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128521406-DFE

Juicio No. 11335­2020­00175

UNIDAD JUDICIAL MULTICOMPETENTE CON SEDE EN EL CANTÓN CALVAS,


PROVINCIA DE LOJA. Calvas, martes 28 de julio del 2020, las 11h36. Materia: Constitucional.­
Tipo de proceso Garantías Jurisdiccionales de los derechos.­ Naturaleza: Acción de Protección.­
Accionante: RIOS DIAZ MARIA FERNANDA; Accionado: MGS. ORDOÑEZ YAGUACHE JOSE
VICENTE, en su calidad de Coordinador Zonal 7 del MIES. Se cuenta con la intervención de la
Procuraduría General del Estado. Ciudad y Fecha: Cariamanga, 08 y 16 de julio de 2020. Juez
Ponente: Dr. Marco Vinicio Romero Ávila. Mg.­ VISTOS: ANTECEDENTES: Comparece la señora
RIOS DIAZ MARIA FERNANDA ante el Juez de Garantías Constitucionales y deduce acción de
protección constitucional en contra del señor Mgs. ORDOÑEZ YAGUACHE JOSE VICENTE, en su
calidad de Coordinador Zonal 7 del MIES, por presuntamente haber vulnerado los siguientes derechos
reconocidos en la Constitución de la República, a) Derecho a la Seguridad Jurídica; b); Derecho a la
Motivación; y, c) Trabajo; contenidos en los artículos 82; 76.7.L; y, 325; de la Constitución; y,
solicita que en sentencia se declare la violación de sus derechos constitucionales y se ordene la
reparación integral material e inmaterial por el daño causado de acuerdo al art. 18 de la Ley de
Garantías Jurisdiccionales y Control Constitucional. Revisada la demanda, se la aceptó al trámite
especial que le corresponde, se notificó a los legitimados pasivos y se convocó a las partes a la
respectiva audiencia oral y pública, incluida a la Procuraduría General del Estado. En el día y hora
señalados para el desarrollo de la audiencia oral, se procedió a escuchar las exposiciones de las partes
de manera detenida; de acuerdo a lo que determina el Art 14 de la Ley Orgánica de Garantías
Jurisdiccionales y Control Constitucional, se concede la palabra a la parte accionante para demuestre
de ser posible, el daño y los fundamentos de la acción, quien expone: “…Mi representada presentó de
conformidad al art. 86 de la Constitución de la República del Ecuador esta acción de protección por
considerar que se le han lesionado varios derechos, particularmente el de seguridad jurídica,
motivación, trabajo y el derecho a una vida digna. Mi defendida desde el 1 de noviembre del año 2014
viene cumpliendo la función de analista de inclusión económica para el MIES, por lo que percibía una
remuneración mensual de $986,00 dólares, labor que la cumple hasta octubre del 2016; posterior a
esto, en la misma institución, a partir del 1 de enero del 2018 ingresa a laborar como analista de
movilidad social distrital, acogiéndose a la modalidad de contrato de servicios ocasionales, recibiendo
una remuneración de 986,00 dólares, con fecha 1 de enero del 2019 la licenciada Rocío Granda, se
comunica por escrito e indica que continúa prestando el cargo de analista de movilidad social distrital
por el periodo fiscal del año 2019, el 28 de enero del 2020 suscribe un nuevo contrato de servicios
ocasionales hasta el 31 de diciembre del 2020 por el puesto de analista de movilidad distrital, que lo
desempeñó hasta el día 19 de mayo del 2020 en que mediante memorado MIES­ CZ­7­2020­2090­M,

Firmado por
MARCO VINICIO
ROMERO AVILA
C=EC
L=MACARA
CI
1102078548
el señor José Ordóñez Yaguachi, Coordinador Zonal del MIES la notifica con la terminación del
contrato de servicios ocasionales. El art. 146 de Reglamento la LOSEP, y el art. 58 de la LOSEP,
teniendo origen en la sentencia 048­17­SEP­CC de fecha 22 de febrero del 2017 que modularon estas
decisiones, señalando que no puede afectarse los derechos de un servidor público a pretexto de la
suscripción continua de un contrato de servicios ocasionales; figura jurídica mal utilizada por parte de
la administración pública para violentar los derechos de los servidores públicos. En este caso ese
contrato se entendía prorrogado al existir una evidente necesidad institucional y por tanto solo podría
ser reemplazada por el ganador del concurso público de méritos y oposición para el ejercicio de este
cargo, con este proceder se violentan los derechos a la seguridad jurídica, el derecho al debido proceso
y garantía de motivación, no es coherente que el art. 58 (LOSEP) diga que una vez establecida la
necesidad institucional ese contrato se entiende prorrogado y que debe haber convocatoria al concurso
de méritos y oposición, y que el coordinador lo cite para dar por terminado el contrato de trabajo;
carece de lógica y de razonabilidad en el punto por el cual las premisas mayores que son las normas
constitucionales no se adecuan, consideramos que incumple el derecho al debido proceso y finalmente
el derecho al trabajo. Con esta decisión quebranta su proyecto de vida, de esta forma se configura la
violación a los derechos constitucionales, del expediente obra como prueba los contratos de servicios
ocasionales suscritos por mi defendida y el MIES, el certificado historial del tiempo de trabajo
otorgado por IESS en donde consta este periodo ininterrumpido que ha trabajo con esta entidad y el
memorando 2090 de fecha 19 de mayo del 2020 de la cual terminaron sus servicios ocasionales; a la
luz de esto consideramos que se han cumplido los requisitos del art. 40 de la Ley Orgánica de
Garantías Jurisdiccionales y Control Constitucional, esto es: 1. La violación del derecho a la seguridad
jurídica, debido proceso en la garantía motivación y derecho al trabajo. 2.­ La acción u omisión de la
autoridad pública de un particular, la autoridad pública mediante esta acción de memorando 2090. 3.­
Inexistencia de otro mecanismo de defensa judicial adecuado y eficaz para justificar el derecho
violado. No se puede obligar al accionante a acudir primero a la justicia ordinaria o a demostrar que la
vía ordinaria no es la eficaz o adecuada, dado que la sola violación al derecho constitucional se
entiende que genera afectaciones, la vía constitucional es la vía inmediata en la que se puede remediar
un daño de esta naturaleza donde se pone en riesgo la subsistencia de ella y de su familia, por esas
consideraciones pido que mediante sentencia que se acepte la acción de protección planteada
declarando la violación de los derechos constitucionales en la forma como los hemos señalado; la
reintegración al puesto de trabajo que venía desempeñando mi defendida como analista de movilidad
social distrital del MIES y que todos los actos administrativos queden sin efecto; como mecanismo de
reparación integral solicitamos las disculpas públicas del MIES, la garantía de no repetición de este
tipo de actos y la garantía de indemnización de daño material por el tiempo de no haber percibido
remuneraciones y una reparación inmaterial no menor a los $5000. Se debe tomar en cuenta lo que
dice la corte constitucional, si se trata de desnaturalizar esa figura jurídica es evidente el quebranto de
los derechos constitucionales del servidor público y por tanto la tutela judicial efectiva, se ha
establecido un derecho a favor de mi defendida…”. Acto seguido, cumpliendo el protocolo propio de
la presente audiencia, se le concede el uso de la palabra a la parte accionada: Mgs. Ordóñez Yaguache
José Vicente, en su calidad de Coordinador Zonal 7 del MIES, quien a través de su Procurador
Judicial, el doctor Juan Fernando Villavicencio Cueva, dice: “…mediante contrato ocasional del 3 de
noviembre del 2014 bajo modalidad de servicios ocasionales en calidad de analista de inclusión
económica Servidor Público 3, por los años 2014 y 2015 hasta el 31 de octubre del 2016, luego de 14
meses la relación contractual se interrumpe y mediante contrato de servicios ocasionales se contrató a
la accionante en calidad de analista de movilidad social distrital Servidor Público 3, en el cual se
