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Conciliación, Mediación y Arbitraje.

BASES CONCEPTUALES EN EL
ANÁLISIS DE CONFLICTOS

Semana 1: Del 22 al 28 de Enero de 2024

1 / 10
Temario

1. BASES CONCEPTUALES EN EL ANÁLISIS DE CONFLICTOS


1. Escuelas y teorías sobre el conflicto
2. Perspectivas de análisis
1. Valores y creencias personales
2. Política e ideológica
3. Mecanismo ofensivo-defensivo
4. Perspectivas adicionales
3. Fases del conflicto
4. Clasificación y espectro de los conflictos desde la perspectiva jurídica
5. Fuentes y problemática asociada a los conflictos en el ámbito mexicano.
1. Aspectos culturales inherentes
2. Influencia del exterior y de los avances tecnológicos
3. Incidencia por materia o rama jurídica
1.6. Mecanismos y formas preventivas de solución de conflictos de acuerdo
con la normatividad federal y local en México

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Objetivos Específicos

El estudiante será capaz de:

1. Identificar las principales


teorías sobre el conflicto, además
de realizar un análisis sobre los
valores y la clasificación de los
conflictos desde una perspectiva
jurídica en la legislación mexicana
vigente.

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Unidad 1: BASES CONCEPTUALES EN
EL ANÁLISIS DE CONFLICTOS
1.1. Escuelas y Teorías sobre el Conflicto

En términos genéricos una teoría del conflicto social será autónoma, lo normal es que
forme parte de una concepción global de la realidad social y de su funcionamiento. De
ahí que se pueda hablar de dos grandes concepciones del conflicto social, las cuales
condicionan la interpretación de los conflictos sociales:

a) Teorías Consensualistas: la organización de cualquier sistema social tiende a la auto


compensación entre los actores y las fuerzas que articulan sus estructura y su
funcionamiento. Los conflictos sociales son pues, situaciones anómalas fruto de una
alteración en el discurso normal de la vida social; de manera que tendrán que ser
explicados en términos espasmódicos.
b) Teorías conflictivas: La sociedad encierra
dentro de si una serie de contradicciones
y objetivos colectivos contrapuestos que
provocan confrontación de intereses. Por
esta razón, el conflicto es inherente a
cualquier dinámica social, es un imperativo
estructural y un motor del cambio social.
Peña, O. (2017).
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Unidad 1: BASES CONCEPTUALES EN
EL ANÁLISIS DE CONFLICTOS
1.1. 1.2. Perspectivas de análisis

MEDIACIÓN: Procedimiento voluntario, mínimamente formal,


confidencial e integrador a través del cual un tercero imparcial y
alter-utral interviene para ayudar a las partes en conflicto a
trabajar cooperativamente, intentando lograr un acuerdo
mutuamente satisfactorio o aceptable.

MEDIADOR: Profesional de los procedimientos de mediación.

NEUTRALIDAD: Proviene del latín <<neu-ter>>,


significa ni con uno ni con otro.

Peña, O. (2017).

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1.2. Perspectivas de análisis

El objeto de la Teoría Social es explicar y transformar las


condiciones sociales contemporáneas mediante el estudio
del comportamiento del ser humano cuando se relaciona,
esto es, analizar las formas internas de organización de los
grupos sociales, su grado de cohesión y las relaciones entre
ellos y con el sistema social general o la estructura social.
Se puede definir más ampliamente como el estudio de los
grupos humanos, la interacción humana, las instituciones
sociales, y como la ciencia que trata de desarrollar una
teoría analítica de los sistemas de la acción social. La
unidad del estudio sociológico no es el individuo aislado,
pues esa es la tarea de la Psicología, tampoco se trata del
análisis filosófico, se trata de analizar a los hechos
empíricos y convertirlos en unidad de análisis. Así, la
Teoría Social estudia la relación de por lo menos 2 o más
personas, y a partir de hechos empíricos puede enriquecer
la comprensión que la humanidad.

Grajales, C.(2009)

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1. Valores y creencias personales
2. Política e ideológica

Los valores operan a escala individual, institucional y de


sociedades enteras. Existe una relación de mutua influencia
entre los valores individuales y las ideologías prevalecientes en
una sociedad determinada. La ideología es el puente que une
lo macro social con lo micro social (el individuo). La ideología
es un término amplio que incluye sistemas de valores
personales, creencias y modos de pensamiento que conducen
a la explicación y al cambio del mundo en donde vivimos. Los
valores se transmiten, se mantienen y se cambian por
intermedio de las ideologías. La ideología, como falsa
consciencia, tiene su mejor expresión en tiempo de paz y
crecimiento económico; mientras que las diferencias
ideológicas encuentran su mayor relevancia para el cambio, en
tiempos de presiones sociales y crisis políticas y económicas.
Tres ideologías contemporáneas (Pragmatismo, Ética y
Hedonismo) presentan características propias y distintivas, con
diferentes concepciones ontológicas, epistemológicas y
axiomáticas.

Caleb, A. (2019)

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1.2.3. Mecanismo ofensivo-defensivo
• ¿Qué son y qué función tienen los mecanismos de defensa?
• Los mecanismos de defensa son las reacciones inconscientes que tenemos en situaciones emocionalmente difíciles
de aceptar y que utiliza nuestro cerebro para intentar mantener nuestro equilibrio psicológico y evitar el
sufrimiento o malestar que nos supondría enfrentar esa realidad.
• Adoptamos estas estrategias defensivas de manera inconsciente en situaciones muy diversas: cuando creemos que
nuestra identidad o sistema de creencias pueden verse dañadas, cuando adaptarnos a una nueva realidad nos
supondría un gran esfuerzo psicológico o cuando, emocionalmente, una situación es demasiado compleja o intensa
para asumirla.
• Existen muchos mecanismos de defensa. Algunos de los principales son:
• La negación
• Se da en situaciones en las que nos cuesta mucho aceptar un hecho o noticia, como el no ser correspondidos por la
persona que amamos o la pérdida de un ser querido. En el primer caso, a pesar de todas las evidencias, seguimos
encontrando indicios de que esta persona nos ama; en el segundo caso, hay momentos en los que no podemos
creer que esta persona ya no esté. Es decir, no sentiremos completa e inmediatamente la emoción de esa pérdida,
sino que iremos transitando poco a poco hacia esa emoción. Generalmente, aunque no siempre, la negación es un
proceso temporal que perdura hasta que vamos aceptando la realidad y contactando con las emociones que nos
provoca esa situación.
• La represión
• La represión es un mecanismo de defensa que actúa para que la persona olvide experiencias traumáticas: para
evitar contactar con pensamientos, recuerdos, impulsos o experiencias que consideramos vergonzosos,
inaceptables o demasiado dolorosos. Nuestro cerebro, al rechazarlos, los vuelve inconscientes. Un ejemplo sería el
caso de una persona que sufrió malos tratos durante su infancia: el recuerdo es tan traumático que queda
reprimido (olvidado a nivel consciente) para no tener que afrontar ese suceso.
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3. Mecanismo ofensivo-defensivo
4. Perspectivas adicionales
• Proyección
• Amenudo,nosesmásfácilidentificarytolerarciertasemocionesenlosdemásqueennosotrosmismos.Cuandoestoocur
re,puededarseelmecanismodedefensadelaproyección:atribuimosnuestraspropiasemociones,pensamientosodes
eosaotraspersonas.Porejemplo,sinonossentimosagustodesarrollandonuestrotrabajo,podemosocultarnosestema
lestarinconscientementeparanotenerqueafrontarlasemocionesnegativasquenoscausaríareconocerloyreaccionar
expresandoquesonnuestroscolegaslosqueestánadisgustoennuestroequipo.
• De defensa, a causa de sentimiento de inferioridad
• Algunaspersonas,cuandosesienteninferioresenalgúnaspectoynopuedenafrontarlo,desarrollanactitudesagresivas
y/o excesivamente competitivas.
• Regresión
• Cuandounapersonaseenfrentaasituacionesestresantesodesafiantes,puederegresaraconductasinfantiles.Porejem
plo:algunosniños,cuandoempiezanelcolegio,vuelvenahacersepipíenlacama.Otros,cuandosedivorciansuspadres,v
uelvenajuegosmásinfantilesoaexpresarsepeordeloquelohacíanantes.Cuandorecuperanlaseguridadquenecesitan
paraafrontarlasituación,abandonanelmecanismodedefensa.
• Desplazamiento
• Haydesplazamientocuandotransferimoscaracterísticas,sentimientosoemocionesdeunobjetoopersonaaotro/a.No
sexplicamos:si,porejemplo,ennuestrarelacióndeparejaencontramoscarenciasdifícilesdeidentificaroabordaryespe
ramosdelotrounaatenciónycuidadosquenorecibimosoquenollegandelamaneraquedesearíamos,esposiblequetras
lademosesteconflictoacualquiersituaciónrutinariadiscutiendoporlastareasdelacasaconunaintensidaddesmedida.
Otroejemploseríacuandonossentimosmalporalgoynosdamoselcaprichodecomprarnosalgoporqueesonoshacesen
tirmejor(aunque sea momentáneamente).
• Guitart,J.(2021).
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1.3 Fases del Conflicto

10
1.4. Clasificación y espectro de los conflictos
desde la perspectiva jurídica

11
5. Fuentes y problemática asociada a los conflictos en el ámbito mexicano
1. Aspectos culturales inherentes
2. Influencia del exterior y de los avances tecnológicos

12
1.5.3. Incidencia por Materia o Rama Jurídica

13
1.6. Mecanismos y formas preventivas de solución de conflictos
de acuerdo con la normatividad federal y local en México

14
Referencias
TIPO TÍTULO AUTOR EDITORIAL AÑO

1 Libro Manual de negociación, mediación y conciliación Bravo Peralta, Martín Virgilio Porrúa 2019 o
vigente

2 Libro Manual de derecho arbitral Bravo Peralta, Martín Virgilio Porrúa 2016 o
vigente

3 Libro Mediación y conciliación extrajudicial Peña Gonzáles, Oscar Flores Editores 2017 o
vigente

4 Libro Manual de Mediación Penal, Civil, Familiar y Justicia Gorjón-Gómez, Francisco; Vera Carrera, Tirant lo Blanch 2018 o
Restaurativa Jessica Marisol; Bravo Garza, Amalia del vigente
Pilar; et al

5 Libro Principios generales del arbitraje Fernández Rozas, José Carlos; Sánchez Tirant lo Blanch 2018 o
Lorenzo, Sixto Alfonso; Stampa, Gonzalo vigente

6 Libro Las soluciones alternas y formas de terminación Meza Fonseca, Emma Wolters Kluwer 2014 o
anticipada en el proceso penal acusatorio vigente

7 Libro Cuestiones prácticas para la aplicación de la Cervelló Donderis, Vicenta; Guardiola Tirant lo Blanch 2016 o
mediación penal García, Javier vigente

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Conciliación, Mediación y Arbitraje.

Medios alternativos de resolución


de conflictos

Semana 2: Del 29 de Enero al 04 de Febrero de 2024


Temario

2. Medios alternativos de resolución de conflictos


1. Definición y objetivos
2. Criterios para su aplicación
3. Métodos adversariales y no adversariales de resolución
1. 1. Negociación
2. 2. Mediación
3. 3. Conciliación
4. Arbitraje
5. 5. Evaluación neutral y ombudsman
6. 6. Procedimiento abreviado
7. 7. Juicio sumario
8. 8. Métodos mixtos o híbridos
4.Comparativo de los medios alternativos de resolución y el proceso
judicial
5.Motivaciones de los jueces para la aceptación de los medios alternativos
de resolución de conflictos
6. Pertinencia y limitantes para el uso de los medios alternativos de
resolución en el contexto mexicano

2
Temario

3. Uso de la negociación en la solución y prevención de


conflictos

1. Definición y objeto
2. Elementos esenciales del proceso de negociación
3. Modelo de R. Blake & J. Mouton
4. Tipos de negociación
1. Distributiva
2. Integrativa
5. Principios
6. Desvinculación de las personas y el problema
7. Enfoque en los intereses
1. Fijación de criterios
2. Generación de alternativas de solución

3
Objetivos Específicos

El alumno identificará los siguientes objetivos:

• Autoridades intervinientes en la Conciliación,


Mediación y Arbitraje, así como los términos
y momentos procesales oportunos en los que
deben de interponerse los Medios
Alternativos de resolución de conflictos.
• De igual manera conocerá los tipos de
negociación para establecer los criterios
aplicables en cada momento procesal.

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2.1. Definición y objetivos
Medios alternativos de resolución de conflictos

• Mediante reforma constitucional de dieciocho de junio de dos mil ocho, en México se


modificó el tercer párrafo del artículo 17 de la Constitución Política para establecer
que “Las leyes preverán mecanismos alternativos de solución de controversias. En la
materia penal regularán su aplicación, asegurarán la reparación del daño y
establecerán los casos en los que se requerirá supervisión judicial”.

• Es necesario precisar la modificación del artículo 18 que establece: Sólo por delito que
merezca pena privativa de libertad habrá lugar a prisión preventiva. Las formas
alternativas de justicia deberán observarse en la aplicación de este sistema, siempre
que resulte procedente…”.

• En ningún caso los mecanismos alternativos de solución de conflictos pueden implicar


eximir de responsabilidad a los responsables de violaciones o incumplimientos de la
normatividad ambiental y tendrán por objeto resarcir daños al ambiente y a los
recursos naturales.

• Cuadra Ramírez, G. 2019


5
2.2. Criterios para su aplicación
PRINCIPIOS DE LA MEDIACIÓN
• Complementariedad: No debe ser un medio excluyente de la jurisdicción sino
una opción extrajudicial, pre-procesal y alternativa.
• Voluntariedad: Las partes son libres para acudir, o no, a la mediación, así
como para desistir de ella en cualquier momento e incluso de tomar sus
propias decisiones durante la mediación.
• Neutralidad e Imparcialidad: Ser ajeno a las partes y a sus intereses, e
intervenir sin tomar partido por ninguna de ellas.
• Confidencialidad: Lo actuado en la mediación quedará reservado para las
partes y el mediador, salvo acuerdo en contrario de éstas para su utilización
posterior (incluso en un proceso judicial).
• La mediación no es un proceso, al igual que no es una terapia, ya que mediar
es interceder, estar en medio de otros, tomar un término medio entre dos
extremos, por ello la mediación es un mecanismo jurídico de solución de
conflictos en el cual un tercero se interpone entre los contendientes
procurando su reconciliación mediante su asistencia en la obtención de un
acuerdo a través de un procedimiento flexible e informal.
• Cuadra Ramírez, G. 2019.
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2.3 Métodos adversariales y no adversariales de
resolución

¿Qué técnicas o métodos existen para la solución de conflictos?


En principio, parece que solucionar conflictos es algo difícil, asi que lo que se
recomienda es lo siguiente:

• IDENTIFICAR EL PROBLEMA: ¿Cuál es el problema?


• BUSCAR SOLUCIONES: ¿Qué posibles soluciones?
• EVALUAR SOLUCIONES: ¿Qué soluciones son las mejores?
• TOMAR DECISIONES: ¿Qué solución elegimos?
• EVALUAR DECISIÓN: ¿Ha funcionado?
La solución al conflicto puede radicar en establecer un punto de inflexión; sin
embargo, con base en mi experiencia, se debe decir que: “mas vale un mal
arreglo, que un buen pleito”.
• Alonso Velasco, I. (2022).

7
2.3.1 Negociación 2.3.4 Arbitraje
2.3.2. Mediación
2.3.3. Conciliación
• El negociador participa como un facilitador en la resolución de la controversia ya que es la
persona que recoge inquietudes, traduce estados de ánimo y ayuda a las partes a
confrontar sus pedidos con la realidad, es decir, el mediador calma los estados de ánimos
exaltados, rebaja los pedidos exagerados, explica posiciones y recibe confidencias
• Al negociador lo eligen las partes o un tercero, por lo que el encargo debe recaer en una
persona con dotes necesarias para hallar soluciones al problema que las partes por
iniciativa propia no están en capacidad de brindar.
• Constituye un sistema intermedio de solución de conflictos entre la conciliación y arbitraje,
una puja adicional que permitirá a las partes inmersas hallar la solución que no ha sido
posible materializarse. Se caracteriza por tratar de alcanzar una aceptación de las partes
por intermedio de la propuesta de un tercero, que solo tiene fuerza de recomendación. El
mediador no impone nada. La presencia y labor del mediador no restringe ni limita la
iniciativa de las partes para lograr por sí misma la solución directa del conflicto. La
mediación no es la panacea para la resolución de conflictos de ahí que sólo constituya un
complemento a la Administración de Justicia en la solución de determinadas controversias
o litigios.

8
2.3.1 Negociación 2.3.4 Arbitraje
2.3.2. Mediación
2.3.3. Conciliación

• La conciliación requiere de la colaboración de un tercero neutral a quien las partes ceden


cierto control sobre el proceso pero sin delegar en él la solución, de ahí que la función del
conciliador es asistir a las partes para que ellas mismas acuerden la solución, guiándolos
para clarificar y delimitar los puntos conflictivos. En consecuencia, la conciliación es un
mecanismo destinado a prevenir y solucionar los conflictos constituido por un conjunto de
actuaciones realizadas por las partes y el conciliador, que no tiene poder de decisión y ante
el cual recurren los primeros en busca de un acuerdo, proponiendo si fuera necesario
formulas conciliatorias que las partes pueden rechazar o aceptar.
• Constituye un acto jurídico a través del cual las partes recurren a un tercero neutral para
que les ayude a resolver una controversia. El conciliador no decide, se limita a señalar el
camino posible de solución de conflictos, pues las partes se avendrán o no a las soluciones
que ellos mismos estimen conveniente. Es un mecanismo alternativo de solución de
conflicto, ya que las partes pueden optar por la conciliación, por el arbitraje o por ir al
Poder Judicial. Se trata de un mecanismo predominantemente oral que en su gran mayoría
no requiere de la presencia de documento o formalidad especifica.

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2.3.1 Negociación 2.3.4 Arbitraje
2.3.2. Mediación
2.3.3. Conciliación

• El arbitraje es un sistema de solución de conflictos en que la voluntad de las


partes, se somete a la voluntad de un tercero. En el fondo del arbitraje existe un
pacto o convenio entre los contendientes en el sentido de que someterán sus
voluntades a la convicción y al pronunciamiento del tercero, con el compromiso
de cumplir con lo que por él se decida.

• Por ello se dice que el arbitraje es el mecanismo que tiene por objeto la
composición del conflicto por una persona u organismo cuyo laudo una vez
dictado tiene que cumplirse obligatoriamente, de ahí que en el arbitraje se suple
el entendimiento directo de las partes y queda reemplazado por el acuerdo
entre ellas, por una decisión del conflicto que proviene de un tercero llamado
arbitro.
• Cuadra Ramírez, G. 2019.

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2.3.5 Evaluación neutral y ombudsman
El Ombudsman es una institución que protege a las personas contra los abusos o actos arbitrarios de la
administración pública, que pueden afectar sus derechos y garantías fundamentales. Esta institución recibe
diversos nombres en cada país. Se le conoce como:
•Procuraduría de los Derechos Humanos
• Comisionado de los Derechos Humanos
• Defensoría del Pueblo
• Defensoría de los Habitantes.
El titular del Ombudsman es la persona responsable de emitir o dar las recomendaciones.
Para ello, debe:
• Buscar la mayor información posible (investigar).
• Enviar comunicados o cartas a otras instituciones que puedan decir más sobre la situación investigada.
• Visitar oficinas y comunidades.
• Inspeccionar lugares públicos sin avisar antes de hacerlo.
• Citar a los funcionarios públicos que no colaboren o presten ayuda con la investigación.
•Consultar a las personas involucradas y los líderes o autoridades comunitarias. Al finalizar la investigación,
una vez comprobados los hechos o actos denunciados, resolverá el caso por medio de un informe, indicando
las razones por las cuales la autoridad pública cometió la falta
Gonzalez Morales, V. (2017).
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2.3.6. Procedimiento abreviado
• El procedimiento abreviado tiene como finalidad dar por terminado
anticipadamente un proceso penal, de conformidad con el artículo 185 del
Código Nacional de Procedimientos Penales.
La conclusión, será que en la sentencia solo se pueden tomar tres decisiones:
• 1. Absolver cuando la acusación resulte jurídicamente inadmisible (no por falta
de pruebas).
• 2. Revocar o dejar sin efectos la admisión cuando se advierta la inexistencia de
alguno de los requisitos de procedencia y admisibilidad.
• 3. Condenar cuando la acusación resulte jurídicamente sustentable y la validez
del acuerdo entre las partes permanezca. La regla general es que al momento
de emitir el fallo, aunque sí se puede absolver, no se puede invocar la
inexistencia de pruebas que generen certeza más allá de toda duda razonable
con relación a la comisión del hecho, porque esto implicaría desconocer la
voluntad de las partes y eliminaría el sentido lógico de la verificación inicial de
procedencia y admisibilidad.
• Cepeda Morado, G. (2017).

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7. Juicio sumario
8. Métodos mixtos o híbridos
• El juicio sumario es un proceso de conocimiento pleno, un verdadero y propio juicio plenario.

A diferencia del ordinario no es común, vale decir, no se aplica ordinariamente a todo tipo
de controversias. Por el contrario, está destinado a sustanciar cuestiones especialmente previstas en
la ley, las que han sido enumeradas taxativamente.
• El procedimiento sumario se justifica no sólo con la existencia de un criterio definido y obligatorio
para este Tribunal, sino además, con el hecho de que tal criterio resuelva la controversia en forma
definitiva. Es una opción eficaz la implantación de una modalidad del juicio de nulidad tradicional a
través del juicio sumario, que tiene como rasgo primordial el de sustanciarse de forma muy
rápida, abreviando plazos o etapas que impliquen el mínimo de actos procesales indispensables y
con ello el empleo del menor tiempo posible en resolver la controversia planteada.
• Consecuentemente, es importante que la Ley permita que el Juzgador que deba resolver el
procedimiento sumario disponga de los medios más eficientes de substanciación así como para la
notificación rápida y eficaz, con el fin de hacer del conocimiento de las partes las resoluciones
emitidas, debiendo optarse por notificaciones por lista o a través de la vía electrónica, con
excepción evidentemente de aquélla que ponga fin al mismo, pues tal notificación deberá
realizarse siempre en forma personal al promovente y por oficio entregado en la Oficialía de
Partes de la autoridad demandada a fin de otorgar plena seguridad jurídica.
• Herrera Martinez, M. (2012).

13
2.4 Comparativo de los medios alternativos de
resolución y el proceso judicial

14
2.5. Motivaciones de los jueces para la aceptación de
los medios alternativos de resolución de conflictos
CAPÍTULO II DE LOS FACILITADORES

Artículo 48. Requisitos para ser Facilitador Los Facilitadores


deberán: I. Poseer grado de Licenciatura afín a las labores que
deberán desarrollar, con cédula profesional con registro federal;
II. Acreditar la certificación que establece esta Ley;
III. Acreditar las evaluaciones de control de confianza que
establecen las disposiciones aplicables para los miembros de
instituciones de procuración de justicia;
IV.No haber sido sentenciados por delito doloso, y
V.Los demás requisitos que establezca esta Ley y otras
disposiciones que resulten aplicables.

• Ley Nacional de Mecanismos Alternativos de Solución de


Controversias en Materia Penal
15
Unidad 3. Uso de la negociación en la
solución y prevención de conflictos

16
Unidad 3. Uso de la negociación en la
solución y prevención de conflictos

17
3.1. Definición y objeto 3.2. Elementos
esenciales del proceso de negociación

18
3.3. Modelo de R. Blake & J. Mouton

El modelo de rejilla gerencial (1964) es un modelo de liderazgo


situacional desarrollada por Robert R. Blake y Jane Mouton. Este modelo
originalmente identificado cinco estilos diferentes de liderazgo basado en la
preocupación por la gente y la preocupación por la producción.

Los 5 tipos de liderazgo que existen, según Blake y Mouton, son:

1. Los indiferentes. A estos se les atribuye un liderazgo empobrecido con baja


preocupación hacia las personas y hacia la producción empresarial. ...
2. Los complacientes. ...
3. Dictatorial. ...
4. Dirección punto medio. ...
5. Equipo de Alto Rendimiento.

19
3.4. Tipos de negociación
x

20
3.4. Tipos de negociación

• Negociación acomodativa.

• Negociación competitiva.

• Negociación colaborativa.

• Negociación distributiva.

• Negociación por compromiso.

• Negociación evitativa.

21
1. Fijación de criterios
2. Generación de alternativas de solución.
• Nos guste o no, la esencia de asumir responsabilidades está en tomar
decisiones y la mayoría de las decisiones que debemos tomar son decisiones
frente a algún grado de incertidumbre. Es decir, que aunque busquemos
información y trabajemos hasta el cansancio analizando las alternativas y sus
posibles resultados, no vamos a saber la consecuencia de nuestras decisiones
hasta que las tomemos.

• Además, no hay nada que garantice que las condiciones en las que se tomó la
decisión sigan siendo las mismas, ya que estamos en un medio que cambia
constantemente; aunque las que se toman sin previo análisis, al azar, están
más expuestas que aquellas que siguen el proceso adecuado. Simón dijo:
“constantemente optaremos por el curso de acción que consideremos lo
“suficientemente bueno” a la luz de las circunstancias dadas en ese
momento”.

• Blander, Richard. (2021).

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Referencias
TIPO TÍTULO AUTOR EDITORIAL AÑO

1 Libro Manual de negociación, mediación y conciliación Bravo Peralta, Martín Virgilio Porrúa 2019 o
vigente

2 Libro Manual de derecho arbitral Bravo Peralta, Martín Virgilio Porrúa 2016 o
vigente

3 Libro Mediación y conciliación extrajudicial Peña Gonzáles, Oscar Flores Editores 2017 o
vigente

4 Libro Manual de Mediación Penal, Civil, Familiar y Justicia Gorjón-Gómez, Francisco; Vera Carrera, Tirant lo Blanch 2018 o
Restaurativa Jessica Marisol; Bravo Garza, Amalia del vigente
Pilar; et al

5 Libro Principios generales del arbitraje Fernández Rozas, José Carlos; Sánchez Tirant lo Blanch 2018 o
Lorenzo, Sixto Alfonso; Stampa, Gonzalo vigente

6 Libro Las soluciones alternas y formas de terminación Meza Fonseca, Emma Wolters Kluwer 2014 o
anticipada en el proceso penal acusatorio vigente

7 Libro Cuestiones prácticas para la aplicación de la Cervelló Donderis, Vicenta; Guardiola Tirant lo Blanch 2016 o
mediación penal García, Javier vigente

23
Conciliación, Mediación y Arbitraje.

Conciliación y mediación como


mecanismos de solución de conflictos

Semana 3: Del 06 al 11 de Febrero de 2024


1 / 10
Temario. Unidad 4
4. Conciliación y mediación como mecanismos de solución de conflictos
1. Diferencias entre conciliación y mediación
2. Tipos de conciliación y mediación
1. Administrativa
2. Fiscal
3. Vecinal o comunitaria
4. Judicial
5. Privada o extrajudicial
3. Perfil y funciones del conciliador y del mediador
4. Modelos conciliatorios
1. Tradicional
2. Transformativo
3. Circular
5. Conciliación y mediación judicial versus extrajudicial
1. Diferencias
2. Principios rectores
3. Ventajas para las partes y el sistema de impartición de justicia
6. Técnicas de comunicación aplicables a los procesos de conciliación y mediación
7. Casos de análisis
1. Ámbito civil
2. Ámbito laboral
3. Ámbito penal
4. Ámbitos adicionales
2
Objetivos Específicos

El alumno identificará los


siguientes objetivos:

1. Analizará los tipos de


conciliación y mediación con
relación al ámbito material que
corresponda, así como los
principios rectores de los modelos
conciliatorios judiciales y
extrajudiciales.

3
Unidad 4: Conciliación y mediación como
mecanismos de solución de conflictos
• 4.1. Diferencias entre conciliación y mediación

4
4.2. Tipos de conciliación y mediación
• Con la aprobación de la reforma constitucional, relativa al sistema de justicia, publicada
el 18 de junio de 2008, se revolucionó no solo el marco jurídico federal, sino que como
cascada los Estados de la República por mandato constitucional comenzaron a
homologar su legislación con la Constitución Federal.
• El cambio si bien necesario, se produjo de acuerdo a los tiempos que la propia reforma
estableció, además atendió a la situación particular de cada Estado, por lo que las
adecuaciones comenzaron una vez fue publicada la reforma. El presente análisis
constituye una reflexión sobre como los Estados fueron homologando su legislación en
el tema de métodos alternos de solución de conflictos, al respecto es justo mencionar
que la reforma al artículo 17 de la Constitución establece:
“Las leyes preverán mecanismos alternativos de solución de controversias. En la materia
penal regularán su aplicación, asegurarán la reparación del daño y establecerán los
casos en los que se requerirá supervisión judicial”.

C.P.E.U.M. vigente 2022

5
4.2. Tipos de conciliación y mediación 4.2.1. Administrativa 4.2.2. Fiscal
4.2.3. Vecinal o comunitaria 4.2.4. Judicial 4.2.5. Privada o extrajudicial

6
4.2. Tipos de conciliación y mediación 4.2.1. Administrativa 4.2.2. Fiscal
4.2.3. Vecinal o comunitaria 4.2.4. Judicial 4.2.5. Privada o extrajudicial

7
4.2. Tipos de conciliación y mediación 4.2.1. Administrativa 4.2.2. Fiscal
4.2.3. Vecinal o comunitaria 4.2.4. Judicial 4.2.5. Privada o extrajudicial

• La Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal (2008) define conciliación


como un procedimiento que se realiza por intermediación de la Comisión y que
tiene la finalidad de lograr que las partes en un conflicto en el que hay una
violación no grave de derechos humanos, lleguen a un acuerdo común de solución.
• Se trata de un procedimiento sin verdad y por lo tanto sin culpa, en el que no es
relevante establecer una responsabilidad, sino en todo caso, producir una solución
que beneficie a la o el peticionario. Es, “finalmente, subsidiario de la investigación,
de modo que, si la solución se produce con la satisfacción de la o del peticionario,
el expediente puede concluirse; si no, la queja debe ser investigada” (p.74).
• CDHDF, 2008.

8
4.2. Tipos de conciliación y mediación 4.2.1. Administrativa 4.2.2. Fiscal
4.2.3. Vecinal o comunitaria 4.2.4. Judicial 4.2.5. Privada o extrajudicial

9
4.2. Tipos de conciliación y mediación 4.2.1. Administrativa 4.2.2. Fiscal
4.2.3. Vecinal o comunitaria 4.2.4. Judicial 4.2.5. Privada o extrajudicial

• Sobre la eficacia de la mediación, Serrano (s.f.) ofrece un modelo explicativo que recoge los factores que
intervienen en el proceso, además de establecer los pasos necesarios para que los resultados de la mediación
sean exitosos.

10
4.3. Perfil y funciones del conciliador y del mediador

• Todo proceso en que la víctima, el delincuente y, cuando


proceda, cualquiera otra persona o miembro de la
comunidad afectados por un delito, participen
conjuntamente de forma activa en la resolución de
cuestiones derivadas del delito, por lo general, con la
ayuda de un facilitador (Naciones Unidas, 2009). Al
respecto, si bien la definición anterior es precisa, hablar de
justicia restaurativa conlleva además una serie de factores
que deben ser tomados en cuenta para dar una definición
del término, por principio el Consejo de Coordinación para
la Implementación del Sistema de Justicia Penal ha
señalado que la justicia restaurativa es un sistema
democrático de justicia que promueve la paz social y, en
consecuencia, la armonización de las relaciones intra e
interpersonales dañadas por la conducta criminal. Y es
justo esta armonización de las relaciones de lo que se trata
la justicia restaurativa, al buscar la solución de las
necesidades de la víctima, de las obligaciones, la
responsabilización genuina y las necesidades del ofensor.
• Bravo, M. (2018).
11
4. Modelos conciliatorios
1. Tradicional 4.4.2. Transformativo 4.4.3. Circular

• De la comparación surge que la mediación es el método


alternativo que está presente en la mayor cantidad de
Estados, aunque la definición no es exacta, ni tampoco
está basada en la Ley Nacional de Mecanismos
Alternativos de Solución de Controversias en Materia
Penal, en virtud de que para cuando este ordenamiento
fue publicado en el Diario Oficial de la Federación en
fecha 24 de septiembre de 2014, 28 Estados ya habían
adecuado su legislación sobre métodos alternativos, lo
cierto es que todas las legislaciones estatales definen
conciliación con al menos los siguientes elementos:
• Procedimiento voluntario.
• Participación de un profesional imparcial.
• Búsqueda en común de un acuerdo.
• Comunicación es el elemento clave.
• Bravo, M. (2018).

12
4. Modelos conciliatorios
1. Tradicional 4.4.2. Transformativo 4.4.3. Circular

• Entre los modelos conciliatorios que existen, podemos citar como los
más importantes para nuestros propósitos, los siguientes:
• a) El Modelo Tradicional-Lineal de Harvard.
• b) El Modelo Transformativo de Bush y Folger.
• c) El Modelo Circular-Narrativo de Sara Cobb.

13
5. Conciliación y mediación judicial versus extrajudicial
1. Diferencias 4.5.2. Principios rectores
4.5.3. Ventajas para las partes y el sistema de impartición de justicia

14
4.5. Conciliación y mediación judicial versus extrajudicial
4.5.1. Diferencias 4.5.2. Principios rectores
4.5.3. Ventajas para las partes y el sistema de impartición de justicia

• La conciliación extrajudicial es un medio de


solución de conflictos, por el cual un tercero
neutral e imparcial denominado Conciliador asiste
a las partes a encontrar su propia solución
mutuamente satisfactoria y con el mismo valor de
sentencia inapelable.
• La conciliación judicial, es un medio alterno de
solución de conflicto que permite que las partes
resuelvan su expediente con el apoyo y
colaboración de un tercero imparcial, neutral
llamado conciliador. En este sentido es una forma
especial de conclusión del proceso judicial.
• Peña, O. (2018).
15
5. Conciliación y mediación judicial versus extrajudicial
1. Diferencias 4.5.2. Principios rectores
4.5.3. Ventajas para las partes y el sistema de impartición de justicia

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5. Conciliación y mediación judicial versus extrajudicial
1. Diferencias 4.5.2. Principios rectores
4.5.3. Ventajas para las partes y el sistema de impartición de justicia

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4.6. Técnicas de comunicación aplicables a los procesos de
conciliación y mediación

• Referencia: https://www.youtube.com/watch?v=He6yULGkeBo

18
4.7. Casos de análisis
• 4.7.1. Ámbito civil 4.7.2. Ámbito laboral
• 4.7.3. Ámbito penal 4.7.4. Ámbitos adicionales
• La Justicia Alternativa es una herramienta para la solución de conflictos que forma parte
del Nuevo Sistema de Justicia Penal. Tiene como propósito lograr un acuerdo entre los
involucrados a través de la voluntad, la cooperación y el diálogo.
• El objetivo de la mediación y conciliación en materia familiar es ofrecer un espacio neutral
en el marco de los conflictos en las relaciones familiares, basado en la cooperación, y en la
escucha mutua entre los miembros de la familia, sobre la base del respeto, que es la clave
para que una familia funcione.
• La conciliación laboral se produce cuando existe un conflicto entre dos partes en una
empresa. Esta desavenencia se puede resolver o a través del acto de conciliación, o, por
otro lado, a través de un juicio. El acto de conciliación laboral siempre es preferible, pues
se trata de llegar a un acuerdo entre ambas partes.

19
Material Complementario

• 1.-Peña González, Oscar (2017). Mediación y Conciliación Extrajudicial.


Flores Editores.
• 2018/000292256/000292256.pdf
https://sistemabibliotecario.scjn.gob.mx/sisbib/
• Documentos complementarios
• 2.-Muñoz Bravo, M. Soluciones Alternas y
• Formas de Terminación Anticipada.
• Editorial Porrúa. https://www.iij- unach.mx/images/docs/RP/mbm.pdf
• Audiovisual Jurídicamente (marzo 2021) “Medios Alternos de Solución de
Conflictos”. Jurídicamente.
• YouTube:https://www.youtube.com/watch?v=H e6yULGkeBo
20
Material Complementario

21
Referencias
TIPO TÍTULO AUTOR EDITORIAL AÑO

1 Libro Manual de negociación, mediación y conciliación Bravo Peralta, Martín Virgilio Porrúa 2019 o
vigente

2 Libro Manual de derecho arbitral Bravo Peralta, Martín Virgilio Porrúa 2016 o
vigente

3 Libro Mediación y conciliación extrajudicial Peña Gonzáles, Oscar Flores Editores 2017 o
vigente

4 Libro Manual de Mediación Penal, Civil, Familiar y Justicia Restaurativa Gorjón-Gómez, Francisco; Vera Carrera, Jessica Marisol; Tirant lo Blanch 2018 o
Bravo Garza, Amalia del Pilar; et al vigente

5 Libro Principios generales del arbitraje Fernández Rozas, José Carlos; Sánchez Lorenzo, Sixto Tirant lo Blanch 2018 o
Alfonso; Stampa, Gonzalo vigente

6 Libro Las soluciones alternas y formas de terminación anticipada en el Meza Fonseca, Emma Wolters Kluwer 2014 o
proceso penal acusatorio vigente

7 Libro Cuestiones prácticas para la aplicación de la mediación penal Cervelló Donderis, Vicenta; Guardiola García, Javier Tirant lo Blanch 2016 o
vigente

22
Conciliación, Mediación y Arbitraje.

El arbitraje, supuestos y jurisdicción

Semana 4: Del 12 al 18 de Febrero de 2024

1 / 10
Temario

5. El arbitraje, supuestos y jurisdicción


1. Principios rectores del proceso de arbitraje
1. Equivalencia jurisdiccional
2. Autonomía de voluntad de las partes
3. Intervención limitada de las instituciones judiciales
2. Particularidades del acuerdo arbitral
1. Separación y autonomía del acuerdo
2. Validez formal y sustancial
3. Eficacia negativa
4. Potestad, pronunciamiento y posibilidad de impugnación
3. El árbitro y su relación con las partes
1. Características de la función arbitral
2. Aspectos éticos

2
Temario

5.3.3. Inmunidad y responsabilidad limitada del árbitro


4.Procedimiento arbitral 5.4.1. Organización, sustanciación y
gestión de las actuaciones arbitrales
2. Elementos facilitadores del proceso arbitral
3. Práctica de audiencias arbitrales
5. Laudo arbitral
1.Irrevocabilidad y colegialidad
2. Laudo de derecho y de equidad
3. Modalidades de congruencia y efectos de impugnación
del laudo
4.Difusión limitada y violación del deber de
confidencialidad

3
Objetivos Específicos

El alumno analizará los siguientes objetivos:

• Identificar los medios más convenientes al momento de intervenir en una


negociación, conciliación y arbitraje, así como conocer los principios
rectores, su eficacia y aplicación en los distintos procesos de los MASC.
• •Elaborar y redactar una serie de textos que cumplan con las características
y objetivos del mismo.
• •Presentar un proyecto de “Arbitraje” utilizando la estructura adecuada.

4
5. El arbitraje, supuestos y jurisdicción

• En diversas hipótesis, la misión conferida al árbitro


va más allá del marco de la función jurisdiccional
clásica, que le es ordinariamente otorgada. El árbitro
tiende a convertirse en una especie de regulador de
un contrato en proceso de formación o de
ejecución, respecto del cual se le encomienda,
según el caso, completarlo, adaptarlo a las nuevas
situaciones o ajustarlo para que supere las
divergencias que existen entre las partes. Esto nos
conduce a preguntarnos sobre el verdadero título,
en virtud del cual interviene: ¿lo hace en calidad de
árbitro, es decir, como un juez investido de poder
jurisdiccional? O ¿simplemente en calidad de
tercero que actúa en nombre de las partes, como un
mandatario común o un experto?
• Bruno Oppetit, Teoría del arbitraje, pp 289 (2006)

5
5.1. Principios rectores del proceso de arbitraje
• Los autores Fenech y Serra Domínguez y describen sus posiciones de la siguiente
manera:
• Para el primero, el estudio de la naturaleza del arbitraje no debe tomar como punto
de partida la relación o el contrato existente entre las partes y los árbitros designados,
sino más bien la función misma que estos desarrollan. En este orden de ideas, cuando
las partes designan árbitros se comprometen a someterse a su decisión, admitiendo
su obligatoriedad; por su parte, los árbitros resuelven una controversia jurídica —no
económica— en la forma y con las características que lo hace un juez en una
sentencia, es decir, con ejecutoriedad incondicionada y con efecto de cosa juzgada
plena, poder que solo puede devenir a los árbitros del Estado.
• Para el segundo, los árbitros poseen autoridad pero no potestad, atributo exclusivo
del Estado. Es por esta razón que los árbitros deberán solicitar el apoyo judicial
respecto de aquellas decisiones que requieran la potestad, como la ejecución del
laudo arbitral. Por consiguiente, aquellas decisiones con carácter meramente
declarativo y constructivo, en sentido amplio, gozan de plena eficacia jurídica sin
necesidad de intervención de ningún órgano estatal.

• Bruno Oppetit, Teoría del arbitraje, pp 289 (2006)

6
5.1.1. Equivalencia jurisdiccional
El proceso jurisdiccional y el arbitraje tienen como
característica común el ser soluciones hetero-
compositivas del litigio, es decir, soluciones provenientes
de un tercero ajeno a la relación sustancial. Pero
mientras que la obligatoriedad de la solución que implica
el proceso jurisdiccional deriva de la ley y de la autoridad
misma del Estado, la obligatoriedad del arbitraje sólo
puede tener como fundamento el acuerdo de las partes
de someter determinado litigio a la solución arbitral.
Asimismo, mientras la resolución final que se dicte con
motivo del proceso —la sentencia— posee fuerza
ejecutiva por sí misma y, por tanto, podrá ser ejecutada
por el juez que la haya dictado, en cambio, la resolución
final dictada con motivo del arbitraje —el laudo— no
posee fuerza ejecutiva por sí misma, por lo cual su
ejecución sólo podrá lograrse acudiendo a un juez que la
ordene.
Ovalle Favela, J. (2018).

7
2. Autonomía de voluntad de las partes
3. Intervención limitada de las instituciones judiciales
• “Se entiende por arbitraje —expresa Jean Robert— la
institución de una justicia privada gracias a la cual los litigios son
sustraídos a las jurisdicciones de derecho común, para ser
resueltas por individuos revestidos, circunstancialmente, de la
misión de juzgarlos.”
• De este modo, en tanto que los órganos del Estado encargados
de manera permanente de conocer y resolver los procesos
jurisdiccionales tienen delimitada su competencia en la ley, los
árbitros no son órganos de autoridad del Estado y sólo conocen
del litigio o los litigios que las partes acuerdan expresamente
someterles.
• Aun en el caso de que las partes nombren como árbitro a una
persona que tenga un cargo público o a una institución pública,
ésta no podrá, en el desempeño de su función arbitral, hacer
uso de la autoridad propia que posea; para ejecutar el laudo o
las medidas que dicte con motivo del arbitraje, dicha persona
deberá recurrir a la autoridad del juez competente.
8
• Ovalle Favela, J. (2018).
2. Autonomía de voluntad de las partes
3. Intervención limitada de las instituciones judiciales
• En una de las más importantes obras del arbitraje comercial internacional, Alan
Redfern y Martin Hunter no dudan en calificar al arbitraje internacional como un
método de solución de controversias eminentemente privado, efectivo y con
aspiraciones de instrumento universal para resolver controversias en el ámbito del
comercio internacional. No obstante, señalan los reconocidos autores, existen
diferencias económicas y jurídicas de fondo entre los arbitrajes que tienen un
carácter internacional y aquellos que comportan una connotación eminentemente
local, que derivan en que su práctica se desenvuelva en entornos y presupuestos
completamente diferentes. Bajo estos presupuestos, consideran justificables, en
ciertos casos, la aplicación de criterios diferenciadores para favorecer o limitar la
liberalización del arbitraje y la existencia de ciertos controles jurisdiccionales en su
trámite.
• Ovalle Favela, J. (2018).

9
5.2. Particularidades del acuerdo arbitral

• Existen ordenamientos que comportan un único cuerpo normativo para regular el


arbitraje nacional y el internacional, sobre la base, por ejemplo, de la Ley Modelo de
Arbitraje. Lo anterior significa que los trámites adelantados en estas sedes,
independientemente de su nacionalidad, se rigen por un cuerpo normativo idéntico
que tiende a ser bastante flexible y adaptado a estándares internacionales en cuanto
a las funciones de los árbitros, la flexibilidad del procedimiento, los recursos
existentes frente a las decisiones del tribunal arbitral, etc. Estos sistemas legales, por
fundarse en cuerpos normativos singulares, se denominan monistas.
• Estos ordenamientos, que consagran regulaciones diversas en uno y otro caso se
denominan dualistas. En este orden de ideas, en los arbitrajes con “vocación” de
internacionalidad, las partes envueltas en la relación jurídica no suelen tener vínculo
alguno con el lugar en el que se adelanta el arbitraje, dado que precisamente el lugar
de la sede se escoge tomando en cuenta factores de neutralidad en relación con los
extremos conflictuales y la controversia misma.
• Ovalle Favela, J. (2018).

10
1. Separación y autonomía del acuerdo
2. Validez formal y sustancial

• El arbitraje es un sistema de solución de conflictos en que la voluntad de las


partes, se somete a la voluntad de un tercero. En el fondo del arbitraje existe un
pacto o convenio entre los contendientes en el sentido de que someterán sus
voluntades a la convicción y al pronunciamiento del tercero, con el compromiso
de cumplir con lo que por él se decida.
• Por ello se dice que el arbitraje es el mecanismo que tiene por objeto la
composición del conflicto por una persona u organismo cuyo laudo una vez
dictado tiene que cumplirse obligatoriamente, de ahí que en el arbitraje se suple
el entendimiento directo de las partes y queda reemplazado por el acuerdo
entre ellas, por una decisión del conflicto que proviene de un tercero llamado
arbitro.
• Cuadra Ramírez, G. 2019.

11
1. Separación y autonomía del acuerdo
2. Validez formal y sustancial
• No todos los países han entendido de la misma
manera la autonomía del arbitraje internacional,
ni la necesidad de legislar específicamente sobre
la materia. Los cuestionamientos que se derivan
de esta dicotomía son planteados por estos
autores en los siguientes términos: ¿Es necesario
que los ordenamientos jurídicos nacionales
reglamenten el arbitraje internacional de manera
diferente al doméstico? ¿Lo que es bueno para el
arbitraje interno es bueno para el internacional?
Las condiciones y necesidades que alientan el
tratamiento diferenciado del arbitraje
internacional, ¿no son también las que deben
orientar el desenvolvimiento del arbitraje
interno?
• Cuadra Ramírez, G. 2019.
12
3. Eficacia negativa
4. Potestad, pronunciamiento y posibilidad de impugnación
• Para aquellos que atienden al innegable origen contractual del arbitraje y fundan su
percepción desde una perspectiva prevalentemente privada y de alcance particular, su
incorporación en los textos constitucionales pareciera derivar en una incómoda
asociación a un área completamente ajena a los preceptos que cimentan la figura.
• Ahora bien, en el entorno latinoamericano podemos encontrar abundante literatura en
relación con la constitucionalización del arbitraje, dado que dicho fenómeno se
encuentra presente en un sinnúmero de ordenamientos, tanto por la inclusión de la
figura por vía directa en el texto constitucional o por el reconocimiento de esta como de
categoría constitucional por cuenta de la jurisprudencia.
• Como resulta evidente, la mayor cantidad de posiciones favorables al proceso de
constitucionalización del arbitraje proviene de las mismas esferas constituyentes,
legislativas y jurisdiccionales de los países que han optado por esta solución.
• La celebración del acuerdo arbitral implica el sometimiento de las partes a la decisión
de los árbitros respecto de aquellas cuestiones que ellas mismas han identificado como
la materia a resolver en el juicio arbitral. Las partes deciden allí que ciertas cuestiones
serán resueltas por árbitros, en lugar de ser decididas por los tribunales judiciales.
• Gonzalez Morales, V. (2017).

13
3. El árbitro y su relación con las partes
1. Características de la función arbitral

• A manera de ejemplo, podemos señalar la Exposición de Motivos de la


Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, la cual dispuso:
• (…) se incorporan al sistema de justicia, los medios alternativos para la
resolución de controversias, tales como el arbitraje, la mediación y la
conciliación, todo ello con el objeto de que el Estado los fomente y los
promueva sin perjuicio de las actividades que en tal sentido puedan
desarrollar las academias, universidades, cámaras de comercio y la
sociedad civil en general (…).
• Asimismo, siendo que la administración de justicia no es monopolio
exclusivo del Estado, aunque solo éste puede ejercer la tutela coactiva de
los derechos, es decir, la ejecución forzosa de las sentencias, la
Constitución incorpora al sistema de justicia a los ciudadanos que
participan en el ejercicio de la función jurisdiccional integrando jurados o
cualquier otro mecanismo que la ley prevea.
• Ovalle Favela, J. (2018).

14
5.3. El árbitro y su relación con las partes
5.3.1. Características de la función arbitral

• En consonancia, la Corte Suprema de Justicia de ese país se ha


pronunciado sobre el particular, en los siguientes términos:
• “A juicio de esta Sala, al ampliar la Constitución el sistema de
justicia con la inclusión de modos alternos a la resolución de
conflictos -entre los que se encuentra el arbitraje- al de la
función jurisdiccional ordinaria que ejerce el Poder Judicial, se
replanteó el arquetipo del sistema de justicia, lo cual si bien
implica un desahogo de la justicia ordinaria, comporta que el
arbitraje no pueda ser considerado como una institución ajena
al logro de una tutela jurisdiccional verdaderamente eficaz y,
por lo tanto, excluye la posibilidad que el arbitraje y demás
medios alternativos de resolución de conflictos sean
calificados como instituciones excepcionales a la jurisdicción
ejercida por el Poder Judicial”.
• Ovalle Favela, J. (2018).
15
2. Aspectos éticos
3. Inmunidad y responsabilidad limitada del árbitro

• En cuanto a las cuestiones éticas, el establecimiento de limitaciones a la


actuación del Estado y sus entidades fundadas en el poder del
constituyente y/o en nociones difusas de interés público.
• La búsqueda de protección efectiva de los derechos individuales y/o
garantías fundamentales en el escenario arbitral.
• La aplicación de normas de orden constitucional a los árbitros, derivadas
de la calificación de estos como jueces. Particularmente, la impugnación
de sus decisiones por las vías por las que normalmente se atacan las
decisiones de carácter judicial.
• La existencia de controles de carácter constitucional de las leyes, lo que
implica que las disposiciones que tienden a regular los aspectos propios
de la materia arbitral sean objeto de cotejo permanente a través de
acciones encaminadas a obtener declaratorias de inconstitucionalidad
por parte de los estamentos judiciales competentes.
• Ovalle Favela, J. (2018).

16
2. Aspectos éticos
3. Inmunidad y responsabilidad limitada del árbitro

• En conclusión podemos
afirmar que la prescripción
relativa a la exclusiva potestad
de los jueces y tribunales para
juzgar y ejecutar lo juzgado, se
refiere a los diversos tipos de
procesos judiciales, y el
arbitraje no tiene un origen
procesal en sí mismo sino que
se funda en la inderogable
autonomía de la voluntad de
los ciudadanos como sujetos
libres, lo que no implica su
renuncia al derecho
fundamental de acceso a la
jurisdicción.
• Ovalle Favela, J. (2018).

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4. Procedimiento arbitral
1.Organización, sustanciación y gestión de las actuaciones
arbitrales
• El procedimiento arbitral se caracteriza por ser más flexible que el judicial. Como regla,
las partes son libres de convenir el procedimiento aplicable, con el único límite de no
afectar la garantía del debido proceso. Ello es así porque el sometimiento a arbitraje
lleva implícita la voluntad de las partes de ser juzgadas sobre la base de un
procedimiento que, aunque leal y respetuoso de las garantías procesales, permita a los
árbitros dar una recta solución al problema de fondo, sin rígidas ataduras ni complejos
artificios formales.
• El proceso arbitral puede tomar muchas formas. En algunos arbitrajes, las partes
pueden acordar que todo el conflicto se resuelva en base a presentaciones escritas, sin
audiencias orales. En otros, se requiere celebrar varias audiencias, con pocas memorias
escritas presentadas. Ello significa que si bien pueden determinarse etapas que
generalmente se presentan en los arbitrajes internacionales, siempre existen
particularidades caso por caso.
• En muchos casos, algunas de estas etapas pueden darse simultáneamente. En cuanto
al cálculo del tiempo del procedimiento, es necesario contemplar como variables la
disponibilidad del tribunal y la conducta de las partes, más allá de las particularidades
de cada caso.
• Ovalle Favela, J. (2018).

