•

orno decía Cht1rchill, los científicos no tienen por qué estar arriba
de la sociedad, dirigiéndola, sino disponibles siempre (not on top,
._.,,_ but on tap), atentos a las cuestiones y necesidades que - desde
su conocimiento- puedan solventar. Y no solo eso, porque existe una serie
de importantes pregt1ntas para comprender hacia dónde vamos, c11ya base
científica o tecnológica se nos escapa a la mayoría. En este número, recopi-
lamos todos esos temas que nos permitirán formarnos una opinión crítica
sobre el mundo actual. Asuntos como la inteligencia artificial,
el cambio climático, la energía nt1clear, el envejecimiento humano, la
consciencia humana, qué hubo antes del Big Bang .. . Todas cuestiones fas-
cinantes escritas por excelentes divulgadores científicos. Buena lectura.

CARM.EN SABAL ETE

DIRECTORA

5
o
l.. '\
1• '

,
POR CRISTINA ENRJQ!)EZ
Periodista.
uesto q11e el método científico busca, in-
cansablen1ente, la verificación de las hi-
pótesis y de las teorías mediante la ob-
servación y la experimentación siste-
máticas, no es de extrañar que el deba-
te esté en el corazón de la Ciencia. No hay duda
de que la controversia es un auténtico motor del
progreso científico y el mejor acicate para obte-
ner nuevos conocimientos, de hecho, ha tenido
tm peso fundamental en el desarrollo del método
científico a lo largo de la historia.
La teoría heliocéntrica enunciada por Nico-
lás Copérnico (1473- 1543) fue una de las prime-
ras de estas batallas científicas. El astrónomo po-
laco-prt1siano forn1uló la teoría heliocéntrica del
sistema solar, concebida en primera instancia por
Aristarco de Samos. Su libro De revolutionibus
orbium coelestium (Sobre las revoluciones de
las esferas celestes) , pt1blicado póstuma.mente
en 1543, es considerado como el punto inicial de
la astronomía moderna, además de ser una pieza
clave en lo que en el Renacimiento se llamó la Re-
volución científica. Copérnico pasó cerca de vein-
ticinco años trabajando en el desarrollo de s11mo-
delo heliocéntrico del universo, pero resultó difí-
cil que los científicos d.e st1 época lo aceptaran, ya
que suponía una auténtica revolución. Yno pode-
mos olvidar el papel clave qL1e desempeñó la Igle-
sia católica, que participó muy activan1ente en es-
ta polémica. Precisamente, ser partidario de esta
nueva teoría, le costó mtlchos sinsabores a Gali-
leo Galilei (1564- 1642). El astrónomo italiano fue
procesado y condenado por la Inqttisiciónromana
I
• •
por su apoyo determinante a la <<Revolución de
Copérnico>>. Su trabajo, basado en la observación
y la experiencia, st1puso una ruptura con las teo-
rías de la física aristotélica (los partidarios de las
teorías geocéntricas se apoyaban en el prestigio de
griego) y su enfrentamiento con la Iglesia es ejem-
plo de conflicto entre religión y ciencia.
Y no abandonamos este debate científico, pues
el astrónomo y teólogo italiano Giordano Bru-
no (1548 - 1600) ft1e quemado en la hoguera tras
enunciar unas ideas visionarias {hoy certificadas
como correctas) de que el universo podía con-
tener innt1merables estrellas similares al Sol que
podían estar acompañadas de muchísimos mun-
dos habitables semejantes a la Tierra. Como Co-
pérnico y Galileo, Bruno aportó datos concl11yen-
tes, observaciones astronómicas que demostra-
ron la validez de las nuevas ideas.
DAMOS EL SALTO AL SIGLO XVII
Fue entonces Ctlando el debate científico se re-
crudeció con el encarnizado enfrentamiento de
Newton y Leibniz a cuenta del invento del cálculo
infinitesimal. Fue Gottfried Leibniz (1646- 1716) ,
matemático, lógico, teólogo y político alemán,
quien desveló primero, en 1684, st1s trabajos so-
bre lo qt1e denominó cálculo diferencial. Lo ctrrio-
so es qtle el físico y matemático inglés Isaac New-
ton (1642-1727) había desarrollado diez años antes
lo que él denominaba método de fluxiones, pero
no lo había publicado y , de hecho, no lo publica-
ría hasta tres años después, en 1687, en sus famo-
sos Principia. En la primera edición de este libro
9

LA CONTROVERSIA ES UN AUTENTICO MOTOR DEL
,
PROGRESO CIENTIFICO Y EL MEJOR ACICATE PARA
OBTENER NUEVOS CONOCIMIENTOS
(lo suprimió en las posteriores), Newton se refe-
ría de forma amable a los intercambios intelec-
tt1ales previos que había mantenido con Leibniz
durante ttna década. Entonces ¿por qué surgió el
conflicto? Pt1es por tLn tal John Wallis, matemáti-
co británico que enrareció el ambiente al acusar al
alemán de haber copiado el método de Newton.
Y para ternúnar de arreglarlo, se unió a la polé-
mica el gran matemático de Basilea Johann Ber-
noulli poniéndose de parte de Leibniz. Ensegtti-
da aquello se convirtió en tm intercambio de ata-
q11es directos entre Newton y Leibniz, que se pro-
pagó a instituciones como la Royal Society {que se
posicionó a favor de Newton) y a pensadores de
otros campos como Voltaire, que escribió apasio-
nadas páginas en favor del inglés. Hoy se reco-
noce que Leibniz había desarrollo de manera in-
dependiente al trabajo de Newton el cálculo in-
finitesimal y su notación (la que se emplea des-
de entonces) , es decir, que fue desarrollado de
manera simt1ltánea e independiente por ambos
científicos que utilizaron formalismos diferen-
tes, pero eqttivalentes entre sí. Fin del conflicto.
UN UNIVERSO SIN DIOS
Y ¿cómo no iba a haber polémica sobre la revo-
ltLcionaria teoría sobre el origen de las especies?
Imposible. Cuentan los testimonios de la época
que el 1 de julio de 1858, en la sede de la Sociedad
Linneana de Londres, un abrttnlador silencio si-
gttió a la exposición de la teoría de los británicos
Charles Darwin y Alfred Russell Wallace, en la q11e
venían a concluir que las especies tenían un ori-
gen comtín y era la selección natural la que per-
mitía la supervivencia de los más fuertes. Aque-
llas ideas darían un vuelco a la historia de la vida
sobre el planeta, dando a la Ciencia el papel pro-
tagonista qt1e hasta entonces había tenido la Igle-
sia. Su teoría no solo dio lugar a una nueva forma
de entender la evol11ción, sino que a(m hoy gene-
ra controversia y rechazo entre los defensores del
creacionismo o el llamado diseño inteligente, que
continúa defendiendo la mano de un ser superior.
Si bien, el darwinismo expulsó a Dios de la biolo-
gía en el siglo XIX, en la física persistió la incerti-
dumbre. Al nlenos hasta que Stephen 1-lawkins, el
famoso y reputado astrofísico británico que revo-
lt1cionó n11estra manera de entender el universo,
Cartel de una conferencia sobre el debate Einstein-
Bohr del fisico y filósofo de la ciencia francés
1O Étienne Klein, en La Sorbona.
,
le asestó el golpe de gracia con su teoría d.el to-
do en la q11e eliminó, en su opinión, toda necesi-
dad de un dios. Hawkins puso st1granito de arena
a las numerosas controversias de la historia de la
ciencia afirmando cosas como qt1e <<Si llegáramos
a descubrir ttna teoría completa, sería la mayor
victoria de la razón humana, pues llegaríamos a
ente11der la n1e11te de Dios>>o qt1e <<no es necesa-
rio invocar a Dios para encender la mecha y darle
inicio al t1niverso>>. Descartar a Dios como crea-
dor del universo le enfrentó, obviamente, a lide-
res religiosos de todo el mundo.
Volvemos al siglo XIX porque fue e.n tonces
cttando la edad de la Ilerra enfrentó al físico y ma-
temático británico Lord Kelvin (1824-1907) con
los seguidores de Darwin. El prin1ero había calc11-
lado en1860 una edad planetaria de menos de lOO
millones de años y los darwinianos argtrmentaban
que la Tierra debía ser nlucho más vieja. El descu-
brimiento de la radioactividad en 1896 resolvió el
debate, pues permitió estimar la edad de nuestro
planeta en 4500 mi11ones de años.
Y medio siglo de controversia vivió el sabio y
~"<plorador Alfred Wegener (1880-1930) por culpa
de s11 teoría de la deriva de los continentes. Hacia
1911, este visionario alemán , intrigado por las si-
militudes y coincidencias entre fósiles, de anima-
les y de plantas, hallados a ambos lados del Atlán-
tico y al ver que el perímetro
, de la plataforma con-
tinental del oeste de Africa encajaba con el del es-
te de Sudamérica, al igt1al que los de la Antártida,
Australia, la India, Madagascar y Sudáfrica, entre
sí, concibió la idea de que los continentes habían
estado agrupados en un supercontinente al que
llamó Pangea. Pero la ciencia de st1 tiempo sos-
tenía que las grandes masas terrestres habían es-
tado conectadas por puentes de tierra que se ha-
bían ht1ndido despL1és y no acogió bien las ideas de
Wegener. Noseríahasta1950, conlaexploración de
los fondos oceánicos, cuando la teoría de la deriva
continental se viera refrendada científicamente.
NO PODÍA FALTAR EINSTEIN
Yno podemos dejar de mencionar el d.ebate so-
bre la naturaleza de la realidad y los fundan1en-
tos de la teoría cuántica qt1e se inició en 1927 en el
Congreso Solvay de Bruselas y que perdura has-
ta nuestros días. La teoría cuántica puso nL1eva-
mente bajo la mirada de la comt1nidad científica
una serie <.le problen1as metodológicos y metafísi-
cos qLte se tenían por superados. Los dos grandes
protagonistas ft1eron Albert Einstein (1879-1955)
y el físico danés Niels Bohr (1885-1962), aunqt1e no
fueron los únicos (tanto a los antirrealistas de Bohr
como a los realistas de Einstein, se unieron di-
versos científicos). Buena parte de la importan-
cia que el debate Einstein-Bohr, sobre los funda-
mentos ontológicos de la teoría cuántica, ha te-
nido para la historia de la ciencia reside en ser
testimonio de la vasteda.d y profundidad de las
discusiones filosóficas qt1e, de forma abierta o
enmascaradas en cu.estiones técnicas, acompa-
ñaron los revolucionarios desarrollos de la teoría
cuántica.
Muchos debates científicos históricos qt1edan
en el tintero, pero como veremos en este n1íme-
ro de Muy Interesante el debate científico conti-
núa existiendo y dando capítulos memorables a la
historia de la ciencia, si bien es cierto que actt1al-
mente mL1chos encendidos debates - los límites
de la edición genética, la inteligencia artificial, los
viajes espaciales, la producción de energía nt1 -
clear, el cambio climático, las vacLmas, el enve-
jecimiento humano, etc.- se desarrollan en ám-
bitos alejados del nlttndo de la ciencia (empresas,
sociedad, organizaciones ... ). Pero, at1n así, bien-
venidos sean. •
11
 uando se estrenó en 1985 la famosa
pelict1la Regreso al futuro (R. Ze-
m.e ckis), ni siqt1iera el propio cien -
tífico que la protagoniza hubiese
imaginado los experimentos qt1e
estaban por llegar. Por aqttel entonces, Espa -
ña acababa de en trar en la Con1unidad Europea
y todavía existía la URSS. l-la llovido bastante,
¿verdad ? Si le hablásemos de los avances de la
biología molec ular a un visitante de esta é po-
ca no sabría si está en nuestro mundo o en una
película de ciencia ficción. Así que, como haría
Doc apoyándose en el capó del Delorean, te in -
vito a este viaje de regreso al futuro.
Casi 40 años d espués, el horizonte d e la gené -
tica ha cambiado bastante. En 1985, ni siquiera
éramos capaces de descifrar el genoma de las
bacterias más peqt1eñas qt1e conocían1os y, sin
embargo, en 2022 podemos leer el nuestr o en
menos de 24 h por unos 300 euros. A princi-
pios de los 2000, el Proyecto Genoma Huma-
no supuso t1na verdader a revolución cien tífi -
ca al mapear nuestro ADN, es decir, leer el or-
den de cada una de las letras que lo compon en.
SHllTTERSTOO<
tt
•
• farmacéutica,
Aunque ya sabíamos desde medio siglo atrás
ct1ál era el abecedario de la vida {A, C, G y T),
leer el libro de nuestra especie d.esde la prime-
ra hasta la última página aún se nos resistía. Es-
te hito aportó inforn1ación ft1ndamental para
la comprensión del ser humano: desct1brin1os
cuántos genes tenemos y dónde se localizan ,
pero sobre todo desarrollamos la tecnología
qt1e pe rmite secuen ciar el ADN de ct1alquier in -
dividuo. Este procedimien to se l1a mejorado y
abaratado hasta alcanzar la cota de rentabilidad
qtLe sefialamos al principio del párrafo.
DECLARACIÓN UNIVERSAL SOBRE
EL GENOMA HUMANO
Lejos de parecer este ·u n tema ajeno al mundo
real y que conciern e únicamente a los genetistas
acon1odados en su torre de marfil, la ptLblicación
de los primeros restLltados del proyecto destapó
algunas cuestiones que merecían analizarse con
detenimiento. Por ejemplo, ctiando la secuen cia-
ción de un individuo manifiesta el riesgo de de-
sarrollar cierto tipo de enfermedades esto puede
volver en st1 contra en forma de discriminación
El ADN se utiliza
en genética, medicina,
biología, investigación
medicina forense ...

a la hora de buscar un segtrro. ¿Qt1é sucedería si
un requisito para ciertos trámites fuese aportar
la sect1encia de tt1 genoma? El uso peligroso que
podían hacer terceros empezaba a acechar en la
sombra del vacío legal . Por este motivo se redac-
tó una Declaración Universal sobre el Genoma
Humano y los Derechos Humanos que trataban
de regular los posibles conflictos derivados del
t1so de la información genómica.
LA EDICIÓN GENÉTICA
Construir un grai1 atlas con el contenido de
nuestros cromosomas representa una base
fundamental en biomedicina, principalmente
para el diagnóstico y desarrollo de terapias en
enfermedades genéticas. No obstante, la se-
cuenciación del genoma humano puso la pri-
m.e ra piedra en la edificación d e otra herra-
mienta: la edición genética.
CREAR UN GRAN ATLAS CON EL CONTENIDO
DE NUESTROS CROMOSOMAS ES LA BASE
FUNDAMENTAL DE LA BIOMEDICINA
STEPHENDIXON
Este concepto consiste en el conjunto de
técnicas que pern1iten la modificación d e t1na
secuencia de ADN , ya sea añadiendo, supri -
miendo o reemplazando alguno de los nucleó-
tidos {letras) que lo componen . El fin especí-
fico de la edición genética es alterar la carac -
terística que produce una secuencia determi-
nada, aqt1ello qt1e conocemos como fenotipo.
Por ejemplo, una secuen cia de ADN puede de-
terminar una característica concreta, co mo la
forma que tiene el lóbulo de la oreja. Decimos
qu e esta característica es monogénica al estar
definida por un único gen. Sin embargo, otras
características como la altura o el color de la
piel dependen de varios genes y por tanto de -
cin1os que son poligénicas.
Ahora bien, ¿no llevamos siglos modifican -
do las ca racterísticas de los seres v ivos sin al-
terar directamente su ADN? Tan solo hay que
15
 EL campo de La
generación de plantas y
animales genéticamente
modificados o incluso
transgénicos también
se ha visto
revolucionado tras La
Llegada del fenómeno
CRISPR.

echar un vistazo a la varied ad de tamaños, for - características. De forma sL1cesiva, t'tnicamen-

mas y colores que uno puede atisbar por la ca-
lle fijándose en las mascotas que sus dueños
sacan a pasear. La domesticación es t1n proce-
so mediante el cual Lln.a especie pL1ede ganar o
perder características concretas que se trans-
miten a la descendencia, de ahí que un chi-
h L1ahua y L1n lobo no se parezcan mttcho.
El proceso de domesticación que asociamos
a mascotas también se ha realizado con anima -
les de granja , como la vaca y el cerdo, e inclL1-
so con especies vegetales. Para conseguirlo se
seleccion an individuos con unas propiedades
deseadas y se cruzan entre ellos, favorecien-
do que parte de la descendencia herede estas
AL PROCESO DE SELECCION ARTIFICIAL QUE SE
REALIZA CON FINES GANADEROS O AGRICULTORES
LO LLAMAMOS MEJORA, SEA ANIMAL O VEGETAL
te los descendientes que presentan esta parti-
cularidad se vuelven a reproducir entre ellos
para facilitar su herencia a la siguiente genera-
ción. Un claro ejemplo de este fenómeno es el
cn1ce ent re dos subespecies de bovino: la vaca
común o Bos taurus y el cebú o Bos indicus.
De su estirpe se eligen y se vuelven a cruzar
aquellos que heredan unas características es-
pecíficas para la producción de leche y así po -
der L1tilizarlos en ganadería. Cabría añadir so-
lamente un pequeño apunte, cuando este pro-
ceso de selección artificial se realiza con fines
ganaderos o agricL1ltores entonces lo llama-
mos mejora, ya sea animal o vegetal.
,.

16

Destaquemos que los procesos de domestica-
ción o mejora que llevamos realizando dt1rante
los últimos siglos son verdaderamente laborio-
sos. Por tina parte necesitamos periodos largos,
que abarquen varias generaciones de nt1estra es-
pecie de interés para detectar resultados. Ade-
más, durante el transcurso se ven implicados
numerosos individuos qt1e se emplean con fi-
nes reproductivos en la transición al organismo
que r eúna las características finales. Ahora po-
demos realizar estos cambios en lapsos mt1cho
más reducidos, reescribiendo directamente las
secuencias de ADN que producen tina propiedad
determinada gracias al concepto qt1e avanzan1os
anteriormente: la edición genética.
REESCRIBIENDO EL GUION DE LA VIDA
El conjunto de letras con el que se escribe el
genom a se codifica en la famosa doble hélice del
ADN. J-Iasta hace unas décadas, con la domesti-
cación y mejor a, tan solo favorecíamos la r epro-
ducción de aquellos individuos que contenían
SKJTIERSfOCK
la información de nuestro interés en su ADN.
Sin embargo ahora podemos reescribir las le-
tras de esa doble hélice y por lo tanto nlanipular
directamente la información.
El primer paso para reescribir una secuencia
es abrir la doble hélice, para ello la naturaleza
ha desarrollado ya unas moléculas que llama-
mos nucleasas. Estas enzimas se encargan de
cortar el ADN, de nlanera que una vez se ha-
ya abierto la doble hélice podemos introducir
nt1evas secuencias. Las nt1cleasas existen en al -
gunos microorganismos y su objetivo es el de
cortar la doble hélice con distintas finalidades,
desde destruir la sec uencia de u11 organismo
patógeno que acaba de infectar la célula hasta
reparar mutaciones del propio ADN.
Las prin1eras nttcleasas qt1e se t1tilizaron pa -
ra este fin fueron las nucleasas con dedos d e
zinc {ZNF) y las TALENs. Estas proteínas se
modificaban en el laboratorio para reconocer
t1na sect1encia específica de ADN y cortarla.
Así se podían eliminar fácilmente regiones del
17

LA HERRAMIENTA DE EDICION CRISPR
HA ABARATADO, FACILITADO Y EXPANDIDO LA
, ,
EDICION GENETICA EN TODO EL MUNDO
genoma qt1e no interesaban, pero también era
posible aprovech ar el corte que producían pa -
ra introdt1cir una sec uencia nueva. La edición
con ZNF y TALENs fue m11y útil en el d esarro -
llo de organismos genétican1ente modificados
(OGM) y transgénicos. Es importante distin -
guir estos dos co nceptos q11e pueden parecer
idén ticos, pero en absolt1to lo son: los OGM
so n organisn1os a los que se les ha n1odifica -
do su genoma preexistente, mientras que los
t ransgénicos son aquellos que han incorpora -
do ADN de otra especie distinta.
En animales , la generación d e OGM o trans -
génicos ha sido mt1y útil para reproducir en-
fermedades humanas y probar terapias que
luego pt1diesen trasladarse a ensayos clíni-
cos con pacientes humanos. Por otro lado, en
plantas la generación de OGM y transgéni -
cos ha permitido desarrollar nuevas variantes
q11e crezcan en condiciones poco apropiadas,
con10 sequía, con el fin de extender su culti-
vo. En un contexto global, alterar t1n gen nos
SHIJTTEllSTOCK
f'
Vista aérea con un
dron de los
blancos montones
de sal natural de
las salinas de
Santa Pala
(Alicante).
,
ayt1da a entender st1 función evaluando lo que
st1cede en un organismo modificado.
BACTERIA DE LAS SALINAS DE SANTA POLA
At1nque las nu.cleasas ZNF y TALENs fu.e ron
ampliamente utilizadas en laboratorio, hoy
so n prácticamente tina reliquia de la biología
molecular n1od erna, y es q11 e la herramien-
ta de edición CRISP.R ha desplazado por com -
pleto a sus antiguas con1petidoras. CRISPR ha-
ce referencia a unos fragmentos d e ADN qt1e
se hallaron por primera vez a finales de los 90
en unas bacterias que habitan las lagunas sa-
linas de Santa Pola (España). Francis Mojica,
s11descubridor, reparó en qt1e tinas secuencias
repetitivas, que más tarde se bautizarían con
el acrónimo d e CRISPR, halladas en el genoma
d e las mencionadas bacterias podrían cons -
titt1ir u.n auténtico sistema inmunitario para
defenderse de la reinfección por virus. Estas
bacterias incorporarían AD.N de los virus qt1e
las infectan por primera vez y lo envolverían
en sect1encias CRISPR de manera que, tras una
reinfección , la región incorporada del virt1s
junto a la secuencia CRISPR podía t1nirse al nue-
vo patógeno y cortar su ADN jtmto a otra nu-
cleasa, llamada Cas9. Este n1ecanisn10 bacteria-
no fue n1ás tarde aprovechado por las científicas
Doudna y Charpentier para modificar sect1en-
cias CRISPR que reconozcan genes, no ya de vi-
rus patógenos, sino de célt1las de mamíferos e
inducir cortes en regiones mucho n1ás especí-
ficas. Merece poner de relieve qtle la especifici-
dad de CRISPR es superior a la ofrecida por ZNF
o TALENs, de modo que pt1eden dirigirse contra
prácticamente cualquier secuencia del geno-
ma. Dot1dna y Charpentier adaptaron este sis-
tema hallado en las bacterias de Santa Pola para
su uso en cualqt1ier especie, motivo que les valió
el Nobel de Química en 2020.
El desarrollo de CRISPR ha abaratado, facili-
tado y expandido la edición genética por los la-
boratorios de todo el mt1ndo. Modificar tm gen
concreto de unas células en cultivo hoy en día
es más fácil qt1e nunca. Esta edición genéti-
ca, en boga gracias a la propagación de CRIS-
PR, presenta solt1ciones interesa ntes a algt1nos
de los problemas biológicos contra los que lle-
vamos tiempo luchando. El control de plagas es
t1n buen ejemplo de ello. Las plagas son causa-
das por t1na proliferación descontrolada de una
~
Algunos datos
acerca del Proyecto
Genoma Humano
U El proyecto, que duró 13 años. se llevó a cabo
a través de un consorcio público internacional y
la empresa Celera Genomics.
U La célula humana contiene alrededor de
20 000 genes, muchos menos de los 100 000
que se habían predicho con anterioridad .
O La mayor parte del genoma humano no está
formado por genes, sino por regiones regulado-
ras que indican cuándo y dónde deben expresar-
se los mismos. Esta porción del genoma se llegó
a bautizar como ADN basura.
O Aunque los resultados preliminares fueron
anunciados en 2001, no sería hasta 2003 cuan-
do se publicó el primer borrador completo del
genoma humano. Aun así. en 20 21 el consorcio
T2T anunció una versión actualizada del genoma
humano en la que mapearon un 8 % de informa-
ción que no se había secuenciado.

SINC

Emmanuelle
Charpentier y Jennifer
A. Doudna han sido
galardonadas con el
Nobel de Química 2020
por el descubrimiento
de las tijeras géneticas
CRISPR.
JIMGATHANY
especie de insecto qt1e perjudica al r esto del eco-
sistema. La principal dificultad para controlar
tina plaga estriba en uti1i:zar productos que pue-
dan limitar el número de individuos de una es-
pecie concreta sin ser tóxicos para el resto de los
organismos que coexisten en ese mismo espacio.
EL XENOTRASPLANTE DEJA DE SER FICCIÓN
Gracias a la precisión en la edición del ADN
con CRISPR ya se han d esarrollado méto -
dos para esterilizar selectivam ente a indivi-
dt1os de una especie sin alterar el genoma de
otras que se encuentren en el lugar de la pla -
ga. Además, sabemos q ue algunos insectos se
con1portan como vector es de enfermedades,
pt1diendo transmitir patógenos d e un animal
a otro. Es el caso d el mosqt1ito Anop lieles qt1e
se comporta como vector de la bacteria Plas -
modium causante d e la malaria. Esta tecno-
logía de esterilización se pla11tea ta mbién co -
mo un método preven tivo en la t ransm isión
de enfermedades infecto-contagiosas.
El campo de la generación de plantas y ani -
males genéticamente modificados o incluso
transgénicos también se h a visto revoluciona-
do tras la llegada del fenóm eno CRISPR. No so-
lo podemos genera r estos individtLOS mt1cho
más rápido que antaño, sino que la precisión ha
20
llegado a niveles insospechados. Prueba de ello
es el caso de los ratones avatar. Con el fin de es-
tudiar una enfermedad genética en el laborato -
rio se solía alterar el equivalente del gen huma-
n o afectado en el genoma del ratón. No obstan-
te, con la llegada de CRISPR ya es posible repro-
dt1cir la mutación exacta en el gen del animal.
Esto significa que tina enfermedad producida
por un único cambio de let ra en el genoma pue-
de imitarse en la misma posición del genoma
del ratón y, en consect1encia, producir una en -
fermedad con una causa idéntica a la hum.arra.
La simplificación en la edición genética de
animales ha permitido qt1e desde hace unos
meses el trasplante de órganos entr e especies,
también conocido como xenotrasplante, de-
je de ser ficción. A finales de 2021, tu1 riñón de
cerdo trasplantado en una paciente con muerte
cerebral r esultó ser funcional durante 54 horas.
No se trataba de un riñón porcino ct1alquiera,
sino el de 11n animal editado genéticamente
para no expresar una proteína que aumenta la
probabilidad de rechazo tras el implante. Aho -
r a, ya en 2022, vive la primera persona tras -
plantada con un corazón porcino. El paciente,
qtLe no podía recibir tin corazón humano debi-
do a su ct1adro clínico, recibió el órgano de un
animal transgénico al que se le habían suprimi-
 ,
LAS LIMITACIONES MAS ELEMENTALES QUE
, ,
PRESENTA LA EDICION GENETICA SON LAS
,
IMPUESTAS POR LA PROPIA TECNICA
do cuatro genes porcinos y añadido otros seis
hl1manos. Como decíamos al principio del artí-
culo, ¿se hubiese imaginado Doc que con suco -
che podría regresar a t1n f11turo en el que los hu-
manos vivamos con órganos d.e otros animales?
La pt1nta de lanzad.e la edición genética en su
vertiente terapé11tica es la que conocemos co-
mo terapia génica. La finalidad de este can1po
es desarrollar tratamientos en los que sustituir
una copia de un gen mt1tado y q11e, por ende,
causa t1na enfermedad, por la copia correcta y
restablecer su ft1nción . AtLnque la mayor parte
de la investigación se centra en el aspecto pre-
clínico, antes de llegar al paciente, ya existen
terapias aprobadas y se espera que mt1chas
otras que están arrojando resultados promete-
dores en ensayos clínicos lo hagan en un fltturo
próxin10. En general, podría parecer que nadie
estaría dispuesto a oponerse al t1so de la edi -
ción genética c11ando se han desarrollado tec -
nologías tan útiles para mejorar la vida y sobre
todo la salu.d del ser humano, pero ¿dónde es-
tablecemos el límite para editar?
DIBUJANDO LAS LÍNEAS ROJAS
DE LA EDICIÓN
Las limitaciones más elementales que presenta
la edición genética son las impuestas por la pro-
pia técnica. La primera es la especificidad de la
edición, aunque los sistemas actuales permiten
editar la secuencia deseada con una eficacia m11y
alta también prodl1cen mutaciones no deseadas
(en inglés off-target) en secuencias parecidas al
ADN de interés. Además hay que recordar que
UNIVERSITYOF MARYLAND MEDICAL CENTER
 el proceso no se acaba al cortar la doble hélice
en tln ptmto concreto, sino que en algunos ca -
sos se req11iere introducir tina sect1encia nt1eva
de ADN y es importante qt1e su integración sea
con1pleta. Por último, los científicos están tra -
bajando en nlejorar los sistemas de edición pa-
ra que acttíen de manera eficaz sobre todas las
células en las que se aplica, esto es, mejorando
su eficiencia. Aunque estas limitaciones técni -
cas puedan parecer obstáct1los importantes, no
1 La tecnologia de
22
sería de extrañar que acaben siendo rebasadas en
los próximos años gracias al esft1erzo que invier-
te la investigación. Sin embargo, existen otro ti -
po de problen1as a los que hacer frente y que la
biología no p11ede enfren tar por sí sola. ¿Pode-
mos editar todo, cuánto y cón10 queramos?
TRES PERSONAS CON EL GENOMA EDITADO
En vista de los problem as técnicos a los qt1e
todavía h ay que poner solt1ción en c uanto a
edición de genes
se utiliza para
crear camadas de
ratones solo parcr-
hembras y machos.
 SE ATISBA UN
HORIZONTE EN EL
QUE PODREMOS
REESCRIBIR EN
NUESTROS GENES
sistemas CRISPR no parecería prudente em -
pezar a editar humanos, o al menos no en la
totalidad de sus células. Esto es lo que sucedió
en el experim ento m acabro que el científico
chino He Jiankt1i a11unció al mundo a finales
de 2018. Habían nacido las tres primeras per-
sonas ct1yo genoma se había editado genéti-
camente. Jianktti y st1 equipo trataron d e edi-
tar el gen CCRS, el receptor a través del cual el
virus d el VIH entra en la célula. Este ex peri-
mento era totalmente innecesario puesto que
existen alternativas para generar embriones
sanos a partir d e padres con sida, sin embar-
go, esta condición tan solo servía de pretexto
para que el científico se autoproclamara co-
mo el prin1er o en editar humanos. Aunqt1e a
día d e hoy no sabem os nada acerca del estado
de salttd d e las tres niñas editadas, sí conoce-
mos que la edición no f t1ncionó del todo co-
rrectamente. En uno de los tres en1briones, la
edición se prodt1jo en tan solo una de las dos
copias de cada gen {heterocigosis), mientras
que en otro la modificación no se completó en
la totalidad de las célt1las del embrión (mo-
saicismo). El problema de editar un gen como
CCRS es que adem ás n o conocemos su fttnción
con mt1cho detalle, por lo que es dificil prede-
cir las consec11encias de editarlo. Aparte del
pobre diseño experimental, n o hay que per-
der de vista qt1e el científico chino pasó por
alto to das y cada una de las leyes y normativas
éticas que prohib en la edición de embriones
humanos así como su posterior implantación.
Esta violación del código ético y legal condujo
al científico Jiankui a penas de prisión.
DEBATE FUTURISTA
Aunque a todas luces es natural que este ti-
po de experimentos nos causen tina sensación
de vértigo que clama prt1dencia ante la edición
en humanos, no todos los grt1pos de la sociedad
lo ven así. El transhumanismo es ttna corriente
que propone st1perar los límites de la natttrale-
za humana apoyados en el desarrollo científico.
Es te movimiento defiende veh ementemente
la edición genética con fines no terapét1ticos,
es decir, lo que ellos llaman mejoramien to . Si
con las herramientas de edición podemos re -
escribir c11alquier gen, ¿por qué hacerlo tini -
camente con los genes qtte prodt1cen patolo -
gías? Así, científicos como George Church han
elabor ado listas con mutaciones que desearían
introdttcir y que se enct1entran implicadas en
aspectos como la resistencia al dolor físico ,
flexibilidad mt1scular o fortaleza ósea.
Lo qt1e por el mom ento pued e parecer Ltn
debate ft1turista, den tro de no mucho, cuan-
do la edición genética sea n1ás seg11ra y fiable ,
será una cu.estión d eterminante en la que el
consenso para afrontarla res ultará funda -
mental para nuestro propio porvenir. Se atis-
ba en el horizonte un momento d e la ht1ma -
nidad en el que no solo podamos escribir en
nuestra propia historia, sino también rees-
cribir, o más bien garabatear , en nuestr os ge-
nes. Mientras tanto , a es tas alturas del r elato,
lo único que nos queda es subir al Delorean y
volver d e r egreso al presente. •
Eligiendo un sexo
con CRISPR
e ientíficos del Francis Crick lnstitute (Reino
Unido) han ideado una manera para con-
seguir que la descendencia de los ratones de
laborato rio sea exclusivamente de un solo se-
xo, ya sean única mente hembras (XX) o machos
(XY). La estrategia consiste en flanquear con se-
cuencias CRISPR el AD N de un gen imprescin-
dible para el desarrollo embrionario y colocarlo
en un cromosoma X de la madre. Por otro lado.
los machos codi fican la nucleasa Cas9 que cor-
ta el ADN y, por tanto, anula el efecto del gen, en
uno de sus cro mosomas sexuales (e l X o el Y).
Por con siguien te, los machos que contienen la
nucleasa en el c romosoma Y no podrán generar
embri ones masculinos viables (XY) y tan solo
se desarrollarán los embri ones femeninos (XX).
El resultado será el opuesto en los machos que
porta n Cas9 en su cromosoma X. Esta técnica
permitirá reducir el uso de animales de labora-
torio generando tan solo aquellos del sexo que
interesa para cada investigación en particular.
23
 oches autón omos, recomendación
de series o películas, an tu1cios en
redes sociales, asistentes conversa -
cionales ... si algo tenemos claro en
2022 es que casi todos los avances
tecnológicos se están aprovechando d.e la lla -
mada inteligen cia artificial (IA). Lo cierto es qt1e
si nos pidieran definir qué es seguran1ente nos
preguntaríamos: ¿postureo o realidad?
Independientemente de la tecnología que te
rodea, si te acercas o superas la treintena, uno de
los prinleros sitios donde percibiste inteligencia
artificial ft1e en una película o un libro. Ter11iina-
tor, Yo robot, Her, HAL 9000 (Odisea en el espa-
cio), J.A.R.V.l.S (Iron Man), KITT (El coclie fan -
tástico) o Fundación de Asimov ... Si eres m ás jo-
ven, habrás visto algo similar en redes sociales o
Yot1Tube. Estas referencias tienen en común tma
st1perinteligencia qt1e habla y se adapta al contex -
to de los personajes. En algunos casos tiene ctter-
po físico y lo llamamos robot. Incluso puede qt1e
trate de erradicar a los humanos una vez ha << to -
mado el control>>. ¿Estamoscercadeesteescena-
rio? ¿Es posible que esos escenarios de ciencia fic-
ción se den pronto? Para tu tranquilidad te avan-
zo que aún no, al menos, no en el corto plazo.
UN BREVE RECORRIDO POR LOS INICIOS
Para entender to do lo que está pasando con la
IA a nuestro alrededor, sus im plicaciones y li-
PARA ENTENDER LAS NECESIDADES DE LA IA
,
TENEMOS QUE HACER INTROSPECCION, ANALIZAR
LA FORMA EN LA QUE TOMAMOS DECISIONES
mitaciones, debemos empezar por el principio.
La lA es t1n campo de estt1dio perteneciente
a las Ciencias de la Com.pt1tación, es decir , se
engloba dentro de lo que comúnmente cono-
cemos como <<inforn1ática>>. Era el verano de
1955. Ta.n solo hace seis añ os de aquella publi-
cación científica de sir Alan Tt1ring en la que se
planteaba la pregunta <<¿p ueden pensar las m á-
qt1inas? >> . En d ich a época, las líneas de investi -
gación sob re las máquinas inteligentes giraban
alrededor de autómatas, cibernética o procesa-
miento de la información.
El verano de 1956 en el estado de New Hamp-
shire (EE. UU.), apenas a dos h oras de Bos-
ton en coche, cuatro investigadores se propo -
n en celebrar tln congreso científico de dos m e-
ses de dur ación al que estaban invitadas alre-
dedor de ct1arenta pe rsonas. El documento se
firma bajo el título <<A proposal for the Dart-
m outh Summer Research Project on Artificial
Intelligence>> (algo así como <<una propuesta
sobre IA para el proyecto de investigación en
Dartn1outh>>). Los autores de la prop11esta ft1e-
ron John McCarthy, Claude E. Shannon, Mar-
v in Minsky y Nathaniel Rochester , reconoci-
dos investigadores d e la época en campos co-
mo las matem áticas, la informática o las tele -
com unicaciones. En la propia convocatoria del
evento se detallan siete líneas de investigación
qt1e se trabajaron durante esos dos m eses de
APPLETV
 De izquierda a derecha y de arriba abajo, Claude E. Shannon, Nathaniel Rochester, John McCarthy y Marvin
Minsky, los proponentes de la Conferencia de Dartmouth de 1956, considerado como el evento germen de
la inteligencia artificial como campo de actividad.

28
 EN 2010, GOOGLE , AMAZON O FACEBOOK YA
ALMACENABAN DATOS DE SUS USUARIOS PARA
APRENDER A DETECTAR PATRONES
forma conjunta: mediante debates, charlas y
artíct1los científicos. Dichas líneas giraban al-
rededor de la construcción de un <<Ordenador
inteligente>> , de cómo se puede programar un
ord.e n ador par a hablar , d.e cómo un sistema
inteligente se mejora a sí núsmo ... y luego ha-
bía otras enfocadas a la capacidad de cómpu-
to , aleatoriedad y creatividad. En ese momen -
to , todas las propt1estas eran teóricas , pero fue
la primera vez que el campo se denominó <<in-
teligencia artificial>> .
Desde ese momento, el principal objetivo de
la IA se centra en el estt1dio y desarrollo de sis-
temas inteligentes que sean capaces de imitar
los procesos ht1manos de razonamiento o com-
portamiento. Esta se apoya en la computación
para conseguir tal fin, es decir, en la programa-
ción, las matemáticas y los algoritmos.
EL PROCESO DELIBERATIVO
DEL RAZONAMIENTO
Para entender bien las necesidades de la IA te-
nemos qt1e hacer una breve introspección a la for-
ma en la que tomamos decisiones los humanos.
Seguramente no te hayas dado c11enta, pero to-
mamos decisiones a diario, constantemente. Di-
gamos que, a lo largo de los años, hemos creado
nuestra propia base d.e conocimiento y e>..rperien-
cias y eso nos ayuda a tomar decisiones de forma
constante. Si no disponemos de la información
stificiente para tomar una decisión , buscaremos
e11 distintas fuentes (internet, periódicos, blogs,
etc.) hasta que podamos entender la situación
y sentirnos algo más segtrros d.e la decisión qt1e
estamos ton1ando. Esto oct1rre, por ejemplo, a la
hora de elegir una carrera 11niversitaria. Otras de-
cisiones son aún n1ás complejas como n1udarse a
tm sitio nt1evo o cambiar de trabajo, donde inflt1-
ye no solo el entorno, sino también la experiencia
previa y el propio momento en el qt1e se toma esa
decisión. Desd.e el p11nto de vista del razonamien -
to, decimos que estamos llevando a cabo un con1-
portamiento deliberativo. Esto significa que an-
te una sitttación repetida podríamos tomar deci-
siones de forma diferente en función de nuestras
creencias, objetivos e intenciones.
Sin embargo, existe otro tipo de comporta-
miento, al que denominamos reactivo, que se ac-
ciona inconscientemente, casi siempre. Esto es
así porq11e se ha creado una rutina o sin1plemente
son reglas de cond11cta qt1e hemos interioriza-
do. Voy a ilustrarlo con ejemplos. Cuando nos
despertamos por la mañana , para ir a estt1diar
o trabajar, realizamos multitud de tareas en 1m
periodo corto de tiempo, que se llevan a cabo
secuencialmente y a diario. Si tratas de escri-
birlas en forma de lista segt1ro q11e salen tmas
cuantas que incluyen ducharse o echarse el café.
SKITTERSlOCK
OAYNEWS

EN EL SEClO.R SALUD SE HABLA DE UTILIZA~u~r~~i~fi

ESTE TI PO DE ALGORITMOS PARA DETECCIÓN:~-~::~:.:~·on
1

-'- ®~~®
, ····· .\. ~.·

TEMPRANA DE PATOLOGIAS ~1i,f.}.!