desempeñó hasta el 31 de diciembre del 2019, el 28 de enero del 2020 la Coordinación Zonal 7 del
MIES mediante nuevo contrato de servicios ocasionales contrató a la accionante por las mismas
funciones, relación contractual que fue terminada unilateralmente por el literal f) del art. 143 del
reglamento de la LOSEP; el MIES no ha desconocido el derecho a la seguridad jurídica respecto a la
norma antes invocada, ya que no tiene la necesidad ni la obligación de contratar indefinidamente a la
accionante en dicho cargo ya que su contrato terminó conforme a la LOSEP, este tipo de prestación de
servicio no otorga estabilidad ni representa el ingreso a la carrera administrativa del sistema de
remuneraciones de la Dirección Distrital de Calvas; se desprende que la servidora no se encuentra
registrada actualmente en el distributivo de remuneraciones puesto que la misma fue optimizada y por
tanto se suprime automáticamente de dicho sistema, así como también se evidencia que no se ha
contratado ni se puede contratar a profesional alguno para el cargo de analista de movilidad social
distrital Servidor Público, ya que no hay recursos para la contratación de servicios ocasionales y para
la gestión del mismo; se ha procedido a la optimización del cargo en mención en virtud del recurso
presupuestario a grupos de gasto 51 grupo corriente, recursos propios del MIES al cual pertenecía la
ex servidora de conformidad con el acuerdo ministerial MDT­2019­375 DE 5 de diciembre del 2019
el MIES emite directrices para la optimización de gasto de personal en la modalidad de contratos de
servicios ocasionales del sector público, en esta línea el art. Único del Acuerdo Ministerial 006 del 26
de diciembre del 2019 y publicado en el registro oficial 141­12 de febrero, la máxima autoridad
resuelve declarar en proceso de reestructuración y optimización del talento humano al MIES y
autorizar el inicio de los procesos de fortalecimiento institucional, para garantizar las políticas de
inclusión económica y social que contribuyen a la superación de brechas de desigualdad asegurando
una adecuada distribución de los recursos del Estado previstos en la LOSEP Y REGLAMENTO, las
directrices presupuestarias para el servicio fiscal del 2020, la desvinculación de la accionante se basa
en la reestructuración y optimización del talento humano en la cartera de Estado a la cual represento;
el espíritu fundamental de la norma en cuanto a la acción de protección constituye la protección
directa y eficaz de los derechos constitucionales ante variadas circunstancias o situaciones que
permitan establecer la vulneración de un derecho, al evidenciarse que se trata de un asunto meramente
contractual que los contratos suscritos son ley para las partes de conformidad al art. 1517 del Código
Civil, la accionada se obligó a suscribir dichos contratos a la cláusula de terminación ocasional, puede
darse por terminado sin requisito alguno por la autoridad nominadora de conformidad a lo previsto al
art. 58 y literal b del art. 146 del reglamento del cuerpo legal antes invocado; alega presunta
vulneración de derechos cuando existen inmersos derechos subjetivos que deben ventilarse ante la vía
ordinaria, en estas consideraciones se evidencia que la presente acción deviene improcedente ya que
no existe vulneración de derechos constitucionales algunos según los numerales 1 y 4 del 42 de la
LOGJCC ya que las reclamaciones de pago de remuneraciones no corresponden a la esfera
constitucional, la presente acción incurre en las causales de improcedencia de los art. 42.1 y 42.4 de la
LOGJCC en virtud que en derecho la accionada no se ha sustentado que existe una violación de
derechos Constitucionales y a su vez la clara susceptibilidad de impugnación del acto administrativo
por la vía ordinaria, es una terminación meramente contractual, por cuanto no existe violación de
derecho constitucional alguno y se ha demostrado motivadamente conforme a derecho todos sus actos
administrativos en legal y debida forma, además ha actuado en estricto apego a la ley y al debido
proceso, solicito a su autoridad se digne desechar la indebida acción constitucional por ilegítima e
improcedente. No se ha podido demostrar que el contrato de la accionante es de necesidad
permanente, puesto que no se ha comprobado que se ha iniciado concurso de méritos de oposición
para que señale que el contrato se encuentra prorrogado, conforme los argumentos legales, que se ha
expuesto en la presente causa, las pretensiones carecen de sustento y consideración a la naturaleza
propia y objeto de la acción de protección definida en el art. 88 de la Constitución de la República del
Ecuador y art. 39 de la Ley Orgánica de Garantías Jurisdiccionales y Control Constitucional, por lo
tanto la presente acción de protección deviene de improcedente ya que no se desprende violación de
derecho constitucional alguno según lo que dispone los arts. 42 numerales 1 y 4 de la Ley Orgánica de
Garantías Jurisdiccionales y Control Constitucional, en consecuencias por cuanto no existe violación
real de derecho constitucional alguno de la Sra. Ríos Díaz María Fernanda, ratifico mi pedido de
desechar la presente acción por improcedente....”. Encontrándose presente por medio telemático el
señor Dr. Juan Carlos Valarezo González, Abogado de la Procuraduría General del Estado en Loja,
quien comparece a nombre de la Dra. Ana Cristina Vivanco Eguiguren, Directora Regional de la
Procuraduría General del Estado de Loja, para efecto de su aportación, se le concede el término de
cinco días para que legitime su intervención; acto seguido, en lo sustancial manifiesta: “…Los
contratos de servicios ocasionales por mandato legal deben darse por terminados de forma obligatoria;
se emitió el acuerdo interinstitucional SENPLADES­MEF­MDT­001­2019, el mismo que se
encuentra publicado en el registro oficial de fecha 25 de julio del 2019 nuero. 4 donde se establece
como deben hacer efectivo el decreto; se dictan medidas de carácter urgente económicas, se declara el
estado de emergencia sanitaria en todos los establecimientos del sistema nacional, mediante decreto
ejecutivo 1017 del 16 de marzo del 2020 se dispuso la declaración de estado de excepción por
calamidad pública, amparado en el num. 6 del art. 74 del Código Orgánico de Planificación y
Finanzas Publicas se dispuso que una de las atribuciones del ente rector, se dictó los instrumentos de
cumplimiento obligatorio, en base a dichas directrices se dictó la ejecución presupuestaria para el
segundo trimestre del 2020, en el cual dispone la terminación de todos aquellos contratos de servicios
ocasionales y nombramientos provisionales que estuvieron planificados para el año 2020 quedando la
entidad en buscar su reemplazo, quiere decir que esta disposición es de carácter obligatorio, el art. 58
inciso 8, no ha sido calificado por inconstitucional para que no se pueda aplicar, la entidad pública
declaro por terminado unilateralmente el contrato, en concordancia al reglamento a la LOSEP art. 146
lit. f, la parte accionante manifestó de que debe permanecer la accionante en el puesto hasta que se
llame a concurso de méritos y oposición, es imposible ya que están suspendidos los llamamientos a
concurso de méritos y oposición, la accionante está solicitando a su autoridad un derecho y este
derecho es prohibido por la ley, este tipo de contratos no representan estabilidad laboral ni derechos
adquiridos, es legal y procedente la desvinculación que realizó el ministerio; por lo expuesto esta no
es una acción de protección común, ya que es una terminación en base a la pandemia mundial, solicito
que se digne rechazar la presente acción de protección por improcedente en base a lo dispuesto al art.