18
4. Procedimiento arbitral
1.Organización, sustanciación y gestión de las actuaciones
arbitrales
• Un laudo es una sentencia. Las legislaciones le asignan
idéntica validez jurídica a los laudos dictados por los
árbitros que a las sentencias dictadas por los jueces. Se le
reconoce la condición de res judicata y se habilitan, para su
ejecución, los mismos medios y procedimientos que los
previstos para las sentencias judiciales. Como explicamos al
inicio, el arbitraje es un sistema de resolución de conflictos
por el cual se busca poner fin a una controversia. Y esta
controversia es resuelta por jueces privados, que no
revisten la calidad de jueces del Estado pero que tienen
jurisdicción suficiente para hacer obligatoria su decisión.
• Los ordenamientos jurídicos en general reconocen esta
justicia administrada por particulares, al admitir
expresamente que mediante un acuerdo de voluntades se
pueda excluir –respecto de ciertos casos que no afectan
intereses generales– la jurisdicción judicial, y asimismo le
atribuyen a las decisiones arbitrales el valor de la cosa
juzgada, habilitando para su ejecución los procedimientos
de ejecución de sentencias judiciales.
• Ovalle Favela, J. (2018).
19
4. Procedimiento arbitral
1.Organización, sustanciación y gestión de las actuaciones
arbitrales

20
2. Elementos facilitadores del proceso arbitral
3. Práctica de audiencias arbitrales
• En México existen diversas instituciones
administradoras de arbitraje, tales como la
Comisión de Mediación y Arbitraje de la
Cámara Nacional de Comercio de la Ciudad de
México, el Centro de Arbitraje de México
(CAM) y el Centro de Arbitraje de la Industria
de la Construcción (CAIC). Hay también
algunos organismos internos que tienen entre
sus funciones la de fungir como árbitros en
aquellos conflictos que las partes interesadas
acuerden expresamente someterles.
• Entre tales organismos se pueden mencionar
la Procuraduría Federal del Consumidor, la
Comisión Nacional para la Protección y
Defensa de los Usuarios de los Servicios
Financieros, el Instituto Nacional del Derecho
de Autor, etc. Todos estos organismos actúan
sólo cuando las partes acuerdan someterles
su conflicto; los laudos que —en su caso—
dicten sólo pueden ser ejecutados por los
jueces competentes y no por los organismos
arbitrales.
• Ovalle Favela, J. (2018).
21
5. Laudo arbitral
1. Irrevocabilidad y colegialidad

• Como se ha señalado, los árbitros carecen del imperium propio de los


jueces estatales, pero ello no significa que tengan menos jurisdicción, ya
que los jueces solo deberán prestarles auxilio para hacer cumplir
forzadamente aquellas decisiones arbitrales en que se requiera el
empleo de coerción.
• Si bien no se concede a los árbitros la potestad de ejercer por sí la
coerción necesaria para hacer cumplir sus decisiones, se pone a su
disposición el aparato jurisdiccional público a través del cual podrán
obtenerla.
• El juicio arbitral es un proceso destinado a que un tercero imparcial
declare un derecho que una de las partes cree tener y la otra
controvierte y, sobre esa base, imponga la solución. El laudo, que
adjudica los derechos de cada parte conforme las pretensiones
deducidas, no es sino el resultado de un juicio contradictorio de
conocimiento, que tiene por objeto obtener certidumbre respecto de
una situación fáctica y jurídica determinada y, eventualmente, una
sentencia de condena.
• Ovalle Favela, J. (2018).

22
5. Laudo arbitral
1. Irrevocabilidad y colegialidad

• Se debe partir del principio de que las partes, al acordar el arbitraje, se


comprometen a cumplir obligatoriamente con el laudo dictado en el
proceso. Sin embargo, los laudos pueden ser incumplidos o sujetos a
ciertas vías recursivas. Contra los laudos pueden caber, en general, dos
recursos: apelación y nulidad.
• El primero abre al tribunal de alzada una jurisdicción revisora amplia,
que le permite examinar inclusive los méritos del laudo, es decir valorar
la prueba nuevamente y dictar una nueva sentencia que modifique o
conforme la anterior.
• En el caso del recurso de nulidad, este sólo provoca una revisión
limitada a determinadas causales de nulidad contempladas en la ley, sin
que pueda examinarse el fondo. Estas causales suelen ser taxativas y
reducidas justamente en base al principio pro-arbitral. Sin perjuicio de
ello, la tendencia legislativa mundial, con escasísimas excepciones, ha
consagrado un modelo de arbitraje de instancia única: los laudos no son
apelables ni revisables judicialmente en cuanto a sus méritos, siendo
únicamente impugnables a través de un recurso de anulación por
causales consideradas universalmente aceptables.
• Ovalle Favela, J. (2018).

23
5.5.2. Laudo de derecho y de equidad
3. Modalidades de congruencia y efectos de impugnación del laudo
4. Difusión limitada y violación del deber de confidencialidad

• El laudo es la decisión definitiva dictada por el árbitro para


resolver el conflicto sometido a arbitraje. Equivale a la
sentencia definitiva pronunciada por el juez en el proceso
jurisdiccional. Los árbitros deben decidir el litigio conforme a las
normas de derecho que las partes hayan convenido. Si las
partes no hubieren estipulado la ley que debe regir el fondo del
litigio, el tribunal arbitral, tomando en cuenta las características
y conexiones del caso, determinará el derecho aplicable. En
ambos casos se trata de un arbitraje de derecho. En cambio,
cuando el tribunal arbitral es facultado para decidir ya no
conforme a derecho sino como “amigable componedor o en
conciencia”, el arbitraje será de equidad.

• Ovalle Favela, J. (2018).


24
2. Laudo de derecho y de equidad
3. Modalidades de congruencia y efectos de impugnación del laudo
5.5.4. Difusión limitada y violación del deber de confidencialidad
• Contra el laudo arbitral no procede recurso alguno.
• I. Este precepto prevé, sin embargo, que contra la ejecución del laudo la parte afectada podrá
pedir que se deniegue la ejecución, para lo cual deberá probar alguno de los siguientes
supuestos:
• a) Que una de las partes en el acuerdo de arbitraje estaba afectada por alguna incapacidad, o
que dicho acuerdo no es válido en virtud de la ley a que las partes lo han sometido, o si nada se
hubiere indicado a este respecto;
• b) No fue debidamente notificada de la designación de un árbitro o de las actuaciones
arbitrales, o no hubiere podido, por cualquier otra razón, hacer valer sus derechos;
• c) El laudo se refiera a una controversia no prevista en el acuerdo de arbitraje o contiene
decisiones que exceden los términos del acuerdo de arbitraje. No obstante, si las disposiciones
del laudo que se refieren a las cuestiones sometidas al arbitraje pueden separarse de las que no
lo están, se podrá dar reconocimiento y ejecución a las primeras;
• d) La composición del tribunal arbitral o el procedimiento arbitral no se ajustaron al acuerdo
celebrado entre las partes o, en defecto de tal acuerdo, que no se ajustaron a la ley del país
donde se efectuó el arbitraje; o
• e) El laudo no sea aún obligatorio para las partes o hubiere sido anulado o suspendido por el
juez del país en que, o conforme a cuyo derecho, hubiere sido dictado ese laudo.

• Ovalle Favela, J. (2018).

25
2. Laudo de derecho y de equidad
3. Modalidades de congruencia y efectos de impugnación del laudo
5.5.4. Difusión limitada y violación del deber de confidencialidad
• El arbitraje es un medio jurídico para resolver litigios basado
en la voluntad de las partes que eligen a particulares a
quienes les confían la toma de una decisión de suyo
obligatoria, con lo que buscan rapidez, economía e
imparcialidad; asimismo, como negocio jurídico, en gran
medida sustituye a la jurisdicción civil del Estado, por lo que
el auténtico arbitraje participa de la voluntad de los sujetos
obligados, quienes acuden a él para evitar un
procedimiento jurisdiccional que podría resultar lento,
complicado, costoso, demasiado formal y sin la
especialización que las partes esperarían de un tribunal. Por
su parte, el laudo arbitral constituye la decisión tomada por
el árbitro o por el tribunal arbitral encaminada a resolver un
conflicto de intereses, sin que sea propiamente una
sentencia, sino una resolución que pone fin a un
procedimiento arbitral, llevado a cabo con motivo de un
compromiso inter-partes, quienes previamente convinieron
someterse a ese procedimiento y a esa decisión que, una
vez tomada, les es obligatoria.

• Ovalle Favela, J. (2018).


26
2. Laudo de derecho y de equidad
3. Modalidades de congruencia y efectos de impugnación del laudo
5.5.4. Difusión limitada y violación del deber de confidencialidad
• Si bien el laudo es uno de los supuestos de la vía
de apremio, el juez todavía debe otorgarle
cierto reconocimiento antes de ordenar su
ejecución. Sólo hasta entonces se equipara a
una sentencia. Estas ideas y criterios de
interpretación judicial son válidos para el
arbitraje civil. Sin embargo, se debe tener
presente que las leyes que regulan el arbitraje
de algunos organismos públicos, como la
Procuraduría Federal del Consumidor y la
Comisión Nacional para la Protección y Defensa
de los Usuarios de los Servicios Financieros, han
distorsionado la naturaleza del arbitraje y han
facultado a dichos organismos para ordenar la
ejecución de sus laudos. Por esta razón, la
jurisprudencia ha considerado que los laudos
que dictan estos organismos son verdaderos
actos de autoridad en contra de los cuales
procede el juicio de amparo.

• Ovalle Favela, J. (2018).

27
Material Complementario y Referencias

• Cfr. la tesis de jurisprudencia 2a./J. 49/2001, “PROCURADURÍA FEDERAL DEL CONSUMIDOR.


SUS LAUDOS ARBITRALES SON ACTOS DE AUTORIDAD PARA EFECTOS DEL JUICIO DE
AMPARO”, Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, novena época, t. XIV, octubre de
2001, p. 426, registro 188539;

• Tesis aislada I.13o.A.119 A, “COMISIÓN NACIONAL PARA LA PROTECCIÓN Y DEFENSA DE LOS


USUARIOS DE SERVICIOS FINANCIEROS (CONDUSEF), PROCEDE EL AMPARO CONTRA LOS
LAUDOS QUE EMITA”, Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, novena época, t.
XXII, septiembre de 2005, p. 1428, registro 177351.

• 1Jean Robert, Arbitrage civil et commercial (droit interne), 3a. ed., t. I, Sirey, París, 1961, p.
7. 2 Cfr. Humberto Briseño Sierra, El arbitraje en el derecho privado, UNAM, México, 1963,
pp. 19 a 21; Sergio García Ramírez, Derecho mixto y derecho procesal, Escuela Nacional de
Artes Gráficas, México, 1975, pp. 95 a 98; Eduardo Pallares, Diccionario de derecho procesal
civil, 15a. ed., Porrúa, México, 1966. 3 Para un estudio detallado del arbitraje internacional
puede consultarse Modesto Seara Vázquez, Derecho internacional público, 18ª ed., Porrúa,
México, 2000, pp. 321-325.

• CAIVANO, Roque J., Los métodos alternativos de resolución de confictos en América Latina:
logros y desafíos, Revista Peruana de Análisis, Prevención y Gestión de Confictos, Pontifcia
Universidad Católica del Perú, Año 1, N° 1, septiembre de 2007, pag. 51 y ss.

28
Material Complementario y Referencias

• GAMBOA MORALES, Nicolás, Consideraciones sobre la práctica arbitral internacional: Un


tema de refexión, Revista Internacional de Arbitraje, N° 2, ed. Legis, Bogotá, enero-junio de
2005, pag. 97 y ss.

• RUBINO-SAMMARTANO, Mauro, International Arbitration – Law and Practice-, Third edition,


2014, pag. 97

• Biblio Juridicas UNAM


• https://archivos.juridicas.unam.mx/www/bjv/libros/11/5023/13.pdf

• Corte Interamericana de Derechos Humanos


• https://www.corteidh.or.cr/tablas/r32022.pdf

29
Referencias
TIPO TÍTULO AUTOR EDITORIAL AÑO

1 Libro Manual de negociación, mediación y conciliación Bravo Peralta, Martín Virgilio Porrúa 2019 o
vigente

2 Libro Manual de derecho arbitral Bravo Peralta, Martín Virgilio Porrúa 2016 o
vigente

3 Libro Mediación y conciliación extrajudicial Peña Gonzáles, Oscar Flores Editores 2017 o
vigente

4 Libro Manual de Mediación Penal, Civil, Familiar y Justicia Gorjón-Gómez, Francisco; Vera Carrera, Tirant lo Blanch 2018 o
Restaurativa Jessica Marisol; Bravo Garza, Amalia del vigente
Pilar; et al

5 Libro Principios generales del arbitraje Fernández Rozas, José Carlos; Sánchez Tirant lo Blanch 2018 o
Lorenzo, Sixto Alfonso; Stampa, Gonzalo vigente

6 Libro Las soluciones alternas y formas de terminación Meza Fonseca, Emma Wolters Kluwer 2014 o
anticipada en el proceso penal acusatorio vigente

7 Libro Cuestiones prácticas para la aplicación de la Cervelló Donderis, Vicenta; Guardiola Tirant lo Blanch 2016 o
mediación penal García, Javier vigente

30
Conciliación, Mediación y Arbitraje.

Procedimiento Abreviado

Semana 5: Del 19 al 25 de Febrero de 2023

1 / 10
Temario Semana 5

• 6. Procedimiento abreviado
• 6.1. Constitucionalidad
• 6.2. Definición
• 6.3. Procedencia
• 6.4. Verificaciones del Juez de
Control
• 6.5. Oportunidad
• 6.6. Admisibilidad
• 6.7. Oposición de la víctima u
ofendido
• 6.8. Trámite
• 6.9. Sentencia
• 6.10. Apelación

2
Temario Semana 5

• 7. Planificación de audiencias en
procesos de conciliación, mediación o
arbitraje Descripción del caso y de las
partes involucradas
• 7.2. Análisis de la normatividad y
principios aplicables
• 7.3. Selección de modelo y estrategia
de solución
• 7.4. Documentación y desarrollo del
proceso
• 7.5. Conclusiones

3
Objetivos Específicos
El alumno analizará los siguientes objetivos:
• Comprender y aplicar los elementos adecuados para la elaboración de
documentos de negociación, mediación y conciliación ante la autoridad
competente en materia.
• Identificar la importancia y el impacto de una correcta redacción en
documentos escritos para una Mediación, Conciliación y Arbitraje
adecuados.
• Conocer las consecuencias del mal uso de criterios emocionales ante un
conflicto. Emplear elementos adquiridos al momento de emitir una
resolución oral o escrita en el ámbito jurídico profesional sobre las
conclusiones y dictámenes sobre una Conciliación, Mediación o Arbitraje.

4
6. Procedimiento abreviado

• El procedimiento abreviado se considera una forma de terminar el proceso


de manera anticipada según el artículo 185 del Código Nacional de
Procedimientos Penales (en adelante CNPP). A grandes rasgos, es el juicio
que se realiza como alternativa al juicio oral, donde es el juez de control
quién dicta la sentencia.
• El acusado que sea sentenciado mediante procedimiento abreviado podrá
obtener una reducción en su sanción solicitada por el Ministerio
Público (artículo 202 CNPP), esta podrá ser:
• Si el acusado no ha sido condenado por haber cometido ningún delito a
título de dolo con anterioridad y el delito por el que se le acusa
actualmente, tiene una sanción no mayor a cinco años contando sus
calificativas, atenuantes y agravantes la reducción podrá ser de la mitad si el
delito fuere doloso y de dos tercios si fuere culposo.

• Cepeda Morado, Elias G. (2016)

5
1. Constitucionalidad
2. Definición
6.3. Procedencia

• Requisitos para que pueda hacerse un procedimiento abreviado


• La solicitud del Ministerio Público, la cual deberá contener la acusación, así como,
exponer los datos de prueba en que se basa. Narrando los hechos que se le atribuyen,
su clasificación jurídica, cuanto intervino en los hechos así como las penas y la
cantidad que habrá de establecerse para la reparación del daño.
• Que la víctima u ofendido no se opongan, pero si lo hicieran solo se tomará en cuenta
si su oposición fuere fundada, aunque la ley solo le reconoce el derecho a oponerse
cuando la reparación del daño no se encuentre debidamente acreditada (artículo 204
CNPP)
• Que el acusado sepa de qué se trata el juicio oral y el procedimiento abreviado, que
renuncie de manera expresa al juicio oral, que acepte el procedimiento abreviado, que
confiese que es culpable y que acepte la sentencia basada en las pruebas que exponga
el Ministerio Público cuando formule la acusación.

• Cepeda Morado, Elias G. (2016)

6
1. Constitucionalidad
2. Definición
6.3. Procedencia
• El procedimiento abreviado está regulado por el
Código Nacional de Procedimientos Penales y es
de los más socorridos en la práctica, en virtud de
que lo hace breve al obviarse el ofrecimiento y
desahogo de pruebas, con el consiguiente
aligeramiento de la carga de trabajo para los
tribunales y la disminución de los costos que la
realización del juicio oral implica.
• No obstante, en la práctica, en algunos tribunales
del país se sustanciaba el procedimiento
abreviado utilizando ciertas reglas y principios
que están consagrados para el procedimiento
ordinario, específicamente, ciertas normas del
juicio oral, como las relativas a la valoración de
los medios de convicción a los que se refiere el
artículo 20, apartado A, fracción VII, de la
Constitución Política de los Estados Unidos
Mexicanos.
• Cepeda Morado, Elias G. (2016)
7
4. Verificaciones del Juez de Control
5. Oportunidad
6.6. Admisibilidad

• En México, se consagró constitucionalmente en la reforma contenida en el


decreto publicado en el Diario Oficial de la Federación del 18 de junio de
2011, y que en el artículo segundo transitorio, párrafo segundo, establece:
• “El sistema procesal penal acusatorio previsto en los artículos 16, párrafos
segundo y decimotercero; 17, párrafos tercero, cuarto y sexto; 19, 20 y 21,
párrafo séptimo, de la Constitución, entrará en vigor cuando lo establezca la
legislación secundaria correspondiente, sin exceder el plazo de ocho años,
contado a partir del día siguiente de la publicación de este Decreto”.
• Mencionar lo anterior es importante, pues podemos percatarnos de que no
se consagra en puridad el modelo teórico del sistema acusatorio, habida
cuenta que se agregan elementos que no forman parte del mismo, que
tienen características que no le son propias, pues de acuerdo con sus bases y
fundamentos epistemológicos no tienen una relación necesaria con dicho
sistema; por ejemplo, el caso al que nos hemos referido anteriormente en
otros trabajos,21 la denominada “justicia alternativa”.
• Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos (2018).

8
4. Verificaciones del Juez de Control
5. Oportunidad
6.6. Admisibilidad

• El fundamento constitucional del procedimiento abreviado lo encontramos


en el artículo 20, apartado A, fracción VII, y su regulación en detalle en el
Código Nacional de Procedimientos Penales, en los artículos 183, 185 y del
201 al 2017. El primero de los artículos citados establece:
• …”VII. Una vez iniciado el proceso penal, siempre y cuando no exista
oposición del inculpado, se podrá decretar su terminación anticipada en los
supuestos y bajo las modalidades que determine la ley. Si el imputado
reconoce ante la autoridad judicial voluntariamente y con conocimiento de
las consecuencias, su participación en el delito y existen medios de convicción
suficientes para corroborar la imputación, el juez citará a audiencia de
sentencia. La ley establecerá los beneficios que se podrán otorgar al
inculpado cuando acepte su responsabilidad”.

• Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos (2018).

9
6.7. Oposición de la víctima u ofendido

• La oposición de la víctima u ofendido sólo será procedente cuando se acredite ante el


Juez de control que no se encuentra debidamente garantizada la reparación del daño.
• Una vez iniciado el proceso penal, siempre y cuando no exista oposición del inculpado,
se podrá decretar su terminación anticipada en los supuestos y bajo las modalidades que
determine la ley. Si el imputado reconoce ante la autoridad judicial, voluntariamente y
con conocimiento de las consecuencias, su participación en el delito y existen medios de
convicción suficientes para corroborar la imputación, el juez citará a audiencia de
sentencia. La ley establecerá los beneficios que se podrán otorgar al inculpado cuando
acepte su responsabilidad.
• Adjetivamente se encuentra regulado en el Código Nacional de Procedimientos Penales,
del articulo 201 al artículo 207, que señala los requisitos de procedencia de dicha salida
anticipada, entre las cuales se encuentra la legitimidad, la oportunidad y la procedencia.
• Además, se considera como un efecto para que la justicia sea pronta y expedita como lo
marca el numeral 17 de la constitución federal, así darle seguridad jurídica al imputado y
a la víctima.
• Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos (2018).

10
8. Trámite
9. Sentencia
10. Apelación
• Para efectos de la aprobación de la celebración del procedimiento abreviado, el juez
se encuentra eximido de realizar un ejercicio de valoración probatoria para el dictado
de una sentencia de condena, sin embargo no lo exime de realizar el debido ejercicio
de concreción de los requisitos de procedencia de dicha salida anticipada, y
adecuarlos al tipo penal expuesto en la acusación, que se satisface además con el
acervo probatorio que integra la carpeta de investigación, para estar en posibilidad
de dictar la sentencia respectiva, y fijar las consecuencias jurídicas que acarrea las
responsabilidad penal, incluyendo la pena publica de reparación del daño o caso
contrario, no aprobar dicha salida.

En igualdad procesal, el juzgador debe administrar justicia a las víctimas y acusados,
como garante del proceso y en atención al irrestricto respeto a los Derechos
Humanos de ambas partes procesales no técnicas, y ejercer la tutela oficiosa de sus
derechos, tal y como lo establece nuestra Constitución en su Artículo 1ero y en su
oportunidad el artículo 134.
• Ovalle Favela, J. (2018).

11
8. Trámite
9. Sentencia
10. Apelación
• En reciente criterio jurídico, la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la
Nación consideró que el artículo 204 del Código Nacional de Procedimientos Penales
debe ser leído en conjunto con los artículos 201, fracción II, 202, 205 y 206 del
mismo ordenamiento, los cuales a la luz del artículo 20, apartado C, fracción VII, de
la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos permiten dar certeza a la
víctima u ofendido de delito de la ineludible obligación constitucional y legal del Juez
de escuchar y dar respuesta expresa en audiencia a su oposición, así como todo lo
relacionado con la debida garantía, mediante el mejor medio posible establecido por
la ley, que permita asegurar la entrega real del pago, en el menor tiempo posible .
• Y esto obedece esencialmente, al derecho de la víctima como parte de los elementos
del debido proceso, a la condena que haga el juzgador conforme los elementos
probatorios que se desprenden del sumario, o en su defecto al acreditarse el hecho
delictivo, la condena genérica cuando se ha acreditado el daño, pero no así su
cuantificación, criterio que algunos jueces consideran satisfecho con la emisión de la
sentencia, y que su materialización es propia de los procesos de ejecución y los
jueces especializados en esta materia; sin embargo, parte de la obligación del
juzgador no solo se limita en procedimiento abreviado a su dictado, sino evitar
también los procesos de revictimización y sometimiento a las vías ejecutivas de la
sentencia a la víctima para lograr consumar la reparación integral multicitada.
• Ovalle Favela, J. (2018).
12
8. Trámite
9. Sentencia
6.10. Apelación

• Esta oposición será fundada , cuando en la sentencia, la reparación del daño no sea proporcional
con el daño causado y no contenga los parámetros mínimos que señala la Ley General de Víctimas
cuando así se acredite, que incluyen el daño material, inmaterial y los perjuicios ocasionados por la
comisión del hecho sobre la víctima, y que tenga como finalidad la reinserción social de la víctima,
es decir, una reparación integral y holística del daño, como lo he referido en diversa opinión.
• Por último, dicha garantía deberá estar asegurado su pago, mediante las formas que señala la propia
codificación adjetiva, como lo es la fianza, hipoteca, prenda o cualquiera otra que a consideración
del juez cumpla suficientemente con esa finalidad, o inclusive la propia víctima podrá proponer al
juez un monto o la forma en que esta deba garantizarse, para que este último establezca si cumple
con su finalidad o en su defecto no se encuentra debidamente fundada dicha oposición y aprobar la
celebración de multicitado procedimiento especial.
• El fundamento legal de dicha garantía y sus formas de establecerla, nos obliga a acudir al artículo
173, que si bien es cierto se encuentra dentro de los lineamientos de la medida cautelar (que es
bien sabido, no tiene efectos resarcitorios), esta define los tipos de garantía en materia penal, y son:
La garantía económica podrá constituirse de las siguientes maneras: I. Depósito en efectivo; II.
Fianza de institución autorizada; III. Hipoteca; IV. Prenda; V. Fideicomiso, o VI. Cualquier otra que a
criterio del Juez de control cumpla suficientemente con esta finalidad y que incluso de manera
subsidiaria nos remite a la Legislación civil para observar las reglas generales, montos y
procedimientos para constituirse como tal.
• CPEUM (2022).

13
7. Planificación de audiencias en procesos de
conciliación, mediación o arbitraje
• En nuestro ordenamiento procesal penal se aplica la conciliación, no
para resolver la controversia generada por la comisión de un hecho
delictivo, ni mucho menos para determinar la responsabilidad penal
del imputado, sino para que, tanto imputado como víctima, arriben
a un acuerdo sobre el monto y forma de pago de la reparación civil
por los daños y perjuicios ocasionados como consecuencia del
delito.
• La Conciliación es un mecanismo hetero-compositivo de solución de
conflictos, por el cual las personas se valen de la intervención de un
tercero para que los asista en la solución a un conflicto. En el fondo,
la conciliación es una negociación asistida, donde las partes buscan
dar una solución satisfactoria permitiendo, en forma concertada, la
intervención de un tercero, que tenga la capacidad de proponer
fórmulas conciliatorias, fomentado en todo el momento del proceso
la comunicación entre las partes.
• La Conciliación Extrajudicial está comprendida como un Mecanismo
Alternativo de Resolución de Conflictos porque, en esencia, lo que
se busca es evitar el proceso judicial. Es, pues, una institución por la
cual las partes acuden a un Centro de Conciliación.
• Blander, Richard. (2021).

14
7.1 Descripción del caso y de las partes involucradas
7.2. Análisis de la normatividad y principios aplicables

• El Principio de Oportunidad es la facultad que tiene el Ministerio Público, como


titular de la acción penal pública, para (bajo determinadas condiciones
establecidas expresamente por ley) abstenerse de su ejercicio, o en su caso,
para solicitar ante el órgano jurisdiccional el sobreseimiento de la causa bajo los
mismos supuestos. Debiendo para ello existir elementos probatorios de la
comisión del delito y de la vinculación con el imputado, quien debe prestar su
consentimiento para la aplicación del citado principio.
• Atención con lo siguiente, la conciliación en el Principio de Oportunidad sólo
será propicia en los supuestos de la comisión de delitos que no afecten
gravemente el interés público y en los de mínima culpabilidad o participación
del agente, en los cuales se exige para su procedencia un acuerdo entre
imputado y víctima respecto al monto de la reparación civil u otro alternativo.
• Cuadra Ramírez, G. 2019.

15
7.1 Descripción del caso y de las partes involucradas
7.2. Análisis de la normatividad y principios aplicables
• Cabe indicar que se puede aplicar este Principio, en
los delitos cometidos en forma dolosa o culposa bajo
las condiciones establecidas por ley, cuando el
ejercicio de la acción es pública más no así en los
casos de acción privada, la que muy bien puede ser
sustituida por la conciliación en los procesos sujetos
a querella. O sea, el Principio de Oportunidad no
siempre implica el uso de la Conciliación, a la que
utiliza como una herramienta para obtener uno de
sus requisitos, que es la reparación del daño
causado a la víctima del delito.
• Representante del Ministerio Público que, como
titular de la acción penal, es el único facultado para
abstenerse de ejercitar la acción penal o, en su caso,
solicitar el sobreseimiento de la causa.
• Cuadra Ramírez, G. 2019.
16
7.3. Selección de modelo y estrategia de solución

• En los asuntos susceptibles de conciliación, la conciliación extrajudicial en


derecho es requisito de procedibilidad para acudir ante las jurisdicciones civil,
contencioso administrativa, laboral y de familia, de conformidad con lo previsto
en la presente ley para cada una de estas áreas. Como resulta evidente, la
mayor cantidad de posiciones favorables al proceso de constitucionalización
proviene de las mismas esferas constituyentes, legislativas y jurisdiccionales de
los países que han optado por esta solución.
• El Código Nacional de Procedimientos Penales dispone varios derechos a favor
de las personas víctimas, entre ellos participar en los Mecanismos Alternativos,
los cuales reducen el costo y tiempo con relación a un proceso judicial.
Permiten, además, transitar en un proceso participativo para encontrar
soluciones a sus conflictos y, sobre todo, reducen la carga de jueces y
tribunales.
• CNPP. (2022).

17
4. Documentación y desarrollo del proceso
5. Conclusiones

• ¿Qué hay detrás de la conciliación?


• Es el mecanismo voluntario mediante el cual las personas Intervinientes,
en libre ejercicio de su autonomía, proponen opciones de solución a la
controversia en la que se encuentran involucradas.
• La Conciliación, al igual que la Mediación y la Junta Restaurativa, permite
que las partes identifiquen las soluciones, generando reflexiones y
espacios de diálogo en un marco de tolerancia y respeto.
• A diferencia de la Mediación, en la Conciliación la persona facilitadora
tiene un papel más activo pues estará autorizada para proponer
soluciones basadas en escenarios posibles y discernir los más idóneos
para las personas Intervinientes, siempre con respeto a los principios
establecidos en la Ley Nacional de Mecanismos Alternativos de Solución
de Controversias en Materia Penal.
• CPEUM (2022).

18
4. Documentación y desarrollo del proceso
5. Conclusiones

• Además de propiciar la comunicación, la persona facilitadora podrá, sobre la


base de criterios objetivos, presentar alternativas de solución diversas y
proponer la alternativa que considere más viable para la solución de la
controversia.
• Quien realiza la facilitación deberá ser imparcial, mantener la
confidencialidad de la información y vigilar en todo momento que se
respeten y garanticen los derechos humanos de las personas que
intervienen.
• La persona facilitadora explicará el propósito de la Conciliación, el papel que
desempeñará, las reglas y principios que rigen la sesión así como sus
distintas fases.
• Las personas intervinientes exponen el conflicto, plantean sus
preocupaciones y pretensiones e identifican las posibles soluciones a la
controversia existente. La persona facilitadora deberá clarificar los términos
de la controversia de modo que se eliminen todos los aspectos negativos y
las descalificaciones entre quienes intervienen, para resaltar las áreas en las
que se puede propiciar el consenso.
• CPEUM (2022).
19
7.4. Documentación y desarrollo del proceso
7.5. Conclusiones

• Si quienes intervienen logran alcanzar un Acuerdo que resuelva


la controversia, la persona facilitadora lo registrará y lo
preparará para la firma de conformidad con las disposiciones
aplicables previstas en la ley.
• En definitiva, los MASC permiten que las partes en conflicto
vean resultados en menor tiempo. La negociación entre las
partes facilita la reparación del daño e impiden que se escale la
controversia al ámbito de carácter judicial.
• El acceso a los MASC es un derecho humano garantizado en el
Artículo 17 de la Constitución Política de los Estados Unidos
Mexicanos: “Las leyes preverán mecanismos alternativos de
solución de controversias. En la materia penal regularán su
aplicación, asegurarán la reparación del daño y establecerán los
casos en los que se requerirá supervisión judicial”.
• CPEUM (2022).
20
Material Complementario y Referencias

• García Ramírez, Sergio, “Comentarios sobre el Código Nacional de Procedimientos Penales de


2014”, Boletín Mexicano de Derecho Comparado, nueva serie, año XLVII, núm. 141, septiembre-
diciembre de 2014.

• Natarén Nandayapa, Carlos y Caballero Juárez, José Antonio, Los principios constitucionales del
nuevo proceso penal acusatorio, México, UNAM, 2013.

• Rodríguez Vázquez, Miguel Ángel, La casación y el derecho de recurrir en el sistema acusatorio,


México, UNAM-Instituto de Formación Profesional de la Procuraduría General de Justicia del
Distrito Federal, 2013.

• Zamora Pierce, Jesús, Juicio oral. Utopía y realidad, 3a. ed., México, Porrúa, 2011.

• ZAFFARONI, E. R. Derecho penal. Parte general. México: Porrúa, 2011.

• ALEXY, R. “Sistema jurídico. Principios jurídicos y razón práctica”. Ponencia presentada en las IV
Jornadas Interamericanas de Lógica e Informática Jurídicas, celebradas en San Sebastián en
septiembre de 1988: http://www. biblioteca.org.ar/libros/141737.pdf

• ZAVALA, J. “El Procedimiento Abreviado”, en Revista Jurídica on line,


http://www.revistajuridicaonline.com/ images/stories/revistas/2008/23-tomo2/23b_el_
procedimiento_abreviado.pdf
21
Referencias
TIPO TÍTULO AUTOR EDITORIAL AÑO

1 Libro Manual de negociación, mediación y conciliación Bravo Peralta, Martín Virgilio Porrúa 2019 o
vigente

2 Libro Manual de derecho arbitral Bravo Peralta, Martín Virgilio Porrúa 2016 o
vigente

3 Libro Mediación y conciliación extrajudicial Peña Gonzáles, Oscar Flores Editores 2017 o
vigente

4 Libro Manual de Mediación Penal, Civil, Familiar y Justicia Gorjón-Gómez, Francisco; Vera Carrera, Tirant lo Blanch 2018 o
Restaurativa Jessica Marisol; Bravo Garza, Amalia del vigente
Pilar; et al

5 Libro Principios generales del arbitraje Fernández Rozas, José Carlos; Sánchez Tirant lo Blanch 2018 o
Lorenzo, Sixto Alfonso; Stampa, Gonzalo vigente

6 Libro Las soluciones alternas y formas de terminación Meza Fonseca, Emma Wolters Kluwer 2014 o
anticipada en el proceso penal acusatorio vigente

7 Libro Cuestiones prácticas para la aplicación de la Cervelló Donderis, Vicenta; Guardiola Tirant lo Blanch 2016 o
mediación penal García, Javier vigente

22
Conciliación, Mediación y Arbitraje.

El arbitraje, supuestos y jurisdicción

Semana 4: Del 12 al 18 de Febrero de 2024

1 / 10
Temario

5. El arbitraje, supuestos y jurisdicción


1. Principios rectores del proceso de arbitraje
1. Equivalencia jurisdiccional
2. Autonomía de voluntad de las partes
3. Intervención limitada de las instituciones judiciales
2. Particularidades del acuerdo arbitral
1. Separación y autonomía del acuerdo
2. Validez formal y sustancial
3. Eficacia negativa
4. Potestad, pronunciamiento y posibilidad de impugnación
3. El árbitro y su relación con las partes
1. Características de la función arbitral
2. Aspectos éticos

2
Temario

5.3.3. Inmunidad y responsabilidad limitada del árbitro


4.Procedimiento arbitral 5.4.1. Organización, sustanciación y
gestión de las actuaciones arbitrales
2. Elementos facilitadores del proceso arbitral
3. Práctica de audiencias arbitrales
5. Laudo arbitral
1.Irrevocabilidad y colegialidad
2. Laudo de derecho y de equidad
3. Modalidades de congruencia y efectos de impugnación
del laudo
4.Difusión limitada y violación del deber de
confidencialidad

3
Objetivos Específicos

El alumno analizará los siguientes objetivos:

• Identificar los medios más convenientes al momento de intervenir en una


negociación, conciliación y arbitraje, así como conocer los principios
rectores, su eficacia y aplicación en los distintos procesos de los MASC.
• •Elaborar y redactar una serie de textos que cumplan con las características
y objetivos del mismo.
• •Presentar un proyecto de “Arbitraje” utilizando la estructura adecuada.

4
5. El arbitraje, supuestos y jurisdicción

• En diversas hipótesis, la misión conferida al árbitro


va más allá del marco de la función jurisdiccional
clásica, que le es ordinariamente otorgada. El árbitro
tiende a convertirse en una especie de regulador de
un contrato en proceso de formación o de
ejecución, respecto del cual se le encomienda,
según el caso, completarlo, adaptarlo a las nuevas
situaciones o ajustarlo para que supere las
divergencias que existen entre las partes. Esto nos
conduce a preguntarnos sobre el verdadero título,
en virtud del cual interviene: ¿lo hace en calidad de
árbitro, es decir, como un juez investido de poder
jurisdiccional? O ¿simplemente en calidad de
tercero que actúa en nombre de las partes, como un
mandatario común o un experto?
• Bruno Oppetit, Teoría del arbitraje, pp 289 (2006)

5
5.1. Principios rectores del proceso de arbitraje
• Los autores Fenech y Serra Domínguez y describen sus posiciones de la siguiente
manera:
• Para el primero, el estudio de la naturaleza del arbitraje no debe tomar como punto
de partida la relación o el contrato existente entre las partes y los árbitros designados,
sino más bien la función misma que estos desarrollan. En este orden de ideas, cuando
las partes designan árbitros se comprometen a someterse a su decisión, admitiendo
su obligatoriedad; por su parte, los árbitros resuelven una controversia jurídica —no
económica— en la forma y con las características que lo hace un juez en una
sentencia, es decir, con ejecutoriedad incondicionada y con efecto de cosa juzgada
plena, poder que solo puede devenir a los árbitros del Estado.
• Para el segundo, los árbitros poseen autoridad pero no potestad, atributo exclusivo
del Estado. Es por esta razón que los árbitros deberán solicitar el apoyo judicial
respecto de aquellas decisiones que requieran la potestad, como la ejecución del
laudo arbitral. Por consiguiente, aquellas decisiones con carácter meramente
declarativo y constructivo, en sentido amplio, gozan de plena eficacia jurídica sin
necesidad de intervención de ningún órgano estatal.

• Bruno Oppetit, Teoría del arbitraje, pp 289 (2006)

6
5.1.1. Equivalencia jurisdiccional
El proceso jurisdiccional y el arbitraje tienen como
característica común el ser soluciones hetero-
compositivas del litigio, es decir, soluciones provenientes
de un tercero ajeno a la relación sustancial. Pero
mientras que la obligatoriedad de la solución que implica
el proceso jurisdiccional deriva de la ley y de la autoridad
misma del Estado, la obligatoriedad del arbitraje sólo
puede tener como fundamento el acuerdo de las partes
de someter determinado litigio a la solución arbitral.
Asimismo, mientras la resolución final que se dicte con
motivo del proceso —la sentencia— posee fuerza
ejecutiva por sí misma y, por tanto, podrá ser ejecutada
por el juez que la haya dictado, en cambio, la resolución
final dictada con motivo del arbitraje —el laudo— no
posee fuerza ejecutiva por sí misma, por lo cual su
ejecución sólo podrá lograrse acudiendo a un juez que la
ordene.
Ovalle Favela, J. (2018).

7
2. Autonomía de voluntad de las partes
3. Intervención limitada de las instituciones judiciales
• “Se entiende por arbitraje —expresa Jean Robert— la
institución de una justicia privada gracias a la cual los litigios son
sustraídos a las jurisdicciones de derecho común, para ser
resueltas por individuos revestidos, circunstancialmente, de la
misión de juzgarlos.”
• De este modo, en tanto que los órganos del Estado encargados
de manera permanente de conocer y resolver los procesos
jurisdiccionales tienen delimitada su competencia en la ley, los
árbitros no son órganos de autoridad del Estado y sólo conocen
del litigio o los litigios que las partes acuerdan expresamente
someterles.
• Aun en el caso de que las partes nombren como árbitro a una
persona que tenga un cargo público o a una institución pública,
ésta no podrá, en el desempeño de su función arbitral, hacer
uso de la autoridad propia que posea; para ejecutar el laudo o
las medidas que dicte con motivo del arbitraje, dicha persona
deberá recurrir a la autoridad del juez competente.
8
• Ovalle Favela, J. (2018).
2. Autonomía de voluntad de las partes
3. Intervención limitada de las instituciones judiciales
• En una de las más importantes obras del arbitraje comercial internacional, Alan
Redfern y Martin Hunter no dudan en calificar al arbitraje internacional como un
método de solución de controversias eminentemente privado, efectivo y con
aspiraciones de instrumento universal para resolver controversias en el ámbito del
comercio internacional. No obstante, señalan los reconocidos autores, existen
diferencias económicas y jurídicas de fondo entre los arbitrajes que tienen un
carácter internacional y aquellos que comportan una connotación eminentemente
local, que derivan en que su práctica se desenvuelva en entornos y presupuestos
completamente diferentes. Bajo estos presupuestos, consideran justificables, en
ciertos casos, la aplicación de criterios diferenciadores para favorecer o limitar la
liberalización del arbitraje y la existencia de ciertos controles jurisdiccionales en su
trámite.
• Ovalle Favela, J. (2018).

9
5.2. Particularidades del acuerdo arbitral

• Existen ordenamientos que comportan un único cuerpo normativo para regular el


arbitraje nacional y el internacional, sobre la base, por ejemplo, de la Ley Modelo de
Arbitraje. Lo anterior significa que los trámites adelantados en estas sedes,
independientemente de su nacionalidad, se rigen por un cuerpo normativo idéntico
que tiende a ser bastante flexible y adaptado a estándares internacionales en cuanto
a las funciones de los árbitros, la flexibilidad del procedimiento, los recursos
existentes frente a las decisiones del tribunal arbitral, etc. Estos sistemas legales, por
fundarse en cuerpos normativos singulares, se denominan monistas.
• Estos ordenamientos, que consagran regulaciones diversas en uno y otro caso se
denominan dualistas. En este orden de ideas, en los arbitrajes con “vocación” de
internacionalidad, las partes envueltas en la relación jurídica no suelen tener vínculo
alguno con el lugar en el que se adelanta el arbitraje, dado que precisamente el lugar
de la sede se escoge tomando en cuenta factores de neutralidad en relación con los
extremos conflictuales y la controversia misma.
• Ovalle Favela, J. (2018).

10
1. Separación y autonomía del acuerdo
2. Validez formal y sustancial

• El arbitraje es un sistema de solución de conflictos en que la voluntad de las


partes, se somete a la voluntad de un tercero. En el fondo del arbitraje existe un
pacto o convenio entre los contendientes en el sentido de que someterán sus
voluntades a la convicción y al pronunciamiento del tercero, con el compromiso
de cumplir con lo que por él se decida.
• Por ello se dice que el arbitraje es el mecanismo que tiene por objeto la
composición del conflicto por una persona u organismo cuyo laudo una vez
dictado tiene que cumplirse obligatoriamente, de ahí que en el arbitraje se suple
el entendimiento directo de las partes y queda reemplazado por el acuerdo
entre ellas, por una decisión del conflicto que proviene de un tercero llamado
arbitro.
• Cuadra Ramírez, G. 2019.

11
1. Separación y autonomía del acuerdo
2. Validez formal y sustancial
• No todos los países han entendido de la misma
manera la autonomía del arbitraje internacional,
ni la necesidad de legislar específicamente sobre
la materia. Los cuestionamientos que se derivan
de esta dicotomía son planteados por estos
autores en los siguientes términos: ¿Es necesario
que los ordenamientos jurídicos nacionales
reglamenten el arbitraje internacional de manera
diferente al doméstico? ¿Lo que es bueno para el
arbitraje interno es bueno para el internacional?
Las condiciones y necesidades que alientan el
tratamiento diferenciado del arbitraje
internacional, ¿no son también las que deben
orientar el desenvolvimiento del arbitraje
interno?
• Cuadra Ramírez, G. 2019.
12
3. Eficacia negativa
4. Potestad, pronunciamiento y posibilidad de impugnación
• Para aquellos que atienden al innegable origen contractual del arbitraje y fundan su
percepción desde una perspectiva prevalentemente privada y de alcance particular, su
incorporación en los textos constitucionales pareciera derivar en una incómoda
asociación a un área completamente ajena a los preceptos que cimentan la figura.
• Ahora bien, en el entorno latinoamericano podemos encontrar abundante literatura en
relación con la constitucionalización del arbitraje, dado que dicho fenómeno se
encuentra presente en un sinnúmero de ordenamientos, tanto por la inclusión de la
figura por vía directa en el texto constitucional o por el reconocimiento de esta como de
categoría constitucional por cuenta de la jurisprudencia.
• Como resulta evidente, la mayor cantidad de posiciones favorables al proceso de
constitucionalización del arbitraje proviene de las mismas esferas constituyentes,
legislativas y jurisdiccionales de los países que han optado por esta solución.
• La celebración del acuerdo arbitral implica el sometimiento de las partes a la decisión
de los árbitros respecto de aquellas cuestiones que ellas mismas han identificado como
la materia a resolver en el juicio arbitral. Las partes deciden allí que ciertas cuestiones
serán resueltas por árbitros, en lugar de ser decididas por los tribunales judiciales.
• Gonzalez Morales, V. (2017).

13
3. El árbitro y su relación con las partes
1. Características de la función arbitral

• A manera de ejemplo, podemos señalar la Exposición de Motivos de la


Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, la cual dispuso:
• (…) se incorporan al sistema de justicia, los medios alternativos para la
resolución de controversias, tales como el arbitraje, la mediación y la
conciliación, todo ello con el objeto de que el Estado los fomente y los
promueva sin perjuicio de las actividades que en tal sentido puedan
desarrollar las academias, universidades, cámaras de comercio y la
sociedad civil en general (…).
• Asimismo, siendo que la administración de justicia no es monopolio
exclusivo del Estado, aunque solo éste puede ejercer la tutela coactiva de
los derechos, es decir, la ejecución forzosa de las sentencias, la
Constitución incorpora al sistema de justicia a los ciudadanos que
participan en el ejercicio de la función jurisdiccional integrando jurados o
cualquier otro mecanismo que la ley prevea.
• Ovalle Favela, J. (2018).

14
5.3. El árbitro y su relación con las partes
5.3.1. Características de la función arbitral

• En consonancia, la Corte Suprema de Justicia de ese país se ha


pronunciado sobre el particular, en los siguientes términos:
• “A juicio de esta Sala, al ampliar la Constitución el sistema de
justicia con la inclusión de modos alternos a la resolución de
conflictos -entre los que se encuentra el arbitraje- al de la
función jurisdiccional ordinaria que ejerce el Poder Judicial, se
replanteó el arquetipo del sistema de justicia, lo cual si bien
implica un desahogo de la justicia ordinaria, comporta que el
arbitraje no pueda ser considerado como una institución ajena
al logro de una tutela jurisdiccional verdaderamente eficaz y,
por lo tanto, excluye la posibilidad que el arbitraje y demás
medios alternativos de resolución de conflictos sean
calificados como instituciones excepcionales a la jurisdicción
ejercida por el Poder Judicial”.
• Ovalle Favela, J. (2018).
15
2. Aspectos éticos
3. Inmunidad y responsabilidad limitada del árbitro

• En cuanto a las cuestiones éticas, el establecimiento de limitaciones a la


actuación del Estado y sus entidades fundadas en el poder del
constituyente y/o en nociones difusas de interés público.
• La búsqueda de protección efectiva de los derechos individuales y/o
garantías fundamentales en el escenario arbitral.
• La aplicación de normas de orden constitucional a los árbitros, derivadas
de la calificación de estos como jueces. Particularmente, la impugnación
de sus decisiones por las vías por las que normalmente se atacan las
decisiones de carácter judicial.
• La existencia de controles de carácter constitucional de las leyes, lo que
implica que las disposiciones que tienden a regular los aspectos propios
de la materia arbitral sean objeto de cotejo permanente a través de
acciones encaminadas a obtener declaratorias de inconstitucionalidad
por parte de los estamentos judiciales competentes.
• Ovalle Favela, J. (2018).

16
2. Aspectos éticos
3. Inmunidad y responsabilidad limitada del árbitro

• En conclusión podemos
afirmar que la prescripción
relativa a la exclusiva potestad
de los jueces y tribunales para
juzgar y ejecutar lo juzgado, se
refiere a los diversos tipos de
procesos judiciales, y el
arbitraje no tiene un origen
procesal en sí mismo sino que
se funda en la inderogable
autonomía de la voluntad de
los ciudadanos como sujetos
libres, lo que no implica su
renuncia al derecho
fundamental de acceso a la
jurisdicción.
• Ovalle Favela, J. (2018).

17
4. Procedimiento arbitral
1.Organización, sustanciación y gestión de las actuaciones
arbitrales
• El procedimiento arbitral se caracteriza por ser más flexible que el judicial. Como regla,
las partes son libres de convenir el procedimiento aplicable, con el único límite de no
afectar la garantía del debido proceso. Ello es así porque el sometimiento a arbitraje
lleva implícita la voluntad de las partes de ser juzgadas sobre la base de un
procedimiento que, aunque leal y respetuoso de las garantías procesales, permita a los
árbitros dar una recta solución al problema de fondo, sin rígidas ataduras ni complejos
artificios formales.
• El proceso arbitral puede tomar muchas formas. En algunos arbitrajes, las partes
pueden acordar que todo el conflicto se resuelva en base a presentaciones escritas, sin
audiencias orales. En otros, se requiere celebrar varias audiencias, con pocas memorias
escritas presentadas. Ello significa que si bien pueden determinarse etapas que
generalmente se presentan en los arbitrajes internacionales, siempre existen
particularidades caso por caso.
• En muchos casos, algunas de estas etapas pueden darse simultáneamente. En cuanto
al cálculo del tiempo del procedimiento, es necesario contemplar como variables la
disponibilidad del tribunal y la conducta de las partes, más allá de las particularidades
de cada caso.
• Ovalle Favela, J. (2018).

18
4. Procedimiento arbitral
1.Organización, sustanciación y gestión de las actuaciones
arbitrales
• Un laudo es una sentencia. Las legislaciones le asignan
idéntica validez jurídica a los laudos dictados por los
árbitros que a las sentencias dictadas por los jueces. Se le
reconoce la condición de res judicata y se habilitan, para su
ejecución, los mismos medios y procedimientos que los
previstos para las sentencias judiciales. Como explicamos al
inicio, el arbitraje es un sistema de resolución de conflictos
por el cual se busca poner fin a una controversia. Y esta
controversia es resuelta por jueces privados, que no
revisten la calidad de jueces del Estado pero que tienen
jurisdicción suficiente para hacer obligatoria su decisión.
• Los ordenamientos jurídicos en general reconocen esta
justicia administrada por particulares, al admitir
expresamente que mediante un acuerdo de voluntades se
pueda excluir –respecto de ciertos casos que no afectan
intereses generales– la jurisdicción judicial, y asimismo le
atribuyen a las decisiones arbitrales el valor de la cosa
juzgada, habilitando para su ejecución los procedimientos
de ejecución de sentencias judiciales.
• Ovalle Favela, J. (2018).
19
4. Procedimiento arbitral
1.Organización, sustanciación y gestión de las actuaciones
arbitrales

20
2. Elementos facilitadores del proceso arbitral
3. Práctica de audiencias arbitrales
• En México existen diversas instituciones
administradoras de arbitraje, tales como la
Comisión de Mediación y Arbitraje de la
Cámara Nacional de Comercio de la Ciudad de
México, el Centro de Arbitraje de México
(CAM) y el Centro de Arbitraje de la Industria
de la Construcción (CAIC). Hay también
algunos organismos internos que tienen entre
sus funciones la de fungir como árbitros en
aquellos conflictos que las partes interesadas
acuerden expresamente someterles.
• Entre tales organismos se pueden mencionar
la Procuraduría Federal del Consumidor, la
Comisión Nacional para la Protección y
Defensa de los Usuarios de los Servicios
Financieros, el Instituto Nacional del Derecho
de Autor, etc. Todos estos organismos actúan
sólo cuando las partes acuerdan someterles
su conflicto; los laudos que —en su caso—
dicten sólo pueden ser ejecutados por los
jueces competentes y no por los organismos
arbitrales.
• Ovalle Favela, J. (2018).
21
5. Laudo arbitral
1. Irrevocabilidad y colegialidad

• Como se ha señalado, los árbitros carecen del imperium propio de los


jueces estatales, pero ello no significa que tengan menos jurisdicción, ya
que los jueces solo deberán prestarles auxilio para hacer cumplir
forzadamente aquellas decisiones arbitrales en que se requiera el
empleo de coerción.
• Si bien no se concede a los árbitros la potestad de ejercer por sí la
coerción necesaria para hacer cumplir sus decisiones, se pone a su
disposición el aparato jurisdiccional público a través del cual podrán
obtenerla.
• El juicio arbitral es un proceso destinado a que un tercero imparcial
declare un derecho que una de las partes cree tener y la otra
controvierte y, sobre esa base, imponga la solución. El laudo, que
adjudica los derechos de cada parte conforme las pretensiones
deducidas, no es sino el resultado de un juicio contradictorio de
conocimiento, que tiene por objeto obtener certidumbre respecto de
una situación fáctica y jurídica determinada y, eventualmente, una
sentencia de condena.
• Ovalle Favela, J. (2018).

