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TRIBUNAL SUPREMO DE JUSTICIA

SALA CONTENCIOSA Y CONTENCIOSA ADM., SOCIAL Y ADM. PRIMERA


Auto Supremo Nº 631
Sucre, 28 de octubre de 2022
Expediente : 444/2022 -S
Demandante : Milton James Mahan Quiñones
Demandado : Empresa TS Comercio y Servicio SA
Proceso : Pago de Beneficios Sociales
Departamento : Santa Cruz
Magistrado Relator : Lic. José Antonio Revilla Martínez

VISTOS: El recurso de casación de fs. 122 a 128 interpuesto por Milton James
Mahan Quiñones contra el Auto de Vista Nº 31 de 7 de abril de 2022 de fs. 116 a
119, emitido por la Sala Social, Administrativa, Contenciosa, Contenciosa
Administrativa y Tributaria Primera del Tribunal Departamental de Justicia de Santa
Cruz, dentro del proceso Laboral de pago de beneficios sociales, seguido por el
recurrente contra la Empresa TS Comercio y Servicio SA; la contestación de fs. 135 a
136, el Auto Nº 94 de 2 de agosto de 2022 de fs. 137, que concedió el recurso; el
Auto de admisión de 24 de agosto de 2022 de fs. 145; y todo cuanto ver convino y
se tuvo presente:

I. ANTECEDENTES PROCESALES

Sentencia

El Juez Quinto del Trabajo y Seguridad Social de Santa Cruz de la Sierra, emitió la
Sentencia Nº 44/21 de 28 de junio de 2021 de fs. 91 a 95,
declarando PROBADA en parte la demanda de pago de beneficios sociales de fs. 4
a 6, al haberse probado la existencia de la relación laboral como Jefe de Área de
Ventas desde el 16 de febrero de 2017 hasta el 14 de junio de 2017, bajo modalidad
de contrato escrito de trabajo por tiempo indefinido, disponiendo que la empresa
demandada, cancele en favor del demandante, la suma de Bs. 72.233,20.- ( Setenta
y dos mil dos cientos treinta y tres 20/100 Bolivianos) por concepto de desahucio,
indemnización, aguinaldo, aguinaldo doble, multa por pago extemporáneo y la multa
del 30% dispuesta por el Decreto Supremo (DS) N° 28699 de 1 de mayo de 2006

Auto de Vista.

En apelación interpuesta por la empresa demandada (fs. 98 a 100), la Sala Social,


Administrativa, Contenciosa, Contenciosa Administrativa y Tributaria Primera del
Tribunal Departamental de Justicia de Santa Cruz; mediante Auto de Vista Nº 31 de
7 de abril de 2022 de fs. 116 a 119, REVOCÓ en todas sus partes la Sentencia Nº
44/21 de 28 de junio de 2021 de fs. 91 a 95, con costas en ambas instancias,
pronunciándose en el fondo declara IMPROBADA la demanda laboral interpuesta
por Milton James Mahan Quiñones.

II.- RECURSO DE CASACIÓN, CONTESTACIÓN, ADMISIÓN:


Contra el indicado Auto de Vista, el demandante Milton James Mahan Quiñones,
interpuso recurso de casación, conforme los siguientes argumentos:

1.- Señalo que, hubo aplicación errónea o indebida aplicación de la Ley o derecho,
al equivocarse en la calificación jurídica del contrato de consultoría para Jefe de Sala
de ventas de fs. 28 a 31 como si fuera civil-comercial por tratarse de funciones
“especializadas”, cuando por las declaraciones del trabajador, testigos, documentos
y contenido del contrato se verifica que existió subordinación y dependencia con la
empresa, que en la realidad se cumplió con las características esenciales de la
relación laboral, constituyendo en un contrato laboral.

2.- Alegó que, se violó la Ley, refiriéndose a los arts. 3, 4 y 5 del Decreto Supremo
(DS) Nº 28699 por inaplicabilidad o desconocimiento de las mismas.