42 de la Ley Orgánica de Garantías Jurisdiccionales y Control Constitucional. Solicito
comedidamente que la acción de protección sea rechazada puesto que se ha evidenciado que no se le
ha vulnerado a la accionante ningún derecho constitucional…”. También se les concede el derecho a
la réplica, y contrarréplica. Se practica la prueba solicitada por las partes y se concede la palabra a la
parte accionada y a la parte accionante para que pronuncien su alegato final.­ Oídas las partes de la
relación jurídica en esta audiencia oral, y por concluidas las intervenciones, de conformidad con lo
prescrito en el Art. 14 inc. 3, de la Ley Orgánica de Garantías Jurisdiccionales y Control
Constitucional, corresponde a este juez, anunciar la resolución y para hacerlo se considera:
PRIMERO: JURISDICCIÓN, COMPETENCIA, Y VALIDEZ PROCESAL.­ 1).­ La
Constitución de la república (CRE), la Ley Orgánica de Garantías Jurisdiccionales y Control
Constitucional (LOGJyCC), otorgan competencia a los jueces ordinarios, para conocer y resolver
estos procesos; 2).­ La Corte Constitucional del Ecuador para el Período de Transición, Juez
Constitucional Ponente Dr. Roberto Brunis Lemarie, MSc, en la Sentencia N° 001­10­PJO­CC, caso
N° 0999­09­JP, ha pronunciado el colectivo constitucional: “La Corte Constitucional, tal como lo ha
dicho en ocasiones anteriores, determina que los servidores públicos, en este caso particular, juezas y
jueces del país, cuando conocen de garantías jurisdiccionales se alejan temporalmente de sus
funciones originales y reciben la denominación de juezas y jueces constitucionales”; 3).­ Los
coautores Jorge Zavala Egas, Jorge Zavala Luque, José F. Acosta Zavala, en su obra Comentarios a la
Ley Orgánica de Garantías Jurisdiccionales y Control Constitucional (Arts. 1° A 42°), editores
EDILEX S.A., Guayaquil Ecuador 2012, página 148, dicen: “En razón del grado son jueces
competentes para conocer de las garantías jurisdiccionales o procesos constitucionales los jueces,
mismos que la Corte Constitucional ha pasado a denominar como “jueces de instancia constitucional”
y, por supuesto, los de primer grado o instancia”; y por el sorteo de ley, este Juez de esta Unidad
Judicial tiene jurisdicción y competencia para conocer y resolver lo que corresponda dentro de la
presente acción de protección; además, no se advierte omisión de ritualismo sustancial alguno que
influya o pueda influir en la decisión de la causa, y tramitada que ha sido de conformidad a lo
dispuesto en la Ley Orgánica de Garantías Jurisdiccionales y Control Constitucional, se declara la
validez de lo actuado.­ SEGUNDO: 2.1).­ La acción de protección prevista en nuestro ordenamiento
jurídico, específicamente en el artículo 88 de la Constitución de la República; artículos 39, 40, 41, 42,
167 de la Ley Orgánica de Garantías Jurisdiccionales y Control Constitucional, tiene por objeto el
amparo directo y eficaz de los derechos reconocidos en la norma Suprema (Art. 424 Ibídem), y podrá
interponerse cuando exista una vulneración de derechos constitucionales, por actos u omisiones de
cualquier autoridad pública no judicial. 2.2.1).­ La acción de protección no puede ser entendida como
un medio de defensa judicial que pueda reemplazar o sustituir los mecanismos procesales dispuestos
por el legislador nacional para la protección de los derechos; tampoco puede entenderse que tiene la
facultad de revivir términos y/o plazos vencidos u oportunidades procesales fenecidas, caducadas o
prescritas por la negligencia o inactividad injustificada. 2.2).­ Para que proceda la acción de
protección, es condición sine qua non, que concurran tres requisitos que determina el Art. 40 de la Ley
Orgánica de Garantías Jurisdiccionales y Control Constitucional, a saber: (1) Violación de un derecho
constitucional; (2) Acción u omisión de autoridad pública o de un particular de conformidad con el
artículo siguiente; y, (3) Inexistencia de otro mecanismo de defensa judicial adecuado y eficaz para
proteger el derecho violado.­ TERCERO: LEGITIMACION ACTIVA.­ El Art. 9 de la Ley
Orgánica de Garantías Jurisdiccionales y Control Constitucional, señala “Legitimación activa.­ Las
acciones para hacer efectivas las garantías jurisdiccionales previstas en la Constitución y esta ley,
podrán ser ejercidas: a) Por cualquier persona, comunidad, pueblo, nacionalidad o colectivo,
vulnerada o amenazada en uno o más de sus derechos constitucionales, quien actuará por sí misma o a
través de representante o apoderado; y, b) Por el Defensor del Pueblo. Se consideran personas
afectadas quienes sean víctimas directas o indirectas de la violación de derechos que puedan
demostrar daño. Se entenderá por daño la consecuencia o afectación que la violación al derecho
produce…”, el Art. 41 de la LOGJyCC., determina “Procedencia y legitimación pasiva.­ La acción de
protección procede contra: 1. Todo acto u omisión de una autoridad pública no judicial que viole o
haya violado los derechos, que menoscabe, disminuya o anule su goce o ejercicio. (…). En la especie,
el legitimado activo está individualizado por la accionante, conforme lo exige la Ley, siendo la
ciudadana RIOS DIAZ MARIA FERNANDA.­ CUARTO: 4.1). ¿A la luz de la Constitución y la
Ley, se debe o no admitir la acción de protección solicitada? El relato de la demanda de acción de
protección, es a prima facie, un asunto de vulneración de derechos constitucionales como son la
seguridad jurídica, el derecho al trabajo y la motivación.­ La hipótesis de la “peticionaria” que detalla
en su demanda (fs. 21 a 23 Vlta.), a criterio del Juzgador, es eminentemente de carácter constitucional,
visto así, la acción de protección ha sido concebida por el constituyente como una garantía para dar
solución y amparar en FORMA DIRECTA Y EFICAZ, situaciones de hecho creadas por actos u
omisiones, que implican la transgresión o la amenaza de un derecho que tenga el carácter de
fundamental, respecto de las cuales el sistema jurídico no tiene previsto otro mecanismo susceptible
de ser invocado ante los jueces con el objeto de lograr la protección de un derecho fundamental.­
QUINTO.­ PRETENSIÓN DEL ACCIONANTE: 5.1).­ la legitimada activa, en su escrito de
demanda, cuando impone como PRETENSION CONCRETA señala: “…solicito que mediante
sentencia se declare lo siguiente: a) La violación de mis derechos constitucionales a la seguridad
jurídica, a obtener resoluciones motivadas del poder público y al trabajo; b) Disponga mi reintegro al
puesto de trabajo que venía desempeñando como analista de movilidad social distrital del MIES; c) Se
disponga que todos los actos que produjeron la violación a mis derechos constitucionales queden sin
ningún efecto legal; d) se ordene como mecanismos de reparación integral: 1. La restitución del
derecho violado, con el reintegro a mi puesto de trabajo; 2. La satisfacción, con las disculpas públicas;
3. Las garantías de no repetición; 4. Indemnización con la reparación del daño material en una
cantidad similar a las remuneraciones que he dejado de percibir y por daño inmaterial un monto no
menor a 5.000,00 dólares por los sufrimientos y aflicciones causadas; y, 5 El pago de los honorarios
profesionales de mi abogado defensor…”.­ Lo anterior deja entrever que su aspiración debe ser
considerada como reparatoria a la violación de derechos constitucionales, por lo que en el presente
evento debe este despacho judicial dilucidar si los derechos fundamentales mencionados por la
accionante se han transgredido, es decir, la presunta vulneración a la seguridad jurídica, derecho al
trabajo y el derecho a la motivación han sido quebrantados por la institución accionada, por haberse
terminado de forma unilateral el contrato ocasional que ostentaba la accionante como servidor público
3, Analista de Movilidad Social Distrital, del distrito MIES Calvas­Gonzanamá Quilanga, en la ciudad
de Cariamanga.­ 5.2).­ De su parte, la institución accionada, estima que el caso se subsume a los de
improcedencia establecidos en el Art. 42 ordinales 1 y 4 de la Ley Orgánica de Garantías
Jurisdiccionales y Control Constitucional, por lo que pide sea rechazada. En cuanto a la
improcedencia, que también alega, porque la accionante no ha agotado las vías ordinarias en lo
contencioso administrativo; SEXTO.­ Es importante revisar, si la actuación de dar por terminado el
contrato de servicios ocasionales entre la accionante y el MIES en forma unilateral vulnera o no
derechos constitucionales, al respecto, conviene analizar los derechos supuestamente vulnerados, uno
por uno, y obtener las conclusiones justas para el caso concreto, a saber: LA SEGURIDAD
JURÍDICA CONTEMPLADO EN EL ARTÍCULO 82 DE LA CONSTITUCIÓN.­ es el elemento
esencial y patrimonio común de la cultura del Estado de derecho; implica la convivencia
jurídicamente ordenada; la certeza sobre el derecho escrito y vigente; el reconocimiento y la provisión
de la situación jurídica. Es la confiabilidad en el orden jurídico la que garantiza la sujeción de todos
los poderes del Estado a la ley y a la aplicación uniforme de la misma, la constancia, precisión y
previsibilidad del derecho como protección de la confianza. La Carta Magna de nuestro país garantiza
la seguridad jurídica a través de algunas concreciones como el principio de la legalidad, establecido
en el Art. 82 de la Constitución de la República del Ecuador; Al respecto la Corte Constitucional ha
publicado, la obra, titulada, El Desarrollo Jurisprudencial de la primera Corte Constitucional (Período
noviembre 2013 – Noviembre de 2015). Secretaría Técnica Jurisdiccional, Quito – Ecuador 2016, pág.
