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3. La “comunicación animal”
3.1. El lenguaje de las abejas
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5. Conocimiento y uso
El conocimiento lingüístico es un conocimiento operativo y tácito. Es
operativo porque los hablantes saben utilizarlo en la práctica, aunque no
sepan explicar sus mecanismos de funcionamiento, y es tácito porque
representa una clase de conocimiento del que no somos conscientes y que,
sin embargo, tiene que estar necesariamente en la base de nuestras
capacidades lingüísticas.
El conocimiento lingüístico es una propiedad de la mente de cada individuo.
Cada uno de nosotros hemos adquirido nuestro propio sistema
combinatorio, que nos capacita para producir y comprender nuestra lengua.
Se denomina competencia gramatical al conocimiento práctico e
interiorizado de las reglas de la gramática que cada individuo ha ido
construyendo de manera no consciente como resultado de su crecimiento
como miembro de una comunidad.
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6. Comunicación y lenguaje
La relación entre lenguaje y comunicación es muy importante, pero se trata
de realidades diferentes: ni la comunicación exige siempre el uso del
lenguaje, ni todo uso del lenguaje es comunicativo.
Por ejemplo, comunicar supone interactuar con otros, pero esta interacción
no requiere necesariamente el uso del lenguaje. El gesto, la expresión
facial, la mirada, etc., son instrumentos de interacción con los demás, pero
no son manifestaciones lingüísticas.
Por otro lado, la reflexión, el pensamiento abstracto, la planificación, etc.,
son actividades que no pueden considerarse comunicativas y que, sin
embargo, no es posible concebir en ausencia de lenguaje.
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Por otra parte, la proporción de iconicidad es mucho más alta que la de las
lenguas orales. Los signos se pueden clasificar en icónicos, abstractos y
translúcidos, una metáfora visual para denominar un punto intermedio entre
la transparencia de los icónicos y la opacidad de los abstractos.
Otra particularidad de las lenguas de signos es la simultaneidad, la
capacidad para articular al mismo tiempo distintos elementos mínimos. Los
signos no están sujetos a la linealidad del habla, codifican simultáneamente
todos sus rasgos (forma de la mano, orientación, tipo de movimiento,
expresión facial, etc.).
Otra característica específica de la lengua de signos es la función del
espacio que rodea a los sujetos que hablan, denominado espacio de
signación. Abarca el área que los brazos del signante pueden alcanzar sin
esfuerzo. En él no sólo se sitúan físicamente los elementos del mensaje,
sino que además permite aportar información gramatical (los morfemas de
número y persona dependen del lugar del espacio en el que se articule el
signo). Además, tiene una función discursiva, dando cohesión al texto en
función de la estabilidad en las localizaciones espaciales.
En cuanto a las semejanzas entre la lengua de signos y la lengua oral,
ambas están compuestas de unidades discretas y doblemente articuladas.
En el caso de la lengua de signos, los cinco elementos básicos son: forma o
configuración de la mano (también se denominan parámetros formativos,
figuras quinésicas o queiremas), su orientación, el movimiento que se
realiza (kinema), el lugar de articulación (zona del cuerpo en la que se
colocan las manos, o toponema), y la expresión facial.
Al igual que las lenguas orales, las de signos se caracterizan por su
abundante vocabulario y una gramática elaborada. El orden de palabras en
ambas es muy distinto. En la lengua de signos predomina el objeto – sujeto
– verbo, mientras que en español es sujeto – verbo – objeto.
En cuanto a la riqueza léxica, la proporción de compuestos léxicos es mucho
mayor en las lenguas de signos que en lenguas orales. Por ejemplo, mar se
signa como AGUA^CAMPO, pijama es ROPA^DORMIR, rosal es
ROSA^ÁRBOL, cartero es HOMBRE^CARTAS, etc.
2.1. Variación y variedad en las lenguas de signos
En el mundo existen, al menos, 121 lenguas de signos diferentes, repartidas
por todos los continentes. Sus orígenes son complejos, porque no sólo
dependen de un desarrollo espontáneo entre la comunidad de signantes,
sino también de avatares históricos. Así, por ejemplo, la Lengua de Signos
Americana presenta grandes coincidencias con la Lengua de Signos
Franceses. La razón está en el viaje de Laurent Clero, un profesor sordo
francés que llegó a Estados Unidos en 1817 para crear la primera escuela
de sordos del país.