22
5. Laudo arbitral
1. Irrevocabilidad y colegialidad

• Se debe partir del principio de que las partes, al acordar el arbitraje, se


comprometen a cumplir obligatoriamente con el laudo dictado en el
proceso. Sin embargo, los laudos pueden ser incumplidos o sujetos a
ciertas vías recursivas. Contra los laudos pueden caber, en general, dos
recursos: apelación y nulidad.
• El primero abre al tribunal de alzada una jurisdicción revisora amplia,
que le permite examinar inclusive los méritos del laudo, es decir valorar
la prueba nuevamente y dictar una nueva sentencia que modifique o
conforme la anterior.
• En el caso del recurso de nulidad, este sólo provoca una revisión
limitada a determinadas causales de nulidad contempladas en la ley, sin
que pueda examinarse el fondo. Estas causales suelen ser taxativas y
reducidas justamente en base al principio pro-arbitral. Sin perjuicio de
ello, la tendencia legislativa mundial, con escasísimas excepciones, ha
consagrado un modelo de arbitraje de instancia única: los laudos no son
apelables ni revisables judicialmente en cuanto a sus méritos, siendo
únicamente impugnables a través de un recurso de anulación por
causales consideradas universalmente aceptables.
• Ovalle Favela, J. (2018).

23
5.5.2. Laudo de derecho y de equidad
3. Modalidades de congruencia y efectos de impugnación del laudo
4. Difusión limitada y violación del deber de confidencialidad

• El laudo es la decisión definitiva dictada por el árbitro para


resolver el conflicto sometido a arbitraje. Equivale a la
sentencia definitiva pronunciada por el juez en el proceso
jurisdiccional. Los árbitros deben decidir el litigio conforme a las
normas de derecho que las partes hayan convenido. Si las
partes no hubieren estipulado la ley que debe regir el fondo del
litigio, el tribunal arbitral, tomando en cuenta las características
y conexiones del caso, determinará el derecho aplicable. En
ambos casos se trata de un arbitraje de derecho. En cambio,
cuando el tribunal arbitral es facultado para decidir ya no
conforme a derecho sino como “amigable componedor o en
conciencia”, el arbitraje será de equidad.

• Ovalle Favela, J. (2018).


24
2. Laudo de derecho y de equidad
3. Modalidades de congruencia y efectos de impugnación del laudo
5.5.4. Difusión limitada y violación del deber de confidencialidad
• Contra el laudo arbitral no procede recurso alguno.
• I. Este precepto prevé, sin embargo, que contra la ejecución del laudo la parte afectada podrá
pedir que se deniegue la ejecución, para lo cual deberá probar alguno de los siguientes
supuestos:
• a) Que una de las partes en el acuerdo de arbitraje estaba afectada por alguna incapacidad, o
que dicho acuerdo no es válido en virtud de la ley a que las partes lo han sometido, o si nada se
hubiere indicado a este respecto;
• b) No fue debidamente notificada de la designación de un árbitro o de las actuaciones
arbitrales, o no hubiere podido, por cualquier otra razón, hacer valer sus derechos;
• c) El laudo se refiera a una controversia no prevista en el acuerdo de arbitraje o contiene
decisiones que exceden los términos del acuerdo de arbitraje. No obstante, si las disposiciones
del laudo que se refieren a las cuestiones sometidas al arbitraje pueden separarse de las que no
lo están, se podrá dar reconocimiento y ejecución a las primeras;
• d) La composición del tribunal arbitral o el procedimiento arbitral no se ajustaron al acuerdo
celebrado entre las partes o, en defecto de tal acuerdo, que no se ajustaron a la ley del país
donde se efectuó el arbitraje; o
• e) El laudo no sea aún obligatorio para las partes o hubiere sido anulado o suspendido por el
juez del país en que, o conforme a cuyo derecho, hubiere sido dictado ese laudo.

• Ovalle Favela, J. (2018).

25
2. Laudo de derecho y de equidad
3. Modalidades de congruencia y efectos de impugnación del laudo
5.5.4. Difusión limitada y violación del deber de confidencialidad
• El arbitraje es un medio jurídico para resolver litigios basado
en la voluntad de las partes que eligen a particulares a
quienes les confían la toma de una decisión de suyo
obligatoria, con lo que buscan rapidez, economía e
imparcialidad; asimismo, como negocio jurídico, en gran
medida sustituye a la jurisdicción civil del Estado, por lo que
el auténtico arbitraje participa de la voluntad de los sujetos
obligados, quienes acuden a él para evitar un
procedimiento jurisdiccional que podría resultar lento,
complicado, costoso, demasiado formal y sin la
especialización que las partes esperarían de un tribunal. Por
su parte, el laudo arbitral constituye la decisión tomada por
el árbitro o por el tribunal arbitral encaminada a resolver un
conflicto de intereses, sin que sea propiamente una
sentencia, sino una resolución que pone fin a un
procedimiento arbitral, llevado a cabo con motivo de un
compromiso inter-partes, quienes previamente convinieron
someterse a ese procedimiento y a esa decisión que, una
vez tomada, les es obligatoria.

• Ovalle Favela, J. (2018).


26
2. Laudo de derecho y de equidad
3. Modalidades de congruencia y efectos de impugnación del laudo
5.5.4. Difusión limitada y violación del deber de confidencialidad
• Si bien el laudo es uno de los supuestos de la vía
de apremio, el juez todavía debe otorgarle
cierto reconocimiento antes de ordenar su
ejecución. Sólo hasta entonces se equipara a
una sentencia. Estas ideas y criterios de
interpretación judicial son válidos para el
arbitraje civil. Sin embargo, se debe tener
presente que las leyes que regulan el arbitraje
de algunos organismos públicos, como la
Procuraduría Federal del Consumidor y la
Comisión Nacional para la Protección y Defensa
de los Usuarios de los Servicios Financieros, han
distorsionado la naturaleza del arbitraje y han
facultado a dichos organismos para ordenar la
ejecución de sus laudos. Por esta razón, la
jurisprudencia ha considerado que los laudos
que dictan estos organismos son verdaderos
actos de autoridad en contra de los cuales
procede el juicio de amparo.

• Ovalle Favela, J. (2018).

27
Material Complementario y Referencias

• Cfr. la tesis de jurisprudencia 2a./J. 49/2001, “PROCURADURÍA FEDERAL DEL CONSUMIDOR.


SUS LAUDOS ARBITRALES SON ACTOS DE AUTORIDAD PARA EFECTOS DEL JUICIO DE
AMPARO”, Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, novena época, t. XIV, octubre de
2001, p. 426, registro 188539;

• Tesis aislada I.13o.A.119 A, “COMISIÓN NACIONAL PARA LA PROTECCIÓN Y DEFENSA DE LOS


USUARIOS DE SERVICIOS FINANCIEROS (CONDUSEF), PROCEDE EL AMPARO CONTRA LOS
LAUDOS QUE EMITA”, Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, novena época, t.
XXII, septiembre de 2005, p. 1428, registro 177351.

• 1Jean Robert, Arbitrage civil et commercial (droit interne), 3a. ed., t. I, Sirey, París, 1961, p.
7. 2 Cfr. Humberto Briseño Sierra, El arbitraje en el derecho privado, UNAM, México, 1963,
pp. 19 a 21; Sergio García Ramírez, Derecho mixto y derecho procesal, Escuela Nacional de
Artes Gráficas, México, 1975, pp. 95 a 98; Eduardo Pallares, Diccionario de derecho procesal
civil, 15a. ed., Porrúa, México, 1966. 3 Para un estudio detallado del arbitraje internacional
puede consultarse Modesto Seara Vázquez, Derecho internacional público, 18ª ed., Porrúa,
México, 2000, pp. 321-325.

• CAIVANO, Roque J., Los métodos alternativos de resolución de confictos en América Latina:
logros y desafíos, Revista Peruana de Análisis, Prevención y Gestión de Confictos, Pontifcia
Universidad Católica del Perú, Año 1, N° 1, septiembre de 2007, pag. 51 y ss.

28
Material Complementario y Referencias

• GAMBOA MORALES, Nicolás, Consideraciones sobre la práctica arbitral internacional: Un


tema de refexión, Revista Internacional de Arbitraje, N° 2, ed. Legis, Bogotá, enero-junio de
2005, pag. 97 y ss.

• RUBINO-SAMMARTANO, Mauro, International Arbitration – Law and Practice-, Third edition,


2014, pag. 97

• Biblio Juridicas UNAM


• https://archivos.juridicas.unam.mx/www/bjv/libros/11/5023/13.pdf

• Corte Interamericana de Derechos Humanos


• https://www.corteidh.or.cr/tablas/r32022.pdf

29
Referencias
TIPO TÍTULO AUTOR EDITORIAL AÑO

1 Libro Manual de negociación, mediación y conciliación Bravo Peralta, Martín Virgilio Porrúa 2019 o
vigente

2 Libro Manual de derecho arbitral Bravo Peralta, Martín Virgilio Porrúa 2016 o
vigente

3 Libro Mediación y conciliación extrajudicial Peña Gonzáles, Oscar Flores Editores 2017 o
vigente

4 Libro Manual de Mediación Penal, Civil, Familiar y Justicia Gorjón-Gómez, Francisco; Vera Carrera, Tirant lo Blanch 2018 o
Restaurativa Jessica Marisol; Bravo Garza, Amalia del vigente
Pilar; et al

5 Libro Principios generales del arbitraje Fernández Rozas, José Carlos; Sánchez Tirant lo Blanch 2018 o
Lorenzo, Sixto Alfonso; Stampa, Gonzalo vigente

6 Libro Las soluciones alternas y formas de terminación Meza Fonseca, Emma Wolters Kluwer 2014 o
anticipada en el proceso penal acusatorio vigente

7 Libro Cuestiones prácticas para la aplicación de la Cervelló Donderis, Vicenta; Guardiola Tirant lo Blanch 2016 o
mediación penal García, Javier vigente

30
Norba 15
Revista de Historia.
Cáceres, 2001: 237-254

PRINCIPALES TEORÍAS SOBRE EL CONFLICTO SOCIAL


PEDRO-LUIS LORENZO CADARSO

El conflicto social ha generado un abundante nŭmero de reflexiones teóricas, fundamen-


talmente desde el campo de la sociologia l . Dichas reflexiones han tomado a la revolución, el
conflicto social por excelencia, como principal referencia y ello ha condicionado notablemente
sus posicionamientos, no sólo a nivel intelectual, sino también en términos políticos.
Por otro lado, no es fácil explicar las teorías del conflicto: las distintas escuelas, por Ilamar-
las de algŭn modo, han evolucionado sus posiciones notablemente y en la práctica investigadora
se detecta con frecuencia un acusado eclecticismo. Entiéndase pues que la explicación que sigue
es, stricto sensu, una simplificación sin otro objeto que facilitar en términos didácticos un primer
acercamiento teórico al fenómeno de las luchas sociales2.
En términos genéricos, una teoría del conflicto social difícilmente será autónoma, lo nor-
mal es que forme parte de una concepción global de la realidad social y de su funcionamiento.
De ahí que se pueda hablar de dos grandes concepciones del orden social, las cuales condicio-
nan la interpretación de los conflictos sociales:

a.- Teorías consensualistas: La organización de cualquier sistema social tiende a la


autocompensación entre los actores y las fuerzas que articulan sus estructura y su
funcionamiento. Los conflictos sociales son pues situaciones anómalas, fruto de una
alteración en el discurso normal de la vida social, de manera que tenderán a ser
explicados en términos espasmódicos.
b.- Teorías conflictivistas: La sociedad encierra dentro de sí una serie de contradicciones
y objetivos colectivos contrapuestos que provocan confrontación de intereses. Por esta
razón, el conflicto es inherente a cualquier dinámica social, es un imperativo estructu-
ral y un motor del cambio social.

I Recomiendo, para una primera ampliacidn sobre este tema, tres obras: COHAN, A. S.: Introducción a las teorías
de la revolución, Madrid, 1977; REX, J.: El conflicto social, Madrid, 1985; AYA, R.: "Reconsideración de las teorías de
la revolucidn", en Zona Abierta, n.° 36-37, 1985, pp. 27-53; y GINER, S.: Sociología, Barcelona, 1988, pp. 195-233;
PERF2 LEDESMA, M.: "Cuando Ileguen los días de c6lera. Movimientos sociales, teoría e historia", en Zona Abierta, 69,
1994; y ÁLVAREZ JUNCO, J.: "Aportaciones recientes de las ciencias sociales al estudio de los movimients sociales", en
BARROS, C.: Historia a debate, Santiago de Compostela, 1991, T. III.
2 Este artículo resume un capítulo de mi obra Fundamentos teóricos del conflicto social que editará SIGLO XXI DE ESPA-
ÑA en breve.
238 PEDRO-LUIS LORENZO CADARSO

1. EL MARXISMO

El marxismo ha sido probablemente la corriente intelectual que más ha contribuido a la


interpretación contemporánea del conflicto social, tanto por sus aportaciones teóricas y en la
práctica investigadora como por la reacción incentivadora que ha provocado en otros ámbitos
ideológicos o metodológicos. No se trata sólo, además, de las novedades conceptuales que apor-
tó y sigue aportando, sino de su papel capital en la adopción de actitudes mentales diferentes
hacia este tipo de fenómenos, caracterizadas por su valoración como factores de cambio social
creativo y por la consideración de la rebeldía popular como algo más que protestas ante las
injusticias o respuestas desesperadas ante situaciones extraordinarias3.
En cualquier caso, hablar de marxismo es referirse a una teoría que no ha dejado de evolu-
cionar desde la obra de Marx hasta el momento presente. No es fácil unificar el pensamiento
sobre el conflicto social y la revolución de corrientes marxistas tan diferenciadas como la obra
de Gramsci 4 , el marxismo soviético, el estructuralismo de Althusser 5 , los marxistas franceses del
círculo de Annales, las ŭltimas corrientes del marxismo británico 6 , la fusión entre marxismo y
funcionalismo 7 o el llamado posmarxismo8, entre otras. Pese a lo dicho, y asumiendo el riesgo
de la superficialidad y la parcialidad, vamos a tratar de reconstruir la interpretación marxista del
conflicto social, limitándonos a reseriar aquellos conceptos que más la identifican9.

1.1. LAS CAUSAS DEL CONFLICTO SOCIAL


El punto de partida intelectual de la concepción marxista de los rnovimientos sociales está
en una interpretación de los sistemas en clave conflictiva: La historia de todas las sociedades
habidas hasta hoy ha sido la historia de la lucha de clases 10. El conflicto es pues inherente a
todo sistema social, algo así como un imperativo estructural mientras que la sociedad siga arti-
culándose de manera clasista.
Concretando más, las tensiones sociales tienen dos orígenes que se complementan, uno de
orden social —la actitud de las clases antagónicas en cada sociedad— y otro de tipo socioeconó-
mico —la interacción entre fuerzas productivas y relaciones de producción—. El primero de ellos
tiene, obviamente, dos —o más— actores: la clase que ejerce como grupo dirigente en términos
políticos y económicos, y la clase sometida, pero con aspiraciones a dejar de serlo. La actitud
de los grupos dirigentes, dirá Marx, es siempre esencialmente conservadora, manteniendo una
actitud hostil hacia la innovación y procurándose mecanismos que perrnitan su cierre social y su
autorreproducción como clase dominante.
Por otro lado, a un nivel socioeconómico se habla de la existencia de contradicciones, tanto
por los intereses de clase como por la dicotomía que puede producirse entre la división social
del trabajo y la riqueza y el estadio de desarrollo de las fuerzas productivas.

3 Una visión crítica de las aportaciones recientes del marxismo al estudio de los movimientos sociales desde los
años 60 (aunque se admite la importacia de esta interpretación en periodos anteriores) puede verse en ÁLVAREZ JUNCO,
J.: "Aportaciones recientes de las ciencias sociales al estudio de los movimientos sociales", en BARROS, C. (ed.): Histo-
ria a debate, Santiago de Compostela, 1995, pp. 98-101.
Véanse especialmente sus Cartas desde la cárcel, Madrid, 1975.
5 Véase una sintesis clásica en HARNECKER, M.: Los conceptos fundamentales del Materialismo histórico, Ed. Siglo XXI.
6 Véase KAYE, H. J.: Los historiadores marxistas británicos, Zaragoza, 1989.
7 Un ejemplo clásico es WALLERSTEIN, I.: El moderno sistema mundial, Madrid, 1979.
8 Véase CAINZOS LCIPEZ, M. A.: "Clase, acción y estructura: de E.P. Thompson al posmarxis.mo", en Zona Abierta,
50, 1989, pp. 1-69.
9 Un excelente trabajo, con temática más amplia que el marxismo, es GINER, S.: Historia del pensamiento social,
Barcelona, 1975.
1 ° MARX, K. y ENGELS, F.: El Manifiesto del Partido Comunista, Madrid, ed. de Alhambra, 1985, p. 45.
PRINCIPALES TEORÍAS SOBRE EL CONFLICTO SOCIAL 239

De todo lo dicho se deduce que, para el marxismo tradicional, el conflicto social —y la revo-
lución— han de ser interpretados en términos de imperativo estructural, con un origen funda-
mentalmente socioeconómico.

1.2. CLASES Y LUCHA DE CLASES


Cuando los marxistas encaran el análisis de un movimiento social lo hacen valiéndose de
una serie de conceptos que, tras las continuas mutaciones que han sufrido en el ŭltimo siglo y
medio, hoy resultan relativamente confusos, si bien caracterizan plenamente esta corriente his-
toriográfica. Un de ellos es, sin duda, el de clase social. Una clase social es uno de los sectores
en que queda dividida la sociedad seg ŭn el estadio en que se encuentren las relaciones de pro-
ducción existentes. Aunque se acepta la existencia de más de dos, la explicación se hace en torno
al concepto de clases antagónicas, una dominante y otra sometida o, en periodos revoluciona-
rios o prerrevolucionarios, una clase ascendente que pretende sustituir a la dominante' En ŭlti-
ma instancia, como serialan Fox y Genovese:
"La historia, cuando trasciende a la crónica, al romance y a la ideología —incluyendo versiones
de izquierda— es principalmente el relato de quién domina, a quién y cómo"I2.

El marxismo tradicional entendía que las clases sociales eran generadas, de forma más o
menos automática, por la base económica de cada modo de producción. En la actualidad, tras
los trabajos del nuevo marxismo inglés, y en especial de E.P. Thompson, se tiende a exponer una
concepción dinámica de las clases sociales, es decir, que éstas se construyen, partiendo de unas
determinadas condiciones socioeconómicas, a través de sus propias experiencias históricas y
proyectos compartidos.
También en el marxismo tradicional se exigía para poder hablar de clase y de lucha de cla-
ses la existencia dentro del grupo de la llamada conciencia de clase, es decir, no sólo el auto-
rreconocimiento como grupo, sino disponer de un contraproyecto social revolucionario —enten-
dido éste en términos marxistas—. Los primeros debates entre ideología en sí e ideología para
sí de Lenin y Rosa Luxemburg esbozaron el camino 13 , pero han sido nuevamente los marxis-
tas británicos, léase por ejemplo a G. Rude m , quienes plantearon conceptualizaciones más
laxas y, por tanto, aplicables a movimientos sociales no protagonizados por el proletariado
militante contemporáneo.
Por otro lado, el viejo concepto de clase-masa, apenas analizado, ha dado paso una categori-
zación intema de los grupos sociales en pugna, acuriándose conceptos como el de proletariado mili-
tante o aristocracia obrera, vinculándolos con la orientación de los movimientos clasistas.
Aunque los conceptos se hayan vuelto más eclécticos, el marxismo sigue no sólo distin-
guiendo, sino también jerarquizando los conflictos sociales en relación con el papel que se les
asigne en su concepción de la evolución de la sociedad a largo plazo. Seg ŭn esto, distinguirán
entre conflictos no clasistas, conflictos clasistas y lucha de clases revolucionaria.

i I Un breve repaso al concepto de lucha de clases en Fox, E. y GENOVESE, E.: "La lucha de clases como objeto y
como sujeto", en Historia Social, n.° 1, 1988, pp. 77-110. Un re,corrido más amplio en GURVFFCH, G.: Teoría de las cla-
sis sociales, Madrid, 1971; GANDY, R., Introducción a la sociología histórica marxista, Méjico, 1978; y LAPASSADE, G.
y LOURAU, R.: Las claves de la sociología, Barcelona, 1973, pp. 81-132.
12 Art. cit., p. 110.
13 Véase, por ejemplo, BASSO, L.: El pensamiento político de Rosa Luxemburg, Barcelona, 1976.
14 RUDE, G.: Revuelta popular y conciencia de clase, Barcelona, 1981. También THOMPSON, E. P.: "Algunas obser-
vaciones sobre clase y "falsa conciencia", en Historia Social, n.° 10, 1991, pp. 27-32; ibid. "Patrician Society, Plebeian
Culture", en Journal of Social History, 7, 1973-74, pp. 382-405.
240 PEDRO-LUIS LORENZO CADARSO

Una importante aportación del marxismo, que sirvió para desterrar tópicos y actitudes filo-
pauperistas, es la idea de que los movimientos sociales no son simples reacciones contra la
injusticia, sino que, trascendiéndola, existe lo que llaman intereses de clase. Intereses, por
supuesto, que no son patrimonio exclusivo de las clases dominantes, sino que están presentes
también en sus enemigos. Son el fundamento objetivable de los programas de acción y de las
ideologías, lo cual presuponía una reinterpretación en clave materialista de este tipo de fenó-
menos sociales.

1.3. LA MOVILIZACION
Marx presentó su trabajo como una guía para la acción, algo plenamente coherente con una
ideología revolucionaria como el socialismo. Sin embargo, Marx y Engels apenas profundizaron
teóricamente en el concepto movilización, es decir, en la forma en que el proletariado había de orga-
nizarse y diseriar estratégicamente su actuación polftico-social. Para Marx sería la propia evolución
previsible del sistema capitalista la que ofrecería al proletariado los recursos sociales precisos.
Lenin sería, a comienzos de siglo, el encargado de conceptualizar una de las grandes apor-
taciones del marxismo al estudio —y a la práctica— de los movimientos sociales: la estrategia de
la vanguardia revolucionaria o élite dirigente de • activistas comprometidos y profesionalizados
que se encargarían de serialar el camino en términos estratégicos —Partido centralizado— e ideo-
lógicos —indicando en qué había de concretarse la conciencia de clase proletaria—, ello conver-
tía a la organización y a la estrategia de acción en los ejes centrales de cara a articular el proce-
so revolucionario.
Los recientes estudios sobre movimientos sociales han venido a corroborar, desde ópticas ale-
jadas del marxismo, lo acertado de los planteamientos de Lenin: la importancia de las élites diri-
gentes del movimiento, que se proponen como las ŭnicas capaces de actuar con objetivos y crite-
rios no maximalistas I5 , y la eficica de cara al éxito de un movimiento que aporta la existencia de
cuadros profesionalizados que asuman el grueso de la responsabilidad de la movilizaciónI6.
Tras el fracaso de la extensión a Europa Occidental de la revolución soviética, se hizo nece-
saria una nueva reflexión teórica en el marxismo y sería A. Gramsci su más destacado repre-
sentante. La importancia de Gramsci en la evolución de la teoría marxista estuvo en que trasla-
dó el eje central del proceso revolucionario desde la estructura económica y la organización
hasta el mundo de la cultura y la interacción polftica institucional.
El futuro del socialismo no vendría ya predeterminado por la evolución del capitalismo ni
podría ser construido por ninguna vanguardia revolucionaria, sino que estaría en la interacción
política con las autoridades y en la acción divulgadora entre el proletariado de la élite cultural
marxista. Estas tesis impregnaron el pensamiento izquierdista de postguerra y la evolución polí-
tica de los partidos comunistas occidentales, preparando el camino para interpretaciones del
conflicto basadas en la interacción política y los marcos culturales, que ya serían desarrolladas
por investigadores ajenos al marxismo.
El siguiente paso adelante vendría de la mano del marxismo inglés, fundamentalmente de
E.P. Thompson y E. J. Hobsbawm. En sus estudios sobre la clase obrera británica, la tesis cen-
tral será que la movilización obrera —sus organizaciones, sus ideas, sus objetivos tácticos, etc.—
fue fruto de las propias experiencias sociales compartidas por el colectivo: sus tradiciones, sus
formas de sociabilidad, las organizaciones ajenas al movimiento, pero que interactŭan con él, la

15 Esta es una de las tesis centrales de la teoría racionalista de OLSON, M.: The Logic of Collective Action, Cam-
bridge, 1965.
16 Esta ha sido una de las conclusiones más interesantes de la Ilamada teoría de la movilización de recursos. Véase
MCCARTHY, J. D. y ZALD, M. N.: Profesionalization and Resource Mobilization, Morristown, 1973.
PRINCIPALES TEORIAS SOBRE EL CONFLICTO SOCIAL 241

propia dinámica política nacional, etc. Estas tesis abrieron el camino no sólo a la renovación del
concepto marxista del conflicto social y de la ideología, sino también propició interesantes inno-
vaciones en la historiografía no marxista sobre el tema, sobre todo en lo referido a la llamada
teoría de la identidad colectiva, que veremos luego.

2. EL FUNCIONALISMO

El funcionalismo ha jugado un papel capital en la conformación del aparato conceptual de


la sociología y la antropología actuales, de tal manera que resulta sorprendente el desdén con
que una buena parte de la comunidad historiográfica ha recibido sus aportaciones al estudio de
la sociedad en general y de los movimientos sociales en particular.
En cualquier caso, no es tan sencillo como podría pensarse explicar cuál es la concepción
del sistema social que defiende el funcionalismo". Esto se debe a que las diferencias entre los
autores consideradosfuncionalistas son realmente importantes, amén de que la escuela ha sufri-
do una evolución muy intensa, desde el funcionalismo organicista de Malinowski hasta el sis-
tematismo de T. Parsons o las derivaciones estructuralistas francesas de Althusser 18 o del fun-
cionalismo relativista de R. K. Merton l9 , por ejemplo. A las diferencias conceptuales se le
añaden además las de orientación política. Con estas precauciones vamos a exponer las tesis del
funcionalismo clásico o absoluto, como a menudo se le denomina.
Para el funcionalismo la sociedad es una estructura integrada en la que toda institución
—entendido este concepto en su acepción sociológica— existe porque satisface una necesidad
socia1 29 . El sistema social nace con unos objetivos claros, absolutamente pragmáticos o utilita-
rios, concretados, de ahí el nombre de la escuela, en funciones:

a.- La adaptación al entomo


b.-EI logro de las metas
c.-La conservación de sus pautas de operación intema
d.- Mantenerse integrado

Cada una de esas funciones genera una serie de instituciones (desde el Estado, que sería la más
amplia, a la familia, que sería la más pequeña): el logro de las metas las entidades políficas; la adap-
tación las económicas; la integración las legales; y la conservación de pautas las educacionales.
Alrededor de cada una de estas funciones se gestan también los roles individuales y grupales.
Los conceptos básicos en torno a los cuales girará todo el discurso funcionalista serían,
por tanto:

17 Una amplicación de lo que aquí vamos a explicar puede encontrarse en LUCAS MARN, A.: Fundamentos de teo-
ría sociológica, Madrid, 1986, pp. 155-167; y en MARSAL, J. F.: La sociologz'a, Barcelona, 1973, pp. 69-121.
Una crítica al marxismo estructuralista de Althusser en THOMPSON, E. P.: Miseria de la teoría, Barcelona, 1981.
19 Vid., MERTON, R. K.: Teoría y estructuras sociales, Méjico, 1964.
20 Evidentemente, este es uno de los temas que fueron más debatidos dentro de la escuela. Es evidente que existen
actitudes, comportamientos e ideas que no favorecen el funcionamiento del sistema social, bien porque le resultan per-
judiciales, bien porque ignoran o combaten sus normas i,Cómo interpretar estas situaciones? Una primera respuesta fue
la criminalización de esos comportamientos, calificandolos (T. Parsons) como pervenidos sociológicos. Más adelante,
el funcionalismo relativista (Merton) propuso la distinción entre funciones manifiestas y fitnciones latentes, en el senti-
do de que no todas las estructuras sociales cumplen las funciones que afirman cumplir, sino otras; del mismo modo,
determinadas estructuras son funcionales para un sistema y disfuncionales para otro, es decir, son eufitncionales para
determinado grupo social (la ley del silencio en la Mafia, pongamos por caso) y disfuncionales para otros grupos (la
legalidad estatal en ese mismo caso).
242 PEDRO-LUIS LORENZO CADARSO

a.- Sistema social, definible como una pluralidad de actores individuales que interactŭan
entre sí buscando una gratificación en términos utilitarios. El resultado sería un equili-
brio armonioso y dinámico, comunicado y autocompensado.
b.- Estructura, que sería la dimensión estática del sistema social. Se conformaría en tomo
a las pautas organizativas que aportan coherencia al sistema: normas y valores, con el
Estado como máximo representante.
c.- Función, que sería el aspecto dinámico del sistema, relacionado directamente con el ámbi-
to de la acción social. Las funciones se desarrollarían bajo tres grandes condiciones:

1.- Paradigma funcional principal: las funciones latentes de una institución o conducta
explican la existencia de esa institución o conducta.
2.- Paradigma funcional fuerte: Todas las instituciones o modelos de conducta tienen una
función que explica su presencia.
3.- Paradigma funcional débil: Una institución o conducta tienen consecuencias que: a)
son beneficiosas para la estructura del sistema social dominante, b) no son buscadas por
sus actores y c) no son reconocidas por los beneficiarios como debidas a esa conducta.
De lo dicho se desprende un funcionamiento de la sociedad basado en tres grandes princi-
pios teóricos:
a.- Unidad funcional: la armonía en el funcionamiento del sistema social, la ausencia de
conflictos insolubles y una tendencia general a la adopción de actitudes favorables al
consenso.
b.- Indispensabilidad: toda costumbre, objeto material, idea o creencia desempeña algŭn
papel indispensable para el conjunto de la sociedad y para el funcionamiento del sistema.
c.- Sistema normativo: La organización social sobrevive porque los actores —individuos o gru-
pos— comparten orientaciones cognitivas y un conjunto articulado de fines y valores21.

Partiendo de estas premisas teóricas, es evidente que el funcionalismo habrá de tener una
percepción del fenómeno del conflicto social caracterizada por su minusvaloración científica e
incluso su criminalización ética. Con frecuencia, además, esta actitud intelectual se verá refor-
zada por la orientación política ultraconservadora de buena parte de los sociólogos americanos
que construyeron inicialmente el aparto conceptual que hemos explicado22.
Para uno de los fundadores de la sociología funcionalista, T. Parsons, que consideraba al
orden como fundamento de su concepto de sistema social, toda disensión o conflicto era una trai-
ción a los intereses colectivos o, cuando menos, un serio peligro para ellos. Sin embargo, pese a
que con su explicación del sistema social eran casi ininteligibles, los conflictos existían y, además,
era notorio que sus resultados no solían presentar rasgos tan graves y calamitosos. Por eso Par-
sons hablaba de malentendidos con respecto a los planes de acción de los actores sociales o bien
de desviaciones con respecto al modelo normativo que, siendo aceptado como referente por todos,
no siempre era aplicado correctamente, produciéndose casos de interpretación egoísta.

21 Una reflexión sobre este asunto en JuLiÁ, S.: "Cuestiones de teoría", en Zona Abierta, n.° 33, 1984, pp. 147-162.
Puede ampliarse en la obra del mismo autor Historia sociallsociología histórica, Madrid, 1989.
22 Aplicaciones especialmente conservadoras del funcionalismo al estudio de los movimientos sociales son JOHN-
SON, Ch.: Revolutionary Change, Boston, 1966; y, más sosegado, SMELSER, N. J.: Theoty of Collective Behavior, Nueva
York, 1962.
PRINCIPALES TEORÍAS SOBRE EL CONFLICTO SOCIAL 243

Fue el funcionalismo relativista de Merton el que conceptualizó con mayor rigor el fenó-
meno del conflicto hasta hacerlo encajar, de alg ŭn modo, en la interpretación funcionalista del
sistema social. Introdujo, en primer lugar, el concepto de funciones latentes, que no eran ni
manifestadas ni conocidas por los actores sociales, pero que pese a ello contribuían al correcto
funcionamiento del sistema. Merton ponía el ejemplo de la corrupción electoral del siglo
consistente en la venta de sus votos por los inmigrantes pobres a los caciques norteamericanos.
Era, evidentemente, una disfunción grave, puesto que alteraba en lo más esencial el aparato nor-
mativo y etico del sistema político, sin embargo, segŭn Merton, a nivel latente permitía a los
inmigrantes participar en el sistema político sin que ello generase tensiones ni alteraciones en la
sociedad americana: era, por tanto, beneficioso para el mantenimiento del orden político y
social, para la estabilidad del sistema.
Los conflictos eran pues disfunciones, confrontaciones entre fines, pero por regla general
distintos de las afunciones, actitudes externas al sistema social y, por tanto, enemigas del mismo.
A partir de los años cincuenta el panorama teórico comenzó a cambiar, abriéndose paso
interpretaciones más sosegadas del fenómeno del conflicto. Se empezó a valorar las disen-
siones y los conflictos como procesos de acción social que contribuían- a la estabilidad y per-
durabilidad de los sistemas sociales, hablándose a partir de entonces de las funciones del
conflicto socia123.
En primer lugar, refuerzan, aunque resulte paradójico, el aparato normativo de los sistemas
sociales, fortaleciendo las normas preexistentes y haciendo nacer otras nuevas que adec ŭan su
funcionamiento a las aspiraciones de los actores sociales y readaptan el sistema a los cambios
de su contexto. La estructura normativa, por medio de la negociación y el consenso —actitudes
previsoras en cualquier caso de la radicalización de la protesta social—, da estabilidad al sistema
social, conduciéndolo por la senda del reformismo, el mejor antídoto contra la revolución24.
En segundo lugar, las disensiones refuerzan los lazos sociales sistemáticos: los Ilamados
conflictos transversales hacen que individuos o grupos conflictivos en un campo determinado,
deban asumir e interiorizar el papel de defensores del orden en otros. De este modo los conflic-
tos se autoanulan y se restringe su extensión social y su radicalización, evitándose la aparición
de contraproyectos sociales revolucionarios.
Por ŭltimo, suponen una mejor adaptación del individuo al status quo, al actuar como des-
fogues psicológicos individuales, concepto en cuyo desarrollo jugaría también un papel central
el éxito de la psicología conductista.
Probablemente, la mayor aportación del funcionalismo al estudio de los movimientos
sociales, o al menos la que mayor permanencia ha demostrado, ha sido la aplicación de la Ila-
mada teoría de juegos, que se fundamenta en un método de análisis sociológico conocido como
individualismo metodológico 25 . Desarrollada ya por Talcott Parsons, se basa en la explicación
de la dinárrŭca de todo enfrentamiento segŭ n tres principios: comunicación-incomunicación,
provocación-respuesta y satisfacción-frustración de expectativas entre los actores del enfrenta-
miento (alter y ego en la terminología de Parsons).

23 Véase COSER L., The Functions of Conflict, Nueva York, 1956..


24 Las más recientes investigaciones sobre la oleada de movindentos sociales que se vivieron en Europa y Estados
Unidos en los años 60 y 70, que en su momento fueron interpretadas por muchos como la antesala de un gran proceso
revolucionario han venido a confirmar algunas previsiones del funcionalismo. Destacan dos conclusiones: la estabilidad
depende de dos procesos sólo en apariencia contradictorios: la capacidad del Estado para admitir reformas y, Ilegado el
caso, su capacidad para desarrollar políticas pese a existir una fuerte oposición. Véase McAdAm, D.: "Oportunidades
políticas: Orígenes terminológicos, problemas actuales y futuras líneas de investigación", en Movimientos sociales:
perspectivas comparodas, Madrid, 1999, pp. 54-55.
23 Vid. EtsTER, J.: "Marxismo, funcionalismo y teoría de juegos. Un alegato en favor del individualismo metodold-
gico", en Zona abierta, n.° 33, 1984, pp. 21-63.
244 PEDRO-LUIS LORENZO CADARSO

3. LAS TEORÍAS VOLCÁNICAS

La utilización del plural no es casual, en realidad, el término de teorías volcánicas —que yo


tomo prestado de Rod Aya— agrupa un conjunto heterogéneo de explicaciones del conflicto que
tienen en com ŭn considerarlo como el punto culminante de una escalada de tensión provocada
por procesos de tipo socioeconómico, político o incluso psicológico.
Debe tenerse en cuenta que estas teorías, al revés que el marxismo o el funcionalismo, a
priori no pretenden imbricar al conflicto en explicaciones globalizadas acerca del sistema
social o sus procesos de cambio. Son pues teorías del conflicto en el sentido más exacto del
término.
Comparten una visión espasmódica de los conflictos, es decir, la lucha abierta surge en el
momento en que los actores sociales alcanzan un nivel insostenible de crispación. Una primera
posibilidad es de tipo psicológico: lo que provoca la tensión y el posterior estallido es la frus-
tración de las expectativas, esto es la divergencia entre lo que un grupo social espera y cree
merecer recibir y lo que realmente obtiene. Existe un umbral indefinido a partir del cual el grupo
considera que su situación es una injusticia intolerable, es entonces cuando estalla el conflicto.
Durkheim sintetizaba el proceso en dos fases26:

1. a Acumulación de ansiedades y frustraciones, producidas por una drástica restricción de


las aspiraciones que albergaba el actor social.
2. a Arranque espontáneo de ira popular.

Chalmers Johnson expone el proceso partiendo de parecidas premisas teóricas, pero aria-
diendo un nuevo elemento: la actitud del grupo dirigente n . El proceso generador del conflicto
se concretaría en cuatro grandes fases:

1. a Desequilibrios sistemáticos en la sociedad.


2. a Intransigencia de las élites a la hora de admitir reformas. Ello genera desequilibrios psi-
cológicos personales que conducen al surgimiento de un movimiento subcultural.
3. a Pérdida de legitimidad de las élites gobernantes.
4. a Un acontecimiento fortuito desencadena la revuelta.

Aunque la teoría de la frustración de expectativas la encontremos citada en A. de Tocque-


ville o Marx 28 , sólo ha sido llevada hasta sus ŭltimas consecuencias en fechas recientes, cuando
al concepto tradicional de que no bastaba con la existencia de un situación injusta, sino que era
necesario que fuese percibida como tal por los actores sociales, se le suman las técnicas de cuan-
tificación sociológica que parecen permitir medir el grado de insatisfacción o de frustración de
expectativas. En principio, un conflicto, segŭn esta teoría, surge cuando ante unas expectativas
en creciente aumento se produce una coyuntura que las convierte en irrealizables. 0 dicho de

26 DURKHEIM, E.: Suicide, New York, 1951, p. 253.


27 JOHNSON, Ch.: Revolutionaty Change, Boston, 1966, pp. 45-47.
28 En Trabajo asalariado y capital, Marx y Engels decían lo siguiente: "Un alza notable de los salarios presupone
un crecimiento rápido del capital productivo. El crecimiento rápido del capital productivo produce un crecimiento igual-
mente rápido de riqueza, lujo, necesidades sociales y comodidades. Asf, aunque las comodidades de los trabajadores
hayan subido, la satisfacción que dan ha caído en comparación con él estado de desarrollo de la sociedad en general.
Nuestros deseos y placeres provienen de la sociedad; los medimos, por lo tanto, por la sociedad y no por los objetos
mismos que los satisfacen. Y como son de naturaleza social, son relativos", cit. en Giner, S., op. cit., p. 212 .
PRINCIPALES TEORÍAS SOBRE EL CONFLICTO SOCIAL 245

otro modo: usualmente existe una distancia tolerable entre lo esperado —objetivo del grupo
social— y lo recibido —realidad social—, pero que se supera en determinados momentos concre-
tos, es entonces cuando surge el conflicto.
El importante componente psicológico de esta interpretación del conflicto hace que con
similares parámetros conceptuales los psicólogos estudien desde las desavenencias conyuga-
les o familiares hasta las revoluciones, basta consultar cualquier manual de psicología para
comprobarlo29.
El ejemplo más acabado de aplicación de estas teorías lo podemos encontrar en el soció-
logo americano J. Davies y sus estudios sobre varias rebeliones y revoluciones, la Revolu-
ción Francesa y la Rusa entre ellas 39 . Segŭn este autor, la expectativas pueden ser de dos
tipos, las económicas y las de poder y status, pero es si ambas confluyen cuando se produ-
cen las grandes sublevaciones. Explicaciones en la misma línea de psicologización del con-
flicto son la teoría de la privación relativa de T. Robert Gurr 3 —resentimiento por no conse-
guir lo que se cree merecer—, la frustración sistemática de Feierabend 32 o los desequilibrios
sistémicos de Chalmers Johnson 33 . Interpretaciones todas ellas con una clara influencia del
funcionalismo americano.
La frustración de expectativas puede darse, evidentemente, en cualquier colectivo social,
pero, sobre todo cuando éstas son de poder y status, se perciben con mayor rotundidad en los
estratos intermedios de la sociedad, entre los grupos que se encuentran cercanos a la élite social
y con la que aspiran a equipararse. No en vano buena parte de los conflictos y muy especial-
mente de las grandes revoluciones han sido liderados por lo que Ilamamos clases medias, patri-
ciado urbano y profesiones liberales hasta la época industrial o intelectuales, pequeños empre-
sarios y trabajadores cualificados en época contemporánea.
Otra variante de las teorías volcánicas vincula el estallido de conflictos con ciclos econó-
micos o procesos sociopolíticos que empeoran drásticamente las condiciones de vida de un
grupo hasta superar el umbral de los tolerable. Como dijo Michelet, el hambre es el Terror, y
ello es lo que se esforzó en demostrar Labrousse con su estudio sobre las coyunturas económi-
cas prerrevolucionarias: el alza continuada de los precios del pan, que coincide con una serie de
cambios negativos en otras esferas, alcanzó su techo histórico en tomo a 1789, condenando al
hambre a una parte significativa de los grupos plebeyos franceses, en especial a los urbanos.
Explicaciones de este tipo se han dado para explicar los motines populares del Antiguo Régi-
men, las revoluciones de 1830 y 1848, los levantamientos populares en la Edad Media y un buen
nŭmero de conflictos sociales de todo tipo34.
Evidentemente, esta explicación toma como punto de referencia fundamentalmente a los
grupos plebeyos y su potencialidad es mayor cuanto más cerca del nivel de subsistencia se
encuentren. En este sentido es fácil aplicarla al campesinado medieval, pongamos por caso,
puesto que sabemos que vivía al borde del hambre de forma crónica o a los grupos populares
del Tercer Mundo, pero muestra insuficiencias muy conocidas cuando se aplica a gmpos de
mayor nivel.

" Por ejemplo: MORGAN, C. T.: Breve introducción a la psicología, Méjico, 1980, pp. 323-372.
30 Sus teorías pueden verse en "Toward a Theory of Revolution", en American Sociology Review, 1962, vol. 27, n.°
I; y "The J-Curve of rising and declining satisfactions as a cause of some great revolutions an the contained rebellion",
en GRAHAM y GURR, Violence in America.
31 GURR, T. R.: Why the Men Rebel, Princeton, 1970, p. 24.
32 FEIEP,ABEND y NEsvow: Social Change and Political Violence, pp. 681-683.
33 JOHNSON, Ch.: Revolutionary change, Boston, 1966, p. 81.
Críticas a esta interpretación espasmódica con base econórrtica pueden verse en THOMPSON, E. P.: "La economía
moral de la multitud", en Tradición, revuelta y conciencia de clase, Barcelona, 1989.
246 PEDRO-LUIS LORENZO CADARSO

4. LAS NUEVAS TEORÍAS DEL CONFLICTO SOCIAL

El conjunto de propuestas teóricas a las que vamos a hacer referencia se han fraguado desde
mediados de los años 60, cuando se publican algunas de las obras más emblemáticas, pero es
sobre todo en la segunda mitad de los 70 cuando se observa su éxito al menos entre politólogos
y sociólogos35.
Una de sus características más evidentes es que han surgido de la confluencia de investi-
gadores de la más variada procedencia: economistas, especialistas en sociología histórica, en
sociología comparada, en ciencias polfticas, en antropología, en psicología y en historia, siendo
ciertamente esta ŭltima disciplina la que más tarde y con mayores recelos ha incluido estas pro-
puestas entre sus repertorios teóricos.
En términos históricos, se fraguan como un intento de dar una respuesta científica a la ole-
ada de movimientos sociales novedosos —los llamados "Nuevos movimientos sociales"— que
agitaron Europa y los Estados Unidos desde los años 60 y para los que las explicaciones tradi-
cionales del marxismo y el funcionalismo no parecían satisfactorias.
Enorme trascendencia tuvieron dos autores: el primero el economista Mancur Olson 36 y su
aplicación de la teoría de juegos al movimiento social, que alumbraría la llamada teoría de la
elección racional; el segundo fue Charles Ti11y 37 , un especialista en sociología histórica, que
desarrolló y aplicó la teoría de la movilización de recursos y de las oportunidades políticas, que
rápidamente impregnarían la producción de la sociología norteamericana, fundamentalmente.
La teoría de Mancur Olson tomó como punto empírico de referencia a los grupos econó-
micos norteamericanos —desde los sindicatos hasta los grupos de presión, pero especialmente
estos ŭltimos—, tratando de responder a las preguntas claves de la historia del conflicto social:
,Por qué surgen los conflictos? qué la gente se suma a un movimiento? es la diná-
mica de la movilización?
Olson partía del individuo para desarrollar su teoría y llegaba también a él para concluirla:
un individuo se suma a un movimiento por una elección racional basada en criterios de
coste/beneficios, es decir, porque tiene expectativas fundadas de que ello le va a aportar benefi-
cios objetivos —haciendo referencia, básicamente, a los económicos— y le supondrá riesgos o
costes asumibles. Se establecía evidentemente un dilema, una contradicción, entre maximalis-
mo —del que dependerían las elecciones racionales de los individuos— y altruismo o beneficio
colectivo —que estará representado por los objetivos programáticos de las organizaciones38—.
Olson consideraba que solamente las élites dirigentes de los movimientos —al modo de la
vanguardia revolucionaria de Lenin— eran capaces de actuar con criterios no maximalistas, y
surgía entonces otra paradoja: esto era así, cómo podían, tal cual se percibía en la práctica,
movilizar a la gente?

35 En castellano pueden conocerse estas teorías en las siguientes obras: AYA, R.: "Reconsideración de las teorías de
la revolución", en Zona Abierta; TARROW, S.: El poder en movimiento. Los movimientos sociales, la acción colectiva y
la política, Madrid, 1997; McADAm, D.; MCCARTHY, J. D. y ZALD, M. N. (eds.): Movimientos sociales: perspectivas
comparadas, Madrid, 1999; ÁLVAREZ JUNCO, J.: "Aportaciones recientes de las ciencias sociales al estudio de los movi-
mientos sociales", en BARROS, C. (ed.): Historia a debate, Santiago, 1995, pp. 97-111; y PÉREZ LEDESMA, M.: "Cuando
Ileguen los días de cólera. Movimientos sociales, teoría e historia", en Zona abierta, 69, 1994, pp. 51-120.
36 La obra fundamental fue The Logic of Collective Action, Cambridge, 1965. Un resumen en castellano puede verse
en OLSON, M.: Auge y decadencia de las naciones, Barcelona, 1986, pp. 32-55, cap.
37 Véase, en inglés, Taiv, Ch.: From Mobilization to Revolution, Reading, 1978; y en castellano Las revoluciones
europeas, 1492-1992, Barcelona, 1995.
38 Sobre el dilema altruismo-maximalismo, es decir, la contradicción entre obtener un pequeño bien para todos —para
toda la sociedad o para todo el grupo movilizado— o un gran bien para uno mismo que se establece a escala individual
y que es uno de los ejes teóricos de la teoría de juegos, puede verse en HARDIN, R.: Collective Action, Baltimore, 1982.
PRINCIPALES TEORÍAS SOBRE EL CONFLICTO SOCIAL 247

La respuesta a este dilema se solucionaba con el concepto de incentivos selectivos, es decir,


toda una serie de compensaciones y, en su caso, coacciones, a los miembros del grupo para garan-
tizar la cohesión. Sin embargo, siempre segŭn Olson, los grandes movimientos —partidos políti-
cos, sindicatos, etc.— tienden a mostrarse, al menos a largo plazo, incapaces de evitar que los
beneficios obtenidos por el movimiento se repartan entre amplios colectivos sociales no movili-
zados en igual medida que entre los militantes comprometidos. Un ejemplo clásico sería un sin-
dicato, cuyos militantes, tras un largo periodo de lucha y asumiendo altos costes personales,
obtienen un mejora salarial. Pues bien, de dicha mejora disfrutarán no sólo los militantes, sino
también todos los trabajadores del sector que no se había comprometido con el movimiento.
Este hecho provocará diversos procesos en la movilización:

1.- Procesos de disgregación de las grandes organizaciones en grupos más pequerios, que
exigen una participación y una militancia intensas, pero son más eficaces para lograr
objetivos concretos y hacer un reparto selectivo de los beneficios obtenidos, como
puede suceder, por ejemplo, con la disgregación de los grandes sindicatos en organiza-
ciones sindicales de carácter corportativo.
2.- Tendencia de las grandes organizaciones, ya lo decíamos antes, a imponer sistemas de
coacción y recompensas con los que mantener integrado al grupo y lograr su moviliza-
ción, es lo que llamábamos incentivos selectivos. Paralelamente, el reforzamiento de la
autoridad jerárquica de las élites del movimiento.
3.- Ante la percepción de que la movilización resulta poco ventajosa, actitudes individua-
listas entre los grupos desposeídos y sin capacidad para organizarse en movimientos
más pequerios o actitudes maximalistas entre grupos bien situados y con recursos.

Los planteamientos de M. Olson son uno de los fundamentos de la llamada teoría de la


movilización de recursos, que se gestó, entre otros ámbitos, con las obras de J. D. McCarthy y
M.N. Za1d39, dos sociólogos americanos. Sin dejar el enfoque racionalista de Olson, esta teoría
considerará como el eje central del movimiento social a las organizaciones que generan los
movimientos, es decir, que la existencia y el desarrollo de una movilización dependerá de la
capacidad organizativa del grupo y, en ŭltima instancia, de la profesionalización de sus cuadros,
la estabilidad de sus organizaciones, los recursos disponibles y la eficacia estratégica de sus
acciones colectivas. Formas organizativas, recursos disponibles y repertorios tácticos conforma-
rán, para los partidarios de esta teoría, la explicación del surgimiento, éxito y declive de un
movimiento.
Pero probablemente fue Charles Tilly quien, en los arios 70, procedería a elaborar las más
sugerentes sintesis y aplicaciones de estas teorías en el campo de la sociología histórica, rom-
piendo así su circunscripción, hasta ese momento, a los estudios de los movimientos sociales del
mundo actual. Introducirá el concepto de oportunidades políticas, es decir, que el surginŭento
del un movimiento se encuentra condicionado por los signos de debilidad que muestren las auto-
ridades o élites dirigientes, ya sea por existir divisiones internas o porque se les presuponga una
actitud favorable a los objetivos del grupo movilizado".

