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Diego Franco

Manual de Criterios Básicos de Interpretación Bíblica

“La biblia es el sermón (la prédica) de Dios”

J. I. Packer.

Hermenéutica

Definición:

 Etimología: La palabra hermenéutica viene del griego ἑρμηνευτικός (hermeneutikos)

compuesto de ἑρμηνεύω (hermeneuο = yo descifro) y τέχνη (tekhné = arte) y el sufijo-τικος

(-tikos = relacionado a). Es decir, relacionado al arte de explicar, descifrar, o interpretar,

escritos, textos, etc.

 RAE: "Ciencia de interpretación: Conjunto de conocimientos obtenidos mediante la

observación y el razonamiento, sistemáticamente ordenados, de los que se deducen principios

y leyes generales."

 En lo referido a la Biblia, sería el estudio de los principios que se usan para interpretar la

Biblia.

Interpretar bien lleva a creer lo correcto, obedecer lo exigido y enseñar lo verdadero.

Interpretar bien lleva a conocer la Verdad. Conocer la Verdad da libertad (Jesús, en Juan 8.32).
Relaciones importantes:

 Jesús y nosotros.

 Jesús y la Biblia (AT y NT).

 Nosotros y la Biblia.

Jesús y nosotros:

“Ustedes Me llaman Maestro y Señor; y tienen razón [bien dicen], porque Lo soy”.

Juan 13.13

“El que dice que permanece en Él (Dios), debe andar como Él (Jesús) anduvo”.

1º Juan 2.6

Jesús es nuestro Maestro. Él es nuestro Señor. Él es nuestra norma perfecta de conducta.

Nosotros somos alumnos, siervos y discípulos suyos.

Debemos aprender de Él, someternos a Él y seguirle/imitarle a Él.

Jesús y la Biblia:

 Jesús y el Antiguo Testamento.

 Jesús y el Nuevo Testamento.


Jesús y el Antiguo Testamento.
Las Escrituras fueron la guía para su conducta, la definición de su misión en la Tierra, y la última

palabra en las controversias públicas.

a) Conducta moral, comportamiento: Jesús se subordinó voluntariamente a la Palabra de Dios.

Ejemplo: en la Tentación (Prueba) en el desierto (Mateo 4.1-11, Marcos 1.12-13, Lucas 4.1-

13) Jesús responde citando la Biblia (cita 3 pasajes de Deuteronomio 3 y 8). Para ÉL, que

algo estuviera escrito fue suficiente para sea digno de ser obedecido. Citó y obedeció lo que

citó. No hubo discusión, ni negociación: hubo resolución. Las Escrituras eran la autoridad

final de Jesús.

b) Misión de Jesús: Él se sometió a lo que estaba escrito respecto a su propósito en la Tierra.

Cumplió con lo que debía hacer el Hijo del Hombre según Daniel, el Siervo Sufriente según

Isaías, el Descendiente de David según Samuel, etc. Él avanzó según lo que estaba escrito de

Él en la Biblia (Marcos 14.21), determinado irrevocablemente a cumplir lo que las Escrituras

dicen de Él. Él se sometió voluntaria y deliberadamente a lo que el Padre ya había revelado a

través de Las Escrituras, decidido a hacer Su Voluntad (Lucas 2.49, Marcos 8.31, Mateo

26.54, Lucas 24.44, etc.). Jesús se sujetó al Padre sujetándose a la Biblia.

c) Controversias Públicas: Cuando Jesús y los líderes religiosos de su época chocaban, Él

apelaba a Las Escrituras. Parte de su argumento era preguntar “¿No han leído?”, “¿Qué está

escrito en la Ley?”, “¿Cómo leen ustedes?”, etc. Por ejemplo, en las controversias con los

fariseos (quienes agregaban sus tradiciones e interpretaciones) o con los saduceos (quienes

eran escépticos), declaraba la inmutabilidad de la Biblia y la autoridad de ella.

