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ASIGNATURA

ANTECEDENTES Y LEGISLACIÓN DE LAS NECESIDADES DE EDUCACIÓN


ESPECIAL.
ENSAYO:
UNIDAD 3: EL MODELO DE INTEGRACIÓN EDUCATIVA PARA LA ATENCIÓN DE
LAS PERSONAS CON NECESIDADES EDUCATIVAS ESPECIALES, CON Y SIN
DISCAPACIDAD (1990-1999).
LA EDUCACIÓN INCLUSIVA: MODELO SOCIAL PARA LA ATENCION DE LAS
PERSONAS QUE ENFRENTAN BARRERAS PARA EL APRENDIZAJE Y LA
PARTICIPACIÓN (2000-2010)
MAESTRÍA:
EN NECESIDADES EDUCATIVAS ESPECIALES.

DOCENTE:
MARIA CATALINA DOMINGUEZ NAJERA

ESTUDIANTE:
MARIA DEL CARMEN PEREZ JIMENEZ

MATRICULA:
UNIVA24126

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INTRODUCCIÓN
La década comprendida entre 1990 y 1999 se erigió como un período de transformaciones
cruciales en los ámbitos educativos a nivel internacional y nacional. Enmarcados por factores
políticos, económicos y sociales, diversos eventos educativos adquirieron relevancia global. La
declaración mundial sobre educación para Todos, promovida por la UNESCO en 1990, y el
documento una política coherente para la rehabilitación de las personas con minusvalía del
consejo europeo en 1992, ilustran el compromiso internacional por mejorar la calidad de la
educación básica.
A nivel nacional, la reforma educativa iniciada en 1989 culminó en 1992 con el acuerdo nacional
para la modernización de la educación básica, marcando cambios organizativos y estructurales
significativos. La descentralización educativa otorgó a las entidades federativas la administración
de las escuelas de educación básica, mientras que la creación de las secretarías estatales de
educación fue parte de esta transformación.
Este período también presenció la conferencia de salamanca en 1994, donde se establecieron
principios y políticas para fomentar la integración educativa a nivel mundial. La declaración
reconoció la diversidad de cada niño y abogó por un sistema educativo adaptado a esas
diferencias. En el ámbito nacional, la educación especial experimentó cambios profundos,
abandonando la concepción de ser "una educación distinta para alumnos diferentes" para
convertirse en un conjunto de medios para abordar las necesidades particulares de los alumnos.
La llegada del nuevo milenio marcó un cambio hacia el enfoque inclusivo a nivel global, con la
presentación del Índice de Inclusión en 2000, desarrollado por Booth y Ainscow y ampliamente
difundido por la UNESCO. Este enfoque destacó la importancia de eliminar las barreras para el
aprendizaje y la participación (BAP) y reconoció que la inclusión no solo se trata del acceso de
alumnos con discapacidad a la educación regular, sino también de abordar las barreras
presentes en la sociedad.
En respuesta a estos cambios, el gobierno federal estableció el programa nacional de
fortalecimiento de la educación especial y de la integración educativa, orientado a consolidar una
cultura de integración y contribuir a una sociedad incluyente. Desde el enfoque de la inclusión,
se dejó de hablar de alumnos con necesidades educativas especiales y se reconoció que la
discapacidad no es inherente al individuo, sino producto de situaciones de vulnerabilidad.