3.- Existencia de error de hecho y de derecho en la apreciación de la prueba, al


haberse fallado en contra de las reglas de la sana crítica, arribando a conclusiones
arbitrarias (absurdas) e incongruentes con la objetividad de la causa, desconociendo
y obviando las pruebas que conducían a demostrar la relación laboral existente.

Petitorio

Solicitó se emita Auto Supremo casando el Auto de Vista impugnado y deliberando


en el fondo declare probada la demanda.

Contestación al recurso:

Corrido en traslado el recurso interpuesto, la entidad demandada contestó el


recurso, negándole en todos sus puntos.

Concesión y Admisión:

Concedido el recurso por Auto de 23 de marzo de 2022 de fs. 134, este Tribunal
mediante Auto de 27 de abril de 2022 de fs. 142, admitió el recurso de casación de
fs. 118 a 120, que se pasa a considerar y resolver.

III.- FUNDAMENTOS JURÍDICOS DEL FALLO:

Así planteado el recurso de casación, las acusaciones van dirigidas a haberse


aplicado indebidamente y violado los arts. 2, 3, 4 y 5 del DS N° 28699 de 1 de mayo
de 2006 además de cometer error de hecho y derecho en la valoración de la prueba,
situaciones que demuestran fehacientemente que entre la empresa y el demandante
existió relación laboral, cumpliendo características esenciales de dependencia y
subordinación; en ese sentido y con carácter previo a ingresar a deliberar sobre lo
pretendido, corresponde realizar las siguientes consideraciones de orden legal:

De la imprescriptibilidad de los derechos laborales y su progresividad.


El art. 13-I de la Constitución Política del Estado (CPE), establece que los derechos
reconocidos por la Constitución son inviolables, universales, interdependientes
indivisibles y progresivos.

El Estado tiene el deber de promoverlos, protegerlos y respetarlos; normativa en


concordancia con lo establecido en el art. 109-I de la misma Norma Suprema citada,
que refiere: “Todos los derechos reconocidos en la Constitución son directamente
aplicables y gozan de iguales garantías para su protección".

En ese sentido, el principio de progresividad -reconocido en el art. 13-I de la CPE-


que rige en materia de los derechos humanos, implica tanto gradualidad como
progreso. La gradualidad se refiere a que, generalmente, la efectividad de los
derechos humanos no se logra de manera inmediata; sino que conlleva todo un
proceso que supone definir metas a corto, mediano y largo plazos.

Por su parte, el progreso implica que el disfrute de los derechos siempre debe
mejorar. En tal sentido, el principio de progresividad de los derechos humanos se
relacionan no sólo con la prohibición de regresividad del disfrute de los derechos
fundamentales; sino también, con la obligación positiva de promoverlos de manera
progresiva y gradual.

Por tanto, el principio aludido exige a todas las autoridades del Estado, en el ámbito
de su competencia, incrementar el grado de tutela en la promoción, respeto,
protección y garantía de los derechos fundamentales y humanos y también les
impide, en virtud de su expresión de no regresividad, adoptar medidas que sin plena
justificación constitucional disminuyan el nivel de la protección a los derechos
fundamentales y humanos de quienes se someten al orden jurídico del Estado.

El principio de progresividad, es un principio interpretativo que establece que los


derechos no pueden disminuir, por lo cual, al sólo poder aumentar, progresan
gradualmente. Tomando en cuenta, el principio de progresividad, implica que las
interpretaciones a las Leyes deben hacerse, tomando las interpretaciones realizadas
anteriormente, buscando no disminuir las determinaciones hechas sobre el
parámetro y la sustancia de los derechos interpretados.

Debe reiterarse que la naturaleza misma de la actividad interpretativa, cambia de


acuerdo a la rama jurídica en la que se encuentre; es decir, la interpretación de la
Constitución y de los tratados internacionales siguen una dinámica específica.

