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Auto Supremo Civil 1
Auto Supremo Civil 1
Expediente: SC-116-18-A
VISTOS: El recurso de casación de fs. 297 a 301 vta., interpuesto por P.F.A. en
representación del Gobierno Autónomo Municipal de Santa Cruz de la Sierra contra
el Auto de Vista Nº 168/2018 de 31 de mayo, cursante de fs. 268 a 270 vta.,
pronunciado por la Sala Civil, Familia, N. y Adolescencia, Violencia Intrafamiliar o
Doméstica y Pública Primera del Tribunal Departamental de Justicia de Santa Cruz,
dentro el proceso de Mejor derecho propietario y otros, seguido por I.T.S. y otra
contra la entidad recurrente, Auto de Concesión de fs. 305, Auto Supremo de
Admisión Nº 815/2018-RA, cursante de fs. 313 a 314 vta.; los antecedentes del
proceso; todo lo inherente; y:
CONSIDERANDO I:
2. Resolución que una vez notificada a los demandantes fue apelada por memorial
cursante de fs. 222 a 227, mereciendo el Auto de Vista Nº 168/2018 de 31 de mayo,
cursante de fs. 268 a 270 vta., y en su parte dispositiva REVOCÓ parcialmente el
Auto de 5 de marzo de 2018 de fs. 215 vta. a 219 vta., sustentando su decisión en los
siguientes argumentos:
CONSIDERANDO II:
Entonces, a partir del análisis expuesto podemos inferir que la disposición inmersa
en el art. 114 de la Ley Nº 439 (demanda con pretensión múltiple), se encuentra
enmarcada en lo que la doctrina denomina “acumulación objetiva originaria de
pretensiones”, en sentido de que dicha norma establece la permisión a los sujetos
procesales (demandantes o demandados reconvencionistas) de interponer una
demanda con una variedad de pretensiones, al respecto el Auto Supremo No.
248/2010 de 26 de julio, refiere: “…el sistema procesal civil boliviano, permite
incorporar en una demanda todas las acciones o pretensiones que no sean contrarias
entre sí, que obedezcan en su nacimiento a una misma causa y se encuentren
vinculadas, de tal manera que, perteneciendo todas esas acciones a la competencia de
un mismo órgano jurisdiccional pueda éste definir todas ellas en una Sentencia
única, válida, eficaz y que comprenda a todos los sujetos que estuviesen directa o
indirectamente involucrados, de tal suerte que se evite multiplicidad de procesos
para un mismo fin, debido a que, siendo posible, se aplique también el principio de
concentración como el de economía y dirección…”, de lo que se tiene que la demanda
con múltiples pretensiones para ser considerada como tal deberá cumplir con los
siguientes requisitos; 1) que se traten de pretensiones de materias iguales, análogas o
conexas; 2) que las pretensiones no sean contrarias entre sí, salvo el caso de que se
proponga como alternativa de la otra; y 3) que todas puedan sustanciarse por el
mismo procedimiento.
Empero, para que estos presupuestos operen, el modo de postular las pretensiones es
sumamente primordial, puesto que de ello dependerá el ejercicio del derecho de
defensa del demandado así como el orden que seguirá el juez al momento de
fundamentar y dictar la sentencia, ya que debe tomarse en cuenta que no todas las
pretensiones reúnen las mismas características, en tal sentido nuestro ordenamiento
jurídico en el tema adjetivo civil, más propiamente lo dispuesto en el referido art.
114 Ley Nº 439, se limita a establecer los presupuestos de una demanda con
multiplicad de pretensiones, sin instituir los supuestos en los cuales puedan
concurrir dicha multiplicidad, correspondiendo a este máximo Tribunal de Justicia
en aplicación de su función uniformadora instaurar estos supuestos y de esa manera
aclarar la figura procesal propuesta por esta normativa.
