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LYS8 ae DT. 182 ee DOCUMENTO DE TRABAJO FLACSO PROGRAMA FLACSO-SANTIAGO DE CHILE c N° 182, junio, 1983. a “OR Fu; too SANTIAGO 7 éREVOLUCION 0 RUPTURA PACTADA? NORBERT LECHNER Trabajo elaborado dentro del proyecto sobre "la reorganizacién denceratica de la politica en Chile" y presentado al simposio Gaminos de la democracia en América Latina, organizado por la Fundacién Pablo Iglesias en Madrid, 30 de mayo - 5 de junio de 1983. 2 la en se en de Esta Serie de Documentos es editada por el Programa de Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO), Santiago de Chile. Las opiniones que en los documentos presentan, asi como los an4lisis e interpretaciones que ellos se contienen, son de la responsabilidad exclusiva sus autores y no refleja necesariamente los puntos de vista de la Facultad. RESUMEN Se trata de una versién revisada.de "orden y ruptura” (faterial de Discusién N° 42) que trata de impulsar la orf- tica al concepto marxista de revolucién hacia una nueva concepeién de las transformaciones sociales. ob etext auosid sb Lebversé? orden y ruptura. ~ Cualquier andlisis de 1a actual realidad latinoamerica- na constata una situacién de crisis. Hablo de crisis para destacar el estado de descontento: se deja de tomar el esta- do de cosas existente por un orden normal y natural. .Un, pri lado. Recién cuando choca con la muralla percibe los 1imi- nero que siempre camina en cfrculo no se sabe encarce- tes impuestos y, a la vez, ya log.trasciende. Atin no esta libre, pero experimenta la existencia de la libertad.. ¥ aut surge el problema que me interesa tratar. No basta el des- contento con la realidad existente; falta determinar la supe- racién de los limites dados. Encontrar no sélo una salida sino una solucién al desorden presente. Después de Marx, hablar de crisis es hablar de 1a revo- lucién... El desarrollo-capitalista mostraria a través de sus contradicciones cada vez m&s agudas su incapacidad de asegurar la reproduccién material de las sociedades y, por tanto, plantearia la necesidad de una revolucién socialista. En efecto, el agotamiento y la inviabilidad del capitalismo en América Latina fue hasta los comienzos de la década pasa- da la tesig predominante en las izquierdas latinoamericanas. En consecuencia, el desarrollo de los conflictos sociales, incluso en,sociedades de capitalizaci6n temprana como Argen- tina_o Chile, era interpretado a la luz de ia revolucién Lo ors ToL Hoy, en cambio, .ge distinguen nitidamente dos, corrien- tes de interpretacién. Mientras que la realidad controame- ricana sigue siendo enfocada en una perspectiva revolucionaria, los procesos en el Cono Sur de la regién tienen como referen- te a la democracia. La diferencia se basa en las distintas condiciones scciales de los paises y, por ende, en las diver- sas experiencias colectivas. Sin embargo, las diferentes op- ciones polfticas fio’se refieréh sdlamente a condiciones ‘empi- vicas. El debate estratégico remite a concepciones de a’ po" Lfticd que ‘conviene aclarar. Bentro dé e8e procesd ‘ae'¢iari= ficacién y renovacién dd tos médelos ‘cdneeptualés con los” ~* cuales Pensatids el Estado 'y 1d polftica’ di nuestros patsés quiero revisar el concepto marxista de revolucién. Y ‘conci= bo esta revisién‘crftica domo 1a’ forma m&$ adecuada dé ‘dénme- morar a Karl Marx en el centenapic de su''mlerte. ue Resumiends mi réflexién, afirmarta’qué das ‘ai! cultadés™ con el concepto marxista dé révolucién’ provienen dé una ar! ticulacién insatisfactoria “éntrle raz6n técnica y vazén prad- tica. Marx privilegia la razén técnica; énfasis que lo con- duce -en la tradicién de 1789- a una conéepéién instrumental de la revolucién (en'tanto recuperacién o*anticipacién de uh desarrollo social ‘objetivamente determinado - aunque sé1o previsible en sus tenaencias). i el io del orden impuésto"éomo una cuestién Enfocah un c técnica no es problem4tico en la medida eh que exista‘un acuerdo sobte Ios objetivos sociales.’ Und ‘Vez fijados los objetivos, fa transformacién sociai “dépendé dé una decisién estratégica de Acuerdo a régids téénicks (rationalidad for= sébré ‘el orden esta. mal). En ambio, cuandd el descéntdrite blecido no conlieva un consenso sobre el orden futuro, a teorfa ‘matxiana de 1a revolucién ‘és inadecuada.” Y no porque no tenga Vigencia plantear una ruptura con el estado de co- sad existente. No se trata de "revolucién o reforma".’ ‘Son necesarios cambios radicales, y muchos. Pero las rupturas con el orden ‘impuesto no se deducen de éste. Significan decisiones sobre los objetivos de la sociedad futura y éstas suponen la elaboracién (conflictiva) de una voluntad colec- tiva que ha de ser legitimada. Respecto a tal determinacién social del orden futuro la teorizacién de Marx ‘resulta insu- Soe * ficiente. Expondré brevemente dos objeciones “/ Teorfa marxista de la historia: continuidad y discon. tinuidad. Con el auge del mundo capitalista la reproduccién mate~ rial de la sociedad deviene el tema central de las teorfas sociales. Pero hay, desde luego, distinto modos de temati- zarla. De acuerdo a los viejos y nuevos liberales "debemos deshacernos de la ilusién de que podemos crear deliberada- mente el futuro de la humanidad" *"/ Fpente a la ofensiva neo-conservadora, recaleo el punto de partida de Marx! ‘son los hombres quienes producen -bajo determinadas circunstan“ cias histéricas- el orden social. S6lo en esta perspectiva* 4/ Me apoyo preferentemente en Dietrich Bohler: Entwicklungsproblene “und Entwicklungsschwellen der praxtischen Vernunft, en Praktische Philosophie, Fischer-Verlag 1980; y Gyorgy Markus: Die Welt mens- chlicher Objekte, en Honneth-Jarggi (eds.): Arbeit, Handlung, Non nativitat; Sunrkamp-Verlag 1980. 48/ Titiedrich Hayek: El ideal demoenético’y 1a contencién.del’ poder, en Estudics Piblicos 1, Santiago de Chile.1980, p.. 75.3) 2 5.1 tiene sentido la tarea que,nos planteamog; contruir un nue-. vo orden, secial. ;Asumiendo el enfoque de Marx cabe preguntarse, sin em- bargo,.si.eu "paradigma de la produccién materiai" nos permi. te reflexionar..adecuadamente, 1a construecién de un orden al- ternativo. al capitalista.; En otras.palabras: si la repro- duceién-material,de la sociedad es. un producto: histérico-so- cial que no obedece ala auteridad, automatica e impersonal, del mercado icémo concebir la determinacién del ordenamiento de la sociedad por la voluntad humana? El enfoque de Marx apunta a la superacién del capitalis- mo-como-un futuro determinado y, a la vez, elegido. £1 in- terrogante es ieémo se articulan continuidad y discontinwi- dad en la historia? Conocemos Ja formulacién cldsica en el Prélogo.de 1859 donde afirma que la humanidad siempre se plantea sélo aque- lias tareas que puede resolver puesto que, bien.visto, la tarea s6lo surge donde las condiciones materiales de su so- lucién estén ya dadas o, al menos, generéndose. La revolu- cién social -la abolicién del capital- no es pues un mero acto de voluntad; depende de requisites materiales. En es- te sentidos el presente determina el futuro posible como una continuidad del desarrollo ‘histérico ya aleanzado. . Pero. idetermina el preseiite qué tarea.se ha de plantear? La evo- luciénabre pérmanentenente:iopeianes diferentes, exigiendo una eleccién. Los‘Hombres se¥ecéidiiin :las -tareas. que-se plan- tean y esta seleccién involucra criterios éticos que justifi- que una opcién como "mejor" que otra «Masy ‘puede* (aparentamente) penunciar a una justifica- cién Stica dé la revolucién’ porque deriva el deber ser de una concepcién teleolégica del dominio’de la