Introducción a la Biblia

La autoridad de la Biblia

Pregunta: ¿Cómo se puede definir la singularidad de la Biblia en términos de “revelación”,

“inspiración” y “autoridad”?

Revelación: Derivada de un nombre latino que significa “develar”, lo cual indica que Dios
ha tomado la iniciativa de darse a conocer a la humanidad ya que ésta no puede conocerle
por sus propios medios.

Inspiración: Indica la forma principal que Dios ha escogido para revelarse. La Biblia dice
que toda la Escritura fue “respirada por Dios” (lit. 2ª Tim. 3:16). Esto nos indica que los
autores de los libros de la Biblia fueron voceros de Dios; el Señor habló por medio de ellos.
Se podría decir que se trató de una “inspiración verbal” porque se extendió hasta las
palabras mismas empleadas por los autores humano. (1ª Cor. 2:13)

Autoridad: Si creemos que la Biblia es revelación divina dada por inspiración divina,
entonces creemos que la Biblia es palabra de Dios. Si esto es así, entonces ella tiene
autoridad sobre los hombres. Es el que habla (su carácter, conocimiento y posición) lo que
determina cómo los demás han de considerar sus palabras.

Pregunta: ¿Cómo anticipa Stott las objeciones y posibles críticas sobre los siguientes
temas?

- El proceso de inspiración: No fue mecánico, ya que Dios habló de diferentes

formas a los autores de la Biblia: sueños, visiones, voz audible, ángeles, providencia
en las investigaciones (ej: Lucas), etc. Además, cada autor usó un estilo literario y
vocabulario propio para transmitir el mensaje que Dios le había dado. Por tanto,
Dios utilizó plenamente la personalidad, el temperamento, la formación y la
experiencia de cada uno de los autores bíblicos. La Biblia es palabra de Dios y
palabra de hombres.

- El literalismo: No se debe interpretar que "cada palabra de la Biblia sea

literalmente verdadera" ya que las palabras de la Biblia solo son verdaderas en
relación con su contexto (Ej. Discurso de amigos de Job). Además, la Biblia utiliza
mucho lenguaje en sentido figurado. Ej. Uso de antropomorfismos con Dios (“los
ojos de Jehová contemplan toda la tierra”), descripción cosmológica (“el sol sale de
un extremo de los cielos y sigue su curso hasta llegar al otro extremo”), etc.

- La naturaleza del texto inspirado de la Biblia: Solo se puede considerar como

"palabra de Dios escrita" los textos originales hebreos o griegos tal como lo
escribieron los autores de los mismos.
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Pregunta: ¿En qué se basan las iglesias cristianas que han defendido firmemente el origen
divino de las Escrituras?

1. Las iglesias cristianas históricas han sostenido y defendido consecuentemente el

origen divino de las Escrituras durante siglos.
2. El testimonio de las Escrituras: Moisés afirma que recibió la Ley de Dios, los
profetas introducen sus oráculos con la fórmula: “Así dice el Señor”; los apóstoles
como Pablo escriben: “Cuando recibisteis la Palabra de Dios que oísteis de
nosotros, la recibisteis no como palabra de hombres, sino según es en verdad, la
palabra de Dios…” (1ª Ts. 2:13). Los autores bíblicos también se autorizan
mutuamente: Los profetas confirman la Ley, los salmistas exaltan su verdad, los
autores del NT toman una rica variedad de citas del canon del AT, Pedro se refiere a
las cartas de Pablo como “Escritura”, etc.
3. El testimonio de los lectores: Se aprecia la unidad y coherencia del libro pese a la
diversidad de autores, el cumplimiento de las profecías y la nobleza y dignidad de
las grandes doctrinas. Además, cuenta el poder que ha tenido en las vidas humanas
trayendo consuelo, quebranto, reforma, aliento, esperanza y dirección. Todo esto es
una obra del “testimonio interior del Espíritu Santo”. Es la experiencia del “corazón
ardiente” que tuvieron los discípulos del camino a Emaús (Lc. 24:32).
4. El testimonio de Jesucristo: El Evangelio nos lleva a Cristo y Cristo nos lleva
devuelta a la Escrituras con una nueva comprensión

Pregunta: ¿Qué evidencia presenta Stott para mantener la conclusión de que “Jesús asintió
en su mente y se sometió en su vida a la autoridad de las Escrituras del AT”?

Cristo reconoció la autoridad del antiguo testamento ya que él mismo se sometió a él. A
continuación tres ejemplos que lo demuestran:

- Jesús se sometió al AT en su conducta personal. Por ejemplo, rechazó las

tentaciones del diablo mediante una cita bíblica adecuada (“Escrito está” era
suficiente; no era necesario discutir o negociar).