39 Véase MCCARTHY, J. D. y ZALD, M. N.: The Trend of Social Movements in America: Professionalization and
Resource Mobilization, Morristown, 1973; MCCARTHY, J. D. y ZALD, M. N. (eds.): The dinamics of social movements,
Cambridge, 1979; MCCARTHY, J. D. y ZALD, M. N. (eds.): Social movements in an Organizational Society New Bruns-
wick, 1987.
40 El concepto fue acuñado por EISINGER, P.: "The Conditions of Protest Behavior in American Cities", en American
Political Science Review, 67, 1973, pp. 11-28.
248 PEDRO-LUIS LORENZO CADARSO

La introducción de este concepto desplazará el centro de atención para el estudio del con-
flicto social desde la base socioeconómica hasta el mundo de la interacción política, de la lucha
por el poder, de la que los grupos movilizados formarían o tratarían de formar parte.
Ya con el aparto conceptual construido, en los años 80 otros autores desarrollarán los plan-
teamientos iniciales con interesantísimos estudios sobre los ciclos de la conflictividad social y
su vinculación con los procesos político-culturales 4I y sobre las microestructuras de moviliza-
ción, esto es, las redes cotidianas de sociabilidad y las organizaciones preexistentes 42 al movi-
miento como cauces desde donde iniciar la movilización y buscar identidades colectivas. Tam-
bién sobre la importancia de encontrar entomos sociales favorables al movimiento 43 , de la
existencia de tradiciones organizativas y de sociabilidad de las que tomar repertorios tácticos de
acción colectiva" o de las llamadas redes de movimientos, grupos institucionalmente indepen-
dientes, pero que confluyen en una misma movilización45.
Las propuestas que hemos repasado someramente han revolucionado el concepto tradicio-
nal de conflicto social, pero pese al tiempo transcurrido desde sus primeras formulaciones pre-
sentan algunos problemas serios46:

1.- El acusado presentismo de sus referencias empíricas, dado que se han construido
tomando en los consideración los movimientos sociales de este siglo, en menor medida
del xix y muy ocasionalmente del xvm. No extrariará, por tanto, que Sidney Tarrow47
llegue a decir que la movilización social es un fenómeno que surgió en el siglo xviit y
que anteriormente sólo existieron acciones colectivas.
2.- Redundando en este problema de enfoque, se percibe una perspectiva geográficamente
muy limitada, circunscrita básicamente a Europa Occidental y los Estados Unidos, con
muy escasas aportaciones exteriores a este territorio.
3.- El mundo de la cultura y la ideología, que ha de estar presente en cualquier análisis del
conflicto, apenas fue tomado en consideración en los primeros momentos, percibiéndo-
se ciertas incongruencias cuando en los ŭltimos arios se ha intentado introducir en el
modelo interpretativo clásico.
4.- Se percibe cierta confusión y dispersión entre los diversos planteamientos teóricos y
prácticas investigadores, que llega incluso a crear problemas terminológicos serios,
haciéndose necesario alg ŭn tipo de reformulación sintetizadora y de coordinación entre
prácticas de investigación48.

41 Véase TARROW, S.: Struggling to Reform: Social Movements and Policy Change During Cycles of Protest, Ithaca,
1983; y TRAUGOTT, M. (ed.): Repertorires and Cycles of Collective Action, Durham, 1995.
42 Véase McAriAm, D.: The Political Process and the Development of Black Inslurgency, Chicago, 1982; EVANS, S.:
Personal politics, New York, 1980; MORRIS, A.: The Origins of the Civil Rights Movements. Black Communities Orga-
nizing for Change, Nueva York, 1981; GOULD, R.: "Nultiple Networks and mobilization in the Paris Commune, 1871",
en American Sociological Review, 56, 1991, pp. 716-729.
43 Véase GAMSON, W. y OTROS: Encounter with Injust Authority, Homewood, 1982.
" Véase KERTZER, D.: Ritual, Politics and Power, Londres, 1988; AGULHOM, M.: The Republic in the village, Cam-
bridge, 1982; y MARGADANT, T.: French Peasants in Revolt. The Insurrection of 1851, Princeton, 1979.
45 Véase MELUCCI, A.: Nomads of the Present: Social Movements and Individual Needs in Contemporary Society,
Filadelfia, 1989.
46 Un repaso crftico —más bien autocrítico— puede verse en la introducción de los editores a McADAm, D.;
MCCARTFIY, J. D. y ZALD, M. N.: Movimientos sociales: perspectivas comparadas, Madrid, 1999.
42 Cfr, TARROW, S.: El poder..., op. cit., p. 6.
48 Por otro lado, la participación española ha sido más que discreta, pese a los esfuerzos divulgadores de Pérez
Ledesma y Álvarez Junco, entre otros.
PRINCIPALES TEORÍAS SOBRE EL CONFLICTO SOCIAL 249

El problema de la ideología y la cultura, minusvalorado y apenas tomado en consideración


por los partidarios de la teoría de la movilización de recursos, se gesta básicamente en Europa
y de un modo ciertamente desorganizado 49 . Se basa, por un lado, en la certeza de que los cál-
culos racionales de costeibeneficio que fundamentan la teoría de la movilización de recursos no
explican la configuración de un grupo de protesta, sino que son necesarios los valores compar-
tidos y las solidaridades en el seno del grupo. Por el otro, la conformación de la identidad colec-
tiva del grupo es un proceso en construcción, previo incluso a la movilización, puesto que se
basa en las creencias previas del grupo y en sus redes de sociabilidad preexistentes.
Segŭn esta teoría, los sistemas cognitivos previos y las redes sumergidas son activados por
minorías politizadas, por élites encuadradas en movimientos organizados —partidos, sindicatos,
etc.— o líderes, logrando así la movilización, la adscripción al movimiento de amplios segmen-
tos sociales. Durante el proceso de movilización, se irán configurando marcos interpretativos de
la realidad propios del movimientos y se afianzarán las solidaridades internas.
Durante los ŭltimos años se ha intentado hacer confluir ambas teorías, hablándose de movi-
lización del consenso50 o de marcos ideológico-culturales 51 , que serían el conjunto de ideas, tra-
diciones, discursos políticos, lenguajes, actitudes mentales, símbolos, ritos, mitos y valores que
permiten al grupo movilizado elaborar discursos críticos, es decir, interpretar las circunstancias
polfticas en tono contencioso y autoidentificarse como grupo. Serían pues recursos intelectua-
les de la movilización, que median entre la oportunidad política y el proceso de movilización,
de organización de la protesta.
Probablemente, la aportación más trascendente de estas teorías sea que, frente a la tradi-
cional dependencia de las explicaciones del conflicto con respecto a las condiciones ideológi-
cas, institucionales o socioeconómicas, ahora es el proceso de la lucha social el que explica por
sí mismo las líneas maestras de su desarrollo 52 . Es decir, que un movimiento social ha de ser
interpretado en primera instancia desde la propia dinámica que él genera; la cual puede ser con-
ceptualizada y de hecho lo ha sido hace ya tiempo53.
Segŭn estos principios teóricos, el marco intelectual del conflicto social, es decir, las ideas
previas que consideremos que poseían los participantes en el movimiento, ya sean actitudes
mentales, ideologías o la percepción general de la realidad que tuviesen, pasan a estar mediati-
zados por tres criterios racionalistas, generados en buena medida por la propia dinámica del con-
flicto social: las estrategias que con una finalidad utilitaria se plantean los grupos enfrentados,
las expectativas racionales que se van teniendo durante el desarrollo de la movilización y las
oportunidades que ofrezca el marco político-institucional existente.
Las ideologías que justifican intelectualmente una rebelión —entendamos este concepto
de forma amplia— son principios teóricos que antes del conflicto suelen ser poco conocidos
por las masas, están planteados en términos confusos e incluso contradictorios y suelen

49 Para esta teoría véase MELUCCI, A.: "Getting Involved: Identity and Mobilization in Social Movements", en KLAN-
DERMANS, B. y OTROS (eds.): From Structure to Action: Comparing Social Movements Across Cultures, Greenwich,
1988, pp. 329-348; GAMSON, W.: "The social psycology of collective action", en MORRIS, A. D. y MUELLER, C M (eds.):
Frontiers in the Social Movement Theory, Yale, 1992, pp. 53-76; CRUZ, R. y PÉREZ LEDESMA, M. (eds.): Cultura y movi-
lización en la Esparia contemporrinea, Madrid, 1997; y LARAÑA, E. y GUSFIELD, J. (eds.): Los nuevos movimientos socia-
les, Madrid, 1994.
5° El término procede de KLANDERMANS, B. y TARROW, S.: "Mobilization into Social Movements: Synthesizing
European and American Approaches", en International Social Movements Research, I, 1988, pp. 1-38.
51 El término lo tomo de McADAm, D. y crrRos: Movimientos sociales..., op. cit.
52 Véase SMELSER, N. J.: Theory of Collective Behavior, Nueva York, 1963; LOFLAND, .1.: Protest: Studies of
Collective Behavior and Social Movements, New Brunswick, 1985; McPHAIL, C.: The Myth of the Madding Crowd,
Nueva York, 1992.
53 Un modelo interpretativo tradicional puede verse en BRINTON, C.: Anatomía de la revolución, México, 1985.
250 PEDRO-LUIS LORENZO CADARSO

resultar, si no han sido aprovechados por un grupo en lucha, políticamente inocuos. Su papel
subversivo sólo es políticamente activo cuando un conflicto social las desarrolla, concreta y
radicaliza.
Las actitudes mentales o mentalidades colectivas, a menudo vinculadas con una especie de
estructura cultural o intelectual que como tal presenta un alto grado de permanencia por enci-
ma de las contingencias del corto y medio plazo, podría pensarse que no son apenas alteradas
por los movimientos sociales o incluso que los condicionan de forma más o menos definitiva.
Sin embargo, cuando se reconstruye la evolución de componentes tan característicos como las
actitudes religiosas, el concepto de familia, las formas de sociabilidad, la sexualidad, la escala
de valores, la moralidad, etc., se descubre que los conflictos sociales —dependiendo evidente-
mente de su duración y radicalidad— alteran también las mentalidades, relajan el aparato nor-
mativo preexistente gestándose entonces actitudes intelectuales y comportamientos sociales
inconcebibles antes del movimiento54.
Una referencia que tradicionalmente se ha utilizado para objetivar los motivos que explicaban
el surgimiento de cualquier protesta social y el desarrollo de los conflictos era la percepción de la
realidad que tenía el grupo rebelde y su oponente, es decir, las realidades objetivas injustas o des-
favorables contra las que el grupo actŭa, puesto que ambas percepciones solían ser equiparadas.
Siguiendo una lógica causal de una simpleza extraordinaria, una situación injusta o desfa-
vorable era percibida como tal por el grupo víctima de la misma hasta que, alcanzado determi-
nado nivel de tolerancia, se generaba una situación de crispación social y surgían las protestas.
Algo debe fallarle a esta simpleza cuando resulta obvio que la inmensa mayoría de las situacio-
nes objetivamente injustas no provocan conflictos e incluso son interpretadas de forma positiva
por sus supuestas víctimas. Pero lo importante ahora no es esto, sino el hecho de que es el con-
flicto social el que induce una determinada forma de percibir los problemas de la realidad en
clave de crispación y crítica: radicaliza posturas políticas o éticas; seriala culpables; pone de
manifiesto los problemas o incluso los agrava; propicia interpretaciones maximalistas de los
objetivos; y, en general, cuestiona todo el orden vigente y su percepción social, de tal manera
que, de improviso, la gente descubre un rostro diferente del mundo que le rodea.
Las explicaciones tradicionales acerca del origen de la conflictividad social han tendido a
considerar a las estructuras y a las coyunturas socioeconómicas como un factor esencial. De este
modo, incluso grandes revoluciones políticas —la Revolución Francesa o las revoluciones de
1830 y 1848, por ejemplo— eran explicadas con gráficos que serialaban ciclos económicos, pre-
cios del pan, evolución de la producción, reparto de la propiedad, evolución del desempleo, etc.
La explicación socioeconómica implica una concatenación causal, no exenta de cierto
grado de automatismo, entre estructuras sociales y económicas que generan determinados pro-
blemas generales, coyunturas que los agudizan y grupos sociales que se conforman y actŭan
movidos por dichos referentes.
Las teorías del conflicto social que exponemos ahora no aceptan semejante automatismo.
Las condiciones sociales y económicas no son los motivos de los conflictos, sino simples facto-
res que condicionan los recursos disponibles por los actores del conflicto y las expectativas que
albergan los grupos e individuos, es decir, contribuyendo a generar oportunidades políticas y
recursos para la movilización.
La primera función de las condiciones socioeconómicas es, por tanto, explicar cuál es el repar-
to de los recursos con los que cada actor social va a posicionarse en el seno de la comunidad. Como
principio general se admite que es indispensable disponer de un mínimo de recursos, los grupos

Es interesante leer en este sentido, aunque no coincidan con los planteamientos teóricos que exponemos, las obras
de HILL, Ch.: El mundo trastornado. El ideario popular extremista durante la revolución inglesa del siglo xvil, Madrid,
1981; y VOVELLE, M.: La mentalidad revolucionaria, Barcelona, 1989.
PRINCIPALES TEORÍAS SOBRE EL CONFLICTO SOCIAL 25 1

marginales o aquellos que viven en el umbral de la subsistencia son víctimas fáciles de acallar desde
el poder; grupos entre los que predominan actitudes fatalistas e individualistas y con unas expecta-
tivas de mejora tan humildes que difícilmente conducirán a comportamientos conflictivos graves.
También se sabe que la conflictividad tiende a ser más intensa entre grupos intermedios o incluso
entre los que ocupan estratos elevados dentro de la comunidad.
Otra función de las estructuras socioeconómicas en el surgimiento y desarrollo de los movi-
mientos sociales se relaciona con la configuración de las expectativas de cada grupo e indivi-
duo. Por lo que sabemos, lo que realmente genera conflictos graves no es tanto la existencia de
unas condiciones objetivas desfavorables, sino la frustración de determinadas previsiones racio-
nales de mejora o de mantenimiento de la situación previa.
Esta idea, entendida de una forma simplista, conlleva la introducción en la explicación de
los conflictos de determinados elementos psicologizantes, irracionalistas incluso, dado que las
expectativas sociales se basan más que en determinados referentes positivos, en la reinterpreta-
ción mental y emotivo-vivencial que se haga de ellos. Por eso es imprescindible no perder de
vista la interrelación de factores, sobre todo que esas expectativas son interpretadas en clave
política, es decir, que sólo generarán conflictos cuando exista la percepción de posibilidades de
éxito, de expectativas de triunfo ante un grupo dirigente u oponente debilitado o dividido.
Las teorías que ahora nos ocupan ponen el acento en tres elementos fundamentales: los
recursos disponibles; las expectativas de éxito; y la dinámica del desarrollo del conflicto. Los
tres han de ser interpretados bajo la premisa de que todo movimiento social es una acción racio-
nal, basada en planteamientos estratégicos interpretados en clave política.
Los recursos disponibles son, por así decirlo, una premisa o precondición para el inicio de
cualquier lucha social. Sólo se rebela aquel que dispone —o cree disponer— de instrumentos de
oposición que le garanticen cierto grado de seguridad personal y le aporten confianza racional
en el éxito. Veamos someramente los más importantes:
1.- Cierto grado de autonomía intelectual, que permita al grupo disponer de un conjunto de
ideas, ya sean tradiciones, ideologías, ideas religiosas, valores éticos, etc., con las que
interpretar los problemas a los que se enfrenta y las expectativas colectivas de manera
autónoma frente al grupo dirigente. Esta autonomía intelectual es, por un lado, una sal-
vaguarda de la cohesión mental del grupo y, por otro, permite mantener actitudes críti-
cas y de oposición. Los grupos totalmente alienados tienden a adoptar actitudes fatalis-
tas o incluso a convertirse en defensores del orden establecido, por muy perjudicial que
objetivamente les resulte. En el extremo opuesto, los grupos altamente ideologizados,
ya sean grupos políticos militantes, sectas religiosas, etc., suelen ser capaces de mante-
ner actitudes de resistencia permanentes y con un alto grado de radicalidad, incluso en
periodos políticamente desfavorables de larga duración55.
2.- Un ambiente sociopolítico con unos niveles mínimos de tolerancia que permita al grupo
dar los primeros pasos de la movilización dentro de los cauces de la legalidad sin asu-
mir riesgos extremos. Cuando la situación es de represión absoluta, la agitación social
tiende a disminuir o incluso a desaparecer, al menos mientras que el grupo dirigente no
muestre signos de debilidad o división.
3.- Que el grupo disponga de capacidad organizativa, siendo especialmente favorable que
existan entidades previas al movimiento y con cierto grado de institucionalización, esto
es, permanentes, sancionadas por la tradición y toleradas por el grupo dirigente. Estas

55 En ŭltima instancia, estos grupos generarían marcos interpretativos propios dela realidad, frame analysis en la ter-
minología original de Goffman. Véase GOFFMAN, 1., Frame Analysis. An Essay on Otganization of E.rperience, Nueva
York, 1974.
252 PEDRO-LUIS LORENZO CADARSO

organizaciones asumen un papel decisivo sobre todo en los primeros momentos de la


movilización, asumiendo la representación del colectivo, dotándole un programa estra-
tégico inicial y de líderes reconocidos como propios por el grupo y con el respaldo
ético-legal de la organización.
4.- Que el grupo presente un alto grado de cohesión interrta, bien por su pertenencia a una
comunidad —una familia, una localidad, una nación, una tribu, etc.— o asociación —un sindi-
cato, un gremio, una cofradía, un estamento, una asociación profesional, etc.— o bien por
compartir determinadas ideas o experiencias vitales comunes. Es precisa la existencia de
lazos de sociabilidad previos, cuanto más habituales mejor, especialmente si éstos han gene-
rado vínculos afectivos mutuos, y que el grupo se interprete a sí mismo como tal. Estos pro-
cesos promueven actitudes solidarias o, cuando menos, de corresponsabilidad, cierto grado
de confianza mutua y favorecen la organización y la coincidencia de intereses y percepcio-
nes dentro del grupo, componentes claves para explicar las estructuras de micromovilización,
a través de la cuales se captan simpatizantes y se extienden las nuevas ideas o proyectos56.
5.- Por ŭltimo, es preciso que se disponga de unos niveles económicos y de status político-
social mínimos que garanticen cierta seguridad a los individuos, aporten instrumentos
de lucha y justifiquen racionalmente determinadas expectativas de mejora.
Otra precondición es, como ya hemos adelantado, que existan expectativas racionales de
éxito tales que el movimiento pueda ser interpretado en términos utilitarios por sus actores. Si
no está extendida socialmente la certeza de que los objetivos planteados son alcanzables sin asu-
mir riesgos excesivos, es decir, tras un cálculo racional de costes y beneficios previsibles, la
movilización no sería posible.
Dicho cálculo puede verse distorsionado por factores de tipo ideológico o religioso, pero
ello sólo implicaría que los referentes de coste y beneficio serían otros, por ejemplo, la salva-
ción o el premio en la otra vida podría suponer un beneficio que justificase incluso una muerte
segura, el conocido martirio voluntario. Sin embargo, en el grueso de los movimientos sociales
el cálculo se hace en clave política y utilitaria. Los referentes a los que el grupo presta atención
serán obviamente muy diversos dependiendo de sus expectativas y sus condiciones de vida, pero
algunos de ellos aparecen siempre:
1.- Que se planteen unos objetivos realizables y un diseño estratégico pragmático para
conseguirlos. Aunque pueda parecer que se trata de una interpretación subjetiva de la
realidad, esta se basa siempre en una serie de referentes objetivables: la oportunidad
política; la adaptación a la escala de valores éticos preexistentes; las experiencias pre-
vias sostenidas por la memoria histórica; etc.
2.- Que exista confianza en los líderes, no sólo que se les suponga honestidad y un com-
promiso sincero con el movimiento, sino que posean prestigio, aporten legitimidad y
ofrezcan seguridad de éxito. En este sentido son valorados elementos como la expe-
riencia política, el ejercicio de cargos p ŭblicos o de determinados oficios como la cle-
recía, la posesión de un status social elevado por razones de sangre —nobles en el Anti-
guo Régimen—, recursos económicos o formación intelectual.
3.- Que la entidad, comunidad o asociación que organiza el movimiento goce de prestigio
en el seno del grupo —piénsese, por ejemplo, en el papel jugado por la iglesia en el movi-
miento negro pro-derechos civiles en los Estados Unidos—.

56 Este es uno de los principales campos de investigación a los que se han aplicado los partidarios de la teoría de las
"identidades colectivas". Véase LARAÑA, E., La construcción del movimiento social, Madrid, 1999.
PRINC1PALES TEORíAS SOBRE EL CONFLICTO SOCIAL 253

4.- Que se perciba debilidad en el grupo oponente, algo que exige una división en su
seno o una actitud política ambigua o supuestamente favorable al movimiento. La
división provoca que una parte de la élite se sit ŭe del lado del grupo rebelde, al
menos momentáneamente, y la ambig ŭedad política le imposibilita para dar una res-
puesta represiva firme, amén de abrirse la posibilidad, teóricamente al menos, de
influir en sus decisiones.
5.- Que se considere el momento como políticamente oportuno. Todos los referentes
comentados podrían sintetizarse en la certeza de que las circunstancias son las estraté-
gicamente adecuadas. No basta, por supuesto, con que se perciba la posibilidad estraté-
gica de obtener éxito, es necesario que los problemas planteados exijan una solución
más o menos inmediata y que esté extendido un ambiente psicosocial caracterizado por
la impaciencia, la confianza en el éxito y cierto grado de crispación social.
LA MEDIACIÓN Y CONCILIACIÓN: LÍMITES Y
ALCANCES EN LA CONSTITUCIÓN POLÍTICA
DE LOS ESTADOS UNIDOS MEXICANOS.
Sandra Elizabeth Escobar Romero.
Año 10, No. 28; 2022

LA MEDIACIÓN Y CONCILIACIÓN: LÍMITES Y ALCANCES EN LA CONSTITUCIÓN


POLÍTICA DE LOS ESTADOS UNIDOS MEXICANOS
Sandra Elizabeth Escobar Romero

Egresada de la Maestría en Métodos de Solución de Conflictos y Derechos Humanos.


Universidad Juárez Autónoma de Tabasco,
División Académica de Ciencias Sociales y Humanidades, México.

Artículo Recibido: 10 de marzo 2022. Aceptado: 07 de septiembre 2022.

RESUMEN. La mediación y la conciliación pertenecen a los llamados mecanismos alternativos de


solución de controversias, o métodos autocompositivos en el modelo de justicia y se encuentran
consagrados en el artículo 17 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos; párrafo 5. La
aplicación de mediación, conciliación o negociación de la cual nos hablan escuelas y tradiciones, en la
práctica existe confusión sobre cómo debe actuar el facilitador (o mediador, conciliador o negociador) por
lo cual consideramos pertinente como objetivo del presente trabajo, se trata de un ensayo que nos permita
aclarar los límites y alcances sobre el revisar la literatura, acerca de sus coincidencias y diferencias, como
mecanismos alternativos de solución de controversias establecidos en la Constitución Política de los
Estados Unidos Mexicanos.

Palabras Clave: mediación; conciliación; negociación; conflictos.

INTRODUCCIÓN.
El presente documento corresponde a un para apoyar a las partes como facilitador de
análisis de la mediación y la conciliación, la comunicación, y en donde si está más
desde un punto de vista de la doctrina, ya claro es en la intervención del facilitador
que ocasionalmente se confunden sus (mediador o conciliador), en donde el primero
fundamentos y prácticas, por ello hemos es neutral en las soluciones y el segundo
considera destacar las variables de sus tiene un parte activa a la hora de resolver.
límites y los alcances que tienen cada
Asimismo, presentamos las tres escuelas o
método, destacando principalmente que
tradiciones en mecanismos alternativos de
existe una línea muy delgada en cuanto a las
solución de controversias, las cuales han
técnicas y herramientas que cada una de
aportado sobre cómo realizar el proceso de
ellas utiliza en los procesos de intervención

1731
LA MEDIACIÓN Y CONCILIACIÓN: LÍMITES Y
ALCANCES EN LA CONSTITUCIÓN POLÍTICA
DE LOS ESTADOS UNIDOS MEXICANOS.
Sandra Elizabeth Escobar Romero.
Año 10, No. 28; 2022

mediación, y técnicas y herramientas para En la conciliación se hace más fuerte la


trabajar en estos mecanismos. presencia del tercero. El tercero propone
soluciones a los conflictos. Las propuestas
DESARROLLO.
conciliatorias sólo tendrán efecto vinculante
La mediación y la conciliación comparten si las disposiciones son voluntarias.
similitudes que a continuación se enuncian, Procedimiento mediante el cual dos o más
pero también es importante distinguir la personas que tienen un conflicto en común
mediación y la conciliación, pues, aunque se apoyan de un tercero neutral, éste último
comparten técnicas y herramientas, tienen sin emitir juicio respecto al fondo del asunto,
ciertas particularidades que las diferencian: propone alternativas de solución del litigio. El
Similitudes y Diferencias entre mediación y conciliador interviene ayudando a tomar
conciliación decisiones. La conciliación es una imagen

Fuente: Vado Grajales, Luis Octavio. Medios Alternativos De


contemplada por la ley, se fundamentó en la
Resolución De Conflict voluntad de las partes. Su característica, se
SIMILITUDES DIFERENCIAS
• Uso de las mismas • El conciliador puede encuentra en ser la encargada de otorgar a
técnicas y hacer propuestas de
herramientas, ya que la arreglo a las partes. El las partes la solución o arreglo satisfactorio
base de las mismas es mediador carece de
facilitar la dicha facultad. dentro del marco legal.
comunicación entre las • La conciliación puede
partes. ser una fase procesal,
• Evitan el proceso o lo la mediación
terminan. generalmente no lo es. La conciliación y mediación son mecanismos
• La facultad de llegar • El mediador no es
al arreglo necesariamente un
consensuales, rigurosamente voluntarios,
corresponde a los perito en derecho, y el
participantes, ya que conciliador que sólo pueden aplicarse cuando existe una
el tercero normalmente lo es.
interviniente no • El poder del conciliador
anuencia claramente expresada por las
puede imponerlo, a radica en que puede dar
diferencia del recomendaciones y en
partes involucradas, pero además la
arbitraje o el proceso su caso brindar la
judicial. asesoría a las partes, el
conciliación sobre todo en materia laboral ha
• La casi total ausencia mediador no puede
de formalidades. hacer.
tenido un auge espectacular por la
• Preponderancia de la • El conciliador no es
oralidad. concebido como un
efectividad de lo que ahora mismo está
• Principio de operador neutral como
aconteciendo en la materia desde la reforma
inmediatez. en la mediación.
• Pueden sugerir y puesta en marcha de los centros de
sesiones privadas o
caucus. conciliación y registro laboral. Y al menos
• Buscan clarificar los
intereses y para Tabasco, los números que se manejan
necesidades de las
partes

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LA MEDIACIÓN Y CONCILIACIÓN: LÍMITES Y
ALCANCES EN LA CONSTITUCIÓN POLÍTICA
DE LOS ESTADOS UNIDOS MEXICANOS.
Sandra Elizabeth Escobar Romero.
Año 10, No. 28; 2022

de la efectividad esta por encima de técnica o procedimiento encaminado a la


cualquiera de los Estados de País en donde resolución de conflictos que cuenta con la
ya funcionan. intervención de un tercero imparcial, que no
decide sobre el fondo del conflicto ni sobre
Parte de la mediación es el mediador, éste las soluciones que convengan a las partes.
es un facilitador de acuerdos mutuamente (Martínez). Es la intervención en una disputa
consentidos por las partes. Su rol no debe o negociación, de un tercero aceptable,
ser confundido con el asesoramiento jurídico imparcial y neutral que carece de un poder
ni con el psicológico, ya que no se tratarán autorizado de decisión para ayudar a las
conflictos intrapersonales, (psíquicos) sino partes en disputa a alcanzar voluntariamente
interpersonales. (Farré, 2009). Debe ser su propio arreglo mutuamente aceptable. Es
capaz de generar confianza en los esencialmente negociación que incluye a un
participantes. Las personas que solicitan tercero que conoce los procedimientos
mediación con frecuencia piensan que su eficaces de negociación y puede ayudar a la
antagonista es responsable del asunto que gente en conflicto a coordinar sus
los tiene enfrentados y fácilmente se irritan si actividades. La mediación es una extensión
alguien duda que sus puntos de vista sean del proceso de negociación. (Moore, 2010:
justos. Al inspirar confianza el mediador 44-45)
puede inducir a los participantes a modificar
sus interpretaciones iniciales y ayudarlos a A continuación se presentan los tres modelos
flexibilizar sus posturas para encontrar una de mediación más reconocidos;
solución. (Martínez, 2019). adjudicándose los fundamentos y métodos de
cada uno de ellos. (Suares, 2018).
Ahora bien, pasemos a ver a detalle el
método de la mediación, la mediación es una

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ALCANCES EN LA CONSTITUCIÓN POLÍTICA
DE LOS ESTADOS UNIDOS MEXICANOS.
Sandra Elizabeth Escobar Romero.
Año 10, No. 28; 2022

LOS MODELOS DE MEDIACIÓN Y CONCILIACIÓN

TRADICIONAL TRANSFORMATIVO Bush y CIRCULAR- NARRATIVO


Folger
Harvard Sara Cobb

La mediación Negociación colaborativa Oportunidad para desarrollar el Proceso para llegar a


potencial de cambio de las acuerdos trasformando la
asistida por un tercero personas al descubrir sus propias narrativa de confrontación, por
para resolver un habilidades una historia alternativa que
problema posibilite el cambio

La Se centra en contenidos Se centra en el proceso Es un proceso complejo que


comunicación verbales Diálogo= Relacional incluye el contenido y la
“comunicación bilateral relación: qué se dice, cómo se
efectiva” dice y dentro dequé contexto

El mediador Es un facilitador de la Facilita la transformación de la Busca transformar la historia y


comunicación, experto en relación la relación
dirigir la discusión

El conflicto Un obstáculo para la Oportunidad de transformación Historia interpersonal de


satisfacción de intereses malestar y confrontación
o necesidades donde mi identidad y mi yo o
self, han quedado mal
posicionados

Métodos Aireación del conflicto= “Empoderamiento” - Reflexión y comprensión


catarsis o descarga de
Co-protagonismo - Reconocer y aumentar las
las emociones asociadas
diferencias
al conflicto Preguntas circulares
- Legitimar a las personas
Neutralidad:
Imparcialidad y - Generar nuevos significados
equidistancia del
- Generar contexto de
mediador
Confianza
Ir del caos al orden

Metas Lograr el acuerdo Modificar la relación entre las - Reflexión más que aireación
partes, sin importar si llegan o no
Disminuir diferencias - Cambiar el significado
a un acuerdo
entre las partes
- Transformar la historia
- Lograr acuerdo, si es
Posible
Fuente: Universidad externado de Colombia dirección de derechos humanos y acceso a la justicia Bogotá Colombia, Proceso de
mediación y habilidades del mediador, Santafé de Bogotá, Abril de 2021. Véase:

http://atecex.uexternado.edu.co/mediador/documentos/habilidades.pdf

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LA MEDIACIÓN Y CONCILIACIÓN: LÍMITES Y
ALCANCES EN LA CONSTITUCIÓN POLÍTICA
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Sandra Elizabeth Escobar Romero.
Año 10, No. 28; 2022

Queda establecido y aclarado de manera las partes en disputa.


sencilla, los aspectos que fundamentan los - Crear alternativas de arreglo.
diversos métodos de la mediación de sus - Evaluación de alternativas de acuerdo.
disposiciones generales, referente a ellos - Negociación definitiva.
mencionamos los aspectos de la misma son: - Obtención de un acuerdo formal.
- Negociación.
- Intervención. Acerca de los principios de la mediación y la
- Carácter explicito. conciliación podemos mencionar, los
- Aceptabilidad. siguientes y hay que considerar que también
- Imparcialidad. se pueden enmarcar dentro de valores de los
- Neutralidad. mediadores:

A continuación de forma general veamos las Voluntariedad. La participación de los


doce etapas del movimiento del mediador y mediados en el procedimiento de la
situaciones críticas que deben ser mediación debe ser por su propia decisión y
afrontadas, para hacer que la mediación y su no por obligación.
proceso logre el éxito de las partes, inclusive
del propio mediador: (Suares). Confidencialidad. Lo tratado en mediación
- Contactos iniciales con las partes en no podrá ser divulgado por el mediador, a
disputa. excepción de los casos en los que la
- Elegir una estrategia para orientar la información se refiera a un ilícito penal y que
mediación. la legislación correspondiente señala.
- Recopilar y analizar la información de
antecedentes. Flexibilidad. El procedimiento de mediación
- Idear un plan detallado de mediación. debe de carecer de toda forma estricta para
- Creación de confianza y cooperación. poder responder a las necesidades
- Comienzo de la sesión mediadora. particulares de los mediados.
- Definición de las cuestiones y
elaboración de una agenda. Neutralidad. El mediador mantiene una
- Revelación de los intereses ocultos de postura y mentalidad de no ceder a sus

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propias inclinaciones o preferencias durante - Es un catalizador, facilitador al


todo el procedimiento de la mediación. servicio de las partes en su empeño
de llegar a un acuerdo.
Imparcialidad. El mediador actuará libre de - Sugiere, recomienda, persuade,
favoritismos, prejuicios o rituales, tratando a orienta, asesora, advierte.
los mediados con absoluta objetividad, sin - Facilita la comunicación.
hacer diferencia alguna. - No es un juez, ni un fiscal, ni un
terapeuta, ni un policía.
Equidad. El mediador debe procurar que el - No impone, no decide, no juzga, no
acuerdo al que lleguen los mediados sea sanciona.
comprendido por éstos y que lo perciban justo - Es respetuoso, tolerante, generador
y duradero. de respeto.
- Es confiable: generador de confianza.
Legalidad. Sólo puede ser objeto de - Confidente: garante de
mediación los conflictos derivados de los confidencialidad.
derechos que se encuentren dentro de la libre - Creíble: generador de credibilidad.
disposición de los mediados. - Imparcial: generador de
imparcialidad.
Honestidad. El mediador debe excusarse de - Corresponsable: promueve
participar en una mediación o dar por corresponsabilidad.
terminada la misma si a su juicio, cree que tal - No actúa mediante códigos,
acción sería a favor de los intereses de los reglamentos o funciones.
mediados. - Actúa bajo criterios de equidad,
responsabilidad social y garantía de
Pero además el mediador y el conciliador los derechos humanos.
debe poseer ciertas cualidades que podrían - El principio que orienta su acción es:
ser las siguientes, o que debe cultivar o tener a cada uno según sus derechos, de
en cuenta: cada uno según su responsabilidad
social.

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La mediación es un método para la dirección de un tercero neutral, que no tiene


resolución de conflictos alternos a los medios autoridad decisional, busca soluciones de
adversariales, que muestra además de su recíproca satisfacción subjetiva y de común
eficacia probada un crecimiento sostenido en ventaja objetiva para las partes, a partir del
diferentes ámbitos de la sociedad, este control e intercambio de la información,
método se encuentra en evolución sus favoreciendo el comportamiento colaborativo
términos y principios le otorgan una de las mismas. (Calcaterra, 2002).
constante expansión por las contribuciones
otorgadas al sistema jurídico en el ámbito de De los métodos alternativos de resolución de
su estudio y aplicación tanto en el sistema conflictos (conciliación, mediación,
interno del orden jurídico como en su lado negociación, arbitraje, etc.) el que ocupa el
externo. lugar de privilegio es la mediación, ya que es
una de las mejores formas que tiene el ser
La gran cantidad de posturas y definiciones humano, de mejorar y resolver todas
sobre los medios alternativos de solución de aquellas situaciones de crisis que dificultan
conflictos deja en claro que hay mucho su vida de relación, logrando con ello la paz
trabajo de sistematización sobre la interior que lleva a consigo un mejoramiento
mediación, la cual cada día se hace presente de la propia vida y repercute positivamente
en más naciones, como ya habíamos en la sociedad. (Aiello, 2009).
apuntado líneas arriba.
El dispositivo de la mediación otorga la
De manera que, tomando datos de cada palabra a los sujetos que padecen y el
país, queda claro esta definición: la mediador escucha, desde una posición
mediación es un procedimiento en el cual, las neutral, sus relatos (verdades que en tanto
partes, ayudado por un tercero que no tiene sujetos se constituyen en verdades
facultades de decisión, intentan resolver un subjetivas) para evaluar (éste es el saber del
conflicto. medidor) si podrán diseñar estrategias
consensuadas y conseguir aquello que dicen
La mediación al igual que la conciliación, son necesitar y acompañarlos en este proceso
procesos del tipo de la negociación que, con sosteniendo su conflicto.

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La mediación pues, es una serie de técnicas ninguna situación quede sin una solución
para la resolución de los conflictos, en procesal, por más extraña que sea, se
diversos ámbitos de la vida del ser humano y establecen innumerables vericuetos he
sus relaciones con la sociedad. Surge en un instancias que terminan alargando y
contexto en el cual la racionalidad de la ley y encareciendo innecesariamente los
su aplicación se puede ver impedida a procesos. La marginación que ello genera en
resolver controversias de manera rápida, sin los pobres los lleva, en general, a solucionar
tener que pasar por procedimientos en forma deficiente sus problemas o,
administrativos tardados y engorrosos, claro simplemente, a dejarlos sin solución alguna.
que no suprimir a la ley, por muy En ambos eventos se produce no solo una
desarrollados que estemos en la materia, situación de injusticia, sino también el
puesto que hay una serie de elementos germen de conflictos futuros potencialmente
jurídicos y legales que necesitan de su más radicales, complejos y violentos. Lo que
tratamiento. hacen los medios alternativos de solución de
controversias no es otra cosa que suplir la
El implemento en cada país de América provisión de un servicio que el estado no está
latina ha tenido al menos tres apartados de en condiciones de entregar a través de los
motivaciones o justificaciones a saber. tribunales. Los MASC, permiten acceder a
una solución para problemas que de otra
Por una parte, están quienes los promueven manera no la tendrían.
como mecanismos para aumentar el acceso
a los sistemas de resolución de conflictos. Existe una segunda aproximación al tema,
Los sistemas formales, en una muy justificándose en ella los MASC como
extendida visión, son engorrosos, lejanos a mecanismos eficientes para descargar a los
la gente y caros, por lo que muchas tribunales de una parte de la enorme
personas, los de menores recursos, se ven cantidad de trabajo que los abruma y con la
excluidos de ellos. Se le critica a los cual no pueden lidiar eficientemente. En este
procesos judiciales en ser concebidos en caso, los destinatarios de los MASC no son
función de los casos excepcionales y no en necesariamente las personas pobres
los de la norma general. Al tratar de que aquellas que están marginadas del sistema

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de justicia, sino aparejan precisamente un CONCLUSIONES.


reencauzamiento de aquellos casos que si La implementación de los mecanismos
logran llegar a los tribunales (cuyos titulares, alternativos de solución de controversias en
como se sabe, no son generalmente los más México, (mediación y conciliación) desde la
pobres). reforma de 2008, y el boom en la siguiente
década, ha traído buenos resultados en la
Finalmente, hay un tercer grupo de impartición de justicia (Fiscalías y Tribunales
promotores de estos sistemas que los Superiores de Justicia de los Estados), pero
justifican ya no por ser una alternativa más el impacto en la sociedad ha sido poco
barata, ni por constituir los mecanismos con satisfactorio, aún ahora los mismos litigantes
que cuentan los privados para resolver no creen en éstos mecanismos, y poco
conflictos en los que al estado no le interesa conocen acerca de su efectividad,
intervenir. La razón es muy distinta, justifica mediación, conciliación y negociación
la existencia de estos sistemas (MASC), por consideran la intervención de un tercero,
razones sustantivas, porque las soluciones pero en cada uno de ellos su participación es
que en ellos se alcanza son de mayor calidad diferente como hemos podido dejar en claro
que las judiciales. Los argumentos son en este documento, aún así hay mucho
distintos tratándose de la mediación y la camino por recorrer y que trabajar,
conciliación, por una parte, y el arbitraje por esperemos que el impacto en los justiciables
la otra. sea de un cambio de paradigma de cómo
resolver conflictos con la ayuda de un
tercero.

LITERATURA CITADA

Aiello de Almeida, M. A. (2001). Mediación: formación y algunos aspectos claves, Porrúa, México, 2001

Bush, R.A. Baruch y J.P. Folger (1996) La Promesa de la mediación: Como afrontar el conflicto a través del
fortalecimiento propio y el reconocimiento de los otros, Barcelona Granica.

Calcaterra, Rubén A. (2002). Mediación Estratégica. Barcelona España. Gedisa,


Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos

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Sandra Elizabeth Escobar Romero.
Año 10, No. 28; 2022

Farré, Sergi. (2004)) Gestión de conflictos: taller de mediación. Un enfoque socioafectivo. Ariel, Barcelona.

Gottheil, Julio y Adriana Schiffrin [compiladores] (2011) Mediación; una transformación en la


cultura Barcelona, España. Paidós [Serie Mediación #3]

Martínez de Murguía, Beatriz. (1999). Mediación y resolución de conflictos. Una guía introductoria.
México. Editorial Paidós.

Moore, Christopher. (1995). El proceso de Mediación, Buenos Aires, Granica.

Pérez, Baxin, Oscar, (2015). “Implementación de los mecanismos alternativos de solución de


controversias en el Poder Judicial del Estado de Tabasco”, Perfiles de las Ciencias Sociales, Año 2, Núm.
4, UJAT, México

Resolución Alternativa de Conflictos. CEJA/INECIP.

Suares, Marinés. (2004) “Mediación. Conducción de disputas, comunicación y técnicas”. Paidós,


Argentina.

Universidad externado de Colombia dirección de derechos humanos y acceso a la justicia Bogotá


Colombia, Proceso de mediación y habilidades del mediador, Santafé de Bogotá, Abril de 2021.
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Vado Grajales, Luis Octavio. Medios Alternativos De Resolución De Conflictos.


www.bibliojurídica.org/libros/5/2264/19.pdf. p. 384.

1740
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Héctor Hernández Tirado 15

Capítulo I
Naturaleza, efectos jurídicos
y éticos del convenio de Mediación

1.1 Concepto de Mediación

Existen diversos conceptos de Mediación. En la Enciclo-


pedia Jurídica Omeba, la Mediación se entiende como un
procedimiento voluntario, informal, confidencial e inte-
grador, a través del cual, un tercero imparcial y neutral,
interviene para ayudar a las partes en conflicto a trabajar
cooperativamente, intentando lograr un acuerdo mutua-
mente satisfactorio o al menos aceptable para ellos.

El artículo 5 fracción VII de la Ley de Mediación, Con-


ciliación y Promoción de la Paz Social para Estado de
México, prevé que se entiende por Mediación al proceso
en el que uno o más mediadores intervienen facilitando a
los interesados la comunicación, con objeto de que ellos
construyan un convenio que de solución plena, legal y
satisfactoria al conflicto.

Teóricamente todos los conceptos son válidos, si coinci-


den en asociar la Mediación con una dinámica comuni-
cacional por naturaleza extrajudicial, en la que partici-
pan de manera colaborativa y asociativa las personas que
desean prevenir, solucionar o minimizar los efectos de

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16 Naturaleza del convenio de

determinado conflicto, con la participación de un me-


diador certificado, autorizado y registrado por el Cen-
tro de Mediación, Conciliación y de Justicia Restaurativa
del Poder Judicial de Estado de México, de acuerdo a lo
previstro por el artículo 12 de la Ley especial, pues en la
práctica hemos advertido que por lo general, todo con-
flicto se presenta al inicio del proceso de Mediación como
un animal manso, pero una vez que el mediador inicia su
exploración el conflicto resulta tener tantas cabezas como
Hidra,4 o tantas ramificaciones como el mapa mental de
un genio; por lo que sin duda, el mediador debe contar
con conocimientos específicos además de habilidades y
un perfil profesional bien esculpido.

Estos motivos se estiman suficientes para considerar la


pertinencia de formar grupos multidisciplinarios en Me-
diación, porque consideramos que la Mediación es un
subproducto de la interacción de varias disciplinas del
conocimiento científico, entre las que se encuentran el
Derecho, la Psicología, el Trabajo Social, la Filosofía, las
Ciencias de la Comunicación, la Antropología, etcétera,
las cuales han hecho importantes aportes a lo que se per-
fila en nuestro tiempo como una nueva profesión.

Para abonar la propuesta de la formación de grupos mul-


tidisciplinarios en Mediación, basta recordar que el con-
flicto es un signo de que existen verdades más amplias y
perspectivas más bellas, cuyo conocimiento y adminis-
tración escapa a los recursos de una sola disciplina.

4 Monstruo mitológico del lago de Lerna, con siete cabezas que renacían a medida que se
cortaban, muerto por Hércules que se las cortó todas de un golpe.

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Héctor Hernández Tirado 17

Por lo que es fácil entender cuál es la promesa de la Me-


diación y por qué su arraigo en el Tribunal Superior de
Justicia del Estado de México, y su amplia aceptación en
la sociedad mexiquense, cuyos síntomas de insatisfacción
con los esquemas de la justicia adversarial son evidentes.

Con el apuntamiento anterior, obviamente no descubri-


mos nada nuevo, recordemos el diagnóstico realizado
por el relator de la ONU, Dato Param, sobre la justicia
en nuestro país, lo que llevó a que muchos se rasgaran las
vestiduras y se pusieran ceniza en la cabeza, sorprendidos
e indignados por el “insólito e increíble descubrimiento”.

En el tema de la insatisfacción con la justicia ordinaria


tradicional, permítasenos recordar a Antonio Plaza, abo-
gado, soldado de la república, poeta y teólogo, quien con
profunda amargura en una parte de su poema: “La voz
del inválido”, dice:

Tú vas a la corte. Allí


activo en tu bien rebúllete.
Consérvate, aséate, instrúyete,
y vive, Andrés, para ti.

Obra mucho y cierra el labio,


que llega a su fin más pronto,
con su actividad el tonto
que con su pereza el sabio.

Es la corte cosa brava,


todos mal de todos piensan,
los enemigos comienzan
donde la nariz acaba.

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18 Naturaleza del convenio de

Tú allí con muy buenos modos


sé expansivo, sé jovial,
de todos piensa muy mal;
pero habla muy bien de todos.

Que mascarada es completa


la corte que veo con asco,
y sufre allí más de un chasco
quien no toma su careta.

Allí es el afeite aseo,


sinceridad el cinismo;
la locura excentricismo;
la adulación galanteo;

Se le llama bueno al bobo,


se llama al miedo prudencia,
porque es difícil papel,
se llama la charla ciencia,
se llama fianza al robo.

Allí en duda has de poner


la castidad del beato,
la mansedumbre del gato,
la virtud de la mujer.

Allí todo es falsedad.


“Vanidad de vanidades,”
allí abundan nulidades
rellenas de vanidad.

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Héctor Hernández Tirado 19

Todos quieren que su nombre


a los hombres envanezca,
y no hay hombre que merezca
llamarse siquiera hombre.5

Lo bien cierto es que el sol no se puede tapar con un


dedo, y quizás esto es el redescubrimiento optimista de
la Mediación, redescubrimiento en el que subyace el ver-
dadero activismo del mediador, quien sostiene ingenua
pero científicamente comprobable que la punta del ice-
berg no es el iceberg, que el mapa no es el territorio, que
los sentidos a menudo nos engañan, que hablando se
entiende la gente, que hay que aprender a escuchar, que
antes de discutir es importante comprender, que antes de
sentenciar hay que discutir, que toda relación humana
perdurable se basa en tres condiciones básicas: aceptar,
perdonar y amar (verdades de perogrullo, pero ¿Quién
las practica?)

En otras palabras, los resultados de toda investigación


(la Mediación es una investigación de la verdad tras la
mentira, de la realidad tras su reflejo, de la necesidad tras
el interés, del buen derecho tras la apariencia del buen
derecho, de la justicia tras el derecho, de la equidad tras
la iniquidad, de la integridad tras la honestidad, de los
valores tras las creencias, de lo verdaderamente bello tras
lo aparentemente hermoso, de lo intemporal tras lo tem-
poral, de la bondad tras la razón, del amor tras sus mu-
chas simulaciones, de la lealtad tras la traición), suelen

5 Antonio Plaza, El álbum del corazón, edit. Pax-México, México, 1986,


pp. 321-322.

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20 Naturaleza del convenio de

ser más confiables que los resultados del juicio tradicio-


nal y la sentencia, donde se declara, reconoce o constitu-
ye un derecho con fuerza de cosa juzgada, inmutable e
indiscutible por ser la “verdad legal”, a espalda en ocasio-
nes, de la verdad, de la realidad, de la necesidad, del buen
derecho y de la justicia, dejando “intocado el conflicto”
como lo reconoció en el año 2006, en entrevista para la
prensa, el ex presidente de la Suprema Corte de Justicia
de la Nación.6

En los anteriores renglones nos hemos referido al con-


flicto, pero ¿Qué es a ciencia cierta el conflicto?

El Diccionario de la Lengua Española,7 señala que el


conflicto es: “combate, lucha, pelea”. Indicando que se
encuentra en desuso su significado consistente en: “mo-
mento en que la batalla es más dura y violenta”.

Nada más frustrante desde la perspectiva de la con-


flictología desarrollada espléndidamente por Eduard
Vinyamata,8 que atenerse a tales significados.

Por ello, es que el conflicto desde la filosofía para la paz


puede ser concebido como la divergencia percibida de
intereses o creencias (sentires, pensares, haceres) que im-
piden a las partes alcanzar simultáneamente sus aspira-
ciones corrientes.

6 Ministro Mariano Azuela Güitrón.

7 Diccionario de la Real Academia Española, vigésima primera edición, edit. Espasa


Calpe, S.A., Madrid, 2000.

8 Eduard Vinyamata, Conflictología: Curso de resolución de conflictos, Plaza & Janés


Editores, S.A., Barcelona, 2002.

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Héctor Hernández Tirado 21

Para Frost yWilmont, el conflicto es “la acción recíproca de


personas interdependientes que persiguen metas incom-
patibles y se interfieren mutuamente para alcanzarlas”.9

De esta aproximación al concepto de conflicto, se dedu-


cen por lo menos seis elementos:

1. Presencia de dos o más partes (individuos, grupos,


Estados, organizaciones);
2. Intereses opuestos entre ellos;
3. Reconocimiento de esos intereses;
4. Acciones que obstaculizan los objetivos de ambas
partes;
5. Creencia de que el otro obstruye sus intereses; y
6. Preexistencia de relaciones y un contexto en donde
se da, es decir, el espacio, el que de acuerdo con Mi-
guel Ángel Olguín, siempre es más pequeño que el
espacio de la solución.10

Del modo como se conciba teóricamente el conflicto,


nacen diversas percepciones conforme a su amplitud e
importancia.

Así, encontramos la teoría de Burton y la teoría marxis-


ta, según las cuales, cualquier intervención para resolver
el conflicto está destinada al fracaso a menos que la causa
sea erradicada.

9 Mencionados por Melba Arias Londoño en La Conciliación en derecho de familia, edit.


Legis, Colombia, 2002, p. 3.

10 Miguel Ángel Olguín, Siloé. El espacio de la solución. Soluciones breves a conflictos


largos, edición del Centro Mexiquense de Programación Neurolingüística, S.C., México,
1998, p. 13.

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22 Naturaleza del convenio de

En el caso de la teoría marxista, que las necesidades y las


condiciones socioeconómicas desaparezcan.

Las partes en conflicto dentro de estas dos teorías, son con-


sideradas como entes estáticos sin ninguna interacción, a
diferencia de la teoría de la gestión y de la teoría de la
transformación, donde en la primera se reconoce tam-
bién la inevitabilidad del conflicto como parte de la na-
turaleza humana, pero orienta lo dinámico y litigioso del
conflicto a espacios que lo mantengan por debajo de los
umbrales de una relación agresiva; la segunda, destaca
la naturaleza dialéctica del proceso del conflicto, consi-
derándolo parte de las relaciones humanas y propulsor
hacia el cambio social.

Con las anteriores nociones, breves y elementales por


cierto, dada la amplia y seria bibliografía que existe sobre
el tema, consideramos que el lector estará en condiciones
de estructurar su propio concepto de conflicto.

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Héctor Hernández Tirado 23

1.2 Concepto y naturaleza del convenio de Mediación

Desde el punto de vista etimológico, convenio proviene


de los vocablos cum y viniere que significa venir, concu-
rrir, unirse, llegar a un acuerdo, venir en compañía, ir
juntos.

El artículo 7.30 del Código Civil del Estado de México


recoge el concepto de la escuela clásica francesa al expre-
sar que convenio es el acuerdo de dos o más personas para
crear, transferir, modificar o extinguir obligaciones.

En el derecho moderno el convenio tiene un amplio sig-


nificado: es todo acuerdo de voluntades independiente-
mente de su contenido patrimonial.

Por lo tanto, el convenio puede tener contenido moral o


ético, como ocurre en los convenios subscritos en el Cen-
tro de Mediación, Conciliación y de Justicia Restaurativa
del Poder Judicial del Estado de México.

La experiencia demuestra que en la dinámica comunica-


cional de la Mediación, cuando los mediados culminan
con un convenio en la mano, suelen tener un sorpren-

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24 Naturaleza del convenio de

dente y evidente cambio, apreciable no sólo por haber


depuesto su primitiva animosidad sino por sus nuevas
actitudes, creencias y percepciones tanto en relación al
otro como en relación al propio conflicto, por lo que mu-
chas veces de manera espontánea los mediados muestran
arrepentimiento al tomar conciencia de la trascendencia
del daño causado en el patrimonio, dignidad, afectos o
sentimientos de la parte complementaria, ofreciéndose
respeto, tolerancia, sinceridad, fidelidad, lealtad, etc.,
etc., dándose así lo que se denomina “el milagro de la
Mediación” y el renacimiento de la esperanza de vivir en
un mundo más humano.