En España, al menos existen dos lenguas de signos bien establecidas: la
Lengua de Signos Española y la Lengua de Signos Catalana, seguidas por la
Lengua de signos Valenciana, como dialecto diferenciado.
2.2 La dactilogía, un código secundario híbrido
Los alfabetos manuales o dactilológicos representan las letras o grafías de
la escritura mediante posiciones de la mano. Su origen en España se
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remonta al s. XVI entre los judíos conversos de Toledo, que tenían que
guardarse de la Inquisición mediante un código secreto.
Lo relevante de este código para un lingüista es que se trata de un sistema
doblemente secundario: recodifica las letras, que ya son una traslación de
los sonidos. Por tanto, depende de la lengua oral, y no de la signada.
Los sordos utilizan la dactilogía para deletrear nombres propios o términos
sin traducción a las lenguas de signos.
3. La escritura
3.1. Los sistemas de escritura
Los sistemas de escritura se pueden clasificar en dos categorías: los no
fonológicos o logográficos (pictogramas, ideogramas, logogramas), en los
que cada signo representa una idea o una palabra (por ejemplo, la escritura
china), y los fonológicos o fonográficos, en los cuales los signos representan
sonidos. Son sistemas que intentan reproducir el discurso oral propiamente
dicho y pueden ser silábicos (cada signo representa un sílaba, como en la
escritura japonesa), o bien alfabéticos (cada signo representa un fonema,
como el árabe, el hebreo, el cirílico, el griego y todas las lenguas
occidentales).
3.1.1. Los sistemas logográficos
a) Los pictogramas.
Los pictogramas son signos consistentes en figuras que representan
entidades u objetos visibles. Los grafemas de la escritura pictográfica
guardan una cierta semejanza con lo representado: la relación entre
significante y significado es motivada e icónica.
b) Los ideogramas
Los ideogramas son signos que representan conceptos, tanto concretos
como abstractos. No ofrecen ya una relación icónica de semejanza entre
la forma escrita y el significado. El chino o el japonés tienen sistemas de
escritura basados en ideogramas.
c) Los logogramas.
Los logogramas son signos arbitrarios, no icónicos, que representan
palabras. El sistema de escritura logográfica más antiguo es el
cuneiforme, origen de la escritura occidental actual.
Su invención se atribuye a los sumerios de Mesopotamia, en el s. IV a.C.
Los escribas hacían incisiones con cuñas sobre tablillas, habitualmente
de arcilla. Las más antiguas donde figuran tales marcas surgieron como
un sistema de pictogramas. Las representaciones pictóricas se
simplifican con el tiempo y se vuelven más abstractas. Aparecen los
logogramas, que designaban tanto objetos visuales como entidades
conceptuales.
d) La escritura jeroglífica.
La escritura jeroglífica es un sistema muy complejo gráficamente, puesto
que consta de varias clases de grafemas: figurativos (pictograma),
simbólicos (ideograma y logograma), fónicos (fonograma, signos
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alófono, o varios (“p” española aparece como “p” en todos los contextos,
tiene sólo un alófono; “p” inglesa se realiza como “p” en sílabas átonas,
como “ph” en sílabas tónicas, etc.)
4. Las sílabas
La sílaba presenta una estructura jerárquica, cuyo elemento principal, o
núcleo, es frecuentemente una vocal. Los elementos que rodean al núcleo
se conocen como márgenes silábicos (ataque u onset, y final o coda). El
conjunto de núcleo y coda se denomina rima.
Las lenguas varían mucho en cuanto al tipo de combinaciones silábicas que
admiten: en inglés podemos encontrar decenas de combinaciones; el
español admite hasta cinco sonidos en una sola sílaba (por ejemplo,
“trans”), pero tiende claramente a la estructura CV (Consonante Vocal)
(56% de frecuencia en lengua hablada).
También varían las lenguas en cuanto a la composición silábica de su léxico
(en español, predominan las palabras bisílabas, en inglés las monosílabas),
pero siempre sucede que las unidades más frecuentes (artículos,
pronombres, conjunciones, etc.), son las más cortas.
