidad de armarla. A partir de pequeños estímulos nos permite empezar a
desarrollarla. Todos los seres humanos nacen con esa facultad del lenguaje.

Orwell le pregunta a Chomsky: ¿Como conocemos tan poco considerando que


tenemos una evidencia tan amplia?

Existe una facultad lingüística innata que permite comprender y producir


cualquier enunciado en cualquier idioma natural que conocemos. Tenemos un sistema
que nos permite armar oraciones y enunciados.
Podemos estudiar la facultad lingüística fundamental, lo cual sería una
gramática universal: lo que responde a la pregunta principal. O podríamos hacer una
gramática particular.
Gramática generativa: idea del carácter generativo en el lenguaje o productivo. ¿Como
es que esta gramática? Nos permite entender que esa lengua nos permite generar
nuevas expresiones.

15.5

Competencia y actuación lingüísticas


Con respecto a la competencia, a Chomsky le interesa la habilidad,
conocimiento que el hablante oyente ideal posee al momento de armar oraciones.
Hay un factor importante, Chomsky se refiere a el con un sentido abstracto. No
le interesa actuación lingüística, la realización concreta de las oraciones, porque el
observa que en el acto de formar oraciones hay otros factos extralingüísticos.
Chomsky escribe su primera teoría en 1957. En ese momento, fue en principio
de la computación, de las primeras grandes computadoras.
Los principios básicos de Chomsky, como la visión mentalista, facultad innata
del lenguaje, gramática universal no van a cambiar, no van a dejar de considerar esta
posibilidad y va a ser la base de sus razonamientos gramaticales. Lo que va a tratar de
explicar es como funciona, cual es el mecanismo.

Teoría estándar
Esta teoría es el primer modelo de análisis que elaboro Chomsky para intentar
comprender el sistema de reglas abstractas que nos permite generar oraciones
gramaticalmente correctas.
Dispositivo de adquisición del lenguaje: el modelo. Consta de 3 componentes
centrales: componente sintáctico, que es el componente central y mas complejo y el
semántico y fonológico, que en esencia con componentes interpretativos.
Componente sintáctico tiene 2 componentes internos:
Componente base: explica las reglas fundamentales para la formación de la oración y
construcción.
Reglas de estructura de frase
¿Qué categoría forman una oración? Es como una formula matemática abstracta.
¿Cómo podríamos establecer una formula que determine la estructura de una
oración? Chomsky dice que por ejemplo podríamos considerar una regla de estructura
de frase la siguientes formulas:
O=SN+SV
SN=det.+N
SV=V+SN
Conjunto de reglas para que la oracion sea gramaticalmente correcta.

Reglas de insercion léxica


Las pruebas convencieron al detective (+común+ animado+ humano)
El detective convenció a las pruebas (+común-animado-humano)

Hay reglas que determinan la insercion de los elementos lexicos. Forman lo que el
llama una estructura profunda del componente.

Lexicon
Conjunto de elementos lexicos que el hablante posee en su mente. No viene
predeterminado en la mente del hablante.

Componente transformacional
“El detective fue convencido por las reglas” las palabras cambiaron pero la estructura
profunda, lo que se quiere transmitir no cambio. Cambio solamente la estructura
superficial. No alteramos su sentido básico.

Componente semantico y fonologico


Son componentes interpretativos, en el sentido de cuando pasamos a elaborar la
estructura profunda de una oracion o conjunto de oraciones, hay una interretacion del
sentido (semantico)

Modelo de principios y parámetros


Chomsky llevo a la creacion del llamado modelo principios y parametros. Un
principio tiene una verdad irrefutable mientras que un parámetro son factores
variables, pero igualmente innatos. La gramatica universal tambien es un sistema con
principios y parametros, por ejemplo todas las lenguas tienen la posibilidad de
realizarse con sujeto.
Princpios y parametros están incorporados en la gramatica universal. Pero los
prametros son todas las posiblildades implicitas en esas reglas. Lo que ocurre en
gramatica universal es que de todas esas opciones tomamos una, tenemos los
parametros dirigidos hacia una direccion.
Hay ciertas caracteristicas:
Es interna: sentido de no exteriorizada, un modelo que ha sido internalizado
por el hablante y forma la vision ideal de la lengua.
Es individual: no en el sentido de original, el hablante no elije como internalizar
pero es el fruto de la experiencia de cada hablante.
Es intensional (de tensión): la lengua tiene una representacion semantica
conceptual. Se explica desde la diferencia entre logica intencional. Los signos de la
lengua remiten a significado conceptual.