naturaleza ex- terna y délidesarrollo dela historiavhumana de modo:que"Pa~ z6n técnica ly’raz6n prictica:coinciden y armonizan respecto al objetivo final. La historia:esivisualizada como un pro- greso_ basado en el desarrollo de las fuerzas productivas Cineluyendo al movimiento obrero), La liberacién del traba- jo aparece entonces como la continya:expansi6n y universali- zacién de una esencia que va superandorsus diversas formas sociales hasta no ser m4s que su contenido material. Es de~ cir, el desarrollo de las fuerzas productivas conllevaria sus propios criterios de verdad que permitirian definir cué- les relaciones de produccién son retrasadas u obsoletas. Por consiguiente, la revolucién no>responderfa a una necesi- dad moral respecto a un "deber ser”. socialmente legitimado sino que obedecerfa a una necesidad’determinada por un pro- ceso casi-natural (naturhafter: Prozess). Si bien Marx no afirma explicitamente una "necesidad nte el momento de continuidad histérica", enfatize notoriar por sobre la discontinuidad. Su teorfa de la historia sub- én intrinsecos al desarrollo valora los procesos de decis: de las fuerdds productivas. Por un lado, 1a apropiacién qué Lleva-a cabo toda sociedad de las fases previas de desa- ‘¥réTlo no'es una acumiacién lineal sino una seleccién.;: Se- ecciér que remite, porotra parte sal futuro deseado. .Aho- va''bien, para poder -raflexionar :lo:deseado hemos.de -referin- ‘fos 4 la utopia. CY piosenek soasisn a Marx se opone a la utopfa, reivindicando su realizacién. Critica el postuiado de "libertad, igualdad y fraternidad” como una ilusién compensatoria, creada y requerida por el or- den burgués, Abandonar esa ilusién implica superar la pro-» duccién capitalista de mercancias. Es decir, superar ba ilu- sién (la filosofia), realizdndola. El racioninio es problem&tico, pues supone que,el. postu- lado universal de la utopfa seria una universalidad real. Y por ser realmente universal estarfa asegurado el consenso objetivo en:torno de la utopia. Dicho negativamente: no ha- brfa una.lucha, entre utopfas opuestas, pues sélo una puede ser universal y; por tanto, capaz de obtener consenso. . Anti- cipando ese consenso, Marx afirma una comunalidad de, fines. Con lo cual la aproximacién o “transicién" hacia esa meta ob- jetiva deviene una yesti6n técnica. Leyendo la unidad de la historia a partir de una finalidad dada, la seleccién en- tre las posibilidades presentes obedece a reglas técnicas cAlculo racional de los medios acordes a un fin determinado de antemano. _ Esa es -la falacia del "socialismo real" como también del.autoritarismo burocr4tico en América Latin: suponer, que los objetivos de la sociedad son o fines naturales o metas objetivamente dadas y, en consecuencia, decidir los ,medios segiin una estricta racionalidad formal. Ahora bien, este ti- po de racionalidad (raz6n técnica), remite al gobierno de los expertos, tecnécratas. En efecto, si los qbjetives sociales. no son materia de elaboracién colectiva, entonces. toda dis;, cusién piblica es supérflua. AGn mis: habria que impedir que un piblico inexperto interfiera en las decisiones técnicas. Teoria marxista de la sociedad: conciencia y ciencia Frente al car&cter afirmativo de 1a Revolucién France- sa, Marx renueva la concepeién subversiva de la revolucié transformacién radical del orden establecido en tanto orden injusto. Tal concepeién implica, en primer lugar, un an4li. ‘sis del orden existente. 