Lo anterior ocurre cuando los mediados en las sesio-


nes de Mediación, logran introyectar hasta expandir la
conciencia, que el conflicto en la relación interpersonal
es inevitable por formar parte de la naturaleza humana,
pero que la energía y poder explosivo del conflicto pue-
den transformarse, orientarse y mantenerse por debajo
de los umbrales de la agresión y de la destrucción, dan-
do paso a un proceso dialéctico de autoconocimiento,
valoración y reconocimiento del otro hasta convertirse
muchas veces en su alter ego, al descubrir que el otro es
tan igual a él que sólo una diferencia sustancial exis-
te: la individualidad, entendida no como los liberales
la entendieron para cosificar al hombre y hundirlo en
el mercado de bienes y servicios, sino como una enti-
dad bio-psíquicosocial- espiritual trascendente, única e
irrepetible.

En resumidas cuentas, el conflicto es una oportunidad


para crecer y expandir nuestra conciencia.

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Héctor Hernández Tirado 25

Convenir o no convenir en los anteriores conceptos no


nos distrae del objetivo: el concepto y naturaleza del con-
venio de Mediación.

El convenio de Mediación es un acuerdo de voluntades


donde concurren las intenciones con las necesidades, y al
igual que en el contrato, el consentimiento se manifiesta
como elemento existencial.

El profesor Ignacio Galindo Garfias nos recuerda que la


distinción entre convenio y contrato desapareció en la
etapa final de la compilación de Justiniano,11 agregan-
do que se mantiene en nuestros días una diferencia en-
tre ambos: ahora se reserva el nombre de contrato sólo
al acuerdo de voluntades que tiene por objeto crear o
transferir obligaciones y derechos, dejando aparte bajo
el nombre de convenio todo acuerdo que crea, transfiere,
modifica o extingue derechos y obligaciones.

El convenio de Mediación, comparte la naturaleza del


contrato de transacción cuando los mediados haciéndo-
se recíprocas concesiones, terminan una controversia o
previenen una futura, declarando o reconociendo los de-
rechos que son objeto de sus diferencias, pero nada impi-
de que el convenio de marras sea una carta de intención,
un proyecto de vida, un código particular, un mapa, una
brújula o un timón, que ayude a recuperar el futuro y a
construir la historia de cada quien en concordancia con
los valores universales.

11 Ignacio Galindo Garfias, Teoría general de los contratos, edit. Porrúa, México, 2005,
p. 70.

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26 Naturaleza del convenio de

En Mediación es mejor ser bueno que tener la razón.

El doctor Masaru Emoto, en su obra mundialmente


conocida,12 dice que dos son los principios que sostienen
el universo: la gratitud y el amor ¿Será cierto?, si es así, la
Mediación es el camino y su fruto el convenio, representa
la oportunidad de demostrar el lado bueno de todas las
cosas.

Por gratitud se hacen cosas esencial y manifiestamente


buenas; por amor el hombre acompaña otra “milla”, en-
trega también su túnica, abre las puertas y hace hasta lo
imposible porque tu pie no tropiece.

Hablamos obviamente del amor ágape el que no todos co-


nocemos, pero lo podemos conocer si nos apartamos un
poco del amor simplemente filius o simplemente eros.

El convenio de Mediación en sentido amplio, es la re-


unión de varias declaraciones y reconocimientos en una
concordante voluntad, que determina relaciones de he-
cho y de derecho.

El convenio de Mediación no sólo determina relaciones


de derecho sino también relaciones físicas, morales, psi-
cológicas, éticas y espírituales.

Ignorar o pretender ignorar la importancia de que los


sujetos del conflicto, más allá de sus diferencias patrimo-
nialistas o morales de primer piso, convengan sobre las

12 Masaru Emoto, Los secretos ocultos en el agua, edit. Alamah, México, 2005, p. 27.

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Héctor Hernández Tirado 27

relaciones subjetivas inmediatamente antes indicadas,


implicaría ignorar que el conflicto como el litigio, es en
realidad más que la pretensión de uno, en el sentido de
que el derecho apoya a su favor un interés y que el otro
se opone a dicha pretensión o aun no oponiéndose, no
cumple con la obligación que le corresponde, ya que el
conflicto se concibe como la divergencia percibida de
intereses o creencias (sentires, pensares, haceres), que
impiden a las partes alcanzar simultáneamente sus aspi-
raciones, y que el conflicto es la maravillosa oportunidad
para crecer y expandir nuestra conciencia.

En resumen, podemos postular que el convenio de Me-


diación es el acto formalmente jurídico y de naturaleza
moral y ética, que corona todo proceso exitoso de Me-
diación, en cuyo contenido se traza la solución, la pre-
vención o la minimización de las secuelas de un deter-
minado conflicto, cuyos efectos habrán de ser tutelados
por el derecho dada su fuerza vinculante, puesto que el
convenio de Mediación representa el conjunto de nor-
mas de conducta establecidas por quienes lo celebran,
mismas que requieren de un fundamento jurídico y una
justificación axiológica.

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28 Naturaleza del convenio de

1.3 Efectos jurídicos y éticos del convenio de Mediación

Los efectos generales del convenio de Mediación son las


consecuencias jurídicas, morales y éticas que se produ-
cen al momento de su firma, o bien, las consecuencias
que se generan cuando se actualiza la condición suspen-
siva o resolutiva pactada.

El primer efecto tangible de todo convenio es su obli-


gatoriedad, pues es de bien explorado derecho que por
el acuerdo de voluntades el convenio tiene fuerza de ley
entre los mediados.

El segundo efecto visible es el de relatividad, consistente


en que el convenio sólo aprovecha a los mediados y nun-
ca puede perjudicar a los que no intervinieron ni en el
proceso ni en su firma, debiéndose tomar en cuenta que
esta regla general puede encontrar una excepción en la
figura de la causahabiencia.

El efecto de relatividad corresponde al principio res inter


alios acta, de elemental derecho, ya que desde el libro IV,
título XXXVIII, Sexta Ley, de la Ley de las XII tablas, se
prescribió:

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Héctor Hernández Tirado 29

Voluntates legitime contrahentium omnimodo conservan-


dae sunt (a todo trance ha de conservarse la voluntad de
los que legítimamente contratan).13

Lo que muy bien consagró el legislador mexiquense, al


establecer en los artículos 7.9 y 7.32 del Código Civil para
el Estado de México, que los autores del acto jurídico ad-
quieren derechos y contraen obligaciones, y conforme al
principio pacta sun servanda, desde que se perfeccionan
los contratos, obligan a los contratantes no sólo al cum-
plimiento de lo expresamente pactado, sino también a las
consecuencias que según su naturaleza son conforme a la
buena fe, a la costumbre o a la ley.

Al respecto los artículos 38 y 39 de la Ley de Mediación,


Conciliación y Promoción de la Paz Social, prescriben
que autorizados los convenios o acuerdos reparatorios
por los titulares de los Centros o Unidades, o por los
mediadores-conciliadores o facilitadores privados, surti-
rán entre las partes la misma eficacia que la cosa juzgada,
pudiendose ejecutar, en caso de incumplimiento, en la
vía de apremio; y, los convenios o acuerdos relativos a
los derechos de niños, niñas y adolescentes e incapaces,
deberán someterse al Centro Estatal para su revisión y
reconocimiento legal.

Por otra parte, cabe mencionar la variación de las obli-


gaciones asumidas por los mediados en el convenio por
acontecimientos extraordinarios, en tanto que en cual-
quier momento y siempre que las partes hubieren con-

13 Guillermo Cabanellas, Repertorio jurídico de principios generales del Derecho,


locuciones, máximas y aforismos latinos y castellanos, edit. Heliasta, Argentina,
2003, p. 18.

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30 Naturaleza del convenio de

signado las circunstancias que sustentaron los motivos


determinantes de su voluntad, si las circunstancias va-
rían por acontecimientos extraordinarios sobrevenidos
y de tal variación resulta oneroso en exceso el cumpli-
miento para una de ellas, la parte afectada puede pedir
la rescisión o la nulidad relativa o la reducción equitativa
de la obligación, de acuerdo al artículo 7.35 del Código
Civil del Estado de México, donde se prevé el principio
rebuc sic stantibus.

Sin embargo, pensamos que cuando se trata de aconteci-


mientos extraordinarios que hacen no sólo oneroso sino
imposible el cumplimiento de la obligación pactada en
un convenio de Mediación, el único camino desde la fi-
losofía para la paz, nunca será el que sugiere la norma
contenida en ese artículo, ya que nada impide que los
interesados acudan a la re-mediación en la que podrán
re-convenir de manera no adversarial los términos del
cumplimiento de la obligación antes pactada, tomando
en cuenta los acontecimientos extraordinarios sobre-
venidos, pues el cumplimiento de un hecho positivo o
negativo, no sólo debe ser lícito sino también posible al
tiempo en que se vuelve exigible.

Por tanto, afirmamos que a través de la re-mediación co-


braría plena vigencia la previsión del legislador consa-
grada en el artículo 7.35 citado.

En la hipótesis que se trata, se alcanzaría la paz y la jus-


ticia pronto, sin necesidad de agotar la vía principal ad-
versarial elevada a garantía individual en el artículo 17
constitucional.

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Héctor Hernández Tirado 31

Ahora bien, no se pretende aquí agotar todos los prin-


cipios y efectos del convenio que provienen de los ám-
bitos legal, doctrinario y jurisprudencial, supuesto que
partimos de la certeza de que el lector jurista conoce los
demás efectos tangibles y visibles.

Nos hemos referido a los efectos tangibles y visibles del


convenio de Mediación, porque éste, a diferencia del acto
jurídico vulgar, con producción de consecuencias de de-
recho en el mundo externo, genera mejores y mayores
efectos en el mundo interno. ¿Cómo es esto?

En 1948, al proclamarse la Declaración Universal de


los Derechos Humanos se invitaba a los países firman-
tes a que en sus escuelas se hiciera una amplia difusión
de ese documento, argumentando que si en la mente de
los hombres era donde se habían fraguado los grandes
conflictos armados del siglo XX, ahí mismo era donde
deberían erigirse los baluartes de la paz, la tolerancia y la
comprensión internacional.

De acuerdo al apotegma arriba propuesto,14 durante la


gestión y administración del conflicto se presenta una
maravillosa e invaluable oportunidad para conocernos,
porque ¿Cómo conocer nuestros potenciales humanos y
cómo atender el conócete a ti mismo, si no pasamos co-
tidianamente la prueba de fuego del conflicto en sus dos
elementales modalidades: intrapersonal e interpersonal,
si cuando nos enfrentamos al conflicto lo percibimos

14 El conflicto es una oportunidad para crecer y expandir nuestra conciencia.

15 Biblia, Nuevo Testamento, II Timoteo 1:7, versión Reyna Valera, revisión 1960, edit.
Broadman & Holman Publishers, Nashville, Tennessee, 1983.

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32 Naturaleza del convenio de

como un exterminador y con socarronería lo evitamos,


eludimos, ignoramos, regateamos y tememos, aun cuan-
do no hemos recibido un espíritu de cobardía, sino de
poder, de amor y de dominio propio?15

Si convenimos que todo lo que hacemos o no hacemos


y que todo lo que decimos o no decimos, es antes idea,
pensamiento, percepción, emoción o sentimiento, ya que
sin duda todo acto conciente o inconciente, antes de ser
acto es potencia, entonces podemos estar de acuerdo que
el ámbito de acción de la Mediación, es prioritariamente
el interno, sobre todo porque:

La promesa original de la Mediación reside en su capaci-


dad para transformar el carácter de los antagonistas in-
dividuales y de la sociedad en general, además el carácter
privado extrajudicial de la Mediación, puede suministrar
a los adversarios una oportunidad no amenazadora de
explicarse y comprenderse unos a otros. En este ambiente
y con mediadores diestros en comunicación interpersonal,
las partes a menudo descubren que pueden sentir y expre-
sar cierto grado de comprensión y preocupación unas por
otras a pesar de las discrepancias. El movimiento media-
dor ha utilizado esta dimensión del proceso para ayudar a
los individuos a fortalecer su capacidad intrínseca de rela-
cionarse con preocupación por los problemas de otros; por
lo tanto, la Mediación ha engendrado, incluso entre partes
que comienzan como fieros adversarios, el conocimiento y
la preocupación de cada uno por el otro en tanto que hu-
manos semejantes.16

16 Robert A. Baruch Busch - Joseph P. Folger P., La promesa de la Mediación, edit.


Granica, Barcelona, 1996, pp. 46-47.

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Héctor Hernández Tirado 33

1.4 Convenio de Mediación penal

En términos del artículo 162 fracción VII del Código de


Procedimientos Penales para el Estado de México, (cuya
vigencia habrá de concluir en el 2011, con aplicación
ultractiva en los casos previstos por el artículo quinto
transitorio del decreto número 63 por el que se adicio-
nó el nuevo Código de Procedimientos Penales), en todo
proceso penal la víctima o el ofendido por algún delito,
tienen derecho a solicitar los servicios del Centro de Me-
diación y Conciliación.

Con base en esa norma, se introdujo en el Estado de


México la posibilidad de suspender el procedimiento
y operar la Mediación penal, haciendo factible la con-
frontación respetuosa y tolerante de víctima-victimario
(practicada hace más de 30 años en los Estados Unidos
de América con resultados positivos), a fin de llevar a
cabo la reparación del daño y restaurar las relaciones hu-
manas y sociales afectadas por el delito.

Lo anterior, sin pretender desplazar en absoluto la justi-


cia retributiva tradicional que ha sido por muchos años

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34 Naturaleza del convenio de

la cimbra de nuestro sistema penal, pero sí con la idea de


demostrar que a través de la metodología de la Media-
ción se puede redimir al infractor sin victimizarlo en los
juzgados, en las cárceles y en la sociedad.

De acuerdo a la legislación procesal penal que pronto será


parte de la historia, cuando se trata de delitos de querella,
el convenio de Mediación donde consta otorgado y acep-
tado el perdón y reparado el daño, se remite al juzgado
penal para que se declare la extinción de la pretensión
punitiva y se sobresea la causa.

Respecto de los delitos perseguibles de oficio, sólo el pago


de la reparación del daño puede sujetarse a la Mediación
o conciliación.

Con lo anterior, se abre la oportunidad de que el juez,


tomando en cuenta la circunstancia de la reparación del
daño, individualice de manera justa la pena.

Nuestra legislación en materia de Mediación penal, es


punta de lanza a nivel nacional, pues en virtud de la re-
forma legislativa del año 2002, los jueces penales pueden
recomendar en su sentencia la Mediación y conciliación
como medios para restaurar las relaciones humanas y so-
ciales afectadas por el delito.

Nos parece insoslayable mencionar lo siguiente:

1º El artículo primero del nuevo Código de Procedi-


mientos Penales, establece que el proceso penal tiene
por objeto el conocimiento de los hechos, establecer la

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Héctor Hernández Tirado 35

verdad histórica, garantizar la justicia en la aplicación


del derecho y resolver el conflicto surgido como conse-
cuencia del delito, para contribuir a restaurar la armonía
social entre sus protagonistas, en un marco de respeto
irrestricto a los derechos fundamentales de las pesonas.

2º De conformidad con los artículos 42 y 45 de la Ley de


Mediación, Conciliación y Promoción de la Paz Social,
cuando se trate de delitos o conductas antisociales, los
convenios o acuerdos reparatorios que procedan, darán
lugar a la suspensión del procedimiento, cuando legal-
mente proceda, hasta en tanto se cumplan las obligacio-
nes contraídas; y, en materia penal y de justicia para ado-
lescentes, los agentes del Ministerio Público y los jueces
del conocimiento, deben proponer a las partes la utiliza-
ción de los procesos de justicia restaurativa, explicándo-
les su naturaleza y beneficios.

3º El Consejo Económico Social de las Naciones Unidas,


en un documento dirigido a los países miembros del 7
de enero de 2002, denominado “Principios básicos so-
bre la utilización de programas de justicia restaurativa en
materia penal”, refiere que justicia restaurativa es “todo
proceso en que la víctima, el delincuente y, cuando pro-
ceda, cualesquiera otra persona o miembro de la comu-
nidad afectados por un delito, participen en forma activa
en la resolución de cuestiones derivadas del delito, por
lo general con la ayuda de un facilitador. Entre procesos
restaurativos se puede incluir a la Mediación, la conci-
liación, la celebración de conversaciones y las reuniones
para decidir sentencias.” (Apartado 2, relativo a progra-
mas de justicia restaurativa).

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36 Naturaleza del convenio de

4º Costa Rica es un ejemplo de entendimiento sobre la


necesidad de superar el paradigma de la justicia retri-
butiva en América Latina, lo que resulta manifiesto en
su declaración sobre la justicia restaurativa, que al texto
dice:

DECLARACIÓN DE COSTA RICA SOBRE LA


JUSTICIA RESTAURATIVA EN AMÉRICA LATINA

Reconociendo como fundamento la Resolución del Con-


sejo Económico y Social de las Naciones Unidas (24 de
julio, 2002) y la “Carta de Araçatuba” (2005), con el obje-
tivo de promover procesos de Justicia Restaurativa y sos-
tenerlos mediante información y comunicación a través
de los medios a la sociedad civil, así como de propiciar
programas que incluyan tales procesos y busquen resulta-
dos restaurativos...

CONSIDERANDO

1. Que América Latina sufre con los mayores índices de


exclusión, violencia y encarcelamiento;
2. Que coexisten maneras distintas de aplicar justicia
para ricos y pobres;
3. Que a pesar de que existieren herramientas de justicia
restaurativa, las sanciones retributivas, en especial el
encarcelamiento, siguen siendo las más utilizadas;
4. Que los procesos como asistencia a las víctimas, Me-
diación penal, cámaras restaurativas y otros buscan
resultados restaurativos;
5. Que programas de Justicia Restaurativa garantizan el
pleno ejercicio de los derechos humanos y respeto a la
dignidad de todos los involucrados;

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Héctor Hernández Tirado 37

6. Que la aplicación de esos programas debe extenderse a


los sistemas comunitarios, judiciales y penitenciarios;
7. Que se debe sensibilizar los organismos internaciona-
les y modificar la legislación penal en favor de la adop-
ción de los principios e instrumentos de la Justicia Res-
taurativa como modo complementario de justicia;
8. Que los principios y valores de la Justicia Restaurativa
contribuyen para el fortalecimiento de la ética públi-
ca como paradigma de una sociedad más justa en los
países latinoamericanos.

Esta Declaración RECOMIENDA

Artículo 1º: Es programa de Justicia Restaurativa todo el


que utilice procedimientos restaurativos y busque resulta-
dos restaurativos.

PARÁGRAFO 1º: Procedimiento restaurativo es todo el


que permite que víctimas, ofensores y cualquier miembro
de la comunidad, con la ayuda de colaboradores, partici-
pen siempre que sea adecuado en la búsqueda de la paz
social.

PARÁGRAFO 2º: Pueden ser incluidos entre los resultados


restaurativos respuestas de arrepentimiento, perdón, res-
titución, responsabilización, rehabilitación y reinserción
social, entre otros.

Artículo 2º: Los postulados restaurativos son basados en


principios y valores que

• Garantizan el pleno ejercicio de los derechos humanos


y respetan a la dignidad de todos los involucrados;

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38 Naturaleza del convenio de

• Se aplican a todos los sistemas comunitarios, judi-


ciales y penitenciarios;
• Propician plena y previa información sobre las prác-
ticas restaurativas a todos los que participan en los
procedimientos;
• Ofrecen plena autonomía a los individuos para to-
mar parte en las prácticas restaurativas en todas sus
fases;
• Favorecen mutuo respeto entre los participantes de
los procedimientos;
• Estimulan co-responsabilidad activa de todos los
participantes;
• Consideran las necesidades de la persona que sufrió el
daño y las posibilidades de la persona que lo causó;
• Estimulan la participación de la comunidad pauta-
da por los principios de la Justicia Restaurativa;
• Consideran las diferencias socioeconómicas y cultu-
rales entre los participantes;
• Consideran las peculiaridades socioculturales, loca-
les y el pluralismo cultural;
• Promueven relaciones ecuánimes y no jerárquicas;
• Expresan participación bajo el Estado Democrático
de Derecho;
• Facilitan procesos por medio de personas debida-
mente capacitadas en procedimientos restaurativos;
• Usan el principio de la legalidad en cuanto al dere-
cho material;
• Respetan el derecho a la confidencialidad de todas
las informaciones referentes al proceso restaurativo;
• Buscan integración con la red de asistencia social de
cada país;
• Buscan integración con el sistema de justicia.

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Héctor Hernández Tirado 39

Artículo 3o: Las estrategias para implementar prácticas


restaurativas son:

Concientización y educación sobre Justicia Restaurativa


por medio de:

• Apertura del diálogo sobre Justicia Restaurativa en


las Universidades;
• Implementación de programas de JR en todos los ni-
veles educativos;
• Introducción de metodologías de JR en la resolución
de conflictos;
• Promoción de un cambio de cultura a través de los
medios de comunicación para demostrar los benefi-
cios de la JR.

Promoción de la JR en las comunidades para:

• Usar procedimientos restaurativos como herramien-


tas en la resolución de conflictos;
• Aplicar programas de JR.

Aplicación de la JR en el sistema penal para:

• Derivar casos judiciales a programas de JR;


• Usar la prisión como último recurso y buscando so-
luciones alternativas a la misma;
• Aplicar JR en el sistema penitenciario.

Aplicar la JR a la legislación de cada Estado y a políticas


públicas, y desarrollar legislación según postulados restau-
rativos para:

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40 Naturaleza del convenio de

• Eliminar o reducir barreras sistemáticas legales para


el uso de la JR;
• Incentivar el uso de JR;
• Crear mecanismos que proveen dirección y estructu-
ra a programas de JR;
• Asegurar la protección de derechos de victima-
rios y víctimas que participen en programas res-
taurativos, y
• Establecer principios guías y mecanismos de monito-
reo para adherirse a dichos principios.

Santo Domingo de Heredia, Costa Rica,


septiembre, 21 al 24 de 2005.

Las preguntas en relación al tema de la Mediación penal,


son las siguientes:

¿Cuál es la estadística de remisión de los jueces penales


del Estado de México al Centro de Mediación y Conci-
liación, con objeto de que las partes intenten avenir sus
intereses?

¿Cuál es la estadística de las sentencias donde los jueces


penales han recomendado la Mediación y la conciliación,
como medios para restaurar las relaciones humanas y so-
ciales afectadas por el delito?

¿El Poder Ejecutivo tiene preparado al órgano de Me-


diación y conciliación penitenciaria o post-judicial para
atender la recomendación de la Mediación de los jueces
penales del Estado de México?

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Héctor Hernández Tirado 41

¿Actuamos con indiferencia frente a la justicia penal res-


taurativa con el riesgo de rezagarnos históricamente ante
a una legislación local de vanguardia convirtiéndola en
letra muerta?

A continuación se transcriben los artículos del Código


de Procedimientos Penales, donde se prevé la posibili-
dad de la Mediación y la conciliación penal en nuestra
entidad:

Artículo 98. Toda persona que tenga conocimiento de la


comisión de hechos posiblemente constitutivos de delito
perseguible de oficio, está obligada a denunciarlos de in-
mediato al Ministerio Público.

Artículo 99. La obligación establecida en el artículo ante-


rior no comprende: ... VI. A los mediadores o conciliadores
que conocieren de los hechos constitutivos de delito duran-
te el proceso de Mediación o conciliación en que hubieren
intervenido.

Artículo 185. Dictado el auto de formal prisión o el de su-


jeción a proceso. . .

Tratándose de delitos perseguibles por querella, los tribu-


nales podrán remitir a las partes al Centro de Mediación y
Conciliación del Poder Judicial hasta antes de dictarse sen-
tencia ejecutoria, previo consentimiento que deberá cons-
tar en forma fehaciente, con objeto de que intenten avenir
sus intereses.

En caso de llegarse a algún acuerdo, se remitirá éste al juez


del conocimiento para los efectos a que se refiere el artículo

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42 Naturaleza del convenio de

91 del Código Penal, de lo contrario se continuará con el


procedimiento judicial.

Respecto de los delitos perseguibles de oficio, sólo el pago


de la reparación del daño podrá sujetarse a la Mediación
o conciliación.

Artículo 162. En todo proceso penal, la víctima o el ofen-


dido por algún delito, tendrá derecho a: ...VII Solicitar los
servicios del Centro de Mediación y Conciliación del Poder
Judicial del Estado de México.

Artículo 387. Iniciado el procedimiento, no podrá suspen-


derse sino en los casos siguientes: . .

III. Cuando tratándose de delitos perseguibles por querella,


el procesado y la víctima o el ofendido por algún delito, ha-
yan consentido en acudir al Centro de Mediación y Conci-
liación del Poder Judicial, para intentar algún acuerdo.

Artículo 423. El órgano jurisdiccional que hubiere conoci-


do la primera instancia dictará las disposiciones necesarias
para la ejecución de la sentencia, pudiendo recomendar la
Mediación y conciliación como medio para restaurar las
relaciones humanas y sociales afectadas por el delito.

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Héctor Hernández Tirado 43

1.5 Convenio de Mediación en las materias


familiar y civil

De acuerdo al artículo 2.307 del Código de Procedimien-


tos Civiles, las controversias entre particulares pueden
resolverse a través de la Mediación o conciliación como
medios alternos a la vía jurisdiccional, y el artículo 3 de
la Ley de Mediación, Conciliación y Promoción de la Paz
Social para el Estado de México, establece que todos los
habitantes del Estado de México tienen derecho de re-
currir al diálogo, negociación, Mediación, conciliación
y justicia restaurativa para la solución de sus conflictos;
tratándose de pueblos indígenas, las instancias compe-
tentes deberán proveer lo necesario para garantizar a este
sector de la población, dichos medios y derechos, en res-
peto a sus usos y costumbres.

En las materias familiar, civil y mercantil, cuando las par-


tes manifiesten su voluntad de acudir a la Mediación, los
jueces deben suspender el procedimiento y notificar al
director del Centro Estatal para que sean formalmente
invitadas a la sesión inicial correspondiente, conforme al
artículo 44 de la Ley citada.

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44 Naturaleza del convenio de

Es importante tomar en cuenta que la Mediación sólo se


admite en los asuntos susceptibles de transacción, y por
ende, queda excluida la posibilidad de llevar a cabo dicho
medio alterno de solución en los conflictos relativos a la
sucesión futura, a la herencia antes de visto el testamen-
to, al derecho de recibir alimentos, al estado civil de las
personas, a la validez del matrimonio y a la transacción
de los ascendientes y tutores en nombre de las personas
que tienen bajo su patria potestad o guarda, a no ser que
en este caso la transacción sea necesaria o benéfica para
los intereses de los incapacitados y previa autorización
judicial.

Por consiguiente, la transacción constante en un con-


venio de Mediación sobre esos temas, estaría afectada
de nulidad de acuerdo a los artículos 7.1150 y 7.1153,
fracciones de la III a la VII, del Código Civil para el
Estado de México.

Lo antes asentado nos lleva a dos preguntas elementales:

¿En qué disposición legal se prohibe que los herederos


convengan sobre la partición y adjudicación de la masa
hereditaria a través de la Mediación?

¿En qué disposición legal se prohibe que los cónyuges


acudan a la Mediación para pactar los términos del con-
venio que deberán presentar ante el juez cuando han de-
cidido divorciarse voluntariamente?

Si no existe disposición que prohiba lo anterior, podemos


correr el riesgo de pensar que todo criterio opositor a la
Mediación en los asuntos susceptibles de Mediación, es

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Héctor Hernández Tirado 45

un criterio fundado en la ignorancia, porque el Centro


de Mediación y Conciliación del Poder Judicial del Esta-
do de México, nació para facilitar los consensos de los in-
teresados en los conflictos familiares, civiles, mercantiles
y penales; pero además, el Centro nació para promover
y difundir los medios alternativos de solución de contro-
versias con objeto de fomentar la cultura de la paz, misión
que se robustece con el espíritu del artículo 9 fracción XI
de la Ley de Mediación, Conciliación y Promoción de
la Paz Social, al establecer que el Centro Estatal tiene la
atribución de promover y difundir permanentemente la
cultura de la paz, de la justicia y de la legalidad.

Dicha responsabilidad recae en los mediadores-concilia-


dores oficiales y en el director de esa institución, porque
de acuerdo a los artículos 3.1 del Reglamento y 179 de la
Ley Orgánica del Poder Judicial del Estado deMéxico, de
negarse a instrumentar y operar los servicios de Media-
ción extrajudicial en los asuntos susceptibles de tran-
sacción, cuyo conocimiento está encomendado por la
ley a los Tribunales del Poder Judicial, pueden incurrir
en los delitos previstos en los artículos 117 y 132 fracción
II del Código Penal, que a la letra dicen:

Artículo 117.- Comete el delito de desobediencia el que sin


causa legítima, rehusare prestar un servicio de interés pú-
blico a que la ley lo obligue o desobedeciere un mandato
legítimo de la autoridad y se le impondrán de seis meses a
un año de prisión y de treinta a cien días multa.

Artículo 132.- Comete el delito de incumplimiento de fun-


ciones públicas, el servidor público que incurra en alguna
de las conductas siguientes:

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46 Naturaleza del convenio de

...

II. Impedir el cumplimiento de una ley, decreto, reglamen-


to o resolución judicial o administrativa, o el cobro de una
contribución fiscal o utilizar el auxilio de la fuerza pública
para tal objeto...

Además, los responsables se convertirían en reos del ar-


tículo 42 fracción I de la Ley de Responsabilidades de
los Servidores Públicos del Estado de México, donde se
establece que:

Para salvaguardar la legalidad, honradez, lealtad, im-


parcialidad y eficiencia que deban ser observadas en la
prestación del servicio público, independientemente de las
obligaciones específicas que correspondan al empleo, cargo
o comisión, todo servidor público, sin perjuicio de sus dere-
chos y deberes laborales, tendrá las siguientes obligaciones
de carácter general:

I. Cumplir con la máxima diligencia el servicio que le sea


encomendado y abstenerse de cualquier acto u omisión
que cause la suspensión o deficiencia de dicho servicio o
implique abuso o ejercicio indebido de un empleo, cargo o
comisión.

Lo anterior es así y no puede ser de otra manera, porque


en términos del artículo 49 de la Ley de Mediación, Con-
ciliación y Promoción de la Paz Social, los mediadores-
conciliadores y facilitadores que presten sus servicios
en términos de esa Ley, son responsables civil y penal-
mente por las faltas en que incurran en el ejercicio de sus

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Héctor Hernández Tirado 47

funciones, y además, tratándose de servidores públicos,


serán sujetos de responsabilidad administrativa en tér-
minos de la Ley de Responsabilidades de los Servidores
Públicos del Estado y Municipios.

Consecuentemente, en el Centro Estatal debe hacerse lo


que la ley permite, o bien, permitir hacer a los particula-
res lo que no les prohibe.

En mérito a lo que la ley permite, en la elaboración de


convenios de Mediación familiar podemos hacer la si-
guiente reflexión.

Es verdad que en términos del artículo 1.213 del Código


de Procedimientos Civiles, las sentencias dictadas en
juicios de alimentos, sobre patria potestad, interdicción,
procesos judiciales no contenciosos y las demás que pre-
vengan las leyes, sólo tendrán autoridad de cosa juzgada
mientras no se alteren o cambien las circunstancias que
afecten el ejercicio de la acción que se dedujo en el juicio
correspondiente, las que sólo podrán alterarse o modifi-
carse mediante nuevo juicio.

Sin embargo, el nuevo juicio no necesariamente debe lle-


varse a cabo de manera contenciosa, pues en todos los
actos en que por disposición de la ley o por solicitud de
los interesados, se requiere la intervención del juez sin
que esté promovida ni se promueva cuestión litigiosa
alguna entre partes, se pueden aplicar las disposiciones
relativas a los procedimientos judiciales no contenciosos,
establecidas en el libro tercero, título único, del Código
Adjetivo Civil conforme lo prevé su artículo 3.1.

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48 Naturaleza del convenio de

En dichas circunstancias los interesados que tengan una


sentencia definitiva en juicios de alimentos, sobre patria
potestad, interdicción y procesos judiciales no conten-
ciosos, pueden obtener la alteración o modificación de
tal sentencia, cuando de común acuerdo en un conve-
nio de Mediación, consienten en ello y reconocen clara
y terminantemente el cambio de las circunstancias que
afectan el ejercicio de la acción que se dedujo en el juicio
correspondiente.

Pero para que tal convenio de Mediación surta plena-


mente sus efectos, será necesario que los interesados acu-
dan en procedimiento judicial no contencioso a solicitar
del juez competente, la autorización o sanción del conve-
nio de Mediación, ya que de conformidad con el artículo
2.98 del Código de Procedimientos Civiles:

Cuando las partes están de acuerdo respecto a la pro-


ducción de un efecto jurídico; pero la ley no consiente
que el efecto se produzca sin la resolución de la autori-
dad judicial, necesitan ocurrir a ésta para que el efecto
se produzca.

Pensar que las sentencias dictadas en los temas expresa-


mente indicados y otros análogos, sólo pueden alterarse
o modificarse mediante nuevo juicio contencioso, sin
posibilidad de operar la Mediación entre los interesados
con objeto de que construyan un convenio, equivale a
seguir pensando que los hombres están al servicio del
derecho y no el derecho al servicio de los hombres, obli-
gándolos a litigar contra sus derechos fundamentales,
sobre todo cuando las partes de un juicio pueden provo-
car la extinción del proceso por convenio o transacción,

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Héctor Hernández Tirado 49

según lo prevé el artículo 1.240 fracción I de nuestra ley


procesal civil.

A continuación el lector encontrará los artículos del Có-


digo de Procedimientos Civiles, donde se encuentra re-
gulada la Mediación familiar y civil:

Artículo 2.307. Las controversias jurídicas entre los par-


ticulares, podrán resolverse a través de la conciliación
o de la Mediación, como medios alternativos a la vía
jurisdiccional.

Los tribunales podrán remitir a los particulares al Centro


de Mediación y Conciliación, previo su consentimiento,
que deberá constar en forma fehaciente.

Artículo 2.308. Los plazos y procedimientos que regirán es-


tos medios alternativos a la vía jurisdiccional, se regularán
de acuerdo al reglamento respectivo.

Artículo 1.2.31. Un proceso civil se suspende cuando:


...
IV. Cuando las partes han consentido en acudir al Centro
de Mediación y Conciliación para intentar algún aveni-
miento que ponga fin al asunto.

Artículo 1.2.32. Cuando en autos aparezca una causa de


suspensión, o se denuncie y se pruebe por parte interesada,
el Juez decretará tal suspensión, expresando el día desde el
que deberá contarse y el que deba terminar.

Artículo 2.160. La ejecución de los convenios celebra-


dos en juicio, se hará por el Juez que conozca del ne-

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50 Naturaleza del convenio de

gocio en que tuviere lugar, pero no procede la vía de


apremio si no constan en escritura pública o ratifica-
dos judicialmente.

La ejecución de los convenios celebrados en el Centro de


Mediación y Conciliación del Poder Judicial del Estado, se
hará por el Juez designado por las partes en el convenio o
en su defecto por el del lugar donde se llevó a cabo.

Artículo 2.157. Vencido el plazo para cumplir volunta-


riamente, procede la vía de apremio a instancia de parte,
siempre que se trate de la ejecución de una sentencia, o de
un convenio celebrado en el juicio ya sea por las partes o
por terceros que hayan venido a juicio.

Igualmente procede la vía de apremio en la ejecución de


convenios aprobados por la Procuraduría Federal del Con-
sumidor, en la ejecución de laudos emitidos por dicha Pro-
curaduría y en la ejecución de convenios celebrados en el
Centro de Mediación y Conciliación del Poder Judicial del
Estado.

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Héctor Hernández Tirado 51

1.6 Convenio de Mediación mercantil

En este apartado la intención es realizar una breve re-


flexión para demostrar que la Mediación también puede
ocuparse de asuntos mercantiles.

En pasado reciente escuchamos que la Mediación no


puede llevarse a cabo en asuntos mercantiles, esgrimién-
dose al respecto los motivos siguientes:

Primero. Porque se trata de una materia federal;

Segundo. Porque la Mediación es un instrumento local


operado por una institución administrativa; y

Tercero. Porque la competencia concurrente a que se


refiere el artículo 104 constitucional, para conocer de
controversias del orden civil suscitadas sobre el cumpli-
miento o aplicación de leyes federales, se surte a favor de
los jueces y tribunales del orden común de los estados,
pero no de una institución administrativa como lo es el
Centro de Mediación y Conciliación del Poder Judicial
del Estado de México.

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52 Naturaleza del convenio de

Tales motivos no pueden impedir llevar a cabo la Media-


ción como medio alterno de solución de controversias
en asuntos mercantiles, básicamente por las razones si-
guientes:

Primero. En el Centro Estatal no se tramitan asuntos


mercantiles en forma de juicio, como ocurre en los tribu-
nales locales, porque la Mediación es un medio alterno,
complementario y auxiliar de la función jurisdiccional,
donde se facilita la negociación de los interesados para
que de manera pacífica ejerzan su derecho sustantivo a la
autocomposición.

Segundo. Los asuntos mercantiles, son por lo general


susceptibles de transacción, y por ende, son mediables.

Tercero. No existe disposición legal que prohiba a los


particulares someter a la Mediación sus controversias
mercantiles.

Cuarto. De acuerdo al artículo 1390 Bis 32, fración II, del


Código de Comercio, mismo que entrará en vigor el 27
de enero de 2012, la audiencia preliminar en los juicios
orales tiene por objeto la conciliación o Mediación de las
partes por conducto del juez.

Quinto. En términos del artículo 43 de la Ley de Media-


ción, Conciliación y Promoción de la Paz Social, en los
juicios del orden civil, familiar y mercantil, el juez, en
el auto donde orden el emplazamiento, deber hacer del
conocimiento de las partes, la posibilidad de solucionar
la controversia en el Centro Estatal.

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Héctor Hernández Tirado 53

Con base en lo anterior, todos los particulares pueden


resolver sus controversias de orden mercantil a través del
proceso de Mediación, sin más limitación que se trate de
asuntos susceptibles de transacción y que no se afecten
derechos de terceros, menores, incapaces, ni se atente
contra las leyes de orden público.

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SOBRE LA NATURALEZA JURÍDICA DEL ARBITRAJE
HOMENAJE A DON RAÚL MEDINA MORA

Francisco González de Cossío∗

I. INTRODUCCIÓN.............................................................................................. 1

II. DEFINICIÓN DE ‘ARBITRAJE’ ...................................................................... 1


A. Introducción .............................................................................................. 1
B. Definición legal ..........................................................................................2
C. Definición Doctrinal..................................................................................3

III. QUE NO ES ‘ARBITRAJE’ ...............................................................................4


A. Introducción ..............................................................................................4
B. Nociones vecinas .......................................................................................4
1. Mediador y Conciliador.............................................................5
2. Mandatario .................................................................................5
3. Transacción ................................................................................6
4. Experto .......................................................................................7
D. Arbitraje Contractual ...............................................................................11

IV. LA NATURALEZA .......................................................................................... 14


A. La Teoría Jurisdiccional ......................................................................... 14
B. La Teoría Contractual.............................................................................. 14
C. La Teoría Mixta o Híbrida ...................................................................... 15
D. La Teoría Autónoma ............................................................................... 16
E. La interpretación judicial........................................................................ 16

V. COMENTARIO SOBRE LA APLICABILIDAD PRÁCTICA DE LAS


TEORÍAS EN MÉXICO ................................................................................. 20

VI. DESLOCALIZACIÓN DEL ARBITRAJE.......................................................29


A. Introducción ............................................................................................29
B. El Debate Académico ............................................................................. 30
1. Teorías de la Sede ................................................................... 30
a) Territorialistas ............................................................. 30
b) Selección de foro imputada .........................................32
c) Comentario sobre las teorías .......................................32
2. Localización legal.....................................................................32

∗ González de Cossío Abogados, S.C. Árbitro en arbitrajes nacionales e internacionales.


Profesor de Arbitraje y Derecho Económico (incluyendo Mercantil y Competencia
Económica), Universidad Iberoamericana. Cualquier observación a este estudio es
bienvenida a: fgcossio@gdca.com.mx
a) Criterio de derecho procesal........................................32
b) Teoría de la continuidad jurídica ................................33
c) Criterio de la jurisdicción desplazada.........................33
3. Deslocalización.........................................................................33
a) Teoría de las Deslocalización mediante contrato ......33
b) Arbitraje trasnacional ..................................................33
C. Importancia Práctica del Debate............................................................34
D. Contenido de la Teoría............................................................................35

VII. COMENTARIO FINAL ...................................................................................37

(ii)
I. INTRODUCCIÓN

Mis intervenciones profesionales con Don Raúl Medina Mora no fueron muchas
— pero sí ricas. Fueron suficientes para percatarme de algo: estaba ante un
auténtico jurista, además de un sabio.

Aún recuerdo uno de los primeros arbitrajes en los que colaboré con el
Tribunal Arbitral en donde las apreciaciones del Don Raúl no sólo eran atinadas,
sino estimulantes por su profundidad y la experiencia jurídica que soslayaban.

Y aún recuerdo las palabras que, en respuesta a una pregunta que le hice,
me dijo, y que me han inspirado:1 “estudiar el derecho a fondo, como [él percibía
que] yo lo hacía”. La pregunta que le hice fue: “¿recorrida la trayectoria, qué le
recomienda usted a un abogado joven que tiene ganas de practicar leyes?”

No encuentro mejor manera de honrarlo en este homenaje que seguir su


sugerencia tomando un tema difícil, debatido y con implicaciones conceptuales y
prácticas importantes: la naturaleza jurídica del arbitraje. Para ello procederé a
tratar la definición de arbitraje (§II), para luego deslindarlo de lo que no queda
dentro de la misma (§III), continuando con su naturaleza (§IV), comentando la
aplicabilidad práctica en México (§V), deslocalización (§VI) y concluyendo con
observaciones finales (§VII).

II. DEFINICIÓN DE ‘ARBITRAJE’

A. INTRODUCCIÓN

Definir es difícil. Ya lo hacía notar Aristóteles.2 Y el arbitraje lo ejemplifica. La


naturaleza jurídica del arbitraje ha generado debate. No obstante que no se ha
encontrado una solución que sea generalmente aceptada, empieza a percibirse
una tendencia tanto en la doctrina como en la práctica arbitral sobre la teoría más
aceptada, a raíz de sus consecuencia prácticas.

1 El contexto fue una plática que Jorge Ogarrio, (quien encabezaba y mantenía
intensamente activo el Comité de Jóvenes Abogados de la Barra Mexicana, Colegio de
Abogados), organizó donde Don Raúl Medina Mora trató el tema de ‘Experiencias de un
Abogado Experimentado a Jóvenes abogados’.
2 THE COMPLETE WORKS OF ARISTOTLE, Jonathan Barnes (editor), Princeton/Bollinger
Series LXXI, 2.
2

B. DEFINICIÓN LEGAL

La ley mexicana de arbitraje3 —siguiendo la pauta de la Ley Modelo4—optó por


no definir el tema.5 O, más bien, adoptó una definición que un puritano de la
lógica criticaría enérgicamente6 y calificaría de ‘circular’.7 El Artículo 1416 del
Código de Comercio dice:
Para los efectos del presente título se entenderá por (...) Arbitraje:
cualquier procedimiento arbitral de carácter comercial, con
independencia de que sea o no una institución arbitral permanente ante la
que se lleve a cabo; (...)
(énfasis añadido)
La adopción de una definición circular por parte de los redactores de la Ley
Modelo no fue un error sino la forma en que, a nivel de la Ley Modelo, se resolvió
el problema que motiva este estudio: la dificultad de meter en un cajón
conceptual a la institución arbitral. Ante ello, dado el objetivo que la Ley Modelo
fuera adoptada por el mayor número de jurisdicciones posibles, se tomó un paso
estratégico: evitar temas controvertidos. Este fue uno de ellos. El resultado del
paso es importante: se dejó al derecho local la definición de lo que es y no es
‘arbitraje’.
A la fecha de este estudio no existe una decisión judicial que resuelva la
interrogante: ¿cuál es la definición mexicana del arbitraje?
Ante ello, en este estudio se presentarán elementos que pueden ser de
utilidad para cuando dicho tema se ponga bajo la mira de nuestra judicatura.

Comencemos por las definiciones doctrinales.

3 El Título Cuarto del Libro Quinto del Código de Comercio (que en éste estudio llamaré en
forma abreviada como “la ley mexicana de arbitraje”) constituye el lugar donde se ha
vertido la Ley Modelo de la UNCITRAL sobre arbitraje comercial internacional (la “Ley
Modelo”) que México adoptó en 1993.
4 Aron Broches, A COMMENTARY ON THE UNCITRAL MODEL LAW ON INTERNATIONAL
COMMERCIAL ARBITRATION, Kluwer Law and Taxation Publishers, Deventer/Boston, 1990,
pg. 38.
5 Dada la dificultad de uniformar esta área de la Ley Modelo, los redactores de la misma
decidieron que una definición sobre la naturaleza del arbitraje no era necesaria. Sin
embargo, quisieron cerciorarse que abarcara tanto arbitraje institucional como ad hoc.
6 Puesto que es un principio básico de la lógica que lo definido no puede entrar en la
definición. Ver Irving M. Copi y Carl Cohen, INTRODUCCIÓN A LA LÓGICA, Ed. Limusa,
Noriega Editores, 1995, pg. 197.
7 Una definición circular es aquella en la que el término que se está definiendo (el
definiendum) aparece en la definición (el definiens). El problema con dicho tipo de
definiciones es que el significado del término queda claro únicamente a quienes ya lo
entienden. Por ende, fracasan en su propósito: explicar el significado del definiendum.
3

C. DEFINICIÓN DOCTRINAL

Definir significa ‘delimitar’. La definición es la operación que consiste en


analizar la comprensión de una idea. Disociar los elementos simples e
irreductibles de los que se compone. Definir es difícil. Para ello, el método
seguido será lógico: especificando el género próximo para luego separarlo de su
diferencia específica.8 Se mencionarán los elementos esenciales de la figura
contrastándolos con las figuras análogas a efecto de deslindar el concepto de
‘árbitro’.

Existen diversas definiciones académicas. Deseo adoptar aquella que, en


una brillante tesis doctoral, un experto francés (Charles Jarrosson) propone:9 el
‘arbitraje’ es una institución10 por la cual un tercero resuelve una diferencia que
divide a dos o más partes, en ejercicio de la misión jurisdiccional que le ha sido
confiada por ellos.11

Dicho tercero es un árbitro.12 Y sobre la figura del árbitro, otra (también


brillante) tesis doctoral francesa, pero ahora sobre la figura del árbitro, propone
el siguiente concepto: el ‘árbitro’ es un juez privado designado por aquellos
quienes desean que resuelva su controversia.13 Otros expertos comparten la
postura. Por ejemplo, Rubellin-Devichi dice que el árbitro es un juez privado

8 Siguiendo este método se obtendrá una definición ‘teórica’, que consiste en aquella que
intenta formular una descripción teórica o científicamente adecuada de los objetos a los
que se refiere el término. (Irving M. Copi y Carl Cohen, LÓGICA, Limusa, Noriega Editores,
México, 1995, pg. 179.)
9 Jarrosson, id. pg. 372.
10 Jarrosson aclara que es una Institución y no técnica, pues el arbitraje es más que una
técnica, tiene un régimen, es una entidad nominada, es una ‘institución’ en el sentido
exacto del término.
11 En sus palabras: “l’arbitrage est l’institution par laquelle un tiers règle le différend qui
oppose deux ou plusieurs parties, en exerçant la mission juridictionnelle qui lui a été
confiée par celles-ci”.
12 En este contexto, dada la importancia del papel y su utilidad en la definición, se hacen
algunas observaciones sobre el árbitro. En caso de desear abundar sobre ello y su
régimen, véase González de Cossío, EL ÁRBITRO, Homenaje al Dr. Rodolfo Cruz
Miramontes, Instituto de Investigaciones Jurídicas, UNAM, 2007; y EL ÁRBITRO, Revista
de Investigaciones Jurídicas, Escuela Libre de Derecho, 31, 2007.
13 Thomas Clay, L’A RBITRE, Dalloz, Nouvelle Biblithèque de Thèses, 2001, pg. 18.
4

investido de una misión jurisdiccional de origen contractual.14 Por su cuenta,


Motulsky dice que la misión del árbitro es la misma que la del juez.15

El que sea un ‘juez privado’ implica que la misión del árbitro y el juez son
las mismas. La única diferencia es la fuente. Comparte las facultades de un juez,
pero su régimen es de un prestador de servicios profesionales.

El árbitro tiene todos los poderes de un juez (notio y jurisdictio16), salvo el


imperium.17 Juzga, lo cual es encontrar el argumento aceptable a todos.

Habiendo discernido qué es arbitraje (género próximo), deslindémoslo de sus


nociones vecinas (identificando diferencias específicas).

III. QUE NO ES ‘ARBITRAJE’

A. INTRODUCCIÓN

La naturaleza del árbitro, como del arbitraje, ha sido objeto de debate. Las figuras
a las que se asemeja son varias, y los argumentos dados en apoyo de cada una son
diversos. A continuación las mencionaré brevemente.18

B. NOCIONES VECINAS

Las nociones a las que se ha asemejado la figura del árbitro son (1) mediador y
conciliador, (2) mandatario, (3) la transacción y (4) experto. A continuación se
analizarán.

14 J. Rubellin-Devichi, L’ARBITRAGE, NATURE JURIDIQUE, LGDJ, 1965, Jurisclasseur de


procédure civile, fascicule 1005. (“l’arbitre, juge privé, est investi d’une mission
juridictionnelle d’origine contractuel” son sus palabras exactas.)
15 Henry Motulsky, Ecrits, T. II, ETUDES ET NOTES SUR L’ARBITRAGE, pg. 6. (“la mission de
l’arbitre est exactement la même que celle du juge”.)
16 La jurisdictio implica tanto un efecto positivo como negativo. El positivo es que su
resolución tiene fuerza de cosa juzgada. El negativo es que extingue un derecho de
acción.
17 Charles Jarrosson, LA NOTION D ’ARBITRAGE, Droit et de Jurisprudence, Bibliothèque de
Droit Privé, Librairie Generale, París, 1987, pg. 281.
18 En este apartado centraré el análisis en la naturaleza del árbitro, dejando para otro
momento la naturaleza del arbitraje. En caso de desear abundar sobre esta última, puede
consultarse la obra EL A RBITRAJE Y LA JUDICATURA (Ed. Porrúa, 2007) en donde se hace
una análisis exhaustivo de ello, o la monografía LA NATURALEZA DEL ARBITRAJE: UN
EJERCICIO DE BALANCEO QUÍMICO, Revista Peruana del Arbitraje, 2007.
5

1. Mediador y Conciliador

Existe un álgido (y cansado, en mi opinión19) debate sobre el concepto y


diferencia entre la mediación y conciliación. No será repetido en este contexto.20
Para efectos de este análisis ambos serán concebidos como mecanismos de
solución de controversias en los que participa un tercero-neutral para asistir a
que las partes lleguen a una solución de su controversia sin que la decisión u
opinión sea ejecutable.

Hay quien confunde al árbitro con el mediador o conciliador. Ello deriva


de que las tres figuras comparten algo (su género próximo): en todas participa un
tercero extraño que, con niveles distintos de intervención, colabora para resolver
la controversia de las partes. La diferencia específica reside en las facultades del
tercero. Mientras que el mediador interviene para ayudar a las partes a que ellas
mismas resuelvan su controversia y el conciliador sugiere una solución; el árbitro
realiza un acto jurisdiccional: emite un fallo (el laudo) que tiene fuerza de cosa
juzgada y que vincula (obliga) a las partes.

Una segunda diferencia es la participación de las partes en la solución de


la controversia. Mientras que en la mediación y conciliación se trata de
procedimientos de ‘caucus’, en un arbitraje es un procedimiento adversarial.

2. Mandatario

Hay quien postula que el árbitro es un mandatario de las partes, por lo cual el
arbitraje es asimilable a un mandato. Se le encomienda la realización de un acto
jurídico (resolver una controversia) cuyo efecto impactará un patrimonio distinto
al suyo: el de sus mandantes.

