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Educación Física.

Quilvido Madera Peralta.


Yolandy Yosibel De La Cruz Rosa.

Sección 627.
La alimentación, nutrición e higiene.

1. La Alimentación y su importancia:
La importancia de la alimentación, para cualquier persona, radica en poder cumplir las
necesidades nutricionales que requiere el cuerpo para funcionar correctamente, de esa
manera se propicia un buen estado de salud.

El cuerpo requiere de alimento para…

1) Sanarse o realizar un proceso de recuperación


2) Combatir enfermedades e infecciones
3) Evitar complicaciones relacionadas con el peso
4) Crecer y fortalecerse

No podemos perder de vista que comer sano nos protege de sufrir ciertas enfermedades.
Ojo, comer sano no es sinónimo de excederse o consumir de más, ya que esto también
puede tener consecuencias en el organismo.

La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) ha


comentado que no existe una dieta “ideal” que pudiera replicarse en todas las sociedades,
es decir, las necesidades nutricionales son particulares en cada individuo. Sin embargo,
todas las personas requerimos de una dieta equilibrada en la que se incluyan alimentos
variados en tipo y cantidad. ¿Cómo debe ser un plan de alimentación adecuado para
mantener la salud?

 Tener productos de los tres grupos de alimentos, es decir, carbohidratos (azúcares),


grasas y proteínas (leguminosas, carnes, lácteos, etcétera). Al combinarlos se
aportan los nutrientes necesarios.
 Tomar las cantidades apropiadas de alimentos, sin excesos. Lo ideal es que sean
porciones equitativas a menos que por indicaciones médicas se realicen ajustes en la
dieta.
 Proporcionar ingestas necesarias para cubrir las necesidades del organismo y
asegurar que el cuerpo pueda llevar a cabo todas sus funciones.
 Debe ser adecuado para el individuo, con ello nos referimos a que tome en
consideración su edad, sexo, actividad diaria, historia clínica y constitución corporal.
2. Los nutrientes y tipos:
Los nutrientes son cualquier elemento o compuesto químico necesario para el metabolismo
de un ser vivo. Es decir, los nutrientes son algunas de las sustancias contenidas en los
alimentos que participan activamente en las reacciones metabólicas para mantener todas
las funciones del organismo.

Según la FAO, los nutrientes más importantes para realizar dichas funciones corporales son
las proteínas, las grasas, el calcio, el hierro, las vitaminas A y C, la riboflavina, el folato, la
tiamina y la niacina, los cuales integran la tabla de composición nutricional básica para
cualquier persona.

Los nutrientes cumplen básicamente con tres funciones en el organismo: proporcionan


energía para las actividades diarias, reparan y renuevan el organismo y, por último, regulan
las reacciones químicas que se producen en las células.

Ahora bien, si se trata de describir los tipos de nutrientes que existen y sus principales
cualidades, dicha lista debe incluir algunos como:

 Hidratos de carbono: también llamados azúcares simples, proporcionan energía al


organismo, aunque su consumo debe ser moderado. Se encuentran en alimentos
como el arroz, el pan o las pastas, entre otros.
 Lípidos o grasas: constituyen una fuente directa de energía para el cuerpo. Además,
los tejidos adiposos protegen y sostienen los órganos vitales.
 Proteínas: son uno de los componentes básicos para dar forma a los huesos y los
músculos, así como para suministrar energía al organismo. Están relacionadas
también con el control del peso y la regulación del colesterol.
 Vitaminas o sales minerales: las encontramos principalmente en las frutas y las
verduras. Intervienen en las funciones nerviosas y en la buena función y el correcto
desarrollo de los músculos.
 Agua: es el principal componente del cuerpo humano, además de ser al que le
corresponde facilitar funciones como la digestión o la eliminación de residuos. Se
puede consumir directamente o en productos derivados.

3. La higiene y su importancia:
La higiene es el conjunto de conocimientos y técnicas que aplican los individuos para el
control de los factores que ejercen o pueden tener efectos nocivos sobre la salud. La higiene
personal es el concepto básico del aseo, de la limpieza y del cuidado del cuerpo humano.
Son una serie de hábitos relacionados con el cuidado personal que inciden positivamente en
la salud y que previene posibles enfermedades e infecciones; asimismo, es la parte de la
medicina o ciencia que trata de los medios de prolongar la vida, y conservar la salud de las
personas. Mantener la higiene personal, así como en el ámbito doméstico y laboral, es
indispensable para cuidar la salud propia y ajena ya que genera protección frente a
enfermedades y aumenta la calidad de vida de los individuos. Para esto es importante
incorporar hábitos y rutinas de higiene, como cepillarse los dientes o lavarse el cabello, que
deben trasmitirse de generación en generación en el entorno familiar y educativo. La salud
de una comunidad depende de la salud de cada miembro de la población. Por eso es
importante generar campañas de concientización que brinden información sobre la
importancia de algunas prácticas, como el lavado de manos o la limpieza en el entorno
laboral.