Una de las muestras más claras de progresividad en materia de derechos humanos


en nuestro Estado, es el derecho al trabajo; la actual Constitución Política del
Estado, ha desarrollado este derecho humano y fundamental, con una redacción que
abarca los arts. 46 al 55, y de manera positiva, ha establecido la imprescriptibilidad
de los derechos laborales y beneficios sociales no pagados, como un derecho
fundamental, así el art. 48-IV de la CPE establece: “Los salarios o sueldos
devengados, derechos laborales, beneficios sociales y aportes a la seguridad social
no pagados tienen privilegio y preferencia sobre cualquier otra acreencia, y son
inembargables e imprescriptibles”; por ello, es que podemos afirmar que el derecho
al trabajo, ha progresado en su entendimiento y desarrollo normativo, al establecer
situaciones como la imprescriptibilidad o inembargabilidad de los derechos laborales;
que buscan efectivizar de mejor manera el desarrollo y disfrute de este derecho
fundamental.

En ese mismo contexto, se tiene la SCP 0347/2013 de 18 de marzo, que al respecto


señaló: “…la Ley Fundamental prevé que las disposiciones sociales y laborales en
particular son de cumplimiento obligatorio, que las mismas se interpretarán y
aplicarán bajo los principios de protección de las trabajadoras y de los trabajadores,
de primacía de la relación laboral, de continuidad y estabilidad laboral, de no
discriminación y de inversión de la prueba a favor de la trabajadora y del trabajador;
en ese contexto, los derechos y beneficios reconocidos en favor de las trabajadoras
y los trabajadores no pueden renunciarse, y son nulas las convenciones contrarias o
que tiendan a burlar sus efectos. En cuanto a los salarios o sueldos devengados,
derechos laborales, beneficios sociales y aportes a la seguridad social no pagados
tienen privilegio y preferencia sobre cualquier otra acreencia, y son inembargables e
imprescriptibles. Todo lo dicho en este apartado está expresado en el art. 48 de la
CPE”.

Del principio indubio pro operario.

El art. 48 de la CPE, en su parágrafo I señala “Las disposiciones sociales y laborales


son de cumplimiento obligatorio”, en su parágrafo II establece: “Las normas
laborales se interpretarán y aplicarán bajo los principios de protección de las
trabajadoras y de los trabajadores como principal fuerza productiva de la sociedad;
de primacía de la relación laboral; de continuidad y estabilidad laboral; de no
discriminación y de inversión de la prueba a favor de la trabajadora y del
trabajador”.

El principio de protección, es considerado como un principio básico y fundamental


del derecho del trabajo, el cual doctrinalmente contiene tres reglas: a) El in dubio
pro operario que se explica en el sentido de que cuando una norma se presta a más
de una interpretación, debe aplicarse la que resulte más favorable al trabajador; b)
La regla de la norma favorable, según la cual, en caso de que aparecieran dos o más
normas aplicables a la misma situación jurídica, se aplicará la que resulte más
favorable al trabajador; c) La regla de la condición más beneficiosa según la cual,
ninguna norma debe aplicarse si ésta tiende a desmejorar las condiciones en que se
encuentra el trabajador; pues la idea, es que en materia laboral las nuevas normas o
reformas deben tender a mejorar las condiciones de trabajo y no a la inversa
(Armengol Arnez Gutiérrez, Derechos Laborales y Sociales – La Justicia
Constitucional en Bolivia 1998-2003), citado en la SC Nº 1262/2013 del 1º de Agosto
de 2013.

Este principio de interpretación normativa, que fuera desarrollado por la doctrina;


tiene su antecedente normativo en el art. 3-g) del Código Procesal del Trabajo (CPT)
con el principio del proteccionismo; y tiene su desarrollo en el Decreto Supremo (DS)
Nº 28966 de 01 de mayo de 2006, cuando en su art. 4-I-a) establece que el
principio protector, está vinculado a la obligación que tiene el Estado de proteger al
trabajador asalariado.

Del principio de inversión de la prueba en materia laboral.

El principio de inversión de la prueba, contenido también en la Constitución Política


del Estado, establece que la carga de la prueba le corresponde al empleador. Este
principio en materia laboral, es contrario a la regla general de principio de aportación
de prueba, que establece: “quien afirma un hecho debe probarlo”; en el proceso
laboral se traslada esa responsabilidad al empleador.