La Palabra de Dios era la autoridad máxima para Jesús en lo moral, en el entendimiento y

cumplimiento de su Misión y en los debates religiosos.


Jesús afirmó la autoridad de la revelación de Dios en su época (Antiguo Testamento), y, si nosotros

somos sus discípulos, debemos hacer lo mismo. Si somos sus siervos, no podemos ser diferentes a

nuestro Señor.

 Jesús y el Nuevo Testamento.

En el Nuevo Testamento, Jesús mostró en palabra y conducta, en dicho y en hecho, que reconocía la

autoridad de las Escrituras existentes en su época. Además, proveyó lo necesario para que el Nuevo

Testamento fuera escrito. También respaldó la autoridad del Nuevo Testamento al dar autoridad

singular a los Apóstoles.

La palabra “Apóstol” significa “enviado”. Esta palabra tiene un trasfondo histórico profético

(enviado por Dios, para hablar de parte Suya) y rabínico-judío (mensajero o maestro enviado a

las tribus en dispersión).

El enviado llevaba consigo la autoridad del enviador, como delegado, embajador y representante

autorizado, enviado en su nombre como un representante autorizado.

En el Nuevo Testamento, esta palabra se utiliza una vez para todos los cristianos (Juan 13.16),

algunas veces más para Pablo y Bernabé en la condición de lo que hoy llamamos “misioneros”

(Hechos 13, enviados por una iglesia), y la mayoría de las veces se utiliza con un significado

singular (para referirse a los 12 y a Pablo, enviados personalmente por Jesús).

Estos últimos fueron enviados de manera singular, en Su Nombre y con Su Autoridad, de manera

especial (ej. Lucas 10.16).

La autoridad apostólica descansa en la singularidad de este llamado y en el reconocimiento

recibido por otros apóstoles, la Iglesia primitiva y la iglesia Histórica.

a) Singularidad del llamado de los Apóstoles:


 Habían recibido el nombramiento personal de Jesús (Lucas 6.12-13, Hechos 26.17,

Gálatas 1.1, etc.).

 Habían sido testigos oculares de Jesús histórico y resucitado (Marcos 3.14, Hechos

1.21-22, 1º Corintios 15.1-9, 9.1, etc.).

 Recibieron inspiración extraordinaria del Espíritu Santo para:

o Enseñar y recordar las palabras de Jesús (Juan 14.26).

Al escribir los evangelios, el Espíritu Santo les recuerda las palabras de Jesús.

o Enseñar lo que quedaba pendiente, suplementando lo ya recibido (Juan 16.12-13).

Al escribir las cartas, el Espíritu les enseña suplementando lo que faltaba de las palabras de

Jesús.

b) Autoridad de los Apóstoles respaldada por el reconocimiento histórico que recibieron de

otros apóstoles, de la Iglesia primitiva y de los Reformadores.

 Reconocimiento de otros apóstoles:

Escriben sus cartas en nombre de Cristo, mandando que se lean públicamente en la

asamblea cristiana, poniéndolas a la par del Antiguo Testamento, siendo autoritativas

(2º Tesalonicenses 3.6 y 14) porque sabían que habían recibido la autoridad de Cristo.

 Reconocimiento de la Iglesia primitiva, incluyendo a sus líderes:

Por ejemplo, Ignacio de Antioquía, 110 d. C., dijo: “yo no les envió un mandato como

Pedro o Pablo, porque no soy un apóstol”. Este ejemplo es representativo. En la

iglesia primitiva, nadie se hizo llamar apóstol ni osó tener la autoridad apostólica.

Ignacio era obispo (pastor), y se sujetó a los Apóstoles a través de su sujeción al

Nuevo Testamento.

 Reconocimiento de los Reformadores:

Ejemplo de Martín Lutero, 1483-1546: “Jesús ha sometido a todo el mundo a los

apóstoles, así que ellos son los únicos que pueden iluminarlo. Todos los pueblos del
mundo, reyes, príncipes y señores, hombres sabios y educados, deben sentarse

cuando los apóstoles se ponen de pie, y todos deben escuchar mientras los apóstoles

hablan”. Ningún reformador pensó poseer autoridad apostólica.

