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El documento presenta un cuento sobre un perro que no sabía ladrar pero que aprendió a imitar el sonido de un gallo para espantar a un zorro y proteger el gallinero de la granja donde trabajaba. A pesar de no saber ladrar, el perro demostró ser un buen guardián gracias a su habilidad para imitar otros sonidos.
El documento presenta un cuento sobre un perro que no sabía ladrar pero que aprendió a imitar el sonido de un gallo para espantar a un zorro y proteger el gallinero de la granja donde trabajaba. A pesar de no saber ladrar, el perro demostró ser un buen guardián gracias a su habilidad para imitar otros sonidos.
El documento presenta un cuento sobre un perro que no sabía ladrar pero que aprendió a imitar el sonido de un gallo para espantar a un zorro y proteger el gallinero de la granja donde trabajaba. A pesar de no saber ladrar, el perro demostró ser un buen guardián gracias a su habilidad para imitar otros sonidos.
EL PERRO QUE NO SABÍA LADRAR Había una vez un perro que no sabía ladrar. Este animal iba por el mundo buscando trabajo como perro guardián. Un día, llegó a una granja donde necesitaban un perro para cuidar el gallinero del ataque de los zorros. Entonces, la dueña de la granja lo saludó y le dijo: —Amigo perro, me gustaría que ladres un poquito para poder saber qué tan fuerte lo haces. El perro contestó con honestidad: —No sé ladrar. Muy sorprendida, la granjera se rascó la cabeza. Nunca había sabido de un perro que no supiera ladrar. La granjera le explicó que todos los perros ladran. Ladran a los ladrones, a los zorros, a los gatos. Ladran cuando están contentos, cuando están asustados, cuando están enfadados. Ladran de día y también de noche. —Nunca me enseñaron a hacerlo, pero puedo aprender— añadió el perro. La granjera dudó un poco, pero finalmente decidió poner a prueba al perro como guardián. Esa misma tarde, el perro se puso a trabajar. Mientras trabajaba, el perro practicó y practicó, pero no logró aprender a ladrar. El gallo del corral vio los esfuerzos del perro por aprender a ladrar, sintió pena y decidió ayudarlo. —Te voy a ayudar, solo tienes que escuchar y repetir lo que hago— le dijo el gallo. Pero en vez de un ladrido, lanzó un sonoro kikirikí. El perro intentó hacer lo mismo y le salió un «keké». El perro volvió a intentarlo una y otra vez. Lo intentaba todos los días. Practicaba a escondidas todo el día, incluso por la noche. De pronto, un día consiguió decir un kikirikí tan parecido al del gallo y tan fuerte que un zorro que pasaba cerca lo escuchó. El zorro pensó que un gallo sería su almuerzo perfecto. Entonces, muy despacio, se acercó al lugar de donde provenía el kikirikí. Al ver a un perro en vez de a un gallo, el zorro cayó patas arriba y se rio a carcajadas porque esto le pareció muy gracioso. —Ah, me has hecho creer que eras un gallo— dijo el zorro. El perro, al escucharlo, lanzó fuertes kikirikí que alertaron a la granjera. Ella se acercó rápidamente con una escopeta en la mano. Al verla, el zorro huyó y nunca más volvió. La granjera y el gallo felicitaron al perro que, aunque no sabía ladrar, era un buen perro guardián y tenía una gran habilidad para imitar sonidos de otros animales.