®2-:...:....:
\

Por ot ro lado, piensa·en la sitl'1.ación en la q11e te Si tu_~ iesen1os que dar forn1a a ese <<cerebro
1

chocas con alguien sin querer , seguidamen te le
pedirás disculpas. Otro ejemplo, ¿cuántas ac -
ciones llevas a cabo de forma inconsciente so-
lo para comentar algo en Twitter o etiquetar .a
alguien en una foto de lnstagram ? En1te>das1
esas situaciones, las acciones que toman1os son
inmed iatas, sin apenas deliberación. Es d ecir,
al producirse el misn10 contexto o even to, se
r esponde siempre actuando de la misma ma -
n era. Lo llamamos con1p ortamiento,reactivo .
\
1
' der aprender d~ los datos y la experiencia {Ma-
LAS CINCO GRANDES ÁREAS DE
LA INTELIGENCIA ARTIFICIAL
Las sitt1aciones que he il11strado en el párrafo
anterior no podrían llevarse a cabo en el m11n-
do real solo mediante el razonamiento. La per -
cepción y la capacidad cognitiva nos ayudan a
procesar qué sucede a nuestro alred edor. Por
otro lado, la capacidad com11nicativa nos per -
mite en tendernos con las per sonas. Un a vez
hecha esta puntualización , ahora sí, es el mo-
m ento de q11e te c11ente cómo est11diamos to -
d os es tos procesos en lA, en cada 1ma de las
áreas de est11dio q11e la componen .
s11perinteligente>> necesitaríamos como míni-
mo d esarrollar, desd e el punto de vista com -
p11tacional, por lo menos cinco capacidades di-
1fer~tes.; en primer l11gar 1 desarrollar 11na for -
ma de representar el conocimiento para poder
establecer relaciones (Knowledge Representa-
tion) . Desp11és, una forma de planificar tareas
y concatenar hechos para poder r azonar {A11-
tomated Planning & Reasoning). El siguiente
paso sería trabajar en el aprendizaje, para p o-
chine Learning). Por último y no menos im-
portante, sería imprescindible encontrar una
m anera de percibir y de trabajar la capacidad
cognitiva, que nos permitirá procesar y com -
prender información en dife rentes formatos:
alfan11mérica, imágenes, vídeo o texto (Com-
p11ter Vision, Natural Langt1age Pr ocessing).
EL SALTO DE LOS LABORATORIOS AL MUNDO
REAL DE LA INTELIGENCIAARTIFICIAL
Has ta que no se desarr ollaron ordenadores
más potentes y las grandes corporaciones tec-
nológicas montaron << la nube>> en internet, la

30
lA n o era m ás qt1e un campo de estudio acad é-
mico. Era difícil ver sus aplicaciones en el mun-
do real precisam ente porqLLe al trabajar con es-
tructuras de datos complejas y al necesitar gran
capacidad de cómputo los algoritmos n o obte-
nían bL1enos resL1ltados. Únicamente se podían
hacer experimentos de laboratorio. A partir de
2015 esa tendencia cambia gracias a la explosión
del aprendizaje aL1tomático o Machine Leaming.
Alrededor de 2010, en Silicon Valley, empresas
como Google, Amazon o Facebook ya almacena-
ban mtLchos datos d.e sus LLSL1arios para aprender
a detectar patrones y formas de comportamiento
similares entre ellos. Una gran fuente de ingre-
sos para estas empresas seguía siendo la pt1blici-
dad, así que segmentar a sus ustLarios con dife-
rente contenido según intereses, grupo de edad o
factores dem ográficos repercutiría en que (1) los
11suarios permanecieran más tiempo en la plata-
forma gracias a contenidos más afines, (2) que los
anunciantes consiguieran mayor impacto gra-
cias a ese público dirigido y (3) qtLe las empre-
sas tech alcanzasen m ayor cantidad de usuarios
gracias a la personalización y la recomendación
de nuevos usL1arios y contenidos. La bola de nie -
ve se haría más grande con el tiempo: el modelo
de negocio de las <<Big Tech >> pttSo a los usuarios
en e l centro de sus activos y economía. Si aho-
ra juntan1os el at1ge de las redes sociales, el cre-
cimiento de la n11be (que nos permite almacenar
aún m ás datos y trabajar con ordenadores nlás
potentes) y la capacidad que te da internet de es-
calar un negocio, tenemos todos los ingredientes
para q11e la IA, en este caso capitaneada por los
algoritmos de Mac hine Learning, llamase a la
pt1erta de todas estas empresas.
Unos párrafos atrás decía que el Machine Lear-
ning es el área encargada de en1ular el aprendiza-
je humano. Su ft1nción es convertir los datos en
información, estableciendo patrones y relacio-
nes en tre ellos, y posteriom1ente transformar to -
do esto en co11ocimiento, gracias a la obtención
de nuevos datos para refinar los aciertos y fallos.
La única forma de generar conocimiento con éxi-
to es qLLe los m odelos inteligentes trabajen dL1-
rante un tiempo indefinido, para qt1e la obten-
ción de datos sea un flujo constante y podamos
sortear episodios anómalos o periodos estacio-
nales. Por ello, empresas y entidades solo pt1eden
utilizar este tipo de algoritmos si disponemos de
una gr an cantidad de datos, t1n ordenador m ás o
menos potente y tma tarea de aprendizaje que
se base en la det ección de patrones a lo largo del
tiempo. El primer ingrediente, los datos, es el
factor limitante y las empresas de Silicon Valley
llevaban años de ventaja en la materia.
LA INTELIGENCIA ARTIFICIAL «ESPECÍFICA»
En m enos de diez años se han multiplicado
los casos de uso del aprendizaje automático en
la industria. Por ejen1plo, en el sector salL1d se
habla de utilizar este tipo de algoritmos para
detección temprana de patologías, establecer
pautas de m edicación personalizadas o descu -
brimiento de nuevos fármacos. Otro ejemplo, el
sector audiovisual, ¿recuerdas el prestigio que
CHRISTOPH llJRGSTEDT
SHUTTERSTOCK
,
VAMOS A VIVIR UNA EPOCA DE ACIERTOS Y
,
ERRORES EN EL USO DE LAS TECNOLOGIAS,
,
PERO AUN TENEMOS MARGEN DE TRABAJO
tenía para los actores de Hollywood hacer cine y
no series de televisión? Las plataformas apoya -
das en datos y algoritmos han cambiado las re -
glas del juego. Todo el cont e.n ido que te aparece
en cualquiera de ellas está altamente persona -
lizado en ft1nción de tus hábitos, el dispositivo,
ubicación e historial de visionado. En depor tes,
a raíz de la fiebre de los smartwatches, encon -
tramos casos de tiso basados e n análisis de datos
para con ocer mejor los puntos fuertes y débi-
les de nt1estro entrenamiento, nuestro equipo o
n t1estro contrinca nte. En el sec tor del en1pleo se
encuentran soluciones y productos que se pue-
den contratar para hacer filtrado de candidatos
o evaluar la felicidad de la con1pañía.
Son solo algunos ejemplos, pero sirven para
ilustrar bastante bien el rumbo que hemos to -
mado en el desarrollo de Ja IA. Al principio d el
artículo hablábamos de robots <<Ternlinator>>
y a día de hoy hemos terminado trabajando en
nt1n1er osas inteligen cias artificiales aplicadas
a casos de t1so concretos. ¿Te sientes decep -
cionado o aliviado?
32
En los artículos científicos se ha denominado a
esa <<superinteligencia>> IA General (GAI, en in-
glés). Por otro lado, se habla ahora de la IA Espe-
cífica (Narrow Al), donde el objetivo es escoger
un caso de uso, acotar el contexto y construir
Ltn sistema inteligente que sea nluy b11eno re-
solviendo esa tarea específica. Esto no significa
que hayamos olvidado o descartado el desarrollo
de la superinteligencia. Simplemente requiere
aún much o estudio y existe un abismo compu-
tacional y de recursos para alcanzarlo con éxi-
to. A11ora te puedes in1aginar lo complejo que es
construir ese <<Cerebro>>.
LA INTELIGENCIA ARTIFICIAL GENERATIVA
Después de conocer lo importantes que son los
datos en el proceso de aprendizaje seguramente
te estarás preguntando ¿y qt1é pasa si no hay da-
tos o no son suficientes?
Una de las tendencias que más fuerte ha impac-
tado en el desarrollo reciente de la IA han sido los
generadores de imágenes o de texto. Seg11ramen-
te no te suenen con ese nombre, pero si te hablo
de DeepFakes o de FaceApp hasta es posible que
los hayas utilizado. En el aprendizaje automático
trabajamos con gran foco en tareas com o per-
sonalizar, recomendar o predecir. La lA gene-
rativa trabaja en enseñar a un conjunto d e datos
aleatorio a parecerse a aqtiellos qtie idealmente
necesitaríamos para entrenar un algoritmo. In-
directamente, al aplicar estos algoritmos mayo-
ritariam ente sobre imágenes, se ha conseguido
viralizar el campo de estt1dio y por ello hemos
visto proliferar en m edios, prensa y r edes socia-
les la enésima. aplicación nlóvil qtie te genera un
vídeo como si fueses Leo DiCaprio en Iltanic, una
foto como si tt1vieses 70 años o una foto a color
generada a partir de la foto en blan co y negro d e
tus abuelos cuando eran jóvenes. La lA generativa
también es muy prometedora en sectores con10
la salt1d, donde podremos estudiar mutaciones
en la sectten ciación genética com o r ecientemen-
te se ha demostrado con AlphaFold. A pesar de
todos estos avances y novedades, hay qlte hacer
Lm apLmte sobre este tipo d e algoritn1os: a nivel
computacional requieren muchos más rectrrsos y
mayor tiempo d e entrenamiento. Tan1bién el ti-
po de algoritmo en el que se apoya el aprendizaje
(llamado red de neuron as) es mucho m ás com-
plejo y difícil de representar en tres dimensiones.
El campo del Deep Learning es una ramificación
del Machine Learning que se cen tra en esttidiar y
evolucionar las redes de neuronas artificiales pa-
ra que sean capaces de llevar a cabo dichas tareas
de apr endizaje tan complejo.
LOS RIESGOS Y LÍMITES DE LA INTELIGENCIA
ARTIFICIAL
A lo largo de todo este artículo he m encionado
numerosos avances, ár eas, ejemplos, etc., para
comprender m ejor en qué momento nos encon-
tramos. La proliferación de casos de uso, aplica-
ciones y su uso masivo nos ha enseñad o la otra
cara d e la m oneda, prácticamente ocu lta hasta
hace relativamente poco tiempo: ¿Cómo toman
las decisiones estos algoritmos? Sabemos que el
rendimie11to y las m étricas d e acierto son bt:ienas,
pero a la hora d e entender el proceso interno d e
razonamiento, desde el prisma técnico, nos cues-
ta explicar qué variable o qLté subconjunto de to-
das las involucr adas ha sido la d eterntinante para
tomar la decisión final. Los algoritmos de Ma-
chine Learning y Deep Learning se denominan de
<<Caja negra>> debido a que las propias estn1cturas
de datos que se utilizan para aprender son poco
transparentes y difícilmente explicables.
Esa dificultad , Ltnida a la falta de investigación
en mecanismos que faciliten la explicabilidad
de los algoritmos, ha dado lu.g ar a productos
comercial es de ámbito global d ond e una par-
te d e Ja población mundial se ha. visto perjLtdi-
cada o invisibilizada. En redes sociales se han
producido crisis reputacionales en las GAFAM
a raíz d e la aparició11 de noticias qL1e denuncia-
ban sesgos en las decisiones d e los algoritmos o
s u falta de estudio y análisis de los datos con los
que se entrenaban. Los eqL1ipos d e ingeniería se
han dado d e brL1ces con una r ealidad nluy hu-
mana: si las propias personas tenemos sesgos,
much as veces inconscientes, y en los conjt1ntos
de datos no hay total representatividad de una
sociedad diversa es muy posible que un algorit-
mo herede también dich os sesgos.
A pesar d e que se ha generado tina gran polé-
mica alrededor de estos temas, ha sido algo muy
pos itivo para d otar a la IA de m ayor robustez y
garantías. Si es una herran1ienta qtie s irve para
impulsar la innovación en los diferentes secto-
res, en aqL1ellos donde las decisiones vayan a im-
pactar en la vida de las personas se deben estL1 -
diar mecanismos de regulación o control. Esto
no significa que todas las empresas deban entre-
gar su algoritmo a Lln órgano r egulador , pero sí
que aquellos que tengan repercusión en la pobla-
ción pasen un conjunto de pruebas que garan-
ticen un mínimo d e rigor cuando el algoritmo
sea ampliamen te 11tilizado. A veces lo comparo
com o la era que vivieron los coches cuando em -
pezaron a diseñarse elem entos com o el cintLrrón
de seguridad, el airbag o la propia lTV.
Vamos a vivir t1na época de aciertos y errores
en cuanto al uso de estas tecnologías, pero aún
tene.m os n1argen de trabajo. Se va a hablar n1L1-
cho también de la privacidad de los datos y de
su anonimización y su almacenaje. Si t e intere-
sa este ten1a recomiendo ver el doctrmental Ses-
go codificado o leer libros com o La automatiza-
ción de la desigualdad, ¿Te va a sustituir un al-
goritmo? o EL poder de la privacidad.
Lo que m ás me motiva de esto es que tan solo
estamos viendo la punta del iceberg de las cosas
bL1enas qt1e nos pL1ede traer la IA. Yo com o doc -
tora informática que trabaja con ello día a día m e
encuentro con la s11erte de impactar con solucio-
nes d e lA en múltiples sectores y ahora se abre la
oportunidad de trabajar jtmto a otros perfiles: so -
ciólogos, abogados, lingüistas, periodistas de da-
tos... Se están creando muchas oportunidades
profesionales en este campo y es la hora de tender
puentes entre disciplinas. El futuro es incierto,
pero trabajaremos para que los algoritmos contri-
bt1yan a nlejorar los resultados científicos, nt1es-
tras vidas y no a construir Terminators. •
33
 ,

POR ISABEL MORENO

Física. Máster en Meteorología y Geofísica. Experta en Cambio Climático.
 • 1 ser humano es responsable del
cambio climático actual? Ro -
tundamente, sí. Es más, siendo
sinceros, tendríamos que decir
que esa pregt1nta n o debería es-
tar en este número sobre debates de la cien -
cia. Al menos, no debería aparecer si habla-
mos de debates actt1ales, ya que a día de hoy
no existe duda sobre ello.
En el último inforn1e del Grupo lnterguber -
nan1ental de Expertos sobre el Cambio Cli-
mático (IPCC) podemos leer que <<es ineqtLí-
voco que el ser humano h a calentado el siste-
ma climático desde la era preindt1strial>>. Si
echamos la vista atrás en estos informes ve-
ren1os qtte dicha atribución sie1npre ha exis-
tido y , con el paso de los años, lo qt1e ha ocu -
rrido es qtLe ha aumentado la segt1ridad de
qt1e esto era así. Prueba de ello es el segt1n -
do informe del IPCC, publicado en 1995, don-
de se indicaba qt1e existían limitaciones p ara
detectar de forma clara la señal antropogéni -
ca en el clin1a, pero que <<el conjunto de evi-
dencias sugiere que hay tLna inflt1encia hu -
mana discernible en el clima global>>.
SHllTTERSTOCI(
Un tractor
bulldozer
\'
realizando trabajos
en un basurero.
En la actualidad es innegable que esto es así
y, at1nqtLe nos ptteda sorprender, las bases
qtLe nos llevan a comprender qué está octL-
rriendo y qué puede ocurrir se remontan a
hace mucho , mucho tiempo.
El IPCC es el organismo de la ONU encar -
gado de evaluar las publicaciones científicas,
técnicas y socioeconómicas relacionadas con
el can1bio climático. Son miles las qt1e se tie-
nen en cuenta para elaborar sus informes y
cientos de científicos quienes participan en
este trabajo . Es más, el rest1ltado final nace
de tln consenso en prácticamente cada pala-
bra publicada. De esta forma , los informes del
IPCC nos mt1estran t1na fotografía muy clara
de la ciencia establecida en este campo hasta
la fecha. No son una fuente cualquiera.
UN SIGLO HASTA EL IPCC
Allá por la década de 1850 se elaboraron los
primeros estudios sobre el papel del co2a la
hora de calentar la atmósfera. Pero habría qtLe
esperar hasta 1896 para hallar la prin1era pu-
blicación en la que aparece cón10 cambiarían
las temperaturas del planeta según diferen -
-/
'
...,,. - ,
- -

tes concentraciones de este gas. Ese artículo
es << On the Inflt1ence of Carbonic Acid in the
Air upon the Ten1peratt1re of the Ground>> y
Svante Arrhenius su at1tor (y sí, <<ácido car-
bónico>> porque en aquella época se denomi-
naba de esa forma al co2).
Entre otras cosas, Arrhenius mostraba en
este trabajo cómo cambiarían las tempera-
turas mt1ndiales en función de la concentra-
ción de C0 2 en la atmósfera. Esta última can-
tidad la expresó en variaciones respecto a las
concentraciones de aq11el momento y obtt1-
vo que, con la mitad de co2en la atmósfe-
ra, la temperatura bajaría entre 4 y s ºC. Si
las concentraciones atnnentaban un 50 º/o,
la temperatura subiría entre 3 y 4 ºC y, si se
duplicaban, el aumento sería entre s y 6 ºC
(nota: hay que señalar qt1e sus res t1ltados fue-
ron mt1y acertados teniendo en cuenta los da-
tos rudimentarios que se emplearon y, sobre
todo, qt1e se calcttlaron hace más de un siglo) .
E11 este artículo también se mencionaba que
EN 1896 SE PUBLICA UN ESTUDIO DONDE APARECE
, ,
COMO CAMBIARIAN LAS TEMPERATURAS POR
LAS CONCENTRACIONES DE co2
SHVTTERSTOCK
la quema de carbón estaba ligada a la emi-
sión de co2a la atmósfera pero, aunqt1e en
la actt1alidad es tma idea nluy extendida, no
se alertaba sobre el calentamiento que podía
producir este efecto. Primero , la motivación
de este estudio no estaba relacionada con el
calentamiento global, ¡sino para entender las
glaciaciones! Y es más, en el texto se hacía
alusión a tinas conclusiones de ttn geólogo de
aquella época, el profesor Arvid Gustaf Hog-
bom, en las que se indicaba que la cantidad de
co2emitido a la atmósfera por el carbón era
compensable por procesos físicos que forman
carbonato (sin embargo, a comienzos del
siglo XX ya se indicaba qt1e la quema de car-
bón generaría calentamiento).
Ha pasado mucho tiempo desde entonces.
Nuestro conocimiento del sistema climático
ha aumentado considerablemente y, simul-
táneamente, la cantidad de co2en la atmós-
fera. A finales del siglo XIX las concentracio-
nes de este gas rondaban las 295 ppm, un va-
37
 lor que no hem os experimentado ningún ser
ht1n1ano vivo ahora. Ni siqt1iera lo ha 11echo la
persona más anciana del mttndo, que acababa
de cumplir 119 aíios en el momen to d e redac-
ción d e este artículo. Desde el nacimien to de
esta mujer en 1903 (mismo año en el que Arr -
henius ftte galardonado con el Nobel de Qt1í-
mica, por cierto)' las concentraciones de co2
en la atmósfera han variado desde unas 297
a casi 420 ppm . Un aumento del 40 °/o que se
ha prodt1cido a t1n ritmo que , seguramente,
los cien tíficos de aquella época no hubieran
creído.

EL CICLO DEL CARBONO

El C02 se emite y se absorbe en la naturale -
za por distintas fuentes. Si echamos un vista-
zo a los flt1jos an t1ales de este gas en la natt1 -
r aleza veremos qt1e el ser humano emite en
torno al 5 °/o de lo que emiten los océanos y la
vegetación juntos. Es decir, nuestras emisio -
nes son m uy inferiores a las debidas a otras
ft1entes naturales. Esto podría llevarn os a
pensar que el impacto d el ser 11umano en el
at1men to de co2en la atm ósfera es d esprecia -
ble, pero entonces estaríamos quedándonos
con la argumen tación a medias: la vegetación
y los océanos son grandes emisores de co2,
pero también gr andes su mideros. De hecho,
absorben más co2del que emiten .
At1n así, la hipótesis que se barajaba en la
pt1blicación de Arrhenius hace más d e un siglo
podría ser cierta. Es d ecir, cabría la posibili-
d ad de que esa absorción neta por parte d e la
vegetación y los océanos ft1era capaz de co m -
pensar las emisiones del ser humano. Sin em-
bargo, ahora sabemos que los procesos natu-
r ales no están siendo capaces de con1pensar

fluiO oceánico neto

j, r o.7
----- + r-:-
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0,9
•
v~etadón
450. 650
3~ '
Slll!I06
¡5()0-2400

Esquem a simplificado del ciclo global del carbono.

L05 números representan la masa del yacimiento, también denominada
"reservas de carbono' en PgC ( 1 PgC : 1O1 5 gC) y 1os flujos anuales de
intercambio de carbono (en PgCaño-1). Los números negros y las flechas Indican la
masa del yac1m1ento y los flu¡os de intercambio estimados para el tiempo anterior a la Era Industrial. alrededor de
1750. Las reserv.is de combustibles fósiles son de GEA (2006) y son consistentes con los números utilizados por
IPCC WG lll para escenarios futu ros. El almacenamiento de sedimentos es una suma de 1 50 PgC del carbono otgánico
en la capa mixta (Emerson y Hedges, 19 88) y 1600 PgC de los sedimentos de CaC03 de aguas profundas disponibles
para neutralizar el C02 de los combustibles fósiles (Archer et al., 1998). Las flechas rojas y los números indican l os
38 flujos "anlropogénicos" anuales promed iados durante el período 2000-2009 .
 La influencia humana ha calentado el clima a un ritmo
sin precedentes en al menos los últimos 2000 años
Cambios en la temperatura global de la superficie en relación con 1850-1900
a) Cambio en la temperatura global de la superficie (promedio
decenal) reconstruido (1-2000) y observado (1850-2020)
•e
'(]
El calentamiento no t iene
precedentes en más de 2000 años
1 15
Periodo de varios siglos
más cálidos en más de 100 000 años
10 1o
observada
os
0.2
o.o
reconstruida
0.5
·l 1 1
1 500 1000 150.. 1850 2020
la emisión de co2provenientes de los com-
bustibles fósiles . Ni lo están haciendo ahora
ni lo estaban haciendo entonces. De haber si-
do así, no se h abría estado acumulando C0 2
en la atn1ós fera desde mediados del siglo XIX
hasta llegar a cantidades sin precedentes en
la historia del ser humano como especie.
Además, el h echo de haber añadido más
co2a la atmósfera ha provocado que algt1nos
flujos de en1isión y absorción naturales hayan
cambiado . Por ejemplo, el océano está absor-
biendo más C02 ahora qtte hace LlnaS décadas.
Gracias a este efecto, las concentraciones de
este gas en la atmósfera no están aumentando
a un ritmo mayo r, pero está provocando que
los océanos se acidifiquen (otra de las conse-
cuencias del cambio climático), un gran ries-
go para los ecosistemas marinos .
En cualquier caso, viendo de nuevo la pro-
porción de co2que emite el ser hun1ano con
respecto a otras ft1entes, ¿podemos asegtrrar
que ese co2proviene de nuestr as actividades?
HOY SABEMOS QUE LOS PROCESOS NATURALES
NO ESTÁN SIENDO CAPACES DE COMPENSAR LA
, ,
EMISION DE co2DE LOS COMBUSTIBLES FOSILES
b) Cambio en la temperatura de la superficie global (promedio anual)
observado y simulado utilizando factores humanos y naturales y soto
naturales (ambos 1850-2020)
"C
observada
simulación
10 humana
y natural
os
simulación
o.o solo natura L
(solar y volcánica)
·05
1850 1900 1950 20C ~ 2020
La respuesta es que sí y a través de aspectos
tan curiosos como, por ejemplo, la huella iso-
tópica del carbono. Lo que h ace que un áto-
mo sea de un elemento y no de otro es el nú-
mero de protones que tiene en StLnúcleo. De
esa forma, el hidrógeno tiene solo t1n protón,
el litio 3 ... y el carbono 6. Sin embargo, en el
núcleo podemos encontrar diferente número
de neutrones y eso provoca que los átomos de
un mismo elemento puedan tener diferentes
masas, aunq ue ocupen el mism o lugar en la
tabla periódica.
Eso es lo que conocemos como isótopos y,
en el caso del carbono, hay tres que pode -
mos encontrar en la natt1raleza: el carbon o 12
(con 6 protones y 6 n eutrones en su núcleo) ,
el carbono 13 (con 6 protones y 7 neutrones) y
el carbono 14 (co n 6 protones y 8 neutrones).
De esa lista, segt1ramente nos rest1lte familiar
el carbono 14 por su uso para datar m11estras,
t1n procedimiento en el qt1e se aprovecha qt1e
este se transforma en nitrógen o 14 con el
39
 -
- •
..

-
·---
- • - -

_;¡;,,;...... -
- -
 -
--
-
-

-- -
- ,. ..
-
- -
•

-
- e+ e

-
-
m
== i • -
-
 Emjsiones de C02
2000 2200 2400 2600 2800 3000 la que hay en la atmósfer a. Por tanto , si con -
a
segt1im os liberar ese carbono al aire, cabría
30
es perar qt1e la proporción de carbono 13 dis -
-
-~ 20
•
-
-
ROP 8.5
RCP8.0 minuya (como si lo diluyéramos en más car -
uO'> RCP4.5 bono 12) y es, precisamente, lo qt1e se está
~ 10 - RCP 2.8 observa ndo alreded or d el mt111do.
Es ta es solo una de las prt1ebas qt1e existen
o para relacionar el at1men to de co2en la at -
m ósfer a con las actividades d el ser ht1man o.
C0 2 atmosférico Pero son m11chas más las qt1e apuntan h acia
ese sen tido: obser vaciones directas, análisis
_ 1soo d e tes tigos de hielo , d e anillos de árboles ...
> y la más potente nace d e nt1estro desarrollo
E
a.
.e 1000 tecnológico: los modelos climáticos .

500 LOS MODELOS

---------------------------------
Cambio de temperatura del aire superficial
10
e a los modelos climáticos. Estas herramien -
8
-
~
6
4
2 mos observando.
o
Expansión térmica del océano
3.5 ..,......._ _ _..___ _ ...__ __.._ _ _..__ _ i
d
3.0
2.5
E' 2.o
~ 1.5
1.0
0.5
o.o..:i....- ~=::=:~;-:=======::;:=====~
2000 2200 2400 2600 2800
Año
paso de los años. Es un isó topo radiactivo, pe-
ro el carbono 12 y 13 n o lo s on, por lo que no
desapar ecen con el paso d e los añ os. Rest1lta
q11e en la atmósfera debería haber unas con-
centraciones d eterminadas y r elativamente
es tables entre el carbono 12 (mayoritario) y el
carbono 13 (muy n1inoritario) . Esta propor -
ción en t re carbono 12 y 13 es parecida tanto
en la atmósfera como en los océanos, pero no
e11 la vegetació11, que presentan aún m enos
proporción d e carbono 13, ya que absorben
ft1ndam entalmente carbono 12 al hacer la fo -
tosíntesis, que es men os pesado.
Ahora bien , los combt1stibles fósiles son
el resultad o d e la descomposición de seres
vege tales, así qu e es es perable que s t1 propor -
ción de carbono 12 fren te al 13 sea mayor que
Si podemos cu antificar en la act11alidad qt1é
grado de responsabilidad tie11e el ser human o
en el cambio climático es, sin duda, gracias
tas han mejorado mt1chísimo en las últimas
d écadas y en la actt1alidad so n capaces de re-
producir de forma bas tante fiel lo que esta-
Es más , podemos jt1gar con ellos para ver , por
ejemplo , qué pasaría si quitan1os el co2d e la
atmósfer a, o si lo duplicamos ... o si no exis -
tiera la inflt1en cia del ser human o. Precisa-
t mente , esta es una de las pruebas de que sin
la acción de nuestra especie no estarían pro-
d.uciénd ose temperaturas sin precedentes en ,
al n1en os, los d os últimos milenios.
Si intentamos reproducir con modelos la
evolución de las temper att1ras d esd e 1850 so -
lo mediante los fac tores naturales, el r est1l-
3000
tado no coincide con las observaciones. Es
necesario incluir el forzamiento debido a las
activ idad es ht1manas para lograrlo.
Esta es una prueba muy potente del gran peso
que ha tenido y tiene el ser humano en el cambio
climático actt1al, pero ¿podem.os ponerlo en n(1-
meros? De nuevo, la respuesta es afirmativa. En
el resumen para autoridades políticas del sexto
informe del IPCC, pttblicado en agosto de 2021,
se n1uestra que en tre 2010 y 2019 la temperatt1ra
mundial había subido entre O. 9 y 1.2 ºC respecto
a la era preindt1strial (siempre existe tm n1argen
de error). Pues bien , de ese valor, el ser huma-
no habría sido responsable de un atrmento en-
tre 0.8 y 1.3 ºC, mientras que los forzamientos
naturales, de -0.1 a 0.1 ºC. Es decir, el ser ht1-
mano es r esponsable de prácticamente todo el
calentamiento obser vado , mientras qt1e los ci-
clos naturales habrían contribuido, como mu-
cho, con una décima.

42
 Líderes políticos en la Conferencia Mundial sobre Cam bio
Climático 2015 (COP21) en Le Bourget, al norte de París, Francia.
--
.... _
Pero dicho impacto en las temperaturas no
surge tínicamente por nuestra emisión de ga-
ses de efecto invernadero {si solo fu era por
ellos, la temperatura del plan eta habría subi-
do ya en torno a 1.5 ºC), sino de la combina-
ción de estos con otros factores. Por ejemplo,
a tr avés de cambios en los usos del suelo o la
emisión de aerosoles , partículas que son ca-
paces de reflejar los rayos del sol y tienden a
enfriar la Tierra tal como ocurre, por ejem-
plo, con la erupción de algunos volcanes.
lPODREMOS CONTENERLO ... SI DEJAMOS
DE EMITIR co2
AHORA MISMO?
Llegados a este punto segtrramente nos
preguntemos qué pasaría si dejásem os de
emitir C0 2 ah ora mismo. ¿Acaso podríamos
solucionar el cambio climático de esa for-
ma? Aquí es donde aparece una de las sorpre-
sas más amargas de la crisis climática: si de-
jásemos de emitir co2ahora misn10 no pasa-
ría nad a, al menos, de forma apreciable en el
-
ENTRE LOS ANOS 2010 Y 2019 LA TEMPERATURA
,
MUNDIAL HABIA SUBIDO ENTRE 0.9Y1.2 ºC
RESPECTO A LA ERA PREINDUSTRIAL
-- --
--
--
EFE
futuro cercano, y en algunos aspectos tampo -
co en el medio ... ni en el lejano.
Cuando el C02 se emite a la atmósfera, par-
te de él se distribuye rápidamente entre esta,
la capa superior del océano y la vegetación.
Pero otro por centaje ta rda muchísimo más
tiempo en ser absorbido por el suelo , las ro-
cas o el fondo de los océanos ... del orden de
siglos e incluso milenios.
Para ver la magnitud de estos procesos y la
dificultad de dar marcha atrás en el cambio
climático es mt1y títil hacer uso de la Figtira
12.44 del 5° infor me del IPCC. De forma gene-
ral, al dejar de emitir C0 2 , las concentracio-
nes de este gas dismin t1irían ligeramente en
los siguientes años, per o se mantendrían sin
grandes variaciones durante siglos .
Si nos ponemos en el caso hipotético de
que eso ocurriera con 4 50 ppm en la atmós-
fera, las concentraciones tardarían práctica-
mente t1n m ilenio en volver a niveles simi -
lares al año 20 00. La temperatt1ra tampoco
43
REUTERS
cambiaría demasiado e incluso alg11nos pro-
cesos continuarían d11rante todo ese tiempo,
como el at1mento del nivel d el mar , ya que el
océano segt1iría absorbiendo calor y, por tan-
to, expandiéndose. Pero si el cese de emisión
d e C0 2 llega más tarde y se sigue acumulan-
do en la atn1ósfera, será m11chísimo n1ás difí-
cil volver a niveles, simplemente, conocidos
en la historia más reciente d e la humanidad.
¿y SI QUITAMOS co2DE LA ATMÓSFERA?
Pero ¿y si echamos una mano para elimi-
nar C0 2 atn1osférico más rápido? Existen dos
vías para conseguirlo. La primera es de for -
ma natt1ral, como plantando árboles. Esta
opción bie11 realizada puede tener beneficios
ambientales como la recuperación de ecosis-
temas degradados, sociales al implicar co-
mtLnidades de la región... pero existen limi -
taciones y riesgos como qt1e plantar árboles
masivamente puede degradar el suelo, puede
introducir especies invasoras sin tin corr ecto
estudio de la zona y, además, que los árboles
no absorben co2de forma ilimitada.
44
¿Y qué pasa con las técnicas artificiales?
¿Son ciencia ficción? No, no lo so n . Existen
métodos ar tificiales de captura de carbon o,
pero no son técnicas lo suficientem ente ma-
duras en la actualidad. En cualquier caso , es
probable qt1e lo sean en un futuro no dema -
siado lejano e, inclttso, se contemplan esce-
narios futuros en los que estarán operativas.
Sin embargo, esta posibilidad no es una
solt1ción milagrosa frente al cambio climáti-
co que estamos sufriendo. Si absorbiéramos
parte del co2en la atmósfera , algunos com -
ponentes del sistema climático tardarían en
enterarse de que eso ha ocurrido. Por ejem -
plo , las temperaturas mundiales empezarían
a bajar desp11és de t1nos años, ya que existe t1n
desfase entre la cantidad de co2en la atmós-
fera y la respuesta de las temperat uras.
Ad emás, dicha tendencia al enfriamien-
to no sería detectable inmediatamente . ¿Por
qué? Es la variabilidad natural la que tiene
la respuesta: al igttal que no estamos viendo
una subida año tras año de las temperaturas
mundiales, sino q11e algunos años son más
cálidos que otros, no veríamos u n descen-
so lineal y la tendencia hacia el enfriamiento
quedaría enmascarada d ttrante t1nas décadas.
El permafrost también tardaría en en terar-
se. Aunqt1e las temperatt1ras empezasen aba-
jar , todavía se perdería más st1perficie d e este
suelo congelado y tardaríamos tinas décadas
en rect1perar la extensión previa a cuando se
qttitó el C0 2 de la atmósfera. Del mismo mo-
do, el océano segtliría acidificándose dt1rante
siglos y el nivel del mar subiendo durante ese
tiempo e , inclt1so, milenios.
UNA MÁQUINA DIFÍCIL DE PARAR
Todo esto nos muestra que el sistema cli-
mático es más complicado de lo qt1e podemos
pensar en u n principio. Cada paso es u n avan-
ce difícil de revertir y existen ciertos umbra-
les en los que algunos aspectos de l sistema
climático pasan a un estado prácticamente
irreversible . Este es el motivo por el qt1e se
pactó en el famoso Acuerdo de París limitar el
calentamiento a 2 ºC y,
a ser posible, 1.5 ºC a fi -
nal de siglo respecto a la SI LAS EMISIONES
era preindustrial.
Retomando lo que FUERAN NULAS EN
, ,
acabamos de plantear
anteriormente, ¿po- 2030, AUN SE PODRIA
dríamos llegar a los lí-
mites del Act1erdo d e LIMITAR LA SUBIDA DE
París absorbiendo C0 2
de la atmósfera? De TEMPERATURA A ºC
nuevo: sí, pero no es
una solt1ción milagrosa. A FINAL DE SIGLO
El hecho de sobrepasar
esos umbrales provocaría que algunos proce-
sos se pt1sieran en marcha y tardasen décadas
o siglos en volver a los niveles que conocemos
hoy en día. En definitiva, cuanto m ás C0 2
emitamos a la atn1ósfera y más tengamos qu e
eliminar, más procesos se pondrá11 en mar-
cha y más tardaremos en volver a situaciones
conocidas actt1almente.
Y no podíamos dejar pasar esta gran oca-
sión para mencionar otra técnica muy con-
trovertida en los tíltimo ti empos para limi-
tar la st1bida de temperaturas: dispersar par-
tículas en la atmósfera que reflejen la radia-
ción solar. Esto limitaría el calentamiento
global, pero no evitaría el avance de algu-
nas consecuencias que estamos sufriendo del
cambio climático. Por sí solo, ese m étodo no
evitaría qu e el co2se siguiese acumttlando
en la atmósfera y, por tanto, no frenaría la
acidificación de los océanos. Pero, además de
estos riesgos asociados, no se sabe muy bien
qué efectos co ncretos podrían tener esas St lS-
tancias en la atmósfera a escala planetaria u
otras consecuencias qt1e actualmente no se
co11ocen ni están a nuestro alcance.
Sea con10 fuere , es posible que necesitemos
el t1so de técnicas artificiales en un futuro ,
pero no d eberíamos confiar el éxito de nt1es-
tros objetivos en técnicas que aún no son lo
suficientemente maduras, que puedan tener
riesgos desconocidos a gran escala o, simple -
mente, no existen. Mucho menos, si at'tn es-
tamos a tiempo de evitar consecuencias más
graves del cambio climático sin ellas.
ESTAMOS A TIEMPO
Científicamente aún es posible limitar la
st1bida de temperatura a 1 .5 ºC a final d e si-
glo. Para ello, se necesita que las emisiones
sean nt1las en torno a 2030. No nos engañe-
n1os, es t1n objetivo mt1y an1bicioso y difícil
•
qt1e reqwere una pro-
funda transformación
en aspectos como la
forma en la que adqui-
rimos nuestra energía ,
nos d esplazamos, nos
alimentamos, cons t1mi-
mos ... Pero son exacta-
mente las mismas me -
didas que tendríamos
1.5 que tomar si queremos
limitar el calentamien-
to a 2, 2.5, a 3 ºC...
Todo esto justifica que
en muchas ocasiones se haga referencia al
can1bio climático actual como <<Crisis clin1á-
tica>> o <<emergencia climática>>: se necesitan
medidas urgentes contra este problema por-
qt1e, ct1anto m ás tardemos en implementar-
las, más graves serán las consecuencias.
Estas son las cartas que nos muestra la
ciencia en este momento y las normas d el
juego, aunque ganar esta partida no depen-
de únicamente de ellas, sino de cómo deci-
da juga r el resto de la civilización: desde la
política, la econonua, la sociedad ... cada tina
con su diferen te número de cartas y con sus
jt1gadas. Pero, ojo, que cuanto menos avan -
ce el reloj, menos perderá toda la humanidad
y, si queremos mantenernos en los límites
del Act1erdo de París, esta d écada es d ecisi-
va. ¿Lo lograremos? Solo lo sabremos en tln
futuro ... , por ahora, incierto. •
45
• ,
•
 a energía ntLclear ha estado rodeada de
polémica desde st1s inicios. El debate
sobre su tLtilización para prodt1cir elec -
t ricidad tiene múlt iples puntos de vis-
--- ta, qu.e es necesario analizar por sep a-
rado para obten er c onc lus io11es. Probablem en -
te sea en los aspectos puram en te científicos y
tecnológicos donde exista 11n m ayor consenso
sobre la necesidad de su t1tilizac ión , y un indi-
cio de ello es que las en cuest as de opirLión reali-
zadas en varios países obt ienen siempre la mis-
ma concltLsión: ct1anto m ayor es el n ivel de co-
nocimientos científicos del encuestado , mejor
es su opinión sobre la en ergía nuclear.
Como en cualqt1ier asunto relacionado con la
ciencia y la tecnología, no existen los blancos y
los negros. La energía nuclear no es el peor in-
vento de la humanidad , pero tampoco es la única
solt1ción a todos SllS problemas. Analicem os ca-
da uno de sus aspectos polémicos desde un punto
de vista meramen te científico y que sea el lector
el qtLe forme su propia opinió.n tras contrastarlos.
CAMBIO CLIMÁTICO
Los sectores de la e lectricidad , el tra nspor -
t e terrestre y la climatización son las mayores
fuentes de enlisiones de co2de origen humano,
WIKIMEDIA COMMONS
La central nuclear de la isla
de Olkiluoto, en La orilla del
golfo de Botnia, al oeste de
Finlandia.
-
y al nlism o tiempo son los sectores que más fá-
cilmente se pueden descarbonizar. Parte de la
ind11str ia, la agrict1ltura y el tra nsporte aéreo
necesitan t1n mayor esfu.er zo para electrificarse.
Al menos el 80 ºlo de la electricidad mt1ndial de-
bería ser baja en emisiones de co2en 2050 pa-
r a te ner una posibilidad realista de mantener el
calentamiento dentro de los 2 ºC sobre los niveles
preindustriales, segtín el último informe d.e l IPCC.
En 2018, el 64 ºlo de la electricidad mundial
se generó a partir de la quem a de combustibles
fósiles, una mod.e sta dismint1ción desde 20 08,
ctiando la cifra era del 67 ºlo . Durante el mis-
mo periodo, la producción absoluta de electri-
cidad a partir de con1bustibles fósiles aumen -
tó e n un 25 ºii>. La escala del desafío requier e el
crecimient o de todas las tecnologías disponibles
de energía b aja en emision es. En ese aspec to, y
siempre según el IPCC, las emisiones de C0 2 del
ciclo de vida completo (desd e la minería h asta la
gestión de los residuos) de la energía nt1clear se
en ct1entran entre las nlás bajas de todas las fo r -
m as de gen eración de elec tricidad, equivalentes
a las enlisiones de la e nergía eólica.
La energía nuclear es tin a tecn ología am -
pliam ente probada, está disponible hoy en día
y puede expandirse rápidam ente, como lo h a
hech o en el p asado Francia o lo está h aciendo
actualmente China, lo q11e la convierte en una
parte indispensable de las herramientas de n1i-
tigación del cambio climático, jt1nto con todas
las energías renovables con bajas emisiones,
como re pite en todos st1s informes la Agen cia
Internacional de la En ergía {AIE).
TIEMPO DE CONSTRUCCIÓN
Una crítica h abitu.a l y j11stificada a la energía
nuclear es el retraso en la construcción de algu-
nos reactores, especialmente en Europa. Si bien
es cierto que tanto Flamanville 3, en Francia, co-
mo Olkiluoto 3, en Finlandia, o Vogtle 3 y 4, en
los EE. UU., han sufrido grandes retrasos, se trata
de un claro caso de falacia de mt1estra sesgada. Se
citan dichos retrasos y se intenta generalizar en
todo el mundo. Pero la r ealidad es bien diferen-
te. Se están constrt1yendo actualmente 56 reacto-
res n ucleares {Olkiluoto 3 ya se ha terminado) en
,
SE NECESITARA AUMENTAR LA CAPACIDAD
NUCLEAR MUNDIAL Y CREAR PROGRAMAS DE
,
EXTENSION DE VIDA DE LAS CENTRALES ACTUALES
todo el mundo y la absoluta mayor parte de ellos
se están construyendo en tinos 5 o 6 años.
¿Cuál es el m otivo de los retrasos en la cons-
trt1cción de algunos reactores? La constru cción
de una central nt1clear es una en orme obra de
ingeniería, que engloba múltiples aspectos tec-
nológicos, desde la obra civ il hasta la mecánica ,
electricidad, electrónica o informática. Cuan -
do se construye t1n nuevo tipo de reactor , con10
es el caso de los EPR (Reactor Etiropeo Pres11ri-
zado) de Fran cia y Finlandia, tanto las empre-
sas como sus trabajador es carecen de experien -
cia y es mt1y difícil acer tar en los plazos y en los
presupt1estos. Del mismo modo, ct1ando se tie-
n e suficiente experien cia y los trabajadores van
de una central a otra, los datos demt1es tran qt1e
la implementación es mucho m ás rápida. Es lo
que ocurrió en Francia durante su expansión
nt1clear de los añ os 70 y 80, y es lo qu.e oct1rre
ac tualmente en Rt1sia y China.
49
ARCHIVE COUECTION
COSTES DE CONSTRUCCIÓN
Según el Escenario de Desarrollo Sostenible
(SDS, por sus siglas en inglés) de la AIE, se nece-
sitará aumentar la capacidad nuclear mundial,
además de implementar ambiciosos programas
de extensión de vida de las centrales nucleares
existentes. En 2019, la energía nuclear no estaba
en camino de alcanzar la producción necesaria.
De hech o, la tasa de adiciones anuales de poten-
cia necesitaría al menos dt1plicarse entre 2020 y
2050 para cumplir con los objetivos del SDS.
Existen much as razones para ese déficit, pe-
ro las más importantes están relacionadas con
el alto coste de los nt1evos proyectos nt1cleares,
particularmente en países que no h an construi-
do centrales nucleares en las últimas décadas.
La percepción de que las nt1evas centrales nt1-
cleares conllevan t1n alto riesgo financiero di-
st1ade a los inversores y ha reducido todavía
más la capacidad de los países para atraer fi -
nanciación para proyectos futuros.
50
Estos problemas no están presentes en países
que han construido centrales continuan1ente.
Con organizaciones de proyectos con experien-
cia y cadenas de stmtlnistro bien establecidas,
los proyectos nucleares se ejecutan cumplien-
do el presupuesto y el calendario. Las dificulta-
des d.e muchos proyectos FOAK (primero de un
tipo, por sus siglas en inglés) no son inllerentes a
la tecnología nuclear en sí misma, y es la principal
cat1sa de los retrasos y sobrecostes.
Los costes del capital representan más del 70 °/o
de los costes totales de nuevas centrales nuclea-
res. Estos proyectos requieren que se movili-
cen grandes cantidades de capital por adelanta-
do. Una vez terminada la construcción, los costes
operativos son bajos y predecibles.
Paradójicamente, también según la AlE, la
forma más barata de producir electricidad en
todo el mt1ndo es la operación a largo plazo de
las centrales nucleares existentes, más allá de
los 40 años previstos en el diseño. En Estados