La Biblia y nosotros:

Los evangélicos/protestantes profesamos que la norma de pensamiento y conducta está en la Palabra

de Dios, y que la autoridad de los apóstoles tiene el respaldo de Jesús mismo.

Podemos ver que ambos testamentos tienen la aprobación de Jesús. Tenemos fe en Jesús, y debemos

tener la fe de Jesús: creer lo que Él creyó. Él creyó en que la Biblia es la revelación perfecta de la

voluntad del Padre para Sus hijos.

Si nosotros nos sometemos a la autoridad de Jesús, entonces debemos someternos a la autoridad de

Las Escrituras.

En pocas palabras: Jesús consideró al Antiguo Testamento como autoridad en moral y en doctrina,

guía esencial para conocer y obedecer la Voluntad de Dios para su vida; y también delegó plena

autoridad a sus apóstoles, para que, mediante el Espíritu Santo, escribieran el Nuevo Testamento, el

cual es continuación, complemento y revelación del Antiguo Testamento, norma de vida y doctrina

para Su Iglesia en todo el tiempo.

“Procura con diligencia presentarte a Dios aprobado, como obrero que no tiene de qué

avergonzarse, que maneja con precisión la palabra de verdad”.

2º Timoteo 2.15

“… deseen como niños recién nacidos, la leche pura de la palabra [leche pura espiritual], para que

por ella crezcan para salvación…”

1º Pedro 2.2
Conceptos básicos generales:

Inspiración:

De Dios a los autores bíblicos, para escribir y para seleccionar qué escribir. Irrepetible.

Revelación:

a) General: a toda la humanidad.

Conocimiento de la creación acerca de la existencia de un Creador, Noción de moralidad y de

pecado, Suficiente para condenarnos, pero no para salvarnos. Romanos 1-2, etc.

b) Especial: Las Escrituras.

Conocimiento necesario para salvación y santificación (crecimiento espiritual). 2º Timoteo

3.15-17, etc.

Iluminación:

Del Espíritu Santo al lector, para entendimiento. Experiencia repetible.

Mejor método hermenéutico:

Hermenéutica literal histórica gramática.

 Literal: investigar lo que Dios quiso comunicar.

 Histórica: investigar factores culturales.

 Gramática: investigar los idiomas originales.

Es el utilizado en la Biblia, en el Nuevo Testamento respecto al Antiguo Testamento.


Malos métodos hermenéuticos:

 De la razón: la verdad es independiente de mi capacidad de digerirla. Génesis 2.1-2, etc.

 De la experiencia: la verdad está por encima de mi experiencia personal (emocional,

pragmática, etc.). 1ºJuan 4.19, 1ºCorintios 14.27-28, etc.

 De tradición: la verdad está por encima de nuestras costumbres. Mateo 15.9, etc.

 De teología: la verdad está por encima de nuestra postura teológica.

 Postmodernista: la verdad juzga el hombre y no al revés, la verdad impacta al hombre y no

al revés, el autor determina el significado y no el lector. 2ºPedro 1.20-21, etc.

 Alegórica: buscar significados simbólicos o paralelos para encontrar un sentido diferente al

original. Es la manera tradicional de interpretación católica, que persiste en gran parte de las

iglesias evangélicas.

Factores que nos distancian del texto bíblico:

 Idioma.

 Cultura.

 Geografía.

 Historia.

 Pacto (sobre todo en el texto del Antiguo Testamento y al principio del

Nuevo Testamento).

Estos factores constituyen problemas a resolver, pasos a transitar antes de lograr una interpretación

correcta. No debemos ignorarlos, ni saltarlos, ni evadirlos.


Algunos motivos para aprender Hermenéutica:
 Dios nos manda a interpretar correctamente Su Palabra: 2º Timoteo 2.15

 Interpretar es importante porque cambia la forma en que entendemos, creemos y

obedecemos: Santiago 1.21-22.