Lee con atención el siguiente texto
Los beduinos son pastores nómadas, pastores que no viven en un sitio fijo, sino que van de lugar a otro con sus rebaños de cabras, caballos y dromedarios. Los beduinos recorren desde hace muchísimo tiempo el desierto del Sahara que se extiende por el territorio de 11 países en Asia. A pesar de llevar una vida muy dura, los beduinos se caracterizan por su amabilidad y su hospitalidad. Según una antigua costumbre, los beduinos dan cobijo y alimento a cualquier persona que llegue a su casa, sin esperar nada a cambio. Además, nunca preguntan a sus invitados quiénes son a dónde van. Se limitan a ofrecerles amablemente un lugar donde descansar. En la mente de cada beduino por generaciones ha ido quedando la idea de que cada persona pobre o rica lleva la misma sangre de sus antepasados. La casa de los beduinos es una especie de tienda hecha con pelo de cabra o de camello. Junto a las tiendas, suelen almacenar el agua que necesitan. Las tiendas son amplias y pueden enrollarse por los lados para dejar pasar el aire o para protegerse de la lluvia. EL JAGUAR Y EL CASTOR En la orilla de u n torrentoso río se encontraba un angustiado jaguar que rugía porque no podía cruzar. Un castor, que se encontraba entre las ramas de los árboles, se dio cuenta y al observarlo le dijo: ¿Tú también quieres cruzar el río? Sí, mi casa está inundada y tengo que buscar otro lugar para vivir. Soy grande y tengo mucha fuerza, pero no sé hacer una balsa –dijo el jaguar. ¡Tengo una gran idea! – exclamó el castor - crucemos juntos. Yo sé construir una balsa y puedo cortar los troncos, pero como soy pequeño no puedo cargarlos. Tu fuerza será mi apoyo. Grandiosa idea; jun tos lograremos cruzar el río sin dificultad –contestó el jaguar. El castor cortaba los troncos y el jaguar los cargaba. Así construyeron una balsa que les sirvió para llegar a la orilla del río.
Fuente: Cuaderno de Autoaprendizaje
MINEDU/PERÚ. Lee el siguiente texto. ¿QUÉ SABES DE LA GRIPE? La gripe también conocida como influenza, es una infección del sistema respiratorio que presenta síntomas de fiebre alta, dolor muscular, dolor de garganta, dolor de cabeza y tos. Para no ser contagiado fácilmente de esta enfermedad y estar protegido, lo primero que debes hacer es vacunarte contra la gripe cada año. Además, es importante que tengas en cuenta otros consejos como: Mantener una alimentación sana y balanceada, lavarte frecuentemente las manos, abrir las ventanas para ventilar las habitaciones, dormir adecuadamente y no exponerte a cambios bruscos de temperatura. Sin embargo, si llegas a tener gripe es necesario que tengas en cuenta las siguientes recomendaciones para evitar contagiar a los demás. Cubre tu boca y nariz con un pañuelo desechable o papel higiénico al toser estornudar. Si no tienes pañuelos desechables o papel higiénico, tose o estornuda cubriéndote la nariz y la boca con la parte interior de tu brazo. Lávate las manos con agua y jabón. Evita el contacto de las manos con ojos, nariz y boca. La visita a un médico es necesaria para recibir los medicamentos adecuados que alivien los males tares de la fiebre y el d olor. Equipo OGPEBTP – 2017
Lee con atención el siguiente texto.
Un gran músico Don Celestino, abuelo de Julián, era músico y tocaba muy bien el arpa, el charango y otros instrumentos musicales. Como tocaba muy bien, él y su orquesta animaban todas las fiestas del pueblo. Julián era un niño que quería aprender a tocar algún instrumento, pero su abuelo no quería enseñarle. Él pensaba que después de aprender iba a descuidar sus estudios. Cada vez que el abuelo tocaba el charango, Julián miraba con mucha atención y después practicaba a escondidas sin que lo viera su abuelo. Un día, el abuelo Celestino y su orquesta tenían que tocar en una fiesta de la comunidad. Pero ese día, solo llegó el abuelo Celestino y los demás músicos no llegaban a la fiesta. El carro que traía a los demás músicos se había malogrado. El abuelo Celestino estaba muy preocupado por la tardanza, pero la gente ya no quería seguir esperando. Entonces el abuelo Celestino empezó a tocar solo su arpa, pero la fiesta parecía estar muy triste. De pronto, Julián se apareció con el charango del abuelo y empezó a tocar como un gran músico junto a él. Todos los presentes se quedaron admirados por lo bien que tocaba el charango. La fiesta se animó y todos se pusieron contentos. En un momento de la fiesta, algunos amigos se acercaron al abuelo Celestino y lo felicitaron por haberle enseñado a tocar tan lindo a su nieto. El abuelo solo sonreía. No sabían que Julián había aprendido a tocar por sí mismo el charango. Mis Lecturas Favoritas – UMC-MINEDU-2015 RESUELVE LAS SIGUIENTES MULTIPLICACIONES, PRIMERO LO ORDENAS EN FORMA VERTICAL PARA DESARROLLO. a. 369 X 14 b. 276 X 34 c. 198 X 19 d. 372 X 18 e. 124 X 46 f. 846 X 9 g. 678 X 8 h. 796 X 7 i. 69 X 24 j. 98 X 76