Considero que la caracterización peca de algo importante (que es su


diferencia específica): en el mandato, los mandantes no sólo pueden encomendar
qué hacer al mandatario, sino cómo hacerlo. Tomando esto en cuenta considero
que se está forzando la noción. Las partes no pueden decirle al árbitro cómo
resolver, por lo que la caracterización parece inadecuada.

19 Pues la discusión es, en buena medida, semántica. No veo que tenga mucho contenido.
Es por ello que el estudio citado en la siguiente nota y en la obra ARBITRAJE (Porrúa,
2004), adopto una postura que busca prescindir de debates formales, de nomenclatura,
para entrar el fondo del asunto. Al respecto propongo que existen dos instituciones
parecidas mas distintas, y su diferencia da un valor agregado diverso para resolver
diferentes tipos de controversias. Es por ello que en el estudio citado hago un llamado a
que se entienda la (distinta) herramienta que cada una proporciona, y a que no nos
perdamos en debates sobre títulos.
20 Para desear abundar sobre ello, consúltese MECANISMOS ALTERNATIVOS DE SOLUCIÓN DE
CONTROVERSIAS. NOTA SOBRE EL DESARROLLO DEL ÁREA, Revista de Investigaciones
Jurídicas, No. 28, 2004, pg. 213.
6

3. Transacción

Algunos asimilan al arbitraje a una transacción. El motivo principal reside en


que comparten algo en común: mediante ambos se obtiene a un documento que
tiene fuerza de cosa juzgada.

Considero que existen tres motivos por los que la institución dista de
poder abarcar al arbitraje. El primero es palpable: en la transacción no hay
tercero. El segundo es un poco más sutil: mediante la transacción las partes,
haciéndose recíprocas concesiones, resuelven una controversia. En el arbitraje
esto no sucede. No hay recíprocas concesiones. El árbitro determinará a quien
asiste el derecho, sin que por dicho motivo haya ocurrido una concesión frente a
la otra parte.21

Tercero, el arbitraje resulta en un acto jurisdiccional. La transacción es


un contrato. En la transacción no hay una renuncia de ejercer ante tribunales un
derecho de acción. En el arbitraje sí.22

21 Lo cual es un elemento esencial de la transacción. Existe jurisprudencia al respecto.


22 Lo que se conoce como el ‘efecto negativo’ del acuerdo arbitral. En forma relevante,
recientemente se ha emitido una tesis que hace eco de esta teoría, conocida como la
francesa. Una tesis reciente adopta esta postura: NULIDAD DE ACTOS DENTRO DEL
PROCEDIMIENTO ARBITRAL MERCANTIL. NO CORRESPONDE SU
CONOCIMIENTO A UN TRIBUNAL JUDICIAL. La existencia de un acuerdo de
arbitraje produce para las partes efectos positivos y negativos. Los primeros en
relación con la facultad y correlativa obligación de las partes de acudir al arbitraje como
medio de arreglo de sus diferencias, cooperar en el nombramiento de los árbitros,
participar en el procedimiento arbitral y aceptar de antemano el carácter obligatorio de la
decisión que dicte el órgano arbitral designado por ellas. Los efectos negativos consisten
en la imposibilidad de plantear la controversia o diferencia que es materia de
compromiso arbitral, ante un tribunal estatal y de que éste conozca del fondo del asunto.
Existen casos en que legalmente es posible la intervención de la autoridad judicial en los
procedimientos arbitrales, antes o después de la instauración del procedimiento, para
ejercer el necesario control judicial sobre la validez del pacto arbitral, al respecto el
Código de Comercio establece en el título IV del libro V, denominado "Del arbitraje
comercial", específicamente los siguientes supuestos: solicitud de medidas cautelares,
nombramiento, recusación o remoción de árbitro, cuando opuesta la excepción de
incompetencia el tribunal arbitral la desestime, desahogo de pruebas, observaciones
respecto de los honorarios de los integrantes del tribunal, anulación de laudos definitivos
y reconocimiento y ejecución de laudos. De ahí que si el acto cuya nulidad se pretende
ante un tribunal del Estado, deriva de un procedimiento arbitral que todavía no ha
concluido, es ante el propio tribunal arbitral que debe obtenerse el remedio, toda vez que
la validez del acto emitido dentro del procedimiento arbitral, puede ser resuelta por quien
conoce de tal procedimiento, dado que la jurisdicción arbitral está latente mientras no se
resuelva la controversia de fondo. Además, la improcedencia de la acción de nulidad
autónoma contra un acto dictado dentro de un procedimiento arbitral que no ha
concluido, tiende a evitar dilaciones en la sustanciación de esos procedimientos, pues de
permitir la intervención judicial para revisar cada una de las actuaciones del tribunal
arbitral haría nugatoria esa forma de justicia alternativa, porque no podrían lograr el
objetivo que se pretendía con dicha estipulación, consistente en evitar la tramitación de
un procedimiento judicial y únicamente dejar la intervención del tribunal estatal para lo
7

4. Experto

Mediante un procedimiento de expertos (o el galicismo bajo el cual es más


conocido: ‘expertise’) se busca obtener una opinión sobre una cuestión técnica,
que no necesariamente es jurídica.

El arbitraje y el expertise comparten algo: un tercero (o varios) participa


dando su opinión para resolver una controversia. Sin embargo, difieren tanto
subjetiva como objetivamente. Objetivamente, mientras que en el arbitraje el
árbitro resuelve una disputa después de realizar un acto jurisdiccional, el experto
no hace mas que dar una opinión sobre una cuestión técnica, de hecho.
Subjetivamente, mientras que una es un experto en un área del conocimiento
humano, la otra va a resolver una disputa.

En esencia, las diferencias son:23

a) Sujeto: El árbitro es un juzgador, el experto simplemente un tercero


conocedor de una disciplina particular.

b) Facultades/Objeto: El árbitro emite un laudo que vincula a las partes por


tener fuerza de cosa juzgada, el experto emite una opinión que (en
principio) no vincula a las partes.

c) Resultado/Producto: El árbitro resuelve un litigio que involucra una


pretensión jurídica, el experto emite una opinión sobre un hecho.

Con frecuencia las partes establecen cláusulas arbitrales ‘escalonadas’ y ello ha


generado dudas sobre el papel y naturaleza del perito en dicho contexto.

Un ‘Acuerdo Arbitral Escalonado’24 es uno en el cual se contempla más de


un mecanismo para resolver las controversias que puedan surgir de su relación.25
La forma en que se conjuga la pluralidad de métodos es variable, no estática. En
ocasiones implica que una tiene que agotarse antes de acudir a otra. En otras no
pueden seguirse en forma paralela o complementaria. La necesidad de agotar
previamente uno antes de acudir a otro es una determinación contractual y

expresamente regulado y en su caso, para la ejecución del laudo que resuelva la


controversia. Con esas bases, se da cabal eficacia al compromiso arbitral y se facilita la
realización de los procedimientos arbitrales, en caso de existir un acuerdo sobre esa
forma de resolución de controversias. (Amparo directo 350/2006, Tercer Tribunal
Colegiado en Materia Civil del Primer Circuito, Semanario Judicial de la Federación y su
Gaceta, Tomo XXV, Novena Época, Marzo de 2007, Tesis: I.3o.C.566 C, pg. 1730.)
23 Jarrosson, pg. 123.
24 O ‘Multi-Tiered Arbitration Clause’ como se le conoce en inglés.
25 Dyalá Jiménez Figueres, MULTI-TIERED DISPUTE RESOLUTION CLAUSES IN ICC
ARBITRATION, ICC Internacional Court of Arbitration Bulletin, Vol. 14, No. 1, Spring 2003,
pg. 71.
8

casuista.26 Depende de lo que las partes hayan pactado. No es automática y no


admite generalizaciones. Atiende a la arquitectura contractual.

En fechas recientes la práctica ha mostrado diversas situaciones ambiguas


en las que, estando claro que existe un procedimiento de expertos no queda claro
si in natura se trata de arbitraje o no. Ello dado las facultades que se le dan a los
‘peritos’. En ocasiones ha sucedido que se le dan facultades que se asemejan más
a un acto jurisdiccional que a la emisión de una opinión técnica.27 Las
diferencias en las facultades que las partes pactan, aunado a la variedad de
matices dentro de las mismas, han mostrado ser asombrosas. Y las posturas de
diferentes expertos añade a la complejidad. Siguiendo el principio de que la
naturaleza de una institución no la dicta el título que las partes le den, sino su
contenido (su régimen), hay quien postula que en ocasiones dichos ‘peritos’ en
verdad son ‘árbitros’, y el procedimiento no es un ‘expertise’ sino ‘arbitraje’. Pero
las posturas varían, y el motivo es claro: la ausencia de una definición clara de
cada una que las distinga.

Ante ello, deseo hacer eco de una teoría que puede servir para echar luz a
esta polémica.

C. LA TEORÍA JARROSSON: UN MODELO PARA DISCERNIR

Como tantas cosas en la vida, las distinciones en principio tienden a ser


rápidamente superadas por la realidad. Diversos casos presentan situaciones que
comparten elementos con más de una de las figuras analizadas. Ante ello, ¿cómo
distinguir?28

26 Así lo han determinado laudos arbitrales distintos (por ejemplo, arbitraje CCI 4229,
laudo interino de 26 de junio de 1985; arbitraje CCI 5872, laudo interino del 25 de abril
de 1988; arbitraje CCI 6276, laudo parcial de 29 de enero de 1990; arbitraje CCI 7422,
laudo interino del 28 de junio de 1996; arbitraje CCI 8073, laudo final de 27 de
noviembre de 1995; arbitraje CCI 8462, laudo final de 27 de enero de 1997; arbitraje CCI
9977, laudo final de 22 de junio de 1999; arbitraje CCI 9984, laudo preliminar de 7 de
junio de 1999; arbitraje CCI 10256, laudo interino de 8 de diciembre de 2000), y algunos
recientes aún no reportados.
27 En un caso en el que participó el autor se facultaba al perito para emitir una “opinión
técnica vinculatoria”. Ello fue considerado un ‘arbitraje’.
28 Y no se trata de una cuestión teórica. Son muchos los casos que en la práctica este autor
ha presenciado en los que se mezclan instituciones con el arbitraje (por ejemplo,
cláusulas escalonadas (que contemplan negociación, seguida de conciliación, para luego
pasar al arbitraje, en ocasiones contando con posibilidades de acudir a procedimientos de
expertos)) o que las partes distan de ser claras sobre el método específico que desearon
utilizar. Por ejemplo, la utilización de un “tercero experto que mediará entre las partes y
emitirá un dictamen obligatorio” fueron las palabras de un contrato que, en una
controversia en la que participé, emplearon las partes. Dicho híbrido rápidamente se
convirtió en un procedimiento arbitral y formal.
9

Deseo hacer eco de una teoría que creo que puede ayudar a solucionar la
polémica. La ‘Teoría de binomios o ecuaciones de Jarrosson’.29 En la misma,
dicho pensador desmenuza y contrasta los elementos relevantes de la siguiente
manera:

A = Árbitro, juez privado ≠ a = Experto

B = Litigio relativo a una ≠ b = Problema técnico (de


pretensión jurídica hecho)

C = Laudo obligatorio ≠ c = Opinión no


entre las partes vinculatoria

Según Jarrosson, la naturaleza del pacto de las partes dependerá de la


conjugación in casu de estos elementos. Entendamos cada componente como si
fueran químicos.30 Cada uno es un elemento31 distinto, y de su mezcla con otros
tendremos compuestos32 distintos, con propiedades33 jurídicas diversas, mismas
que a continuación explicaré.

TABLA PERIÓDICA DE ELEMENTOS — ARBITRAL

29 Charles Jarrosson, LA NOTION D’ARBITRAGE, Bibliotheque de Droit Privé, Librairie


Generale de Droit et de Jurisprudence, París, 1987. Si bien la teoría es desarrollada a lo
largo de su (extraordinaria) obra, el núcleo de la misma puede encontrarse en las páginas
124 a 132.
30 Jarrosson no lo explica así. La metáfora química es mía y busca ilustrar con más facilidad
(pues su estudio es largo y complejo – además de interesante). Espero estarle haciendo
justicia a Jarrosson. Pero por respeto al autor alerto al lector con la finalidad de no
atribuir palabras a Jarrosson con las que posiblemente no esté de acuerdo.
31 En la química, un ‘elemento’ es una sustancia que no se puede separar en sustancias más
simples. Comparten los mismos átomos. (Raymond Chang, QUÍMICA, Williams College,
McGraw Hill, México, Séptima edición, 2002, pg. 9)
32 Un ‘compuesto’ es una sustancia formada por átomos de dos o más elementos unidos
químicamente en proporciones definidas. Es un conjunto de dos o más elementos.
(Chang, QUÍMICA, id. pg. 9).
33 Las sustancias se caracterizan por sus propiedades y su composición. Una propiedad
física se puede medir y observar sin que cambie la composición o identidad de la
sustancia. Una propiedad química es observable mediante un cambio químico. (Chang,
QUÍMICA, id. pg. 11)
10

Sustancia PROPIEDADES FÍSICAS PROPIEDADES QUÍMICO-JURÍDICAS


Compuesto

ABC = Arbitraje en su estado puro. Existirá la obligación de acudir al arbitraje,


siguiendo un procedimiento adversarial, y
concluyendo con un laudo que es obligatorio a
las partes y tiene fuerza de cosa juzgada.

abc = En este caso será un experto el Es el opuesto total al arbitraje. No


que emitirá una opinión sobre necesariamente existe una obligación de
una cuestión de hecho. acudir a ello (a menos que las partes así lo
plasmen), no tiene que seguirse un
procedimiento adversarial, y concluye con una
opinión de hecho sobre un tema técnico que
puede o no ser jurídico.

ABc = En este caso será un árbitro el Dicha opinión carece de fuerza obligatoria y no
que resuelve un problema es cosa juzgada. (Es raro pero sucede.)
jurídico emitiendo una opinión.

abC = Un experto resuelve un De nuevo, es algo raro. Tiene todos los


problema de hecho mediante un elementos de arbitraje. El que sea una litis
laudo y siguiendo un fáctica no cambia el efecto, aunque la
procedimiento arbitral. diferencia más importante es en el cómo: el
procedimiento no es adversarial.34

Abc = Un tercero llamado árbitro por No se está en presencia de arbitraje. La forma


las partes es llamado a dar una en que las partes llamen al dicho tercero es
opinión sobre una cuestión de irrelevante.35
hecho que no será ley entre las
partes.

aBc = Un experto emite una opinión No es arbitraje. No hay delegación de poderes


sobre una disputa relacionada de juzgador (facultades jurisdiccionales). No
con una pretensión jurídica. vincula a las partes.

AbC = Un árbitro resuelve un Esto es arbitraje. Podría denominarse


problema de hecho mediante un ‘arbitraje fáctico’. El que verse sólo sobre
laudo. hechos (y no derecho) no muta su naturaleza.
El laudo es obligatorio y tiene fuerza de cosa
juzgada.

Jarrosson advierte sobre la existencia de un ‘fenómeno de atracción del arbitraje’:


cuando algo que parece ‘arbitraje’ no es descalificado como tal, tenderá a

34 La jurisprudencia francesa le da más importancia al carácter irrevocable y obligatorio de


la decisión del tercero y el procedimiento seguido para ello, que a la denominación que las
partes le han dado al tercero.
35 Esto se presenció en Compagnie d’eclairage de l’Allier v. Bouchand, 31 de marzo de 1862.
En este caso se mencionó la irrelevancia de la forma en que haya sido bautizado por las
partes.
11

pensarse que es arbitraje.36 Como política judicial, el fenómeno parece positivo.


Después de todo, es más acorde con la voluntad de las partes darle plenos efectos
jurídicos a una institución cuando parezca, aunque sea lacónicamente, que
desearan acudir a un mecanismo alternativo.

Habiendo ‘separado los átomos’ del ‘compuesto arbitral’, identifiquemos


su naturaleza, no sin antes hacer una pequeña digresión sobre una institución
que ha generado confusiones: el ‘arbitraje contractual’.

D. ARBITRAJE CONTRACTUAL

Existe una institución que ha complicado la deslindación del concepto ‘arbitraje’


de otras figuras afines: el arbitraje contractual.37 Esta figura es interesante pues
se parece al arbitraje (como fue anteriormente definido) pero no lo es.38 Para
comprenderla debe uno tener una mente abierta pues no existe en derecho
mexicano.
Las jurisdicciones que la contemplan son Italia (el ‘arbitrato irrituale’) los
Países Bajos (el “Bindend Advies”), Alemania (el ‘Schiedsgutachten’) e Inglaterra
(el ‘valuation’). Mucho podría decirse de las mismas. En este contexto me ceñiré
a indicar porqué no son ‘arbitraje’.
Para discernir si dichas instituciones son ‘arbitraje’, es necesario acudir al
régimen que el derecho correspondiente les otorga.39 No puede hacerse
genéricamente, so pena de incurrir en generalizaciones inacertadas.

En Italia se distingue entre el arbitrato rituale y el arbitrato irrituale (o


libero). Mientras que el primero es ‘arbitraje’ (según lo hemos definido), el
segundo no lo es. Carece de un elemento jurisdiccional. El arbitrato rituale está
en un plano jurisdiccional, mientras que el irrituale está en un plano contractual.
En el primero las partes desearon que el o los árbitros realizaran una función
jurisdiccional emitiendo un laudo.40 En el segundo se les dio a las partes un

36 Jarrosson, ob. cit. pg. 126.


37 Bruno Oppetit fue el primero en acuñar el término ‘arbitraje contractual’, Revue de
L´Arbitrage, 1980, pg. 93.
38 Para abundar sobre esto puede consultarse: LA NATURALEZA JURÍDICA DEL ARBITRAJE: UN
EJERCICIO DE BALANCEO QUÍMICO, Revista Peruana de Arbitraje, 2007, de este mismo
autor.
39 Aron Broches, COMMENTARY ON THE UNCITRAL MODEL LAW AN INTERNATIONAL
COMERCIAL ARBITRATION, Kluwer Law and Taxation Publishers, Boston, 1990, pg. 38
(“Broches, COMMENTARY”).
40 Andrea Sirotti Gaudenzi, GUIDA AL DIRITTO DELL’ARBITRATO, L’arbitrato nel codice di rito
e nelle leggi speciali, Il Sole 24 ORE S.p.A., 2006; Paolo Cendon, TRANSAZIONE
ARBITRATO, E RISOLUZIONE ALTERNATIVA DELLE CONTROVERSIE, UTET, Wolters Kluwer
Italia Giuridica S.r.L., 2006; Maurizio de Tilla, Nino Ferrelli, NUOVO A RBITRATO,
12

mandato para definir la disputa con un pronunciamiento encuadrable a la


voluntad de un mandato.41 El arbitrato rituale es un proceso que conduce a un
juicio; el irrituale es una actividad transaccional privada.42 Como dice un autor:

El arbitrato irrituale es aquella modalidad de resolución de una


controversia mediante la cual las partes le han dado al árbitro (o a los
árbitros) la tarea de definir en vía contractual las controversias que surjan
(o puedan surgir) mediante una solución comparable a la voluntad de las
partes y de darle el mismo valor contractual que si hubieran sido
concluidas por estas.43

El arbitrato irrituale puede entenderse como un instrumento a medio camino


entre el proceso y el contrato.44 Cae dentro del esquema del mandato.45

El bindend advies es una ‘opinión vinculatoria’, lo cual no es más que un


‘arbitraje contractual’. Ya desde 1924 la Hooge Raad (Corte Suprema) aclaró que
el régimen de dicha opinión es el Código Civil, el cual contempla el principio de
autonomía de la voluntad. La opinión vinculatoria dada por un tercero para ello
designado vincula a las partes como un contrato. No se trata de un laudo
derivado de un procedimiento adversarial.
El Schiedsgutachten es un expertise-arbitraje. Es decir, --. Mediante el
mismo, el ‘experto-árbitro’ no resuelve la controversia jurídica, sólo hacer
deternimaciones de hecho que vinculan a las partes.46 La distinción entre el
expertise y el arbitraje depende de la función que las partes le confíen al tercero.
Algunos procedimientos debatibles por rayar en lo fino son, por ejemplo,
la adaptación de contratos (“adaptation of contracts” o “supplementation”) que

CONCILIAZIONE, E COSTITUZIONE DI CAMERE ARBITRALI, I Libri di Guida al Diritto, Il Sole 24


ORE S.p.A., 2006.
41 Cass. Civ. Sez. un., 18 settembre 1978, n. 4167, en Omia Iuris, Cedam, 2006.
42 Cass. civ., sez. I, 9 giugno 1983, n. 3956, en Mass. Giur. It., 1983. Trib. Ctania, 16 Ottobre
2001, en Le Società, 2002, 1, pg. 63.
43 Marinelli, LA NATURA DELL’ARBITRATO IRRITUALE, Utet, Torino, 2002, pg. 8. Sus palabras
son “Arbitrato irrituate quella particolare modalità di definizione di una controversia, con
la quale le parti hanno conferito all’arbitro (o agli arbitri) il compito di definire in via
contrattuale le contestazioni insorte (o che possono insorgere) mediante una
composizione riconducibile alla volontà delle parti e da valere come contratto concluso
dale stesse”.
44 “uno strumento a mezza strada fra il processo e il contratto” fueron las palabras exactas.
45 “arbitrato irrituale dovrebbe essere collocato entro lo schema del mandato … mandato
congiunto a transigere” (Rubino Sammartano, IL DIRITTO DELL’ARBITRATO, Cedam,
Padova, 2004, pg. 79.)
46 Antoine Kassis, PROBLÈMES DE L’ARBITRAGE EN DROIT COMPARÉ ET EN D ROIT
INTERNATIONAL, Tome I: A RBITRAGE JURIDICTIONNEL ET ARBITRAGE CONTRACTUEL,
L.G.D.J., 1987, pg. 239.
13

busca llenar vacíos intencionalmente dejados en los contratos por las partes.
Otros casos discutibles son los procedimientos de Expertos (“Expertise”47) o de
Determinación de Hechos (“Fact Finding”48). El motivo por el cual estos
procedimientos generan duda—inclusive entre expertos—es que parecen ser un
punto medio entre un procedimiento meramente contractual (puesto que
involucran determinaciones fácticas—aunque sean técnicas—y no jurídicas) y un
mecanismo de solución de controversias.
Como conclusión, si bien el que dichos procedimientos puedan calificar
como ‘arbitraje’ o no es dependiente del derecho del Estado en particular,49 las
instituciones aludidas no son ‘arbitraje’ pues carecen de los elementos del mismo.
Más bien tienen un sabor meramente contractual, pues no implican la resolución
de una controversia mediante un documento final y obligatorio.

Todo lo anterior exige una pregunta que deseo responder como


comentario final a esta sección: ¿en caso de que un contrato contemple expertise,
arbitraje contractual o mecanismos similares que tienen un ingrediente
contractual mas no jurisdiccional, cuál es el papel del árbitro (jurisdiccional)
cuando dichos instrumentos contemplan plularidad de método?
Si bien sujeto a la arquitectura contractual específica que las partes hayan
pactado en el caso particular, una respuesta es que el árbitro (jurisdiccional) que
se encuentre con una resolución de un experto o un árbitro contractual, su misión
consistirá en analizar si, surgida la controversia, el contenido de la opinión
técnica (en caso de expertise) o elemento contractual (en caso de arbitraje
contractual) ha sido cumplido por las partes, y la consecuente determinación
sobre su posible responsabilidad al respecto.
Dicho de otra manera, la misión de un árbitro jurisdiccional ante los
resultados de un árbitro contractual o expertise es determinar el cumplimiento
por las partes de las obligaciones contractuales que la opinión técnica (expertise)
o elemento contractual (en caso de arbitraje contractual, valuación, llenado de
lagunas, etc.) ha tenido lugar. Se trata de un ladrillo más del contrato que
simplemente fue incluido con posterioridad por una persona distinta a las partes,
siguiendo el mandato de las mismas.

Habiendo estudiado la definición de arbitraje, pasemos a su naturaleza.

47 Por ejemplo, el seguido por las reglas de Expertise de la CCI.


48 Por ejemplo, el seguido mediante el Mecanismos Complementario del CIADI.
49 Aron Broches, COMMENTARY ON THE UNCITRAL MODEL LAW AN INTERNATIONAL
COMERCIAL ARBITRATION, Kluwer Law and Taxation Publishers, Boston, 1990, pg. 38
(“Broches, COMMENTARY”).
14

IV. LA NATURALEZA

La naturaleza jurídica del arbitraje ha generado debate. No obstante que a la


fecha dicho debate no ha encontrado una solución que sea generalmente
aceptada, existen cuatro teorías relevantes: la jurisdiccional, la contractual, la
mixta o híbrida, y la autónoma o sui géneris. A continuación se resumirán, para
luego mencionar algunos desarrollos judiciales.50

A. LA TEORÍA JURISDICCIONAL

Esta corriente sostiene que el arbitraje tiene, en su esencia, naturaleza


jurisdiccional ya que el origen de la institución, su posibilidad de existencia,
apoyo estatal y regulación de los actores principales (el árbitro y el juez) es
similar, y en ocasiones idéntica.
Esta concepción del arbitraje postula que es una función del Estado
controlar y regular los arbitrajes que tengan lugar dentro de su jurisdicción. Ello
dado que la solución de controversias mediante la interpretación y aplicación del
derecho (la función jurisdiccional) es una función soberana normalmente
ejercida mediante los tribunales nacionales establecidos para dicho propósito por
el Estado. Por consiguiente, si es que puede tener lugar la solución de una
controversia por un medio distinto a dicha facultad, ello ocurre puesto que el
Estado así lo admite en forma expresa o tácita. Esta autorización (vía el concepto
de arbitrabilidad) es un acto de justicia delegada, o paralela, que encuentra su
sanción en la ejecutabilidad del laudo en forma similar a una sentencia
proveniente de un juez estatal.

B. LA TEORÍA CONTRACTUAL

Esta teoría postula que el arbitraje tiene naturaleza contractual. Sus orígenes,
existencia y regulación dependen de la continuada existencia de la voluntad de
las partes. El corazón de esta corriente de opinión consiste en que todo el
procedimiento arbitral está basado en acuerdos contractuales. Ello se observa
tanto en el acuerdo como en el laudo arbitral ya que reflejan el carácter
contractual del arbitraje siendo los mismos un ‘conjunto de actos contractuales
privados’.51
Siendo el arbitraje un resultado de la libertad contractual, es la autonomía
de la voluntad la que da origen a dicho sistema de justicia privada. Quienes
apoyan esta teoría niegan la supremacía o control del Estado sobre el arbitraje y

50 Este resumen es escueto. En caso de desear abundar sobre las teorías, véase González de
Cossío, ARBITRAJE, Porrúa, México, D.F., 2004, pgs. 12 et seq.
51 Samuel, JURISDICTION OF PROBLEMS, pgs. 39-44; Bernard L’ARBITRAGE VOLUNTAIRE ,
párrafo 473.
15

consideran que la esencia del arbitraje radica en la voluntad y consentimiento de


las partes.52

C. LA TEORÍA MIXTA O HÍBRIDA

Ambas teorías recibieron cuestionamientos. Los aspectos medulares de la teoría


contractual (el carácter contractual del laudo arbitral y el papel de los árbitros
como representantes de las partes) fueron objeto de una enérgica crítica.53 De la
misma manera, la postura meramente jurisdiccional parecía incompleta en varios
aspectos.54 Ante ello se realizaron intentos para conciliar las dos escuelas de
pensamiento. No obstante la (aparente) total oposición de ambos puntos de
vista, las teorías jurisdiccional y contractual pueden ser reconciliadas y así
surge la teoría mixta.55
De conformidad con esta postura, los árbitros realizan un acto
jurisdiccional pero carecen de poder judicial (estatal) alguno. No existe acto
alguno de delegación de poder estatal. Se limitan a resolver, en base a derecho,
un conflicto. La función del árbitro es equivalente a la de un juez, pero no de un
Estado particular. Mientras que un juez está investido en principio de poder
público estatal, la decisión del árbitro no tiene dicho poder público.56 La
posibilidad de que el laudo sea ejecutable mediante poder público deviene al
momento de su ejecución, pero ello no modifica la naturaleza de la institución,
sólo la enriquece convirtiéndola en una institución híbrida.
La teoría mixta o híbrida ha alcanzado dominancia mundial dado que el
arbitraje comercial internacional muestra elementos tanto jurisdiccionales como
contractuales. De conformidad con la teoría mixta el arbitraje es un sistema de

52 Ver, por ejemplo, el caso estadounidense Reily v. Russel, 34 Mo 524,1864, pg. 528; y el
caso francés Roses v. Moller et Cie, Corte de Casación, 27 de julio de 1937.
53 Por ejemplo, puede refutarse que la concepción contractual del arbitraje es útil para
iniciar el procedimiento arbitral; sin embargo, una vez comenzado, las partes tienen una
autonomía de la voluntad limitada y es el tribunal arbitral quien tiene las facultades para
tomar decisiones importantes en el procedimiento. No obstante estas reflexiones, la
teoría contractual ha sido importante en el desarrollo del arbitraje moderno.
54 Por ejemplo, muchos cuestionan que el arbitraje sea un simple juicio más. Tiene
elementos que lo diferencian en forma importante.
55 Esta teoría fue desarrollada por el profesor Sauser-Hall en su reporte al Institut du Droit
International en 1952 en el cual argumentaba que el arbitraje no podía apartarse de los
sistemas jurídicos, tenía que existir algún derecho que pudiera determinar la validez del
sometimiento al arbitraje y la ejecutabilidad del laudo. Reconoció que cada arbitraje
tiene su origen en un contrato privado y que los árbitros designados y las reglas para regir
el arbitraje dependen en forma primaria del acuerdo de las partes. Por consiguiente,
sostenía que existen elementos contractuales y jurisdiccionales en el arbitraje que están
interrelacionados en forma indisoluble.
56 Como fue reconocido en un caso ante la Corte de Justicia Europea (Caso Nordsee v.
Reederei, Sentencia del 23 de marzo de 1982) en donde se sostuvo que únicamente las
cortes estatales ejercen poder estatal.
16

justicia privada creada contractualmente. Tanto el origen contractual como la


función jurisdiccional tienen una influencia importante en el arbitraje. Un efecto
importante que la teoría mixta o híbrida ha tenido es reconocer la fuerte, mas no
avasalladora, relación entre el arbitraje y la sede.

D. LA TEORÍA AUTÓNOMA

La teoría de más reciente creación argumenta que el arbitraje se desenvuelve en


un régimen emancipado y, por consiguiente, autónomo.57 Sostiene que el
carácter del arbitraje podría ser determinado tanto jurídica como prácticamente
mediante la observación de su uso y finalidades. Bajo esta luz, el arbitraje no
puede ser clasificado como meramente contractual o jurisdiccional, y tampoco
como una ‘institución mixta’.
La teoría autónoma observa al arbitraje per se, lo que hace, lo que busca
lograr, cómo y por qué funciona en la forma en que lo hace. Reconoce que el
derecho arbitral se ha desarrollado para lograr la consecución armónica del
arbitraje y de las relaciones comerciales internacionales.
La teoría autónoma es una versión refinada de la teoría mixta. Si bien
reconoce los elementos jurisdiccionales y contractuales del arbitraje, cambia el
foco de atención de los mismos. En lugar de darle más peso al papel que el
derecho de la sede del arbitraje puede ejercer y a la autonomía de la voluntad de
las partes, se enfoca en el medio legal y empresarial donde las partes acuerdan a
participar en el procedimiento arbitral. El arbitraje internacional se ha
desarrollado puesto que las partes han buscado un sistema flexible, no-nacional,
para la solución de sus controversias comerciales. Para ello, los que utilizan el
arbitraje buscan un mecanismo que se respete y ejecute, que contemple un
procedimiento justo, diseñado para satisfacer ciertas características del caso
particular, pero que no emule necesariamente los sistemas procesales nacionales,
los cuales son justamente lo que se desea evitar. Al optar por el arbitraje, lo que
se desea es que los árbitros sean imparciales y justos, y que el laudo que
eventualmente se emita sea final, obligatorio y de fácil ejecución.

E. LA INTERPRETACIÓN JUDICIAL

Existen precedentes judiciales que pueden ser citados a efecto de palpar la


postura que la judicatura mexicana ha adoptado.
ARBITRAJE. El arbitraje es una convención que la ley reconoce y que,
por cuanto implica una renuncia al conocimiento de la controversia por la
autoridad judicial, tiene una importancia procesal negativa. Ese contrato es
el llamado de compromiso, y en virtud de él, las partes confían la
decisión de sus conflictos a uno o más particulares; de ese modo, se
sustituye el proceso con algo que es afín a él, en su figura lógica, supuesto que

57 Fue originalmente desarrollada en 1965 por Rubellin-Devichi, L’A RBITRAGE: NATURE


JURIDIQUE, pgs. 17-18.
17

en uno y otro casos, se define una contienda mediante un juicio ajeno; sin
embargo, el árbitro no es funcionario del Estado, ni tiene
jurisdicción propia o delegada; las facultades de que usa, se
derivan de la voluntad de las partes, expresada de acuerdo con la
ley, y aunque la sentencia o laudo arbitral, no puede revocarse por
la voluntad de uno de los interesados, no es por sí misma ejecutiva.
El laudo sólo puede convertirse en ejecutivo, por la mediación de un acto
realizado por un órgano jurisdiccional, que, sin quitarle su naturaleza
privada, asume su contenido; de suerte que, entonces, el laudo se equipara al
acto jurisdiccional. El laudo sólo puede reputarse como una obra de lógica
jurídica, que es acogida por el Estado, si se realizó en las materias y formas
permitidas por la ley. El laudo es como los considerandos de la sentencia, en
la que el elemento lógico, no tiene más valor que el de preparación del acto de
voluntad, con el cual el Juez formula la voluntad de la ley, que es en lo que
consiste el acto jurisdiccional de la sentencia. Esa preparación lógica no es
por sí misma acto jurisdiccional, sino en cuanto se realiza por un órgano del
Estado. El árbitro carece de imperio, puesto que no puede examinar
coactivamente testigos ni practicar inspecciones oculares, etcétera; y sus
laudos son actos privados, puesto que provienen de particulares, y
son ejecutivos sólo cuando los órganos del Estado han añadido, a la materia
lógica del laudo, la materia jurisdiccional de una sentencia. La función
jurisdiccional compete al Estado y no puede ser conferida sino a los órganos
del mismo; pero obrar en calidad de órgano del Estado, significa perseguir,
con la propia voluntad, intereses públicos, lo que evidentemente no hacen las
partes cuando comprometen en árbitros sus cuestiones, puesto que
entonces persiguen fines exclusivamente privados; de modo que las
relaciones entre las mismas partes y el árbitro son privadas y el
laudo es juicio privado y no sentencia, y estando desprovisto, por lo
mismo, del elemento jurisdiccional de un fallo judicial, no es ejecutable sino
hasta que le preste su autoridad algún órgano del Estado que lo mande
cumplir. El laudo y el exeqüatur, deben ser considerados como
complementarios, son dos aspectos de un solo acto jurídico; uno, es el
elemento lógico que prepara la declaración de la voluntad de la ley que ha de
aplicarse en el caso concreto, y el otro, consiste precisamente, en esa
voluntad, formulada por el funcionario provisto de jurisdicción. Estas teorías
han sido aceptadas por nuestra legislación, pues la ley de enjuiciamiento civil
del Distrito dispone, en sus artículos 1314 y 1324, que los Jueces tienen la
obligación de impartir a los árbitros, cuando así lo soliciten, el auxilio de su
jurisdicción, y de ejecutar, en su caso, la decisión que aquéllos pronuncien, y
el artículo 1302, coloca al árbitro en la imprescindible necesidad de ocurrir al
Juez ordinario, para toda clase de apremios; pero más claramente se advierte
el carácter de simples particulares que tienen los árbitros, del contexto del
artículo 5o. de la Ley Orgánica de los Tribunales del Fuero Común del
Distrito, de treinta y uno de diciembre de mil novecientos veintiocho, que
declara que los árbitros no ejercen autoridad pública; por tanto, desde
el punto de vista de nuestra legislación, los laudos arbitrales son actos
privados que por sí mismos no constituyen una sentencia, y el
mandamiento de ejecución que libra el Juez competente, cuando es requerido
para el cumplimiento de un laudo, integra, juntamente con éste, la sentencia.
Por otra parte, el citado artículo 5o. de la ley orgánica, al declarar que los
tribunales deben prestar el apoyo de su autoridad a los laudos arbitrales,
18

cuando éstos estuvieren dentro de la ley, implícitamente reconoce a los


tribunales la facultad de hacer un análisis del laudo, a efecto de determinar si
está conforme, o no, con el ordenamiento jurídico, pero no es racional
suponer que tales facultades sean absolutas, esto es, que los Jueces estén
autorizados para revisar los laudos de una manera completa. Esta resolución
no sería posible, porque no se advierte por los términos en que está concebido
el repetido artículo 5o., que el legislador haya tenido la intención de que los
Jueces pudieran nulificar el juicio arbitral y a esto equivaldría la facultad
otorgada a los tribunales para determinar, revisando las cuestiones de fondo,
si el árbitro aplicó correctamente el derecho, en el caso sometido a su
decisión. Además, para que los Jueces pudieran proceder con completo
conocimiento del negocio, y dictar una resolución justa, sería necesario que el
pronunciamiento estuviera precedido de un debate habido entre las partes,
ante el mismo Juez, lo cual no está autorizado por nuestra ley de
enjuiciamiento. El sistema generalmente adoptado, se basa en la distinción
siguiente: si la violación contenida en el laudo ataca el orden público, el Juez
debe rehusar el exeqüatur, y por el contrario, debe decretar la ejecución, si la
violación perjudica solamente intereses privados, mas como surge la
dificultad sobre lo que debe considerarse intereses de orden público, debe
atenderse a lo mandado por el artículo 1329 del Código de Procedimientos
Civiles, del que se deduce que la intención del legislador fue que cuando la
sentencia arbitral no se arregle a los términos del compromiso, o cuando se
niegue a las partes la audiencia, la prueba o las defensas que pretendieron
hacer valer, la impugnación del laudo se haga, no cuando se trata de
ejecutarlo, sino mediante la interposición de un recurso; y aun cuando en el
citado precepto se habla del ya suprimido recurso de casación, de todas
maneras queda en pie la voluntad de la ley, sobre que éstas infracciones no
preocupen al Juez ejecutor, para el efecto de otorgar el exeqüatur; tanto más,
cuanto que los interesados disponen de la vía del amparo para reclamar
dichas violaciones; de modo que puede afirmarse que la revisión que del
laudo hagan los tribunales, debe tener por objeto exclusivo, determinar si
pugna con algún precepto, cuya observancia esté por encima de la voluntad
de los compromitentes y que las violaciones que daban lugar a la casación, no
deben ser materia de la revisión de que se trate. El laudo, una vez que se
decrete su cumplimiento se eleva a la categoría de acto jurisdiccional, y el
agraviado puede entonces ocurrir a los tribunales de la Federación, en
demanda de amparo, a fin de que se subsanen los vicios de que adolezca,
desde el punto de vista constitucional, en la inteligencia de que el término
para promover el juicio de garantías, empieza a correr desde la fecha en que
se notifica legalmente la resolución que acuerde, en definitiva, la ejecución.58
Existen otros precedentes que, si bien no tan frontales, son útiles. Por ejemplo:
ARBITROS. SU RESOLUCIÓN NO ENTRAÑA UN ACTO DE AUTORIDAD.
Es correcto el desechamiento de la demanda de garantías cuando el acto que
se reclama lo constituye la resolución que dicta un árbitro designado a
petición de las partes en conflicto, toda vez que su intervención no implica un
acto de autoridad. Luego es claro que la determinación de un árbitro en las

58 Semanario Judicial de la Federación, Quinta Época, Tercera Sala, Tomo XXXVIII, pg.
800. (énfasis agregado).
19

condiciones señaladas, implica un acto de particular que no puede ser materia


del juicio de garantías; lo que se traduce en un motivo manifiesto de
improcedencia de términos del artículo 73, fracción XVIII, en relación con el
artículo primero, ambos de la Ley de Amparo.59
En forma relacionada:
De acuerdo con la fracción I del artículo primero de la ley de Amparo, en
relación con la fracción I del artículo 103 constitucional, el amparo sólo
procede contra actos de autoridad que violen las garantías individuales, y aún
cuando los árbitros, por disposición de ley, tienen la facultad de resolver los
conflictos jurídicos que las partes sometan a su consideración, no obstante,
ello, como estos árbitros emanan de un compromiso formado entre
particulares, su función es privada y de igual modo lo es el laudo que dictan.
La función jurisdiccional es una función pública del Estado, por lo que su
servicio no puede ser conferido sino por el Estado mismo. De modo que si
quien nombra los árbitros y determina los límites de su oficio, no obra en
interés público, esto es, en calidad de órgano del Estado, sino sólo en interés
privado, lógicamente se deduce que las funciones de los árbitros no son
funciones públicas. En tal virtud no pueden conceptuarse como
autoridades del Estado, siendo improcedentes, por lo tanto, los
amparos que se intentan contra la resolución que dicten, mientras no
exista un mandamiento de ejecución que libre el juez competente,
cuando es requerido por los árbitros para el cumplimiento del laudo;
exequátur que es indispensable para que la resolución arbitral pueda causar
algún perjuicio a las parte. El laudo, una vez que se decrete su cumplimiento,
se eleva a la categoría de acto jurisdiccional, y es hasta entonces cuando el
agraviado deberá ocurrir en demanda de amparo, ya sea porque en su
concepto se hayan cometido violaciones a los términos del compromiso o
porque se hayan desatendido los requisitos esenciales del procedimiento
como la falta de recepción de pruebas, de audiencia, etc., o se ataquen en el
laudo dicho, disposiciones de estricto orden público.60
Como puede verse, el ángulo de la tesis era de esperarse. No deseo abundar sobre
las aristas que bajo derecho de amparo generan pues rebasa el propósito de este
estudio.61 Lo que es relevante es decantar la percepción que a través de los
mismos puede verse que tiene la judicatura del arbitraje. La naturaleza del laudo
es de un acto privado. Es la opinión que un particular —al que las partes han

59 Reclamación 1/91. Primer Tribunal Colegiado En Materia De Trabajo Del Primer Circuito,
Semanario Judicial de la Federación, Octava Época, Tomo VIII, Diciembre de 1991, pg.
155.
60 Amparo Directo 2474/48, 14 de octubre de 1949 (énfasis agregado). El maestro Ignacio
Burgoa (EL JUICIO DE AMPARO, Porrúa, 1987, pg. 186) menciona que este criterio ha sido
constantemente reiterado en las ejecutorias que aparecen en los Tomos siguientes del
Semanario Judicial de la Federación: LXXVIII, pg. 4196; LXXI, pg. 2827; CIII, pg. 2193;
CIII, pg. 441; XCVI, pg. 477; CVII, pg. 280; LXXIII, pg. 7215; CII, pg. 424; CVII, pg. 1969,
de la Quinta Época.
61 Para abundar sobre ello véase EL ÁRBITRO, ¿AUTORIDAD RESPONSABLE PARA EFECTOS DEL
AMPARO?, Revista de Investigaciones Jurídicas, Escuela Libre de Derecho, No 29, 2005,
pg. 605.
20

confiado la resolución de una diferencia dadas sus características personales


(morales e intelectuales)— tiene sobre a quién asiste el derecho en una
determinada controversia. Al tratarse de un acto de un gobernado, no existe el
prerrequisito elemental para estar en presencia de una autoridad. Existe
jurisprudencia al respecto.62
Para concluir, deseo citar algunas observaciones realizadas durante
deliberaciones de la Suprema Corte de Justicia de la Nación en un caso reciente y
sonado. El Ministro José Ramón Cossío, con su habitual tino, dijo:63
lo que debe resolver esta Suprema Corte de Justicia … es si la resolución
que pone fin a un incidente de nulidad de laudo arbitral tiene o no el
carácter de sentencia definitiva para efectos del amparo;
En mi opinión … lo que procede es el amparo directo, y no el indirecto …
la resolución que pone fin a un incidente de nulidad del laudo arbitral sí
constituye una sentencia definitiva para efectos del amparo; …
Las opiniones en el sentido de que es el amparo el directo el que resulta
procedente, parten de la premisa equivocada, desde mi punto de vista, de
que el arbitraje no es otra cosa, que una delegación de la jurisdicción
estatal en particulares, de acuerdo con tales opiniones, es la delegación de
la facultad de juzgar del Estado en particulares, lo que otorga fuerza
jurídica al laudo.
… la fuerza jurídica del laudo arbitral no se da pues por delegación estatal,
es consecuencia de la manifestación de la voluntad de los particulares; el
laudo arbitral tiene fuerza jurídica, porque la voluntad que se expresa en
la emisión de los actos jurídicos, como el acuerdo o compromiso arbitral,
es capaz de producir consecuencias jurídicas, entre ellas, la de quedar
sometidos los interesados ala decisión que adopte un tercero, que es el
árbitro.
México necesita de más juristas con esta claridad conceptual.