¿Qué es el lexico?
El lexico reune todas las unidades significativas basicas en la mente. El lexico en
esencia no es parte del conjunto de princpios y parametros,esto nos viene de la lengua
particular. Es el conjunto, diccionario que nos viene con la lengua particular. Lo
universal, que esta en nuestro sistema. Y ahí es cuando hablamos de sistema
computacional.

Teoria de la X con barra


Es una teoria que trata de dar cuenta o resumir toda la estructura sintactica
aprtir de un solo principio. Todo sintagma sigue al esquema, es la base de la oracion
misma.
Por ejemplo: El profesor de lengua. SN: PROFESOR – Complemento: DE LENGUA –
Especificador: EL
Este modelo de manera abstracta es el princpio fundamental de cualquier sintagma.

Sapir, Whorf y la influencia del lenguaje en la mente

En Estados Unidos, el estudio organizado de la lengua inicia unido a los estudios


antropológicos, específicamente al estudio de Franz Uri Boas (1858-1942), investigador
germano nacido en el reino de Prusia y radicado posteriormente en la nación
norteamericana. Boas es reconocido universalmente como el padre de la antropología
en los Estados Unidos y es famoso por ser uno de los primeros grandes proponentes
del relativismo cultural. Al estudiar a los pueblos aborígenes del continente americano,
Boas fue quizá el primer investigador occidental en establecer que una cultura o
civilización debía ser analizada y entendida en sus propios términos, en lugar de ser
equiparada con un supuesto modelo ideal (por definición europeo-occidental).
El análisis antropológico de Boas sobre los pueblos originarios del norte del continente
se extendió a su estudio de las lenguas propias de esos pueblos, fruto del cual publicó
en 1911 el Handbook of American Indian Languages. Allí Boas aplicó el mismo principio
que había aplicado a la cultura como un todo: «la descripción de una lengua no debe
ceñirse al modelo gramatical de ninguna otra (por ejemplo las lenguas clásicas) sino a
su estructur propia, que el lingüista debe abstraer a partir de un corpus de textos
nativos» (Kovacci, p. 71).

Sapir: lingüística y antropología


El trabajo de Franz Boas tuvo una gran influencia en varios de sus discípulos, entre
quienes se destacó Edward Sapir (1884-1939). Sapir se destacó como antropólogo y
como lingüista, y buscó explorar la relación íntima entre cultura y lenguaje.
En su obra Language (1921), Sapir sintetizó su concepción de la lengua en torno a
cuatro principios fundamentales. Veamos esta definición:

«El lenguaje es un método exclusivamente humano, y no instintivo, de comunicar


ideas, emociones y deseos por medio de un sistema de símbolos producidos de
manera deliberada. Estos símbolos son ante todo auditivos, y son producidos por los
llamados órganos del habla» (Sapir, p. 14).

Sapir agrega, a su vez, que la denominación “órganos del habla” (pulmones, laringe,
lengua, etc.) puede dar a confusión. Estos órganos no tienen la función primordial de
permitir la comunicación, sino que esta es una función adyacente a otras funciones
biológicas que realizan estos órganos. Para Sapir, la clave del habla, de los símbolos
auditivos con los que nos comunicamos, está localizada en el “centro auditivo del
cerebro”. Por supuesto, los símbolos no son meras piezas sonoras, sino que están
asociados a diferentes conceptos o imágenes mentales, que conforman su significado.
Desglosamos esta concepción en sus ideas fundamentales. Tenemos entonces la idea
del lenguaje que presenta:

1. un sistema de símbolos (entendidos como una unidad compleja formada por un


signficado de naturaleza psíquica, denotado por un signo de naturaleza primaria
auditiva, que también se presenta en la mente)

2. un sistema funcional presente dentro de la constitución psíquica o espiritual del


hombre

3. un sistema no-instintivo y por ende adquirido, y en tanto que adquirido


necesariamente cultural

4. cuyo propósito o función es expresar ideas o estados psíquicos

Vemos en esta visión de la lengua, una gran similitud con el pensamiento saussuriano,
sin embargo en el autor norteamericano se nota un ingrediente nuevo: un alto interés
por entender la relación e influencia mutua que existe entre la lengua y el
pensamiento.
Sostiene este autor que aunque el pensamiento lógico implica un producto más amplio
y complejo de la mente, no se puede existir pensamiento complejo sin lenguaje.

