INSTITUTO DE CIENCIAS Y ESTUDIOS SUPERIORES DE TAMAULIPAS,

A.C.
ESPECIALIDAD EN SALUD PUBLICA.

ACTIVIDAD DE APRENDIZAJE 2
HABILIDADES DEL ADMINISTRADOR
ELABORADO POR IRMA NAVARRO LEAL

02 MARZO 2024
ACTIVIDAD DE APRENDIZAJE No. 2

“Habilidades del administrador”

INSTRUCCIONES:

Observe detenidamente la imagen:

Proceda a explicar en qué cree que consisten cada uno de los elementos que integran las
habilidades del Administrador.

Redacte de manera correcta y fundamentada con el propósito de que su opinión se exponga

con claridad.

Un buen administrador debe ser capaz de

Motivador entusiasta
Reconocer el cambio
inspirar y motivar a su equipo para que den lo
mejor de sí mismos en el logro de los
objetivos organizacionales. Esto implica
reconocer los esfuerzos y logros individuales,
brindar retroalimentación constructiva,
fomentar un ambiente de trabajo positivo y
crear oportunidades de crecimiento y
desarrollo profesional. Un líder motivador
sabe cómo conectar con las necesidades y
aspiraciones de cada miembro del equipo y
los impulsa a superar sus propios límites.
En un entorno empresarial en constante
evolución, un administrador hábil debe ser
capaz de reconocer y adaptarse al cambio.
Esto implica estar atento a las tendencias del
mercado, las nuevas tecnologías, los cambios
en las necesidades de los clientes y las
dinámicas competitivas. Un líder que
reconoce el cambio es proactivo en lugar de

Logro de objetivos
Promotor de participatividad
Toma de decisiones y ejecutividad
reactivo, y está dispuesto a ajustar las
estrategias y operaciones de la organización
para mantenerse relevante y competitivo.
También sabe cómo guiar a su equipo a
través de las transiciones y los desafíos que
conlleva el cambio.
Un administrador efectivo está orientado al
logro de objetivos. Esto significa establecer
metas claras, medibles y desafiantes para la
organización, y luego desarrollar e
implementar estrategias para alcanzarlas. Un
líder enfocado en el logro de objetivos sabe
cómo alinear los esfuerzos del equipo,
asignar recursos de manera óptima y
monitorear el progreso regularmente.
También es capaz de tomar decisiones
difíciles y hacer los ajustes necesarios cuando
las cosas no van según lo planeado, siempre
manteniendo la mirada en el objetivo final.
Un buen administrador fomenta la
participación activa de su equipo en la toma
de decisiones y la resolución de problemas.
Reconoce que la diversidad de perspectivas y
habilidades dentro del equipo es una
fortaleza, y busca aprovecharla al máximo.
Un líder participativo crea espacios para el
diálogo abierto, escucha activamente las
ideas y preocupaciones de los demás, y
promueve un ambiente de colaboración y co-
creación. Esto no solo mejora la calidad de
las decisiones, sino que también aumenta el
compromiso y la propiedad del equipo en los
resultados.
Un administrador competente es decisivo y
 ejecutivo. Es capaz de analizar información
compleja, evaluar riesgos y oportunidades, y
tomar decisiones oportunas y fundamentadas,
incluso bajo presión. Una vez que se toma
una decisión, un líder ejecutivo se asegura de
que se implemente de manera efectiva,
asignando responsabilidades claras,
proporcionando los recursos necesarios y
eliminando los obstáculos. También es capaz
de ajustar el curso de acción cuando las
circunstancias cambian, sin perder de vista
los objetivos estratégicos.

Un administrador hábil es proactivo en lugar

de reactivo. Tiene la capacidad de anticipar
desafíos y oportunidades futuras, y de
desarrollar planes estratégicos para
abordarlos. Esto implica realizar un análisis
profundo del entorno interno y externo de la
organización, establecer objetivos a corto y
Previsión, planeación y control
largo plazo, y diseñar planes de acción
detallados para alcanzarlos. Además, un líder
efectivo establece mecanismos de control y
seguimiento para monitorear el progreso,
identificar desviaciones y tomar medidas
correctivas oportunas.

Mantener sistemas de información En la era digital, un administrador

competente reconoce el valor estratégico de
los sistemas de información. Se asegura de
que la organización cuente con las
herramientas y tecnologías adecuadas para
recopilar, almacenar, analizar y compartir
información de manera eficiente. También
promueve una cultura de toma de decisiones
basada en datos, donde los insights derivados
de la información se utilizan para orientar las
 estrategias y mejorar el desempeño. Un líder
que mantiene sistemas de información
efectivos es capaz de identificar patrones,
tendencias y oportunidades que otros podrían
pasar por alto.

Un administrador hábil sabe que el éxito de

una organización depende en gran medida de
la calidad de su gente. Por lo tanto, dedica
tiempo y esfuerzo a desarrollar procesos de
selección de personal rigurosos y efectivos.
Esto implica definir claramente los perfiles
de los puestos, identificar las competencias y
habilidades requeridas, y utilizar técnicas de
Selección del personal
evaluación objetivas y confiables. Un líder
involucrado en la selección de personal
también busca la diversidad y la
complementariedad en los equipos, y se
asegura de que los nuevos miembros se
alineen con la cultura y los valores de la
organización.

Capacitación Un buen administrador reconoce que la

capacitación continua es esencial para
mantener y mejorar el desempeño de los
equipos. Invierte en programas de desarrollo
profesional que permiten a los miembros de
la organización adquirir nuevos
conocimientos, habilidades y competencias
relevantes para sus funciones. También
fomenta una cultura de aprendizaje continuo,
donde se valora la curiosidad, la
experimentación y el intercambio de
conocimientos. Un líder comprometido con
la capacitación sabe que esta no solo mejora
el rendimiento individual y colectivo, sino
que también aumenta la motivación, la

Uso efectivo de la autoridad
retención y la lealtad de los empleados.
Un administrador efectivo sabe cómo utilizar
su autoridad de manera justa, ética y
constructiva. Entiende que la autoridad no se
trata de imponer su voluntad, sino de influir y
guiar a otros hacia el logro de objetivos
comunes. Un líder que usa efectivamente su
autoridad es claro en sus expectativas,
consistente en sus decisiones y justo en su
trato con los demás. También sabe cuándo
delegar autoridad y empoderar a otros para
que asuman responsabilidades y tomen
decisiones dentro de su ámbito de
competencia. El uso efectivo de la autoridad
se basa en la confianza, el respeto mutuo y el
compromiso compartido con los valores y
objetivos de la organización.