113, 114, en donde enfáticamente se menciona: “Ahora bien, según la Corte Constitucional, en su
aspecto funcional el derecho a la seguridad jurídica se destaca por: 1) El deber y responsabilidad de
todas las ecuatorianas y ecuatorianos de acatar y cumplir la Constitución, la ley y las decisiones
legítimas de autoridad competente; 2) La existencia de normas jurídicas previas, públicas y aplicadas
por las autoridades competentes; y, 3) El hecho de que las instituciones del Estado, sus organismos,
dependencias, servidoras o servidores públicos, y las personas que actúen en virtud de una potestad
estatal, ejerzan solamente las competencias y facultades que les sean atribuidas en la Constitución y la
ley, tal y como por ejemplo lo determina el artículo 25 del Código Orgánico de la Función Judicial,
que establece la tarea de las juezas y jueces de velar por la constante, uniforme y fiel aplicación de la
Constitución, instrumentos internacionales de derechos humanos y las leyes. La misma Corte en la
sentencia No. 089­14­SEP­CC CASO No. 0033­13­EP ha señalado: “…Al respecto, es importante
señalar que esta Corte Constitucional ha establecido en pronunciamientos anteriores que el derecho a
la seguridad jurídica va más allá de la existencia de normas jurídicas previas, claras y públicas, al
buscar que estas normas sean aplicadas por las autoridades competentes.­ Entonces, el derecho
constitucional a la seguridad jurídica, fijado en el Art. 82 de la norma de normas, garantiza, entre otros
aspectos funcionales, la sujeción de todos los poderes públicos a la Constitución y a la ley. En la
Noción que la Corte Constitucional destaca (ver: “Desarrollo Jurisprudencial” De la Primera Corte
Constitucional”, págs. 116­120); como derecho y garantía, la autoridad pública debe observar y
aplicar tanto el texto constitucional como las normas del ordenamiento jurídico, generando en el
ciudadano la certeza en el tiempo respecto al goce de sus derechos constitucionales. El derecho en
cuestión se enlaza a la confianza en un orden jurídico y, relacionado con el derecho al debido proceso
(Art.76 CRE). Así al aplicarse la normativa en los diferentes procesos administrativos y judiciales, el
derecho en cuestión otorga confianza al ciudadano, de que la autoridad pública, con seguridad en sus
actos o resoluciones, no actuará con arbitrariedad. En ese orden de cosas, la seguridad jurídica es la
certeza que tiene el individuo de que su situación jurídica no será modificada más que por
procedimientos regulares establecidos previamente. La doctrina constitucional, ha expresado que debe
entenderse el derecho a la seguridad jurídica, como la regularidad o conformidad a Derecho y la
previsibilidad de la actuación de la autoridad pública, en la interpretación y aplicación del Derecho,
excluyendo la posibilidad de modificación arbitraria de situaciones jurídicas prexistentes. Lo contrario
ocasiona inseguridad jurídica con el efecto de la vulneración de derechos, y sus perjuicios en lo
personal, familiar y social, que ello acarrea. La garantía jurisdiccional accionada, lleva a verificar que
se cumpla de manera fiel la Constitución, respetando y haciendo respetar los derechos que consagra, a
través del Juez constitucional; y, se de una irradiación normativa, de la aplicación de las normas infra
constitucionales, aplicándolas en el caso concreto para lograr de este modo el anhelo de Justicia de las
partes.­ La Corte Constitucional del Ecuador, en la sentencia Nº 023­13­SEPCC, caso Nº 1795­11­
EP., dice: “De esta forma, a través de este derecho, se garantiza a las personas el conocimiento previo
de las normas que conforman el ordenamiento jurídico. Como segundo punto, esta Corte ha
determinado que “El derecho a la seguridad jurídica es el pilar sobre el cual se asienta la confianza
ciudadana en cuanto a las actuaciones de los distintos poderes públicos; en virtud de aquello, los actos
emanados de dichas autoridades públicas deben observar las normas que componen el ordenamiento
jurídico vigente, debiendo además sujetarse a las atribuciones que le compete a cada órgano”. La
seguridad jurídica, se establece como parte del debido proceso, es así que la jurisprudencia
establecida por la Corte Interamericana de Derechos Humanos, ha expresado ya que, la aplicación de
las garantías del Debido Proceso no sólo son exigibles a nivel de las diferentes instancias que integran
el Poder Judicial, sino que deben ser respetadas por todo órgano que ejerza funciones de carácter
materialmente jurisdiccional. El debido proceso, a más de los parámetros constitucionales, se
encuentra inmerso en preceptos legales, no es el riguroso seguimiento de reglas de orden legal, sino el
manejo de reglas procesales para tomar decisiones que puedan justificarse jurídicamente, es decir, hay
que ver el debido proceso desde el ámbito constitucional y no desde el simplemente legal. Por tanto, la
seguridad jurídica es la garantía dada al individuo, por el Estado, por consiguiente, los ecuatorianos
tenemos deberes y obligaciones, que se encuentran constituidos en un marco jurídico, que regulan las
actividades que realizamos diariamente, este marco jurídico al que nos referimos lo conforman la
Constitución, los tratados y convenios internacionales; las leyes orgánicas; las leyes ordinarias; las
normas regionales y las ordenanzas distritales; los decretos y reglamentos; las ordenanzas; los
acuerdos, las resoluciones y directrices de los poderes públicos; esto en definitiva, es lo que debemos
respetar para una convivencia armónica y una cultura de paz, es decir, el respeto a las normas jurídicas
mencionadas, y que se han dado con anterioridad en forma previa, clara y determinada. El
rompimiento de cualquiera de estas normas en forma arbitraria, genera la inseguridad jurídica y por
ende una violación constitucional.­ EL DERECHO AL TRABAJO.­ El art. 33 de la Constitución de la
República del Ecuador señala: “El trabajo es un derecho y un deber social, y un derecho económico,
fuente de realización personal y base de la economía. El Estado garantizará a las personas trabajadoras
el pleno respeto a su dignidad, una vida decorosa, remuneraciones y retribuciones justas y el
desempeño de un trabajo saludable y libremente escogido y aceptado”.­ El art. 229 ibídem señala:
“Serán servidoras y servidores públicos todas las personas que en cualquier forma o a cualquier título
trabajen, presten servicios o ejerzan un cargo, función o dignidad del sector público. Los derechos de
las servidoras y servidores públicos son irrenunciables. La ley definirá el organismo rector en materia
de recursos humanos y remuneraciones para todo el sector público y regulará el ingreso, ascenso,
promoción, incentivos, régimen disciplinario, estabilidad, sistema de remuneración y cesación de
funciones de sus servidores. Las obreras y obreros del sector público estarán sujetos al Código del
Trabajo. La remuneración de las servidoras y servidores públicos será justa y equitativa, con relación
a sus funciones, y valorará la profesionalización, capacitación, responsabilidad y experiencia”.­ La
Declaración Americana De Los Derechos y Deberes Del Hombre aprobada en la Novena Conferencia
Internacional Americana Bogotá, Colombia, 1948 en su Artículo 14 señala: “Derecho al trabajo y a
una justa retribución.­ Toda persona que trabaja tiene derecho de recibir una remuneración que, en
relación con su capacidad y destreza le asegure un nivel de vida conveniente para sí misma y su
familia”.­ Por lo tanto, el derecho al trabajo entendido como un deber social y derecho económico está
especificado como un derecho ligado a la garantía de respeto a la dignidad, una vida laboral con
decoro y saludable. Una de las obligaciones principales del Estado, es el de establecer un sistema
conformado por varios mecanismos jurídicos y una adecuada institucionalidad que tienda por el pleno