La hipótesis Sapir-Whorf

La relación intensa entre pensamiento y lenguaje, y la realidad de este último como


producto cultural hizo que surgiera con el tiempo un interés por la conexión entre
estas distintas esferas de realidad: la cultura en la que se desarrolla un determinado
lenguaje, el lenguaje mismo y la psiquis particular de los hablantes de ese lenguaje.
Estas ideas, presentes de manera latente en Sapir, fueron retomadas por uno de sus
estudiantes, Benjamín Lee Whorf (1897-1941), quien en sus estudios lingüísticos
presentó numerosos ejemplos concretos de cómo determinadas categorías
gramaticales de distintas lenguas parecían influir en los patrones de pensamiento y
comportamiento de los hablantes de las mismas. En sus estudios sobre la lengua Hopi,
por ejemplo, Whorf afirmó que no existían expresiones o categorías gramaticales que
pudieran dividir el tiempo o el paso del tiempo en secuencias distinguibles y contables.
Según Whorf en esta lengua no sería posible decir «tres días», sino «en el tercer día».
Más aún su idea de tiempo no sería denotada por sustantivos, sino aludida por
adverbios o verbos. Esto implicaría una visión del tiempo, fundamentalmente distinta
de la derivada de las lenguas europeas, que influiría directamente en la forma de vida
de los hablantes hopi.
Tanto los estudios de Whorf sobre las lenguas hopi, como sus ideas más amplias sobre
la influencia del lenguaje sobre los patrones de pensamiento han dado lugar a
controversias, y actualmente son pocos los que creen en una visión dura y
determinista de esta visión: que la lengua presenta una influencia directa o fuerte
sobre los patrones de pensamiento de sus hablantes. Aun así, esta posibilidad no ha
sido descartada por entero.
Como los trabajos de Sapir y de Whorf han sido centrales en el desarrollo de esta
perspectiva, el principio de que las estructuras gramaticales de una lengua influyen o
determinan (al menos en parte) los patrones de pensamiento de los hablantes se
conoce hoy como la hipótesis Sapir-Whorf.

Leonard Bloomfield

Autor fundamental en la historia de la lingüística norteamericana es Leonard


Bloomfield (1887-1949), cuyo análisis del lenguaje seguirá un modelo radicalmente
distinto del de Sapir o el de Whorf. Si estos autores provenían o se vieron influidos por
la antropología, Bloomfield estuvo influenciado por la psicología, especialmente la
escuela conductista, fundada por John B. Watson y defendida por Burrhus Frederic
Skinner.

Psicología conductista y lingüística


El conductismo presenta múltiples escuelas psicológicas pero en su base se puede ver
un anhelo de hacer un estudio científico de la conducta humana. El conductismo
radical de Skinner, en particular, no se preocupaba por la interioridad del pensamiento
por considerarlo imposible de ser observado, por eso entendía el comportamiento
sobre la base de los estudios de estímulo-respuesta. Bloomfield siguió esta misma
perspectiva cuando empezó sus estudios lingüísticos.
Para explicar esto consideremos el siguiente enunciado o, en términos de Bloomfield,
emisión:

«Tengo hambre»

Un enunciado como este es una emisión que puede tener su origen en un mendigo
que efectivamente está hambriento o en un niño que simplemente quiere llamar la
atención de sus padres o retrasar la hora de la siesta. En estas dos situaciones hay
elementos que son comunes: los rasgos fónicos de la emisión son idénticos y hay
similitudes en el proceso de estímulo y respuesta que se ve detrás del acto de emisión.
Todo lo demás, las circunstancias particulares del mendigo o del niño, escapa al interés
del estudio lingüístico de Bloomfield
Observemos de cerca el análisis de Bloomsfield del acto de habla: ante un estímulo (S),
el hablante reacciona realizando una emisión (r), este mensaje se convierte en nuevo
estímulo (s), que produce nuevas reacciones en los oyentes. Se forma así el siguiente
esquema:

S r ……. s R
forma

significado

Así, en este esquema, los rasgos fónicos de la emisión constituyen las formas del
lenguaje y los rasgos de estímulo y respuesta configuran lo que podríamos entender
como el significado. Recordemos la visión conductista y, por ende, antimentalista de
Bloomsfield: lo único observable y estudiable son los estímulos y las respuestas entre
los hablantes, lo que pasa en su interioridad no puede ser materia de análisis.
La lengua misma, en este modelo, puede entenderse como “la totalidad de las
emisiones que pueden efectuarse” en una determinada comunidad de hablantes. Para
comprenderla se necesita entonces estudiar el sistema de formas de esa comunidad,
mediante un amplio corpus de emisiones reales. A partir de este corpus se pueden
extraer las unidades mínimas del sistema, por un proceso de segmentación, y
posteriormente analizar la organización o distribución de estas unidades a lo largo de
la cadena hablada.
Recalcamos, Bloomfield considera que la emisión es segmentable, está compuesta de
elementos discretos que pueden ser identificados. Al mismo tiempo, se debe analizar
la manera en que estos elementos se distribuyen a lo largo de la emisión, de la cadena
hablada, su manera de organizarse.

Conceptos claves
Al estudiar las formas, se busca una forma mínima, una unidad que no pueda reducirse
en unidades menores. A esta forma mínima, a esta unidad mínima de emisión, se la
puede llamar morfema. Al mismo tiempo el significado del morfema lo denomina
semema.
Rápidamente, se puede observar la existencia de formas libres, aquellas que pueden
formar una emisión por sí mismas y otras que no poseen esa capacidad, a las que
Bloomfield llama formas ligadas. Por ejemplo, una emisión puede limitarse por entero
a la forma «Entre», en cambio no puede enunciarse solo la forma –ar , como en entrar.
Bloomfield pasa a denominar entonces a la palabra como una forma mínima libre. La
frase, por el contrario, es una forma libre no mínima.
Bloomfield también aporta el concepto de construcción. Observa Bloomfield que
frases diferentes pueden ser iguales en cuanto a la combinación de las formas
constituyentes. Estas formas recurrentes son lo que Bloomfield denominará
construcciones. El autor pasará a considerar la idea de construcción morfológica
(palabras constituidas por más de una forma mínima o morfema, por ejemplo árbol-es)
y construcciones sintácticas (el árbol). La idea misma de oración pasará a entenderse
como una “construcción máxima” dentro de la emisión.
El aporte de Bloomfield se extiende a considerar también la cuestión de la posición de
las formas dentro de una determinada construcción. Por ejemplo:

Volaban pájaros

Hay en esta oración dos posiciones: sujeto y predicado. Estas posiciones solo pueden
ser ocupadas por determinadas formas. Es decir, la posición es la función de la forma y
todas las formas que puedan cumplir u ocupar con esa posición participan de una
misma clase funcional.
Vemos que es clave conocer el contexto en que puede darse una forma, es decir el
conjunto de posiciones que puede ocupar dentro de la emisión, así como los
elementos que pueden precederle o seguirle, o lo que es lo mismo su distribución
dentro del enunciado. Es por este motivo que Bloomfield llama a su modelo
disribucionalismo.

Saussure es mentalista: por su deifnicion de la lengua y el signo lnguistico.


Bloomfield es fertemente impirico busca la conudcta observable, no solo de verlo
visualmente pero de detectarla a partir de la experiencia. Por eso le interesan los actos
del habla, porque es lo observable. Pero el es anti mentalista.

Coherencia y cohesión
La palabra «texto» proviene del participio latino «textus», del verbo «texere»,
cuyo significado corresponde a «tejer, trenzas o entrelazar». La palabra entonces remite
a un «tejido», un todo ordenado y unido de elementos entrelazados. O como lo
indica la RAE: «enunciado o conjunto coherente de enunciados orales o escritos».

Los elementos morfológicos y sintácticos que hemos estudiado deben unirse y


organizarse en una estructura mayor y más compleja que reuna las condiciones
fundamentales para lograr la textualidad: estas son la coherencia y la cohesión.

El texto
- El texto debe considerarse como una unidad lingüística, con un cierre semántico
y comunicativo, formado por un conjunto de oraciones relacionadas entre sí.

- El texto no es una mera sumatoria de oraciones sueltas, sino un todo complejo


formado por las relaciones entre todas sus oraciones.

- Para que el texto funcione como tal, debe poseer: coherencia y cohesión.

Coherencia
Mediante la coherencia somos capaces de reconocer al texto como una unidad de
sentido global. En el texto coherente las informaciones secundarias se encuentran
lógicamente organizadas en torno a un tema central.