El orden en que aparecen las diferentes consonantes de una sílaba compleja
no es aleatorio, sino que obedece a reglas fonotácticas, de combinación de
sonidos, en función de su posición en una escala de sonoridad.
La sílaba tiene un papel importante en el ritmo. Según su ritmo, las lenguas
se suelen dividir entre las de ritmo silábico y las de ritmo acentual.
En las primeras (las lenguas romances, como el francés o el catalán), las
sílabas mantienen siempre la misma duración. La percepción del ritmo
vendrá determinada por este patrón.
En cambio, en las lenguas de ritmo acentual (las germánicas, pero también
el ruso o el árabe), la sílaba sufre las compresiones temporales necesarias
para que sean los acentos los que se encuentren siempre a la misma
distancia (isocronía acentual).
5. Suprasegmentos
Los suprasegmentos (entonación, acento) se denominan así porque pueden
caracterizar a más de un fonema, superponiéndose a sus rasgos propios, y
lo hacen de forma continua, no discreta.
El acento dota a ciertas sílabas de mayor intensidad, un tono más elevado,
más duración, o una combinación de los tres. También caracteriza a las
lenguas:
Las de acento variable pueden presentar la sílaba tónica en cualquier
posición de la palabra; el acento tiene una función distintiva, opone
unidades como cántara, cantara o cantará, y las clasifica en:
o Agudas u oxítonas, acentuadas en la última sílaba.
o Graves o paroxítonas, acentuadas en la penúltima sílaba.
o Esdrújulas o proparoxítonas, acentuadas en la antepenúltima
sílaba.
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TEMA 6. LA SINTAXIS
1. Qué es la sintaxis. La competencia gramatical
La Sintaxis es la parte de la gramática que estudia el modo en que se
combinan las palabras para formar unidades mayores. Todos los hablantes
de una lengua tienen en su mente una gramática que les permite construir
grupos de palabras y distinguir aquellas secuencias producidas por su
gramática (o secuencias gramaticales) de las que su gramática interna no
podría general (o agramaticales). Por tanto, cualquier hablante nativo de
una lengua conoce las reglas sintácticas de su lengua, aunque se trata de
un conocimiento tácito e inconsciente.
El objeto de interés de los sintactistas es lo que se denomina gramática
interna, es decir, la gramática mental que permite a un hablante crear
oraciones nuevas, el sistema subyacente que permite hablar. Se parte de la
hipótesis de que este sistema consta básicamente de dos elementos:
• Un vocabulario, léxico o lexicón.
• Definir cuáles son las reglas que permiten combinar esas unidades
para crear otras mayores.
1.2. Conceptos sintácticos básicos
Estos conceptos son:
• Las palabras se pueden clasificar en un conjunto limitado de tipos,
denominados categorías gramaticales.
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• Sintagma verbal (llegó tarde, dijo que había llegado tarde, ir).
• Sintagma adjetival (muy guapo, constitucional, deseoso de que
fuera, mero).
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TEMA 7. EL SIGNIFICADO
1. El estudio científico del significado
1.1. Algunas distinciones iniciales
En principio, cuando se piensa en el significado de las palabras, se piensa
en el significado de sustantivos, verbos o adjetivos. Sin embargo, no sólo las
categorías mayores, léxicas o de contenido (nombres, verbos, adjetivos y
algunos adverbios) tienen significado; también lo tienen las categorías
menores o funcionales (determinantes, cuantificadores, conjunciones,
interjecciones…).
Así, puede decirse que las palabras que remiten a conceptos, a partir de los
cuales es posible identificar entidades, actividades y estados, propiedades,
etc., tienen significado léxico, mientras que las expresiones que indican de
manera abstracta el modo en que hay que combinar entre sí los conceptos
tienen significado gramatical.
Pero las palabras no son los únicos signos lingüísticos portadores de
significado; también lo tienen las expresiones complejas, es decir,
expresiones formadas por la combinación de unidades simples, como son
los sintagmas y las oraciones.