ejercicio del derecho al trabajo frente a posibles vulneraciones.­ LA MOTIVACION.­ En virtud de lo
previsto en el artículo 76 numeral 7 literal l) de la Constitución de la República, la Corte
Constitucional como el máximo órgano de control e interpretación constitucional y de administración
de justicia en esta materia, mediante su jurisprudencia, ha determinado qué, para que exista
motivación en una decisión; que puede ser aplicable ya sea en el ámbito administrativo o judicial; por
cuanto, el articulado se refiere a las resoluciones de los poderes públicos; deben concurrir tres
requisitos elementales, como son razonabilidad, lógica y comprensibilidad. Criterio que se encuentra
recogido en la sentencia No. 227­12­SEP­CC, caso No. 1212­11­EP; en la que se establece: “Para que
determinada resolución se halle correctamente motivada es necesario que la autoridad que tome la
decisión exponga las razones que el Derecho le ofrece para adoptarla. Dicha exposición debe
hacérsela de manera razonable, lógica y comprensible, así como demostrar, cómo los enunciados
normativos se adecuan a los deseos de solucionar los conflictos presentados. Una decisión razonable
es aquella fundada en los principios constitucionales. La decisión lógica, por su lado, implica
coherencia entre las premisas y la conclusión, así como entre ésta y la decisión. Una decisión
comprensible, por último debe gozar de claridad en el lenguaje, con miras a su fiscalización por parte
del gran auditorio social, más allá de las partes en conflicto”.­ Finalmente, conviene hacer el análisis
de OTROS MECANISMOS DE DEFENSA ADECUADOS Y EFICACES.­ Es claro que la acción de
protección tiene lugar siempre y cuando el juez, luego de un estudio profundo del caso en concreto,
evidencie la vulneración de derechos constitucionales, por consiguiente se descartan de su ámbito de
protección, aquellos asuntos que no guarden relación con la esfera constitucional y que tienen cabida
dentro de la jurisdicción ordinaria a través de los mecanismos previstos por la ley. La Corte
Constitucional del Ecuador ha señalado en reiterada jurisprudencia que no todas las vulneraciones al
ordenamiento jurídico necesariamente tienen cabida para el debate en la esfera constitucional, así en la
sentencia No. 249­15­SEP­CC, dentro del caso No. 1373­11­EP claramente determinó: “La acción de
protección no constituye un mecanismo de superposición o reemplazo de las instancias judiciales
ordinarias, pues ello ocasionaría el desconocimiento de la estructura jurisdiccional estatal establecida
por la Constitución (…) Tanto la doctrina como la jurisprudencia en materia de derecho constitucional
sostienen que la acción de protección no es un medio que pueda sustituir las acciones judiciales
ordinarias, pues ello conllevaría a la superposición de la justicia constitucional sobre la justicia
ordinaria, así como al desconocimiento y a la desarticulación de la estructura jurisdiccional del
Estado. Por lo que, la acción de protección no procede cuando el titular del derecho vulnerado cuenta
con la posibilidad real de acceder una tutela judicial efectiva, imparcial y expedita en la vía ordinaria”.
En el ámbito doctrinario se ha señalado: “(…) La acción de protección no fue incluida en el
ordenamiento jurídico con el fin de absorber la justicia ordinaria, sino para garantizar el amparo
directo y eficaz de los derechos constitucionales. De modo que no es válido que se pretenda extender
una garantía jurisdiccional a otros ámbitos que se encuentran bien regulados por el ordenamiento
jurídico ecuatoriano y que tienen también su razón de ser”. Entonces, la justicia constitucional es
competente para conocer la garantía jurisdiccional de acción de protección ante la efectiva vulneración
de un derecho constitucional y no asuntos de mera legalidad. Para determinar esta competencia, es
menester señalar primeramente que es criterio de los Tribunales de alzada que la acción de protección
dentro del actual paradigma constitucional, se encuentra diseñada para dar solución a situaciones
fácticas creadas por actos u omisiones que implican transgresión de un derecho fundamental
constitucional, respecto del cual el sistema jurídico no tiene previsto otro mecanismo susceptible de
ser invocado ante los jueces, a fin de lograr la protección y la reparación del derecho. Al respecto
existen varias sentencias dictadas por la Corte Constitucional del Ecuador que tienen igual
señalamiento como la No. 081­14­SEP­CC CASO 1031­11EP; la No. 161­17­SEP­CC CASO 1012­
12EP se refiere a la sentencia No. 16­13­SEP­CC expedida en el caso No. 1000­12­EP.­ Por
consiguiente, los derechos constitucionales y legales solo pueden ser adecuadamente ejercidos y
defendidos en el marco del debido proceso. En consecuencia, para que un proceso judicial sea
constitucionalmente válido, el juez y las partes procesales deben conducirlo en el marco de la
competencia y realizando un profundo análisis acerca de la real existencia de la vulneración de
derechos constitucionales en sentencia sobre la real ocurrencia de los hechos del caso concreto.­
SEPTIMO.­ ANALISIS.­ La Corte Constitucional en su sentencia No. 102­103­SEP­CC, estableció
con efecto erga omnes la interpretación conforme y condicionada de los artículos 40 y 42 de la Ley
Orgánica de Garantías Jurisdiccionales y Control Constitucional, en el siguiente sentido: “… En tanto
que las causales de improcedencia de la acción de protección contenidas en los numerales 1, 2, 3, 4 y
5 del artículo 42 de la Ley Orgánica de Garantías Jurisdiccionales y Control Constitucional, deberán
ser declaradas mediante sentencia motivada…”; “Los requisitos establecidos en el artículo 40 de la
Ley Orgánica de Garantías Jurisdiccionales y Control Constitucional, constituyen cuestiones que
implican un análisis de fondo del asunto controvertido en la acción de protección, por lo tanto podrán
ser invocados por el juzgador únicamente a través de sentencia motivada, en los términos exigidos por
la Constitución y la Ley Orgánica de Garantías Jurisdiccionales y Control Constitucional”.­ En el caso
sub examine luego de un análisis de fondo, respecto a la posible vulneración de derechos
constitucionales, se observa que la pretensión del accionante se adecúa a los presupuestos establecidos
en el artículo 40 de la Ley Orgánica de Garantías Jurisdiccionales y Control Constitucional, que
indica, que para que proceda esta acción deben concurrir los siguientes requisitos: 1. Violación de un
derecho constitucional; 2. Acción u omisión de autoridad pública o de un particular de conformidad
con el artículo siguiente; y 3. Inexistencia de otro mecanismo de defensa judicial adecuado y eficaz
para proteger el derecho violado; toda vez que se ha vulnerado sus derechos constitucionales.­ De la
revisión integral del expediente constitucional, así como de las alegaciones y pruebas aportadas por
las partes procesales en la audiencia oral y pública de garantías jurisdiccionales, esta Unidad Judicial
llega a determinar, que SI ha existido vulneración de los derechos constitucionales alegados por la
accionante, por la siguientes razones: (i) De los medios de prueba aportados por las partes en la
audiencia y que obran del proceso constitucional, se puede determinar que la ciudadana RIOS DIAZ
MARIA FERNANDA, venía desempeñándose como servidora pública 3, Analista de Movilidad
Distrital, del distrito MIES Calvas­Gonzanamá Quilanga, desde el 1 de noviembre del año 2014, hasta
el 31 de octubre del año 2016; y, del 1 de enero del 2018 hasta el 19 de mayo de 2020 (fecha en que
fue cesada mediante memorandum Nro. MIES­CZ­7­2020­2090­M; es este último documento el que
motiva la presente acción de protección, y contiene la notificación con la cesación en funciones y por
lo tanto concluido el Contrato de Servicios Ocasionales que ostentaba la servidor público mencionada.