La higiene a muchas personas no les importa pero la higiene es indispensable para tener una
vida saludable. Podemos entender a la higiene como el proceso que hace que una persona
cuide su salud, su aspecto, su limpieza para evitar contraer enfermedades o virus, para
limpiar la suciedad, para conducirse de manera sana en la sociedad en la que vive. La
higiene es un complejo sistema de acciones más o menos simples que cada individuo debe
llevar a cabo por su cuenta, es decir que la higiene no es una responsabilidad del Estado o
de los profesionales (como sí lo puede ser mantener una epidemia controlada) si no que es
pura y exclusiva responsabilidad de la persona. Los hábitos de higiene se ganan desde chicos
y es ahí donde es sumamente importante el rol que los padres o las autoridades tienen en
enseñar a los niños las formas de actuar ante determinadas situaciones, por ejemplo,
lavarse las manos antes de comer, luego de salir del baño, cepillarse los dientes luego de
cada comida, etc.

Se ha comprobado a lo largo del tiempo que las pequeñas acciones que caracterizan a la
higiene diaria y personal de cada individuo son, en suma, importantísimas para asegurar a la
persona un buen estado de salud, evitando estar en contacto con virus o bacterias,
limitando la exposición a enfermedades y manteniendo en términos generales un buen
estado de pulcritud del cuerpo. Desde una perspectiva muy simple, nuestra salud depende
del aseo adecuado de nuestro cuerpo. El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia o
UNICEF, afirma que más del 50% de las enfermedades y muertes en niños pequeños son
ocasionadas por los gérmenes provenientes de materia fecal, que se transmiten al comer
alimentos con las manos sucias o ingerir agua contaminada. Mantener hábitos de limpieza
diaria como bañarse o lavarse las manos con agua y jabón después de ir al baño, o antes de
cocinar y comer, puede ayudar a evitar enfermedades como la diarrea o el cólera. Esta
práctica ha demostrado reducir el índice de otros padecimientos como la neumonía, la
influenza o infecciones de la piel y los ojos, entre otras.

4. Tipos de higiene
En la actualidad la higiene se puede clasificar de varias maneras, las principales son: pública
y privada. De la aplicación de la higiene privada se encarga el individuo y entre sus
principales objetivos destacan el aseo corporal y la limpieza del entorno. La higiene pública,
por otra parte, es aquella en cuya aplicación interviene la autoridad que adopta medidas
colectivas para el saneamiento de comunidades, como la obtención de agua potable o la
construcción de redes de alcantarillado, prescribe reglas profilácticas y organiza campañas
sanitarias preventivas como los programas masivos de vacunación que representan una
pieza clave en la lucha contra las enfermedades infecciosas. Además de estos dos grupos, se
pueden clasificar los tipos de higiene atendiendo al fin que tienen cada uno de ellos como
puede ser: higiene deportiva, higiene corporal e higiene postural.

Higiene deportiva:

La higiene deportiva significa mantener una serie de hábitos que ayudan a obtener el
máximo rendimiento con el ejercicio físico y a realizarlo lo con la máxima garantía de tener
ningún problema. Estos hábitos se pueden clasificar de varias maneras. En este caso se
clasificarán de la siguiente manera: condiciones previas al ejercicio, condiciones durante el
ejercicio y condiciones posteriores al ejercicio.

Condiciones previas al ejercicio:

El correcto punto de partida para realizar cualquier ejercicio físico es una revisión médica.
Sirve para detectar cualquier posible anomalía de nuestro organismo. No se debe hacer
coincidir la práctica de ejercicio físico con la digestión de una comida. Debe preverse que
pasen dos horas como mínimo entre la comida y práctica deportiva. Se realizará un
calentamiento previo, suave y progresivo, que acondicione el organismo. Condiciones
durante el ejercicio. Hay que utilizar material apropiado a la actividad que se esté
realizando. Se Debe combinar comodidad y eficacia, además de ser transpirable. La práctica
de ejercicio se hará con la intensidad adecuada al nivel de condición física. Durante el
esfuerzo hay que beber líquido, fundamentalmente, si se trata de un ejercicio de larga
duración. La práctica de ejercicio se hará con la intensidad adecuada al nivel de condición
física. Durante el esfuerzo hay que beber líquido, fundamentalmente, si se trata de un
ejercicio de larga duración.

Condiciones posteriores al ejercicio.

Unos minutos de actividad física muy suave (paseo, carrera muy tranquila, unos ligeros
estiramientos) acelerarán la recuperación postesfuerzo. Debe tomarse una ducha después
de la actividad física. Ayudará a una recuperación más eficaz, además de ser fundamental
para una correcta higiene corporal. Una vez acabado el ejercicio, debe hidratarse
correctamente (bebiendo pequeñas, pero frecuentes cantidades de agua). Influirá
decisivamente en la recuperación.