9 sea, supone una teorfa de la re- volucién desarrollada como teorfa critica.de la sociedad, Esta tiene que, mostrar, en segundo lugar, que la actividad humana puede cambiar las condiciones sociales. Ello requie- re una toma de conciencia en tanto conciencia de la praxis existente.. ‘Como. tal, sin, embargo, es un resultado del pre- sente proceso social. Si 1g teoria es un producto histéri- 005 condicionado por las condiciones existentes, icémo puede definir.su transformacién radical? .... ~ Frente -al dilema entre un historicismo radical y la, puptura radical Marx reivindica la revolucién como una exi- gencia de la razén prictica: "a partir de las formas pro- pias de la realidad existente desarrollar la verdadera rea- lidad en cuanto deber y objetivo final" */, Es decir, la revolucién apunta a una verdad por hacer...Esa verdad por hacer deviene el supuesto a priori de la neflexién te6rica. Marx, lo introduce en tanto "imperativo categérico de revolu- eionar ‘todas las relaciones en que el hombres es.un ser hu- millado;isojuzgado, abandonade y despreciado" —~’ #/ “Carta a Ruge de septiembre de°xs43{ MEW I, 345. Ray Introduccién a la Critica dela Filosofia del Derecho de Hegel; MEW I, 385, ae Toda teorfa se apoya en.tales premisas que rduson ni absolutas ni arbitrarias ni una regresién infinita a una Giltima instancia. Se trata de‘normas fundamentadas:y’ just: ficadas en determinada situacién hist6ricay visto asf, po» ‘demos entender la emancipacién’ social como lat premisa valé+ pica de la teorfa farxiana (como lo es el principio de la unidad y ‘armonfa de lanaturaleza para la‘ teorfa de Einstein). Se trata ~en-palabras de Habermas- de un diterés-gufa. que drienta'‘al conocimiento, pero que 1a teorfa:no puede "demos- trar". \Auh cuando la teorfa particular fuese falsa, siempre podrfanos’ afirmar la posibilidad de otra teorfa que logre expresdr la-historia en tanto proceso de emancipacién social. Por otra ‘parte, tampoco ‘hay una ‘demostracién positiva deb pYincipio de’emancipacién.:’ Néves una verdad ‘que ‘pueda: ser, probada por algin "exito" ‘ampfricoy iba historia social. pue- de ser interpretada a la luz de otras premisas. Hay, por consiguiente, una’ pluralidad de teorfasien pugna. Y asi lo entiende Marx “‘inicialmente, enfatizando~ha toma de concien- cia de la realidad existente. tobe, ot : . En’sw enfoque inicial, la teoria es practica porque don- cierné la‘elaboracién colectivd/conflictiva de la verdad por Hacer. Pédteriormente, en cambio, ‘la praxis parece ser con- cedida éomo ‘realizacién de un futuro tedricamente ya ‘deter- minado. “Marx tiende a desarrollar su teorfa de la historia como una ciencia positiva de modo“quela:explicaciénide las condiciones materiales de la revolucién determine sus objet. vos finales.; Con lo cual la emancipacién social es deducida de la negacién de las condiciones dadas, sin que medie un proceso de autodeterminacién de 16s sujetos. Al presumir que "los cambios materiales ccurridos ‘en las condiciones econémicas de produceién (...) puedan apre- eiarse con la exactitud propias de las ciencias naturales" (Prélogo de 185%), 1a teorfa critica ya no s6lo es una teo- ria del proletariado sino también sobre el proletariado: Mediante‘la distincién entre la realidad objetiva y "las formas ideolégicas en que los hombres adquieren conciencia ‘de este conflicto", 1a teorfa deja de ser un momento del proceso de subjetivacisn (el ser consciente del ser social) y se erije en el criterio objetivo al cual estarfia sometida la autodeterminacién. Esta no serfa sino el reconocimiento ““gé “los intereses objetivos; un aprendizaje circunscrito a un saber pre-existente. Inserita en'un paradigmd positivista, la teorfa de la revolucién adquiere un carfcter tecnoerftico que se proyec- ta al futuro. Al enfocar primordialmente la reproduccién material de la sociedad y al concebir el "mando consciente y racional" ‘de ese proceso como un control planificado con ‘ "la exactitud “propias de las ciencias naturales", le utopia ya no contempla la elaboracién de las noras y objetivos so- ciales, En la sociedad futura el poder pfiblico estarfa li- berado de sus funciones politicas para ser simple "adminis- tracién de cosas", Es decir, Marx visualiza el interés pi- blico’Gomo una décisién determinada zor reglas técnicas. Ahora bien, esta proyeccién utépica revierte sobre la eoncep- ,cién del présente.’ No se tematiza la superaeién del-érden capitalista en tahto construccién de una voluntad‘polftica. “Marginado del proceso de autodeterminaci6n, la politica rea- parece entonces a las espaldas de los hombrés: “el poder centralizado del Estado y del partido, o sea la separaci6én de educadores y educados. Sin duda, Marx rechaza la visién tecnocrética que iden- tifica las transformaciones: de la sociedad con. desarrollos técnicamente determinados, Pero su obra no es inmune a tal interpretacién. En efecto, la teorfa marxiana no puede re- flexionar y orientar lo que Marx quiere pensar e inspirar: una.transformacién emancipatoria del. mundo, Al plantear la satisfaccién de las necesidades materiales. de todos como una finalidad objetivamente universal, la transformacién_so- cial.aparece como un, proceso.cientificamente explicable, pro- nosticable y, por tanto, determinable de acuerdo a una racio- nalidad instrumental (medio-fin). Con lo cual, sin embargo, ya no puede ser pensado. por 1p,,hembres como un. proceso con- tradictorio ni realizado como. ung, practica responsable. La revolucién, gana la eficiencia propia a la razén téc- nica al precip,de.escindir la reproduccién material de la sociedad del,proceso politico de autodeterminacién., 0 sea, conserva: Ja separacién capitalista entre interés. econémicg e, interés politico. 1 r4 24 ee s.No;,podemes. plantear la emancipacién social como. proce- so, de, autodeterminacién si 1a, "revolucién.de. Jas, necesidades padicales", est&. determinada de antemano, La teorfa, s6lo, pue- de peferirse a determinadas, necesidades histéricas y, por _gonsiguiente, no, puede existip Ja teoria de la emancipacién. ha emancipacién social es una, premisa o, interés-guia de la teorfia que ésta no puede demostrar. S6lo puede evocar la posibjiédad y argumentar su "deber ser". Apunta pues a la creacién de una voluntad politica y moral. Vale decir, la teorfa no expresa, los intereses de un sujeto ya constituido sino que invoca su formacién. De ahi se desprende una con- clusién final: asi como no existe una teorfa finica de la emancipacién,. tampoco existe un finico sujeto de la revolu- eign. 2 La nuptura pactada F ou “Tpansformar el mundo" -la consigna vevolucionaria de- viene, ambigua en la medida en-que gana actualidad el escepti- cismo de Max Weber frente al avance de la "racionalizacién" (formal) del mundo moderno, "Todas,.lag ciencias naturales nos dan respuesta a la pregunta; , 2qué debemos hacer si que- vemos dominar técnicamente la vida?” Si ia debemos y quere- mos dominar técnicamente y si ello tiene algiin sentido final- mente - eso lo dejan abierto o lo presuponen para sus fines". (Wissenschaft als Beruf). Pues bien, si queremos reflexionar las transformaciones del, orden establecido como una cuestién 0, th no. s6lo técnica si abién préctica, me parece mis adecua- do concebirlas como rupturas pactadas y no como revolucién: La conceptualizacién de la ruptura como revolucién es insatisfactoria por dos razones. En primer lugar, porque la negaci6n de la realidad existente no imbrica la determi. nacién de la realidad verdadera. Es decir, el orden futuro no puede ser deducido: del presente. Cada presente abre de- terminadas. posibilidades (cada cual con determinadas conse- cuencias) entre las cuales hay que elegir,, .Esta,seleccién, supone distinguir entre las condiciones sociales daiias: y los objetivos futuros. S610 entonces la constructién dél..orden futuro puede ‘ser una empresa conéciente y responsable de los hombres, ©! * eS “+ al pechazan la concepei6n fihalista de’la historia tam- bién