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EL MODELO DE INTEGRACIÓN EDUCATIVA PARA LA ATENCIÓN DE LAS PERSONAS
CON NECESIDADES EDUCATIVAS ESPECIALES, CON Y SIN DISCAPACIDAD (1990-1999).
LA EDUCACIÓN INCLUSIVA: MODELO SOCIAL PARA LA ATENCIÓN DE LAS PERSONAS
QUE ENFRENTAN BARRERAS PARA EL APRENDIZAJE Y LA PARTICIPACIÓN (2000-2010)
La década entre los años 1990 y 1999, se convirtió en determinante para los ámbitos educativos
internacional y nacional. Permeados por aspectos políticos, económicos y sociales, los
acontecimientos educativos que encuentran su aparición en la escena internacional son: La
declaración mundial sobre educación para todos, impulsada por la UNESCO en el año de 1990;
el documento una política coherente para la rehabilitación de las personas con minusvalía,
promovido por el consejo europeo en 1992. La asamblea general de las naciones unidas, aprobó
en 1994 las normas uniformes sobre la igualdad de oportunidades para las personas con
discapacidad. En ese mismo año, se suscribió la declaración mundial sobre necesidades
educativas especiales, promovida por la UNESCO, de donde se desprendió el marco de acción
sobre las necesidades educativas especiales.
De acuerdo con la SEP, la declaración mundial que se llevó a cabo en Tailandia en 1990,
promovió esfuerzos para mejorar la calidad de la educación básica que se ofrecía a la población
de todo el mundo. Pero también, en esta declaración, los países participantes buscaron. Las
necesidades básicas de aprendizaje pueden entenderse de forma concreta como, la toma de
decisiones por parte de los gobiernos para garantizar a las personas de grupos en situación de
vulnerabilidad, la igualdad de acceso a la educación y eliminar toda forma de discriminación.
Por su parte, en la conferencia de salamanca en 1994, se expusieron principios y políticas
generales para impulsar la integración educativa en todos los países convocados; además,
también se diseñó un marco de acción específico con encomiendas concretas para desarrollar
el modelo de integración de los niños con necesidades educativas especiales. En la declaración
de salamanca, se reconoció que cada niño tiene características y necesidades de aprendizaje
propias, por lo que cada sistema educativo debe pensarse y ser diseñado en función de esas
diferencias. Desde esta idea, la integración escolar tiene que darse a partir de poner especial
atención en el alumnado que lo requiere y sus particularidades, y, por lo tanto, la integración
escolar tiene que formar parte de las estrategias educativas generales.
En el contexto nacional, la reforma educativa que había iniciado en 1989, culmina en mayo de
1992 con la firma del acuerdo nacional para la modernización de la educación básica. Fueron
amplias las implicaciones organizativas y estructurales que se generaron de este acuerdo, entre
las cuales se encuentran: la creación de las secretarías estatales de educación; la
descentralización educativa que implicó que cada entidad federativa administrara y sostuviera
las escuelas de educación básica; y también que cada estado contara con sus escuelas
formadoras de docentes.

Casi todas las entidades federativas participaron de la descentralización educativa, a excepción


del distrito federal, que en materia de educación siguió dependiente en su totalidad del gobierno
federal. En esta localidad, los jardines de niños, escuelas primarias, escuelas secundarias, y
escuelas formadoras de maestros continuaron con su estructura y funcionamiento como lo
venían haciendo. Solo EE se reorientó y reestructuró para dar respuesta educativa a la población
infantil con necesidades educativas especiales con o sin discapacidad, y para cumplir con los

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principios de integración escolar Con la aparición de las USAER y de los CAM, la EE, se
constituyó de esa forma en un servicio indispensable de apoyo a la educación básica, para
impulsar el desarrollo de las potencialidades de individuos con problemas, así como la
superación de sus dificultades de adaptación escolar y social.
En consecuencia, desde la década de los 90 se dejó de concebir a la EE por el lugar en que ésta
se llevaba a cabo, y, por el contrario, sí, por las necesidades a las que tenía que dar respuesta
el sistema educativo. Por lo tanto, ésta, dejó de entenderse como Una educación distinta para
alumnos diferentes, para transformarse y conceptualizarse como el conjunto de medios
personales y materiales puestos a disposición del sistema educativo. De acuerdo con la SEP,
este cambio se orientó a responder satisfactoriamente a las necesidades particulares de los
alumnos.
Hasta aquí, se advierte un profundo cambio en la estructura organizativa y operativa de la
modalidad de EE. En principio de cuentas, después de la descentralización educativa, la DGEE
perdió competencia a nivel nacional, por lo que limitó sus acciones y toma de decisiones
únicamente al Distrito Federal y quedó solo como dirección de educación especial (DEE).
Aunado a lo anterior, todos los servicios de EE que trabajaban para alumnos específicamente
por su discapacidad, fueron transformados en los centros de atención múltiple (CAM) donde se
recibieron a alumnos con cualquier discapacidad o discapacidad múltiple; el cambio de
funcionamiento generó gran controversia entre los colectivos docentes, padres de familia y
autoridades educativas, ya que a partir de esos momentos, en los grupos formados estuvieron
alumnos con diferentes discapacidades, y no solo una. Los espacios destinados a la enseñanza
de oficios para las personas con discapacidad visual o intelectual, pasaron a ser los centros de
atención múltiple laboral, que de igual forma comenzaron a recibir alumnos con discapacidad
múltiple y/o trastornos graves en el desarrollo.
Como fundamento de la nueva ideología educativa en educación especial, se retoma con fuerza
el informe de Mary Warnock sobre las necesidades educativas especiales (NEE), y se constituye
como un referente básico en los principios de integración educativa en México. cuestión que
sucedía hasta el momento. Y por el contrario comienza a extenderse la idea de los alumnos que
presentan NEE, con lo que se afirmó que la educación especial no estaba orientada únicamente
a los alumnos con deficiencias, sino que era una estrategia de la que se desplegaba una amplia
gama de medidas educativas para todos los alumnos, tuvieran discapacidad o no.
El informe Warnock: son relativas, porque se presentan o no en función del nivel de competencia
curricular promedio en un aula, así como en función de los recursos disponibles en la escuela;
son interactivas, pues dependen de la relación establecida entre el niño y su entorno; y pueden
ser temporales o permanentes, ya que, si un alumno tiene dificultades serias para acceder al
currículo, puede requerir apoyos durante un tiempo o durante todo su proceso de escolarización.
También, se precisó que la atención de alumnos que presentan NEE implicaba: dotar al alumno
de medios especiales para el acceso al currículo, tales como ajustes arquitectónicos o didácticas
específicas; la elaboración de adecuaciones curriculares, modificando contenidos de estudio u
objetivos de aprendizaje; y poner particular atención a la estructura social y al clima emocional
donde participa la educación.
Una vez entrada la última década del siglo XX, la educación especial se enfrentó a un nuevo
cambio de posicionamiento. A partir de aquí, ya no se habló del modelo psicogenético, sino de