Es decir se la ha cesado sin que exista ganador de concurso alguno que pase a ocupar la vacante al
cargo de la cual se le otorgó el contrato ocasional. Entonces, la actuación de la institución al emitir la
citada acción de personal, indudablemente afectó la estabilidad laboral de la actora, con la vulneración
a su derecho a la seguridad jurídica establecido en el Art. 82 de la Norma Normarum, en concordancia
con el Art. 76.1 ibídem, que contiene la garantía básica del derecho al debido proceso, donde toda
autoridad debe garantizar el cumplimiento de las normas y el derecho de las partes, y como condición
sine qua non está la obligación de la autoridad pública, de hacer efectivo el goce y ejercicio de los
derechos reconocidos en la Constitución en virtud del Art. 226 ibídem; así pues, entre otros derechos,
se afecta el contemplado en el Art. 33 de la Constitución, así como el de libertad con base al Art. 66.2
ibídem, del derecho a tener una vida digna, donde se le asegure la salud, la alimentación, el trabajo, el
empleo, y la seguridad social entre otros servicios necesarios. Como contrapartida, la entidad
accionada sostiene que, como la institución se rige por procedimientos y normas previstos en la Ley
Orgánica del Servicio Público (Art. 58), por lo que le es, facultativo declarar la terminación de forma
unilateral de los “contratos ocasionales” en base a la Ley Orgánica citada y su respectivo reglamento,
Art. 146 lit. f de su Reglamento General, sin observar la reforma. (ii) Que este comportamiento
institucional, pone en evidencia la vulneración de los derechos constituciones desarrollados
anteriormente y que nos obliga a una inmediata reivindicación, principalmente el derecho a la
Seguridad Jurídica. Si bien es cierto el Art. 58 de la LOSEP, en primer término, señala “que quienes
estén sujetos a la modalidad de los contratos ocasionales NO ingresarán a la carrera del servicio
público, mientras dure su contrato…”; pero nada impedirá a una persona con un contrato ocasional
presentarse a un concurso público de méritos y oposición mientras dure su contrato, ese derecho ha
sido vulnerado a la ciudadana RIOS DIAZ MARIA FERNANDA, ya que se la extraña de la
institución y ni siquiera se ha llamado al concurso de merecimientos; además, la partida
presupuestaria se mantiene habilitada, no se ha presentado trámite alguno de supresión de partida, por
lo tanto se establece que la Institución considera un servicio permanente el cargo, de ahí que es
importante analizar el artículo 60 de la LOSEP, que habla sobre la supresión de puestos.­ (Reformado
por la Sen. 072­17­SEP­CC,R.O.E.C. 5,19­IV­2017); el proceso de supresión de puestos procederá de
acuerdo a razones técnicas, funcionales y económicas de los organismos y dependencias estatales. Se
realizará con la intervención de los Ministerios de Relaciones Laborales, de Finanzas; y, la institución
o entidad objeto de la supresión de puestos, para las entidades del Gobierno Central. Este proceso se
llevará a cabo bajo los principios de racionalización, priorización, optimización y funcionalidad,
respondiendo a instancias de diagnóstico y evaluación. Los dictámenes de los ministerios no rigen
para los Gobiernos Autónomos Descentralizados, sus entidades y regímenes especiales, universidades
y escuelas politécnicas públicas; y, las sometidas al ámbito de la Ley Orgánica de
Empresas Públicas. En caso de puestos vacantes que deben ser suprimidos por las razones
señaladas podrá prescindirse del dictamen del Ministerio de Finanzas. La supresión de puesto implica
la eliminación de la partida respectiva y la prohibición de crearla nuevamente durante dos años, salvo
casos debidamente justificados mediante el respectivo informe técnico de la unidad de
administración de talento humano. La entidad que suprima partidas, no podrá celebrar contratos
ocasionales en el ejercicio fiscal en curso, en puestos de la misma denominación, lo que guarda
relación con lo que señalan los artículos 155, 156, 157, 158, 159 y 160, del Reglamento a la Ley
antes invocada, que se refieren a la Supresión de puestos, informe de la UATH para supresión de
puestos y dictamen del Ministerio de Relaciones Laborales, resolución y orden de pago de
indemnización, en su orden. De la prueba presentada por el MIES, se establece que no se ha eliminado
la partida respectiva y que tampoco existe la prohibición de crearla nuevamente, ni se ha realizado un
dictamen previo de la Unidad Administrativa de Talento Humano. Consta el Informe Técnico Nro.
001­2020, suscrito por el Coordinador Zonal 7, en el que hace constar el Acuerdo Ministerial No.
MDT­2019­375, dictado por el Ministerio del Trabajo, en cuanto a las Directrices para la
Optimización de Gastos de Personal en la Modalidad de Contratos de Servicios Ocasionales, y no
señala lo que dicho instrumento legal dice en su Art. 3, literal b) “Prórroga de los contratos de
servicios ocasionales.­ Entiéndase la prórroga de los contratos de servicios ocasionales, cuando la
necesidad se volvió permanente, superado los doce meses previo al cumplimiento de los requisitos
legales determinados en los incisos doce, trece y catorce del artículo 58 de la Ley Orgánica de
Servicio Público, de conformidad con las directrices emitidas en este Acuerdo..”; y, el Art. 8 de dicho
Acuerdo manifiesta: “De la prórroga de los contratos de servicios ocasionales .­ La UATH
Institucional podrá prorrogar sus contratos de servicios ocasionales con el mismo servidor u otro para
suplir la necesidad, siempre y cuando cuente con la certificación presupuestaria, aprobación de la
creación del puesto en la Planificación de Talento Humano; una vez que la necesidad superó los doce
meses y posteriormente solicitó la creación del puesto conforme el artículo 58 de la LOSEP..” (iii)
La LOSEP señala que este tipo de contratos, por su naturaleza, de ninguna manera representará
estabilidad laboral en el mismo, ni derecho adquirido para la emisión de un nombramiento
permanente, pudiendo darse por terminado en cualquier momento por alguna de las causales
establecidas en la presente ley y su reglamento. Sin embargo, no debemos olvidar que la reforma dada
al artículo 58 de la Ley mencionada tantas veces, estaba orientada a detener la desnaturalización de
este tipo de contratos; y toda vez que establece que cuando la necesidad institucional pasa a ser
permanente, la Unidad Administrativa de Talento Humano planificará la creación del puesto el cual
será ocupado agotando el concurso de méritos y oposición; y, que se considerará que las necesidades
institucionales pasan a ser permanentes cuando luego de un año de contratación ocasional se mantenga
a la misma persona o se contrate a otra, bajo esta modalidad, para suplir la misma necesidad, en la
respectiva institución pública; así como que la Unidad Administrativa de Talento Humano bajo
sanción en caso de incumplimiento tendrá la obligación de iniciar el concurso de méritos y oposición
correspondiente, tiempo en el cual se entenderá prorrogado el contrato ocasional hasta la finalización
del concurso y la designación de la persona ganadora. (iv) Antes de la reforma del Art. 58 de la
LOSEP, la Corte Constitucional, había señalado: “[La suscripción de contratos ocasionales sucesivos
e ininterrumpidos más allá de lo dispuesto en la normativa legal pertinente, equivale a la
desnaturalización del contrato de trabajo de modalidad ocasional en el servicio público, cuyo objeto es
cubrir una emergente necesidad institucional, precautelando de esta manera el servicio de la
administración pública que debe ejecutarse con eficacia y eficiencia. Así, la dilación de la necesidad
institucional por sobre el tiempo que establece la ley para la duración de los contratos ocasionales y
para su renovación evidencia la necesidad estable de trabajo realizado y la consecuente
responsabilidad de la institución pública de convocar a un concurso de méritos y oposición para
seleccionar a la persona que cubra el cargo que requiere. No obstante, esta Corte Constitucional ha
sido enfática en establecer varios de sus pronunciamientos, que: …hay que precisar que la emisión de
sucesivos contratos de servicios ocasionales no otorga derecho a la estabilidad en el sector público, ni
crea un derecho en favor de una persona para ser merecedor de un nombramiento definitivo sin que
previamente haya resultado como ganador dentro de un concurso de oposición y merecimientos.