Conforme al principio laboral constitucional, el art. 66 del CPT establece, que en


todo juicio social, incoado por el trabajador, la carga de la prueba corresponde al
empleador, sin perjuicio de que aquel pueda ofrecer las pruebas que estime
convenientes.

A su vez, el art. 150 del mismo Código adjetivo, establece que en esta materia
corresponde al empleador demandado desvirtuar los fundamentos de la acción, sin
perjuicio de que el actor aporte las pruebas que crea conveniente.

Consiguientemente, le corresponde al empleador la obligación de proporcionar al


proceso los elementos de prueba necesarios a fin de desvirtuar lo señalado por el
trabajador, y que además le permita al Juez adquirir una convicción positiva o
negativa de la pretensión, basada en el principio de verdad material.

La inversión de la prueba en materia laboral goza -por así decirlo- de una presunción
de veracidad respecto a la demanda del trabajador, “presunción juris tantum”, que
debe ser destruida por el empleador con las pruebas que éste aportara en su
defensa.

Relación laboral – características esenciales

En esencia todo trabajo, más allá del grado de preparación técnica requerido para
cada profesión u oficio, constituye una prestación a favor de otro, por lo cual existe
siempre la realización de un acto, la prestación de un servicio o bien la ejecución de
una obra; en tal marco, el D.S. Nº 23570 de 26 de julio de 1993, anuncia las
características esenciales de la relación laboral, a saber: a) La relación de
dependencia y subordinación del trabajador respecto del empleador; b) La
prestación del trabajo por cuenta ajena; y, c) La percepción de remuneración o
salario en cualquiera de sus formas de manifestación. Sobre este particular, en
similar entendimiento el art. 2 del D.S. Nº 28699 de 1 de mayo de 2006, establece
que en las relaciones laborales dónde concurran aquellas características esenciales
precedentemente citadas, se encuentran dentro del ámbito de aplicación de la Ley
General del Trabajo.

Relación de subordinación y dependencia


La subordinación y la dependencia, componen el elemento principal para la
identificación de la existencia del contrato de trabajo y consecuente relación laboral;
la doctrina en la materia reconoce como la facultad del empleador de exigir al
trabajador el cumplimiento de órdenes, en cualquier momento, en cuanto al modo,
tiempo o cantidad de trabajo, e imponerle reglamentos, la cual debe mantenerse por
todo el tiempo de duración del contrato.

Esta atribución, se circunscribe únicamente a la actividad laboral y gravita en torno a


sus efectos propios en el marco del respeto a la dignidad y los derechos del
trabajador.

Prestación de trabajo por cuenta ajena

Es la labor personal, física o intelectual, que implica la realización de actos


materiales ejecutados por el trabajador, en beneficio del empleador, ya sea éste una
persona natural o jurídica indistintamente.

Por esta figura, tanto el costo del trabajo producto como los resultados son
destinados al empleador, que es quien corre con todos los riesgos, y aprovecha los
resultados; recibiendo el trabajador como contraprestación una remuneración por su
labor, sin que se vea afectado por el resultado económico de la operación.

Desde este panorama, la doctrina enseña que el trabajo por cuenta ajena exige tres
características esenciales: i) Que el costo del trabajo corra a cargo del empleador; ii)
Que el resultado del trabajo se incorpore al patrimonio del empleador; y, c) Que
sobre el empleador recaiga el resultado económico favorable o adverso, sin que el
trabajador se vea afectado por el mismo.

Percepción de remuneración o salario

Otro elemento de la relación de trabajo, es la contraprestación por el trabajo


desarrollado, es decir el pago de un salario.

En términos generales “salario significa la remuneración o ganancia, sea cual fuere


su denominación o método de cálculo, siempre que pueda evaluarse en efectivo,
fijada por acuerdo o por la legislación nacional, y debida por un empleador a un
trabajador en virtud de un contrato de trabajo, escrito o verbal, por el trabajo que
este último haya efectuado o deba efectuar o por servicios que haya prestado o
deba prestar” (C095 - Convenio sobre la Protección del Salario; 1949, Organización
internacional del Trabajo).