Higiene corporal:

La higiene corporal incluye un conjunto de prácticas destinadas a mantener una correcta


limpieza del cuerpo, en especial de la piel y sus anexos: los cabellos y las uñas. Entre ellos
cabe destacar la importancia de la higiene cutánea (la limpieza de la piel) ya que es el
órgano externo que tiene la mayor superficie y nos defiende de todo tipo de agresiones
externas. Para poder tener la piel en buen estado se deben remover las secreciones
glandulares, piel descamada y polvo con regularidad, pero sin abusar de productos
detergentes o agresivos como pueden ser los Cloros y lavavajillas. Con todo ello hay que
decir que la piel es un tejido resistente, pero a la vez delicado, razón por la que hay que
cuidar su higiene ya que es diariamente sometida a gérmenes y agentes físicos y químicos.

Higiene postural:

Es el evitar todo esfuerzo innecesario o las posturas que más perjudican a la columna. La
razón de tener este tipo de cuidado con la columna vertebral en especial es porque es el eje
de nuestro esqueleto y soporta buena parte del peso corporal. De modo que cuando se ve
sometida de manera excesiva a ciertos gestos o posturas sufre de tal manera que pueden
aparecer los conocidos dolores de espalda e incluso deformaciones. De manera que para
prevenir esto se debería: subir a un taburete o escalera para alcanzar un objeto situado a
cierta altura, girar todo el cuerpo para alcanzar un objeto situado detrás flexionar las
piernas para levantar un bulto, transportar un bulto pesado lo más cerca del tronco posible,
repartir los pesos entre ambos brazos etc.

Higiene en el hogar:

Cuando se habla de higiene del hogar se tiende a pensar solo en la limpieza diaria de la casa,
pero en la práctica este concepto es mucho más amplio y corresponde a la suma de todas
las medidas tendiente a prevenir infecciones, sus transferencias y en definitiva cuidar la
salud de los integrantes del hogar. Hay más gérmenes en el estropajo de la cocina que en la
taza del baño La desinfección es un procedimiento que nunca debe saltarse al momento de
limpiar, de lo contrario el ciclo de la higiene no está completo y se corre el riesgo de
contaminar.

Higiene en la cocina

Suciedad es sinónimo de bacterias que se traspasan a los alimentos y utensilios de cocina.


Rigurosa higiene personal: manos limpias, uñas cortas, pelo limpio y gorro en lo posible.
Mantener el interior del refrigerador y del horno muy aseados. Cambiar frecuentemente el
paño de cocina. Las superficies e instalaciones donde se preparan y se almacenan los
alimentos deben ser sometidas a higiene permanente. Las tablas de picar son una fuente de
contaminación cruzada de alto riesgo.

Higiene en el baño

Ciertos gérmenes dañinos y parásitos pueden ser transmitidos a causa de una pobre higiene
en le baño. A los padres se les recomienda especialmente que se aseguren que todos los
miembros de la familia cumplan con la regla de aseo de manos después de utilizar el baño
La primera línea de defensa contra la transmisión de enfermedades es el papel higiénico.
Las toallas de baño son personales, cada miembro de la familia debe tener una y se tiene
que preocupar de secarla o dejarla extendida después de su uso. Todas las superficies del
baño-incluida la grifería hay que limpiarlas y desinfectarlas.

Higiene con las mascotas:

Perros, gatos, tortugas y pájaros son algunos de estos huéspedes que además de simpatía
también pueden traer infecciones al hogar. Si en la casa hay alguna mascota los integrantes
deben lavar bien sus manos al jugar con ellos y secarlas con toallas desechables para evitar
contaminaciones. Por más que el animal lo pida, nuca hay que alimentarlo cerca de la mesa
o donde puedan contaminarse las superficies con comida Para mantener los gérmenes
alejados es recomendable que no duerman en la cocina y tampoco en el lugar donde juegan
los niños.

Higiene Personal:

La higiene personal es el concepto básico del aseo, limpieza y cuidado de nuestro cuerpo.
Aunque es una parte importante de nuestra vida cotidiana en la casa, la higiene personal no
es sólo acerca de tener el pelo bien peinado y cepillarse los dientes; es importante para la
salud y la seguridad de los trabajadores en el sitio de trabajo. Los trabajadores que prestan
atención a su higiene personal pueden prevenir la propagación de gérmenes y
enfermedades, reducir su exposición a productos químicos y contaminantes, y evitar el
desarrollo de alergias a la piel, trastornos de la piel y sensibilidad a sustancias químicas. El
primer principio de la buena higiene es evitar la exposición por medio de una barrera sobre
la piel con el uso de equipos de protección personal (PPE, por sus siglas en inglés), como
guantes, overoles y botas. Es importante revisar con frecuencia los PPE para detectar exceso
de contaminación, desgaste, roturas, desgarros o agujeros. Los trabajadores deben limpiar,
descontaminar o reemplazar los equipos de protección con frecuencia para asegurar que no
recolecten ni absorban sustancias irritantes. Si el equipo de protección se ensucia
demasiado durante el trabajo, el trabajador debe parar y cambiarse a un equipo limpio. El
lavado básico de las manos y el cuidado de la piel pueden prevenir exposición y
enfermedades. Lavándose bien las manos con agua y jabón ayuda a eliminar los gérmenes,
contaminantes y sustancias químicas. También puede prevenir la contaminación por
ingestión y la contaminación cruzada de los objetos y las superficies que tocamos.

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