V. COMENTARIO SOBRE LA APLICABILIDAD PRÁCTICA DE LAS


TEORÍAS EN MÉXICO

Si bien las diferencias de opinión sobre la conveniencia de cuál postura adoptar


son, no sólo admisibles, sino bienvenidas, debo mencionar que, de las posturas
soslayadas, la que menos aceptación tiene es la jurisdiccional. Se considera que

62 Dicha jurisprudencia sostiene que: ACTOS DE PARTICULARES. IMPROCEDENCIA. No


pueden ser objeto de juicio de garantías, los actos de particulares, ya que éste se ha
instituido para combatir los de las autoridades, que se estimen violatorios de la
Constitución. (Suprema Corte de Justicia de la Nación, Apéndice al Semanario Judicial de
la Federación 1917-1995, Tomo VI, Materia Común, pg. 12, que corresponde a la tesis
contenida en el Tomo CXVIII, Materia General, Apéndice 1975, y la Tesis 14 del Apéndice
1985.)
63 Versión estenográfica de la sesión pública ordinaria del pleno de la Suprema Corte de
Justicia de la Nación celebrada el 30 de enero de 2007, amparo directo en revisión
1225/2006.
21

es la más superada, además de los argumentos brindados por las demás, por dos
verdades importantes: (1) al acudir al arbitraje, las partes buscaron salirse de la
judicatura para resolver su controversia; y (2) puesto que lleva a resultados
negativos cuando en presencia de ciertos problemas procesales arbitrales.64
Adoptar una postura jurisdiccional de arbitraje invita soluciones que con
facilidad pueden resultar en justamente lo que se deseó evitar: acabar en
tribunales. Por lo anterior, cualquiera que sea la postura del lector, invito a que
se considere esta situación al aquilatar su preferencia por la teoría que se
considera es más acorde con la institución arbitral.
Existe una hebra de la teoría autónoma que deseo tomar para tejer una
explicación sobre su impacto práctico, particularmente en el caso de México. A
los ojos de quienes postulan una visión realmente internacional del arbitraje (a la
que me uno), los criterios y peculiaridades legales y procesales nacionales65
deben tener poca relevancia, por no decir que deben ser eliminados. Ello
obedece, no a un deseo de denostar lo nacional,66 sino a la convicción de que en
un medio pluricultural —como los son las relaciones jurídicas y comerciales
internacionales— querer forzar nociones nacionales tendría como resultado, en el
mejor de los casos, problemas; y en el peor, la inexistencia de lazos que rebasen
una jurisdicción. Si esto sucede, todos perdemos. Desde las épocas de David
Ricardo se ha aceptado que el comercio es benéfico para todos quienes lo
conllevan.67 Esta verdad, tan frecuentemente pasada por alto por
nacionalistas,68 es tan evidente que puede calificarse de axioma. Y para probarlo

64 Por ejemplo, el (ahora candente) tema de las demandas anti-arbitraje, conocidas en la


jerga arbitral como ‘anti-suit injunctions’, y que se refieren a ordenes emitidas por
tribunales nacionales en las que se ordena al tribunal arbitral dejar de conocer de la
controversia o a las partes a dejar de continuar con el procedimiento arbitral. Otro tema
es la ejecutabilidad de laudos anulados. No abundaré sobre estos por rebasar el propósito
de este estudio.
65 Por ‘criterios y peculiaridades legales y procesales nacionales’ me refiero a cualquier
norma (substantiva o adjetiva) o práctica que no encuentre cabida en los procedimientos
de solución de controversias distintos al litigio. Ello sin importar lo arraigada de la
misma, o la importancia del bien jurídico tutelado. La única excepción a esta última
aseveración es el orden público internacional; pero me refiero al verdadero orden público
internacional, no a disposiciones nacionales que no admiten pacto en contrario
(imperativas). Correctamente entendido, el orden público (como causal de nulidad o no-
reconocimiento contemplada en los artículos 1457.II y 1462.II del Código de Comercio)
no incluye a dichos dispositivos. Se refiere a situaciones más serias. (Al respecto, véase,
González de Cossío, ARBITRAJE, pgs. 429 et seq.)
66 A lo cual se le debe respeto, pero que debe aplicarse cuando es aplicable: a lo local.
67 David Ricardo sostenía que, si bien el comercio internacional beneficia a todos los que lo
realizan, es especialmente benéfico para los países pobres; y los beneficios deben verse
desde la perspectiva del consumidor. Esta es la aportación más importante del
pensamiento económico del autor más representativo de la Escuela Clásica inglesa.
68 Ya decía Albert Camus “Quiero a mi país demasiado como para ser nacionalista”. En
forma relacionada, Albert Einstein calificaba al nacionalismo como el sarampión de la
humanidad. Me uno firmemente a esta convicción.
22

tan sólo invito al lector a que considere: si no fuera así, ¿porqué incurren
voluntariamente en el mismo agentes económicos? ¿Nadie los obliga? Si algo
nos enseñan los paradigmas más aceptados es que el comercio internacional
ocurre simple y sencillamente por que todos estamos mejor si, quienes tienen una
ventaja competitiva en algo, se especializan en ello.69
Y el arbitraje apoya el comercio internacional. Pero para que funcione, y
para que una jurisdicción no se convierta en la oveja negra del rebaño
internacional, es importante que tanto la legislación70 como judicatura no
imponga sus concepciones locales a las relaciones mercantiles internacionales.
Las concepciones locales tienen una razón de ser local, no internacional. La
aldea global71 tiene un modus operandi distinto. Y debe respetarse. Así lo han
hecho judicaturas avanzadas de otras jurisdicciones.
Existen ejemplos extraordinarios de ello. Las decisiones Mitsubishi72 y
Scherk73 de la Suprema Corte de Justicia de Estados Unidos encabezan la lista.
En el primer caso, dicho tribunal sostuvo, en resumen, que, no obstante que las
controversias sobre competencia económica no podían ser arbitradas, cuando
tengan un elemento internacional, sí podrán sujetarse al arbitraje. El motivo por
el cual se establece una dicotomía de arbitrabilidad nacional versus internacional
esta plasmado en un pasaje que vale la pena transcribir:
los intereses de la cortesía internacional, el respeto por las habilidades de
los tribunales extranjeros e internacionales y la delicadeza del sistema
comercial internacional en propiciar predecibilidad en la resolución de
controversias requiere que ejecutemos el acuerdo de las partes, aun
suponiendo que se hubiera llegado a un resultado contrario en un
contexto local.74

69 Léase, el volumen de abasto y calidad es superior mientras que el precio es inferior.


70 México ya ha cumplido este requisito al adoptar como legislación interna a la Ley Modelo
de la UNCITRAL sobre arbitraje comercial internacional, y al haber ratificado la
Convención de Nueva York y la Convención de Panamá. Es de esperarse que continúe
cumpliendo con ello adoptando otros instrumentos pendientes, como lo son el Convenio
de Washington y más recientemente la Ley Modelo de la UNCITRAL sobre Conciliación y
las modificaciones a la Ley Modelo de la UNCITRAL sobre Arbitraje.
71 Pido disculpa por el sustantivo social de moda, que es una traducción de uno aún más de
moda: “Global village”. El motivo por el que lo utilizo es que tiene un aspecto positivo:
proporciona una noción más internacionalista, y menos endocentrista, de la comunidad
internacional.
72 Mitsubishi Motors Corp. vs. Soler Chrysler-Plymouth, Inc. (473 U.S. 614, S.Ct. 3346
(1985)).
73 Scherk v. Alberto-Culver Co. (417 U.S. 506), 1974.
74 El texto original dice: “concerns of internacional comity, respect for the capacities of
foreign and transnacional tribunals and sensitivity to the need of the internacional
comercial system for predictability in the resolution of disputes require that we enforce
the parties’s agreement, even assuming that a contrary result World be forthcoming in
a domestic context.”.
23

En otro párrafo, la Corte dijo que:


Para que las instituciones arbitrales internacionales puedan jugar un papel
central en el sistema legal internacional, los tribunales nacionales deben
deshacerse de su vieja hostilidad hacia el arbitraje así como su habitual y
entendible renuencia a ceder competencia sobre una controversia que surja
bajo derecho local a un tribunal extranjero o trasnacional. Para dicho efecto,
será necesario que los tribunales nacionales subordinen las nociones locales
de arbitrabilidad a la política internacional que favorece el arbitraje
comercial.75
En Scherk, la Suprema Corte de Justicia de Estados Unidos, en un pasaje que
debería ser labrado en piedra, consideró que:
Una negativa nacionalista76 por las cortes de un país a ejecutar un acuerdo
arbitral no solo frustraría estos[77] propósitos, sino que invitarían medidas
inimaginables y autodestructivas por las partes para asegurarse ventajas
tácticas en litigio … la peligrosa atmósfera que dicha tierra de nadie legal
procuraría con toda probabilidad dañaría el comercio internacional y pondría
en peligro el deseo y la habilidad de los hombres de negocios de celebrar
acuerdos comerciales internacionales.78
El razonamiento y la actitud judicial deben ser emulados.
Y en cierta medida, ello ya está teniendo lugar. Existen instancias en las
que tribunales nacionales han tomado decisiones plausibles al respecto. Por
ejemplo, en fechas recientes la Suprema Corte de Justicia de la Nación sostuvo la
constitucionalidad del artículo 1435 del Código de Comercio.79 La decisión ha

75 El texto original dice: “If [international arbitral institutions] are to take a central place in
the international legal order, national courts will need to “shake off the old judicial
hostility to arbitration,” and also their customary and understandable unwillingness to
cede jurisdiction of a claim arising under domestic law to a foreign or transnational
tribunal. To this extent, at least, it will be necessary for national courts to subordinate
domestic notions of arbitrability to the international policy favoring commercial
arbitration.”.
76 Utilizo el término ‘nacionalista’ para traducir ‘parochial’ puesto que la voz “parroquial”
tiene en castellano la acepción exclusiva de “perteneciente a una parroquia”. En inglés
‘parochial’ significa, además, local o nacional.
77 El contexto hacía alusión a la necesidad de procurar orden y predecibilidad por ser
esenciales para las operaciones comerciales internacionales.
78 El texto de la sentencia dice: “A parochial refusal by the courts of one country to enforce
an international arbitration agreement would not only frustrate these purposes, but
would invite unseemly and mutually destructive jockeying by the parties to secure
tactical litigation advantages. … the dicey atmosphere of such legal no-man’s-land
would surely damage the fabric of international commerce and trade, and imperil the
willingness and ability of businessmen to enter into international commercial
agreements.”.
79 Amparo en Revisión 759/2003. Para un análisis exhaustivo sobre esta importante
decisión, ver el estudio del Dr. José Luis Siqueiros, LAS FACULTADES DE LOS ÁRBITROS NO
SON OMNÍMODAS, NI I NCONSTITUCIONALES, PAUTA, 2004.
24

tenido eco internacional y le ha ganado (o, más bien, reiterado) a México el


calificativo de una buena jurisdicción arbitral. También ha sostenido que el
arbitraje no viola el artículo 13 de la Constitución80 y que no existe litisconsorcio
entre procedimientos arbitrales y judiciales.81
Otro tema importante es la posibilidad de que el árbitro sea considerado
como autoridad responsable para efectos del Juicio de Amparo. La contundente

80 ARBITRAJE COMERCIAL. LOS ARTÍCULOS 1415 A 1463 DEL CÓDIGO DE


COMERCIO, NO VIOLAN EL ARTÍCULO 13 DE LA CONSTITUCIÓN FEDERAL. Si se
parte de la base que el juicio arbitral es aquel que se tramita ante personas o instituciones
que no son Jueces del Estado, o que siéndolo, no actúan como tales, sino como personas
de derecho privado, es inexacto que los preceptos reclamados, al establecer la posibilidad
de que los particulares sujeten sus controversias al arbitraje comercial, otorguen a los
tribunales arbitrales la calidad de tribunales especiales, pues quienes emiten dichos
laudos son personas o instituciones designadas para resolver controversias entre
particulares, ya sea como amigables componedores o en conciencia, sólo si las partes las
han autorizado expresamente para hacerlo en términos del artículo 1445, párrafo tercero,
del citado código. Estos laudos deben ser reconocidos u homologados por los órganos
jurisdiccionales correspondientes, a fin de que adquieran la fuerza jurídica necesaria para
su completa obligatoriedad, y a efectos de su ejecución de conformidad con los artículos
1461 a 1463 del ordenamiento mencionado. De ahí que el arbitraje comercial regulado en
el Código de Comercio no contraviene el artículo 13 de la Constitución, que como garantía
de igualdad, en el aspecto jurisdiccional, prohíbe los tribunales especiales. (Amparo en
revisión 237/2004, Primera Sala, Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Tomo
XXI, Novena Epoca Instancia, Enero de 2005, Tesis 1a. CLXXVI/2004, pg. 411 Materia:
Constitucional, Civil.)
81 LITISPENDENCIA. NO PUEDE HACERSE VALER DICHA EXCEPCION SI EXISTE,
POR UNA PARTE, LA TRAMITACION DE UN JUICIO EJECUTIVO MERCANTIL Y,
POR LA OTRA, UN PROCEDIMIENTO ARBITRAL. De la interpretación del artículo
1123 del Código de Comercio, se advierte que es claro al señalar que dicha excepción
únicamente procede cuando un Juez ya conoce de un juicio, en donde existe igualdad
entre partes, acciones deducidas y cosas reclamadas, supuesto normativo que no se
actualiza cuando la controversia surge entre un Juez y un árbitro. Se afirma lo anterior,
porque un árbitro no es funcionario del Estado, puesto que sus facultades derivan de la
voluntad de las partes, expresada de acuerdo con la ley y, aunque la sentencia o laudo
arbitral no puede revocarse por la voluntad de uno de los interesados, no es por si misma
ejecutiva, ya que sólo adquiere ese carácter por la mediación de un acto realizado por un
órgano jurisdiccional que, sin quitar su naturaleza privada, asume su contenido;
consecuentemente, las resoluciones de un árbitro carecen de imperio, dado que sus
laudos son actos privados al provenir de particulares, y son ejecutivos sólo cuando los
órganos del Estado han añadido, a la materia lógica del laudo la materia jurisdiccional de
una sentencia, de ahí que resulte manifiesto que la función jurisdiccional compete al
Estado y sólo puede ser conferida a los órganos de éste; en tales condiciones, si, por una
parte existe la tramitación de un juicio ejecutivo mercantil y, por la otra, un
procedimiento arbitral, no puede hacerse valer en el juicio ejecutivo la excepción de
litispendencia, dado que ésta procede sólo cuando un Juez conoce ya del mismo negocio,
supuesto que no se actualiza en la especie, porque el árbitro no es Juez ni autoridad
judicial pues, como se ha dejado anotado, no es funcionario del Estado, y las facultades
que ejerce derivan de la voluntad de las partes. (Cuarto Tribunal Colegiado En Materia
Civil Del Segundo Circuito, Amparo en revisión 255/2005, Duroplast Ramos Arizpe, S.A.
de C.V., 17 de enero de 2006, Unanimidad de votos, Tesis II.4º.C.25C, Tribunales
Colegiados de Circuito, Novena Época, Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta,
Tomo XXIII, Marzo de 2006, pg. 2038.)
25

mayoría de la doctrina, práctica y judicatura se inclina a considerar que no lo es


—¡y que no lo debe ser!82 La tendencia debe ser elevada a jurisprudencia.
Sin embargo, no todo merece aplauso. Existen instancias en las que tanto
la judicatura como los practicantes han soslayado conducta que deja mucho que
desear.
En relación con los practicantes, no es raro observar que ciertas tácticas
son seguidas que distan de cumplir con su deber de arbitrar de buena fe —el cual
la jurisprudencia arbitral ha sostenido que es parte del contenido obligacional de
la inclusión de una acuerdo arbitral en un contrato.83
Por su cuenta, la judicatura también ha incurrido en sus tropiezos: la
decisión sobre Competence-Compétence84 es incorrecta85 y aquella que versó

82 Ver, al respecto, Francisco González de Cossío, EL Á RBITRO, ¿AUTORIDAD RESPONSABLE


PARA EL JUICIO DE AMPARO?, estudio realizado para el Congreso de la Barra Mexicana,
Colegio de Abogados, “En busca de la Teoría Constitucional a partir de las Resoluciones
del Poder Judicial Federal”, 2005.
83 Ver al respecto, González de Cossío, ARBITRAJE, pgs. 144 et seq.
84 ARBITRAJE COMERCIAL. COMPETENCIA PARA CONOCER DE LA ACCIÓN DE
NULIDAD DEL ACUERDO DE ARBITRAJE PREVISTA EN EL PRIMER PÁRRAFO DEL
ARTÍCULO 1,424 DEL CÓDIGO DE COMERCIO, CORRESPONDE AL JUEZ Y NO AL
TRIBUNAL ARBITRAL. La posibilidad de apartar la intervención de la justicia estatal en
un conflicto, a fin de someterlo al arbitraje comercial, es una manifestación de la potestad
de los particulares para renunciar a sus derechos subjetivos y establecer los dispositivos
legales a los cuales desean someterse; de ahí, que un acuerdo de arbitraje pueda estar
incluido en un contrato como cláusula compromisoria, lo que por regla general y en
términos del artículo 1,432 del Código de Comercio, otorga su competencia a los árbitros
para intervenir, conocer y decidir aún sobre la existencia o validez del propio contrato, así
como de dicha cláusula compromisoria, lo contrario violaría la voluntad de las partes. Sin
embargo, existe una excepción a dicha regla, cuando en términos del artículo 1,424 del
citado Código, ante un órgano jurisdiccional se somete el diferendo, sobre un contrato
que contenga una cláusula compromisoria, y se ejerza al mismo tiempo la acción para
que la misma se declare nula, ineficaz o de ejecución imposible, la que en dicho supuesto
haría necesaria una decisión judicial previa, sobre la acción de nulidad. Lo anterior
porque, por un lado, no debe soslayarse la existencia del debido control judicial sobre el
arbitraje y, por el otro, la competencia de los árbitros proviene de la autonomía de la
voluntad de las partes, de manera que si se alega, por ejemplo, la existencia de algún vicio
de la voluntad en el acto que otorga competencia al árbitro, la acción de nulidad debe
resolverse previamente por el órgano jurisdiccional, quedando a salvo los derechos de las
partes para que en términos del segundo párrafo del referido artículo 1,424 puedan
iniciarse las actuaciones arbitrales relativas a la disputa sobre el cumplimiento e inclusive
la existencia o validez del propio contrato que contiene la cláusula compromisoria, ya que
a ese respecto el tribunal arbitral conserva su competencia exclusiva.
(Contradicción 51/2005, Primera sala de la Corte, 11 de enero de 2006. Tesis
Jurisprudencial 25/2006, Contradicción de tesis 51/2005-PS entre las sustentadas por
los Tribunales Colegiados Sexto y Décimo, ambos en Materia Civil del Primer Circuito.
Mayoría de tres votos. Disidentes: Olga Sánchez Cordero de García Villegas y José Ramón
Cossío Díaz. Ponente: Juan N. Silva Meza.)
26

sobre el tipo de amparo que procede en contra de la sentencia derivada de


procedimientos de nulidad o ejecución del laudo es inacertada en lo técnico,
aunque dio oxígeno a un caso mal decidido. A su vez en ocasiones —
afortunadamente siguen siendo excepcionales— se observa que órganos judiciales
toman pasos que pasan por alto su (coptado) régimen de facultades en cuanto al
arbitraje se refiere.86 Dichas instancias pasan por alto una doble verdad que
debe tenerse en mente: (1) las facultades de juzgadores mexicanos en materia
arbitral son excepcionales87 y (por ende) de interpretación estricta; y (2) las que
existen, están diseñadas/orientadas a apoyar al arbitraje, no a entorpecer el
mismo.
Es de esperarse que la tendencia positiva continúe y que los errores se
reevalúen. Ello daría efectividad al arbitraje – y ello es importante. El arbitraje
es un instrumento que ha mostrado tener una utilidad para resolver crisis
sociales serías. Los ejemplos abundan. Enunciaré algunos:88
1. Las Comisiones de Reclamaciones establecidas después de la revolución
mexicana en los años 1923 y 1934 con Estados Unidos,89 Alemania,90

85 Para una crítica de esta tesis véase González de Cossío, El Principio Compétence-
Compétence Revisitado, JURIDICA, 2006 y Kompetenz Kompetenz a la Mexicana:
Crónica de una Muerte Anunciada.
86 Son únicamente siete las instancias en las que un juez mexicano puede inmiscuirse en un
procedimiento arbitral son: (1) ejecución del acuerdo arbitral y remisión al arbitraje
(artículo 1424 del Código de Comercio); (2) constitución del tribunal arbitral (artículos
1427, 1429 y 1430 del Código de Comercio); (3) medidas precautorias (artículo 1425 del
Código de Comercio); (4) revisión de la decisión del tribunal arbitral sobre su
competencia (artículo 1438 del Código de Comercio); (5) desahogo de pruebas (artículo
1444 del Código de Comercio); y (6) nulidad del laudo arbitral (artículo 1457 del Código
de Comercio) y (7) reconocimiento/ejecución del laudo arbitral (artículos 1461 a 1463 del
Código de Comercio).
87 Artículo 1421 del Código de Comercio.
88 Sin contar los intentos fallidos por motivos políticos. Uno me viene a la mente. William
Randal Cremer, quien fuera el primer trabajador de “cuello-azul” en ganarse una silla en
la British House of Commons y quien en 1903 ganó el Premio Nobel de Paz, durante toda
su vida fue un campeón de la idea del arbitraje internacional, y en 1887 persuadió a 234
miembros del Parlamento a firmar una resolución dirigida al Presidente de los Estados
Unidos de América solicitando que los dos países firmaran un tratado en el cual se
contemplara que todas las controversias futuras entre Londres y Washington fueran
resueltas mediante arbitraje internacional. Desafortunadamente, el Senado de Estados
Unidos de América (un órgano reconocido por su poco respeto por el Estado de Derecho
internacional) rechazó dicho tratado Anglo-Americano (Anglo-American Treaty for
Arbitration). (Mark Kurlanski, NONVIOLENCE, Twenty-Five Lessons from the History of
a Dangerous Idea, A Modern Library Chronicles Book, the Modern Library, New York,
2006, pgs. 114 y 116.)
89 México y Estados Unidos establecieron una Comisión General de Reclamaciones
mediante la Convención General de Reclamaciones (General Claims Conventions)
firmada en Washington el 8 de septiembre de 1923. A su vez, existió una Comisión
Especial de Reclamaciones creada mediante una Convención Especial de Reclamaciones
27

España,91 Inglaterra,92 Italia,93 Bélgica94 y Francia;95 de las cuales la más


importante fue la Comisión con Estados Unidos.
2. La crisis de rehenes Irán-Estados Unidos que dio como lugar la creación
de un tribunal arbitral en los Países Bajos que conoció de las
reclamaciones de inversionistas en Irán.96
3. La Comisión de Reclamaciones de las Naciones Unidas establecida para
compensar a las víctimas de la ilícita ocupación de Kuwait por Irak.97
4. El Claims Resolution Tribunal for Dormant Accounts in Switzerland
creado para ventilar las reclamaciones sobre titularidad de las ‘cuentas
durmientes’ en Suiza por los herederos de las víctimas del Holocausto que
hayan depositado dinero y otros valores en bancos suizos, mismo que puso
fin a un problema que tomó más de medio siglo resolver.

(Special Claims Conventions) firmada en la Ciudad de México el 10 de septiembre de


1923.
90 La Convención de Reclamaciones México-Alemania fue aceptada en términos
substancialmente parecidos a la de México-Estados Unidos aunque con ciertas
diferencias importantes. Fue firmada en la Ciudad de México el 16 de marzo de 1925.
91 Convención de Reclamaciones México-España, firmada en la Ciudad de México el 25 de
noviembre de 1925.
92 Convención de Reclamaciones entre México y el Reino Unido, firmada el 10 de
septiembre de 1926.
93 Convención de Reclamaciones entre México e Italia, firmada en la Ciudad de México el 13
de enero de 1927.
94 Acuerdo del 14 de mayo de 1927 por el que se estableció un “Tribunal Arbitral
Administrativo” que consistiría de dos miembros que en caso de desacuerdo llamarían a
un tercero (umpire).
95 Comisión Especial creada por la Special Claims Convention entre Estados Unidos y
México del 21 de marzo de 1924.
96 Iran-U.S. Claims Tribunal, establecido por los Acuerdos de Algeria (“Algiers Accords”) de
1981 al tenor de los cuales Irán liberó a los rehenes de Estados Unidos a cambio de la
liberación de activos de Irán por parte de Estados Unidos y el desechamiento de
procedimientos seguidos en dicho país como resultado de la invasión de manifestantes de
la Embajada de Estados Unidos en Irán el 4 de noviembre de 1979.
97 United Nations Claims Commission (“UNCC”). Podría cuestionarse si se trata de
‘arbitraje’ pues la UNCC es un órgano administrativo que decide no hace determinaciones
sobre responsabilidad (misma que está dada  la Resolución 687 del Consejo de
Seguridad hizo responsable a Irak bajo derecho internacional por la ocupación ilícita de
Kuwait), su misión es compensar a las víctimas de la invasión de Kuwait por Irak por los
daños sufridos. La UNCC ventiló y resolvió 900,000 reclamaciones individuales por
salidas forzadas, 6,000 reclamaciones individuales por daños personales o muerte; 1.7
millones de reclamaciones individuales de hasta US$100,000 y casi 11,000 reclamaciones
individuales que excedían US$1,000,000. (Dado que he hecho alusión al cuestionamiento
sobre la naturaleza, me pronunciaré: sí se trata de arbitraje. El que su misión (y litis) sea
limitada no muda su naturaleza.)
28

5. Las comisiones ad hoc establecidas entre la República de Etiopía y el


Estado de Eritrea para poner fin a la disputa territorial entre dichos países
y para arbitrar las reclamaciones que resultaron de las violaciones al
derecho internacional humanitario.98
6. El arbitraje de inversión  que despolitiza controversias entre
inversionistas extranjeros y Estados anfitriones de inversiones, mismas
que históricamente han llegado a dar lugar a incidentes bélicos.99
7. El arbitraje deportivo, que ha servido como foro para dirimir
eficientemente controversias entre deportistas.100
8. El arbitraje de comercio internacional, gracias al cual en la actualidad se
ha procurado un Estado de Derecho del comercio internacional nunca
antes presenciado.101
9. La Comisión de Bosnia y Herzegovina102 establecida mediante el Dayton
Peace Agreement que puso fin a la Guerra de los Balcanes entre Bosnia y
Herzegovina y que busca ventilar y resolver las reclamaciones por bienes
inmuebles cuya enajenación no fue voluntaria.103
10. Es probable que se generen comisiones que ventilen y resuelvan
reclamaciones derivadas de los conflictos humanitarios en Rwanda, Sierra
Leone y Congo.
11. Importantes obras de infraestructura, dentro de las cuales resalta por su
importancia las disputas derivadas del Túnel entre Francia y Reino
Unido,104 mismas que fueron ventiladas mediante arbitraje ante la Corte

98 Acuerdo de Amistad (Peace Agreement) del 12 de diciembre de 2000.


99 Por ejemplo, la práctica del Gunboat Diplomacy. A su vez, el derrocamiento del
Gobierno de Mossadegh en Irán y de Allende en Chile fueron instancias evidentes de uso
de la fuerza en relación con esta materia.
100 Para abundar ver González de Cossío, ARBITRAJE DEPORTIVO, Ed. Porrúa, México, D.F.,
2006.
101 Podría cuestionarse la importancia de esta disciplina. Es enorme. El bienestar del
consumidor mundial nunca ha sido mejor gracias a la Organización Mundial de
Comercio. Por si fuera poco, hay quien postula un nexo entre las políticas proteccionistas
de principios del Siglo XX y los sentimientos sociales que dieron lugar a la Primera y
Segunda Guerra Mundial.
102 Commission for Real Property Claims and Displaced Persons and Refugees from Bosnia
and Herzegovina.
103 Durante el periodo de guerra existieron un sinnúmero de ‘transacciones’ mediante
violencia o lesión (duress), sin que existiera documentación confiable sobre la misma.
104 In the matter of an Arbitration before a Tribunal constituted in accordance with Article
19 of the Treaty between the French Republic and the United Kingdom of Great Britain
and Northern Ireland, concerning the Construction and Operation by Private
Concessionaires of a Channel fixed link signed at Canterbury on 12 February 1986,
entre, por un lado (como demandantes) The Channel Tunnel Group Limited y France-
29

Permanente de Arbitraje de La Haya. El Tribunal Arbitral la calificó como


la obra financiada en forma privada más grande de la historia.105
Ante la clara utilidad para resolver problemas sociales serios, es de esperarse que
la judicatura apoye la institución. Sería una lástima que un instrumento tan útil
fuera tornado inefectivo por mal derecho proveniente de la judicatura.
Convertiría a México en una paria legal.
En el contexto del papel que el arbitraje ha jugado en el derecho
internacional privado, un tema que se torna relevante, el cual ahora analizaré: la
teoría de la deslocalización.

VI. DESLOCALIZACIÓN DEL ARBITRAJE

A. INTRODUCCIÓN

Un tema recurrente en el desarrollo del arbitraje ha sido lo que la doctrina ha


denominado el ‘arbitraje deslocalizado’,106 ‘a-nacional’ o ‘trasnacional’. La teoría
postula que el arbitraje, como mecanismo idóneo para resolver los problemas
suscitados por las relaciones jurídicas trasnacionales, debería estar regulado por
normas trasnacionales que no se vieran afectadas por normas aplicables a
procedimientos locales.
En un mundo en donde las fronteras importan cada vez menos, las mismas
(y la divergencia regulatoria que generan) no deberían incidir en el mecanismo
que busca resolver controversias derivadas de relaciones trasnacionales. La
deslocalización es un resultado de la internacionalización, y surge de la idea que
partes de diferentes países, con la finalidad de alcanzar neutralidad, desean evitar
en la mayor medida posible la intervención de sus respectivas cortes estatales y la
aplicación de las leyes de sus respectivos países.107
Lo anterior implica que la ‘sede’ o ‘lugar de un arbitraje’ debe carecer de
impacto en la consecución de un procedimiento arbitral. Es decir, la sede del

Manche, S.A., y, como demandados, The Secretary of State for Transport of the
Government of the United Kingdom of Great Britain and Northern Ireland y Le Ministre
de l’Équipement, des Transports, de l’Aménagement du Territoire, du Tourisme et de la
Mer du Gouvernement de la République Française. Laudo Parcial del 30 de enero de
2007.
105 En palabras del Tribunal: “[the] … largest privately-financed infrastructure project in
history… financed without recourse to government funds or to government guarantees of
a commercial or a financial nature ”). (Párrafo 55 del Laudo Parcial del 30 de enero de
2007).
106 He utilizado el término “deslocalización” como traducción del término “delocalization” en
inglés.
107 Pierre Mayer, THE TREND TOWARDS DELOCALIZATION IN THE LAST 100 YEARS, EN
INTERNATIONALISATION OF INTERNATIONAL ARBITRATION, The LCIA Centenary Conference,
Graham & Trotman/Nijhoff, 1993, pg. 37.
30

arbitraje sería irrelevante en la regulación del procedimiento arbitral. Sin


embargo, por motivos que se abordarán con contadas excepciones, el objetivo no
ha sido totalmente logrado.

B. EL DEBATE ACADÉMICO

Durante el último siglo ha existido un debate intelectual sobre cuál derecho, de


existir, debe darle el efecto vinculatorio y eficacia al arbitraje y por ende su
eficacia: el derecho arbitral o lex arbitrii.
A continuación resumiré dicho debate. Una advertencia preliminar es
relevante. El mismo es de conocerse no por un deseo de profundizar en
abstracciones, sino por que tiene implicaciones prácticas importantes,
particularmente para países que están en vías de definirse sobre estos temas,
como es el caso de México y otros países en América Latina.
Existen dos escuelas principales que han moldeado los derechos arbitrales:
la de localización y la de deslocalización.108
En términos generales la corriente de pensamiento de la localización
postula que un procedimiento arbitral tiene que tener alguna ubicación que sirva
de nexo para regular y darle eficacia al mismo. La deslocalización considera que
el arbitraje no necesariamente está anclado en un orden jurídico particular. Su
trasfondo psicológico es que no existe necesidad alguna de respetar normas
imperativas de cualquier derecho nacional. Busca dos objetivos: primero, sacar
de la ecuación al derecho nacional y las decisiones nacionalistas. Segundo, crear
un corpus legal arbitral internacional.
Comentaré ahora las escuelas no por su género sino por su especie.

1. Teorías de la Sede

a) Territorialistas

Las teorías de la sede ponen énfasis (excesivo para algunos) en la conexión


territorial entre un arbitraje internacional y el Estado de la sede del
procedimiento. Aseveran que el soberano local tiene que tener competencia para
regular todas las actividades que tengan lugar dentro de su ámbito, y ello incluye
al arbitraje.109 Un precursor que ejemplifica este corriente es Francis Mann,
quien postulaba:110

108 Giorgios Petrochilos, PROCEDURAL L AW IN INTERNACIONAL ARBITRATION, Oxford, 2004, pg.


21.
109 Mann, 2 Arb Int., pg. 246, 1986.
110 Dicey & Morris, 2000, Rule 17, Restatement (Second) of Conflict of laws, s 122; ALI
Transnational Rules of Procedure (Discussion Draft, 199), Rule 6. Sus palabras son
31

Arbitraje internacional es un error de nomenclatura pues todo arbitraje


está ‘sujeto a un sistema específico de derecho nacional’.
A los ojos de estos expertos, existe un sistema jurídico local que se impone
irrespectivamente de la voluntad de las partes. Esta es la ‘lex loci arbitri’. En sus
palabras:111
Todo derecho o facultad de la que goza una persona privada está
necesariamente conferida por, o derivada de, un sistema de derecho local
que por conveniencia y tradición se llama lex fori, aunque sería más
exacto (pero menos familiar) aludir como lex arbitri o, su francés, loi
d’arbitrage.
En forma relacionada, Niboyet razonaba que:
El árbitro imparte justicia, y la impartición de justicia es siempre una
emanación del soberano loca. Cada país decide bajo qué condiciones la
justicia arbitral puede ser impartida en su territorio y elimina así la
competencia de sus tribunales. Por ende, los árbitros imparten justicia
por delegación del soberano territorial.112
Expertos contemporáneos critican esta idea haciendo ver que el vínculo
territorial se torna en una ficción.113 Los procedimientos arbitrales no tienen o
tienen que tener un único lugar físico. La sede per se no genera una conexión
significativa. Recalcan que la dinámica de la realidad rápidamente supera esta
noción. El territorialismo es simplemente inapropiado para una actividad que es
inherentemente móvil. Citando un caso paradigmático: 114
El tribunal arbitral no le debe una sumisión previa a las normas de un
Estado particular; por ende, no tiene una obligación directa de vindicar
los dictados de su derecho escrito. El tribunal … está obligado a proteger
los intereses de las partes…

“International arbitration is a misnomer, because every arbitration is ‘subject to a specific


system of national law’”.
111 “Every right or power a private person enjoys is inexorable conferred by or derived from a
system of municipal law which may conveniently and in accordance with tradition be
called the lex fori, though it would be more exact (but also less familiar) to speak of the
lex arbitri or, in French, la loi de l’arbitrage.”
112 Traité VI, 1949, 135. (“l’arbitre rend la justice; or rendre la justice est toujours une
émanation de la souveraineté locale. Chaque pays décide à quelles conditions la justice
arbitrale peut etre rendue sur son territoire et faire échec à la compétence de ces
tribunaux. Les arbitres rendent alors la justice par délégation du souverain territorial…”)
113 Petrochilos, pg. 24.
114 Mitsubishi Motors Corp. v. Soler Chrysler-Plymouth, Inc. 473 US 614, 636 (1985). “The
international arbitral tribunal owes no prior allegiance to the legal norms of particular
state; hence, it has not direct obligation to vindicate their statutory dictates. The tribunal
… is bound to efectuate the interests of the parties…”.
32

b) Selección de foro imputada

En 1957 el Institut du Droit International adoptó la resolución “Arbitration in


Private Internacional Law” que, aunque ha tenido un impacto limitado en las
legislaciones nacionales o práctica arbitral, merece ser comentada.
Dicho instrumento tomó como base el razonamiento de Profesor Sauser-
Hall quien utilizó un método conflictual. Es decir, de derecho internacional
privado. Él propugnaba una teoría mixta o híbrida que llamó teoría
jurisdiccional atenuada (“théorie juridictionelle atténué”), y que reconocía el
pedigrí contractual del arbitraje pero ponía énfasis en el hecho de que el acuerdo
arbitral le quitaba jurisdicción a los tribunales ordinarios.115 Es decir, el acuerdo
arbitral era considerado en esencia una cláusula de foro. Ello pues derogaba
jurisdicción. Concebía a los árbitros como sustitutos de los jueces.

c) Comentario sobre las teorías

Ambas teorías pecan de ponerle demasiado énfasis en la sede para aplicar el


derechos sustantivo y le ponen poco énfasis al origen contractual y papel
internacional del arbitral.

2. Localización legal

Si bien las teorías que toman como punto de conexidad relevante a la sede han
dominado, han existido otros criterios de vinculación que merecen ser
comentados.

a) Criterio de derecho procesal

Los profesores Brachet116 y Riezler117 y (más recientemente) Ernst Mezger y el


Profesor Habscheid118 consideran que el derecho arbitral es en esencia procesal.
Por ende, es el derecho de la sede el que controla.
Su diferencia con las teorías de la sede es en esencia de perspectiva. El
derecho aplicable al arbitraje en su totalidad es un derecho que las partes escogen
como aplicable al procedimiento arbitral, lo cual se deriva de la selección de la
sede. Parte de la premisa que el derecho arbitral es en esencia procesal y el
derecho de la sede es el que controla.

115 Petrochilos, pg. 27


116 DE L’EXECUTION, 1928, pg. 12.
117 INTERNATIONALES ZIVILPROZESSRECHT, 1949, pg. 616.
118 MÉLANGES MAURY I, 1960, pg. 273 en INTERNATIONAL TRADE ARBITRATION.
33

b) Teoría de la continuidad jurídica

Según esta teoría (‘Legal Continuum Theory’), el arbitraje, como proceso, deriva
del acuerdo para arbitrar, cuyo derecho aplicable (‘proper law’) debe regir en
todos sus aspectos. El arbitraje es concebido como una cadena de actos jurídicos
que deben estar regidos por un sólo derecho, mismo que es escogido por las
partes para regir el acuerdo arbitral.119

c) Criterio de la jurisdicción desplazada

Esta escuela (‘Displacement of Jurisdiction Criterion’) considera que la lex


arbitrii debe ser el derecho de las cortes que hubieran tenido jurisdicción en
ausencia del acuerdo arbitral.120 La premisa parece ser que el procedimiento
arbitral resultará en un laudo que excluye, y por ende tomar el lugar de, la
sentencia que derivaría de la jurisdicción local.

3. Deslocalización

Dentro de esta escuela de pensamiento pueden discernirse dos tendencias


distintas: la contractualista y la trasnacionalista.

a) Teoría de las Deslocalización mediante contrato

Los precursores de esta corriente (‘Delocalization by contract theory’) postulan


que el arbitraje es un animal contractual cuya validez es una cuestión regida por
derecho contractual. Por ende, ninguna jurisdicción debe tener competencia
‘exclusiva’ para dar validez al laudo arbitral. No es necesario que una valide al
laudo. Su fuerza vinculatoria deriva de las diversas leyes y foros cuya asistencia
puede ser solicitada para ejecutar. La validez del laudo arbitral se observa
cuando se ejecuta. Dado que ello puede tener lugar en muchos países, nunca
existirá —ni debe existir— un sólo país determine la validez de un laudo.121

b) Arbitraje trasnacional

Esta corriente de opinión parte de la premisa que la validez del arbitraje


internacional puede ser determinada por referencia a un ‘derecho trasnacional’.
Es decir, un derecho que no es ni nacional ni internacional, sino al margen de
ambos.122

119 Klein, FESTGABE SCHWEIZERISCHEN JURISTENTAG, 1963, 145.


120 Anzilotti, 1906.
121 Petrochilos, pg. 39.
122 Petrochilos, pg. 35.
34

El Profesor Fragistas fue el primero en proponerla argumentando que en


arbitraje internacional las partes no están libres de hacer una elección del
derecho procesal y sustantivo aplicable, sino que desligan al arbitraje del derecho
nacional y lo someten directamente al derecho internacional.123
Goldman, Fouchard y Lalive124 postulan que el derecho internacional
(visto en derecho nacional, tratados internacionales y reglamentos arbitrales) da
a las partes libertad para diseñar su procedimiento arbitral en la forma que
deseen, sujeto únicamente a reglas que expresen un autentico orden público
internacional.

C. IMPORTANCIA PRÁCTICA DEL DEBATE

El debate anteriormente resumido no es fútil. No se trata de una discusión sobre


el sexo de los ángeles. Impacta cuestiones prácticas e importantes. Un caso
reciente lo demuestra. El caso CCI 10623, como parte del razonamiento seguido
con miras a restar efectos a una medida de un tribunal estatal que buscaba
mermar la eficacia un procedimiento ‘incómodo’ para el Estado de la judicatura
en cuestión, calificó al arbitraje como una ‘criatura’ de contrato. 125 Fue dicha
caracterización, inter alia, la que permitió que el procedimiento arbitral
continuara.126
No es la primera vez que dicho paso se toma. Por ejemplo, dentro del
contexto del tribunal de reclamaciones Irán-EU el Juez Noori explicó que:127
No existe duda alguna que los arbitrajes, sean internacionales o entre
sujetos de derecho privado, derivan su mandato y competencia del
consentimiento y acuerdo de las partes al acuerdo arbitral; por ende, es el
consentimiento de las partes el que determina el ámbito, límites y área de
certidumbre de la autoridad y jurisdicción de un árbitro.

123 Fragistas, RCDIP, 1960, pg. 1, basándose en Goldman, quien argumentaba que el
arbitraje internacional está necesariamente desligado de todos los derechos nacionales.
Fragistas, actuando como árbitro único en el arbitraje CCI 1040/1959, defendió dicha
posición al decir que las partes al acudir a una institución arbitral como la CCI, mostraron
su intención de litigar a un nivel internacional mediante un arbitraje auténticamente
internacional, que tenga lugar al margen de todas las jurisdicciones nacionales (Lew, THE
PLACE OF ARBITRATION, 1992, pg. 82)
124 Un fundamento textual es el artículo V(1)(d) de la CNY que pone la autonomía de la
voluntad por encima del derecho de la sede.
125 Las palabras utilizadas fueron “creature [of the contract]”.
126 Para abundar sobre el mismo puede consultarse A RBITRAJE, Ed. Porrúa, 2004.
127 Watkins-Johnson Company et al v. Iran et al, 22 Iran-US CTR 218, 296, para 56 (Diss
Op Noori)(1989). Sus palabras son: “There can be no doubt that arbitrations, whether
international or between subjects of private law, derive their mandate and competence
from the consent and agreement of the parties to the arbitral agreement; therefore, it is
the parties’ consent that determines the scope, limits and area of certitude of an
arbitrator’s authority and jurisdiction.”.
35

En forma similar un conocido experto inglés, Lord Mustill, explicaba que:128


El arbitraje trasnacional está fundado en la premisa que es contrario a los
intereses de la comunidad mercantil el tolerar un régimen donde los
arbitrajes internacionales tienen que ser sometidos a los diferentes
derechos arbitrales de diferentes países, según ocurra que los mismos
tienen lugar. Esta premisa, que es definitivamente defendible, se
percibida como conducente a la conclusión que, en opinión de este autor,
está abierta a debate, que los derechos arbitrales nacionales son por
definición inaplicables a los arbitrajes internacionales, los cuales se
percibe que ocupan un universo propio completamente desligado de las
preocupaciones mundanas de un sistema nacional de derecho arbitral.
Comprendida la importancia, pasemos a su contenido.

D. CONTENIDO DE LA TEORÍA

El contenido de la teoría puede ser dividido en cuatro vertientes: (1)


deslocalización de la ejecución (que implica que las decisiones locales de nulidad
carezcan de efectos internacionales); (2) deslocalización de la nulidad (implica la
posibilidad de excluir el recurso de nulidad129); (3) deslocalización del
procedimiento arbitral (que propone la exclusión de la aplicación del derecho
arbitral y asistencia judicial al arbitraje); y (4) deslocalización del derecho
aplicable (busca reducir el papel del derecho de la sede del arbitraje).130
Para que lo anterior fuera cierto, el arbitraje tendría que estar totalmente
autocontenido. Es decir, totalmente emancipado y desligado de la sede del
arbitraje de tal manera que su funcionar no dependa de legislaciones y tribunales
nacionales. Paradójicamente, es en esta concepción donde la teoría encuentra al
mismo tiempo tanto su aspecto más progresivo (y emocionante) como su Talón
de Aquiles.
La progresividad de la teoría obedece a que en la mayoría de los casos la
aplicación de un derecho arbitral nacional es innecesario; un tribunal arbitral
puede tener la función de conducir el arbitraje en su mayoría, sin necesidad de
recurrir a un derecho nacional. Dicha posibilidad ha dado lugar a que se emitan

128 Mustill, JOURNAL OF INTERNATIONAL ARBITRATION, 1989, 6:2, 51. Sus palabras exactas son
“Transnational arbitration is founded on the premise that it is contrary to the interests of
the trading community to tolerate a regime in which international arbitrations have to be
submitted to the differing arbitration laws of different countries, according to where the
arbitrations happen to be conducted. This premise, which is certainly defensible, is seen
as leading to the conclusion, which to the present author at least seems altogether more
open to debate, that the local arbitration laws are by definition inapplicable to
international arbitrations, which are visualized as occupying a juristic universe of their
own, detached altogether from the mundane preoccupations of any single national system
of arbitration law.”.
129 Lo cual es posible en algunas jurisdicciones (Bélgica, Malasia, Suiza, Suecia y Tunes).
130 Hamid G. Gharavi, THE INTERNATIONAL EFFECTIVENESS OF THE ANNULMENT OF AN
ARBITRAL AWARD, Kluwer Law International, The Hague, 2002, pgs. 110-111.
36

laudos desligados de cualquier sistema jurídico, lo cual se ha bautizado como


‘laudos flotantes’ (“floating awards”).131
Su Talón de Aquiles consiste en que es difícil pensar en un sistema legal
privado que, aunque transnacional, carezca de un punto de apoyo local. De un
cimiento legal en alguna jurisdicción, la que sea, que nutra de efectividad al
mismo. Sin ella, el edificio legal internacional se desmoronaría.
En forma importante, este paradigma fue el que prevaleció en la mente de
los arquitectos de la Convención de Nueva York.
El análisis anterior hace relevante el tema de la sede, por ser esta
justamente piedra angular sobre la que descansa la infraestructura legal arbitral
internacional. Y dicho ladrillo legal es local
Pero la (excesiva) importancia de la sede del arbitraje no carece de opositores.
Se ha puesto en tela de juicio en base a los siguientes motivos:
1. La selección de la sede con frecuencia es una cuestión de conveniencia
física, no jurídica.
2. La selección de la sede es con frecuencia realizada no por las partes sino
por la institución arbitral que han seleccionado.
3. La selección de la sede con frecuencia se rige por el deseo de neutralidad.
4. Es dudoso que al elegir la sede las partes en verdad hayan tenido en mente
todo lo anterior.
5. El papel del tribunal arbitral es transitorio y la sede no tiene una conexión
necesaria con la controversia.
No obstante lo anterior, la sede del arbitraje ha retenido un papel importante: es
el vínculo mediante el cual se fija la competencia del derecho y tribunales que
asistirán al arbitraje. Sin el mismo, el arbitraje se encontraría impedimentos
prácticos serios. Aún el arbitraje internacional opera dentro de los límites de un
sistema jurídico nacional. Sin el mismo, existen pasos prácticos cuyo
cumplimiento coactivo sería problemático. Por ejemplo la remisión forzosa al
arbitraje, la asistencia en la constitución del tribunal, la obtención de pruebas, el
análisis de validez (nulidad) del laudo, y la ejecución del mismo.
No obstante que el sueño permanece latente e inalcanzado en su
enteridad, existen instancias que lo han logrado, y otras que se aproximan a ello.
Por ejemplo, existen tres tipos de arbitrajes que reúnen los requisitos de un
arbitraje deslocalizado: el arbitraje de inversión bajo el Convenio CIADI, el
arbitraje deportivo bajo el Tribunal Arbitral del Deporte, y el arbitraje en línea. A
su vez, la Convención Europea de 1961 ha ejecutado laudos flotantes. La
posibilidad de ello bajo la Convención de Nueva York se ha visto reducida por la

131 Jan Paulsson, ARBITRATION UNBOUND: A WARD DETACHED FROM THE LAW OF ITS COUNTRY
OF ORIGIN, 30 International and Comparative Law Quarterly, 1981, pg. 358; Jan
Paulsson, DELOCALIZATION OF INTERNATIONAL COMMERCIAL ARBITRATION: WHEN AND WHY
IS MATTERS, 32 International and Comparative Law Quarterly, 1983, pgs. 53-61.
37

circunstancia que dicho instrumento contempla la ejecución de laudos


“extranjeros”, lo cual necesariamente implica que estén ligados a algún sistema
jurídico. Sin embargo, existen casos en los que se han ejecutado laudos a-
nacionales al amparo de la Convención de Nueva York.132 También existen
instancias de casos aislados que, sin llegar a ser arbitrajes deslocalizados, han
involucrado la ejecución por tribunales nacionales de laudos a-nacionales,133 y
han sostenido la posibilidad de contractualmente eliminar el recurso de
nulidad.134
La consecución de la meta parece haber encontrado un paso favorable en
la utilización de la lex mercatoria (derecho mercantil trasnacional) como derecho
substantivo en el cual se fundamenta el laudo.
Tal parece que la deslocalización que se ha logrado se refiere generalmente
al procedimiento arbitral más no al laudo ya que su ejecución será eventualmente
controlada por algún tribunal estatal.
Si bien el derecho arbitral transnacional ha sido descrito como un ideal
teórico, la segunda mejor opción a ello sí parece haber sido lograda en cierta
medida: la uniformidad del derecho arbitral. Es cierto que el derecho arbitral
substantivo trasnacional dista de ser totalmente uniforme; sin embargo, nunca
en la historia se ha alcanzado un régimen tan armónico como el actualmente
existente.135 Es cierto que hay mucho por hacer, pero no hay que perder de vista
los logros alcanzados.

VII. COMENTARIO FINAL

La hora ha llegado para entender que el arbitraje no es simplemente un juicio


más. Es una institución sui generis, que encuentra su razón de ser, modus
operandi, regulación y orientación en una verdad que rebasa las fronteras: la
necesidad de que el derecho sea un instrumento que coadyuve al —y no
obstaculice el— comercio internacional, el cual nos favorece a todos.
La judicatura mexicana tiene una oportunidad valiosa para demostrar que
no es nacionalista ni endocentrista, y que entiende y fomenta tanto los métodos

132 Específicamente, laudos provenientes del Tribunal de Reclamaciones Irán-Estados


Unidos (Ministry of Defense of the Islamic Republic of Iran v. Gould (887 F.2d 1357, 9th
Cir., 1989) e Iran Aircraft Industries and Iran Helicopter and Renewal Company v.
AVCO Corporation (980 F.2d 141, 2d Cir., 1962)).
133 Por tribunales estadounidenses y franceses.
134 Bélgica (artículo 17(3) del Código Judicial de Bélgica) y Suiza (artículo 192 de la Ley de
Derecho Internacional Privado Suizo). En Groupement d’Enterprises Fougerolle et
Consorts, BGE, 21 de diciembre de 1992, 118 I b, 562, 568) se sostuvo el derecho de
partes extranjeras de eliminar contractualmente la revisión judicial del laudo en ciertas
circunstancias limitadas.
135 Ello ha sido posible mediante la exitosa ratificación de la Convención de Nueva York y
adopción de la Ley Modelo de la UNCITRAL.
38

como los beneficios de ser abiertos a los paradigmas jurídicos internacionales


más aceptados. Esta oportunidad consiste en continuar con la tendencia que la
Suprema Corte de Justicia de la Nación ha recientemente iniciado, venciendo la
tentación de interpretar la regulación y práctica arbitral bajo esquemas
meramente nacionales, por más justificado que estos sean en nuestras
instituciones y prácticas vernaculares.
El arbitraje à la mexicaine puede —y debe— tener un sabor nouvelle
cuisine, para satisfacer los paladares internacionales más exigentes, so pena de
ser rechazado por insípido.
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LO ESPECIAL DEL PROCEDIMIENTO


ABREVIADO

Miguel Ángel Rodríguez Vázquez*

Sumario: I. Introducción. II. Antecedentes y características del sistema


acusatorio. III. El procedimiento abreviado mexicano. IV. Consecuencias del
procedimiento abreviado. V. Conclusiones. VI. Bibliografía.

I. Introducción

Como forma de terminación anticipada del proceso, el procedimiento abre-


viado está regulado por el Código Nacional de Procedimientos Penales y es
de los más socorridos en la práctica, en virtud de que lo hace breve al obviar-
se el ofrecimiento y desahogo de pruebas, con el consiguiente aligeramiento
de la carga de trabajo para los tribunales y la disminución de los costos que la
realización del juicio oral implica.
No obstante, en la práctica, en algunos tribunales del país se sustan-
ciaba el procedimiento abreviado utilizando ciertas reglas y principios que
están consagrados para el procedimiento ordinario, específicamente, ciertas
normas del juicio oral, como las relativas a la valoración de los medios de
convicción a los que se refiere el artículo 20, apartado A, fracción VII, de la
Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.
Cabe mencionar que en relación con dicha práctica, producto de una
interpretación constitucional, en la que se asemejan el procedimiento ordi-
nario y el procedimiento abreviado, la Primera Sala de la Suprema Corte
de Justicia de la Nación, en el Amparo directo en revisión 1619/2015, fijó
una serie de criterios que difieren de la misma.

*
Catedrático e investigador de la Universidad Juárez del Estado de Durango. Investi-
gador nivel I del Sistema Nacional de Investigadores del Conacyt Miembro asociado de la
sección mexicana del Instituto Iberoamericano de Derecho Constitucional. Magistrado en
retiro del Tribunal Superior de Justicia del Estado de Durango.

147

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148 MIGUEL ÁNGEL RODRÍGUEZ VÁZQUEZ

En este trabajo se analizará la situación descrita y se fijará la postura


que asumimos al respecto, por lo que se pretende demostrar que el procedi-
miento abreviado no guarda coherencia total con el sistema acusatorio al no
observarse algunos principios que son la guía de éste, por lo que pondremos
de manifiesto los problemas que acarrea el diseño, así como las consecuen-
cias en el terreno práctico.
Algunas de las preguntas que nos planteamos y que ameritan respuesta
para alcanzar el anterior objetivo son las siguientes: ¿cuál es la naturaleza
jurídica del procedimiento abreviado?, dicho procedimiento ¿guarda co-
herencia con el sistema acusatorio?, ¿qué principios constitucionales le son
aplicables?, ¿qué problemas se pueden generar en la práctica con su aplica-
ción? Por tanto, debemos analizar la naturaleza y las notas que lo caracte-
rizan, y a partir de ello explicarnos las causas por las que se han presentado
algunos problemas en su interpretación y puesta en práctica, por lo que acu-
diremos al análisis de la Constitución, así como de algunos de los criterios
que se han fijado por los diferentes tribunales del país, preponderantemente
por la Suprema Corte de Justicia de la Nación.
El trabajo se divide en tres partes. En la primera, se trata de dejar en
claro cuáles son las características del sistema acusatorio desde un punto de
vista teórico, y diferenciarlas de las que se pueden adscribir en cada país en
que sea adoptado, en un momento concreto. En la segunda parte, se trata
de identificar las notas relevantes del procedimiento abreviado, con la finali-
dad de saber si existe tal coherencia entre éste y aquél. Una vez hecho lo an-
terior, se procederá a analizar, de acuerdo con la forma en que está regulado
ese procedimiento en México, si cumple con la totalidad de los principios
constitucionales que rigen al sistema acusatorio o no. En la tercera parte, se
identifican los problemas que se presentan por las consecuencias generadas
por el procedimiento abreviado para el garantismo y la justicia mexicana.
Por último, se formulan las conclusiones del trabajo.

II. Antecedentes y características del sistema acusatorio

Para conocer la esencia de las instituciones y de los procedimientos que han


estado vigentes durante diversas épocas, es menester echar una mirada hacia
atrás, para conocer las causas de su nacimiento y de la forma en que han
evolucionado, empero, no con el ánimo de juzgar, ya que “la historia no es
juzgar; es comprender y hacer comprender”.1
1
Febvre, Lucien, Combates por la historia, Barcelona, Ariel, 1974, p. 67, citado por Flores-
cano, Enrique, La función social de la historia, México, Fondo de Cultura Económica, 2012, p. 58.