 Interpretar incorrectamente puede llevarnos a la perdición: 2ºPedro 3.14-18.

Algunas características de la Biblia:

 Máxima autoridad, en norma y doctrina, del pueblo de Dios.

 Es inerrante e infalible (los originales son libres de errores y totalmente ciertos en la

interpretación correcta).

 No posee contradicciones, aunque presenta paradojas.

 Junto al Espíritu Santo, es suficiente para lo que Dios espera de su Pueblo: 2º Pedro 1.3.

 Es inspirada por Dios: 2º Timoteo 3.16, 2º Pedro 1.21.

 Como Jesús, es 100% divina y 100% humana. No debe negarse ninguna de sus dos

naturalezas, ni enfatizar una a costa de la otra. Es una obra perfecta.

 Es viva y actual: Hebreos 4.12, 12.25, Isaías 66.2.

 Es poderosa para salvar y santificar: 2º Timoteo 3.15-17.


Pactos:

Es importante reconocer cuáles son las condiciones de cada pacto, y si son de obligación unilateral o

bilateral.

 Adámico. Génesis 3.15-17.

 Noético. Génesis 8.21-22.

 Abrahámico. Génesis 15.17-18.

 Mosaico o Sinaítico. Éxodo 19.5-6.

 Davídico. 1º Crónicas 17.11-14, Jeremías 33.20-21.

 Nuevo pacto. Jeremías 31.31, Lucas 22.20.


Nuestro acercamiento a la Biblia como lectores:

Actitudes posibles:

 Desesperanzados:

Sin esperanzas de comprender, abandonan el esfuerzo por verlo sin sentido.

 Distorsionadores:

No buscan aprender, sino, apoyar sus propias ideas preconcebidas.

 Controlados por la Biblia:

Se esfuerzan para utilizar criterios de interpretación, bajo la premisa de que Dios habló y

sigue hablando a través de la Biblia.

Método inductivo:

Aprender mediante la observación para llegar a una conclusión, dejando de lado ideas preconcebidas

y conclusiones previas, yendo de lo particular a lo general, desde las partes al todo, desde los

fenómenos a las leyes, desde los efectos a las causas.

De todos modos, luego de ir desde las partes al todo, es bueno ir desde el todo a las partes.

Es un método útil, pero el factor determinante e irremplazable es el Espíritu Santo obrando.


Pasos básicos:

 Observación.

No debatible, obvia. ¿Qué dice el pasaje?

 Interpretación.

Debatible. Única. ¿Qué quería comunicar el autor?

 Aplicación.

Innumerables. ¿Cuáles lecciones prácticas hay para nosotros hoy?

Recordar: el estudio bíblico cumple su propósito cuando la información deriva en transformación del

estudiante, en su manera de pensar y de vivir.

Observación:

Es fundamental, debe ser detallista, cuidadosa, intencional, dirigida con un propósito, dejando de

lado las ideas preconcebidas, teniendo en cuenta que, generalmente, una sola lectura no alcanza.

1) Género literario o forma literaria.

2) Contexto.

3) Estructura.

4) Observación específica respondiendo preguntas claves.


1) Géneros literarios (cada género literario tiene su manera particular de interpretación):

 Narrativo, Histórico. Es descriptiva de hechos importantes, no normativa/prescriptiva.

 Profético. Tiene más símbolos, predicciones y exhortaciones.

 Proverbial. Suelen ser comparaciones relacionadas a principios dentro del pacto mosaico, por

lo tanto, no son promesas absolutas vigentes.

 Poético. La poesía hebrea rima ideas, presentando paralelismos sinónimos, antitéticos,

emblemáticos, quiasmos, etc. y otros recursos poéticos como metáforas, comparaciones,

símbolos, paralelismos, etc.

 Discurso, Enseñanza. Busca persuadir, informar o transformar a los lectores.

 Mixto: textos que presentan dos o más géneros como forma de expresión.