Por ejemplo:
Carlos se casó con María en Mar del Plata. Ahí está la famosa fábrica de alfajores
Habana. En Munich hay fábricas de chocolate. A Carlos no le gustan los fideos con
tuco. Mi primo Andrés prefiere el café sin leche pero con tres cucharadas de azúcar.

¿Cuál es el tema principal? ¿Qué nos trata de decir? ¿Cuáles son los temas secundarios?
NO lo podemos saber ya que se trata de un texto por completo incoherente.

Entonces, todo texto que se pueda considerar como tal presenta coherencia (en
terminos amplios podemos entender que es lo que organiza logicamente la
información del texto) es decir, todo texto se organiza en torno a un determinado
tema. Debe haber un tema que organice todo el texto.

Cohesión
La cohesión se logra estableciendo lazos semánticos entre dos o más elementos
del texto, es decir se logra cuando la interpretación de un determinado elemento del
texto se consigue mediante la presencia de otro elemento textual. La cohesión es lo que
permite ver al texto como un conjunto y no como una serie de datos inconexos.

Por ejemplo:
Se ha llamado a la química la ciencia central; la química se apoya en los fundamentos
matemáticos y físicos, la química es el fundamento de las ciencias de la vida: la biología
y la medicina. Para comprender a fondo los sistemas vivientes, primero es necesario
conocer las reacciones e influencias químicas que se efectúan en el interior de los
sistemas vivientes. Por ejemplo, los procesos químicos del cuerpo humano afectan
profundamente al mundo personal de los pensamientos y las emociones de los
humanos.

Es repetitivo, poco claro y difícil de entender.

Pero, veamos el mismo párrafo utilizando los recursos cohesivos.

Se ha llamado a la química la ciencia central, ésta se apoya en los fundamentos


matemáticos y físicos, y a su vez es el fundamento de las ciencias de la vida: la biología
y la medicina. Para comprender a fondo los sistemas vivientes, primero es necesario
conocer las reacciones e influencias químicas que se efectúan en su interior. Por
ejemplo, los procesos químicos del cuerpo humano afectan profundamente al mundo
personal de los pensamientos y las emociones de las personas.

Recursos cohesivos
Existen dos grandes clases de recursos cohesivos u operaciones cohesivas.
- Los recursos de cohesión gramatical
- Los recursos de cohesión lexical

Cohesión gramatical
El uso inteligente de los diferentes recursos gramaticales como las clases de palabras
para lograr una mayor cohesión entre las partes de un texto.

Tres grandes recursos claves:


- Los mecanismos de referencia
La referencia se logra principalmente mediante las formas pronominales y
comparativas. Estas palabras actúan como elementos referenciales, que requieren de
otras palabras o referentes para poder ser interpretadas. Un pronombre puede indicar un
elemento anterior (anáfora) o posterior (catafora).

Por ejemplo:
A Daniel no le gustar visitar la casa de sus padres. El tiene muchos malos recuerdos
guardados allí.

Le: pronombre personal átono / Daniel.


El: pronombre personal /Daniel.
Allí: adverbio de lugar / la casa de sus padres / la casa de los padres de Daniel.

La referencia consiste en utilizar elementos gramaticales para hacer referencia a


elementos anteriores o posteriores del texto. Y por eso se requiere elementos
referenciales (de otras palabras) para poder ser interpretadas, y están vacios de
significado.
¿Qué pasa si no usase este recurso? El texto quedaría muy repetitivo y afectaría a la
cohesión del texto.

Más ejemplos:
A daniel no le gusta visitar a sus padres.
Referencia anaforica: cuando el elemento referencial apunta a un elemento ya dicho.

No te molestes en buscar ahí. Ya revisé en el sótano y no había nada.


Referencia catafórica: cuando el elemento referencial apunta a un elemento posterior en
el texto.

No te molestes en buscar ahí.


El te hace referencia a el interlocutor, es decir, es una referencia exáfora; apunta a un
elmento del contexto comunicativo no nombrado en el texto mismo. Yo no menciono a
mi interlocutor, no uso un vocativo, pero al usar el TE hago referencia sin nombrarlo.

¿Qué tipo de palabras se utilizan para formar la referencia?