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LO ESPECIAL DEL PROCEDIMIENTO ABREVIADO 149

Realizar el estudio de los antecedentes históricos del sistema acusatorio


es, precisamente, la forma de comprender el surgimiento de ese método de
enjuiciamiento penal y de otros más que han estado vigentes en el devenir
de los tiempos, pero ¿en qué aspectos centrarnos de ese devenir histórico?
Consideramos obligado referirnos a la organización política, cuya preten-
sión es abarcar todos los espacios para ejercer su dominación, y uno de ellos
es el procedimiento penal. Aunado a tal elemento sumamos el cultural, para
que nos dé mayor comprensión del procedimiento penal mexicano.2 Esos
dos elementos determinan la forma de estructurarlo, los roles que tienen sus
intervinientes y los ritos que lo acompañan.3
Para tener en claro las características del proceso, es necesario hacer el
estudio de la titularidad del ejercicio de la acción penal.4 Así, en la Repúbli-
ca romana el ciudadano particular era quien ejercía la acción penal, no un
funcionario del Estado, por lo que tenía la carga de la prueba, y quien solu-
cionaba la controversia tomaba el papel de espectador, para mantener la im-
parcialidad. De ahí que el proceso penal no era una actividad oficial de ave-
riguación de las conductas delictivas, sino una disputa entre partes iguales.
Lo anterior así sucedía, habida cuenta que el ciudadano tenía la libertad
de ejercer sus derechos, pues era quien había sufrido la conducta delictiva
en sus bienes jurídicos. Los ciudadanos podían presentar denuncias, debido
a que tenían la convicción de que era su responsabilidad la conservación del
bien público, y no solamente de las autoridades.5
2
“Por esto es que, sea cual fuere la justicia y la pertinencia de la oposición de Damaska,
es necesario complementarla con una aproximación cultural que no se detenga en las reglas,
sino que, además, vaya a la manera en que éstas son recibidas por cada pueblo”. Garapon,
Antoine y Papadopoulus, Ionnis, Juzgar en Estados Unidos y en Francia. Cultura jurídica francesa y
common law, trad. Viviana Díaz Perilla, Bogotá, 2006, p. 39.
3
En esta primera parte en la que pretendemos dar un soporte histórico al conocimien-
to del sistema acusatorio nos auxiliaremos de una de las obras más importantes que se han
escrito sobre derecho procesal penal en el que se contienen los fundamentos del derecho
continental europeo y del anglosajón, misma que se basa en el estudio de las relaciones entre
la política y la justicia, de tal manera que considera que se debe estudiar la organización
del Estado “que deja algunas marcas en el proceso legal” y las funciones del Estado, cuyas
visiones acerca de las mismas “informan las visiones sobre el propósito de la justicia” que
permite la elección de muchos de los arreglos del procedimiento”. Damaska, Mirjan R., Las
caras de la justicia y el poder del Estado. Análisis comparado del proceso legal, trad. Andrea Morales
Vidal, Santiago, Editorial Jurídica de Chile, 2000. Aunque dicho enfoque en el trabajo que
se presenta lo complementamos con el análisis cultural.
4
“Que consiste en acusar a alguien de la comisión de un delito, en consecuencia, la
puesta en marcha del ius puniendi del Estado”. Díez-Picazo, Luis María, El poder de acusar.
Ministerio Fiscal y constitucionalismo, Barcelona, Ariel, 2000, p. 11.
5
“En Roma estaba permitido que un ciudadano acusase a otro. Se había establecido
esto siguiendo el espíritu de la República, en la que cada ciudadano debe observar un celo

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150 MIGUEL ÁNGEL RODRÍGUEZ VÁZQUEZ

Entonces, si el proceso no se incoaba de oficio, sino a iniciativa de un


particular, mediante la denuncia respectiva, quien la presentaba estaba obli-
gado a sostenerla, lo cual le generaba derechos y obligaciones.6 Posterior-
mente, se llegaba al iudicium publicum oral, y luego se formaba un consilium de
jueces. El debate en la audiencia quienes intervenían eran las partes priva-
das, en tanto que el jurado se concretaba a escuchar los interrogatorios y sus
posicionamientos. Por su parte, el inculpado ejercía su defensa ampliamen-
te.7 Finalmente, el jurado votaba y declaraba si era culpable o no.
Cuando cayó la República en Roma y se transformó su organización
política, consecuentemente, cambió el procedimiento penal, comenzando
con que la denuncia ciudadana fue sustituida por delatores, la oculta calum-
nia, que fue útil a los intereses de la tiranía. Lo anterior determinó que en el
procedimiento penal comenzara a tener lugar el secreto y los procedimien-
tos escritos, se acabó con la publicidad y oralidad, además, se privilegió la
confesión del inculpado.8 Posteriormente, al caer el Imperio romano, se re-
tomaron las características del sistema acusatorio.
Durante la época de la Inquisición, la acusación fue pública, pues se
tenía la concepción de que si se cometía un delito, se ofendía a Dios. Las
autoridades dirigían la investigación, por lo que no había contradicción,
sino que se hacía uso del interrogatorio para saber los motivos por los que
se había pecado contra el Señor. Incluso, Inocencio III autorizó que fueran

ilimitado por el bien público, y donde se supone que cada ciudadano tiene todos los derechos
de la patria en sus manos”. Montesquieu, Carlos Luis de Secodant, Baron de Brède y de, El
espíritu de las leyes, libro VI, capítulo VIII, trad. de Nicolás Estevanez y Matilde Huici, Buenos
Aires, El Ateneo, 1951, pp. 103 y 104.
6
“Este procedimiento no se incoaba nunca de oficio… sino que presuponía siempre la
denuncia… de un particular. Esta denuncia era ahora, en realidad, una acusación; pero si el
magistrado competente la admitía (y respecto a ella, al menos en ciertos casos, no tenía que
decidir él mismo, sino un consilium formado por jueces), desde ese momento el denunciante
adquiría los derechos y deberes de una parte procesal; en lo sucesivo sería él quien tendría
que llevar al adversario ante el tribunal del delito”. Kunkel, Wolfgang, Historia del derecho
romano, trad. de Juan Miquel, Barcelona, Ariel, 1966, 2009, p. 75.
7
El historiador citado con antelación menciona lo siguiente: “el acusado podía, ade-
más, hacerse representar, en un momento dado, hasta por seis abogados. A ellos y a él se les
concedía, en virtud de disposiciones legales expresas, un tiempo para hablar extraordinaria-
mente amplio y medido por el reloj de agua; en total, una vez y media del tiempo de que
disponía la acusación”. Ibidem, p. 76.
8
“Nació así, con la cognitio extra ordinem, el proceso inquisitivo, tramitado y decidido ex
officio, en secreto y sobre documentos escritos, por magistrados estatales delegados del prínci-
pe (los irenarchi, los curiosi, los nunciatores, los stationari) basado en la detención del causado y su
utilización como fuente de prueba, muy pronto acompañada de la tortura”. Ferrajoli, Luigi,
Derecho y razon. Teoría del garantismo penal, 8a. ed., trad. por Perfecto Andrés Ibáñez y otros,
Madrid, Trotta, 2006, p. 565.

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LO ESPECIAL DEL PROCEDIMIENTO ABREVIADO 151

torturados los sospechosos de herejía (era muy grave, además de la blasfe-


mia y el adulterio). Por tal motivo, se realizaron fuertes críticas contra esas
prácticas del sistema inquisitivo y a los resultados que condujo.9
Con motivo de la Revolución francesa se implantó el sistema acusatorio,
de tal manera que el ciudadano tenía el derecho de presentar su denuncia,
y a él correspondía la carga de probar, en tanto que el inculpado tenía la
oportunidad de defenderse, y así sostener el principio acusatorio.
Durante la era de Napoleón Bonaparte se adoptó un sistema mixto, que
se caracterizaba la primera fase por tener rasgos inquisitivos, como la escri-
tura y la secrecía, para pasar después a rasgos acusatorios en la otra fase.10
Para tener una comprensión más amplia del sistema acusatorio, ha-
remos mención, aunque sea someramente, de los casos de Inglaterra y los
Estados Unidos. Por lo que se refiere al primero, los ingleses conceptúan
al sistema acusatorio como una disputa entre dos particulares, en la que el
tribunal no actúa de oficio para evitar que se rompa con la igualdad de las
partes que debe prevalecer durante el proceso. En el juicio prevalece la pre-
sunción de inocencia, y no puede ser declarada culpable una persona, sino
solamente cuando se compruebe su responsabilidad “más allá de toda duda
razonable”. Además, el público puede asistir para escuchar las pruebas que
se desahogan ante el tribunal, salvo ciertos casos que se tratan en privado.
En el common law se conceptúa a las personas como seres libres, autóno-
mos y capaces de decidir sobre su propio destino; por tanto, les corresponde
poner en funcionamiento la maquinaria estatal, aunque las acusaciones se
presentan a nombre de la Reina.
En la historia de la acusación en Inglaterra se debe conocer el papel que
jugó el grand jury, que lo integraba gente de la comunidad y hacía las veces
de jurado de acusación, ya que tenían la posibilidad de tener noticia y de
conocer los pormenores de los hechos al ser comunidades pequeñas, y más
bien rurales. Al volverse más compleja la estructura de las sociedades, cam-
bió la función del gran jurado para ser un “mecanismo de control previo de
la consistencia de la acusación, es decir, dado que su veredicto favorable, era
requisito necesario para poder abrir el juicio, el gran jurado comenzó a ope-

9
“Fue durante esos siglos de ignorancia, superstición, fraude y barbarie cuando la Igle-
sia, que sabía leer y escribir, dictó sus leyes a toda Europa, que no sabía más que beber,
combatir y confesarse con los curas. La iglesia hizo jurar a los príncipes que habrían de
exterminar a todos los herejes… “La herejía resulta el crimen más grave...”. Voltaire, prix de
la justice, pp. 547 y 548. Cit. por Ferrajoli, Luigi.
10
Por tal motivo, hay quien lo califica como “una monstruosa mezcolanza del proceso
inquisitivo y acusatorio”. Pagano, Considerazioni sul proceso criminale, Nápoles, 1799, p. 80, cit.
por Ferrajoli, Luigi.

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152 MIGUEL ÁNGEL RODRÍGUEZ VÁZQUEZ

rar como filtro de la seriedad y solidez de las pruebas de cargo”.11 En 1937


desapareció el gran jurado. A los policías se les concibe como ciudadanos
privados, de tal manera que hay que entender que la acción penal es como
una “función pública difusa”.12
Empero, lo anterior debe quedar bien explicado, en el sentido de que
aun cuando la acción penal es ejercida por los particulares, no debe ser en-
tendida como una auténtica acción popular, “los particulares no gozan, en
cuanto tales, de legitimación activa para iniciar el proceso penal, pues sólo
en nombre de la Corona pueden ejercer la acción penal. Se está en presen-
cia, más bien, de una especie de delegación tácita de la Corona —o, en tér-
minos modernos del Poder Ejecutivo— a los particulares”.13
El sistema inglés fue la fuente para el sistema acusatorio de los Estados
Unidos; empero, por ser diferente el contexto, debemos advertir que este
último tiene características propias; por ejemplo, el gran jurado permanece
con funciones muy específicas.
Por otra parte, coincidimos con Muñoz Neira en el sentido de que no
es exacto hablar de un modelo único de sistema acusatorio en los Estados
Unidos, pues se debe tomar en cuenta que tiene un sistema federal:

…sino por lo menos 52 procesos diferentes, aunque obviamente con notables


similitudes. La razón es que estamos delante de 52 jurisdicciones distintas,
que gozan de una relativa autonomía: 50 estados federados, más el Estado
federal como tal, más el Distrito de Columbia, donde está la capital federal,
Washington, esto sin contar con territorios estadounidenses no incorporados
como Guam o Islas Vírgenes, o el Estado Libre Asociado de Puerto Rico.14

A pesar de lo anterior, se mantienen los rasgos del sistema acusatorio


de raíces inglesas, pues se trata de un “proceso de partes donde la afectada
tenía la carga de probar la violación de su derecho imputable al acusado.
Cuando la acusación dejó de ser función de la víctima, para ser asumida por
el Estado en nombre de la comunidad como un todo, la carga probatoria
continuó sobre los hombros del acusador”.15
Con los anteriores datos históricos podemos identificar los rasgos bási-
cos del sistema acusatorio, que a nuestro entender lo caracterizan la sepa-

11
Díez- Picazo, Luis María, op. cit., p. 40.
12
Ibidem, p. 38.
13
Idem.
14
Muñoz Neira, Orlando, Sistema penal acusatorio de Estados Unidos, Bogotá, Legis, 2006,
pp. 122 y 123.
15
Ibidem, p. 131.

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LO ESPECIAL DEL PROCEDIMIENTO ABREVIADO 153

ración tajante entre el juez y la acusación, por lo que la carga de probar la


responsabilidad del inculpado corresponde al acusador, lo que implica que
se debe hacer efectivo el derecho de defensa en un plano de igualdad con la
acusación; además, prevalecen la publicidad y la oralidad.16
Al igual que en todo proceso penal, se busca “castigar al delincuente”
una vez que se han probado los hechos que se le imputan y la responsabi-
lidad en su comisión, pero como no es la única finalidad del proceso, pues
como existe la posibilidad de que no sea culpable, sino inocente, también lo
es la protección de las personas que tengan tal calidad.17 De ahí que Ferrajo-
li exprese lo siguiente: “la historia del proceso penal puede ser leída como la
historia del conflicto entre ambas finalidades (el castigo de los culpables y
la tutela de los inocentes), lógicamente complementarias pero contrastantes
en la práctica”.18
Entonces, según se ponga el énfasis en una u otra finalidad, es que se
diferencia el sistema acusatorio del sistema inquisitivo. En este último se pri-
vilegia el castigo de los culpables; consecuentemente, el proceso penal está
organizado de tal forma para alcanzar dicho objetivo, en tanto que en el
sistema acusatorio se pone el acento en la tutela de los inocentes, de ahí que
en el proceso penal haya una serie de principios que le den garantía de
que será sometido a un juicio justo.
Los sistemas antes mencionados parten de fundamentos distintos y eso
trae como consecuencia, como lo expone Ferrajoli, que sean diferentes sus
epistemologías, en el sistema inquisitivo existe el dictum de un solo sujeto,
la relación es vertical entre inquisidor e inquirido, el juez actúa unilateral-
mente, en tal virtud, tiene como base una epistemología sustancialista y
decisionista; por el contrario, en el sistema acusatorio la contienda es entre
varios, hay una relación triangular entre las partes y el juez, en donde la
autoridad judicial es un tercero separado de la acusación; por tanto, tiene
como fundamento una epistemología falsacionista; esto es, se deben probar
empíricamente los hechos.19
En tal virtud, en el sistema inquisitivo el juez tiene un papel muy acti-
vo, ya que no se limita a pronunciar sentencia, sino que posee amplias fa-
16
“…sí forman parte del modelo teórico como de la tradición histórica del proceso acu-
satorio la rígida separación entre juez y acusación, la igualdad entre acusación y defensa, la
publicidad y la oralidad del juicio”. Ferrajoli, Luigi, op. cit., p. 563.
17
En nuestra Constitución federal se consagra en el artículo 20 apartado A fracción I lo
siguiente: “El proceso penal tendrá por objeto el esclarecimiento de los hechos, proteger al
inocente, procurar que el culpable no quede impune y que los daños causados por el delito
se reparen”.
18
Ferrajoli, Luigi, Derecho y razón, cit., p. 604.
19
Ibidem, pp. 603-606.

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154 MIGUEL ÁNGEL RODRÍGUEZ VÁZQUEZ

cultades para conocer la verdad; por ende, puede ordenar que se recaben
determinados medios probatorios, interrogar a los testigos, incluso formular
la acusación. En el sistema acusatorio el juez es solamente espectador,
pues la acusación la formula una de las partes, y la otra se encarga de refu-
tarla, generándose puntos de vista contrastantes, lo que le da información
para tomar la decisión final.
Con base en la exposición antes realizada, es que podemos advertir que
el sistema acusatorio comparte determinadas finalidades con otro tipo de
procesos; empero, el énfasis en las mismas es distinto; por tanto, el diseño
del proceso penal es diferente en sus principios y reglas.
Entonces, es posible concebir que hay un modelo teórico del sistema
acusatorio, pero también debemos reconocer que en cada país, de acuerdo
con sus necesidades e intereses, le han adscrito características que no se co-
rresponden con el modelo teórico, lo cual puede generar error al desarrollar
sus reglas y aplicar principios a instituciones y procedimientos que no son
propios del sistema acusatorio, sino que han sido agregados de acuerdo con
determinadas circunstancias de un determinado lugar y tiempo (más ade-
lante se aplicará este criterio al caso mexicano).
Aunado a lo anterior, y yendo a la esencia del sistema acusatorio, que
es la separación entre juez y acusación, consideramos que ello implica lo
siguiente: a) que previamente debió formularse una imputación; b) que la
carga de la prueba recae en el acusador; c) que se haga efectivo el derecho
de defensa, y d) en un juicio público y oral.20
En México, se consagró constitucionalmente en la reforma contenida
en el decreto publicado en el Diario Oficial de la Federación del 18 de junio de
2011, y que en el artículo segundo transitorio, párrafo segundo, establece:

El sistema procesal penal acusatorio previsto en los artículos 16, párrafos se-
gundo y decimotercero; 17, párrafos tercero, cuarto y sexto; 19, 20 y 21,
párrafo séptimo, de la Constitución, entrará en vigor cuando lo establezca
la legislación secundaria correspondiente, sin exceder el plazo de ocho años,
contado a partir del día siguiente de la publicación de este Decreto.

Mencionar lo anterior es importante, pues podemos percatarnos de que


no se consagra en puridad el modelo teórico del sistema acusatorio, habi-
da cuenta que se agregan elementos que no forman parte del mismo, que
tienen características que no le son propias, pues de acuerdo con sus bases
y fundamentos epistemológicos no tienen una relación necesaria con dicho

20
Ferrajoli, Luigi, op. cit., p. 606.

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LO ESPECIAL DEL PROCEDIMIENTO ABREVIADO 155

sistema; por ejemplo, el caso al que nos hemos referido anteriormente en


otros trabajos,21 la denominada “justicia alternativa”; esto es, la utilización
de la mediación y la conciliación, entre otros instrumentos, para solucionar
las controversias, con la finalidad de tener una salida alterna al juicio oral.22
La anterior afirmación tiene por sustento el hecho de que la justicia al-
ternativa se puede implantar en un sistema de justicia, con independencia
de si existe el sistema acusatorio propiamente dicho o no, habida cuenta
que por su propia naturaleza está ubicado fuera del proceso penal. Daremos
un ejemplo para comprobar empíricamente la aseveración realizada: en el
estado de Durango, la justicia alternativa comenzó a operar en octubre de
2005, en sede judicial, y para esa fecha aún no estaba consagrado el sistema
acusatorio en la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.23

III. El procedimiento abreviado mexicano

El fundamento constitucional del procedimiento abreviado lo encontramos


en el artículo 20, apartado A, fracción VII, y su regulación en detalle en el
Código Nacional de Procedimientos Penales, en los artículos 183, 185 y del
201 al 2017.
El primero de los artículos citados establece:

VII. Una vez iniciado el proceso penal, siempre y cuando no exista oposición
del inculpado, se podrá decretar su terminación anticipada en los supuestos
y bajo las modalidades que determine la ley. Si el imputado reconoce ante la
autoridad judicial voluntariamente y con conocimiento de las consecuencias,

21
Rodríguez Vázquez, Miguel Ángel, La casación y el derecho de recurrir en el sistema acusatorio,
México, UNAM-Instituto de Formación Profesional de la Procuraduría General de Justicia
del Distrito Federal, 2013, pp. 10 y 11.
22
El artículo 17, párrafo cuarto constitucional, establece lo siguiente: “Las leyes preve-
rán mecanismos alternativos de solución de controversias. En la materia penal regularán su
aplicación, asegurarán la reparación del daño y establecerán los casos en los que se requerirá
supervisión judicial”.
23
Cabe aclarar que su adopción en dicha entidad federativa formó parte de un plan que
tenía por finalidad reformar el sistema de justicia hasta llegar a la implementación de esa for-
ma de enjuiciamiento, precisamente, para que sirviera de solución alterna al procedimiento.
En lo personal, me correspondió el honor, al ser magistrado presidente del Tribunal Superior
de Justicia, de impulsar dicho proyecto, y gracias a la sensibilidad política del entonces go-
bernador del estado y del presidente de la Gran Comisión del Congreso del estado, se echó
a andar en octubre de 2005, previa expedición de la Ley de Justicia Alternativa por la LXIII
Legislatura mediante decreto 79, publicado en el Periódico Oficial del Gobierno Constitucional del
Estado Libre y Soberano de Durango 45, del 5 de junio de 2005.

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156 MIGUEL ÁNGEL RODRÍGUEZ VÁZQUEZ

su participación en el delito y existen medios de convicción suficientes para


corroborar la imputación, el juez citará a audiencia de sentencia. La ley es-
tablecerá los beneficios que se podrán otorgar al inculpado cuando acepte su
responsabilidad.

La citada fracción se refiere al proceso penal acusatorio, respecto al cual,


el párrafo primero del artículo 20 constitucional consagra los principios que
lo rigen, en los siguientes términos: “El proceso penal será acusatorio y oral.
Se regirá por los principios de publicidad, contradicción, concentración,
continuidad e inmediación”. Dichos principios son los que guían al procedi-
miento ordinario, y que vienen a caracterizarlo como una forma de enjui-
ciamiento en la que existe la separación entre quien juzga y quien acusa, y en
donde quien realiza esta última función tiene la carga de probar. En diversas
fracciones del apartado A de la citada disposición constitucional se contiene
un segundo conjunto de principios, que algunos son reiterativos de los conte-
nidos en el párrafo primero, pero agrega otros, como el de igualdad procesal.
El Código Nacional de Procedimientos Penales se refiere a cada uno de
los principios del primer grupo, la siguiente manera: principio de publicidad:
“Las audiencias serán públicas, con el fin de que a ellas accedan no sólo las
partes que intervienen en el procedimiento sino también el público en gene-
ral, con las excepciones previstas en este Código…” (artículo 5o.); principio de
contradicción: “Las partes podrán conocer, controvertir o confrontar los me-
dios de prueba, así como oponerse a las peticiones y alegatos de la otra par-
te, salvo lo previsto en este Código” (artículo 6o.); principio de continuidad: “Las
audiencias se llevarán a cabo de forma continua, sucesiva y secuencial, salvo
los casos excepcionales previstos en este Código” (artículo 7o.); principio de
concentración: “Las audiencias se desarrollarán preferentemente en un mismo
día o en días consecutivos hasta su conclusión, en los términos previstos en
este Código, salvo los casos excepcionales establecidos en este ordenamien-
to…” (artículo 8o.), y principio de inmediación: “Toda audiencia se desarrollará
íntegramente en presencia del Órgano jurisdiccional, así como de las partes
que deban de intervenir en la misma, con las excepciones previstas en este
Código. En ningún caso, el Órgano jurisdiccional podrá delegar en persona
alguna la admisión, el desahogo o la valoración de las pruebas, ni la emisión
y explicación de la sentencia respectiva”.
Pues bien, consideramos que en el procedimiento abreviado no se ob-
servan todos los principios que rigen al proceso penal acusatorio.24 Cen-
24
Afirma José Ramón Cossío en el voto particular que formuló en el amparo directo
en revisión 4491/2013: “…no son aplicables al especial abreviado, particularmente los de
contradicción, inmediación, convicción de culpabilidad y presunción de inocencia”.

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LO ESPECIAL DEL PROCEDIMIENTO ABREVIADO 157

traremos el análisis en el principio de contradicción, que está ausente de


dicha forma de terminación anticipada del proceso, habida cuenta que no
se da ésta sobre aspectos sustanciales del procedimiento abreviado, como es
la responsabilidad penal del acusado, ya que la admite por el delito que se le
imputa. Explicaremos con mayor detalle la aseveración hecha.
Existen varios requisitos de procedencia del procedimiento abreviado
que están consagrados en el artículo 201 del Código Nacional de Procedi-
mientos Penales. A continuación, los citaremos en forma resumida:

I. Que el Ministerio Público lo solicite, para lo cual deberá formular la acu-


sación y exponer los datos de prueba que la sustentan. ...; II. Que la víctima u
ofendido no presente oposición ... III. Que el imputado: a) reconozca estar de-
bidamente informado de su derecho a un juicio oral y de los alcances del pro-
cedimiento abreviado; b) Expresamente renuncie al juicio oral; c) consienta
la aplicación del procedimiento abreviado; d) Admita su responsabilidad por
el delito que se le imputa; e) Acepte ser sentenciado con base en los medios
de convicción que exponga el Ministerio Público al formular la acusación.

La admisión de responsabilidad, con la asesoría del defensor, se debe


a que el inculpado la pacta con el agente del Ministerio Público a cambio de
que éste pida una pena más baja en relación con la que se pudiera solicitar si
se llegara al juicio oral, lo que de ninguna manera es coincidente con el prin-
cipio de contradicción (que se observa en el procedimiento ordinario), a través
del cual se refuta la hipótesis de la acusación y se controvierten los medios
de prueba con los que se pretende comprobarla, mismos que son admitidos
y depurados en la audiencia intermedia y desahogados en la audiencia que
tiene lugar el juicio oral, en tratándose del procedimiento ordinario.
Al respecto, recientemente la Suprema Corte de Justicia de la Nación
emitió el siguiente criterio:
Procedimiento abreviado. La aceptación total del imputado de la
acusación, en los términos en que la formula la fiscalía o el ministerio público,
tiene una consecuencia jurídica trascendental (legislación del estado de Du-
rango). En el procedimiento abreviado es el acusado quien, con la asistencia
jurídica de su defensor, acepta totalmente los hechos materia de la acusación
y, por tanto, renuncia a tener un juicio oral en el que pueda ejercer el dere-
cho de contradicción probatoria; esta circunstancia tiene una consecuencia
jurídica trascendental en la apertura del procedimiento abreviado, porque
en la posición en la que se coloca voluntariamente el acusado, debidamente
asistido por un defensor licenciado en derecho, e informado sobre el alcance
y las consecuencias jurídicas de aceptar la acusación en los términos en que
la formulan la fiscalía o el Ministerio Público, excluye la aplicación del principio
de contradicción probatoria reconocido en el artículo 20 de la Constitución Política de los

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158 MIGUEL ÁNGEL RODRÍGUEZ VÁZQUEZ

Estados Unidos Mexicanos, porque ya no estará a debate demostrar la comisión del hecho
delictivo ni la culpabilidad del acusado, mediante elementos de prueba, sino que las par-
tes convienen en tener estos presupuestos como hechos probados a partir de
los medios de convicción en los que se sustenta la acusación, con la finalidad
de que la autoridad judicial esté en condiciones de dictar sentencia. En ese
sentido, la aceptación de culpabilidad por el acusado en el procedimiento
abreviado no es gratuita, sino que deriva de un juicio de ponderación de los
elementos de defensa con los que se cuenta para hacer frente a la acusación.
Entonces, ante un grado óptimo de probabilidad de que el juicio oral conclu-
ya con el dictado de una sentencia condenatoria, con la asesoría jurídica de
su defensor, el acusado decide voluntariamente aceptar su participación en
el delito, mediante la admisión de la acusación, así como los hechos en que
ésta se sustenta, con la finalidad de que proceda el mecanismo anticipado
de conclusión del proceso, a cambio de tener un procedimiento breve y con
la posibilidad de obtener sanciones de menor intensidad. En este escenario
procedimental, que parte de tener por admitidos los hechos materia de la
acusación, no existe una etapa de presentación y desahogo de pruebas, pero
lo que sí sucede, en términos de los artículos 421 y 422 del Código Procesal
Penal del Estado de Durango, es que una vez que el juez acepta la apertura
del procedimiento abreviado, mediante la aplicación de un test estricto de
verificación de presupuestos, en la audiencia respectiva se le otorga la palabra
al Ministerio Público para que exponga la acusación, además de mencionar
las actuaciones y diligencias de la investigación que la fundamentan, lo que
implica que las partes prevén la posibilidad de conciliar en la aceptación de
los hechos que sustentan la acusación, a partir de los medios de convicción
que ha logrado reunir el Ministerio Público en la etapa de investigación, con
independencia de que aún no hayan obtenido el rango de prueba, por no ha-
berse desahogado en juicio oral; sin embargo, se aceptan como elementos de
convicción suficientes para corroborar la acusación y es a través del acuerdo
que tiene el acusador con el acusado, sobre la aceptación de los hechos ma-
teria de la imputación y del procedimiento abreviado, como se solicita que se
dicte la sentencia respectiva.25
Amparo directo en revisión 1619/2015. 16 de marzo de 2016. Cinco votos
de los Ministros Arturo Zaldívar Lelo de Larrea, José Ramón Cossío Díaz,
Jorge Mario Pardo Rebolledo, Norma Lucía Piña Hernández y Alfredo Gu-
tiérrez Ortiz Mena. Ponente: José Ramón Cossío Díaz. Secretario: Julio Ve-
redín Sena Velázquez.
Esta tesis se publicó el viernes 19 de agosto de 2016 a las 10:27 horas en el
Semanario Judicial de la Federación. (Énfasis añadido).

Entonces, el pacto o acuerdo que existe entre el inculpado y el Minis-


terio Público para que el primero admita su responsabilidad en la comisión

Tesis: 1a. CCXI/2016 (10a.), Gaceta del Semanario Judicial de la Federación, Libro
25

33, Tomo II, agosto de 2016, p. 785.

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LO ESPECIAL DEL PROCEDIMIENTO ABREVIADO 159

del delito no es propio del modelo teórico del sistema acusatorio, pues éste
se rige por el principio de contradicción, consistente en “la confrontación
pública y antagónica, en igualdad de condiciones entre las partes. Y ningún
juicio contradictorio existe entre partes que, más que contender, pactan en-
tre sí en condiciones de desigualdad”.26
Al pacto o acuerdo se hizo alusión en los códigos procesales penales que
regularon el sistema acusatorio antes de la expedición del Código Nacional
de Procedimientos Penales; por ejemplo, en el de Durango, en el artículo
420, fracción III, relativo a la actividad de verificación del juez que lleva-
ba a cabo al resolver sobre la solicitud de procedimiento abreviado, se dijo
literalmente respecto al inculpado: “Entiende los términos del acuerdo y las
consecuencias que éste pudiera implicarle” (énfasis añadido).
Es tan importante el pacto, convenio o acuerdo al que nos referimos,
que es reconocido en el terreno judicial por ministros de la Suprema Corte
de Justicia de la Nación, como es el caso de José Ramón Cossío, quien en el
voto particular emitido en el amparo directo en revisión 4491/2013, expre-
só: “…Considero que si el procedimiento especial abreviado es el resultado
de un convenio entre el acusador y el acusado, en el que de común acuerdo
aceptan optar por una vía que permita la conclusión anticipada del juicio a
fin de que no se tramite el procedimiento ordinario de juicio oral…” (énfasis
añadido).
Además, doctrinalmente se ha reconocido y forma parte de la defini-
ción:

Es un procedimiento especial de actas que constituye una vía alternativa al


Juicio Oral, en base a los registros que el Ministerio Público ha reunido du-
rante la instrucción, de naturaleza más eficiente que garantista, toda vez que
implica el sacrificio de notables derechos del acusado en pos de una salida
más rápida y económica. Por lo mismo supone un acuerdo entre el acusado y el fiscal,
homologado en sede jurisdiccional, en virtud del cual el primero renuncia volunta-
riamente a un posible juicio oral y acepta expresamente los hechos materia
de la acusación y los antecedentes de la investigación en que se funda; y el
segundo solicita al juez de garantía la imposición de una pena que no exceda
de cinco años27 (énfasis añadido).

26
Aunado a lo antes dicho por Ferrajoli, además expresa tajantemente: “…La negocia-
ción entre acusación y defensa es exactamente lo contrario al juicio contradictorio caracterís-
tico del método acusatorio y remite, más bien, a las prácticas persuasorias permitidas por el
secreto en las relaciones desiguales propias de la Inquisición”. Ferrajoli, Luigi, op. cit., p. 748.
27
Cerda San Martín, Rodrigo y Hermosilla Iriarte, Francisco, El Código Procesal Penal.
Comentarios, concordancias y jurisprudencia, 3a. ed., Santiago, Librotecnia, 2008, p. 602.

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160 MIGUEL ÁNGEL RODRÍGUEZ VÁZQUEZ

El problema de un pacto en materia penal de esa naturaleza es que no


se hace en condiciones de igualdad ni en audiencia ante el juez, por lo que
puede haber coacción sobre el inculpado para que lo celebre, de ahí que haya
violación de otros principios y no únicamente del de contradicción.
Aunado a lo anterior, en el terreno práctico se puede romper con lo con-
sagrado en la fracción I, en la que se establece lo siguiente: “El proceso pe-
nal tendrá por objeto el esclarecimiento de los hechos, proteger al inocente,
procurar que el culpable no quede impune y que los daños causados por el
delito se reparen”, habida cuenta que el inculpado, por el temor de ser sen-
tenciado en un juicio oral y obtener una pena más alta que la que pudiera
fijársele en un procedimiento abreviado, puede llegar a admitir su respon-
sabilidad aun cuando en realidad sea inocente; entonces, no se cumplirían
la mayoría de las finalidades28 del proceso, puesto que ni se esclarecieron los
hechos delictuosos ni se protegió al inocente, y el verdadero culpable queda
impune.29 Se afirma lo anterior, pues si bien la Constitución exige que haya
medios de convicción que corroboren la imputación, también lo es que no
implica un ejercicio de valoración probatoria, sino únicamente se debe de-
terminar “si hay lógica argumentativa a partir de que existen a partir de
que existen suficientes medios de convicción que la sustenten”, de ahí que
no se descarta la posibilidad de que se actualice la hipótesis que planteamos.
Lo anterior es así, pues el defensor no ejercerá plenamente la función
que le corresponde; consecuentemente, no se hace efectivo el principio de
contradicción al que nos hemos referido, pues como dice Ferrajoli: “La de-
fensa… es el más importante instrumento de impulso y de control del mé-
todo de prueba acusatorio, consistente en el contradictorio entre hipótesis de
acusación y de defensa y las pruebas y contrapruebas correspondientes”.30
En tal virtud, aun cuando el artículo segundo transitorio del decreto
que contiene la reforma que consagra el sistema acusatorio mencione al ar-
tículo 20 constitucional (en su totalidad), se llega a la conclusión de que los
principios que en el mismo se consagran para el procedimiento ordinario

28
La Constitución no menciona la palabra “finalidades”, sino que dice: “El proceso pe-
nal tendrá por objeto”, pero consideramos que era más propio haber dicho: “El proceso penal
tendrá por finalidades”. Para documentarse sobre tal discusión, véase Natarén Nandayapa,
Carlos y Caballero Juárez, José Antonio, Los principios constitucionales del nuevo proceso penal acu-
satorio, México, UNAM, 2013.
29
“El pacto en materia penal, de hecho, no puede fundarse sino en un intercambio per-
verso. ¿Qué puede dar el sospechoso, en su confrontación desigual con la acusación, a cam-
bio de la reducción de la condena, sino la propia declaración de culpabilidad o la admisión,
incluso infundada, de haber codelinquido con los demás acusados?”. Ferrajoli, Luigi, op. cit.,
p. 748
30
Cerda San Martín, Rodrigo y Hermosilla Iriarte, Francisco, op. cit., p. 613.

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LO ESPECIAL DEL PROCEDIMIENTO ABREVIADO 161

—que comienza con la etapa de investigación, continúa con la intermedia


y finaliza con la de juicio oral, que comprende desde que se recibe el auto
de apertura a juicio hasta la sentencia emitida por el tribunal de enjuicia-
miento—, no todos son aplicables a la forma de terminación anticipada del
proceso que estamos estudiando.
En el voto particular que formuló el ministro José Ramón Cossío en el
amparo directo en revisión 4491/2013, expresó lo siguiente:

…la mayoría parte de la idea de que el procedimiento abreviado es parte del


sistema procesal penal acusatorio de reciente incorporación al orden jurídico.
Por tanto, concluye que se rige por los mismos principios procesales de debido
proceso que son observables para el procedimiento penal ordinario de juicio
oral.
En mi opinión, esta aseveración es totalmente errónea. A pesar de que el
procedimiento abreviado se haya incorporado en el contexto de implemen-
tación legislativa del sistema procesal penal acusatorio, ello no significa que
tenga la misma naturaleza jurídica y deba regirse por las mismas reglas del
procedimiento penal ordinario de juicio oral.

Por otra parte, como lo afirmamos con antelación, las etapas que seña-
lamos que componen al procedimiento ordinario, no todas están presentes
en el procedimiento abreviado, tal como sucede con el desahogo de prue-
bas; empero, la locución “medios de convicción” que deben ser suficientes
para corroborar la imputación ha generado confusión en algunos opera-
dores del sistema en cuanto a su significado y por la forma en que quedó
regulado en algunos códigos de las entidades federativas que se expidieron
antes del Código Nacional de Procedimientos Penales. Veamos un ejemplo:

Procedimiento abreviado. Su tramitación no exime al juzgador de la


obligación de valorar la totalidad de las pruebas que existan en la causa penal
al dictar la sentencia respectiva (legislación del Estado de Nuevo León).
Cuando el inculpado se acoge al procedimiento abreviado a que se refiere
el artículo 601 del Código de Procedimientos Penales del Estado de Nuevo
León, es necesario que en su trámite manifieste con anuencia de su defensor,
entre otras cosas, que no tiene pruebas que ofrecer o desista de las ofrecidas,
salvo las relativas a la individualización de la pena. Sin embargo, ello no exime al
juzgador de la obligación de valorar los restantes elementos de prueba que existan en la causa
penal al dictar la sentencia respectiva, pues es necesario que lo haga en su totalidad,
a efecto de que precise con cuáles acreditó el hecho probado y si éste mate-
rializó el ilícito, así como la plena responsabilidad del inculpado; obligación
que sólo al cumplirse permite conocer si se logró el objeto de la apelación
prevista en el artículo 381 del citado código, y si se respetó el artículo 16 de

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162 MIGUEL ÁNGEL RODRÍGUEZ VÁZQUEZ

la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, relativo a la funda-


mentación y motivación de todo acto de autoridad.31
Segundo Tribunal Colegiado en Materia Penal del Cuarto Circuito.
Amparo directo 280/2012. 9 de noviembre de 2012. Unanimidad de vo-
tos. Ponente: Felisa Díaz Ordaz Vera. Secretario: Severo Lugo Selvera (énfa-
sis añadido).

Como se advierte de la lectura de la tesis antes señalada, el Segundo


Tribunal Colegiado en Materia Penal del Cuarto Circuito consideró que no
obstante que del artículo 601 del Código de Procedimientos Penales del Es-
tado de Nuevo León se desprende que en su trámite es necesario que el in-
culpado, con anuencia de su defensor, manifieste que no tiene pruebas que
ofrecer o desiste de las ofrecidas, salvo las relativas a la individualización de
la pena, ello no eximía al juzgador de la obligación de valorar los restan-
tes elementos de prueba que existan en la causa penal al dictar sentencia y
señalar con cuáles se acreditó el delito cometido y la responsabilidad penal
del inculpado.
En forma posterior a dicha interpretación, la Primera Sala de la Su-
prema Corte de Justicia de la Nación, en el amparo directo en revisión
1619/2015, determinó que la locución “medios de convicción suficientes”
“no puede confundirse, interpretarse o asignarle como sentido, que deba
realizase un ejercicio de valoración probatoria por parte del juzgador para
tener por demostrada la acusación formulada por el Ministerio Público”,
sino lo que debe hacer el juez es “determinar si la acusación contra el im-
putado contiene lógica argumentativa, a partir de corroborar que existen
medios de convicción que la sustenten”, sino que debe revisar respecto de
éstos, la congruencia, idoneidad, pertinencia y suficiencia para sustentar la
acusación. El Código Nacional de Procedimientos Penales, en el artículo
203, aclara que “…Serán medios de convicción los datos de prueba que se
desprendan de los registros obtenidos en la carpeta de investigación”, y un
dato de prueba, de acuerdo con el artículo 261, “es la referencia al conte-
nido de un determinado medio de convicción aún no desahogado ante el
órgano jurisdiccional, que se advierta idóneo y pertinente para establecer
razonablemente la existencia de un hecho delictivo y la probable participa-
ción del imputado”.

Procedimiento abreviado. Connotación y alcances del presupuesto de


procedencia consistente en que “existen medios de convicción suficientes

31
Tesis: IV.2o.P.5 P (10a.), Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Libro XIX, Tomo
3, abril de 2013, p. 2255.

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LO ESPECIAL DEL PROCEDIMIENTO ABREVIADO 163

para corroborar la imputación”, previsto en el artículo 20, apartado a, frac-


ción vii, de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.32
En el precepto constitucional citado se establecen, entre otras cuestiones,
que puede decretarse la terminación anticipada del proceso penal, si el impu-
tado reconoce ante la autoridad judicial, voluntariamente y con conocimien-
to de las consecuencias, su participación en el delito, y si “existen medios de
convicción suficientes para corroborar la imputación”. Ahora bien, la locu-
ción “medios de convicción suficientes” no puede confundirse, interpretar-
se o asignarle como sentido, que deba realizarse un ejercicio de valoración
probatoria por parte del juzgador para tener por demostrada la acusación
formulada por el Ministerio Público, porque la labor del Juez de Control
se constriñe a figurar como un ente intermedio que funge como órgano de
control para que se respete el debido proceso y no se vulneren los derechos
procesales de las partes, y es quien debe determinar si la acusación contra el
imputado contiene lógica argumentativa, a partir de corroborar que existan
suficientes medios de convicción que la sustenten; es decir, que la aceptación
del acusado de su participación en la comisión del delito no sea el único dato
de prueba, sino que está relacionada con otros que le dan congruencia a las
razones de la acusación. De no considerarse así, no tendría sentido contar
con un procedimiento abreviado, pues éste se convertiría en un juicio oral
un tanto simplificado, otorgándole la misma carga al juzgador de valorar
los datos de prueba para comprobar la acusación y premiando al imputado
con el beneficio de penas disminuidas. En esta posición, al Juez de Control le
corresponde verificar que efectivamente se actualicen las condiciones presu-
puestales para la procedencia de la resolución anticipada de la controversia,
entre ellas, la de analizar la congruencia, idoneidad, pertinencia y suficiencia
de los medios de convicción invocados por el Ministerio Público en la acusa-
ción. En ese sentido, en el supuesto de que no existan medios de convicción
suficientes para corroborar la acusación, es decir, que no tenga sustento ló-
gico en otros datos diversos a la aceptación del acusado de haber participa-
do en la comisión del delito, el juzgador estará en posibilidad de rechazar
la tramitación del procedimiento abreviado. Consecuentemente, la decisión
sobre la procedencia del procedimiento referido no depende del ejercicio de
valoración de los medios de convicción con los que el Ministerio Público sus-
tenta la acusación para afirmar la acreditación del delito y la demostración
de culpabilidad del acusado, pues el Juez de Control no tiene por qué realizar
un juicio de contraste para ponderar el valor probatorio de cada elemento y,
a partir de este resultado, formarse convicción sobre la culpabilidad o inocen-
cia del sentenciado, ya que ello está fuera de debate, porque así lo convinieron
las partes. De esta manera, la locución referida deberá entenderse como la

32
Tesis: 1a. CCXII/2016 (10a.), Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Libro 33,
Tomo II, agosto de 2016, p. 783.

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164 MIGUEL ÁNGEL RODRÍGUEZ VÁZQUEZ

obligación del juzgador de revisar la congruencia, idoneidad, pertinencia y


suficiencia de los medios de convicción reseñados por el Ministerio Público
para sustentar la acusación, y uno de los requisitos previos a la admisión de la
forma de terminación anticipada del proceso penal acusatorio.
Amparo directo en revisión 1619/2015. 16 de marzo de 2016. Cinco votos
de los Ministros Arturo Zaldívar Lelo de Larrea, José Ramón Cossío Díaz,
Jorge Mario Pardo Rebolledo, Norma Lucía Piña Hernández y Alfredo Gu-
tiérrez Ortiz Mena. Ponente: José Ramón Cossío Díaz. Secretario: Julio Ve-
redín Sena Velázquez.
Esta tesis se publicó el viernes 19 de agosto de 2016 a las 10:27 horas en el
Semanario Judicial de la Federación.

IV. Consecuencias del procedimiento


abreviado

Todo lo antes descrito produce consecuencias, tanto desde el punto de vista


del cumplimiento del principio de justicia pronta como de que el procedi-
miento abreviado ayuda a hacer el sistema más eficiente y evita o coadyuva
a su descongestionamiento, pero, también, una parte de la doctrina advier-
te que hay violación de principios constitucionales y no se respetan algunas
garantías que tutelan el procedimiento penal. Además, en la práctica, en
México, puede alentar la corrupción y obstaculizar el logro de las finalida-
des del proceso penal acusatorio que están consagradas en la Constitución
federal.
En relación con su justificación, se pueden esgrimir argumentos de fon-
do como el de hacer efectiva la justicia pronta a que se refiere el artículo 17
constitucional, pues se dice que “justicia retardada, no es justicia”. También
se pueden aducir criterios relacionados con el aspecto administrativo relati-
vos al funcionamiento del sistema de justicia; por ejemplo que despresuriza
el sistema y permite desahogar asuntos con mayor prontitud, con el consi-
guiente ahorro de recursos, de tiempo y de esfuerzos de los operadores de
justicia, para canalizarlos a los procedimientos ordinarios en los que se lleva
a cabo la audiencia de juicio oral. Todo lo anterior es parte de la justifica-
ción de la inclusión del procedimiento abreviado en el sistema de justicia
penal mexicano.
Por otra parte, se realiza la crítica de que no cumple con ciertos princi-
pios procesales del sistema acusatorio, como lo tratamos de demostrar con
antelación, puesto que con el pacto que se lleva a cabo entre el inculpado,
con la asesoría de su defensor, y el agente del Ministerio Público, se está
suprimiendo el juicio contradictorio, de ahí la aseveración que se hizo en

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LO ESPECIAL DEL PROCEDIMIENTO ABREVIADO 165

la introducción de este trabajo, en el sentido de que no guarda coherencia


total el procedimiento abreviado con esa forma de enjuiciamiento.
Al respecto, Ferrajoli, al analizar el procedimiento abreviado y la apli-
cación de las penas a instancia de las partes (implantados en Italia), los
considera, como procedimientos transaccionales, y lo llevan a cuestionar-
se si se trata de “procedimientos alternativos” o en realidad de “medidas
alternativas del proceso”, y dice literalmente: “Ante estos procedimientos
transaccionales, y especialmente al pacto sobre la pena, es lícito preguntar-
se si debe considerárselos «procedimientos alternativos» o, mejor, «medidas
alternativas del proceso», De hecho, pueden convertirse en una especie de
justicia de cadí, encomendada a la acusación, a la que se reconoce una dis-
crecionalidad total sobre la decisión de consentir un juicio abreviado…”.33
Y respecto al pacto que surge entre las partes, afirma el autor, que el
presupuesto básico del procedimiento abreviado, tal como sucede en la
práctica, es la “voluntad concorde de las partes” de tal manera que se arri-
ba a un pacto, “con la consiguiente supresión del juicio contradictorio”, y
ya llevado al extremo produce las siguientes consecuencias:

Todo el sistema de garantías queda así desquiciado: el nexo causal y propor-


cional entre delito y pena…; los principios de igualdad, certeza y legalidad
penal…; la inderogabilidad del juicio…; la presunción de inocencia y la carga
de la prueba de la acusación…; el principio de contradicción, que exige el
conflicto y la neta separación de funciones entre las partes procesales. Incluso
la propia naturaleza del contradictorio queda pervertida…”.34

De ahí que Ferrajoli haga el análisis del procedimiento abreviado y de la


aplicación de la pena a instancia de las partes, a partir de sus fundamentos,
y dice al respecto:

…Se funda en dos argumentos, el primero, teórico, es que son coherentes


con la opción por el “sistema acusatorio”, y con la naturaleza del “proceso
entre partes”, que impone al juicio el nuevo código; el segundo, pragmático,
es el de que sólo el empleo en la mayor parte de los casos de estas alternativas
formales, hace, en términos reales, practicable en los demás supuestos la cele-
bración de un juicio contradictorio según el nuevo modelo acusatorio. En mi
opinión, el primer argumento es infundado; el segundo, por sí solo, prueba
demasiado y termina por justificar el sacrificio de las garantías en algunos
procesos en aras de su satisfacción máxima en otros pocos.

33
Ferrajoli, Luigi, op. cit., p. 749.
34
Idem.

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166 MIGUEL ÁNGEL RODRÍGUEZ VÁZQUEZ

La tesis, refrendada por la doctrina hasta convertirse en un lugar común,


de que las dos formas de acuerdo son un resultado lógico del “método acusa-
torio” y del “proceso entre partes” es totalmente ideológica y mistificadora…,
una tesis como esta … es fruto de una confusión entre el modelo teórico acu-
satorio —que consiste únicamente en la separación entre juez y acusación, en
la igualdad entre acusación y defensa, en la oralidad y publicidad del juicio—
y las características concretas del proceso penal acusatorio estadounidense,
algunas de las cuales, como la discrecionalidad de la acción penal y el pacto,
no tiene relación alguna con el modelo teórico.35

También en la doctrina chilena hay quien reconoce que “el procedi-


miento abreviado merma el sistema de garantías”. Un ejemplo de lo ante-
rior es lo expresado por Cerda San Martín:
El procedimiento abreviado disminuye las garantías, desde ya el derecho a
defensa se ve seriamente menoscabado, pues el acusado queda impedido de
rendir pruebas, no le es posible refutar fácticamente los elementos de con-
vicción que obren en la investigación oficial; frente al reconocimiento de los
hechos de la acusación, el estado de inocencia del imputado si bien se man-
tiene, sufre una sensible disminución, de otro lado, el principio acusatorio, de
división de funciones, también se ve disminuido, ya que el mismo juez que
intervino durante la instrucción será quien resuelva sobre la procedencia del
procedimiento especial.36

En forma muy radical, Zamora Pierce critica duramente el acuerdo que


subyace en el procedimiento abreviado, pues considera que “destruye cabal-
mente el juicio” y, por ende, “la sentencia condenatoria que pudiese dictarse
en dicho procedimiento viola la garantía de juicio previo”.37 También esti-
ma que se rompe el lazo garantista entre la prueba plena y la pena, que hay
coacción para celebrar el pacto, y que en México la negociación entre las
partes puede generar corrupción.
Sergio García Ramírez pone en la balanza los pros y los contras del pro-
cedimiento abreviado: “Aquí entran en escena las exigencias de la justicia
expedita y el plazo razonable, en tensión con los fines explícitos del proceso.
Lo deseable es evitar a la vez la justicia retardada, que sería denegada, y la
justicia atropellada, que culmina en la injusticia”.38 La crítica que plantea es
35
Ferrajoli, Luigi, op. cit., nota 8, p. 747.
36
Cerda San Martín, Rodrigo y Hermosilla Uirarte, Francisco, op. cit., pp. 602 y 603.
37
Zamora Pierce, Jesús, Juicio oral. Utopía y realidad, 3a. ed., México, Porrúa, 2011, p. 82.
38
García Ramírez, Sergio, “Comentarios sobre el Código Nacional de Procedimientos
Penales de 2014”, Boletín Mexicano de Derecho Comparado, México, nueva serie, año XLVII,
núm. 141, septiembre-diciembre de 2014, p. 1187.

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LO ESPECIAL DEL PROCEDIMIENTO ABREVIADO 167

que considera que es “evidente la injerencia del M. P. en la determinación


de la pena, por encima de las atribuciones del juzgador, fuertemente media-
tizado por el órgano titular de la acusación”.39 Lo que le da elementos para
fortalecer la interrogante que a lo largo de su trabajo se plantea: “¿justicia
o economía?”.
En la práctica, el mayor problema consiste en que el acuerdo o pacto que
realizan el inculpado, con asesoría de su defensor, y el agente del Ministerio
Público, es un incentivo que propicia la corrupción en México, ya que pu-
dieran darse varias hipótesis que rompen con la normativa constitucional o
legal, como es el caso de que haya de por medio dinero para que el servidor
público aludido solicite la apertura del procedimiento abreviado para que lo
haga, o incluso para que pida determinada pena. Asimismo, puede que un
inocente se declare culpable aun cuando haya medios de convicción que en
“apariencia lógica” pudieran dar sustento a la acusación, ya que no hay des-
ahogo de pruebas, y quienes hemos tenido a nuestro cargo la difícil tarea de
juzgar sabemos que en muchas de las ocasiones así sucede hasta en tanto no
se hace el desahogo de pruebas que ofrece el defensor para refutar la hipó-
tesis acusatoria, entonces, puede romperse esa “apariencia lógica”.

V. Conclusiones

En la reforma de junio de 2008, a la Constitución Política de los Estados


Unidos Mexicanos se consagró el sistema acusatorio como forma de enjuicia-
miento penal regido por distintos principios, entre ellos el de contradicción, y
como “parte” de dicho sistema (según el artículo transitorio segundo, párrafo
segundo, del decreto respectivo), consagró el procedimiento abreviado, cuyo
fundamento se encuentra en el artículo 20, apartado A, fracción VII, de la
Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, para hacer efectivo
lo establecido en el artículo 17 constitucional, relativo a la justicia pronta,
para despresurizar el sistema que estaba recargado con un cúmulo de trabajo
cada vez más intenso, que retardaba la terminación del proceso y amenazaba
con congestionar el sistema, por el ahorro de recursos, tiempo y esfuerzos al
terminar una gran cantidad de procesos en forma anticipada, para canalizar-
los a la realización de audiencias de juicio oral en el procedimiento ordinario.
En la práctica, hasta este momento, ha ayudado a evitar que se sature el
sistema, y ello ha justificado su inclusión en el mismo.
El procedimiento abreviado rompe con ciertos principios que rigen al
sistema acusatorio. En este escrito se analizó, en concreto, el principio de
39
Idem.

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168 MIGUEL ÁNGEL RODRÍGUEZ VÁZQUEZ

contradicción, que hace posible refutar la hipótesis de la acusación y se


controvierten los medios de prueba con los que pretende comprobarla, pero
que no se hace presente en el procedimiento mencionado, habida cuenta que
hay un pacto previo entre el inculpado, con asesoría de su defensor, y el
agente del Ministerio Público, lo que viene a suprimir el juicio contradicto-
rio. De ahí que consideramos acertados los criterios analizados que fueron
esgrimidos por la Suprema Corte de Justicia de la Nación, al considerar que
es diferente del procedimiento ordinario, ya que no se celebran todas las
etapas de éste, ni se observan ciertos principios, pues terminaría por desna-
turalizarse si así se hiciera, y no fue diseñado para que ello sucediera.
En tal virtud, en su diseño subyace la violación de algunos principios
que son guía del sistema acusatorio y, consecuentemente, está presente el
riesgo de no alcanzar algunas de las finalidades previstas por la Constitu-
ción mexicana (“objeto” dice ésta), por la razón de que el procedimiento
abreviado no guarda coherencia con el modelo teórico del sistema acusato-
rio, pues frente a la acusación se debe hacer efectivo el derecho de defensa
para refutar la hipótesis acusatoria, “confrontación pública y antagónica”
en un plano de igualdad, lo cual no se da al celebrar el acuerdo al que nos
referimos.
Entonces, encontramos latente una paradoja: se consagra como parte
del sistema acusatorio al procedimiento abreviado, no obstante que no se
rige por la totalidad de los principios del sistema acusatorio. Además, se debe
reconocer el riesgo de ser un incentivo para generar corrupción con motivo
de los pactos que se celebran en plano desigual, el inculpado, con asesoría
de su defensor, y el agente del Ministerio Público, sin la asistencia del juez, y,
consecuentemente, puede darse el caso en la práctica de que no se alcancen
las finalidades del proceso, de ahí el riesgo de que se sacrifique la justicia en
aras de la eficiencia, o bien la calidad por la cantidad.

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