EL FAMOSO ACCIDENTE DE CHERNOBIL, EN 1986,
,
ES EL UNICO QUE HA TENIDO EFECTOS
CUANTIFICABLES EN LA SALUD DE LAS PERSONAS
Unidos, el referente normativo y tecnológico de
España, todos sus reactores tienen licencia para
operar durante 60 años y varios de ellos ya 11an
obtenido permiso para op erar dttrante 80 años,
tras revisar exhatLstivamente su seguridad.
SEGURIDAD NUCLEAR
Los seres hun1anos tenemos tLna percepción
muy sesgada de los riesgos. Todos temem os a los
tiburones, que matan cada año a 1mas 10 perso-
nas. Sin embargo, el animal que causa más m11er -
tes y con diferencia es el mosquito, por s11facili-
dad para transmitir enfermedades, con un saldo
anual de 725 000 nluertes. Del mismo modo, di-
versos estudios concluyen que la energía nttclear
es una forma excepcionalmente segura de produ-
cir electricidad a escala industrial . Es la en ergía
que ha causado el menor número de m11ertes por
energía producida, 100 veces menos que la ener-
gía hidroeléctrica, justamente considerada una
energía limpia y también muy segura.
Los accidentes nucleares graves son muy raros
y no particularmente peligrosos. El accidente de
~ ------------------------------------
¡:
Componentes de
una central nuclear.
e
Edlflcío dt contención)
T\lbtrlas dt vapor
1 (..__l_urbi
~'n_a _,,)
e Alttrntdor )
Barras dt control
,
Chernóbil que se produjo en abril de 1986 es el
tínico accidente n11clear que ha tenido efectos
c11anti.ficables en la salud d e las personas: dece-
nas de m11ertes directas y unas 4000 estimadas
en base a la dosis recibida.. Sin embargo, el ac-
ciden te de marzo de 2011 en Fuk11shima (Japón)
no causó ningtín efecto inmediato en la sal11d y
es poco probable q11e cause e fectos f11turos, se-
g1ín el Comité Científico de las Naciones Unidas
sobre los Efectos de las Radiaciones Atómicas
(UNSCEAR) . Lo mismo se puede decir del ac -
cidente de Three Mile Island (TMl) , en 1979, en
Estados Unidos, en el q11e no se registró ninguna
víctima de la radiación gracias a la ausen cia de
em isiones radiactivas significativas.
El accidente de Chernóbil no ayudó a m ejorar
la seguridad en el resto de reactores debido a que
su diseño era particularmente inestable e inse-
guro (a las pruebas nos remitimos) y carecía de
edificio de contención, además de la necesaria
cttltura de seguridad. Sin embargo, tanto TMI
como Ftlkushima supusieron una enorme ft1ente
de experiencia operativa qt1e ayudó a reforzar la ~
Eá.lvub aou• ca~•n0
e
TransfonNdor)
:••
•• ( Electricidad )
• ••
:••
'••
1
1
¡•
••
j
:
i
1
Bornba
51
 ,
LA UNICA INDUSTRIA PRODUCTORA DE
ENERGÍA QUE ASUME LA GESTIÓN DE TODOS
SUS RESIDUOS ES LA NUCLEAR
seguridad en el resto de reactores de todo el mt1n-
do. Tras Ftlkushirna se implementó la estrategia
FLEX (apócope de flexibilidad), incorporando
eqt1ipos portátiles at1tónomos y aerotransporta-
bles en helicópteros , que pern1iten la parada se-
gura del reactor en caso de accidentes no previs -
tos en el diseño, como ocurrió en Japón en 2011.
Si bien no existe la seguridad absoluta, podemos
afirmar qtte las centrales nucleares son más segt1-
ras que nt1nca y qt1e un hipotético accidente ten -
dría unas consecuencias todavía menores.
Sin embargo, la opinión ptíblica sigt1e temiendo
más por stt vida ante un hipotético accidente nu-
clear que ante la posibilidad de ser algtma de las
7 millones de personas que pierden la vida cada
año por la contaminación del aire, por la qt1ema
de combustibles fósiles y biomasa, según la OMS.
Nt1evamente se impone la idea de la divt1lgación,
la invitación a contrastar los datos de ft1entes fia-
bles y obtener cada tmo sus propias conclusiones.
Desfile militar en
~ Pionyang, Corea del
.; Norte, con armas
- ..
52
-
RESIDUOS RADIACTIVOS
Todas las formas de generación de electrici-
dad producen algún tipo de residuo en alguna
o varias de las fases de sus ciclos de vida. Todas
n ecesitan minería y un procesamiento inicial
de los minerales, generartdo resid11os, algunos
tóxicos y radiactivos. Pero, la energía nuclear
es la única ind.ustria productora de energía qtte
asttme la responsabilidad total de la gestión de
todos sus residuos, desde la mina h.asta el alma -
cenamien to final . Los residuos nucleares civiles
se han gestionado sin una emisión medioam-
biental significativa durante seis décadas en
todo el mttndo. A diferencia de otros residt1os
tóxicos , con10 los metales pesados, el principal
peligro asociado con los residuos nt1cleares, su
radiactividad , decae con el tiempo.
Es habitt1a l que se diga qt1e la gestión de los
residuos radiactivos no tiene solución, o que es-
ta, de existir, no es satisfactoria. Para poner en
contexto el voltunen de residuos al que nos en- , ,
frentamos, según e l Organismo Inte rnacio11al
de la Energía Atómica, hasta 2013 se habían
GUIA PRACTICA DE
extraído un total de 370 000 toneladas de ele- COSTES NUCLEARES
m en tos combt1stibles de los reactores comer-
a Ag encia de Energía Nuclear (NEA. por sus
ciales de todo el mundo. Co11 un simple y apro-
ximado cálculo obtendríamos el volumen de un L siglas en inglés) de la OCDE publicó en 2020
un informe titu lado Unlocking reductions in the
cubo de 47 m etros de lado.
El combustible t1sado es un sólido cerámico construction costes of nL1clear: a practica/ guide
insoluble en el agua y encapsulado en vainas far stakeholders (oe.cd/nea-redcost-2020) con
antes de ser almacenado en contenedores. No las siguientes conclusiones:
puede explotar como una bomba atómica por su
bajo enriquecimiento (menos del 4 °/o de U- 235, 1 Aprovechar las lecciones aprendidas de los
frente al 90 ºlo necesario para una bomba) y no
recientes proyectos de construcción de reacto-
genera calor suficiente para fundirse, como ha
res de 111 Generación.
ocurrido con los accidentes nucleares, pt1esto
que el combustible lleva tiempo fuera del reac-
tor y genera mt1cho menos calor . 2 Priorizar la madurez del diseño y la estabilidad
El principio básico de la gestión de los residuos regulatoria durante la construcción.
radiactivos es no traspasar nuestra responsabili-
dad a las generaciones ft1tt1ras. Nosotros hemos 3 Comprometerse con un programa nuclear es-
generado los residu.o s para nuestro beneficio y tandarizado para capitalizar la construcción en
somos nosotros quienes debemos darles una so- serie, la construcción de unidades múltiples y la
lución . El sector nuclear tiene la responsabilidad optimización de procesos es la vía más promete-
en todos los países de gestionar todo el ciclo del dora para reducir los costes.
combt1stible, costea.n do todo el proceso.
El consenso científico mundial indica que los
almacenes geológicos profundos (AGP) son una
4 Permitir y mantener el desarrollo de una cade-
forma segura y efectiva para almacenar los resi- na de suministro industrial.
duos radiactivos de alto nivel de actividad y larga
duración, para aislarlos de las personas y el medio 5 Fomentar la innovación. el desarrollo del ta-
ambiente. Los principios de seguridad y las solu- lento y la colaboración en todos los niveles.
ciones tecnológicas para la gestión a largo plazo
de los residuos radiactivos están bien estableci- 6 Apoyar marcos de mercados y financ iación
dos y st1s requisitos han sido revisados de forn1a robustos y predecibles.
independiente por organizaciones internacio-
nales cualificadas. Efectivamen te, el consenso
científico y tecnológico sobre la seguridad de
7 Los gobiernos deberían crear un entorno que
fomen te un con trato social entre la industria y la
los AGP se ha desarrollado durante medio siglo,
sociedad para reducir los costes.
gracias al trabajo de mí1ltiples equipos de cien-
tíf1cos e ingenieros en laboratorios de Bélgica ,
..
Tren que se dirige a la antigua
central nuclear de Biblis, Hesse
(Alemania), con residuos nucleares.

,
LA DECISION DE TENER
ARMAS NUCLEARES NO
,
TIENE UNA RELACION
DIRECTA CON LA
,
DISPOSICION DE UN
PROGRAMA
NUCLEAR CIVIL
Finlandia, Francia, Alemania, Japón, R11sia,
St1ecia, St1iza y Estados Unidos, además de
otros países entre los que se encuentra España.
Los r esultados científicos acumulados, la
evidencia tecnológica y las demostraciones de
seguridad han sido revisados por expertos in -
ternacionalmente reconocidos para alcanzar el
nivel actttal de maduración de esta solt1ción a
los residt1os radiactivos. La estrategia d.espt1és
de la clausura d.e t1n AGP se b asa en la seguridad
pasiva para aislar y contener los residuos. Esto
significa qtte tm AGP, tma vez sellado, no nece -
sita supervisión ni mantenimiento, por lo tanto,
no tendrá gastos de gestión. Toda la inversión se
debe realizar antes del sellado.
Otro aspecto esencial en t1n AGP es la estabi-
lidad geológica. Se seleccionan lugares que han
pern1anecido geológicamente estables dtrrante
millones de años (1000 millones en el caso de Fin-
landia, el primer AGP que se pondrá en servicio),
54
.... .. ..,
para garantizar q11e d urante miles de años los
residuos pern1anecerán seguros hasta que tengan
el mismo nivel de radiactividad que el entorno.
Además, está previsto qtte los reactores de IV
Generación serán capaces de utilizar cerca del
99 °/o de la energía del combustible nt1evo y usado
(los acruales solo aprovechan el 5 °/o), reduciendo
notablemente el volumen de residuos generado,
esencialmente q11edarán los productos de fisión..
Actualmente, solo está en funcionamiento unre-
actor de IV Generación, el BN- 800 ruso, atmque
dos nlás están en construcción.
PROLIFERACIÓN NUCLEAR
Las Salvaguardias del Organismo Internacional
de Energía Atómica (OIEA) de las Naciones Uni-
das han demostrado ser acuerdos eficaces y la in-
dtlStria de la energía nuclear no aumenta el riesgo
de proliferación de armas nt1cleares. Corea del
Norte ha desarrollado estas armas, pero nunca ha

Infografía que
recrea una planta
de energía
nuclear. con las
torres de
refrigeración en
primer término.
generado electricidad nuclear. Más de 30 países
tienen reactores comerciales y solo ocho de ellos
tienen armas nttcleares. Los programas de ar-
mamento nuclear se desarrollaron primero en la
mayoría de esos países y la decisión de tener ar-
mas n11cleares no tiene tina relación directa con la
disposición de un programa nuclear civil. Si bien,
determinadas instalaciones (enriquecimiento y
reprocesanliento) se pueden utilizar en Ja pro-
ducción de armas, las Salvaguardias son herra-
mientas eficaces para vigilarlas. De hecho, las
ce11trales nucleares pt1eden ayt1dar a eliminar
las ojivas nucleares, como ocurrió con el progra-
ma Megatons to Megawatts, entre 1993 y 2013,
cuando las reservas de Rt1sia y EE UU equivalen-
tes a 20 000 bombas atómicas se convirtieron
en combustible nuclear, que representó el 19 °/o
de las necesidades mundiales de trranio y pro-
dujo el 10 °/o de energía eléctrica consumida en
EE.UU. durante los citados 20 años.
DIVERSIDAD DE OFERTA
Todas las formas de generación de electrici-
dad con bajas en1isiones de carbono deberán
crecer significativan1ente si el mundo quiere
controlar las emisiones antropogénicas de ga-
ses de efecto invernadero. Las energías renova-
i bles, en particular , la energía solar y la energía
eólica, jt1garán t1n papel mt1y importante, pero
~
~ no serán la solución completa. Los formulado-
res de políticas energéticas deberían tener en
cuenta qt1e las energías solar y eólica son f11en-
tes de energía variables qt1e reqt1ieren respaldo
debido a qt1e no pueden garantizar el suminis -
tro eléctrico en todo momento.
Calcular los costes adicionales de integrar
ft1entes de electricidad renovables altame11te
variables en un sistema energético es compli-
cado. Parte del r espaldo podría provenir d el
almacenamiento, tanto en forma de baterías
como de centrales hidroeléctricas de bom-
beo. Sin embargo, au11qt1e son sistemas n ece-
sarios y qt1e sin dt1da tendrán t1n papel cada
vez mayor, también tienen sus limitaciones.
No disponemos todavía de m egabaterías d e
enorme capacidad para respaldar una gran
red eléctrica, no sabemos cuánto costarán, y
las centrales de bombeo necesitan una gran
cantidad de agua, escasa en algt1nos países,
que se va evaporando y es necesario reponer ,
además de ocupar grandes extensiones de te -
rreno. También, es importante sefialar que
estos sistemas de almacenamiento necesita-
rían un excedente de energía, que no siempre
se produce salvo que el sistema de generación
renovable estuv iera extraordinariamente so-
bredimensionado. En definitiva, todos estos
sistemas d e almacenamiento serán necesa -
rios, pero no suficientes .
La energía nuclear se va a convertir en m11-
chos países en un complemento ideal para los
sistemas eléctricos con alta penetración de
energías renovables, gracias a sus bajas emisio-
nes de dióxido de carbono, su escalabilidad, su
capacidad de suministro constante como base
y su capacidad. para prodt1cir potencia variable.
Algunos reactores más antiguos ya tienen ca-
pacidad para realizar cambios rápidos de carga
para adaptarse a la variabilidad de las reno -
vables y todos los reactores de III Generación
actuales disponen de dicha capacidad . Un mix
eléctrico totalmente descarbonizado es posible
con una adecuada combinación, en función de
los rectrrsos renovables de cada país, de ener -
gías eólica, solar, hidráulica, geotérmica, alma-
cenamiento y nuclear. •
55
 arece inherente a la nat11raleza del
ser humano, c;ue.stio11arse todo lo qt1e
Je r0dea. ta Historia nos st1giftre¡ qtte,
1

desde el principio de los tiempos, he-

mos buscado en nt1estro entorno pa -
trones y mod.elos qt1e expliq11en los fenómenos
qt1e suceden a nuestro alrededor para, de algt1-
na forma, encontrar un asi~ero al que aferrar
nuestra propia existencia.
Empezan1os mirando los cielos, midiendo las
posiciones de los astros con el objetivo de buscar
respuestas y, sin embargo, es esta, la astronomía
- o, más bien, lacosn1ología- , tal vez la más aq-
tigua de las ciencias, la que a día de hoy n0s plan-
tea nlás interrogantes.
Ft1eron las leyes que gobiernan el propio fir -
mamento las que consagraron a sir Isaac New-
ton (1643-1727) como una de las más importan-
1
tes mentes de todos los tiempos y las qtLe, a la vez,
le señalaron el camino haaia un conocimiento aún
más proftmdo de la realidad. En el prefacio a sus KUEVO grupo
deTelegram
Principia, ya aparece la posibilidad de qt1e, al igual Grabado del matemático y científico escocés James http'.~:~~~:~~.ºº
que existían leyes y fuerzas que regían los movi- Clerk Maxwell, cuyo mayor logro fue la formulación de "'-·"'"'º'
mientos celestes, debían existir otras similares que la teoría clásica de la radiación electromagnética. ~.~1{~~
explicaran todo lo denlás: <<Ojalá que ft1era posi- ~:Si',..~il
~ ,f.;i.,
ble deducir los fenómenos de la naturaleza a partir @ ~l~n. ...:.:.:
de principios mecánicos con el mismo género de No iba desencaminado, y hoy esas ft1erzas tie-
argumentación, pues muchas cosas me mueven a nen non1bre: gravitatoria, electromagnética, nu-
sospechar q11e puedan depender todos ellos de clear fuerte y nuclear débil. Son cuatro tipos de
ciertas ft1erzas con las que las partículas de los interacciones que no se p11eden descomponer
ct1erpos, por causas aún desconocidas, bien se ni explicar en térmiI1os de otras más sencillas y
atraen unas a otras uniéndose segt'.1n figtrras qtLe, hasta la fecha, han sido capaces de describir
regulares, bien huyen y se separan UllaS de otras>> . la mayor parte de los fenómenos que observamos,

58

ELECTRICIDAD, MAGNETISMO Y LUZ SE PODIAN
,
EXPLICAR A TRAVES DE LOS MISMOS PRINCIPIOS
,
BASICOS: LOS DEL ELECTROMAGNETISMO
por ello las llamamos <<ftmdamentales>> . J-Ien1os
demostrado, además, qt1e estas cuatro ft1erzas
fundamentales no son entidades desconectadas e
independientes entre sí, sino que existen interre-
laciones entre - casi- todas ellas. Esto nos lleva
a pensar que, segt1ramente, no esté dicha la tílti-
ma palabra en cuanto a nuestra concepción y des-
cripción del universo.
DE FARADAY A MAXWELL
Hasta qt1e, a principios del siglo XIX, Michael
Faraday (1791- 1867) desct1brió el fenómeno de
la indt1cción electromagnética, la electricidad
y el magnetismo se entendían como dos mani-
festaciones de diferente naturaleza. James Clerk
Maxwell (1831-1879) fue un paso más allá y de-
mostró poco después, con sus ecuaciones, que
no solo eran las dos caras de una misma m one -
da, sino que guardaban una estrecha relación con
otra disciplina: la óptica. Electricidad, magnetis-
n10 y ltLZ se podían explicar a través de los misn1os
principios básicos: los del electromagnetismo.
En este momento, en el qt1e la descripción del
mundo se limitaba a las teorías de Newton y
Maxwe ll, ya hubo un primer intento de englobar
,
ambas bajo un mismo conjunto de ley es. En
1849, el propio Faraday escribió en su diario:
<<Gravedad: Con toda seguridad, esta fuerza de-
be mantener una relación experin1ental con la
electricidad, el magnetismo y las otras fuerzas ,
de tal manera qt1e se pueda relacionar con ellas
en una acción recíproca>>, y, con el ánimo expe-
rimental qt1e lo caracterizó siempre, trató de de-
n1ostrar esta relación dejando caer bobinas des-
de lugares altos de tal forma que variara el flujo
de líneas de campo gravitatorio a través de e llas
con la esperanza de observar una corriente in-
ducida. La observó, pero no por el nlotivo que
esperaba, sino debido al campo magnético te-
rrestre. Abandonó la idea en 1859 y habría qt1e
esperar algunas décadas más para que alguien se
planteara de nuevo abordar la cuestión.
Pa.r a finales del siglo XIX, lo cierto es qt1e se
había instalado una especie de optinllsmo ge-
neralizado en la física qt1e llevó a pensar a mu -
chos científicos que esta era una disciplina prác-
ticamente finiquitada. En 1875, Phillip von Jolly
(1809-1884) , profesor de la Universidad de Mú-
nich, trató de disuadir a uno de StLs estudiantes,
Max Planck (1858 -1947), de estudiar ciencias con
59
 el argumento de que apenas quedaba nada ya
por d esct1brir. Y, aunqt1e existían incongrt1en -
cias entre las propt1estas d e Newton y Maxwell,
en especial en lo referen te al límite de la velo-
cidad d e la luz, parece que a quien más le qt1i -
t aron el s t1eño fue a un joven y d esconocido fí-
sico, de nombre Albert Einstein, que trabajaba
con patentes de r elojes para estaciones ferro-
viarias en Berna (1879- 1955). Lo de más es his -
toria: la mecá.nica c uántica y la teoría d e la re -
latividad st1pusieron una revolución sin prece-
d entes en la física, d estrt1yendo el paradigma
existente. Lejos d e llegar a s t1 fin, parecía qt1e la
física acababa de empezar.
La teoría de la r elatividad general acabó con la
s ttpremacía newtoniana en los cielos. Ampliaba
y generalizaba la teoría clásica y la reconcilia -
ba, en algunos aspectos , con ciertas premisas de
las teorías de Maxwell. Las fuerzas dieron paso a
los campos y la velocidad de la luz acabó con la
posibilidad de una acción instantánea a distan-
cia. Parecía que ahora las piezas del ron1pecabe -
zas podrían encajar m ejor, sin embargo, cuan -
do Einstein trató de emular los pas os de Fara -
d ay para ttnifica r las dos teorías com etió el error
de hacerlo con cierto d esdén hacia los nuevos
y antiinttritivos planteamientos de la m ecánica
cuántica. Ct1riosamente, ha s ido esta última la
qt1e más alegrías nos ha d ado en lo referente a la
construcción de t1n marco teórico qt1e englobe
las cuatro ft1erzas ftmdamentales.
60
La revelación de los secretos que gobernaban
los átomos empezó con el d esct1brimiento d e la
r adiactividad en 1896 por parte de Henri Becqt1e-
rel (1852- 1908). La explicación de este fenómeno
culminó en 1933 con las investigaciones de En rico
Fermi sobre la des integración beta , la emisió n de
un electrón o un positrón por parte de tm núcleo
atómico inestable, y la descripción de un ter cer
tipo d.e fuerza que se concretaría , en los años 50,
en la denominada interacción nuclear débil.
QUARKS, LAS PARTÍCULAS FUNDAMENTALES
Para entonces, la m ecánica cuántica ya había
tomado carrerilla y Paul Dirac (1902- 1984) había
d ado los primeros pasos en el intento d e la cuan -
tización del campo electromagnético con el obje-
tivo de describir las interacciones entre la luz y la
m ateria. En los años ct1aren ta, las contribuciones
de Shin'ichiro Tomonaga, Julian Schwinger, Fre-
eman Dyson y Richard Feynman (1918-1988) se
concretaron en la electrodinámica cuántica, ct1yo
forn1alismo ft1e fundan1ental para desarrollar los
descubrimie.n tos posteriores.
En otro orden de cosas, el motiv o por el que los
net1trones y protones q·ue constituían los núcleos
atómicos se ma.ntenían cohesionados y no cedían
a las fuerzas de r epulsión electromagnéticas fue,
durante mt1cho tiempo , 11n misterio para los cien-
tíficos. En 1964, M11rray Gell- Mann (1929- 2019)
y George Zweig (1937-), y Y11val Ne'eman (1925-
2006) de forma independiente, propusieron

que existían partículas aún más ft1ndamenta-
les que los neutrones y los protones a las que
se denominó qt1arks. El desarrollo posterior de
la cromodinámica cuántica explicó las interac-
ciones entre qt1arks y, con ello, se desveló el
funcionamiento de la cuarta fuerza fundamen-
tal: la inte racción nuclear fuerte.
En medio de esta ensalada de partículas,
energía, radiación, campos e interacciones,
no obstante, todo emp ezó a cobrar sentido y
parecía que estas diferentes teorías qt1e t1ni-
ficaban unos aspectos ll otros de la realidad
condt1cían irremediablemente a un mismo
punto. En 1967 , Sheldon Lee Glashow, Abdus
Salam y Steven Weinberg demostraron que la
interacción débil y el electromagnetismo se
podían explica r en términos de tLn solo mode-
lo: el de la fuerza electrodébil que, a su vez, se
podía unificar con la cromodinámica cuántica
que ex plicaba la inter acción fuerte. Había na -
cido el actual modelo estándar de partículas.
SI LA FUERZA DE LA GRAVEDAD TUVIERA UN
,
CAMPO CUANTICO ASOCIADO A SU PROPIA
, , ,
PARTICULA PORTADORA, SERIA EL GRAVITON
Desarrollado principalmente a partir de datos
empíricos, el modelo estándar es, hasta la fecha ,
la mejor teoría con la que contamos para descri -
bir y explicar el mundo de las partículas st1ba-
tómicas. Ha predicho con éxito la existencia de
los bosones W y Z, portadores de la interacción
débil; los gluones, portadores de la interacción
ft1erte; los quarks top y charm, así como algt1-
nas de SLLS propiedades, y el celebrado bosón de
Higgs, ft1ndamental para explicar cómo algtLnas
partículas adquieren su masa. AtLn así, no está
exento de ciertos inconvenientes, entre ellos, el
hecho de tener casi una veinten a de parámetros
que se deben ajustar en función de los datos ex-
perimentales y , el mayor de todos, que, pese a
no mostrar ningtín problema en lo que concier-
ne a la relatividad especial, hasta el momento ha
sido u1capaz de incorporar la relatividad gene -
ral, o , lo que es lo mismo, la cuarta fuerza fun -
da1nental. Y no porque no quiera, sino por la di-
ficultad de expresarla en el mismo lenguaje qt1e
las otras tres: la teoría cuántica de campos .
UNA TEORÍA DEL TODO
Cuando hablamos de teorías ct1ánticas de
campos ya no hablamos de partículas e interac-
ciones en el sentido newtoniano, sino de cam-
pos de ft1erzas en los que las par tículas apare-
cen como tma manifestación de estos. El cam-
po correspondiente a cada ft1erza tiene, además,
asociada su propia partícula mensajera: fotones
(electromagnetismo), bosones Z y W (interac-
ción débil) y gluones (interacción fuerte). Si la
gravedad tuvier a un campo cuántico asociado a
SLL partíct1la portadora sería el gravitón.
El principio que subyace a las teorías cuánti-
cas de campos y, por tanto, al modelo estándar,
es el de la simetría: transformaciones matemáti-
cas que dejan invariantes determinadas cantida-
des - decimos que <<Se conservan>> - . Ch en Ning
Yang {1922- ) y Robert Milis {1928-1999), en 1954 ,
generalizaron las reglas de simetría propias de la
electrodinámica cuántica, la teoría electrodébil
y la cron1odinámica cuántica a una de orden Stl-
perior que las englobaba a todas: el nlodelo es-
tándar. El reto en esta aproximación reside en
encontrar tma teoría, o grupo de si metrías qt1e,
además de incluir todo lo q11e inclt1ye el modelo
61
 _ ..,_
--
-·-
estándar, incluya la gravedad. Una teoría del to -
do. La clave de por qué no se ha conseguido to-
davía la conciliación entre c11ántica y relativi-
dad está relacionada, principalmente, con cómo
se definen el espacio y el tiempo en cada una de
ellas. Por un lado, las ectLaciones de la primera
están detern'linadas para un espacio plano y es-
tático que no se ve afectado por las partículas que
se encuentran en él, mientras que la segunda nos
habla de tm espacio curvo y dinámico modela-
do por los cuerpos que lo habitan. Dicho de otra
manera, cttando hemos cuantizado los campos
asociados a las interacciones electromagnética,
débil y fuerte, lo hemos hecho sobre un espa-
cio absol11to, newtoniano, y ha funcionado muy
bien. Pero para hacer lo mismo con la gravedad
tendríamos q11e cuantizar el propio espacio-
tiempo, pues el campo gravitatorio, tal y como
lo concibió Einstein, no es algo ajeno a aquel. Por
otro lado, la mecánica cuántica trata al tiempo
EN LA RELATIVIDAD GENERAL, EL TIEMPO ES UNA
DE LAS DIMENSIONES PRINCIPALES Y SE TRATA DE
UNA CANTIDAD MALEABLE Y NO REVERSIBLE
64
como una variable separada del resto y absoluta,
además de simétrica - las ecuaciones funcionan
hacia el pasado y h acia el futuro- . Sin en'lbargo,
en la relatividad general el tien1.po es 11na de las
dimensiones principales y además, se trata una
cantidad m aleable y, en ocasiones , no reversible,
como sucede en la presencia de un ag11jero ne-
gro -la materia puede entrar en él, pero no po-
demos rebobinar y hacerla salir- . Ante estepa-
norama, ¿por dónde podríamos empezar a bus-
car puntos de encuentro en tre ambas visiones?
TEORÍA DE CUERDAS
Si asumimos que la mecánica cuántica que co-
nocemos no es una teoría definitiva y que la gra-
vedad podría ser tan solo una consec11encia de
sus efectos, llegaremos a la teoría de cuerdas. Una
de las aspirantes más conocidas a teoría del to-
do. Stt idea principal apareció por primera vez en
los trabajos q11e Gabriele Veneziano (1942) estaba
desarrollando sobre la interacción fuerte en el
CERN en 1968. Atmque prometedora en un prin-
cipio, en la acttLalidad st1fre un estancamiento
que parece haberla abocado a un callejón sin sali-
da. En ella, las partículas toman la forma de cuer -
das vibrantes unidimensionales en lugar de ser
elem entos puntt1ales y es en sus diferentes mo-
dos de vibración donde r esidirían las caracterís-
ticas de cada una. La gravedad , en este contexto ,
no sería más que tma propiedad emergente.
EL ÉXITO DE LA GRAVEDAD CUÁNTICA
Para que todo ten ga sentido, no obstante, ha-
ce falt a suponer hasta once dimensiones de las
qu.e solo seríamos capaces de pe rcibir ct1atro
- las tres espaciales y la temporal - , mien tras que
elresto seencontraríanarrolladasa escalas delor-
dende la longit t1d de Plan ck (1.616199 x10-35 m)
y serían innacesibles par a nosotros. La teoría de
cuerdas elimina muchos de los molestos infi-
nitos qt1e aparecen en las n1atem áticas cuando
tratamos de unir ct1á ntica y relatividad, además ,
incluye la fuerza de la gravedad y hasta apare-
ce la qt1e sería st1 partíct1la portadora, el gravi-
tón. Sin embargo, es extremada.m ente compli -
cado acotar el extenso abanico de soluciones po-
sibles a aquellas que nos puedan ser útiles para
describir la realidad y, hasta la fecha, tampoco
se ha podido tttilizar para hacer ninguna predic-
ción ni calcular ninguna propiedad física ftmda-
mental con10, por ejemplo, la m asa del electrón.
La otra opción sería asumir que la relatividad
ge11eral describe con exactitt1d la naturaleza del
espacio- tiempo, y cuantizarlo directamente, y
adem ás, hacerlo de tal fom1a que se puedan evitar
los infinitos e incongruencias que aparecen en las
ecuaciones. Lo intentaron , enl967, John Wheeler
(19ll- 2008) y Bryce De Witt (1923- 2004) , quienes
plantearon una st1erte de ect1ación de Schrodin-
ger independiente del tiempo que no describía
la evolución de ninguna partícula, sino la de la
propia m étrica qt1e define el espacio- tiempo. La
ecuación Wheeler -De Witt se consideró irreso -
luble hasta los años ochenta. La primera solución
sería fn1to de los trabajos de Amitabha Sen, en
1982; Abhay Ashtekar (1949), en 1986, y Ted Jac-
obson, Carlo Rovelli (1956-) y Lee Smolin (1955-),
en 1988, quienes introdujeron, así, la gravedad
ct1ántica de bucles. En este enfoqt1e, los estados
cuánticos no se encontrarían en el espacio-tiem-
po, sino que serían el propio espacio- tiempo ex-
presado a través d e t1na serie de conexiones ma-
te.máticas - los bucles- que formarían una red
de interacciones. El éxito de la gravedad cu ántica
SKITTERSTOCK
ISTOCK
de bucles reside en que no necesita modificar
ninguno de los principios fundamentales ni de
la mecánica cuántica ni de la re latividad gene-
ral , además de que predeciría fenómenos co-
mo la radiación de Hawking o la entropía de los
agt1jeros negros. También podría llegar a de -
mostrarse de forma experimental, ya que esta-
blece que el valor de la velocidad de la luz de -
pendería, muy leve mente, eso sí, de la energía
de los fotones, de tal n1anera que los más ener-
géticos se desplazarían más despacio -y vice-
versa- debido a su propagación a través de la
estructura granulada del espacio- tien1po.
«TODO LO QUE ES O LO QUE FUE O LO
QUE SERÁ ALGUNA VEZ»: EL UNIVERSO
Trataremos de realizar esa medición, por ejem-
plo, en estallidos de rayos gamma que lleguen
desde el t1niverso. Sin embargo, por el momento
es una teoría en tres dimensiones que no sabemos
si se podrá extender a las cuatro que utiliza la re-
latividad general y tampoco resuelve el problema
de la nat1.1raleza del tiempo en el que también se
contradicen la visión cuántica y la relativista.
66
1'oda la física a lo largo de la historia se ha verte-
brado en tomo al tiempo o, más bien, a los cam-
bios que observamos respecto a este. Por eso re-
sttlta llamativo que la gravedad cuántica de bucles
no lo necesite, y si el tiempo resulta no ser nece-
sario en una teoría final que describa el universo,
¿ct1ál es st1papel? ¿Qt1é es realmente? ¿Por qué lo
vemos fluir siempre en la misma dirección? ¿Qué
relación existe entre el tiempo y nosotros mis -
mos? Diría John Wheeler en 1986 , en tm artíct1-
lo para America1i Scientist en el que se planteaba
preguntas similares, que <<desvelar la profunda
y octtlta conexión entre el tiempo y la existencia
[... ] es una tarea para el futuro>>. Tal vez en él esté
la clave para desenredar este entuerto.
Por el momento, estamos dando solo los pri-
meros pasos en la dirección qt1e nos marcan las
ecuaciones y los experimentos, pero apenas
nos en co11tramos al principio del camino de la
bí1squeda de una teoría del todo que explique,
sin necesidad de recurrir a principios aún más
ft1ndamentales, el ft1ncionan1iento de, como
diría Car l Sagan, << todo lo qt1e es o lo qt1e fue o
lo que será alguna vez>>: el universo. •
 ,
TODA LA FISICA SE HA VERTEBRADO EN TORNO
AL TIEMPO. POR ESO ES LLAMATIVO QUE LA
,
GRAVEDAD CUANTICA DE BUCLES NO LO NECESITE

67
68
•

POR ESTHER SAMPIR

Médica y doctora en Ingeniería
Tisular Cardiovascular.
 acemos, crecen1os, nos reprodt1- Desafortunadamente, no es nuestro caso. El or-
cimos y morimos. Así es el ciclo de ganismo btllllanono tiene la capacidad para evitar
la vida de innt1merables especies el envejecimiento y regenerarse a sí misn10 inde-
que pt1eblan el planeta Tierra, in- finidamente. Llega un momento en el que la act1-
cluida la del Homo sapiens. Desde mttlación de daños a distintos niveles: en molécu-
el mismo momento en el qt1e somos concebidos, las (como el ADN), en células, en tejidos y e11 órga-
mt'.'lltiples mecanismos empiezan a afectar a nt1es- nos/ sistemas termina poniendo fin a la vid.a.
tro organismo de forma lenta, pero inexorable, Estos daños, que aparecen por el mero hecho de
marca11do tm destino que cttlmina con nuestro vivir, so11 por al1ora inevitables y están provocados
fallecimiento. Este proceso, que conocemos co- por diferentes mecanismos. Entre ellos destaca
mo envejecimiento o senescencia, st1pone la pér- el estrés oxidativo, en el que especies reactivas de
dida progresiva de la integridad de innt1merables
con1ponentes del organismo, lo que afecta a s1.:ts
funciones y va incrementando, con el tiempo, el
riesgo de morir. Así, detrás de nlultitttdd.e dolen-
cias como los trastor11os cardiovascttlares, el cán-
cer, la diabetes tipo Il o las enfermedades netrro-
degenerativas hay t1n culpable priI1cipal: la edad.
Sin embargo, ¿estamos condenados a tener t:rna
vida donde el envejecimiento sea inevitable? ¿No
hay excepciones para este desenlace final? Lo cier-
to es que este destino no está marcado a fuego pa-
ra todos los seres vivos. Existen contados organis-
mos como la medusa Turritopsis dohrnii que son
biológicamente inmortales. Es decir, no enveje- x
cen y podrían vivir, en teoría, eternamente si nin- .,,~
gt1na amenaza externa pusiera fin a Sll vida. ~

Diferentes tipos de lesiones del ADN y

fü el complejo sistema de reparación de
~ ADN de las células capaz de responder
~"' a tipos específicos de lesiones.
5 ·' --------·'
3 ;- ---· 1

-----------

•
'
1
1

1-Los errores de emparejamiento
de bases (1) y las deleciones/
inserciones breves se reparan
mediante la reparación de errores
de coincidencia (MMR).
2- Las roturas de un solo hilo (2)
se reparan mediante cascadas
SBBR complejas.
70
3-Los errores de emparejamiento
de bases (1) y las deleciones/
inserciones breves se reparan
mediante la reparación de errores
de coincidencia (MMR).
4 -Las lesiones oxidativas y los
pequeños productos de alquilación
(4) se reparan mediante la reparación
por escisión de la base ( BER).
·--------·
5- Los frenos de doble hebra
altamente citotóxicos (5) se
reparan mediante la vía precisa
de recombinación homóloga (HR)
o mediante la vía de unión final
no homóloga (NH EJ) eficiente
pero propensa a errores.
 Los telómeros se
Telómeros acortan con la
edad y durante
diferentes
procesos ~
patológicos.

¡ \ ¡\
¡¡ ¡ \ ¡ \ \\
Cromosoma
División celular Acortamiento
de los telómeros
oxígeno causan alteraciones en diversas molécu-
las biológicas. Por otro lado, el acortamiento pro-
gresivo de los extren1os protectores de los cromo-
somas, los llamados telómeros, marcan también
la fecha de <<cadt1cidad>>de las célttlas. Otros fac-
tores involucrados son la alteración en la función
de las mitocondrias o de la comunicació11 entre las
células, el agotamiento de las cél1tlas madre, tras-
tornos en la activación y desactivación de los ge-
nes o en la funcionalidad de las proteínas.
Todo lo anterior lleva a cada vez nlás problemas
en la renovación de tejidos por parte de nuevas cé-
lulas con el paso del tiempo, lo que desencadena su
lento deterioro. En ese se.ntid.o, las arrugas son un S
ejen1plo muy visible de cómo la piel envejece, pues ~
se altera progresivamente su estn1ctura debido a .,. -
cambios en las proteínas que la forman. Aunque
la senescencia sea un proceso inherente al funcio-
namiento del c11erpo htimano, numerosos facto- alargar la vida de la población mundial hasta ex -
res en los estilos de vida ptteden acelerar aún más tremas ntmca antes vistos.
este proceso: cons11mo de alcohol, tabaco y otras
drogas, sedentarismo, estrés, exposición solar ex- EL RÉCORD MUNDIAL DE EDAD
cesiva, dietas insanas, contaminación ambiental... En ningún otro momento de la historia, el ser hu-
El envejecimiento es un proceso extremadan1en- mano 11abía conseguido alcanzar tina esperanza
te complejo en el que están invol11crados multi- de vida global tan elevada: 73 años de media. Esta
tud de mecanismos que están íntimamente in- drástica mejora en la longevidad de nuestra espe-
terrelacionados entre sí. Ahora bien, ¿podría la cie se trata de un fenómeno muy reciente. Hace
ciencia, algún día, ser capaz de acabar con el en- tan solo tmos pocos siglos, los pocos individuos
vejecimiento y garantizar la regeneración inde- que conseguían alcanzar los 40 años eran muy
finida del organismo h1tma110? Por ahora, no lo afortunados. La mortalidad infantil era exagera-
sabemos, pero sí q11e hemos tenido gran éxito en damente elevada y las enfermedades infecciosas

EL ORGANISMO HUMANO NO TIENE CAPACIDAD

PARA EVITAR EL ENVEJECIMIENTO Y
,
REGENERARSE A SI MISMO INDEFINIDAMENTE

71
72
segaban incontables vidas por aq11el entonces. Sin
embargo, numerosas mejoras en las condiciones
de vida, tales como la higiene (donde destacan el
lavado de manos, el alcantarillado o la potabiliza-
ción de las aguas) o la abtmdancia d.e alimentos,
lograron aumentar la esperanza de vida de las
personas de forma significativa. Aden'lás, impor-
tantes avances médicos con10 el descubrimiento
y síntesis a gran escala de a11tibióticos o la apa-
rición de las vacunas htvieron un gran peso en
hacer posible vidas aún más longevas. Así, sen-
tencias de muertes masivas, como las epidemias
de virttela, cólera o polio, dejaban de ser grandes
amenazas para la humanidad.
Aún, hoy en día, e,xisten grandes diferencias
en las esperanzas de vida de países que poseen
condiciones socioeconómicas m11y distintas. Así,
en un extremo se encuentra Singapur, con una
esperanza de vida de 86 afios, y al otro Lesoto,
con51 años.
En ct1alquier caso, desde hace siglos la espe-
ranza de vida global se ha ido incren1entando y,
por ahora, nada indica que se haya llegado a su
límite (aunque la pandemia de la COVID-19 que
estamos sufrie.ndo en la actualidad haya marcado
11na tendencia negativa de forma temporal). Sin
embargo, ¿hay límite a esta feliz tendencia mun-
dial? ¿Podría existir una barrera biológica que
nos impida rebasar cierta edad sin emplear las
herramientas de la ciencia sobre el cuerpo hu-
mano? Por el mon1ento, no tenemos respuestas
claras y contundentes a estas preguntas por un
conocimiento cien tífico limitado.
Los investigadores que trabajan en el campo
del envejecimiento mantienen un in tenso debate
sobre si existe un límite natural en la longevidad
del ser humano. Tanto defensores como detrae-
tores de tma sup11esta barrera biológica que im-
pide superar cierta edad (la mayoría lo sitt1a en
120 años) cuentan con argt1mentos a su favor.
EN DEFENSA DE UN LÍMITE PARA LA
LONGEVIDAD HUMANA
El podio de la longevidad del Horno sapiens es-
tá, por ahora, reservado para la francesa Jeanne
Calment. Cuando la mujer falleció el 4 de agosto
de 1997 alcanzó tln hito difícil de st1perar: llegó a
la edad de 122años y 164 días. Hoy hace ya casi 25
años desde que la persona más anciana del mtmd.o
(documentada) dio su último aliento y, desde en-
tonces, nadie ha podido superar st1hazaña.
Esto es a(m más llamativo si tenemos ei1 ct1en-
ta que la población mundial se ha incrementado
de forma significativa, pasando de casi 6000 mi-
llones de habitantes a aproximadamente 8000
en ese tiempo y que la esperanza de vida ha au-
mentado progresivamente. Estos dos factores han
llevado a qtte el nún1ero de st1percentenarios (con
nláSde 110 años) se haya incrementado. ¿Por qué,
entonces, nadie ha logrado aún superar a Cal-
ment? ¿Puede qt1e ella esté cerca del límite de la
vid.a humana?
Múltiples estudios epidemiológicos con s11per-
centenarioseinvestigacionescondiversosparáme-
tros biológicos q11e evol11cionan con la edad, jtmto
con el récord mtmdial de longevidad de Calment,
sugieren que el límite para la vida humana existe
y que este podría estar entre los 120 y los150 años.
Lo que nos ha enseñado, además, el estudio de los
supercentenarios es que, más allá de ser predomi-
nantemente m11jeres, no sufrir obesidad y ftrmar
poco o nada, tienen muy pocos rasgos en com(m.
Si existe alguna <<receta>> para tener una vida ex -
tremadamente larga res11lta esquiva. ..
SHlJTTERSlOCK
 SER SEPTUAGENARIOS
DEPENDE EN UN 70 °/o
DEL ESTILO DE VIDA:
,
NIVELES DE ESTRES,
CALIDAD DEL SUENO,-
DIETA, EJERCICIO ...
LONGEVIDADES EXTREMAS
Aunque no hayamos dado aún con la <<fórmt1-
la>> para tina longevidad extrema, el estt1dio de los
centenarios y supercentenarios nos ha dado pistas
muy interesantes sobre qué factores son esencia-
les en el envejecimiento. Tanto los genes como los
hábitos saludables tienen un gran peso a la hora de
determinar la potencial longevidad de tina perso-
na, pero en etapas diferentes de la vida. Así, llegar ~
a los 70-75 años depende en un 70 ºlo de estilos de º .__._._.
vida: niveles de estrés, calidad del sueño, dieta,
ejercicio físico, consumo de st1stancias tóxicas ...
Más allá de esa edad, y sobre todo cuando se su - socioeconómicas). Sin embargo, para llegar a ser
peran los 100 años, los genes son decisivos para al- supercentenarios tenemos qt1e resignarnos y es-
canzar longevidadesex tremas (en tomo a un70 ºlo). perar que poseamos tma combinación ganadora
Entre ellos, se ha observado qt1e ciertas variantes en la <<lotería>> de los genes qt1e hayamos recibido.
de genes garantizan tina mejor reparación de da-
ños en el ADN, por lo que las personas qt1e las po- CONTRA EL LÍMITE PARA LA LONGEVIDAD
sean están más protegidas frente al envejecimien- Nt1merosos científicos discrepan de que exis-
to. De esta forma, solo un porcentaje pequeño de ta tina barrera biológica que impida a los seres
la población mundial tendría el potencial de tener htimanos superar cierta edad. En estos mo-
vidas extremadamente longevas. mentos existen cientos de supercentenarios
En otras palabras, llegar a septuagenarios pisándole los talones a Caln1ent y es posible
es un logro que depende, hasta cierto punto, qt1e alguno de ellos consiga rebasarla. Ade-
de nosotros (si poseemos buenas condiciones más, los hallazgos científicos hasta la fecha no

,
NIVEL DE ESTROGENOS

Niveles de
estrógenos
en diferentes
etapas de
la vida de
la mujer.