 Apocalíptico: este género se tiene en cuenta o no, según la postura escatológica.

Figuras del lenguaje, (son recursos literarios, no géneros):


 Símil. Comparación utilizando la palabra “como”. Apocalipsis 16.5.
 Metáfora. Comparación sin utilizar “como”. Santiago 3.6.
 Personificación. Atribuirle características humanas a una cosa o animal. Isaías 55.2.
 Antropomorfismo. Atribuirle características humanas a Dios.
 Antropopatismo. Atribuirle emociones humanas a Dios. Génesis 6.6 cp. Números
23.19.
 Eufemismo. Reemplazo de algo posiblemente ofensivo por otra palabra o frase. 1º
Tesalonicenses 4.13 y 18.
 Hipérbole. Exageración para dar énfasis. Mateo 3.5.
 Pregunta retórica. Pregunta obvia que busca reflexión, no mera respuesta intelectual.
Marcos 4.21.
 Frases idiomáticas, de ironía, metonimia, etc.
 Símbolos. Ilustran una verdad.

Siempre es necesario tener en cuenta el contexto. Ejemplo: Apocalipsis 5.5 cp. 1º Pedro
5.8.
2) Contextos:

 Histórico: Idioma, Cultura, Geografía, etc.

 Literario: Canónico, Lejano, Inmediato.

El contexto es más importante para conocer el significado de una palabra que la definición

etimológica. Esto se debe a los usos histórico-sociales que va teniendo cada palabra o grupo de ellas,

más allá de la etimología que tengan. Ej: “De tal palo, tal astilla”. El contexto de la frase da el

significado de las palabras, más allá de su etimología o uso normal en otros contextos.

3) Estructura:

Identificar divisiones, subdivisiones, unidades de pensamiento, etc.

4) Preguntas claves y básicas frente al texto:

 ¿Quién escribió?,

 ¿Cómo es el que escribió?,

 ¿Cómo escribió el autor?,

 ¿A quién escribió?,

 ¿Cuándo escribió?,

 ¿Cuándo sucedieron los hechos relatados?,

 ¿Dónde estaba el autor cuando escribió?,

 ¿Dónde estaban los primeros lectores?,

 ¿Cuál es el motivo por el cual escribió el autor?,

 ¿Cuál es el propósito del libro?,

 ¿Quiénes son los protagonistas?,


 ¿Cuáles son las circunstancias?,

 ¿Cuál es el hecho o enseñanza central?,

 ¿Cuál es la consecuencia?,

 ¿Qué dice acerca de Dios?,

 ¿Qué dice acerca del hombre?,

 etc.

Interpretación:

Es fundamental descubrir lo que el escritor quiso comunicar a los primeros lectores. Necesitamos

estar abiertos a Dios, siendo responsables y humildes, buscando averiguar qué quiso (y quiere) decir

Dios, no buscar apoyar nuestras propias ideas preconcebidas.

Es necesario haber hecho una buena observación para hacer una buena interpretación y llegar a una

correcta aplicación.

Tener en cuenta:

 La Biblia es, entre otras cosas, la historia de Dios revelándose a la humanidad:

La revelación es progresiva.

 El escritor cuenta con que sus lectores conocen la revelación anterior.

 La Biblia no siempre está ordenada cronológicamente.

 Interpretar de manera literal, a menos que sea absurdo hacerlo.

 El significado del texto está dado por el escritor, no por el lector.


Principios de Interpretación:

 De la Sencillez.

 De la Historia.

 De la Armonía.

 De la Actualidad.

 Principio de la Sencillez:

Lo revelado tiene un sentido natural, dado a través de palabras de uso natural en un idioma natural.

a) Dios se comunica por medio del lenguaje hablado.

Él desea ser comprendido en aquello que reveló (Deut. 29.29, Hebreos 1.1, Salmos 119.105,

etc.), y, porque no todo es claro para todos (2º Pedro 3.16), Él ha brindado maestros

(Romanos 12.7, Hechos 8.26-31, etc.).

b) Dios se comunica por medio de palabras con significados precisos siguiendo reglas precisas.