se objeta, en segundo lugar, la concepcién de una teo- ria Gnica y de un sujeto finico del proceso emancipatorio. La idea de emancipacién no se limita al cambio! de las. condi- ciones dadas en funcién de una universalidad prefijada. E1 cambio de las condiciones materiales ha de ser realizado como un proceso de autodeterminacién. Segtin postula el'iismo n social’ “coincide la autotransforma- eién del hombre’ coh 1a transformacién de las circunstancias"=/, Esta coincidencia de transformacién_econémica ‘y autodetermi- nacién polftica es replanteada hoy en la cuestiéh de democra- Marx, en ‘Ya eriancipa cia y socialismo. No es* ya la actualidad de 1a revolucién. ‘La coinciden- cia postulada no puede ser pensada con el concépto de revolu- cién por cuanto éste no abarca la elaboracién’cdlectiva y con flictiva de las metas sociales; o sea, la polftica. Cuando el proyecto de emancipacién no contempla el caraécter politi- co de la autodeterminacién (vale decir, la lucha de una plu- validad de sujetos por decidir lo que pudiera y debiera ser la vida en so¢iedad)’ 1a révolucién deviene redencién Para seciilarizar 1a visién mesifnica’y/o ‘tecnder&tica dé las tranéferriaciones ‘sociales propongo ‘analizar: 1a ‘cons- truccién de “un nuevo orden social como un ‘proceso de ‘ruptu- ras pactadas. */ La ideologia Alemana; MEW III, 195. SiS La nocién de: pacto, todavia imprecisa, sirve ante todo a una delimitacién negativa. Por un lado, se opone a una goncepeién que enfoca la lucha por el orden como una guerra. La dictadura se apoya en‘una visién de divisién social de la sociedad cor consiguiente, las relaciones sociales son tratadas en tanto un-antagonismo de orden versus caos. Por lucha..a vida o muerte entre amigos y enemigos. Tomando asf la politica por la continuacién de la guerra, no hay plura- lidad.de sujetos. . La vida de uno supone la’ muerte del otro. Por: otro lado, se opone a una concepcién que identifica el orden con el consenso (de modo anélogo a 1a utopfa liberal del mercado como competencia perfecta). As{ como la aproxi- macién al equilibrio perfecto del mercado’ suspende la compe- tencia, asi la idea del consenso suspende la elaboracién co~ lectiva de los objetivos sociales. Estos estarfan predeter- minados por un orden natural o "contrato sotial", cuya ver- dad garantiza el destino final. Ambas concepeiones impiden’ una politica democrdtica. En el primer caso, porque la existencia de cada sujeto se basa en la aniquilacién del otro, En el segundo caso, por- que el: ¢onsenso acerca de los objetivos finales transforma el ordenamiento de la sociedad en una cuestién técnica (or- ganizacién racional de los medios respecto al fin fijado). Toda teenocracia (de Chicago o MoscG) se legitima en nombre de.tal.armonfa final. Frente a la guerra y el consenso como dos concepciones- limite, la ruptura pactada apunta a la construccién de una svoluntad colectiva. Mi propésito es-rescatar 14 polftica como greacién deliberada del. futurs; ‘Ahora bien,’ ino’ inbrica ¥1 pac- to la idea de consenso? an De la experiencia de] autoritarismo (como antes de la vivencia del fascismo) surge la aspiracién por un conjunto de normas supralegales,o,sea sustraidas al debate politico y, al contrario, marco normativo de éste, Fruto de esa as+ piracién y de sy,actualidad son los Derechos Humanos.. Pero: cémo fundamentar la validez de tales normas? Me permito recordar la critica de Marx a la Declaracién Universal de los Derechos del,liombre y del;Ciudadano (La Cuestién Judfa). En el fondo,Marx,acepta la,universalidad de "libertad, igual- dad, fraternidad" y propone poner la realidad a la altura de los. principios postulados. Con lo cual, segin yimos, el. de- sarrollo social es visualizado como un progreso hacia un con- senso objetivamente dado. Quizds residan en este