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TRABAJO FINAL DE DERECHO ROMANO

OBJETO DEL CONTRATO

ALUMNA:

Naranjo Dávila Audry Pamela

DOCENTE:

Teresa del Socorro Sánchez Arteaga

Universidad Cooperativa de Colombia

Facultad de derecho

Derecho Romano

2024-1
INTRODUCCION

En este trabajo, exploraremos cómo el derecho romano conceptualizó el objeto del contrato y

examinaremos la importancia de la causa en la formación y validez de los contratos. Además, nos

adentraremos en la clasificación de los contratos romanos, que se basaba en criterios específicos

relacionados con la naturaleza de las obligaciones y las modalidades contractuales.

La clasificación de los contratos en el derecho romano se basaba en criterios como la forma de

perfeccionamiento, la obligación de las partes y la causa del contrato. Estas categorías

proporcionaban un marco sólido para entender la diversidad de relaciones contractuales que

surgían en la sociedad romana, desde los contratos más simples hasta los más complejos.

A lo largo de este trabajo, analizaremos ejemplos concretos de diferentes tipos de contratos

romanos, como la compraventa, el arrendamiento, el mandato y otros, para ilustrar cómo se

aplicaban los principios del objeto del contrato y la clasificación contractual en la práctica

jurídica romana. Este estudio nos permitirá apreciar mejor las raíces históricas y la evolución de

los conceptos fundamentales que sustentan el derecho de los contratos en la actualidad.

OBJETIVO

Comprender y explorar el concepto del objeto del contrato en el Derecho romano y proporcionar

una clasificación más precisa de los distintos tipos de contratos que existen para su mejor

comprensión.
OBJETO DEL CONTRATO:

¿QUE ES?

El objeto del contrato se refiere a aquello sobre lo cual recaen las obligaciones que se

adquieren mediante el acuerdo entre las partes. La obligación creada, modificada o extinguida

por el contrato pasa a ser, por tanto, el objeto inmediato del contrato.

REQUISITOS DEL OBJETO DEL CONTRATO:

• Posibilidad: El objeto del contrato debe ser física y legalmente posible de realizar. No

puede ser algo imposible de cumplir o contrario a la ley o a las buenas costumbres.

• Licitud: El objeto del contrato debe ser conforme a la ley. No puede ser ilícito o contrario

al orden público.

• Determinación o determinabilidad: El objeto del contrato debe estar claramente definido o

ser capaz de ser determinado en el momento de la celebración del contrato. Esto implica

que las partes deben poder identificar qué están obteniendo o comprometiéndose a hacer.

• Materia de una prestación apreciable de dinero destinada al acreedor y no a otra persona:

Desde el punto de vista económico, el objeto del contrato debe tener una finalidad

práctica y útil. Debe hacer uso de los bienes del contrato como acreedor y si el deudor

incumple sus obligaciones, deberá compensar pérdidas iguales al valor de la cosa no

ejecutada.

• Materia de prestación propia del deudor que había contratado: En el derecho romano, una

persona no podía representar contractualmente a otra. En el derecho civil moderno, una


persona puede prometer a otra hacer o no hacer algo incluso si no es su representante

legal.

LA CAUSA COMO ELEMENTO JURÍDICO DEL CONTRATO Y DE LA

OBLIGACION:

La causa en un contrato se refiere a la razón o motivo por el cual las partes deciden celebrar

dicho contrato. Es un elemento esencial para la validez del contrato y debe ser lícita. La causa

puede ser explícita o implícita, y puede incluir motivaciones como el intercambio de bienes,

servicios, dinero u otros beneficios.

Se consideraba como causa el conjunto de elementos que según la ley eran necesarios para

que el contrato entre en vida jurídica, ya se tiene en cuenta que los contratos en general se

tratan de una cierta clase de personas entre ellos. Si faltan todos o parte de estos elementos, se

considera que no es objeto válido del contrato y por tanto no puede tener efectos jurídicos.

REQUISITOS DE LA CAUSA EN UN CONTRATO:

• Licitud: Al igual que el objeto del contrato, la causa debe ser lícita, es decir, no puede ir

en contra de la ley o el orden público.

• Existencia: La causa debe existir en el momento de la celebración del contrato. Debe ser

real y no ficticia.

• Determinabilidad: La causa debe ser determinable o determinada. Las partes deben ser

capaces de identificar y entender la razón por la cual están celebrando el contrato.


