Está en la página 1de 2

EL YAKU ULLJU

Natividad la nieta mayor de la familia siempre había escuchado los relatos fantásticos de sus
abuelos y también las recomendaciones que le hacían sobre los lugares que no debía frecuentar sola,
por los peligros que acarreaba y cuyas recomendaciones siempre se había conservado porque los
abuelos de los abuelos y de los abuelos también, siempre habían dicho nunca vayan sola por el
manantial de Ñununniyoj porque allí vivía el Yaku Ullju o el hombre del agua. Ñununniyoj era el
nombre del manantial, el cual abastecía de agua a los pobladores del lugar. La intrépida niña que
había escuchado los relatos y teniendo como pretexto pastorear sus ovejas, decidió aventurarse sola
por el mencionado lugar incumpliendo los consejos de sus abuelos. Ese día Natividad tomo
desayuno rápidamente, pidió permiso para llevar sus ovejas por los cerros aledaños acompañados de
sus dos perros fieles Boby y Princesa. Tomo apresuradamente algo de refrigerio, llamo a sus perros
pastores y se dirigió a la puerta del recinto donde las ovejas balaban asustadas al ver aproximarse a
los perros. Ágilmente gano las quebradas cercanas e iba detrás de las ovejas con la firme idea de
llegar al manantial prohibido. Según apuraba el paso le surgió la preocupación de ¿qué iba hacer si
se encontraba con el Yaku Ullju? Quiso desistir de la descabellada idea de ir sola al lugar prohibido,
pero más pudo su afán de descubrimiento y continuo con su marcha. En el trayecto dejo a las ovejas
al cuidado de sus perros y la manta donde había algunos bocados de comida y se alejó rápidamente
con la única idea de encontrar al Yaku Ullju. El sol esparcía su calor por toda la quebrada pues era
mediodía y ella se acercaba sigilosamente al gran manantial. Se tendió en el suelo, se arrastró
lentamente para observar el gran espejo de agua. Se quedó estupefacta al avistar al Yaku Ullju que
estaba sentado al borde de manantial con una larga melena dorada que le llegaba hasta la cintura. El
Yaku Ullju sacaba del agua algunas hojas que se habían desprendido de los arboles cercanos,
contemplando su reflejo en el cristalino manantial. Natividad no sabía cómo reaccionar ante el
fantástico cuadro que observaba y emitió un leve quejido que fue escuchado por el Yaku Ullju que
giro la cabeza para ver de dónde provenía. Natividad al verse descubierta se levantó
precipitadamente y empezó a correr, pero el Yaku Ullju que ya se había parado le llamo por su
nombre, y ella al escuchar su nombre se detuvo, regresando su mirada al manantial, pudiendo
observar que el Yaku Ullju estaba sumergido en el medio del manantial del cual solo se podía ver su
cabeza. Entonces ella regreso porque súbitamente había perdido el miedo y se paró al borde del
manantial. Escucho una voz melodiosa que le decía: “Natividad tú tienes la responsabilidad de
cuidar el manantial y de compartir el agua con todas las personas, porque si no consumen de manera
eficiente las futuras generaciones no contaran con este recurso indispensable para sus vidas. La
contaminación está acabando con mi hogar y también yo tengo miedo de perder el único lugar en el
que puedo vivir, ayúdame.......” y súbitamente desapareció porque llegaba sus dos perros pastores y
en la lejanía se escuchaba un eco con su nombre. Sus padres al notar de su desaparición lo estaban
buscando desesperadamente. Ya estaba anocheciendo y no podía entender porque se había ido el
tiempo rápidamente, si solo hace unos instantes el sol le llagaba con toda su intensidad. Toco el
hirsuto pelambre de Boby que estaba a su lado se incorporó y empezó a caminar de vuelta a su casa.
Al ver a su padre que se aproximaba corrió a su encuentro le abrazo y lloró desconsoladamente. Su
padre le pregunto ¿Por qué había ido al manantial sola?, ella solo atinó a decirle que había visto al
Yaku Ullju y le había pedido cuidar el manantial de la contaminación porque corría peligro nuestras
vidas y se desvaneció. Cuando volvió en sí, estaba en su habitación rodeado de sus padres y
abuelos. Estaban empezando a darle una reprimenda por lo que había hecho. Ella los escuchaba,
pero le empezaba a surgir una gran preocupación ¿Qué pasaría si el agua del mundo se acabará?
¿Qué le pasará al pobre Yaku Ullju? Y se durmió con la única idea de cuidar el manantial siempre.

También podría gustarte