enfoque ini~ cial todas las consecuencias que, finalmente extrae el "mar- xismo leninismo". Quiero decir: tomar la utopfa por una me- ta factible a la cual aproximarse paso a paso. Indudablemente, la politica remite a la utopia. Pero en la siguiente perspectiva: reflexiona lo imposible como un.modo de pensar lo posible (factible). En este sentido, como bien dice Georges Bataille, 1o imposible es lo més di- ficil a imaginary conocer... S6lo por referencia a la utopia podemos pensar los fines,.posibles y los medios.dados. Posiblemente nuestro problema sea el siguiente: hemos de referirnos al consenso como referente utépico imprescin~ dible y, a la vez, prescindir del consenso como _un objetivo factible Bos cot — fi 3 sk & tm joo 25,Supongamos, esta,tesis: el.consenso sobre la "verdad por hacer”, n0,¢s.posible, .Lag,razones. dadas son diversas: io porque la reivindicacién de verdad absoluta conduce a la guerra civil (Hobbes); porque. 1a moral general descansa en la conciencia individual (Kant); porque hay un politeismo de valores no jerarquizables (Weber). 8: sino existe una fundamentacién del "buen orden" 9 "bien. comfin" que sea valida para todos, entonces el problema de la racionalidad se traslada a la decisién. jo este supuesto, La alusién al “decisionismo" escandalizaré a mas de uno; con razén si es concebido en cposicién a la soberania popular»: Sin embargo, quienes rechazan una determinacién finalistaio técnica del desarrollo social han de aceptar que toda voluntad polftica involucra una anticipacién arries- gada_del futuro. Si el futuro no est4 determinado a priori, entonces hay que elegir entre opciones alternativas y esta seleccién contiene un momento,decisionista. Se apuesta a determinado desarrollo, cuyas consecuencias efectivas (éxi- to) emperoy:solanente podrén ser juzgadas ex post festum Talus promesas acerca de la situacién futura, pueden ser ms o mends razcnablesy o sea, anticipan reflexivamenté el futu- ro deseado. Pero mio preten . n planificarlo. En la medida-en que descubrimog la deqisién como campo dela vacionalidad politica, gana nueva importancia Ia legi- timidad formal dela toma.de decisiones. La legitimidad for- mal md.es nelevante si la "verdad por hacer" estarfa objeti- vandntefestablecida; Ja ;decisién. sobre los medios adecuados queda®ia \legitimadayper la -racionalidad técnica de 1a auto- pidad (el experto). En cambio, si el futuro es decidido, entonees las decisiones han de ser legitimadas formalmente: participacién de todos en la elaboracién de las opciones y la - 16 - Hablar de ruptura pactada significa pues enfatizar la legitimidad formal. Implica un pacto sobre los procedimien- tos validos para ‘que las decisiones puedan invocar un reco= nécimiento general. En este sentido, la oposicién al autori- tarismo ha producido una veconsideracién'de la "democracia formal" como método indispensable én ‘la trarisformacién. deli- berada, colectiva'y pibliea de nuestras sociedades. Tal pacté sobre ‘la institucionalidad’ polfitica’es ‘m4s que un acuerdo sobre procedimientos técnicos.*°Es ‘siempre también un pacto normative acerca de los valores que:regulan la vida politica. Quiero deciP: la racionalidad de las deci- siones depende en gran medida de tal acuerdo’ pacional sobre las normas de interaccién. _ La’ legitimacién’ Formal de ‘las’ decisiones’ es’ -a pesar de su decadeneia ‘a néxa "formalidad” (elecciories) un" proce- so cominicativo. La soberanta popular reside en el recono- cimiento reciproco de los ‘sujetos entre si. (Porque cada sujeto se reconoce y se ‘afirma a si mismo por medio del. Otro, la pluralidad de sujetos se constituye como un orden colectivo). A través del reconocimiento reciproco los suje- ‘fos construyén las relaciones sociales entre si, Esta cons- ““tficcién se base en ciertés principios