(Corte Constitucional del Ecuador, sentencia No. 211­16­SEP­CC caso No. 0777­10­EP; sentencia
No. 116­16­SEP­CC­Caso No.0555­12­EP) Por lo expuesto resulta claro que en el caso concreto, la
entidad demandada, a través de la desnaturalización de la temporalidad del contrato de servicios
ocasionales mediante la suscripción de varios contratos ocasionales de forma sucesiva e
ininterrumpida, no constató la existencia de una necesidad institucional transitoria, a contrario sensu
se evidenció una relación laboral constante, generando como consecuencia una expectativa laboral
continua de la beneficiaria]” (Caso No. 0238­13­EP). En el presente caso, este juzgador estima que
considerando la naturaleza de la prestación del servicio; que la accionante laboró desde el el 1 de
noviembre del año 2014, hasta el 31 de octubre del año 2016, y del 1 de enero del 2018 hasta el 19 de
mayo de 2020 fecha en que fue separada unilateralmente, solo en la última contratación supera más de
dos años de labor contínua), reuniendo los elementos necesarios para en primer término considerar
que la necesidad del puesto ocupado por la accionante es permanente, pues se trata de un puesto
administrativo que ha sido llenado mediante el uso de varios contratos ocasionales por más de un año
y así ha quedado demostrado en esta audiencia; en segundo lugar, una vez cumplido este presupuesto,
se puede concluir que nace la obligación de parte del MIES­Zona 7, de llamar a concurso para llenar
el cargo, tiempo en el cual, de conformidad a la LOSEP la accionante tiene, para utilizar en términos
de la jurisprudencia constitucional recientemente citada, una “expectativa laboral”, o en términos de la
doctrina jurisprudencial comparada, la “confianza legítima” sobre que deberá considerarse prorrogado
el contrato ocasional hasta que se termine el concurso, por lo que se puede afirmar que la ley, en este
caso la LOSEP ha generado una fase de transición en la que, una vez que se cumplen los requisitos
para considerar el puesto como permanente, se deberá considerar prorrogado su contrato hasta que se
forme el concurso, y que esa expectativa exige una mayor carga motivacional si se trata de dar por
terminado su relación entre el funcionario/a y la Institución accionada caso contrario se afecta el
derecho a la motivación que guarda relación al debido proceso y a la seguridad jurídica. De ahí que
este juzgador considera que a la accionante también se le afectó el derecho a la seguridad jurídica
contemplado en el Art. 82 de la Constitución, cuando a pesar de lo señalado en la norma reformada
invocada, sin justificación o motivación alguna, y sin otorgarle el derecho a ser oída, se le terminó su
contrato de trabajo. No se ha demostrado que por parte de la accionante se ha quebrantado los
principios de eficacia y eficiencia, por el contrario conforme obra a fs. 18 consta un resultado de
evaluación individual, cuya evaluación cuantitativa y cualitativa es excelente, por tanto por este
concepto no podría afectarse los derechos constitucionales de la accionante. Tampoco se ha probado
documentadamente por parte de la accionada sobre el procedimiento para la supresión del puesto. En
consideración de lo precedentemente analizado, este Juez de la Unidad Judicial Multicompetente de
Calvas, en funciones de Juez Constitucional, determina que existe motivación legal errada en el
Memorando Nro. MIES­CZ­7­2020­2090­M., suscrito por el Mgs. José Vicente Ordóñez Yaguache,
Coordinador Zonal 7. Nuestro ordenamiento legal nos dice que todo acto de la administración pública
debe ser motivado, si bien es cierto en este caso se trata de un memorando, este debe explicar la
racionalidad técnica de la terminación de la relación entre la accionante y el MIES. Se indica de forma
errada la terminación contractual desobedeciendo lo que señala el artículo 58 reformado de la Ley
Orgánica del Servicio Público. En esta audiencia no ha podido demostrar que el cargo que venía
ocupando la señora María Fernanda Ríos Díaz, ha sido llenado por concurso de merecimientos
conforme a lo que dispone la Ley. Por lo tanto no existe razón que lo sustente y la conveniencia para
el interés público, y al no existir esos requisitos se evidencia la ausencia total de motivación. También
es importante referirme a lo alegado por la parte accionada y la Procuraduría de que existe otra vía
para reclamar la pretensión del accionante; señalaban que existe una vía ordinaria para que el
accionante acuda hacer valer sus derechos; este Juez Multicompetente de Calvas en funciones de Juez
Constitucional, considera que no es la más idónea porque la falta de motivación del acto
administrativo con el que se da por terminada su relación laboral, afecta otros derechos que tiene
relación con la dignidad de la persona, mismos que tienen protección de rango constitucional, tales
como el derecho al trabajo, la seguridad jurídica, la motivación, el derecho a recibir una
remuneración; razones suficientes para no poder exigir que acuda a la justicia ordinaria porque eso
significa prolongar la afectación a los referidos derechos por mucho tiempo más, y en la práctica
prolongar la falta de su estipendio así como poner en peligro sus expectativas legítimas. Esto afecta la
dimensión constitucional de sus derechos, y el proyecto de vida de la accionante, y no puede depender
de la buena o mala voluntad de la autoridad de turno que a modo de magnificencia tiene el poder de
decidir su situación sin someterse a Derecho, lo que tiene que ver con la dignidad humana. De manera
que, la autoridad pública, es la primera convocada constitucionalmente a garantizar el cumplimiento
de las normas y derechos que le asisten al accionante en esta causa, evitando vulnerar de forma
arbitraria, el goce y ejercicio de sus derechos plenamente reconocidos en la Constitución a su favor,
esto es: el derecho al trabajo; el derecho a un debido proceso, cuando hay incumplimiento del deber a
las obligaciones de su cargo; la libertad al derecho de tener una vida digna; y, más que nada, el
derecho a la seguridad jurídica, cuyo fundamento es el respeto a la Constitución.­ (v) En la presente
acción constitucional, obra dentro del proceso a fs. 5 a 17, varios contratos de servicios ocasionales, a
favor de la legitimada activa de esta acción de protección, en los que se demuestra que su relación de
dependencia con el MIES nace el 1 de noviembre del año 2014, hasta el 31 de octubre del año 2016, y
del 1 de enero del 2018 hasta el 19 de mayo de 2020, para que ocupe el puesto de servidor público 3,
en ambos casos. (vi) De lo anteriormente analizado, tenemos entonces que los contratos ocasionales se
encuentran debidamente regulados tanto en lo que refiere a su expedición, derechos, obligaciones y
terminación, correspondiendo a las autoridades administrativas cumplir con la normativa aplicable,
pues, el cumplimiento de la ley es obligatorio para todos y más aún para las autoridades y funcionarios
públicos, quienes solamente pueden hacer aquello que la ley expresamente determina (Art. 58
reformado de la LOSEP).­ (vii) Por lo tanto, y sin mayor esfuerzo mental, es de colegir que la
autoridad administrativa, al extenderle a la señora Ríos Díaz María Fernanda, un contrato ocasional,
acogió expresamente la excepción que la vigencia para este tipo de contratos, está ligada a que exista
un ganador de un concurso de méritos y oposición, lo que tiene su razón de ser, puesto que ocupar la
partida definitiva de un puesto vacante, se requiere como presupuesto, que la administración haya
convocado a concurso, previa una planificación, y si lo hicieron o no, o se declaró desierta la
convocatoria, no es transcendental para quienes son beneficiarios de dichos contratos que gozan de la
presunción de legalidad. (viii) En el caso en análisis, lejos de observar este hecho, se tiene que a la
accionante le notifican con el Memorando Nro. MIESS­CZ­7­2020­2090­M., terminando su contrato
ocasional y cesándola en sus funciones. Documento que carece de la motivación que exige la
Constitución de todo acto administrativo (Art.76 numeral 7 literal l), pues, no se determina la causa o
motivo por el cual cesan a la accionante, simplemente, dieron por terminado el nombramiento en
forma unilateral, haciendo caso omiso de la disposición de Ley, contratos que si bien no generan la
estabilidad propia de un servidor de carrera, su terminación no está al arbitrio de la administración,
sino que está sujeta al derecho a la seguridad jurídica que se fundamenta en el respeto a la
Constitución y la Ley, que contiene para el caso en cuestión norma jurídica previa clara, pública y que
debe ser aplicada sin arbitrariedad por la autoridad competente. En otras palabras, subsiste un tiempo
de permanencia que depende de los actos de la propia administración, que debe ser respetado, lo que
no ha sucedido. De todo lo manifestado, está claro para este Juzgador que existe vulneración del
derecho a la seguridad jurídica que incluye el derecho al debido proceso, en virtud del cual, las
autoridades administrativas deben garantizar a los servidores y ciudadanos el cumplimiento irrestricto
de las normas jurídicas y el respeto a sus derechos, tornando procedente la acción de protección, pues,
se cumplen los tres presupuestos establecidos en el Art 40 de la Ley Orgánica de Garantías
Jurisdiccionales y Control Constitucional, esto es, “ 1. Violación de un derecho constitucional; 2.