Contrato de trabajo y Contrato Civil de Consultoría

A.- El contrato laboral encuentra origen en el reconocimiento de la situación de


asimetría en la que se encuentran las partes, la cual no permite presumir que el
acuerdo de voluntades se produzca a partir del ejercicio no interferido ni restringido
de la autonomía de cada una de ellas, como sí ocurre en el contrato civil.
La evolución de las sociedades reivindicó el trabajo, tanto como un valor como así
un principio esencial del Estado, y como un derecho fundamental de las personas de
cuya realización efectiva depende el desarrollo de la misma en condiciones de
dignidad.

El contrato de trabajo es la fuente de la relación laboral, cumple una función


reguladora complementaria de las condiciones establecidas en la Constitución y en la
ley, condiciones que las partes no están en capacidad de transgredir, empeorar o
desconocer, pues ello implicaría la nulidad de sus cláusulas.

El contrato laboral se caracteriza, porque el trabajador deberá prestar


personalmente el servicio, en beneficio del empleador; es decir, la actividad a
realizar la ejecutará el mismo; existe una continua subordinación del trabajador con
respecto al empleador.

En este orden, el empleador tiene la facultad de impartir órdenes al trabajador, de


acuerdo a las necesidades y conveniencias de la organización; el empleador deberá
retribuir al trabajador mediante una remuneración, que para efectos del contrato se
denominara salario; debido a la relación laboral existente, el trabajador tiene
derecho al pago de prestaciones sociales; el contrato laboral se podrá establecer de
acuerdo a su duración, a término fijo o a término indefinido.

En el caso de los contratos establecido a término fijo, será posible la prórroga del
mismo cuando las partes así lo acuerden.

B.- El consulting o consultoría es aquel contrato por el cual una parte se obliga a
suministrar a la otra parte un dictamen sobre alguna cuestión comercial, financiera,
legal, tecnológica o de otro orden que requiera de un análisis, evaluación y
conclusión fundada en conocimientos científicos o técnicos.

El contrato de consultoría, se halla reglado por principios que suponen la igualdad


entre quienes contratan.

Se encuentra inserto dentro de un sistema que reconoce el principio de la autonomía


de la voluntad que faculta a todos los sujetos a obligarse como estimen pertinentes
y con quien consideren oportuno, sin mayor limitación es que aquellas que
establecen las leyes, el orden público y las buenas costumbres.

El contrato de consultoría enmarca las siguientes características, es bilateral, por la


existencia de dos partes contratantes, la entidad que solicita un dictamen y la que lo
emite, la consultora y la consultante respectivamente; es consensual, debido al
consentimiento de las partes que intervienen; es oneroso, debido a que cada una de
las partes no está dispuesta a dar sino es en condición de recibir un beneficio
económico; es atípico, ya que no existe una norma específica que lo regule, tal como
lo evidenciamos en el Código Civil, de ahí que, en consideración de la naturaleza del
contrato de consultoría se la considera como una subespecie del contrato de obra
establecida en el art. 732 del Código Civil.
Por lo anterior, el contrato de consultoría en nuestra legislación, forma parte de una
amplia variedad de contratos en el cual, a criterio de los interesados y con base en
las disposiciones legales existentes, se acordarán aspectos como objeto,
remuneración u honorarios por los servicios prestados, tiempo de ejecución de las
actividades contratadas y las causas de terminación del contrato, sin que ellos exista
una relación de carácter laboral, por lo tanto no le son aplicables las disposiciones
laborales, sobre el reconocimiento y pago de la liquidación de prestaciones sociales
como sucede cuando se diere la terminación de un contrato de trabajo.

Se pacta para la ejecución de una labor específica, que la persona desarrollará de


acuerdo a su experiencia, capacidad y formación de una materia en particular; el
contratista tendrá independencia sobre la forma en la cual desarrollará la labor para
la cual fue contratado.