AGE 20 30 35 so
40 60 70 80
74 <MENOPAUSIA >
indican que el proceso de envejecinuento esté
programado genéticamente, sino más bien todo
lo contrario.
Las evidencias apuntan a que la senescencia en
el ser humano se debe a 11na acumttlación progre-
siva de daños con el paso del tiempo qu.e terminan
por catlSar enfermedades y la muerte. De esta for-
ma, si evitáramos la aparición de estos daños o los
reparásen1os, podrfam.os incrementar la longevi-
dad de las personas sin un límite teórico.
En principio' no habría nada <<grabado a niego>>
en nuestro interior que nos impidiera vivir a par-
tir de cierta edad. Así, la medicina antienvejeci-
miento y la medicina regenerativa podrían no solo
sumar años a nt1estra vida, sino tan1bién añadir
vida salt1dable a nt1estros años. Esto sería un gran
alivio para las sociedades de los países desarrolla-
dos que sufren t1n marcado envejecinuento de su
población y se enfrentarán al gran impacto de las
enfermedades asociadas a la edad: ictus e infartos,
osteoporosis, artrosis, cáncer, alzhéimer ...
Muchas investigaciones en animales reft1erzan
la idea de que no estamos son1etidos a un límite.
Diversos grupos de científicos han conseguido
que varias especies puedan tener longevidades
muy superiores a su ciclo de vida normal, gracias
al tratannento con ciertos fármacos, a restriccio-
nes calóricas o a la ingeniería genética, entre otras
opciones. Así, se ha conseguido qlte gtlSanos de la
especie C. elegans vivan hasta 10 veces más de lo
que vivirían en condiciones normales. En rato-
nes, se ha logrado que vivan entre tm 23 y un 65 °/o
más. Los éxitos también se extienden a otros mo-
delos animales como moscas, ratas, perros ...
UN DESAFÍO MAYÚSCULO: EL CAMINO HACIA
LA INMORTALIDAD HUMANA
¿Podríamos conseguir en humanos los logros
que se han alcanzado en los citados animales?
Varios multimillonarios están apostando, con su
gran fortuna, a qt1e sí. Es el caso de Peter Thiel
(cofundador de Paypal), Jeff Bezos (fundador de
Amazon). Todos ellos están invirtiendo grandes
cantidades en investigaciones que qtúzás permi-
tan, en t1n futuro, extender la vida delas personas.
A pesar de este gran inlpulso financiero, la cien-
cia sigue estando en pañales. Que en las últim.as
décadas los científicos hayan aprendido mejor los
complejos procesos moleculares que hay detrás
del envejecimiento y hayan consegttido, aden1ás,
extender la vida de diversos animales no implica,
en absoluto, que este conocimiento pueda ser ya
(1til en ht1manos. Existen varios obstáculos que
dificultan que la ciencia básica contra el envejeci-
miento pueda dar sus frutos en ensayos clínicos .
..
Un rápido vistazo
al envejecimiento
del cuerpo humano
Piel
Pérdida de elasticidad, sequedad,
arrugas, capilares dilatados y manchas.
Sistema cardiovascular
Aumento de la rigidez de las grandes
arterias y engrosamiento de la pared
del corazón.
Sistema nervioso
Pérdida de neuronas cerebrales,
percepción sensorial y respuesta muscular
a estímulos disminuidas, pérdida de
capacidades cognitivas y de memoria.
Pulmones
Disminución de la capacidad respiratoria y
del consumo máximo de oxígeno y rigidez
de los tejidos pulmonares.
Boca/nariz
Alteraciones en la dentición y en el sentido
del gusto, sequedad de boca y disminución
de la capacidad olfativa.
Aparato digestivo
Problemas en la motilidad del esófago,
vaciado enlentecido del estómago
y estreñimiento por alteraciones del colon .
Aparato urinario
Disminución en la capacidad de filtrado
de los riñones, menor capacidad para
concentrar la orina y eliminar toxinas.
Sistema endocrino
Descenso de diversas hormonas circulan-
tes en sangre (estrógenos, testosterona ... ).
Aparato locomotor
Menor densidad de los huesos, desgaste
del cartílago de las articulaciones
y disminución de la elasticidad
de tendones y ligamentos.
75
AGE

Por un lado, el ftmcionamiento de nuestro

organismo es bastante diferente del de gusanos,
moscas y ratas. Esto implica que, muy a menudo,
tratamientos que son efectivos en ellos no lo sean
en seres htt.manos. En partict11ar, nuestra longevi-
dad ya es de por sí muy superior a estos animales
(los ratones, por ejemplo, tan solo viven alrededor
de d.os años) y quizás el margen de maniobra qt1e
tenemos para expandirla aún más es pequeño.
Otro factor que complica qt1e la ciencia del en-
vejecimiento se aplique en las personas es el ca-
rácter experimental de diversos tratamientos,
que podrían poner en peligro la salud. Además,
las terapias que se apliquen con el fin de que vivan
más deberían ser mt1y seguras porque no estarían
destinadas, en un principio, a personas enfermas
con un riesgo patente de morir, sino a sanas. Los El C. elegans comparte el 35 º/o de los genes con los
efectos adversos qt1e generasen estos potenciales humano y es muy importante para la investigación.
tratamientos antiedad, aunque fueran modera-
dos, podrían hacer que su uso no estt1viera justifi- de fármacos experimentales que modulan rutas
cado, por aportar m.ás riesgo qt1e beneficio. moleculares o destruyen célttlas envejecidas, de-
Algunos tratamientos como las modificaciones ben estudiarse más a fondo en modelos animales
genéticas para activar o silenciar genes específicos antes de que lleguen a los humanos. La prudencia
o extender los telón1eros no son una opción para es clave en el terreno del antienvejecimiento.
los humanos. Ningún comité de ética aprobaría su Otra razón que complica conocer si existen te-
uso en ensayos clínicos para extender la vida por- rapias efectivas para aun1entar nuestralongevidad
qt1e el riesgo de que cat1saran efectos adversos gra- radica en... nuestra relativamente larga vida. Es
ves es grande. Otras estrategias, como el empleo mt1y fácil y rápido comprobar si un determinado
, ,
ES MUY FACIL Y RAPIDO COMPROBAR SI UN
TRATAMIENTO CONSIGUE ALARGAR LA VIDA DE
RATONES POR SU CORTA ESPERANZA DE VIDA

76
tratamiento consigue alargar la vida de ratones,
por st1 corta esperanza de vida. Pero ¿qué ocurre
cuando queremos valorar stlS efectos en un orga-
nismo como el ser humano, que ptiede vivir, de
nledia, más de 80 años en un país desarrollado? O
nos arman1os de paciencia para hacer un segt1i-
nliento a las personas durante varias décadas para
comprobar los efectos antienvejecimiento o tene-
n1os que confiar en marcadores biológicos que nos
indiquen si existen en plazo de tiempo más corto.
Todo esto, en su conjunto, explica por qt1é no
contamos todavía con ninguna terapia que haya
demostrado extender la vida humana. No obstan-
te, existen varias estrategias prometedoras qt1e se
están evaluando en ensayos clínicos. Una de ellas
es la rapanucina, tln medicamento qt1e se emplea
en medicina como inmunosupresor. No solo ha
demostrado resultados positivos en diversas es-
pecies animales para frenar el envejecimiento y
disminuir el riesgo de cáncer, sino qt1e es también
un fármaco muy seguro a dosis bajas en personas.
Estas razones han llevado a que se apruebe el uso
de la rapamicina en ensayos clínicos para ' 'alorar
sus efectos en la extensión de la vida humana. Aún
es pronto para saber si realmente será una opción
beneficiosa y tendremos qt1e esperar varios años
hasta que dichos estudios nos den respuestas.
Otros fármacos prometedores qt1e se están eva-
lt1ando son la metformina (fármaco empleado pa-
ra el tratanúento de la diabetes) o los medicamen- están aún en una fase temprana de desarrollo co-
tos que provocan la muerte de célt1las envejecidas mo para que podamos saber si realmente son es-
como el dasatinib (t1sado co11tra el cáncer). trategias efectivas para alargar la vida.
Otras opciones qt1e se barajan para frenar el en- No deben1os olvidar que tenemos varias opcio-
vejecimiento son el ayuno intermitente y la res- nes en nt1estras manos para retrasar el envejeci-
tricción calórica (disminttción de las calorías in- nuento. No son precisamente un misterio, pero
geridas con respecto a una dieta nornlal). En hu- st1s beneficios son indiscutibles: dieta saludable,
manos, algunos marcadores biológicos (como los limitación del estrés y de la exposición al sol y a
que marcan una disminución del estrés oxidativo) la contanlinación, ejercicio físico, bt1ena calidad
sugieren que podrían tener algún efecto contra el del sueño y evitar el comurno de tabaco, alcohol y
envejecimiento. Sin embargo, los ensayos clínicos otras drogas nos ayudarán a vivir más y mejor. •

77
POR JOSÉ RAMÓN ALONSO PEÑA
Catedrático de Ja Universidad de Salamanca.
 - ras recibir el premio Nobe l en 1962
por <<SllS desct1brimientos sobre
la estruct1tra molecular de los áci-
dos nucleicos y su importancia pa -
ra la transferencia de inforn1ación en
la materia viva>>, Francis Crick podría haberse
, concertaJ.1te y contrqver,~ido ~iendo en palabras
80
dedicado a dar conferencias mt1y bien pagadas o
a tener algí1n puesto en algí1n organism.o inter-
n acional con much o prestigio y poco trabajo. En
l ugar de eso decidió iniciar una nueva carrera: se
convirtió en neurobiólogo teórico y se centró en
el estu.d io de tm ca mpo apasionante y difícil: la
con sciencia htunana.
El principal enigma de la neurociencia es có-
mo 1300 gr amos de células nerviosas con la tex-
tura de un flan generan el caleidoscopio de sen -
saciones, pensamientos, rect1erdos y emociones
qtte forman la consciencia httmana. A pesar de
milenios de análisis por parte de filósofos y cien-
tíficos, la consciencia sigue siendo un tema des-
de St1san Schheider y Max Velmans <<a la vez
el aspecto más familiar y el más mis-
terioso de 11uestras vidas>> . Qtú-
zás la única noción ampliamen-
te 1ac~ptada sobre el tema es la
intuición de qt1e la conscien-
cia e.xiste. A partir de alu, las
opiniones sobre q11é es exac-
tamente, cómo se recon oce
X cómo e~tudiarrla 11ó pue-
den ser más diferentes.
Algunos autores sostienen
qt1e la consciencia ft1e inventa-
da por los antiguos griegos en-
tre el 1400 y e1600 a. C. Arg11men-
1 tan para ello que en grandes partes
de la Odisea hay un profundo ejercicio
de introspección , que según ellos no aparece
apenas en la llíada, qtte habría sido redac-
tad~ al n1enos cien años antes. En ese siglo
entre ambos libros maravillosos, los h om-
bres se habrían empezado a interrogar sobre
lo que n otaban y sentían y habrían desarro-
llado esa voz interior, el Big Bang de la cons-
ciencia. El término <<consciente>> ft1e introd11-
cido por pri:rhera vez en el diSCllfSO académico
por el filóso~o de Ca mbridge Ralph Cudwor th ,
en 1678, y, en 1727, John Maxwell distingtúó
ALGUNOS AUTORES SOSTIENEN QUE
LA CONSCIENCIA FUE INVENTAD
POR LOS ANTIGUOS GRIEGOS ENTRE
EL 1400 Y EL 600 A. C.

cinco interpretaciones diferentes del término.

La ambigl'Ledad no ha disminLtido desde entonces.
Piensa por un momento en una fecha un año
antes de que tú nacieras. ¿Dónde estabas? Aho-
ra piensa en lln tiempo despt1és de tu mt1er -
te. ¿Dónde estarás? La resp11esta brt1tal parece
clara: en ninguna parte. Tu vida es una breve
incursión en la Tierra qLLe comenzó un día por
ninguna razón y qt1e inevitablemente termina -
rá , ojalá dentro de muchos años, sin propósi-
to alguno. ¡Pero m enudo viaje! 1\Lcon sciencia
surgió de la nada y ha evolucionado hasta con-
vertirse en un a realidad rica y compleja, lle-
na de prodigios y misterios. Pensar en algo así
nos lleva a algunas de las pregun tas m ás in1 -
portantes de la existencia humana. ¿Cuáles son
las probabilidades de qt1e yo, mi consciencia,
exista ? ¿Cóm o pL1ede surgir algo así de la nada ?
¿Hay alguna posibilidad de que esa individua -
lidad rica y creativa sobreviva a mi muerte? ¿Y
qué es la consciencia?

LA VIDA INTERIOR
El netLropsicólogo Antonio Damasio da una ex -
plicación de la consciencia basada en aspectos
que son fáciles de comprender. Destaca la vigilia,
el mundo interior, la reflexión, la racionalidad, el
conocimiento de la propia existencia y d.e la exis-
tencia del entorno. Ese es ciertamente un tipo de
consciencia, lo qt1e podríamos llamar autocons-
ciencia, pero también hay otro tipo , com o ptLe -
de atestiguar cualquiera qt1e sepa lo que es tener
dolor de cabeza, masticar chocolate o ver algo de
color rojo, en el qt1e som os conscientes de esos fe-
nómenos. La consciencia de uno mismo es un lo-
gro cognitivo sofisticado y quizá, aunqL1e es algo
discutible, como lt1ego veremos, exclusivo de los
seres h11manos. En cambio, la consciencia feno-
ménica (la basada en la experiencia) es algo que
compartimos con mL1chos anin1ales.
La consciencia es para algtmos la vida interior,
para otros , la mente o parte de ella, el mundo de
la introspección, el pensamiento privado, el rei-
no de la imaginación o el alma. Sin embargo, a di-
ferencia de este t'tltimo término, la palabra cons-
ciencia está menos determinada por los pensa -
mientos teológicos y dualistas-metafísicos, por lo
que también es aceptada en las ciencias naturales.

81
 Ctrriosamente el título del libro que Francis Crick
dedicó al estudio de la conscie11cia era La bús-
queda científica del alma.
Todavía discutimos si hay diversos niveles de
consciencia, si hay diferentes tipos de conscien-
cia, si la consciencia es la parte estable de noso -
tros o va can1biando con los afios, si es una cosa
exclusiva de los seres humanos o , como en tantas
cosas, pttede haber diferencias cuantitativas, pe-
ro no c1Jalitativas, con otros aniinales y si las má-
quinas avanzadas podrán llegar en el futuro a ser
seres conscientes. La autoconsciencia es el rest1l-
tado de tina procesión de mapas net1ronales de
los mundos interior y exterior.
l CÓMO ES SER UN MURCIÉLAGO?
Es más, Damasio argumenta que la conscien-
cia fenoménica depende de la autoconsciencia.
Sin tm yo, escribe, << la mente perdería su orien-
tación ... Los pensamientos de uno serían libres,
sin dueño ... ¿Qué aspecto tendríamos? Pues pa-
receríamos inconscientes>>.
La consciencia, en su forma más simple, es sen-
tir que existe una realidad interna y una externa.
Si le pregtmtas a algtúen de qué es conscien te, es
muy probable que nos responda con la percep-
ción de lo que le rodea y sus respuestas emocio-
nales internas. Es consciente de la gente cercana,
de que llt1eve, del color verde de la hierba o de la
temperatura del agua que bebe. Por tanto, pare-
ce que la consciencia depende muc.h o de la per -
cepción. En un segt1ndo nivel esas percepciones
están teñidas d.e una pátina person al, de matices
emocionales, de sentimientos y preferencias. Los
objetos son útiles, decorativos, reconfortantes o
incómodos; los sonidos son agradables o moles-
tos, nuestro cuerpo se siente bien o mal. Y es-
tas evaluaciones desempeñan un papel crucial a
la hora de guiar nuestro comportamiento, una
disyuntiva que consiste básicamente en acercar-
nos a lo que nos beneficia y alejarnos de lo qt1e
nos perjudica. Los sentimientos nos ayudan en
ese proceso al ofrecemos recompensas y castigos.
El filósofo T.h omas Nagel preguntó una vez:
<<¿Cómo es ser un murciélago? >> ln1agina que
vuelas en la oscuridad, interpretando el mundo
en los ecos de los sonidos de alta frecttencia. Pero
esa no es la respuesta que Nagel buscaba. Quería
CONOCER CADA DETALLE DEL CEREBRO
DE UN MURCIÉLAGO NO PODRÁ EXPLICARNOS
, ,
COMO ES SER MURCIELAGO
82
subrayar que no hay manera de saber lo que es ser
para un mttrciélago. Eso, en esencia, es el enigma
de la consciencia. Los neurocientíficos y los filó-
sofos que estudian la consciencia se dividen en
dos grandes campos. Unos piensan q11e la cons-
ciencia es tma propiedad emergente del cerebro
y q11e una vez que entendamos completamen-
te el intrincado funcionamiento de la actividad
net1ronal, la co11sciencia quedará al desct1bierto.
Los otros dt1dan de qt1e sea tan sencillo. Están de
act1erdo en que la consciencia emerge del cere-
bro, pero argtlffientan que la pregunta de Nagel
siempre permanecerá sin respuesta: conocer ca-
da detalle del cerebro de un murciélago no podrá
explicarnos cómo es ser murciélago.
El tema de la consciencia alcanza hasta la físi-
ca cuántica. De acuerdo con el conocimiento ac-
tual, una partícula ct1ántica, como un electrón o
tLn fotón , solo puede describirse correctamente
como un a entidad matemática conocida como
ftmción de onda. Estas funciones pueden exis-
tir como <<St1perposiciones>> de muchos estados
a la vez. Un fotón, por ejemplo, puede circular
en dos direcciones diferentes por una fibra óp-
tica; o Lm electrón puede girar simultáneamente
en el sentido de las agujas del reloj y en sentido
contrario, o estar en dos posiciones a la vez. Sin
embargo, cttando se i11tenta observar estas exis-
tencias simttltáneas sucede algo que choca con
nuestras expectativas: solo vemos una. ¿Cómo
es posible qt1e mue.h as posibilidades se convier-
tan en una sola realidad física?
MUCHAS MENTES
Esta es la cu.e stión central de la mecánica
cuántica y ha dado lugar a un amplio rango de
propuestas o explicaciones. La más popular es la
llamada interpretación de Copenhagt1e, que di-
ce que nada es real hasta que se observa o se mi-
de. Observar una función de onda hace que la
st1perposición colapse. Sin embargo, Copenha-
gue no dice nada sobre lo que constituye exac-
tamente una observación. John von Neumann
rompió este silencio y sugirió qt1e la observación
es la acción de una mente consciente, algo que
también desarrolló Planck.
Este argttm.e nto se basa en la opinión de qtte
hay algo especial en la consciencia, especialmente

la consciencia hun1ana. Von Neumann argt1men-
tó que la m ente consciente es capaz d.e seleccio-
nar una de las posibilidades cuánticas que se ofre-
cen, h aciéndola real, para esa mente, al menos.
Nuestras mentes provocan el colapso de sttperpo-
siciones y antes de que apareciera la mente ht1-
mana, e.xistía un multiverso de universos poten-
ciales. La aparición de tma m ente consciente en
tmo de estos universos potenciales, el nuestro, le
da un estatus especial: la realidad.
Hay quien prefiere una interpretación que es
aún m ás extraña: <<much as mentes>>. Esta idea,
asociada con la propuesta de <<mt1chos mundos>>
de la teoría cuántica, que propone que cada resul-
tado de t1na decisión cuántica oct1rre en un ttni-
verso diferente, argumenta que el individtto que
observa Ltn sistema cuántico ve todos los estados,
SlfJTIERSTOCK
pero cada uno en una mente. Todas estas mentes
surgen de la sustancia física del cerebro, y com -
parten tm pasado y u11 ft1tt1ro, pero no pt1eden
comunicarse entre sí sobre el presente.
Un o d e los temas en los qt1e interaccio-
nan pasado, presente y ft1turo es la m em oria.
Crick estableció tina colaboración con Christof
Koch que dio lugar a la publicación de una se-
rie de artículos sobre la consciencia entre 1990
y 2005. Crick tomó la decisión de centrar st1 in-
vestigación teórica de la consciencia en cómo
el cerebro genera la consciencia visual a los po-
cos cientos de milisegundos de ver una escena.
Crick y Koch propusieron que la consciencia
parece tan misteriosa porqt1e implica procesos
de m em oria a mt1y corto plazo, una ftmción ce -
rebral qt1e aún no se conoce bien.
83
Representación
gráfica de la
capacidad humana
de hablar y
•
comun1carse.

84

AL MENOS DIEZ CARACTERISTICAS HAN SIDO
PROPUESTAS COMO POSIBLES INDICACIONES DE
QUE UN ANIMAL TIENE CONSCIENCIA
Es difícil saber si otras especies tienen algo si-
milar a la consciencia. La consciencia n o gene-
ra un patrón distintivo de actividad cerebral que
permita su identificación en otras especies y tam-
poco podemos preguntar a los animales sobre sus
exp eriencias, así que nos fijam os en qué espe-
cies h acen cosas que n osotros identificamos co-
mo consciencia. Incluso tm pez tiene una especie
de yo mínimo, q11e combina la integración de la
información sensorial con el control del procesa-
miento de la información y la acción. Pero mu-
chas veces el concepto de consciencia va más allá
y algunos autores indican que debe incluir auto-
consciencia, reflexión , racionalidad, delibera-
ción y conocimiento de la propia existe11cia y de
la existencia del entorno, y entonces el concepto
de consciencia se vuelve mucho más restrictivo,
al alcance de m11chas menos especies.
Al m enos diez características han sido pro-
puestas como posibles indicaciones de que un
animal tiene consciencia: reconocerse en un es-
pejo; tener una te oría de la n1en te (ser capaz de
ver las cosas desde la perspectiva de otro); mos-
trar arrepentintiento por haber tomado una ma-
la decisión; acelerar el corazón en situaciones de
estrés; tener muchos receptores de dopamina en
el cerebro asociados a un circuito de recompen-
sa ; tom ar decisiones de una m an era flexible; te-
ner capacidad para centrar la atención ; n ecesi-
tar dormir; ser sensible a los anestésicos y mos-
trar un aprendizaje asociativo ilinlitado. Los
chimpancés y los elefantes, por ejemplo, se re-
conocen en el espejo.
TÉCNICAS DE NEUROIMAGEN
Los arrendajos vuelven a ocultar la comida si
otro pájaro los h a visto esconderla la primera vez,
lo que implica qt:ie entienden que ese segundo pá-
jaro pt1ede desear su comida e ir a buscarla c11an-
do ellos se vayan . Las ratas que presionan la pa-
lanca eqtLivocada y no consiguen la recompensa
deseada núran con pesar la palanca que deberían
haber pulsado con algo que se parece mucho a un
arrepentin1iento. En estos casos y n1t1chos otros
más , podemos irLferir algí1n tipo de con sciencia
de sí mismos, de los dem ás y de lo que podría ha-
ber sido, algo que se parece mucho a lo que iden -
tificamos en nosotros mismos como consciencia.
Otra forma de entender la consciencia es estt1diar
,
los estados de conscien cia alterada. Una persona
ebria, q11e delira o que sueña, puede ten er tina
conscien cia sin estar despierta , ser consciente
de sí misma o de su entorno. Adrian Owen y Ste-
ven LatLr eys inst n1yeron a una paciente en es-
tado vegetativo persistente, alguien q11e está en
tina cama sin presentar nirtguna respuesta cla-
ramente consciente durante m eses o años, una
persona q11e puede respirar de forma autónoma,
que tiene reflejos e n perfecto funcionamiento,
pero ql1e no muestra ningún signo de compren-
sión , de entender lo que se le dice, ni tampoco
produce ninguna respuesta, ningtina reacción
a un estímulo. Se le dijo, sin saber si ella podía
oír esas pa labras , q11e pensara en dos actividades
distintas. Primero, que se in1aginase a sí misma
jugando al tenis. Usando técnicas de neuroima-
gen se vio que se activaba la llamada área moto -
ra suplementaria, ttna parte del cerebro relacio-
nada con secuen cias complejas de movimientos.
L11ego, se le p idió que se imaginara a sí misma
recorriendo las h abitaciones de su casa.
EL GRADO DE CONSCIENCIA
Tras esa petición , se vio qt1e se activaba el gi-
ro parahipocampal, una región qtte representa
un mapa espacial, una codificación en el cerebro
de 111gar es y caminos. Eran las mismas zonas, y
el mismo patrón temporal, que se activaban en
voluntarios usados como control, por lo que el
equipo concluyó que la mujer, aq11el sup11esto
<<vegetal>> , estaba participando en el experimen -
to y tenía un cierto grado de consciencia, enten-
día lo que se le decía y h acía lo que se le pedía. El
siguiente paso fue estu.diar otras 23 personas en
Bélgica y el Reino Unido y se encontró que cua-
tro de ellas respondían de la mism a manera: por
tanto, no era un caso único y un ntímero signifi-
cativo de personas, aunque no lo pareciera, m an -
tenía la consciencia. A continuación , se pensó en
tratar de establecer tina conversación . Pidieron a
uno de esos cuatro, 11n joven de 29 años que ha -
bía tenido un accidente de tráfico, que si quería
contestar <<SÍ>> imaginara que estaba jugando al
tenis y si quería r esponder <<nO>> imaginara que
estaba recorriendo su casa. Le preguntaron cosas
como ¿tienes algt1na hermana ?, ¿tt1 padre se lla-
ma Tomás? Las preguntas las preparó la fanillia,
los investigadores no sabían cuál er a la respuesta
85
 La poderosa
correcta y, tras comprobar los resultados, se
energia humana se
vio que el paciente respondía correctamente conecta al poder
a todas las pregt1ntas. Implicaba mtichas co- del universo.
sas: tenía que entender el experimento, enten-
der las instrucciones, entender las preguntas,
recordar lo que era el tenis, cómo se practica
y tener accesibles los recuerdos que permitían
responder aquellas preguntas.

PROCESOS MENTALES NO ASISTIDOS POR

LA CONSCIENCIA
Muchas cosas seguían funcionando bien en el
cerebro de aquel ser postrado en una cama. Sur-
ge la posibilidad de hacer tantas cuestiones a una
persona en ese estado: ¿qué necesitas? , ¿cómo
ayt1darte?, y también otras con una proftmda pro-
blemática ética, inclt1yendo la pregunta: ¿quieres
seguir viviendo así? Saber q11e hay <<alguien>> ahí,
una consciencia encerrada en ese cuerpo inerte,
también anima a soñar con salir de ese estado. Y
junto a eso, esta historia nos trae el recuerdo de
personas, madres, novias, hermanos, que al lado
de tina cama de alguien que lleva años en ese esta-
do vegetativo, han ido cada tarde a estar con él o
ella y allí le hablan, le cuentan, le leen. Qué mara-
villa pensar que, en algunos casos, todos esos años
él/ ella ha estado esperando esa visita, escuchan-
do, sabiendo que estaban allí, que le seguían que-
riendo y cuidando, que no estaba, como en uno de
nuestros miedos ancestrales, enterrado en vida.
Otro tema relacionado con la consciencia son
los sueños. En los st1efios, la consciencia feno -
ménica pt1ede ser mt1y vívida, incluso cuando los
procesos racio11ales de la autoconsciencia están
prácticamente desactivados. Damasio describe
los sueños como <<procesos mentales no asistidos
por la consciencia>>. Reconociendo que el lec-
tor se sentirá desconcertado por esta afirmación,
describe el st1eño como paradójico, ya que los
procesos mentales en el sueño <<no están guiados
por un yo regular y que funcione correctamente
del tipo que desplegarnos cuando reflexionamos
y deliberamos>>. Pero soñar es paradójico solo si
EL PANPSIQUISMO TIENE
LA IDEA DE QUE TODO,
ANIMALES, PLANTAS Y
,
MINERALES, ESTA EN UN
,
NIVEL SUBATOMICO

se tiene un modelo de consciencia fenoménica

basado en la autoconsciencia, en el conocimien-
to, la racionalidad, la reflexión y la vigilia.
Fuera de la ciencia también hay interés por la
conscien cia. Hay una corriente filosófica que se
denomina panpsiquismo y tiene la controverti-
da idea de que todo, inclt1idos animales, plantas
y minerales, está imbuido a un nivel subatómi-
co de unas cualidades parecidas a las nlentales.

MOMENTO «BING»
Stuart 1-Iameroff, un profesor de la Universidad
de Arizona, habla de un momento <<bing>>, aqt1el
en el cual la chispa de la consciencia enciende el
cerebro. Imagínese a un cie.n tífico loco conectan -
do neuronas una a Ltna 11asta que de repente al-
canzan Lm umbral de complejidad y, bing, strrge
la consciencia. Esto puede trasladarse al mundo
de la robótica. Si nuestros ordenadores y robots
tienen ya memorias, sensores e inteligencia en
un proceso de cada vez mayor complejidad, ¿ten -
drán algím día también consciencia?
Crick era optimista y pensaba que la neurobio-
logía había alcanzado una etapa de madurez en la
q11e la consciencia podía ser objeto de u11 enfoq11e
multidisciplinar para estudiarla a nivel,
molecu -
lar, celular y de comportamiento. El argumen -
taba que la neurociencia disponía ahora de las
herramientas necesarias para iniciar un estudio
científico de cómo los cerebros producen expe-
riencias conscientes. AunqtLe quizá nunca sepa-
mos qué se siente al ser murciélago quizá poda-
mos decir, como el Quijote, <<yo sé quién soy>>. •
•
 n su última aparición en un medio de
comunicación, a Stephen Hawking le
preguntaron: <<¿Qtié 11t1bo antes del
Big Bang? >> La respuesta del famoso
físico teórico n o se hizo esperar: << La
condición de contorno del tiniverso es que no
tiene frontera>>. 'E ra la respuesta favorita de
Hawking cada vez qi1e le hacían esa pregun-
ta; una respuesta qt1e apareció en st1 best seller
de 1988 Breve historia del tiempo. En esencia,
qi1iere decir que no existe nada parecido a i1n
antes previo a la gran explosión qt1e dio el ban -
derazo de salida a nuestro t1niverso. Una res -
puesta similar a la que dio el teólogo cristiano
Agt1stin de Hipona en el siglo IV: << El n1tindo no
es creado en el tiempo, sino con el tiempo>> .
l QUÉ HABÍA ANTES? LA «PROPOSICIÓN DE
LA NO-FRONTERA»
Hawking llevaba muchos años lidiando con la
existencia de unas peculiares zonas donde la fí-
sica pierde los papeles, las singularidades espa-
cioten1porales. En el caso de un agujero negro es
ese punto matemático situado en el centro don-
de, teóricam ente, se concentra toda la masa de la
estrella colapsada; en el caso del universo , el mo-
90
mento y lugar en que se produce elBig Bang. Aun-
que n1uy diferentes entre sí, en ambas situacion es
nos encontran1os ante una rt1ptura de las leyes de
la física, y eso a los físicos no es algo que les entt1-
siasme. De hecho, qi1e el comienzo del tlniverso
sea, como algttnos han descrito , << tm piu1to agi1-
do donde todo lo que vemos está triturado en ima
bola de energía mucho más pequeña que un áto-
mo y, luego, estalla>>, es más tm problema que
una solución. PorqtLe, ¿qué había antes?
Para Andrei Linde, cosmólogo de la Universi-
dad de Stanford, la respuesta es la de san Agtis-
tín: <<Pregtmtar qué hay antes del Big Bai1g, que
es el principio del tiempo, es una autocontra-
dicción>>. Es aqtú donde engarza la propuesta de
Hawking: el tiempo, tal como lo conocemos y lo
definimos, va perdiendo su significado a media
que nos acercamos al momento de la gran explo-
sión. Las pirt1etas matem áticas del científico bri-
tánico consiguen librarse de ese incómodo pun-
to de partida: podemos retrasar todo lo que que-
ramos nuestro reloj, acercándolo al mon1ento del
cht1pinazo inicial, pero jamás lograremos poner-
lo a cero. Como él mismo comentaba en su libro
Breve 11istoria del tiem.po, pregtmtar sobre lo qi1e
existía antes del Big Bang es como preguntar si
podemos seguir caminando hacia el sur una vez
hemos llegado al Polo Strr. Por tanto, nada ni na-
die puso en marcha el cronómetro porque ntLnca
se llegó a esa situación. De este modo, Hawking
consigttió que ese <<punto agudo>> se convirtiese
en algo más redondeado, pero para ello tuvo que
pagar un precio: no hay Llll comienzo claro, todo
queda más difuminado. Esta es la llamada << pro-
posición d.e la no-frontera>> . En tma conferen-
cia sobre esta conjetura, Hawking explicó: <<Los
eventos antes del Big Bang simplemente no están
definidos, porque no hay forma de qtie uno pt1eda
medir lo que sucedió en ellos. Dado que los even-
tos anteriores al Big Bang no tienen consecuencias
observacionales, tmo puede quitarlos de la teoría
y decir que el tiempo comenzó en el Big Bang>>.
,
SEGUN HAWKING, NO EXISTE NADA PARECIDO A
UN ANTES PREVIO A LA GRAN EXPLOSIÓN QUE DIO
EL BANDERAZO DE SALIDA A NUESTRO UNIVERSO
Limar todas las asperezas matemáticas de es-
ta idea le llevó bastante tiempo y la colaboración
de otros colegas, entre los que destaca Jim Har-
tle, profesor de Física en la Universidad de Cali-
fornia, en Santa Bárbara. Su trabajo es una flori-
tLLra maten1ática de la qt1e no es fácil de imagi-
nar su sentido físico. Baste decir qt1e Hawking y
Hartle tuvieron que reemplazar nuestro conoci-
do tiempo real por otro imaginario. Aquí debe-
mos hacer una aclaración: imaginario no impli-
ca inventado, sino que se expresa como un nú-
n1ero imaginario ct1ya unidad es la raíz cuadrada
de - 1 y se denota con la letra i.
Hawking intentó hacer más comprensible su
trabajo en su conferencia El comienzo del tiem -
po: <<El espacio y el tiempo imaginario juntos son
91
finitos en extensión, pero sin límites. Serían co-
mo la st1perficie de la Tierra, pero con dos dimen-
siones más. La superficie de la Tierra es finita pero
no tiene límites ni bordes>>. Yañadió: <<Si el espa-
cio y el tiempo imaginario son como la superficie
de la Tierra, no habría ningtma singularidad en la
cual las leyes de la física se romperían y no habría
lín1ites en el espacio-tiempo in1aginario. Esta au -
sencia de límites significa qt1e las leyes de la físi -
ca determinarían el estado del universo de forma
1inica en ese tiempo imaginario>> .
Así fue como 1-Iawking consiguió eliminar la
singularidad inicial a partir de la ct1al surge el
universo y todo lo que contiene. El físico cana-
diense Don Page lo ha expresado con claridad:
<<En la formt1lación de la at1sencia de límites de
Hartle-Hawking ... el universo no tuvo comien-
zo, no tiene límite, es una totalidad en sí mis-
mo; simplemente, el universo podría existir por
sí mismo >> . El universo es autocontenido, <<no
sería creado ni destruido - dice Hawking- .
Simplemente, existiría. Quizás el tiempo imagi-
nario es el at1téntico tiempo real y lo qt1e llama-
mos tiempo real es solo un producto de nuestra
imaginación ... lo qt1e llamamos tiempo real pt1e-
de ser solo tln concepto que hemos inventado pa -
ra ayt1damos a describir el universo ta.l con10 pen -
samos que es>>. En esto, el británico segt1ía las pa-
labras que tiempo atrás dijera Einstein a su amigo
el físico ucraniano George Gan1ow, padre de la
teoría moderna del Big Bang: <<La palabra tiempo
no nos la dio el cielo, es una invención del hom-
bre. Si nos causa problemas, es culpa nt1estra>> .
lPOR QUÉ TANTA PIRUETA MATEMÁTICA
PARA ELIMINAR LA SINGULARIDAD?
Porque para Hawking, como para la mayoría
de los cosmólogos, las leyes de la física no pue-
de desaparecer ni dejarse de aplicar en ningún
mon1ento de la existencia del universo. Esto
convierte a la singt1laridad inicial en <<la vecina
molesta>> de la cosmología. Podrían asumirla
 , ,
NADA NI NADIE ACTIVO EL CRONOMETRO. LO QUE
LLAMAMOS TIEMPO REAL NOS SIRVE PARA
DESCRIBIR EL UNIVERSO COMO PENSAMOS QUE ES
como tal, pero el universo matemático que pasando aquí", realmente lo dicen en serio >>.
tanto gt1sta a los físicos teóricos perde ría gran ¿Qué hacen entonces los teóricos? Salir a bt1Scar
parte de su belleza. Así que la única forma de pedazos de teorías que pt1edan utilizar para re-
resolver el apt1ro es redefinir nt1estra p ercep - solver el problema. Mich ael Turner, cosmólogo
ción de lo que consideramos real. Hipotetizan- de la Universidad de Chicago, compara a los cos-
do la existencia de un tien1po imaginario como mólogos con músicos de jazz que bt1scan ten1as
el único con sentido físico , y del ct1al nuestro que <<Suenen bien>> : <<Oyes algo y dices: "Oh, sí,
bien co nocido tien1po real n o es nlás qt1e un qttiero eso para el tema final ">>.
corolar io , consegt1imos describir perfecta -
men te el estado del universo en cualquier mo- E
mento y eliminar la singularidad inicial, por "'
lo que las leyes de la física funcionan siempre
y en cualquier ocasión. Y como bonus, el uni-
verso en ese tiempo imaginario es <<Un sistema
completamente autónomo, n o estaría dete r-
núnado por nada más allá del universo físico,
el que observamos>>. Y a quien no le h ayan re-
cordado estas palabras la famosa a legoría de la.
caverna de Platón que levante el dedo.
Por supuesto, esta no es más que una de las di-
ferentes explicaciones que los físicos teóricos
ofrece.n a la insidiosa pregunta de lo que había
antes del Big Bang. Porqt1e ya se sabe: cuando no
hay forma de comprobar experimentalmente lo
que uno afirma, la imaginación es libre y el pa-
pel aguanta lo que escribas. Y no hay mejor lugar
para tln teórico que un terreno donde puede esti-
rar , retorcer y aplastar las ecuaciones a su antojo.