Él nos ha creado con recursos de comunicación, y los utiliza con nosotros.

Debemos buscar el significado natural de las palabras, y tener en cuenta los hábitos

lingüísticos y las reglas gramaticales (Cp.: Éxodo 3.6 y Mateo 22.31-32).

c) A pesar de los puntos anteriores, el significado no siempre es literal, sino que a veces es

figurativo, simbólico, etc. (Juan 3.1-15, 4.1-30, 6.53, 15.1, etc.).

 Principio de la Historia:

Lo revelado tiene un sentido original. Él se reveló teniendo en cuenta y utilizando la cultura de cada

momento, de tal manera que pudo ser entendido.

Debemos tener en cuenta 3 factores:


a) Doble “paternidad” o naturaleza de Las Escrituras.

La Biblia es divina y humana al mismo tiempo. Dios inspiró a los autores humanos, y ellos

escribieron teniendo participación activa. Cada uno tiene su estilo literario, sus énfasis, su

personalidad, sus experiencias. Los escritores hicieron pleno uso de sus facultades sin torcer

las verdades bíblicas.

b) Riesgo de importar ideas.

Eiségesis, contraria a la Exégesis. Debemos ir al texto a aprender, “dejando” que el autor diga

lo que dijo, en lugar de atribuir lo que creemos que debería haber dicho.

c) Intención del autor.

El texto significa lo que el autor quiso que significara, no significa lo que yo quiero que

signifique. Debemos buscar el significado que el autor quiso transmitirles a los lectores

originales, y entenderlo como ellos deberían haberlo entendido. Luego, recién, llevarlo a

nuestras vidas.

 Principio de la Armonía:

Necesitamos buscar y encontrar el sentido integral.

Debemos tener en cuenta 3 factores:

a) Dios se reveló progresivamente.

Las revelaciones posteriores no contradicen a las anteriores.

b) Cada pasaje debe ser interpretado y entendido a la luz de la totalidad de la Biblia.

Frente a un texto, debemos ir desde su contexto inmediato hasta el holístico: la Biblia entera.

Debemos aprender a complementar pasajes entre sí (Salmos 119.160). Ejemplo: Mateo

26.17-29 + Marcos 14.12-25 + Lucas 22.7-23 + Juan 13.21-30 + 1º Corintios 11.24-28 + 1º

Corintios 10.16 + Éxodo 12, etc.).


c) La enseñanza bíblica está integrada a un todo coherente.

La sana doctrina se logra cuando se tiene en cuenta todo lo que la biblia dice acerca de un

tema, sin contradicciones.

 Principio de Actualidad:

Necesitamos buscar y encontrar la esencia del texto, de tal manera que sea aplicable hoy. Dios, a

través de lo revelado en el pasado, sigue hablando un mensaje para todos los tiempos (pasado,

presente y futuro). La Biblia contiene un mensaje actual, vivo, pertinente, contemporáneo, y

aplicable. Frente al problema del abismo existente entre el mundo bíblico y el nuestro, buscamos la

solución concentrándonos en el mensaje y en el significado original, pero también en la aplicación

presente.

A tener en cuenta:

a) Reconocer que cada cultura, incluyendo la nuestra, tiene sus perspectivas particulares y sus

puntos ciegos.

b) Necesitamos hacer la transposición cultural al mensaje bíblico, construyendo puentes entre la

cultura bíblica y la nuestra.

La hermenéutica correcta nos capacita para tener una manera bíblica de pensar, logrando una

perspectiva bíblica de la historia, del humano, y de cada tema importante.


Podemos aceptar la autoridad de la Biblia porque es Dios quien habla en ella. Él es quien comunica

la Verdad y Su Voluntad en un momento y lugar de la historia, haciendo conocer Su Amor y

Propósitos para la humanidad de todos los tiempos.

