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EXCMA.

CÁMARA NACIONAL DE CASACIÓN EN LO


CRIMINAL Y CORRECCIONAL -Oficina Judicial-.
CAUSA N° 29.101/18.
INCIDENTE N° 4: DENUNCIADO: VERGARA MONTAÑO,
Frank Iván s/incidente de recurso extraordinario.

CONTESTA TRASLADO.

Sr. Presidente:

CARLOS E. GAMALLO, titular de la Fiscalía

General ante los Tribunales Orales en lo Criminal y Correccional

-Nro. 20- de la Capital Federal, en la causa de mención, me

presento y digo:

I.-

Que se me corre traslado en virtud del recurso

extraordinario interpuesto por el Defensor Público Oficial, Dr.

Claudio Martín Armando, contra la resolución de fecha 9 de

noviembre del año 2023, dictada por la Sala 2 de la Cámara

Nacional de Casación en lo Criminal y Correccional, en cuanto

resolvió “HACER LUGAR PARCIALMENTE al recurso de

casación deducido por la defensa oficial de Frank Iván Vergara

Montaño; CASAR el punto II de la resolución en crisis;

REEMPLAZAR la calificación allí dispuesta por la de robo

agravado por tratarse de mercadería en tránsito, reiterado en

dos oportunidades, en calidad de partícipe necesario; y,

RECHAZAR los restantes aspectos que fueron motivo de


agravio, sin costas en atención al resultado (arts. 167, inc. 4°

con remisión al 163,

Inc. 5°, CP; arts. 456, 457, 459, 465, 468, 469, 470 y 471, 530

y 531 del CPPN).

El interlocutorio en crisis confirmó parcialmente

la sentencia condenatoria dictada por el Tribunal Oral en lo

Criminal y Correccional Nro. 14 de Capital Federal, el 9 de mayo

de 2022, en el marco de la cual se resolvió -en lo que aquí

interesa- por mayoría: “II.-CONDENAR a Frank Iván

VERGARA MONTAÑO, de las demás condiciones obrantes en

autos, a la pena de TRES AÑOS y DOS MESES DE PRISIÓN,

accesorias legales y costas, por resultar partícipe necesario de

los delitos de robo agravado por haber sido cometido en poblado

y en banda y por tratarse de mercadería en tránsito, reiterado

en dos oportunidades (hechos identificados como C y D) (arts.

12, 29 inc. 3°, 45, 55, 167 inc. 2 y 4 en función del art. 163 inc.

5° del Código Penal). III.- CONDENAR a Frank Iván

VERGARA MONTAÑO, de las demás condiciones personales

obrantes en el encabezamiento, a la PENA ÚNICA DE SIETE

AÑOS DE PRISIÓN, MULTA DE $1000, accesorias legales y

costas, comprensiva de la impuesta en el punto precedente y de

la también pena única de cuatro años y seis meses de prisión,

accesorias legales y multa de mil pesos ($1000), impuesta con

fecha 30 de agosto de 2021 por el Tribunal Oral de Menores n°

3 en la causa n° 67.056/2018 (arts. 12, 29 inc. 3° y 58)”.


La Defensa entiende que en el fallo atacado, la

Sala 2 de esa Cámara, vulneró el derecho al recurso, y garantías

de defensa, debido proceso y principio de racionalidad de los

actos de gobierno. Inobservancia al principio de inocencia,

culpabilidad e in dubio pro reo (arts. 1, 18, 19 y 75 inc. 22 CN,

arts. 8.1, 8.2, 8.2 “h” CADH, arts. 14.1 y 14.5 PIDCyP).

Sostiene la parte, que la sala revisora no reparó

o subsanó las falencias contenidas en la decisión del Tribunal

Oral, en torno a la errónea valoración probatoria e incorrecta

aplicación de las reglas de la sana crítica racional, respecto del

hecho calificado como robo agravado por tratarse de mercadería

en tránsito.

Argumenta que la decisión impugnada causo un

gravamen concreto y actual a su asistido como consecuencia de

la arbitrariedad del pronunciamiento, en tanto, la sentencia bajo

una fundamentación aparente.