UN UNIVERSO CON BAJA ENTROPÍA

Una de las propiedades del universo qt1e más
sorprenden a los cosmólogos es qt1e su entropía,
una m agnitud física que mide el nivel de desor-
den , es muy baja. O sea, qt1e el universo está poco
desordenado. Esto, que al común de los morta-
les no nos preocupa lo m ás mínimo, a los físicos
les hace poner la casa patas arriba. Veámoslo con
un ejemplo. Imaginemos una bomba llena de are-
na que explota sobre una superficie vacía: esto es
el Big Bang. Lo esperable es que toda esa ar ena se
esparza más o menos uniformem ente por toda la
mesa y no que en1piece a formar castillos de are-
na. Y eso es exactamente lo que pasa en el tlniver-
so ; en lugar de tener una distribución m ás o me-
nos homogénea de energía y materia, tenemos
estrellas, galaxias, cúmt1los ... Esto nadie lo en -
tiende y como dice el teórico Peter Woit: <<Ct1an-
do los físicos dicen "n o entendemos lo que está
SHUlTERSTOCK
¿Por qué un universo con baja entropía es al-
go tan sorprendente? Para eso debemos mirar a
tina de las leyes fundamentales de la naturaleza,
la segunda ley de la termodinámica, que afirma
qt1e en un sistema aislado la entropía siempre
debe aumentar. Y, hasta donde sabemos, nt1es-
tro universo es un sisten1a aislado, lo que im-
plica que en el pasado debió estar más ordena-
do que en la actualidad. Ese es el problema. Se-
gún el físico Sean Carroll, <<muchos piensan que
el universo primitivo era algo simple y sin rasgos
distintivos, pero tu1a vez que piensas en la en -
tropía tt1 perspectiva cambia y te das cuenta de
q11e es algo que debes explicar>>. Yya hay dema -
siadas incógnitas por resolver.
EL GRAN REBOTE, EL UNIVERSO
EKPIRÓTICO Y LA HIBERNACIÓN
Pero los cosmólogos no cejan y propo11en dis-
tintas soluciones al problema. Una de ellas es el
Big Bounce, el <<Gran Rebote>>, que dice qt1e
ntiestro t1niverso de baja entropía nació de otro
anterior que colapsó a un punto de gravedad in-
finita para luego producir nuestro propio univer-
so. No se trata de tina idea nt1eva: los cosmólogos
Robert Dicke y James Peebles ya jugaron con ella
en los años 60 , pero solo hacia finales de los 80
y principios de los 90 se tomó más en serio esta
idea de los rebotes múltiples, siguiendo un ciclo
infinito de colapsos y expansiones. El problema
es que para asumir esto hay q11e imponer fuertes
modificaciones a la teoría p11es en la relatividad
,
¿pQR QUE EL UNIVERSO, EN LUGAR DE TENER
, , ,
UNA DISTRIBUCION HOMOGENEA DE ENERGIA
Y MATERIA, TIENE ESTRELLAS , GALAXIAS ... ?
94
general no hay nada que diga que el 1lniverso re-
botaría si se co11virtiera en una singularidad.
En 2001, los físicos Justin Khoury, Btrrt Ovrt1t,
Paul Steinhardt y Neil Turok presentaron una va-
riante que batttizaron como el t1niverso ekpiróti-
co, tm nombre que se refiere a la creencia de los
estoicos por la que cada Gran Año el mundo des-
aparece en una gran conflagración (ekpírosis) pa-
ra renacer a contint1ación, sigtriendo tln ciclo de
eterno. En esta nueva vuelta de tuerca, Steinhardt
y compañía utilizan una herramienta peculiar,
uno d.e los objetos qt1e aparecen en la no menos
famosa teoría de ct1erdas, las branas. Según esta
n11eva cosmología, nuestro universo está confina-
do en una brana infinita, que a su vez se encuen-
tra en un 1lniverso de dimensión superior, el bul-
to -también conocido como hiperespacio- . Pero
en el bulto pt1eden existir otras branas, que inte-
raccionan entre ellas. Es más, de las ct1atro fuer-
zas elementales -gravedad, electromagnética,
fuerza nuclear fuerte y fuerza nuclear débil- solo
la gravedad es capaz de <<escapar>> de st1 ligadt1-
ra a nuestro universo y afectar a otras branas (y
por eso, explican, la gravedad es mucho más dé-
bil qt1e el resto). Pues bien, y según ct1enta el pro-
pio Steinhardt, <<el modelo ekpirótico propone
que nuestro universo surgió de la colisión de dos
mtmdos tridin1ensionales (branas) en t1n espacio
con una din1ensión espacial extra {la cuarta)>>.
Esos dos mundos colisionan, <<se adhieren>>, y la
energía liberada se convierte en los qt1arks, elec-
trones, fotones, etc.,. de nuestro universo, que se
ven forzados a moverse en las conocidas tres di-
mensiones. Adiós a la singttlaridad inicial.
Pero, si esta colorista hipótesis resitlta llamati-
va, no lo es menos la qtte publicaron Kurt Hinter-
bichler, Austin Joyce y Justin Khotrry en el Joiir-
nal ofCosm ology and Astrop articl e Physics en ju-
nio de 2012: que al igual que los osos en invierno,
nuestro universo pasó un tiempo hibernando.
Antes de la gran explosión se habría mantenido
en lo q11e se llama un estado metaestable, esto es,
que desde el ptmto de vista energético se encon-
traba como una pelota en la cima de una monta-
ña: de allí no se moverá si no se produce ningún
temblor que la haga caer rodando al valle, que es
un estado más estable. Y eso es exactamente lo
que sucedió y dio origen al Big Bang.
Esta propuesta nos retrotrae a una simiJar que
el cosmólogo Edward Tyron publicó en diciembre
de 1973 en la revista Nature. Fue un artículo bre-
ve, de dos páginas, y su títwo lo dice todo: <<¿Na-
ció el universo de una fluctt1ación del vacío?>> En
esencia, explica el cosmólogo Alexander Vtlen-
kin, <<lo qt1e Tryon estaba st1giriendo es que todo
nuestro t1niverso, con toda la materia que con-
tiene, surgió de una flucttiación cuántica que de
algtma forma lleva sin desaparecer diez mil mi-
llones de años>>. O lo que es lo mismo, el univer-
so entero surgió literalmente de la nada. Aho-
ra bien , ¿eso no viola la primera ley de la termo-
dinámica, que dice que la energía ni se crea ni se
destruye? Aquí Tryon se agarra a qt1e en realidad
el universo contiene energía cero, pues toda la
que contiene en forma de masa-energía se can-
cela exactan1ente con la energía gravitacional que
provoca, que es, por definición, negativa: <<En
el caso de un universo que es aproximadamente
SIUITERSTOCK
 11niforme en el espacio, se puede demostrar que
esta energía gravitatoria negativa ant1la exacta-
mente la energía positiva representada por la ma-
teria. Así que la energía total del universo es ce-
ro>>, explicaba Stephen Hawking. Tyron concluía
st1 artículo diciendo: <<Si este es el caso, entonces
ntLestro universo pudo aparecer de la nada sin vio-
lar ninguna ley de conservación>>. Parafraseando
a los Monthy Python: <<El universo viene de la na-
da y vuelve a la nada. ¿Qué ha perdido? ¡Nada!>>.
No es de extrañar qtLe este físico dijera, cuando le
preguntaban por SlLartículo, que <<el ttniverso es
tLna de esas cosas q11e suceden de vez en cuando>>.
LA HIPÓTESIS DEL MULTIVERSO
Y llegamos a la hipótesis que está d.e moda
entre los teóricos: el multiverso. Para el físico
y divulgador Sean Carroll, <<la teoría del mt1l -
tiverso evita los problemas de una entropía
decreciente en el tiempo y explica el universo
de baja entropía qt1e observan1os hoy en día>>.
SHlJTTERSlOCK
96
Para comprenderla debemos viajar a la noche
del 6 de diciembre de 1979, cuando el cosmó -
logo Alan GtLth, resolviendo las ecuaciones qtLe
describen el universo, encontró que se desbo -
caba, y era de tal magnitud q11e si al virus de la
gripe le pasara lo misn10, en tm chascar de de-
dos se haría mucho más grande que el univer-
so visible actt1al. Porque a los 10 32 seg11ndos de
vida (una cien millonésima de billonésima de
segt:Lndo) el universo había doblado st1 tamaño
¡casi 1000 veces! A este proceso de duplicación
exponencial Guth lo llan1ó inflación.
A partir de esta idea otros cosn1ólogos, como el
ruso Andrei Linde, han tirado del hilo. En parti-
cular Linde se pregtmtó: <<¿Por qué solo tuvo qt1e
haber una época inflacionaria que afectara a todo
el universo?>>. Así nace la llamada inflación eter-
na o caótica. Para entenderla, Linde propone qt1e
nos inlaginemos un balón de ftítbol, con los hexá-
gonos y pentágonos pintados de un color deter-
minado. El proceso de inflación afecta al conjunto
 ,
LA TEORIA DEL MULTIVERSO EVITA LOS PROBLEMAS
DE UNA ENTROPÍA DECRECIENTE EN EL TIEMPO

.~
- -
Si el universo fuera un balón de fútbol, el proceso de inflación afectaría a todo el balón, pero de forma diferente
en cada lugar. Los que vivan en un pentágono negro creerán que el universo es negro, y los que lo hagan en un
hexágono blanco creerán que es blanco.

de todo el balón, pero de forn1a diferente en dis-
tintas regiones (los hexágonos y pentágonos del
balón), qt1e crecen de tamaño de forn1a exponen-
cial y sin ningún tipo de conexión con otro polí-
gono: todos los que vivan en un pentágono negro
creerán que el t1niverso es negro, y los que lo ha-
gan en el hexágono blanco creerán que es de ese
color. Trasladada esta analogía a la cosmología,
cada polígono/ t:miverso está dentro del balón /
multiverso y su color son las leyes físicas que go-
biernan ese polígono/ universo en particular.
Así, lo que se tiene es t1na gran sopa infla-
cionaria de m11chos universos aislados tmos de
otros. <<Cualquier parte en particular de ese
gran t1niverso pt1ede morir, y probablemente
morirá - dice Linde-, pero el universo en su
conjunto es inmortal>>. Cada bt1rbuja inflacio-
naria, concluye Linde, sería un nt1evo Big Bang,
un nuevo universo con diferentes caracterís-
ticas y tal vez incluso diferentes dimensiones.
Nuestro universo sería simplemente uno de
ellos. <<Este proceso puede seguir sucediendo
para siempre>>, añade. <<Pt1ede estar sucedien-
do ahora, en algt1na parte del universo>>. Este
superuniverso de la inflación eterna es tan ini-
maginablemente grande, caótico y diverso qt1e
la cuestión del comienzo se vuelve casi irrele-
vante. Para cosmólogos como Guth y Linde, ese
es el atractivo de st1 hipótesis: <<La inflación caó-
tica nos permite explicar nuestro mt1ndo sin ha-
cer suposiciones tales como la creación simultá-
nea de todo el universo de la nada>>, dice Linde.
¿Cómo evita el problema de la entropía ? Porqt1e
en puridad nuestro universo deja de ser un sis-
tema aislado. Como dice Carroll, un apasionado
defensor del multiverso, <<la diferencia es que el
universo padre pt1ede ser de alta entropía y de él
brotar tmiversos-bebé de baja entropía>>.
¿Sabren1os algún día quién tiene razón? Mt1y
optimista hay que ser para creerlo. •

97
 esde tiempos inmemorables, los
humanos siempre hemos senti-
do una gran CLLriosidad po r sa-
ber cómo fueron nuestros orí-
genes como especie. Por suerte,
nL1estros antepasados dejaron repartidos L1na
serie de rastros que nos hablan de nL1estro pa-
sa.d o m ás remoto. Mediante la aplicación de
metodologías arqL1eológicas - com o la pros-
pección y la excavación de yacimientos- y a
través de la comparación de fósiles y herra-
mientas de piedra qu.e encontramos, podemos
ir reconstrL1yendo cómo, poco a poco, la espe-
cie fue evolucionando hasta convertirse en lo
qt1e hoy d efinimos como hLtma11os.
Casi todos n osotros estamos interesad.os en
la historia de nuestra familia. ¿Quién era nues-
t ro abuelo?, ¿cuál era Sll oficio?,
¿vivieron siempre e11 el misn10
lugar o por el contrario vinie-
ron de mt1y lejos? La cien -
cia nos da la posibilidad de
ampliar y, a veces resol-
ver, esta curiosidad na-
tt1ral en el espacio
y en el tien1po.
¿Q ui é nes
, de piedra.
100
ft1eron los primeros pobladores?, ¿cón10 vi-
vía n? La respuesta a estas preg11ntas pued e
ayL1dar a explicar por qué so mos como somos y
adónde podríamos dirigirnos en el futuro.
Nos encontramos en una época trascenden -
tal para la con1prensión de la evolución huma-
na. Los espectaculares desct1brimientos fósi-
les de los (1ltimos años se combinan con gran-
des avances en el can1po de las técnicas d.e da-
tación, del análisis genético y de muchas otras
disciplinas científicas que nos ofrece t1na nue-
va, sorprendente y muy disct1tida imagen de
los orígenes de la hL1n1anidad.
EL ORIGEN DE LAS ESPECIES
Hace siglo y medio, el biólogo inglés Char -
les Darw in publicó El origen de las espe-
cies, un libro que cambiaría el pensamien-
to humano y asentaría las bases de la evo-
lución . Con st1s teorías se confirmó que
las especies actuales proceden de otr as
del pasado, las cuales a su vez proce-
den de una raíz común, un primer
viviente, tm ser de tina sola célula que
apareció en la Tierra hace 3600 millo-
nes de años.
Todos los seres ht1manos vivientes
Horno habilis
sentado
en una roca
mientras
fab rica una
herramienta
Cráneo de 1.75 millones de años encontrado cerca de la ciudad de Dmanisi, a unos 85 km al suroeste de Tbilisi, Georgia.

formamos una gran familia, siendo los monos cés, deam bulaban por la sabana y t repa-
nuestros parientes más cercanos. Las similitu- ban casi tan bien como ellos por los árboles.
des son evidentes, no hace falta fijarse dema-
siado para desct1brir las semejai12as que com- LOS ÚLTIMOS AUSTRALOPITECOS
partimos con los chimpancés e incluso, at1nque Posteriormen te, entrarían a escena los aus-
en menor medida, con los gorilas y los orangu- tralopitecos, de los cuales tenemos más infor-
•
tanes qt1e viven en las selvas de Asia y Africa. mación . Vivían en bosqt1es, buscando siempre
Ese fue el escenario dond.e comenzó la evo- grandes espacios en los que asegurarse el calor
lución h umana. 1-Iace casi siete, nilllones de del sol. Su cerebro era apenas más grande que
años los gran des mon os de Africa se dividie- el de los chimpancés y andaban ergt1idos, atm-
ron en tres ramas; gorilas, chimpancés y se- que no tan ágiles como n osotros. Su alimenta-
res h umanos. Aunque es desconocido aún ese ción se basaba en frutos , hojas y tallos tiernos ,
ancestro que nos une a los cl1impancés, exis- aunque qtúzá también pudieron ser cazadores.
tieron tina ser ie de fós iles anteriores al flo mo Hace dos millones y medio de afios, la Tierra
que muestran cambios en la for ma corporal empezó a enfriarse y a secarse. El resultado di-
con el fin de adaptar- recto de este proceso ft1e
se al medio. Uno de los TODOS LOS SERES que, además de la sel-
primeros y más tras - va húmeda, aparece t1n
cendentales fue, ade- HUMANOS FORMAMOS en torno abierto de tipo
más d e la disminu- sabana. Por lo tanto, los
ción de los caninos, UNA GRAN FAMILIA; australopitecos alterna -
el comenzar a cami- rían ambos medios.
nar de forma bípeda. LOS MONOS SON Ct1ando el ambiente
Los primeros antepa- empezó a hacerse más
sados de los huma- NUESTROS PARIENTES árido, los tíltimos aus-
nos tenían el tama- , tralopitecos, denomi -
ño de los chinlpan - MAS CERCANOS nados parántropos, una

101
 rama de la evolución humana que no tuvo éxi-
to y que solo prosperó dttrante un millón de
años, se extingt1ieron . Su principal diferen -
cia con los australopitecos que los antecedie-
ron se encontraba en el tamaño de st1 cráneo
y, sobre todo , de st1s m t1elas. Eran grandes
trituradores de alimentos vegetales porqt1e
necesitaban masticar continuamente para
obtener las calorías precisas par a vivir, ya
que, además de frt1ta y verdura, comían se-
millas, nt1eces y raíces.
LA SALIDA DE ÁFRICA
La tecnología lítica debió llegar con los úl-
timos australopitecos. Estaríamos hablan -
do del 1-Iomo habilis, quien inaugt1ró el ini-
cio del cambio fisiológico que tanto nos ca-
r acteriza; t1n cerebro tres veces más grande,
tina menor proyección facial y tLna r edt1c -
ción de los molares. Estos individuos pare-
cen haber sido los primeros en golpear tina
piedra contra otra con ttn claro objetivo,
conseguir una lasca que les permitiera ge-
nerar un filo cortante. Esto lo cambió todo,
porque les dotó de útiles de borde cor ta n -
te a unos homínidos con escasa posibilidad
AGE
de supervivencia en un medio lleno de
predadores. Su st1cesor ftte el Honto erectus /
ergaster. La caza se volvió tina actividad más
h abitualy ,at1nqueseatrevíanconanimalesmás
grandes, no desperdiciaban la carroña . Se ca -
r acterizaron por s t1 fortaleza física , st1s pier-
nas más largas, una nlayo r inteligencia y por
st1s herr amientas de piedra de formas estan-
darizadas y funcionalidad más eficiente. Con
ellos comenzó la expansión por el mt1ndo.
'
La salida de nuestros antepasados de Africa
se produjo, aproximadamente, hace dos mi-
llones de años, unos cráneos encontrados en el
Cáucaso, concretamente en Georgia, han ates-
tiguado características intern1edias entre el
Homo habilis y el erg aster/ erectus., Pero es-
ta zona no está demasiado lejos de Africa, por
lo que no puede considerarse como parte de
una expansión hacia Eurasia de los biomas de
sabana hasta entonces típicamente africanos.
Los fósiles nlás antiguos encontrados, hasta
ahora , en los continentes et1ropeos y asiático
se ubican en los yacimientos de Java (Indone-
sia) y de Atapuer ca (Burgos).
En Atapt1erca, concretamente en la Sima
del Elefante , se ha encontrado una mandíbula
 •

•
•

Arriba, un arqueólogo Li mpia un esqueleto durante

Las excavaciones en Los depósitos de La sierra de
Atapuerca en Burgos. A la izquierda , investigador
extrayendo ADN de un fósil.

de restos óseos de hace medio m illón de años y

_ _ _, ~
humana d e u na antigüedad de casi un millón y
medio d e años. En este mismo enclave, pero en
otro lt1gar conocido como la Gran Dolina, han
aparecido numerosos res tos d e individtioscon
señales de canibalismo . A estos fósiles se les
denomina Homo antecessor. No se puede ha-
blar d e la sierra de Atapt1erca sin m.encionar
la Sima d e los Huesos, un yacimiento que ha
proporcionado información de gran relevan-
cia científica. En este lt1gar, un pozo natt1ral
de 14 metros, han sido ha llados t1na treintena
que se han clasificado como Homo heidelber -
gensis , mostrando rasgos preneandertales.
Si segttimos avanzando en la escala evoltitiva
que nos llevará a la humanidad actt1al, al Homo
sapiens, entran en escena los neandertales, los
cuales eran más bajos , de tina constitución más
ancha y con una musculatura más desarrollada
que la de los et1ropeos de hoy en día. Sus ras -
gos faciales estaban caracterizados por unas ce-
jas salientes, la frente aplanada y la mandíbula
con barbilla o me11tón ausente o poco desarro-
llado. At1nque hay algo muy importante en la
que eran como nosotros: el tamaño del cerebro.
Mient ras que los neandertales evoluciona -
ban por Eurasia, hoy sabemos gracias a los
avances producidos en el campo del aisla-
núento del ADN en r estos fósiles, que en Si -
beria se desarrollaba otro grupo:,
los denisova -
nos . Sus contemporáneos en Africa están re-
presenta.d os por fósiles d e Etiopía que tienen
más de 200 000 años.

MIENTRAS QUE LOS NEANDERTALES

EVOLUCIONABAN POR EURASIA, EN SIBERIA SE
DESARROLLABA OTRO GRUPO: LOS DENISOVANOS

103
.. ...
 azadores Hamo ergaster atacan
a una especie de gato dientes
de sable utilizando ramas de
árbol y una lanza. Eran capaces
de fabricar y utilizar
herramientas avanzadas.
SPL
CUEVA BLOMBOS
En la costa de Sudáfrica se han excavado
can1pamentos humanos de hace 75 000 años
en una cueva llamada Blombos. Los que oc11pa -
ban este lugar eran humanos con rasgos ana -
tómicos casi idénticos a los de las poblaciones
actuales de África. Se alimentaban princi-
palmente de lo q11e cazaban, pero también
Pareces un neandertal
menudo se ha utilizado el término «neander-
A tal» como un insulto, pero no debería ofender
a nadie. De hecho, si comparamos el Hamo erec-
tus, el Hamo antecesor, los neandertales y los hu-
manos, los que desentonamos somos nosotros.
Puede parecer normal, pero tener una frente rec-
ta, una barbilla prominente y un cuerpo delgado
son características propias de nuestra especie.
Desde la aparición de su primer fósil en el si-
glo XIX, los neandertales sufrieron durante 150
años una mala fa ma acerca de sus capacidades
cognitivas. Ahora sabemos. a través de registros
arqueológicos de distintos tipos y lugares, que
estos humanos también desarrollaron una sim-
bología manifiesta. Por ejemplo, los neandertales
sabemos que enterraron de forma intencionada a
106
recurrían a animales nlarinos para comer. Las
conchas que aparecen en el yacimiento son im-
portantes no solo por su información alimenta-
ria, sino porque eran utilizados como colgan-
tes, suponemos que en collares.
l-Iace 45 000 años, estas poblaciones de ori -
gen africano se expandieron hacia Eurasia,
donde se encontraron con los neandertales, los
sus congéneres. Además. otra de las cualidades
que nos hace humanos es la decoración corpo-
ra I que también fue desarrollada por los nean-
dertales. Decoraron sus cuerpos y usaron como
adornos cuentas de collar, conchas marinas y
dientes perforados. También utilizaron pigmen-
tos minerales como el ocre, hematites y óxido de
manganeso.
Un estudio publicado en la revista Science (2018)
ha determinado que los neandertales que vivían
hace 65 000 años en la península Ibérica ya pin-
taban arte rupestre en las paredes de las cue-
vas. Las pinturas de estas tres cuevas españolas
(La Pasiega, Maltravieso y Ardales) se crearon
20 000 años antes de que la época del contac-
to con las poblaciones de origen africano de las
que principalmente descendemos los europeos
actuales, las cuales no empezaron a expandirse
hacia Europa hasta hace unos 45 000 años.
 SPL

grupos se reducían y se iban separando cada

vez más. Por eso, terminaron exting11iéndose.
Este pt1nto de v ista suele ser defendido
por aquellos investigadores que piensan qt1e
los neandertales pertenecían a una especie
d iferente, Homo nea1iderthale1isis. Otra teoría
es que, como indican los datos de la genética,
la mezcla entre las dos poblaciones llevó a q11e
terminaran predon1inando los rasgos caracte -
rísticos de la más numerosa, que era la de ori-
gen africano, puesto que, en la Edad del Hielo,
la población que Europa podía sostener (es de-
cir , los neandertales) era m ucho más pequefia ,
por la extensión que entonces tenían los desier-
tos de tt1ndra y las calo tas glaciares (en el norte
del con tinente y en las montañas). Según esta
E teoría, los neandertales no habrían sido lleva-
"' dos a la extinción sino asimilados, formando un
componente minoritario, aunqt1e in1portan -
cuales unos miles de años después desaparecie- te, de nuestra ancestralidad biológica; es de-
ron. Algunos se plantean qt1e les arrebataron cir, habrían conformado una variedad regional
las mejores zonas de caza y los ft1eron despla- (<< raza>> o subespecie) del Honio sapie1is.
zando hacia territorios menos adecuados para
su supervivencia. El nt'tmero de descendientes ARTE DE GRAN BELLEZA
neandertales no sería s11ficiente para sustitujr Los ht1manos de estas épocas {q11e los ar-
a los adt1ltos q11e iban mt1riendo, por lo qt1e los queólogos denomi11an Paleolítico medio e
,
EN LA EDAD DEL HIELO, LA POBLACION QUE
, , -
EUROPA PODIA TENER ERA MAS PEQUENA, POR
LOS DESIERTOS DE TUNDRA Y LOS GLACIARES