Nuestra responsabilidad es leer la Biblia, con humildad y actitud reflexiva, a fin de que entendamos,

junto a nuestros hermanos dela fe, qué quiso decir el Espíritu Santo cuando inspiró esas palabras, y

qué quiere decirnos ahora.

Nuestra obediencia será el punto de partida de un discipulado integral, una adoración profunda, y

una evangelización que proclame con poder el mensaje de Dios al mundo contemporáneo.

John Stott.

Aplicación:

La interpretación busca que el intérprete (hermeneuta) vaya al texto como en los tiempos bíblicos.

La aplicación busca que el texto bíblico llegue a la actualidad, hasta la vida del intérprete.

La aplicación es la manera de llevar a la práctica aquello teórico que hemos descubierto.

La aplicación depende de la interpretación, y la interpretación depende de la observación.

La calidad de cada paso hermenéutico se afecta la calidad del paso siguiente.

Aunque haya innumerables aplicaciones, hay una sola interpretación correcta, y estudiamos para

descubrirla.
Recordemos:

“Porque todo lo que fue escrito en tiempos pasados, para nuestra enseñanza se escribió, a fin de que

por medio de la paciencia (perseverancia) y del consuelo de las Escrituras tengamos esperanza”.

Pablo, en Romanos 15.4

“Comenzando por Moisés y continuando con todos los profetas, les explicó lo referente a Él en

todas las Escrituras”.

Evangelio de Jesús según Lucas, 24.27

“Ustedes examinan las Escrituras porque piensan tener en ellas la vida eterna. ¡Y son ellas las que

dan testimonio de Mí!”.

Jesús, en Juan 5.39

Toda la biblia es para nosotros, y toda ella señala a Cristo, sea por similitud o por contraste.

Una de las tantas maneras de encontrar esta señal hacia Cristo a es a través del patrón de salvación.

¡Esto también debe impactar a nuestra hermenéutica!


Otro modelo de Recorrido Interpretativo:

Paso 1:

Entender el texto en el pueblo de los receptores bíblicos. ¿Qué significó el texto para la audiencia
original?

Paso 2:

Medir la anchura del río a cruzar. ¿Cuáles son las diferencias entre los receptores bíblicos y
nosotros?
Paso 3:

Cruzar el puente de los principios. ¿Cuál es el principio teológico que subyace en este texto?

Paso 4:

Entender el texto en nuestro pueblo. ¿Cómo deberían aplicar los cristianos de nuestros días el
principio teológico en cuestión a sus vidas?
Recorrido Interpretativo:

Si bien es cierto que los detalles de un pasaje en particular se aplican únicamente a la particular

situación de los receptores bíblicos, los principios teológicos que se revelan en el texto son aplicables

al pueblo de Dios de todos los tiempos. El principio teológico tiene, por tanto, un significado y una

aplicación tanto para los receptores bíblicos originales como para los cristianos de nuestros días.

Puesto que los principios teológicos tienen sentido y aplicación para ambos receptores, se convierten

en una especie de puente que salva el río de las diferencias.

Paso 1:

Entender el texto en el pueblo de los receptores bíblicos.

¿Qué significó el texto para la audiencia original?

Nuestra meta es entender el significado que Dios quiso darle al texto. Nuestra tarea no es crear

significados a partir del texto; sino más bien, procurar encontrar el significado que éste quiere

expresar.

Necesitamos leer cuidadosamente el texto y analizarlo. En este primer paso, hemos de intentar ver

todos los detalles posibles del texto. Se trata de mirar, y remirar, analizando todo lo analizable.

Escudriñar la Gramática y examinar todas las palabras importantes. Hay que estudiar también los

contextos histórico y literario.

Paso 2:

Medir la anchura del río a cruzar.

¿Cuáles son las diferencias entre los receptores bíblicos y nosotros?

Cuando intentamos aplicar este significado directamente a nuestra vida, surgen ciertos problemas.