reguladores (la li- bertad e igualdad de cada sujet), principios que. son desa~ rrollados en la misma interacdién’ éomo pautas'de reciproci- dad. La confianza, ld lealtad d°el“espeto-son tales. pautas Facticas'a través de los’ cualés s@ éstrubturan. expectatives recfprocas. tm ‘Al hablar de ruptura pactada me refiero también a ese tipo de pacts de reciprocidad. “Estos acuerdos tdcitos ‘son fundamentales ‘para que una ruptura con el orden establecidod sea reconocida”tcmo' legitima y por tanto, duradera.: “Cuando.f las rupturas sdf tales que la reciprocidad (y, por ende, eb: reconocimients reciproco) entre los sujetos es rescindiday i! también deja‘de’ existir el orden Ahora bien, esos pactos de reciprocidad son una condi+ cién necesaria, pero no suficiente para fundamentar un orden democrAtico, La vecipbocidad permite -mediante el principio de mayorfa y 1a eficacia de la minoria- acordar decisiones vlidas (legislar). Pero no fundamenta una obligacién a es- tablecer o mantener tales aouerdos. En efecto, si no pudiéramos :fundamentar un principio tico valido para todos, entonces la validez de las normas acordadas depende de su conveniencia para cada uno de los participantes. Los acuerdos serén respetados mientras ellos comparten un fin superior (1a paz civil) que haga‘la legis- lacién preferible a la guerra, Con lo cual la reciprocidad no seria m&s que un c4lculo formal (do_ut des) acerea de la constelacién de intereses existentes; c&lculo de convenien- cia que en la sociedad politica no serfa distinto-al-que se vealiza en una reddé‘Haréotraficantes. fl La recipeseidady interpretada en términos de la racio- nalidad.formai: (cAlewlo' medio-fin); nada nos dice-en el. cat so'dé qué la Hlbralidad de sajetosino logre ponerse de -@oil+ha°existencia-del ‘orden depende finalmente de. la: "buena voluntad" de todos. Ese es el problema de la democracia 1i- beral. El liberalismo desplaza las normas éticas al, 4mbito de 1a conciencia individual de modo que la racionalidad de la interaceién pfiblica solamente puede.ser formal: la vali- dez intersubjetiva de una norma se basa en. una"objetividad" libre de valores. Es decir, no hay norma ética de validez »» general que prescriba qué hacer en caso de disenso..! Respeo-: to al conflicto entre varios fines en pugna, Max Weber afir- ma que: "no hay ningtin procedimiento cientifico (racional o empfrico) de algdn: tipo que pueda ofrecer una decisién". Y, en-miras de ese decisionismo ineludible, Weber postula una “moral de la responsabilidad":.el politico responde no por sus buenas intenciones sino por las consecuencias de ‘su decisién. Pero: zen nombre de: cu&l valor juzgaremos el éxi- to" de una politica? ZEn nombre de qué valor responsabili- zaremos a un gobierno autoritariopor el des-orden produci- do? El individualismo liberal:'se muestra impotente a funda- mentar la democracia como una empresa colectiva: res publi No podemos fundar 1a democracia si no logramos fundamen- tarla. Al respecto dirfa con Machado: no hay "camino de la democracia en América Latina". Se hace camino al ‘andar. Quiero decir: cla démocracia -al igual que el socialismo~ ; no es un camino con itinerario y horario prefijado. . Pero tampoco es un camino que se hace sin bréijula.: -. El: camino de 1a democracia:remite al.ednsenso como uto- pia o concepto-Limite (y no como: meta factible). El consen- so'es: 1d imposible-por referencia al cual podemos discernir lo posible; o sea; reflexionar las condiciones de posibilidad =o de un orden que camine hacia el consenso. Dicho en otras palabras: a la luz del principio de consenso podemos decir cuales condiciones sociales son "mejor" o "peor". Obtene- mos entonces un criterio de seleceién para acordar las transformaciones sociales deseadas.

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