107
 inicios del Paleolítico superior, entre ha -
ce aproxi.m.adamente unos 125 000 y unos
25 000 años) acampaban en las entradas de
las cuevas y abrigos protegidos de la lluvia ,
d e la nieve y del viento; en caso de no exis-
tir, se establecían al aire libre. El clima frío y
árido de la í1ltirna glaciación provocó espa-
cios abiertos de herbáceas que daba prade-
r as con mt1cha hierba, lo que proporciona -
ba un ambiente óptimo para el pasto de cier -
vos, antílopes, renos, caballos, 11ros, bison-
tes y rinocerontes. La abundancia de grandes
herbívoros iba acompañada de una gran po -
blación de animales carnívoros como lobos,
hienas, leones y osos, como los pardos y los
de las cavernas de gigantescas dimensiones.
Los cazadores h11manos, naturalmente, tam -
bién seguían de cerca estas manadas. Algunas
de estas especies se exting11ieron CtLando ter -
minó la Edad de Hielo .
108
Hacia el final de esta etapa, los humanos
d el Paleolítico desarrollarán un arte d e gran
belleza. Fabrica.h an escul ttLras peqtLefias qtLe
llevaban consigo y se adornaban con collares
y colgantes. Pero , sobre todo, pintaron y gra -
baron signos y figtLras en las paredes de las
cuevas o en rocas al aire libre. No sabemos
por qué lo hacían, pero a día d e hoy se co n -
servan decenas de grutas con signos y ani -
males, pintados en negro y en rojo , que nos
acercan directamente a cómo debió de ser su
mtLndo o a cómo ellos lo percibían.
REVOLUCIÓN DEL NEOLÍTICO
En esta larguísima historia humana d.e tina
dttración de n1ás millones d e años, nos encon-
tramos desde hace <<solo>> diez mil años en
tina situación completamente nueva. En ese
momento, la agricultura y la ganadería co -
menzaron a practicarse en Próximo Oriente
 ,
LA EXTENSION DE LAS
,
TAREAS AGRICOLAS
Y LA .PRESENCIA DE
-
~~~?eg~~~o REBANOS HIZO QUE
u
(12103/2022)

https://rebrand.lyib~nA PO LACIO ' N R

,;~.:;;·,, B F E A
\:l!\~\J~

~1~.~i1 CRECIENDO .
@;~m?

para posteriormente , tr aslad arse a otros luga-

res del mundo. Este próceso es el comúnmen -
te conocido co mo revolt!€ión d el Neolítico.
La extensión de las tar eas agrícolas y la pre-
sencia d e rebañ os hizo qt1e la población qt1e ha-
bitaba el planeta en aq11el n1omento fuer a cre-
ciendo y que se comenzara a concen trar en
p11eblos y ciudades. A la vez q11e esto oc1rrría,
los grandes bosques y las amplias prader as sal-
vajes iban reduciéndose. Actualmente, la cien -
cia no descansa en su bt1squed a infinita de dar
resp11esta a todas esas preguntas que st1rgen
siempre que p ensamos en n11estros orígenes.
Desde Ch arles Darwin h en1os avanzado mucho
en conocimiento, pero a1'tn quedan m uchas in-
cógnitas por resolver. El debate sig11e abierto. •

109
 urante la última década se ha es-
tado librando 11n intenso deba-
te en torno a LLn nuevo tipo de
motor capaz de propL1lsar futu -
ras naves espaciales qt1e fue idea-
do , en 2000, por el británico Roger Shawyer:
EmDrive, también llamado propulsor de cavi-
dad resonante de radiofrect1encia. Se trata de
Ltn motor qL1e usa para impL1lsarse las nticroon -
das que se generan en un magnetrón ; no n ece-
sita de ningún combustible, solo de una fuente
eléctrica. El problema del diseño de Shawyer,
señalan SLlS críticos, es que parece violar uno de
los más sacrosantos principios de la física , el de
la conservación del momento lineal, t1na canti-
dad que se define como el producto de la masa
por la velocidad. Las leyes de la física dicen que,
si tina n ave parte del reposo, el produ.c to de stt
masa por SLl velocidad d.ebe ser igual al produc -
to de la masa p or la velocidad de los gases ex -
pL1lsados por el motor. Pero si en este caso no se
expulsa n ada , ¿cómo se m overá ?
Desde 2014 , la NASA y la Universidad de Tec-
nología de Dresde están haciendo experimen -
tos para probar si Lln motor así podría funcio-
nar, pero los resL1ltados no son concluyen -
tes: las últimas pruebas, realizadas en 2021,
ap11ntan a que los resultados positivos anterio-
res se explicaban debido a errores experimen-
tales, au11q11e todo está por ver. Ahora bien, si
realmen te funcionara, ¿estaríamos ante un tipo
de propulsor capaz de llevarnos a las estrellas?
St1s defensores no tienen ning11na duda. De 11e-
cho, ya h ay qt1ien ha echado Ltnos cálc11los: con
11n nlotor Enillrive qt1e sea capaz de alcanzar el
9.4 °/c, de la velocidad de la luz - algo que se ve
factible- se podría alcanzar Marte en 70 días,
tardar 9 meses en llegar a Saturno y 130 años a
Alfa Cen taLLri, el sistema estelar más cercano a
nosotros y situado a 4 .3 años luz.
Para que el motor funcione - pues el magne-
trón necesita electricidad para la fuente de mi-
croondas- , la nave debe llevar una planta nL1-
clear de ente 1 y 100 megavatios, algo no muy
complicado tecn ológicamente hablando. El in-
terés por este nuevo tipo de propulsión ha lle-
gado a China e Inglaterra, donde están reali-
zando nuevos experimentos.
SOÑANDO CON VIAJES INTERESTELARES
Debemos comprender esta ilusión: desde los
años 80, pocas prop11estas de propLtlsión han
visto la luz. Es por eso que en 2011 la Agencia de
Proyectos Avanzados de Investigación (DARPA)
 --~·
Magnetrón
Gui a de ondas
Propulsor f para im pulsarse las
111
grupo pequena -
prometió invertir medio millón de dólares pa-
ra impulsar aquellas tecnologías necesarias pa-
ra el viaje interestelar. Sin embargo, n o todos
los científicos están de act1erdo en estas inver-
siones; muchos lo consideran tirar el dinero
y recuerdan las palabras q11e en 1960 dijo 11no
de los pioneros de la radioastronomía, Edward
Purcell: <<Toda esta historia de viajar por el uni-
verso enfundados en trajes espaciales - excep-
to para exploración local- debe volver a donde
salió: las cajas de cereales>>.
El problema ft1ndame11tal d el viaje espacial
son las enormes distancias a recorrer. Hemos
lanzado decenas de naves es paciales, la ma-
yoría no tripuladas, y la que ha llegad o n1ás
lejos es la Voyager l . Aunque el 25 de agosto
de 2012 empezó a adentrarse en el m edio in-
terestelar, en la actualidad se en c11entra a po-
co más d e 18 horas luz de nosotros, lo qt1e re-
presenta m en os de 1/ 2000 la distancia a la es-
trella más cer cana, Próxima Centa11r i, sitt:Lada
a 4 .2 años luz. La sonda Voyager ha tardado
SI EL MOTOR EMDRIVE REALMENTE FUNCIONARA,
¿ESTARÍAMOS ANTE UN TIPO DE PROPULSOR
CAPAZ DE LLEVARNOS A LAS ESTRELLAS?
EmDrive es una propuesta de
sistema de propulsión que usa
microondas que se generan en
un magnetrón; no necesita de
ningún combustible, solo de
una fuente eléctrica.
Inventado por el ingeniero
británico Roger Shawyer,
todavía no funcio na y está
generando mucha polémica.
grupo grande
38 años en llegar dond e está ahor a y tardará la
friolera de 40 000 años en pasar cerca de tina
estrella: en co ncreto , lo hará a 1.6 años luz
de una de nombre poco inspirador, Gliese 455,
s ituada a 17 años lt1z d e nosotros.
Y es q11e viajar entre las estrellas no es tan
sencillo como lo pinta la ciencia ficción. Para
ser con scientes de los problemas que h ay que
•
superar, supongan1os qtte queremos enviar
una misión trip11lada a la estrella más cercana,
Próxima Centa11ri. Lo primero que debemos
consegt1ir es que el viaje se haga en Lln tiempo
razonable. Eso implica que la nave debe acelerar
de manera constante durante, al menos, la pri-
mera mitad del v iaje, para ir frenando de ma -
nera progresiva durante la segunda mitad. Para
los astronautas, que son los que van a sufrir el
efecto de este viaje, lo mejor que p11ede st1ce-
derles es que la aceleración de su nave sea sin1i-
lar a la de la superficie terrestre, unos 9.8 m /s2 :
de este modo, aJ organisn10 de los astrona11tas
le parecerá estar en la st1perficie de la Tierra y
11 3
 En el centro de la imagen, podemos ver Alfa Centauri, una pequeña estrella roja del sistema estelar triple Alfa
Centauri, tan débil que no fue descubierta hasta 1915 y solo es observable con telescopio.
Es la estrella más cercana a nuestro sol (a 4.2 años luz).
podremos evitar todos los problemas de salt1d
asociados a la vida en ingravidez. En el caso de
viajar a Próxima, esto significa que la máxima
velocidad que alcanzará la nave será el 95 ºlo de
la velocidad de la luz: visto desde la Tierra, el
viaje durará 5.8 años, pero debido a los efectos
relativistas de moverse a velocidades cercanas
a la de la luz (el tiempo transcurre más despa -
cio en la n ave que en nuestro planeta) para los
astronat1tas solo habrá durado 3.5 años .
PROBLEMAS QUE HAY QUE SUPERAR
No es t:1na mala opción, ¿verdad ? Claro qt1e
ahora es ct1ando aparecen esos detalles que
acaban chafando una bt1ena historia. El pri -
mero es qt:1e a la nave hay qt1e propt1lsarla co n
algo. Supongamos que st1 masa total es la del
viejo transbordador espacial, 2000 tonela-
das. Esto implica qu e la energía qt:te necesita -
mos para llevarla hasta Próxima Centauri es
d e 780 000 exajulios (exa es el prefijo para tri-
llón). Es una cifra colosal: el consumo mundial
d e energía en 2020 fue de 556.63 exajulios, lo
que significa que para llevar esa pequeña nave
114
a Próxima debemos gastar algo más 1400 ve-
ces el consumo energético mundial. El proble-
ma está claro: ¿de dónde sacar tanta energía?
Pero no todo acaba aqtú. El combustible
también tiene masa, por lo que hay que su -
marla al total; esto hace qt1e necesitemos más
combustible para mover, ironías de la vida,
el combustible. Es el clásico círculo vicioso: a
más masa, mayor necesidad de combustible.
Y la masa añadida sería millones o billones d e
veces mayor que el propio peso de la nave, lo
que añade más ironía a la ironía: la mayor p ar -
te del combt1stible de la nave se utilizaría para
mover la masa de combustible.
Podríamos pensar que una forma de reducir
la cantidad de propelente a lleva r es ai1men-
tando la eficiencia del motor , de modo qt:1e
convierta en energía utilizable la mayor can-
tidad de con1bustible. Sin embargo, aunqt1e
encontráran1os un sistem a con una eficiencia
del 100 ºlo - algo prácticamente imposible- la
cantidad de combt:1stible necesario sería más
d e 4.5 veces el peso de la nave. El viaje tal y
como lo hemos imaginado es inviable.
 LOS PROPELENTES ACTUALES NO RESULTAN
,
NI RENTABLES NI UTILES PARA VIAJAR POR EL
ESPACIO. ES NECESARIO TENER NUEVAS IDEAS
La única solt1ción es rebajar la aceleración,
haciendo que el gasto de combtlstible sea me-
nor. Claro que de es te modo alargamos la du -
ración del viaje. Si tomamos por norma que el
co mbt1stible en el mome11to del despegtle de-
be pesar n1enos qt1e la astronave, la aceleración
será de O. 0018 m / s 2 , menos que la desarrollada
por los atletas de los 100 metros lisos. Con esta
aceleración, el viaje dura 97 años: los astronau-
tas difícilmente llegarían vivos a Próxima.
Y eso que no h emos contado con otras cues-
tiones básicas, como que los astronautas tienen
que comer. Suponiendo que pueden sobrevivir
con el equivalente a 900 g de carne y tln litro
de agua al día, y si en n t1estra nave solo viajan
dos astronautas en un viaje de 97 afi.os, el pe-
so total de la comida es de 135 toneladas, y eso
sin considerar el agua necesaria para las ablu-
ciones diarias. Atín llevando un sistema eficaz
de recicla je, como el de la Estación Espacial
Internacional {EEI), sigt1e siendo mucho peso
que transportar. Todo esto demttestra que pa -
ra viajar por el espacio no resultan 11i rentables
ni útiles los propelentes actuales. Es absol11ta-
mente necesario tener nt1evas ideas.
IDEANDO OTRAS FORMAS DE PROPULSIÓN
En 1946, el m atemático y escritor de ciencia
ficción Stanislav Ulam propo-
nía un peculiar método de pro-
pt1lsión llamado pulso nuclear.
Imaginemos una Stlperficie pla -
na cubierta por una delgada ca-
pa d e grafito. En el espacio se
hace estallar una bomba n tl -
clear a unas cuantas decenas de
metros del <<plato>>, lo justo pa-
ra no destruirla . Lo que sucede -
rá es que los r estos de la explo-
sión colisionarán con el plato ,
sobre el que rebotarán y , debi-
do al choque, el plato saldrá ha -
cia delante.
Entre 1973 y 1978, un eqttipo
de 13 personas de la British ln-
terplanetary Society retomó la
idea de Ulam y desarrolló el pro-
yecto Dédalo, una sonda at1to-
mática de 450 toneladas que de-
bía alcanzar la estr ella Barnard,
sitt1ada a SO años luz de distan -
cia, a una velocidad del 12 °/o
de la de la luz gracias a 250 mi-
croexplosiones termon11cleares
internas por segundo.
El proyecto Dédalo fue el he-
redero de otro proyecto simi -
lar que usaba bombas nuclea-
res de fisión: el proyecto Orión.
Entre 1958 y 1965, un equipo
de 40 personas con un presu -
puesto de 11 millones de dólares
11 5
 investigó teórica y prácticamente la forma de
constrt1ir una n ave interestelar. Inclt1so llega -
r on a construir t1n vehículo de prueba, bat1 -
tizado con el n ombre de Put-Put, que em-
pleó cinco cargas de explosivo qt1ín1ico pa-
ra ascender 11asta tina altt1ra de 60 metros,
la nusma distancia que el primer cohete de
combustible líqttido lanzado por Goddard el
16 de marzo de 1926. En 1968 el físico Freeman
Dyson, qtLe participó en Orión, StLgirió utili-
zar bombas de ft1sión nt1clear para alcanzar
velocidades del orden de 750 a 15 000 km /s .
Poco tiempo desptLés, en t re 1969 y 1971 , Ar-
thur P. Fraas proponía el sistema Blascon. St1
ft1ncionamiento ta mbién era simple: provocar
microexplosiones nt1cleares t1tilizando un lá-
ser de alta intensidad o un chorro de electro-
n es para ft1sionar pequeñas bolitas de plasma.
O dic ho de otro modo, que la nave lleve incor-
porado t1n motor de fusión nuclear. Sin en1-
bargo, el problema que tiene es el mism o qt1e
el de las naves convencion ales: debe llevar e n -
cima el combustible, lo qt1e significa un peso
añadido. ¿No podría desarrollarse un m otor
qtLe, paradójicamente, n o 11ecesitara trans -
portar el combustible? Pt1es sí lo hay y recibe
116
el non1bre de navegación sola r: del misn10 mo-
do qt1e el viento impulsa los barcos, la lt1z de
las estrellas puede hacer bogar algtín día los
nt1evos n avíos espaciales.
LA NAVEGACIÓN SOLAR
Pt1ede rest1ltar desconcertante pensar que la
ltiz ejerce tina presión efectiva sobre los obje-
tos, pero así es. Por eso, una vela sola r n o es
otra cosa qtLe un espejo con Lln alto poder de
r eflexión : ct1ando los fotones de luz lo golpean
le transmiten el impt1lso n ecesario para mover
el ve hículo. Así, para con segt1ir qtte 1 kilo atL-
m ente su velocidad en 30 km/ h cada segundo
se necesita tina vela de 1 km 2 : estamos hablan-
do de velas verdaderamente enormes.
El primero en proponer la navegación solar
ft1e Carl Wiley en 1951 en la revista Astounding
Science Fiction. Siete años niás tarde, el físico
Richard Garwin publicaba el primer artículo
técnico sobre el tema que terminaba con estas
p alabras: <<El método de propulsión tien e t1n
coste d espreciable y es quizás más potente que
mt1chos otros esqt1emas competidores >>. El
12 d e agosto de 1960, el satélite de co munica -
ciones Echo-1 demostró, involuntariamente,
 ~UTTER S10C K

que la navegación solar podía ser viable: la ~

presión de la lt1z solar sobre el satélite, una El ñsico
pelota altamente reflectante d e 30 m de diá- teórico y
m etro, hizo que el p tLnto de st1 órbita más matemático
cercano a la Tierra se acercara unos 500 km. británico-
Los componentes básicos de la navegación estadounidense
Freeman
solar los tenemos en nt1estras cocinas: el papel Dyson
de altrminio y ese plástico fino que utilizamos (1923-2020}.
para envolver los alimentos. El aluminio es el
material reflectante; el plástico, la estructt1ra
resistente sobre la que se monta. Por ejemplo,
el mylar aluminizado es un buen material para
la navegación solar. El único problema es que
montar unas velas inmensamente grandes no
puede hacerse en la Tierra, sino en el espacio:
es la única forma de qt1e q11ede libre de las de-
formaciones y tensiones que induce la fuerza
de la gravedad. También debido a su tamaño,
el grosor debe redt1cirse al máximo para que la
vela no sea demasiado masiva, sobre todo te-
niendo en cuenta qt1e la presión solar se parece
más a tina leve brisa que a un viento huracana-
do. Así, t1na anchura ct1ya obtención no repre-
senta t1n excesivo problema tecnológico es de
tma milésima de n1icra: tan peqt1eña qtLe ca-
ben ct1atro átomos de alt1minio alineados. Con
,
LA NAVEGACION SOLAR PLANTEA QUE LA LUZ DE
, ,
LAS ESTRELLAS PODRIA IMPULSAR LOS NAVIOS
ESPACIALES, COMO EL VIENTO A LOS BARCOS

117

• • ••
TO SPACE ANO BEYOND
Póster retro del vuelo de una nave espacial explorando el universo.
ella, y empezando a la décima parte de la dis -
tancia Tierra- Sol, una n ave de mil toneladas
y con una vela circular de nlás de 2000 kiló -
metros de radio, alcanzaría una velocidad de llevamos medio siglo intentando constrt1ir
2300 km/s, casi un uno por ciento de la velo -
cidad de la lt1z. Pero hay Ltn problen1a: el alu -
minio se vuelve transparente cuando su gro-
sor baja de la centésima de micra. Para conse-
gt1ir una vela parecida a la anterior habría qt1e
perforarla con agt1jeros de un tamaño de, co-
mo mucho, media micra.
La o tra desgracia es que este tipo de pro -
ptllsión es inser vible si nos moven1os entre
las estrellas: no llega st1ficiente luz para im -
pulsarnos. Para poder utiliza rlo como pro -
pttlsor interestelar, Robert Forward propuso tiprotón, se encuentra con su correspondien-
t1sar láseres en órbita que dispararan directa-
m ente sobre la vela solar. De este modo, tina
nave de mil toneladas y con tLna vela de 242 ki -
lómetros de radio aceleraría hasta un 15 °/ode la lo de materia con otro de antimateria obtene-
118
velocidad de la luz en tan so-
lo dos m eses. Por su parte, el
láser debe tener una poten -
cia formidable: 240 teravatios,
tinas 20 veces la potencia eléc-
trica que genera toda la huma -
nidad en un afio. A la veloci-
dad del 15 °/o la de la lt1z, la na-
ve llegaría a Próxima Centauri
en 29 años.
La idea d e la navegación so-
lar es simple: usar lo qu.e ro-
dea a la nave para propulsarla .
Con esta idea en mente, Robert
Bussard , mientras trabajaba en
el Laboratorio Nacional de Los
Álamos, concibió su propulsor
Ramjet en la creativa d écada
d e 1960 . El principio es simple:
con un campo electromagnéti-
co la nave atrapa el hidrógeno
del medio interestelar nece-
sario para hacer funcionar t1n
, ••
reactor nu clear de ft1sión. Su -
••• •• poniendo una zo na de recogi-
•••
da de 4000 km 2 , una nave de
mil toneladas podría alcanzar
una aceleración similar a la te-
rrestre en una región de gas in-
terestelar también típica, don-
d e hay un millón de átomos de
hidrógeno por metro cúbico.
El t1nico problema -y parece
qt1e siempre hay un pero- es
que el campo magnético nece-
sario para recoger el hidróge-
no tiene que ser 100 veces más potente que los
obtenidos en la actt1alidad. Eso sin olvidar qt1e
un r eactor d e fusión que funcione más allá de
tlnos pocos minutos.
EL MOTOR DE ANTIMATERIA
El propt1lsor que roza la ciencia ficción es el
motor de antimateria, salido de la nlente de
uno de los mayores visionarios del viaje inter-
planetario, el físico norteamericano Rober t L.
Forward. La antimateria es el espejo de la ma-
teria con la que estamos hechos. Cuando una
partícula de antirnateria , por ejemplo, un an-
te partícula de materia, se aniquilan totalmen-
te. O lo qtle es lo mismo, el 100 °/o de la nlasa se
libera en fo rma de energía: si des truimos un ki-
 EL MOTOR DE ANTIMATERIA, IDEADO POR UN
GRAN VISIONARIO DEL VIAJE INTERPLANETARIO,
,
ROBERT L. FORWARD, ROZA LA CIENCIA FICCION

120
mos una energía equivalente a 40 m illones de
toneladas de TNT. Teniendo esto presente, la
velocidad límite teórica para este tipo de n10-
tor es la de la luz. Pero las cosas no son tan sen-
cillas. El 40 °/o de esa energía se libera en forma
de letal radiación gamma, lo qt1e implica que
la zona habitable de la nave debe estar ft1erte-
mente protegida para no matar a los astronau-
tas, at1m.e ntando conside rablemen te el peso
muerto a transportar. Además, la antimateria
no crece en los árboles, sino que hay que pro-
ducirla y, en la actualidad, la cantidad de ener-
gía necesaria para obtener un kilo de antima-
teria es un millón de veces la que se libera al
aniquilar esta antin1ateria en un cohete. Si das
más de lo que obtienes, la pérdida es segt1ra.
Y ya no hay más ideas: comb ustibles con-
vencionales, propulsión eléctrica y cohetes
nucleares o de antimateria. No obstante, es
imp ortante dejar claro que el verdadero pro-
blema de viajar por el espacio no es tecn ológi-
co, sino algo que físicos e ingenieros han obvia-
do durante mucho tiempo: el factor humano.
PROBLEMAS Y PELIGROS QUE PUEDEN
AFECTAR A LOS ASTRONAUTAS
Diseñar una nave que vaya a pasarse más de
un año por el espacio exige bastante n1ás q11e tln
buen propulsor . No se pt1ede tener mano sobre
mano a los tripulantes sin nada qt1e hacer y sin
proporcionarles ningún entretenimiento. ¿Qué
harán los astronat1tas con st1s días y sus n oches,
siempre igt1ales? Por muy romántico que suene el
viaje espacial, el aburrimiento y la monotonía es
el peor de los enenli.gos. Además ¿cómo manten-
dremos a salvo a los astronautas de los peligros
de la radiación cósmica o el efecto pernicioso de
la microgravedad en huesos y músculos? ¿Cómo
evitaremos que se queden sin agua ni comida?
¿Qué hacer con el estrés psicológico que signifi-
.
Sl-Ul'TERSTOCK
121
 •
-
\ •

..

122
ca vivir en el espacio lejos de la Tierra? ¿Y la co-
núda? ¿Se imaginan alimentarse con <<comida
de astronautas>> d11rante décadas?
Con todo, el peor problema al que se enfren-
tarán los astronautas será la ubict1a radiación
cósmica; es tan grave qt1e hasta q11e el Johnson
Space Center de la NASA no haya diseccionado
con suficiente detalle el problema no se deci -
dirá si se envía tina misión tripulada a Marte.
Ese viaje es de 2 .5 años, casi seis veces más
de lo qt1e p asan los astronautas en la estación
espacia l y m ás tiempo q11e quien tiene el ré -
cord de permanencia, el ruso Valery Polyakov,
que estt1vo casi 438 días en la Mir. Lo qt1e más
preoct1pa a los biomédicos d.e la NASA son << los
desconocidos desconocidos>>, aquellos pro-
blemas que provoca la r adiación cósmica que
no sabemos qt1e existen. Por ejemplo , el st1r-
gido en los ojos del m édico y astronauta Mi-
chael R. Barratt durante su misión de seis me-
ses en 2009. Un día se dio cuen ta ele que tenía
problemas para ver las cosas mt1y cerca: se es-
LOS ASTRONAUTAS SE ENFRENTARAN A
PROBLEMAS DE MICROGRAVEDAD, COMIDA,
, ,
ABURRIMIENTO Y A LA RADIACION COSMICA
taba volviendo hiperm étrope . También descu -
brió indicios de inflamación en el nervio ópti -
co y la aparición de manchas en s11 retina.
Además, ¿estarán los astronautas preparados
para pasar varios a.ñ as viviendo en una diminu-
ta nave? Para arrojar ltlZ sobre esta incógnita,
en junio de 2010, la ESA y el Instituto de Proble-
mas Biomédicos de Rusia enviaron seis hombres
en una misión de 520 dias a Marte. Por sup11es-
to, era una misión falsa, pero lo que les interesaba
a los investigador es era el efecto qt1e provoca un
largo periodo de aislamiento y el estrés q11e eso
conlleva. Durante el (falso) viaje a Marte no hubo
problemas, pues tenían muchas cosas que hacer
y es taban ansiosos por la nt1eva aventura qt1e les
esperaba, pero el regreso a casa... Eso fue harina
de otro costal. Dicho en pocas palabras, los astro-
nautas se aburrieron como ostras y los días les pa-
recieron semanas. Y eso que sabían que al otro la-
do de la puerta de s11 nave estaban las instalacio-
nes del instituto rt1so. La pregt1nta es: ¿qué pasará
cuando al otro lado solo haya vacío y oscuridad? •
,
123
GETIY
ada ha moldeado tanto la historia
de la humanidad como los letales
seres del mtmdo microscópico.
Sus efectos, en forma de enfer-
medades y muertes, han afecta-
do tanto a emperadores, presidentes y reyes co-
mo hasta al más htlillilde de los ciudadanos y han
influido m ás en el rllffibo de la historia que todo
e l conjunto de protagonistas humanos y conflic-
t os bélicos. Las pandemias son el fenómeno más
extremo del poder destructivo que pueden tener
los agentes infecciosos, cuando son capaces de
extenderse por el planeta y transmitirse en tre los
habitantes de cada país. La guerra biológica que
libramos contra virt1s, bacterias y otros microor -
ganism os va irremediablemente unida a nuestra
existencia y, p or tanto, nuestro futuro depen-
de en gran medida de estar preparados frente a
ellos. La pandemia de COVID-19 se ha converti-
do en un triste recordatorio de este hecho.
Tras las grandes epidemias y pandemias qt1e
han afectado al ser humano a lo largo de su exis-
tencia no hay malvados gérmenes que buscan
126
causar daño y sufrimiento, sino simplemente
pt1ro azar y selección natt1r al. Se trata de tina
larga historia llamada evolución que comenzó
a escribirse hace aproximadamente 3 500 mi-
llon es de años, cuando surgió la vida en la Tie-
rra. Un relato biológico en el q11e no hay ni b11e-
nos ni malos y que está compuesto por sucesos
fort11itos encadenados que han llevado a la su -
pervivencia de unas especies y a la extinción
de muchas otras. Parafraseando la céle.b re fra-
se del genetista Theodosius Dobzh ansky: <<Na-
da tie11e sentido e n biología si no es a la luz de la
evolución >>, tampoco las pandemias.
LA EVOLUCIÓN PROSIGUE SU MARCHA
En la absoluta mayoría de los casos, es difí-
cil apreciar los efectos inmediatos de la evolu -
ción a lo largo de nt1estra vida porque esta s11ele
ser un proceso extremadamente lento y, a men11 -
do, invisible. No solo es necesario q11e aparezcan
mutaciones ge11éticas que favorezcan la adap -
tación al entorno, estas deben transmitirse a tm
gran número de individuos y permanecer en una

determinada especie. Ambos pasos requieren
mucho tiempo (sin intervención humana) en las
especies que forman el reino vegetal o animal.
Sin embargo, la situación cambia de formara-
dical en microorganismos como las bacterias y
los virus. Por un lado, estos son proclives a mtitar
al azar con rapidez (por fallos en los mecanismos
de reparación y replicación de su material gené-
tico), lo que les permite adaptarse con facilidad
a circunstancias adversas. Así, los individuos que
sufren mutaciones dañinas para st1 superviven-
cia o para dejar descendencia tienden a desapa-
recer , mientras que aquellos que stlfren mutacio-
nes beneficiosas, como una mayor capacidad pa-
ra infectar a humanos al tlnirse a los receptores
de células específicas, tienen más probabilidades
LOS MICROORGANISMOS MUTAN CON RAPIDEZ,
LO QUE LES PERMITE ADAPTARSE CON FACILIDAD
A CIRCUNSTANCIAS ADVERSAS
GEITY
de reproducirse y extenderse. Por otro lado, es-
tos cambios genéticos ptteden pasar a infinidad
de miembros de la misma especie en poco tiempo
por su gran capacidad para reproducirse o para
transferir genes directamente a otros individuos.
Si prestan1os atención al mundo qt1e nos rodea
podremos percibir que la evolución sigue siendo
la canción de fondo que suena y nosotros no vivi-
mos ajenos a ello, por mt1cho que hayamos elegi-
do unas pocas notas de la melodía en los últimos
miles de años. Las temibles y crecientes resisten-
cias a los antibióticos, qtie dan lugar a las st1per-
bacterias, son buena prueba de ello. El epidemió-
logo y experto en enfermedades infecciosas Ste-
phen Morse ya nos advirtió en 1987: <<La Madre
Naturaleza es la bioterrorista más peligrosa>>.
127
 HASTA LA LLEGADA DEL NUEVO CORONAVIRUS,
, ,
SE PENSABA QUE LA PROXIMA PANDEMIA ESTARIA
CAUSADA POR EL VIRUS DE LA GRIPE
«RECETA» PARA UNA PANDEMIA
rlay dos cosas seguras en la vida: que todos
moriremos, en algtín momento, y qt1e vendrán
más epidemias. Es cuestión de tiempo. Así, el
ptmto clave no es si vendrá tina próxima epide-
mia, si no ct1ándo lo hará y si estaremos prepara -
dos para hacerle frente y limitar su impacto glo-
bal. La grave crisis provocada por la COVID-19
ft1e t111a clara demostración de que la htunanidad
no estaba todavía preparada. Aun contando con
pt1nteros avances científicos y médicos y mayo-
res recursos socioeconómicos que las pandemias
pasadas, no fuimos capaces de evitar la expan-
sión del SARS-CoV-2, que sigt1e causando estra-
gos alrededor del mttndo más de dos años des -
pt1és de que diera el salto a los humanos.
Hasta la llegada del nuevo coronavirus, los
científicos especializados en enfermedades in -
fecciosas pensaban que la pandemia más próxi-
ma que sufríamos estaría cat1sada probablemente
ARCHIVECOUECTION
128
por el virus de la gripe o influenza. Este agen-
te infeccioso es un sospechoso habitt1al al qtLe
seguir de cerca porque muta con rapidez, pue-
de transmitirse con facilidad entre organismos
y, de vez en cuando, salta de especies animales
al ser humano. Además, el virus i1iftuenza es t1n
especialista en causar epidemias y pandemias.
Cada varias décadas aparece tma nueva cepa qtLe
pone en vilo al mundo (gripe asiática a finales de
los SO , gripe de Hong Kong en los afias 70 ... ) o
directamente lo pone patas arriba (gripe espa -
ñola de 1918).
Son muchos los potenciales microorganismos
qtLe podrían provocar la próxima pandemia,
pero, al final, son pocos los elegidos qt1e llegan
finaln1ente a causar dicho desastre. Esto no so-
lo depende de las características del patógeno,
sino también de si ct1enta con circunsta ncias
a su favor (movimientos de infectados en tre
países, detección tardía del agente infeccioso

por p arte de las autoridades sanitarias, medi-
das epidemiológicas inadecuadas ... ).
En cualquier caso, nun ca faltan candidatos mi-
croscópicos con el potencial para cat1sar una pan-
demia. Si solo consideramos a los virus, se estima
que hay ahora mismo ahí fuera m ás de 500 000
tipos de virus, desconocidos hasta ahora, que
podrían ser peligrosos para las personas. Estos
agen tes infecciosos, agazapados en la naturaleza
y fuera del radar del ser htm1ano, podrían saltar a
nosotros en cualquier momento.
Solo en las últimas cuatro décadas, m ás de 50
nuevos microorganismos han conseguido infec-
tar a las personas, causando gran sufrimiento a
su paso. Entre estas nuevas especies patógenas
encontramos al virus de la inmt1nodeficiencia
humana (VIH), al SARS- CoV-2, al virus Nipah , al
virus chikunguña, al virus MERS ... Tres de cada
cuatro nt1evas enfermedades infecciosas qtie se
han registrado recientem ente tienen su.origen en
microorganismos que infectan a otros animales y
terminan pasando a 11umanos (un fenóm eno de-
nominado zoon osis). Estos animales pueden ser
murciélagos, cerdos, p ollos, camellos, civetas ...
Más allá de las probabilidades de que LID de-
term inado microorganisn10 termine causando
una pandemia, hay un factor a tener en cuenta:
•
•••
•
•
ARCl-llVECOLLECTION
su gravedad. Esto depende de tres indicadores:
la gravedad de la enfermedad y la cantidad de
muer tes que puede provocar, el impacto sobre
la población y la tran smisibilidad del agente in-
feccioso circulante.
En ese sentido, aunque el sufrimiento httmano
que h a provocado la pandenlia de COVID-19 ha
sido grande (se estima que entre 5.5 y 22 millones
de personas han fallecido por el n t1evo coronavi-
r tis), este podría haber sido peor. Tan solo hay qi1e
fijarse en las muertes que provocó la peste negra
(que mató al 50 °/o de la población de la época) o la
gripeespafiola (40 - 50 millones de mt1ertos). Si en
lugar de un patógeno como el SARS-CoV- 2, que
afecta principalmente a personas ancianas o con
ciertos factores de riesgo, se hubiera extendido
otro ligeramente más letal o que afectase a perso-
nas jóvenes o sanas, el caos y el daño provocados
httbieran sido mt1cho mayores.
UN MUNDO GLOBAL
MÁS VULNERABLE A LAS PANDEMIAS
Nunca la m ovilidad de las personas por el
planet a Tierra había sido tan grande como has-
ta ahora. Millones y millon es de perso11as crt1-
zan cada día continent es y fronteras por tt1ris-
mo, trabajo u otras razones. Esta globalización
129
 _,
.o •• e
• , Oc 1
~ª165~· .,, ..
G·TRES
del ser htm1ano ha sido t1n importante mo -
tor económico para multitud de países, pero
también es una oportunidad de oro para infini-
dad de agentes infecciosos. Los microorganismos
ql1e afectan a humanos, como virus y bacterias,
no viajan solos, necesitan tm hospedador qt1e
los traslade a otros lugares y así puedan infectar
a más personas. En una época en la que muchos
ciudadanos pueden viajar a casi cualquier rincó.n
del n1undo, los patógenos qt1e afectan a humanos
se convierten en pasajeros privilegiados, con m11-
chas más opciones para catisar una pandemia.
Otro factor que incrementa el riesgo de st1frir
una pandemia es la progresiva pérdida de ecosis-
temas, de áreas protegidas y de biodiversidad en
diferentes regiones del mundo. La Organización
Mundial de la Salud (OMS) lleva muchos años
destacando la conexión entre los cambios de los
ecosistemas, el clima y las epidemias. La bio-
diversidad es un.a barrera de protección frente
,
LA DESTRUCCION DE ENTORNOS NATURALES POR
EL HOMBRE ROMPE VARIOS EQUILIBRIOS
,
PROTECTORES FRENTE A AGENTES PATOGENOS
130
a los saltos zoonóticos de microorganisn1os in-
fecciosos. De esta forma, la dramática alteración
h umana de los ecosistemas está condt1ciendo a
una sustitt1ción gradual de especies, encogien-
do los ecosistemas y reduciendo la diversidad de
especies. Según t1n estudio publicado en la pres -
tigiosa revista científica Nature, precisamente
los hábitats degradados albergan más virus que
pueden infectar a los humanos.
La destrt1cción de entornos nat1.1rales por
parte de la humanidad rompe varios equilibrios
protectores frente a agentes patógenos: lleva al
desplazamiento de a11in1ales salvajes a otras zo-
nas, que p ueden estar habitadas por personas,
animales domésticos y de granja. Esto aumenta
las posibilidades de contactos entre todos ellos.
Así, un agente patógeno de una especie salvaje
tendría más opciones para infectar a humanos
de forma directa o indirecta (a través de anima-
les domésticos o de granja).
Las epidemias más letales
a las que se ha enfrentado la humanidad
Epidemias Responsab le Muertes Porcentaje de muertes
por población mundial

Viruela Virus Vario/a Más de 300 Desconocido

(prehistoria-1977) mayor millones solo
en el siglo XX

Plaga de Yersinia pestis 25-50 millones 13-26 °/o

Justiniano
(541- 549)

Peste negra Yersinia pestis 80-200 millones 50 o/o

(1347 -1351)

Gripe española Influenza A 40 -50 millones 1-2 °/o

(1918-1920) subtipo HlNl

SIDA (1981- Virus de la inmu- 40 millones 0.6 °/o

actualidad) nodeficiencia
humana (VIH)

~ ADVERTEN CIA DE LA OMS

Los murciélagos entran dentro de los anima -
les exóticos especialmente peligrosos, por ser
reservorios de mt1chos microorga11ismos que
podrían saltar en algúi1 nlomen to a humanos.
Esto es, de hecho, lo qt1e ha oct1rrido con el
SARS-CoV- 2, un virus originado en estos ma-
míferos alados que saltó a otra especie animal
aún desconocido y, de ahí, a humanos.
Por desgracia, el calentamiento global com-
plica atín más nt1estra lt1cha contra las pande -
mias. Se sabe desde tiempos remotos qt1e las
condiciones climáticas influyen en las epide-
núas de enfermedades infecciosas, incluso an-
tes siquiera de saber que los microorganismos
existían . Por ejemplo, los aristócr atas romanos
se desplazaban a residencias en colinas cada ve-
rano para evitar la malaria.
En ese sentido , la OMS ha advertido en nu-
n1erosas ocasiones sobre los riesgos del cam -
bio climático que, junto con otros factores co-
mo la globalización y los cambios den1ográfi -
cos o sociales, at1mentan el riesgo de aparición
de enfermedades infecciosas. El calentamien-
to global, junto con cambios de temperatura
bruscos y fenómenos meteorológicos extre -
mos, como inundaciones, huracanes o seqt1ías
más frecuentes , son el caldo de cultivo per-
fecto para la alteración del comportamiento
de agentes patógenos y la aparición de nttevas
enfermedades infecciosas.

131

LA VIDA DE LAS PERSONAS DEPENDERA DE QUE
NOS ANTICIPEMOS A LAS EPIDEMIAS A PARTIR DE
,
MULTIPLES ESTRATEGIAS INTERRELACIONADAS
F-Iay nt1merosas evidencias científicas sobre
cómo las condiciones climáticas influyen e.n
las enfermedades infecciosas. Aunque algunas
especies exóticas e invasoras podrían sucumbir
bajo los efectos del cambio clin1ático, otras po-
drán volverse capaces de sobrevivir y colonizar
zonas donde actualmente no están presentes
debido al clin1a.
La malaria, como gran amenaza para la salt1d
pública, es una de las enfermedades infeccio-
sas más sensibles al cambio climático a largo
plazo, y más peligrosas. St1incidencia varía es-
tacionalmente en zonas endémicas y aumenta
ante eventos climáticos extremos. Los grandes
monzones y la elevada h umedad favo recen la
rápida reproducción y la supervivencia del
mosquito que transmite las especies de pro-
tozoo que causan la enfermedad. Segí1n análi-
sis recientes, el riesgo de epidemia de malaria
aumenta en cinco veces un año después de qt1e
aparezca el fenómeno de El Niño.
SHlJITERSTOCI<
Cientifico tomande
una muestra
de agua para
analizarla.
132
,
EN GUARDIA FRENTE A FUTURAS PANDEMIAS
Desde el año 2015, la OMS publica cada año
una lista de enfermedades infecciosas emer-
gentes que suponen un gran riesgo para la
salt1.d de los l1umanos por su potencial para
provocar epidemias. Las enfermedades in-
fecciosas emergentes son aqt1ellas que se han
descu.b ierto en los tiltin1os años o qt1e ya seco-
nocía11 anteriormente y estaban controladas o
casi desaparecidas y han vuelto a resurgir. Allí
encontramos enfermedades como la fiebre d e
Lassa, el virt1s Nipah o la fiebre hemorrágica de
Crimea -Congo.
Ft1e a partir del año 2018, ct1ando la OMS de-
cidió incorporar a un nuevo protagonista: la
<<enfermedad X>>: una dolencia provocada por
t1n micr oorganismo desconocido hasta ahora
con el potencial para causar tina gr ave epide-
mia internacional en el futt1ro. Como todos sa-
bemos, en 2020 la temida enfermedad X apare-
ció, fue la COVID-19.

¿Estaremos a la altura para la próxima enfer-
n1edad X? Sabemos que es solo cuestión de tiem -
po y es, por tanto, imperativo qt1e la humanidad
aprenda de lo ocurrido y destine una mayor
cantidad de rect1rsos para este fm. No se trata
de permanecer relajados o alarmados frente a
tu1a potencial epidemia, sino de estar atentos y
preparados. Es inlposible evitar la aparición de
nt1evas epidemias, pe ro sí es realista dismintúr
la frecuencia con la que octrrren y limitar st1im-
pacto. Para ello, existen diferentes estrategias
que deben potenciarse attn más en el presente
y e n el futuro para incren1entar nt1estro control
sobre los agentes infecciosos.
En ese sentido, reforzar la vigilancia epidemio-
lógica coord.i nada a nivel mundial y los sistemas
de Salud Pública es clave. Instituciones sanita-
rias como los Centros para el Control y Preven-
ción de Enfermedades (CDC) y la OMS realizan
una inspección constante para detectar nuevos
agentes patógenos de forn1a temprana, atinque
las limitaciones en sus presupuestos restringen
su alcance. Además, mttltitud de países (entre
ellos España) tienen servicios de Salud Pítblica
precarios, por contar con poco personal y fon -
dos raquíticos. Es vital contar con un gran equi-
po de centinelas (especialistas en epidemiología
y enfermed.ades infecciosas) en diversas partes
del mt1ndo, que puedan dar una temprana voz
de alarma ante n11evas amenazas biológicas. Esto
nos permitirá tomar medidas más veloces.
Otra estrategia para disnlinuir el riesgo de
aparición de nuevos agentes patógenos es actuar
sobre stt origen: erradicar la caza y com erciali-
zación de animales exóticos, lt1char contra la
destrucción de ecosistemas y actuar de forma
más contundente contra la crisis climática.
ANTICIPARNOS A LAS PANDEMIAS
La investigación científica también es esencial
para atajar futtrras pandemias. Es importante
contar con científicos con el conocinúento y los
recursos para desarrollar tests diagnósticos, tera-
pias efectivas para aliviar o ct1rar las nuevas y po-
tenciales enfermedades infecciosas que puedan
surgir, así como también vacunas contra ellas.
Por otra parte, los grupos de investigación es-
pecializados en agentes infecciosos pueden ser
decisivos frente a una nueva epidenúa, al estu-
diar diversas caract erísticas de estos como sus
vías y capacidad de tran snúsión o sus puntos
débiles. Un ejemplo de la utilidad de este enfo-
que reside en el Proyecto Viroma Global, una
iniciativa científica que con1enzó en 2018 y que
pretende en una década analizar el genoma de
Las características
de los sospechosos
para causar la
próxima pandemia
• El microorganismo debe provocar enfermeda-
des y muertes al afectar a poblaciones humanas.
• El agente infeccioso debe ser nuevo. ya sea
una nueva especie o cepa. Si las personas no
han estado nunca antes expuestas a este mi-
croorg anismo. no han desarrollado inmunidad
y tod as son susceptibles de infectarse. lo que
favorece su expansión.
• Elevada transn1isibilidad entre personas. so-
bre todo si es por vía aérea. Un patógeno con
gran capacidad para «Saltar» entre los humanos
a distan cia a través de gotitas respiratorias y ae-
rosoles posee una ventaja enorme para provocar
una pandemia.
• Las personas contagiadas por el agente in-
feccioso pueden transmitirlo a otras sin ningún
síntoma o con síntomas muy leves. Esto com-
plica de forma extrema el control epidemioló-
gico del patógeno, que es lo que ocurrió con el
SARS-CoV-2.
virus que podrían saltar de animales a humanos ,
para así detectarlos de forma temprana y evitar
potenciales pandemias.
Por último, n o podemos olvidar el carácter de-
cisivo qtte tienen e l conjt1nto de los ciudadanos
para limitar los contagios gracias a diferentes
medidas: t1so de mascarillas, distancia de segu-
ridad, cttarenten as de los contactos estrechos de
infectados, lavado de manos con agua y jabón o
gel hidroalcohólico, aislamiento en casa al tener
síntomas de una enfermedad infecciosa... Po-
te.n ciar la responsabilidad colectiva y considerar
las condiciones socioeconónúcas (especialm en -
te la pobreza) de los habitantes es también clave
para dar respuestas políticas efectivas.
Al final, la vida de miles de millones de hu-
man.as dependerá de que podamos anticiparnos
a las epidemias a partir de múltiples estrategias
interrelacionadas entre sí, en lugar de reaccio-
nar tarde ante ellas. Aún no es tarde para pre-
pararnos para la próxima. Com o explica el an-
tropólogo David Harvey: << Los virus mutan todo
el tiempo, pero las circunstancias en las que t1na
mt1tación se convie rte en tm problema mortal
dependen de acciones humanas>>. •
133
 NUEVO grupo
deTelegr¡m
(12/03/2022)

•t \\.:.'
 uando desde Muy I1iteresante me
propt1sieron escribir sobre el tema
que nos oct1pa lo primero que hi ce
fue ast1starme ante la magnitud de
la pregt1nta. ¿Es inevitable la des-
trt1cción total de la biodiversidad? St1ena catas-
trófico. Pese a llevar años involucr ado en el es-
tt1dio y la conservación de la naturaleza , nunca
me había planteado la cuestión desde u11 pt1nto
de vista tan apocalíptico. Tras h aber reflexio-
na.d o , me temo qt1e, como suele ocurrir an -
te casi todos los problemas, no existe una res-
pt1esta cón1oda ni sencilla qtte pueda ofrecer.
Abordando el tema de un modo estricto, y en-
tendiendo que la pregunta se refiere a tina des-
trt1cción irremediable mediante nt1estras ac-
ciones, creo que antes desa pareceremos noso-
t ros que la vida en general (incluyendo bacte-
rias y otros organismos sencillos).
Eso sí, si algo es obvio es que en los últimos si-
glos hemos iniciado t1n camino que nos ha con-
dt1cido a tina proftmda y acelerada d estrucción
de la naturaleza, alterando todo tipo de eco-
sistemas y llevando a la mínima expresión las
poblaciones de mt1ltitud de especies, algt1nas
hoy en día extin tas por nt1estra acción direc-
ta. Por ello, no creo que sea correcto hablar de
SHllrTERSTOCK
destrucción total, pero sí de destrucción sufi-
ciente para acabar con la riqueza de vida que he-
mos conocido , para deteriorar prácticamente
cualquier rincón del planeta y para trasladar-
n os a nosotros mismos a un escenario de evi-
d ente peor calidad de vida, en un planeta qtte
no podrá soportar más el ritmo actual que le
estamos imponiendo si seguimos con esta di -
námica. La situación es dramática, la informa-
ción científica es rott1nda y en el presente si-
glo estamos obligados a afrontar enormes re-
tos ambientales y de sostenibilidad.
LA SEXTA EXTINCIÓN MASIVA
Cada vez se habla más de ella, y con razón. La
actividad ht1mana ha llevado a la alteración se-
vera de más del 75 ºlo de las áreas terrestres de
la Tierra y el 66 °/o de los océanos ha st1frido im-
pactos relacionados con nt1estras acciones. La
tasa global de pérdida de especies de animales
y plantas es, al menos, en tre 10 y 100 veces st1-
perior a la media de los últimos 10 millones de
años y la tendencia sigue al alza. Según algunas
de las estimaciones más recientes ofrecidas por
la Unión Internaciona l para la Conservación de
la Naturaleza, del total de especies animales y
vegetales cuya situación ha sido evalt1ada , unas
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Gaviota muerta • •
•
varada en la playa
de Nlzaré ..
• (Portugal),
J rodeada de
desechos
•
GETIY

38 500 se encuentran en peligro, el 28 °/o del to-
tal. Se considera que, de seguir así, para el año
2100 estarán amenazadas de extinción la mitad
de las especies conocidas. En lo que llevamos
de siglo XXI , solo dos décadas, se ha podido
co11Statar la desaparición de casi 600 especies y
subespecies. Si nos fijamos solo en plantas con
semilla y tomamos como punto de partida el
año 1900, hemos perdido cada año tres espe-
cies, un ritmo 500 veces superior al que ca-
bría esperar sin la intervención humana. Se-
gtín diversos estt1dios, en los tíltimos SO años
se ha producido un declive del 70 °/o en las po-
blaciones de tibt1rón y r aya, mismo porcentaje
considerado para las aves marinas. Aproxin1a-
damente, el 40 °/o de los insectos está en peli-
gro de extinción, así como el 32 °/o de las ca-
si 6600 especies de anfibios. Si nos acercamos
a la situación de nuestros parientes más próxi-
mos, se sugiere que el 60 °/o de los primates -
incluyendo gorilas, chimpancés y oranguta-
nes- se encuentra bajo algún grado de amena-
za. Solo t1n siglo ha bastado para que diversos
animales carismáticos de la megafauna africa-
na -sirvan de ejemplo elefantes, jirafas, leo-
nes y guepardos- vean drástican1ente redu-
cida su área de distribttción y st1s efectivos.
No hacen falta muchos comentarios, la situa-
ción se explica por sí misma. Más allá de estas
cifras, el volumen que antes ocupaba la natu-
raleza salvaje en cualquiera de st1s formas hoy
lo llenamos nosotros y nuestros animales aso-
ciados. Los mamíferos salvajes solo representa
el 4 °/o de la biomasa total, el 62 °/o lo acaparan
nuestras especies domésticas, y el 34 °/o restan -
te, los seres humanos. En cuanto a las aves, el
30 °/o de la biomasa total la representan espe-
cies salvajes, y el 70 ºlo, especies domésticas.
l QUÉ OCURRE EN NUESTRO PAÍS?
Poniendo el foco en España, a finales de 2021
SEO / BirdLife publicó el nt1evo Libro rojo de las

, ,
NO SERIA CORRECTO HABLAR DE DESTRUCCION
TOTAL, PERO SÍ DE DESTRUCCIÓN SUFICIENTE
PARA ACABAR CON LA RIQUEZA DE VIDA CONOCIDA

137
 -
Elefante abatido en Sudáfrica,
uno de los animales carismáticos
amenazados de la megafauna
africana. España es de los paises
que más trofeos de grandes
. '_• especies importa de África.
~¡j·..
r:~
ft! \r
;.,,
AA CHIVE
aves de España, una actualización sobre su esta -
do de conservación. Los datos no son tranquili -
zadores: más de la mitad de las aves analizadas
de nuestro país presentan problemas que com -
prometen su futuro. En esta lista aparecen ba-
jo diferente grado de amenaza aves hasta ahora
tan populares en el paisaje rt1ral como el ven -
cejo comtín, la perdiz roja, la codorniz y el cer-
nícalo v t1lgar. La misma entidad ha elegido co-
mo ave del año 2022 al alzacola rojizo, especie
también vinculada al medio agrícola, que ha
sufrido una reducción del 95 °/o d e sus pobla -
ciones en España. En las islas Canarias, la ex -
pan sión de una especie exótica, la culebra real
d e California, que se alimenta principalmen-
te de otros reptiles, ha llevado a la práctica
d esaparición de los lagartos gigantes d e Gran
Canaria en las zonas que invade. Algo similar
138
G
está ocurriendo en Baleares, donde la irrt1p-
ción de otro reptil no nativo de la isla, la cule-
bra de herradura, está causando el colapso po-
blacional de la lagartija de las Pitiusas, que en
pocos años ha desaparecido de la mitad de la
isla de Ibiza. Grandes emblemas, lugares úni-
cos como las Tablas de Daimiel, Doñana y el
Mar Men or , agonizan ante la presión humana
a la que están sometidos, captando la atención
d e nledios internacionales por su mal esta-
do de conservació11 provocado por la presión
agrícola desmedida. Son solo algunos ejemplos
d e los muchos que podría plasm ar localizad os
en cualquier ecosistema y región del país.