Además, será autónomo en cuanto al criterio técnico y científico que utilizará para la
ejecución de la labor que dio origen al contrato; su forma de remuneración será por
honorarios; debido a que no existe ninguna relación laboral, no se genera el pago de
prestaciones sociales; el contrato por prestación de servicios es temporal, debido a
que su duración estará acorde al tiempo estipulado para la realización de la labor por
parte del contratista.

Por esta razón, el tiempo de contrato es limitado.

Principio de primacía de la realidad

Dadas las especiales características que rigen y dan luces al Derecho Laboral, que no
son otra cosa que el propio resultado de las especiales circunstancias que se
manifiestan en el universo de las relaciones laborales; es comprensible que los
principios que orientan esta materia, deban auxiliar necesariamente y en el terreno
de los hechos a los sujetos involucrados en aquellas manifestaciones.

Bajo esta premisa el principio de la prevalencia o primacía de la realidad, es


entendido por la doctrina como, la valoración preferente de las condiciones reales
que presentasen en los hechos, los cuales se superponen a los contenidos que
consten documentalmente.

Dicho principio establece que “en caso de discordancia entre lo que ocurre en la
práctica y lo que surge de documentos o acuerdos, debe darse preferencia a lo
primero, es decir, a lo que sucede en el terreno de los hechos”. (Plá Rodríguez,
Américo. “Los principios del Derecho del Trabajo”, 1990, pág. 243).

En análoga dirección se ha dicho que "...Conforme a este principio, cuando no hay


correlación entre lo que ocurrió en los hechos y lo que se pactó o se documentó, hay
que dar primacía a los primeros.

Prima la verdad de los hechos (no la forma) por sobre la apariencia". (Vialard
Vásquez, Antonio; citado en el Auto Supremo No 007 de 28 de marzo de 2012). II.2
Análisis de la Problemática Llegada a Casación En el marco de los preceptos legales,
doctrinales y jurisprudenciales transcritos precedentemente, en la especie, se
advierte que la controversia central se funda en establecer si existió una relación de
carácter civil o laboral entre los sujetos procesales.

Resolución del caso concreto:

De la revisión de antecedentes se tiene que la empresa demandada y el actor


suscribieron un contrato nominado como Contrato de Consultoría N° 01/2017 de 16
de febrero de 2016 (fs. 28 a 31) para la prestación de servicios como Jefe de Sala
de Ventas para la empresa TS Comercio y Servicios SA en el Proyecto inmobiliario
denominado Complejo Vacacional CRYSTAL RESORT.

Bajo este contexto, es importante señalar que a fin de determinar si una relación de
trabajo tiene las características esenciales de la relación laboral, hay que tener en
cuenta que todo trabajo es una prestación a favor de otro, por lo que siempre existe
la realización de un acto, un servicio o ejecución de obra; la distinción radica en el
modo de la relación existente entre quienes lo brindan y lo reciben, a tal fin
corresponde observar el papel realizado por cada una de las partes, que ante las
exigencias de las reglas impuestas por el empleador, es posible que se pretenda
ocultar o encubrir la realidad bajo apariencias de una relación no laboral, por lo que
a este fin la doctrina del derecho laboral destaca entre los varios componentes de la
relación laboral, el elemento de la dependencia o subordinación, según el cual, quien
recibe el trabajo tiene la facultad de dirigir e imponer sus reglas, tomando los frutos
de ese trabajo, por lo que para determinar la existencia o inexistencia de una
relación laboral se debe recurrir al principio de primacía de la realidad que privilegia
los hechos frente a las formalidades y apariencias impuestas por el empleador.

En este marco, conforme establece el art. 1 del DS Nº 23570 de 26 de julio de 1993,


las características esenciales de la relación laboral son: a) La relación de
dependencia y subordinación del trabajador respecto del empleador; b) La
prestación del trabajo por cuenta ajena; y c) La percepción de remuneración o
salario en cualquiera de sus formas de manifestación, situación concordante con el
artículo 2 de la misma norma legal, la cual establece que en las relaciones laborales
en las que concurran aquellas características esenciales precedentemente citadas, se
encuentran dentro del ámbito de aplicación de la Ley General del Trabajo y el
articulo 2 del DS Nº 28699 de 1 de mayo de 2006.