Acción u omisión de autoridad pública o de un particular de conformidad con el artículo siguiente; y,
3. Inexistencia de otro mecanismo de defensa judicial adecuado y eficaz para proteger el derecho
violado.­ (ix) Finalmente, conviene manifestar que es obligación de las autoridades públicas respetar
el derecho al trabajo, mismo que se evidencia en la presente acción de protección, pues es un derecho
de donde emana como fuente la realización personal y familiar del accionante, con respeto a su
dignidad, un trabajo en óptimas condiciones como base del buen vivir del servidor público, y que por
su situación de mantener una relación de servicio vía “contrato ocasional” no debe ser obstáculo para
ubicarlo en una posición de indefensión, respecto a su derecho a laborar. En ese sentido, para
garantizar el pleno ejercicio de los derechos constitucionales de las personas con “contrato ocasional”
y que gozan de una “estabilidad relativa” las entidades públicas están facultadas para dar por
terminada la relación laboral por incumplimiento en los deberes que se les ha confiado, debiendo
hacérselo no de manera unilateral, sino con base a las razones previamente establecidas en la Ley y el
reglamento, justificando que se le ha dado el derecho a la defensa al servidor público, a través del
correspondiente trámite administrativo de ser el caso. Si no hay causal justa de por medio, las
personas con contrato ocasional, no pueden estar en constante inestabilidad y a merced del humor de
la autoridad pública, quien con su sola decisión e informes unilaterales, se constituya en razón
suficiente para terminar el contrato de servicios ocasionales.­ OCTAVO.­ DECISION: La Corte
Constitucional, ha manifestado que “…El conocimiento del derecho y su aplicación por parte de los
jueces debe garantizar la observancia de las disposiciones legales y constitucionales a fin de asegurar
la tranquilidad y certidumbre que coadyuven al uso y goce eficáz de sus derechos, que no sean
obstaculizados por imprevisiones, discrecionalidades y arbitrariedades de las autoridades (…).
Respecto, por ejemplo, al derecho a la igualdad, no sería justo que casos iguales sean resueltos de
manera distinta por un operador jurídico, poniéndose en riesgo la propia actividad judicial, debido a
que tal proceder conduciaría al irrespeto de criterios reiterados; por o que, para evitarlo, se le impone
al operador de justicia una racionalidad y universalidad a considerar, previo a decidir el problema que
le es planteado de una manera, como los que estarían dispuestos a aceptar en otro caso diferente, pero
que presente caracteres análogos”. En consecuencia, el memorando Nro. MIES­CZ­7­2020­2090­M
de 19 de mayo de 2020, que dio por terminado el contrato ocasional que ostentaba la ciudadana Ríos
Díaz Maria Fernanda que la cesó en sus funciones de servidora pública 3, Analista de Movilidad
Social Distrital, vulneró los derechos constitucionales alegados por la accionante como son la
seguridad jurídica, el derecho al trabajo y la motivación conforme ha quedado determinado en este
fallo; por lo que conforme lo dispone el Art. 40 de la Ley Orgánica de Garantías Jurisdiccionales y
Control Constitucional y de conformidad a lo establecido en el artículo 16 del mismo cuerpo de ley,
en concordancia con lo que establece el art. 86 de la Constitución de la República del Ecuador; se han
apreciado las pruebas y alegaciones de acuerdo a las reglas de la sana crítica, aportados por principio
dispositivo en la audiencia pública, en tal virtud y por las consideraciones expuestas por el suscrito, en
uso de las atribuciones conferidas por la normativa constitucional y legal vigente,
ADMINISTRANDO JUSTICIA EN NOMBRE DEL PUEBLO SOBERANO DEL ECUADOR
Y POR AUTORIDAD DE LA CONSTITUCIÓN Y DE LAS LEYES DE LA REPEPUBLICA,
se acepta la acción de protección presentada por la ciudadana RIOS DIAZ MARIA FERNANDA en
contra del Ministerio de Inclusión Económica y Social ­ MIES Zona 7; en consecuencia: [1] Se
declara la vulneración al derecho a la seguridad jurídica, al trabajo y a la motivación. [2] Como
medida de reparación, se dispone: DEJAR SIN EFECTO EL MEMORANDUM NRO. MIES­CZ­7­
2020­2090­M de terminación y cesación de funciones de la accionante; [3] Restituir a la accionante
RIOS DIAZ MARIA FERNANDA a su puesto de trabajo en las condiciones estipuladas en el
Contrato de Sevicios Ocasionales, y con la remuneración que venía percibiendo; [4] Como garantía de
no repetición, el MIES Zona 7, debe capacitar al personal del Departamento de Talento Humano,
respecto de las modalidades de vinculación de personal y las formas de conclusión de las mismas en el
contexto de los derechos garantizados en la Constitución.­ [5] Como reparación económica se dispone
que Coordinación Zonal 7 del MIES, pague a la accionante: Las remuneraciones dejadas de percibir
desde su salida, hasta la fecha en que se reintegre a sus funciones, más todos los beneficios de ley,
conforme a las estipulaciones contractuales habida entre las partes. Para la reparación económica, y la
determinación del monto, se procederá en la forma establecida en el Art. 19 de la Ley Orgánica de
Garantías Jurisdiccionales y Control Constitucional, en armonía con lo determinado por la Corte
Constitucional del Ecuador en las sentencias No. 004­13 SAN­CC y 011­16­SIS­CC, para lo cual se
dispone remitir copias certificadas del expediente y esta sentencia a los señores Jueces de lo
Contencioso Administrativo en Loja. Del cumplimiento de esta sentencia, la institución accionada
deberá informar al Juez en forma oportuna.­ En estricta aplicación de lo establecido en el Art. 86
numeral 5 de la Constitución de la República y Art. 25 numeral 1 de la Ley Orgánica de Garantías
Jurisdiccionales y Control Constitucional, ejecutoriada la presente sentencia, por secretaria remítase la
misma, a la Corte Constitucional para su conocimiento y eventual selección y revisión.­ Sin costas, ni
honorarios que regular.­ APELACIÓN: Conocida la sentencia, el señor Dr. Juan Carlos Valarezo
González, de la Procuraduría General del Estado, y el Dr. Juan Fernando Villavicencio Cueva,
abogado de la parte accionada, interponen de forma oral en la audiencia pública, el recurso de
apelación, por lo que se ordena remitir el proceso a la Corte Provincial de Justicia de Loja para los
fines legales pertinentes, de acuerdo con el art. 24 de la Ley Orgánica de Garantías Jurisdiccionales y
Control Constitucional.­ HAGASE SABER.
ROMERO AVILA MARCO VINICIO

JUEZ

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