Se puede definir la Semántica como el estudio del significado lingüístico,
expresado por medio de las unidades simples y de sus combinaciones. Se
puede separar el estudio del significado de las palabras y el de las
expresiones más complejas, como sintagmas y oraciones:
• La Semántica léxica se ocupa de caracterizar el significado de las
palabras con contenido léxico.
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exacta con sus rasgos objetivos. Por ello, se plantea la duda sobre si
es posible distinguir el conocimiento del léxico y el conocimiento
enciclopédico, es decir, el conocimiento de las palabras y el de las
realidades designadas por ellas.
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Para superar esta duda, deberíamos imaginar que una definición ideal
del significado vendría de los expertos de los diferentes ámbitos para
que las definiciones siempre fueran exactas y precisas. Pero esto no
es posible, ya que convertiría a la Semántica en la totalidad de la
ciencia y, además, nos entendemos perfectamente sin necesidad de
poseer grandes conocimientos especializados. Es más, el
conocimiento lingüístico parece ampliamente compartido por todos
los miembros de una comunidad, mientras que el conocimiento
enciclopédico depende del nivel de instrucción de cada individuo.
2. La semántica léxica
2.1. El análisis del significado léxico
En el significado léxico de las palabras hay componentes menores que
pueden identificarse a veces con relativa facilidad y que aparecen en
diferentes combinaciones. Estos componentes pueden entenderse como
rasgos (rasgo humano, rasgo adulto, etc.).
La existencia de rasgos comunes permite identificar clases semánticas
también en categorías como los verbos o los adjetivos. Por ejemplo, los
verbos de lengua exigen sujetos con el rasgo [+humano], y los de
percepción se combinan con sujetos [+animados]. Hay otros rasgos que
tienen una naturaleza más abstracta y son más difíciles de descubrir (por
ejemplo, bolígrafo, maceta, casa tienen el rasgo de que son términos
contables; leche, oro, aire, tienen el rasgo de que son términos no
contables).
Los rasgos no pretenden lograr un análisis exhaustivo de todos y cada uno
de los matices de todas y cada una de las palabras, sino más bien identificar
aquellos componentes de significado que resultan más pertinentes tanto
para la organización del léxico como para su combinatoria sintáctica.
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“pluma de ave utilizada para escribir”, que, por semejanza funcional, derivó
en “instrumento de escritura”; por contigüidad, se puede referir al “estilo de
escritura” y a quien la realiza.
3. La semántica composicional
3.1. Las relaciones de significado entre proposiciones
En el caso de las proposiciones, es decir, los contenidos semánticos de las
oraciones enunciativas, también se producen relaciones análogas a las que
tienen lugar con las unidades léxicas (de identidad, inclusión, oposición,
etc.).
La relación de equivalencia se conoce como paráfrasis. El criterio para
identificar la equivalencia es muy simple: dos proposiciones son
equivalentes cuando ambas son verdaderas en las mismas situaciones. Por
ejemplo: Los romanos construyeron esta ciudad / Esta ciudad fue construida
por los romanos.
Las relaciones de inclusión se producen cuando la verdad de una
proposición necesariamente supone la verdad de la otra. Por ejemplo, al
afirmar El cazador mató al tigre también se está afirmando que el tigre está
muerto. La relación entre ambas es de implicación lógica o entrañamiento.
En los casos en que una implicación lógica lo es tanto de una proposición
como de su negativa correspondiente, se dice que la relación es de
presuposición. Por ejemplo, en el caso de Juan ha dejado de fumar, implica
lógicamente Juan fumaba; igualmente, con respecto a su expresión negativa
Juan no ha dejado de fumar, también implica Juan fumaba.
Las relaciones de oposición son también variadas y dependen en gran
medida de las propiedades de los elementos léxicos que las integran. Se
denominan contrarias las proposiciones que no pueden ser verdaderas a la
vez, pero sí pueden ser ambas falsas. Por ejemplo, mi coche es negro y mi
coche es rojo. Se denominan contradictorias, en cambio, a las que no
admiten una tercera posibilidad: si cuando nace un bebé se dice ha sido
niña, se excluye la posibilidad de que haya sido niño, y viceversa, sin
posibilidad de otras opciones.