En efecto, estamos presenciando una sitt1a-
ción global negativa para muchas especies y
ecosistemas, causada por impactos tan dispares
como la intensificación agrícola, la introducción

de especies exóticas, la sobreexplotación
de recursos, el cambio climático o el com ercio
de especies par a mascotismo o par a su posterior
consumo, por citar algtmos de Jos más conoci-
dos. Pero no quiero recrearme m ás en lo negati-
vo. El lector posiblemente haya tenido su ficien -
te con los ejemplos aportados y estará familia-
rizado con ellos y con otros muchos. Ya sea por
convencimien to o por pura r esponsabilidad,
quiero q11e el men saje sea otro: pese a todo, el
derrotisn10 n o tiene cabida en este escenario.
,
LUGARES UNICOS COMO LAS TABLAS DE DAIMIEL,
-
DONANA Y EL MAR MENOR AGONIZAN ANTE LA
, ,
PRESION HUMANA A LA QUE ESTAN SOMETIDOS
JUAN lACRUZ/WIKIPEDIA
UN MENSAJE DE ESPERANZA
Podem os rever tir la sit1iación, hay margen pa-
ra el op timismo. Si hoy conocemos casos negati-
vos, también contamos con cifras positivas. Es-
tos brotes verdes deben ser el faro que ilumine
el camino. Si el h ombre h a sido el detonante que
explica la pérdida de biodiversidad , tan1bién no -
sotros tenemos en nuestras nlanos el cambio ha-
cia un modelo de vida que compatibilice n uestro
desarrollo y bienestar con el mantenimiento de
la biodiversidad y los procesos n att1rales.
139
 !2
~ Incendios ilegales en la selva
S amazónica de Brasil. Vista aérea del
área de deforestación para pastos,
ganadeña y agricultura de soja.
Unesttidiode la revista Co11servation Letters
en 2020 ponía de manifiesto que entre 28 y
48 especies d e aves y mamíferos han evita -
do su extinción en los últimos 30 años, gra -
cias a las medidas que se han llevado a ca -
bo para salvarlas. El panda gigante, símbo-
lo de la protección de la naturaleza, sigt1e
progresando lentan1ente hacia st1 sal vación
tras décadas de esfuerzo. Los tigres, tam-
bién emblemáticos, han d esaparecido apro -
ximadamente del 95 °/o de su r ango de dis -
tribución, pero sus poblaciones están aumen -
tando en algunos países como China, Nepal,
India y Rt1sia, siendo cada vez más frecuen-
tes las imágenes captadas por cámaras en lu-
gares en los que estos animales habían deja -
do de existir tiempo atrás. En los esteros del
lberá {Argentina), un ambicioso proyecto lle-
vado a cabo por la Ft1ndación Rewilding Ar-
gentina está trayendo d e vuelta a especies
qt1e se habían extinguido en la zona tiempo
atrás, como el jaguar, el oso hormiguero
y la nutria gigante. Recientemente, Ecuador
anunciaba la creación de la mayor reserva ma-
rina del mundo, un corredor entre las Galápa -
gos y la isla del Coco, perten eciente a Costa Ri -
ca. En España, la inclusión el pasado año del
lobo ibérico en el Listado de Especies Silves-
tres en Régimen d e Protección Especial puede
nlarcar un antes y t1n despt1és en la recupera-
ción de esta especie clave para los ecosistemas.
140
HISTORIAS DE ÉXITO QUE DAN EJEMPLO
Es importante conocer en detalle cómo se es-
tán consiguiendo estas historias de éxito, qué
camino han recorrido y qué puede ext raer -
se como aprendizaje de cada una de ellas pa-
ra aplicar en otros casos. Hay numerosos pro -
yectos de conservación de naturaleza a lo lar-
go del mundo que están ft1ncionando gracias
a la combinación de unos fondos económicos
permanentes y acordes, tiempo y conocimien-
to teórico y práctico. Sin dt1da, el asesoramien-
to científico está resultando ser clave y la for-
mación de veterinarios, gt1ardaparqt1es y téc-
nicos de campo, por citar algt1nas profesiones
vinculadas al medio ambiente, se antoja vital.
Pero esto no es todo, es necesario t rabajar con
todos los actores involucrados tanto en un pro-
blema dado como en la búsqueda de soluciones
para el mismo. La conservación de la natt1rale-
za es una tarea multidisciplinar en la que per-
sonas con perfiles muy diferentes {científicos,
políticos, empresarios) tienen que contribuir,
cada uno desde su parcela de responsabilidad,
ast1miendo qt1e el modelo económico y de so-
ciedad en el que h emos vivido las últimas ge-
neracio11es tiene qt1e cambiar necesariamente,
qt1e estamos en la transición hacia otro plantea-
miento. Y no podemos olvidarnos de poderosas
arn1as como la edt1cación y , obviamente la co-
municación en todas SlLS formas, que en la er a de
internet abre infinitas posibilidades y conecta
§ Desde 1985, se
~ celebra cada
Sprimer lunes de
octubre el Día
Mundial del
Hábitat con el
objetivo de
reflexionar sobre
nuestro impacto
en el desarrollo
sostenible.

-·-- --··
~· ..-·--
'
·-e - 1:::='"

141
 JUANEMLIQIWIKIPEDIA
al mundo en segt1ndos. La sociedad tiene que
entender en qué punto estamos y qué está en
juego. Hoy tenemos la certeza de que pretender
conservar sin incluir el factor humano posible-
mente sea una estrategia que condene al fraca -
so las ideas propuestas, de ahí la coordinación y
la comunicación entre diferentes sectores.
EL FACTOR HUMANO ES CLAVE
Con10 ejemplo de caso positivo donde ciencia
y sociedad se dan la mano podemos citar el del
guirre, subespecie canaria del alimoche. Esta
carrofiera ha triplicado su población - pasando
de 21 parejas reproductoras en 1998 a 67 en 20
años- en Fuerteventura y Lanzarote, sus dos
últimos r eft1gios. Esta mejora se ha producido
gracias a las medidas implementadas siguiendo
ESPECIES COMO EL PANDA GIGANTE, EL JAGUAR,
,
EL OSO HORMIGUERO O EL LINCE IBERICO SIGUEN
,
PROGRESANDO HACIA SU SALVACION
142
el criterio de expertos del Consejo Superior de
Investigaciones Científicas y trabajando en las
solt1ciones con colectivos clave. En este caso,
los impactos prioritarios qt1e desencadenaron
la caída de sus poblaciones eran los accidentes
vinculados a las líneas eléctricas y la ingestión
de carroña envenenada. Frente a esto, se toma-
ron medidas de corrección sobre los tendidos
eléctricos, con el fin de hacerlos más seguros, y
se llevaron a cabo campañas de con cienciación
para abordar la problemática del uso de vene-
nos y redt1cir su presencia en el medio.
FRENAR EL DETERIORO DE LA
NATURALEZA ES POSIBLE
Podemosiniciarla remon taday recuperareco -
sistemas y especies para garantizar s11viabilidad
futura. Tenemos a la ciencia y la experiencia
de miles de profesionales entregados en cuer -
po y alm.a a la conservación de la natt1raleza ,
cada tmo desde su área de trabajo. Las nuevas
generaciones están más concienciadas sobre
qué consecuencias tienen nuestros actos, sobre
dónde desembocan las decisiones tomadas por
la l1umanidad. Por ello, cada vez más perso-
nas son conscientes de qtte tenemos que can1-
biar el modo en que prod·ucimos nuestro ali-
mento y, también , el modo en qt1e nos trans-
portamos en el día a día, por dar dos ejem -
plos qtte últimamente van calando más en el
conjunto de la sociedad. Pese a todo, en este
punto es honesto pregt1ntarse por qué no está
siendo s11ficiente con el esfuerzo actual, por
qué la naturaleza se desvanece ante nuestros
ojos pese a los esfuerzos y a la m ayor concien-
ciación. Puede afirmar se sin temor a equivo-
carse q11e los fondos destinados para la protec-
ción de la naturaleza sigt1en siendo insuficien -
tes . l-Iace falta que desde lo público y lo pri-
vado se destine más dinero a la biodiversidad,
que esta pase a ser prioritaria, ya que no puede
entenderse nt1estro futttro sin 11n medio am-
biente sano y equilibrado.
Pero más allá del dinero invertido en na-
turaleza, lo más obvio es qt1e muchos de
los impactos siguen dándose, y con capa-
cidad para infligir un daño q11e supera el
alcance de las medidas de conservación
La recuperación
del lince ibérico
principios del siglo XXI la situación pa-
A ra el lince ibérico (Lynx pardinus) no po-
día ser más preocupante: quedaban menos de
100 ejemplares aislados en dos poblaciones no
conectadas entre sí (una en Doñana y la otra en
Sie rra Morena). Esas cifras lo convertían en el
felino más amenazado del mundo, un escenario
desesperanzador. Sin embargo, el trabajo sobre
el terreno, poniendo soluciones a las causas que
llevaron a su declive, sumado al éxito de la cría
en cautividad, ha logrado revertir la tendencia en
dos décadas. Además de en los puntos que fue-
ron su último refugio, hoy vuelven a reproducirse
linces en más localizaciones de Andalucía, Casti-
lla-La Mancha, Extremadura y Portugal, contabili-
zándose más de 1000 ejemplares en libertad en
el censo realizado en 2020. Pero no es momento
de bajar la guardia, aún queda trabajo por delan-
te. Aunque no esté en «Estado Crítico», el lince
ibérico sigue catalogado como «En Peligro» por
la Unión Internacional para la Conservación de
la Naturaleza. En los próximos años el trabajo se
foca lizará en que siga la actual tendencia pobla-
cional al alza. en lograr una mayor conectividad
entre las poblaciones existentes y en la recoloni-
zación de más territorios que formaron parte de
su distribución histórica.
El éxito de su cria en
cautividad y otras
medidas de protección
han rescatado al lince
ibérico (en la imagen)
de la extinción.
143
 ,
LA CONSERVACION DE LA NATURALEZA ES UNA
TAREA MULTIDISCIPLINAR EN LA QUE TIENEN
, ,
QUE UNIRSE CIENTIFICOS, POLITICOS, EMPRESAS ...
propuestas. La tendencia general de dete-
rioro ambiental no se h a revertido. A día de
hoy, la conservación d e la naturaleza con -
siste demasiadas veces en achicar agua
con un cubo mientras el Titanic se hunde.
Mt1chas especies y los hábitats q11e ocupan
siguen desprotegidos, sin planes específicos
pese a lo alarmante de su situación.
Tampoco podemos olvidarnos de la realidad
socioeconómica. Sin un sistema qt1e permita
la jt1sticia y la vida digna, millones de perso-
nas siguen abocadas a vivir bajo el timbra! de
la pobreza, en situaciones políticas inestables
y sin posibilidad de llevar a la práctica la rela -
ción más sostenible con su entorno inmediato.
SHUTTERSTOCK
'Es difícil poder plantearte si puedes conservar
a la singular rana o escarabajo que vive en tt1
región si no tienes acceso a bienes básicos ni
un futuro a la vista.
Nos puede servir de ejemplo un estudio qt1e
analizó el impacto de los conflictos ht1manos so-
bre los ecosistemas africanos reveló tina dismi-
nt1ción general de la fauna en estos lugares entre
1946 y 2010. Pasado el periodo de guerras, la vida
salvaje tardó en rect1perarse o no llegó a hacer-
lo en todos los lugares, puesto que las carencias
motivaban que no h11biera disponibilidad de di-
nero para la conservación eficaz de la naturaleza.
La protección de la biodiversidad sigue
s iendo realmente problemática en nluchas
 Vista de río Manzanares
a su paso por la
capital, con la catedral
de la Almudena y el
palacio Real al fondo.
regiones del mundo. Sin ir más lejos, en
el año 2020 m ás de 220 d efenso res del n1e-
dio ambiente fueron asesinados en el m11n-
do, ya sea por sicarios contratados por em-
presas qL1e tenían proyectos de gran alcance
en la zona, por milicias o por ft1rtivos. El ser
humano se enfrenta en el presente siglo a los
n1ayores retos a los que ha hecho frente y es tá
en nues tras m anos mejorar la sitL1ación que
hemos heredado. Es posible, hay numerosos
ejemplos que demuestran que el optimismo
tiene cabida. Las generacio11es fL1t11ras jLtZ-
garán si hicimos lo suficiente en este senti-
do , si sabiendo pormenorizadamente todo
cuanto estaba ocL1rriendo tomamos las medi -
das correctas y con la s11ficiente decisión , si
emprendimos el camino adecuado hacia una
socied ad global m11cho más justa y hacia L1na
situación d e mayor equilibrio entre nues tro
desarrollo y la salud ambiental. •
145

n primer lugar, debo decir que, cuando
me propusieron escribir el presente ar-
tículo , reflexion é sobre si aceptar o no.
Como geólogo plan etario y astrobiólogo
-y uno de los promotores de la astro -
biología en España e intern acionalmente - , siem -
pre he considerado qt1e somos los primeros qt1e
debemos actuar con la máxima rigurosidad cien-
tífica y no dar pie a las set1dociencias, con apr e-
ciaciones o co11sideraciones aún sin evidencias.
Por eso, insistentemente me he negado a parti-
cipar en debates donde habitttalmente se utili-
za el ardid de poner al mismo nivel del especta -
dor al investigador experto y al no científico. So-
bre el tema de la vida extraterrestre - y más aún
sobre el de la vida inteligente- existen hipóte-
sis, inferencias y extrapolaciones, que requieren
, ,
LA INVESTIGACION ASTROBIOLOGICA AUN ESTA
,
INMERSA EN LA BUSQUEDA DE EVIDENCIAS
,
CIENTIFICAS SOBRE LA VIDA EXTRATERRESTRE
148
•
•• •
evidencias científicas sólidas que las avalen . Po-
dría decirse que, en el ámbito de la investigación
astrobiológica y las misiones espaciales, i1os en-
contramos aún inmersos en este proceso de bt'is-
queda e investigación. A ello hay que t1nir tres as-
pectos, en mi opinión, relevantes qt1e abordaré
más adelante: en la actualidad no existe t1na defi-
nición concreta sobre el concepto de vida; tan so-
lo diferentes aproximaciones; habitt1almente se
confunden (en ocasiones de manera interesada),
los conceptos de vida y habitabilidad planetaria;
y , respecto a la segt1nda parte del título del artí-
ct1lo, tampoco .h ay actt.erdo científico acerca de lo
qt1ees la inteligencia, para la que, al igual que con
la vida, sigue sin existir una definición unitaria.
Por ello, intentaré ofrecer Stlcintamente cttál
es la situación actual del tema y las perspectivas
, ,
abiertas, a modo de ensayo, teniendo en c11enta
que la conclusión o respuesta a las dos cuestiones
planteadas en el título es: no lo sabemos atín y,
por ello, seguimos investigando. Y digo sucinta-
mente, porque si ponemos (a fecha 7 de enero de
2022) , por ejemplo en Google, los términos <<vi-
da extraterrestre>> aparecen 1 040 000 resttlta-
dos, que se convierten en 2 260 000 cuando reali-
zamos esta búsqueda en inglés (<<extraterrestrial
life>>). Soy co11sciente de qt1e esta bí1squeda solo
indica un panorama muy global, donde se mez-
clan mt1chas cosas de manera casi caótica. Si ob-
servamos, utilizando Google Trends, la tendencia
a nivel mtmdial, desde 2004 a 2022, se observa un
decrecimiento del interés general en esta temá-
tica desde diciembre de 2017 a la act11alidad y tm
mantenimiento bajo del interés en las búsquedas,
desde el pico alcanzado en diciembre de 2010.
Yendo a un análisis nlás detallado, si nos cen-
tramos en el ámbito científico, una búsqueda en
la Web of Science utili:zando estos mismos tér-
minos (extraterrest1·ial life) como palabras cla-
ve, restLlta en un total de 5425 publicaciones, dis-
tribuidas por áreas temáticas, en las que algunas

149
SHUTTERSTOCK
de ellas obviamente se combinan para una mis -
ma publicación: así, Astronomía/ Astrofísica es la
qt1e contiene mayores rest1ltados (4115), segt1ida
de Ingeniería: 2.337, Ciencias Ambientales: 1717,
Geología: 1265, Ciencias de la Vida y Biomedicina:
1235, Fisiología: 957, Instrumentación: 918, Bio-
química/ Biología Molecular: 856 , Ciencia, Tec-
nología y otros temas: 822 y, finalmente, Física:
686. De todas ellas, el país donde radica el ma-
yor número de artículos pt1blicados es EE. UU.,
con 2761, seguido a una considerable distancia
por Reino Unido, con 550, y Francia y Alemania,
igualados con 480 registros. España figura con
229 publicaciones, por encima de países como
Canadá y Japón, ambos con 224.
Por último, en cuanto a las publicaciones cien-
tíficas donde aparecen los términos <<extrater-
restrial life>>, la primera es Astrobiology, con
504 registros y otras revistas como lcarizs y As-
trophysical Journal, con 220, Advances in Space
Research, con 193, Planetary and Space Science,
182, Acta Astronautica, 152 y Nature, 144.
Con esto, ya podemos h acernos tLna idea so-
bre el panorama actual de ptLblicaciones acerca
de esta temática y que, a pesar de la ambigüe -
dad y la at1sencia de evidencias de vida fuera de
la Tierra , existe información para el debate y ttn
interés indudable sobre su investigación qt1e,
150
como no podía ser de otra manera, cubre t1n
amplio espectro de disciplinas y de enfoques.
LAS INVESTIGACIONES ASTROBIOLÓGICAS
Desde el ámbito de las investigaciones astro-
biológicas, si queremos comparar el funciona-
miento de las leyes físicas o qtúmicas entre la Tie-
rra , la Ltma, Marte, Plutón o un asteroide o co-
meta, podemos hacerlo y vemos que son uni-
versales. También lo vemos con los principios
geológicos y el estudio de m ateriales {rocas y mi-
nerales) y procesos que los generan y modifican.
Esto, por ejemplo, está siendo de gran ayuda en
la interpretación y la identificación, caracteriza -
ción y modelización de paleoambientes planeta-
rios y sus condiciones de h abitabilidad , como se
aprecia en Marte a través d.e las misiones. Con los
análogos terrestres, podemos comparar rocas,
minerales y zonas singulares de nuestro planeta,
un basalto, tu1a jarosita, un yeso, la erosión fltL-
vial o eólica, los rasgos geomorfológicos, los pro-
cesos volcánicos, etc., entre la Tierra y el plane-
ta rojo o cualquier otro cuerpo planetario. Pero,
ct1ando abordamos cualquier intento de estable-
cer analogías con la vida, para su búsqueda fuera
de la Tierra, estamos limitados pues no podemos
realizar ningtín tipo de comparación . No exis-
ten análogos biológicos y solo podemos realizar
 SI SE REPLICARAN EN OTRO PLANETA O LUNA LAS
CONDICIONES QUE SE HAN DADO EN LA TIERRA,
LA VIDA PODRÍA EMERGER Y EVOLUCIONAR
hipótesis o inferencias, teniendo en cuenta que
la única vida conocida hasta el momento es la de
nuestro planeta, con toda su biodiversidad, que
incluye los ambientes extremos y los organismos
extremófilos , qt1e están siendo de gran utilidad. e
importancia astrobiológica.
Con respecto a la vida extraterrestre, las pri-
meras líneas de la descripción qt1e aparece en la
propia Wikipedia (en inglés) son realmente re-
veladoras y sintetiza.n mt1y bien la cuestión. La
trru1scribo aqtú, con ligeras modificaciones: <<La
vida extraterrestre es tina vida hipotética que
puede existir fuera de la Tierra y qt1e no se originó
en nuestro planeta. Dicha vida podría ser desde
siro.ples procariotas (o formas de vida similares)
a seres inteligentes, tal vez incluso civili:zaciones
más avaJ.lZadas que la humanidad>>. Es decir, en
la definición se contemplan las dos posibilidades
referidas en el título del presente artículo.
Desde el punto de vista de la astrobiología, es-
pecialmente en su concepción moderna de finales
del siglo XX y la creación del NASA Astrobiology
lnstitute co.n su correspondiente roadmap (qt1e
ya cuenta con varias versiones), si se asume que la
vida es tma consecuencia de la evolt1ción del t1ni-
verso y las condiciones qt1e se han dado en la Tie-
rra se replicaran en cualquier otro planeta o ltma,
la vida podría perfectamente emerger y evolucio-
nar al igual que oct1rrió en el 11uestro.
Es decir, nuestro famoso LUCA (acrónimo de
Last Uníve1·sal CommonAncestor) podría emer-
ger o haber em ergido en otro planeta o lt1na,
de lo abiótico a lo biótico, si el contexto del si-
tio fuera el apropiado para ello. La contribución
de compuestos orgánicos procedente de las con-
dritas carbonáceas o de los cometas parece ha-
ber jugado también un papel mt1y relevante en
la en1ergencia de la vida en la Tierra primitiva.
Y me refiero específicamente a los meteoritos
y cometas como portadores de compuestos or-
gánicos y no de vida, como postttla la pansper-
mia. Esta hipótesis no tiene hasta el momento
NASA/JPL
 confirmación ni evidencia que la avalen y, ade-
más, n o solticiona el origen de la vida, sino qt1e,
simplemente, traslada el problema a otro sitio.
Aunqtte en nuestro propio sistema solar existen
varios objetivos astrobiológicos de prin1er nivel,
como Marte, Encélado, Europa, Titán o, it1clt1so
recientemente, la atmósfera de Venus, aún no se
ha encontrado ningún microorganismo o htie-
llas (biofirmas, biomarcadores) de su existencia
en ninguno de ellos, ni en ningún meteorito o co-
meta. Compuestos orgánicos abióticos sí, pero
nada relacionado con la vida. Obviamente el ttni-
verso es inmenso y existen miles de n1illones de
galaxias y billones o trillones de planetas donde
la vida podría haber emergido. En este sentido,
SHUTTERSTOCK
a fecha 1 de enero de 2022, ya se han descu -
bierto 4905 exop lan etas (planetas extrasolares)
confirmados, en 3629 sistem as planetarios, con
808 sistemas teniendo más de un planeta. En la
web del Laboratorio de Habitabilidad Planeta -
ria de la Universidad de Puerto Rico, e11 Are-
cibo, dirigido por el profesor Abel Méndez, del
qtie tengo el honor de ser colaborador científi-
co, se exponen los principales exoplane tas po-
tencialmente
,
habitables, clasificados de acuer-
do con el Indice de Similaridad a la Tierra.
lQUÉ ES VIDA?
Como se ha indicado previamente, una de las
dificttltades es que no existe un consenso sobre la
 , ,
SEGUN ALGUNOS AUTORES, LA VIDA DEBERIA
CONSIDERARSE UN PROCESO O UNA PROPIEDAD
,
DE LOS ECOSISTEMAS, MAS QUE UNA SUSTANCIA
definición de lo que es vida y lo que no lo es. Sería
pretencioso entrar aqlú en todo el debate cientí-
fico, e incluso filosófico, existente acerca del te-
ma, pero sí parece apropiado dejar constancia de
ello, p11es supone lm condicionante in1portante a
la hora de intentar detectar la posible vida extra-
terrestre. Una definición popular de vida es que
los organismos son sistemas abiertos que man -
tienen la homeostasis (regltlación de su ambien-
te interno para mantener un estado constante) ,
que están compuestos de células, que tienen un
ciclo vital, que metabolizan, que pL1eden crecer
y adaptarse a su ambiente, que responden a es-
tímulos, que se reproducen y evolucionan. Aquí,
por ejemplo, entraría en discusión el tema de los
virus y viroides. De hecho, además de las diferen-
tes aproximaciones a la definición de vida (has-
ta el mon1ento existen m ás de 100 definiciones),
desde la física, la química, la geología, biología o
filosofía, existe la consideración, según algunos
autores, de que la vida debería considerarse co-
mo una propiedad de los ecosistemas o incluso
como t1n proceso más qt1e como una sustancia. El
debate sobre qué es vida y, por tanto, qué es vida
extraterrestre, sigue abierto. ~
De aquí, otro de los aspectos fundamentales re- g
<5
lacion ados con su detección fuera de la Tierra es ~
determinar exactamente y de manera rigt1rosa
qué es un biomarcador , ya que el término se es-
tá utilizando, por comunicadores, medios y tam- orgánicos inequívocament e relacionados con
bién algttnos científicos, de manera ambigua, que la vida. Un .m ineral, por ejen1plo, la magnetita,
puede inducir a confusión. La valoración y consi- sería también un geomarcador pero no un bio-
deración de este concepto está íntimamente rela- marcador. Esta confusión terminológica hace
cionada con la conexión , antes mencionada, en- que, incll1so desde el ámbito científico, se pro-
tre vida y habitabilidad. Como indica Simoneit muevan los malos entendidos hacia la sociedad,
- quien propuso el con cepto de biomarcador- desencadenando posteriormente, en determi-
solamentedeben llamarse así <<aqt1ellos comp11es- nados medios, titttlares sensacionalist as sobre
tos orgánicos que procedan ineqt1ívocamente de vida en exoplanetas, en Venus, Marte , Plutón,
la actividad metabólica de un organismo>>. To- Europa, meteoritos, Titán o en objetos extraso-
do lo demás serían geomarcadores, un término lares (esto enlazaría con la tíltima parte del ar-
que yo mismo propuse hace unos años para ha- tículo), sin ningtín fundamento o evidencia ql1e
blar de marcadores ambientales y de habitabili- lo confirme. Este acercamiento poco ético del
dad. De esta m anera, un compt1esto químico o científico a lanzar planteamientos cercanos a las
una relación isotópica r elacionadas, tal vez, con seudociencias es claramente contraproducen-
actividad biológica serían geom arcadores. El te para ct1alquiera que intente abordar su inves-
agua sería también u11 geomarcador, ambiental, tigación con el máximo detalle y rigurosidad y
pero de ninguna nlanera sería ttn biomarcador nos desprestigia a todos, además de ser solo rl1i-
porque no se correspondería con compuestos do interesado por popularidad u otras razones.

153
 - ,
SETI ANALIZA SENALES ELECTROMAGNETICAS
CAPTURADAS EN RADIOTELESCOPIOS PARA
DETECTAR VIDA EXTRATERRESTRE
ESTUDIO DE LOS ANÁLOGOS TERRESTRES
La investigación de los denominados análo -
gos terrestres (o análogos planetarios) en los qt1e
geólogos, ecólogos microbianos, geomicrobió-
logos y otros especialistas estamos trabajando
codo con codo, está siendo de gran ayuda para
paliar la imposibilidad de llevar a cabo planeto-
logía comparada desde el punto de vista biológi-
co / astrobiológico. Así, se intenta c11brir el am-
plio abanico de lt1gares, muchos de ellos extre-
mos, en los que se estudian y caracterizan los
singulares ecosistemas existentes, para ir1ferir a
partir de ello cómo podrían ser en caso de que se
dieran en otros cuerpos planetarios.
España cuenta con una gran biodiversidad y
geodiversidad y, en este sentido, disponemos
de análogos terrestres reconocidos internacio-
nalmente, com o Río Tinto, El Jaroso, el golfo de
Cádiz, Bujaraloz, el área volcánica de Calatrava o
las islas Canarias, en especial Tenerife y Lanzaro -
te. ¿Encontrarem os inusuales consorcios bacte -
rianos en Marte como los qt1e se observan en Río
Tinto, la Antártida o Atacama? ¿Habrá microor -
ganismos bajo la corteza helada de Etrropa o En-
célado similares a los existentes en los clatratos,
costras, nódulos y chimeneas del golfo de Cádiz?
¿Podremos, tal vez, encontrar en planetas volcá-
nicos, ecosistemas hidrotermales parecidos a los
que observamos en zonas como los azulejos del
Teide o en otras zonas de Canarias? ¿Existieron
WllOLOC
tal vez en el pasado y dejaron alguna huella? Es-
ta es tina forma it1directa de mves tigación, pero
no por ello menos válida, gracias a la cual, desde
la Tierra podemos trabajar astrobiológicamente,
salvando las distancias, como si estuviéramos en
el planeta rojo o en tina luna helada. Pero, ante
todo , sin confundir lo que son las condiciones de
h abitabilidad (a d istintas escalas) de t1n cuerpo
planetario con la existencia de vida.
SIN RESPUESTA
Pero , una vez vistos los aspectos m ás relevan-
tes relacionados con la posible vida extraterrestre
(centrados sobre todo en la vida microbiana y en
St l detección e identificación) , ¿podemos ir m ás
allá? ¿Podemos analizar científicamente, de ma-
nera rigurosa, lo r elativo a la posible existencia de
vida inteligente? Por el momento, co mo se ha in-
dicado anteriormente, las respuestas son: <<No lo
sabemos y debemos analizar y establecer qué es la
inteligencia>> y, a partir de aqt1í, realizar una se-
rie de postttlados e inferencias. Todo lo publica-
do es, hasta el momento, especulativo y sin prue-
bas suficientes, desde la señal Wow! , detectada el
15 de agosto del 1977 y procedente de la constela-
ción de Sagitario, a la señal BLCl, detectada y ob-
servada dtrrante abril y mayo de 2019, probable-
mente procedente de Próxima Centatrri , o a las
recientes hipótesis carentes de evidencias cien-
tíficas sobre el objeto interestelar Ot1muamtia,
descubierto por Robert Weryk el 19 de octL1bre
de 2017. Existen varios proyectos SETI (acróni-
mo de Search far ExtraTe1·restrial Intelligence)
que intentan detectar vida extraterrestre inte-
ligente nlediante el análisis de señales electro-
magnéticas capturadas en radiotelescopios o,
incluso, enviando mensajes al espacio. Hasta el
momento, salvo lo indicado previan1ente, no ha
habido resultados positivos ni respuestas.
No es el momento para debatir sobre qL1é es
o cómo definir la inteligencia, incluyendo to -
do el debate sobre su concepto, individual, so-
cial, emocional y sobre si es o no cuantificable
no solo en humanos, sino también en otros ani-
males, plantas, ordenadores (inteligencia artifi-
cial), etc. Por ello, hablar de inteligencia extra-
terrestre tan1bién conlleva un problema sinli-
lar al de hablar sobre vida extraterrestre: no hay
155
 definición consensuada sobre lo que es la vida co-
mo tampoco la hay sobre lo que es la inteligen-
cia. De cualq·uier forma, parece inevitable, ct1an-
do se habla de vida (inteligente) extraterrestre ci-
tar la ectiación de Drake, propt1esta en 1961 por el
astrónomo y astrofísico Fra11k Drake, más como
. ., .,
una aproxunac1on que como una ect1ac1on ma-
te1nática. Se trata de una ect1ación mt1y cuestio-
nada y especulativa con desacuerdos científicos
muy considerables sobre los valores y la rigurosi-
dad con la qt1e se t1tilizan st1s parámetros.
Básicamente, indica que:
N = R* · fp ·ne · fl · fi. fe· L
156
Donde:
N = número de civilizaciones en nt1estra galaxia,
con las cuales podríamos comt1nicarnos.
R *= estrellas capaces de albergar planetas.
fp =cantidad de esas estrellas qt1e tienen sistemas
planetarios.
ne = número de esos planetas orbitando en la zo-
na de habitabilidad con posibilidad de vida que
habría en esos sistemas.
fl =fracción de esos planetas en la zona de habi-
tabilidad en los que la vida se habría desarrollado.
fi =número de planetas en Jos que, efectivamen-
te, se desarrolla vida inteligente.
 Los profesores Armando Azúa-Bustos y Carlos González-
Silva recolectan muestras de microorganismos en la
cordillera costera del desierto de Atacama con el fin de
.encontrar vida en el polvo que viaja por el viento.
AL ESTUDIO DE VIDA EXTRATERRESTRE HABRIA
, ,
QUE UNIR EL DE COMO SE ORIGINO LA VIDA EN
,
NUESTRO PLANETA, ALGO AUN NO RESUELTO
fe = cantidad de planetas con vida inteligente y
que, adenlás, podrían comL1nicarse con otros.
L = momento de vida del planeta en el cual se de-
sarrolla esa civilización.
Ni qu e decir tiene qL1e, en estos últin1os
60 años, ha habido todo tipo dereevaluaciones,
con debates científicos y propuesta d.e nt1evos
parámetros hipotéticos sobre la ecuación de
Drake. El último correspond.e al estudio, uti-
lizando el telescopio espacial Kepler, publica-
do en 2020 en The Astrono11iical Journal, en
una colaboración en tre científicos de NASA,
el Instituto SETI y otras instituciones liderado
por Steve Bryson . En este estudio s11gieren que ,
solo en n uestra galaxia, podría haber cerca de
300 millones de planetas habitables (recorde-
mos que habitabilidad no implica vida).
«NO LO SABEMOS AÚN Y, POR ELLO,
SEGUIMOS INVESTIGANDO»
No resttlta fácil escribir un artíct1lo de divul -
gación científica sobre esta temática, en el que
se debe mantener un sólido componente ético
al trasladar el conocimiento existente sin sensa-
cionalismos a la sociedad. Por ello, como ya in-
diqué, considero que la mejor respuesta es: << No
lo sabemos aún y, por ello , seguirnos investigan-
do>>. Obviamente, explicando el estado actual del
MAAGAAITAAZCUA
,
tema y las perspectivas ft1turas. Personalmen-
te, he tenido la fort1ma de investigar y promover
muchos de estos temas y estudios astrobiológi-
cos, incluso acerca de lo qt1e supon.e la astrobio-
logía como cuerpo de conocimiento inter y trans-
cisciplinar. Y lo h e hecho, entre otras actividades,
participando en tm vuelo de la NASA para com-
prender el papel de los cometas {Leónidas) en el
origen de la vida, formand o parte de los equipos
de ciencia de rovers que están en Marte (Curios-
ity o Perseverance) , intentando abordar expe-
rimentalmente la litopanspermia directamente
en el espacio o en contacto con astronautas de la
ESA, con10 instructor en ctrrsos de geología pla-
netaria y astrobiología, en análogos como Lanza-
rote para futuras misiones tripuladas en la Luna o
Marte. Creo que el estudio de los análogos terres-
tres es ftmdamental y lo he podido abordar con
campañas en lugares tan dispares como Costa Ri-
ca, España, Islan dia, Mauritania o la Antártida.
Si pretendemos ser capaces de identificar y de-
tectar la vida extraterrestre, debemos realizar un
estudio en paralelo, que comporte comprender
cómo se originó la vida en nuestro planeta, algo
aún no resuelto. Hasta el momento, segt1imos in-
vestigando. Como decía, Carl Sagan: << El universo
es un sitio inmenso. Si solo estamos nosotros, me
parecería un auténtico desperdicio de espacio>>. •
157
 NUEVO grupo
deTelegram
(12/03/2022)

1 •\ 1 \

,
POR MIGUEL ANGEL SABADELL
Astrofísico y di\rulgador científico.
11 ''1 ·1....1\1
1

158
159
 ntente no pensar en un oso blanco. Intén-
telo con ganas: no piense en t1n oso blan-
co. ¿A que no pu.e de evitarlo? Este es el
experimento al que sometió a sus alum-
nos Daniel Wegner, un profesor de Psico-
logía de Harvard. Después, les pidió qt1e habla -
ran durante cinco minutos sobre cualquier co-
sa que se les ocurriera. <<Mencionaron un oso
blanco enseguida >>, comenta Wegner. <<Si des-
pués les pedía que pensaran en cualq11ier cosa,
mencionaban más veces a 11n oso blanco q11e a
los que les dije que pensaran en él >> . Un experi-
mento tan sencillo como este nos revela lo difí-
cil que resulta cumplir con lo que consciente y
libremente hen1os escogido.
Este experimento, que se ha repetido hasta
con un conejo verde, se engloba en lo que se co-
noce como supresión del pensamiento y puede
crear obsesiones: si nos pasamos el día apartan -
do de nuestra mente la idea de comida porque
estamos a dieta, no dejaremos de pensar en ella.
Es mucho peor que tenerla todo el día en la cabe-
za: <<Puedes llegar a cansarte si piensas siempre
en algo. Intentar no hacerlo es lo que lo mantie-
ne en nuestra cabeza>>, sen tencia Wegner, un fí-
sico metido a psicólogo que colecciona gafas con
narices y mostacho de Gro11cho Marx. Nuestra
libertad de acción con lo qt1e sucede dentro de
nt1estro cerebro no es tan amplia como creemos.
Sin embargo, la sorpresa surgió cuando des-
ct1brió qt1e la preparación nerviosa real pa-
ra el movimiento, el potencial de alerta, apa -
recía entre 0.3 y 0.5 segundos antes de que el
s11jeto decidiera conscientemente qtie que-
ría mover la mano. Segím los psicólogos
S. S. Obhi, de la Universidad de Ontario Occi-
dental , y P. Haggard, del Colegio Universitario
de Londres, especialistas en acción y percep-
ción humanas, <<el sentimiento de il1tención
pt1ede ser efecto de la activida.d de preparación
motora del cerebro y no una de sus cat1sas>> .
El experimento de Libet ft1e el primer im-
pacto en la línea de flotación del libre albedrío.
Los realizados desde enton ces dem11estran que
el cerebro va por delante de nuestra intención
consciente a la hora de realizar un movimien-
to. Aun más, los experin1entos de Llbet mues-
tran que creer que estamos empezando a mover
la mano empieza 86 milisegundos antes de qt1e
realn1ente suceda. Esto no qt1iere decir que no
ejerzam.o s ningún control sobre ellas: podemos
modificar las que están en marcha. Así, Libet
sustituye el libre albedrío por la libre censura: el
cerebro propone y la mente dispone.

EL CEREBRO VA POR DELANTE

En 1983, Benjamín Libet y sus colegas de
la Universidad de California en San Francis-
co realizaron un peculiar ensayo. Los partici-
pantes debían observar un reloj cuya maneci -
lla daba una vuelta completa cada 2.56 segun-
dos. Mientras estaban atentos a la manecilla,
eran libres de flexionar la nluñeca en el mo -
mento qt1e quisieran. Lo único que debían ha-
cer era tomar nota mentalmente de la posición
de la manecilla Cttando decidían mover lama -
no. En otra variante del experimento, los su-
jetos debían estimar en qué momento habían
movido realn1ente la mano. Por su parte, Libet
medía con electrodos la actividad eléctrica en
las áreas motoras del cerebro - lo que se llama
el potencial de alerta- y en los mtísctllos im -
plicados en el movimiento de la muñeca. Di-
cho de otro modo: podía determinar cuándo
el cerebro mandaba la señal a los mt1sculos pa -
ra actuar y c uándo estos se ponían en marcha.
Libet encontró que, como era de espe-
rar, el deseo de mover la mano aparecía an -
tes de que el sujeto tuviera conciencia st1b-
jetiva de que había realizado el movimiento.

160
 INTENTAR NO PENSAR EN ALGO ES LO QUE LO
MANTIENE EN NUESTRA CABEZA. ESTO SE
,
CONOCE COMO SUPRESION DEL PENSAMIENTO Y
PUEDE LLEGAR A CREAR OBSESIONES

•
••
•
• •
• l • '

. ..

161
162
 El problema no puede ser más interesante: si
no estamos al tanto de lo que h acen1os cuando
lo estamos haciendo, ¿qué percibimos? Es más,
¿cómo st1rge la idea de ql1e con trolamos las ac-
ciones? Para estt1diarlo, Wegner diseñó, jtmto a
Emily Pronin de Princeton, un experimento vu-
dú. Un voluntario realizaba la maniobra de pin-
char con agujas t1n muñeco mientras su ayt1dan-
te, otro voluntario que estaba conchabado con
los investigadores, o bien mostraba desagrado o
apoyaba efusivan1ente la acción.
Como en todo vudú qtLe se precie, al cabo de
un rato la víctima empezaba a decir que su-
fría dolor de cabeza. A partir de este momen -
to, en el caso en que el ayudante se mostra-
se en desacuerdo, el hechicero tendía a tes-
ponsabilizarse del dolor de cabeza. Es un claro
ejemplo de pensamiento mágico y supersticio-
so, como creer que por 11sar cierto bolígrafo se
aprueba un examen. Estamos ante lo que sella-
ma una ilusión de con trol. ¿Pasa lo mismo con
el libre albedrío? Para Wegner, la situación es
clara. Percibimos dos situaciones, el pensa-
miento y la acción, y el cerebro tme los pun-
tos independientemente de que exista una rela-
ción causa- efecto. El cerebro la asume y p11nto.
NOCIÓN ÚTIL Y ADAPTATIVA
Todos estos resultados ha.c en pensar a muchos
científicos que el libre albedrío no es más que un
espejismo creado por el cerebro. Mark Hallett,
del National Institute of Neurological Disorders
and Stroke, dice: <<El libre albedrío existe, pe-
ro es tina percepción, no tina fuerza rectora. La
gente experimenta el libre albedrío, creen que
son libres. Pero cuanto más esct1driñas, más te
das cuenta de qt1e no lo tenemos>>.
A los investigadores como Wegner no les in-
teresa decidir si existe o no, sino por qué cree-
mos que lo tenemos. Sus experimentos le indi-
can que nuestro cerebro está programado pa-
ra creer que si pensamos en algo, ese algo va a
suceder; nos hace creer qt1e controlamos nt1es-
tras acciones. Para ilustrar este pt1nto veamos
,
SEGUN VARIOS ESTUDIOS, EL CEREBRO VA POR
,
DELANTE DE NUESTRA INTENCION CONSCIENTE A
LA HORA DE REALIZAR UN MOVIMIENTO
qt1é sucedió cuando Wegner llevó al laborato-
rio un nt\rnero clásico de los cómicos. Una per-
sona, delante de t1n espejo, viste un traje, pe-
ro son los brazos de otra persona situada detrás
los que pasan por las mangas del traje. Lo cu-
rioso es q11e si lleva puestos ·u nos cascos q11e le
predicen tln momento antes cómo se van a mo-
ver los brazos, aparece en el sujeto 11na sensa-
ción de control sobre ellos. El cerebro, automá -
ticamente, asumía que controlaba esos brazos.
¿A qué co11clusión nos llevan todos estos tra-
bajos? A q11e no hay manera de distinguir aqt1e-
llas acciones qt1e responden a nuestros deseos
de aquellas en las que se trata de tma ilusión. Si
nt1estro cerebro es incapaz de diferenciar am-
bas, ¿cómo podemos estar seguros de que exis-
te el libre albedrío? ¿Es siempre esta sensación
de control una qt1in1era? No lo sabemos. Weg-
ner compara la elección conscien te con un ma-
go realizand.o s11 espectáculo. Aparentemente,
los efectos qu.e realiza el ilt1sionista son causados
por el movimiento que percibimos de sus ma-
nos, pero no es así. Ahí algo nlás que no vemos y
es la verdadera ca11sa. Del mismo modo, la sim-
ple decisión consciente de hacer algo no tiene
por qué ser la causa de que lo hagamos.
Tanto si es una ilusión como si no, la noción
de libre albedrío es útil y adaptativa, esto es, da
ventaja evolutiva. Lo necesitamos para vivir; el
mtmdo no tendría sentido para nosotros si cre-
yésemos que los comportan1ientos de los den1ás
no estuviesen causados por ellos mismos. Diver-
sos investigadores, como Elizabeth Spelke, de
Harvard, en experimentos con bebés con tan so-
lo unos pocos meses, han demostrado quepo-
seen diversas habilidades mentales, como esti-
n1ar si hay muchos o pocos objetos en una ima-
gen o que tienen (o creen tener) algo parecido a
una noción de libre albedrío.
Un golpe al antilibre albedrío ha venido de
la facultad de Psicología de la Universidad de
Queensland, Australia. Allí, los trabajos desarro-
llados por Derek Arnold sobre cómo enfermeda-
des como el autismo, la esqt1izofrenia o la dislexia
163
 ,
¿QUE PINTA EL LIBRE
,
ALBEDRIO CUANDO
NUESTRO
INCONSCIENTE ES
CAPAZ DE TOMAR
DECISIONES SIN QUE
SEAMOS CONSCIENTES
DE ELLO?
modifican la percepción del tiempo, ponen en
duda unacuestiónquesubyacea los experimentos
de Libet y compañía: la percepción subjetiva del
paso del tiempo. ¿Qué implica este descttbri-
miento sobre el libre albedrío? Los experi -
mentos de Libet parten de una suposición bá-
sica: tenemos un acertado sentido del timing.
Pero los de Arnold sugieren todo lo contra -
rio. El retraso encontrado por Libet puede es-
tar relacionado con este h echo: no nos fijamos
en la h ora del reloj cuando decidimos por pri-
mera vez mover la mano, sino cuando esta-
mos convencidos de que lo hemos decidido.
<<Somos responsables de nuestras decisiones
- dice Arnold-. Simplemente, no estamos muy
seguros de cuándo las hemos tomado>>.
También podemos plantearnos qué piI1ta el li-
bre albedrío cuando nuestro inconsciente es ca-
paz de tomar decisiones sin que seamos cons-
cientes de ello. Segtín John Bargh, psicólogo so-
cial de la Universidad de Yale y pionero en el esttt-
dio del inconsciente moderno, <<n os aferramos a
la idea de que somos capitanes de nuestra propia
alma>> y no nos gusta saber qtte tomamos decisio -
nes sin que intervenga nuestra mente consciente.
ELEGIR PAREJA
N11merosos trabajos demuestran que nuestro
inconsciente influye en nuestro comportamien-
to. Una prtteba de ello la tenemos enla experien-
cia cotidiana: si un coche viene directo a a tro-
pellarnos, ¿quién toma la decisión de saltar a un
lado? ¿Nuestra mente consciente? ¿Y c11ándo de -
cidin1os confiar en tina persona por ese <<algo >>
que trasluce? Las corazonadas, los impulsos, son
decisiones inconscientes con las que lidiamos a
diario. La ctiestión no es si nt1estro inconscien-
te influye en nuestra vida, sino determinar cuál
es el papel que desempeña y hasta dónde llega.
Un ejemplo curioso Jo tenemos en la elec-
ción de pareja, algo que de por sí ya es bas-
tante irracional. Pero lo interesante es que no
solo nos motiva el enamoramiento, sino al-
go más prosaico como el apellido: en 11n estt1-
dio realizado en 2004 en los estados nortea -
mericanos de Georgia, Tennessee y Alabama,
publicado en el Journal of Personality and
Social Psychology, se mostró que las parejas
de estos estados st1reños tendían a casarse de
tres acincovecesmásamenudoconlosquecom-
partían su apellido: Smith con Smith, Johnson
¿Dónde reside el libre albedrío?
atrick Haggard y El ena Magno. del Trini-
P ty College de Dublín, aplicaron un campo
magnético intenso y rápidamente cambiante -
que recibe el nombre de estimulación magnéti-
ca transcraneana-en la zona superior de la ca-
beza. donde se encu en tra la corteza motora pri-
maria (M 1), responsable de activar las neuronas
motoras de la médula espinal que mandan las
señales a los músculo s. y el área motora suple-
mentaria (AMS), encargada de la planificación
de movimientos. El experimento era simple: los
sujetos debían pul sar un botón en cuanto es-
cucharan un sonido y debían ev aluar su propio
tiempo de reacción informando de la posición
de la manecilla de un reloj en el instante en que
pensaron pulsar la tecla. Mientras los investiga-
dores aplicaban el campo magnético 75 milise-
gundos antes de que el voluntario reaccionara.
El experimento demostró que si se aplica el
campo magnético sobre la M 1. el movimien-
to real se retrasa 201 milisegundos y el jui-
cio de movimiento, 7 4 milisegundos. Si ac-
túa sobre la AMS. el retraso es un promedio
de 113 y 54 milisegundos respectivamente.
En 1991, ltzhak Fried había llegado a una con-
clusión parecida con enfermos de epilepsia:
cuando estimularon la AMS algunos pacientes
hasta sintieron deseos de moverse. Este pare-
ce ser el sustrato neuronal de lo que se llama
la conciencia de acción.
 con Johnson ... Inconscientemente solemos fa-
vorecer rasgos que se par ecen a los nuestros.
l DÓNDE QUEDA EL LIBRE ALBEDRÍO?
Diversos trabajos científicos han puesto de
manifiesto que los factores ambientales condi-
cionan nt1estra toma de decisiones sin que lo se-
pamos. Así, cuando en la bodega de 11n super-
mercado inglés se colocaron cuatro vinos fran -
ceses y cuatro alemanes, se comprobó que si por
los altavoces sonaba música francesa, el 77 ºlo del
vino que se vendía era .f rancés; y al revés, si so-
naba música alemana, las ventas de vino de ese
país subían a un 73 ºlo. Cuando se les preguntó
el nlotivo de su elección, solo t1no de cada siete
admitió que la música había influido en su elec-
ción. En otro, se entregaron tres tipos de deter-
gente para su valoración: uno iba en tLna caja con
predominio del color amarillo, otra de azul y la
tercera era un fondo azul salpicado de amarillo.
La nlayoría se decantó por el qt1e iba en esta últi-
ma. ¿Era mejor detergente? No, pues en las tres
había el mismo producto. Los sujetos del estu-
166
dio describieron las bondades de los detergentes
y razonaban su elección en función de sus méri-
tos, pero nadie mencionó el colorido de la caja.
Al efecto del inconsciente no se salva ni Wall
Street. Diferentes estudios han demostrado que
los brokers tienen reticencias a invertir en com -
pañías nuevas con nombres difíciles de pronun-
ciar o que las cotizaciones de bolsa se ven in-
fluidas por los días soleados o nublados. Ahora
bien, ninguno de estos experin1entos nos están
hablando de hipnotismo o seducción sublimi-
nal, sino de cómo las visiones, olores y so11idos a
los que estamos expuestos cada día son capaces
de activar de manera selectiva aquellas motiva-
ciones - y lo que viene a continuación es capi-
tal- que ya tenemos. El cerebro inconsciente es
más activo, independiente y decidido de lo que
se creía hasta ahora.
En definitiva, toda la investigación actual so-
bre el inconsciente nos lleva a una llamati-
va conclusión: n o somos capaces de compren-
der por qué hacemos lo que hacemos. Entonces,
¿dónde queda el libre albedrío? •
 ,
EL CEREBRO INCONSCIENTE ES MAS ACTIVO,
,
INDEPENDIENTE Y DECIDIDO DE LO QUE SE CREIA.
~ NO SOMOS CAPACES DE COMPRENDER POR QUÉ
1 HACEMOS LO QUE HACEMOS

167
 -.1 00

-
•

75 ~.

168
169
 i hay una rama de la ciencia que ha re-
volucionado la investigación científi-
ca del siglo XXI esa es la biotecnología,
entendiendo como tal toda aplicación
tecnológica que utilice sistemas bioló-
gicos y organismos vivos o sus derivados pa-
ra la creación o modificación de productos o
procesos para usos específicos. De hech o, la
biotecnología Ounto a la bioquímica y la bio -
logía molecular) es en la actualidad la prime-
r a disciplina en porcentaje de contribuciones
científicas e impacto en el contexto interna -
cional. Según se puede leer en el último infor-
me de la Asociación Española de Bioempresas
(ASEBIO), la biotecnología española represen-
ta el 3.2 ºlo de la producción científica interna -
cional en el área, siendo España la octava po -
tencia a nivel mundial en publicaciones cien-
tíficas biotecnológicas. La biotecnología espa-
ñola prodt1ce un 26 ºlo de los artículos situados
entre el 10 ºlo más citados d el mundo.
Por otra parte, las biociencias moleculares
y sus aplicaciones biotecnológicas están con-
sideradas, después de las tecnologías de la in -
formación, la siguie11te gran ola de expansión
de la economía basada en el conocimiento.
170
Una prueba del enttlSiasmo generado por esta
disciplina científica en los mercados bursáti-
les es que la biotecnología fue uno de los sec-
tores más rentables del NASDAQ Composite en
2019 . En dicho año había en España 3585 em-
presas qt1e realizaron actividades relaciona-
das con la biotecnología y el sector biotecno-
lógico invirtió más de 940 millones de euros
en I+D, de los que el 71 ºlo correspondió a em-
presas Biotech {las puramente biotecnológi-
cas). Estos datos se justifican por el nt1n1ero de
aplicaciones que tiene la biotecnología en áreas
tan aparentemen te diferentes como alimenta-
ción, medicina, medio ambiente, cosmética,
agricultura o la lucha contra el bioterrorismo.
Otro de los valores añadidos de la biotecnolo-
gía es que se trata de un área multi e interdis-
cipli11ar, qt1e se apoya en otras disciplinas co-
mo la biología, química, la fisiología, la ingenie-
ría o la informática para obtener sus resultados.
A pesar de los múltiples beneficios de labio-
tecnología, tm por centaje mt1y significativo de la
población no conoce en qué consiste esta disci-
plina científica ni qué campos aborda. Para solt1-
cionarlo se ha desarrollado ttna innovadora cla-
sificación de la biotecnología basada en colores.
 LA BIOTECNOLOGÍA ES TODA APLICACIÓN
,
TECNOLOGICA QUE UTILICE SISTEMAS
,
BIOLOGICOS Y ORGANISMOS VIVOS O DERIVADOS
Llevo nluchos años impartiendo docencia
tanto en el grado de Biotecnología como en el