II.-

De adverso a lo sostenido por el recurrente, la

decisión cuestionada carece de las causales de arbitrariedad

invocadas para autorizar la habilitación de la vía extraordinaria

contemplada en el artículo 14 de la ley 48.

En esta dirección, vale decir que la resolución

impugnada se sustentó razonablemente, y analizó todos y cada

uno de los cuestionamientos de la defensa (CSJN, Fallos

302:284; 304:415, entre otros).


Por otro lado, la parte no demostró que haya

existido un apartamiento de la solución normativa prevista para

el caso, o groseras deficiencias lógicas de razonamiento o

fundamentación que impidan considerar que se está en

presencia de un acto jurisdiccional válido; sino que tan sólo se

limitó a formular meras objeciones que expresan una opinión

diversa a la debatida y resuelta (CSJN, Fallos 302:284;

304:415).

En la resolución impugnada, se expusieron los

fundamentos jurídicos mínimos, necesarios y suficientes, que

llevaron al tribunal de juicio a resolver como lo hizo,

circunstancia que impide la descalificación del fallo como acto

judicial válido (CSJN, Fallos 293:294; 299:226; 300:92;

301:449; 303:888, entre otros).

La defensa se agravia de la violación del

principio de congruencia, y al respecto, el Señor Juez Horacio

Días señaló que “…la plataforma fáctica que el tribunal tuvo por

acreditada que coloca a Vergara Montaño como partícipe

necesario del robo agravado es la misma por al que el fiscal en

su alegato pidió su condena también a título

de partícipe necesario. Se observa que también es la misma por

la que el fiscal presentó el requerimiento de elevación a juicio a

título de coautor puesto que no sólo ubica al acusado como

presente en los hechos, sino también menciona que

Vergara Montaño aportó su vehículo para cometer los ilícitos.


De modo que no advierto que haya existido

ningún tipo de mutación fáctica entre la acusación y la

sentencia. En rigor, la única diferencia radica en el grado de

participación de Vergara Montaño en el hecho, a quién el

Tribunal por unanimidad encontró partícipe necesario que como

fue destacado la fiscalía propició en su alegato.

Como se reseño supra todos los elementos que

conformaban la imputación siempre estuvieron en conocimiento

de la defensa con anterioridad al dictado de la sentencia, de

modo que el aporte que se le adjudica a Vergara Montaño en la

sentencia no aparece como un elemento sorpresivo que haya

podido impedir o entorpecer de algún modo la formulación de

un descargo adecuado y el ejercicio de una defensa técnica

eficaz.”

Y concluyó en que “…la alegada mutación del

sustrato fáctico no afectó el ejercicio del derecho de defensa, no

implicó sorpresa alguna ni tuvo influencia sobre la calificación le

gal asignada y la determinación de la pena, en tanto, como se

dijo, Vergara Montaño recibió una pena menor a la propuesta

por la acusación.”

En cuanto a la valoración de la prueba realizada

por el Tribunal Oral, el citado magistrado luego de efectuar un

minucioso análisis de la prueba producida en juicio, sostuvo que

“cada una de las declaraciones antes reseñadas y su

confrontación con las restantes y con las demás probanzas


reunidas en el expediente impide arribar a una conclusión

distinta de la alcanzada en la resolución aquí impugnada”.

Añadió que “desde una perspectiva objetiva y

externa, que la motivación judicial relativa al conjunto de la

prueba válidamente producida en el juicio y que sustentó la

conclusión probatoria alcanzada en la sentencia, se ajusta a las

exigencias impuestas por el citado principio constitucional del in

dubio pro reo (cfr. el art. 18, CN), puesto que implica una

versión de los hechos que, de acuerdo con las máximas de la

experiencia, las reglas de la lógica y los principios científicos, se

presenta como lógica, coherente y razonable y, a su vez, no ha

logrado ser contrariada con los argumentos expuestos por la

impugnante.”