- Jesús se sometió al AT en el cumplimiento de su misión mesiánica. Por medio del

estudio de la Escritura él sabía que era el Siervo Sufriente (Is. 53) y el Hijo del
Hombre (Dn. 7). Por eso afirma en reiteradas ocasiones que le “era necesario”
padecer, morir y resucitar en gloria (Mt. 26:54, Mr. 8:31, Lc. 24:26,44)

- Jesús se sometió al AT en sus controversias ya que en sus debates y discusiones con

los dirigentes religiosos siempre apelaba a las Escrituras como único tribunal (Mr.
12:10; Lc. 10:26). Una de sus principales críticas a sus contemporáneos tenía que
ver con la falta de respeto a las Escrituras. Decía a los fariseos: “Bien invalidáis el
mandamiento de Dios para guardar vuestra tradición” (Mr. 7:9-13); y a los
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saduceos: “¿No erráis por esto, porque ignoráis las Escrituras, y el poder de Dios?”
(Mr. 12:24).

Pregunta: ¿En qué sentido puede describirse como único el ministerio de los apóstoles?

Ellos fueron los escribas e intérpretes autorizados para la revelación de Cristo. El Señor los
escogió para que sean sus representantes y les dio autoridad para hablar en su nombre.

Un estudio del uso del título apóstol en el NT muestra una diferencia entre “apóstoles de las
iglesias” (misioneros) y “apóstoles de Cristo” (los Doce, Matías, Pablo, Santiago). Aunque
toda la iglesia es apostólica en el sentido de que Cristo la envía al mundo en misión, el
término “apóstol de Cristo” no es un término general a todos los cristianos en el NT.

Los “apóstoles de Cristo” tuvieron una cuádruple condición:

1. Tenían un llamamiento y autorización personales de Cristo (Lc. 6:12-13; Gal. 1:1;

Hch. 26:17; 22:21).
2. Tenían una experiencia personal de Cristo. Los Doce fueron nombrados “para que
estuviesen con él, y para enviarlos (apostellein) a predicar” (Mr. 3:14; cf. Jn. 15:27).
Era especialmente importante para ellos que fueran “testigos de la resurrección”
(Hch. 1:21-22; 1ª Cor.9:1; 15:8-9).
3. Tenían una inspiración extraordinaria del Espíritu Santo. Jesús les prometió a sus
apóstoles que el Espíritu Santo les recordaría todo lo que él les había enseñado (“él
os enseñará todas las cosas, y os recordará todo lo que yo os he dicho”) y que aún lo
completaría guiándolos a toda la verdad que por el momento aún no podían
sobrellevar (“él os guiará a toda verdad”). (Jn. 14:25-26; 16:12-13)
4. Tenían poder para hacer milagros. Las señales, prodigios y milagros eran “las
señales de apóstol” (2ª Cor. 12:12). El propósito del poder milagroso dado a los
apóstoles era acreditar su comisión y mensaje apostólicos (Heb. 2:3-4).

Pregunta: ¿Cómo fue confirmada la singularidad del ministerio apostólico?

1. Los apóstoles exhibían su autoridad apostólica en sus cartas. Ej. Pablo utiliza
“ordenamos”, “mandamos” y ·exhorthamos” (2ª Tes. 3:4,6,10,12,14) y Juan afirma
que “nosotros somos de Dios; el que conoce a Dios, nos oye”. (1ª Jn. 4:6)
2. La iglesia primitiva reconoció la autoridad única de los apóstoles. Los obispos
posteriores no daban mandamientos como ellos. Ej. Ignacio de Antioquía, obispo en
la era pos-apostólica (110 d.C.), afirmó: “Yo no os doy mandamientos, como Pedro
y Pablo. Ellos eran apóstoles; yo soy sólo un hombre condenado”. El criterio
utilizado para el canon del NT era que su origen fuese del círculo apostólico.
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Pregunta: ¿Qué argumentos se han expuesto como alternativas a la posición cristiana sobre
la autoridad?

- Kenosis: Cristo estaba equivocado en su concepción de las Escrituras, pues la

encarnación limitó su mentalidad a la de un judío del siglo I. Respuesta: Jesús
reconocía los límites de su conocimiento (Ej. No sabía el día de su retorno), pero
insistió en que enseñaba lo que el Padre le daba.
- Acomodación: Cristo sabía que no toda la Escritura era la Palabra de Dios, pero se
acomodó a sus contemporáneos. Respuesta: Jesús nunca vaciló en disentir con sus
contemporáneos y siempre denunció la hipocresía religiosa.