Si bien es plenamente posible que, en el ámbito de la consultoría para entidades


estatales, puedan concurrir también los elementos anotados en el párrafo anterior,
así se puede advertir del artículo 5 inciso pp) del DS N° 0181, que establece el
carácter intelectual tales como diseño de proyectos, asesoramiento, auditoría,
desarrollo de sistemas, estudios e investigaciones, supervisión técnica y otros
servicios profesionales, que podrían ser prestados por consultores individuales o por
empresas consultoras, a los que se suman la dependencia con la entidad pública y la
remuneración percibida, tal cuestión debe tomarse sin embargo con cautela, puesto
que una interpretación discrecional de la norma que regula las contrataciones
estatales, y en concreto para las consultorías de línea, conllevaría la vulneración de
derechos fundamentales de los contratados en tal calidad, afectando derechos
fundamentales como el no reconocimiento de los derechos laborales y/o beneficios
sociales (cuando corresponda) y el derecho a la igualdad de trato que debe existir
entre personas de planta y los consultores, sin considerar el desempeño de
funciones similares y cuya remuneración inclusive es fijada en base a los niveles y
escala salarial del personal de planta de la entidad pública contratante; empero, en
el caso, al tratarse de una empresa privada, no es aplicable la normativa citada,
aunque por simple analogía podemos efectuar comparaciones y asimilar.

Así, las actividades para las cuales es contratado el consultor en cuanto se refiere la
actividad propia de la empresa y la necesidad recurrente de ésta, serán los
elementos distintivos a considerar para realizar válidamente o no dicha contratación,
puesto que no debe olvidarse que existen actividades que son propias de la
empresa, no siendo posible en consecuencia, materialmente la contratación de
consultores para efectuar trabajos inherentes a la empresa y que respondan a las
funciones propias de la misma en cada una de sus unidades o divisiones, aunque
formalmente su procedencia, normativamente no este regulada; sin embargo, se
debe considerar que la consultoría es una actividad intelectual independiente dirigida
a la organización del conocimiento aplicado en función de la solución a problemas
específicos, relacionando sus posibilidades y modo de aplicación con la realidad,
siendo estos servicios de especialidad, no resulta admisible su contratación para una
actividad propia de la empresa o entidad, considerando que el consultor debe ser un
profesional especializado que va a brindar un trabajo específico en un determinado
ramo y por tiempo determinado.

Bajo ese razonamiento, en el caso de autos, el actor fue contratado para realizar
una actividad que es propia y permanente de la empresa TS COMERCIO Y
SERVICIOS SA, puesto que las funciones delegadas como Jefe de Sala de Ventas,
cumplir con las metas de ventas anuales y mensuales de su sala, sin perjuicio de
que realice las actividades contratadas en otros lugares, la promoción y venta de los
productos y servicios que le encomiende la empresa, obligándose a supervisar las
visitas y atención de los clientes, así como captación de nuevos clientes, formación y
capacitación de equipos de ventas de sala, supervisión y control comercial y
administrativo de su equipo de venta, además de la venta del derecho de uso
temporal de un sistema vacacional (planes o paquetes vacacionales) y la venta de
lotes y/o cualquier producto la empresa promocione, actividades y funciones que no
requieren de la prestación de servicios especializados y/o específicos.