Por ejemplo:
El mito de Prometeo, el titán que robó el fuego de los dioses para dárselo a los
hombres, es muy conocido. También se sabe que fue castigado por su buena obra, que
los dioses lo ataron a una roca y mandaron a un águila a devorar su hígado y que este
volvía a crecer cada día para ser devorado nuevamente.
Sobre el destino final de Prometeo existen dos leyendas. ¿Puede ser que existan
otras? Sí, pero solo nos interesan estas dos.
Una de las versiones indica que Prometeo fue rescatado por Heracles, quién lo
libró de sus cadenas para que el titán le ayudase en uno de sus doce trabajos.
En la segunda versión no hay ningún libertador interesado. Sencillamente
tenemos el poder del tedio.
Cuenta esta leyenda que, durante milenios, el águila devoró el hígado del titán.
Con el paso de los tiempos vino la rutina, el aburrimiento y finalmente el cansancio. Los
dioses se cansaron del castigo... Luego, las águilas… Al final, la herida se cerró de
cansancio.

- La elipsis
La elipsis se produce cuando intencionalmente omitimos un elemento de la
oración, puesto que podemos deducirlo por a partir del contexto. El elemento omitido
puede ser una palabra o un conjunto de palabras. Podemos hablar así de:
- Elipsis nominal
- Elipsis verbal
- Elipsis oracional

Por ejemplo:
Carlos vino a comer; no dejó ni los cubiertos.
Acá estamos omitiendo al sujeto. Oración yuxtapuesta. No hace faltar volver a
mencionar a “Carlos” sería innecesario, se sobreentiende. Este es un ejemplo de elipsis
nominal, omitimos el sustantivo.

El hombre corría a toda velocidad. El perro igual de rápido.


Omitimos el verbo ya que se sobreentiende que es el mismo verbo que se está
utilizando. Este es un ejemplo de elipsis verbal.

Es una sociedad secreta. Sus rituales son extraños y sus objetivos misteriosos.
El posesivo “sus” está remitiendo a los rituales/objetivos de la sociedad secreta. Y entre
objetivos – misteriosos, estamos omitiendo el verbo. Se reemplaza todo un fragmento
del enunciado. Este es un ejemplo de elipsis oracional.

- La conjunción (conectores)
Es una especificación de la manera en que lo que sigue se conecta
sistemáticamente con lo anterior, sea una conexión entraoracional de frases, oraciones o
párrafos.
Los elementos conjuntivos pueden ser coordinantes y subordinantes, adverbios o
frases con valor adverbial, o expresiones compuestas de items como “a pesar de esto”,
“a causa de esto”, “desde entonces”, etc.
Todos los elementos que unen. Todos los nexos que permiten establecer una
union entre elementos del texto. Los conectores establecen relaciones.

Cohesión lexical
Juega con el lexico, con el significado semántico de las palabras y su uso preciso.
La cohesión lexical se construye por la selección del vocabulario. Es decir, que se
aprovechan las relaciones ya establecidas entre distintos elementos léxicos de nuestra
lengua.
Existen múltiples elementos cohesivos lexicales pero podemos hablar de
dos recursos básicos:

- Reiteración
En términos generales, entendemos la reiteración como cualquier repetición
intencional de palabras, por motivos de efectividad comunicativa. Toda vez que
volvemos a decir una palabra, es para que tenga un pacto en el lector.
Existen varios mecanismos reiterativos:
a) Repetición propiamente dicha: la reiteración exacta de la palabra.
b) Sinonimia: la sustitución por medio de sinónimos apropiados: Cabe
recordar que la sinonimia exacta no existe.
c) Uso de sustantivos de referencia generalizada: se reemplaza a un
sustantivo de sentido específico por uno de sentido amplio que lo
englobe. Por ejemplo: persona por mujer, hombre o niño.
- Colocación
Es una relación que se da entre palabras que permiten establecer asociaciones de
sentido cuando aparecen cercanas dentro del texto. Dentro de la cohesión lexical
existe:
- Antonimia: al presentar términos que remiten a objetos, acciones o estados
opuestos.
- Serie ordenada: enumeración ordenada de elementos, unidas porque tienen un
mismo referente. Su conexión se perdería fuera del texto.
- Cadena cohesiva: reúne elementos que se relacionan entre sí porque remiten a
un mismo tema. Por este motivo, mantienen un lazo aún fuera del texto
particular.

¡NO DEBEMOS CONFUNDIR SERIE ORDENADA Y CADENA COHESIVA!

Podemos ver varias palabras en cadena cohesiva:


Tinieblas – noche
Incesto – crimen
Melancolía – suicidio
Ratas – murcielagos – cucarachas (si usamos animales)

Pero el conjunto completo se sostiene como una serie ordenada que sólo tiene sentido
dentro del texto.

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