Y concluyó que “… el tribunal de grado ha

presentado numerosos argumentos para rechazar el descargo

del justiciable y que éstos no han sido rebatidos en el escrito

recursivo en donde la parte se limitó a introducir ciertos

cuestionamientos, pero sin decir nada respecto de los restantes

argumentos brindados en el decisorio impugnado.”

Ahora bien, de lo reseñado precedentemente,

no

se advierte razón legal para decir que estamos frente a una

sentencia arbitraria, en tanto se efectuó una completa

valoración de la totalidad de la prueba colectadas a lo largo del

debate. (CS-Fallos, 308:2547).


Sabido es que, en materia de arbitrariedad de

sentencias, debe imperar un criterio particularmente restrictivo

para examinar su procedencia, ya que resulta de carácter

excepcional, de lo contrario, importaría abrir una tercera

instancia ordinaria en aquellos supuestos en que las partes

estimen equivocadas las decisiones de los jueces que suscriben

el fallo (CSJN, Fallos 285:618; 290:95; 291:572; 304:267 y

308:2406), circunstancia que resulta ajena a la naturaleza del

recurso extraordinario y atenta también contra la finalidad

propia de este remedio federal.

Para que prospere la impugnación, es necesario

que se verifiquen defectos graves en la decisión recurrida, que

la descalifique como acto jurisdiccional válido, circunstancia que

la defensa no acreditó en el particular.

Por otro lado, en lo atinente al derecho al

recurso, que la recurrente entiende se habría visto lesionado,

vale decir que este se mantuvo incólume, pues la resolución de

la Sala 2 de esa Cámara, realizó un pormenorizado análisis de

las cuestiones traídas a estudio, satisfaciendo así la exigencia de

“doble conforme”, emanada, principalmente, del precedente

“Casal, Matías Eugenio y otro s/robo simple en grado de

tentativa -causa n° 1681-” rta. el 20/9/05 (Fallos: 328:3399),

del Máximo Tribunal.

La Corte Suprema de Justicia de la Nación

señaló que la doctrina de la arbitrariedad no cubre las


discrepancias de las partes con el resultado del litigio sino que

requiere, por su carácter excepcional, el apartamiento

inequívoco de la solución legal prevista para el caso o una

decisiva carencia de fundamentación (cf. Fallos 307:629;

324:1378, 1994 y 2169; 325:924, entre otros).

Vale recordar lo resuelto por la Corte Suprema

de Justicia de la Nación en el caso “Estrada” (fallos 247:713),

oportunidad en la cual, se hizo cita del fallo de la Suprema Corte

de los Estados Unidos de América, “Chicago Life Insurance

Company Et. Al V. Cherry”, en el cual se expuso que “…cada vez

que se dicta una sentencia equivocada contra una persona, ésta

se ve privada de su propiedad cuando en derecho no debió

haber ocurrido así; pero cualquiera sea el fundamento, si la

equivocación no es tan grosera que aparezca como algo

inconcebible dentro de una racional administración de justicia, la

misma no es otra cosa que imperfección humana y no una

negación de derechos constitucionales. La decisión de los

Tribunales de Illinois, acertada o errónea, no constituyó tal

negación”.

Tampoco se advierte en el caso la existencia de

algún elemento de trascendencia, de acuerdo a la regla de

derecho establecida por el Máximo Tribunal nacional en la causa

CSJ 494/2013 (49-A)/CS1 "Anadon, Tomás Salvador c/

Comisión Nacional de Comunicaciones s/ despido"; no hay causa

para que la CSJN vea justificada su intervención a fines de


preservar y fortalecer su rol institucional mediante la

profundización del ejercicio de su función constitucional.

Por todo lo expuesto, concluyo en que la decisión

recurrida se encuentra debidamente fundada, y lo ha sido en

cuestiones de hecho, prueba y derecho común y procesal.

III.-

Por todo lo dicho, solicito al Tribunal que

resuelva:

1.- Se tenga por contestado el traslado;

2.- Se declare inadmisible el recurso

extraordinario interpuesto por la defensa.

Proveer de Conformidad,
Será Justicia.

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ANTE LOS TRIBUNALES
ORALES EN LO CRIMINAL
Date: 2024.03.13 08:01:43 ART

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