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la integración educativa y, con ello, el sistema educativo presentó su forma de actuar. Desde este
modelo de integración educativa, desaparecen los servicios considerados como indispensables
para los sujetos en situación de discapacidad (centros de intervención temprana, escuelas de
educación especial por área de atención y centros de formación laboral por área). Del mismo
modo, desaparecen los servicios complementarios (grupos integrados A y B, y los centros
psicopedagógicos. Los primeros, fueron agrupados en los CAM, y los segundos, en USAER.
Además, aparecieron las zonas de supervisión de educación especial.
En el CAM básico se trabajaba bajo los planes y programas de la educación básica, desde
educación inicial hasta educación primaria y en el CAM laboral, asistían jóvenes con
discapacidad o discapacidad múltiple, para recibir capacitación para el trabajo. Con respecto a
las escuelas pioneras en la atención escolar de sujetos en situación de discapacidad, es decir,
la escuela nacional para ciegos; la escuela nacional para sordos; la clínica de la conducta; la
clínica de Ortolalia y el instituto para la rehabilitación de niños ciegos y débiles visuales, con la
implantación del modelo de integración educativa, tuvieron que ser reorganizadas de tal suerte
que la atención que brindaban a los niños y jóvenes en situación de discapacidad, apuntara
directamente hacia su incorporación a la educación regular.
La entrada del nuevo milenio, junto con la aparición en escena del enfoque inclusivo a escala
mundial, ha estado permeada de variados acontecimientos internacionales: el marco de acción
regional para los países de América Latina y el Caribe, donde México y otros países participantes
rindieron cuentas de los avances y desafíos con respecto al compromiso de una educación para
todos, retomado en Tailandia 10 años atrás; el foro mundial sobre educación, en que México
representó a la región latinoamericana y el Caribe, y de donde surgió el marco de acción de
Dakar; la cumbre del milenio, que dio pie a la declaración del milenio; la VII reunión del comité
regional intergubernamental del proyecto principal de educación, de donde se origina la
declaración de cochabamba; y la convención sobre los derechos de la misma manera, en los
inicios del nuevo milenio, aparece en la escena educativa el índice de inclusión. Desarrollando el
aprendizaje y la participación en las escuelas, elaborado por Booth y Ainscow en el año 2000, el
cual fue ampliamente difundido por la UNESCO.
La oficina regional de educación de América latina y el Caribe de la UNESCO, lo retoma y traduce
al español. En él, se precisa que la inclusión no tiene que ver sólo con el acceso del alumnado
con discapacidad a las escuelas de educación regular, sino también, con las acciones de eliminar
o minimizar las barreras para el aprendizaje y la participación (BAP) que enfrente cualquier
alumno. En relación con lo anterior, se afirmó que las BAP pueden estar presentes por un lado
en la escuela y, por otro, en la sociedad en general, como expresión de la falta de reconocimiento
de la diversidad como un elemento inherente a los ámbitos educativo y social. No reconocer que
los diversos grupos sociales, etnias y culturas tienen normas, valores, creencias y
comportamientos distintos, limita oportunidades de aprendizaje y de participación, y conduce a
la exclusión y discriminación.
Al índice de inclusión, como referente para la educación especial en México y en el mundo,
apareció el Temario abierto sobre educación inclusiva, publicado en español por la UNESCO en
2004. Para la SEP, uno de los aspectos más relevantes en el temario es que se reconoció a
América Latina como una región con altos niveles de inequidad, exclusión y fragmentación social.
Pues, no obstante, la masificación de la educación, y el incremento en la obligatoriedad de esta,
persisten desigualdades educativas en función de los distintos estratos socioeconómicos,
culturas y características individuales del alumnado. Por lo tanto, el reto del nuevo milenio para
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la educación implicó el equilibrio entre crecimiento económico y equidad. Pues según el
documento, la globalización no podía arroparse con el manto de la exclusión, sino que planteaba
el desafío de sentar las bases de una educación
A nivel nacional, como producto de los movimientos internacionales sobre educación, durante
las gestiones presidenciales de Vicente Fox y Felipe Calderón consecutivamente, se reconoció
en los discursos políticos educativos que los niveles de pobreza, marginación y desigualdad
presentes en nuestro país eran los factores que estaban siendo reproductores de procesos de
exclusión e inequidad educativas. En consecuencia y para tratar de disminuir esas brechas en el
acceso y la calidad, se presentaron los programas nacionales de educación 2000–2006 y 2007–
2012, que se desprendieron a su vez del plan nacional de desarrollo de sus correspondientes
sexenios. Del primero, destacan las cualidades de educación para todos, educación de calidad
y educación de vanguardia; mientras que, del segundo, se desprendió la línea de acción articular
la oferta de servicios dirigidos a la población en situación de vulnerabilidad, con un nuevo marco
de responsabilidades, para asegurar mejores niveles de cobertura y logro educativo en estos
grupos.
Los aspectos mencionados tocaron y trastocaron fuertemente el ser y quehacer de la educación
especial en México. Así, para dar cumplimiento a lo establecido en los programas nacionales de
educación, y responder a las demandas sociales de la población con discapacidad, o sin
discapacidad que presentaban NEE, el gobierno federal estableció el programa nacional de
fortalecimiento de la educación especial y de la integración educativa. En él, las autoridades
educativas señalaron el camino a seguir para afianzar una cultura de integración, y contribuir a
la constitución de una sociedad incluyente en que cada persona ejercite los mismos derechos
legales y sociales.
Ahora bien, desde el enfoque de la inclusión se sigue entendiendo a los sujetos como
discapacitados, pero se reconoce que la discapacidad no es inherente al individuo, sino que, ésta
es producto de ponerlo en una situación de vulnerabilidad. Por otra parte, ya no se menciona en
los discursos a alumnos que presentan necesidades educativas especiales, y sí, se habla de
personas que enfrentan barreras para el aprendizaje y la participación. Por último, después del
enfoque de integración educativa, a partir que comienza el nuevo milenio, también, el sistema
educativo, a través de la DEE, vuelve a tomar un posicionamiento diferente.
Además, las USAER, se encargan de proporcionar apoyos técnicos, metodológicos y
conceptuales para ofertar una atención escolar de calidad a la población en situación de
discapacidad, o que enfrenten BAP. Con respecto a las escuelas pioneras de la educación
especial, y que tuvieron su aparición durante los primeros 100 años de esta historia, siguen
brindando servicio educativo y de apoyo a personas en situación de discapacidad. De la misma
forma que los CAM y las USAER retoman el currículo de la educación básica, éstas lo hacen
para orientar su actuar hacia la consecución de las metas educativas nacionales por parte del
alumnado

