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INTRODUCCION
SOMOS LO QUE COMEMOS “Nuestro cuerpo está íntegramente formado
por células. Nuestro sistema digestivo toma algo macro y lo convierte en
algo micro para alimentar esas células. Somos lo que comemos: nuestro
cuerpo está enteramente formado por los alimentos que ingerimos”
La salud integral es condición necesaria para el desarrollo humano. ¿Nos
preocupamos los cristianos por cuidarla, conservarla y potenciarla?
LA CRISIS FINAL
Nuestro paladar y nuestro apetito deben ser regenerados y reeducados
para el tiempo de la crisis final. Para la crisis final Dios no promete
alimentos suculentos, no promete carne. Dios solo promete “pan y agua.”
Dios quiere que ahora aprendamos a comer comida simple, natural y
saludable, pero no para enfrentar el Juicio, sino para enfrentar la crisis
final cuando solo haya pan y agua.
Un apetito que hoy en día esta acostumbrado a la coca-cola no va a
apreciar el agua en la crisis final. Pero Dios no promete cocacola, promete
pan y agua.
Templos del Espíritu Santo 1 Corintios 3:16-17 – “¿No sabéis que sois
templo de Dios, y que el Espíritu de Dios mora en vosotros? Si alguien
destruye el templo de Dios, Dios lo destruirá a él; porque santo es el
templo de Dios, el cual sois vosotros.”
Difícil sería exagerar la importancia que tiene el hacer adquirir a los niños
buenos hábitos dietéticos. Necesitan aprender que comen para vivir y no
viven para comer. Esta educación debe empezar cuando la criatura está
todavía en brazos de su madre
DIETA EQUILIBRADA
- No consumir demasiada grasa, sal o azúcar.
- No comer en exceso.
- No tomar menos comida que la que se necesita. Asegurarse la
administración de la vitamina B12 necesaria para el cuerpo. Si un
alimento te sienta mal, aunque sea muy sano, no lo consumas
LLAMADO
Hay que mantener puro y sin contaminación el sagrado templo del cuerpo,
para que el Santo Espíritu de Dios pueda morar en él. Debemos conservar
fielmente la propiedad del Señor, porque cualquier exceso que
cometamos con nuestras facultades acortará el tiempo en que nuestra
vida pueda ser usada para gloria de Dios. Tened presente que debemos
consagrar todo, alma, cuerpo y espíritu, a Dios. Todo es la propiedad que
él ha adquirido, y debemos usarla con discernimiento, a fin de conservar el
talento de la vida. Al usar nuestras facultades en forma conveniente y al
máximo con un propósito útil, al conservar sanos nuestros órganos, al
mantener nuestro organismo en buenas condiciones de manera que la
mente, los tendones y los músculos trabajen en armonía, podemos rendir
valiosísimo servicio al Señor”
LA VIDA CRISTIANA ES Y DEBE SER UNA VIDA INTEGRALMENTE SANA