Estamos separados de los receptores bíblicos por cultura, costumbres, idioma, situación, y una
enorme extensión de tiempo. Estas diferencias forman una barrera, un río que nos separa del texto y

que muchas veces nos impide comprender el significado del texto para nosotros.

Y, por si esto fuera poco, en el Antiguo Testamento el río se ensancha añadiendo otra barrera

fundamental para la interpretación que nos separa de los receptores. Entre los receptores bíblicos del

Antiguo Testamento y los lectores cristianos de nuestros días hay un cambio de pacto. Como

creyentes del Nuevo Testamento estamos bajo el Nuevo Pacto, y nos acercamos a Dios mediante el

sacrificio de Cristo. Sin embargo, el pueblo del Antiguo Testamento estaba bajo el Antiguo Pacto y,

para ellos, la Ley era algo central. En otras palabras, la situación teológica de los dos grupos es

distinta. Entre nosotros y los receptores del Antiguo Testamento existe una barrera porque estamos

bajo pactos distintos.

Por tanto, el río que media entre el texto del Antiguo Testamento y nosotros no consiste únicamente

en cuestiones de cultura, idioma, situación y tiempo, sino también en asuntos teológicos relativos a

los pactos. Tenemos mucho más en común con los receptores del Nuevo Testamento; sin embargo,

aun en el Nuevo Testamento, las diferencias de cultura, idioma, y las situaciones específicas pueden

presentar una barrera colosal a nuestro deseo de entender el significado del texto.

En este paso buscamos identificar todas las diferencias entre nosotros y los primeros lectores. Estas

diferencias pueden ser más cantidad en el siguiente orden: Epístolas, Hechos, Evangelio,

Apocalipsis, Antiguo Testamento en general.

Paso 3:

Cruzar el puente de los principios.

¿Cuál es el principio teológico que subyace en este texto?

El principio teológico que derivemos de este proceso no solo ha de estar presente en el pasaje, sino

que también ha de ser congruente con el resto de la Escritura.


Podemos resumir los criterios para formular el principio teológico mediante los puntos siguientes:

 El principio ha de estar reflejado en el texto.

 Ha de ser un principio intemporal y no vinculado a una situación específica.

 No puede ser un principio supeditado a consideraciones culturales.

 El principio en cuestión ha de armonizar con la enseñanza del resto de la Escritura.

 Dicho principio debe ser pertinente tanto a los receptores bíblicos como a los

contemporáneos.

Para la expresión escrita del principio teológico utilizaremos una o dos frases y las expresaremos en

tiempo presente.

Paso 4:

Entender el texto en nuestro pueblo.

¿Cómo deberían aplicar los cristianos de nuestros días el principio teológico en cuestión a sus

vidas?

En este paso aplicamos el principio teológico a la situación específica de los cristianos individuales

en la iglesia de hoy.

No podemos dejar el significado del texto atascado en un principio teológico abstracto. Hemos de

tratar ahora la cuestión de cómo responder a este principio en nuestro contexto.

¿Cómo se aplica esta verdad a las situaciones reales de nuestros días?

Aunque, por regla general, de cada pasaje se sacan no muchos principios teológicos, se pueden

encontrar innumerables aplicaciones.


Bibliografía (recomendada y/o utilizada):

“Quiero leer la Biblia, ¿Por dónde empiezo?”, John Stott.

“Hermenéutica: Entendiendo la Palabra de Dios. Un acercamiento práctico a la lectura,

interpretación y aplicación de la Biblia”, J. Scott Duvall y J. Daniel Hays.

“Lectura Eficaz de la Biblia”, Gordon Fee y Douglas Stuart.

“Preguntas y respuestas sobre cómo interpretar la Biblia”, Robert L. Plummer.

“La Hermenéutica”, Milton S. Terry.

“Hermenéutica, Principios y procedimientos de Interpretación bíblica”¸ Henry A. Virkler.

“Principios de Interpretación Bíblica”, Louis Berkhof

Confesión Bautista de Fe de Londres de 1689

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