En ese contexto, en base a los razonamientos expresados por los autores citados
supra y a partir de lo desarrollado en la doctrina sobre el tema, podemos señalar que
los presupuestos de referencia (numerales 1, 2 y 3 del art. 114), permiten asumir la
concurrencia de una acumulación objetiva originaria de pretensiones, en los
siguientes hipotéticos: 1) la acumulación de pretensiones principales, denominadas
también autónomas o simples que se presenta cuando se plantean dos o más
pretensiones que no sean contradictorias entre sí, de tal manera que pueden ser
resueltas en la sentencia de manera independiente, sin que el fallo sobre una afecte al
de las otras, pues no existe relación de jerarquía o dependencia entre ellas, por
ejemplo, cuando alguien pretende que se cumplan dos prestaciones derivadas de un
mismo contrato; 2) la acumulación de pretensiones subordinadas, que se dan cuando
el demandante plantea una pretensión principal y otra (u otras) que es subordinada
al resultado de la principal, pues ante el desamparo de una, conduce al J. a
pronunciarse respecto a la otra; 3) la acumulación de pretensiones alternativas, este
tipo de acumulación existe cuando el demandante propone más de una pretensión
con esa calificación de modo que, en el caso de que todas sean declaradas fundadas,
el demandado tiene inicialmente la opción de elegir cuál cumplir en ejecución de
sentencia y si el demandado no ejerce dicha facultad, será el demandante quien elija
la pretensión a cumplirse; y 4) la acumulación de pretensiones accesorias, que se
presentan cuando el demandante propone una pretensión principal cuya suerte
determina la de una pretensión accesoria que depende de aquella, de tal manera que
si la principal es fundada, la accesoria lo es también, así como si la principal es
infundada, la accesoria también lo es, es decir que la suerte de una determinaría
automáticamente la suerte de la otra, no siendo esta clasificación restrictiva, puesto
otras legislaciones con similar contenido plantean la acumulación de pretensiones
condicionales, donde la acumulación se presenta cuando el demandante propone una
pretensión como principal o condicional y otra como condicionada a la principal, lo
que implica que solo en caso de que la pretensión principal sea declarada fundada, el
juez pasará a resolver las condicionadas, pudiendo declarar éstas últimas como
fundadas o infundadas.
Entonces a partir de estos razonamientos y a los efectos del presente caso, podemos
asumir el art. 114 del Código Procesal Civil, dentro de la gama de supuestos que
propone, reconoce la acumulación de pretensiones, en virtud de la cual al momento
de postularse una demanda o acción reconvencional, los sujetos procesales pueden
formular una multiplicidad de pretensiones, entendiendo que en este supuesto unas
son principales, subordinadas, alternativas y otras accesorias, caso para el cual la
autoridad judicial tiene que realizar el análisis correspondiente para establecer la
categoría de cada una para su correspondiente despliegue en el proceso y análisis en
la sentencia.
El art. 1545 del Código Civil, dispone que: “Si por actos distintos ha transmitido el
propietario los mismos bienes inmuebles a diferentes personas, la propiedad
pertenece al adquiriente que haya inscrito primero su título” (Las negrillas y
subrayado nos pertenecen).
Es decir, que para resolver sobre una pretensión de mejor derecho de propiedad el
presupuesto es que existan dos títulos de propiedad válidos sobre un mismo
inmueble, en cuyo mérito corresponde al juzgador definir cuál de los titulares debe
ser preferido por el derecho, provengan ambos títulos de un mismo vendedor común
o no, y tengan o no un mismo antecedente dominial.
Así de esta manera conforme a los arts. 775 y 778 del Código de Procedimiento Civil,
vigente desde el 02 de abril de 1976, la vía contencioso y contencioso- administrativo
para la impugnación de actos administrativos evacuados por la administración
Pública se atribuía a la Sala Plena de la Corte Suprema de Justicia, disposiciones que
fue sustentada posteriormente por el art. 55 núm. 10 de la Ley del Órgano
Judicial Ley 1455,en ese sentido el artículo 10 parágrafo I de la Ley Nº 212 de 23 de
diciembre de 2011, determina que “La Sala Plena del Tribunal Supremo de Justicia
conocerá las causas contenciosas que resultaren de los contratos, negociaciones y
concesiones del Órgano Ejecutivo, y de las demandas contenciosas - administrativas,
a que dieren lugar las resoluciones del mismo; hasta que sean reguladas por Ley
como Jurisdicción Especializada.
Como único tópico controversial aduce que al dictarse el Auto de Vista, se realizó una
incorrecta aplicación del art. 1545 del CC, el cual debe ser interpretado de la siguiente
manera: la parte actora al demandar dentro de sus pretensiones, el mejor derecho
propietario y la cancelación de inscripción en derechos reales, planteó acciones
accesorias como resultado de la pretensión principal, cual es la nulidad del
documento público Nº 308/2010 de 3 de mayo, otorgado a través de la Notaría del
Gobierno Departamental de Santa Cruz, a cargo de C.S.A. y al pretender obtener la
nulidad del instrumento público N º 308/2010, se estaría dejando sin efecto una
ordenanza municipal y sus emergencias, para lo cual no tiene competencia el J.
Público en lo Civil Comercial, por lo que el derecho propietario del Gobierno
Autónomo Municipal de Santa Cruz de la Sierra se establece en el Instrumento
Público Nº 308/2010 de 3 de mayo, el mismo que nace a consecuencia y emergencia
de la Ordenanza Municipal Nº 028/2010, de 9 de marzo, que modifica la Ordenanza
Municipal Nº 033/2000, de 16 de junio, que declara bienes de dominio público los
terrenos en litigio, debiendo la parte actora hacer prevalecer sus derechos por la vía
administrativa y no así por la vía ordinaria, ya que la pretensión de mejor derecho
propietario es consecuente y constante con la pretensión de nulidad de documento.