DESARROLLO DE LOS CONTRATOS

1. EL NEXUM: En la antigua Roma, el nexum era un contrato formal mediante el cual una

persona se comprometía a pagar una deuda asumiendo ciertas obligaciones,

principalmente en relación con la entrega de bienes o la prestación de servicios. Este

contrato era utilizado principalmente por personas en situación de deuda para garantizar el

cumplimiento de sus obligaciones. Se realizaba mediante una ceremonia ritualizada, que

incluía la presencia de testigos y el uso de palabras específicas. El nexum fue un sistema

de crédito primitivo que posteriormente fue abolido debido a su carácter opresivo y las

graves consecuencias para aquellos que no podían cumplir con sus obligaciones.

2. CONTRATO LITTERIS: El contrato litteris era un tipo de contrato en la antigua Roma

que se establecía por escrito. A diferencia de otros contratos más formales, como el

nexum, el contrato litteris no requería de una ceremonia específica para su validez, sino

que simplemente se formalizaba mediante un documento escrito que detallaba los

términos y condiciones del acuerdo entre las partes. Este tipo de contrato era utilizado

para una variedad de transacciones, desde la compra y venta de bienes hasta acuerdos de

préstamo o arrendamiento. Aunque era menos formal que el contrato nexum, el contrato

litteris aún implicaba ciertos requisitos formales. Las partes debían redactar el contrato de

acuerdo con ciertas formalidades legales para que fuera válido y ejecutable. Al estar
documentadas las obligaciones y derechos de las partes, el contrato litteris ofrecía

seguridad en la ejecución del acuerdo. Las partes podían referirse al documento escrito en

caso de disputas o incumplimientos.

3. CONTRATO VERBIS: El contrato verbis en el derecho romano era un tipo de contrato

que se basaba en el acuerdo verbal entre las partes, sin necesidad de que se redactara un

documento escrito. Este tipo de contrato era válido siempre que se pronunciaran las

palabras rituales adecuadas durante la celebración del acuerdo, siguiendo un

procedimiento establecido por la ley romana.

Los contratos verbis se caracterizaban por ser formalidades orales solemnes, en los cuales

la validez del contrato dependía del uso de palabras específicas y de una fórmula ritual.

Estos contratos solían ser utilizados para transacciones importantes, como la compraventa

de bienes raíces, la constitución de un préstamo o la celebración de un matrimonio.

Aunque el contrato verbis no requería documentos escritos, a menudo se realizaba en

presencia de testigos u otras partes interesadas para garantizar su validez y ejecución. La

presencia de testigos agregaba un elemento de publicidad al contrato y ayudaba a prevenir

disputas futuras.

4. CONTRATO DE MUTUO: Un contrato de mutuo es un acuerdo mediante el cual una de

las partes (el mutuante) entrega a la otra parte (el mutuario) una cantidad de dinero u otros

bienes fungibles, con la obligación de que el mutuario devuelva una cantidad equivalente

de la misma especie y calidad en el futuro. Es un contrato bilateral y oneroso, ya que

ambas partes asumen obligaciones recíprocas. Por lo general, se establecen condiciones


sobre el plazo de devolución, los intereses (en caso de que los haya) y las garantías, si es

necesario. Los contratos de mutuo son comunes en transacciones financieras y bancarias,

así como en acuerdos entre particulares. El contrato de mutuo se perfecciona por el mero

consentimiento de las partes. No se requiere de formalidades especiales para su validez, a

menos que la ley establezca lo contrario. Sin embargo, hay que tener en cuenta que los

contratos de mutuo están sujetos a las leyes y regulaciones financieras de cada

jurisdicción, así como a la jurisprudencia que establece las condiciones y requisitos para

su validez y ejecución

CONCLUSION

Lo que yo pude identificar y concluir con esta investigación fue que en el derecho romano, el

concepto del objeto del contrato era decisivo para su validez. El objeto se refiere a la obligación

que las partes se comprometen a cumplir.

Los contratos romanos se clasificaron según los tipos de obligaciones que creaban. Hay

diferencias entre los contratos verdaderos, que exigen perfección en lo que se entrega, los que se

perfeccionan por el mero consentimiento de las partes, y los que requieren una fórmula oral

especial; Esta clasificación condujo a una mejor comprensión de las obligaciones contractuales

en el derecho romano y sentó las bases para el desarrollo del derecho contractual en la tradición

jurídica occidental.

En pocas palabras, el derecho romano desarrolló una amplia gama de contratos y clasificaciones

para regular las relaciones comerciales y civiles, creando un sólido marco jurídico que influyó
mucho en el sistema jurídico moderno, teniendo cada tipo de contrato sus propias reglas y

requisitos especiales, permitiendo una amplia gama de contratos.

BIBLIOGRAFIA

Medellín Aldana, C. J., Medellín Forero, C., & Medellín Becerra, C. E. (2013). Lecciones de
derecho romano. (17. edición Revisada y ampliada). Legis. Pag (265-287)

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