Máster en Biotecnología y Biología Celular de
la Universidad de Mt1rcia. También formo par-
te del grupo de investigación << Bioquímica y
Biotecnología Enzimática>> y divt1lgo la ciencia
asociada a esta disciplina científica. Pues bien,
la experiencia me ha demostrado que clasificar
por colores las distintas áreas que abarca a bio-
tecnología es un acierto. Esta clasificación sir-
ve tanto a los altimnos como a la sociedad en
general para entender y recordar fácilmente
las diferentes aplicaciones de la biotecnología.
Eso sí, hay que dejar claro que los <<colores de
la biotecn,ología>> no se comportan como com-
partimentos estancos. Muchas de las aplicacio-
nes de la biotecnología forman parte simt1ltá-
neamente de diferentes colores. Por ello no nos
debe extrañar qt1e un mismo producto pueda
encuadrarse a la misma vez dentro de la biotec-
nología anlarilla, verde o morada.
En un principio, la biotecnología se clasifi -
có únicamente en cuatro colores (roja, blanca,
verde y azt1l). Sin embargo, el espectacular in -
cremento del número de st1s aplicaciones obli -
gó a ampliar el abanico a once. Analicémoslos.
1. BIOTECNOLOGÍA ROJA O SANITARIA
Si hay un área de la biotecnología que está de
moda es la biotecnología roja, también llama-
da sanitaria. Esta rama es tLna de las disciplinas
responsables del desarrollo de vacunas contra
muchas enfermedades, entre ellas la COVID- 19.
Pero la biotecnología roja no solo se ocupa de
la panden1ia causada por el SARS-CoV-2, si-
no que ha dado t1n paso de gigante en la pre-
vención, el diagnóstico y el tratamiento de
muchas otras enfermedades. Las aplicaciones
sanitarias de la biotecnología permiten la
producción más ética, barata y segura de ttn
nún1ero cada vez mayor de fármacos (instLli-
na , eritropoyetina, hormona del crecimiento,
Factor VIII ... ). Según la Biotechnology lnno -
vation Organization gracias a la biotecnología
roja se han elaborado más de 250 vacunas y
medicamentos distintos. Este color de la bio-
tecnología también se encarga de las terapias
génicas in vivo y ex vivo que se emplean en la
lt1cha contra diferentes cánceres, de los diag-
nósticos nloleculares, de la búsqtieda de stts -
tancias moduladoras de dianas moleculares
clave, de procedimientos de intervención gé-
nica o dirigidos al control de la reprod.ucción y
diferenciación de células madre o de la fabri-
cación de órganos artificiales ...
2. BIOTECNOLOGiA VERDE
Debido a su importancia en el desarrollo de
plantas modificadas genéticamente, tina de las
ramas de rama de la biotecnología más polé -
mica (por el rechazo de algunos sectores) es la
verde, también conocida con10 agroalimenta -
ria. El uso de técnicas biotecnológicas para la
producción y mejora de alimentos modificados
genéticamente para la erradicación del ham-
bre y la desnutrició11 en amplias zonas de Asia,
África y América latina es tino de los objetivos
de esta rama de la biotecnología. De hecho,
la utilizan casi 15 millones de agricultores en
el mundo para combatir plagas, enriquecer
alin1entos, ayudarlos a defenderse frente a
microorganismos, sequías o heladas. Pero el
campo de actuación que abarca la biotecno-
logía verde va mucho más allá de las plantas
transgénicas. También es la responsable po -
tenciar el sector agrícola mediante el desa-
rrollo de eficaces biopesticidas, el diseño de
antibióticos que mejoren la salud vegetal, el
control biológico de plagas, etc.
3. BIOTECNOLOGiA AZUL
Pocas áreas de la biotecnología tienen un po-
tencial tan grande con10 la marina o azul, res -
ponsable del estudio de la act1icultura, la diver-
sidad del medio marino y los ecosistemas acuá-
ticos. El desconocimiento qt1e aún tenemos de
mtLchos aspectos relacionados con el mundo
submarino lo convierte en un ecosisten1a ideal
para la bí1sq t1eda de nuevos recursos. De he-
cho, gracias a la biotecnología azt1l se están
desarrollando al imentos, cosméticos e incluso
fármacos ricos en compuestos bioactivos pre-
sentes en el plancton o en extractos de algas.
Incluso el cuidado de especies, la preservación
de ecosistemas marinos y la búsqueda de nue-
vas fuentes de bioenergía , como es el caso de la
prodt1cción de biocombustibles a partir de al-
gas, son objetivos de la biotecnología azul.
4. BIOTECNOLOGÍA AMARILLA
Uno de los sectores en1presariales más im-
portantes es el relacionado con la industria ali-
mentaria. Su peso en la economía mundial es
muy grande en comparación con otras áreas.
Parte d e responsabilidad la tiene la biotecnolo-
gía amarilla, la rama de la ciencia que se ocupa
de la producción y procesamien to d e alimentos
seguros d e alto valor n11tricional 11 organolép-
tico. Mediante el uso de levaduras, bacterias u
otros organismos vivos, la biotecnología ama-
rilla se encarga ta11to de la mejora de alin1en-
tos tradicionales (pan, queso, vino, cerveza ... )
como de nuevos alimentos. Ejemplos de estos
últimos los tenemos en los probióticos (ali-
mentos o suplementos que con tienen microor-
ganismos vivos destinados a mejorar la salud
humana) o en el famoso arroz dorado (arroz
modificado gen éticamente desarrollado con el
,
LA APLICACION SANITARIA DE LA
, , ,
BIOTECNOLOGIA PERMITE LA PRODUCCION MAS
, ,
ETICA, BARATA Y SEGURA DE FARMACOS
objetivo de combatir las carencias de vitamina
A en algunos países en vías de desarrollo).
5. BIOTECNOLOGÍA BLANCA
Su objetivo principal es el diseño y análisis
de procesos biotecnológicos destinados a la
obtención de productos, bienes y servicios,
así como la gestión y el control de procesos
biotecnológicos en plantas de producción in-
dustrial. Dentro de los objetivos concretos de
la biotecnología blanca o industrial se encuen-
tra desarrollar procesos más sostenibles y res-
petuosos con el medio ambiente qt1e reduzcan ,
e incluso eliminen, con taminantes producidos
en algunos procesos indt1striales tradicionales.
Para alcanzar estos objetivos, la biotecn ología
blanca suele emplear dos estrategias: utilizar
materia prima biodegradable q11e cons11n1a
poca en ergía o t1tilizar enzimas tt organismos
173
 vivos que minimicen los productos tóxicos gene-
rados indtlstrialmente. Un ejemplo de todo esto
lo encontramos en el tiso de procesos enzimáticos
para eliminar los residuos tóxicos de la fabrica-
ción del papel. Otros objetivos son La generación
de energías limpias a partir de organismos vivos y
la producción de plásticos biodegradables.

6. BIOTECNOLOGiA MARRÓN
El bienestar animal debe ser uno de los ob-
jetivos del planeta. Por ello la biotecnología ha
dedicado un color, el marrón , a desarrollar y
producir fármacos, vacunas y alimentos des-
genéticas de animales qtle tienen como obje-
tivo mejorar su salttd o prolongar su vida son
objeto de la biotecnología marrón . Los inno -
vadores bancos genéticos de especies en peli -
gro de extinción son otro ejemplo representa -
tivo del papel de esta rama de la biotecnología
en el bie nestar animal.
7. BIOTECNOLOGÍA DORADA
Una de las ramas de la cien cia que m ás fuer -
za ha cob rad o en los últimos años es la biotec-
nología dorada. Esta área tiene como objetivo
Las placas de Petri se utilizan
para cultivar células, observar
la germinación de Las semi Llas
o examinar los microorganismos.
simt1lar procesos biotecnológicos, secttenciar
gen omas de organismos vivos , diseñar nue-
vos fármacos, desarrollar nuevas bases de
datos de ADN , crear genes ad hoc, modelar
proteínas, etc. Para ello uti liza modelos com-
putacionales y potentes herramientas bioin-
formáticas qt1e permiten prever los compor-
tamientos de muchas moléculas , con lo que

174
no solo se acorta el tiempo de investigación
realizada en los laboratorios, sino que reduce
el uso de an im ales en experimentación y se
ahorra dinero en costes de investigación.
8. BIOTECNOLOGiA GRIS
Uno de los grandes objetivos a los que se en-
frenta la sociedad en el siglo XXJ es la mejora
del medioambiente. Para alcanzarlo es impres-
cindible un enfoque científico mt1lti e interdis-
ciplinar donde la biotecnología desempeñe un
papel crt1cial. Pt1es bien, la rama de la biotec-
nología que se encarga de conservar nuestro
entorno es la biotecnología gris , una disciplina
qt1e tan1bién tiene una alta responsabilidad en
la generación de crecimiento económico soste-
nible basado en el conocimiento de los efectos
de la intervención humana sobre el patrimo11io
de diversidad biológica y geoclimática exis-
LA MEJORA DEL MEDIOAMBIENTE ES UNO DE
,
LOS RETOS DEL SIGLO XXI Y LA BIOTECNOLOGIA
-
GRIS DESEMPENA UN PAPEL CRUCIAL
tente. La biorremediación
, de suelos, la biode-
tección y monitorización de la contaminación
an1biental, la biodepuración de aguas, los bio-
filtros o la conservación de especies (animales y
vegetales) son algt1nos de sus campos de acttla -
ción. También, el t1so de microorganismos para
el tratamiento de aguas y suelos o para eliminar
microplásticos u otros contaminantes del mar
son objetivos de la biotecnología gris.
9. BIOTECNOLOGÍA VIOLETA.
La aparición de tma nueva discipli-
na científica siempre genera dudas y re-
chazos. En el caso de la biotecnología, esta
reacción se ve incrementada al usar técnicas po-
co conocidas para la población que incluso son
capaces de modificar prodttctos existentes o
generar nt1evos. Además, y aunque la biotecno-
logía se emplea habitualmente para desarrollar
175
 nuevos productos que mejoren nuestra calidad
de vida, también pt1ede usarse para desarrollar
peligrosas armas biológicas o realizar investiga -
ciones poco aconsejables éticamente. De evitar
esta situación se encarga la biotecnología violeta
qt1e trata todos los aspectos legales relacionados
con la biotecnología. Por ejemplo, la creación de
legislación sobre aspectos biotecnológicos tan
relevantes como: bioseguridad; prodt1cción, uso
y distribución de organismos genéticamente
modificados; experimentación y manipulación
genética anin1al; aspectos bioéticos de la experi-
mentación animal; análisis de genética molect1-
lar humana; terapias génica y celular; o norma -
tivas sobre manipt1lación embrio11aria, transgé -
nesis y clonación. Además, los comités éticos de
11niversidades y otros centros de investigación
se apoyan en la biotecnología gris para que las
investigaciones realizadas en el marco de labio-
tecnología no traspasen los límites de la ética.
10. BIOTECNOLOGÍA NARANJA
Uno de los principales problemas que tiene
la biotecnología es la injustificada mala fama
,
UN BIOTECNOLOGO DEBE SER CAPAZ DE
COMUNICAR ASPECTOS CLAVES DE SU ACTIVIDAD
176
que tiene entre gran parte de la población. La
desinformación acerca de los organismos mo-
dificados genéticamente o la ingeniería gené-
tica, aspectos básicos en el área de la biotecno-
logía, hace necesaria la existencia de campa-
ñas de divt1lgación de esta disciplina científica
dirigidas a la población. Pues bien , el color de
la biotecnología que se encarga de su comuni-
cación científica es el naranja. La divulgación
de la biotecnología está cobrando tanta impor-
tancia que el Libro bla1ico de la bioquímica
y la biotecnologi.a indica qt1e tm biotecnólogo
debe ser capaz de comunicar mediante diferentes
formatos (prensa, radio, televisión, conferen-
cias, etc.) aspectos fund.a mentales de su activi-
dad p rofesional a otros profesionales de su área,
o de áreas afines, y a un público no especiali-
zado. Tambié.n debe demostrar buena capaci-
dad de participación en debates sobre diversos
aspectos bioéticos, incluyendo los relativos a la
experimentación animal, la generación de orga-
nismos modificados genéticamente, los análisis
de genética molecular humana, los ensayos clí-
nicos y las terapias génicas y celulares. Es decir,
un biotecnólogo debe tener entre sus habilida-
des un gran manejo de la biotecnología naranja.
11. BIOTECNOLOGiA NEGRA
En los liltimos años ha cobrado gran impor-
tancia el L1so de armas biológicas e11 los con-
flictos bélicos, tanto en los actos terroristas
como en las grandes guerras. El objetivo de
la biotecnología negra es desarrollar nLLevos
productos que contrarresten el poder de mi-
croorganismos virulentos u otros seres vivos
con capacidad de causar daños. Recienteme n-
te el grL1po de investigación de Bioquímica y
Biotecnología Enzimática de la Universidad
d.e Murcia ha LLtilizado la biotecnología negra
para descubrir que unos pigmentos vegeta-
les llamados betalaínas, presentes en remo-
lachas, cactus y otras fL1entes vegetales, son
capaces de compe tir por Lm detern1inado me-
tal con las m oléculas presentes en las esporas
de las bacterias Bacillus, como la responsable
/
del ántrax, pudiendo detectarse su presencia
en armas biológicas gracias a ese fenómeno.
UNA OCASIÓN PERDIDA
Hace 24 años, en 1998, ocurrió en Suiza tLn
hecho insólito. En Lm polémico referéndun1 el
pt1eblo sttizo debía decidir si frenaba los avan-
ces de la ingeniería genética y de la biotecnolo-
gía en sL1 país. Basándose en los posibles riesgos
sobre la salud o el medio ambiente y en razones
éticas relacionadas con los organismos modifi-
cad.os genéticamente, tm grupo llan1ado Inicia-
tiva para la Protección Genética (IPG) formado
principalmente por ecologistas, algunas ONG y
el Partido Verde forzó al Gobierno a realizar tma
consulta popular qtLe persegLúa tres objetivos: a)
Prohibir los animales transgénicos; b) Prohibir
los trabajos de can1po con plantas transgéni-
cas; c) Impedir la concesión de patentes tanto
para la modificación genética de los animales y
de los vegetales como para los productos que se
pudieran derivar de ellos, incluidas las posibles
vacunas biotecnológicas.
Los primeros sondeos fueron demoledo -
res para el futuro de la biotecnología en Suiza.
Una amplia mayoría de la sociedad estaba ini -
cialme11te en contra de esta disciplina científi-
ca y pensaba votar a favor de la consttlta pro-
puesta por la IPG. Las consecuencias para la
biotecnología serían demoledoras. Además de
las enormes pérdidas económicas para el sec -
torbiotecnológico, unos40 000 empleos desa -
parecerían, entre ellos los ocupados por S 000
científicos. Un triunfo de la IPG supondría el
freno, y la casi segura desaparición de medio
millar de proyectos de investigación qL1e se es-
taban realizando en las 180 empresas Biotech
existentes en aquel momento en Suiza, en Ltni-
versidades y en otros centros públicos y priva -
dos de investigación.
Solamente un giro de 180 grados podría pro-
vocar un cambio en la situación ... y este llegó de
la tínica forma qt1e era posible. Se produjo Ltna
alianza entre los biotecnólogos pertenecientes
a 11niversidades, academias, asociaciones, cole-
gios profesionales y las empresas Biotech . To-
dos los profesion ales que empleaban de mane-
ra cotidiana esta rama de la ciencia como he -
rramienta de generación de conocimiento y de
Planta de tratamiento
y regeneración de
~ aguas residuales.
desarrollo económico se ttnieron con un único
objetivo: salvar la biotecn ología . ¿Y qué hicie-
ron ? Divt1lgar la cien.c ía , es decir, usar como ar-
ma la << biotecnología naranja>>.
GANÓ EL NARANJA
Los profesionales de la biotecnología salieron a
la calle con sus batas blancas (a veces literalmen -
te) participando en charlas con los consumido-
res, debates en medios de comttnicación, joma -
das científicas destinadas al gran pí1blico ... in-
clttso los científicos SLtizos galardonados con Ltn
pren1io Nobel dieron ttna conferencia de prensa
para intentar frenar esta tragedia biotecnológica.
Todos los implicados contaron sus resttltad.os a la
población, SLts utilidades, explicaron las ventajas
e inconvenientes (que ta.m bién los hay) de la bio-
tecnología, rebatieron con argumentos científi-
cos m11chas acusaciones y miedos inftmdados ...
Finalmente, el 7 de junio de 1998 Suiza deci-
dió en referéndum el futuro de la biotecnología.
Los sondeos previos dieron tm vuelco espectacu -
lar en las urnas. La iniciativa popular contra las
manipulaciones genéticas solo fue apoyada por el
33.4 ºlo de los votantes, mientras el 66,6 ºlo de-
cidió dejar abierta la puerta a la ingeniería ge-
nética y a los organismos modificados genética -
mente. La divttlgación científica realizada por los

UNA VEZ QUE LOS RESULTADOS DE LOS ESTUDIOS~:!f.~:~~:~.º"
HAN SIDO PUBLICADOS EN REVISTAS CI ENTIFICA~~'t~
POCAS VECES LLEGAN A LA POBLACIÓN ~;{!E~
especialistas en biotecnología tuvo efecto y hoy
Suiza es tmo de los países eltropeos punteros en
esta imprescindible rama de la ciencia. La biotec-
nología naranja ganó aqt1el referéndum.
La experiencia de Suiza dejó, en mi opinión, cua-
tro importantes lecciones que deberíamos haber
aprendido para el futuro: 1) Cualqttier rama cien-
tífica, diyt lgada COll 1,rig~r J ernpleando l~ he~ra-:­
mientas convenientes, pt1ede ser explicada con
éxito a la población. 2) La sociedad está dispt1esta
a cambiar de opinió.n sobre determinados temas
si se le explica de forma entendible. 3) Los profe-
sionales de cualquier sector deben dedicar par-
te de su tiempo a comt1nicar a la población en
q·ué consiste st1 trabajo ... pero no solo cuando se
vean con el agua al cuello. 4) Los científicos y la
ind.u stria necesitrn ~olal:;>orar1 estrechamente en
beneficib &e la so'c'iedad. 1 1 '
1 1
Desgraciadamente, pasados 24 años de aquel
referéndum no hemos aprendido la lección.
El porce11taje de científicos qt1e divulga la
NUEVO grupo
, bci.i.u 111 cdd~Ofl:
ciencia, aunque cada vez es mayor, es clara-
mente minoritario. La gran mayoría de los in -
vestigadores pasan horas y horas en sus labo-
ratorios investigando en los nuevos avances
de la ciencia. Una vez qtte sus res11ltados han
sido publicados en revistas especializadas po-
cas veces se d ivulgan. Los científicos vuelven
al ,laboratorio y pe puevo coniiE!i?iah nt1evas
investigacione1s. En mi opinión, el verdadero
responsable de esta situación no es el investi-
gador, sino el sistema de reconocimiento de
méritos de la, labor de tin científico, pero eso
1
1es: o.t ra' historia. Por otra parte, la brecha en-
tre la investigación pública y la privada sigt1e
existiendo y eso no es btteno para la sociedad.
Estimados y bien hallados lectores, aprenda-
mos de q ocmrido en Suiza y usemos la ciencia
cón10 herramienta PWª ser.f)iers0n~s libres, en-
tendiendo la libeÍ-tad como la toma de decisio -
nes basadas en el conocimiento y no en mitos o
falsedades ... aún estamos a tiempo. •
 ,\

.•

,
POR JOSE VIOSCA ROS
Doctor en Neurociencias y Bioquímico.
Director Científico en Xpeer
Medica) Education. Autor de El cerebro,
Mentes prodigiosas y Creando el mundo.
> ..
L '
 e la con1putación a la consciencia, Si seguimos troceando el problema, podre-
explicar el cerebro sigt1e siendo el mos trazar cinco de los grandes retos qt1e la net1-
gran reto de la ciencia del siglo XXI. rociencia del presente y del futttro tendrá que ex-
Precisamente, el cerebro es el ór- plicar para poder aseverar qt1e la conquista del
gano para cuyas dolen cias se utiliza cerebro htunano se ha logrado.
una mayor variedad de n1edicamentos, al menos
en el sistema nacional de salud. español, lo qt1e RETO 1: LOS COMPONENTES
r esalta el escaso conocimiento que aún tenemos FUNDAMENTALES DEL CEREBRO
sobre su ftmcionamiento y enfermedades. Ntmca comprenderemos el cerebro humano si
Entendamos sus tareas. La misión del cere- n o entendemos su estructura y composición. En
bro es la interrelación del organismo con su los últimos 150 años hemos avanzado muchísimo
entorno. Para ello, es te órgano despliega un describiendo los principios de su organización
r epertorio d e conduc tas y propiedades des- general gracias a Santiago Ramón y Cajal, quien a
de el m ovimiento a la memoria pasando por la finales del XIX ya reconoció que las netironas son
emoc ión , e l lenguaje o la consciencia. ¿Cómo el principal componente del siste1na nervioso. A
lo consigt1e? Es la gra.i1 pregt1nta. Para inten- los hombros de este gigante, numerosos desct1-
tar responderlo, troceemos el gran problema brimientos han devenido en las décadas siguien-
en preguntas m ás pequeñ as. tes, aunq11e todavía qt1edan muchos detalles cn1 -
¿De qué forma consiguen miles de millon es ciales por conocer sobre la estrt1ctura y los com -
de neuronas trabajar conjuntamente para ge- ponentes fundamentales del sistema nervioso.
n erar el comport a.tniento? ¿De qué manera los En primer lugar , ten em os que compre11der
can1bios en el cerebro condt1cen a la enferme - con tod.o detalle las nloléculas del cerebro. Una
dad? ¿Qué es lo qt1e hace al cerebro humano di- célula es un conglomerado de moléculas (esen-
ferente? Estas son algunas de las gra ndes cues - cialment e proteínas, ácidos nucleicos y azúca-
tiones qt1e la neurociencia tiene que responder , res) rodeado por una capa de lfpidos (grasa) q11e
según la neurocientífica Cara Altimus y otros lo envuelve. A día de hoy , todavía desconoce-
autores qt1e, en 2020, publicaron en The Jour- mos cuál es el conjunto completo de proteínas
nal Of Neizroscience una síntesis de los avanc es qt1e contienen las netironas. Como las proteí-
de la neurociencia en las últimas cinco décadas nas son los principales eject1tores de los proce-
y los hitos previsibles para los próximos años. sos bioquímicos qtte definen lo que tina cél11la
SHlJTTERSTOCK

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es capaz de h acer, aún desconocemos exacta-
mente qt1é es lo qL1e individua lme nte puede ha-
cer cada una de las n euronas del cerebro.
En segundo lt1gar, hay que avanzar mucho en
comprender la composición celular e interco-
nexión dentro de los numerosos grL1pos y estruc -
turas de neuronas que existen en el cerebro. Co-
nocemos centena res de regiones cerebrales que
los neLrrocientíficos han ido cartografiando dt1-
rante décadas como marineros intrépidos esta-
bleciendo un mapa grosso modo de los continen -
tes, países y regiones, pero desconocem os qt1ié -
nes son y qué diversidad hay entre los habitantes
de cada zona. Sabemos qt1e no todas las n eLrronas
son igL1ales. De h echo, sabemos qL1e hay una gran
diversidad neuronal y que ello contribuye de for-
ma crucial al funcionamiento del cerebro, pero
no sabemos ni ct1ántos tipos hay en total (el atlas
celular) ni por qt1é son diferentes.
Una neurona puede distinguirse de otra en su
composición m olectllar exacta y en el patrón de
, ,
LA MISION DEL CEREBRO ES LA INTERRELACION
DEL ORGANISMO CON SU ENTORNO
SHUTTERS100<
conexiones con otras. Las neuronas se conectan
mediante las sinapsis, a través de las ct1ales se en -
vían pequeños paquetes de señales quíntlcas, los
neurotransmisor es, que comunican un mensa-
je en criptado. Un mismo paquete no significa lo
mismo en conexiones entre distintos lugares del
cerebro. Por eso, averiguar el trazado exacto de
las con exiones de todas y cada una de las n etrro-
nas del sistema nervioso (el conectoma) es tam-
bién una parte fundamental del reto de entender
la estructura m aterial del cerebro humano.
RETO 2: LA CONSTRUCCIÓN DEL CEREBRO
Describir cómo se construye un organismo con
miles de millon es de células organizadas en mt'll-
tiples niveles de detallada complejidad es tina
de las grandes aventuras d e la biología en gene -
ral y , por st1puesto, también de la neurociencia.
Explicar el desarrollo embrionario del cer ebro
es, en gran medida, la r espuesta al dilema <<ge-
nes- entorno>>, porque ambos se entrelazan en el
183
S Ht/ITERSTOCK
moldeado del cerebro; igual que en la morfología
final de una escultura se plasma la labor del escttl-
tor (el efecto del entorno) y las características de
lani.ateria t1tilizada (el efecto de los genes).
Sabemos que ya al nacer el cerebro humano y
el de otros mamíferos cuenta con una diversidad
de neuronas importante. La pregunta que se de-
riva inmediatamente es: ¿cómo se genera tal di-
versidad en el desarrollo embrionario? Sabemos
qt1e las netrronas, poco desp11és de nacer, viaja11
den tro del cerebro en un proceso llamado migra-
ción neuronal en el que recorren hasta varios mi-
límetros de distancia. Aterrizadas en s11 posición
final, las jóvenes n euronas comienzan a extender
prolongaciones para establecer sus conexiones
con otras neuronas. Ramas dendríticas y axones
viajan nuevamente distancias maratonianas has -
ta sus dianas correspondientes para, finalmente,
entablar mtütiples contactos (muchos son luego
eliminados). Este es el proceso de poda sináptica
SI EFECTIVAMENTE SE FORMAN NUEVAS
NEURONAS EN EL CEREBRO HUMANO ADULTO, EL
RETO SERÁ SABER SU POTENCIAL TERAPÉUTICO
184
con el que las conexiones en tre neuronas se refi-
nan, quedando solo las que mejor funcionan.
El reto sig11e siendo comprender con todo de -
talle m olec1tlar el proceso exacto de migración y
establecimiento de conexion es sinápticas de cada
uno de los tipos de n euronas del cer ebro, y en-
tender de qt1é forma sus anomalías dan lugar a
enferm edades nemopsiquiátricas como esquizo-
frenia , autismo y discapacidades intelectuales en
las qt1e hay alteraciones en estos procesos.
La migración y el establecimiento de conexio-
n es sinápticas son procesos muy importantes,
pero no son la totalidad de los fenómenos impli-
cados en la construcción del cerebro. Un proce-
so fundamental es el plegado de la corteza cere-
bral, que ha resultado de gran releva11cia en la
evolt1ción hun1ana. Del mismo modo, el origen
mismo de las nemonas, especialmente en el ce-
rebro adulto , sigue siendo un ten1a de debate en
la actu alidad. Hasta los años 80 se pensaba qt1e

todas las neuronas del cerebro ht1mano adttlto se
formaban antes de nacer. Sin embargo, investi-
gaciones recientes, como las de la neurocientífi-
ca española María Llorens-Martín, apuntan a que
efectivamente se forman nuevas neuronas en el
cerebro humano adulto. De ser así, el reto de cara
al futt1ro es determinar si la generación de nuevas
neuronas en el cerebro adulto pudiera tener t1n
potencial terapéutico en patologías caracteriza-
das por la neurodegeneración o mt1erte netironal.
RETO 3: LA COMPUTACIÓN EN EL SISTEMA
NERVIOSO
Si los retos 1 y 2 tratan de explicar la estructu-
ra y la construcción del cerebro, este consiste en
entender el funcionamiento básico de sus com-
ponentes fundan1entales, lo cual nos lleva a la
cuestión fundamental de la computación y la co-
dif1cación de inforn1ación en el sisten1a nervioso.
Efectivamente, las neuronas son procesadores
de señales. Reciben mensajes de entrada (neu-
rotransmisores qtte les llegan de otras net1ro-
nas) qt1e son integrados / procesados para enlitir
mensajes de salida (neurotransmisores qt1e libe-
ran sobre otras neuronas) dando tina respt1esta
determinada. A nlenudo, para explicar la com-
putación, se t1tiliza el paralelismo entre cerebro
SHVTTERSTOCK
y ordenador, qt1e es útil, pero tiene sus limita-
ciones. Sabemos que un transistor de silíceo en
t1n ordenador puede actuar básican1ente como
interruptor o como amplificador de señales,
como las neuronas. Pero no sabemos qué otras
actividades computacionales llevan a cabo las
neuronas. Seguimos sin entender ct1ál es la caja
de herramientas de computación neuronal.
Por otra parte, aún no comprendemos com-
pletamente la codificación de infom1ación en el
sistema nervioso. ¿Cuál es el significado, qt1é in-
formación contienen, los impulsos nerviosos que
descargan las netrronas? Así como las net1ronas
sensoriales de los órganos de los sentidos codifi-
can información del entorno (luz, contraste, fre-
ct1encia de sonido, etc.) o las nellronas motoras
codifican instrucciones qt1e mueven los músct1los
del cuerpo, la inforn1ación contenida en la acti-
vidad de las net1ronas en regiones profundas d.el
cerebro es más abstracta y enigmática.
A mentido, distintos tipos de neltronas mt1es-
tran patrones de descarga peculiares que cam-
bian dinámicamente en ft1nción del contexto y
la situación previa. Hay neuronas que descargan
potenciales de acción aislados, otras que descar-
gan ráfagas, algunas descargan con nlayor o nle-
nor frecuencia. Todo este repertorio sugiere un
185
 UNA NEURONA MULTIPOLAR
(EJEMPLO: NEURONA MOTORA ESPINAL)
NÚCLEO
CON NUCLÉOLO - - - - .
~---------
_,__ _ _ _ _ _ _ _ CUERPOS DE NISS L
ZONA DE ACTIVACIÓN
1- - - - - -
MONTÍCULO DEL AXÓN
- - -- - NÚCLEO
SEGMENTO
I NICIAL
L.----
DIRECCIÓN DE
TRANSM ISIÓN DE LA SEÑAL
<<lenguaje neuronal>> que hay que descifrar. El
reto es comprender exactamente cuál es el con-
tenido de información de cada uno de esos im-
pttlsos nerviosos y patrones de descarga e11 cada
momento, situación y con1portamiento.
RETO 4: DE LAS NEURONAS AL
COMPORTAMIENTO
Comprender la estructtrra y el funcionamien -
to ese ncial d.e las células del sistema nervioso
de manera aislada no es stlÍlcien te para expli-
car el cerebro . Las neuronas no acttian solas, se
coordinan en la ejecución del comportamiento.
Ct1ando t1n animal se mueve, miles o decenas
de miles de neuronas se activan de forma sin-
cronizada para generar dicho movimiento. El
reto, pues, es saber cuáles son y comprender
cómo se coordinan esas n euronas.
186
DENDRITAS
/
NEUROFlBRILLAS
CÉLULA DE SCHWANN
VAINA DE MIELINA
NODO DE RANVIER
Las jóvenes neuronas
extienden
prolongaciones para
establecer
•
conexiones
con otras neuronas.
Ramas dendríaticas
..
y axones viaJan para
entablar múltiples
contactos.
Hasta hace poco, solo podían1os analizar tina
o pocas neuronas mientras tm animal exhibe t1n
comportamiento y tampoco podíamos saber la
identidad exacta de esas neuronas, pero el pan o-
rama está cambiando a marchas forzadas, gra-
cias a la irrupción de nuevas tecnologías como la
optogenética, que permite modular la actividad
de neuronas con una precisión sin precedentes.
Con esta técnica, en los últimos 15 años se han
ido diseccionando los circuitos neuronales im-
plicados en nlúltiples conductas. Aden1ás, re -
cientemente, por primera vez, se ha utilizado en
humanos logrando qt1e una persona qt1e padece
una ceguera congénita recupere la visió11, res-
tableciendo la capacidad de su retina de enviar
señales vist1ales h acia el cerebro.
Con1binando esta capacidad de perturbar la
actividad n euronal con nuevas tecnologías para

EL MAYOR RETO ES EXPLICAR COMO SURGE LA
CONSCIENCIA HUMANA Y LO QUE SE DENOMINA
EL PROBLEMA DURO DE LA CONSCIENCIA
monitorizar la actividad de múltiples neuronas,
estam os empezando a establecer los circltitos
exactos que median conductas concretas. El reto
siguiente es ir más allá de la visión y otras funcio-
nes sensoriales o motoras para adentramos en las
profundidades del cerebro. Queda pendiente ex-
plicar la maquinaria responsable de las intimida-
des de la mente hlm1ana, sobre todo de los aspec-
tos que más nos diferencian de otros animales.
Para comprender el cerebro humano, ten-
dremos que descubrir los circwtos exactos que
m edian e l lengtLaje humano y SlL aprendizaje.
Con esta información, probablemente sea po-
sible potenciar estos mecanism os y corregirlos
en disflmciones del lengt1aje , incllLSO, diseñar
interfaces cerebro-ordenador q11e permitan co-
municarse de manera más eficaz a person as que
han ql1edado completam ente inmovilizadas por
enfermedades neurodegenerativas. De hecho,
ya se ha logrado que personas inmovilizadas por
esclerosis lateral amiotrófica t engan coml1nica-
ciones básicas mediante dispositivos que leen la
activ idad cerebral en áreas sensorirnotoras y en
la corteza prefrontal.
También tendremos que esclarecer otras pecu-
liaridades del comportamiento humano como la
capacidad de viajar mentalmente en el tiempo,
una de las propiedades distintivas de la memoria
episódica humana. Cuando recordamos el primer
"
beso, el nacimiento de un hijo o la graduación en
la t1niversidad, el ser humano es capaz de evocar
subjetivamente el lugar y el instante en el que su-
cedieron esos eventos. Se sabe que esta capacidad
de viajar mentalmente en el tiempo depende de
lma región del cerebro llamada el lóbltlo tempo -
ral medial que contiene el hipocampo, una es-
tru.c tura importante en distintos aspectos de la
nlem oria en humanos y otros animales. Sin em-
bargo, al igual que en otros procesos cerebrales,
quedan ml1chos detalles por esclarecer sobre los
actores celltlares y moleculares implicados. Com -
prenderlo bien es un objetivo de ft1turo que po-
dría traer consecuencias clínicas en el abordaje de
enfermedades en las que la nlemoria se deteriora.
Pero quizá el mayor reto sea explicar cómo sur-
ge la consciencia humana y lo que se denomina el
problem a dl1ro de la com ciencia. ¿De q·u é forma,
de una materia tangible y concreta (el tejido ner-
vioso), emerge la aparentemente intangible sus -
tancia de la nlente y la consciencia? El gran deba-
te es si la consciencia es la stlffia de las partes que
lo componen o l1na propiedad emergente. Para
algunos autores, explicar la consciencia es llna
cuestión de explicar los mecanismos de todos los
fenómenos mentales implicados (procesos aten-
cionales, toma de decision es, m em oria episódica,
etc.). Para otros alttores, explicar esas partes de
la consciencia representa el problema <<fácil>>.

La singularidad anatómica del cerebro humano

racias a los pliegues que tenemos en la corteza cerebral, el cerebro del ser humano es ca-
G paz de empaquetar una cantidad mayor de neuronas por unidad de volumen. lo que permite
aumentar el número de co nexiones entre neuronas y confiere una mayor capacidad de compu-
tación de este órgano. ¿Cómo surgen estos pliegues? Se piensa que en el desarrollo embrio-
nario las neuronas en los puntos de giro de la corteza se dividen asimétricamente. acumulando
célu las en la parte más d istal y dando lugar a una tensión que provoca el pliegue del cerebro.
Recientemente, diversas investigaciones y ensayos han demostrado que hay dos genes que
se encargan de suprimir la aparición de pliegues en el cerebro de los ratones. Científicos de
Estados Unidos, China y Corea, países líderes en este tipo de investigaciones, han logrado con
éxito obtener experimen talmente ratones que muestran pliegues en la corteza mediante la in-
hibición de estos dos g en es, denominados Neurog2 y Ascll .

187
 Según esta visión, tina vez rest1eltos los problemas
fáciles todavía no se habrá explicado la conscien-
cia porqt1e la experiencia consciente es más qt1e
la suma de sus partes y, por tanto, es irreductible.
RETO 5: MÁS ALLÁ DE LAS NEURONAS
Hasta allora solo hemos hablado de neuronas,
pero el sistema nervioso no solo está compt1es-
to de netironas. El segundo gran componente
celular, y de hecho tan abundante, son las cé-
lttlas de la Glía. Se encuentran entremezcladas
con las net1ronas y, aunque tradicionaln1ente se
había considerado qt1e realizaban una función
secundaria (de soporte estn1ctural, nutricional
y protección a las neuronas), investigaciones
recientes están revelando qt1e desempeñan fun-
ciones importantes en la respuesta inmunológica
a infecciones, en la n1aduración de los circuitos
neuronales (en el proceso de poda sináptica qt1e
contribuye al refinamiento de las conexiones) y
también modulando directamente la transmisión
sináptica entre netrronas. Así pues, estas célttlas
también deben considerarse como actores prin-
cipales del sistema nervioso, p ero su papel exacto
es aún m enos conocido que el d.e las nettronas.
Por otro lado, hay células qt1e inclt1so sin estar
localizadas en el cerebro, e incluso sin ser célu -
las humanas, podrían tener influencias impor-
tantes sobre este órgano. Se trata de las bacterias
qt1e viven en el intestino, la llamada microbiota
intestinal que, a través del llan1ado eje intestino-
cerebro, podrían tener un papel inlportante en el
origen de diferentes enfermedades neurológicas.
De entre todas , su implicación en la enfermedad
de Parkinson está cobrando pulsión en años re-
cientes. Se ha descubierto que una alteración de
la microbiota intestinal precede al inicio de sínto-
m as motores en esta enfermedad, proponiéndose
que de algún modo los metabolitos liberados por
las bacterias intestinales podrían influir en el ce-
r ebro e iniciar los procesos neurodegenerativos.
No obstante, la con exión exacta es poco conocida
y queda como reto pendiente por describir.
OTROS RETOS
Explicar la cotidianeidad del cerebro es un paso
necesario. No podemos olvidarnos de sus enfer -
m edades: comprender el origen y las catisas, en-
tender sus factores de riesgo y logr ar tratamien-
tos y programas de preve11ción eficaces y segtiros
son grandes retos pendientes en la mayoría de
los casos. Será también importante comprender
ct1áles son los umbrales que separan lo normal de
lo patológico y reconocer la diversidad que existe
dentro de la categoría de lo normal, para evitar
188
el sobretratamiento como el infradiagnóstico que
tanto perjt1icio causan hoy. Para que los benefi-
cios de la investigación alcancen al conjt1nto de
la humanidad será importante m ejorar la inclLL -
sividad y represen tatividad de los sujetos de las
investigaciones, acogiendo, adem ás de varones
cat1cásicos, mujeres y otros gn1pos. Metodológi-
can1ente, h ay que mejorar la reproducibilidad de
los resultados de investigación para qt1e la disci-
plina avance sobre premisas sólidas.
A m edida que se democraticen los dispositivos
para la intervención y monitorización de la acti -
vidad cerebral, serán necesarias regt1laciones o
neuro-d.e rechos qt1e eviten el uso abt1sivo de los
datos cerebrales, como propone el net1rocientí-
fico Rafael Yt1ste. Comprender el origen cerebral
de las conductas socialn1ente reprobables tendrá
consecuencias sobre la concepción legal de la cttl-
pabilidad o la inocencia ante hechos delictivos.
Será un reto integrar los hallazgos de la neuro -
ciencia en el marco regulador tanto en lo penal
con10 en otros dominios de la jt1sticia y la ley.
En otras dimensiones de la sociedad, se antici-
pa que la n eurociencia revolt1cionará la concep-
ción y el ejercicio de la econ on1ía. Desde la lla-
mada neuroeconomía hasta el neuromarketing,
comprender el cerebro permitirá afinar la ma -
n era en q11e las empresas venden sus productos
y tienen éxito comercial.
lCOMPRENDEREMOS EL CEREBRO?
Es imposible a priori saber si algún día com-
prenderemos el cerebro humano en su totalidad.
Lo que sí podemos afirmar es que el intento de
explicarlo está garantizado porque la ctiriosidad
humana es imparable y porque abordar las en-
fermedades devastadoras que lo adolecen es 1u1a
necesidad apremiante.
Hace pocas semanas, en Twitter, una neu-
rocientífica de la Universidad de Harvard bro-
meaba con Lln meme en e l qt1e aparecía un co-
n ocido presidente colgando tina medalla a otra
persona cuyo rostro también era el del propio
presiden te. El texto rezaba: <<Yo, hablando de
la importancia del cerebro humano >> . Un neu-
rocientífico es, al fin y al cabo, un cerebro ht1 -
mano habla ndo de sí mismo, de su propia com -
plejidad. Es la paradoja del neuro- n arcisismo,
que nos enseña a reconocer tanto la importan-
cia como los pro pios sesgos de nuestro cerebro
humano. ¿Comprenderemos e l cer ebro huma-
no ? Seguramente , más importante que obtener
una respuesta afirmativa serán los nt1merosos
hallazgos interesantes q11e con toda probabili-
da d se descubrirán en el camino. •
 Se presupohe-~ue ·,
conocer los
mecanismos cerebrales
del aprendizaje
permitirá optimizar la
m~l\era en qtte se
organizan e imparten
las clases pa ra
maximizar el
aprendizaje en Las
escuelas, universidades
y otros cpqtextos
instruccionales. Es
todo un reto
determinar hasta qué
punto La neurociencia
informará o moldeará
1\ la educqción.

NUEVO grupo

LAS BACTERIAS DEL INTESTINO (MICROBIOTA), SI~=~~~~~eon

, bc:.lllU 111 COIU90 Qll:

SER CELULAS HUMANAS NI ESTAR EN EL CEREBR~.t:~4.:~

PODRÍAN TENER GRAN INFLUENCIA EN ESTE ~1ril~

189

Acuifero: formación geológica subterránea
con capacidad de almacenamiento y circula-
ción de agua.
Aerosoles: conjunto de partículas sólidas o
líquidas con un tamaño de entre 0.01 y 10
µm que se mantienen en suspensión en el
aire horas o días. Pueden tener origen natu-
ral o antropogénico e influir sobre el clima
directamente, dispersando y absorbiendo ra-
diación, o indirectamente, actuando como
núcleos de condensación sobre los que se
forman las nubes o modificando las propie-
dades ópticas y la persistencia de las nubes.
•
Agujero negro: un lugar en el espacio del
que la materia y la luz no se pueden escapar
si caen dentro.
Anoxia: carencia de oxígeno.
Asimetria fluctuante: falta de simetña
en caracteres presentes en ambos lados del
cuerpo de organismos bilaterales que puede
aparecer en ambos sentidos en distintos in-
dividuos (Lado izquierdo o derecho más de-
sarrollado) y que puede deberse a problemas
durante el desarrollo. Es indicador posible
del estado de conservación de poblaciones,
mayores niveles indicarían un peor estado
de conservación.
Asteroide: rocas que flotan en el espacio .
Algunas son del tamaño de una camioneta.
Otras se extienden por cientos de millas.
•
Atmósfera: los gases unidos mediante la
fuerza de gravedad alrededor de la Tierra y
de otros planetas. «Atmósfera» también se
puede utilizar para referirse a los gases alre-
dedor de las estrellas.
#
Atomo: el elemento básico que compone la
- materia. Está compuesto de protones, neu-
trones y electrones. Existen diferentes tipos
190
•
de átomos. Por ejemplo, el átomo más simple
compuesto de un protón y un electrón es un
átomo de hidrógeno. Un átomo con seis pro-
tones, seis neutrones y seis electrones es un
átomo de carbono.
Aurora austral: resplandores brillantes y
bandas luminosas que aparecen en el cielo
durante la noche, cerca del Polo Sur. Tam-
bién se las denomina Las luces del sur.
Aurora boreal: resplandores brillantes y
bandas luminosas que aparecen en el cielo
durante la noche, cerca del Polo Norte. Tam-
bién se las denomina Las luces del norte.
Balance de carbono: resultado neto de las
pérdidas (principalmente por respiración) y
ganancias (generalmente por fotosíntesis) de
carbono en un sistema.
Balance hidrico: cuantificación de entra-
das y salidas de agua en un ecosistema. Las
entradas proceden de la lluvia y de los apor-
tes desde otros ambientes próximos y desde
el acuífero subterráneo. Las salidas tienen
lugar por evaporación, transpiración de La
vegetación e infiltración en el suelo o en el
sedimento. La diferencia entre entradas y sa-
lidas es el almacenamiento de agua en el
ecosistema.
Biodiésel: éster que se obtiene por la reac-
ción de un alcohol, metílico o etílico, con
los ácidos grasos procedentes de La hidrólisis
de los triglicéridos, de los aceites vegetales
o de grasas animales y en presencia de un
catalizador.
Biodiversidad: término que hace referencia
a la variabilidad de organismos (comúnmente
especies, pero también variedades dentro de
Las especies) que habitan un territorio.
Biomasas: materia orgánica originada
en un proceso biológico, espontáneo o pro-
vocado, que se puede emplear como fuente
directa o indirecta de energía.

Biosfera: la parte del sistema terrestre que
comprende todos los ecosistemas y organis-
mos vivientes en la atmósfera, sobre el sue-
lo (terrestre) o en los océanos (marino).
Biotopo: espacio geográfico con unas con-
diciones ambientales determinadas (suelo,
agua, atmósfera, etc.) para el desarrollo de
ciertas especies animales y vegetales.
Cambio global: conjunto de las alteracio-
nes producidas en los ecosistemas por las
actividades humanas. Incluye procesos como
la contaminación atmosférica, la extracción
de recursos -pesca, caza-, la alteración
de la biodiversidad, la desaparición y frag-
mentación de los hábitats, etc.
Cárstico: paisaje producido predominante-
mente por disolución de la roca por el agua.
Los paisajes cársticos más abundantes son
los calizos, pero también puede haberlos
yesíferos.
Campo magnético: el espacio alrededor
de un imán en donde la fuerza magnética se
encuentra activa. La Tierra posee un campo
•
magnético y su extensión hacia el espacio
ayuda a protegernos del clima espacial.
Cinturón de Kuiper: un anillo en forma
• de dona, con objetos helados que sobrepa-
san la órbita de Neptuno. Plutón es el más
conocido de estos mundos helados.
Clima: es el tiempo meteorológico prome-
dio, aunque de forma algo más rigurosa se
define como la descripción estadística me-
diante el promedio y la variabilidad de can-
tidades relevantes a lo largo de un periodo
temporal que puede ser de meses o de miles
de años. El periodo clásico es de 30 años,
•
como establece la Organización Meteorológi-
ca Mundial. Estas cantidades relevantes son
en su mayoría variables atmosféricas cerca
de la superficie, como la temperatura,
la precipitación y el viento. El clima en un
sentido amplio es el estado del sistema cli-
•
mático descrito de forma estadística.
Cometa: una roca helada que libera gas y
polvo, que puede formar colas cuando vuela
cerca de un sol.
Contaminación difusa: es la contamina-
ción que no llega a un ecosistema por luga-
res bien localizados. Suele estar producida
por las actividades agrícolas.
Cuásar: área compacta en el centro de una
galaxia masiva que se encuentra alrededor de
un agujero negro supermasivo. Es uno de los
objetos más brillantes del universo y se los
..
puede observar a través de todo el espectro
electromagnético.
Deriva genética: proceso genético por el
cual tiene lugar la variación casual de deter-
minadas frecuencias de genes. Esta varia-
ción, en ocasiones, puede causar la extin-
ción de una especie, lo cual es un simple
producto del azar.
Ecotono: es la zona ñsica donde coinciden
dos sistemas biológicos colindantes, la fron-
tera que une dos ecosistemas (donde los or-
ganismos vivos interactúan entre sí y con el
medio físico que les rodea) diferentes. Es un
límite natural formado al entrar en contacto
dos fronteras ecológicas y, por tanto, la ri-
queza biológica es incalculable.
Exoplaneta: es un planeta que flota libre-
mente entre las estrellas o que orbita una
estrella por fuera de nuestro sistema solar.
•
Incertidumbre: una expresión del grado de
desconocimiento de un valor como, por
ejemplo, el futuro estado del sistema climá-
tico. Puede ser el resultado de una falta de
.. 191
•
•
información o de un desacuerdo sobre lo
que se conoce o puede conocerse. Puede ha-
ber muchos tipos de fuentes de incertidum-
bre, desde los errores cuantificables en los
datos observados a los conceptos ambigua-
mente definidos o incertidumbres en las
proyecciones del comportamiento humano.
Litosfera: es la capa más superficial de la
Tierra sólida, tanto continental como oceá-
nica, es decir, la más rígida y externa de to-
das. Está formada por la corteza terrestre y
la capa superior del manto terrestre y es la
superficie más fría del planeta sobre la que
habitan todos los seres vivos.
Molécula: es la unidad más pequeña de
una sustancia que conserva las propiedades
de la sustancia principal. Puede ser un áto-
mo individual o un grupo de átomos. El
agua es una sustancia y una molécula de
agua está compuesta de dos átomos de hi-
drógeno y uno de oxígeno. Conserva las
propiedades de un vaso de agua, pero si la
divides en hidrógeno y oxígeno, deja de ser
agua.
Movimientos tectónicos: son los grandes
desplazamientos de la corteza terrestre.
Crean cadenas montañosas, fosas de aguas
profundas, volcanes y terremotos, que pue-
den provocar tsunamis destructivos.
Planeta enano: es aquel cuerpo celeste
que está en órbita alrededor de una estrella
(como el Sol) y que tiene suficiente masa
para que su propia gravedad haya superado
la fuerza de un cuerpo rígido, de manera
que adquiere un equilibrio hidrostático (for-
ma casi esférica). A diferencia de los plane-
tas, no puede despejar su camino alrededor
del Sol (otros objetos orbitan casi a la mis-
ma distancia). Es mucho más pequeño que
un planeta, pero no es un satélite de un
planeta u otro cuerpo no estelar.
•
Radiación: es la emisión, propagación y
transferencia de energía en cualquier medio
en forma de ondas electromagnéticas o par-
tículas. Es la energía o partículas que se li-
beran de fuentes como materiales radioacti-
vos, explosiones y reacciones químicas. Esto
incluye las ondas de energía en el espectro
electromagnético.
Satélite: es un objeto celeste que gira alre-
dedor de otro objeto, por ejemplo, la Luna.
También pueden ser las naves espaciales
construidas por humanos que orbitan la Tie-
rra, otros planetas, lunas, asteroides u otros
objetos que se encuentran en el espacio.
Supernova: término acuñado por Walter Ba-
ade y Fritz Zwicky en 1931 para denominar la
explosión de una estrella que resulta ser tan
brillante como toda una galaxia. Este evento
astronómico ocurre durante las últimas eta-
pas evolutivas de una estrella masiva o cuan-
do una enana blanca se desencadena en una
fusión nuclear descontrolada.
Ultravioleta: se trata de la radiación cuya
longitud de onda es menor que la de la luz
visible pero mayor que la de los rayos X, es
decir, varía entre los 400 y 100 nm. Las on-
das son más cortas que la luz violeta. La
fuente más habitual de radiación ultravioleta
es el Sol, aunque también se puede conse-
guir artificialmente mediante lámparas UV.
•
•
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