3.2. El significado de un conjunto infinito de expresiones
El principal reto de la Semántica composicional es dar cuenta de la
capacidad de los hablantes de producir e interpretar un número
potencialmente infinito de expresiones complejas. Para ello, utiliza dos
estrategias: la adopción del principio de composicionalidad y la utilización
de un lenguaje formal específico procedente del ámbito de la Lógica y las
Matemáticas.
a) El principio de composicionalidad.
En los llamados retruécanos (trabajar para vivir – vivir para trabajar,
el sida no tiene cura – el cura no tiene sida) se produce una inversión
entre los constituyentes de una frase. Este hecho pone de manifiesto
que las expresiones complejas no son simplemente la suma de los
contenidos que las componen, sino que es decisiva la manera en la
que estos contenidos se combinan entre sí como resultado de las
reglas sintácticas.
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Variable: automóvil.
o Variantes : automóvil / coche / carro / auto / máquina / buga.
Variable: chaqueta.
o Variantes : chaqueta / americana / leva / saco.
1.2.4. Variación pragmática
La variación pragmática es la que mayores dificultades presenta en cuanto
a su estudio, motivadas, básicamente, por las características intrínsecas de
la pragmática, unidas a las dificultades propias del nivel gramatical y léxico.
Además, la falta de estudios suficientes impide establecer una relación de
todos los aspectos pragmáticos con factores lingüísticos o extralingüísticos.
Ejemplos de variables y variantes en este nivel:
2. Variedades lingüísticas
Una variedad es cada uno de los conjuntos definidos de rasgos específicos
que caracterizan el uso de una lengua por parte de los hablantes, conforme
a factores de distinto tipo.
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Los factores que influyen en las variedades de una lengua pueden ser
lingüísticos o extralingüísticos (históricos, geográficos, sociales o
situacionales), y actúan conjuntamente o por separado.
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Además, parece que las mujeres emplean un léxico más rico para
expresar los matices de los colores (azul cielo, verde botella, rosa
palo).
Uno de los factores más relevantes en la variación lingüística es la edad. Los
rasgos lingüísticos vinculados a esta variable están estrechamente
relacionados con la identidad grupal, ya que sirven para establecer
diferencias entre distintas generaciones. Por otra parte, la forma de hablar
de un individuo va cambiando a medida que pasa el tiempo, adaptándose a
las circunstancias sociales de cada etapa. Así, los jóvenes sienten
preferencia por formas no estándares, mientras que en la edad intermedia
hay una clara tendencia hacia las formas prestigiosas.
2.2.3. Variedad diafásica (variación situacional)
Las variedades diafásicas son modalidades de habla que dependen de la
elección del hablante, según la situación comunicativa o el contexto. Estas
variedades se denominan estilos o registros. En cuanto a su grado de
formalidad, los registros se clasifican en formal, neutro y coloquial.
Existen numerosas situaciones comunicativas posibles, lo que hace muy
difícil determinar cuántos estilos hay y cuáles son sus límites. En cualquier
caso, los factores extralingüísticos que intervienen en la variación diafásica
son:
Tenor: tipo de relación que se crea entre los participantes.
o Relación social entre los interlocutores: uso formal / uso
informal.
o Jerarquía social: tratamiento, formas de cortesía.
o Grado de conocimiento: familiar / con distancia.
o Planificación del texto: espontaneidad / con planificación.
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2. Lenguas en contacto
Cuando distintas comunidades lingüísticas establecen relaciones entre sí,
comienzan las influencias recíprocas entre sus lenguas.
Por otra parte, el multilingüismo desempeña un importante papel en la
evolución de todas las lenguas, ya que facilita los cambios lingüísticos
debido, entre otros factores, a los préstamos y a las interferencias.
Bajo el nombre de lenguas en contacto se incluye una variedad muy amplia
de fenómenos, tales como el bilingüismo, el sustrato, la mezcla de lenguas,
los préstamos, el pidgin y las lenguas criollas, los acentos extranjeros, el
aprendizaje de segundas lenguas, etc.
3. Bilingüismo y diglosia
3.1. Bilingüismo
El bilingüismo es la situación lingüística en la que los hablantes tienen que
utilizar, alternativamente, según las situaciones, dos o más lenguas
diferentes. Comprende los problemas que surgen desde el mero contacto de
lenguas hasta el empleo, por un mismo individuo o una comunidad
lingüística, de dos sistemas lingüísticos diferentes, o la existencia de dos
variedades distintas de la misma lengua en el seno de una comunidad
monolingüe.