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CONCLUSIÓN

El período que abarca desde los años 90 hasta la entrada del nuevo milenio marcó un capítulo
crucial en la historia de la educación especial. Desde compromisos internacionales como la
declaración mundial sobre educación para todos hasta cambios estructurales a nivel nacional,
se forjaron cimientos para una educación más inclusiva y centrada en las necesidades
individuales de los estudiantes.
La descentralización educativa, la firma de acuerdos nacionales y la adopción de enfoques
inclusivos han transformado la educación especial de ser una entidad separada a convertirse en
un conjunto de medios y recursos destinados a atender de manera personalizada a todos los
alumnos, independientemente de sus capacidades o discapacidades. Este cambio de paradigma
refleja el compromiso global con la equidad y la eliminación de barreras para el aprendizaje y la
participación.
A medida que avanzamos en el nuevo milenio, persiste el desafío de construir una sociedad
inclusiva donde cada individuo ejerza sus derechos legales y sociales en igualdad de
condiciones, desafiando las nociones tradicionales de discapacidad y abrazando la diversidad
como un activo enriquecedor para la educación y la sociedad en su conjunto.

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BIBLIOGRAFIA:
Secretaria de Educación Pública. (2010). Memoria de actualidad de la educación especial de
México.htt://campusdee.ddns.net/historia/docs/HistEduEspeweb

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