Del contenido del recurso de casación se infiere que controvierte dos aspectos, el
primero inherente a la pretensión de mejor derecho propietario, en sentido que es
accesorio y el segundo que no es competencia de la jurisdicción ordinaria el
conocimiento de la acción de mejor derecho propietario emergente de actos
administrativos, problemáticas que nos muestran la existencia de un problema
jurídico central inherente al tema de la competencia y de la misma manera un
problema subordinado, en otros términos para el análisis de fondo necesariamente
de forma preliminar se debe analizar el problema subordinado, pues su estudio nos
dará luces en cuanto al tema de fondo, entonces a los efectos de una correcta
argumentación jurídica corresponde de inicio su estudio.
El recurrente alega que de acuerdo a los fundamentos de la demanda esta tiene como
pretensión el mejor derecho propietario, la cual a su criterio es accesoria a la de
nulidad de documentos, y al ser incompetente el J. de la causa para el conocimiento
de la acción de nulidad que es de carácter principal, por lógica consecuencia tampoco
adquiere competencia para el estudio del mejor derecho propietario.
La pretensión de nulidad tiene por efecto la invalidez del acto jurídico, por la
ausencia de los requisitos al momento de formación del contrato, entre los que el art.
549 del CC, establece: 1) Por faltar en el contrato el objeto o la forma prevista por la
ley como requisito de validez, 2) Por faltar en el objeto del contrato los requisitos
señalados por la ley, 3) Por ilicitud de la causa y por ilicitud del motivo que impulsó a
las partes a celebrar el contrato, 4) Por error esencial sobre la naturaleza o sobre el
objeto del contrato y 5) En los demás casos determinados por la ley, normativa que
genera un parámetro de legalidad a los citados casos, pretensión que tiene como
característica esencial que genera un efecto retroactivo al momento de la formac ión
del acto, como si nunca hubiese nacido el acto, dando como consecuencia una
sentencia con carácter de condena.
Por otro lado, en lo que concierne al tema o problema jurídico de fondo vinculado a
la competencia para el conocimiento de la acción de mejor derecho propietario, en
principio corresponde reiterar que al ser una pretensión totalmente independiente
por los fundamentos antes expuestos, conforme señala el recurrente y el Tribunal de
apelación, el test o control de legalidad del acto administrativo únicamente
corresponde a la jurisdicción especializada, es por tal motivo que la competencia
para el conocimiento de la acción de nulidad es la administrativa, y esto se debe a
que esa pretensión tiene por fin controvertir la validez del acto administrativo, es
decir, que todo el examen versará exclusivamente en cuanto al cumplimiento de los
requisitos en el acto administrativo (en su creación, extinción, transmisión y
modificación) para determinar si debe ser anulado o no, sin embargo, en la acción de
mejor derecho propietario no se aplica el mismo entendimiento debido a que en su
estudio no se discute el acto administrativo en ninguna de sus facetas, sino
simplemente se confronta ambos títulos en base al antecedente dominial o tracto
sucesivo, para establecer quién es el adquiriente primigenio es por tal motivo que la
sentencia a emitirse es una de carácter declarativa, en otras palabras en ningún
momento se realiza el test de legalidad del acto administrativo a contra partida de la
nulidad, por dicho motivo no corresponde su análisis en esa vía, de lo que se
concluye que el Tribunal Ad quem de forma correcta ha revocado parcialmente y ha
dispuesto que la vía ordinaria es la competente para el conocimiento del mejor
derecho propietario, correspondiendo en todo caso a las autoridades judiciales el
examen de los requisitos establecidos en el acápite III.2, de lo que se concluye que el
Ad quem ha obrado de forma correcta.
En tal razón, corresponde dictar resolución conforme manda el art. 220.II del Código
Procesal Civil.
POR TANTO: La Sala Civil del Tribunal Supremo de Justicia del Estado
Plurinacional de Bolivia, con la facultad conferida por el art. 42.I núm. 1 de la Ley del
Órgano Judicial de 24 de junio de 2010, y en aplicación del art. 220.II del Código
Procesal Civil, declara INFUNDADO el recurso de casación cursante de fs. 297 a 301
vta., interpuesto por P.F.A. en representación del Gobierno Autónomo Municipal de
Santa Cruz contra el Auto de Vista Nº 168/2018 de 31 de mayo, cursante de fs. 268 a
270 vta., pronunciado por la Sala Civil, Familia, N. y Adolescencia, Violencia
Intrafamiliar o Doméstica y Pública Primera del Tribunal Departamental de Justicia
de Santa Cruz.