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Dos lenguas en las que todos sus hablantes son bilingües; es una
situación muy común en la mayoría de los países africanos y en la
India.
Un grupo monolingüe y otro bilingüe; el primero suele ser el grupo
dominante y el bilingüe, el minoritario. Por ejemplo, los hablantes de
inuí en Groenlandia tienen que aprender el danés, la lengua
dominante, mientras que los hablantes de danés pueden seguir
siendo monolingües.
Las situaciones más comunes que conducen al bilingüismo son las
siguientes:
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Las interferencias aparecen en todos los niveles, aunque las más frecuentes
son las del nivel léxico, que se denominan préstamos léxicos.
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Áreas lingüísticas
El lenguaje fue la primera función humana compleja cuyo procesamiento se
situó en zonas específicas de la corteza cerebral:
El área de Broca, área motora del lenguaje, se encuentra próxima a la
zona de la corteza que controla los movimientos de la cara, la lengua
y la laringe, aproximadamente a la altura de la sien.
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Por otro lado, los llamados savants son aquellas personas, a menudo
autistas, que unen a unas enormes limitaciones generales, una capacidad
extraordinario para algo específico; la música, el arte, las matemáticas, las
lenguas, etc. En el campo de la lengua, Christopher era capaz de hablar
entre 15 y 20 lenguas, aprendidas de forma autodidacta, pero era incapaz
de abrocharse un botón o cortarse las uñas.
Todos estos casos confirman la existencia de módulos lingüísticos en el
cerebro, independientes del resto de las funciones cognitivas superiores. La
teoría lingüística, a este respecto, plantea un debate, oponiendo las
propuestas modulares (existe un módulo gramatical, independiente del
léxico o del fonológico) a las conexionistas (el procesamiento del lenguaje
se realiza mediante interconexiones neuronales en amplias áreas).
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los signantes sufren sus propios errores (slips of the hands). Los estudios
señalan una coincidencia básica entre las dos modalidades de habla,
también en este aspecto, aunque sus patrones detallados (tipos de errores
que se presentan con más o menos frecuencia, tendencia a la reparación,
etc.) varían entre lo oral y lo signado.
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siguiendo unos pasos más o menos comunes, mientras que en caso de las
segundas lenguas, ese conocimiento es más bien extraordinario y tanto el
tiempo que se tarda en estabilizarlo como los caminos por los que se llega a
ese punto, varían muchísimo (QUE ME LO DIGAN A MÍ), y aparecen ligados
a las capacidades intelectuales y psicológicas de cada persona.
Por eso, en el primer caso se habla de adquisición (espontánea, intuitiva), y
en el segundo, de aprendizaje (consciente, guiado por reglas aprendidas).
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con un “conjunto de instrucciones” sobre cómo deben ser las lenguas. Estas
instrucciones constituyen la gramática universal.
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Desde este punto de vista, los universales lingüísticos son las propiedades
del lenguaje que forman parte de la gramática universal, es decir, las
propiedades innatas del lenguaje. La gramática universal está formada por
un conjunto de principios, comunes a todas las lenguas, y un conjunto de
opciones o parámetros. Cuando un niño empieza a hablar, no tiene que
aprender miles de reglas; simplemente debe fijar los valores para los
parámetros en su lengua. Por ejemplo, en español, que primero va el núcleo
y luego el complemento, etc.
Para el enfoque funcional tipológico, los universales lingüísticos se explican
por razones funcionales. Las lenguas son, ante todo, instrumentos de
comunicación y, por tanto, se espera que su forma se adapte a esa función.
Para los funcionalistas, los universales lingüísticos se explican haciendo
alusión a la facilidad del procesamiento. En este sentido, Haspelmath
establece tres universales en los ámbitos fonológico, morfológico y
sintáctico:
• Ámbito fonológico: Las oclusivas labiales sonoras son más fáciles de
producir que las oclusivas velares sonoras porque hay más espacio
entre la laringe y los labios para la corriente de aire durante la
oclusión oral.
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