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Verduzco Ramos Jhoanna Lizzet 09/04/24

Virtudes morales

La ética de Aristóteles:

Para Aristóteles, la ética era “La ciencia de la vida buena”, es decir, la disciplina
filosófica que indaga lo que deben hacer los seres humanos para llegar a vivir
plenamente. Aristóteles plantea que hay un fin último, que es la felicidad o
eudaimonía, que se refiere a “la vida buena” o el “florecimiento”, y un bien supremo.
Con base en ello, Aristóteles determina lo bueno y lo malo, siendo lo bueno aquellas
acciones que logren alcanzar la felicidad o eudaimonía, y lo malo será aquello que
lo obstaculice o dificulte. Sin embargo, el hecho de que el concepto de felicidad sea
distinto para cada persona hace que lo anterior sea poco eficiente. Entonces,
Aristóteles determina que el bien para cada cosa se refiere a la manera en que
cumple la función para la cual fue creada, es decir, que si algo realiza correctamente
la función para la que es creado o destinado, entonces es bueno. Por lo tanto, un
buen hombre es aquel que cumple su propio ergon como ser humano, y al comparar
al hombre con el resto de los seres vivos, se considera que su ergon recae en la
razón, lo cual está relacionado a la virtud o areté, que se traduce como “excelencia”.

Para Aristóteles, el alma consta de tres partes; dos de ellas irracionales: la parte
vegetativa y la parte sensitiva; y la parte racional. Esto se relaciona con lo anterior
ya que de ellas salen las virtudes éticas, las cuales son aquellas que provienen de
la parte sensitiva y que nos diferencian de los demás seres vivos, debido a que
ejercemos un racionamiento. Las virtudes éticas, según Aristóteles, se adquieren
por medio de la costumbre o el hábito. Por otro lado, las virtudes relacionadas
directamente al razonamiento son las llamadas virtudes dianoéticas, y debido a
que la razón tiene dos dimensiones, una puramente teórica y otra práctica, existen
dos virtudes dianoéticas: la virtud de la razón propia, sophia o sabiduría y la virtud
de la razón práctica, la prudencia.

Aristóteles diferencia entre el vicio y la virtud, siendo la virtud una armonía entre
la razón y el apetito que tiende a lo bueno, mientras que en el vicio existe esta misma
armonía pero que tiende a lo malo debido a la corrupción de la razón. Una persona
continente es aquella que entre la lucha de razón y apetitos elige la razón, mientras
que la incontinente elige los apetitos. Un incontinente no es lo mismo que un
vicioso, ya que el incontinente aún tiene claro lo bueno y lo mano, su razón se
mantiene pura, sin embargo, se deja llevar por el apetito; mientras que el vicioso ha
trasformado su visión de lo bueno y lo malo, llevando a cabo acciones malas que
para él son buenas debido a la pérdida de la razón. Por tanto, una persona
incontinente, con ayuda de buenos hábitos, puede pasar a ser continente y
finalmente alcanzar la virtud. De acuerdo con lo anterior, Aristóteles dice “Desde el
punto de vista de su entidad, y de la definición que anuncia su esencia, la virtud es
Verduzco Ramos Jhoanna Lizzet 09/04/24

un término medio, pero desde el punto de vista de lo mejor y del bien, un extremo”,
lo que se refiere a observar la virtud desde dos puntos, el vicio y la perfección.

Entonces, para Aristóteles la mejor vida en un sentido absoluto es la vida


contemplativa, aquella en la que el hombre busca continuamente la sabiduría;
seguida de la vida práctica, es decir, aquella vida que va conforme a las virtudes
éticas.

Virtudes morales e intelectuales:

Tras redimensionar el significado del pensamiento crítico, se obtiene que

 El pensamiento crítico tiene habilidades que necesitan de la disposición para


usarlas, esto para poder aplicarlas sobre el propio pensamiento y mejorarlo.

Sin embargo, se tiene que el pensamiento crítico depende tanto de habilidades


como de disposición, por lo que se propuso incluir más estándares intelectuales: la
importancia y la justicia e imparcialidad. Por lo que un pensador crítico aplica
rutinariamente los estándares a la información a la que tiene acceso, lo que le
permite desarrollar las posiciones intelectuales que se suman a las habilidades. Un
pensamiento crítico bien desarrollado se da cuenta de los errores críticos y sesgos
que pueda llegar a tener. Estas disposiciones también son llamadas como
características o virtudes intelectuales, o simplemente virtudes; la primera virtud
es la humildad intelectual, la cual consiste en reconocer los límites del propio
conocimiento; la segunda es la valentía intelectual, que puede reconocer si la
contraparte tiene algo de razón en sus argumentos, y también reconoce cuando la
propia opinión puede estar equivocada; el tercero es la empatía intelectual que
trata de ponerse en el lugar de la contraparte para entender sus razones; la cuarta
se trata de una autonomía intelectual, en donde se busca pensar por uno mismo
tratando de superar los pensamientos de las multitudes y figuras autoritarias, se
trata de razonar sin ceder a figura externas; la quinta es la perseverancia
intelectual y trata de seguir cultivando la curiosidad por el conocimiento y no
conformarse con lo que ya se tiene; la sexta es la confianza en la razón que
consiste en que las personas usen y desarrollen el pensamiento crítico como la
mejor manera para encontrar soluciones; la séptima es la integridad intelectual,
que aplica las habilidades del pensamiento crítico en el propio pensamiento para
mejorarlo; la octava es la imparcialidad, que consiste en aplicar estándares,
habilidades y disposiciones del pensamiento crítico a todos los puntos de vista con
el mismo rigor.

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