En ese sentido, si bien consta y se demostró formalmente que la contratación del


actor fue por Contrato de Consultoría N° 01/2017 de 16 de febrero de 2016 (fs. 28 a
31), sin embargo, materialmente dicha contratación no se acomoda a los criterios
antes anotados, puesto que busca encubrir una relación de dependencia entre el
trabajador y la empresa demandada y consiguientemente la exclusión del pago de
los beneficios sociales que puedan corresponder a la trabajadora, en franco
desconocimiento de los artículos 46 y 48 de la CPE, que regula la interpretación y
aplicación de las normas laborales bajo principios protectores y el carácter
irrenunciable de los derechos y beneficios reconocidos en favor de las trabajadoras y
los trabajadores.
Para el presente caso, se advierte de fs. 28 a 31, la existencia de contrato suscrito
entre la empresa TS COMERCIO Y SERVICIOS SA y el demandante Milton James
Mahan Quiñones, bajo el nombre de “Contrato de Consultoría”, celebrado el 16 de
febrero de 2016 con vigencia de 8 meses; vale decir, hasta el 16 de octubre del
mismo año, contrato por el que el actor reclama el pago de beneficios sociales, no
habiendo la empresa demandada producido prueba que contradiga lo solicitado;
donde el actor realizaba tareas propias y permanentes de la empresa, los cuales de
acuerdo al artículo 2 del DS Nº 16187 de 16 de febrero de 1979, no se encontraban
permitidos, razón por la cual, el desconocimiento de los derechos laborales
efectuado en contra del demandante por el Tribunal de alzada fue incorrecto.

De lo anotado precedentemente, resulta evidente que entre el demandante y la


empresa TS COMERCIO Y SERVICIOS SA existió una relación de dependencia
encubierta bajo la forma de un contrato de carácter administrativo, por cuanto la
naturaleza del trabajo realizado por el actor, reúne todas las características exigidas
por el art. 1 del DS Nº 23570 de 26 de julio de 1993, no pudiendo considerarse
como una relación de carácter contractual civil como determinó equivocadamente los
Vocales del Tribunal Departamental de Justicia, debiendo tenerse presente además
que de acuerdo al art. 5 del DS Nº 28699 de 1 de mayo de 2006, “Cualquier forma
de contrato, civil o comercial, que tienda a encubrir la relación laboral, no surtirá
efectos de ninguna naturaleza, debiendo prevalecer el principio de realidad sobre la
relación aparente”, porque al determinar en el caso presente que no existió relación
de dependencia y subordinación, se estaría convalidando un fraude laboral ya que se
abriría la posibilidad de realizar contratos de carácter administrativo o civil, con el
objeto de encubrir una relación de dependencia a fin de eludir el reconocimiento de
los derechos de los trabajadores, los cuales son irrenunciables de acuerdo al art. 48
de la CPE, concordante con el artículo 4 de la LGT.

En ese sentido, se concluye que, entre la parte actora y la empresa demandada,


existió relación de dependencia, subordinación y exclusividad, tal como se manifestó
precedentemente, por lo que siendo evidentes los reclamos planteados por el actor
recurrente ante el desconocimiento de sus derechos efectuado por el fallo recurrido
en contra del demandante, corresponde a este Tribunal corregir lo determinado,
reconociendo el reclamo de sus beneficios sociales, correctamente determinados en
Sentencia de primera instancia.

En conclusión, al ser evidentes las infracciones normativas denunciadas en el recurso


de casación de fojas 122 a 128 y al ser los derechos de los trabajadores
irrenunciables conforme determinan los artículos 48-IV de la CPE y 4 de la LGT,
corresponde resolver en el marco del art. 220-IV del CPC- 2013, aplicable por la
norma permisiva contenida en el art. 252 del CPT.

POR TANTO: La Sala Contenciosa y Contenciosa Administrativa, Social y


Administrativa Primera del Tribunal Supremo de Justicia, en ejercicio de la atribución
contenida en el art. 184-1 de la CPE y el art. 42-I-1 de la Ley del Órgano Judicial N°
025, CASA el Auto de Vista recurrido y por consiguiente mantiene firme y
subsistente la Sentencia Nº 44/21 de 28 de junio de 2021 de fs. 91 a 95, sin multa
por ser excusable. Con costas.
Se regula el honorario profesional del abogado patrocinante en Bs. 2.000.- que
mandará pagar el Juez de primera instancia.
Regístrese, comuníquese y cúmplase.

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